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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Our past [Matthew Kowalski]
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22 Diciembre 1992
Sonreía y suspiraba dramáticamente, de esa manera alegre e inocente que tan solo un niño puede usar.
-Es tan bonito- dijo alargando las palabras mientras volvía a suspirar. La mirada fija en la foto del embalaje del árbol de navidad aún cerrado.
Podía no estar armado, ni decorado. Pero Mía ya podía verlo en su cabeza y era hermoso.
Esa era su época favorita. Tanto color, luces, decoración… no era para menos a ojos de una niña pequeña. Por no hablar de los ¡regalos! Sonríe con travesura solo de pensarlo, para olvidarlo al momento y centrarse en su hermano.
-Vamos, Matty. Tienes que ayudarme.- era una esperanza, más que una petición. A esa edad todavía intentaba imitarlo, siguiéndolo como un perrito a todos lados e intentando aún que jugara con ella y sus muñecos a tomar el té. Lo último era difícil, pero esperaba que esto no. - Santa va a venir, y tiene que estar todo listo!
Era emocionante para ella, que a pesar de cuanto y cuan seguido se mudaban, aún los encontrara. -Luego podemos hacer galletas- engatuso poniendo ojitos.
El trabajo de su padre lo mantenía bastante tiempo fuera, por lo que Mía era una lapa para su madre y hermano al llegar a un lugar nuevo. Era un cambio que no era difícil, cuando su hermano estaba allí siempre. El era grande y listo, aunque no lo iba a decir en voz alta. Nunca.
-Rápido. A papá le va a encantar.
-Es tan bonito- dijo alargando las palabras mientras volvía a suspirar. La mirada fija en la foto del embalaje del árbol de navidad aún cerrado.
Podía no estar armado, ni decorado. Pero Mía ya podía verlo en su cabeza y era hermoso.
Esa era su época favorita. Tanto color, luces, decoración… no era para menos a ojos de una niña pequeña. Por no hablar de los ¡regalos! Sonríe con travesura solo de pensarlo, para olvidarlo al momento y centrarse en su hermano.
-Vamos, Matty. Tienes que ayudarme.- era una esperanza, más que una petición. A esa edad todavía intentaba imitarlo, siguiéndolo como un perrito a todos lados e intentando aún que jugara con ella y sus muñecos a tomar el té. Lo último era difícil, pero esperaba que esto no. - Santa va a venir, y tiene que estar todo listo!
Era emocionante para ella, que a pesar de cuanto y cuan seguido se mudaban, aún los encontrara. -Luego podemos hacer galletas- engatuso poniendo ojitos.
El trabajo de su padre lo mantenía bastante tiempo fuera, por lo que Mía era una lapa para su madre y hermano al llegar a un lugar nuevo. Era un cambio que no era difícil, cuando su hermano estaba allí siempre. El era grande y listo, aunque no lo iba a decir en voz alta. Nunca.
-Rápido. A papá le va a encantar.
No hacía mucho tiempo que se habían mudado a esa nueva ciudad y por el revuelto de cosas, apenas habían logrado dar con el árbol de navidad. Por alguna extraña razón, algo en Matt comenzaba a cambiar. Quizás será el hecho de que había empezado entender el trabajo de su padre y el hecho de porque muchas fechas importantes no se encontraba allí. También estaba el reciente hecho de haber descubierto qué Santa no existía, sino que eran sus propios padres quienes traían los regalos a casa. Pero por supuesto su hermana pequeña no se había enterado y era por eso que su propio padre le había dado la misión que su hermana no supiera nada del asunto.
Por eso mismo se ha pasado toda la tarde buscando en qué caja había quedado guardado aquel pino de Navidad. Claramente las demás familia solían utilizar pinos reales pero el hecho de que ellos casi siempre estuvieran viajando y su padre ocupado, hacía que fuera más práctico que usarán ese tipo de pino -trae la caja de los adornos- dijo señalando la caja que se encontraba más lejana.
A pesar de su edad el siempre había sentido una debilidad por ella, quizás tenía un poco que ver con el hecho de que su padre siempre le había dicho que por ser el hermano mayor debía cuidar de ella. Lo que no le gustaba era la idea hacer galletas -dile a Mamá. Yo no sé cocinar- quizás mentí un poco con eso ya que la madre de ambos pares interesada en enseñarles a hacer sus cosas para ser independiente. Pero una pequeña mentira no iba a cambiar mucho.
Ambos abrieron la caja pero Matt intento no demostrar la tristeza en sus ojos al pensar que si padre no iba a estar para navidad, ya se lo había dicho y el no sabía cómo lo tomaría su hermana -oye... Hablando de papá. Tu sabes que el tiene un trabajo muy importante ¿No? El con sus compañeros salvan al país- sí definitivamente había sido educado con un discurso patriótico y en el que él creía bastante -a veces para salvar a las personas tienes que hacer cosas que no te gustan. Por eso muchas veces papá no está. Pero es para salvarnos a todos-[/colo] seguía intentando justificar.
No quería dar los ojos tristes de su hermana porque imaginaba que ella ya estaría dándose cuenta de lo qué sucedía. No era la primera vez que su padre no podía estar en una fecha importante -ven ayudame a quitar la caja- dijo mientras sacaba el árbol.
Por eso mismo se ha pasado toda la tarde buscando en qué caja había quedado guardado aquel pino de Navidad. Claramente las demás familia solían utilizar pinos reales pero el hecho de que ellos casi siempre estuvieran viajando y su padre ocupado, hacía que fuera más práctico que usarán ese tipo de pino -trae la caja de los adornos- dijo señalando la caja que se encontraba más lejana.
A pesar de su edad el siempre había sentido una debilidad por ella, quizás tenía un poco que ver con el hecho de que su padre siempre le había dicho que por ser el hermano mayor debía cuidar de ella. Lo que no le gustaba era la idea hacer galletas -dile a Mamá. Yo no sé cocinar- quizás mentí un poco con eso ya que la madre de ambos pares interesada en enseñarles a hacer sus cosas para ser independiente. Pero una pequeña mentira no iba a cambiar mucho.
Ambos abrieron la caja pero Matt intento no demostrar la tristeza en sus ojos al pensar que si padre no iba a estar para navidad, ya se lo había dicho y el no sabía cómo lo tomaría su hermana -oye... Hablando de papá. Tu sabes que el tiene un trabajo muy importante ¿No? El con sus compañeros salvan al país- sí definitivamente había sido educado con un discurso patriótico y en el que él creía bastante -a veces para salvar a las personas tienes que hacer cosas que no te gustan. Por eso muchas veces papá no está. Pero es para salvarnos a todos-[/colo] seguía intentando justificar.
No quería dar los ojos tristes de su hermana porque imaginaba que ella ya estaría dándose cuenta de lo qué sucedía. No era la primera vez que su padre no podía estar en una fecha importante -ven ayudame a quitar la caja- dijo mientras sacaba el árbol.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
“Adornos” Solo la palabra emocionaba a la cría. Y como si fuese un soldadito siguiendo órdenes fue a cumplir, emocionada, la petición del mayor de los Kowalski. Sobre todo, porque esa respuesta era significado de que había conseguido lo que quería.
Bufó con la respuesta de su hermano, con lo que ella pensaba era la trampa perfecta -Pero bien que te las vas a comer!- dijo dejando la caja a los pies de Matthew y señalándolo con un dedo acusador antes de encogerse como si no hubiera remedio -Supongo que puedes comer igual, aunque no ayudes- lo miro dubitativa un momento, porque sí que era verdad, que su padre nunca horneaba, pero si comía el resultado. Era algo triste, a sus ojos, que consideraba hornear con su madre tan emocionante como la navidad.
Mía estaba tirando de los adornos de plástico, uno tras otro retrasándose en un ritual de apreciarlo unos segundos antes de colocarlo en la alfombra en el orden perfecto, que en su cabeza, tenían que seguir al ponerlos en el árbol. Eventualmente miraba a su hermano, buscando la aprobación sobre si eran bonitos o estaban dañados, cuando su hermano empezó a intentarle decir, sin palabras que era probable que su padre no estuviera allí aquella noche.
A esa edad no había captado el mensaje, solo escucho las palabras tal cual y sonrió a Matthew.
-Papá es un superhéroe, lo sé- dijo como si fuera una verdad escrita en piedra, y no era la primera vez que se lo soltaba a la gente, a su edad estaba orgullosa de su padre y como lo retrataba. -Pero, no sale en la tele porque esos son de mentiras y papá no.- dijo, pensando en las películas y esperando que su hermano le diera la razón.
Pensativa se deja caer sobre las rodillas, acercándose a él mientras sostiene una bola roja entre las manos antes de mirarlo con preocupación y tristeza. -¿Tú también eres un superhéroe?- preguntó bajito, como si fuese un secreto antes de suspirar exasperada -Significa que cuando seas más grande…- porque a sus ojos él era mayor, que ella por lo menos -¿tampoco vas a poder estar en navidad conmigo y mamá?
Si la normalidad con tan pocos años es que dos personas estén contigo siempre, daba miedo pensar en un futuro diferente. Pero tal como salió, la preocupación se fue, corriendo a ayudar a su hermano con una sonrisa al pedirle este ayuda con la caja del árbol.
Bufó con la respuesta de su hermano, con lo que ella pensaba era la trampa perfecta -Pero bien que te las vas a comer!- dijo dejando la caja a los pies de Matthew y señalándolo con un dedo acusador antes de encogerse como si no hubiera remedio -Supongo que puedes comer igual, aunque no ayudes- lo miro dubitativa un momento, porque sí que era verdad, que su padre nunca horneaba, pero si comía el resultado. Era algo triste, a sus ojos, que consideraba hornear con su madre tan emocionante como la navidad.
Mía estaba tirando de los adornos de plástico, uno tras otro retrasándose en un ritual de apreciarlo unos segundos antes de colocarlo en la alfombra en el orden perfecto, que en su cabeza, tenían que seguir al ponerlos en el árbol. Eventualmente miraba a su hermano, buscando la aprobación sobre si eran bonitos o estaban dañados, cuando su hermano empezó a intentarle decir, sin palabras que era probable que su padre no estuviera allí aquella noche.
A esa edad no había captado el mensaje, solo escucho las palabras tal cual y sonrió a Matthew.
-Papá es un superhéroe, lo sé- dijo como si fuera una verdad escrita en piedra, y no era la primera vez que se lo soltaba a la gente, a su edad estaba orgullosa de su padre y como lo retrataba. -Pero, no sale en la tele porque esos son de mentiras y papá no.- dijo, pensando en las películas y esperando que su hermano le diera la razón.
Pensativa se deja caer sobre las rodillas, acercándose a él mientras sostiene una bola roja entre las manos antes de mirarlo con preocupación y tristeza. -¿Tú también eres un superhéroe?- preguntó bajito, como si fuese un secreto antes de suspirar exasperada -Significa que cuando seas más grande…- porque a sus ojos él era mayor, que ella por lo menos -¿tampoco vas a poder estar en navidad conmigo y mamá?
Si la normalidad con tan pocos años es que dos personas estén contigo siempre, daba miedo pensar en un futuro diferente. Pero tal como salió, la preocupación se fue, corriendo a ayudar a su hermano con una sonrisa al pedirle este ayuda con la caja del árbol.
Tenía completamente razón, Altamira encantaba las galletas que se hacían para navidad. En realidad por lo general siempre, era su madre quién se encargaba de las galletas pero a su hermana le encantaba de la idea de poder hacerlas ellas misma. Y aunque por lo general intentaba escapar a esas tareas Había algo en los ojos de Mia qué siempre lo graban convencerlo, Por supuesto que se resistía aquello lo máximo que pudiera -pero a ustedes le sale mejor- intento escapar una vez más a las súplicas de su hermana.
Esta vez logró ganar el aquella pequeña discusión y sonrío sabiendo que su hermana no lo dejaría sin galletas aunque él no mover un dedo por ellas -a demás yo estoy ayudando con el árbol- dijo con un tono un tanto orgulloso de sí mismo pues su padre le había metido a la cabeza muchas veces que él era el hombre de la casa cuando no estaba y que debía proteger a su hermana y hacer las cosas por el. Sentía que armar el árbol era casi su deber ya que su padre no se encontraba en casa.
Mientras Mía colocado a los adornos en el suelo tratando de encontrar la forma perfecta de ponerlos, el intentaba explicar la de la manera más suave que podía encontrar que su padre no estaría hace año con ellos. Sabía que a ella le hacía demasiado ilusión la Navidad y sobre todo cuando la pasaban en familia, por lo que no pareció entender rápidamente lo que el intentaba decir
Así yo con las palabras de ella de que su padre era una héroe porque ambos creían claramente en ellos. -si, papá es un héroe- se acercó lentamente a ella para sentarse al lado de ella -los Héroes hace muchos sacrificios, por eso mucho ese papá no puede estar con nosotros. Porque está salvando a las personas- Aunque muchas veces había repetido que él tenía que ser el fuerte de los hermanos, en el fondo al también entristecía no poder pasar algunas fechas con su padre.
La pregunta de su hermana lo sorprendió lo suficiente como para dejar de pensar en su padre por unos segundos -¿Yo? No, pero voy a serlo. Cuando crezca voy a unirme al ejército como papá- en sus ojos podía verse brillar el orgullo y la esperanza de llegar a ser alguien como su padre. Pero nuevamente las palabras de su hermana lo llevaron a la realidad -di, a veces no podré estar contigo pero voy a estar cuidando de ti. Papá no puede estar aquí para que estemos seguros y yo no estaré aquí pero lo haré para que tu y mamá estén seguras- aquel pensamiento duraría más que solo son niñes.
Tomo unos adornos del suelo y se levantó para ponerlos en pino -Mia, creo que papá no va a estar en navidad- decidió decirle directamente, aunque no espero mucho para seguir hablando y así poder distraerla de la situación -pero, yo en cambio estaré y arregle el trineo para que podamos jugar en la nieve- quizás él no lo había arreglado del todo y había tenido ayuda de su padre pero en ese momento no era lo que importaba.
Esta vez logró ganar el aquella pequeña discusión y sonrío sabiendo que su hermana no lo dejaría sin galletas aunque él no mover un dedo por ellas -a demás yo estoy ayudando con el árbol- dijo con un tono un tanto orgulloso de sí mismo pues su padre le había metido a la cabeza muchas veces que él era el hombre de la casa cuando no estaba y que debía proteger a su hermana y hacer las cosas por el. Sentía que armar el árbol era casi su deber ya que su padre no se encontraba en casa.
Mientras Mía colocado a los adornos en el suelo tratando de encontrar la forma perfecta de ponerlos, el intentaba explicar la de la manera más suave que podía encontrar que su padre no estaría hace año con ellos. Sabía que a ella le hacía demasiado ilusión la Navidad y sobre todo cuando la pasaban en familia, por lo que no pareció entender rápidamente lo que el intentaba decir
Así yo con las palabras de ella de que su padre era una héroe porque ambos creían claramente en ellos. -si, papá es un héroe- se acercó lentamente a ella para sentarse al lado de ella -los Héroes hace muchos sacrificios, por eso mucho ese papá no puede estar con nosotros. Porque está salvando a las personas- Aunque muchas veces había repetido que él tenía que ser el fuerte de los hermanos, en el fondo al también entristecía no poder pasar algunas fechas con su padre.
La pregunta de su hermana lo sorprendió lo suficiente como para dejar de pensar en su padre por unos segundos -¿Yo? No, pero voy a serlo. Cuando crezca voy a unirme al ejército como papá- en sus ojos podía verse brillar el orgullo y la esperanza de llegar a ser alguien como su padre. Pero nuevamente las palabras de su hermana lo llevaron a la realidad -di, a veces no podré estar contigo pero voy a estar cuidando de ti. Papá no puede estar aquí para que estemos seguros y yo no estaré aquí pero lo haré para que tu y mamá estén seguras- aquel pensamiento duraría más que solo son niñes.
Tomo unos adornos del suelo y se levantó para ponerlos en pino -Mia, creo que papá no va a estar en navidad- decidió decirle directamente, aunque no espero mucho para seguir hablando y así poder distraerla de la situación -pero, yo en cambio estaré y arregle el trineo para que podamos jugar en la nieve- quizás él no lo había arreglado del todo y había tenido ayuda de su padre pero en ese momento no era lo que importaba.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
En cuanto su hermano reafirmo sus palabras, Mía levanto la barbilla, creciéndose porque claramente tenia razón. Sin embargo, fue desinflándose como un globo a medida que su hermano hablaba. -No es justo…- murmuro bajito, porque ciertamente a esa edad no tenia ni idea de que la vida no era justa la mayoría de las veces y encontraba totalmente mal que una buena persona tuviera que sacrificarse.
El amor que sentía por su padre y el orgullo, que a esa edad no sabía casi ni que era, le hicieron volver a sonreír cuando su hermano termino de hablar diciendo que su padre salvaba a la gente. Inmediatamente, relaciono a su hermano con su padre. Cuando él no estaba, era Matt quien la ayudaba, lo que lo convertía en un héroe a sus ojos e inevitablemente eso desenfoco una vez más en tristeza al hacer la siguiente pregunta.
De la misma manera que ante, Mía volvió a sonreír dulcemente cuando su hermano respondió afirmativamente, no porque no quisiera verlo, sino porque a esa edad confiaba completamente en que él y su padre pudieran hacer lo que decían, que era cuidarlas. -pero vas a llamar!- dijo confiada y con una voz chillona y cantarina, como si hubiera encontrado la respuesta perfecta y la resolución indicada para aceptar que sus seres queridos no estén, pero estén.
En cuanto su hermano se pudo en pie, lo imitó, dando un salto hasta ponerse a su lado y empezar a tirar de una de las agujas plásticas del pino para colocar la bola roja que sostenía. Concentrada, escucho a su hermano, y un pequeño puchero se formó en sus labios cuando su hermano le dijo que papa no iba a estar esa noche - vale…- dijo suspirando cuando pareció comprender aquello, agachando la cabeza porque no quería estar triste. Claro que su hermano no tardo en arreglarlo, mencionando el trineo y jugar en la nieve. Su padre no iba a estar, porque los cuidaba y eso significaba que los quería. Y ella tenía a su madre y a su hermano para estar.
Soltando un chillido de alegría, se lanzó hacia adelante para abrazar a su hermano, contenta con el plan que se formó en su cabeza. Todo se resolvió con que en cuanto su padre llegara, fuese cuando fuese, iban a hacer galletas de navidad y que hoy ella iba a tirarle bolas de nieve a la cabeza de su hermano. ¡- vamos Matt! Hay que terminar el árbol, así tú arreglas el trineo y yo y mama hacemos las galletas - dijo decidida. Volviendo al árbol como si fuese una misión - Y cuando vuelva papá, podemos volver a celebrar la navidad y hacer galletas - dijo con rintintin - dos navidades! - así papa y tú nunca se van a perder una fiesta - rió
El amor que sentía por su padre y el orgullo, que a esa edad no sabía casi ni que era, le hicieron volver a sonreír cuando su hermano termino de hablar diciendo que su padre salvaba a la gente. Inmediatamente, relaciono a su hermano con su padre. Cuando él no estaba, era Matt quien la ayudaba, lo que lo convertía en un héroe a sus ojos e inevitablemente eso desenfoco una vez más en tristeza al hacer la siguiente pregunta.
De la misma manera que ante, Mía volvió a sonreír dulcemente cuando su hermano respondió afirmativamente, no porque no quisiera verlo, sino porque a esa edad confiaba completamente en que él y su padre pudieran hacer lo que decían, que era cuidarlas. -pero vas a llamar!- dijo confiada y con una voz chillona y cantarina, como si hubiera encontrado la respuesta perfecta y la resolución indicada para aceptar que sus seres queridos no estén, pero estén.
En cuanto su hermano se pudo en pie, lo imitó, dando un salto hasta ponerse a su lado y empezar a tirar de una de las agujas plásticas del pino para colocar la bola roja que sostenía. Concentrada, escucho a su hermano, y un pequeño puchero se formó en sus labios cuando su hermano le dijo que papa no iba a estar esa noche - vale…- dijo suspirando cuando pareció comprender aquello, agachando la cabeza porque no quería estar triste. Claro que su hermano no tardo en arreglarlo, mencionando el trineo y jugar en la nieve. Su padre no iba a estar, porque los cuidaba y eso significaba que los quería. Y ella tenía a su madre y a su hermano para estar.
Soltando un chillido de alegría, se lanzó hacia adelante para abrazar a su hermano, contenta con el plan que se formó en su cabeza. Todo se resolvió con que en cuanto su padre llegara, fuese cuando fuese, iban a hacer galletas de navidad y que hoy ella iba a tirarle bolas de nieve a la cabeza de su hermano. ¡- vamos Matt! Hay que terminar el árbol, así tú arreglas el trineo y yo y mama hacemos las galletas - dijo decidida. Volviendo al árbol como si fuese una misión - Y cuando vuelva papá, podemos volver a celebrar la navidad y hacer galletas - dijo con rintintin - dos navidades! - así papa y tú nunca se van a perder una fiesta - rió
Los recuerdos de la vida con su hermana siempre estaban metidos en su cabeza, como aquella vez cuando su hermana era adolescente y Matt había sentido por primera vez ese instinto de hermano protector, pero el problema en general es que ellos habían crecido en una familia un tanto machista y le llevo bastante tiempo aprender que habían cosas que no habían estado bien en casa. Sus padres los amaban, estaba seguro que jamás habían hecho nada con maldad, ellos simplemente habían sido criados de esa manera y habían trasmitido lo que sabían.
Matt había tenido estado en el gimnasio después de la escuela, estaba decidido a estar en forma para cuando pudiera entrar al ejército por eso no había buscado a su hermana en la salida de la escuela, se suponía que ella debía ir directo a casa cuando saliera de allí. Pero cuando el llego a casa, su madre le dijo que no estaba allí, Mía la había llamado para decirle que iba a quedarse con una amiga ¿Cómo era posible? Para el ya era bastante tarde y no quería que volviera sola.
Entonces decidió ir a buscarla sin avisarle nada, después de todo el conocía a sus amigas y jamás hubiera imaginado que ellas eran quien estarían encubriendo a su hermana. Por eso cuando llego a la casa de su amiga, noto que algo estaba mal, su amiga estaba con otra chica más sentada en la calle, ambas hablaban pícaramente pero su hermanita no estaba por allí -¿Donde está Mia?- no se veía amigable y las chicas lo miraban como si las hubieran encontrado robando un banco -no me hagan volver a preguntar- estaba molesto, su hermanita les había mentido.
Ellas trataron de inventar alguna mala escusa pero al final noto que una miraba hacia la esquina, eso fue suficiente para que él se dirigiera allí. Dando la vuelta encontró a mia, estaba abrazada a un muchacho de su edad -¿Que crees que estás haciendo?- dijo completamente molesto, entonces miro al muchacho -quita tus manos de mí hermana si no quieres que te las rompa- aquello era una clara amenaza, algo que estaba seguro que su padre no iba a molestar.
Matt había tenido estado en el gimnasio después de la escuela, estaba decidido a estar en forma para cuando pudiera entrar al ejército por eso no había buscado a su hermana en la salida de la escuela, se suponía que ella debía ir directo a casa cuando saliera de allí. Pero cuando el llego a casa, su madre le dijo que no estaba allí, Mía la había llamado para decirle que iba a quedarse con una amiga ¿Cómo era posible? Para el ya era bastante tarde y no quería que volviera sola.
Entonces decidió ir a buscarla sin avisarle nada, después de todo el conocía a sus amigas y jamás hubiera imaginado que ellas eran quien estarían encubriendo a su hermana. Por eso cuando llego a la casa de su amiga, noto que algo estaba mal, su amiga estaba con otra chica más sentada en la calle, ambas hablaban pícaramente pero su hermanita no estaba por allí -¿Donde está Mia?- no se veía amigable y las chicas lo miraban como si las hubieran encontrado robando un banco -no me hagan volver a preguntar- estaba molesto, su hermanita les había mentido.
Ellas trataron de inventar alguna mala escusa pero al final noto que una miraba hacia la esquina, eso fue suficiente para que él se dirigiera allí. Dando la vuelta encontró a mia, estaba abrazada a un muchacho de su edad -¿Que crees que estás haciendo?- dijo completamente molesto, entonces miro al muchacho -quita tus manos de mí hermana si no quieres que te las rompa- aquello era una clara amenaza, algo que estaba seguro que su padre no iba a molestar.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Ella amaba a su familia, pero eso no quitaba que las cosas se hacían de una cierta manera, y eso era a la manera de su padre. Lo amaba, era bueno, pero ella era sociable de una manera que su familia no entendía. Matt se tiraba las tardes en el gimnasio intentando ser hulk, a ella le gustaba salir, quedar. Divertirse. No veía realmente el problema en ello, pero los demás si, de modo que ella se había convertido a su manera y discretamente , en una rebelde.
Que se quedara hasta tarde fuera de casa por temas no académicos era una ofensa de estado, pero ella siempre se las arreglaba para sortearlo de alguna manera. Llevaba cierta planificación, pero hasta el momento había valido cada momento.
La mayoría de las veces era simplemente quedar con sus amigas, inofensivo a sus ojos, pero lo de hoy era diferente. Y la emoción de una experiencia nueva la excitaba sobremanera hasta el punto de quedar petrificada cuando oyó la voz de su hermano hacer eco en la calle. “¿Que hora era?” No creía que fuese tan tarde.
Kurt había estado tirando de ella por semanas, invitándola a tomar algo o salir hasta que había dado el paso y accedido a ir a escuchar como sonaba el grupo de garaje que tenia montado con sus amigos. Un poco cliché, pero divertido.
Pero se había perdido en el tiempo y su hermano estaba allí gritando como un energúmeno y congelando al chico “rebelde” y encantador que la abrazaba.
-Matt…- dijo soltándose del abrazo - cálmate- intento hablar tranquila para apaciguar a su hermano, seguro que el podría entenderlo. Al parecer, no - deja las amenazas, solo hemos estado tomando algo y escuchando música. No tienes que protegerme de el, no es como si Kurt fuera un asesino en serie. - dijo poniéndose delante del chico y cada vez más enfadada con su hermano. -¿Que te pasa?-
En el futuro él se volvería un nombre mucho más serio y pensante pero en ese momento no dejaba de ser un casi hombre, celoso de su hermano y criado con un padre sobreprotector y algo machista por lo que hacía que aquella situación le hubiera generado una molestia real dentro de él. Una parte de él solo quería destrozar la cara del muchacho a golpes, la otra sabía que si tenía antecedentes no lo iban a dejar entrar en el ejército y jamás podría llegar a ser la persona que esperaba hacer por sus padres y su familia. Aún así la molestia estaba reflejada en sus ojos mientras miraba el chico concierto odio y hacía que este, siendo claramente más joven que él quisiera marcharse de ahí.
Fue su hermana quien se puso entre medio de ambos como si tratara de hacer una barrera para evitar que Matt terminara por golpear al pobre chico que quizás siempre se había creído un rebelde pero solo era un joven que no entendía mucho de la vida -¿Que demonios Mía? ¿Que haces aquí con este inútil?- quizás no iba a golpearlo hasta romperle la cara pero eso no iba a evitar que lo insultase todo lo que pudiera, al menos se iba a asegurar que ese pedazo de escoria no se volviera a acercar a su hermanita.
Ella seguía hablando pero los ojos de él sí han clavados en el muchacho al menos por un rato más antes de mirarla -¿Estás de joda no? Míralo, es un inútil Mía, no sirve para nada y ti nos miente por este idiota? ¿Que crees que dirá papá cuando se enteré?- porque definitivamente él no tenía intención de cubrirla en aquella mentira porque no estaba seguro Cuántas veces había mentido para ver un idiota como él.
Podía ver el enojo de su hermana pero poco le importaba en ese momento ¿Cómo podía haberles metido así? Ahora sabía que ya no podía confiar en ella y que luego de la escuela debía acompañarla directamente a casa. Ella no entendía que aquel imbécil no servía para nada y que solo podía perjudicarla.
Fue su hermana quien se puso entre medio de ambos como si tratara de hacer una barrera para evitar que Matt terminara por golpear al pobre chico que quizás siempre se había creído un rebelde pero solo era un joven que no entendía mucho de la vida -¿Que demonios Mía? ¿Que haces aquí con este inútil?- quizás no iba a golpearlo hasta romperle la cara pero eso no iba a evitar que lo insultase todo lo que pudiera, al menos se iba a asegurar que ese pedazo de escoria no se volviera a acercar a su hermanita.
Ella seguía hablando pero los ojos de él sí han clavados en el muchacho al menos por un rato más antes de mirarla -¿Estás de joda no? Míralo, es un inútil Mía, no sirve para nada y ti nos miente por este idiota? ¿Que crees que dirá papá cuando se enteré?- porque definitivamente él no tenía intención de cubrirla en aquella mentira porque no estaba seguro Cuántas veces había mentido para ver un idiota como él.
Podía ver el enojo de su hermana pero poco le importaba en ese momento ¿Cómo podía haberles metido así? Ahora sabía que ya no podía confiar en ella y que luego de la escuela debía acompañarla directamente a casa. Ella no entendía que aquel imbécil no servía para nada y que solo podía perjudicarla.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
“¿Cómo se había convertido una buena tarde en esto?” Estaba tentada a maldecir en voz alta, pero sabía que seria dar más mecha a Matt. Permaneció callada, intentando respirar mientras a su espalda sostiene la mano de Kurt cada vez más fuerte con cada insulto. En cuanto su padre fue mencionado trago con fuerza, un chispazo de arrepentimiento atravesándole la columna, pero intento tragarlo y omitir la pregunta por el momento.
-Deja de insultar a mis amigos, Matthew- dijo tranquila antes de girarse para poder despedir al chico aterrado tras ella. Había sido genial hasta el momento y le gustaba, pero verlo asustado como un cachorrito frente a su hermano – cosa lógica- tenía que admitir, producía un sentimiento dentro de ella que no quería reconocer. Le dio una sonrisa dulce antes de despedirlo, prometiéndole que se verían en clase y esperó a que se marchara antes de girar sobre si misma.
Respiró mirando por un momento a su hermano antes de empezar a caminar en dirección a casa, sabiendo que esto iba a empeorar muchísimo. Lo último que le había preguntado … había sido “cuando”, no “sí” se enteraba su padre. Matt era el chico recto y estaba segura de que el castigo sería épico. -¿Vas a decirme que nunca te apeteció quedar con tus amigos?- pregunta sin mirarlo. Esperando que por lo menos lo entendiera, pero segura de que no -Se supone que eres mi hermano. No mi celador. Que tú no quieras divertirte no significa que a mi me guste vivir estudiando y teniendo que ser siempre la niñita perfecta.- buffá - Y todo porque quiera pasar un rato con mis amigos sin tener delante una enciclopedia.- Porque no se comportaba como un hermano? . bien, podía entender que se enfadara porque estaba con un chico, pero estaba casi segura de que hubiera sido todo igual, solo omitiendo los insultos, si la hubiera encontrado tomando algo con sus amigas. Lo sabía por lo que había dicho de mentirles. Y si, lo había hecho. Pero ¿de verdad no entendía por qué?
-Deja de insultar a mis amigos, Matthew- dijo tranquila antes de girarse para poder despedir al chico aterrado tras ella. Había sido genial hasta el momento y le gustaba, pero verlo asustado como un cachorrito frente a su hermano – cosa lógica- tenía que admitir, producía un sentimiento dentro de ella que no quería reconocer. Le dio una sonrisa dulce antes de despedirlo, prometiéndole que se verían en clase y esperó a que se marchara antes de girar sobre si misma.
Respiró mirando por un momento a su hermano antes de empezar a caminar en dirección a casa, sabiendo que esto iba a empeorar muchísimo. Lo último que le había preguntado … había sido “cuando”, no “sí” se enteraba su padre. Matt era el chico recto y estaba segura de que el castigo sería épico. -¿Vas a decirme que nunca te apeteció quedar con tus amigos?- pregunta sin mirarlo. Esperando que por lo menos lo entendiera, pero segura de que no -Se supone que eres mi hermano. No mi celador. Que tú no quieras divertirte no significa que a mi me guste vivir estudiando y teniendo que ser siempre la niñita perfecta.- buffá - Y todo porque quiera pasar un rato con mis amigos sin tener delante una enciclopedia.- Porque no se comportaba como un hermano? . bien, podía entender que se enfadara porque estaba con un chico, pero estaba casi segura de que hubiera sido todo igual, solo omitiendo los insultos, si la hubiera encontrado tomando algo con sus amigas. Lo sabía por lo que había dicho de mentirles. Y si, lo había hecho. Pero ¿de verdad no entendía por qué?
¿Que lo dejara de insultar? Eso era lo menos que podía hacer, había visto al chico antes y no servía para nada y encima ella mentía para verlo a escondidas de toda su familia. El hecho de que ella lo tuviera de la mano no estaba haciendo que se relajara, de hecho era todo lo contrario. El no era su padre pero muchas veces tenía que tomar ese papel ya veces olvidaba su papel real. -¿Podrías al menos soltar al imbécil este? Si necesita que lo defiendas, no sirve para nada- le dijo algo venenoso.
Al menos el muchacho tuvo la suficiente inteligencia para marcharse antes de que el perdiera toda la cordura que le quedaba. Quizás simplemente tenía que entender que su hermanita había crecido pero eso en realidad no le gustaba mucho. Ambos comenzaron a caminar -claro que si. Pero yo no miento. Me dijiste que ibas a casa, a mamá que estabas con tus amigas pero llegó y estás con un imbécil que no te llega ni a los talones ¿No lo viste? No sirve en la escuela, se hace el rebelde y se escondió detrás de ti como un cachorro asustado- si alguien se iba a acercar a su hermana, al menos tenía que tener valor.
Se cruzó de brazos cuando lo llamo de esa manera y la miró aún más molesto -ni tendría que serlo si no mintieras- Por supuesto que él se divertía pero él no necesitaba mentirle a sus padres para hacer aquello. Podía salir con sus amigos e incluso practicar deportes pero siempre era bastante transparente con lo que hacía -nadie te ha pedido que seas la niña perfecta pero todos nos esforzamos en esta familia- Y ahí estaba el maldito discurso de su padre que le había quedado tan grabado en el cerebro que no se daba cuenta cuando él mismo lo repetía.
Puso los ojos en blanco -ese idiota no quiere ser tu amigo Mía, yo se cómo miran los hombres a las chicas- esperaba que al menos no tratara de hacerlo pasar por idiota diciéndole que solo eran amigos. -y yo creí que estabas con tus amigas, vin a buscarte para que no te fueras sola a casa y me encuentro con este idiota - dijo completamente molesto, porque tampoco había confiado en el.
Al menos el muchacho tuvo la suficiente inteligencia para marcharse antes de que el perdiera toda la cordura que le quedaba. Quizás simplemente tenía que entender que su hermanita había crecido pero eso en realidad no le gustaba mucho. Ambos comenzaron a caminar -claro que si. Pero yo no miento. Me dijiste que ibas a casa, a mamá que estabas con tus amigas pero llegó y estás con un imbécil que no te llega ni a los talones ¿No lo viste? No sirve en la escuela, se hace el rebelde y se escondió detrás de ti como un cachorro asustado- si alguien se iba a acercar a su hermana, al menos tenía que tener valor.
Se cruzó de brazos cuando lo llamo de esa manera y la miró aún más molesto -ni tendría que serlo si no mintieras- Por supuesto que él se divertía pero él no necesitaba mentirle a sus padres para hacer aquello. Podía salir con sus amigos e incluso practicar deportes pero siempre era bastante transparente con lo que hacía -nadie te ha pedido que seas la niña perfecta pero todos nos esforzamos en esta familia- Y ahí estaba el maldito discurso de su padre que le había quedado tan grabado en el cerebro que no se daba cuenta cuando él mismo lo repetía.
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