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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Alcance efectivo [ Kennedy Ulliel ]
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Recuerdo del primer mensaje :
No sabe cuanto tiempo ha pasado hasta que abre los ojos, desnudo completamente de cintura para arriba, lo han curado y limpiado. Sabe que debe de haber sido Kennedy. Respira con calma, efectivamente, no parece que ninguno de sus órganos vitales hayan sido alcanzados, no obstante el dolor de cabeza la sed, el dolor y la sensación de cansancio son abrumadouras.
-Ehhh...Estoy en el cielo?...-La abraza con cierto dolor, que no se puede ni comparar a la felicidad de saber que sigue vivo, igual que ella.
La voz de John Denver, le parece completamente distorsionada, quizápor la jaqueca, aun así la besa, la abraza con fuerza a pesar del dolor, no parece abrirse ninguna herida, sabe controlarse. Es ya el día siguiente, por la mañana, putos lunes.
-Me muero de hambre...-Se queda recostado un momento, esperando que ella pueda ayudarle, conforme los segundos pasan a ser minutos empieza a buscar sus cosas con la mirada.
-Oye...el fusil y mi espada...-Se le nota algo nervioso, como empieza a acelerarse, también nota que no lleva ni la pistolera, empieza a ponerse cada vez más nervioso, solo recuerda estar cubierto de sangre, el sonido de la escopeta, el hacha balanceándose.
-Estamos a salvo?...Nos han seguido?...-Cualquiera pensaría que todos y cada uno de los soldados hace las cosas de forma organizada y perfecta, pero muchas veces el instinto de supervivencia lo es todo.
Los traumas de la guerra son crueles, Adam vive en un estado de persecución que no parece cesar, los zombies, antiguos enemigos, Umbrella, no es normal tanta tranquilidad y paz para él, al principio podría ser una noche apasionada de locura y desenfreno, un dia o tres, pero ya empieza a comprender que tiene algo que perder, algo que no tiene ni forma ni nombre, pero si se pudiera traducir de alguna forma sin imortar tiempo o lugar, sería hogar.
No sabe cuanto tiempo ha pasado hasta que abre los ojos, desnudo completamente de cintura para arriba, lo han curado y limpiado. Sabe que debe de haber sido Kennedy. Respira con calma, efectivamente, no parece que ninguno de sus órganos vitales hayan sido alcanzados, no obstante el dolor de cabeza la sed, el dolor y la sensación de cansancio son abrumadouras.
-Ehhh...Estoy en el cielo?...-La abraza con cierto dolor, que no se puede ni comparar a la felicidad de saber que sigue vivo, igual que ella.
La voz de John Denver, le parece completamente distorsionada, quizápor la jaqueca, aun así la besa, la abraza con fuerza a pesar del dolor, no parece abrirse ninguna herida, sabe controlarse. Es ya el día siguiente, por la mañana, putos lunes.
-Me muero de hambre...-Se queda recostado un momento, esperando que ella pueda ayudarle, conforme los segundos pasan a ser minutos empieza a buscar sus cosas con la mirada.
-Oye...el fusil y mi espada...-Se le nota algo nervioso, como empieza a acelerarse, también nota que no lleva ni la pistolera, empieza a ponerse cada vez más nervioso, solo recuerda estar cubierto de sangre, el sonido de la escopeta, el hacha balanceándose.
-Estamos a salvo?...Nos han seguido?...-Cualquiera pensaría que todos y cada uno de los soldados hace las cosas de forma organizada y perfecta, pero muchas veces el instinto de supervivencia lo es todo.
Los traumas de la guerra son crueles, Adam vive en un estado de persecución que no parece cesar, los zombies, antiguos enemigos, Umbrella, no es normal tanta tranquilidad y paz para él, al principio podría ser una noche apasionada de locura y desenfreno, un dia o tres, pero ya empieza a comprender que tiene algo que perder, algo que no tiene ni forma ni nombre, pero si se pudiera traducir de alguna forma sin imortar tiempo o lugar, sería hogar.
— No queremos que pase eso... — entrecerró los ojos parando por completo en su tarea cuando Adam comenzó a provocarla de aquella manera, Kennedy resopló suavemente, trató de apartarlo empujando su cuerpo hacia atrás con el suyo propio. — Eh, no me distraigas — pidió notablemente divertida por sus gestos, sin embargo se giró, dejando momentáneamente su trabajo para besarle y regalarle de paso un buen mordisco a modo de venganza.
— Entiendo... — susurró mientras usaba una bala para abrir el cerrojo y desmontarlo, lo limpió con cuidado y luego comenzó a unir las piezas. Alzando la mirada de nuevo cuando él continuó hablando. — ¿Te has planteado distraerme a posta o solo me lo estás diciendo? — con el simple hecho de escucharle hablar se le erizaba la piel al mismo tiempo que la excitaba. Así de simple, esa habilidad tenía él. Apartó el cigarrillo depositandolo en el cenicero.
— Es increíble... — agachó la mirada riéndose con resignación. — Sinceramente ya no sé qué pensar sobre eso, si es suerte o igual sí que va a ser lo que dices... — apartó la mirada del rifle para verle a él. Le miraba divertida. — ...cierto — le guiñó un ojo y volvió al arma de Jimmy, ya le quedaba muy poco para tenerla completamente lista.
— Prepárate para arreglar cada una de esas ventanas Adam... — su voz casi sonó amenazante, pero su rostro no reflejaba eso, parecía hasta divertida. Había matado al parecer a esos dos zombies, pero desde su posición podía ver alguno más. — Bueno, si entran, tenemos aquí al más grande de todos los tiempos, ¿no? — Kennedy le miró de nuevo, con esa sonrisa traviesa suya.
-Como me conoces...-Niega y se ríe, ve como está terminando y como hace correctamente lo que le pidió que hiciera al montarlo de nuevo.
-Me encantaría echar unos tiritos la verdad, ojalá hubiera algo mejor que unos zombies de mierda para probarlo como es debido, pero supongo que esto es todo lo que tenemos no?...-Suspira, volvíendose a sentar encima de la mesa junto a ella.
-Cual es tu comida favorita?...-Se toma algo de tiempo, antes de volver a disparar para flirtear con ella, una vez más, nunca se cansa, como podría?
-La mía es la pizza con mucho queso y mucho pepperoni picante, joder...Te imaginas que podamos usar el horno de la fábrica? Abrimos una pizzería?...-Se echa a reír mientras siguen cayendo los rayos sin piedad.
Parece haber escuchado algo, está apunto de ponerse en pié y decir algo importante, entonces ve como pasa una gran bandada de cuervos, no obstante, uno de ellos, parece haberse quedado pululando. Como si pensara que los pocos rezagados fueran a conseguir entrar y empezar el festín para todos.
-Joder...-Levanta la pistola y apunta en dirección a los dos últimos zombies bastante aburrido, aun así, de momento no dispara, parece estar pensando en algo. Pero vuelve a la realdiad enseguida, epserado ver el resultado de la obra de ella con el rifle.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
— Me encanta esa pizza... — decía sin apartar la mirada del arma. Aunque en aquel momento se mordiese los labios al pensar en la comida, llevaba años sin poder comer una buena pizza o hamburguesa y sabía que podría matar por algo así. — Creo que también es mi favorita... y cuando pensabas que no había mayor comida basura que esa, llegó el fin del mundo con los sobres de comida deshidratada, esa es la auténtica comida basura — se rió en silencio.
Se notaba que no quería distraerse, porque se concentraba al máximo en volver a colocar las piezas en su sitio tras limpiarlas. Kennedy escuchaba a Adam, entendía de lo que estaba hablando, pero ella seguía con Jimmy, el rifle. En cuanto cerró los últimos clips lo colocó y apuntó por la ventana.
— Oh... es cierto, tenías que probarlo tú primero para ver si estaba bien — Kennedy se acercó a la mesa, quedando justo delante de él y alzó el rifle entre sus manos sin desviar la mirada de la de Adam. Tras unos segundos se apartó para dejarle probar el arma.
— Adam... — se acercó un momento quedando tras él, colocó sus manos sobre su espalda y se estiró lo suficiente para acercar los labios a su oído. — ...también me gustas, muchísimo. Si tú con mirarme solo piensas en follarme, yo con verte, pienso en esas manos... en lo bien que saben tocarme y entonces se me va la puta cabeza, porque pienso en más, como ahora... y en lo fácil que sería sentarme en la barra del bar y que hicieras conmigo todo lo que quisieras... — con un suspiro se apartó de él y esta vez fue ella la que tomó asiento sobre la mesa, sin apartar la mirada de él, con esa sonrisa suya.
— Vamos Adam, van a entrar... — señaló la ventana.
Cuando termina la última canción, sonríe, esccuhando como ha empezado a sonar Buckethead, justo a tiempo además. Adam respira de forma profunda y sonora, haciéndose notar aún más, lo contento que se ha puesto dada la situación.
-Sí...-Toma el rifle en las manos y después lo lanza con ganas contra el suelo de nuevo, le da un par de patadas y después lo lanza sobre la mesa.
-Agii geh cooo jon lah coah...-Al más puro estilo Jimmy saca todas las balas del cargador y las pone en fila en la mesa, deja la recámara abierta.
-Que peah mah...Un pollo o una gavioa...-Se echa a reír un instante antes de sentir las manos de ella por su espalda, cuando se acerca a su oído, este despacio mete la bala directamente en al recámara, dispara matar al primer zombie.
-Lo siento...Estoy en el puto cielo...-No le contesta a ninguna de sus provocaciones, ni cede a ellas, parece un robot hacíendo su trabajo. Limpio, eficiente y sin movimientos innecesarios, cada postura, como busca el apoyo del rifle contra el cuerpo en un ángulo perfecto. La forma en la que respira al disparar. No parece que haya pasado casi un año sin usar armas de fuego.
-Y no me quiero bajar aun al infierno...-El segundo disparo, sale prácticamente al tiempo que Adam termina de recargar la bala en la recámara.
-Si quieres ir quitándote la ropa no seré yo quien me niegue-Sonríe dejando lo que está haciendo por un momento. Las tres balas que quedan las mete en el cargador y lo pone en el rifle, lo prepara y después espera, espera en la tranquilidad de la tormenta junto a todos los caminantes muertos. Pues sabe, que el cuervo no tardará en echar a volar, igual que ella en quitarse hasta la última prenda de ropa que tape su cuerpo, perfecta combinación de distracciones que podrían hacerle fallar, no obstante.
-El rifle está perfectamente montado, yo también quiero montarte perfectamente, me bailas para que me distraiga y falle el disparo? Siento que es todo demasiado fácil...Solo tu consigues que deje de mirar al objetivo y pierda el norte y todos los sentidos...-
//OFF:
Dado 1 Ataque Adam
Dado 2 Ataque Adam
Dado 3 Defensa Zombie
Dado 4 Defensa Zombie
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
— Eh, Adam, ya está bien... — Kennedy colocó una mano sobre el rifle para que lo dejase de golpear. — Te recuerdo que ahora este rifle es mío, ¿por qué lo tratas así? — inquirió a la vez que alzaba una ceja. — ¿Quieres que me enfade? — ella trató de sonar amenazante, puede que algo seria, pero no consiguió ni una cosa, ni otra... Se había acercado mucho a él, en un tono que tenía más que ver con lo sexual, que con el desafío.
— Deja — recogió el rifle, lo lo colocó y apuntó primero al zombie que se le había escapado a Adam. Pensar en la posibilidad de que había logrado distraerlo, la divertía bastante. Apretó el gatillo y después giró buscando al cuervo para disparar también.
— Creo que no te has ganado que me desnude... — dijo Kennedy depositando el arma sobre la mesa. — Igual tienes que empezar tú... — colocó un dedo por encima de su ombligo y lo deslizó hacia arriba muy lentamente. — ¿Sabes bailar? — sonrió de forma perversa.
DADO 1 DISPARO KENNEDY.
DADO 2 DEFENSA ZOMBIE.
DADO 3 DISPARO 2 KENNEDY.
DADO 4 DEFENSA CUERVO.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Por un momento no dice nada, tan solo se queda de brazos cruzados, mientras el cuervo da vueltas cabreado y el zombie mordisquea la ventana, metiendo un brazo ya dentro del local. Suspira y luego se echa a reír, no se le ve enfadado con ella ni nada, es más tras todo lo que ha dicho, sin perder la sonrisa, toma el rifle con agresividad, a cada rasgueo y solo se motiva más y más.
-Ni te imaginas las veces que se le caía el rifle a Jimmy...Siempre le fallaba, como te ha fallado a tí en ese momento,pensó que le tomaba el pelo, cuando le dije que lo conseguí, pero que no era perfecto, un rifle que aunque le des golpes siga disparando correctamente-Se sienta con cierta dificultad por las heridas, después mira el rifle y le da un golpe en la caja de mecanismos, parece calculado, después se posicina y abre fuego, destrozando al zombie sin dificultad ninguna, una bonita piñata por cabeza.
-Wuuuu...-Al ser semiautomático, se relaja, aún más sobre la mesa, sin quitar ni un segundo la mirada del visor, no tiene que corregir, no hay cerrojo del que tirar. No son distancias tan largas, no hay diferencia con cualquier otro rifle. mueve el zoom de la mira óptica, calcula y tras respirar hondo un par de veces dispara, no lo mata, solo le destroza las alas en un disparo perfecto. Se queda sonriendo como nu niño, finalmente aparta la mirada del rifle, habiendo devuelto la tranquilidad a Talahasse.
-Bueno bueno...Tienes hambre?-Sonríe de oreja a oreja, clavandole la mirada sin piedad.
//OFF
Dado 1 Ataque Adam
Dado 2 dfensa Zombie
Dado 3 Ataque Adam
Dado 4 Defensa Cuervo
Dado 2 dfensa Zombie
Dado 3 Ataque Adam
Dado 4 Defensa Cuervo
Aunque se dio cuenta de que no había acertado ninguno de los dos disparos, no dijo nada, porque no le hizo ninguna gracia errar y menos tras haberse burlado de Adam. Parecía obra del karma. Claro que sí, incluso viendo como Adam terminaba el trabajo sucio. Agradeció que al menos él no bromeara con ello.
— Oh... así que el rifle nos ha salido caprichoso y encima tiene truco... — se acercó a la mesa donde estaba él y empujó el arma provocando que cayera estrepitosamente al suelo. — Vaya... — desvió la mirada del suelo hacia Adam, fingiendo sorpresa, puede que hasta inocencia, como quien te miraba con cara de no haber roto un plato en su vida.
— Tengo mucha hambre — clavó sus ojos en los de Adam y asintió lentamente a las palabras de él, luego se giró. Kennedy le seguía mirando de reojo con esa expresión divertida y pícara suya. — Pero no sé si tenemos en mente lo mismo... — se acercó a la mesa de la radio para abrir la contraventana con sumo cuidado. Comprobando que allí ya no había zombies, eso era bueno. Ahora, Kennedy estaba pensando de nuevo en limpiar las heridas de él, consideraba que era muy importante llevar eso a rajatabla para que se curase del todo.
— Además, es hora de tus drogas... bueno, en singular — dijo recordando también esa parte, la de los antibióticos. Recogió la caja de pastillas y se acercó a Adam sacando una de ellas. — ¿Vas a ser bueno? — bromeó acercando la pastilla a su boca.
Complacido como el que echa un polvo de puta madre, sigue recostado sobre la silla, descansando, escuchando el toque tan frigio de la canción, siempre le han encantado las baladas y el western americano tradicional, sus antepasados lucharon en la guera civil. Los estadounidenses, siempre han sido muy orgullosos y recelosos con su cultura, historia y guerras aun cuando este país apenas tiene entre 200 y 300 años de historia y vida propia como tal, el sueño de hacerse a uno mismo, sin ayuda de nadie que no sea uno mismo. Puede que no haya sido así toda su vida, pero ahora, es así como se siente, dueño al completo de su destino.
-Sí, yo también tengo hambre aunque no te lo creas...-Estira los brazos, el derecho un tanto menos por las heridas, no hace esta vez ningún chiste sobre el rifle.
-Empieza por el plato que quieras cariño, ya no quedan convenciones sociales...-Se encoge de hombros mirando en el suelo el rifle de Jimmy. Cuando se marcha a comprobar un momento que están a salvo mirando por las ventanas, este con cierto esfuerzo recoge el rifle del suelo. Mientras los pensamientos se van haciendo más claros y sonoros en su mente, más recorren sus manos cada uno de las partes de este, cada campo de batalla, cada capa nueva de pintura, cada reparación, cada misión conseguida, cada tarde puliendo las espoletas, lubricando los pistones.
"Ahora estarás en un lugar, donde de verdad tu habilidad será una muestra de verdadero poder..."Como si sostuviera un objeto mágico maravilloso, lo sostiene por unos segundos más, para finalmente cerrar los ojos con un suspiro y dejarlos sobre la mesa.
-Eso signfica más marihuana?-Sonríe como un niño, no le va a decir que a él, no le queda, pero si ella tuviera sería todo más fácil. Ve como él la mira a los ojos, sin apartar la mirada un instante, mientras se toma los medicamentos.
-Me has prometido más marihuana...-Asiente con la cabeza, mientras se come, literalmente, las pastillas, ni agua ni ostias, a mordiscos como kikos.
— No, que va... — trató de contener la risa, pero era la expresión de él y cómo devoraba la pastilla lo que la hizo reír. Hacía mucho, mucho tiempo que no se reía así ni tanto. — Además, no he terminado de atenderle Adam — mientras hablaba, Kennedy se había hecho con el bote de antiséptico y gasas. Volvía de nuevo junto a él. — Me vas a tener que buscar una de esas batas de enfermera a este paso — hablaba con ese tono de voz pícaro mientras humedecía una gasa en aquel líquido y se acercaba más Adam para presionar con mucho cuidado sobre las heridas en su piel.
— Y no te he prometido nada — se detuvo apenas un momento para mirarle fijamente. — No deberías tomar nada, ni si quiera alcohol mientras te medicas, ¿lo sabes no? — Kennedy se acercó a la radio para poner la música en un tono de voz medio. — Aunque igual... — empezó a decir mientras terminaba de aplicar el antiséptico, haciéndose la despistada a posta. — ...puede que yo tenga un poco de hierba y bueno, no hablemos de los efectos paliativos... — seguía diciendo mientras recogía las gasas que había utilizado. — Es otra forma de verlo... — se encogió de hombros, como si lo dijera sin pensar.
— ¿Qué dice usted? — le miró enarcando una ceja, y aunque no pensaba en ello, al mirarle se dejó llevar de forma casi inconsciente para besarle intensamente y con deseo. — En el cajón de la mesa de la radio — añadió en un susurro sobre sus labios.
-[color=#9DD181]También quieres la cofia? Porque sin ella, los tacones y el pintalabios rojo te faltarán partes del disfraz...-No se detiene en decir simplemente eso, cuando ve como ella se arranca enarca una ceja y la sonrisa va creciendo cada vez más hasta que se le suelta la lengua lo suficiente para distraerse.
-Uhhh la ganja, el cannabis, medicina desde la antigua mesopotamia, mucha gente cree que las drogas son buenas o malas sabes? Pero no se dan cuenta de que están completamente equivocados...-Se relaja todo lo que puede mientras le va curando las heridas.
-Las drogas como nombre, son un concepto creado por el ser humano, no son los antibióticos drogas? No lo es ese antiséptico? Las pastillas para dormir, el café?...-Hace una pausa y después sigue, animado con la conversación.
-Hemos atribuído una mala imagen a los que toman sustancias especiales por culpa de la historia, desde los tiempos en que chamanes bebían ayahuasca para sus rituales hasta los fumadores de crack de una esquina de antes del fin del mundo, no importa cuales fueran tus motivos o tus objetivos o necesidades, a ojos del mundo no serás más que otro "yonki"...-Niega definitivamente-...Ninguna droga es buena ni mala, ni siquiera el alcohol, aunque sea una de más horribles y letales, igual que el tabaco.
Tras besarla con fuerza en agradecimiento, la mira un instante, la rodea con sus brazos, la aprieta bien contra su cuerpo.
-...Por lo tanto, dado que la marihuana NUNCA JAMÁS ha causado ninguna muerte de ningún tipo, es como un... 90% menos tóxica y aditiva que el tabaco tradicional, manipulado hasta la saciedad por grandes multinacionales...-Hasta se ríe, joder han muerto todos, esto es la ostia, hacía tiemo que no recordaba porqué era tan feliz en el fin del mundo. Se acabó aguantar a putos gilipollas de mierda.
-Me traerías un poco cariño...-Le muerde el cuello mientras otra vez la coge bien del culo disfrutándolo todo lo que pueda y más.
-Y Date prisa...-Le añade susurrante en tono burlón-...Se te va a enfríar la comida...-Eso último aún lo añade con más maldad.
— Me gusta el café — interrumpió su discurso, con fingida inocencia y pena, por reconocer que tenía un problema con esa bebida. Decían al menos que el primer paso era asumir el problema. Su gusto por el café era peor incluso que por beber y menos mal que apenas lo podía encontrar durante el fin, si ya de por sí tendía a volverse hiperactiva y pesada cuando se aburría... Lo último que necesita era café. No le afectaba apenas en realidad, pero ya era psicólogico.
No pudo evitar quedarse todo ese tiempo después en silencio, mientras le escuchaba hablar. Estaba realmente teniendo una conversación muy seria, sobre algo a lo que no le iba a quitar la razón, él la tenía. Pero en aquel momento ella le escuchaba con mucha atención, prácticamente embelesada con él. Simplemente divertida y completamente distraída por la forma en la que tenía de hablar, explicarse, sus movimientos corporales...
— Me crié en una granja, y estoy convencida de que mi hermano plantaba maría en la parte de atrás, yo era muy pequeña, pero él estuvo medio año castigado cuando mi padre encontró su lugar secreto... — sonrió al hablar de Ash, de joven había sido un hermano mayor muy malo, pero luego cambió. — ¿Encima la tengo que traer yo? — Kennedy colocó ambos brazos, en jarra sobe sus caderas, pero finalmente cedió y se fue a la mesa de la radio. Regresó con una pequeña bandeja de plástico en la que había un mechero, papel y la bolsa de hierba, no muy grande ya. — Al final no habrá traje de enfermera, será de criada, con una de esas faldas que realmente no tapan nada — con ambas manos se fue señalando, por donde quedaría, mientras que ella hablaba entre divertida y sarcástica.
— Y me dedicaré a pasearme por el bar con un plumero fingiendo que limpio, pero en realidad solo haré posturas provocativas para ponerte cachondo — decía riéndose y poniendo caras mientras se acercaba hasta él y volvía a devorar esos labios que tanto la hacían perderse.
— Y cuando me busques... Te obligaré yo a ti a hacer lo que quiera — fue añadiendo entre beso y beso. — ¿Qué te parece?
-Buena droga el café...-Ríe ligeramente. Se pone cómodo en la silla a esperar, la tormenta esta´en un punto peligroso y tampoco puede hacer demasiado, mirarla sí, la mira una y otra vez, escuchando sus palabras con mucha atención.
Para él su lugar secreto era un poblado de las montañas de colombia, la similitud entre padres y castigo equivaldría a el ejército y como castigo la muerte o la libertad, algo que como no le trae demasiados buenos recuerdos, empatiza del todo con la mayoría de las personas que luchan creyendo que hacen lo correcto aún cuando haya cientos de miles que les digan que se equivocan.
-Uhhh...-Se nota por la holgura de su ropa y por la forma en la que la mira y respira que ha conseguido si cabe áun más excitarlo. Se muerde los labios un instante deseando abalanzarse sobre ella, pensando segundo a segundo, fotograma a fotograma todas las cosas que está apunto de hacer a este paso.
Cuando deja la bandeja pretende decir algo, pero sus besos...Sus besos son más adictivos que nada que haya probado en muchos años, la abraza y no tarda en tirar de la camiseta para quitarla, después quiere subirla a la mesa, no va a parar hasta haberselo quitado. La contempla desnuda, empieza él a quitarse la ropa para finalmente sentarse en la silla.
-Me gusta que seas mi asistente, ahora necesito que te hagas un buen porro para mí y me lo traigas...-Completamente emplamado frente a la mesa, sentado en la silla, juguetea, consigo mismo, buscando provocarla más y más.
— Conozco una droga mejor — susurró sobre sus labios con una amplia sonrisa. Besó sus labios con fervor y se apartó con suavidad de él. — ¿Y algo más va a querer mi capitán? — preguntó con cierto deje sarcástico. Si hubiera sido otro tal vez se hubiera molestado, pero viniendo de él, y con aquel juego que ambos se traían... terminó por ceder en liar ella misma el cigarrillo. Kennedy seguía sonriendo levemente, la situación le divertía. Ella llevaba mucho tiempo huyendo de cualquiera, pero Adam no era cualquiera, era precisamente otra mente como la suya, tocada, en mitad de la nada. Ella comenzaba a sentir que él era justo lo que necesitaba, justo en aquel momento preciso. No un año antes o después, justo ahora.
— Eso es, tú ponte cómodo... — ella le miraba desde la mesa, con picardía. Se cruzó de piernas, mientras terminaba pasando la lengua por el papel para cerrarlo, sin perder detalle de lo que Adam hacía.
Se le erizó la piel, estaba excitada, muy excitada, por sus propias palabras, por los propios gestos de él. Por cómo la hablaba, se daba cuenta de que él tenía esa habilidad de volverla loca con muy poco.
Recogió el zippo de la bandeja y se bajó de la mesa en un rápido movimiento, colocándose en el suelo de rodillas frente a él. ¿Podría haberle dedicado una mirada más lasciva que aquella? Encendió el zippo y pasó el porro por la llama para prenderlo. Tomó una calada y comenzó a moverse lentamente, sin apartar la mirada de él, quería que supiera lo mucho que lo deseaba. Se estiró lo suficiente, apoyándose sobre sus rodillas para besar sus labios, liberando todo el humo.
— Aquí tienes — su voz sonó muy complaciente, era lo que pretendía. Tras dárselo, ella mordió suavemente su barbilla, como quien necesitaba respirar, con verdadera ansia. Descendió por su cuello, con besos, múltiples caricias, bajando, poco a poco, recorriendo su abdomen, en un pequeño adelanto de lo que venía a continuación. Con sus manos iba recorriendo cada centímetro de su piel, mientras descendía muy lentamente, con calma, quería provocarlo, tentarle... darle todo y a la vez nada, para hacérselo desear más.
Estaba tan excitado como ella. Sus manos llegaron a los muslos de él y sus uñas se clavaron en su piel, con cierta fuerza, mientras que su propio cuerpo se curvaba y sin andarse con mayores rodeos la recorría con su lengua volviendo a clavar sus ojos en los de él. Jadeó al verle y prosiguió con aquel juego, dedicándole un sin fin de lametones a cada cual más húmedo e intenso que el anterior.
-¡Joder!...-Suelta todo el humo de golpe, tiembla ligeramente durante unos instantes y después toma aire de nuevo, pero despacio, poco a poco las drogas van haciendo efecto, su mente se ha perdido y solo quedan ellos, era de noche o de día? Lunes? Domingo? Incapaz de recordar o pensar en nada solo deja que los gemidos salgan uno tras otro.
-Que rico...-Es todo lo alcanza a decir mientras echa atrás la cabeza un instante. Cansado de no poder responder con naturalidad, trata de sostener el porro entre sus labios y poner las manos en sus hombros para hablar con ella.
-Hay veces que quiero decirte muchas cosas, cosas muy fuertes, buenas o malas, pero siempre cuento hasta diez antes de hablar, porque estoy tan enganchado a ti, que toda pasión es como pólvora encendida, apunto de apagarse, me veo luchando al filo del fuego, por acercar unas pocas brasas más y si aun no ha explotado, al menos que quede una buena llama para ese momento...-Tras terminar de decir aquello, con un fuerte gemido queda completamente relajado, habiéndo sacado todo aquello que lleva dentro.
Para ella y y seguramente para él, era uno de esos momentos en los que no valía pensar, si no que era tiempo de dejarse llevar por lo que cada uno sentía en aquel preciso instante. Ella continuaba con aquel juego sin intención de para, en una vorágine de deseo que podría tacharse de insaciable.
Cuando él gimió con tanta fuerza llegó la calma, durante un instante, acompañada de los movimientos más lentos de Kennedy, hasta detenerse por completo, poco a poco. Besó su piel, la acarició con sus labios y fue subiendo poco a poco por su abdomen con calma, disfrutando de cada caricia.
— ¿Y qué es lo que me dirías ahora Adam? — susurró a la vez que alzaba la mirada a la suya sin apartar sus manos de su cuerpo, el cual seguía recorriendo con sus dedos de forma muy suave y cálida.
Cada caricia, cada mirada, le recuerda a tiempos mejores, no con nadie en concreto, ni siquiera en su mente lo que se imagina tiene que ver con él. Enfracscado en sus pensamientos solo atina a extender sus manos con suavidad y tomar sus hombros, no tarda en dejar que las yemas de sus dedos la acaricien, cada vez con más fuerza hasta abrazarla y tirar de ella para pegarla contra su cuerpo cuanto pueda, ya no le importa padecer un poco por las heridas, no es ningún quejica.
-Gracias por todo lo que has hecho por mí...-No dice absolutamente nada más, tan solo la besa, la besa como besa un adolescente a su primer amor, con tanta fuerza y pasión que no queda lugar para estilo o técnica, pareciera que cuando más la besa, la abraza, le hace cosquillas y mordisquea, su sonrisa crece, sus ojos brillan con fuerza.
Los cierra con calma para seguir besándola, claro que quiere decir tantas cosas, al mismo tiempo que ríe ligeramente, respira hondo y pega su frente a la de ella. Niega un par de veces haciendo que estas se froten y después le pasa el canutito.
-Sé, con total seguridad, por como se impacienta mi cuerpo, por como arde mi mente y explota mi espíritu...Que me enamoré de tí desde la primera vez que escuché tu voz por la radio, sabes como me siento? Como si pudiera derribar una pared de un puñetazo-Hace una pausa y se ríe-Que sí que se que no puedo, no? Pero así me haces sentir, haces que quiera subirme a la montaña más alta y lanzarme sin paracaídas, porque me embargas con tanta fuerza que no puedo imaginarme abriendo un paracaídas y el descenso, sino que al despegar los pies del suelo, dejo el mundo y me vuelvo a tu planeta...Y sabes? Creo que ya no se volver, y si me quedo aquí para siempre?-Tras decir eso último en un claro de intención, termina por besarla y abrazarse a ella dejándo que pase el tiempo.
-...Tengo hambre...-
Aquel bar era un lugar tranquilo para ella, a veces hasta aburrido, pero aquella paz que sentía ahora no se podía comparar con ningún tipo de calma o tranquilidad que hubiera podido vivir allí antes. Se sentía a gusto, así sin más, por primera vez en mucho tiempo.
Su cuerpo se iba moviendo con calma, siguiendo cada uno de los movimientos de Adam, disfrutando de cada una de sus caricias. Se sentía bien. Apoyó la cabeza en su hombro un instante y cerró los ojos.Tan pegada a él como le permitían sus propios cuerpos. Había vivido mucho más en esos pocos días que en los últimos meses.
Y aún así Adam le daba las gracias a ella. Kennedy se limitó a mirarle, instantes antes de que la besara, fijamente a los ojos mientras acariciaba su rostro con suavidad. En su cabeza, ella pensaba que no era así, que era ella quien debía dar gracias.
Un beso, tras otro y otro, ella rozaba los labios de él con el mismo deseo o más. Eran movimientos ávidos a la vez que lentos, porque quería disfrutar de cada segundo.
Podía hasta perderse en el sonido de su voz. De hecho se sentía como si flotara con cada palabra de él. Sus labios se curvaron ligeramente en una sonrisa, pero sentía un fuerte nudo en su garganta, no sabía que contestar a sus palabras. Kennedy le miraba fijamente, aún sobre su regazo, rodeando el cuerpo de Adam con sus brazos... los dedos de ella recorrían su columna, en caricias muy suaves. Él decía amarla, parecía conocerla de toda una vida y ella de apenas unos días. Era muy difícil de explicar, al menos para ella, pero esos días eran como si hubieran sido meses y entonces le resultaría muy duro que se marchara sin más, que desapareciera. Porque aunque no entendiera qué tenía Adam Jensen o fuera incapaz de explicarlo, ella también se había enamorado de él, casi sin darse ni cuenta, por más que fuera obvio. En como le miraba, como acariciaba su piel, le abrazaba... o simplemente le besaba.
— Entonces quédate conmigo — susurró aquellas palabras muy segura, aferrándose a él como si de no hacerlo fuera a desaaprecer. — Podríamos quedarnos aquí sin tener que salir durante un par de semanas, la radio, tú y yo... — sonrió con cierta picardía, pero su expresión se tornó más tranquila cuando miró sus ojos. Sus manos sujetaron el rostro de él sin dejar de acariciarlo, volvió a besarle, de aquella forma tan ávida, que era como si jamás se hubieran tocado y hubieran esperado años para aquello.
— ¿Y qué quieres comer? — Kennedy le dio un pequeño mordisco en los labios.
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