{#} 1º Batalla de Grupos: The Strength

Foxtrot había sido formado como un grupo de respuesta ante la amenaza de un grupo de zombies a las afueras de Atlanta. Generalmente no me interesaba la supervivencia de civiles cualquiera, pero la cantidad de munición, la buena comida, un lugar cálido para dormir después de días de vagar sin sentido, me llevaron a aceptar el pequeño trabajo. Fuimos cinco enviados a erradicar la colonia de más de cien zombies. Un trabajo temerario que terminó por cobrar la vida de mis cuatro compañeros y buena parte de mis balas. Sin contar con un par de criaturas fura de lo común que conformaban el músculo de aquella columna de muertos pútridos.

Seguí mi camino, luego de informar a mis contratistas de la victoria sobre los objetivos pero la pérdida del hijo del líder de aquel grupo. Un soldado estúpido al correr con una granada en mano al centro de los zombies, como si despedazarlos funcionara. Terminamos con más problemas al tener que apuntar al suelo a esas cosas arrastrándose. Pero lo hecho, hecho estaba, y las consecuencias me eran irrelevantes.

El convoy se dirigió a las inmediaciones de Atlanta y me aproximaron bastante hasta una de las zonas militares de la ciudad. Recordaba de mis clases que podía contar con Fort Gillem y Fort McPherson. Desde luego, de eso a que supiera cuál era cuál, era muy diferente. Cuestiones de la milicia, no de la fuerza aérea, además de que habían transcurrido varios años desde aquel adiestramiento en el aula.

Ni siquiera volteé atrás cuando me alejé del grupo, sabía que los devorarían los zombies tan pronto entraran en el corazón de la ciudad, pero su ciega fe en el líder, Tim, era demasiado grande como para hacerles ver la realidad. Ya los encontraría de nuevo, como cadáveres por alguna parte, si bien les iba.

Había una gran malla de metal que cercaba la zona, unos metros de alto y vasta extensión. Podía saltarla con cuidado, pero no estaba de humor para ello. Así que saqué la motosierra para cortar una entrada. ¿Qué habría dentro? Más valía que fuese una tonelada de balas para mi M16, comida, agua caliente, algo de valor, sino me cabrearía el resto de la semana. Una cosa era segura, encontraría zombies, era imposible pensar en un lugar sin ellos, se habían vuelto tan parte del paisaje que cualquier día los saludaría así sin más. Con un gesto burlón en el rostro, crucé la cerca.

Las municiones escaseaban en éste mundo atroz y cada día la batalla por la sobrevivencia es más feroz. Si he de sobrevivir más armas y municiones tendré que adquirir o eventualmente los muertos me han de engullir, por eso a la base militar de atlanta en mi zeppelin me empecé a dirigir.Quizás algo bueno encontraré o al menos lo buscaré.

No muy lejos de la base mi nave empecé a defender, con basuras humanas no lo vaya a perder, así que detrás de unas piedras lo fui a esconder. Entonces a la base comencé a caminar y unos treinta minutos tarde en llegar, pero vaya una sorpresa me fui a llevar. Una chica lista para cortar la cerca reja estaba y vaya que la imagen asustaba, pero aun asi coraje para hablar sacaba.

- Estoy seguro que no es ni de lejos mi más brillante idea el decirle esto a una chica con una moto-cierra, pero por lo general las rejas hacen más bien que mal en éste mundo. Si te topas con muertos adentro y quieres salir corriendo, el treparlas es una buena manera de escapar y detenerlos, o si vienen de fuera puedes atraerlos a la reja para que se queden ahí y poder matarlos tranquilamente con algún arma punzante así que ¿que tal si le perdonas la "vida" y buscamos entrar por la puerta?. Por lo general ésta abierta ya que los muertos se colaron por a la fuerza o porque alguien intento salir huyendo. -

Entonces la cara reconocí y con ojos dudosos la vi.

-Pero, anda. Segunda vez que me topo contigo en un lugar como éste. Supongo que ha ambos nos gusta el delicioso olor a pólvora, especialmente cuando viene de nuestras armas.¿Verdad? Te mejor espero a que bajes la cierra. De mientras me presentaré. Creo que la ultima vez sólo te di mi alias y este segundo encuentro merece mi nombre entero. Soy Maximillian Von Alexandros, para servirle señorita-

En ocasiones me tocaba hacer cosas que no me gustaba en absoluto, como tener que ir a lugares en los que lo mejor que se podía encontrar era la muerte más segura y horrible posible. Hablo de campamentos abandonados, núcleos de población o en este caso... de bases militares. El sentimiento de culpabilidad era doble, la mayoría de los que estaban ahí muertos eran militares, vale, no me conocían, pero aun así yo debería haber muerto allí con ellos, en lugar de huir. Si aún queda algo a lo que llamar honor yo lo perdí el día que decidí largarme.

Detuve el jeep antes de llegar a la base, un poco antes, para dejarlo escondido tras unos árboles, suspiré y apoyé la frente en el volante antes de echar la mano atrás para recoger el arco y dejarlo en el asiento del copiloto. Solté el cinturón, guardé la glock en la cartuchera sobaquera junto a su cargador. Bajé del coche y me vestí definitivamente con la funda de los machetes colgando de la espalda.-Cualquiera diría que soy un ninja.-Murmuré para mí mismo. Me veía ridículo con los machetes a la espalda, pero era el sitio donde menos molestaban y llegaba perfectamente a ambos con su respectiva mano. El arco fue la última pieza del pack, lo recogí del asiento del copiloto y me puse el carcaj cruzado a la espalda. Cogí una toalla que ya había usado previamente para saltar vallas, y por lo cual estaba bastante jodida, y corrí hacia la verja metálica con el alambre de espino situado en el borde superior. Tiré la toalla colocandola sobre el alambre para poder escalar y pasé al otro lado, dejaría la toalla ahí para saber por dónde había entrado.

Recorrí unos cuantos metros a pie, alejándome bastante de mi entrada hasta que vislumbré a un par de personas hablando tras la verja. Por esa gente había escondido el coche... Me cubrí tras un humvee para que no me viesen. Palpé la puerta de ese pedazo de coche, sería la hostia tener uno de estos para sustituir al jeep, pero debía gastar un montón de gasolina que sin duda yo no tenía.

Ahí me encontraba yo, una vez más caminando por zonas desconocidas. NO sabia dónde estaba, ni cuando llegaría a una zona conocida, aunque probablemente esto último no pasaría por lo pronto. Ya comenzaban a caer gotas de sudor por mi cara, por mi pecho, espalda, cuello y hasta mis manos ya comenzaban a sentirse húmedas. Diablos, ahora me pregunto por qué llevo un sobrero, pañoleta, chaqueta de cuero guantes de cuero con este maldito calor. Aunque claro, era mi estilo. No era un look, ni un fanatismo por los motociclistas o los cowboys, solo era mi estilo. No puedo imaginarme usando otra cosa y nunca podre. Casi de casualidad, logre divisar una base militar y hacia allí me dirigí. Estacione mi moto a una distancia segura, le quite las llaves y la deje escondida detrás de unos árboles. Le saque las llaves y las guarde en mi bolsillo. Luego saque mis cosas. Puse las dos glocks en sus fundas, la escopeta en una funda cruzada de mi espalda, los Sais en el cinturón, el cuchillo militar en un bolsillo interno de la chaqueta la navaja en una de mis zapatillas a la altura del tobillo, el látigo enrollado en mi cinturón, la katana en otra funda cruzada de mi espalda y el toque final, mi magnum en la parte trasera de mi pantalón. Todas las armas de fuego estaban cargadas, y las balas estaban en la mochila, junto con algunas cosas. Lucia como Rambo la verdad, pero me daba una apariencia amenazante, algo importante porque no estaba de humor para romper cráneos, tanto de zombis como de humanos.

Camine una corta distancia a pie hasta llegar a la base militar, por así decirlo. Sin embargo estaba lo suficientemente cerca como para notar que había dos personas, una de ellas era una chica de pelo castaño que trataba de abrir la cerca de protección de la base con una cierra eléctrica. El otro era un chico pelirrojo y debo decir que ambos se me hacían familiares. Sin embargo, no podía acercarme saludando a gente que posiblemente conocía, por que posiblemente también fueran locos. Me quede detrás de ellos, a una cierta distancia, pero sin esconderme, lo suficientemente cerca como para que me vieran y me reconocieran, si es que eran quienes yo creía que eran. Por las dudas, enfunde ambas glocks, fueran una en cada mano. De ese modo podría darles a los dos en caso de que fueran hostiles. Solo esperaba que no lo fueran.

Off: Arthur, Max, zoey, he roleado con los tres, aunque en roles no completos, así que ustedes deciden si me conocen o no

[OFF]Nacho: Roles no completos aun significan encuentro. Sólo no relates el final de dicho encuentro, sólo hasta donde están es valido. Salvo la parte del llevarte al refugio en ese encuentro, dado que era el objetivo del tema en primer lugar[/OFF]

Nuevas personas llegaron y sin duda me preocuparon, a uno esconderse lo escuché y otro detrás lo encontré , por lo que mis revolvers disimuladamente desenfundé y hacia ellos rapidamente apunté. A uno rápidamente como nacho reconozco, por lo que hacia el chico escondido con ambas armas me postro.

-Hey, nacho, bueno verte. ¿Qué haces por aquí? ¿Los chicos te enviaron a buscarme para algo? yo aun sigo en mi recolección de suministros y me he limpiado un pueblo entero de los muertos no muy lejos de casa por si interesa.-

Lentamente hacia el chico escondido empiezo a caminar sin la guardia mirar y sin su dirección dejar de apuntar.

-Sé que alguien está en ésta zona. No le planeo hacerle daño si tampoco piensa causarlo. ¿Qué tal si sale y hablamos pacíficamente?-

La fortuna, o el infortunio, depende el cristal con que se mire, me sonrió en cuestión de instantes. Movimiento, escuché movimiento, aunque no el clásico errático y casi incapaz de pasar desapercibido por la torpeza con la cual se efectúa, no, era un movimiento humano, pisadas inteligentes de un ser pensante. Para bien o para mal, ya no estaba sola, y eso significaba que me tocaría meterle un tiro en la cabeza a alguien o un arma extra para limpiar la zona militar. La voz que habló a continuación, masculina y determinada como una vez en otro momento, me dio un indicio de qué esperar.

El Barón Rojo Musité con una sonrisa burlona. Así que después de todo tenía un nombre y era igual de rebuscado que su psudónimo. La sugerencia era bastante lógica, pero vamos, no era una persona que se dejara guiar por la lógica, mucho menos por las soluciones más fáciles y menos peligrosas. Apagué la motosierra y la colgué sobre uno de mis hombros empleando la correa que fabricara yo misma. Creo que en Langley quedó claro que no me guío por pensamientos lógicos la mayoría de las veces. Pero tendré en cuenta tu consejo, aunque me guste más el aroma de la carne cosida y la sangre regándose en el suelo.

Langley, tenía recuerdos divertidos de aquel día, un tanto difuminados como si se trataran de sueños distantes que difícilmente son reales, pero aún así mi cerebro daba la impresión de seguir funcionando bien luego de tanta sangre, muerte y batallas. Después de haberme expresado como lo hiciera, tal vez tendría una idea de mayor demencia respecto a mí, lo cual estaba bien.

Pronto me di cuenta de que no estabamos solos, había alguien más, quizá hasta más de uno con la reciente suerte. Disimulada y lentamente llevé una mano hasta la empuñadura del rifle, como medida de precaución. Contrario a mis expectativas, era Rambo, quien seguía viéndose igual de armado que siempre. Enarqué una ceja, un tanto incrédula de las posibilidades de toparme con gente conocida así como así.

Ha de ser el día mundial de las reuniones. Veo que sigues bien armado, Rambo. No me sorprendería escuchar que mataste un dragón a estas alturas. Comenté en broma, aunque tenía cierta parte de realidad.

Eché un vistazo al pelirrojo, quien hablaba hacia alguien que probablemente no había notado. Levanté el rifle a la mitad de la altura pertinente para disparar, solo por si acaso la cosa se ponía fea teníamos que defendernos.

ºHacía ya varios kilómetros que había dejado uno de los varios coches que había usado desde que el mundo civilizado había pasado a la historia. No me quedaban demasiadas municiones. Lo cierto es que nunca tenía suficientes, y ciertamente dudaba de poder cambiar eso antes de ser el snack del caminante de turno. Eso era lo negativo de viajar sola, debía de dormir con un ojo abierto y cuidarme todo el tiempo. Como si eso no lo hiciera a pesar de estar rodeada, mi confianza en un otro era poco por no decir nula. Atrás había dejado a uno de mis compañeros de aventura, un hombre ruso que se había ganado portar el título de amigo. Pero ahora me encontraba en alguna ruta poco transitada de Atlanta, caminando en una preciada soledad.

Seguir caminando. Hasta que una construcción se dibujó en el horizonte, me llevé una mano por encima de los ojos haciendo de visera. Enfoqué la mirada y si importar la luz solar no tardé en reconocer que era ese lugar. Podría servir, además de estar lleno de caminantes pero esperaba poder lidiar con ellos hasta haber obtenido cualquier cosa útil que ese lugar pudiera proveerme.
Ya más cerca vi un pedazo de tela clara sobre la verja de alambre. Podría haber estado allí desde hace meses y ahora mismo me serviría para pasar al otro lado. Entonces fue que vi a un hombre de espaldas, alejándose. Fruncí el ceño, decidiendo seguirlo pero desde el lado seguro del alambrado. Mierda. ¿Quién diría que tantas personas sobrevivirían? El problema era que habitualmente eran un enorme grano en el trasero.

Había una mujer y dos hombres más. No estaba segura de cual se veía más perturbado. Unos segundos después, mientras le quitaba el seguro a mi arma lo decidí: la mujer con la sierra eléctrica. Tenía facilidad en encontrarme locos de la motosierra, después de todo nunca había sido muy afortunada. º

Al parecer, y gracias a Dios, esas personas eran justamente quienes creia que eran: Maximilian, el pelirojo y aparente mercenario oficial que me habia encontrado en un bar de carretera por pura casualidad, y Zoey, la chica que por mas de un motivo se habia ganado el apodo de "chica de la sierra", algo que es evidentemente obvio es que no habia cambiado mucho sus gustos. Enfunde mis dos glocks, pero sin quitar la mano de totalmente, ya que en cualqueir momento podria saltar un infierno y entonces tendria que poder disparar.

Ahora tocaba la peor parte de los reencunetros, responder preguntas y comentarios. Primero vino de Max, quien pregunto si alguien me mando a buscarlo, y me paso una interesante data sobre un pueblo vacio- No, esto lo hago por mi cuenta, nuestro encuentro es solo una simple casualidad. Y de paso, que paso con tu compañera. ya sabes, la de la ballesta, que casi deja sin hijos al tipo tuerto en el bar- La verdad es que, por mas escalofrios que me produciera esa imagen se me hacia muy graciosa.

Ahora hablo Zoey, con una pregunta sarcastica sobre si habia matado un dragon- He matado muchas cosas desde que nos vimos,: zombis, humanos, algun Bow, pero no dragones, aunque quien sabe, si ya vimos un troll- Despues de todo, habia sido testigo de la existencia de un ser gigante que concordaba perfectamente con la descripcion mitologica de un troll, o tal vez mas grande y menos inteligente.

Pero la reunion fue interrumpida cuando Max creyo escuchar algo, o sentir que alguien nos estaba espiando o algo por el estilo. La verdad no tenia tan buen oido, asi que agradecia el hecho de que Max tuviera oreja de murcielago. Saque mis manos de las glocks y las use para sacar y cargar mi escopeta. Por algun inexplicable motivo encontraba mas atractiva la escopeta para charlar con desconocidos posiblemente armados.

La chica su moto-cierra guardó tal como mi persona sugirió. Que bueno que se siente en modo para escuchar así las defensas no va a dañar. Nacho por Rubí preguntó por lo que mi persona tranquilamente le contestó.

-Ella está en casa, ya sabes cuidando de los niños rescatados con una sonrisa calida y un aura obscura mientras les apunta a sus bolas con la ballesta probablemente.

Parece ser que también hay una chica de buen ver, así que hacia su dirección con una de mis pistolas apunté y a Nacho le solté.

-Nacho, has me un favor, vigila esa zona hasta que salga quien quiera que salga aquí. Yo saludaré a la señorita-

Una vez que a nuestro invitado sorpresa empiece a apuntar, yo con mis pistolas a la señorita voy a mirar.

-Vaya, vaya. Hoy encontré dos hermosas y peligrosas señoritas el mismo día. En cierta manera debe ser mi día de suerte. Soy Maximillian, mucho gusto. ¿Sabe? la idea de matarnos nada más vernos, no más porqué si suena tentadora, pero preferiría conocerla a dispararle, así que ¿que tal si le pone seguro a su arma y la baja? Yo haré lo mismo. -

Daba la impresión de que disponíamos de suficientes anécdotas como para sacar un asador y comenzar a preparar carne, sacar cervezas y sentarnos a beber amistosamente. Había dos problemas, no obstante. El primero, los zombies, esos malditos cara dura capaces de oler hasta el más insignificante aroma a comida a varios metros o incluso kilómetros de distancia. El segundo, nunca me consideré la persona más sociable del mundo, de hecho, ni siquiera me consideraba sociable a decir verdad.

Seguí con la mirada a Maximillian, era difícil perder de vista esos cabellos rojos tan encendidos incluso si estuvieramos en medio de una multitud de personas en un día de compras en Manhattan. Lentamente, la mira de mi rifle quedó a la altura de mis ojos, y entonces apunté a un lado del pelirrojo, lista para volar los sesos de quien saliera, ahora sabiendo que Nacho probablemente se encargaría del otro invitado a la fiesta. Quién hubiera pensado que nuestra reunión tendría un par de polizones, probablemente sin la capacidad de escucha del Barón Rojo hubiera estado un paso más cerca de recibir un disparo en el trasero.

Todo un cazanova. Murmuré con una sonrisa burlona. Era parte de la personalidad del pelirrojo, se notaba a leguas. No me sorprendía del todo que se mantuviera con vida, había conocido a varios veteranos parecidos a él en aquellos días de antaño en que el dinero fluía con cada vuelo sobre territorio enemigo, a pesar de que enemigo era una palabra con un significado cambiante. ¿Vamos a matar a alguien hoy o qué? Vale, vale, me conformaré con moler a golpes un zombie. Solté con un suspiro de fastidio.

¿Cuán probable era encontrarse con un zombie merodeando por ahí? Bastante, demasiado, quizá me sentía hasta decepcionada por las circunstancias de no dar con absolutamente nada. Aún así, contuve las ganas de salir a buscar criaturas pútridas que golpear y continué mi labor de cubrir al pelirrojo. No había formado parte de la milicia, pero tampoco significaba que el entrenamiento en la Fuerza Aérea era raquítico e inútil.

Un dólar a que tratan de dispararle primero. Enuncié en voz alta hacia Nacho, sin dejar de lado mi expresión burlona al tiempo que miraba a Maximillian hacer su movimiento.

º Insulté en mi interior en cuanto el pelirrojo me apunto, se ve que estaba perdiendo facultades. O él tenía un muy buen oído. Alze una ceja en cuanto habló, sin bajar mi arma, ni siquiera pensando por un momento en bajarla. º

Sonja. Y esperare a que tu bajes las tuyas.

º La voz de la mujer no correspondia con su actitud, ya había notado de que debía tener cuidado de ella. Tal vez de todos ellos, se notaba que el grupo no estaba conformado por civiles o gente que ni siquiera sabía como sujetar un arma. Así que sopesé mis opciones, que mala la costumbre de poseer tan pocas y tan poco convincentes. Ahora sólo bastaba confiar en mi buen juicio. Si al menos este existiera. Me molestaba a sobremanera la situación, pues no me agradaba esto de interactuar con personas. No podía, y el apocalipsis no había ayudado a mejorar mis capacidades para relacionarme con la gente. Baje el arma, pero la mantuve lista, todavía dudosa. º

Respiré cansada, agotada, moribunda... ¿Por qué no?, había tardado más de un mes en llegar, había sido el viaje más largo de mi vida y no porque fuera andando la mitad del camino, si no por aquellos seres... Aquellos que hacían que el recorrido fuera todo un infierno, pensé, pensaba que en la capital de estados unidos, todo sería diferente, que tal vez quedase algo o alguien que hubiera un refugio, uno bien capaz de contener todo lo que había allí, pero para mi desgracia o simplemente mi esperanza todo se me vino abajo al llegar a la capital, parecía que en aquel lugar se habían ensañado aún más que con otros sitios, pues los destrozos parecían ser peores que en otras zonas... Sabía de la base militar a las afueras, por lo que decidí rodear la ciudad y no pasar a través, aquello sería una locura, pues si iba por ella me encontraría seguramente hordas enteras y al rodearla tardaría más en llegar a mi destino, pero solo añoraba que la base, que en aquel lugar que tenía que ser por narices una fortaleza quedara algo, algo de vida, no más muerte que era con lo único que me topaba por los malditos caminos.

Y al fin llegué...
-Mi gozo en un pozo...-Susurré de golpe para mi al ver la desolada base, me encontraba justo allí de pie ante la que tuvo que ser una de las mejores bases militares de todo el país, y ahora... Ahora no quedaba nada, a excepción una verja abierta, cadáveres, basura... La infección había entrado allí también y ya si que pensé que no había esperanza alguna. ¿Había acabado ya todo?, aquellos días mi objetivo había sido intentar llegar allí, pensando que encontraría algo mejor, tras haber conseguido mi objetivo y a la vez no haber conseguido nada no supe que hacer, si entrar o dar media vuelta, ¿a dónde iría ahora?. ¿Valdría la pena entrar, o encima alguno acabaría atacándome y allí terminaría todo?. No sabía que hacer, estaba allí de pie observando la nada, un cadáver tirado sobre el marco de la ventana de la caseta de entrada, un rastro de sangre que bajaba por esa misma pared, y algunos cuerpos más esparcidos por todas partes, bueno, necesitaba armas, tal vez podría encontrar algo, ansiaba con todas mis fuerzas una carabina, aprendí a tirar con ellas... Entonces me di cuenta de que una base militar era seguramente el mejor sitio para poder encontrar armas, por lo que fui hacia la vaya que ahora estaba bajada y pasé por debajo con cuidado sin dejar de mirar de reojo el cadáver que había en la caseta, no era una tontería cuando los muertos paseaban a sus anchas por todas partes...

Caminaba por el patio con tranquilidad aparente porque por dentro se podría decir que estaba paranoica, miraba hacia todas partes en busca de algo que no me gustase, para así tener una excusa y salir corriendo... Pero no, aparentemente aquel lugar estaba bastante tranquilo, la puerta del edificio estaba abierta, eso ya no era tan bueno, fui adentrándome en aquel lugar, pisando en suelo con cuidado de no hacer ruido, las botas militares eran un fastidio para esas cosas, llevaba aún mis pantalones del uniforme, una blusa de tirantes del mismo tono que los pantalones y la chaqueta atada a la cintura, no tenía mucha ropa para varias de vestimenta, a demás de que en aquellos días no iba a ir por ahí con vestido de noche... Entré en una habitación y paré de golpe en el marco de la puerta al escuchar ruido, miré hacia ambos lados intentado ver que había sido, pero aquel lugar no tenía mucha luz, las ventanas tenían las persianas echadas casi hasta abajo, dejaban una fina linea de luz entrar, pero no era mucho...

Off: me siento estúpida, lo siento, pero he releído por encima vuestros roles y nada que se supone que yo llegué antes y ya estoy dentro por ahí dando vueltas. Si hay algo mal, decidme por MP y edito porfa u.u

AL parecer, Max iria a hacerse el cazanova con una chica pistolera que estaba lejos. Tipico, el se va a buscar novia y yo me quedo con la nieta de Jason. Al menos estaba copn alguien que sabia pelear, mejro que nada supongo. Me rei por el chiste que dijo, y me puse mejro al ver que no le disparaban- Por ahora, me debes un dolar- Le dije mientras me iva acercando a la reja. Tenia ganas de ir a saquear la zona, pero por el momento, estaba mejor con ellos dos. No es que necesitara salvacion, pero la fuerza esta en los numeros, y estos dos en particular valian bastante como aliados. Uno parecia ser un pistolero de peli de accion y la otra, pues estaba dudando sobre su salud mental, pero sabia que su salud fisica estaba mas que excelente, y eso vale por bastante

Sin embargo no era tiempo de ponerse a calcular, aun quedaba el problema del tipo que al parecer no estaba vigilando. Luego de un ratito extremadamente corto ya que no tengo paciensia, me canse y grite- A ver, puedes salir de una vez, no te haremos nada, no seas cagon, solo dejate ver- Le susurre a Zoey en broma- realmente parecemos tan peligrosos- que pregunta estupida, claro que parecemos peligrosos

El comentario de cazanova escuche por lo que con una sonrisa burlona lo que viene solté pero lejos de mi objetivo no miré.

-¿Casanova yo? Nooo, aun no les he preguntado ahora que salen por el pan, no puedo ser un cazanova sin preguntarles eso, está en el libro jejeje. Bueno, ya enserio. Admito que mi personalidad es un tanto galán con las chicas y acepto que me gusta estar acompañado de chicas tanto como pueda, pero eso no significa que realmente esté buscando tener algo romántico con alguna, sólo es parte de mi personalidad. Aunque sí hay cierta chica con la que me gustaría tener algo, pero hasta donde sé, no está aquí, aunque no descarto la posibilidad que me esté esperando dentro de la base-

Zoey algo sobre moler a muertos a golpes comentó por lo que mi persona le respondió.

- Descuida, no hay día sin que uno tenga que matar a almenos 10 zombies. Tendrás tu oportunidad una vez entremos-

Sonja mi comentario con su nombre soltó y el bajar mis armas pidió así que mi boca comentó.

- Primero las damas. - Dado que zoey mi espalda está cubriendo las opciones de sonja está reduciendo por lo que pronto sus armas fueron descendiendo.-Good choice- Entonces mis armas bajé, pero no solté.- Gusto en conocerte Sonja. Espero que nos llevemos bien y que nunca me mates. Ahora, digame. ¿Qué le trae a una tierra tan desolada?- Con una sonrisa cálida comenté y su respuesta esperé.

Nacho la apuesta ganó y Zoey un dolar perdió.

-Los dolares no sirven de nada en estos tiempos, ahora se usa comida y balas. Yo hubiera apostado 10 de cada cosa a que no me disparaba, total a ninguno de los dos nos haría falta después, pero antes de cantar victoria- Mi revolver hacia el humvee apunté y a uno de los vidrios disparé.-Listo, ya no fui el primero al que han intentado dispararle-

La bala de mi revolver recargué y luego al sujeto le solté.

-!Ese es un disparo de advertencia, mientras más permanezcas en las sombras más pensaremos que tus intenciones son hostiles por lo que tu auto no podrá defenderte del siguiente tiro, pero si sales ahora mismo con las manos en alto no te haremos daño a menos que busques provocarlo primero-

[off]Artur, ambos estuvimos en la mision M con esmeralda (mision que agent no respondió pero bueno) por lo que podemos decir que nos conocemos e intercambiaron sus nombres si te parece, así no empecemos como desconocidos.

¿Estaba perdiendo facultades? Debía ser eso, porque joder, no recordaba que fuese tan torpe o fácil de cazar. Quizás el tío raro del pelo rojo tuviese poderes, o el oído más fino del mundo. Sea como sea, que te hayan descubierto no implica que tengas que admitir tu derrota... Me mantuve un poco más en esa posición, supuse que me estarían apuntando, o eso sería lo que yo haría, así que deslicé una flecha por el arco hasta tensarlo un mínimo y salí, otro chaval parecía impacientarse. Tardaría lo que tenga que tardar, no me dejaría meter prisa por vete tú a saber qué pirado.

Salí de mi cobertura, el precioso humvee que sin duda intentaría llevarme, y caminé hacia la verja apuntando al suelo con el arco levemente tensado, lo suficiente como para poder reaccionar rápido, aunque no lo sería tanto como una bala, pero algo es algo. Ese chico era estúpido, rematadamente estúpido. El sigilo era algo que no todos los monos entendían, le sobrarían las balas supongo, además de estar muy confiado con que no llegase ningún caminante atraído por el disparo.-Nos has complicado la vida a todos con ese disparo, inútil.-Me gustaría verle tan siquiera INTENTAR eso de hacer daño, más bien parecía una locaza que acababa de salir de teñirse el pelo, pero ya se sabe, perro mordedor...-Hacednos un favor a todos y saltad la verja, no la cortéis como planeabas o vendrán más, la motosierra hace su ruido la cabrona... Más de los que vuestro amigo el rojo ya va a traer, claro.-Señalé con una mano el alambre de espino que impedía pasar cualquier cosa por encima de la verja.-Cuidado con no clavaros nada.-Habíamos empezado con mal pie, al menos ese par de chavales prepotentes que sin duda se quedaron atascados en la parte de la pubertad en la que hay que ser el más machito, respecto a las dos chicas no tenía quejas, solo esperaba que tuviesen algo más de cabeza como para no pegar gritos, ni tiros innecesarios.

Off: nah, no terminamos ese post, así que hagamos como si nada xDDD y lo mismo le digo a Nacho, creo que será mejor xD

[OFF]No tenemos ocho usuarios, así que intentaré pensar que basta conque posteemos 8 veces, sino sólo queda esperar que posteen menos personaqs de los malditos que de los de la fuerza o será el juego más corto que ha habido[/OFF]

Finalmente el tío salio y de nuestro ruido sé quejó, pero mi persona su protesta ignoró.

-Hasta que te dignas a salir y vaya humor que traes. No me digas, déjame adivinar, te estabas despertando luego de una resaca y nuestro ruido te causa migraña, ¿verdad?- Entonces mi lanza de mi espalda saqué y los alambres de puas rápidamente corté, ahora podemos pasar y algo he de comentar aunque a éste fulano no le vaya a gustar.


-Éste revolver no es exactamente del mejor calibre del mercado y el sonido de su disparo tiene un alcance limitado por lo mismo. Las bases militares están algo apartadas de la ciudades y las rejas que lo rodean están a buena distancia de las instalaciones, los muros de las construcciones principales son de concreto solido muy grueso, aunque los hangares y algunas otras construcciones son de acero. Esto hace que los zombis dentro de las instalaciones principales (donde más suelen estar) difícilmente puedan oírnos dejando sólo a la minoría que está afuera. Por ahora no veo zombies desde aquí, así que dudo que haya muchos en el radio de escucha del disparo y aun más dudo que sean más que lo que un grupo de gente entrenada pueda manejar, especialmente de mi lado de la reja. Aunque no cuestiono la posibilidad de que pueden aparecer más zombies después, pues suele pasar, así que procuraré no dar muchos más tiros innecesarios-

Habia algo más que no queria comentar y es que habia el riesgo de que zoey me pudiera disparar (no dar, necesariamente) para la apuesta ganar y eso era algo que debía evitar.

Por ahora ningún muerto puedo ver, así que a la base militar, saltando la reja, me empiezo a meter y así a éste tipo más de cerca puedo conocer.

-¿Cual es tu nombre arquero?-

Lentamente, con cuidado, a la base principal me empiezo a dirigir, pero mi cuidado y atención a posibles amenazas en ningún momento voy a reducir.

[OFF]Arthut. Yo haré como que el tema ocurrió y que encontré a esmeralda, pero haré como si no te vi o me olvide. Y, sobre la bala, he de decirte que fue la primera bala que he disparado desde que llegué a ETS, siempre he usado flechas o armas blancas. Por un lado había la posibilidad de que zoey me disparase (aunque no buscara darme) para no perder la apuesta y por otro me dio ganas de usar esa bala contigo tras lo mucho que el sombrerero nos quiere enfrentar xDD Dada la actitud de tu pj, no me arrepiento.-[/off]

Finalmente, el tipo aparecio, y a los cinco minutos o menos me hizo desear que no hubiera aparecido. La verda, no parecia una amenaza, de hecho la chica con la que max hablo parecia mas amenazante. El tipo estaba armado con un arco y flechas. Estamos en el siglo 21. Obviamente una flecha bien tirada mataria a un zombie, pero contra civiles armados a este tipo le veo tanto futuro como a la chica desnuda de Tiburon. La verdad, su humor dejaba mucho que desear. Por no mencionar que insulto a un desconocido que a sus ojos podia ser un loco, y ademas estaba armado. Le daba un -5 al sentido comun de este tipo.

Como si fuera poco, llega dando ordenes. Ahora no se si tiene delirio de grandesa o solo delirios, o es estupido, o como bien dijo max, estaba borracho hasta la medula.
Sin embargo Max parecia no importarle su mal genio. De hecho hasta le dio una explicacion sobre por que su accion habia sido correcta. Aunque, para ser justos, pegar un tiro al pedo y por un dolar sin valor, era una locura. Nisiquiera creo que Zoey hubiera hecho algo asi, aunque se moria por matar caminantes. Por mi parte, no disfrutaba el hacerlo, pero tampoco es que no me gustara.

Max ya habia facilitado el acceso, pero no me arriesgaria a ir primero, los primeros y los ultimos siempre mueren primero, los del medio al menos aguantan mas. Me hize a un lado mientras miraba a Zoey- las damas primero, pero tu tambien puedes ir primero- meintras le daba una sonrisa burlona, en el buen sentido claro