El laberinto del Minotauro [Vanessa A. Walcott]

Lo que en un principio debía ser una buena idea para cruzar las tripas de San Francisco sin necesidad de toparse con hordas de zombies en la calle resulta ser una de las peores decisiones tomadas desde que el caso empezó. ¿En qué demonios estaba pensando? Pero claro, ¿cómo iba a adivinar que en realidad la red de túneles subterráneos terminaría siendo una ratonera? Sabía que sería laberíntico, eso lo tenía asumido, pero por norma general en este tipo de pasillos hay tantas salidas que puedes terminar rindiéndote en cualquier momento para respirar algo de aire en cambio aquí... Una vez entras no hay vuelta atrás y todas las cubiertas parecen haber sido selladas metódicamente con un soplete o atrancadas desde arriba con la suficiente firmeza como para que resulte imposible salir.

Ni siquiera puedo calcular cuantas horas llevo aquí metido dando tumbos de un lado a otro intentando encontrar un sitio por el que volver fuera, de hecho incluso empiezo a temer que se trate de días porque el hambre a estas alturas ya es acuciante, al igual que la sed, y combinadas con la falta de sueño, la tensión y las heridas provocan un elevado grado de cansancio y algún que otro mareo inoportuno y extraño en el peor de los momentos.

Porque además de toda esta mierda sé que no estoy solo. Les he oído gritar de terror mientras corren, he apreciado el sonido de sus huesos al romperse y de sus cuerpos al ser destripados por esa... cosa. No sé lo que es pero no se trata de nada humano y tampoco de uno de esos simples zombies. Abarca prácticamente toda la envergadura de cualquiera de los pasillos y por lo que sé es capaz de destrozar paredes enteras así que he huido de él y le he evitado en la medida de lo posible, llevándome algunos golpes y cortes en el proceso que me han dejado dolorido pero no incapacitado... por ahora.

Ahora mismo me encuentro en lo que debía de ser una especie de antiguo cuarto de mantenimiento oscuro y mohoso, sólo iluminado por escasas luces de emergencia y mi linterna, cuyas pilas tampoco estoy seguro de cuanto van a durar. Me siento en una tosca silla que cruje bajo mi peso y jadeo pesadamente, agotado, llevándome la mano a la sien derecha para comprobar que sigue inflamada y sangrando desde hace como un par de horas pero creo que no me desangraré por ello, o eso espero. Entonces la puerta que acabo de atravesar se abre de nuevo y me levanto prácticamente con un brinco, apuntando en esa dirección con el revólver a pesar de que mi pulso no es tan firme como debería.

El ligero ruido seguía escuchándose, los últimos rayos de luz iluminaban la carretera y el paraje desértico de los alrededores, las sombras en el viejo y desgatado suelo de cemento se hacían cada vez más largas mientras que tres siluetas seguían moviéndose de forma torpe en dirección de lo que habían identificado como la presa. La comida.

Aquellos gruñidos seguían escuchándose en el aire mientras que esos seres iban casi con desesperación hacia los vivos, el primero andaba cojeando, arrastraba un pie pero eso no le detenía, casi parecía que ese pie colgase de un fino hilo, heridas imposibles por todas partes, heridas que habrían matado a cualquier persona ellos las mostraban como si nada, los gruñidos se oían cada vez más sonoros, un segundo seguía no de muy lejos al primer, los otros dos habían caído ya, ¿pero a ellos que más le importaba?, ¿a caso podían ver algo más que no fueran aquellos dos vivos?. El tercero, más bien la tercera mostraba un rostro aún más siniestro y macabro que el resto, le faltaba un brazo y mostraba síntomas de que su muerte no fue nada agradable, decenas de marcas llenas de sangre ya coagulada por el tiempo cubrían su piel, pero ella seguía avanzando.

Aviso: No sé como lo veis vosotros, pero yo lo tengo claro, si os vais ahora os quitaré del inventario todas las armas que traíais. Claro está que para un rol futuro podéis pedirme la revancha y así recuperarlas. Ya que está claro que otro enfrentamiento ahora no serviría de nada, además de empeorar las cosas, por otra parte entended que cada vez que vosotros sacáis una X, es como si yo sacase una V, así que Jared, siento la paliza, pero así son las cosas.

Me encontraba concentrada en las cuerda que tenían a Jared atado a la barandilla de la escalera, desaté una mano y dejé el machete al lado, dándome cuenta de que para nada era un machete, eran dos krukis, no pude evitar girarme hacia atrás para ver a lo lejos el cadáver de a quien le había quitado esas armas, era un gurkha y se me cayó entonces el mundo encima. Ya sabía que el resto de países habían caído también, pero si Inglaterra había enviado a su propio ejército a Estados Unidos... Negué rápido, no lo entendía y me volví hacia Jared rápido dándome cuenta de que no se había movido nada y entonces si que me preocupé aún más, ni siquiera se había movido para soltarse, tuve que estirar de las cuerdas yo hasta liberarlo, viendo los cortes en sus brazos.

-Pero... ¿Cómo te has...?.-No llegué a terminar la frase, una vez que terminé de quitar las cuerdas se intentó poner de pié y conforme lo hizo volvió a sentarse, alcé las manos colocándolas sobre sus hombros para mirarle mejor, si tenía ganas de bromear ya se me habían pasado al darme cuenta de que no estaba bien, me quedé bloqueada unos segundos hasta que habló, apenas logré entender muy bien lo que trataba de decir, pero hablaba de un coche, aparté las manos de golpe al ver que yo también estaba sangrando, las cuerdas habían dejado una gruesa linea roja en torno a mis muñecas, casi me había olvidado de el dolor que sentía en las manos.

Pero reaccioné, el coche, dejé a Jared allí a la vez que me giraba y veía a los tres caminantes, no el coche, no, los caminantes... Empecé a pensar rápido mientras que me acercaba a por el primer idiota que venía cojeando, le di un empujón de los buenos, gracias a que iba así le costaría levantarse, los otros dos estaban algo más atrás, eché a correr por la zona del aparcamiento, viendo a lo lejos como efectivamente había un enorme bulto a un lateral del aparcamiento tapado con una vieja lona gris, tenía pinta de ser el coche de los cavernícolas del motel. Tenía dos opciones, la rápida que sería ir a por el coche arrancar, llevarlo a la entrada y ayudar a Jared a subir y la lenta, acabar con los caminantes y ayudar a Jared ir hasta el coche. La primera opción era pésima, tal vez para cuando llevase el coche a la entrada esos idiotas habrían bajado hasta aquí al escuchar el ruido, pero si llevaba allí a Jared nos iríamos más rápido sin darle tiempo a ellos.

Primero muertos, luego Jared y por último coche. Me iba diciendo mientras que agarraba el kukri en mi mano y me dejaba caer sobre el caminante que había tirado al suelo, que justo se estaba levantando, entonces empecé a golpearlo como si no hubiera otra cosa que hacer hasta que dejó de moverse, estaba demasiado cansada ya, notaba las respiración bastante agitada y aún quedaban dos, me acerqué hacia el poste donde me habían atado, la cuerda seguía allí atada aún el extremo a él, agarré el otro borde y esperé a los dos caminantes, cuando llegaron me moví hacia un lado enrollando la cuerda en ellos y tirando con todas mis fuerzas al rededor del poste hasta que quedaron allí atados, medio reí al verlos moviéndose cuando terminaba de atar la cuerda.

Ahora Jared. Eché a correr hacia él aún con los gruñidos de fondo y me coloqué a su lado para ayudarle a levantarse.
-Vamos...-Le decía mientras que agarraba su brazo y lo colocaba por encima de mis hombros para que se apoyase sobre mi.-El coche está cerca, a un lateral del motel.-Le iba diciendo mientras que caminaba con él de forma costosa porque tampoco es que pudiera mucho con él. -Joder...-Susurré apretando los dientes hasta que llegamos hasta el coche y con una mano estiré de la lona que lo cubría, era un viejo ford, perfecto, no harían falta llaves, abrí la puerta del copiloto como pude, pidiendo que no estuviera cerrada con llave y gracias, no lo estaba. Ayudé a Jared a sentarse y luego subí yo, hacerle un puente a aquel coche tan viejo era demasiado fácil hasta para mi que no tenía ni idea de aquellas cosas, pero en su época Nico me había enseñado ha hacerlo.

Por lo que apenas unos segundos después ya había arrancado y conducía rápido saliendo del maldito lugar, ya en la carretera pisé a fondo cambiando de marcha viendo como por el espejo retrovisor aquel lugar quedaba atrás.
-Jared...-Le llamé y miré de reojo para asegurarme de que seguía ahí, ahora a saber qué...

Off:

Nessa parece ponerse seria de repente, supongo que mi estado es de lo más lamentable que ha llegado a ver en algo de tiempo, pero aún así lo agradezco porque ahora mismo tiene que concentrarse y actuar rápido por los dos, aunque me joda terriblemente la situación. Suspiro con cierto alivio cuando se marcha y entonces me sujeto las costillas con expresión de dolor, apoyándome con la mano libre en uno de los escalones mientras alcanzo a distinguir como los zombies están realmente cerca pero Nessa consigue frenarlos y retenerlos con su habitual agilidad así que sonrío levemente y me dedico a secarme el sudor de la cara con el antebrazo, descubriendo que además de eso tengo bastante sangre debido a los múltiples golpes y heridas recibidos. De hecho la herida de la sien que anteriormente Nessa me había tratado está más inflamada que nunca.

Entonces ella vuelve hasta mi posición y emito un hondo resoplido de resignación, agarrándome con fuerza a sus hombros para procurar levantarme con bastante esfuerzo, tambaleándonos debido al enorme peso que supongo para ella -Lo siento- musito bastante avergonzado al ser consciente de que supongo una molestia y un estorbo pero aún así consigo arrastrar los pies hasta que llegamos al coche en cuestión, uno de esos robustos y bastante reluciente, perfecto para desplazarse por el fin del mundo.

Me dejo caer en el asiento de copiloto y enseguida tanteo los laterales hasta conseguir tumbar el respaldo parcialmente, jadeando dolorido mientras ella se dedica a hacer un puente que yo podría haber efectuado con los ojos cerrados de estar en plenas facultades. Después de eso pisa el acelerado y entonces empiezo a relajarme, al menos un poco, aunque quizá resulta contraproducente porque me empieza a entrar el sueño -Aún estoy aquí, no te libras de mí tan fácilmente...- le aseguro en cuanto pronuncia mi nombre con evidente preocupación, probablemente la misma que tendría yo si la situación fuera a la inversa.

Respiro profundamente varias veces, observando la carretera y procurando concentrarme -Hay... hay un grupo de buena gente cerca de aquí. Tendrás que llevarme hasta allí, es mi única opción- ambos sabemos que no podré moverme por lo menos en un par de días y por tanto necesito estar seguro en un sitio durante ese tiempo por lo que le doy la dirección en cuestión. Creo recordar que había alguien que sabía un poco de medicina o primeros auxilios así que eso debería bastar para recuperarse.

Seguía concentrada en la carretera, con las manos sobre el volante sin dejar de mirar de vez en cuando a Jared, medio sonreí cuando dijo que no me libraría de él tan fácilmente.
-Supongo que por una vez me alegro de que seas un pesado.-Le comenté en voz baja pensando en que tal vez no se habría llevado esa paliza si no se hubiera acercado al bar para ayudarme a mi. En cierto modo podría considerarme culpable de aquello.

Asentí ante su idea, si allí le podían echar una mano sería lo mejor, tenía que buscar a Anna después de aquello, habíamos quedado en encontrarnos, así que ahora debería ir en su búsqueda, quería saber como estaba ella después de lo que ocurrió en aquel bar.
-¿Es todo recto?.-Le preguntaba mientras seguía avanzando por la carretera, de vez en cuando no podía evitar mirar por el espejo retrovisor para ver si nos seguían, pero no, a estas alturas esos desgraciados estarían maldiciendo en la entrada del motel, medio sonreí al imaginarlos, habrían dado por hecho que estaríamos muertos y les habíamos quitado el coche y dejado una tarjeta de despedida en la entrada.

Esas cosas me pasaban por no tener el impala, con la de cosas que llevaba en el maletero... Le miré otra vez de reojo.
-Jared gracias, de verdad.-Le dije entonces de forma sincera, pero tampoco podía evitar pensar que por parte yo seguía teniendo razón, casi le mataban, por mi culpa, así no quería su ayuda, si me hubieran matado a mi habría sido mi problema, pero él seguiría entero. Aún así se lo agradecía.

No tardamos en llegar al lugar que él mismo había mencionado, cuando un pequeño grupito de personas salieron al ver que alguien había llegado y vieron el aspecto de Jared se lo llevaron con cuidado, yo me quedé al margen, incluso me pidieron que entrase dentro para curar mis heridas, pero me negué y casi o más bien de forma molesta, por lo que no tardaron nada en tacharme de estúpida o desagradecida, pero lo preferí así, no sabía aún hasta que punto podía ser de contagiosa mi sangre, seguidamente me fui sin hacer mucho ruido.