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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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The way is long {Matthew}
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The way is long
Septiembre 2015
Los disparos y gritos de desaforada diversión retumbaban entre los troncos de los árboles. Phoenix intentaba avanzar lo más rápido que podía y de la forma más silenciosa que su gastado calzado le permitiera. Su gato ya había logrado camuflarse entre la maleza y avanzar, siempre manteniendo a su ama a la vista.
Eran un grupo, tal vez unos quince hombres. No tuvo tiempo de voltear y verlos. Estaba segura que la matanza lúdica no era por ella sino por un pequeño grupo de reanimados que se encontraban juntos, aparenemente migrando si es que acaso eso tenía alguna clase de sentido.
Balas, tenían muchas balas. Y la rubia sólo tenía a mano el machete. Si debía utilizar la ballesta perdería valiosos segundos de escape.
La zuela de sus zapatos no podían resistir más caminata, la parte de delante ya se había salido. En un ágil movimiento logro descalzarse y continuó su camino en calcetines, que por fortuna estaban en condiciones.
Los hombres habían dejado de disparar de pronto. La asiática se detuvo en seco y se colocó detrás de un frondoso árbol, esperando no ser vista. Por la ardua carrera su respiración estaba acelerada. En su diestra mantenía el machete apoyado con cuidado sobre su pecho para que no se viera ni el reflejo del metal. Con la mano libre tapó su boca e intentó mantener el mayor silencio posible.
Seguían por ahí. Caminando, hablando de forma inapropiada sobre los occisos. Festejando la supuesta victoria de haberlos matado a todos.
Rogaba con todas sus fuerzas que no pudieran seguir sus huellas, que estuvieran ebrios o distraídos con otro asunto y no observaran el suelo. De lo contrario verían no sólo el rumbo que tomó sino que también el calzado que había dejado detrás.
La diestra le temblaba, estaba lista para clavar el machete en el cráneo del primer sujeto que la note. Pero, de momento, se mantuvo sumamente quieta, con el rostro enrojecido y el sudor cayendo por su frente.
Estaba convencida de que sabían que ella estaba allí, aunque no lo dijeran. Realmente creía que era cuestión de tiempo para que la vieran. A peores cosas se había enfrentado, por algo se mantenía con vida. Pero la suerte siempre puede terminarse.
Ya era tarde y era hora de descansar así que había frenado su motocicleta y había improvisado un pequeño campamento. Luego había tapado la motocicleta con algunas ramas. Se suponía que debía armar una fogata pero era demasiado estúpido, eso solo podía llamar la atención de carroñeros y la verdad es que no le apetecía tener que dispararle a nadie ese día. Simplemente quería un poco de paz, pero había aprendido que mientras más paz pedía, peor se pondrían las cosas. Era casi como su puto karma.
Quería encenderse un cigarrillo pero en cambio abrió la última lata de comida que le quedaba y tomo la última cuchara que tenía para poder comer lo que creía era algo que tenía pescado o que estaba en muy estado. Suspiró lentamente, había intentado volver al campamento militar luego de lo Atlanta pero no ha usado encontrado a nadie vivo, al menos había conseguido algunas municiones
Metió la primera cucharada en su boca cuando un ruido en los arbustos lo alertó e hizo que dejara la comida de lado y tomar su arma para apuntar. Probablemente esperaba un zombie o una persona. O tal vez algunas de las mierdas que había hecho umbrella, pero en cambio lo apareció fue un gato negro y Matt no pudo evitar levantar una ceja, hacía mucho tiempo que no veía un animal así. Por lo que tomo la lata y saco una cucharada para ponerla cerca del animal
-¿De dónde saliste?- pregunto de manera suave y estiró la mano para poder acariciarlo.
Quería encenderse un cigarrillo pero en cambio abrió la última lata de comida que le quedaba y tomo la última cuchara que tenía para poder comer lo que creía era algo que tenía pescado o que estaba en muy estado. Suspiró lentamente, había intentado volver al campamento militar luego de lo Atlanta pero no ha usado encontrado a nadie vivo, al menos había conseguido algunas municiones
Metió la primera cucharada en su boca cuando un ruido en los arbustos lo alertó e hizo que dejara la comida de lado y tomar su arma para apuntar. Probablemente esperaba un zombie o una persona. O tal vez algunas de las mierdas que había hecho umbrella, pero en cambio lo apareció fue un gato negro y Matt no pudo evitar levantar una ceja, hacía mucho tiempo que no veía un animal así. Por lo que tomo la lata y saco una cucharada para ponerla cerca del animal
-¿De dónde saliste?- pregunto de manera suave y estiró la mano para poder acariciarlo.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Contó del cero al treinta tantas veces como fue necesario hasta estar segura que ninguno de aquel grupo de gente armada estaba acercándose a ella. Oyó el comentario de su calzado, pero fue algo vago. Considerando el aspecto que tenían, era más probable que sea de un fallecido que de una persona aún en pie.
Muy lentamente fue moviéndose y avanzando hacia donde Salem se había dirigido. Su gato era el mejor delator de intrusos, de muertos vivientes, de alimento y de un fin de situaciones de las que sin su ayuda, probablemente no se encontrara con vida en ese momento.
Fueron alrededor de diez minutos los que tardó en oír el maullido de su compañero. Ya conocía ese sonido. Era por comida. No siempre podían comer lo mismo, pero a estas alturas estaba dispuesta a comer lo que sea aunque no se encontrara en buen estado.
A pasos lentos y cuidadosos se fue acercando hasta poder verlo. Estaba socializando, con un extraño. Salem reconocía a las personas con buenas intenciones, lo que no significaba que esas personas tuvieran esas mismas intenciones con ella. Debía tener cuidado.
Estaba cansada de tener cuidado todo el tiempo.
Se acercó lo suficiente, sin prisas, hasta estar a la vista del hombre. Mantuvo el machete bajo, en un ángulo inofensivo, diciendo sin hablar que realmente no quería problemas.
Salem se acercó a su ama, con entusiasmo, extendiendo la pata diestra ─ sí, su gato era diestro ─ y Phoenix le devolvió el gesto. Dejó el contenido de su boca en la mano de su ama. Truco que había aprendido casi por causalidad, o necesidad. Porque algunas veces, era él quier proveía de alimento a la asiática.
─ Gracias.
No lo dijo a su gato, sino al hombre, quien se dignó a realizar aquel gesto tan amable.
─ Si me permite, en mi mochila tengo munición. Puedo pagarle. Y... tenga cuidado hay un grupo de personas cerca. Tal vez a unos 25 minutos de aquí.
Gran detalle a destacar. Si bien la mujer imponía presencia, fuerza y sutileza ─ si es que tal combinación es posible ─ también tenía un aspecto lamentable. Los calcetines sucios en barro, al igual que los vaqueros rotos y no porque sea la moda del momento. El abrigo que traía puesto era por lejos varias tallas más de lo que debería corresponder, lo que la obligó a cortar el largo de los brazos para poder sacar las manos.
Se mantuvo de pie. Observando al hombre, sin pestañear. Sin representar una amenaza. Aguardando. Intentando confiar... una vez más.
Muy lentamente fue moviéndose y avanzando hacia donde Salem se había dirigido. Su gato era el mejor delator de intrusos, de muertos vivientes, de alimento y de un fin de situaciones de las que sin su ayuda, probablemente no se encontrara con vida en ese momento.
Fueron alrededor de diez minutos los que tardó en oír el maullido de su compañero. Ya conocía ese sonido. Era por comida. No siempre podían comer lo mismo, pero a estas alturas estaba dispuesta a comer lo que sea aunque no se encontrara en buen estado.
A pasos lentos y cuidadosos se fue acercando hasta poder verlo. Estaba socializando, con un extraño. Salem reconocía a las personas con buenas intenciones, lo que no significaba que esas personas tuvieran esas mismas intenciones con ella. Debía tener cuidado.
Estaba cansada de tener cuidado todo el tiempo.
Se acercó lo suficiente, sin prisas, hasta estar a la vista del hombre. Mantuvo el machete bajo, en un ángulo inofensivo, diciendo sin hablar que realmente no quería problemas.
Salem se acercó a su ama, con entusiasmo, extendiendo la pata diestra ─ sí, su gato era diestro ─ y Phoenix le devolvió el gesto. Dejó el contenido de su boca en la mano de su ama. Truco que había aprendido casi por causalidad, o necesidad. Porque algunas veces, era él quier proveía de alimento a la asiática.
─ Gracias.
No lo dijo a su gato, sino al hombre, quien se dignó a realizar aquel gesto tan amable.
─ Si me permite, en mi mochila tengo munición. Puedo pagarle. Y... tenga cuidado hay un grupo de personas cerca. Tal vez a unos 25 minutos de aquí.
Gran detalle a destacar. Si bien la mujer imponía presencia, fuerza y sutileza ─ si es que tal combinación es posible ─ también tenía un aspecto lamentable. Los calcetines sucios en barro, al igual que los vaqueros rotos y no porque sea la moda del momento. El abrigo que traía puesto era por lejos varias tallas más de lo que debería corresponder, lo que la obligó a cortar el largo de los brazos para poder sacar las manos.
Se mantuvo de pie. Observando al hombre, sin pestañear. Sin representar una amenaza. Aguardando. Intentando confiar... una vez más.
A veces uno no podía evitar quién era y está vez Matt no trato de esconderlo, solo estaba el gato y no había nada de malo con darle un poco de comida, aunque no estaba muy lleno de cosas, estaba seguro que no lo dejaría sin comida. Aunque el hecho que estuviera maullando no ayudaba mucho, los zombies solían ser atraídos por el ruido en general - seria bueno que guardarás silencio o podrías traernos problemas- dijo antes de dejarle algo de comida y verlo tomarla.
El problema fue que rápidamente escucho un nuevo ruido y entonces tomo su arma y apunto, esperaba que apareciera algún caminante o algo peor pero la figura de una mujer apareció y el levantó una ceja, el hecho que fuera mujer no la hacía ni de cerca confiable, porque había aprendido a la mala que nunca sabías en quién podías confiar y en quien no.
Dejó que se acercara lentamente pero no dejó de apuntarla, incluso cuando vio lo que hacía el animal - parece que tienes un aliado- murmuró Matthew pero aún así era algo incrédulo. Sabía que ella le estaba hablando pero el negó -no es necesario, parecía algo hambriento- recorrió con la mirada a la mujer y respiro lentamente hasta notar que estaba descalza -¿Quieres un poco?- hizo un gesto con su rostro señalando la lata y bajo lentamente el arma.
Miro hacia adelante como si pudiera ver a las personas a lo lejos y suspiró -probablemente lo mejor sea marcharnos- porque aunque tenía algunas armas, no era estúpido y no buscaba problemas solo porque si. Puso el arma en su pistolera y se relajo para ir a buscar su mochila -que dices? Vienes conmigo?- comenzó a mover las etapas para dejar a la vista su motocicleta
El problema fue que rápidamente escucho un nuevo ruido y entonces tomo su arma y apunto, esperaba que apareciera algún caminante o algo peor pero la figura de una mujer apareció y el levantó una ceja, el hecho que fuera mujer no la hacía ni de cerca confiable, porque había aprendido a la mala que nunca sabías en quién podías confiar y en quien no.
Dejó que se acercara lentamente pero no dejó de apuntarla, incluso cuando vio lo que hacía el animal - parece que tienes un aliado- murmuró Matthew pero aún así era algo incrédulo. Sabía que ella le estaba hablando pero el negó -no es necesario, parecía algo hambriento- recorrió con la mirada a la mujer y respiro lentamente hasta notar que estaba descalza -¿Quieres un poco?- hizo un gesto con su rostro señalando la lata y bajo lentamente el arma.
Miro hacia adelante como si pudiera ver a las personas a lo lejos y suspiró -probablemente lo mejor sea marcharnos- porque aunque tenía algunas armas, no era estúpido y no buscaba problemas solo porque si. Puso el arma en su pistolera y se relajo para ir a buscar su mochila -que dices? Vienes conmigo?- comenzó a mover las etapas para dejar a la vista su motocicleta
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Comida. Claro que quería comida. Algo tenía ella, en su mochila, por lo que no le pareció prudente aceptar. Negó ligeramente con la cabeza y rechazó con cortesía el ofrecimiento.
─ Por ahora estoy bien.
Lo miró a los ojos un instante mientras él observaba hacia el sitio donde estaba el grupo de personas salvajes. Sabía que no debía juzgar por las apariencias. Más cuando a veces ni uno mismo sabe de lo que es capaz en situaciones extremas como aquella.
─ Sí. Hay que alejarse de ellos. Tienen armas.
Dejó que Salem terminara de comer aquello que dejó en su mano. La propuesta del hombre la sorprendió. Pocas personas le habían preguntado aquello.
─ Si no te molesta, voy contigo.
Más sorprendida estaba al ver la motocicleta. Por un instante se visualizó caminando con el hombre hacia un sitio incierto pero contrario al del peligro. Hacía mucho no veía a alguien con un vehículo. De hecho, el hombre se veía saludable, al menos esa era su perspectiva en ese momento. Era evidente que estaba pasando una mejor racha que ella.
─ Hace demasiado que no me subo a un vehículo.
Dejó escapar una leve sonrisa. O un gesto de esperanza, mejor dicho. Comenzaba a emocionarse por haber encontrado a alguien con vida, a alguien dispuesto a ayudar, que no se quisiera comer a su gato y aparentemente en mejor estado que ella.
─ En serio, tienes un arma, yo unas pocas balas. Y me estás ayudando. Deberías aceptarlas.
Se acercó con cuidado al hombre, ahora sí estaba a su alcance por quería hacerle daño. De nuevo, decidió confiar.
─ Soy Phoenix.
Se presentó.
─ Por ahora estoy bien.
Lo miró a los ojos un instante mientras él observaba hacia el sitio donde estaba el grupo de personas salvajes. Sabía que no debía juzgar por las apariencias. Más cuando a veces ni uno mismo sabe de lo que es capaz en situaciones extremas como aquella.
─ Sí. Hay que alejarse de ellos. Tienen armas.
Dejó que Salem terminara de comer aquello que dejó en su mano. La propuesta del hombre la sorprendió. Pocas personas le habían preguntado aquello.
─ Si no te molesta, voy contigo.
Más sorprendida estaba al ver la motocicleta. Por un instante se visualizó caminando con el hombre hacia un sitio incierto pero contrario al del peligro. Hacía mucho no veía a alguien con un vehículo. De hecho, el hombre se veía saludable, al menos esa era su perspectiva en ese momento. Era evidente que estaba pasando una mejor racha que ella.
─ Hace demasiado que no me subo a un vehículo.
Dejó escapar una leve sonrisa. O un gesto de esperanza, mejor dicho. Comenzaba a emocionarse por haber encontrado a alguien con vida, a alguien dispuesto a ayudar, que no se quisiera comer a su gato y aparentemente en mejor estado que ella.
─ En serio, tienes un arma, yo unas pocas balas. Y me estás ayudando. Deberías aceptarlas.
Se acercó con cuidado al hombre, ahora sí estaba a su alcance por quería hacerle daño. De nuevo, decidió confiar.
─ Soy Phoenix.
Se presentó.
La forma en la que la miro le dijo que ella estaba hambrienta pero entendía muy a la perfección el hecho de que ellos no se conocían y lo más prudente es que ella no aceptará la comida que el le ofrecía de buenas a primeras. De cualquier manera seguramente más tarde volvería a intentarlo, el cambio el gato parecía muy agradecido con lo que el le ha Is dado, quizás al menos uno de los dos se iría con el estómago lleno, de ella dependía que solo fuera el gato.
La advertencia que le había dado lo hizo suspirar, había tenido la esperanza de poder descansar con tranquilidad pero sí ha Is un grupo de carroñeros tan cerca, no era bueno que se mantuviera allí. La mujer le había advertido, así que lo menos que podía hacer era sacarla de allí, sobre todo porque había notado que ella lo llevaba zapatos. Incluso pensó que deberían acercarse a algún pueblo, seguramente para buscarle un nuevo par de zapatos a la chica.
Movió las ramas y hojas que había puesto para tapar su motocicleta y comenzó a guardar todo porque tenían que salir de allí. Lo bueno es que la chica parecía haber entendido que lo mejor era que se marcharán en ese momento -Supongo que tendrás que meter a tu gato a la mochila ¿Esta acostumbrado a eso? - porque era algo complicado llevar a un gato en una motocicleta.
La miro cuando dijo que hacía mucho que no se subía a algo como eso -bueno, la verdad es un poco difícil encontrar gasolina pero las motocicletas no consumen mucho- miré mí mochila y dije -¿Quieres meter al gato ahí? Puedes dejarle la cabeza afuera pero asegúrate de que se quede quieto, no queremos que salte de la motocicleta y se lastime- porque si, Matt era un santo en ese aspecto pero lo era más con los animales, ellos eran los únicos que importaban y eran realmente inocentes.
Estiró su mano y tomo la de ella -Matthew- se presentó con tranquilidad y se subió a la motocicleta para que ella lo hiciera detrás con el gato en la mochila -quizas deberíamos buscar un pueblo para buscarte zapatos y alguna mochila donde puedas llevar tus cosas e incluso a tu gato- porque habían momentos donde eso era necesario
La advertencia que le había dado lo hizo suspirar, había tenido la esperanza de poder descansar con tranquilidad pero sí ha Is un grupo de carroñeros tan cerca, no era bueno que se mantuviera allí. La mujer le había advertido, así que lo menos que podía hacer era sacarla de allí, sobre todo porque había notado que ella lo llevaba zapatos. Incluso pensó que deberían acercarse a algún pueblo, seguramente para buscarle un nuevo par de zapatos a la chica.
Movió las ramas y hojas que había puesto para tapar su motocicleta y comenzó a guardar todo porque tenían que salir de allí. Lo bueno es que la chica parecía haber entendido que lo mejor era que se marcharán en ese momento -Supongo que tendrás que meter a tu gato a la mochila ¿Esta acostumbrado a eso? - porque era algo complicado llevar a un gato en una motocicleta.
La miro cuando dijo que hacía mucho que no se subía a algo como eso -bueno, la verdad es un poco difícil encontrar gasolina pero las motocicletas no consumen mucho- miré mí mochila y dije -¿Quieres meter al gato ahí? Puedes dejarle la cabeza afuera pero asegúrate de que se quede quieto, no queremos que salte de la motocicleta y se lastime- porque si, Matt era un santo en ese aspecto pero lo era más con los animales, ellos eran los únicos que importaban y eran realmente inocentes.
Estiró su mano y tomo la de ella -Matthew- se presentó con tranquilidad y se subió a la motocicleta para que ella lo hiciera detrás con el gato en la mochila -quizas deberíamos buscar un pueblo para buscarte zapatos y alguna mochila donde puedas llevar tus cosas e incluso a tu gato- porque habían momentos donde eso era necesario
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Meter a Salem en una mochila era una excelente idea y a su vez tenía sus percances. Siempre pensó en que él debía permanecer suelto y libre por si algo le llegaba a suceder. Phoenix temía dejarlo atrapado. Es por eso que siempre lo guardaba en su abrigo o debajo de su ropa. Solo que jamás se había subido a una motocicleta con el gato, era algo que podía generarle demasiado estrés.
─ Nunca lo metí en una mochila. Igual, siempre hay una primera vez. Será lo mejor.
Volviendo a la motocicleta. Le hacía mucha ilusión subirse y sentir el aire golpear su rostro. También tenía que estar atenta a que Salem no se mueva demasiado.
─ No conozco mucho la zona. Si dices que hay un pueblo cerca, estará bien por mi.
Ya estaba lista para partir, no demoró mucho en estarlo. Tenía sus cosas a mano. Era solo subir. No sin antes convencer al gato de meterse en la mochila. Por alguna razón accedió más rápido de lo que imaginó. Ya lo conoció siendo un gato adulto, así que supuso que ya había hecho algo así antes.
La mochila la mantuvo en su pecho, con las correas bien sujetas a sus hombros para evitar accidentes. No le dejó espacio suficiente para sacar la cabeza. Con que hubiera un agujero para que respire le pareció suficiente.
─ Estamos listos, Matthew. Me sostendré de ti, si no te molesta. Agradezco que te preocupes por mí, pero mejor primero dejemos este lugar. Estos tipos pueden aparecer en cualquier momento.
Le hubiese gustado poder verles las caras, para identificarlos luego si es que se encontraban con alguno de ellos más adelante. Cerró los ojos un momento. Las voces y el sonido que hacían al caminar, eso lo recordaba bien.
Dejó que Matthew decidiera el lugar donde irían.
─ Nunca lo metí en una mochila. Igual, siempre hay una primera vez. Será lo mejor.
Volviendo a la motocicleta. Le hacía mucha ilusión subirse y sentir el aire golpear su rostro. También tenía que estar atenta a que Salem no se mueva demasiado.
─ No conozco mucho la zona. Si dices que hay un pueblo cerca, estará bien por mi.
Ya estaba lista para partir, no demoró mucho en estarlo. Tenía sus cosas a mano. Era solo subir. No sin antes convencer al gato de meterse en la mochila. Por alguna razón accedió más rápido de lo que imaginó. Ya lo conoció siendo un gato adulto, así que supuso que ya había hecho algo así antes.
La mochila la mantuvo en su pecho, con las correas bien sujetas a sus hombros para evitar accidentes. No le dejó espacio suficiente para sacar la cabeza. Con que hubiera un agujero para que respire le pareció suficiente.
─ Estamos listos, Matthew. Me sostendré de ti, si no te molesta. Agradezco que te preocupes por mí, pero mejor primero dejemos este lugar. Estos tipos pueden aparecer en cualquier momento.
Le hubiese gustado poder verles las caras, para identificarlos luego si es que se encontraban con alguno de ellos más adelante. Cerró los ojos un momento. Las voces y el sonido que hacían al caminar, eso lo recordaba bien.
Dejó que Matthew decidiera el lugar donde irían.
Bueno, lo de meterlo en una mochila era más una necesidad que un simple paseó, porque tenía muchas dudas que el animal simplemente se dejará llevar en brazos mientras la motocicleta se movía. Miro a la mujer cuando está admitió que jamás lo había metido en un bolso y supuso que ella siempre se movía a pie, quizás por eso en ese momento le faltaba algo en los pies. Matt respiro lentamente -vas a tener que intentarlo, no creo que podamos llevarlo en brazos y probablemente no quieras que se lastime si intenta saltar en movimiento- dijo mientras ponía la mochila cerca de ella.
Matthew movió la motocicleta mientras ella acomodaba al gato y la escucho hablar del lugar en donde estaban -bueno, yo tampoco conozco mucho pero se por donde he venido, hace poco pase un pueblo y quizás allí podamos conseguir algunas cosas que necesitas- le dijo para luego mirar sus pies, puede que Matt haya decidido vivir solo pero eso no significaba que de vez en cuando no hiciera algo bueno por las personas, como en ese momento.
Una vez que la vio preparada, se subió a la motocicleta y espero que ella también lo hiciera, la verdad es que no tenía una mierda de ganas de encontrarse con carroñeros así que lo mejor era que se fueran de allí. - llamame Matt- le dijo mirándola y luego arranco -y no te preocupes. No me voy a asustar porqué me toques- dijo con tranquilidad y algo de humor.
Una vez que ella se sujetó, se pusieron en movimiento hasta la carretera donde el mismo había llegado hasta ahí, lo primero era el pueblo, luego se vería, quizás cada quien seguiría por su camino. En realidad no importaba, gracias a Ashley y Atlanta. El había aprendido que no debía encariñarse mucho con nadie.
Luego de unos veinticinco minutos conduciendo, llegaron a la entrada de un pueblo que parecía tranquilo -creo que deberíamos buscar un lugar donde pasar la noche y en la mañana con luz podríamos recorrer el pueblo- porque era más fácil defender con luz. Señaló la gasolinera en la entrada del pueblo -probablemente ya fue saqueada pero eso podría significar que tampoco tiene zombie -
Matthew movió la motocicleta mientras ella acomodaba al gato y la escucho hablar del lugar en donde estaban -bueno, yo tampoco conozco mucho pero se por donde he venido, hace poco pase un pueblo y quizás allí podamos conseguir algunas cosas que necesitas- le dijo para luego mirar sus pies, puede que Matt haya decidido vivir solo pero eso no significaba que de vez en cuando no hiciera algo bueno por las personas, como en ese momento.
Una vez que la vio preparada, se subió a la motocicleta y espero que ella también lo hiciera, la verdad es que no tenía una mierda de ganas de encontrarse con carroñeros así que lo mejor era que se fueran de allí. - llamame Matt- le dijo mirándola y luego arranco -y no te preocupes. No me voy a asustar porqué me toques- dijo con tranquilidad y algo de humor.
Una vez que ella se sujetó, se pusieron en movimiento hasta la carretera donde el mismo había llegado hasta ahí, lo primero era el pueblo, luego se vería, quizás cada quien seguiría por su camino. En realidad no importaba, gracias a Ashley y Atlanta. El había aprendido que no debía encariñarse mucho con nadie.
Luego de unos veinticinco minutos conduciendo, llegaron a la entrada de un pueblo que parecía tranquilo -creo que deberíamos buscar un lugar donde pasar la noche y en la mañana con luz podríamos recorrer el pueblo- porque era más fácil defender con luz. Señaló la gasolinera en la entrada del pueblo -probablemente ya fue saqueada pero eso podría significar que tampoco tiene zombie -
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
No pudo evitar sentir cierta impresión al andar en la motocicleta. Hacía tiempo que no se movía tan rápido. Pensó que sería divertido pero fue un poco más tenso de lo que supuso. Más que nada por estar controlando que nada se le cayera en el camino, en especial Salem. También estuvo observando a ver si había alguien siguiéndolos o si alguna horda se acercaba. En resumidas cuentas, no pudo disfrutar plenamente del viaje. Agradeció cuando éste finalizó y pudo poner los pies en la tierra nuevamente.
─ Sí. Parese saqueado y un poco bandalizado. Aunque no me confiaría. Esas criaturas se mueven y se vuelven a meter en los lugares.
Observó la gasolinera un momento. Parecía de esas donde a toda hora había alguien dentro. En su momento seguro tenía un buen estilo, lindas decoraciones, coloridas. Ahora se encontraba en tonos sepia, con algunos grafitis obcenos y vegetación creciendo en sitios inusuales.
─ Es un buen lugar para quedarse. Habría que cerrar bien las puertas. Aunque lo ideal sería ver si hay algún cuarto de servicio dentro. Así pasaríamos más desapercibidos... Ojalá haya algo útil.
Dejó con cuidado a su gato en el suelo. Éste se encontraba ligeramente molesto, pero conforme por volver a tener autonomía.
Con el machete en mano comenzó a caminar hacia dentro de la gasolinera, cuidando de no pisar vidrios rotos, piedras o cualquier objeto que pudiera lastimarla.
El lugar era más grande de lo que suponía, pese al desorden del saqueo que probablemente tuvo lugar al inicio de la pandemia. Aún había muñecos de felpa, algunos pocos artículos de librería, postales y bastante sangre seca. Debajo de un estante caído parecía haber algo útil. Se agachó para intentar alcanzarlo.
Necesitó utilizar los dos brazos para sacarlo. Era un pack de latas de frutas. Sonrió con genuina alegría al entcontrar comida.
─ Tenemos la cena.
─ Sí. Parese saqueado y un poco bandalizado. Aunque no me confiaría. Esas criaturas se mueven y se vuelven a meter en los lugares.
Observó la gasolinera un momento. Parecía de esas donde a toda hora había alguien dentro. En su momento seguro tenía un buen estilo, lindas decoraciones, coloridas. Ahora se encontraba en tonos sepia, con algunos grafitis obcenos y vegetación creciendo en sitios inusuales.
─ Es un buen lugar para quedarse. Habría que cerrar bien las puertas. Aunque lo ideal sería ver si hay algún cuarto de servicio dentro. Así pasaríamos más desapercibidos... Ojalá haya algo útil.
Dejó con cuidado a su gato en el suelo. Éste se encontraba ligeramente molesto, pero conforme por volver a tener autonomía.
Con el machete en mano comenzó a caminar hacia dentro de la gasolinera, cuidando de no pisar vidrios rotos, piedras o cualquier objeto que pudiera lastimarla.
El lugar era más grande de lo que suponía, pese al desorden del saqueo que probablemente tuvo lugar al inicio de la pandemia. Aún había muñecos de felpa, algunos pocos artículos de librería, postales y bastante sangre seca. Debajo de un estante caído parecía haber algo útil. Se agachó para intentar alcanzarlo.
Necesitó utilizar los dos brazos para sacarlo. Era un pack de latas de frutas. Sonrió con genuina alegría al entcontrar comida.
─ Tenemos la cena.
El miembro 'Phoenix Hemmer' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'¿Qué hay ahí?' :
Resultados :
'¿Qué hay ahí?' :
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Una vez que estuvieron lejos de todo los problemas o al menos es lo que por ahora creían. Matt escondió la motocicleta detrás de la gasolinera y porque tampoco tenía interés que alguien se la llevará con todo lo que le había costado encontrar una motocicleta tan perfecta para el. La mujer tenía razón, claro estaba que los zombies podían volver a entrar a un lugar pero hasta donde sabía estos no tenían idea de cómo abrir puestas, así que si había algo ahí adentro tendrían que descubrirlo por ellos mismos.
Matt saco su arma y se encaminó a la puerta. Tiro de ella y está rechino cuando se abrió, al parecer hacía mucho tiempo que nadie pasaba por allí lo que le dio buena señal. No había un olor especial a podrido así que eso quería decir que no habían cadáveres, no estaba seguro si era muy bueno pero los zombies también solían tener un olor asqueroso y no podía detectarlo así de rápido
Ella entró detrás de él y ambos pudieron notar que había más espacio del que habían pensado -lo mejor es no intentar encender luces para no llamar la atención- lo que significaba que tenían que arreglárselas con las penumbras que entraban desde afuera.
Ella había comenzado a buscar algo que sirviera y el hizo lo mismo. Al parecer ella había encontrado algo con liquido pero el en cambio encontró todo deshidratado -bueno, esto parece prometedor pero vamos a necesitar agua caliente- lo mejor es que esperaran a que fuera de día para poder prender un poco de fuego y calentar agua.
Una vez que parecía que no había nada más que se moviera que no fueran ellos y el gato, Matt se sentó en el suelo y dijo -bien, parece que tenemos un rato antes de poder salir a buscarte zapatos. ¿Cómo llegaste allí sola y descalza?- pregunto porque no había nada mejor que hacer
Matt saco su arma y se encaminó a la puerta. Tiro de ella y está rechino cuando se abrió, al parecer hacía mucho tiempo que nadie pasaba por allí lo que le dio buena señal. No había un olor especial a podrido así que eso quería decir que no habían cadáveres, no estaba seguro si era muy bueno pero los zombies también solían tener un olor asqueroso y no podía detectarlo así de rápido
Ella entró detrás de él y ambos pudieron notar que había más espacio del que habían pensado -lo mejor es no intentar encender luces para no llamar la atención- lo que significaba que tenían que arreglárselas con las penumbras que entraban desde afuera.
Ella había comenzado a buscar algo que sirviera y el hizo lo mismo. Al parecer ella había encontrado algo con liquido pero el en cambio encontró todo deshidratado -bueno, esto parece prometedor pero vamos a necesitar agua caliente- lo mejor es que esperaran a que fuera de día para poder prender un poco de fuego y calentar agua.
Una vez que parecía que no había nada más que se moviera que no fueran ellos y el gato, Matt se sentó en el suelo y dijo -bien, parece que tenemos un rato antes de poder salir a buscarte zapatos. ¿Cómo llegaste allí sola y descalza?- pregunto porque no había nada mejor que hacer
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
El miembro 'Matthew Kowalski' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'¿Qué hay ahí?' :
Resultados :
'¿Qué hay ahí?' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
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» Fight for Freedom | Confirmación afiliación élite
Hoy a las 01:04 por Agent 4.0
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» Navidades locas entre arena y zombies [Abigail Roth]
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