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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Come with me now || Thirteen + Jay
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- Tranquila, seguro que se ponen a jugar a las cartas y a hablar de futbol... - Puse los ojos en blanco porque ni yo misma me tragaba aquellas palabras. Cosa que Thirt tampoco hizo, Thirt, Thirteen o Katherine como la conocí yo aquella otra vez se subía al asiento copiloto del coche de Hal. Ambas dejábamos a los chicos en aquel motel. Hal y Kyle, junto a Lena, que era tal vez la que más pena me daba ahora, pues tendría que quedarse y aguantarlos. - Es Lena quien me preocupa tal vez más, a lo mejor cuando lleguemos los ha ahogado en la piscina o algo así... - Comenté con cierta sorna mientras arrancaba el jeep de Hal para alejarnos de aquella zona. - Creo que deberíamos buscar otro vehículo, el jeep no está nada mal, pero ya estamos un pelín justos, ¿no crees? - Pregunté mientras que cogía una de las cintas que había en el coche y la ponía en el radio cassette. - Por favor... - Me reí mostrándole a mi compañera una de las viejas cintas que había por ahí, que seguramente tendrían sus buenos años.
Tras nuestro encuentro en el almacén Katherine y su novio, porque estaba claro que era su novio se vinieron con nosotros al motel en el que nos habíamos refugiado estos días y la verdad es que la convivencia había resultado ser bastante agradable, en un principio tal vez algo complicada, pero a la larga estaba resultando ser buena, al menos por parte de Thirt, Lena y mía, Hal y Kyle eran otro asunto a parte... Y la pobre de Lena se había quedado con ellos para aguantarlos. - ¿Tienes el mapa por ahí? - Le pregunté a la morena señalando de reojo la guantera, cambiando de tema cuando quise revisar un poco la ruta mejor. - Es todo recto y en la siguiente intersección a la derecha seguir esa, ¿no? - Me había aprendido prácticamente aquel dichoso mapa de memoria y aún así seguía preguntado, porque me gustaba tenerlo todo bien controlado, tal vez demasiado. Ambas nos pusimos de acuerdo en que necesitábamos salir de aquel dichoso lugar y aprovechando la cercanía con el Estado de Kansas decidimos acercarnos hasta una de las granjas que salían en el mapa, no muy lejos de dicha frontera. Tanto Hal como Kyle estuvieron en total desacuerdo con nosotras, cosa que no nos importó para llevarnos el coche del primero y casi largarnos sin avisar de que nos íbamos. Y para salir pusimos como excusa acercarnos a una granja, con la esperanza de dar con comida, tal vez algún arma... En las granjas solían hacerse mucha comida en conserva, fue Thirteen quien sugirió ese lugar y lo cierto era que yo confiaba bastante en ella.
- Oye Thirt, te llamo así porque creo que escuché a Kyle decirtelo, ¿pero por qué Thirteen? - Pregunté mientras que mantenía la mirada fija en la carretera. Y es que ella se presentó como Katherine aquel día, pero en el motel Kyle la llamó Thirt y hasta al escuchar a Lena llamarla Thirteen entendí que de ahí venía lo de Thirt, pero tampoco sabía por qué aquel número y no otro, ¿su cumpleaños? Eso lo veía poco probable, la verdad. Pero a saber. El viaje se hizo bastante corto teniendo al lado a Katherine como compañera, hablamos de cuanto se nos ocurría y fue una conversación bastante amena, nada que ver con esas en las que mencionabas cualquier chorrada porque no sabías que decir. Había tenido mucha suerte de toparme con ella, era una muy buena compañera.
- Allí está, aparcaré ni muy lejos ni muy cerca, por si acaso... - Avisé mientras que reducía la velocidad al entrar por aquel camino de tierra, justo cuando cambiaba de marcha, a ver si iba a joder el jeep y darle otra razón más a Hal para matarme. - Última parada... La granja de los zombies - Susurré al ver de lejos los imponentes edificios. Seguidamente bajé rápida del coche para hacerme con mi mochila y cosas. Había detenido el coche bajo una arboleda, de tal forma que tampoco quedase muy a la vista, además había dado la vuelta, para que así estuviera listo para salir si era necesario hacerlo deprisa. - ¿Lista Thirt? - Le pregunté a mi nueva compañera mientras que ajustaba las correas de la mochila y empezaba a andar en dirección de aquel lugar. Conforme más nos acercábamos más se veían los destrozos de la fachada y aunque por ahora no hubiéramos visto a ninguno de esos muertos, el lugar parecía igual de siniestro.
Tras nuestro encuentro en el almacén Katherine y su novio, porque estaba claro que era su novio se vinieron con nosotros al motel en el que nos habíamos refugiado estos días y la verdad es que la convivencia había resultado ser bastante agradable, en un principio tal vez algo complicada, pero a la larga estaba resultando ser buena, al menos por parte de Thirt, Lena y mía, Hal y Kyle eran otro asunto a parte... Y la pobre de Lena se había quedado con ellos para aguantarlos. - ¿Tienes el mapa por ahí? - Le pregunté a la morena señalando de reojo la guantera, cambiando de tema cuando quise revisar un poco la ruta mejor. - Es todo recto y en la siguiente intersección a la derecha seguir esa, ¿no? - Me había aprendido prácticamente aquel dichoso mapa de memoria y aún así seguía preguntado, porque me gustaba tenerlo todo bien controlado, tal vez demasiado. Ambas nos pusimos de acuerdo en que necesitábamos salir de aquel dichoso lugar y aprovechando la cercanía con el Estado de Kansas decidimos acercarnos hasta una de las granjas que salían en el mapa, no muy lejos de dicha frontera. Tanto Hal como Kyle estuvieron en total desacuerdo con nosotras, cosa que no nos importó para llevarnos el coche del primero y casi largarnos sin avisar de que nos íbamos. Y para salir pusimos como excusa acercarnos a una granja, con la esperanza de dar con comida, tal vez algún arma... En las granjas solían hacerse mucha comida en conserva, fue Thirteen quien sugirió ese lugar y lo cierto era que yo confiaba bastante en ella.
- Oye Thirt, te llamo así porque creo que escuché a Kyle decirtelo, ¿pero por qué Thirteen? - Pregunté mientras que mantenía la mirada fija en la carretera. Y es que ella se presentó como Katherine aquel día, pero en el motel Kyle la llamó Thirt y hasta al escuchar a Lena llamarla Thirteen entendí que de ahí venía lo de Thirt, pero tampoco sabía por qué aquel número y no otro, ¿su cumpleaños? Eso lo veía poco probable, la verdad. Pero a saber. El viaje se hizo bastante corto teniendo al lado a Katherine como compañera, hablamos de cuanto se nos ocurría y fue una conversación bastante amena, nada que ver con esas en las que mencionabas cualquier chorrada porque no sabías que decir. Había tenido mucha suerte de toparme con ella, era una muy buena compañera.
- Allí está, aparcaré ni muy lejos ni muy cerca, por si acaso... - Avisé mientras que reducía la velocidad al entrar por aquel camino de tierra, justo cuando cambiaba de marcha, a ver si iba a joder el jeep y darle otra razón más a Hal para matarme. - Última parada... La granja de los zombies - Susurré al ver de lejos los imponentes edificios. Seguidamente bajé rápida del coche para hacerme con mi mochila y cosas. Había detenido el coche bajo una arboleda, de tal forma que tampoco quedase muy a la vista, además había dado la vuelta, para que así estuviera listo para salir si era necesario hacerlo deprisa. - ¿Lista Thirt? - Le pregunté a mi nueva compañera mientras que ajustaba las correas de la mochila y empezaba a andar en dirección de aquel lugar. Conforme más nos acercábamos más se veían los destrozos de la fachada y aunque por ahora no hubiéramos visto a ninguno de esos muertos, el lugar parecía igual de siniestro.
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-Creo que antes harían volar en mil pedazos el motel...-No es que conociera demasiado a Hal, pero en algunos aspectos me recordaba bastante a Kilroy y por ello sus personalidades solían chocar algo, pero al final acabarían llevándose bastante bien. Estaba convencida de ello. El problema como había dicho Thea era que Lena ahora se había quedado con ellos.-Seguro que se las apaña-Sonreí mientras miraba como mi compañera sacaba un par de cintas y colocaba una.
-Lo cierto es que si, ahora si nos quedamos ahí bien, pero para cargar con todas nuestras cosas y llevarnos a nosotros mismos... Si andamos justos-¿Era poco prudente hablar de aquello ahora?, es decir, me sorprendí a mi misma hablando de futuros planes en los que todos íbamos juntos. Y tal vez ellos no quisieran que fuéramos en grupo, pero al decir Thea aquello sentí que ella misma ya nos contaba como parte de ellos y eso me gustó.-Nos veo con una de esas furgonetas hippies, ¿qué dices?-Bromeé finalmente al decir aquello. Cuando me pidió el mapa lo saqué de la guantera y comencé a buscar las marcas que habíamos hecho previamente.-No lo he mirado, pero seguro que esa es la ruta, ¡te la sabes de memoria!-Exclamé asintiendo finalmente cuando comprobé que era esa misma que había mencionado.-Esa es-Concluí volviendo a doblar el mapa mientras que Thea llevaba el coche a la perfección por aquellas carreteras y observaba aquel desolado paisaje que mostraba la carretera.
-¡Oh eso!-Sonreí cuando me preguntó y la miré de reojo para responderle sin ningún rodeo, no era nada misterioso ni ningún secreto en especial.-Cuando huía de mi ciudad Kyle me salvó la vida, me encontró en una habitación de un hotel y yo estaba hecha polvo...-Sonreí de forma amarga al recordarlo.-Cuando me preguntó por mi nombre... Casi no fui ni capaz de respondérle, estaba...-La sonrisa fue desapareciendo poco a poco al recordar todo lo malo que pasé en aquellos días y como sufrí por ello.-Fue horrible-Puse la mirada en blanco al recordarlo.-Pero entonces apareció él-Sonreí de nuevo al recordarlo.-Y estaba tan... En shock supongo, así que él me llamó Thirteen, porque era el número de la habitación en el que me encontró-La sonrisa se hizo más amplia de forma inevitable, pese a los malos recuerdos tenía también buenos, él principalmente.-Y a él su compañero le llamaba Kilroy, va por ahí marcándolo todo con ese muñeco y el "Kilroy estuvo aquí", me hace gracia, es una manía suya, supongo que por eso su compañero le llamaba así y me gusta, es como si de alguna forma dejaras constancia de que has pasado por ese lugar, que exististe, que viviste al fin del mundo e hiciste tu propio camino pese a la muerte, así que yo muchas veces añado un trece a su lado-Me eché a reír negando.-A lo mejor te parece una estupidez, pero...-Me encogí de hombros, me parecía algo bonito, no era capaz de usar otra palabra más indicada. Y bueno, yo había sido bibliotecaria, me apasionaban los libros, las viejas historias... Saber de nuestros antepasados en definitiva.-¿Sabes?, creo que escribiré sobre todo esto, aunque en un futuro nadie lo vaya a leer o si, por si acaso... Sería una buena forma de documentar a las generaciones futuras si es que llegan a haber alguna, de recordárles que pasó para que así no choquen de nuevo con la misma piedra... Si, estaría genial-Sólo tendría que encontrar algo donde escribir, me encantaría hacerlo y por primera vez en mucho tiempo sentía que tenía un propósito más claro, últimamente tan sólo luchaba por seguir con vida, por seguir junto a Kyle y ahora encontraba otra razón más que me apasionaba y que me hacía sentirme como en los viejos tiempos, cuando me adentraba en mi biblioteca y me perdía entre todos esos estantes llenos de libros.
-Lista, o eso creo...-Susurré mientras que bajaba del coche una vez que llegamos, Thea había sido ingeniosa y lo había dejado listo para salir en cuanto fuera necesario. Cargué con mi mochila yo también y comencé a seguirla, esperando que mi idea de ir hacia aquella granja diera resultados. Los granjeros solían preparar comida en conserva que aguantaba mucho tiempo, además si eran del estilo de esos locos sureños seguro que tendrían armas. Esperaba no habernos traído hasta la única granja seguramente del Estado de Kansas que no diera con esos tópicos... Lo bueno era que parecía estar despejada de esas cosas, lo malo es que este podía ser el inicio de cualquier típica película de miedo.
-Lo cierto es que si, ahora si nos quedamos ahí bien, pero para cargar con todas nuestras cosas y llevarnos a nosotros mismos... Si andamos justos-¿Era poco prudente hablar de aquello ahora?, es decir, me sorprendí a mi misma hablando de futuros planes en los que todos íbamos juntos. Y tal vez ellos no quisieran que fuéramos en grupo, pero al decir Thea aquello sentí que ella misma ya nos contaba como parte de ellos y eso me gustó.-Nos veo con una de esas furgonetas hippies, ¿qué dices?-Bromeé finalmente al decir aquello. Cuando me pidió el mapa lo saqué de la guantera y comencé a buscar las marcas que habíamos hecho previamente.-No lo he mirado, pero seguro que esa es la ruta, ¡te la sabes de memoria!-Exclamé asintiendo finalmente cuando comprobé que era esa misma que había mencionado.-Esa es-Concluí volviendo a doblar el mapa mientras que Thea llevaba el coche a la perfección por aquellas carreteras y observaba aquel desolado paisaje que mostraba la carretera.
-¡Oh eso!-Sonreí cuando me preguntó y la miré de reojo para responderle sin ningún rodeo, no era nada misterioso ni ningún secreto en especial.-Cuando huía de mi ciudad Kyle me salvó la vida, me encontró en una habitación de un hotel y yo estaba hecha polvo...-Sonreí de forma amarga al recordarlo.-Cuando me preguntó por mi nombre... Casi no fui ni capaz de respondérle, estaba...-La sonrisa fue desapareciendo poco a poco al recordar todo lo malo que pasé en aquellos días y como sufrí por ello.-Fue horrible-Puse la mirada en blanco al recordarlo.-Pero entonces apareció él-Sonreí de nuevo al recordarlo.-Y estaba tan... En shock supongo, así que él me llamó Thirteen, porque era el número de la habitación en el que me encontró-La sonrisa se hizo más amplia de forma inevitable, pese a los malos recuerdos tenía también buenos, él principalmente.-Y a él su compañero le llamaba Kilroy, va por ahí marcándolo todo con ese muñeco y el "Kilroy estuvo aquí", me hace gracia, es una manía suya, supongo que por eso su compañero le llamaba así y me gusta, es como si de alguna forma dejaras constancia de que has pasado por ese lugar, que exististe, que viviste al fin del mundo e hiciste tu propio camino pese a la muerte, así que yo muchas veces añado un trece a su lado-Me eché a reír negando.-A lo mejor te parece una estupidez, pero...-Me encogí de hombros, me parecía algo bonito, no era capaz de usar otra palabra más indicada. Y bueno, yo había sido bibliotecaria, me apasionaban los libros, las viejas historias... Saber de nuestros antepasados en definitiva.-¿Sabes?, creo que escribiré sobre todo esto, aunque en un futuro nadie lo vaya a leer o si, por si acaso... Sería una buena forma de documentar a las generaciones futuras si es que llegan a haber alguna, de recordárles que pasó para que así no choquen de nuevo con la misma piedra... Si, estaría genial-Sólo tendría que encontrar algo donde escribir, me encantaría hacerlo y por primera vez en mucho tiempo sentía que tenía un propósito más claro, últimamente tan sólo luchaba por seguir con vida, por seguir junto a Kyle y ahora encontraba otra razón más que me apasionaba y que me hacía sentirme como en los viejos tiempos, cuando me adentraba en mi biblioteca y me perdía entre todos esos estantes llenos de libros.
-Lista, o eso creo...-Susurré mientras que bajaba del coche una vez que llegamos, Thea había sido ingeniosa y lo había dejado listo para salir en cuanto fuera necesario. Cargué con mi mochila yo también y comencé a seguirla, esperando que mi idea de ir hacia aquella granja diera resultados. Los granjeros solían preparar comida en conserva que aguantaba mucho tiempo, además si eran del estilo de esos locos sureños seguro que tendrían armas. Esperaba no habernos traído hasta la única granja seguramente del Estado de Kansas que no diera con esos tópicos... Lo bueno era que parecía estar despejada de esas cosas, lo malo es que este podía ser el inicio de cualquier típica película de miedo.
No pude más que sonreír y prestar gran atención a esa conversación que habíamos iniciado, me resultaba muy interesante la forma de ver las cosas de ella o simplemente acabar descubriendo como se había ganado tal mote. Detalle que aunque en un principio fuera triste, resultó bonito de saber, era en si una bonita historia, la verdad y me agradó mucho que la compartiera conmigo. - Así que por eso ese número... Y mira que dicen que es uno que da mala suerte... - Bromeé mientras que salíamos del coche juntas. - Esa me parece una gran idea - Añadí cuando dijo que le gustaría escribir sobre aquello. - Te lo digo de verdad, podría ser una especie de guía, un nuevo libro de historia... - La miré justo cuando cerré el coche y luego me coloqué bien la mochila de nuevo a la espalda. - ¡Los días oscuros de Estados Unidos o mejor aún; Guerra Mundial Z! - Alcé las manos como si esto fuera una película y los títulos pasaran sobre nuestras cabezas. - En serio, sería una idea genial y a mi me encantaría leerlo - Y sin más le di una pequeña palmada en el hombro.
- Espero que hoy tengamos más suerte que la última vez, por cierto... - Añadí al recordar que esta era la segunda vez que ambas estábamos fuera del motel y la primera, que fue nuestro encuentro, no es que fuera una gran fiesta. Aún andaba dolorida por culpa de los golpes que nos dimos. Lo cierto era que desde aquel día extraño con esas zorras gigantes aún no habíamos salido para nada y prácticamente nos tomamos esos días como de descanso, de ahí que Hal y Kyle estuvieran reacios a dejarnos salir, pero al parecer Katherine y yo eramos igual de inquietas y necesitábamos un poco aire libre. - Que dices... ¿Crees que saldrá un tío del saco con una motosierra de ese granero? - Pregunté con sarcasmo mientras avanzábamos por aquel camino de tierra en dirección de la dichosa granja.
Así que con tío de la motosierra o sin él la morena y yo fuimos avanzando en dirección del granero que era el primer edificio más cercano. Y al igual que el resto este era bastante siniestro. El paso del tiempo era dañino para todo y todos. Las maderas del granero debieron ser de un color rojo chillón antiguamente, pero este ya había perdido fuerza por culpa de los efectos del sol, seguramente. - ¿Habrá alguien en casa? - Le pregunté a Katherine mientras que me acercaba a la puerta del edificio y daba un par de golpes suaves, empujándola luego hacia adentro con ayuda del peso de mi cuerpo. No se veía nada, el lugar estaba totalmente a oscuras, así que retrocedí de forma rápida a la vez que me hacía con la linterna para enfocar el interior. Un granero normal y corriente. - Thirt... Ven a ver esto - La llamé sin alzar demasiado la voz mientras que entraba en el interior de aquel lugar sucio y polvoriento. Tal vez pudiera haber un cuchillo, un machete... Algo que nos sirviera, aunque sinceramente empezaba a darme por vencida, lo mejor sería probar suerte en la casa, allí seguramente encontraríamos algo útil de verdad. - ¿Ves algo? - Pregunté mientras que nos movíamos por el lugar, empezaba a parecer una perdida de tiempo y pensaba en salir de ahí hasta que escuché una voz. Me quedé completamente paralizada, porque era una voz humana, así que rápida tiré de la mano de Thirteen para escondernos tras una de las grandes vigas de madera, momento en el que se abrió la puerta del granero y alguien entraba.
- Espero que hoy tengamos más suerte que la última vez, por cierto... - Añadí al recordar que esta era la segunda vez que ambas estábamos fuera del motel y la primera, que fue nuestro encuentro, no es que fuera una gran fiesta. Aún andaba dolorida por culpa de los golpes que nos dimos. Lo cierto era que desde aquel día extraño con esas zorras gigantes aún no habíamos salido para nada y prácticamente nos tomamos esos días como de descanso, de ahí que Hal y Kyle estuvieran reacios a dejarnos salir, pero al parecer Katherine y yo eramos igual de inquietas y necesitábamos un poco aire libre. - Que dices... ¿Crees que saldrá un tío del saco con una motosierra de ese granero? - Pregunté con sarcasmo mientras avanzábamos por aquel camino de tierra en dirección de la dichosa granja.
Así que con tío de la motosierra o sin él la morena y yo fuimos avanzando en dirección del granero que era el primer edificio más cercano. Y al igual que el resto este era bastante siniestro. El paso del tiempo era dañino para todo y todos. Las maderas del granero debieron ser de un color rojo chillón antiguamente, pero este ya había perdido fuerza por culpa de los efectos del sol, seguramente. - ¿Habrá alguien en casa? - Le pregunté a Katherine mientras que me acercaba a la puerta del edificio y daba un par de golpes suaves, empujándola luego hacia adentro con ayuda del peso de mi cuerpo. No se veía nada, el lugar estaba totalmente a oscuras, así que retrocedí de forma rápida a la vez que me hacía con la linterna para enfocar el interior. Un granero normal y corriente. - Thirt... Ven a ver esto - La llamé sin alzar demasiado la voz mientras que entraba en el interior de aquel lugar sucio y polvoriento. Tal vez pudiera haber un cuchillo, un machete... Algo que nos sirviera, aunque sinceramente empezaba a darme por vencida, lo mejor sería probar suerte en la casa, allí seguramente encontraríamos algo útil de verdad. - ¿Ves algo? - Pregunté mientras que nos movíamos por el lugar, empezaba a parecer una perdida de tiempo y pensaba en salir de ahí hasta que escuché una voz. Me quedé completamente paralizada, porque era una voz humana, así que rápida tiré de la mano de Thirteen para escondernos tras una de las grandes vigas de madera, momento en el que se abrió la puerta del granero y alguien entraba.
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El cielo se torna de un color gris, cada vez más intenso conforme la mañana va avanzando poco a poco. Resulta curioso ver como he acabado prácticamente en la otra punta del país, pero me da exactamente igual, lo que más me importa ahora es ver que pasa con estos gilipollas. Hemos salido de caza, si, ¿pero de caza de qué?, a saber, hasta ahora con lo único que hemos acabado han sido zombies y más zombies y yo cada vez no sólo me siento más sucio, si no más gilipollas también, pues eso de ir tras un atajo de paletos sureños para ver como gastan munición a lo tonto no me va. ¿De verdad íbamos a buscar la cena o a que ellos se lucieran disparando al aire sus juguetitos...? Llevo un par de semanas con esa gente y sinceramente empiezo a hartarme ya bastante de ellos. Me tienen como una mula de carga. Pero lo compensa la comida, la cama y que bueno... Contar con el club del paleto sureño en contra del zombie tiene sus ventajas en el apocalipsis, la primera es que además de que estos hombres están flipados con las armas cuentan con su buen almacén de comida, además de que tienen buenas camas en la casa y uno si colabora con las guardias puede dormir perfectamente sin tener que estar con un ojo abierto y el otro cerrado, lo cual se agradece, porque hace un mes o así yo si que era un zombie por culpa de la falta de sueño.
-¡Voy a dejar esto!- exclama uno de ellos, James, mientras que va cargado con varias trampas y comido de mierda y sangre en dirección del granero. Yo le hago un gesto de: "vale, me importa una mierda" mientras que voy con Shawn y Joseph hacia la casa. Allí están el resto, Adrian se asoma al porche mientras se bebe una lata de cerveza, nos recibe con un eructo y se echa a reír al ver la pieza que Joseph lleva, que no es más que un pollo perdíz. -Es que no sois capaces de hacer una mierda sin mi, ¿eh?- comenta mientras que se rasca la barbilla y sale Katrina, tal vez la mujer menos femenina que he visto en mi jodida vida, da igual que se maquille o se arregle, siempre me seguirá pareciendo un tío, tal vez hasta más varonil incluso que el resto de estos paletos. Sinceramente debo añadir al precio de ayudar con las tareas, la caza, las guardias y defender el lugar aguantarlos, porque de verdad son muy insoportables, sobre todo esa guarra que se pasa el día tratando de ligar con alguno de nosotros. De verdad, que si Katrina es la última mujer sobre la faz de la tierra me corto la polla. -¿Te has hecho daño amor?- esta vez se asoma por la puerta de la casa con una especie de cortina rosa por vestido, no le hace nada, pero nada de bien, es más, creo que mirarla directamente podría hasta dejarme ciego, así que cuando paso por su lado y ella se acerca con ademán de besar mi mejilla la aparto de un empujón, que en verdad no le hago nada porque seguramente pesa dos veces lo que yo. No puedo evitar preguntarme si Katrina será virgen, entonces creo entender que esté tan perra por tirarse a alguno de nosotros, pero que a mi me deje en paz.
No tardo en subir a la habitación, la que me he adueñado, debió pertenecer a un crío por la cantidad de juguetes y demás, pero fui el último en llegar y era eso o dormir en el granero, o peor aún, con Katrina, que ya me ofreció acompañarla. Me tumbo en la cama y los pies me sobresalen por esta, pero bueno, es mejor que nada. Cojo a Lucy, la guitarra que he apodado así y que encontré en el desván de la casa. Así sin más comienzo a tocar una vieja canción, la primera que se me viene a la cabeza, de Radiohead, si mal no recuerdo True love waits, sin duda porque me encanta tocar esa pieza y aunque no suela cantar esta vez lo hago, sin saber por qué, seguramente me apetezca, así de simple.
-I'll drown my beliefs, to have you be in peace- y tal vez hubiera seguido cantando de no ser porque Katrina asoma su enorme cabeza por la puerta de la habitación para dedicarme una sonrisa divertida, supongo que tratando de aparentar sensualidad. Y no lo consigue. -¿Qué te pica?- cualquiera que me vea pensará que soy un estúpido, un borde total con esa gente, pero no, aunque cueste de creer soy el tipo más amable que ha pisado esa casa. -Me pone escucharte, ¿por qué no sigues?- y si, la tía se queda tan pancha, pero es que a mi dan ganas de vomitar con tan sólo escuchar sus proposiciones y esto no es nada con la vez que tuve que pegarle un puñetazo cuando empezó a bajarme los pantalones, que por ello aún tengo un buen cardenal aún en mi estómago. Así que como he aprendido a que lo mejor es nos buscar bronca con esta panda de gilipollas, porque es prácticamente como vivir en una cárcel. Dejo la guitarra sobre la cama y sin más me salgo por la ventana dejándola ahí. Es una segunda planta, pero me sé mover por el tejado, así que voy con cuidado hasta la enredadera y bajo por esta saltando al porche, ahí Adrian me mira enarcando una ceja.
-Tíratela, a lo mejor descubres que hasta te gusta...- me dice mientras que le da un trago a la cerveza que lleva. -Tíratela tú, a ver si así se le pasa la jodida época del celo- mascullo molesto, porque ellos se lo toman todo a cachondeo. -Ya lo he hecho, tranquilo...- y por la mirada que le dedico, que tal vez ni yo mismo sepa que mirada le dedico trata de justificarse. -Mira Jay, uno se aburre y jugar en solitario es hasta cierto punto entretenido...- creo que eso me da aún más asco. Niego y me voy hacia la parte de atrás de la casa, en serio, necesito alejarme de esos gilipollas.
-¡Voy a dejar esto!- exclama uno de ellos, James, mientras que va cargado con varias trampas y comido de mierda y sangre en dirección del granero. Yo le hago un gesto de: "vale, me importa una mierda" mientras que voy con Shawn y Joseph hacia la casa. Allí están el resto, Adrian se asoma al porche mientras se bebe una lata de cerveza, nos recibe con un eructo y se echa a reír al ver la pieza que Joseph lleva, que no es más que un pollo perdíz. -Es que no sois capaces de hacer una mierda sin mi, ¿eh?- comenta mientras que se rasca la barbilla y sale Katrina, tal vez la mujer menos femenina que he visto en mi jodida vida, da igual que se maquille o se arregle, siempre me seguirá pareciendo un tío, tal vez hasta más varonil incluso que el resto de estos paletos. Sinceramente debo añadir al precio de ayudar con las tareas, la caza, las guardias y defender el lugar aguantarlos, porque de verdad son muy insoportables, sobre todo esa guarra que se pasa el día tratando de ligar con alguno de nosotros. De verdad, que si Katrina es la última mujer sobre la faz de la tierra me corto la polla. -¿Te has hecho daño amor?- esta vez se asoma por la puerta de la casa con una especie de cortina rosa por vestido, no le hace nada, pero nada de bien, es más, creo que mirarla directamente podría hasta dejarme ciego, así que cuando paso por su lado y ella se acerca con ademán de besar mi mejilla la aparto de un empujón, que en verdad no le hago nada porque seguramente pesa dos veces lo que yo. No puedo evitar preguntarme si Katrina será virgen, entonces creo entender que esté tan perra por tirarse a alguno de nosotros, pero que a mi me deje en paz.
No tardo en subir a la habitación, la que me he adueñado, debió pertenecer a un crío por la cantidad de juguetes y demás, pero fui el último en llegar y era eso o dormir en el granero, o peor aún, con Katrina, que ya me ofreció acompañarla. Me tumbo en la cama y los pies me sobresalen por esta, pero bueno, es mejor que nada. Cojo a Lucy, la guitarra que he apodado así y que encontré en el desván de la casa. Así sin más comienzo a tocar una vieja canción, la primera que se me viene a la cabeza, de Radiohead, si mal no recuerdo True love waits, sin duda porque me encanta tocar esa pieza y aunque no suela cantar esta vez lo hago, sin saber por qué, seguramente me apetezca, así de simple.
-I'll drown my beliefs, to have you be in peace- y tal vez hubiera seguido cantando de no ser porque Katrina asoma su enorme cabeza por la puerta de la habitación para dedicarme una sonrisa divertida, supongo que tratando de aparentar sensualidad. Y no lo consigue. -¿Qué te pica?- cualquiera que me vea pensará que soy un estúpido, un borde total con esa gente, pero no, aunque cueste de creer soy el tipo más amable que ha pisado esa casa. -Me pone escucharte, ¿por qué no sigues?- y si, la tía se queda tan pancha, pero es que a mi dan ganas de vomitar con tan sólo escuchar sus proposiciones y esto no es nada con la vez que tuve que pegarle un puñetazo cuando empezó a bajarme los pantalones, que por ello aún tengo un buen cardenal aún en mi estómago. Así que como he aprendido a que lo mejor es nos buscar bronca con esta panda de gilipollas, porque es prácticamente como vivir en una cárcel. Dejo la guitarra sobre la cama y sin más me salgo por la ventana dejándola ahí. Es una segunda planta, pero me sé mover por el tejado, así que voy con cuidado hasta la enredadera y bajo por esta saltando al porche, ahí Adrian me mira enarcando una ceja.
-Tíratela, a lo mejor descubres que hasta te gusta...- me dice mientras que le da un trago a la cerveza que lleva. -Tíratela tú, a ver si así se le pasa la jodida época del celo- mascullo molesto, porque ellos se lo toman todo a cachondeo. -Ya lo he hecho, tranquilo...- y por la mirada que le dedico, que tal vez ni yo mismo sepa que mirada le dedico trata de justificarse. -Mira Jay, uno se aburre y jugar en solitario es hasta cierto punto entretenido...- creo que eso me da aún más asco. Niego y me voy hacia la parte de atrás de la casa, en serio, necesito alejarme de esos gilipollas.
James + Adrian + Katrina + Joseph + Shawn
-Thea tienes una imaginación increíble-Me eché a reír al verla hacer aquello, aunque en verdad mi nueva amiga me había ayudado bastante, había conseguido animarme con ello y empezaría a escribir nada más llegar de nuevo al motel, siempre y cuando encontrase un buen diario en el que plasmar mis anécdotas e historias sobre el apocalipsis zombie.-Está bien, en cuanto consiga un diario lo primero sobre lo que escribiré, a parte de ponerlo todo en situación, será sobre esto, el día de hoy-Hice un gesto con las manos similar al de la morena. Sinceramente aún me costaba creer que estuviera con más gente, tanto Kyle como yo llevábamos ya meses, dos años casi tres solos, desconfiando de cualquier persona que se nos acercase, pero con Thea fue diferente, ella era una buena chica de verdad, al igual que Hal y Lena. Los tres habían pertenecido al cuerpo de S.T.A.R.S. de Nueva York, es decir, eran policías y estaban muy capacitados para todo aquello, lo que quería decir es que llevaban en la sangre lo de ayudar a los demás y quitando eso, eran personas normales y corrientes, muy agradables y dio la suerte de que la convivencia era sencilla, incluso para Kyle que solía desconfiar de todo el mundo. Eso me recordaba que yo era la única del grupo sin preparación alguna militar y a veces me sentía un poco como una carga, pues todos habían usado alguna vez un arma o sabían defenderse y yo era aún un poco torpe, pese a que Kyle me había estado ayudando. Siempre me decía la suerte que había tenido de encontrarle, y estaba totalmente segura de que si él no hubiera aparecido yo ahora estaría muerta.
-Voy-Exclamé cuando Thea me llamó para que entrase con ella al granero, pues yo estaba atareada observando el paisaje, árboles, malas hierbas... La deteriorada casa al final del camino y otro edificio similar al granero en el fondo. Me apresuré dejando que la puerta se cerrase sola, sin darme cuenta, por lo que cuando hizo aquel ruido yo di un pequeño respingo. Pero al menos veíamos bien gracias a la linterna que llevaba Thea.-No parece haber nada interesante-Le di un golpecito a una especia de atrapasueños que había colgado de una de las vigas. Fue ese preciso instante en el que veía a mi compañera salir, la seguía y ambas nos quedamos de piedra, paralizadas ante aquella voz humana y los pasos cada vez más sonoros. No supe la cara que puso ella, pero seguramente sería similar a la mía, que aunque no me viera yo sabía que era todo un poema. Rápidas ambos corrimos hacia atrás para ocultarnos tras una de las vigas del granero, sentí la fuerza de la mano de mi compañera y yo le devolví el apretón, justo cuando alguien entraba. ¿Y ahora qué?, ¿debíamos arriesgarnos a salir? Apenas me asomé un poco para ver a un tipo cargado de trampas y lo que más preocupaba, lleno de sangre y suciedad.
El tipo se empezó a mover por aquel sitio dejando las cosas por ahí, por lo que tiré de la mano de Thea para avanzar de cuclillas hacia la parte de atrás, cubriéndonos con uno de los montones de heno que había por allí. El tipo se movió por el lugar donde habíamos estado apenas hacía un momento y alzó la mirada frunciendo el ceño. Miró a su alrededor y tanto la pelinegra como yo prácticamente aguantamos la respiración por si aquel tipo nos escuchaba. El hombre se fijó entonces en el atrapasueños, ¿qué pasaba? y luego miró el suelo y en varias direcciones, cuando miró en la nuestra me agaché más. Hasta que no salió no me dejé caer en el suelo respirando de forma aliviada, aunque aún no tranquila del todo.-Thea, tengo la sensación de que lo mejor es largarnos silenciosamente-Susurré totalmente preocupada. Quería irme ya de allí, mi instinto me decía que encontrarnos con ellos no sería una buena situación.
-Voy-Exclamé cuando Thea me llamó para que entrase con ella al granero, pues yo estaba atareada observando el paisaje, árboles, malas hierbas... La deteriorada casa al final del camino y otro edificio similar al granero en el fondo. Me apresuré dejando que la puerta se cerrase sola, sin darme cuenta, por lo que cuando hizo aquel ruido yo di un pequeño respingo. Pero al menos veíamos bien gracias a la linterna que llevaba Thea.-No parece haber nada interesante-Le di un golpecito a una especia de atrapasueños que había colgado de una de las vigas. Fue ese preciso instante en el que veía a mi compañera salir, la seguía y ambas nos quedamos de piedra, paralizadas ante aquella voz humana y los pasos cada vez más sonoros. No supe la cara que puso ella, pero seguramente sería similar a la mía, que aunque no me viera yo sabía que era todo un poema. Rápidas ambos corrimos hacia atrás para ocultarnos tras una de las vigas del granero, sentí la fuerza de la mano de mi compañera y yo le devolví el apretón, justo cuando alguien entraba. ¿Y ahora qué?, ¿debíamos arriesgarnos a salir? Apenas me asomé un poco para ver a un tipo cargado de trampas y lo que más preocupaba, lleno de sangre y suciedad.
El tipo se empezó a mover por aquel sitio dejando las cosas por ahí, por lo que tiré de la mano de Thea para avanzar de cuclillas hacia la parte de atrás, cubriéndonos con uno de los montones de heno que había por allí. El tipo se movió por el lugar donde habíamos estado apenas hacía un momento y alzó la mirada frunciendo el ceño. Miró a su alrededor y tanto la pelinegra como yo prácticamente aguantamos la respiración por si aquel tipo nos escuchaba. El hombre se fijó entonces en el atrapasueños, ¿qué pasaba? y luego miró el suelo y en varias direcciones, cuando miró en la nuestra me agaché más. Hasta que no salió no me dejé caer en el suelo respirando de forma aliviada, aunque aún no tranquila del todo.-Thea, tengo la sensación de que lo mejor es largarnos silenciosamente-Susurré totalmente preocupada. Quería irme ya de allí, mi instinto me decía que encontrarnos con ellos no sería una buena situación.
Tato como mi compañera como yo nos quedamos heladas al ver que no estábamos solas en aquel lugar, y no precisamente porque hubieran zombies en la zona, ese tipo estaba bien vivo, pese a su aspecto. Parecía sacado de una película de terror, dejó caer las trampas por el lugar como si tal cosa y cuando se quedó quito mirando hacia su alrededor Katherine y yo fue como si al mirarnos nos dijésemos de no respirar, como si nos pudiera escuchar. Mi compañera tiró de mi y la seguí hasta colocarnos detrás de una de las balas de heno que habían por allí. Se me paralizó el corazón prácticamente cuando le vi allí de pie, justo donde habíamos estado apenas un momento y hasta que no se marchó no respiré aliviada junto a Thirteen. Asentí a sus comentarios. - Si, me da la impresión de que este hombre no será muy dado a hablar... - Susurré en voz baja mientras que apretaba la mano de mi amiga con fuerza contra la mía y tiraba de ella cuando escuchamos la puerta del granero cerrarse y hasta que no pasé lentamente por detrás de la viga. Hacia el centro del lugar no me di cuenta de lo que había pasado.
El corazón me dio un vuelco en el pecho cuando vi al tipo apoyado en la puerta con una mano sobre esta, mirándonos fijamente. Empujó la puerta hacia afuera haciendo que se abriera y esta se cerró lentamente sola, haciendo el mismo sonido que me había dado a entender que se había marchado, pero no, había sido una trampa, así que sabía que estábamos allí. - Al principio creí que eran esos seres asquerosos, esos walkers asquerosos, pero entonces me dije que esos idiotas no se esconde... Y acerté - El tipo hablaba como si nada mientras que con la punta de un cuchillo se limpiaba la suciedad de las uñas, tragué saliva haciendo que Katherine retrocediera hasta quedar entre ambos. - De verdad, siento lo ocurrido, no queríamos molestar a nadie, pensábamos que esto estaba abandonado, si es un problema nos marcharemos - Empecé a decir mientras que alzaba las manos lentamente, tratando de hacer ver que no eramos una amenaza. Aunque no sabía si aquel tipo atendería a razones, pues parecía no estar muy cuerdo. Y cuando hablé sin llegar a mirarnos se echó a reír a carcajadas casi. - ¿Así que lo sientes? - Preguntó mientras seguía limpiándose con aquel cuchillo, casi amenazantes. - Si - Asentí segura. - ¿Y tu amiga no? - Preguntó a la vez que alzaba la mirada y señalaba a Katherine con el filo de su cuchillo, cosa que no me gustó nada y eso que trataba de apartar las pintas y su voz de lunático.
- Ella también - Declaré tal vez demasiado seria. Entonces él se echó a reír como antes. - Era broma, era broma, tranquilas, de verdad, hace mucho que no trato con chicas tan hermosas como ustedes dos, ¿sabéis? - Y aquello me gustó menos, él empezó a caminar en nuestra dirección. - Perdonad mis modales, ¿necesitáis algo?, ¿agua, comida, descanso...? - Iba diciendo mientras se iba acercando hacia nosotras con toda la tranquilidad del mundo, hasta que quedó justo en frente de mi, a escasos centímetros de mi rostro. Yo mantuve a Katherine detrás, agarrándola con fuerza por el brazo. -Seguro que podemos llegar a algún acuerdo - Susurró y sonrió de una forma que no me gustó ni un pelo.
- No es necesario, de verdad, gracias, pero no hace falta, nos marcharemos - Fui rápida en responder. - Venga, no seas así, seguro que tu amiga está deseando descansar y comer algo, podemos ofreceros un plato caliente de comida, una cerveza... Y a cambio vosotras tal vez podáis hacer algo por mi y los chicos - No estaba solo, eso me asqueó, pero seguro que no tanto como sus palabras y ver que alzaba la mano en dirección de mis rostro, como si pretendiera acariciarme, antes de que me tocase golpeé su mano apartándola de mi al par que empujaba a Katherine hacia atrás para retroceder. - He dicho que no - Alcé algo más la voz, molesta. El tipo se me quedó mirando fijamente y sonrió desconcertándome. - ¡Niñata desagradecida! - Alzó rápidamente la mano y me abofeteó, rozando mi barbilla apenas con el cuchillo, pero si realizando un pequeño corte. - ¡Todas sois iguales, unas zorras y os vais a enterar maldita sea! - Gruñó alzando el cuchillo en mi dirección. Rápida con mi codo golpeé su cara al par que con la izquierda agarraba su mano, en la que sujetaba el cuchillo para quitárselo, obligando que lo hiciera pues le torcía la muñeca haciéndole daño. Al conseguir aquella pequeña arma golpeé su entrepierna con un rodillazo y le hice girar de tal forma que yo acabase tras él sujetando el cuchillo contra su cuello.
- ¿Así que quieres hacer que lo pase bien? - Pregunté con sorna, casi susurrándole a su oído. - Tú no quieres que lo pase bien - Casi escupí las palabras, llena de rabia y continué hablándole. - Porque ahora de la única forma que me lo pasaría bien sería rajándote esa boquita por la que no sale nada bueno - Y antes de que pudiera decir nada le golpeé, proporcionándole una patada en la espalda que hizo que cayera de boca contra el suelo, al par que agarraba de la mano a Katherine y tiraba de ella para sacarla de aquel lugar prácticamente arrastras, aquel tipo había dicho que allí había más gente, así que debíamos salir pitando, pero al salir fuera vi de lejos a un tipo en el porche de la casa. - ¡Mierda! - Mascullé molesta, no podíamos ir por ahí sin que no nos viera, así que tuve que seguir tirando de Katherine, rodear el granero y pasar por detrás era la opción para poder salir de allí sin ser vistas. - ¡Vamos Katherine! - Animé a mi compañera sin llegar a alzar demasiado la voz, porque esta era una de esas veces en las que había más prisa que nunca.
El corazón me dio un vuelco en el pecho cuando vi al tipo apoyado en la puerta con una mano sobre esta, mirándonos fijamente. Empujó la puerta hacia afuera haciendo que se abriera y esta se cerró lentamente sola, haciendo el mismo sonido que me había dado a entender que se había marchado, pero no, había sido una trampa, así que sabía que estábamos allí. - Al principio creí que eran esos seres asquerosos, esos walkers asquerosos, pero entonces me dije que esos idiotas no se esconde... Y acerté - El tipo hablaba como si nada mientras que con la punta de un cuchillo se limpiaba la suciedad de las uñas, tragué saliva haciendo que Katherine retrocediera hasta quedar entre ambos. - De verdad, siento lo ocurrido, no queríamos molestar a nadie, pensábamos que esto estaba abandonado, si es un problema nos marcharemos - Empecé a decir mientras que alzaba las manos lentamente, tratando de hacer ver que no eramos una amenaza. Aunque no sabía si aquel tipo atendería a razones, pues parecía no estar muy cuerdo. Y cuando hablé sin llegar a mirarnos se echó a reír a carcajadas casi. - ¿Así que lo sientes? - Preguntó mientras seguía limpiándose con aquel cuchillo, casi amenazantes. - Si - Asentí segura. - ¿Y tu amiga no? - Preguntó a la vez que alzaba la mirada y señalaba a Katherine con el filo de su cuchillo, cosa que no me gustó nada y eso que trataba de apartar las pintas y su voz de lunático.
- Ella también - Declaré tal vez demasiado seria. Entonces él se echó a reír como antes. - Era broma, era broma, tranquilas, de verdad, hace mucho que no trato con chicas tan hermosas como ustedes dos, ¿sabéis? - Y aquello me gustó menos, él empezó a caminar en nuestra dirección. - Perdonad mis modales, ¿necesitáis algo?, ¿agua, comida, descanso...? - Iba diciendo mientras se iba acercando hacia nosotras con toda la tranquilidad del mundo, hasta que quedó justo en frente de mi, a escasos centímetros de mi rostro. Yo mantuve a Katherine detrás, agarrándola con fuerza por el brazo. -Seguro que podemos llegar a algún acuerdo - Susurró y sonrió de una forma que no me gustó ni un pelo.
- No es necesario, de verdad, gracias, pero no hace falta, nos marcharemos - Fui rápida en responder. - Venga, no seas así, seguro que tu amiga está deseando descansar y comer algo, podemos ofreceros un plato caliente de comida, una cerveza... Y a cambio vosotras tal vez podáis hacer algo por mi y los chicos - No estaba solo, eso me asqueó, pero seguro que no tanto como sus palabras y ver que alzaba la mano en dirección de mis rostro, como si pretendiera acariciarme, antes de que me tocase golpeé su mano apartándola de mi al par que empujaba a Katherine hacia atrás para retroceder. - He dicho que no - Alcé algo más la voz, molesta. El tipo se me quedó mirando fijamente y sonrió desconcertándome. - ¡Niñata desagradecida! - Alzó rápidamente la mano y me abofeteó, rozando mi barbilla apenas con el cuchillo, pero si realizando un pequeño corte. - ¡Todas sois iguales, unas zorras y os vais a enterar maldita sea! - Gruñó alzando el cuchillo en mi dirección. Rápida con mi codo golpeé su cara al par que con la izquierda agarraba su mano, en la que sujetaba el cuchillo para quitárselo, obligando que lo hiciera pues le torcía la muñeca haciéndole daño. Al conseguir aquella pequeña arma golpeé su entrepierna con un rodillazo y le hice girar de tal forma que yo acabase tras él sujetando el cuchillo contra su cuello.
- ¿Así que quieres hacer que lo pase bien? - Pregunté con sorna, casi susurrándole a su oído. - Tú no quieres que lo pase bien - Casi escupí las palabras, llena de rabia y continué hablándole. - Porque ahora de la única forma que me lo pasaría bien sería rajándote esa boquita por la que no sale nada bueno - Y antes de que pudiera decir nada le golpeé, proporcionándole una patada en la espalda que hizo que cayera de boca contra el suelo, al par que agarraba de la mano a Katherine y tiraba de ella para sacarla de aquel lugar prácticamente arrastras, aquel tipo había dicho que allí había más gente, así que debíamos salir pitando, pero al salir fuera vi de lejos a un tipo en el porche de la casa. - ¡Mierda! - Mascullé molesta, no podíamos ir por ahí sin que no nos viera, así que tuve que seguir tirando de Katherine, rodear el granero y pasar por detrás era la opción para poder salir de allí sin ser vistas. - ¡Vamos Katherine! - Animé a mi compañera sin llegar a alzar demasiado la voz, porque esta era una de esas veces en las que había más prisa que nunca.
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A veces pienso que lo mejor sería coger la Harley del gilipollas de Joseph y largarme, el problema sería que me acabarían persiguiendo hasta dar conmigo y arrancarme la lengua. No estoy a gusto con esta gente, pero tampoco puedo irme así sin más. La vida fuera de la granja es mucho más complicada de lo que es aquí dentro y eso que aquí las cosas se salen de quicio. Así que simplemente ahora, con el cabreo que tengo lo único que pienso es en alejarme de la casa y lo más importante de estos idiotas a los que no aguanto. Me siento como si fueran unas garrapatas y me estuvieran chupando hasta la última gota de mi sangre. Así que bajo rápidamente las escaleras del porche con las pequeñas risotadas del idiota de Adrian detrás de mi, pero antes de que pueda bajar visualizo a James al final del camino, gritando y alzando las manos como un poseso. -¿Qué coño le pasa ahora a este?- mascullo mientras camino en su dirección a paso ligero. Conforme me acerco veo que la nariz le sangra y que tiene un pequeño corte, nada importante, en el cuello. -¡¿Qué te ha pasado?!- exclamo perplejo al verlo.
-Había alguien en el granero, me han quitado el cuchillo y golpeado, venían a robarnos, ¡casi me matan joder!- parece bastante nervioso y es cierto que no porta el cuchillo. Adrian llega corriendo maldiciendo. -¿Cuantos son?- veo como carga la escopeta y James escupe algo de sangre, seguidamente llega Katrina que me da un machete y Joseph. -Dos chicas- cuando james lo dice Adrian se carcajea. -Hablo en serio, me pusieron buena cara y tontearon conmigo, en cuanto quise ofrecerles cobijo una de ellas por poco me mata allí mismo- habla realmente cabreado. -No os dejéis engañar- susurra con un gruñido mientras se limpia la sangre de la cara. -Pues entonces mataremos a esas zorras, ¿quién no nos dice que no vayan a venir luego con más gente?- Katrina carga su escopeta y los miro perplejos, si, esta gente está colgada.
-¡¿Pero os estáis escuchando?!, ¡son personas no zombies!- siseo cabreado. -Chico, son ellas o nosotros- Shawn llega corriendo y le da otra escopeta de caza a James que la coge cabreado. -¡Vamos a buscarlas, no deben estar muy lejos!- Katrina parte conmigo en dirección del lugar, sinceramente esto no me gusta nada, pero bueno, tal vez pueda intervenir y ver que pasa para evitar un desastre, aunque bueno... Si lo que dice James es cierto estaríamos en problemas si esas dos llegan luego con más gente. En verdad si, esto es una buena mierda, ¿pero qué coño le pasa a la gente de hoy en día? En cuanto puedo despisto a Katrina, aquí son todos de la ley de dispara primero y luego pregunta, pero Katrina, para ser una mujer es tal vez la más bestia de los seis. Ella va camino abajo y en cuanto tengo la oportunidad me escabullo por detrás del granero, corriendo a lo lejos las veo. Lo bueno de llevar aquí viviendo una temporada es que me conozco bastante bien el lugar, porque prácticamente me paso las horas muertas recorriendo estos caminos que en la casa con esos idiotas. Así que cuando veo que avanzan por esa zona sé ya el atajo que tomar para cortarles el paso. Y eso hago. No tardo nada en llegar a su altura a través de un camino que ha sido prácticamente borrado por los arbustos, me asomo entre las hojas y veo como corren en dirección de la salida de la granja, así que cuando tengo la oportunidad me lanzo a por ellas. caigo sobre ambas, pero logro tirar de la que va detrás colocando el machete sobre su cuello, no es que parezcan tan peligrosas como James dice y la verdad, ambas están tremendas.
-¡Quietas, las dos!- exclamo tirando de la segunda para ponerla en pie, de tal forma que quedamos en frente de la morena y yo de espaldas a la segunda, sujetando el machete contra su cuello. -¿Se puede saber qué coño estáis haciendo?- pregunto exasperado. -Por culpa de vuestro numerito en el granero tenéis a cinco paletos fanáticos de la caza en busca de vosotras dos- mascullo intentando hacer que entren en razón o a saber, sé que mi posición no es la mejor. -Sé que mi forma de llegar no es la mejor, pero de verdad que no quiero matar a nadie- continúo hablando de forma sincera. -Lo siento, no me ha quedado de otra que llegar así, pero si no llegáis a un acuerdo os matarán- añado finalmente, las voces de esos se escuchan aún de lejos, pero este lugar creo que no lo conocen y queda bastante oculto por culpa de los arbustos, árboles... Puede que al final todo este quede en un malentendido. -Te soltaré, ¿vale?, pero no hagáis nada fuera de lugar o los llamaré...- empiezo a decir mientras que poco a poco voy apartando el machete de su cuello.
-Había alguien en el granero, me han quitado el cuchillo y golpeado, venían a robarnos, ¡casi me matan joder!- parece bastante nervioso y es cierto que no porta el cuchillo. Adrian llega corriendo maldiciendo. -¿Cuantos son?- veo como carga la escopeta y James escupe algo de sangre, seguidamente llega Katrina que me da un machete y Joseph. -Dos chicas- cuando james lo dice Adrian se carcajea. -Hablo en serio, me pusieron buena cara y tontearon conmigo, en cuanto quise ofrecerles cobijo una de ellas por poco me mata allí mismo- habla realmente cabreado. -No os dejéis engañar- susurra con un gruñido mientras se limpia la sangre de la cara. -Pues entonces mataremos a esas zorras, ¿quién no nos dice que no vayan a venir luego con más gente?- Katrina carga su escopeta y los miro perplejos, si, esta gente está colgada.
-¡¿Pero os estáis escuchando?!, ¡son personas no zombies!- siseo cabreado. -Chico, son ellas o nosotros- Shawn llega corriendo y le da otra escopeta de caza a James que la coge cabreado. -¡Vamos a buscarlas, no deben estar muy lejos!- Katrina parte conmigo en dirección del lugar, sinceramente esto no me gusta nada, pero bueno, tal vez pueda intervenir y ver que pasa para evitar un desastre, aunque bueno... Si lo que dice James es cierto estaríamos en problemas si esas dos llegan luego con más gente. En verdad si, esto es una buena mierda, ¿pero qué coño le pasa a la gente de hoy en día? En cuanto puedo despisto a Katrina, aquí son todos de la ley de dispara primero y luego pregunta, pero Katrina, para ser una mujer es tal vez la más bestia de los seis. Ella va camino abajo y en cuanto tengo la oportunidad me escabullo por detrás del granero, corriendo a lo lejos las veo. Lo bueno de llevar aquí viviendo una temporada es que me conozco bastante bien el lugar, porque prácticamente me paso las horas muertas recorriendo estos caminos que en la casa con esos idiotas. Así que cuando veo que avanzan por esa zona sé ya el atajo que tomar para cortarles el paso. Y eso hago. No tardo nada en llegar a su altura a través de un camino que ha sido prácticamente borrado por los arbustos, me asomo entre las hojas y veo como corren en dirección de la salida de la granja, así que cuando tengo la oportunidad me lanzo a por ellas. caigo sobre ambas, pero logro tirar de la que va detrás colocando el machete sobre su cuello, no es que parezcan tan peligrosas como James dice y la verdad, ambas están tremendas.
-¡Quietas, las dos!- exclamo tirando de la segunda para ponerla en pie, de tal forma que quedamos en frente de la morena y yo de espaldas a la segunda, sujetando el machete contra su cuello. -¿Se puede saber qué coño estáis haciendo?- pregunto exasperado. -Por culpa de vuestro numerito en el granero tenéis a cinco paletos fanáticos de la caza en busca de vosotras dos- mascullo intentando hacer que entren en razón o a saber, sé que mi posición no es la mejor. -Sé que mi forma de llegar no es la mejor, pero de verdad que no quiero matar a nadie- continúo hablando de forma sincera. -Lo siento, no me ha quedado de otra que llegar así, pero si no llegáis a un acuerdo os matarán- añado finalmente, las voces de esos se escuchan aún de lejos, pero este lugar creo que no lo conocen y queda bastante oculto por culpa de los arbustos, árboles... Puede que al final todo este quede en un malentendido. -Te soltaré, ¿vale?, pero no hagáis nada fuera de lugar o los llamaré...- empiezo a decir mientras que poco a poco voy apartando el machete de su cuello.
-Vayamos-Pedí cuando Thea dijo que lo mejor era largarse, estaba totalmente de acuerdo con ella y al salir... Ahí estaba aquel tipo miradonos como si nada, nos había engañado como a dos idiotas.-No, no queríamos molestar, pensábamos eso, que no había nadie-Me apresuré a confirmar las palabras de Thea, que para nada eran mentira, pero entonces todo ocurrió muy rápido, mi amiga encaró al tipo y me hizo retroceder. Apenas intercambiamos un par de palabras y ya tenía calado a ese tipo. Y sinceramente, me empezaba a asquear ya bien pronto.-¡Thea!-Exclamé al ver como la golpeaba.-¡¿Pero qué coño pasa contigo?!-Grité furiosa, pero Thea reaccionó de forma rápida cuando él iba a hacerle daño. Y ahí todo fue a cámara super rápida. Mi compañera se abalanzó sobre él con maestría sabiendo como quitarle el arma de tal forma que cambiaran las tornas. Me quedé de piedra al verla justo ahí de pie. Ojalá yo fuera tan capaz de hacer ese tipo de cosas. Cuando le empujó ambas salimos corriendo y aunque me quedase con las ganas de decirle que aquello había sido una pasada yo no fui capaz de hablar.
Corríamos por la parte trasera del granero, confiaba en Thea y en lo que ella podía hacer, sabía que era muy dada a hacer imposibles, como aquella vez en el almacén, así que en sus manos quedaba, yo ahora estaba paralizada sin saber que hacer y la seguía con torpeza.
Pasamos por un lado lleno de arbustos, por fin pude reaccionar, aquello estaría bien para escondernos, porque al parecer allí había más gente y ahora si que estaba aterrada.-Thea... ¿Crees que podremos llegar al coche?-Pregunté en voz baja mientras ahora avanzábamos entre aquellos arbustos de forma más calmada para evitar hacer ruido. Y no me dio tiempo a reaccionar cuando alguien salió de la nada lanzándose contra mi. Evité gritar porque sabía que no debíamos hacer ruido y aunque por un momento creí que se trataba de un zombie fue al verle cuando me di cuenta de que no, que era parte de los tipos del lugar y de golpe me vi allí de pie, con un machete en mi cuello, mirando a Thea aterrada.
-¿Nuestro numerito?, ¡tu amigo atacó a ella!-No pude evitar soltar aquello, pese a la mala situación en la que me encontraba y entonces el tipo comenzó a hablar, como si él fuera el bueno y nosotras las malas, proponía llegar a un trato para que no saliese nadie herido y sus palabras sonaban sinceras y reales, pero no podía evitar recordar al tipo del granero y cual sería su "trato", eran todos iguales. Y empezó a soltarme, quería que confiáramos en él, ¿de verdad nos creía tan estúpidas?, nos fiaríamos de él y seguramente acabaríamos encerradas en algún lugar para sus juegos. Pensar en ello me dio náuseas. Así que miré a amiga fijamente, no dejaría que nos atrapasen y la ayudaría con ello. Señalé la dirección en la que me movería, esperaba que lo entendiera y cuando el tipo comenzó a subir las manos me dejé caer al suelo a la vez que pateaba sus tobillos con mis pies con fuerza una vez que apoyé mis manos en la tierra.-¡Ahora!-No alcé la voz demasiado, pues era Thea quien sabía defenderse, yo tan sólo era un mero apoyo que esperaba poder darle la oportunidad a ella, para no acabar en las sucias manos de esos indeseables.
Corríamos por la parte trasera del granero, confiaba en Thea y en lo que ella podía hacer, sabía que era muy dada a hacer imposibles, como aquella vez en el almacén, así que en sus manos quedaba, yo ahora estaba paralizada sin saber que hacer y la seguía con torpeza.
Pasamos por un lado lleno de arbustos, por fin pude reaccionar, aquello estaría bien para escondernos, porque al parecer allí había más gente y ahora si que estaba aterrada.-Thea... ¿Crees que podremos llegar al coche?-Pregunté en voz baja mientras ahora avanzábamos entre aquellos arbustos de forma más calmada para evitar hacer ruido. Y no me dio tiempo a reaccionar cuando alguien salió de la nada lanzándose contra mi. Evité gritar porque sabía que no debíamos hacer ruido y aunque por un momento creí que se trataba de un zombie fue al verle cuando me di cuenta de que no, que era parte de los tipos del lugar y de golpe me vi allí de pie, con un machete en mi cuello, mirando a Thea aterrada.
-¿Nuestro numerito?, ¡tu amigo atacó a ella!-No pude evitar soltar aquello, pese a la mala situación en la que me encontraba y entonces el tipo comenzó a hablar, como si él fuera el bueno y nosotras las malas, proponía llegar a un trato para que no saliese nadie herido y sus palabras sonaban sinceras y reales, pero no podía evitar recordar al tipo del granero y cual sería su "trato", eran todos iguales. Y empezó a soltarme, quería que confiáramos en él, ¿de verdad nos creía tan estúpidas?, nos fiaríamos de él y seguramente acabaríamos encerradas en algún lugar para sus juegos. Pensar en ello me dio náuseas. Así que miré a amiga fijamente, no dejaría que nos atrapasen y la ayudaría con ello. Señalé la dirección en la que me movería, esperaba que lo entendiera y cuando el tipo comenzó a subir las manos me dejé caer al suelo a la vez que pateaba sus tobillos con mis pies con fuerza una vez que apoyé mis manos en la tierra.-¡Ahora!-No alcé la voz demasiado, pues era Thea quien sabía defenderse, yo tan sólo era un mero apoyo que esperaba poder darle la oportunidad a ella, para no acabar en las sucias manos de esos indeseables.
El mundo se había vuelto loco, loco y estúpido. Tan desequilibrado que los muertos se levantaban, comenzaban a caminar y devoraban a los vivos matándolos y sumando nuevos soldados a ese ejército de muerte. Si, era irónico. Nos habíamos pasado años destruyendo el planeta, sin pensar en que aquello no sería bueno para nosotros y finalmente eramos nosotros mismos los que nos acabábamos matando. Y no contentos con ello, con que la humanidad se extinguiera, los pocos que quedábamos acabábamos los unos con los otros. Lo más triste era que aquello no era nada nuevo, tanto el bien como el mal siempre convivieron ahí, uno con otro, las dos caras de una misma moneda. Y lo más trágico tal vez era la forma en la que el mal siempre acababa perdurando más que el bien, como ahora.
Si antes no se respetaba la ley apenas, ¿por qué se iba a hacer ahora que ya no quedaba nada? Cuando me encontraba con situaciones como esta no podía evitar preguntarme qué era lo que pensaban aquellas personas, ¿cómo eran capaces de querer dañar a otras?, y nunca encontraba una respuesta lo único que conseguía era decepcionarme más del mundo, de su funcionamiento y lo injusto que llegaba a ser.
- ¡Thirteen vamos por favor! - Tiré con fuerza de la mano de mi compañera, apretándola contra la mía, no la dejaría atrás, jamás, antes caería con ella que llegar al motel y tener que decirle a Kyle lo que había sido de ella. No lo podía ni imaginar. Aquel pensamiento tan negro chocó en mi cabeza dejándome hecha polvo, al menos mentalmente. Con el simple hecho de pensar que le pasaba algo a ella. ¿Era una idiota por encariñarme tan pronto de una persona? No, cualquiera que conociera la bondad de ella acabaría apegándose a Katherine. Y eso que la primera vez dudé de su persona, pero el trabajo juntas por la supervivencia y la convivencia me habían demostrado que ella era una gran persona y si le pasaba algo no tendría palabras para describir lo mal que me podría sentir. Corríamos pese al cansancio y la respiración agitada tirando prácticamente la una de la otra, cuando sentíamos que íbamos a caer. Pero no, alguien nos obligó y tiró de mi compañera separándola de mi, pese a que en la caída estiré mi mano para tratar de alejarla de aquel que tiraba de ella. Cuando vi como aquel chico la levantaba colocando el machete sobre su garganta no pude evitar alzar las manos en su dirección, casi para suplicarle que no le hiciera daño. Aquel chico no era más que eso, un chico y ahí estaba, amenazando de muerte a mi amiga, no me quedaba ya duda alguna de lo cruel que se había vuelto el mundo.
- ¡¿Qué?! - Exclamé de golpe exasperada. ¿De verdad pensaba hacerse el inocente junto a ese cavernícola del granero? ¿De verdad estaba jugando a ello? Pero no, yo lo único en lo que era capaz de pensar era en Katherine y en como el rubio la sujetaba contra él amenazante, con ese machete en sus manos, la vida de ella estaba ahí, en las manos de un lunático. - ¿Tú eres el poli bueno, no? - Pregunté con sarcasmo, pero furiosa. Me eché a reír por no llorar, sus palabras eran un auténtico chiste. ¿De verdad nos creían tan estúpidas como para creer las palabras de aquel chico después de lo que había ocurrido en el granero con el otro?, ya habían querido jugar a aquel juego con las dos y no no lo íbamos a tragar una segunda vez. Me resultaba asquerosa la forma en la que decía querer ayudarnos o como se hacía el bueno apartándose lentamente de Katherine, yo tan solo pensaba en una cosa, en ella, en que estaría asustada, en Kyle, en qué pasaría por la cabeza de mi amiga en aquel justo momento y entonces me dedicó una mirada valiente una que me decía algo, o al menos como me dejaba vía libre para lanzarme a por él. ¿Demasiado?, fue su mirada, no estaba asustada y eso me dio fuerzas, en poco tiempo aquella chica había conseguido sorprenderme mucho y ahora volvía a hacerlo. Así que si ella se arriesgaba yo también.
La morena se dejó caer al suelo con una velocidad sorprendente empujando al rubio hacia atrás, o al menos golpeándole en los tobillos cuando tocó el suelo, cosa que aproveché para lanzarme a por él con el cuchillo en una mano. - ¡Thirteen ve hacia el coche, yo te sigo! - Golpeé al rubio con un puñetazo en plena barbilla, a la vez que con la otra mano agarraba la suya en la que portaba el machete, de tal forma que luego mi mano con la del cuchillo quedase cerca de su cuello. No contenta con aquello le pegué un rodillazo en el estómago. - ¿Y cuando confiemos en ti qué pasará, eh? - Empecé a decirle. - ¿Nos encerrareis como si fuéramos vuestras mascotas?, diversión gratis, ¿no?, el apocalipsis es muy aburrido, claro - Susurré mirándole fijamente. - No queremos nada de vosotros - Añadí de la forma más fría que me fue posible, molesta de verdad. - Porque la gente como vosotros me da asco - Siseé al par que golpeaba su machete para hacer que cayera al suelo y a su vez desviaba la hoja del cuchillo hacia abajo, no le iba a matar, tan solo quería que lo viera y sobre todo que me mirase a los ojos cuando le dijera aquellas palabras, para que viera lo que de verdad pensaba sobre las personas como él. Y cuando le solté aquello le empujé para salir corriendo tras Katherine y así abandonar aquella pesadilla en la que nos habíamos metido. Lo único en lo que pensaba era en alcanzar a Thirteen y así marcharnos juntas de aquel lugar y volver junto a los nuestros.
Si antes no se respetaba la ley apenas, ¿por qué se iba a hacer ahora que ya no quedaba nada? Cuando me encontraba con situaciones como esta no podía evitar preguntarme qué era lo que pensaban aquellas personas, ¿cómo eran capaces de querer dañar a otras?, y nunca encontraba una respuesta lo único que conseguía era decepcionarme más del mundo, de su funcionamiento y lo injusto que llegaba a ser.
- ¡Thirteen vamos por favor! - Tiré con fuerza de la mano de mi compañera, apretándola contra la mía, no la dejaría atrás, jamás, antes caería con ella que llegar al motel y tener que decirle a Kyle lo que había sido de ella. No lo podía ni imaginar. Aquel pensamiento tan negro chocó en mi cabeza dejándome hecha polvo, al menos mentalmente. Con el simple hecho de pensar que le pasaba algo a ella. ¿Era una idiota por encariñarme tan pronto de una persona? No, cualquiera que conociera la bondad de ella acabaría apegándose a Katherine. Y eso que la primera vez dudé de su persona, pero el trabajo juntas por la supervivencia y la convivencia me habían demostrado que ella era una gran persona y si le pasaba algo no tendría palabras para describir lo mal que me podría sentir. Corríamos pese al cansancio y la respiración agitada tirando prácticamente la una de la otra, cuando sentíamos que íbamos a caer. Pero no, alguien nos obligó y tiró de mi compañera separándola de mi, pese a que en la caída estiré mi mano para tratar de alejarla de aquel que tiraba de ella. Cuando vi como aquel chico la levantaba colocando el machete sobre su garganta no pude evitar alzar las manos en su dirección, casi para suplicarle que no le hiciera daño. Aquel chico no era más que eso, un chico y ahí estaba, amenazando de muerte a mi amiga, no me quedaba ya duda alguna de lo cruel que se había vuelto el mundo.
- ¡¿Qué?! - Exclamé de golpe exasperada. ¿De verdad pensaba hacerse el inocente junto a ese cavernícola del granero? ¿De verdad estaba jugando a ello? Pero no, yo lo único en lo que era capaz de pensar era en Katherine y en como el rubio la sujetaba contra él amenazante, con ese machete en sus manos, la vida de ella estaba ahí, en las manos de un lunático. - ¿Tú eres el poli bueno, no? - Pregunté con sarcasmo, pero furiosa. Me eché a reír por no llorar, sus palabras eran un auténtico chiste. ¿De verdad nos creían tan estúpidas como para creer las palabras de aquel chico después de lo que había ocurrido en el granero con el otro?, ya habían querido jugar a aquel juego con las dos y no no lo íbamos a tragar una segunda vez. Me resultaba asquerosa la forma en la que decía querer ayudarnos o como se hacía el bueno apartándose lentamente de Katherine, yo tan solo pensaba en una cosa, en ella, en que estaría asustada, en Kyle, en qué pasaría por la cabeza de mi amiga en aquel justo momento y entonces me dedicó una mirada valiente una que me decía algo, o al menos como me dejaba vía libre para lanzarme a por él. ¿Demasiado?, fue su mirada, no estaba asustada y eso me dio fuerzas, en poco tiempo aquella chica había conseguido sorprenderme mucho y ahora volvía a hacerlo. Así que si ella se arriesgaba yo también.
La morena se dejó caer al suelo con una velocidad sorprendente empujando al rubio hacia atrás, o al menos golpeándole en los tobillos cuando tocó el suelo, cosa que aproveché para lanzarme a por él con el cuchillo en una mano. - ¡Thirteen ve hacia el coche, yo te sigo! - Golpeé al rubio con un puñetazo en plena barbilla, a la vez que con la otra mano agarraba la suya en la que portaba el machete, de tal forma que luego mi mano con la del cuchillo quedase cerca de su cuello. No contenta con aquello le pegué un rodillazo en el estómago. - ¿Y cuando confiemos en ti qué pasará, eh? - Empecé a decirle. - ¿Nos encerrareis como si fuéramos vuestras mascotas?, diversión gratis, ¿no?, el apocalipsis es muy aburrido, claro - Susurré mirándole fijamente. - No queremos nada de vosotros - Añadí de la forma más fría que me fue posible, molesta de verdad. - Porque la gente como vosotros me da asco - Siseé al par que golpeaba su machete para hacer que cayera al suelo y a su vez desviaba la hoja del cuchillo hacia abajo, no le iba a matar, tan solo quería que lo viera y sobre todo que me mirase a los ojos cuando le dijera aquellas palabras, para que viera lo que de verdad pensaba sobre las personas como él. Y cuando le solté aquello le empujé para salir corriendo tras Katherine y así abandonar aquella pesadilla en la que nos habíamos metido. Lo único en lo que pensaba era en alcanzar a Thirteen y así marcharnos juntas de aquel lugar y volver junto a los nuestros.
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Ya alguna vez me han dicho que de lo bueno que soy no soy tonto, si no gilipollas y aquí hay un buen ejemplo de ello. Creo que nunca, pero nunca he pegado a una mujer, la verdad, pero estas dos se lo ganan en cuanto la morena me empuja y luego la del pelo negro se lanza sobre mi. Joder, he tratado de ayudarlas, pero si, ese idiota de James tiene razón, engañan bastante con sus pintas de no haber roto un plato. Y lo peor de todo es que caigo cuando ella me empuja, me hace perder el equilibrio y caigo de espaldas a la vez que la otra del pelo negro se echa sobre mi, amenazante con un cuchillo a la vez que mi machete cae lejos de ahí. Miro fijamente sus enormes ojos azules, de verdad, es una mujer preciosa, pero ahora mismo lo único que pienso es en matarla por esa jugarreta. Pero sus palabras me detienen, además de sus gestos y de como aparta el cuchillo de mi cuello, ¿me está contando la verdad o James es un santo?, decir que James haya actuado de buenas con ellas tampoco me lo creo, puede que encima de todo estén actuando en defensa propia, pero estoy cabreado, he dicho la verdad, he ido de buenas y solo he conseguido unos buenos golpes. Escupo hacia un lado la sangre del puñetazo en la boca y alzo la mirada para ver como se empieza a largar. No la dejo seguir más hacia adelante. Me lanzo a por ella agarrándola por los tobillos para hacer que pierda el equilibrio.
-¿Y qué pasa con la gente como tú, eh?- pregunto enfadado mientras que me pongo en pie limpiándome la sangre del golpe en la cara. -¿Cómo sois la gente como tú, eh?- pregunto mientras que me acerco y lanzo su cuchillo lejos de ella para evitar que lo recoja, la agarro por la mano con fuerza, la otra ha salido corriendo, pero eso no quita que no me vaya a vengar de esta. Apenas se ha levantado que seguidamente le pego un puñetazo en la mejilla, debo decir que no usando toda mi fuerza, le devuelvo el puñetazo que ella me ha dado a mi. -Vais por ahí robando y asaltando a la gente, ¿eso no es de gente despreciable?- le echo en cara lo del granero, supongo que James no será tan capullo como para inventarse algo así, aunque en verdad empiezo a dudarlo. Pero da igual, sé que la cabreo con mi actitud y en nada se lanza a por mi de nuevo, la pelea dura lo justo, la golpeo igual que ella a mi, tratando de defenderme y lo cierto es que me cuesta, la chica parece saber lo que se hace, me pregunto qué entrenaría y cuanto, o si pertenecía a algún cuerpo de seguridad, quien sabe. Pero todo cesa cuando escucho una risotada, es James que apunta con su escopeta a la otra, al parecer se la ha encontrado y ambos caminan hacia aquí.
La tal Thirteen avanza delante de este con las manos en alto y claro, yo al verlos así paro y la otra también. -Madre de Dios... Si no llego a venir esta zorra acaba contigo, ¿no?- dice él carcajeándose. -¿Es que no podíais haber cumplido el trato que os ofrecí, ¿no?, todas os escandalizáis, cuando en el fondo sois unas auténticas putas- miro a James con curiosidad a la vez que recojo el cuchillo de la otra y mi machete, creo que esta deberá estarse quietecita si no quiere que su amiga muera. Porque James es capaz de eso y mucho más. -Pero ahora haréis lo que yo quiera- le miro enarcando una ceja cuando pega su cuerpo a la espalda de la tal Thirteen, un número de apodo, me pregunto por qué... La manosea y alucino, vale, creo que ya sé que grupo no está actuando bien y desde luego que no estoy en el lado correcto. Me da hasta asco verle ahí y sobre todo la cara de terror de ella. -Eh James... ¿Nos dejarás algo a los demás, no?- pregunto con una sonrisa, bien falsa la verdad, pero que disimula bastante bien. él asiente con otra mientras que yo me acerco sin que sospeche lo más mínimo. No voy a dejar que ese gilipollas haga con ellas lo que le salga de los huevos, por mucho que me hayan pataleado, que tengo que reconocerle a la morena que pega de miedo. Yo siempre he sido un capullo, lo reconozco, la diferencia entre él y yo es que tengo mis principios. Al llegar a su altura coloco una mano sobre el cabello de la tal 13, la miro fijamente y James ríe. -Mantén a esta aquí, le tengo ganas a la otra- asiento, no puede ser más gilipollas, así que agarro mi machete con fuerza. -Tranquila, a ti te tocará después- susurra y no puedo evitar pensar en lo que estoy deseando meterle una bala en la cabeza, cuando se gira para ir hacia la morena le llamo. -Eh James- él se gira. -No seas tan capullo- sin pensarlo dos veces hundo el machete en su estómago a la vez que golpeo su mano haciendo que la escopeta caiga a un lado. -Serás...- de su boca brota sangre y miro como cae al suelo de rodillas. Puede que al final si que nos parezcamos más de lo que pensaba por la forma en la que acabo con él. Empujo su cuerpo con el pie contra el suelo para sacar el machete y limpio el arma en mis propios pantalones.
-Si tenéis un coche largaros- digo sin más mientras que empiezo a caminar en dirección de la casa, sintiéndome terriblemente mal, cosa que no entiendo, no me gusta ir así, por las espaldas, pero sabía lo que él haría con ellas si no y además de haberlo encarado me habría pegado un tiro entre ceja y ceja. Al pasar al lado de la morena, de la que desconozco el nombre le doy su cuchillo. -Adiós- digo sin más, cuando llegue les diré que fueron ellas quienes acabaron con James y punto, o simplemente recogeré mis cosas y me largaré, pues acabo de darme cuenta de que no sé que hago ahí, tengo tantas ganas de acabar con el resto como con James y son todos unos desgraciados, la verdad, crueles hasta la médula, desde luego ya no pinto nada allí y menos cargando con la muerte de James en mi conciencia, porque pese a que creo que se lo merecía sé que será algo que vaya a pesar en mi bastante. Al menos esas dos habrán visto que de verdad no quería engañarlas como ellos.
-¿Y qué pasa con la gente como tú, eh?- pregunto enfadado mientras que me pongo en pie limpiándome la sangre del golpe en la cara. -¿Cómo sois la gente como tú, eh?- pregunto mientras que me acerco y lanzo su cuchillo lejos de ella para evitar que lo recoja, la agarro por la mano con fuerza, la otra ha salido corriendo, pero eso no quita que no me vaya a vengar de esta. Apenas se ha levantado que seguidamente le pego un puñetazo en la mejilla, debo decir que no usando toda mi fuerza, le devuelvo el puñetazo que ella me ha dado a mi. -Vais por ahí robando y asaltando a la gente, ¿eso no es de gente despreciable?- le echo en cara lo del granero, supongo que James no será tan capullo como para inventarse algo así, aunque en verdad empiezo a dudarlo. Pero da igual, sé que la cabreo con mi actitud y en nada se lanza a por mi de nuevo, la pelea dura lo justo, la golpeo igual que ella a mi, tratando de defenderme y lo cierto es que me cuesta, la chica parece saber lo que se hace, me pregunto qué entrenaría y cuanto, o si pertenecía a algún cuerpo de seguridad, quien sabe. Pero todo cesa cuando escucho una risotada, es James que apunta con su escopeta a la otra, al parecer se la ha encontrado y ambos caminan hacia aquí.
La tal Thirteen avanza delante de este con las manos en alto y claro, yo al verlos así paro y la otra también. -Madre de Dios... Si no llego a venir esta zorra acaba contigo, ¿no?- dice él carcajeándose. -¿Es que no podíais haber cumplido el trato que os ofrecí, ¿no?, todas os escandalizáis, cuando en el fondo sois unas auténticas putas- miro a James con curiosidad a la vez que recojo el cuchillo de la otra y mi machete, creo que esta deberá estarse quietecita si no quiere que su amiga muera. Porque James es capaz de eso y mucho más. -Pero ahora haréis lo que yo quiera- le miro enarcando una ceja cuando pega su cuerpo a la espalda de la tal Thirteen, un número de apodo, me pregunto por qué... La manosea y alucino, vale, creo que ya sé que grupo no está actuando bien y desde luego que no estoy en el lado correcto. Me da hasta asco verle ahí y sobre todo la cara de terror de ella. -Eh James... ¿Nos dejarás algo a los demás, no?- pregunto con una sonrisa, bien falsa la verdad, pero que disimula bastante bien. él asiente con otra mientras que yo me acerco sin que sospeche lo más mínimo. No voy a dejar que ese gilipollas haga con ellas lo que le salga de los huevos, por mucho que me hayan pataleado, que tengo que reconocerle a la morena que pega de miedo. Yo siempre he sido un capullo, lo reconozco, la diferencia entre él y yo es que tengo mis principios. Al llegar a su altura coloco una mano sobre el cabello de la tal 13, la miro fijamente y James ríe. -Mantén a esta aquí, le tengo ganas a la otra- asiento, no puede ser más gilipollas, así que agarro mi machete con fuerza. -Tranquila, a ti te tocará después- susurra y no puedo evitar pensar en lo que estoy deseando meterle una bala en la cabeza, cuando se gira para ir hacia la morena le llamo. -Eh James- él se gira. -No seas tan capullo- sin pensarlo dos veces hundo el machete en su estómago a la vez que golpeo su mano haciendo que la escopeta caiga a un lado. -Serás...- de su boca brota sangre y miro como cae al suelo de rodillas. Puede que al final si que nos parezcamos más de lo que pensaba por la forma en la que acabo con él. Empujo su cuerpo con el pie contra el suelo para sacar el machete y limpio el arma en mis propios pantalones.
-Si tenéis un coche largaros- digo sin más mientras que empiezo a caminar en dirección de la casa, sintiéndome terriblemente mal, cosa que no entiendo, no me gusta ir así, por las espaldas, pero sabía lo que él haría con ellas si no y además de haberlo encarado me habría pegado un tiro entre ceja y ceja. Al pasar al lado de la morena, de la que desconozco el nombre le doy su cuchillo. -Adiós- digo sin más, cuando llegue les diré que fueron ellas quienes acabaron con James y punto, o simplemente recogeré mis cosas y me largaré, pues acabo de darme cuenta de que no sé que hago ahí, tengo tantas ganas de acabar con el resto como con James y son todos unos desgraciados, la verdad, crueles hasta la médula, desde luego ya no pinto nada allí y menos cargando con la muerte de James en mi conciencia, porque pese a que creo que se lo merecía sé que será algo que vaya a pesar en mi bastante. Al menos esas dos habrán visto que de verdad no quería engañarlas como ellos.
Como había pensado una vez que me dejé caer Thea se abalanzó sobre el tipo y ambos cayeron al suelo. Aproveché para arrastrarme por el suelo y alejarme, pues no deseaba llevarme un guantazo de demás. Eso si, si Thea necesitaba ayuda no dudaría en tirarme encima de aquel imbécil y golpearlo. Y cuando Thea me pidió que me marchara... No pude.-¡No!-Exclamé molesta, porque no la quería dejar sola con ese tipo. Chico, era un chico, parecía bastante más joven, cuando me fijé en él. Pero eso no importaba, lo importante era que no quería seguir siendo la inútil del grupo, no más.-Thea, vamos, no me iré sin ti-Pero la mirada que me echó me hizo maldecir. Le quité las llaves que llevaba en el bolsillo de su chaqueta y salí corriendo de allí, en la dirección que íbamos a seguir ella y yo en un principio, arrancaría el coche y lo tendría a punto para cuando ella llegase, era lo menos que podía hacer ahora.
-¿A dónde te crees que vas?-Frené de golpe al ver a aquel tipo odioso justo en frente de mi, apuntándome con una escopeta. Oh mierda. Respiraba de forma forzada, porque prefería mil veces al chico rubio ese musculitos que a aquel pervertido psicópata.-¿Y tu amiguita?, ¿por allí, no?-No hice, ni dije nada, así que el tipo se acercó a mi, muy lentamente.-Te he hecho una pregunta-Dijo serio mientras que me miraba fijamente y al seguir sin obtener respuesta su expresión se tornó furiosa, hasta el punto de ver como alzaba la mano y me golpeaba en la cara. Giré el rostro hacia el suyo y no hice nada, seguí quieta, como antes, solo que esta vez me di el lujo de responderle, pero no hablando. Escupí en su rostro con rabia y me gané otro golpe en la misma mejilla, uno con más fuerza que provocó que me tambalease. Y a punto estuve de caerme al suelo, pero aguanté manteniéndome de pie.-Maldita...-El tipo se mordió la lengua y vi como alzaba la mano una vez más, ni me inmuté, permanecí ahí de pie, aguantando, siendo fuerte. Y entonces la bajó a la vez que me empujaba hacia adelante.-¡Camina joder!-Sentí el frío metal en mi nuca, ese que llevaba consigo la muerte y pese al escalofrío o que no quería seguir avancé, como me pidió aquel tipo.
Al llegar allí Thea estaba peleando con el rubio. La miré, mi expresión estaba rota, pero quería disimular, aparentar fortaleza y cerré por un momento los ojos, haciendo un esfuerzo por no llorar, el problema era que recordar a Kyle y pensar que no le volvería a ver me quemaba por dentro. Ese desgraciado se carcajeó al ver el enfrentamiento entre Thea y ese chico. James, así lo llamó el rubio. Thea tuvo que parar al verme y yo le sonreí apenas, un simple gesto para que no se preocupara, sabía como era. Y pese a la situación yo pude sonreír, me sentía más fuerte de lo normal, aunque de igual forma también me sintiera destrozada.
Y cuando acarició mi pelo me mantuve firme, pese a que quisiera romper a llorar como una cría. Las palabras del rubio me asquearon tal vez más que las del otro esta vez y yo tan solo quise lanzarme a por él y golpearle. Era el fin. Pero entonces algo cambió, de un momento a otro. Escuchar el quejido de dolor de James fue desconcertante, tanto como ver el machete y la mano ensangrentada del rubio. Corrí hacia Thea lanzándome a ella casi para abrazarla cuando él dijo que nos largásemos. James parecía estar muerto y si aún no lo estaba estaría a punto de hacerlo, miré primero el cuerpo y luego al rubio, que se alejaba.-¿Por qué has hecho eso?-Pregunté aturdida mientras se iba.-¡Ehh!-Traté de no alzar demasiado la voz, no lo entendía. ¿No eran compañeros?, ¿a caso tenían alguna rivalidad o algo así? Seguía sin entenderlo, pero los gritos de los otros se escuchaban cada vez más cerca, así que tiré de la mano de Thea.-¡Vamos!-Le pedí tirando de su mano. Sin poder evitar darle vueltas a aquello, al principio quería ayudarnos, pero pensábamos que era una simple treta y ahora estaba ahí, con las manos llenas de sangre de un compañero para salvarnos.
-¿A dónde te crees que vas?-Frené de golpe al ver a aquel tipo odioso justo en frente de mi, apuntándome con una escopeta. Oh mierda. Respiraba de forma forzada, porque prefería mil veces al chico rubio ese musculitos que a aquel pervertido psicópata.-¿Y tu amiguita?, ¿por allí, no?-No hice, ni dije nada, así que el tipo se acercó a mi, muy lentamente.-Te he hecho una pregunta-Dijo serio mientras que me miraba fijamente y al seguir sin obtener respuesta su expresión se tornó furiosa, hasta el punto de ver como alzaba la mano y me golpeaba en la cara. Giré el rostro hacia el suyo y no hice nada, seguí quieta, como antes, solo que esta vez me di el lujo de responderle, pero no hablando. Escupí en su rostro con rabia y me gané otro golpe en la misma mejilla, uno con más fuerza que provocó que me tambalease. Y a punto estuve de caerme al suelo, pero aguanté manteniéndome de pie.-Maldita...-El tipo se mordió la lengua y vi como alzaba la mano una vez más, ni me inmuté, permanecí ahí de pie, aguantando, siendo fuerte. Y entonces la bajó a la vez que me empujaba hacia adelante.-¡Camina joder!-Sentí el frío metal en mi nuca, ese que llevaba consigo la muerte y pese al escalofrío o que no quería seguir avancé, como me pidió aquel tipo.
Al llegar allí Thea estaba peleando con el rubio. La miré, mi expresión estaba rota, pero quería disimular, aparentar fortaleza y cerré por un momento los ojos, haciendo un esfuerzo por no llorar, el problema era que recordar a Kyle y pensar que no le volvería a ver me quemaba por dentro. Ese desgraciado se carcajeó al ver el enfrentamiento entre Thea y ese chico. James, así lo llamó el rubio. Thea tuvo que parar al verme y yo le sonreí apenas, un simple gesto para que no se preocupara, sabía como era. Y pese a la situación yo pude sonreír, me sentía más fuerte de lo normal, aunque de igual forma también me sintiera destrozada.
Y cuando acarició mi pelo me mantuve firme, pese a que quisiera romper a llorar como una cría. Las palabras del rubio me asquearon tal vez más que las del otro esta vez y yo tan solo quise lanzarme a por él y golpearle. Era el fin. Pero entonces algo cambió, de un momento a otro. Escuchar el quejido de dolor de James fue desconcertante, tanto como ver el machete y la mano ensangrentada del rubio. Corrí hacia Thea lanzándome a ella casi para abrazarla cuando él dijo que nos largásemos. James parecía estar muerto y si aún no lo estaba estaría a punto de hacerlo, miré primero el cuerpo y luego al rubio, que se alejaba.-¿Por qué has hecho eso?-Pregunté aturdida mientras se iba.-¡Ehh!-Traté de no alzar demasiado la voz, no lo entendía. ¿No eran compañeros?, ¿a caso tenían alguna rivalidad o algo así? Seguía sin entenderlo, pero los gritos de los otros se escuchaban cada vez más cerca, así que tiré de la mano de Thea.-¡Vamos!-Le pedí tirando de su mano. Sin poder evitar darle vueltas a aquello, al principio quería ayudarnos, pero pensábamos que era una simple treta y ahora estaba ahí, con las manos llenas de sangre de un compañero para salvarnos.
¿Qué estaba esperando?, ¿qué me dejase marchar como si nada, tan tranquilamente?, fui idiota al pensarlo. Cuando iba en la dirección de Thirteen sentí como me agarraban por los tobillos y claro, no pude evitarlo, caí de bruces contra el suelo. - ¡No robábamos a nadie maldita sea! - Grité sin poderlo evitar, furiosa por como le estaba dando la vuelta a la situación y no era así. - ¡Ya nos disculpamos con tu amigo por colarnos en vuestro estúpido granero, debió dejarnos ir sin más! - Cuando me ayudó a levantarme y me golpeó yo no dudé en devolverle el golpe. Ambos acabamos en una pequeña pelea en la que nos golpeábamos y tratábamos de esquivar golpes. Traté de evitarlo agarrándole por el brazo y y golpeándole en algún punto débil, de aquellos que yo solía pensar que daban resultados con la mayoría de personas, pero el rubio seguía igual y seguramente no habríamos parado hasta que uno de los dos acabase muerto, pero la voz de ese tipo nos hizo parar de golpe y cuando vi a Thirteen allí de pie sentí como si el mundo entero prácticamente se cayera sobre mi. La miré fijamente, pidiéndole que fuera fuerte, con la mirada, la sacaría de allí costase lo que me costase.
Tuve que quedarme quieta y obedecer, todo ocurrió demasiado lento, cada vez que se referían a nosotros o nos miraban sentía las ganas locas de abalanzarme sobre ellos y matarlos. A lo loco, sin pensar en nada ni posibles consecuencias, quería acabar con ellos, si o si, tan sólo por lo mal que le estaban haciendo pasar a mi compañera y de golpe cesó. El rubio acabó con el tal james y Thirteen llegó corriendo hacia a mi. La abracé con fuerza sin apartar la mirada de esos dos. ¿hablaba en serio? Cogí el cuchillo cuando me lo dio, Katherine le pregunté el por qué sin obtener respuesta alguna. Entonces hablaba en serio.
- ¿Y tú?, te has cargado a tu compañero... - Lo sentía, era demasiado mal pensada tal vez, ¿qué significaba aquello?, ¿había alguna rivalidad en el grupo y quería quitarse de encima a aquel tipo?, ¿nos había ayudado de verdad?, ¿de verdad pretendía salvarnos?, en un principio fueros esas sus palabras, pero me cuadraba poco que quisiera ayudar a unas completas desconocidas acabando con alguien a quien conocería seguramente de hacía más tiempo. - ¿Nos querías de ayudar de verdad? - Le miré enarcando una ceja, pese a que Katherine trataba de apresurarme. - ¿Qué clase de persona mata a un compañero para salvar a unas desconocidas?, ¿sacas algo tú a cambio? - Finalmente fui directa con aquellas palabras, sin rodeos, solté simplemente la pregunta que me hacía y no dejaba de mirarle, para tratar de analizar su reacción, pero las voces del resto de compañeros resonaban cada vez más cerca y Katherine tenía toda la razón del mundo, había que largarse ya o nos atraparían. Tan sólo esperaba que el rubio no nos la estuviera jugando, que también podía darse aquel caso.
- ¡Eh Rubio!, lo siento - Dije alzando la voz en su dirección, antes de salir corriendo, si de verdad tan solo quería ayudarnos nos habíamos dado unos golpes extras... Agarré la mano de Thirteen con fuerza y tiré de ella. - Vamos - No había tiempo que perder. Salimos corriendo en la dirección del jeep. Y pese al cansancio, el dolor de los golpes y todo lo demás no nos detuvimos, en ningún momento, es más, ver el coche a lo lejos fue una especie de incentivo de demás para correr aún con más fuerza, hasta llegar a la altura de este, abrí las puertas con gran velocidad, le hice un gesto a Katherine para que subiera y entonces me dije algo. ¿Dónde estaban los demás?, apenas tenía un pie apoyado en el borde de la entrada en el coche cuando me giré hacia atrás. - Hola zorra - La sonrisa de aquella mujer del todo menos amable y menos cuando alzó la cabeza sin darme tiempo a reaccionar y golpeó mi frente con furia, traté de intentar golpearla, apartarme de ella tal vez, pero no cedió. - ¿No quieres dormir? - Me tambaleé a causa del primer golpe, juro por Dios que traté de defenderme en aquel momento de confusión, pero todo me daba vueltas y no podía además evitar buscar con la mirada a Katherine así que entonces me dio un segundo golpeando mi cabeza con su puño contra la chapa del coche, ahí caí en redondo al suelo sin poder evitarlo. La cabeza me iba a estallar a causa del golpe, pero iba siendo capaz de escuchar los gritos y demás voces, el rubio nos la había jugado, ¿no? Distinguí un par de pies, seguramente de esa mujer y cuando me golpeó en el estómago y apenas sentí nada me fui dando cuenta de que no estaba nada bien y entonces llegó esa neblina que me hizo sumirme en una especie de sueño forzado, como ella dijo. Con el temor de si volvería a despertar o no.
Tuve que quedarme quieta y obedecer, todo ocurrió demasiado lento, cada vez que se referían a nosotros o nos miraban sentía las ganas locas de abalanzarme sobre ellos y matarlos. A lo loco, sin pensar en nada ni posibles consecuencias, quería acabar con ellos, si o si, tan sólo por lo mal que le estaban haciendo pasar a mi compañera y de golpe cesó. El rubio acabó con el tal james y Thirteen llegó corriendo hacia a mi. La abracé con fuerza sin apartar la mirada de esos dos. ¿hablaba en serio? Cogí el cuchillo cuando me lo dio, Katherine le pregunté el por qué sin obtener respuesta alguna. Entonces hablaba en serio.
- ¿Y tú?, te has cargado a tu compañero... - Lo sentía, era demasiado mal pensada tal vez, ¿qué significaba aquello?, ¿había alguna rivalidad en el grupo y quería quitarse de encima a aquel tipo?, ¿nos había ayudado de verdad?, ¿de verdad pretendía salvarnos?, en un principio fueros esas sus palabras, pero me cuadraba poco que quisiera ayudar a unas completas desconocidas acabando con alguien a quien conocería seguramente de hacía más tiempo. - ¿Nos querías de ayudar de verdad? - Le miré enarcando una ceja, pese a que Katherine trataba de apresurarme. - ¿Qué clase de persona mata a un compañero para salvar a unas desconocidas?, ¿sacas algo tú a cambio? - Finalmente fui directa con aquellas palabras, sin rodeos, solté simplemente la pregunta que me hacía y no dejaba de mirarle, para tratar de analizar su reacción, pero las voces del resto de compañeros resonaban cada vez más cerca y Katherine tenía toda la razón del mundo, había que largarse ya o nos atraparían. Tan sólo esperaba que el rubio no nos la estuviera jugando, que también podía darse aquel caso.
- ¡Eh Rubio!, lo siento - Dije alzando la voz en su dirección, antes de salir corriendo, si de verdad tan solo quería ayudarnos nos habíamos dado unos golpes extras... Agarré la mano de Thirteen con fuerza y tiré de ella. - Vamos - No había tiempo que perder. Salimos corriendo en la dirección del jeep. Y pese al cansancio, el dolor de los golpes y todo lo demás no nos detuvimos, en ningún momento, es más, ver el coche a lo lejos fue una especie de incentivo de demás para correr aún con más fuerza, hasta llegar a la altura de este, abrí las puertas con gran velocidad, le hice un gesto a Katherine para que subiera y entonces me dije algo. ¿Dónde estaban los demás?, apenas tenía un pie apoyado en el borde de la entrada en el coche cuando me giré hacia atrás. - Hola zorra - La sonrisa de aquella mujer del todo menos amable y menos cuando alzó la cabeza sin darme tiempo a reaccionar y golpeó mi frente con furia, traté de intentar golpearla, apartarme de ella tal vez, pero no cedió. - ¿No quieres dormir? - Me tambaleé a causa del primer golpe, juro por Dios que traté de defenderme en aquel momento de confusión, pero todo me daba vueltas y no podía además evitar buscar con la mirada a Katherine así que entonces me dio un segundo golpeando mi cabeza con su puño contra la chapa del coche, ahí caí en redondo al suelo sin poder evitarlo. La cabeza me iba a estallar a causa del golpe, pero iba siendo capaz de escuchar los gritos y demás voces, el rubio nos la había jugado, ¿no? Distinguí un par de pies, seguramente de esa mujer y cuando me golpeó en el estómago y apenas sentí nada me fui dando cuenta de que no estaba nada bien y entonces llegó esa neblina que me hizo sumirme en una especie de sueño forzado, como ella dijo. Con el temor de si volvería a despertar o no.
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Hago una mueca cuando me preguntan como he sido capaz y dejo de andar. Me quedo de espaldas a ellas. ¿Cómo he sido capaz? Casi no lo sé ni yo. -O él o vosotras y creed cuando os digo que lo vuestro no habría sido nada agradable ni rápido- apenas las miro de reojo y sin más haciendo un gesto con la mano, quitandole importancia me largo. Avanzo poco a poco en la dirección de la casa. Lo único en lo que pienso es en como les diré lo de James. No me hace gracia echarle la culpa a esas dos, y menos cuando al parecer ellas lo único mal que han hecho ha sido dejarse caer por este lugar de chalados.
Me largo, lo he decidido de un momento a otro, no quiero seguir más con esta gente y menos sabiendo como son con otros supervivientes, porque James aunque ahora esté muerto en verdad el resto no son mejor que él, yo diría que son hasta mucho peor. Y por tanto no deseo estar con gente así. Avanzo con decisión hacia la casa sin toparme con nada y lo agradezco, prefiero simplemente desaparecer, con suerte crean que esas dos me han matado a mi también y no me vayan a buscar. Subo rápidamente las escaleras del porche y vigilo que no haya nadie por la casa, si, deben estar todos fuera en busca de esas dos, Thirteen y Thea. Antes de pasar al interior de la casa me giro una vez más para mirar hacia lo lejos y ver si distingo algo. Pero nada. Así que no tardo en bajar con la guitarra y mi bolsa de deporte con las pocas pertenencias que tengo, cuando salgo al porche de la casa es el momento en el que maldigo prácticamente hasta a mi padre.
-¿Qué coño haces Jay?- Joseph me mira enarcando una ceja al ver mis cosas así que decido actuar con naturalidad. -Me largo, esto no es seguro- digo sin más mientras que empiezo a bajar las escaleras, pero entonces Adrian me corta el paso. -¿A dónde?- pregunta él y yo me encojo de hombros insistiendo en que me deje pasar, pero no lo hace. -¿Y esa sangre?- pregunta señalando el borde de mi camiseta, ni me había dado cuenta. Silencio, ¿qué digo?
-¡Se han cargado a James, joder!- Shawn corre en nuestra dirección justo cuando Adrian y Joseph se giran hacia él estupefactos. -¡Malditas zorras, espero que Katrina les esté dando bien su merecido!- se agacha frustrado molesto, Joseph mira hacia un lado negando y patea los escalones del porche, entonces Shawn mira mi camiseta manchada y luego mi rostro, las miradas se cruzan y en cuestión de segundos sé que lo sabe. Antes de que llegue a apuntarme con el arma tiro de Adrian hacia mi colocando el machete bajo su cuello. -¡Maldito hijo de puta!- creo que lo comprenden en nada. Shawn me apunta con el arma y yo amenazo con cargarme a Adrian, Joseph mira la escena perplejo y cuando abre la boca tan solo lo hace para soltar insultos. -¡Baja el arma, ya he matado a James, ¿qué más me da cargarme a este, y eso que siempre me caíste peor que él, será un placer hacerlo- empiezo a gritar sin soltar a Adrian, presionando ligeramente el borde de la afilada hoja contra su piel, sin llegar a cortarle.
-¡Joder Jay, que te jodan maldita sea, eres un cabrón, joder, maldito hijo...- Adrian suelta por lo menos veinte insultos hacia mi en cuestión de segundos. -¡Cierra la puta boca o te rajo la garganta aquí mismo gilipollas!- presiono algo más el machete contra su cuello mientras los otros dos nos miran en silencio, alerta. -Shawn, dispárale joder, haz algo por favor...- Shanw le quita el seguro al arma mientras que Adrian lloriquea y dispara. Adrian cae muerto. -Y eso que él no me había tocado las narices tanto como tú...- dice él sin más a la vez que hace un gesto con la cabeza señalando el granero. -Vamos, Katrina querrá despedirse de ti...- comenta sin más mientras me mete prisa señalándome con el arma, así que avanzo con ellos dos detrás en la dirección del maldito granero, donde seguramente estarán las otras dos chicas.
Me hacen abrir la puerta y cuando lo hago no me gusta nada lo que veo. Katrina se pasea por el lugar mientras que la morena está sentada en una silla atada, inconsciente parece y la otra tirada en el suelo, Thirteen. -Oh cosita, ¿vienes a...- cuando ve como Shawn y Joseph van detrás apuntándome con el arma se queda paralizada. -Se ha cargado a Adrian y James- me encanta como me carga el muerto, nunca mejor dicho, del otro, pero Katrina me mira desolada. O al menos fingiendo que lo está. Yo no hago nada, pero el gilipollas de Joseph me golpea por la espalda haciendo que caiga al suelo con un pequeño quejido. Katrina se acerca furiosa y me apunta con su escopeta, alzo la mirada hacia ella y sonrío de lado. -¿Qué pasa Kat, te has quedado sin polvo para los viernes por la noche?- tan solo consigo hacer que se enfade más, lo justo para que me golpee con la culata del arma en plena barbilla y luego me apunta con el arma de nuevo. -Levanta y camina- grita y como entiendo lo grave que es la situación eso hago, no quiero llevarme un tiro entre ceja y ceja. Me levanto y camino mientras que miro a las dos chicas, se quedan a solas con Joseph y Shawn, no me gusta nada. Katrina me hace salir del granero, a saber qué coño se le ha pasado a esta loca por la cabeza...
Me largo, lo he decidido de un momento a otro, no quiero seguir más con esta gente y menos sabiendo como son con otros supervivientes, porque James aunque ahora esté muerto en verdad el resto no son mejor que él, yo diría que son hasta mucho peor. Y por tanto no deseo estar con gente así. Avanzo con decisión hacia la casa sin toparme con nada y lo agradezco, prefiero simplemente desaparecer, con suerte crean que esas dos me han matado a mi también y no me vayan a buscar. Subo rápidamente las escaleras del porche y vigilo que no haya nadie por la casa, si, deben estar todos fuera en busca de esas dos, Thirteen y Thea. Antes de pasar al interior de la casa me giro una vez más para mirar hacia lo lejos y ver si distingo algo. Pero nada. Así que no tardo en bajar con la guitarra y mi bolsa de deporte con las pocas pertenencias que tengo, cuando salgo al porche de la casa es el momento en el que maldigo prácticamente hasta a mi padre.
-¿Qué coño haces Jay?- Joseph me mira enarcando una ceja al ver mis cosas así que decido actuar con naturalidad. -Me largo, esto no es seguro- digo sin más mientras que empiezo a bajar las escaleras, pero entonces Adrian me corta el paso. -¿A dónde?- pregunta él y yo me encojo de hombros insistiendo en que me deje pasar, pero no lo hace. -¿Y esa sangre?- pregunta señalando el borde de mi camiseta, ni me había dado cuenta. Silencio, ¿qué digo?
-¡Se han cargado a James, joder!- Shawn corre en nuestra dirección justo cuando Adrian y Joseph se giran hacia él estupefactos. -¡Malditas zorras, espero que Katrina les esté dando bien su merecido!- se agacha frustrado molesto, Joseph mira hacia un lado negando y patea los escalones del porche, entonces Shawn mira mi camiseta manchada y luego mi rostro, las miradas se cruzan y en cuestión de segundos sé que lo sabe. Antes de que llegue a apuntarme con el arma tiro de Adrian hacia mi colocando el machete bajo su cuello. -¡Maldito hijo de puta!- creo que lo comprenden en nada. Shawn me apunta con el arma y yo amenazo con cargarme a Adrian, Joseph mira la escena perplejo y cuando abre la boca tan solo lo hace para soltar insultos. -¡Baja el arma, ya he matado a James, ¿qué más me da cargarme a este, y eso que siempre me caíste peor que él, será un placer hacerlo- empiezo a gritar sin soltar a Adrian, presionando ligeramente el borde de la afilada hoja contra su piel, sin llegar a cortarle.
-¡Joder Jay, que te jodan maldita sea, eres un cabrón, joder, maldito hijo...- Adrian suelta por lo menos veinte insultos hacia mi en cuestión de segundos. -¡Cierra la puta boca o te rajo la garganta aquí mismo gilipollas!- presiono algo más el machete contra su cuello mientras los otros dos nos miran en silencio, alerta. -Shawn, dispárale joder, haz algo por favor...- Shanw le quita el seguro al arma mientras que Adrian lloriquea y dispara. Adrian cae muerto. -Y eso que él no me había tocado las narices tanto como tú...- dice él sin más a la vez que hace un gesto con la cabeza señalando el granero. -Vamos, Katrina querrá despedirse de ti...- comenta sin más mientras me mete prisa señalándome con el arma, así que avanzo con ellos dos detrás en la dirección del maldito granero, donde seguramente estarán las otras dos chicas.
Me hacen abrir la puerta y cuando lo hago no me gusta nada lo que veo. Katrina se pasea por el lugar mientras que la morena está sentada en una silla atada, inconsciente parece y la otra tirada en el suelo, Thirteen. -Oh cosita, ¿vienes a...- cuando ve como Shawn y Joseph van detrás apuntándome con el arma se queda paralizada. -Se ha cargado a Adrian y James- me encanta como me carga el muerto, nunca mejor dicho, del otro, pero Katrina me mira desolada. O al menos fingiendo que lo está. Yo no hago nada, pero el gilipollas de Joseph me golpea por la espalda haciendo que caiga al suelo con un pequeño quejido. Katrina se acerca furiosa y me apunta con su escopeta, alzo la mirada hacia ella y sonrío de lado. -¿Qué pasa Kat, te has quedado sin polvo para los viernes por la noche?- tan solo consigo hacer que se enfade más, lo justo para que me golpee con la culata del arma en plena barbilla y luego me apunta con el arma de nuevo. -Levanta y camina- grita y como entiendo lo grave que es la situación eso hago, no quiero llevarme un tiro entre ceja y ceja. Me levanto y camino mientras que miro a las dos chicas, se quedan a solas con Joseph y Shawn, no me gusta nada. Katrina me hace salir del granero, a saber qué coño se le ha pasado a esta loca por la cabeza...
Cuando él dijo aquello un escalofrío me recorrió el cuerpo por completo, pero entonces el rubio se marchó y yo insistí tirando del brazo de Thea para largarnos de allí cuanto antes. Mi compañero aceptó y finalmente nos marchábamos corriendo a gran velocidad, todo cuanto podíamos en la dirección del Jeep de Hal. Thea paró al lado de la puerta del piloto y entonces yo continué para alcanzar la puerta del copiloto y subir al vehículo. Respiré hondo, íbamos a salir de allí.-¡Thea, vamos!-Le grité mientras que buscaba mi inhalador y lo usaba rápida porque sentía como básicamente ahogaba por culpa de aquella carrera. Lo guardé en mi bolsillo volviéndome para ver como de la nada salía una mujer que atacaba a mi amiga.-¡Thea!-Grité al ver como la pelinegra caía al suelo y yo me quedaba mirando a la rubia fijamente.
-¡¿Pero qué coño pasa con vosotros?!-Grité furiosa mientras me lanzaba hacia el asiento trasero, no trataba salir del coche, sabía lo que pasaría y así fue. Al quedarme entre lo dos asientos la rubia tiró de mis pies y yo opuse resistencia como sería lógico. En realidad revolvía las cosas del asiento trasero hasta que di con la palanca de hierro que cogí y deslicé bajo la manga de mi chaqueta, de tal forma que no se viera. Al sacarme de ahí pataleé y pensé en golpearla con fuerza, pero entonces se apartó de golpe y cuando con la escopeta apuntó la cabeza de Thea paré en seco.-Ahora nos entendemos-Susurró aquella mujer mientras señalaba el granero. -Ve hacia él o le vuelo la tapa de los sesos a tu amiga-Asentí mientras trataba de recobrar la respiración y sobre todo de tranquilizarla. Comencé a caminar en aquella dirección, poco a poco hasta llegar a la puerta. La rubia cargó con Thea como si nada. La dejó atada a una silla con la ayuda de una esposas que a saber de donde habría sacado y entonces me miró a mi. Me golpeó tan rápido que no, no lo vi casi ni venir. Al caer al suelo prácticamente ni me moví. Ella dijo algo que no entendí y continuó con sus discurso mientras escuchaba un ruido metálico. ¿Qué iba a pasar ahora?
Estaba aturdida, la cabeza me daba vueltas. Apenas me moví para buscar con la mirada a Thea, que seguía en la silla. La rubia empezó a tararear una canción mientras se giraba y buscaba algunas cosas cuando la puerta se abrió y me dejé caer al suelo. Con toda aquella confusión fui capaz de distinguir como habían llegado más personas y entre ellas pude distinguir la voz del rubio. Eran al menos la rubia, otro y el chico que nos salvó. Al parecer la mujer le dijo a alguien que avanzase, alcé la mirada apenas un poco y vi como apuntaba con su escopeta al rubio fuera del granero. Distinguí una carcajada y al volverme de golpe vi a esos dos tipos.
-¡Eh si tú estás despierta!-Gritó uno de ellos al verme mientras que yo guiaba la mirada en al dirección de Thea, esperando que mi amiga despertase de una vez para hacer algo.-Tranquila, mi amigo cuidará bien de ella como yo cuidaré de ti-Susurró él mientras se acercaba. Le miré fijamente con asco. El otro iba hacia Thea y yo agarré con fuerza la palanca de hierro, pensando en si esos dos me amenazarían con matarla como había hecho la rubia.-¿Si?-Pero cuando se acercó tanto... Deslicé la palanca de hierro sacándola de la manga y la sujeté por el borde, entonces la agarré con fuerza y le golpeé en plena cara, no contenta con ello, la agarré con ambas manos dándole un segundo golpe para así salir corriendo, consiguiendo que el segundo se alejara de Thea y fuera a por mi, el primero se había caído al suelo a causa del golpe, sin saber si estaría muerto o no. Corrí por el granero esquivando y evitando al otro tipo, subiendo por unas escaleras de mano hacia la planta de arriba, para esconderme entre los muebles que se almacenaban allí.
-¡¿Pero qué coño pasa con vosotros?!-Grité furiosa mientras me lanzaba hacia el asiento trasero, no trataba salir del coche, sabía lo que pasaría y así fue. Al quedarme entre lo dos asientos la rubia tiró de mis pies y yo opuse resistencia como sería lógico. En realidad revolvía las cosas del asiento trasero hasta que di con la palanca de hierro que cogí y deslicé bajo la manga de mi chaqueta, de tal forma que no se viera. Al sacarme de ahí pataleé y pensé en golpearla con fuerza, pero entonces se apartó de golpe y cuando con la escopeta apuntó la cabeza de Thea paré en seco.-Ahora nos entendemos-Susurró aquella mujer mientras señalaba el granero. -Ve hacia él o le vuelo la tapa de los sesos a tu amiga-Asentí mientras trataba de recobrar la respiración y sobre todo de tranquilizarla. Comencé a caminar en aquella dirección, poco a poco hasta llegar a la puerta. La rubia cargó con Thea como si nada. La dejó atada a una silla con la ayuda de una esposas que a saber de donde habría sacado y entonces me miró a mi. Me golpeó tan rápido que no, no lo vi casi ni venir. Al caer al suelo prácticamente ni me moví. Ella dijo algo que no entendí y continuó con sus discurso mientras escuchaba un ruido metálico. ¿Qué iba a pasar ahora?
Estaba aturdida, la cabeza me daba vueltas. Apenas me moví para buscar con la mirada a Thea, que seguía en la silla. La rubia empezó a tararear una canción mientras se giraba y buscaba algunas cosas cuando la puerta se abrió y me dejé caer al suelo. Con toda aquella confusión fui capaz de distinguir como habían llegado más personas y entre ellas pude distinguir la voz del rubio. Eran al menos la rubia, otro y el chico que nos salvó. Al parecer la mujer le dijo a alguien que avanzase, alcé la mirada apenas un poco y vi como apuntaba con su escopeta al rubio fuera del granero. Distinguí una carcajada y al volverme de golpe vi a esos dos tipos.
-¡Eh si tú estás despierta!-Gritó uno de ellos al verme mientras que yo guiaba la mirada en al dirección de Thea, esperando que mi amiga despertase de una vez para hacer algo.-Tranquila, mi amigo cuidará bien de ella como yo cuidaré de ti-Susurró él mientras se acercaba. Le miré fijamente con asco. El otro iba hacia Thea y yo agarré con fuerza la palanca de hierro, pensando en si esos dos me amenazarían con matarla como había hecho la rubia.-¿Si?-Pero cuando se acercó tanto... Deslicé la palanca de hierro sacándola de la manga y la sujeté por el borde, entonces la agarré con fuerza y le golpeé en plena cara, no contenta con ello, la agarré con ambas manos dándole un segundo golpe para así salir corriendo, consiguiendo que el segundo se alejara de Thea y fuera a por mi, el primero se había caído al suelo a causa del golpe, sin saber si estaría muerto o no. Corrí por el granero esquivando y evitando al otro tipo, subiendo por unas escaleras de mano hacia la planta de arriba, para esconderme entre los muebles que se almacenaban allí.
Mi tío Craig se acercaba a mi con una pequeña caja envuelta en un papel plateado y hermoso, su sonrisa era resplandeciente, se le veía feliz con tan solo mirarme y al verlo no pude evitar salir corriendo en su dirección gritando entusiasmada como la cría que era al ver a su tío favorito con un regalo. Tomó asiento y me senté en sus rodillas para ver como me entregaba la caja y luego la apartaba riéndose. Mi padre se acercaba llevando un par de vasos a la mesa y le regañaba por malcriarme aunque yo no prestase atención. Craig besó mi frente y me entregó el regalo mientras le decía a mi padre que pensaba comprarme si hacía falta la tienda entera de juguetes, porque era su única sobrina y para él como su hija. Cuando nos llamaban para comer él y yo jugábamos con aquella muñeca, yo le decía que era como él, una policía y él cogía mi oso diciendo que era un afamado ladrón al que tenía que atrapar. Así nos pasábamos el rato ambos riendo y jugando. Adoraba a mi tío Craig, era una de las personas más maravillosas que había conocido, a parte de mi padre ambos me enseñaron cuanto sabía. Pero hubo un momento en el que empecé a recordarlo todo. Yo estaba ahí mirándole fijamente mientras que él agitaba el oso. Craig había muerto y yo le había matado. - ¿Cariño? - Acarició mi mejilla. - ¿Por qué lloras? - Preguntó sin entender que ocurría para entonces abrazarme. - Lo siento tanto Tío Craig... - Susurré sintiendo como me iba alejando de él con el sonido de una voz que me resultaba bastante familiar. Thirteen.
- ¡Katherine! - Me incorporé de golpe sobre la silla a la vez que tomaba una larga bocanada de aire, como si llevase siglos sin respirar o me estuviera ahogando con aquel extraño sueño. - ¡Agh...! - Me quejé al ver que estaba atada a la silla y que apenas podía moverme de esta por culpa de... Unas esposas, ¿en serio? Miré en varias direcciones, era aquel estúpido granero una vez más. Pero aquello ahora no importaba, buscaba a mi amiga, estaba preocupada por ella y pese a que la cabeza me daba vueltas y sentía aquel dolor tan terrible yo me moví sobre la silla para intentar ver si podía soltarme. Todo sin éxito alguno. El lugar parecía totalmente abandonado a excepción del tipo que estaba tirado en el suelo. Un nuevo ruido hizo volverme en la otra dirección, un tipo corría hacia el fondo del granero trepando hacia la parte de arriba y allí estaba Katherine.
Tenía que actuar rápido y ya no solo por ayudarla a ella, el tipo que estaba tirado en el suelo comenzaba a moverse. Respiré hondo y tanteé las esposas, no llevaba nada para forzarlas. Apreté la mandíbula al ver el arma no muy lejos de la mano de aquel tipo. Así que esperé a que se fuera poniendo de pie y cuando lo hizo más o menos, algo aturdido, me levanté sujetando la silla con mis manos por detrás. Sin pensarlo dos veces corrí en su dirección lanzándome a por él para golpearle con la silla varias veces hasta que esta se deshizo prácticamente y el tipo cayó al suelo. Me agaché y pasé las manos por debajo de mis piernas, ya que estaba esposada por detrás.
Me hice con la arma, reconocí en seguida la Five Seven, comprobé el cargador, le quedaban tres balas y seguidamente miré en la dirección en la que se había ido Katherine perseguida por aquel tipo. Corrí por la parte baja del granero, mi amiga se había escondido tras uno de los muebles y aquel tipo la buscaba. - ¡Eh capullo! - Alcé el arma apuntando y disparé en su dirección una sola vez. La bala atravesó su hombro sin llegar a matarlo. El tipo cayó de la planta superior sobre las balas de heno, me acerqué para mirar como se agarraba el hombro ensangrentado, le apunté con el arma directamente a la cabeza, aunque llevase las esposas.
- Podía haberte matado... - Amenacé al par que me acercaba para quitarle los dos kukris que llevaba, pero antes de que pudiera acercarme el tipo alzó su mano sana con un revolver, así que no lo pensé dos veces, apunté y disparé atravesando su cabeza. - Maldito chalado... Esto me lo llevo por las molestias que nos habéis ocasionado... - Seguidamente retrocedí a la vez que llamaba a mi amiga buscándola con la mirada. - ¡Katherine sal ya! - Le pedía mientras que me acercaba al tipo y le quitaba los dos kukris, colocándolos luego en mi cinturón de forma que pudiera usarlos después. Seguidamente revisé el revolver con las balas extra y las guardé en mi cinturón esperando a Katherine.
- ¡Katherine! - Me incorporé de golpe sobre la silla a la vez que tomaba una larga bocanada de aire, como si llevase siglos sin respirar o me estuviera ahogando con aquel extraño sueño. - ¡Agh...! - Me quejé al ver que estaba atada a la silla y que apenas podía moverme de esta por culpa de... Unas esposas, ¿en serio? Miré en varias direcciones, era aquel estúpido granero una vez más. Pero aquello ahora no importaba, buscaba a mi amiga, estaba preocupada por ella y pese a que la cabeza me daba vueltas y sentía aquel dolor tan terrible yo me moví sobre la silla para intentar ver si podía soltarme. Todo sin éxito alguno. El lugar parecía totalmente abandonado a excepción del tipo que estaba tirado en el suelo. Un nuevo ruido hizo volverme en la otra dirección, un tipo corría hacia el fondo del granero trepando hacia la parte de arriba y allí estaba Katherine.
Tenía que actuar rápido y ya no solo por ayudarla a ella, el tipo que estaba tirado en el suelo comenzaba a moverse. Respiré hondo y tanteé las esposas, no llevaba nada para forzarlas. Apreté la mandíbula al ver el arma no muy lejos de la mano de aquel tipo. Así que esperé a que se fuera poniendo de pie y cuando lo hizo más o menos, algo aturdido, me levanté sujetando la silla con mis manos por detrás. Sin pensarlo dos veces corrí en su dirección lanzándome a por él para golpearle con la silla varias veces hasta que esta se deshizo prácticamente y el tipo cayó al suelo. Me agaché y pasé las manos por debajo de mis piernas, ya que estaba esposada por detrás.
Me hice con la arma, reconocí en seguida la Five Seven, comprobé el cargador, le quedaban tres balas y seguidamente miré en la dirección en la que se había ido Katherine perseguida por aquel tipo. Corrí por la parte baja del granero, mi amiga se había escondido tras uno de los muebles y aquel tipo la buscaba. - ¡Eh capullo! - Alcé el arma apuntando y disparé en su dirección una sola vez. La bala atravesó su hombro sin llegar a matarlo. El tipo cayó de la planta superior sobre las balas de heno, me acerqué para mirar como se agarraba el hombro ensangrentado, le apunté con el arma directamente a la cabeza, aunque llevase las esposas.
- Podía haberte matado... - Amenacé al par que me acercaba para quitarle los dos kukris que llevaba, pero antes de que pudiera acercarme el tipo alzó su mano sana con un revolver, así que no lo pensé dos veces, apunté y disparé atravesando su cabeza. - Maldito chalado... Esto me lo llevo por las molestias que nos habéis ocasionado... - Seguidamente retrocedí a la vez que llamaba a mi amiga buscándola con la mirada. - ¡Katherine sal ya! - Le pedía mientras que me acercaba al tipo y le quitaba los dos kukris, colocándolos luego en mi cinturón de forma que pudiera usarlos después. Seguidamente revisé el revolver con las balas extra y las guardé en mi cinturón esperando a Katherine.
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El camino se me hace eterno y sinceramente, es la primera vez que me mata tanto ver que Katrina no dice absolutamente nada. Desde que hemos dejado al resto la rubia ni se ha inmutado. La miro de vez en cuando y ella se limita a apuntarme con la recortada, amenazante. Llegamos hasta la parte de atrás de la casa. Allí hay una especie de jardín con una balsa de agua, está tapada con una lona, pero aún así el agua está asquerosa, de un color verde oscuro. EL otro día eché un vistazo y por eso lo sé.
-Rubio... ¿Qué hago ahora?- cuando me giro veo a Katrina justo detrás de mi, a unos pasos, es como si la rubia se fuera a echar a llorar. -Has matado a James y Adrian y yo ahora...- ruedo los ojos, está como una puta cabra. -Eh... Cárgame el muerto de James, pero a Adrian se lo ha cargado el gilipollas de Joseph- me limito a decir mientras meto las manos en los bolsillos. La expresión de Katrina se tuerce, he dicho algo que no le ha gustado. Bueno en realidad la muerte de Adrian la fastidia, al parecer era el único sin escrúpulos que se la tiraba. -¡Debería matarte ahora mismo por mentiroso y cobarde!- la rubia no se cree ni una mierda de lo que le digo, genial. Me apunta con la recortada. Debe doler un rato el disparo de esa cosa, si no me confundo es esa que dispara dos cartuchos a la vez, lo bueno, espero que cuando dispare me de en la cabeza o en algún sitio clave para acabar conmigo en el acto y no estar sufriendo... Pero con lo sádica que es Katrina estoy totalmente seguro de que no será buena conmigo.
-¡Cree lo que quieras, pero ha sido ese idiota con orejas- hablo como si nada, como si aquella no fuera mi última conversación seguramente o como si no estuviera en juego mi vida. -¡Cállate maldita sea!- Katrina está aún más enfadada y me apunta mejor con la recortada. -Quítate la camiseta- ordena entonces cambiando el tono de voz y yo la miro con incredulidad. -¡Ahora!- grita. No si encima querrá violarme la gilipollas. Miro hacia otro lado, no pienso obedecer. Cuando suena el disparo me giro bruscamente, proviene del granero. Katrina lo hace también y entonces aprovecho el despiste para lanzarme sobre esa masa de músculos y grasa. Trato de quitarle la recortada, pero en vez de eso la gigante me empuja con fiereza. Más bien me embiste como si de un toro se tratase y ambos caemos sobre la lona de la piscina.
No tardamos en ser engullidos por esa agua sucia, asquerosa y negra. El problema es que ella se deja caer sobre mi con todo su peso y seguramente este sea el doble del mío, porque me hunde en el agua. Me va a ahogar. Trato de forcejear, de moverme, de golpearla, pero nada. Forcejeo con ella mientras noto como me ahogo, poco a poco me voy quedando sin aire y ella simplemente me sujeta como si fuera de papel. Y es que el agua frenan mis golpes, así que no lo pienso dos veces y muerdo el brazo que me oprime, con fuerza, ella grita, pero no me suelta y comienza a golpearme con una de sus manos. Lo bueno es que el agua también frena sus golpes, lo malo es que se da cuenta y me tira del pelo, eso duele más todavía, pero en verdad nada comparado con quedarme sin aire. Mis dientes se cierran con fuerza sobre la carne del brazo y escupo el bocado, ella grita de dolor finalmente soltándome y yo salgo hacia la superficie respirando como si llevase años sin hacerlo. No me quedan apenas fuerzas, pero aún así nado hacia el borde y salto sobre este recogiendo la recortada, tirado en el suelo la miro fijamente, corría hacia mi, pero cuando ve como la apunto con el arma se detiene.
-Jay, yo te quiero, no te iba a hacer daño...- esa zorra no puede ser más falsa. -Que te jodan Katrina- aprieto el gatillo finalmente y si, es una burrada lo que ese arma hace con el cuerpo de ella, lo bueno es que la ha matado en el acto. respiro hondo dejándome caer sobre el suelo, mirando el cielo y entonces recuerdo el granero. -Joder... Soy demasiado bueno coño- me digo con pereza, pues no puedo evitar preocuparme y salir corriendo en busca de esas dos. Al acercarme a la puerta me asomé por una de las rendijas, Thea estaba de pie llamando a Thirteen. -Vaya... Yo que venía a echaros una mano...- comento mientras paso al granero colocando la recortada sobre mi hombro, Joseph estaba detrás de mi y Shawn al otro lado, ambos parecen estar bien muertos, sobre todo Shawn con ese tiro entre ceja y ceja. -¿Estáis bien?- pregunto finalmente.
-Rubio... ¿Qué hago ahora?- cuando me giro veo a Katrina justo detrás de mi, a unos pasos, es como si la rubia se fuera a echar a llorar. -Has matado a James y Adrian y yo ahora...- ruedo los ojos, está como una puta cabra. -Eh... Cárgame el muerto de James, pero a Adrian se lo ha cargado el gilipollas de Joseph- me limito a decir mientras meto las manos en los bolsillos. La expresión de Katrina se tuerce, he dicho algo que no le ha gustado. Bueno en realidad la muerte de Adrian la fastidia, al parecer era el único sin escrúpulos que se la tiraba. -¡Debería matarte ahora mismo por mentiroso y cobarde!- la rubia no se cree ni una mierda de lo que le digo, genial. Me apunta con la recortada. Debe doler un rato el disparo de esa cosa, si no me confundo es esa que dispara dos cartuchos a la vez, lo bueno, espero que cuando dispare me de en la cabeza o en algún sitio clave para acabar conmigo en el acto y no estar sufriendo... Pero con lo sádica que es Katrina estoy totalmente seguro de que no será buena conmigo.
-¡Cree lo que quieras, pero ha sido ese idiota con orejas- hablo como si nada, como si aquella no fuera mi última conversación seguramente o como si no estuviera en juego mi vida. -¡Cállate maldita sea!- Katrina está aún más enfadada y me apunta mejor con la recortada. -Quítate la camiseta- ordena entonces cambiando el tono de voz y yo la miro con incredulidad. -¡Ahora!- grita. No si encima querrá violarme la gilipollas. Miro hacia otro lado, no pienso obedecer. Cuando suena el disparo me giro bruscamente, proviene del granero. Katrina lo hace también y entonces aprovecho el despiste para lanzarme sobre esa masa de músculos y grasa. Trato de quitarle la recortada, pero en vez de eso la gigante me empuja con fiereza. Más bien me embiste como si de un toro se tratase y ambos caemos sobre la lona de la piscina.
No tardamos en ser engullidos por esa agua sucia, asquerosa y negra. El problema es que ella se deja caer sobre mi con todo su peso y seguramente este sea el doble del mío, porque me hunde en el agua. Me va a ahogar. Trato de forcejear, de moverme, de golpearla, pero nada. Forcejeo con ella mientras noto como me ahogo, poco a poco me voy quedando sin aire y ella simplemente me sujeta como si fuera de papel. Y es que el agua frenan mis golpes, así que no lo pienso dos veces y muerdo el brazo que me oprime, con fuerza, ella grita, pero no me suelta y comienza a golpearme con una de sus manos. Lo bueno es que el agua también frena sus golpes, lo malo es que se da cuenta y me tira del pelo, eso duele más todavía, pero en verdad nada comparado con quedarme sin aire. Mis dientes se cierran con fuerza sobre la carne del brazo y escupo el bocado, ella grita de dolor finalmente soltándome y yo salgo hacia la superficie respirando como si llevase años sin hacerlo. No me quedan apenas fuerzas, pero aún así nado hacia el borde y salto sobre este recogiendo la recortada, tirado en el suelo la miro fijamente, corría hacia mi, pero cuando ve como la apunto con el arma se detiene.
-Jay, yo te quiero, no te iba a hacer daño...- esa zorra no puede ser más falsa. -Que te jodan Katrina- aprieto el gatillo finalmente y si, es una burrada lo que ese arma hace con el cuerpo de ella, lo bueno es que la ha matado en el acto. respiro hondo dejándome caer sobre el suelo, mirando el cielo y entonces recuerdo el granero. -Joder... Soy demasiado bueno coño- me digo con pereza, pues no puedo evitar preocuparme y salir corriendo en busca de esas dos. Al acercarme a la puerta me asomé por una de las rendijas, Thea estaba de pie llamando a Thirteen. -Vaya... Yo que venía a echaros una mano...- comento mientras paso al granero colocando la recortada sobre mi hombro, Joseph estaba detrás de mi y Shawn al otro lado, ambos parecen estar bien muertos, sobre todo Shawn con ese tiro entre ceja y ceja. -¿Estáis bien?- pregunto finalmente.
Decir que estaba asustada era quedarse corta. Estaba aterrada, no, mucho más aún. Thea estaba abajo inconsciente y a mi me perseguía uno de esos desgraciados. Escuchaba los pasos de ese tipo, sus pasos eran firmes y cuando pisaba los tablones de aquella planta y crujía el suelo yo lo sentía más cerca y con cada ruido era como si me golpearan con fuerza en el pecho. Respiré hondo asustada y conforme distinguí que aquel tipo estaba más cerca de mi fue como si el corazón se me helara y la respiración dejase de ser algo importante. Escuche una risita y al alzar la mirada le vi justo ahí, de pie, mirándome con diversión como si yo fuera un juguete.
Con el sonido del disparo me fue imposible no dar un respingo, solté una exclamación de puro desconcierto y pánico al ver como el tipo se queda completamente rígido y caía hacia atrás, precipitándose al vacío. Al escuchar la voz de Thea me levanté rápida para asomarme y al verla allí sujetando el arma recobré el aliento de forma rápida.-Gracias a Dios...-Suspiré finalmente aliviada.-No sabes cuanto me alegro de verte ahora mismo-Reí en silencio mientras que me movía para acercarme a las escaleras, con cierto nerviosismo. Me detuve justo cuando escuchamos un disparo lejano y seguidamente otro que procedía de aquel mismo lugar, Thea había acabado con ese hombre, descendí hacia abajo para ir directa a abrazarla a ella, pero antes de poder hacerlo, cuando me di la vuelta me encontré con el rubio que estaba justo ahí, no muy lejos de ella sujetando una recortada contra su hombro.
-Si... ¿Y tú?-Respondí con cierta duda, pues el rubio se suponía que estaba con ellos y tras la pelea y demás ahora... ¿Estaba de nuestro lado?, todo resultaba muy extraño.-¿Y la mujer que te había llevado?-Pregunté mientras que me acercaba al cadáver del tipo que había disparado Thea y le registraba quitándole la pistola que llevaba y el cuchillo.-Genial, una pistola-La sostuve entre mis manos y con cuidado la guardé en el cinturón de mi pantalón.-¿Has sido el del disparo tú, no?-Pregunté mientras que me giraba sobre mis talones y me acercaba a Thea para revisar la pequeña herida que tenía en la frente por culpa de aquella horrible mujer.-Cuando regresemos al motel te curaremos eso, ahora deberíamos irnos, con tanto jaleo seguro que ahora no tardan en aparecer los otros-Y es que nos habíamos pasado, con tantos ruidos todo aquello sería la alarma perfecta para indicarles a los caminantes que la comida estaba lista.
Así que empecé a avanzar hacia la puerta del granero, pues ya me conocía el lugar, para mi desgracia. Aquella excursión había sido toda una locura, pero al menos nos llevábamos un par de armas para casa. Cuando fui a abrir la puerta me giré hacia Thea y el rubio, pero para hablarle a él.-¿Qué vas a hacer ahora?, no puedes quedarte aquí-Pregunté dando por hecho que ya no quedaba nadie y que la granja no tardaría en llenarse de caminantes.-Tal vez...-Al empezar a sugerir aquello miré a Thea. Vale que no conocíamos a aquel chico y que estaba con una panda de gilipollas, pero nos había salvado la vida, tal vez fuera buen tipo y estuviera con esa gente por simple supervivencia. A saber, pero me sabía mal dejarle tirado, nos había ayudado y si no hubiéramos aparecido no se habría metido en problemas. Le debíamos una, pese al desencuentro inicial.
Con el sonido del disparo me fue imposible no dar un respingo, solté una exclamación de puro desconcierto y pánico al ver como el tipo se queda completamente rígido y caía hacia atrás, precipitándose al vacío. Al escuchar la voz de Thea me levanté rápida para asomarme y al verla allí sujetando el arma recobré el aliento de forma rápida.-Gracias a Dios...-Suspiré finalmente aliviada.-No sabes cuanto me alegro de verte ahora mismo-Reí en silencio mientras que me movía para acercarme a las escaleras, con cierto nerviosismo. Me detuve justo cuando escuchamos un disparo lejano y seguidamente otro que procedía de aquel mismo lugar, Thea había acabado con ese hombre, descendí hacia abajo para ir directa a abrazarla a ella, pero antes de poder hacerlo, cuando me di la vuelta me encontré con el rubio que estaba justo ahí, no muy lejos de ella sujetando una recortada contra su hombro.
-Si... ¿Y tú?-Respondí con cierta duda, pues el rubio se suponía que estaba con ellos y tras la pelea y demás ahora... ¿Estaba de nuestro lado?, todo resultaba muy extraño.-¿Y la mujer que te había llevado?-Pregunté mientras que me acercaba al cadáver del tipo que había disparado Thea y le registraba quitándole la pistola que llevaba y el cuchillo.-Genial, una pistola-La sostuve entre mis manos y con cuidado la guardé en el cinturón de mi pantalón.-¿Has sido el del disparo tú, no?-Pregunté mientras que me giraba sobre mis talones y me acercaba a Thea para revisar la pequeña herida que tenía en la frente por culpa de aquella horrible mujer.-Cuando regresemos al motel te curaremos eso, ahora deberíamos irnos, con tanto jaleo seguro que ahora no tardan en aparecer los otros-Y es que nos habíamos pasado, con tantos ruidos todo aquello sería la alarma perfecta para indicarles a los caminantes que la comida estaba lista.
Así que empecé a avanzar hacia la puerta del granero, pues ya me conocía el lugar, para mi desgracia. Aquella excursión había sido toda una locura, pero al menos nos llevábamos un par de armas para casa. Cuando fui a abrir la puerta me giré hacia Thea y el rubio, pero para hablarle a él.-¿Qué vas a hacer ahora?, no puedes quedarte aquí-Pregunté dando por hecho que ya no quedaba nadie y que la granja no tardaría en llenarse de caminantes.-Tal vez...-Al empezar a sugerir aquello miré a Thea. Vale que no conocíamos a aquel chico y que estaba con una panda de gilipollas, pero nos había salvado la vida, tal vez fuera buen tipo y estuviera con esa gente por simple supervivencia. A saber, pero me sabía mal dejarle tirado, nos había ayudado y si no hubiéramos aparecido no se habría metido en problemas. Le debíamos una, pese al desencuentro inicial.
Me acerqué a Thirteen cuando fue descendiendo, a la vez que daba un pequeño respingo cuando vi como llegaba el rubio, justo a mi lado. Me quedé mirándole fijamente, aturdida por la tranquilidad con la que llegó. - Tienes... - Señalé con mi propia mano mi boca, pues el chico tenía manchada la boca, además de que iba chorreando. - ¿Qué ha pasado? - En cuanto Thirteen bajó me acerqué a ella para abrazarla. - Si, menos mal... - Me volví hacia aquel chico que nos había ayudado, pese que aún era capaz de distinguir los golpes que me había dado.
- Te han dado lo tuyo a ti también... - Susurré al fijarme mejor en las marcas rojizas que comenzaban a salir en su pálida piel. De verdad que aquello resultaba surrealista incluso. Hacía un rato nos estábamos matando a golpes y ahora nos preocupábamos, en apariencia, lo parecía, los unos por los otros. Pero es que aquel chico nos había salvado enfrentándose a su propio grupo. Asentí cuando Katherine dijo que era mejor largarse y entonces antes de que pudiera ella abrir la puerta se volvió rápida sugiriendo que el chico viniera con nosotras. Abrí la boca para decir algo. ¿De verdad quería aquello?, acabábamos de conocerlo y aún estaba siendo todo demasiado extraño. Resoplé de forma casi imperceptible y me volví hacia el chico con cierta resignación. Estábamos tal vez siendo demasiado amables con aquel extraño, pero bueno, él también se había portado, de una forma particular pero lo había hecho.
- ¿Quieres venir con nosotras?, nos refugiamos con más gente en un motel no muy lejos de aquí a un par de horas - Declaré finalmente dándole el gusto a mi compañera, pues había sido Thirteen la que había sugerido tal cosa. Hal me iba a matar ahora de verdad. - Eso si, nos saltaremos la parte en la que jugamos al club de la lucha... - Comenté con cierto sarcasmo, pues si Kyle o Hal se enteraban de que el rubio y nosotras habíamos tenido un enfrentamiento entonces le acabarían colgando del marco de la entrada. - Mira sé que no hemos empezado con buen pie y sinceramente aún me cuesta saber si eres de fiar o no, porque si, nos has salvado la vida, pero ha sido todo muy raro, nosotras de verdad que no buscábamos problemas, pero así hemos acabado... - El rubio nos había salvado, se mirase por donde se mirase, ¿tenía intenciones más oscuras con ello?, a saber, era lo que de verdad me preocupaba. Por ahora esperaba que simplemente lo hiciera por ser un buen tipo, que compartiera refugio con esa gente no significaba ya que fuera uno de ellos o que pensara de la misma forma. - Podemos empezar de nuevo, ella es Katherine, aunque la llamamos Thirteen y yo soy Thea - Dije finalmente a la vez que le ofrecía mi mano, dependiendo de como actuase ahora esta noche contaríamos con un miembro más en el grupo o no...
- Y ahora si, habría que largarse antes de que nos coman vivos... - Como había dicho Thirteen abrí la puerta del granero empujándola con mi propio peso. - ¿Cuanta munición tenéis? - Pregunté mientras que revisaba las dos balas de mi pistola y alzaba la mirada viendo como los alrededores y terrenos de la granja comenzaban a cobrar una vida tal vez demasiado más macabra de lo normal. - Nos va a hacer falta... - Tensé la mandíbula a la vez que comenzaba a andar saliendo de aquel edificio empuñando mi nueva arma. El primer desgraciado que se acercó gruñendo se llevó un disparo en plena cabeza. - ¡Vamos! - Exclamé finalmente mientras echaba a correr señalando la dirección en la que estaba el jeep y esquivando a algún que otro zombie por el camino. Si el rubio quería venir o no era elección suya, lo que no podíamos era quedarnos a esperar a que se decidiera cuando nos estaban acorralando los muertos.
- Te han dado lo tuyo a ti también... - Susurré al fijarme mejor en las marcas rojizas que comenzaban a salir en su pálida piel. De verdad que aquello resultaba surrealista incluso. Hacía un rato nos estábamos matando a golpes y ahora nos preocupábamos, en apariencia, lo parecía, los unos por los otros. Pero es que aquel chico nos había salvado enfrentándose a su propio grupo. Asentí cuando Katherine dijo que era mejor largarse y entonces antes de que pudiera ella abrir la puerta se volvió rápida sugiriendo que el chico viniera con nosotras. Abrí la boca para decir algo. ¿De verdad quería aquello?, acabábamos de conocerlo y aún estaba siendo todo demasiado extraño. Resoplé de forma casi imperceptible y me volví hacia el chico con cierta resignación. Estábamos tal vez siendo demasiado amables con aquel extraño, pero bueno, él también se había portado, de una forma particular pero lo había hecho.
- ¿Quieres venir con nosotras?, nos refugiamos con más gente en un motel no muy lejos de aquí a un par de horas - Declaré finalmente dándole el gusto a mi compañera, pues había sido Thirteen la que había sugerido tal cosa. Hal me iba a matar ahora de verdad. - Eso si, nos saltaremos la parte en la que jugamos al club de la lucha... - Comenté con cierto sarcasmo, pues si Kyle o Hal se enteraban de que el rubio y nosotras habíamos tenido un enfrentamiento entonces le acabarían colgando del marco de la entrada. - Mira sé que no hemos empezado con buen pie y sinceramente aún me cuesta saber si eres de fiar o no, porque si, nos has salvado la vida, pero ha sido todo muy raro, nosotras de verdad que no buscábamos problemas, pero así hemos acabado... - El rubio nos había salvado, se mirase por donde se mirase, ¿tenía intenciones más oscuras con ello?, a saber, era lo que de verdad me preocupaba. Por ahora esperaba que simplemente lo hiciera por ser un buen tipo, que compartiera refugio con esa gente no significaba ya que fuera uno de ellos o que pensara de la misma forma. - Podemos empezar de nuevo, ella es Katherine, aunque la llamamos Thirteen y yo soy Thea - Dije finalmente a la vez que le ofrecía mi mano, dependiendo de como actuase ahora esta noche contaríamos con un miembro más en el grupo o no...
- Y ahora si, habría que largarse antes de que nos coman vivos... - Como había dicho Thirteen abrí la puerta del granero empujándola con mi propio peso. - ¿Cuanta munición tenéis? - Pregunté mientras que revisaba las dos balas de mi pistola y alzaba la mirada viendo como los alrededores y terrenos de la granja comenzaban a cobrar una vida tal vez demasiado más macabra de lo normal. - Nos va a hacer falta... - Tensé la mandíbula a la vez que comenzaba a andar saliendo de aquel edificio empuñando mi nueva arma. El primer desgraciado que se acercó gruñendo se llevó un disparo en plena cabeza. - ¡Vamos! - Exclamé finalmente mientras echaba a correr señalando la dirección en la que estaba el jeep y esquivando a algún que otro zombie por el camino. Si el rubio quería venir o no era elección suya, lo que no podíamos era quedarnos a esperar a que se decidiera cuando nos estaban acorralando los muertos.
- :
-Estoy bien- me limito a responder cuando ambas me preguntan. Creo que estoy bien, la verdad, porque sinceramente eso de ir por ahí matando a gente... Aunque bueno, ha sido en defensa propia y de ellas. En fin, nunca es algo desagradable y aunque me gustase no sentir nada, prefiero que siga siendo así, de lo contrario me sentiría un monstruo. -Gracias- respondo al final de forma sincera, porque creo que es la primera vez en mucho tiempo que alguien me pregunta de verdad por mi. Asiento cuando ellas asienten también. -Yo creo tener gasas y alcohol en la bolsa de deporte- señalo mi frente mirando a Thea, necesitará curarse esas heridas o se infectaran. Cuando ella se presentan yo asiento de nuevo. -Yo soy Jay- respondo. Lo que son las cosas, hacía una hora a lo sumo estábamos a punto de matarnos y ahora nos acabábamos de ayudar mutuamente y estábamos de presentaciones. Thirteen menciona un motel y no puedo evitar prestar atención, al parecer se refugian ahí.
-Si, le quité el arma y bueno... Era ella o yo y preferiblemente prefería que no fuera yo- sonrío ligeramente, de forma algo amarga, no me apetece contar mis típicos chistes, no ahora que aún tengo sangre de esas personas sobre mi. Thea se da cuenta de las manchas en mi cara y no puedo evitar sentirme asqueado incluso. Me limpio con la manga de la camiseta y asiento cuando ambas dicen que es mejor largarse ahora, antes de que esto se llene de zombies. Pero antes de poder salir, cuando estoy recogiendo mis cosas y la guitarra escucho la proposición de Thea. Me giro hacia ella sorprendido. ¿De verdad me están ofreciendo irme con ellas? Relamo mis labios pensativo. Como he dicho le tengo pavor a estar solo, no me gusta, he estado demasiado tiempo solo y sinceramente, no parecen malas chicas, su único error ha sido el de toparse con esta panda de gilipollas.
-No quiero ser un problema y tampoco me gustaría que hubiera malos rollos por lo de hoy...- sonrío cuando menciona el club de la lucha y asiento, ella piensa lo mismo y no puedo estar más de acuerdo. ¿Por qué no ir con ellas?, son agradables, de verdad que me transmiten esa impresión. Así que asiento. -Vale, si he estado con estos tarados... ¿Por qué no aceptar vuestra invitación que de verdad parecéis buena gente?- sonrío algo más animado al hablar con aquella sinceridad. Me siento algo más tranquilo después de todo, pero claro, no estoy aún del todo relajado, pues los cambios siempre alteran a cualquiera.
-Déjame a mi primero Thea-digo mientras me acerco hacia la puerta cargando con mi bolsa de deporte en mi hombro derecho, a la vez que apoyo en este la guitarra y con la izquierda llevo la recortada. -Tenéis algún coche, ¿no?- Doy por hecho que si. De todas formas Thea sale disparada primero y nada más salir dispara, joder, esta mujer es de armas tomar... Las sigo porque al parecer ahí soy un pintamonas, que no importa, la verdad es que se desenvuelven bien, pero claro, al conocerme mejor el lugar pensé que podría guiarlas. Thea va primero y de cerca la seguimos Thirteen y yo, esquivando a los zombies cuando se acercan. Al salir al camino veo un jeep no muy lejos, si, el coche.
-¡Joder!- exclamo cuando de golpe se acerca demasiado un caminante a por mi, sin pensarlo dos veces me defiendo con lo primero que tengo a mano. Le estampo la guitarra en toda la cabeza con un buen golpe, no lo mato, pero cae al suelo y la guitarra prácticamente hecha añicos. -¡Mierda, la guitarra!- exclamo chasqueando la lengua, porque en el primer momento ni lo he pensado, pero bueno, ahí se queda el instrumento mientras que yo salgo corriendo tras ellas con el resto de mis cosas.
-Si, le quité el arma y bueno... Era ella o yo y preferiblemente prefería que no fuera yo- sonrío ligeramente, de forma algo amarga, no me apetece contar mis típicos chistes, no ahora que aún tengo sangre de esas personas sobre mi. Thea se da cuenta de las manchas en mi cara y no puedo evitar sentirme asqueado incluso. Me limpio con la manga de la camiseta y asiento cuando ambas dicen que es mejor largarse ahora, antes de que esto se llene de zombies. Pero antes de poder salir, cuando estoy recogiendo mis cosas y la guitarra escucho la proposición de Thea. Me giro hacia ella sorprendido. ¿De verdad me están ofreciendo irme con ellas? Relamo mis labios pensativo. Como he dicho le tengo pavor a estar solo, no me gusta, he estado demasiado tiempo solo y sinceramente, no parecen malas chicas, su único error ha sido el de toparse con esta panda de gilipollas.
-No quiero ser un problema y tampoco me gustaría que hubiera malos rollos por lo de hoy...- sonrío cuando menciona el club de la lucha y asiento, ella piensa lo mismo y no puedo estar más de acuerdo. ¿Por qué no ir con ellas?, son agradables, de verdad que me transmiten esa impresión. Así que asiento. -Vale, si he estado con estos tarados... ¿Por qué no aceptar vuestra invitación que de verdad parecéis buena gente?- sonrío algo más animado al hablar con aquella sinceridad. Me siento algo más tranquilo después de todo, pero claro, no estoy aún del todo relajado, pues los cambios siempre alteran a cualquiera.
-Déjame a mi primero Thea-digo mientras me acerco hacia la puerta cargando con mi bolsa de deporte en mi hombro derecho, a la vez que apoyo en este la guitarra y con la izquierda llevo la recortada. -Tenéis algún coche, ¿no?- Doy por hecho que si. De todas formas Thea sale disparada primero y nada más salir dispara, joder, esta mujer es de armas tomar... Las sigo porque al parecer ahí soy un pintamonas, que no importa, la verdad es que se desenvuelven bien, pero claro, al conocerme mejor el lugar pensé que podría guiarlas. Thea va primero y de cerca la seguimos Thirteen y yo, esquivando a los zombies cuando se acercan. Al salir al camino veo un jeep no muy lejos, si, el coche.
-¡Joder!- exclamo cuando de golpe se acerca demasiado un caminante a por mi, sin pensarlo dos veces me defiendo con lo primero que tengo a mano. Le estampo la guitarra en toda la cabeza con un buen golpe, no lo mato, pero cae al suelo y la guitarra prácticamente hecha añicos. -¡Mierda, la guitarra!- exclamo chasqueando la lengua, porque en el primer momento ni lo he pensado, pero bueno, ahí se queda el instrumento mientras que yo salgo corriendo tras ellas con el resto de mis cosas.
-Genial, conduciré yo-Solté rápida cuando Jay dijo que llevaba gasas y alcohol en su bolsa. Thea había recibido un buen golpe, por lo que no debería llevar el coche, no por ahora.-Thea, prefiero que descanses ahora, yo me sé el camino, tranquila, Jay puede curarte la herida mientras-Comenté mientras que ellos comprobaban sus armas y luego hacía lo propio también, tal y como Kyle me había enseñado.-17 balas que creo que no gastaré porque aún soy demasiado torpe con las armas de fuego...-Comuniqué con calma viendo como Jay finalmente aceptaba. No pude evitar dedicarle una pequeña sonrisa a nuestro nuevo compañero. Tal vez después de lo ocurrido estaba siendo demasiado optimista, pero quería confiar en él y algo me decía que el tal Jay era de fiar.
Ellos dos salieron primero, ambos querían cubrirnos, sonreí ligeramente, pese a lo grave de la situación, el lugar comenzaba a llenarse de zombies, no eran demasiados, pero si lo serían cuando pasara un rato más.-Hay prisa señores, pero ustedes con calma-Comenté con cierta ironía cuando por fin se dignaron a salir, en grupo los tres pegados a nuestras espaldas, de forma que pudiéramos cubrirnos los unos a los otros avanzamos por los terrenos de la granja.-No nos separemos, así cubriremos todos parte del terreno-Indiqué mientras sujetaba la pistola que recién había encontrado y apuntaba hacia el frente. Cuando pude visualizar el jeep por fin a lo lejos respiré algo más aliviada.-¡Ya estamos llegando, seguid así!-Exclamé mientras que seguíamos avanzando, en todo momento alerta. Cuando uno de los caminantes se acercaba demasiado en nuestra dirección, no lo dudé, apreté el gatillo un par de veces hasta que a la segunda logré acertar en su cabeza. Debía ser más precisa, pero estaba nerviosa, ya bastante había sido acertar a la segunda. Kyle me había enseñado a usar armas de fuego y había mejorado bastante mis habilidades, pero aún no era capaz de enfrentarme a los nervios.
-¡Ya casi estamos!-Exclamé cuando al acercarnos al coche uno de esos seres se abalanzó sobre mi. Rápida me zafé de él a la vez que corría subiendo al asiento del piloto.-¡Thea dame las llaves!-Grité mientras veía como el caminante golpeaba una y otra vez la puerta del jeep. En cuanto el rubio y la pelinegra subieron la coche y esta me dio las llaves, las introduje en el contacto y salimos de allí pisando a fondo. Menos mal que Thea había sido previsora dejando el coche preparado para salir a toda prisa.
Atropellé a un par de los caminantes mientras que el coche descendía a toda velocidad por el camino, pero al final fui capaz de concentrarme e ir esquivándolos hasta lograr llegar a la carretera que estaba ya mucho más despejada en comparación. En aquel momento si que fui capaz de respirar del todo aliviada.-Dios... Por los pelos-Susurré finalmente mientras cambiaba de marcha para ir más rápido ahora por las carreteras.-¿Estáis bien, no?-Pregunté mirando de reojo a Thea y luego a Jay a través del espejo retrovisor.-Al final no hemos conseguido nada de esta excursión, bueno un par de armas, si, pero nada de comida, que era lo que más nos preocupaba ahora-Fruncí los labios cuando decidí ahorrarme la parte en la que en vez de no encontrar más comida habíamos dado con una boca más que alimentar, Jay, que eso era un inconveniente, pero bueno, ya veríamos que haríamos cuando llegásemos al motel. Tampoco le iba a echar en cara aquello al chico, pues había sido idea mía y además estaba contenta de que viniera con nosotras.
Ellos dos salieron primero, ambos querían cubrirnos, sonreí ligeramente, pese a lo grave de la situación, el lugar comenzaba a llenarse de zombies, no eran demasiados, pero si lo serían cuando pasara un rato más.-Hay prisa señores, pero ustedes con calma-Comenté con cierta ironía cuando por fin se dignaron a salir, en grupo los tres pegados a nuestras espaldas, de forma que pudiéramos cubrirnos los unos a los otros avanzamos por los terrenos de la granja.-No nos separemos, así cubriremos todos parte del terreno-Indiqué mientras sujetaba la pistola que recién había encontrado y apuntaba hacia el frente. Cuando pude visualizar el jeep por fin a lo lejos respiré algo más aliviada.-¡Ya estamos llegando, seguid así!-Exclamé mientras que seguíamos avanzando, en todo momento alerta. Cuando uno de los caminantes se acercaba demasiado en nuestra dirección, no lo dudé, apreté el gatillo un par de veces hasta que a la segunda logré acertar en su cabeza. Debía ser más precisa, pero estaba nerviosa, ya bastante había sido acertar a la segunda. Kyle me había enseñado a usar armas de fuego y había mejorado bastante mis habilidades, pero aún no era capaz de enfrentarme a los nervios.
-¡Ya casi estamos!-Exclamé cuando al acercarnos al coche uno de esos seres se abalanzó sobre mi. Rápida me zafé de él a la vez que corría subiendo al asiento del piloto.-¡Thea dame las llaves!-Grité mientras veía como el caminante golpeaba una y otra vez la puerta del jeep. En cuanto el rubio y la pelinegra subieron la coche y esta me dio las llaves, las introduje en el contacto y salimos de allí pisando a fondo. Menos mal que Thea había sido previsora dejando el coche preparado para salir a toda prisa.
Atropellé a un par de los caminantes mientras que el coche descendía a toda velocidad por el camino, pero al final fui capaz de concentrarme e ir esquivándolos hasta lograr llegar a la carretera que estaba ya mucho más despejada en comparación. En aquel momento si que fui capaz de respirar del todo aliviada.-Dios... Por los pelos-Susurré finalmente mientras cambiaba de marcha para ir más rápido ahora por las carreteras.-¿Estáis bien, no?-Pregunté mirando de reojo a Thea y luego a Jay a través del espejo retrovisor.-Al final no hemos conseguido nada de esta excursión, bueno un par de armas, si, pero nada de comida, que era lo que más nos preocupaba ahora-Fruncí los labios cuando decidí ahorrarme la parte en la que en vez de no encontrar más comida habíamos dado con una boca más que alimentar, Jay, que eso era un inconveniente, pero bueno, ya veríamos que haríamos cuando llegásemos al motel. Tampoco le iba a echar en cara aquello al chico, pues había sido idea mía y además estaba contenta de que viniera con nosotras.
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