Bajo sospecha [Ligeia Solotov]

— ¡Hola tesoro! — exclamó la mujer nada más abrir la puerta. — ¡Hola mi vida, yo también te quiero! — Sophie estaba sentada en el sillón, justo en frente con una amplia sonrisa. Ella sabía que Ireth buscaba a Audrey. — ¿Has sido buena en el colegio hoy? — preguntó con cierta burla mientras dejaba su abrigo colgado del perchero de la entrada. — Como siempre, me han dado hasta una galleta — exclamó la mujer aplaudiendo. Ireth rompió a reír.

— Audrey se está duchando, mañana les llevan de excursión al teatro y quiere estar divina — Sophie pestañeó mientras sujetaba una taza entre sus manos. — Por cierto, en un rato vendrá Ligeia, ha llegado hace unos días a la ciudad — Sophie se levantó del sofá para acercarse a la cocina. El apartamento era bastante pequeño, contaba con el salón, que compartía espacio con una cocina abierta, luego había un largo pasillo con los tres dormitorios y el baño al fondo. — En cuanto olí la comida casera adiviné que tendríamos visita — Sophie le guió un ojo a su prima, mientras Ireth tomaba asiento y apuraba lo que le quedaba a la taza de Sophie. — Hoy ha sido un día de locos, la verdad, ha habido un accidente en la autovía y... hay que tener cuidado al volante — Ireth se acercó a la cocina para depositar la taza en el fregadero y ayudar limpiando los cacharros.

— Hacía tiempo que no sabía de Ligeia, me alegra poder verla, la última vez que vino... estaba con la residencia y apenas pudimos coincidir — Ireth se colocaba los guantes de la cocina y se dedicaba a limpiar los platos. — Sinceramente estoy preocupada por ella, no parecía muy animada en la llamada que tuvimos — se giró hacia Sophie. — ¿Y eso? — preguntó con curiosidad. — No lo sé, ahora veremos, tal vez me lo imaginé — Sophie estaba preparando algo que olía sumamente delicioso. Audrey salió de la ducha y se acercó a la cocina para saludar a su madre, como siempre charlaron un rato antes de que la pequeña se fuera a dormir. Ella misma era muy estricta con sus horarios, sin que Ireth tuviera que decirle nada, la niña los cumplía sin rechistar. Ya que Audrey se marchó, Ireth abrió una botella de vino blanco para la cena, dejando que se airease un poco en lo que llegaba Ligeia.

— ¡Ahí está! — Ireth fue la primera en darse cuenta de los golpes en la puerta, agradeció que no llamase al timbre, ya que no deseaba despertar a Audrey. — ¡Ligeia, hola! — exclamó la joven acercándose para darle un fuerte abrazo. Sophie llegó por detrás para hacer lo mismo, así que Ireth le dio espacio a su hermana, ya que ellas dos eran las que se conocían desde hacía más tiempo y además compañeras de trabajo. — Oh venga, ¿cómo lo haces para estar cada día mejor? — exclamó Sophie, a quien se la veía notablemente alegre. Incluso Audrey salió de su habitación un momento, para saludar a Ligeia.

— ¿No dormías? — la pequeña también conocía a la mujer y al menos quiso verla, Ireth no se lo reprochó, al contrario, sonrió con ternura, al ver como le contaba algunas cosas de su día a día y luego se despedía con un buen abrazo para volver a dormir.

— Estaba bastante preocupada... te hacía en Raccoon City — Sophie le hizo un gesto para que se sentara, su voz bajó notablemente mientras que Ireth se dedicaba a regresar a la cocina y servir la comida. — Lo vimos en las noticias, ¡que locura! ha sido un auténtico desastre — exclamó Ireth que regresaba al salón con varios platos, su rostro denotaba pena. Ella quedaba bastante ajena a la situación, ya que Ireth lo poco que sabía era lo que se habían visto en las noticias. — Vuestra empresa está ayudando bastante al parecer a las familias de las víctimas, eso os tiene que dar orgullo, ¿no? — La mujer regresaba de nuevo a la cocina, no le importaba encargarse ella de llevar las cosas, ya que entendía que tanto Sophie como Ligeia quisieran ponerse al día. Alzaba la voz para que se la escuchase hablar, sin tener ni idea de absolutamente nada y Sophie quería que siguiera siendo así.

— ¿Estás bien? — susurró Sophie colocando su mano sobre la de ella. Aprovechó que su hermana estaba distraída para hablar mejor sobre lo ocurrido. Sophia no sabía gran cosa, pero sí que sospechaba, cada vez más de las atrocidades que Umbrella estaba realizando. Raccoon City había tenido un accidente, no de una Central Nuclear, si no de un experimento fallido. Sin embargo, lo que la mujer alcanzaba a saber era más bien escaso, ni en sus peores pesadillas se acercaría a la realidad de los hechos.

— En el hospital no dábamos crédito — Ireth iba y venía trayendo varios platos. Sophie había cocinado pasta con salsa de nata y salmón, se le daba bien la cocina y siempre innovaba cuando se metía allí. — Enviaron a varios médicos a las inmediaciones de Raccoon y a psicólogos por si había víctimas, ayudar a las familias... — aquello había sido todo un desastre y de no haber sido por su hija seguramente se habría unido al equipo de voluntariado que acudió a la ciudad.

— Gracias Ireth — la mujer sonrió al verla traer las cosas a la mesa. Había tapado con su mano el móvil de Ligeia y hasta que Ireth no volvió a desaparecer, fue que no volvió su atención a la conversación que su amiga había iniciado. — Los videos que se filtraron... eran reales — concluyó, sus ojos observaban atónitos y ella volvía a mirar a Ligeia. — Y tú has estado ahí — añadió ella, tragó saliva y observó a su amiga. No se podía creer que la morena hubiera tenido que pasar por ese infierno. Sophie miró de reojo a la cocina. Ireth estaba distraída llenando un par de copas con vino.

— En Nueva York han incrementado la seguridad, los superiores están muy tensos... y cada vez me siento más insegura en la base — susurraba muy nerviosa por sus palabras. Sophie estaba paranoica, como si por decir aquello en voz alta Umbrella lo fuera a saber. Ella no dejaba de plantearse que igual lo mejor era dejar la empresa. ¿Pero sería tan sencillo? Algo le decía que no.

— ¡Aquí están! — Ireth llegaba de nuevo al salón con un par de copas de vino y las latas de cerveza de Ligeia. — Me da a mi que esta noche me voy a pasar bebiendo — arrugó el ceño al ver las latas. Se sentó a un lado de la mesa. Frente a ellas dos. — ¿Te ha dicho ya que igual nos mudamos? — Ireth estaba muy entusiasmada con aquello. Sophie era algo que también le hacía ilusión, pero su cabeza en aquellos momentos estaba en otra parte. — Sí, hemos estado buscando una casa más grande y en algún lugar más tranquilo, ahora nos lo podemos permitir — parecía algo distraída. Ireth tomaba uno de los tenedores para comenzar a cenar y se quedó mirando a sus dos acompañantes. — ¿Todo bien? — preguntó. — Sí, todo bien, estábamos hablando de la casa. ¿No? Siempre tardamos igualmente un montón en llegar al trabajo, así que... podemos ir en transporte público y será el mismo tiempo, o menos — ella se encogió de hombros. También recuperó el tenedor. — ¿Y qué novedades tienes tú? — preguntó Sophie. — Ireth está saliendo con alguien, ¿tú también? Espero que sea mejor que ese pand... — miró a su prima, Ireth enarcaba una ceja y Sophie hizo gesto de cerrar su boca con una cremallera. Era evidente que a Sophie no le caía nada bien.

— No le cae bien — aclaró Ireth negando con suavidad. Resultaba frustrante a veces, pero ya había aprendido a vivir con ello. Sonrió también, mientras que comenzaba a cenar.

Ireth fue consciente de que tanto Sophie como Ligeia habían estado cuchicheando. No le importó ni le dio ninguna importancia más allá de que eran dos buenas amigas poniéndose al día. Incluso hasta sonrió al verlas.

— Eso queremos nosotras, más tranquilidad, más ambiente de campo, o una zona residencial tranquila... me gustaría que Audrey se criase en un ambiente así y no en esta ciudad de locos, el otro día robaron a una vecina — explicaba con cierta preocupación. — Oh Li... Vente con nosotras, podríamos vivir juntas o ser vecinas — Sophie rodeó con sus brazos apenas un momento a la morena y después se incorporó en su silla para volver a su plato.

Ya en la mesa, Ireth comía de su plato con calma, sus labios se curvaban en una sonrisa al ver como ellas dos charlaban. Ni siquiera le molestaba que Sophie se metiera con Jason, ya había aprendido a vivir con ello y no todo el mundo podía llevarse a la perfección.

— ¡Ojalá solo fuera un panda! — exclamó Sophie burlándose mientras tomaba vino de su copa y después comenzaba a comer. La científico tomó el pequeño objeto por debajo de la mesa y lo guardó en el bolsillo de su pantalón disimuladamente, tanto que Ireth ni se percató de ello, ya que la otra continuaba hablando. — ¡Es un pandillero! — exclamó rompiendo a reír a carcajadas. — Yo creía que la época de ligar con chicos malotes era solo en el instituto, pero ahí la tienes a ella, con su bata de día y su chupa de cuero de noche, se la ha regalado él a lo Greese — Sophie se movía de un lado a otro mientras Ireth se reía también con ella y bebía vino. No se lo tomaba nunca a mal, ella no era su prima, era su hermana. — Y claro, tú que estás a dos velas tienes que ir criticando a los demás — Sophie frunció su rostro, fingiendo molestia y la señaló con los dedos, "te vigilo" susurró. — Eso ha dolido, pero bueno vale, ahora me dedicaré a criticar al novio de Ligeia, venga dime... cuéntame más — Sophie alzaba su mano indicando que hablase más, mientras iba a volver vino e Ireth le quitaba la copa en un ambiente bastante divertido. — Tengo para todos — Sophie le quitó la copa a Ireth para beber más. — Os quiero demasiado, nadie es suficiente para vosotras, yo lo sé — Ireth alzó una ceja mirando a Ligeia con diversión.

— A ver... Jason es... sí, está en una banda y al principio... — Ireth jugaba con el tenedor y la comida en su plato, atrapando algunos trozos de comida para llevarselos a la boca, pensaba en las palabras que iba eligiendo. — ...no negaré que solo tonteaba con él y que tenía cierto morbo... — Sophie señaló a Ireth no dejándola acabar, como quien quería indicar lo obvio. — Sí, él tenía su morbo y quería divertirme... pero es buen chico y trata bien a Audrey... — Sophie casi se atragantó en aquel momento. — Ni siquiera le ha dicho que es su hija, en cuanto se lo digas se montará en esa bonita moto que tanto te gusta y "ale hop" desaparecerá en el horizonte como en un capítulo de Sons of anarchy — Sophie movía sus manos como quien pretendía enmarcar un cuadro. — Tú mejor que nadie conoces mis motivos... — ahora Ireth sí pareció molesta, dejó hasta de comer. — La gente te mira como si fueras lo peor cuando explicas que con apenas treinta años ya tienes una hija de trece — suspiró y Sophie se dio también cuenta de lo ocurrido. Ireth solía decir que Audrey era su hermana, Ligeia lo sabía también, así que no le molestaba que lo hablasen delante de ella. Su hija era lo más bonito que tenía y había logrado salir adelante, pero nunca había sido fácil. — Lo sé y lo siento, pero no puedes ignorarlo toda tu vida, ahora a ella le hace gracia decir que somos las tres hermanas, pero crecerá y llegará un momento en el que se dará cuenta de lo que pasa Ireth — miró de reojo a Ligeia. — Y no está mal eso de que nos llamen tía, ¿verdad?

— Pues yo ahora no quiero a ningún tío en mi vida, bastante tuve con Richard... ¡Hasta luego muy buenas! — exclamó cambiando de tema, con bastante ánimo y despreocupación. — Es pensar otra vez en todo eso y buagh... Y no, no me he hecho lesbiana, estoy satisfecha sexualmente... y me centraré en mi trabajo.

Ireth sonrió, pese a aquel breve lapso de tensión, continuó comiendo y bebiendo. Algún día solucionaría aquello, ahora tenían toda una noche para pasarla con calma y alejarse de los problemas o eso creía ella, hasta que sonó el teléfono de Sophie y a esta le cambió la cara por completo.

— Mierda, es del trabajo... quieren que vaya ahora, hay una emergencia — se mordió el labio a la vez que miraba a ambas, de un lado a otro.