Sombras en la lluvia - Erica

La lluvia era fina pero calaba como cualquier otra, el frío era cada vez mayor conforme el sol se iba escondiendo tras el horizonte y yo estaba cada vez más perdida. Mis pies me habían guiado hasta una zona donde miles de casas del mismo color y forma se separan por calles perfectamente asfaltadas. Caminé por ellas pasando la mirada de un lado a otro pensando en como sería mi hogar, si tal vez estuviese allí o, fuese donde fuese, si había algo allí que pudiese recordar. Aunque conforme iba avanzando todos los pensamientos cambiaban. Las ventanas rotas, las puertas desencajadas de su lugar, los colches volcados y calcinados solo significaba que mi casa podía estar igual o peor...
Sacudí la cabeza, debía apartar todos esos pensamientos de la cabeza ya que solo eran distracciones. ¿De que le servía recordar la cara de mi padre o de mi madre? ¿A mis hermanos si los tenia? ¿Para sufrir?... "Los recuerdos solo hacen daño" Y eso era cierto, cada vez que recordaba al Lobo mi interior se removía con angustia por saber que habría sido de él... Pero tenia que estar vivo, debía estarlo.

Estornudé con fuerza y abrazándome a mi misma me encogí de hombros acercándome a una de las casas que parecía estar en mejor estado. No esperaba encontrar nada salvo un refugio temporal hasta que el tiempo mejorara un poco aunque, viendo como el cielo se tornaba rojo como el fuego y se oscurecía, era mejor idea pasar la noche allí y seguir con la primera luz de la mañana.

Normalmente no estaba cómoda en este tipo de sitios ya que eran; según el Lobo; una trampa llena de cadáveres andantes pero a grandes males, grandes remedios. Saqué el pequeño arma y preparé el brazo derecho para asestar un golpe mientras que con la izquierda giraba el pomo lentamente hasta que emitió un clic. Abrí y di un paso atrás a la vez que la puerta chirriaba y miré el interior desde lo que yo creía que era una distancia prudencial. Me aparté el pelo con un movimiento de cabeza y entré intentando agudizar el oído por encima de mis pisadas del parqué maltratado por la falta de la mano humana... Todo parecía en silencio...

Cerré la puerta tras de mi y comencé a asegurar el resto de las habitaciones que, a mi sorpresa, estaban todas cerradas. Limpié la planta de abajo bastante rápido permitiendome hacer algún ruido para ver si algo en alguna de las habitaciones se revolvía pero, parecía no ser así. Por primera vez desde que se había despertado, había encontrado un lugar limpio a la primera.
Sonreí animada y ligeramente cantarina me moví por lo que era el salón y el recibidor taponando ventanas y puertas para que nada que quisiese comerme me viese desde fuera y, así, me senté en el cómodo y polvoriento sofá dispuesta a comerme una sabrosa lata sin preocuparme si quiera por lo que pudiese esconderse en la oscuridad.

El viaje de Erica a través del país continuaba. La rubia había conseguido combustible para el viejo jeep y eso le había dado kilómetros de más. El problema había llegado con una gran tormenta que prácticamente no la dejaba ni ver lo que tenía unos metros más adelante, así que detuvo el jeep en el arcén de la carretera y se tumbó sobre el asiento, echándolo hacia atrás. Podría dormir allí mismo hasta que pasara la tormenta, no era mala idea.

Hacía frío y tiritaba por más que se hubiera tapado. Anochecía y comenzaba a pensar que aquella había sido la peor idea que se le había ocurrido. Más cuando a través del espejo retrovisor le pareció ver algo en la carretera. El rayo, que iluminó la noche le permitió ver algo más. Era una horda de zombies y si alcanzaban el coche y veían que en su interior había alguien con vida... se acabó. Pero mover el coche ahora tampoco era buena idea. ¿Y cuál era la opción más sensata?

Aún estaba a tiempo de bajarse del jeep sin ser vista, podría correr hacia la urbanización que no había muy lejos de allí. Con suerte hasta podría dormir en una cama caliente. Aquella idea le resultaba cada vez más tentadora. Se hizo con su mochila, y con mucho cuidado de no hacer ruido, aunque con la tormenta ni se escucharía, bajó del vehículo y comenzó a correr en la dirección de la residencia. Se había colgado la mochila a los hombros y aunque llevaba puesto un chubasquero negro, que le quedaba enorme, se mojó hasta los huesos.

Llegó hasta la pared y trepó por esta, aferrándose a los salientes, para dejarse caer en el interior de un patio cualquiera de la urbanización. Erica se quedó unos segundos tirada sobre el césped, estaba muy alto y ella agotada. Llevaba varios días sin dormir bien. Se levantó mirando la fachada de la casa. Parecía haber sido una zona residencial de clase acomodada/alta en otra época. Ahora no era más que su sombra. Avanzó hasta el enorme ventanal que seguramente daría al salón de la casa. Erica pegó su cara contra el vidrio sin ver nada. Era como si hubiesen colocado algún mueble o algo para taponar. No le resultaba entonces buena idea quedarse por esa casa, podría quedar gente con vida, cosa que dudaba o... la alternativa, muertos.

Comenzó a rodear la vivienda por el jardín, sintiendo el frío cuando algo captó su atención entre el ruido de la tormenta, fue imperceptible casi, pero... aquello la hizo girarse bruscamente, al ver una sombra ascender por la fachada de la casa. Erica había sido entrenada por Umbrella, tenía muy buena experiencia a la hora de detectar a las abominaciones de la corporación. Hasta el punto de que algo le gritaba que sacara su arma y entonces, cuando se apartó de la pared y liberó el chakram de su cinturón, poniéndose a la defensiva, vio aquella lengua con forma de látigo aparecer en la oscuridad hacia ella.

— Mierda — fue lo único que dijo, pues no le dio tiempo a reaccionar, esa cosas asquerosa se aferró a su cintura y la lanzó por los aires contra la casa. Erica cayó estrepitosamente contra la típica puerta blanca, trasera, de las cocinas, como esas de las películas. La ventanita se rompió y el cuerpo de la rubia se introdujo ligeramente en la vivienda. El chaleco le había ayudado, pero muchos de los golpes se los llevó en la cabeza y cara. La mujer, pese al daño y el dolor, se movió rápidamente. Se giró al tiempo de ver como esa cosa alzaba la lengua de nuevo hacia ella. La mujer lanzó el chakram y la criatura gritó cuando el arma cortó la lengua y además se hundió ligeramente en su cabeza. Se zarandeó y el arma cayó al suelo. Ella corrió y se lanzó al césped contra ella para recoger el arma y siguió corriendo hacia la parte de atrás. Necesitaba distancia para combatir a esa cosa. Ahora que le había cortado la lengua sabía que atacaría a matar con sus garras y dientes.

DADOS:

Mis ojos se iban cerrando poco a poco, siguiendo las motitas de polvo que brillaban con los pequeños rastros de luz que entraban por las rendijas de la maltrecha casa. Estaba cómoda y tenía una falsa seguridad de que estaba a salvo allí dentro que solo acentuaba mi cansancio y lo a gusto que estaba tumbada en ese sofá. Solo quería dormir un poco, solo un poco...

Se escuchan pasos rápidos sobre la tierra, el correr de piedresitas al son de sus pies. Solo huye, solo corre. Esta sola, no hay nadie. Cae a un lago y mira su reflejo, un reflejo deformado por la carne putrefacta, la falta de dientes y músculos en su rostro...

El fuerte sonido de un cristal romperse me sobresaltó del sofá levantando otra capa de humo en el lugar. Mi mano sostenía el pequeño arma con tanta fuerza que notaba como las uñas se clavaban en la palma de mi mano y, con el corazón a mil por hora, miré a todos lados para descubrir que todo parecía estar tal y como lo había dejado. Avancé hacía la cocina por el pequeño pasillo que separaban las habitaciones y ahí fue cuando vi el motivo de aquel ruido. La puerta que daba al patio; la cual tenia una pequeña ventanita; estaba rota y con la madera ligeramente doblada. Fuese lo que fuese había sido algo grande... Mis ojos dieron con los culpables al mirar a través del agujero de la puerta. Una mujer de cabellos claros corría sobre el césped del jardín para huir de aquellas cosas. Las había visto antes pero siempre a una distancia prudencial y, ahora, parecía que no tenia más remedio que enfrentarse a esa cosa... o dejar morir a la chica.

Sacudí la cabeza con fuerza y abrí la puerta a la vez que la mujer se alejaba del monstruo el cual siseaba como una serpiente enfurecida tras haber perdido su lengua. ¿Qué podía hacer? Giré la cabeza aún dentro de la cocina y vi los platos y demás utensilios con una sola idea... Agarré los objetos como pude y, saliendo al jardín posicionandome detrás y a la izquierda de la mujer, empecé a lanzarselos con toda la fuerza que tenia fallando con cada cosa que le tiraba. El objetivo principal no era herirle, si no distraerlo el tiempo suficiente para que la mujer pudiese ponerse a salvo dentro de la casa.

-¡¡Entra!! - Le grité. Esos monstruos eran muy rápidos y ágiles para intentar matarlos en un espacio tan amplio como este donde podía saltar y engancharse a la fachada de la casa o los árboles cercanos y a atacarnos desde varios puntos. En un sitio donde le costase moverse sería más fácil acabar con él. Pero el monstruo no pareció caer en una tactica tan tonta como aquella puesto que viéndome como una nueva presa, comenzó a correr en mi dirección con sus largas zarpas por delante. Empujé a la mujer en dirección a la puerta a la vez que trataba que apartarme del camino de mi cazador.

Dado:

Las cosas se estaban poniendo cada vez más feas y Erica comenzaba a pensar que no volvería a ver otro amanecer. Acabar ella sola con una de esas criaturas podría ser toda una temeridad, pero no le quedaba de otra ya que se había dado de bruces contra ella. Bueno, esa cosa la había encontrado antes. Ella se limitaba a tratar de evitarlos, siendo la opción más prudente, pero no siempre lo conseguía.

Cuando se vio en mitad del jardín, Erica se colocó a la defensiva, alzando el arma y entonces escuchó los golpes, ruidos... Aquello sonaba igual que una vajilla al romperse, la criatura no se molestó en mirar, estaba más centrado en la rubia, como si se hubiera obcecado con ella, por los daños que le acababa de hacer. Una mano se aferró a ella y tiró de su brazo al interior.

— ¡Espera! — la rubia gritó soltándose de la pelirroja. No se podía creer que alguien saliera a ayudarla, alguien con vida y buenas intenciones... — Esa cosa no nos va a dejar en paz — Erica no podía esconderse sin más, primero nunca le habían enseñado eso, y segundo, más que el orgullo era el instinto de supervivencia.

Ella sabía cómo eran esos monstruos. Así que debía atacar o estarían muertas, esas BOW, y además precisamente esa, los licker, no se detenían ante nada. Ahora hasta estaba más cabreado.

Lanzó el chakram directamente hacia él, y lo esquivó con tal agilidad, que el arma quedó tirado en mitad del jardín. Erica frunció los labios.

— ¡Atrás! — gritó para que la mujer se cubriera. El licker se lanzó a por ella y Erica, aunque trató de cerrar lo que quedaba de puerta, no sirvió de apenas de mucho, sí que evitó que la golpesase con sus afiladas garras, pero el golpela lanzó contra el suelo de la cocina.

Gracias al chaleco evitó daños mayores, Erica se arrastró por el suelo, buscando hacia dónde había ido, estaba desaparecido.

— ¿Lo has visto, dónde ha ido? — aquello era un auténtico problema, pues a esa cosa le encantaba jugar con sus victimas.

DADOS:

La bestia arremetió contra ambas, siendo peor el golpe para la mujer rubia que cayó sobre el suelo de la cocina haciendo un ruido sordo que se resbalaba sobre las sucias baldosas. Una nube de polvo se levantó en la cocina y el sonido de las zarpas de esa cosa moverse en la oscuridad sonaron sobre el ruido de la lluvia, era simplemente aterrador, saber que estaba ahí pero no verlo hacia que mi corazón latiese como si fuese a explotar en cualquier momento.
La mujer me preguntó y yo negué lentamente con la cabeza guardando silencio. La lluvia sonaba como piedresitas sobre los cristales y había tanta tensión que podría cortarse como la mantequilla. Un rayo iluminó el cielo y todos los pelos de mi cuerpo se pusieron de punta, la iluminación del fenómeno no mostró nada más allá de lo que había visto anteriormente.

- No veo... - Susurré mientras giraba sobre mi misma sacando el arma y apretándolo con una fuerza que incluso me lastimaba la zona del mango, sintiendo como me pellizcaba la piel.

De pronto, sentí como algo viscoso caía sobre mi hombro, empapándolo de una forma que me recorrió un escalofrío. Lleve la mano izquierda y lo toqué, observándolo de cerca para luego levantar la cabeza lentamente y verlo agarrado al techo. Traté de girarme y avisarla a tiempo pero el monstruo fue mucho más rápido que yo y se abalanzó sobre mi tirándome al suelo. El golpe fue duro, sentí como mi cabeza rebotaba duramente contra las baldosas y el peso de aquella cosa sobre era asfixiante, pero más asfixiante era el pensar que mi vida podría acabarse allí. Mis manos se aferraron a lo que era como el cuello del monstruo, impidiendo así que sus dientes me arrancasen la cara.

Fue ahí cuando me di cuenta de que al caer, el destornillador había caído de mis manos igual que las pocas posibilidades de sobrevivir si aquella mujer no me ayudaba. Miré a ambos lados desesperadamente mientras aquella cosa deforme gritaba sobre mi tratando de alcanzarme, sus babas caían sobre mi cara y el hedor que soltaba era peor que entrar en un restaurante por aquellos tiempos... Entonces divisé el pequeño y puntiagudo arma a mi izquierda y todo pasó a cámara lenta. Moví el brazo lo más rápido que pude y estiré los dedos rozando el borde de la herramienta. Los segundos se hicieron eternos tratando de alcanzarlo pero, finalmente, mi mano se aferró al arma y con saña comencé a clavar una y otra vez la afilada punta en la blanda cabeza de aquella cosa que chillaba y chillaba ante cada golpe empapándome en sangre.

El monstruo saltó a un lado con el destornillador incrustado en la cabeza y me levanté todo lo rápido que pude poniéndome en posición de defensa, esperando el nuevo ataque de aquella cosa, olvidándome por completo de la mujer que estaba allí conmigo

Dilema 1: ¿Consigo alcanzar el destornillador?
Dilema 2: En el caso de fallar el primero. ¿Consigo aguantar al Licker hasta que me ayude?

— Mierda — volvió a quejarse Erica, pero en esta ocasión con voz dolorida. No pudo evitar llevarse una mano al costado, en la zona que se había golpeado. La tensión era evidente mientras esperaban, la rubia sentía que estaban jugando con ellas. Y no era de esperar menos. Erica, cuando vio como la criatura se dejaba caer sobre la pelirroja, actuó tarde. La había atrapado y en aquel momento solo pensó en una cosa: "mala suerte". Definitivamente dio por muerta a la pelirroja y en esos instantes en los que le valieron de distracción, ella corrió en busca de su arma.

Le costaba hasta caminar, a causa de los golpes. Avanzó por el descuidado césped, y no supo qué pisó, pero algo bajo su pie le hizo perder el equilibro. A la vez que un pitido resonaba en el patio. La mujer cayó estrepitosamente al suelo, a causa del cansancio, los golpes y... ¡un dichoso muñeco de plástico! De esos que al apretarlos pitaban. Y claro, en aquel momento pareció un ruido ensordecedor.

— ...me cago en la puta... — jadeó al darse cuenta. Entonces de reojo vio como la criatura se levantaba. Entre gritos y quejas de dolor. Al parecer la pelirroja seguía con vida. — Bien — añadió con sarcasmo mientras se estiraba por las malas hierbas del jardín. Había logrado atraer la atención de la criatura, cosa que en ese momento preferiría no haber hecho, pues seguía tratando de localizar su chakram entre la maleza.

Se acercaba. Ella movía sus manos de forma casi frenética sobre el césped, hasta que sus dedos alcanzaron a acariciar una superficie metálica que conocía muy bien. La rubia agarró el arma y se giró velozmente, logrando un gran impulso para lanzar el arma contra la cabeza del licker. Quedó incrustada en su cráneo y gritó de nuevo cayendo al suelo estrepitosamente, estaba muy gravemente herido, pero no muerto del todo. Erica se puso en pie y corrió a por su arma.

— Larguémonos de aquí — pidió mientras cargaba de nuevo con sus cosas y se acercaba a una de las puertas del jardín. Habían causado mucho ruido, si el licker espabilaba era un problema, pero no mayor que todas las criaturas que habrían "despertado" por culpa de aquella pelea.

DADOS:

No tenía ni idea de en que momento esa cosa había salido de la casa y había empezado a correr hacía la mujer que minutos antes la había ayudado. No le dio tiempo casi de reaccionar para avisarla cuando la mujer se movió y realizó un movimiento con su arma la cual brilló bajo los tenues rayos rojizos del Sol que estaba apunto de esconderse. Esa cosa monstruosa cayó al suelo quejándose, o eso quiso pensar, y la mujer corrió hacia su dirección dando una orden clara y firme que Eyra no dudo en seguir, volviendo al salón para recoger sus pocas pertenencias y luego volver junto a la mujer. Un golpe en la puerta principal daba a entender que ya no solo era aquella cosa que estaba en el jardín, si no que ahora también había muertos.

Suspiró con fuerza antes del salir al jardín, al cual salió sin apartar los ojos del bulto de carne que había tirado allí en medio. Luego corrió hacia una pared donde había una maceta y, utilizándola de soporte, saltó sobre ella para encaramarse al muro que delimitaba el patio, subiéndose y teniéndole una mano a la rubia para ayudarla a subir. Fue ahí cuando levantó brevemente los ojos y así ver que aquella cosa ya no estaba donde se suponía que debía estar. Miró a la rubia y no dudó en gritar.

-¡Corre! - Se tumbó sobre el muro bocabajo para así tener su mano más cerca de la de la joven y, en cuanto se aferró a ella, tiró con toda la fuerza que tenía hacía arriba para ayudarla a subir. Luego de eso, mira en todas direcciones escuchando el crujir de la madera de la casa que estaban apunto de abandonar. No sabía si venía de dentro o de fuera.

La pelirroja señaló al jardín haciéndole entender a la otra mujer que aquella cosa no estaba allí, por lo cual, podría estar en cualquier sitio y podría atacar en cualquier momento. Solo esperaba que aquella cosa las dejase en paz.
Miró el otro lado del muro, donde un pequeño callejón lleno de basura y cosas que prefería no saber que eran descansaban en el suelo de este. Sabiendo que una vez abajo iba a oler muy mal, aguantó la respiración y se deslizó por la pared descolgándose para luego soltar las manos y terminar de bajar sin hacer mucho ruido, cayendo sobre varias bolsas negras que apestaban como un cuerpo en descomposición. Miró a ambos lados del callejón y, en vez de ir hacia la calle principal, lugar a donde daban todas las entradas de las casas, decidió darse la vuelta y salir del callejón a lo que parecía un pequeño camino de tierra maltratado por el paso del tiempo y la vegetación. Se volteó para mirar a la rubia a la cual comenzó a hacer señas, esperando que la siguiese y que saliesen juntas de allí.

No iba a engañarse... ella allí sola con esa cosa por ahí rondando era una presa fácil.

Spoiler:

Erica tenía la esperanza de que aquella cosa estuviera lo suficiente herida como para que no las siguiera, se equivocaba. La pelirroja guió a la rubia hasta un callejón, Erica había caído a un lado de ella y ponía los ojos en blanco cuando se daba cuenta de dónde estaban.

— Mierda — susurró en su idioma natal, el alemán, solo para ella misma. Cuando se dio cuenta de lo que la otra joven quería decirle ella suspiró. Esas malditas cosas no se daban por vencidas y lo bueno era que Erica tampoco. Por tanto sujetó su arma con fuerza, preparándose para lo que pudiera pasar a continuación. Estaba cansada y muy herida, pero no le importaba, la habían enseñado a pelear hasta el final si era necesario.

— Atenta, puede estar en cualquier parte — avisó. Y es que los licker eran unos muy hábiles cazadores. Expertos en asustar y acorralar a sus víctimas. Erica señaló el final del callejón, podían ir por allí, hasta la calle siguiente. Parecía haber una especie de plaza, con tan solo una farola en el centro. Era un buen lugar, puesto que esa BOW no podía acercarse por edificios o tejados. Tendrían una zona totalmente abierta para ver qué se acercaba a ellas. Si es que la criatura les dejaba paso.

Erica señaló la plaza y comenzó a correr en aquella dirección.

Ella no dejaba de mirar la salida del callejón, era consciente de que nos la dejaría escapar tan fácilmente, por lo que estaba en alerta. Cuando uno de sus pies alcanzó la salida, sintió un fuerte golpe en uno de sus brazos, concretamente el derecho, provocando que se quejara de dolor a la vez que se le escapase el chakram lejos. Erica había sido atrapada por la lengua de esa criatura, que se encontraba sobre una de las paredes del callejón. Empujó a la pelirroja lejos de ella, con mucha brusquedad, para apartarla de licker que saltó apto seguido sobre ella tirándola al suelo. Ambos estaban muy heridos y esa cosa atacaba ahora a matar, porque sabía que era eso o morir.

Erica rodó por el suelo estrepitosamente con la criatura sobre ella. La BOW estaba débil y se notó en que gracias a eso, puedo desviar los golpes de ella, para que no fueran mortales. Pero ahora debía quitársela de encima.

DADOS:

Asintió a las palabras de la mujer que parecía haber peleado antes con esas cosas o, por lo menos, ser una cazadora como alguien a quien ya había conocido. Se podía ver en la mirada de la mujer que ella no renunciaba y, por lo tanto, Eyra tampoco.
La rubia señaló un espacio amplio al que podrían llegar fácilmente si se daban prisa pero, en cuanto la pelirroja se dispuso a empezar a correr, el asqueroso siseo que emitía esa cosa sonó sobre el ruido de la lluvia y, tras atrapar a la mujer, el monstruo golpeó a Eyra con fuerza desplazándola un par de metros de donde estaban, rodando por el suelo para luego retorcerse entre leves quejidos.

Tosió con fuerza y se levantó con cierta dificultad por el inesperado golpe, dirigiendo luego sus ojos hacia la mujer atrapada bajo el cuerpo del monstruo que trataba de arrancarle la cabeza. Ahora le tocaba tomar una decisión... Ese monstruo estaba entretenido con la mujer, podría darle tiempo a salir corriendo y esconderse en otra de las casas, esperar a que todo pasase y cuando las cosas se calmasen, salir huyendo de aquel horrible lugar... Pero también... ¿Qué clase de persona deja atrás a la gente que te ayuda? ¿En que la convertiría eso?... La imagen de Dann pasa por su cabeza...

Se levanta con el brazo izquierdo ligeramente encogido y, después de que un rayo iluminase la zona haciendo brillar el arma de la mujer no muy lejos de donde estaba, corrió hacia el y lo agarró con fuerza. No podía dudar.
Eyra corrió hacia el monstruo y se lanzó sobre el, chocando contra su cabeza tratando de insertar el arma en su cabeza otra vez, pero esa vez el monstruo fue mucho más rápido golpeándola de nuevo, apartándola de su camino haciendo que el arma de la mujer cayera cerca de ella y Eyra volviese a rodar por el suelo, soltando leves quejidos mientras varios cortes en su cara empezaban a brotar algo de sangre.

DADOS:

Erica gritó de pura rabia al tratar de zafarse de esa cosa sin éxito alguno. Forcejeó contra la criatura, le dio una patada para soltarse de él y corrió prácticamente gateando por el suelo. La rubia parecía huir de él, pero en realidad corrió a la otra punta hasta dejarse caer en el asfalto sobre el chakram. Erica lo recogió, girando para dejarse caer en el suelo, chocando su espalda contra el frío cemento.

Erica vio como la maldita BOW iba corriendo a por ella, así que Erica lanzó el arma con todas sus fuerzas, en su dirección. El afilado aro se clavó en pleno cerebro, la BOW cayó redonda al suelo sin más.

— ¡Ahh...! — exclamó con un suspiro al verlo definitivamente muerto. Erica dejó su cuerpo caer contra el asfalto, de puro cansancio. — Joder... — se quejó agotada y dolorida. Un segundo, necesitaba un segundo para recuperarse, pero sabía que no se lo iban a permitir, porque todo el ruido que habían hecho atraería a otras cosas.

— ¿Sigues viva? — se llevó una mano a la frente, dolorida y se fue poniendo en pie poco a poco.

DADOS:

Tras el golpe y las heridas que le había causado esa cosa estaba desorientada, trataba de ver a la mujer rubia enfrentarse a aquella cosa pero su visión, emborronada por la lluvia y la sangre, no llegaba a ver más allá de un par de sombras moverse entre el agua. Podía escuchar los gruñidos del monstruo y el forcejeo de la mujer hasta que en un momento todo cesó salvo el sonido de la fuerte lluvia...
Eyra se enderezó y, colocándose las manos en la zona de las costillas, gateó hasta la rubia la cual yacía tumbada a un lado del asqueroso ser, rezando porque aún estuviese viva... Lo cual su pregunta le quitó toda duda.

-S-si... - Tosió y se terminó de levantar, apoyando todo su peso en la pierna izquierda y estando ligeramente encorvada, con el brazo izquierdo doblado sobre su abdomen. -Más... o menos... - Sonrió ligeramente y la ayudó a incorporarse, acercándose luego al monstruo para mirarlo detenidamente, tumbado sobre un inmenso charco de sangre oscura que se iba diluyendo con la lluvia. Miró el brillante arma clavada en su cabeza y, con torpeza, la arrancó emitiendo un quejido, viendo como la criatura temblaba, poniéndose alerta de nuevo durante un segundo y, al ver que no se movía, le lanzo el arma a su dueña.

Tenía preguntas, muchas, pero aquel no era momento ni lugar, debían encontrar otra casa en la que refugiarse y recuperarse de la batalla. Por eso, se acercó a ella y le señaló una de las casas que parecía estar más entera. -Sitio seguro... tal vez... - Y, viendo si podía caminar por si misma, empezó a cojear de camino al sitio que le había señalado, rezando por que fuese un lugar seguro donde poder descansar y dormir de una maldita vez.