Surgidos de las cenizas (Ryder)

El fin de una terrible pesadilla. Rachel estaba a los mandos del helicóptero, el resto de supervivientes sentados o agarrados en el interior del helicóptero, pero Chris no pudo apartarse de la puerta. Se quedó aferrado al asa mientras su mirada permanecía clavada en el paisaje desolador que tenía debajo.

Raccoon city había sido su hogar por tantos años… Ahora los lugares que tan bien conocía no eran una sombra de lo que habían sido. El piso donde creció, la casa que había compartido con el amor de su vida y su adorada hija, la central de policía que casi había sido un segundo hogar para él en los últimos tiempos y había conocido a importantes compañeros e incluso se había reencontrado con algunos, incluso el cementerio donde recordaba haber entrado a explorar junto con Rachel cuando eran adolescentes.

La torre del reloj desde donde el helicóptero estaba despegando y que siempre había dado buenas vistas. Tanto tiempo había pasado luchando, sobreviviendo y  buscando la manera de escapar de aquel lugar que ni siquiera se había parado a pensar realmente lo que dejaba atras. Aunque sus primeros años habían transcurrido en Nueva York, su hogar, la ciudad donde había vivido gran parte de los momentos más importantes de su vida era Racoon city.

Sentía que él recuerdo de los muertos persiguiendo, los lickers avanzando por el techo o la persecución a la que le había sometido ese gigante tuerto le acompañarían toda su vida, sin embargo los pensamientos que pasaban por su mente en esos momentos no iban destinado a ellos.

No, los que ocupaban su mente eran personas que para él habían sido tan cotidianas como el chico que le traía el periódico hasta su hogar todas las mañanas, la camarera de la cafetería que le servía sus cafés, sus compañeros de la policía cuyos rostros no concebía que ya no volvería a ver nunca más y que había visto caer uno a uno mientras trataba de defender la comisaría de las hordas de muertos y su tío Jerry… oh, tío Jerry, que tanto había hecho por él tras la muerte de sus padres y que realmente en eso se había convertido, en un segundo padre al que había que tenido que pegar un tiro en la cabeza para ahorrarle el sufrimiento de convertirse en una de esas criaturas.

Sí, había sobrevivido a todos los zombies y criaturas que Umbrella le había echado encima; sin embargo, no podía evitar sentir que parte de él jamás saldría de Raccoon city, parte de él sentía que había muerto con todas esas personas y con la propia ciudad pues si miraba atrás, a todo lo que se había perdido, era como si le hubieran arrancado medio corazón.

Cuando el helicóptero ya se encontraba en el aire, ya había visto cómo su amado hogar se hacía cada vez más y más pequeño, como se perdía en la distancia y Chris era consciente de que nunca jamás podría regresar, que esa era la última vez que vería aquellos lugares tan importantes para él fue que se percató de cómo una esfera roja se acercaba a cada vez mayor velocidad, pasando cerca del helicóptero con dirección a Raccoon city.

Chris no tuvo que pensar mucho para saber exactamente lo que estaba ocurriendo. Su cerebro entró en estado de alarma y su cuerpo en tensión. Con rápidos movimientos cerró la puerta del helicóptero mientras alzaba su forma firme:
-¡Agarrense! Esto va a estar movidito.

Dijo mientras se agarraba a la barra de la puerta, mientras al mirar como pudo por la ventana pudo ver como una fuerte explosión redujo la ciudad a cenizas y el helicóptero sufría una sacudida que lo hizo temblar todo. La buena noticia fue que lo resistió, la mala es que no lo bastante para evitar que Rachel tuviera que hacer un aterrizaje de emergencia.


-Tranquilos, mi hermana arreglara pondrá a punto el helicóptero y saldremos de aquí. Permaneced tan calmados como os sea posible.
Tenía ganas de llorar, gritar, emprender a puñetazos contra cualquier cosa que estuviera a su alcance. Sin embargo, no podía hacerlo, no podía derrumbarse. Todos ahí estaban aterrorizados y desesperanzados. Todos ahí habían perdido seres muy queridos y se habían visto enfrentados a horrores para los que la mente humana no estaba preparada. Si el perdía los nervios, si él se dejaba llevar por sus emociones más bajas, las que realmente lo devoraban por dentro entonces sería el caos. Es por eso que trataba de agarrarse a los últimos resquicios de cordura de su mente para aparentar entereza, seguridad y confianza. Para que vieran en él al capitán de los Stars, a alguien que les diera seguridad y cierta esperanza cuando ya no la había. Porque habían visto el mundo tal y como lo conocían estallar bajo sus pies y lo peor para ellos es que tenía la sensación de que en el fondo no había terminado, puede que ya no hubiera zombies, ni lickers, ni ese tipo de cosas, pero aunque quedaban los peores monstruos de todos:  sus creadores, Umbrella aún estaba ahí fuera.

Se sentía tan agotado. Mientras todo se preparaba permitieron a los supervivientes salir a tomar un respiro, siempre que no se alejaran del helicóptero, pero él tenía que hacer guardia en las cercanías. Asegurarse de que no había agentes de Umbrella en los alrededores.

Era parte de la realidad, la otra parte es que necesitaba un respiro, un tiempo alejado de todos. Es por eso que camino por el bosque mientras se encendía un cigarrillo. Hacía años que había dejado de fumar, sin embargo con toda la mierda que les había caído encima nadie podría reprocharle su regreso a los viejos hábitos.

Todo se sentía tan irreal, era como si en cualquier momento fuera a despertar en su cama al lado de su esposa y sin que nada de todo lo vívido hubiera sucedido. Simplemente sería un día normal en Raccoon city, donde los zombies eran tan irreales como los fantasmas, los aliens o los robots del futuro asesinos. Simple imaginación y una fuerte indigestión. Nada más, ojalá eso fuera así, pero sabía que de esa pesadilla jamás podría despertarse.

Sentirse tan fuera de la realidad y el sabor del cigarrillo en su boca le llevaba a evadirse de la realidad aunque hiciera su mejor esfuerzo por mantener la concentración. Así se sentía la mayoría del tiempo pero fue que se le apagara el cigarrillo e internarse en el bosque que sus miedos más internos volvieran a relucir. Su cuerpo se tensó y llevó su mano al arma mientras miraba a todas partes esperando que un no-muerto saliera detrás de cualquier árbol o algo muchísimo peor. Mientras en su mente no dejaba de repetirse una palabra, una y otra y otra vez, una palabra que le hacía estremecerse de los pies a la cabeza:


Con esa voz que hacía que todo su cuerpo temblara de los pies a la cabeza y los pelos se le estremecieran. En el momento se había enfrentando a él y sin embargo ahora que estaba muerto… por dios, que realmente hubieran acabado con él su rostro deforme, con esa cicatriz en el ojo no dejaba de acudir a su mente junto con esa horrorosa voz diciendo esa palabra que le acompañará toda la vida. Parecía estúpido pero ahora que no estaba ahí casi le daba más miedo que cuando lo tenía a cinco metros de él. Como un eco de un pasado que esperaba nunca más regresara y un acosador fantasma que se aparecería cada noche en sus pesadillas.

Se encontraba en ese estado, con la tensión más absoluta sacudiendo su cuerpo cuando vio una figura femenina a cierta distancia. Una simple figura que hizo que todo su cuerpo se estremeciera en el acto, sus pelos se erizaran y se llevará la mano a la pistola y apunto estuviera de pegarle un tiro antes de siquiera ser consciente de lo que hacía.

Incluso cuando se dio cuenta de que no era ninguna criatura extraña ni nada de inicio peligroso la idea de dispararle de cualquier forma paso fuertemente por su mente. La idea de que podría ser una amenaza y lo mejor era acabar con ella pues si era de Umbrella el resto de su gente no tardaría en perseguirlos como los monstruos desalmados que realmente eran. Podrían parecer humanos pero en verdad eran mucho peor que un zombie o esa horrible criatura tuerta. Al menos esas criaturas hacían las cosas por instinto pero los de Umbrella podían razonar, pensar, darse cuenta de las atrocidades que estaban cometiendo y hacerlas de todos modos. No había peores criaturas.

Chris comenzó a acercarse a esa chica de forma sigilosa y procurando no hacer ruido mientras se esmeraba por apartar la idea de dispararle en el acto de su mente. Él no era así, disparar a alguien sin ningún motivo no era correcto y hacerlo solo así solo le convertiría en alguien parecido a los de umbrella y eso no. Eso nunca. Nunca Jamás.
-¡Quieta! Acabo de pasar los peores días de mi vida, así que más te vale no andarte con juegos.
Le dijo presa de los nervios pero procurando no exteriorizarlos, no dejarlos ver ante ella, mantenerse calmado como tanto tiempo atrás había aprendido.  Tras todo lo vívido parecían haber transcurrido miles y miles de años desde entonces.
Sus palabras se veían acentuadas por su aspecto, llevaba el uniforme de los S.T.A.R.S. que había podido ponerse durante una pausa en la batalla de la comisaría de Raccoon city, sin embargo, para aquel entonces debía presentar un aspecto bastante penoso. No había dormido desde hace días, su cuerpo presentaba heridas, cortes y magulladuras por toda la lucha que había librado, su pelo corto normalmente bien peinado se encontraba revoltoso y seguro tenía la suciedad y el polvo de haber librado una gran batalla, pues realmente era así.

-¿Quién eres y qué haces aquí?

En aquel momento todo se derrumbaba a mi alrededor, no solo aquella ciudad. Me encontraba a kilómetros de ella y aún así las llamas y el fuego lo iluminaban todo en la noche. Las lágrimas comenzaron a caer por mi rostro de nuevo, traté de limpiarlas con el dorso de mi mano y de contenerme, pero fue inevitable ante aquel pensamiento. Yo había contribuido en eso. Yo había ayudado a destruir aquella ciudad. Y para nada, porque la única vida que me había importado me la arrebataron, al igual que tantas otras...

Rompí a llorar con más fuerza, sobre el volante del coche.

- Mamá... - sollocé. Entonces pensé en Tom, ¿qué le iba a decir a él? Aquel llanto era descontrolado, cada vez más irracional, el simple hecho de saber que no la volvería a ver me hacía llorar más y más. Estaba derrumbada. Comencé a gritar, golpeando cada una de las partes del vehículo y las lágrimas seguían cayendo. ¿Con quién debía hablar ahora? ¿A la policía? ¿Al ejército? Habían destruido una ciudad entera.

Pasados unos minutos en los que traté de tranquilizarme decidí arrancar de nuevo el coche, no sabía conducir, apenas, así que tenía mis dudas sobre cómo podría llegar hasta la ciudad más cercana. Pisé los pedales y el coche se caló. Antes lo había arrancado de forma muy sencilla, todo por culpa de la adrenalina y sin embargo ahora era incapaz de moverme apenas unos metros.

- Mierda - volví a derrumbarme sobre el volante. En aquella misma noche me lo habían robado absolutamente todo, a la persona más importante de mi vida y mi propia integridad. Decir que me sentía horrible era quedarme corta. Decidí que era incapaz de moverme con aquel coche estúpido, así que me bajé de este y comencé a andar.

No me sentía nada bien, no había comido apenas en los últimos cuatro días y me sentía bastante débil. Iba dando tumbos, adentrándome en el bosque porque temía que llegasen más hombres trajeados. No comprendía qué era lo que había pasado, pero me sentía responsable de ello y de la explosión de la ciudad. ¿Quiénes eran esas personas? ¿por qué me habían pedido aquello?

El grito me sacó de mis pensamientos, ya que no me esperaba para nada algo así, pensaba que tardarían más en llegar hasta mi. Así que daba por hecho que terminarían lo que habían empezado y ahora acabarían conmigo, sin saber si quiera por qué. No entendí sus primeras palabras, estaba asustada, cansada... me giré temblorosa hacia el hombre, para colmo la pistola la había dejado tirada en el coche.

- ¿Qué? - logré preguntar con el mismo nerviosismo que él. Apenas podía distinguirlo entre las sombras de los árboles, pero había una figura humana no muy lejos de mi. - Yo... me he perdido - respiré hondo, tratando de contener las lágrimas. Quise alzar la voz para que me escuchase, pero mi voz se entrecortó a causa del nudo que tenía en la garganta. - Soy, soy... Ryder - fui incapaz de dar mi nombre real. Avancé un par de pasos en su dirección. - Necesito ayuda - ¿pero y si se trataba de parte de esa gente y si me estaba engañando? Al acercarme más, pude distinguir algunos de los rasgos de aquel hombre, no se veía mucho mejor que yo. ¡Y parecía policía, sí, su uniforme! Llevaba un uniforme de policía. - ¿Es policía? - logré preguntar, ya que me mi cabeza no daba para más. - Mi-mi ma-madre... - rompí a llorar de nuevo. - ...está muerta - aún era incapaz de asumir aquellas palabras, y cada vez que las pensaba o decía... venían las lágrimas.

La desconocía parecía tan sorprendida de verlo como él lo había estado de encontrarse con alguien en aquel lugar. La tentación de pegarle un tiro aún persistía, antes de entrar a esa condenada mansión la idea de disparar a una mujer desarmada ni se le hubiera pasado por la cabeza, sin embargo ahora se veía como una opción tan válida.

Si todo era un truco de Umbrella esa mujer no tardaría en avisar a esos condenados monstruos de que había varias personas que escaparon de la tragedia, incluso si era rápida de la posición exacta en que se encontraban en esos momentos y entonces… no solo él estaría en peligro, sino también su hermana y todos los supervivientes que habían podido sobrevivir a la catástrofe de Raccoon city. Sí, sí lo hiciera nadie podría reprochárselo pues estaba protegiendo la vida de personas inocentes y de quién sabía eran civiles inocentes.

La razón que le daba para estar ahí: Yo... me he perdido solo hizo que Chris recelará más de aquella mujer, pues ese lugar y en esa noche no era precisamente un sitio muy casual para perderse sin resultar sospechoso.

A su pregunta Chris no obtuvo una respuesta que le complaciera. ¿Ryder? ¿Que clase de nombre era ese? Parecía  un nombre código y eso no le daba muy buena espina en esos momentos, Sin embargo, fue verla más de cerca y percatarse mejor del estado en que se encontraba que Chris pudo recuperar algo de racionalidad en su mente.

Umbrella no esperaba que nadie escapase de aquel infierno y de haber puesto a los suyos a custodiar ese lugar serían hombres armados dispuestos a abrir fuego contra todo lo que se moviese, no a una civil desarmada a la que sería fácil pegarle un tiro y evitar cualquier amenaza por parte de la compañía.

Además su estado no parecía ser mejor que el de todos los supervivientes que acababan de escapar del mismísimo infierno, incluído el mismo. Era obviamente que estaba muy nerviosa, puede que incluso más que él, y también parecía estar al borde del llanto. Sí, sin duda parecía ser otra superviviente de la tragedia que de alguna manera consiguió llegar hasta ahí.

Sin embargo, una sombra también dijo que eso no dejaba de poder ser un truco muy sucio de Umbrella y de que confiarse podría asesinarlo y luego ir a por el resto de supervivientes. Que tal vez fuera mejor…
¡No! grito Chris Ford dentro de su mente a esa parte tan oscura de él, esa parte oscura que había surgido durante esos tormentosos días. Sus brazos se notaban pesados, como de plomo, la resistencia contra dejar de ver a esa chica como una amenaza y dejar de apuntarla por su seguridad, pero esa palabra pensada con fuerza en su mente le dió la fuerza necesaria para bajar la pistola y dejar de apuntar a Ryder.

Él no sería como uno de los hombres de Umbrella que ante la duda prefieren quitar vidas inocentes antes de buscar cualquier otra solución. Era evidente que la persona que tenía delante estaba en una terrible situación y él no pensaba dar la espalda a alguien que necesitaba su ayuda.

No estaba seguro de que responder a su pregunta fuera la mejor idea del mundo, literalmente había tenido a un coloso tratando de matarlo mientras su horrible voz repetía incesantemente: “STAAAAAAAAAAAARSSSSSS”. Pero si realmente creía en la inocencia de esa chica y quería ayudarla debía dar un salto de fé. Su identidad era algo que tenía el poder de tranquilizar a los supervivientes.

-Soy Chris Ford, capitán de los Stars. -dijo mientras apoyaba una mano contra su pecho en señal de sincera presentación y esperando que realmente funcionara para tranquilizarla -Lo lamento, sé cómo te sientes, yo también acabo de perder a un padre.

Le respondió de manera comprensiva mientras guardaba definitivamente el arma para que no lo viera como una amenaza. Tras eso comenzó a acercarse a la chica con movimientos cuidadosos para que no se asustara.
-Tranquila, ya estas a salvo. -le aseguro tratando de sonar lo más convincente posible a pesar de que no sabía que sucedería después con los supervivientes. Habían perdido mucho. -la pesadilla terminó.

- Solo la tenía a ella... - estaba Toma también, pero después de aquello no podría volver a mirarle a los ojos, porque sentía que era mi culpa. En aquel momento era incapaz de pensar con claridad, la cabeza me daba vueltas y temía que en cualquier momento incluso pudiera llegar a desmayarme.

«Yo también acabo de perder a un padre». En aquel momento, seguramente producto de la pena comencé a sollozar de nuevo de forma incontrolada, porque era totalmente capaz de ponerme en su piel y porque una parte de mi gritaba pensamientos que me hacían sentir la peor persona del mundo. Él venía seguramente de Raccoon City, la ciudad que acababa ser devorada por las llamas y no podía ser casualidad que me hubieran obligado a cortar las líneas e internet justo antes de todo aquello. ¿Qué había pasado, qué había hecho, a quiénes había ayudado? Las lágrimas seguían cayendo de mis ojos sin poder llegar a tranquilizarme.

- Chris... creo que he hecho algo muy malo - logré decir en apenas un aliento de voz, antes de volver a derrumbarse entre lágrimas. Negué lentamente, la pesadilla no había terminado, algo me decía que no había hecho más que empezar, puesto que habían tratado de matarme y estaba convencida de que volverían a intentarlo, al igual que con mi madre... éramos cabos sueltos.

Las suspicacias desaparecieron al ver el estado emocional en que se encontraba la pobre mujer. No, definitivamente no podía ser de Umbrella. Chris se sintió algo avergonzado por haber tenido la idea de dispararle tan fuerte en su cabeza hace tan solo unos momentos.

La deshecho por completo y guardó la pistola, no veía como la fuera a necesitar en esos momentos. Ryder no se veía armada ni parecía estar en condiciones de disparar en caso de estarlo. Así que bajó las defensas y alarmas hacia ella.

A todas luces parecía una superviviente de Raccoon city que había logrado escapar, no sin pagar un alto precio.
Eso quedó claro cuando le contó que su madre estaba muerta y solo la tenía a ella. Se había quedado sola tras perder a la única familia que tenía, eso hizo que la compasión hacia esa mujer se instalará en el corazón de Chris. Él había perdido a su tío Jerry, pero aún le quedaba su hermana, su mujer Sarah y su hija quienes estaban a salvo lejos de la locura que estalló en Raccoon city. Quedarse sola debía ser algo realmente horrible.

-Lo lamento mucho.
Le respondió con absoluta sinceridad. Ryder estalló en llanto y Chris no pudo contenerse. Era consciente de que era una desconocida, sin embargo no pudo evitar acercarse recorrer lentamente la distancia que los separaba. Su intención era estrecharla entre sus brazos para ofrecerle consuelo, sin embargo no sabía cómo reaccionaría ella así que lo hizo despacio y de manera cuidadosa para no asustarla, y que no fuera algo demasiado abrupto, que pudiera apartarse si a pesar de todo así lo deseaba.

Ante las palabras de Ryder, Chris la miró extrañado durante unos segundos antes de suavizar su rostro a uno comprensivo. Parecía que esa mujer ocultaba algo que la atormentaba; no era extraño, él mismo había tenido que pegarle un tío cuando murió para evitar que se convirtiera en una de esas cosas. Así que tener cosas pesadas en la conciencia no era algo extraño en las últimas horas. Estuvo apunto de dejarlo pasar pues no era nadie para juzgar, pero si había pronunciado esas palabras es que parecía tener la necesidad de contárselo a alguien.
-¿Qué tuviste que hacer? -dijo tratando de que le contara, seguro contarlo lo haría más fácil. -Cuéntamelo, seguro te ayuda a que te sientas mejor.

Seguía llorando, y cuando él me abrazó mi llanto no se detuvo, es más, me hizo llorar más, porque necesitaba sacar todo aquello de mi. Su pregunta, la que me hizo recordar de nuevo aquello me hizo llorar más. Porque sabía que había hecho algo horrible para nada. Mi madre seguiría muerta y aunque no la hubieran matado... yo me seguiría sintiendo horrible.

Le sujeté con mis brazos, con fuerza y cerré los ojos unos instantes, aunque no le conocía de nada podía sentir esa bondad en su gesto. Y ahora era algo que necesitaba.

- Unos hombres... vinieron a por nosotras y nos trajeron a una cabaña que está no muy lejos de aquí... - empecé a decir con voz temblorosa. - Soy incapaz de recordar eso, creo que nos drogaron o algo así... - las lágrimas no cesaron, pero me aparté de él para mirarle, cuando terminara de hablar necesitaba ver su expresión. - Me pidieron una sola cosa: hacer caer internet en toda Raccoon City durante unos días, a cambio no matarían a mi madre - sentí como mi cuerpo comenzaba a temblar. - Eran tres hombres trajeados y armados, me dejaron equipo en la cabaña y... accedí a colaborar - respiré hondo tratando de controlar el llanto para terminar la historia. - Hace unas horas uno de ellos regresó, pensé que nos liberarían ya, pero... disparó a mi madre y después lo iba a hacer conmigo... - de nuevo me derrumbé al hablar sobre ello, pronunciar aquellas palabras en voz alta parecían hacer más realidad una pesadilla que no deseaba asumir.

- Logré escapar, le disparé... - por si fuera poco, aunque él hubiera matado a mi madre, lo peor de todo era que me sentía también horrible por haber acabado con la vida de ese hombre, por mala persona que fuera. Era incapaz de mantenerme tranquila o estable tras aquello, mis manos temblaban, seguía sollozando... nada se iba a arreglar.

Chris estrecho a Ryder entre sus brazos, mientras escuchaba como su llanto aumentaba en intensidad. Era evidente que tenía mucho que soltar, todos los que habían pasado sus últimas horas en la condenada Raccoon city tenían mucho por lo que llorar. Habían pasado por un infierno.

Chris creía que podía hacerse una idea de las cosas que había tenido que afrontar la chica que tenía entre sus brazos; pero descubrió que no. En cuanto empezó a hablar descubrió que no era una de las supervivientes de Raccoon city.

Chris se sintió aturdido mientras la palabras se le introducían por los oídos y llegaban al cerebro, clavándose como clavos ardiendo. Claro, tenía sentido, alguien tenía que haber cortado las comunicaciones y cualquier señal en la ciudad para que nadie desde fuera supiera lo que estaba sucediendo, ni tampoco dentro hasta que fuera demasiado tarde. Todo lo tenían calculado, hasta el más mínimo detalle.

Chris había pensado que tendrían a expertos encargándose de ellos. Pero, ¿secuestrar a alguien inocente ajeno a la empresa para hacer el trabajo sucio? ¿Amenazarla con matar a su madre para que hicieran lo que ellos deseaban. sin decirle nunca lo que sucedía realmente? ¿Acabar con sus vidas después del trabajo para no dejar cabos sueltos? Sí, era algo sumamente monstruoso pero que encajaba a la perfección con los parámetros de Umbrella. Ellos eran capaces de eso y mucho más.

Había visto muchas cosas atroces en los últimos días, así que ya sabía que podía esperar de esa corporación Umbrella. Pero lo que le ponía los pelos de punta era la pregunta que no dejaba de aparecer en su mente: ¿Cuánto poder tenía Umbrella? ¿Hasta dónde llegaba su capacidad para infundir terror?

Chris podía concebir que una empresa tuviera un laboratorio en el que investigar cosas prohibidas con las que la humanidad no debería jugar. era plausible. ¿Pero secuestrar gente para que corte el suministro eléctrico de una ciudad? ¿Tratar de tapar la destrucción completa de Raccoon city? Cualquier otra empresa sabría que tras lo de Raccoon city sus días estaban sellados en cuanto el gobierno comenzará a investigar. Seguramente ya sabían lo que había sucedido. ¿Quién sino podría haber lanzado esa bomba nuclear en contra de la ciudad? Sonaba algo absurdo que una empresa farmacéutica tuviera en su poder armas nucleares sin que nadie lo supiera.

Porque era evidente que las acciones de Umbrella sobrepasaban las de una empresa multimillonaria. Se parecían muchísimo más a las de un grupo terrorista que actuaba impunemente en pleno Estados Unidos. Eso ya se escapaba de los límites de lo posible. Chris no creía que un grupo terrorista pudiera actuar en el país sin que nadie sospechara de su existencia, sin que el gobierno estuviera al tanto… a no ser que el propio gobierno estuviera involucrado. Qué estuviera al tanto de las acciones de Umbrella y fueran ellos quienes estuvieran encubriendo a la farmacéutica… o peor que Umbrella trabajara para el gobierno de los Estados Unidos o hasta fuera parte de ellos. Una organización secreta de los Estados Unidos bajo el control total de los mismos peces gordos que gobernaban el país. Tal posibilidad hacia que Chris se estremeciera sobrecogido ante las implicaciones de algo como eso.

Chris trato de no pensar en eso o terminaría explotándole la cabeza, y se centró en lo que sí podía controlar. Tenía en sus brazos a una chica desamparada que había pasado por una situación extrema y había sufrido una gran pérdida. Le había confesado que había sido quién había cortado las comunicaciones. ¿La culpaba?  No.

No era su culpa. La revelación le pilló por sorpresa, pero no había más que verla para saber que no era culpa suya; puede que no hubiera estado en la tragedia de Raccoon city pero seguía siendo una de las víctimas de Umbrella.

Chris la siguió estrechando entre sus brazos, mientras con una mano acaricia la parte posterior de su cabeza para consolar.
-Tranquila, ya estas a salvo. -le susurro al oído con suavidad para tranquilizarla.

Chris quería transmitirle con su abrazo y sus palabras que con él estaba segura y esa compañía no podía hacerle daño. Sin embargo, conocía perfectamente el remordimiento, así que podía hacerse una idea de la clase de pensamientos que estaban pasando por la mente de la chica. Así que con la misma suavidad colocó las manos en sus hombros y la miró de forma comprensiva pero también con cierta seriedad para que viera que hablaba en serio.
-No fue tu culpa. Umbrella sabe cómo lograr que la gente haga lo que ellos desean. Ellos son los culpables, no tú. Tú solo protegías a tu madre.

Mis lágrimas se detuvieron momentáneamente cuando Chris colocó ambas manos sobre mis hombros. Yo también miré sus ojos, con atención escuché sus palabras. Traté de negar lentamente, aunque apenas pude mover la cabeza, no me sentía así, si no... algo peor. Tenía que haberlo intentado, tenía que haber tratado de hacer otra cosa, de haber avisado a la policía, o incluso de negarme. Pues no sirvió de nada, mi madre había muerto de todas formas, nos habían engañado, lo tenían planeado desde un principio, acabar con nosotras.


- Debí hacer otra cosa... - agaché la mirada cuando el hombre me soltó. Cada vez lo tenía más claro, esas personas querían matarnos desde un principio, debí ser más astuta y sobre todo nada confiada. - No pude protegerla, tenía que haber sabido lo que iban a hacer, fui una estúpida y una ilusa, debí actuar con más tiento, pero dejé que el miedo me cegase - hablaba con los ojos llenos de lágrimas y esta vez sí que me permití mirar a Chris. - ¿Qué me diferencia ahora de esas personas? Las he ayudado a acabar con tu ciudad y miles de vidas... - al pronunciar aquellas palabras sentí el nudo en mi garganta y como las lágrimas volvían a caer repentinamente. Me sentía tan culpable como ellos. - Debería entregarme, confesar lo que he hecho - aquello tal vez pudiera ayudar a detener a los culpables y que Umbrella pagase por su crimen. - ¿Por qué han querido destruir una ciudad entera? - era incapaz de entender nada. ¿Qué clase de criminales era aquella corporación? Se suponía que eran una empresa farmacéutica, ¡¿a quiénes confiábamos nuestra salud?!

Culpabilidad. La conocía demasiado bien. ¿Cuántas veces habrá sido atormentado por ella y acosado por el pensamiento de que si hubiera sido más rápido o más inteligente tal vez habría conseguido salvar a sus compañeros en aquella mansión? ¿Cuántas veces despetaría en mitad de la noche diciendo que si hubiera sido mejor tal vez hubiera conseguido detener a Umbrella antes de que nada hubiera pasado? No lo sabía, tal vez incontables. Al final la culpabilidad era el peor de todos los enemigos, mucho peor que Nemésis o los lickers. Era un veneno que te corroía poco a poco, otro virus, solo que este tenía la capacidad de matar lo de dentro sin dañar lo de fuera. Y a veces ni siquiera te dabas cuenta hasta que era demasiado tarde, era un enemigo invisible pero que resultaba muy evidente cuando lo padecía otra persona. Ojalá pudiera hacer algo por ayudar, pero era consciente de que sus palabras poco consuelo podían aportar.

-Todo -respondió de forma rotunda y convencida ante la pregunta de Ryder -esas personas saben perfectamente lo que hacen y no sienten culpabilidad por ello, o están tan cegadas que piensan que sus acciones son justificables. Han perdido su humanidad. En cambio tú, te sientes culpable, así que a pesar de todo sigues conservando tu humanidad y mientras la tengas jamás serás como esas personas.

Cuando ella le dijo que debería entregarse el negó con la cabeza con cierto pesar.
-No es buena idea, visto lo visto entregandote solo te estarías sirviendo en bandeja de plata a las mismas personas que causaron esto.

Ryder hizo la pregunta que parecía más importante, una pregunta que realmente solo podrían responder las personas que estuvieron en la propia Raccoon city o los stars que sobrevivieron a la mansión. Una verdad que sería difícil de creer para muchos.
-Lo de ser una farmacéutica era tan solo una tapadera, en realidad Umbrella realizaba experimentos secretos que se escaparon y causaron el caos en la ciudad -dice mientras hace un movimiento con la mano, señalando el cráter que antes era una ciudad -lo que ves es solo una forma de encubrir sus actos.

Tras esto, Chris se concedió un momento para poner sus pensamientos en orden y concluir que esa chica podría ser de utilidad así como ayudar a luchar contra Umbrella podría ser una buena forma de superar la culpabilidad que estaba sintiendo. Y no se le había pasado un dato sumamente importante por alto: si Umbrella la había atrapado precisamente a ella para hacer el trabajo era porque tenía mucho talento en ordenadores. Algo que podría ser de gran utilidad.
-Mira, se que has pasado por una experiencia muy difícil y que te sientes culpable, pero mientras Umbrella exista esto podría volver a repetir si queremos detenerlos deberíamos trabajar juntos.

Las palabras de Chris sonaban lógicas, explicaban una verdad, pero yo negaba rápidamente sin dejar de sentir las lágrimas. En mi cabeza todo aquello era una maraña de ideas sin sentido, mi culpa, mi arrepentimiento... eso no iba a deshacer lo que había hecho. Había contribuido a la muerte de miles de personas a que no hubieran podido pedir ayuda. Las había condenado. Aquello iba a pesar en mi conciencia para el resto de mi vida y era una carga de la que no estaba segura de si podía llevar sobre mis hombros.

- ¿Experimentos? - susurré, mi llanto se detuvo. Me llevé ambas manos a la cabeza tratando de asimilar lo que acababa de decir. Habían experimentado, ¿con qué? ¿Qué experimentos podían escapar de un laboratorio y causar estragos como para querer explotar una ciudad entera? La cabeza me daba vueltas y lo peor era saber "eso". Esas personas no habían podido pedir ayuda por mi culpa.

Respiré hondo.

- Yo... - Chris me había hecho una propuesta y aunque por fin mis lágrimas se habían calmado yo trataba de asimilar todo lo que me acababa de decir. - Sí, sí... - empecé a sentir, sin darme cuenta sujeté su mano. - Ayudaré en todo lo que esté en mi mano - declaré finalmente. Mi madre había muerto, así que ya no tenía a nadie. Al recordarla tuve que esforzarme por no volver a llorar. Y entonces comencé a sentir ira, tanta ira como dolor. - Haré lo que esté en mi mano Chris, todo lo que esté en mi mano para vengarme de ellos - me costaba hablar aún, por culpa de las lágrimas, pero ahora no era solo ese dolor, era toda esa rabia también. Por haberme utilizado para hacer algo tan terrible.

Sí, a su modo de ver Ryder no dejaba de ser otra víctima más de Umbrella, solo que de una manera distinta. Puede que peor, los remordimientos que estaría sufriendo Chris no llegaría ni a imaginárselos. Debían ser peores que los que él mismo sentía pues Umbrella la había manipulado y se había servido de sus habilidades para sus malvados fines.

Chris trato de explicarle pero era difícil, no era fácil explicar a alguien que nunca las había visto la clase de criaturas contra las que se había enfrentado esa ciudad. Esos muertos andantes, las cosas rosas de las lenguas, el monstruo gigante que parecía creado por el mismo Víctor Frankenstein.

-No te lo vas a creer, pero experimentos en plan virus que revive a los muertos… solo que en plan pútridos, se comían a la gente y se extendieron por toda la ciudad.

Chris se sintió mejor sabiendo que había conseguido disuadirla de entregarse a la policía y que podría contar con su ayuda para detener a Umbrella.
-Me alegra escucharlo, juntos detendremos a Umbrella antes de que sea demasiado tarde -le dijo asintiendo con la cabeza y convicción. -Ahora vamos, el resto de supervivientes se encuentran en un helicóptero, esperando  para marcharnos de aquí.

Tras eso comenzó a caminar para guiarla hacia la zona donde se encontraban los demás y poder salir de ahí lo antes posible. Era probable que Umbrella mandará sus soldaditos para asegurar la zona y acabar con las pocas personas que lograran sobrevivir.

Off: si te parece bien podemos acabar el tema aquí y seguir ya en el presente cuando nuestros personajes se encuentren o abrir un nuevo flashback.