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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Castle of glass [Matt K.]
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Trece de febrero de 2016
Silver Lake, California
Silver Lake, California
— ¿Te vas a comer eso? — era consciente de que su hambre no era hambre, sino la forma en la que se estaba manifestando su ansiedad durante aquellos días. Ella era consciente de que por primera vez desde el fin estaba engordando y solo podía pensar en seguir comiendo. Matilde, una de las mujeres que se encargaba de la mecánica en el refugio negó y le pasó la mitad de su tostada a la doctora Jones. — Gracias — Ashley sonrió mientras se llevaba la tostada a la boca y Matilde enarcaba una ceja. — Nunca te había visto comer tanto... — comentó la mujer mientras daba un sorbo a su taza de café.
— A ratos... — hizo una mueca, algo avergonzada. — No será que... — Ashley negó rápidamente. — Es estrés — la mujer no pareció muy convencida con la explicación, pero a Ashley eso le dio igual. Miró de reojo hacia la barra de la cafetería, por saber si quedaba algo más que engullir.
— Debo irme a trabajar, nos vemos para comer, ¿no? — se levantó y con una sonrisa salió de la cafetería. La sonrisa no tardó en desaparecer mientras que ella avanzaba por entre las cabañas hacia su nuevo laboratorio. Hacía poco que había salido el sol y se disponía, como de costumbre, a trabajar en sus labores. No estaba enferma, no estaba embarazada, no le pasaba absolutamente nada a excepción de que estaba preocupada por Matt. Había pasado más de una semana sin noticias de él ni nadie de los que habían partido juntos de Silver Lake y eso la estaba matando por dentro. Había manifestado toda aquella frustración obsesionándose con su trabajo hasta puntos enfermizos, aquella noche solo durmió cuatro horas y claro, luego se pasaba el resto del día con un hambre voraz.
No podía evitar pensar en él, ¿estaría bien, necesitaría ayuda, comería... dónde estaba? La única forma de desconectar era su trabajo. En numerosas ocasiones ya había propuesto marchar para ir en su búsqueda, pero no podía dejar el campamento. La otra doctora también andaba desaparecida y solo quedaba ella. Además de que ni siquiera sabía dónde buscar o mucho menos por dónde empezar. Los últimos cuatro días habían sido los peores, se sorprendía a sí misma en los peores momentos llorando sin ser consciente de ello. Ashley no paraba de decirse que aquella no era la primera vez que se separaban, de una forma u otra siempre volvían a encontrarse y aunque las cosas no hubieran estado bien, hubieran tenido momentos mejores o peores desde su reencuentro, ella seguía amando a aquel hombre como el primer día. La preocupación estaba ahí, los miedos... la ira... sí, no había sido nunca una persona irascible, pero el estrés y los nervios se manifestaban como querían.
No se había dado cuenta, pero lo había vuelto a hacer, había desconectado de su trabajo por un instante y observaba uno de los tarros de cristal mientras volvía a preocuparse por Matt. Hace días que debería haber vuelto, ¿y si...? Ira, miedo.... no se permitió terminar aquel pensamiento, sujetó el tarro con ambas manos y lo lanzó con todas sus fuerzas contra el suelo. Como si el pensamiento de que Matt estuviera muerto fuera aquel objeto y romperlo la única alternativa de que no fuera verdad. El cristal se hizo añicos y cuando Ashley se dio cuenta de lo que acababa de hacer retrocedió hasta que su espalda tocó una de las paredes de la cabaña. Se llevó la palma de su mano a la frente y comenzó a llorar. No estaba bien, necesitaba hablar con alguien como mínimo. Tomó su chaqueta y se dispuso a salir de la cabaña, ni siquiera sabía hacia dónde iba, pero se limitó a caminar por el refugio esperando ver una cara conocida.
- Matt :
Trece de febrero de 2016
Silver Lake, California
Silver Lake, California
Lo único en lo que podía pensar en en pisar más el acelerador, apenas si ha Ian logrado salir de aquel maldito lugar con vida. Su compañera dormía mientras Matt conducía sin hacer ningún ruido. Quizás en otro momento hubiera intentando encender la radio y escuchar la música que solía poner la novia de Balion pero no estaba de humor, en ese lugar habían muerto muchas personas, a algunas no las conocía pero el muchacho rubio si lo conocía. Maldito idiota, se había dejado matar por un grupo de psicópatas y solo para jugar al héroe. Luego estaba Madison, la policía que había conocido hacía como un año, no había logrado encontrarla y sentía que eso también era su culpa.
Matt sentía que le había fallado a todos en ese momento. Pero al menos Ligeia estaba sana y salva, aunque seguramente también se sentía como una mierda. Los dos había salido llenos de golpes, lastimaduras y varias marcas pero no se habían detenido a curarse, solo querían marcharse de allí. Lo único que agradecía de todo, era esa maldita camioneta que estaba bien equipada y que los iba a llevará a casa.
Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y solo por un segundo saco la fotografía de su esposa, fuera como fuera el volvería a ella, así que no podía darse por vencido, aún cuando solo quisiera hacer eso -ya voy a casa- susurró antes de guardar la fotografía.
•••Trea días después•••
Ver el campamento casi le resultó un alivio y sobre todo lo fue cuando pudo bajar de la camioneta. Estaba sucio, lleno de sangre y definitivamente necesitaba algunos vendajes pero quizás no era lo mejor buscar a Ashley viéndose así. Quizás necesitaba informar todo lo que había pasado. Aunque todos sus pensamientos se borraron cuando la vio, ella salía de una cabaña y parecía un ángel, siempre lo había parecido así que sin pensar el comenzó a caminar hacia donde estaba ella, aún llevaba el chaleco con todas las armas y estaba seguro que no debía andar así por el campamento pero no le importaba, no en ese momento.
-Ashley- dijo a espalda de ella, era la primera vez que luego de una batalla podía refugiarse en sus brazos, antes de que el mundo se fuera al carajo, las guerras en las que el combatía eran muy lejanas a ella y aunque siempre la había imaginado en sus brazos, ahora podía tenerla. Sabía que había tardado mucho más de lo que le había dicho y ella tenía todo el derecho del mundo a estar enojada con el, pero solo quería tenerla cerca
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
En el pasado, Aidan, un médico que estuvo en Silver Lake, le enseñó muchos remedios con plantas. Tal vez no sería mala idea ir en busca de algunas. Era lo único que se le ocurría para alejarse un rato del laboratorio y tratar de mantener la mente ocupada.
Avanzaba con las manos metidas en los bolsillos, cabizbaja, sin prestar mucha atención a su alrededor, hasta que se dio cuenta de que muchos a su alrededor parecían mirarla. Todo sucedió muy rápido, se detuvo para darse cuenta de que no era a ella a quien observaban, sino a algo tras ella.
«Ashley».
Un escalofrío la recorrió de arriba abajo a la vez que su corazón se desbocaba en el interior de su pecho. La mujer se giró bruscamente y en aquel momento creyó que se quedaba sin aire o más bien que no era capaz de respirar. En apenas unos segundos comprendió porque todo el mundo observaba a Matt, su Matt. Parecía completamente destrozado, y no solo físicamente. Ashley se puso aún más nerviosa al ver todas esas manchas de sangre y heridas, estaba sucio, la ropa rasgada en algunas partes... pero su expresión... ella no supo que pensar. Sintió una punzada de alivio de verle allí, pero también de dolor al ver el estado en el que llegaba.
Deshizo los pasos entre ambos, ni siquiera se había dado cuenta de que estaba llorando. Desde el momento en el que le vio las lágrimas habían comenzado a brotar de sus ojos. Ashley se lanzó a por él con suma delicadeza, prácticamente temía tocarlo y hacerle daño.
— Matt — susurró buscando sus labios, por pura inercia. En aquel preciso instante temió que aquello fuera una alucinación producto del estrés de los últimos días, pero no, él estaba allí, de verdad, ante ella. — ¿Qué.. qué...? — ni siquiera era capaz de preguntarle qué había pasado, tenía miedo de la respuesta. — ¿Estás bien? — logró pronunciar las palabras, entrecortadamente, porque entonces comenzó a llorar más. Toda la incertidumbre de los últimos días y el verle así... estalló. Se apartó apenas un poco para mirarle bien, observar sus heridas, los golpes... pensaba en ayudarle, en curarle, pero cada herida que veía no hacía más que dolerle a ella. — Vayamos a... — incluso se quedó en blanco. Quería limpiar sus heridas, tal vez iba a necesitar algún punto, un baño para evitar que la suciedad infectase los cortes... pero estaba tan nerviosa que era incapaz de decidir por dónde empezar primero. Y eso la alteraba más.
— Matt... — susurró, necesitaba escuchar más de él, que le dijera algo, que estaba bien. Ashley se acercó colocando una de sus manos sobre su rostro y le miró fijamente. — Matt deberíamos ir a limpiar y curar tus heridas — respiró hondo y se abrazó a su cuerpo pegándose a él todo cuanto pudo, sin importar la suciedad y nada más. Llevaba días necesitando aquello.
— Podemos ir a casa, si te parece bien, te preparé un baño — no era capaz de dejar de mirarle, Ashley seguía con su mano sobre el rostro de él, sin apartar la mirada de sus ojos. Casa, aquello sonó tan bien.
Avanzaba con las manos metidas en los bolsillos, cabizbaja, sin prestar mucha atención a su alrededor, hasta que se dio cuenta de que muchos a su alrededor parecían mirarla. Todo sucedió muy rápido, se detuvo para darse cuenta de que no era a ella a quien observaban, sino a algo tras ella.
«Ashley».
Un escalofrío la recorrió de arriba abajo a la vez que su corazón se desbocaba en el interior de su pecho. La mujer se giró bruscamente y en aquel momento creyó que se quedaba sin aire o más bien que no era capaz de respirar. En apenas unos segundos comprendió porque todo el mundo observaba a Matt, su Matt. Parecía completamente destrozado, y no solo físicamente. Ashley se puso aún más nerviosa al ver todas esas manchas de sangre y heridas, estaba sucio, la ropa rasgada en algunas partes... pero su expresión... ella no supo que pensar. Sintió una punzada de alivio de verle allí, pero también de dolor al ver el estado en el que llegaba.
Deshizo los pasos entre ambos, ni siquiera se había dado cuenta de que estaba llorando. Desde el momento en el que le vio las lágrimas habían comenzado a brotar de sus ojos. Ashley se lanzó a por él con suma delicadeza, prácticamente temía tocarlo y hacerle daño.
— Matt — susurró buscando sus labios, por pura inercia. En aquel preciso instante temió que aquello fuera una alucinación producto del estrés de los últimos días, pero no, él estaba allí, de verdad, ante ella. — ¿Qué.. qué...? — ni siquiera era capaz de preguntarle qué había pasado, tenía miedo de la respuesta. — ¿Estás bien? — logró pronunciar las palabras, entrecortadamente, porque entonces comenzó a llorar más. Toda la incertidumbre de los últimos días y el verle así... estalló. Se apartó apenas un poco para mirarle bien, observar sus heridas, los golpes... pensaba en ayudarle, en curarle, pero cada herida que veía no hacía más que dolerle a ella. — Vayamos a... — incluso se quedó en blanco. Quería limpiar sus heridas, tal vez iba a necesitar algún punto, un baño para evitar que la suciedad infectase los cortes... pero estaba tan nerviosa que era incapaz de decidir por dónde empezar primero. Y eso la alteraba más.
— Matt... — susurró, necesitaba escuchar más de él, que le dijera algo, que estaba bien. Ashley se acercó colocando una de sus manos sobre su rostro y le miró fijamente. — Matt deberíamos ir a limpiar y curar tus heridas — respiró hondo y se abrazó a su cuerpo pegándose a él todo cuanto pudo, sin importar la suciedad y nada más. Llevaba días necesitando aquello.
— Podemos ir a casa, si te parece bien, te preparé un baño — no era capaz de dejar de mirarle, Ashley seguía con su mano sobre el rostro de él, sin apartar la mirada de sus ojos. Casa, aquello sonó tan bien.
- Matt :
¿Cuanto tiempo en realidad había pasado? Matthew tenía la sensación que habían pasado años que no la tenía entre sus brazos, así que se había olvidado completamente de todo solo la quería a ella, así que ahí estaban los dos mirándose. Tenía todo el derecho de estar molesta con el, al salir del campamento le había dicho que solo era una inspección a un viejo campamento, que todo iba a ir bien y que volvería en un par de días. Pero las cosas se habían complicado mucho más que eso.
Pero cuando ella acortó la distancia entre ambos, la rodeó con sus brazos y la levantó -siento mucho llegar tarde preciosa- le murmuró al mismo tiempo que escondía el rostro en su cuello. Aspiro profundamente su perfume, aquel perfume que lo hacía sentir en casa. Desde el primer momento el había sabido que ella era su hogar pero ahora que el mundo estaba destruido estaba seguro de eso.
Ambos se separaron un poco y el llevo su mano hasta el rostro de ella para acariciarla suavemente y con ternura -no llores mí amor. Ya estoy aquí- seco suavemente las lágrimas de ella, sabía que la había lastimado y no estaba seguro ¿Cómo debía disculparse? Por supuesto que ella sabía lo difícil que era afuera del campamento pero Matt siempre había intentado mantener su palabra y está vez el hecho que ella llorará era su culpa.
La beso lentamente mientras olvidaba todo lo que había pasado en Atlanta, solo estaba ella y la tenía en sus brazos -estoy bien ahora que estoy aquí- no quería hablarle de lo que había visto y lo que había pasado, ella no necesitaba estar más preocupada. Todo el peso que el cargaba era su suyo pero ella lo ayudaba a llevarlo con solo estar a su lado -no tienes idea de todo lo que te extrañe- y de las veces que había pensado que ya jamás iba a volver a verla
Ella lloraba aún más y el le sonrió antes de volver a acercarla a su pecho -estoy bien. Te doy mí palabra- si, tenía algunas heridas que tratar pero que ella estuviera allí hacía que todo estuviera mejor en ese momento. Una parte de él solo quería acostarse con ella a su lado pero asintió -si, vamos a casa- casi como si nada le doliera se movió para levantarla en los brazos NY le sonrió -no deje de pensar en ti ni un solo momento-
Camino con ella entre los brazos hasta su cabaña, nunca habían podido pasar mucho tiempo allí pero sabía que al menos no saldría de allí hasta el día siguiente. Cuando entraron la bajo y por primera vez noto que era un desastre. Así que comenzó a quitarse el chaleco táctico. En la guerra, ella jamás había llegado a verlo después de una batalla y el le sonrió -se que me veo mal, pero créeme. No es tan malo- sobre todo porque había logrado salir de allí. Por un momento la miro y deseo quitarle la ropa pero sabía que lo mejor sería darse primero un baño.
Siguió quitandose la ropa lentamente hasta quedar con el torso desnudo y le sonrió -creo que debería preparar la ducha- le dijo en un tono pícaro, insinuando que si no se apuraba iba a tomarla allí misma y con toda la suciedad encima
Pero cuando ella acortó la distancia entre ambos, la rodeó con sus brazos y la levantó -siento mucho llegar tarde preciosa- le murmuró al mismo tiempo que escondía el rostro en su cuello. Aspiro profundamente su perfume, aquel perfume que lo hacía sentir en casa. Desde el primer momento el había sabido que ella era su hogar pero ahora que el mundo estaba destruido estaba seguro de eso.
Ambos se separaron un poco y el llevo su mano hasta el rostro de ella para acariciarla suavemente y con ternura -no llores mí amor. Ya estoy aquí- seco suavemente las lágrimas de ella, sabía que la había lastimado y no estaba seguro ¿Cómo debía disculparse? Por supuesto que ella sabía lo difícil que era afuera del campamento pero Matt siempre había intentado mantener su palabra y está vez el hecho que ella llorará era su culpa.
La beso lentamente mientras olvidaba todo lo que había pasado en Atlanta, solo estaba ella y la tenía en sus brazos -estoy bien ahora que estoy aquí- no quería hablarle de lo que había visto y lo que había pasado, ella no necesitaba estar más preocupada. Todo el peso que el cargaba era su suyo pero ella lo ayudaba a llevarlo con solo estar a su lado -no tienes idea de todo lo que te extrañe- y de las veces que había pensado que ya jamás iba a volver a verla
Ella lloraba aún más y el le sonrió antes de volver a acercarla a su pecho -estoy bien. Te doy mí palabra- si, tenía algunas heridas que tratar pero que ella estuviera allí hacía que todo estuviera mejor en ese momento. Una parte de él solo quería acostarse con ella a su lado pero asintió -si, vamos a casa- casi como si nada le doliera se movió para levantarla en los brazos NY le sonrió -no deje de pensar en ti ni un solo momento-
Camino con ella entre los brazos hasta su cabaña, nunca habían podido pasar mucho tiempo allí pero sabía que al menos no saldría de allí hasta el día siguiente. Cuando entraron la bajo y por primera vez noto que era un desastre. Así que comenzó a quitarse el chaleco táctico. En la guerra, ella jamás había llegado a verlo después de una batalla y el le sonrió -se que me veo mal, pero créeme. No es tan malo- sobre todo porque había logrado salir de allí. Por un momento la miro y deseo quitarle la ropa pero sabía que lo mejor sería darse primero un baño.
Siguió quitandose la ropa lentamente hasta quedar con el torso desnudo y le sonrió -creo que debería preparar la ducha- le dijo en un tono pícaro, insinuando que si no se apuraba iba a tomarla allí misma y con toda la suciedad encima
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
— Si es necesario regresa tarde, pero regresa — los ojos de ella se detuvieron sobre los de él y por fin pudo respirar profundamente, con cierto alivio, después de tantos días. Matt estaba allí, vivo, sano y era lo único que le importaba.
Sonrió, aún con cierta tristeza en su rostro cuando él la llevó en brazos. Y al llegar la cabaña, antes de que él la dejara en el suelo, Ashley volvió a abrazarle de nuevo, durante unos segundos fue incapaz de soltarle y solo quería quedarse en esa posición, aferrada a él.
— Deja que te ayude con el baño, anda, lo necesitas — se rió de la misma forma que él. ¿Cómo era capaz de infundirle tantas sensaciones en un momento? Claro que le amaba, era en momentos tan sencillos como aquellos en los que se daba cuenta de lo mucho que le necesitaba, una sonrisa, una caricia... y el mundo se desvanecía para crear uno nuevo al rededor de él.
En la cabaña en la que vivían ahora no disponían aún de agua corriente, habían avanzado en muchos aspectos, pero ese era aún complejo. Sin embargo, en los baños contaban con garrafas de agua que recogían del lago para asearse. Ashley se acercó allí para echar agua un barreño e introdujo en este un paño. Ahora tendrían que apañarse de aquella forma. — Te puedes sentar aquí — acercó una silla, se colocó a su lado y comenzó a limpiarle con ayuda del trapo. Ella sonrió mientras que deslizaba la tela por sus brazos. — ¿Te he dicho alguna vez que me encantan tus brazos? — preguntó en un tono algo divertido, aunque no podía evitar sentirse herida, ella misma, cada vez que veía una cicatriz o nuevo rasguño en su piel. Era evidente que Matt ponía su vida en riesgo en un sin fin de ocasiones... lo que le preocupaba es que siguiera con ese ritmo hasta que... ni quiso pensar en ello. Sus labios se habían tensado ligeramente. — Yo... sé que... — ni sabía por donde empezar. — la situación en la que estamos no es fácil, pero amor... no puedes seguir así, a mi me destroza y temo que algún día no regreses a mi lado — suspiró profundamente, tratando de contenerse. — Te necesito conmigo — susurró apoyando su frente sobre su cabeza, Ashley cerró los ojos y detuvo su tarea colocando ambas manos sobre los hombros de él.
Sonrió, aún con cierta tristeza en su rostro cuando él la llevó en brazos. Y al llegar la cabaña, antes de que él la dejara en el suelo, Ashley volvió a abrazarle de nuevo, durante unos segundos fue incapaz de soltarle y solo quería quedarse en esa posición, aferrada a él.
— Deja que te ayude con el baño, anda, lo necesitas — se rió de la misma forma que él. ¿Cómo era capaz de infundirle tantas sensaciones en un momento? Claro que le amaba, era en momentos tan sencillos como aquellos en los que se daba cuenta de lo mucho que le necesitaba, una sonrisa, una caricia... y el mundo se desvanecía para crear uno nuevo al rededor de él.
En la cabaña en la que vivían ahora no disponían aún de agua corriente, habían avanzado en muchos aspectos, pero ese era aún complejo. Sin embargo, en los baños contaban con garrafas de agua que recogían del lago para asearse. Ashley se acercó allí para echar agua un barreño e introdujo en este un paño. Ahora tendrían que apañarse de aquella forma. — Te puedes sentar aquí — acercó una silla, se colocó a su lado y comenzó a limpiarle con ayuda del trapo. Ella sonrió mientras que deslizaba la tela por sus brazos. — ¿Te he dicho alguna vez que me encantan tus brazos? — preguntó en un tono algo divertido, aunque no podía evitar sentirse herida, ella misma, cada vez que veía una cicatriz o nuevo rasguño en su piel. Era evidente que Matt ponía su vida en riesgo en un sin fin de ocasiones... lo que le preocupaba es que siguiera con ese ritmo hasta que... ni quiso pensar en ello. Sus labios se habían tensado ligeramente. — Yo... sé que... — ni sabía por donde empezar. — la situación en la que estamos no es fácil, pero amor... no puedes seguir así, a mi me destroza y temo que algún día no regreses a mi lado — suspiró profundamente, tratando de contenerse. — Te necesito conmigo — susurró apoyando su frente sobre su cabeza, Ashley cerró los ojos y detuvo su tarea colocando ambas manos sobre los hombros de él.
- Matt :
Ella sabía cómo llenarlo de paz sin tener que decir mucho. El saber que ella lo iba a esperar le aliviaba el alma de una manera que no había sentido antes. Porque si bien el siempre había arriesgado su vida, está vez eran los dos lo que la arriegaban y esperarse les daba esperanza a ambos. La tenía entre sus brazos y no quería soltarla a pesar de que ha Ian algunos mirándolos, suponía que no todos habían tenido la suerte de poder encontrar al amor de su vida en medio del puto apocalipsis. Por eso el se consideraba una de las personas más adornadas del mundo.
Una vez que estuvieron en la cabaña él sonrió con sus palabras -tu puedes hacer lo que quieras - y aunque eso podía sonar algo más picaro, hablaba de una pura realidad, es los era la dueña de su corazón y estaba completamente a disposición de ella y de lo que deseara.
La siguió y se sentó donde ella le indicaba -si me vas a cuidar así cada vez que me meta en problemas... Voy a tener que hacerlo más seguido- aunque se negaba a seguir pensando en eso, seguir pensando en todo lo que había pasado y en lo que había fallado. Al menos Ligeia había salido de allí con el, por lo menos eso lo dejaba tranquilo
Por unos segundos guardaron silencio hasta que ella hablo y el la miro con esa picardía cargada de deseo -creo que no- dijo jugando con ella pero pudo notar la manera en la que ella dejaba de sonreír y respiro profundamente -siempre voy a volver ¿Lo Sabes no? - sabía que ella se preocupaba por las marcas que quedaban en su piel pero solo eran eso, marcas, lo importante siempre era que volvería con ella.
Fue en ese momento donde la freno y la atrajo hacia el -se que es difícil, se que te cuesta pero soy un soldado y todo lo que hago es para que estés segura aquí- no podía decirle que no iba a volver a salir, no iba a mentir así pero en cambio la tomo del mentón y dijo -si me quedo algún tiempo ¿Te sentirás mejor? Quizás un par de semanas sin salir a explorar- y dedicarle el tiempo que ella necesitaba -hare los trabajos de vigilancia en el campamento y así podremos aprovechar el tiempo- la beso lentamente, el también la había necesitado y no se había dado cuenta cuanto hasta ese momento donde al fin la tenía en sus brazos.
Una vez que estuvieron en la cabaña él sonrió con sus palabras -tu puedes hacer lo que quieras - y aunque eso podía sonar algo más picaro, hablaba de una pura realidad, es los era la dueña de su corazón y estaba completamente a disposición de ella y de lo que deseara.
La siguió y se sentó donde ella le indicaba -si me vas a cuidar así cada vez que me meta en problemas... Voy a tener que hacerlo más seguido- aunque se negaba a seguir pensando en eso, seguir pensando en todo lo que había pasado y en lo que había fallado. Al menos Ligeia había salido de allí con el, por lo menos eso lo dejaba tranquilo
Por unos segundos guardaron silencio hasta que ella hablo y el la miro con esa picardía cargada de deseo -creo que no- dijo jugando con ella pero pudo notar la manera en la que ella dejaba de sonreír y respiro profundamente -siempre voy a volver ¿Lo Sabes no? - sabía que ella se preocupaba por las marcas que quedaban en su piel pero solo eran eso, marcas, lo importante siempre era que volvería con ella.
Fue en ese momento donde la freno y la atrajo hacia el -se que es difícil, se que te cuesta pero soy un soldado y todo lo que hago es para que estés segura aquí- no podía decirle que no iba a volver a salir, no iba a mentir así pero en cambio la tomo del mentón y dijo -si me quedo algún tiempo ¿Te sentirás mejor? Quizás un par de semanas sin salir a explorar- y dedicarle el tiempo que ella necesitaba -hare los trabajos de vigilancia en el campamento y así podremos aprovechar el tiempo- la beso lentamente, el también la había necesitado y no se había dado cuenta cuanto hasta ese momento donde al fin la tenía en sus brazos.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Aún se sentía como si aquello fuera irreal. Después de tantos días torturándose sin que regresara... se rió en silencio por su comentario acerca de meterse en problema y se acercó a su hombro lo suficiente para morderle con algo de fuerza, en una zona que no presentaba ningún rasguño.
— No me hagas sufrir más de la cuenta o me vengaré — añadió tras morderle en tono algo bromista. Necesitaban relajar la situación, después de tanto... un poco de humor no les vendría mal.
Ashley continuó atendiendo a su marido, limpiando sus heridas con aquel paño y lavándolo cuando era necesario. — Tienes que volver, lo has prometido — le miró fijamente deteniéndose en su tarea y con mucho cuidado terminó por sentarse sobre su regazo, colocando ambos brazos sobre los hombros de Matt. Cerró los ojos a la vez que colocaba su frente sobre la de él, besó sus labios en una suave caricia que fue pronunciándose poco a poco hasta convertirse en un beso más apasionado. Ashley deslizaba sus dedos por la nuca de él y terminó por sonreír.
— Soldado, sé que ni siquiera yo puedo retenerte durante tanto tiempo parado — le miró fijamente.— Me bastará con que no te vayas muy lejos y duermas conmigo cada noche durante esas semanas... — hasta que partiera de nuevo, lejos de ella. Sabía cómo era él y que necesitaba estar en constante movimiento, ayudar, mantenerse ocupado, trabajar, colaborar con el refugio, no podía atarle a ninguna parte.
Ashley volvió a levantarse para terminar con su tarea, quería terminar de limpiarle y una vez que estuviera completamente aseado juzgaría si necesitaba algún punto. Pero a simple vista no sería necesario. Habían pasado ya suficientes horas de las heridas, por lo que era tarde para coser. Cuando acabó de limpiarlo trajo consigo el botiquín para así curar las heridas. — Eres muy buen paciente — bromeó con ese mismo tono pícaro que se traía él.
— Antes... — empezó a decir mientras que aplicaba antiséptico en cada herida que veía, con la ayuda de una gasa. — ...sé que es complejo que yo abandone el refugio, porque muchas veces me necesitan aquí, pero podría acompañarte en una de tus salidas, es otra opción — dejó caer mientras que trabajaba.
— No me hagas sufrir más de la cuenta o me vengaré — añadió tras morderle en tono algo bromista. Necesitaban relajar la situación, después de tanto... un poco de humor no les vendría mal.
Ashley continuó atendiendo a su marido, limpiando sus heridas con aquel paño y lavándolo cuando era necesario. — Tienes que volver, lo has prometido — le miró fijamente deteniéndose en su tarea y con mucho cuidado terminó por sentarse sobre su regazo, colocando ambos brazos sobre los hombros de Matt. Cerró los ojos a la vez que colocaba su frente sobre la de él, besó sus labios en una suave caricia que fue pronunciándose poco a poco hasta convertirse en un beso más apasionado. Ashley deslizaba sus dedos por la nuca de él y terminó por sonreír.
— Soldado, sé que ni siquiera yo puedo retenerte durante tanto tiempo parado — le miró fijamente.— Me bastará con que no te vayas muy lejos y duermas conmigo cada noche durante esas semanas... — hasta que partiera de nuevo, lejos de ella. Sabía cómo era él y que necesitaba estar en constante movimiento, ayudar, mantenerse ocupado, trabajar, colaborar con el refugio, no podía atarle a ninguna parte.
Ashley volvió a levantarse para terminar con su tarea, quería terminar de limpiarle y una vez que estuviera completamente aseado juzgaría si necesitaba algún punto. Pero a simple vista no sería necesario. Habían pasado ya suficientes horas de las heridas, por lo que era tarde para coser. Cuando acabó de limpiarlo trajo consigo el botiquín para así curar las heridas. — Eres muy buen paciente — bromeó con ese mismo tono pícaro que se traía él.
— Antes... — empezó a decir mientras que aplicaba antiséptico en cada herida que veía, con la ayuda de una gasa. — ...sé que es complejo que yo abandone el refugio, porque muchas veces me necesitan aquí, pero podría acompañarte en una de tus salidas, es otra opción — dejó caer mientras que trabajaba.
- Matt :
Casi gruño cuando ella lo mordió, la deseaba porque había creído que no volvería a tenerla así que apretó sus caderas contra su cuerpo -cuidado con lo que haces- le murmuró con voz baja y cargado de deseo. Sonrió ante sus palabras y acercó sus labios a los de ella para terminar diciendo -trego muchas cosas para hacerte pero ninguna de ellas incluye hacerte sufrir mí amor- la beso lentamente, porque ella tenía derecho a molestarse con el y en cambio allí estaba, curando sus heridas y limpiando cada mancha de sangre de su cuerpo.
El beso se volvió lentamente más apasionado y el estaba listo para lo que ella pudiera, pero supuso que aún no era el momento así que respiro lentamente para intentar calmarse. Dejó salir una risa y negó -yi jamás he dicho que voy a parar, no mientras el mundo no sea seguro para ti- porque aún soñaba con tener una familia con ella -solo dije que me tomaré unos días para hacer cosas en el campamento. Así puedo aprovechar cada segundo del día que pueda tenerte conmigo- porque eso era verdad, necesitaba un poco de paz luego de lo Atlanta.
Dejó que ella terminar lo que tenía que hacer y luego sonrió al escucharla decir que era buen paciente -tengo la impresión que si no te dejaba hacer esto, ibas a molestarte conmigo- dijo algo divertido pero aún asi había disfrutado que ella cuidara de él, quizás más de lo que debía porque aunque Matthew jamás iba a contarle todos los horrores que vivía fuera del campamento, ella era lo único que hacía que ese maldito mundo fuera tolerable.
Sus ojos fueron hasta ella al pensarla en los peligros y dijo sinceramente -¿Que haría yo si tú no estuvieras Ashley? En Atlanta murieron casi todos los que entraron conmigo al campamento- su voz sonó dura y miró a un punto fijo - no quiero arriesgarte así. Y yo sé que suena egoísta, pero tú eres por lo que seguí peleando, no dejaba de pensar que si dejaba que esos hijos de puta me arriconaran, jamás volvería a verte- entonces la miro y negó -puedes salir conmigo a explorar pero si yo te digo que tomes la camioneta y te marches ¿Puedes prometerme que lo harás?- porque no estaba seguro que ella fuera a dejarlo en cualquier lado para ponerse a salvo
El beso se volvió lentamente más apasionado y el estaba listo para lo que ella pudiera, pero supuso que aún no era el momento así que respiro lentamente para intentar calmarse. Dejó salir una risa y negó -yi jamás he dicho que voy a parar, no mientras el mundo no sea seguro para ti- porque aún soñaba con tener una familia con ella -solo dije que me tomaré unos días para hacer cosas en el campamento. Así puedo aprovechar cada segundo del día que pueda tenerte conmigo- porque eso era verdad, necesitaba un poco de paz luego de lo Atlanta.
Dejó que ella terminar lo que tenía que hacer y luego sonrió al escucharla decir que era buen paciente -tengo la impresión que si no te dejaba hacer esto, ibas a molestarte conmigo- dijo algo divertido pero aún asi había disfrutado que ella cuidara de él, quizás más de lo que debía porque aunque Matthew jamás iba a contarle todos los horrores que vivía fuera del campamento, ella era lo único que hacía que ese maldito mundo fuera tolerable.
Sus ojos fueron hasta ella al pensarla en los peligros y dijo sinceramente -¿Que haría yo si tú no estuvieras Ashley? En Atlanta murieron casi todos los que entraron conmigo al campamento- su voz sonó dura y miró a un punto fijo - no quiero arriesgarte así. Y yo sé que suena egoísta, pero tú eres por lo que seguí peleando, no dejaba de pensar que si dejaba que esos hijos de puta me arriconaran, jamás volvería a verte- entonces la miro y negó -puedes salir conmigo a explorar pero si yo te digo que tomes la camioneta y te marches ¿Puedes prometerme que lo harás?- porque no estaba seguro que ella fuera a dejarlo en cualquier lado para ponerse a salvo
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
— ¿Pero cómo que ”cuidado con lo que haces”? — el tono de voz de ella, aunque divertido se volvió un poco más serio, en un intento de regañarlo, pero Ashley, cuando él se pegó tanto a ella no pudo evitar reírse, con suavidad. Le miró de reojo a la vez que se mordía los labios casi sin darse ni cuenta, ante la provocación de él. — Cuidado tú, ¿o quieres que te sede para dormir? — bromeó en voz baja. — Creo que sería la única forma de dejarte quieto por aquí — la mujer miró hacia un lado un momento, buscando algo y cuando quiso darse cuenta Matt estaba tan cerca de ella que podía sentir su aliento en la piel. La hizo sonreir de nuevo con su último comentario y también se acercó a él cuando la besó.
Colocó ambas manos sobre las mejillas de él, acariciando su piel con los dedos, sujetando su rostro mientras ambos se unían en aquel beso. Se quedó un instante así, seguía sujetando el rostro de él mientras le acariciaba y Matt continuaba hablando. Ella enarcó una ceja.
— Al final me harás utilizar ese sedante — comentó con ironía mientras que volvía a recoger el antiséptico para terminar con las últimas heridas. — Matt... — se quedó un momento en silencio, asimilando sus palabras, qué iba a responder... Ella no era idiota, sabía que él se jugaba la vida al salir ahí afuera, pero escucharlo de su boca no lo hacía precisamente más fácil, todo lo contrario.
— Me gustaría poder contentarte, pero un día prometimos que no más mentiras y no, jamás podría dejarte atrás, por muy difícil que estuvieran las cosas — ya había terminado con las heridas, pero se quedó quieta, mirándole fijamente a los ojos. Ashley volvió a colocar su mano sobre su mejilla y acarició su piel. — En las buenas y en las malas, ¿no? — recordó parte de sus votos. — Ya estás, no has sido mal paciente, pero también te digo que me gustaría que no fueras tan habitual — se apartó para recoger sus cosas, tirar las gasas sucias y guardar el material que después tendría que esterilizar.
— Deja que vaya contigo, me vendrá bien, a los dos... Cuidaremos el uno del otro — Ashley se acercó nuevamente a él, colocando ambas manos sobre sus hombros y clavando la mirada en sus ojos. Quería demasiado a su marido y necesitaba estar con él, saber que estaba bien, cuidar el uno del otro... Lo pasaba demasiado mal en el campamento, esperando... Y bueno, ella en realidad había estado bien acostumbrada a estar viajando de un lado a otro. Tras el brote, de hecho estuvo un tiempo sola antes de encontrar a Nicholas. Había aprendido mucho durante el fin del mundo.
Colocó ambas manos sobre las mejillas de él, acariciando su piel con los dedos, sujetando su rostro mientras ambos se unían en aquel beso. Se quedó un instante así, seguía sujetando el rostro de él mientras le acariciaba y Matt continuaba hablando. Ella enarcó una ceja.
— Al final me harás utilizar ese sedante — comentó con ironía mientras que volvía a recoger el antiséptico para terminar con las últimas heridas. — Matt... — se quedó un momento en silencio, asimilando sus palabras, qué iba a responder... Ella no era idiota, sabía que él se jugaba la vida al salir ahí afuera, pero escucharlo de su boca no lo hacía precisamente más fácil, todo lo contrario.
— Me gustaría poder contentarte, pero un día prometimos que no más mentiras y no, jamás podría dejarte atrás, por muy difícil que estuvieran las cosas — ya había terminado con las heridas, pero se quedó quieta, mirándole fijamente a los ojos. Ashley volvió a colocar su mano sobre su mejilla y acarició su piel. — En las buenas y en las malas, ¿no? — recordó parte de sus votos. — Ya estás, no has sido mal paciente, pero también te digo que me gustaría que no fueras tan habitual — se apartó para recoger sus cosas, tirar las gasas sucias y guardar el material que después tendría que esterilizar.
— Deja que vaya contigo, me vendrá bien, a los dos... Cuidaremos el uno del otro — Ashley se acercó nuevamente a él, colocando ambas manos sobre sus hombros y clavando la mirada en sus ojos. Quería demasiado a su marido y necesitaba estar con él, saber que estaba bien, cuidar el uno del otro... Lo pasaba demasiado mal en el campamento, esperando... Y bueno, ella en realidad había estado bien acostumbrada a estar viajando de un lado a otro. Tras el brote, de hecho estuvo un tiempo sola antes de encontrar a Nicholas. Había aprendido mucho durante el fin del mundo.
- Matt :
La risa de Ash parecía devolverlo a la vida, como si cualquier mal recuerdo que tuviera, ella logrará borrarlo con aquel pequeño gesto. El tiempo que había estado separado de ella, había sido como una especie de trance. Y ahora que al fin todos sus deseos se habían comentado molido, sabía perfectamente que iba a tener que luchar por ellos más que nunca en su vida.- Ya me escucho señora Kowalski- dijo con cierto orgullo en la voz, pero no se trataba de llamarla por su apellido sino del hecho de que al fin, sin importar el mundo en el que vivían, ellos estaban juntos.
El sabía que probablemente era uno de los hombres más afortunados del mundo ¿Cuántas personas podían decir que habían encontrado la felicidad de esa manera en ese mundo? Probablemente se podrían contar con los dedos de una mano. Se pegó a ella con esa sonrisa pícara que ponía cuando tenía segundas intenciones - estoy seguro que se te ocurre algún otra manera de dejarme cansado y así me quedaría quieto como tú quieres- le dijo provocando la, sin importar lo que había sucedido, la necesitaba de todas las maneras posibles.
Aquellos besos se habían vuelto tan necesarios como respirar, así que se dejó llevar sintiendo la manera en la que ella lo acariciaba con ternura. Al final ambos se separaron y el término por reír -de acuerdo, me doy por vencido- le dijo y volvió a sentarse para que ella pudiera terminar con su trabajo. Entonces la charla volvió a su normalidad, ella quería salir con el, pero el no estaba seguro de dejar que ella corriera un riesgo ahí.
Por supuesto que sabía que el campamento no era completamente seguro, ya había visto lo que había pasado con las personas en Atlanta. -es que créeme, en el pasado jamás hubiera dejado solo a nadie de mí escuadrón, pero aquí con un simple razguño puedes terminar convirtiéndote en uno de ellos- suspiró y negó -no quiero que seas tú la que me tenga que disparar si termino siendo uno de ellos- porque sabía perfectamente que Balion lo haría sin dudar, pero ellos eran diferentes, estaban acostumbrados a hacer sacrificios.
Una vez que ella termino el se levantó del asiento, pero está vez estaba serio, sabía que ella pedía algo difícil pero también sabía que tenía el derecho a pedirlo -bien saldremos juntos siempre que no sean misiones de alto riesgo- se acercó a ella antes que pudiera protestar -esa clase de cosas son mejor explorarla con el personal preparado para eso- Balion, Ligeia y el eran soldados y estaban entrenados para la pelea, esperaba que ella entendiera.
Le acarició la mejilla con ternura y dijo -creo que debería ir a darle un baño completo y quizás. Comer algo- porque no tenía intención de seguir con esa ropa completamente mugrienta. A demás tenía que hablar con Balion, lo que había pasado en Atlanta, le decía que los zombies no era la única amenaza.
El sabía que probablemente era uno de los hombres más afortunados del mundo ¿Cuántas personas podían decir que habían encontrado la felicidad de esa manera en ese mundo? Probablemente se podrían contar con los dedos de una mano. Se pegó a ella con esa sonrisa pícara que ponía cuando tenía segundas intenciones - estoy seguro que se te ocurre algún otra manera de dejarme cansado y así me quedaría quieto como tú quieres- le dijo provocando la, sin importar lo que había sucedido, la necesitaba de todas las maneras posibles.
Aquellos besos se habían vuelto tan necesarios como respirar, así que se dejó llevar sintiendo la manera en la que ella lo acariciaba con ternura. Al final ambos se separaron y el término por reír -de acuerdo, me doy por vencido- le dijo y volvió a sentarse para que ella pudiera terminar con su trabajo. Entonces la charla volvió a su normalidad, ella quería salir con el, pero el no estaba seguro de dejar que ella corriera un riesgo ahí.
Por supuesto que sabía que el campamento no era completamente seguro, ya había visto lo que había pasado con las personas en Atlanta. -es que créeme, en el pasado jamás hubiera dejado solo a nadie de mí escuadrón, pero aquí con un simple razguño puedes terminar convirtiéndote en uno de ellos- suspiró y negó -no quiero que seas tú la que me tenga que disparar si termino siendo uno de ellos- porque sabía perfectamente que Balion lo haría sin dudar, pero ellos eran diferentes, estaban acostumbrados a hacer sacrificios.
Una vez que ella termino el se levantó del asiento, pero está vez estaba serio, sabía que ella pedía algo difícil pero también sabía que tenía el derecho a pedirlo -bien saldremos juntos siempre que no sean misiones de alto riesgo- se acercó a ella antes que pudiera protestar -esa clase de cosas son mejor explorarla con el personal preparado para eso- Balion, Ligeia y el eran soldados y estaban entrenados para la pelea, esperaba que ella entendiera.
Le acarició la mejilla con ternura y dijo -creo que debería ir a darle un baño completo y quizás. Comer algo- porque no tenía intención de seguir con esa ropa completamente mugrienta. A demás tenía que hablar con Balion, lo que había pasado en Atlanta, le decía que los zombies no era la única amenaza.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Comprendía a su marido, cada palabra... Incluso podía ver en él algunos pensamientos aunque no los dijera. El mundo había cambiado para mal, ya en antaño era difícil, ahora todo se complicaba más y más. Pero ellos estaban ahí, se tenían el uno para el otro y eso era algo que la mantenía ahí, aferrandose a la vida.
— Matt... — Ashley se quedó un momento en silencio dubitativa. Claro que comprendía su miedo, ella también lo sentía cada vez que él se marchaba. — Yo también estoy asustada, cada vez que te vas... es un suplico... por eso me gustaría estar más tiempo contigo, salir juntos. No quiero volver a perdete. Cada vez que dejas el campamento temo que volvamos a separarnos y que en esa ocasión sea la definitiva — una vez que terminó de guardar el material se giró hacia él, sonriendo de forma apacible. Había conseguido al menos algo de lo que se proponía. Su sonrisa cambió cuando Matt comentó que se daría un baño.
— ¿Y ahí no necesitarás ayuda? — comentó en un tono más pícaro y divertido. Ella se acercó esta vez a él, tanto que sus cuerpos se rozaron con suavidad. La mujer se estiró y sujetó nuevamente su rostro, queriendo besarlo. — Podría acompañarte, por si te pierdes... llevas mucho fuera delcampamento — se rió con suaidad volviendo a acercarse lo suficiente para pegar un suave mordisco a sus labios. No puo evitarlo, después de tanto tiempo sin él... nunca había dejado de desearlo de aquella forma.
— Matt... — Ashley se quedó un momento en silencio dubitativa. Claro que comprendía su miedo, ella también lo sentía cada vez que él se marchaba. — Yo también estoy asustada, cada vez que te vas... es un suplico... por eso me gustaría estar más tiempo contigo, salir juntos. No quiero volver a perdete. Cada vez que dejas el campamento temo que volvamos a separarnos y que en esa ocasión sea la definitiva — una vez que terminó de guardar el material se giró hacia él, sonriendo de forma apacible. Había conseguido al menos algo de lo que se proponía. Su sonrisa cambió cuando Matt comentó que se daría un baño.
— ¿Y ahí no necesitarás ayuda? — comentó en un tono más pícaro y divertido. Ella se acercó esta vez a él, tanto que sus cuerpos se rozaron con suavidad. La mujer se estiró y sujetó nuevamente su rostro, queriendo besarlo. — Podría acompañarte, por si te pierdes... llevas mucho fuera delcampamento — se rió con suaidad volviendo a acercarse lo suficiente para pegar un suave mordisco a sus labios. No puo evitarlo, después de tanto tiempo sin él... nunca había dejado de desearlo de aquella forma.
- Matt :
No debí ser fácil de aceptar lo que él le estaba diciendo, la idea de que él no iba a dejarla acompañarlo cuando fuera una misión realmente difícil, pero estaba seguro que entendía que en esos momentos si estaba pensando en la seguridad de ella, probablemente podría distraerse y que las cosas se pusieran mal para los dos. Por eso agradecía que ella no se quejara por aquel motivo. Ya había decidido ceder en salir con ella a pequeñas misiones pero en ese detalle no podía ceder.
Se acercó a ella para tomarla en sus brazos -lo se preciosa, se que no saber si vuelvo o no debe ser algo complicado pero créeme, haría cualquier cosa para mantenerte a salvo- le acaricio la mejilla -ya te perdí una vez ¿Que haría sin ti una segunda vez?- ella era su ancla en tierra y aunque no se lo decía literalmente, esperaba que ella lo supiera. Porque lo había perdido casi todo y aún así, estando a su lado, ella le daba fuerza para vivir. El mismo se volvería loco si fuera ella quien se marchara de vez en cuando pero la verdad es que prefiera que ella estuviera más segura ¿Alguien podía tacharlo de egoísta?
Se separó lentamente de ella para decirle que lo mejor era bañarse pero su pregunta hizo que decidiera dejar todo lo que había estado pensando, su esposa siempre sería su prioridad. -creo que me gusta eso de que me acompañes, quizás me golpee y no recuerdo cómo se hace- paso la mano por su cintura y de golpe las bajo para tomarla del trasero y levantarla, así comenzó a caminar hacia la salida.
-Por que no me cuentas... ¿Me has extrañado?- le dijo antes de colocarle un pequeño beso en el cuello, pero al salir de la habitación la bajo, muy a pesar de lo que él deseaba, al menos frente a los demás no iba a mostrarse como un neardental que solo pensaba en quitarle la ropa a su esposa, aunque en ese momento así fueran las cosas. -no tienes una idea de lo que te extrañe- le dijo mientras le tomaba la mano. No quería ni pensar en Atlanta, ya tendría tiempo para pensar en el muchacho y en los demás que habían perdido allí. Quería volver y terminar con lo que fuera que estuviera pasando allí, pero no estaba listo aun
Se acercó a ella para tomarla en sus brazos -lo se preciosa, se que no saber si vuelvo o no debe ser algo complicado pero créeme, haría cualquier cosa para mantenerte a salvo- le acaricio la mejilla -ya te perdí una vez ¿Que haría sin ti una segunda vez?- ella era su ancla en tierra y aunque no se lo decía literalmente, esperaba que ella lo supiera. Porque lo había perdido casi todo y aún así, estando a su lado, ella le daba fuerza para vivir. El mismo se volvería loco si fuera ella quien se marchara de vez en cuando pero la verdad es que prefiera que ella estuviera más segura ¿Alguien podía tacharlo de egoísta?
Se separó lentamente de ella para decirle que lo mejor era bañarse pero su pregunta hizo que decidiera dejar todo lo que había estado pensando, su esposa siempre sería su prioridad. -creo que me gusta eso de que me acompañes, quizás me golpee y no recuerdo cómo se hace- paso la mano por su cintura y de golpe las bajo para tomarla del trasero y levantarla, así comenzó a caminar hacia la salida.
-Por que no me cuentas... ¿Me has extrañado?- le dijo antes de colocarle un pequeño beso en el cuello, pero al salir de la habitación la bajo, muy a pesar de lo que él deseaba, al menos frente a los demás no iba a mostrarse como un neardental que solo pensaba en quitarle la ropa a su esposa, aunque en ese momento así fueran las cosas. -no tienes una idea de lo que te extrañe- le dijo mientras le tomaba la mano. No quería ni pensar en Atlanta, ya tendría tiempo para pensar en el muchacho y en los demás que habían perdido allí. Quería volver y terminar con lo que fuera que estuviera pasando allí, pero no estaba listo aun
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
— Sí que me hago a la idea, porque yo te extrañé lo mismo o mes — Ashley estaba sujetaba una de sus manos con fuerza, mientras que ambos se dirigían hacia su cabaña, donde ahora vivían juntos. Desde el reencuentro no todo había sido fácil, pero por fin parecía que las cosas se iban calmando.
Cuando alcanzaron la cabaña, Ashley se adelantó para abrir primero, se giró un momento hacia Matt y sonrió de forma tímida. — He cambiado un poco de sitio todo — durante el tiempo que Mathew no había estado en Silver Lake, Ashley había tratado de mantener su mente ocupada y una de las cosas que había hecho fue reorganizar la cabaña, cambiando todos los muebles de sitio, limpiando, ordenando, hasta había colocado algunas fotografías en la pared. Parecía un hogar por fin, era lo que siempre había querido desde que estaban juntos de nuevo. Sentirse en casa de nuevo, ahora que estaba él era posible.
— Espero que te guste — se acercó a él y al tiempo que cerraba la puerta con una mano, se iba acercando a él para besar sus labios.
Después, Ashley preparó la bañera con agua caliente para él. También se acercó para ayudarle a quitarse las prendas, observando cuáles podrían limpiar y seguir utilizando y cuales ya habían dado lo máximo de sí. Preparó una esponja con jabón para ayudar a limpiarlo y le indicó para que se metiera en la bañera.
— Te vendrá bien un baño — podía tratar de hacerse una idea por lo que había pasado, así que... qué menos.
Cuando alcanzaron la cabaña, Ashley se adelantó para abrir primero, se giró un momento hacia Matt y sonrió de forma tímida. — He cambiado un poco de sitio todo — durante el tiempo que Mathew no había estado en Silver Lake, Ashley había tratado de mantener su mente ocupada y una de las cosas que había hecho fue reorganizar la cabaña, cambiando todos los muebles de sitio, limpiando, ordenando, hasta había colocado algunas fotografías en la pared. Parecía un hogar por fin, era lo que siempre había querido desde que estaban juntos de nuevo. Sentirse en casa de nuevo, ahora que estaba él era posible.
— Espero que te guste — se acercó a él y al tiempo que cerraba la puerta con una mano, se iba acercando a él para besar sus labios.
Después, Ashley preparó la bañera con agua caliente para él. También se acercó para ayudarle a quitarse las prendas, observando cuáles podrían limpiar y seguir utilizando y cuales ya habían dado lo máximo de sí. Preparó una esponja con jabón para ayudar a limpiarlo y le indicó para que se metiera en la bañera.
— Te vendrá bien un baño — podía tratar de hacerse una idea por lo que había pasado, así que... qué menos.
- Matt :
Decía que se hacía una idea de lo que él la había extrañado pero estaba seguro que esta vez era el que más la desea porque había sido muy consciente de los cerca qué es estuvo de no volver a verla jamás, por supuesto No era la primera vez la guerra muchas veces lo había sucedido pero jamás había contado esas cosas y no pensaba hacerlo en ese momento -¿Si?- dijo con una sonrisa pícara acercándola un poco a su cuerpo -Me parece que no te creo mucho, vas a tener que demostrármelo- le susurro al oído con ese tono lleno de lujuria. Solo la soltó para poder seguir caminando con ella puesto que prefería estar en un lugar a solas y completamente privado para seguir con aquella charla.
Encuentra entraron en la cabaña, puedo notar todos los cambios que ella misma había hecho y sonrío al darse cuenta de que cuando él se marchaba los nervios se apoderaron de ella y la única manera de poder distraerse era haciendo ese tipo de cosas. -eso veo- recorrió el lugar con la mirada y luego volvió a mirarla a ella para acercarse y tomar la de la cintura -creo que se ve hermoso- me dijo con un tono dulce mientras la miraba a los ojos -siento haber hecho que te pusieras nerviosa, si de algo sirve, yo siempre volveré donde tú estás- entonces le acarició la mejilla con el dedo pulgar y la acerco para darle un pequeño beso en los labios.
La dejó ir mientras preparaba la bañera y comenzó a quitarse lentamente la ropa la cual estaba algo pegada su piel por la sangre, el sudor y la misma tierra. Aunque se negaba a mostrarse débil frente de ella, no podía negarlo que le dolían los músculos de lo tenso que había estado y de lo poco que había podido descansar. Dejó que ella lo guiara a la bañera sin mirar la ropa -creo que debería haber dejado las municiones y el armamento- porque no era una costumbre en el campamento que el anduviera armado pero una parte de él se sentía más seguro si al menos mantenía una de sus armas cerca.
Se metió en el agua y cerrar los ojos tratando relajarse un poco para luego sentir como ella pasaba la esponja por su piel, así que abrió los ojos y respiro lentamente - ¿Cómo han estado las cosas aquí?- quería saber de ella, quería dejar de recordar lo Atlanta. Por fin estaba en casa y su esposas a su lado, quizás luego debería volver a salir pero había aprendido a disfrutar de aquellos pequeños milagros.
Encuentra entraron en la cabaña, puedo notar todos los cambios que ella misma había hecho y sonrío al darse cuenta de que cuando él se marchaba los nervios se apoderaron de ella y la única manera de poder distraerse era haciendo ese tipo de cosas. -eso veo- recorrió el lugar con la mirada y luego volvió a mirarla a ella para acercarse y tomar la de la cintura -creo que se ve hermoso- me dijo con un tono dulce mientras la miraba a los ojos -siento haber hecho que te pusieras nerviosa, si de algo sirve, yo siempre volveré donde tú estás- entonces le acarició la mejilla con el dedo pulgar y la acerco para darle un pequeño beso en los labios.
La dejó ir mientras preparaba la bañera y comenzó a quitarse lentamente la ropa la cual estaba algo pegada su piel por la sangre, el sudor y la misma tierra. Aunque se negaba a mostrarse débil frente de ella, no podía negarlo que le dolían los músculos de lo tenso que había estado y de lo poco que había podido descansar. Dejó que ella lo guiara a la bañera sin mirar la ropa -creo que debería haber dejado las municiones y el armamento- porque no era una costumbre en el campamento que el anduviera armado pero una parte de él se sentía más seguro si al menos mantenía una de sus armas cerca.
Se metió en el agua y cerrar los ojos tratando relajarse un poco para luego sentir como ella pasaba la esponja por su piel, así que abrió los ojos y respiro lentamente - ¿Cómo han estado las cosas aquí?- quería saber de ella, quería dejar de recordar lo Atlanta. Por fin estaba en casa y su esposas a su lado, quizás luego debería volver a salir pero había aprendido a disfrutar de aquellos pequeños milagros.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Ashley sonrió de nuevo, estaba feliz después de tantos días de temor y de preoupaciones. Había días que no podía evitar ponerse en lo peor, otros en los que se esforzaba por ser más positiva, pero sobre todo por mantener la mente ocupada en un sin fin de tareas.
— ¿El agua está bien? — Ashley se colocó a un lado de la bañera, de rodillas, para así poder limpiarle mejor con ayuda de la esponja. — Las cosas por aquí... — suspiró mientras ponía los ojos en blanco. — Supongo que lo habitual — pasaba con suavidad la esponja por uno de us hombros, enjabonando bien su piel. — Mucho trabajo, mejoras de las defensas, algunas salidas con sustos... por poco perdemos a varios hombres, pero están bien... — Ashley hablaba con mucha calma mientras le dedicaba todas las atenciones posibles a Matt. — Volvemos a estar escasos de personal médico, así que he estado trabajando de más en el consultorio... mi laboratorio está aún en pañales, por mucho que haya conseguido materiales, necesit más herramientas y cada vez resulta más complejo adquirir cosas, pero nos vamos apañando... — Ashley alzó la miradahacia la de él y sonrió ampliamente al enconrarse con sus ojos. Sintió un suave cosquilleo en lo más hondo de su pecho, le tenía por fin en casa. Estiró la mano libre para sujetar su barbilla y atraer su rostro al de ella, besando sus labios con suma ternura.
— No quiero aburrirte con las cosas del día a día del refugio.... — su rostro denotaba mucho cariño, era imposible no mirarle así. Después de tantos años seguía igual de enamorada o más, como el primer día. — ¿Me hablarás de tu iaje... de lo que ha pasado...? — habló con tiento, como si no quisiera saber, pero en realidad sí. Había desviado la mirada porque temía su reproche. Entendía que no quisiera hablar acerca de ello, pero quería saber.
— Igual te viene bien hablar de ello... ¿Algo importante? — Ashley volvió a mirarle, esta vez e forma más comprensiva. Quería escucharle y se había prometido que no le regañaría, que no se preocuparía o se olvería loca con sus batallas. Le tenía ahí, era lo único que importaba.
— ¿El agua está bien? — Ashley se colocó a un lado de la bañera, de rodillas, para así poder limpiarle mejor con ayuda de la esponja. — Las cosas por aquí... — suspiró mientras ponía los ojos en blanco. — Supongo que lo habitual — pasaba con suavidad la esponja por uno de us hombros, enjabonando bien su piel. — Mucho trabajo, mejoras de las defensas, algunas salidas con sustos... por poco perdemos a varios hombres, pero están bien... — Ashley hablaba con mucha calma mientras le dedicaba todas las atenciones posibles a Matt. — Volvemos a estar escasos de personal médico, así que he estado trabajando de más en el consultorio... mi laboratorio está aún en pañales, por mucho que haya conseguido materiales, necesit más herramientas y cada vez resulta más complejo adquirir cosas, pero nos vamos apañando... — Ashley alzó la miradahacia la de él y sonrió ampliamente al enconrarse con sus ojos. Sintió un suave cosquilleo en lo más hondo de su pecho, le tenía por fin en casa. Estiró la mano libre para sujetar su barbilla y atraer su rostro al de ella, besando sus labios con suma ternura.
— No quiero aburrirte con las cosas del día a día del refugio.... — su rostro denotaba mucho cariño, era imposible no mirarle así. Después de tantos años seguía igual de enamorada o más, como el primer día. — ¿Me hablarás de tu iaje... de lo que ha pasado...? — habló con tiento, como si no quisiera saber, pero en realidad sí. Había desviado la mirada porque temía su reproche. Entendía que no quisiera hablar acerca de ello, pero quería saber.
— Igual te viene bien hablar de ello... ¿Algo importante? — Ashley volvió a mirarle, esta vez e forma más comprensiva. Quería escucharle y se había prometido que no le regañaría, que no se preocuparía o se olvería loca con sus batallas. Le tenía ahí, era lo único que importaba.
- Matt :
Para ese punto Matt ya había dejado de pensar en Atlanta o al menos lo intentaba porque sabía que no iba a olvidarse del chico. En un mundo tan porquería como el aquel, las personas que se arriesgan por otras eran muy difíciles de encontrar y por alguna extraña razón, el chico y el se habían cruzado muchas veces antes y ambos se habían cuidado las espaldas. Sabía que terminaría por volver, quería saber ¿Que demonios paso con el? Pero se decía una y otra vez que no tenía que seguir pensando en eso. Al menos no mientras ella estaba ahí con el, con solo mirarla todo el dolor se marchaba, ella se había vuelto su milagro personal y por ende su tesoro más preciado.
Se había perdido en sus pensamientos cua si ella pregunto lo del agua y el solo pudo decir -...¿Mmmm? Eh... Si, está perfecta- en realidad tampoco hubiera importado mucho si el agua hubiera estado completamente helada, si ella estaba se volvía el lugar más perfecto. Sobre todo luego de lo que había vivido los últimos días. Había intentado olvidar así que saber del campamento era lo mejor, aunque ella no parecía muy entusiasta.
Cerro los ojos y sintió la manera en la que pasaba la esponja sobre su piel -es importante que mejoremos las defensas- no solo de los cabrones de Umbrella y sus monstruos, sino de los tipos de Atlanta. Abrió los ojos y dijo -bien ¿Que te parece si nos dedicamos estás semanas a buscar cosas para tu laboratorio?- ella había dicho que quería salir con el y estaba seguro que las personas habían saqueado muchos lugares pero probablemente las maquinarias de los laboratorios no eran lo más importante, era posible que lograrán encontrar bastante, siempre que no se metieran en un laboratorio de Umbrella.
Le devolvió el beso que ella le regaló y casi sin pensarlo puso las manos en su cintura para levantarla y meterla adentro de la bañadera -ups... - color murmuró mirándola a los ojos luego de haberla mojada entera. Ella quería saber de lo que ha la pasado pero no estaba seguro de ¿Cómo compartir algo así? -perdi a muchos- dijo en voz baja, porque no dejaba de culparse por eso. El era un soldado, un buen soldado, no debería haber dejado que algo así pase.
Clavo la mirada contra la pared -no necesitas preocuparte por eso- quería compartirlo con ella pero en realidad no sabía hablar de eso, el jamás le había hablado de sus fantasmas, antes los dejaba en Afganistán o en Irak, y en ese momento quería dejarlo en Atlanta. Pero probablemente su rostro serio y su mirada pérdida no dejaban que ella lo olvidará rápido, así que trato de ocultarlo -¿Por qué mejor no disfrutamos de esto?- entonces le beso el cuello lentamente. La necesitaba, siempre la había necesitado.
Se había perdido en sus pensamientos cua si ella pregunto lo del agua y el solo pudo decir -...¿Mmmm? Eh... Si, está perfecta- en realidad tampoco hubiera importado mucho si el agua hubiera estado completamente helada, si ella estaba se volvía el lugar más perfecto. Sobre todo luego de lo que había vivido los últimos días. Había intentado olvidar así que saber del campamento era lo mejor, aunque ella no parecía muy entusiasta.
Cerro los ojos y sintió la manera en la que pasaba la esponja sobre su piel -es importante que mejoremos las defensas- no solo de los cabrones de Umbrella y sus monstruos, sino de los tipos de Atlanta. Abrió los ojos y dijo -bien ¿Que te parece si nos dedicamos estás semanas a buscar cosas para tu laboratorio?- ella había dicho que quería salir con el y estaba seguro que las personas habían saqueado muchos lugares pero probablemente las maquinarias de los laboratorios no eran lo más importante, era posible que lograrán encontrar bastante, siempre que no se metieran en un laboratorio de Umbrella.
Le devolvió el beso que ella le regaló y casi sin pensarlo puso las manos en su cintura para levantarla y meterla adentro de la bañadera -ups... - color murmuró mirándola a los ojos luego de haberla mojada entera. Ella quería saber de lo que ha la pasado pero no estaba seguro de ¿Cómo compartir algo así? -perdi a muchos- dijo en voz baja, porque no dejaba de culparse por eso. El era un soldado, un buen soldado, no debería haber dejado que algo así pase.
Clavo la mirada contra la pared -no necesitas preocuparte por eso- quería compartirlo con ella pero en realidad no sabía hablar de eso, el jamás le había hablado de sus fantasmas, antes los dejaba en Afganistán o en Irak, y en ese momento quería dejarlo en Atlanta. Pero probablemente su rostro serio y su mirada pérdida no dejaban que ella lo olvidará rápido, así que trato de ocultarlo -¿Por qué mejor no disfrutamos de esto?- entonces le beso el cuello lentamente. La necesitaba, siempre la había necesitado.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Le notaba distante y bastante perdido en sus pensamientos, así que Ashley no insistió. No deseaba preocuparle, o acrecentar la herida que traía de su viaje. Aunque ella consideraba que era mejor que hablase de ello. En otra ocasión, cuando estuviera listo. Le miró apenas un momento, cesando en su tarea y observando su rostro, como cerraba los ojos y se relajaba. Lo más importante es que le tenía justo allí, donde quería y que estaba bien, ya tendrían tiempo de arreglar lo demás.
— Claro, salir en busca de material para el laboratorio estaría genial — Ashley sonrió, juntos podrían encontrar un sin fin de cosas y quién mejor para acompañarla. En esta ocasión fue ella quien andaba distraída pensando en sus cosas, o más bien planteándose la lista de útiles que iba a hacer cuando sintió las mojadas manos de Matt entorno a su cintura.
— No... — apenas pudo pronunciar la palabra, todo sucedió tan rápido que en un segundo miraba a su marido con los ojos de par n par porque sabía lo que iba a hacer y al siguiente estaba sobre él chorreando y rompiendo a reír a carcajadas. — ¡Matt! — exclamó. — ¿Luego quién...? — se hizo un momento de silencio. "Perdí a muchos". Ella le miró fijamente, su sonrisa había desaparecido, él parecía triste, devastado, pero trataba de hacerlo pasar. — Amor, cuando quieras hablar de ello, no es preocuparme, es que tú te desahogues, sé que no es fácil, así que cuando puedas, quieras... aquí estoy — mientras hablaba, se había acomodado sobre él y colocaba una de sus manos en su rostro, acariciando con ternura su mejilla. Había perdido la esponja y de hecho hasta se había olvidado de ella.
Suspiró entornando sus ojos cuando él la besó. No necesitaba decir con palabras lo que quería que supiera, con un sencillo abrazo para Ashley fue suficiente y esperaba que Matt también entendiera. Ella había colocado los brazos sobre sus hombros, rodeándole y abrazándole con cariño, mientras acariciaba su piel y acercaba aún más su cara a la de él. Buscando su boca, después del miedo que había pasado en su ausencia, la incertidumbre... un rato así a solas, era lo único que necesitaban.
— Claro, salir en busca de material para el laboratorio estaría genial — Ashley sonrió, juntos podrían encontrar un sin fin de cosas y quién mejor para acompañarla. En esta ocasión fue ella quien andaba distraída pensando en sus cosas, o más bien planteándose la lista de útiles que iba a hacer cuando sintió las mojadas manos de Matt entorno a su cintura.
— No... — apenas pudo pronunciar la palabra, todo sucedió tan rápido que en un segundo miraba a su marido con los ojos de par n par porque sabía lo que iba a hacer y al siguiente estaba sobre él chorreando y rompiendo a reír a carcajadas. — ¡Matt! — exclamó. — ¿Luego quién...? — se hizo un momento de silencio. "Perdí a muchos". Ella le miró fijamente, su sonrisa había desaparecido, él parecía triste, devastado, pero trataba de hacerlo pasar. — Amor, cuando quieras hablar de ello, no es preocuparme, es que tú te desahogues, sé que no es fácil, así que cuando puedas, quieras... aquí estoy — mientras hablaba, se había acomodado sobre él y colocaba una de sus manos en su rostro, acariciando con ternura su mejilla. Había perdido la esponja y de hecho hasta se había olvidado de ella.
Suspiró entornando sus ojos cuando él la besó. No necesitaba decir con palabras lo que quería que supiera, con un sencillo abrazo para Ashley fue suficiente y esperaba que Matt también entendiera. Ella había colocado los brazos sobre sus hombros, rodeándole y abrazándole con cariño, mientras acariciaba su piel y acercaba aún más su cara a la de él. Buscando su boca, después del miedo que había pasado en su ausencia, la incertidumbre... un rato así a solas, era lo único que necesitaban.
- Matt :
¿Cómo era posi qué la voz de su mujer pudiera calmarlo tan rápidamente? Se lo había preguntado es el día que la conoció en la que la escuela pensando que era una maestra, ya había decidido olvidar aquel asunto de las mentiras y todo eso pero en realidad jamás iba olvidar como la había conocido porque todo lo que tenía que ver con ella había sido perfecto. Por supuesto que las mentiras no eran algo bueno para el pero tomando en cuenta que se encontraron el fin del mundo eso ya no importaba demasiado, la atrajo a su cuerpo y levanto un mano para acariciar su mejilla -se que quieres ayudarme pero lo que tengo para contar solo te alteraría y no cambiaría nada- era algo terco para hablar de sus sentimientos, no le molestaba escuchar a los demás pero mostrar sus debilidades, ese ya era otro asunto.
Ella volvió a besarlo y el apretó un poco sus caderas. Aquel momento de cercanía le ayudaba más de lo que ella podía llegar imaginar, la había necesitado tanto, que solo tenerla ahí podía parecer bastante irreal -Ash... Te voy a quitar la ropa y voy a hacer que gimas hasta quedarte ronca ¿Estás de acuerdo con mí plan?- murmuró contra sus labios. Quizás el sexo no era la solución a ninguno de sus problemas pero es lo que necesitaba en ese momento.
Comenzó a desabrocharle lentamente la ropa mientras besaba su cuello y el inicio de los hombros. No quería seguir pensando en Atlanta. La verdad es que el era uno de los pocos afortunados que tenían la posibilidad de estar con la persona que amaba, el en el puto fin del mundo, era uno de los pocos cabrones que podía disfrutar de eso. Levantó la vista y la miro a los ojos -te amo Ashley- fue lo último que estaba dispuesto a decir antes de unirse completamente en aquello que sucedía allí.
Ella volvió a besarlo y el apretó un poco sus caderas. Aquel momento de cercanía le ayudaba más de lo que ella podía llegar imaginar, la había necesitado tanto, que solo tenerla ahí podía parecer bastante irreal -Ash... Te voy a quitar la ropa y voy a hacer que gimas hasta quedarte ronca ¿Estás de acuerdo con mí plan?- murmuró contra sus labios. Quizás el sexo no era la solución a ninguno de sus problemas pero es lo que necesitaba en ese momento.
Comenzó a desabrocharle lentamente la ropa mientras besaba su cuello y el inicio de los hombros. No quería seguir pensando en Atlanta. La verdad es que el era uno de los pocos afortunados que tenían la posibilidad de estar con la persona que amaba, el en el puto fin del mundo, era uno de los pocos cabrones que podía disfrutar de eso. Levantó la vista y la miro a los ojos -te amo Ashley- fue lo último que estaba dispuesto a decir antes de unirse completamente en aquello que sucedía allí.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
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