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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Así comienzan las películas de miedo [Keira D.]
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Uno de Mayo de 2016
Algún lugar de Kansas
Algún lugar de Kansas
Era media tarde cuando Abby decidió alejarse un poco y pasear sola por aquellos bosques. Tenía la necesidad de despejar su mente y de estirar las piernas tras estar un buen rato sentada en el pequeño campamento que había improvisado en mitad de la nada, igual no era lo más oportuno dejarlo solo, pero... Caminaba entre los árboles armada tan solo con su vieja cámara de fotos. Un par de pájaros en unas ramas, las hojas del suelo, un par de árboles, los detalles de la madera de estos... Hasta que en su visor apareció algo que se salía del paisaje natural.
Se había pasado los últimos meses refugiada en un viejo y pequeño hotel de montaña y ahora que llegaba el buen tiempo por fin podía bajar hacia las ciudades. La nieve y la distancia habían evitado que descendiera. Además de que aquel lugar había contado con provisiones para sobrevivir al invierno. Ahora lo poco que quedaba le cabía en la mochila. Su trayecto estaba durando varios días, pero aprovechando que había encontrado una tienda de campañas y más cosas de acampada se armó de valor para continuar con el trayecto a pie. Pues para ir contaba con una vieja camioneta que ya ni arrancaba.
Ahora, en su pequeño paseo. Al fondo, entre las ramas de los árboles y otros arbustos, Abby podía distinguir algo más. Comenzó a acercarse con mucha cautela, hasta quedar en el límite del claro. Se trataba de una casa, una que parecía mantenerse a duras penas en pie, pero que aún seguía allí. La morena alzó la cámara de fotos y sacó una imagen de esta casa que tanto llamaba su atención: era antigua, se veía siniestra y la vegetación había comenzado a adueñarse de ella. La hiedra recorría paredes, tapaba incluso media ventana de la parte superior y parecía que una entera de la inferior.
Abigail salió de entre los arbustos como mejor pudo, a punto estuvo de tropezar con una de las raíces en el suelo, pero logró guardar el equilibrio. Se rió tontamente y miró a su alrededor. El lugar parecía estar desierto. Así que dejó la cámara colgando de su cuello, tapó el objetivo con el protector y avanzó a paso lento pero firme hacia las puertas. Estas eran de madera y aún se conservaban en la entrada de la vivienda, no en muy buen estado, pero aguantaban. El porche era de piedra y madera, la mayoría de esta apenas se veía, ya que la hiedra se había adueñado de la mayoría de su superficie.
Abigail se acercó a las puertas, una de las dos hojas estaba entreabierta, por lo que observó el interior de la vivienda: estaba totalmente a oscuras. Sentía cierto temor a entrar, pero a su vez creía que podría ser una buena oportunidad para encontrar algo interesante o incluso para refugiarse en aquel lugar durante esa noche, en vez de al raso. Se armó de valor y empujó con mucho cuidado la pesada hoja de madera, dejando que la luz iluminase y descuidado y antiguo hall.
Se adentró lentamente en él, era un largo pasillo con puertas y unas escaleras a un lado. Al final, el pasillo se abría en una habitación que parecía mucho mejor iluminada, con la luz natural que entraba de las ventanas. Tenía toda la pinta de que aquello fuera el salón de la casa. Abby lo miraba todo, desde la escaleras que no parecían tener fin hasta los cuadros colgados en las pared. Su corazón latía con más fuerza, estaba nerviosa, o tal vez y mejor dicho: asustada. Se adentró por el pasillo hasta la última habitación y efectivamente, se trataba de un salón, todo adornado con una estética muy recargada que imitaba los salones típicos de la época victoriana. Abby se dio cuenta en aquel momento de que quería marcharse de allí, tenía miedo, había algo en el lugar que no le gustaba, así que se giró para marcharse, pero en aquel momento veía como la puerta de la entrada se cerraba sola de un golpe, tal vez producto del viento. Igualmente a Abby el corazón le dio un vuelco en el interior del pecho y a punto estuvo de gritar, de no ser porque estaba tan asustada incluso, como para ello.
- Gracias:
Se había cansado de estar en ese bosque pero para su mala suerte se había perdido, al menos podía saber en qué día estaba y en qué mes porque sí; había estado en el claro del bosque desde finales de enero. “Ser nómada no es nada fácil...” se dijo mordiendo su labio inferior conforme avanzaba por el bosque, tenía un arma pero no tenía balas y necesitaba encontrar munición pero ¿dónde? “Tengo que ir a algún pueblo cercano y abordar una comisaría” se dijo observando el lugar e iba apartando, con sus manos, alguna rama.
Se iba a dar por vencida cuando vio una casa, parecía vieja y antigua; frunció el ceño mientras iba hacia allí por lo que estando alerta y sacando su pistola, sin munición, se encaminó hacia el porche. Entró en el lugar para así poder cerciorarse de que no había caminantes por ningún lado, mordiendo su labio inferior se encaminó hacia una alacena que había allí y entró cerrando la puerta detrás de ella para rebuscar lo que fuera.
—Bingo —murmuró al ver unas chocolatinas en la estanterías pero arqueó una ceja al ver dos latas para perros, se encogió de hombros y guardó todo en su mochila justo en el mismo instante que la puerta de entrada se cerró de golpe.
Sin pensarlo mucho salió de la alacena luego de coger su mochila y ponérsela en el hombro para apuntar hacia la puerta, caminó cinco pasos más y pudo ver de reojo en la zona de lo que sería la sala a una persona; se quedó estática pero decidió apuntar hacia allí de forma automática.
—¿Quién eres? —sentenció la joven entre asustada y algo alterada, sí... Estaba asustada y era normal.
Se iba a dar por vencida cuando vio una casa, parecía vieja y antigua; frunció el ceño mientras iba hacia allí por lo que estando alerta y sacando su pistola, sin munición, se encaminó hacia el porche. Entró en el lugar para así poder cerciorarse de que no había caminantes por ningún lado, mordiendo su labio inferior se encaminó hacia una alacena que había allí y entró cerrando la puerta detrás de ella para rebuscar lo que fuera.
—Bingo —murmuró al ver unas chocolatinas en la estanterías pero arqueó una ceja al ver dos latas para perros, se encogió de hombros y guardó todo en su mochila justo en el mismo instante que la puerta de entrada se cerró de golpe.
Sin pensarlo mucho salió de la alacena luego de coger su mochila y ponérsela en el hombro para apuntar hacia la puerta, caminó cinco pasos más y pudo ver de reojo en la zona de lo que sería la sala a una persona; se quedó estática pero decidió apuntar hacia allí de forma automática.
—¿Quién eres? —sentenció la joven entre asustada y algo alterada, sí... Estaba asustada y era normal.
El miembro 'Keira Dumont' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'¿Qué hay ahí?' :
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Abby se quedó quieta un momento que para ella fue crucial. El ruido atraía a aquellos seres, así que estaba totalmente segura de que si había "algo" más en la casa no tardaría en ir a por ella. Lo más apropiado no sería seguramente quedarse allí de pie como estaba haciendo, pero es que Abby nunca fue muy lógica, al menos no como la gente normal y corriente. Para colmo, ni se había preocupado siquiera en cargar con sus útiles de defensa, dejó todo atrás en el campamento menos su preciada cámara, así que si aparecía un zombie se las tendría que ingeniar y seguro que el flash no les asustaba. Tampoco se le ocurriría usar su nikon como arma arrojadiza, antes se lanzaba ella misma a golpear al no muerto que poder arriesgarse a romper su única cámara. Echaba de menos los modelos que dejó atrás en su piso, pero la D80 era la única que le había quedado cuando comenzó todo, la que llevaba en Nueva York y la que había sobrevivido al fin junto a ella. Esta era como una extensión de su brazo, la llevaba a todas partes consigo. Pero movió la cabeza hacia los lados, negando y alejando aquellos pensamientos.
— ¡Joder! — fue imposible no alzar la voz, sí que no estaba sola, pero no acompañada tampoco de lo que creía. Lo último que esperaba era encontrarse a alguien más con vida. Abby dejó caer la cámara que quedó colgando de su cuello, golpeando ligeramente su pecho cuando alzó ambas manos. — Cuidado con eso, por favor — susurró manteniendo la calma. No era la primera vez que la apuntaban con un arma.
— Soy Abby — dijo tragando salíva. — Era fotógrafa — aunque tenía las manos alzadas se permitió bajar un dedo para señalar la cámara. — No hay mucho más que contar, simplemente sobrevivo como puedo — añadió. — No busco problemas, si quieres llevarte mis cosas adelante, he improvisado un campamento no muy lejos de aquí, no tengo mucha comida, ni tampoco armas, pero puede ser tuyo y me iré por otro lado — y sí, salía a la luz la persona que siempre fue. La fotógrafa prudente que no le importaba perderse por los lugares más peligrosos. Sabía tratar con la gente, siempre había sido así... ahora, en el fin del mundo, no había mucha diferencia a cuando trabajaba en lugares como Kabul o Damasco.
— ¡Joder! — fue imposible no alzar la voz, sí que no estaba sola, pero no acompañada tampoco de lo que creía. Lo último que esperaba era encontrarse a alguien más con vida. Abby dejó caer la cámara que quedó colgando de su cuello, golpeando ligeramente su pecho cuando alzó ambas manos. — Cuidado con eso, por favor — susurró manteniendo la calma. No era la primera vez que la apuntaban con un arma.
— Soy Abby — dijo tragando salíva. — Era fotógrafa — aunque tenía las manos alzadas se permitió bajar un dedo para señalar la cámara. — No hay mucho más que contar, simplemente sobrevivo como puedo — añadió. — No busco problemas, si quieres llevarte mis cosas adelante, he improvisado un campamento no muy lejos de aquí, no tengo mucha comida, ni tampoco armas, pero puede ser tuyo y me iré por otro lado — y sí, salía a la luz la persona que siempre fue. La fotógrafa prudente que no le importaba perderse por los lugares más peligrosos. Sabía tratar con la gente, siempre había sido así... ahora, en el fin del mundo, no había mucha diferencia a cuando trabajaba en lugares como Kabul o Damasco.
- Gracias:
Seguía apuntando a la chica, el rostro de Keira no era amigable y podía notarse, pues no tenía pensamiento de dejar de apuntarla con la pistola; a pesar de que no tenía munición. Dio dos pasos hacia ella observando, de reojo, todo el lugar pues estaba buscando a alguien más; reconocía que era muy desconfiada pero estaba claro que sabía porqué lo hacía, ya había tenido emboscadas en alguna que otra ocasión y al no tener armas con munición ni nada para defenderse era lo que le quedaba.
—Tampoco busco problemas, simplemente me estoy asegurando de que no eres una de ellos —dijo con simpleza aunque con autoridad, esa parte de haber sido policía nunca lo había dejado de lado. Siguió caminando hacia la chica atenta a todos sus movimientos y una vez estuvo delante de esta, con su mirada, buscó algún arma que pudiera tener escondida.
Una mueca se hizo presente en el rostro de Keira, estaba claro que la chica no llevaba armas por lo que con más seguridad guardó su arma pero dejando una distancia prudencial y sin apartar su mirada de la contraria.
—Soy Keira —dijo finalmente, aunque no sabía si era buena idea el presentarse tan fácilmente; sabía que estaba en busca y captura por los malos pero no podía confirmar que Abby fuera una de ellos, le iba a dar el beneficio de la duda.— Puedes bajar las manos, no te haré nada.
—Tampoco busco problemas, simplemente me estoy asegurando de que no eres una de ellos —dijo con simpleza aunque con autoridad, esa parte de haber sido policía nunca lo había dejado de lado. Siguió caminando hacia la chica atenta a todos sus movimientos y una vez estuvo delante de esta, con su mirada, buscó algún arma que pudiera tener escondida.
Una mueca se hizo presente en el rostro de Keira, estaba claro que la chica no llevaba armas por lo que con más seguridad guardó su arma pero dejando una distancia prudencial y sin apartar su mirada de la contraria.
—Soy Keira —dijo finalmente, aunque no sabía si era buena idea el presentarse tan fácilmente; sabía que estaba en busca y captura por los malos pero no podía confirmar que Abby fuera una de ellos, le iba a dar el beneficio de la duda.— Puedes bajar las manos, no te haré nada.
— Si la vida no era fácil antes, ahora... — susurró la fotógrafa mientras bajaba las manos. A modo de respuesta a Keira, sabía a lo que se refería. — No te preocupes, lo entiendo — se quedó un momento con la mirada fija en la mujer que acababa de conocer. Se la veía fuerte, con coraje y cara de pocos amigos. Como ya había dicho lo entendía.
— Gracias — añadió señalando el arma y que lo había bajado. — Estoy... sola — se arrepintió al momento de decir esas palabras. Se había fijado en que Keira no dejaba de mirar a varios sitios, de reojo, como quien está alarma por si viene alguien más. Abby pensó tarde que igual había metido la pata.
— Mi campamento sigue por ahí, ven, dejé agua hirviendo para preparar té — ¿y por qué no? Se sentía un poco desprotegida de sus cosas y quería regresar lo antes posible, aunque fuera acompañada. Charlar un poco no le haría daño, ¿y qué era lo peor que podía pasar? Abby señaló con la mirada la puerta y comenzó a caminar hacia ella.
— ¿Qué hay de ti, quién eras antes? — se atrevió a preguntar mientras avanzaba hacia afuera. — Venga, no va a pasar nada malo, de verdad, que estoy siendo sincera... — la mujer esperó en la puerta. Le gustaría tomar un taza de té con compañía.
— Gracias — añadió señalando el arma y que lo había bajado. — Estoy... sola — se arrepintió al momento de decir esas palabras. Se había fijado en que Keira no dejaba de mirar a varios sitios, de reojo, como quien está alarma por si viene alguien más. Abby pensó tarde que igual había metido la pata.
— Mi campamento sigue por ahí, ven, dejé agua hirviendo para preparar té — ¿y por qué no? Se sentía un poco desprotegida de sus cosas y quería regresar lo antes posible, aunque fuera acompañada. Charlar un poco no le haría daño, ¿y qué era lo peor que podía pasar? Abby señaló con la mirada la puerta y comenzó a caminar hacia ella.
— ¿Qué hay de ti, quién eras antes? — se atrevió a preguntar mientras avanzaba hacia afuera. — Venga, no va a pasar nada malo, de verdad, que estoy siendo sincera... — la mujer esperó en la puerta. Le gustaría tomar un taza de té con compañía.
- Gracias:
Las señales de alerta de la joven Dumont saltaron al escuchar la frase “estoy sola”, ¿por qué? No era una frase común en alguien que no estaba solo, ya había sufrido emboscadas de ese tipo e incluso de intentar ayudar a algún que otro superviviente pero algo le decía que se podía fiar de la mujer. Sin mucho rechistar cuando la mujer comenzó a caminar, la siguió pero sin dejar de estar alerta.
—Policía, en Nueva York —respondió ante la pregunta saliendo de la casa.— Soy muy desconfiada por ciertas razones.
Y esas razones no las podía decir, ¿Qué pasaba si la mujer la estaba llevando a una trampa? Eso era lo que temía, al estar en busca y captura tenía que tener mucho cuidado con quién se relacionaba y en quién confiaba.
—Policía, en Nueva York —respondió ante la pregunta saliendo de la casa.— Soy muy desconfiada por ciertas razones.
Y esas razones no las podía decir, ¿Qué pasaba si la mujer la estaba llevando a una trampa? Eso era lo que temía, al estar en busca y captura tenía que tener mucho cuidado con quién se relacionaba y en quién confiaba.
— Vaya, tenía que ser un trabajo complejo — comentó Abby mientras avanzaba entre los árboles hacia el campamento. No era gran cosa en realidad. Avanzaron un poco y se encontraron con una pequeña tienda de campaña junto a una hoguera a medio apagar. Había una pequeña sillita plegable junto a la hoguera. Abby había encontrado material de acampada y le vino de bastante utilidad para esos días.
— ¿Quieres? — con cuidado apartó el pequeño cazo del fuego y colocó el té. — No tengo azúcar ni nada para echarle, pero... — tampoco tenía vasos de sobra, solo uno, así que decidió servir el té para ella en la taza y ella bebería del cazo directamente cuando enfriase.
— Siéntate — señaló la silla mientras ella se colocaba a un lado. — ¿Cómo ha ido todo este tiempo? — preguntó.
— ¿Quieres? — con cuidado apartó el pequeño cazo del fuego y colocó el té. — No tengo azúcar ni nada para echarle, pero... — tampoco tenía vasos de sobra, solo uno, así que decidió servir el té para ella en la taza y ella bebería del cazo directamente cuando enfriase.
— Siéntate — señaló la silla mientras ella se colocaba a un lado. — ¿Cómo ha ido todo este tiempo? — preguntó.
- Gracias:
—Lo era —comentó riendo conforme caminaba detrás de Abigail, aún así miraba a los costados pues tenía que seguir alerta.
Nada más llegar al pequeño claro que parecía tener Abi por campamento improvisado, la joven sonrió un poco más; era como el que hizo hacía unos meses atrás antes de irse a Pensilvania, lo cual fue una locura pero no se arrepentía. De lo que sí se arrepentía era de haber dejado a su suerte al hombre que hizo de taxi o parecido con su coche, el cual también quedó atrás.
Al ver la pequeña hoguera la joven, sin pensarlo, se acercó quitándose la mochila y dejándola a un lado para poder poner sus manos, las cuales estaban envueltas con ropa rasgada, por encima del humo para calentarse. Su mirada se alzó al escuchar la voz de Abigail y asintió al ver que la ofrecía té, no le importaba que no llevara azúcar; una vez se sentó sacó de su mochila el tarro de miel y las chocolatinas.
—Tenemos esto —agregó dejando las chocolatinas en su regazo, luego de haber dejado el té a su izquierda.— ¿Tienes alguna cuchara? Podemos poner un poco de miel en el té y comer algo —dijo refiriéndose a las chocolatinas que aunque hubiera cinco podían comer dos cada una y una mitad de la última cada una.
Dejó dos chocolatinas para ella justo al lado de la taza de té y partió la última para estirar su mano hacia Abi con las dos chocolatinas y media, pues era su parte.
—He estado huyendo —respondió.— Estuve por esta zona a principios de año pero volví a Pensilvania, creo y ahora he vuelto —la voz de la joven parecía muy monótona.— Estoy buscando a mi grupo, no sé de ellos desde hace unos cuantos meses y ya estoy pensando en lo peor. ¿Y tú? —puso en su té un poco de miel y le entregó el tarro a la mujer.
Nada más llegar al pequeño claro que parecía tener Abi por campamento improvisado, la joven sonrió un poco más; era como el que hizo hacía unos meses atrás antes de irse a Pensilvania, lo cual fue una locura pero no se arrepentía. De lo que sí se arrepentía era de haber dejado a su suerte al hombre que hizo de taxi o parecido con su coche, el cual también quedó atrás.
Al ver la pequeña hoguera la joven, sin pensarlo, se acercó quitándose la mochila y dejándola a un lado para poder poner sus manos, las cuales estaban envueltas con ropa rasgada, por encima del humo para calentarse. Su mirada se alzó al escuchar la voz de Abigail y asintió al ver que la ofrecía té, no le importaba que no llevara azúcar; una vez se sentó sacó de su mochila el tarro de miel y las chocolatinas.
—Tenemos esto —agregó dejando las chocolatinas en su regazo, luego de haber dejado el té a su izquierda.— ¿Tienes alguna cuchara? Podemos poner un poco de miel en el té y comer algo —dijo refiriéndose a las chocolatinas que aunque hubiera cinco podían comer dos cada una y una mitad de la última cada una.
Dejó dos chocolatinas para ella justo al lado de la taza de té y partió la última para estirar su mano hacia Abi con las dos chocolatinas y media, pues era su parte.
—He estado huyendo —respondió.— Estuve por esta zona a principios de año pero volví a Pensilvania, creo y ahora he vuelto —la voz de la joven parecía muy monótona.— Estoy buscando a mi grupo, no sé de ellos desde hace unos cuantos meses y ya estoy pensando en lo peor. ¿Y tú? —puso en su té un poco de miel y le entregó el tarro a la mujer.
— Eso es mucho mejor que el azúcar — la joven sonrió al ver el tarro de miel y alzó una cucharita para que pudiera echarla en la taza. — Gracias, tenía pensado tomar algo caliente sin más y al final hasta podré comer algo — se mostró realmente agradecida, ya que la comida no era algo que sobrase ahora. — Lo aprecio de veras — abrió una de las chocolatinas para darle un bocado mientras la escuchaba.
— Yo viajaba con alguien también, pero... — su mirada se perdió en el bosque. — No salió bien — volvió a dirigir la mirada hacia ella, en los ojos de Abby se apreciaba pena. Ahora también le buscaba y deseaba no haberse ido, se arrepentía mucho y solo esperaba que estuviera bien. — Yo también lo espero, seguro que tienes suerte... de hecho, no espero menos de una policía de Nueva York... esa jungla creo que te entrena para cualquier cosa — rió al decir aquello, pero la añoranza seguía en su mirada. Ella también había pasado mucho tiempo allí.
Abby se echó un poco de miel en el cazo y la movió incoporándola al té.
— Hacía mucho tiempo que no coincidía con alguien vivo y menos agradable... ya sabes cómo están las cosas — se encogió de hombros. — yo me refugié durante el invierno en un hotel de montaña, un sitio tranquilo y bastante comida, la verdad es que estaba bien — Abby se apartó para mirar si el cazo se había enfriado lo suficiente como para permitirse beber de él y dio un pequeño sorbito.
— Yo diría que... — no acabó la frase, un chasquido entre los árboles hizo que alzase la mirada, en apariencia no se veía nada. Volvió a beber, aprovechando la bebida. — ¿Has oído eso? — preguntó en un susurro y volvió a beber del té. Estaba preocupada, pero también harta de que el fin del mundo siempre le estropease sus momentos y se iba a terminar su té.
— Yo viajaba con alguien también, pero... — su mirada se perdió en el bosque. — No salió bien — volvió a dirigir la mirada hacia ella, en los ojos de Abby se apreciaba pena. Ahora también le buscaba y deseaba no haberse ido, se arrepentía mucho y solo esperaba que estuviera bien. — Yo también lo espero, seguro que tienes suerte... de hecho, no espero menos de una policía de Nueva York... esa jungla creo que te entrena para cualquier cosa — rió al decir aquello, pero la añoranza seguía en su mirada. Ella también había pasado mucho tiempo allí.
Abby se echó un poco de miel en el cazo y la movió incoporándola al té.
— Hacía mucho tiempo que no coincidía con alguien vivo y menos agradable... ya sabes cómo están las cosas — se encogió de hombros. — yo me refugié durante el invierno en un hotel de montaña, un sitio tranquilo y bastante comida, la verdad es que estaba bien — Abby se apartó para mirar si el cazo se había enfriado lo suficiente como para permitirse beber de él y dio un pequeño sorbito.
— Yo diría que... — no acabó la frase, un chasquido entre los árboles hizo que alzase la mirada, en apariencia no se veía nada. Volvió a beber, aprovechando la bebida. — ¿Has oído eso? — preguntó en un susurro y volvió a beber del té. Estaba preocupada, pero también harta de que el fin del mundo siempre le estropease sus momentos y se iba a terminar su té.
- Gracias:
—Pues lo encontré en la casa de antes —comentó con una sonrisa, dio un mordisco a una de las chocolatinas para así dar un sorbo al té.— Suerte... Sí, es lo que más necesito en este momento...
¿Por qué? La suerte no estaba de parte de Keira y todo por ahora estar en busca y captura, si bien algo le decía que no era prioridad iba a tener que ir con pies de plomo; estaba claro que haber matado a algunos soldados de Umbrella para huir de donde la tenían retenida, no era algo de lo que pudiera huir. ¿Qué le pasaría si la llegaran a encerrar?
—¿En serio? —preguntó con curiosidad.— ¿Tuviste que salir a por pro...? —las palabras de Keira se quedaron en el aire al escuchar tanto la pregunta de Abi como el ruido a su espalda.
Se levantó rápidamente de donde estaba sentada dejando la taza a un lado y sacó su pistola apuntando hacia los arbustos, quitó el seguro del arma y caminó lentamente hacia allí; ¿sería un zombie o algún otro depredador? Dio dos pasos más y con decisión estiró su mano para apartar algunas ramas dejando al descubierto a una ardilla, esta al ver a ambas chicas se asustó y salió corriendo.
—Malditas ardillas... —murmuró con frustración.
¿Por qué? La suerte no estaba de parte de Keira y todo por ahora estar en busca y captura, si bien algo le decía que no era prioridad iba a tener que ir con pies de plomo; estaba claro que haber matado a algunos soldados de Umbrella para huir de donde la tenían retenida, no era algo de lo que pudiera huir. ¿Qué le pasaría si la llegaran a encerrar?
—¿En serio? —preguntó con curiosidad.— ¿Tuviste que salir a por pro...? —las palabras de Keira se quedaron en el aire al escuchar tanto la pregunta de Abi como el ruido a su espalda.
Se levantó rápidamente de donde estaba sentada dejando la taza a un lado y sacó su pistola apuntando hacia los arbustos, quitó el seguro del arma y caminó lentamente hacia allí; ¿sería un zombie o algún otro depredador? Dio dos pasos más y con decisión estiró su mano para apartar algunas ramas dejando al descubierto a una ardilla, esta al ver a ambas chicas se asustó y salió corriendo.
—Malditas ardillas... —murmuró con frustración.
Dilema: ¿Es un animal? Si
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PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
— ... — cuando Keira se puso en pie, Abby también lo hizo, estirando su mano hacia el machete que descansaba a un lado de la hoguera. Y al instante se preguntó qué era lo que iba a hacer, sería mejor que dejase a Keira y ella estuviera atenta por si la policía necesitaba ayuda. No dudaría en ir tras ella, al fin y al cabo, durante todo ese tiempo algo había aprendido a hacer. De lo contrario, tal vez no estaría viva.
— Joder, que susto... — Abby respiró volviendo a dejar el machete donde estaba y tomó asiento. — Bueno, eso es mejor que otra cosa — la fotógrafa puso los ojos en blanco y ya más tranquila se dispuso a beber un poco más de té.
— Oye... ¿Te importa si...? — observó a Keira allí sentada mientras alzaba su cámara de fotos. — Tengo por costumbre hacer fotos de todo el mundo que conozco, solo será una, hay una luz bonita — Abby sonrió y colocó la cámara para tomar una instantánea de la mujer, observó a través de la mira, pero todavía no pulsó el botón hasta que escuchara una respuesta afirmativa por parte de ella. Observó a la joven a través de la pequeña mira de la Nikon, componiendo un bonito retrato, ajustando la velocidad del obturador y la apertura de diafragma.
— Joder, que susto... — Abby respiró volviendo a dejar el machete donde estaba y tomó asiento. — Bueno, eso es mejor que otra cosa — la fotógrafa puso los ojos en blanco y ya más tranquila se dispuso a beber un poco más de té.
— Oye... ¿Te importa si...? — observó a Keira allí sentada mientras alzaba su cámara de fotos. — Tengo por costumbre hacer fotos de todo el mundo que conozco, solo será una, hay una luz bonita — Abby sonrió y colocó la cámara para tomar una instantánea de la mujer, observó a través de la mira, pero todavía no pulsó el botón hasta que escuchara una respuesta afirmativa por parte de ella. Observó a la joven a través de la pequeña mira de la Nikon, componiendo un bonito retrato, ajustando la velocidad del obturador y la apertura de diafragma.
- Gracias:
Dejó escapar una risa por la tensión del susto, estaba claro que ese tipo de sus eran habituales pues nadie sabía que iba a aparecer detrás de los arbustos. Guardó la pistola en su mochila luego de darse la vuelta para mirar hacia Abby alzando una ceja nada más escucharla, al ver la cámara apuntar hacia ella sonrió para así retocarse bien el pelo como si fueran a hacerle muchas fotos.
—Claro —respondió asintiendo.— ¿Así estoy bien? —preguntó haciendo una pequeña pose recargando algo de su peso en una de sus piernas y sus brazos estaban a cada lado de su cuerpo pues había puesto sus pulgares donde iba el cinturón que no tenía.
Con una de sus manos se colocó mejor el pelo y miró hacia el objetivo de la cámara con una sonrisa algo escueta pero que podría notarse que estaba sonriendo. Hacía años que no se tomaba ninguna foto y las fotos que ella tenía eran con sus amigos, los cuales aún no sabía donde se encontraban o si en algún momento se reunirían.
—Claro —respondió asintiendo.— ¿Así estoy bien? —preguntó haciendo una pequeña pose recargando algo de su peso en una de sus piernas y sus brazos estaban a cada lado de su cuerpo pues había puesto sus pulgares donde iba el cinturón que no tenía.
Con una de sus manos se colocó mejor el pelo y miró hacia el objetivo de la cámara con una sonrisa algo escueta pero que podría notarse que estaba sonriendo. Hacía años que no se tomaba ninguna foto y las fotos que ella tenía eran con sus amigos, los cuales aún no sabía donde se encontraban o si en algún momento se reunirían.
— Estás perfecta, podrías haber sido modelo o actriz — Abigail sonrió. — Hacía mucho tiempo que no fotografiaba a nadie... al menos con vida — alzó la cámara de fotos y tras preparar los parámetros correspondientes, todo muy rápido, dada su experiencia, pulsó el botón disparador. El obturador se hizo eco en aquel silencio y la fotógrafa sonrió al ver la imagen en la pantalla.
— Preciosa, mira a ver qué te parece — le entregó la cámara a la mujer. — Por favor, con mucho cuidado, lleva mucho trote y años encima... — la expresión de Abby se volvió casi suplicante.
— Antes solía sacar todas mis imágenes, al menos las importantes, las de gente que conocía... y tenía álbumes enteros en casa. Ahora... alguna vez he podido sacar alguna y las pego en un pequeño álbum — Abby se acercó a su mochila y comenzó a rebuscar. — A veces he encontrado alguna impresora en casas que aún tienen luz y cuando la impresora ha funcionado he podido sacar algo — encontró rápidamente el álbum. — Llevo meses sin poder sacar nada nuevo, estuve en un hotel que tenía una buena impresora, pero la tinta pareció secarse... si alguna vez encuentro alguna te colocaré aquí y hablaré de nuestro ataque por ardillas — Abby se echó a reír mientras le pasaba el álbum en cuestión. — Por si quieres verlo... este es el chico con el que viajaba — señaló una foto de él. — Odiaba que le sacara fotos, pero a veces se dejaba — sonrió con cierta pena reflejada en su rostro. — Es militar y sé que está vivo, fíjate en su rostro si le ves... dile que le estoy buscando y... que lo siento — ¿había posibilidad alguna de que eso sucediera? Abby respiró hondo porque se sintió repentinamente muy triste por aquello, tanto que podría haberse echado a llorar, pero contuvo las lágrimas.
— Preciosa, mira a ver qué te parece — le entregó la cámara a la mujer. — Por favor, con mucho cuidado, lleva mucho trote y años encima... — la expresión de Abby se volvió casi suplicante.
— Antes solía sacar todas mis imágenes, al menos las importantes, las de gente que conocía... y tenía álbumes enteros en casa. Ahora... alguna vez he podido sacar alguna y las pego en un pequeño álbum — Abby se acercó a su mochila y comenzó a rebuscar. — A veces he encontrado alguna impresora en casas que aún tienen luz y cuando la impresora ha funcionado he podido sacar algo — encontró rápidamente el álbum. — Llevo meses sin poder sacar nada nuevo, estuve en un hotel que tenía una buena impresora, pero la tinta pareció secarse... si alguna vez encuentro alguna te colocaré aquí y hablaré de nuestro ataque por ardillas — Abby se echó a reír mientras le pasaba el álbum en cuestión. — Por si quieres verlo... este es el chico con el que viajaba — señaló una foto de él. — Odiaba que le sacara fotos, pero a veces se dejaba — sonrió con cierta pena reflejada en su rostro. — Es militar y sé que está vivo, fíjate en su rostro si le ves... dile que le estoy buscando y... que lo siento — ¿había posibilidad alguna de que eso sucediera? Abby respiró hondo porque se sintió repentinamente muy triste por aquello, tanto que podría haberse echado a llorar, pero contuvo las lágrimas.
- Gracias:
Luego de que le sacara las fotos sonrió al escucharla tomando la cámara con sumo cuidado para poder ver el resultado, hacía tiempo que la joven no se sacaba fotos pero habían quedado bastante bien; quitando que ahora se veía más demacrada y sucia pero aún así, había salido bien en estas. Le devolvió la cámara para así poder volver a su sitio observando los movimientos de esta mientras la escuchaba.
—Claro, aunque... No tengo muy buena estima a los militares —dijo casi en un murmuro pero obviamente si veía al hombre le diría lo que Abigail le había dicho mirando la foto de este.— Yo también ando buscando a alguien pero ya dudo si sigue vivo o no... Tenía un grupo pero nos separamos hace unos cuantos meses atrás.
La mirada de la joven Dumont se volvió algo más fría mirando hacia un punto indefinido, recordando todo lo que había pasado esos meses atrás y la vez que los de Umbrella casi la capturaron pero eso no iba a decirlo pues aunque la contraria no tenía pinta de trabajar para ellos debía de tener cuidado.
—Claro, aunque... No tengo muy buena estima a los militares —dijo casi en un murmuro pero obviamente si veía al hombre le diría lo que Abigail le había dicho mirando la foto de este.— Yo también ando buscando a alguien pero ya dudo si sigue vivo o no... Tenía un grupo pero nos separamos hace unos cuantos meses atrás.
La mirada de la joven Dumont se volvió algo más fría mirando hacia un punto indefinido, recordando todo lo que había pasado esos meses atrás y la vez que los de Umbrella casi la capturaron pero eso no iba a decirlo pues aunque la contraria no tenía pinta de trabajar para ellos debía de tener cuidado.
Abby suspiró. Todo el mundo había sido tocado de alguna forma en aquel destrozado mundo.
— Lo siento, espero que tengas suerte y encuentres a esa persona bien — se dispuso a guardar la cámara y el álbum de fotos. — Hoy en día solo nos queda esperanza y... te diré algo más — apuntó la fotógrafa. — Yo sé que él sigo vivo porque bueno, es militar, sabe de esas cosas, se le da bien, lo lleva en la sangre y uhh — hizo un gesto como quien trataba de imitar a un fortachón. Abby se rió en silencio. — Quiero creer que él estará por ahí preguntándose si yo sigo viva: yo que soy un auténtico desastre. Que me despisto la mayor parte de veces con mi cámara y me dedico a ir haciendo fotos por ahí... antes me fui solo con la cámara a inspeccionar esa casa... ¿Me entiendes no? — preguntó. — Yo estoy viva, entonces a quien buscas también puede estarlo — trató de dar ánimos de la única manera que ella sabía o que más bien se le había ocurrido.
Había visto a la joven basta ida, o más bien preocupada. No deseaba darle falsas esperanzas, pero un poco de ilusión no era malo tampoco.
— Lo siento, espero que tengas suerte y encuentres a esa persona bien — se dispuso a guardar la cámara y el álbum de fotos. — Hoy en día solo nos queda esperanza y... te diré algo más — apuntó la fotógrafa. — Yo sé que él sigo vivo porque bueno, es militar, sabe de esas cosas, se le da bien, lo lleva en la sangre y uhh — hizo un gesto como quien trataba de imitar a un fortachón. Abby se rió en silencio. — Quiero creer que él estará por ahí preguntándose si yo sigo viva: yo que soy un auténtico desastre. Que me despisto la mayor parte de veces con mi cámara y me dedico a ir haciendo fotos por ahí... antes me fui solo con la cámara a inspeccionar esa casa... ¿Me entiendes no? — preguntó. — Yo estoy viva, entonces a quien buscas también puede estarlo — trató de dar ánimos de la única manera que ella sabía o que más bien se le había ocurrido.
Había visto a la joven basta ida, o más bien preocupada. No deseaba darle falsas esperanzas, pero un poco de ilusión no era malo tampoco.
- Gracias:
Hizo un leve gesto con su rostro y su mano derecha, estaba claro que su amigo sabía cuidarse pero ¿hasta cuando se podría librar? Sabía que Aiden era fuerte y que podría lograr encontrarle pero no tenía ni idea de por donde empezar a buscarle, pues no tenía pistas ni... Suspiró mirando sus manos mientras escuchaba las palabras de la chica.
—Quisiera decir lo mismo de mi amigo pero no llegó a formarse del todo —comentó alzando la mirada hacia Abby.— Sabe defenderse y usar armas pero no contra lo que esté ahí afuera, ni contra otras personas —eso era más referente a los que se les catalogaba como 'malos', ella no creía que fueran malos pero sí creía que se habían puesto en el 'poder' en muy mal momento.— Tampoco sé donde podría estar en estos momentos, lo único que tengo de él es una fotografía que nos hicimos días antes de que todo pasara.
Recordar ese momento era como recordar una historia pasada, todo eso ya no volvería a estar como antes, la vida en la Tierra se había medio esfumado y ahora únicamente quedaban los que podrían llegar a ser más fuertes y para colmo a ella la estaban buscando.
—Estoy intentando llegar a alguna estación de radio para poder intentar comunicarme con él, no sé si lleve encima una radio pero quiero al menos saber donde se encuentra —dijo.— Pero si te soy sincera, no las tengo todas conmigo.
—Quisiera decir lo mismo de mi amigo pero no llegó a formarse del todo —comentó alzando la mirada hacia Abby.— Sabe defenderse y usar armas pero no contra lo que esté ahí afuera, ni contra otras personas —eso era más referente a los que se les catalogaba como 'malos', ella no creía que fueran malos pero sí creía que se habían puesto en el 'poder' en muy mal momento.— Tampoco sé donde podría estar en estos momentos, lo único que tengo de él es una fotografía que nos hicimos días antes de que todo pasara.
Recordar ese momento era como recordar una historia pasada, todo eso ya no volvería a estar como antes, la vida en la Tierra se había medio esfumado y ahora únicamente quedaban los que podrían llegar a ser más fuertes y para colmo a ella la estaban buscando.
—Estoy intentando llegar a alguna estación de radio para poder intentar comunicarme con él, no sé si lleve encima una radio pero quiero al menos saber donde se encuentra —dijo.— Pero si te soy sincera, no las tengo todas conmigo.
— Bueno, yo tampoco estaba preparada, este mundo te hace ser duro... — Abby suspiró, pensando en lo mucho que había cambiado en los últimos tres años. Seguía siendo la misma persona en muchos aspectos, pero en otros tantos había cambiado notablemente. Se había vuelto mucho más desconfiada con la gente en general, aunque Keira fuera un caso a parte.
— Así que... no lo des por perdido, ¿vale? — la mujer se quedó en silencio durante un rato, escuchando con atención lo que Keira le decía. ¿Una estación de radio? No lo había pensado hasta ahora y podía ser algo sumamente interesante para reencontrarse con él.
— Vamos, hagámoslo juntas — soltó repentinamente tras pensarlo durante un rato. — Podríamos tratar de dejar un mensaje, tal vez lo escuchen y nos ayude ambas — el semblante de Abigail cambió por completo, pareció hasta sonreír. — Deberíamos acercarnos hasta una de las carreteras, tal vez una gasolinera, buscar un mapa... ver dónde narices estamos, localizar una emisora... no será fácil, pero tampoco imposible — sí, definitivamente se estaba animando por momentos. Aquella idea le parecía fantástica, solas podrían hacerlo seguramente, pero juntas sería más sencillo. Sabía que probablemente era una pérdida de tiempo, que era seguro que no lo escucharan, pero no tenían nada mejor que hacer y por intentarlo... ¿No perderían nada? Bueno, no era del todo seguro, se jugarían seguramente la vida, acercarse a una zona así no iba a ser fácil. Había una posibilidad y eso era lo único que tenían que pensar.
— Así que... no lo des por perdido, ¿vale? — la mujer se quedó en silencio durante un rato, escuchando con atención lo que Keira le decía. ¿Una estación de radio? No lo había pensado hasta ahora y podía ser algo sumamente interesante para reencontrarse con él.
— Vamos, hagámoslo juntas — soltó repentinamente tras pensarlo durante un rato. — Podríamos tratar de dejar un mensaje, tal vez lo escuchen y nos ayude ambas — el semblante de Abigail cambió por completo, pareció hasta sonreír. — Deberíamos acercarnos hasta una de las carreteras, tal vez una gasolinera, buscar un mapa... ver dónde narices estamos, localizar una emisora... no será fácil, pero tampoco imposible — sí, definitivamente se estaba animando por momentos. Aquella idea le parecía fantástica, solas podrían hacerlo seguramente, pero juntas sería más sencillo. Sabía que probablemente era una pérdida de tiempo, que era seguro que no lo escucharan, pero no tenían nada mejor que hacer y por intentarlo... ¿No perderían nada? Bueno, no era del todo seguro, se jugarían seguramente la vida, acercarse a una zona así no iba a ser fácil. Había una posibilidad y eso era lo único que tenían que pensar.
- Gracias:
En sí nadie estaba preparado para lo que había pasado, ¿quién en su sano juicio iba a pensar que el mundo iba a irse al garete? Su mirada estaba posada en lo que tenía en la mano cuando escuchó lo que la contraria dijo, fue tan repentino que le hizo alzar la mirada hacia esta con algo de sorpresa. Al ver que el rostro de esta había cambiado de forma repentina, la joven Dumont sonrió levemente inclinando su cabeza observando a Abigail.
Eso le había recordado a lo que dejó atrás, en un almacén justo en el mismo momento en el que los de Umbrella la acorralaron. El vídeo que grabó luego de atacar a las personas que la habían atrapado, esperaba que alguien lo hubiera podido recoger y ver e incluso esperaba que ese fuera Aiden pero sabía que su amigo no estaba por la zona donde había dejado dicha grabación.
—Me parece una gran idea —afirmó notando como un gran peso de encima comenzaba a desaparecer, alzó la mirada hacia el cielo y pudo ver que ya estaba anocheciendo por lo que su mirada volvió hacia su, ahora, compañera.— Creo que sería mejor acampar aquí y ya mañana comenzar nuestra búsqueda, ¿no crees?
Sabía que las noches se volvían peligrosas y aunque por el día lo era también, siendo de noche era mucho peor pues cualquier animal o ser podría atacarlas con bastante facilidad.
Eso le había recordado a lo que dejó atrás, en un almacén justo en el mismo momento en el que los de Umbrella la acorralaron. El vídeo que grabó luego de atacar a las personas que la habían atrapado, esperaba que alguien lo hubiera podido recoger y ver e incluso esperaba que ese fuera Aiden pero sabía que su amigo no estaba por la zona donde había dejado dicha grabación.
—Me parece una gran idea —afirmó notando como un gran peso de encima comenzaba a desaparecer, alzó la mirada hacia el cielo y pudo ver que ya estaba anocheciendo por lo que su mirada volvió hacia su, ahora, compañera.— Creo que sería mejor acampar aquí y ya mañana comenzar nuestra búsqueda, ¿no crees?
Sabía que las noches se volvían peligrosas y aunque por el día lo era también, siendo de noche era mucho peor pues cualquier animal o ser podría atacarlas con bastante facilidad.
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