¿Recuerdas las últimas navidades? [Matthew K.]

Recuerdo del primer mensaje :


Habían sido unos días de lo más extraños. Aquel mes... había ocurrido prácticamente de todo. Había estado hasta arriba de trabajo, sustituyendo en muchas ocasiones a Nicholas. Sobre todo a la hora de tomar algunas decisiones. La falta de un médico en el refugio se hacía notar y en algunas ocasiones mis conocimientos no eran suficientes, aunque había podido solventar todos los problemas que habíamos tenido.

La llegada de Matthew al campamento había sido una de las mejores cosas que me habían pasado en todo este tiempo, por no decir que se trataba de la mejor. Pero nada había sido como yo creía, entre todo el trabajo que tenía y que él mismo había comenzado a colaborar con el refugio, apenas nos habíamos visto mucho. El invierno estaba prácticamente sobre nosotros, así que había muchas cosas que tener listas para entonces. Nos estábamos abasteciendo de ropa de abrigo, mantas, cultivos, comida... todo cuanto encontrábamos era almacenado.

Matt había sufrido graves heridas en una salida. Estuve con él curando sus heridas al principio, aunque ni hablamos o igual él ni siquiera era consciente de lo que pasó. Después otros se encargaron de que estuviera bien, de que fuera mejorando y comiera, cuando pasó lo peor. Yo trataba de acercarme todas las noches a ver como estaba, pero... casi ni hablábamos. Yo seguía sumergida en tareas del campamento, salidas, mis investigaciones...

Aquel día estaba siendo bastante diferente, atardecía y el campamento estaba prácticamente vacío.

— ¿Dónde están todos? — pregunté a la primera persona con la que me crucé. Cargaba con unas carpetas que llevaba a mi cabaña, donde había improvisado un pequeño laboratorio. — Ashley, es Nochebuena, descansa, la mayoría está en el comedor — mi cara cambió drásticamente. Me había olvidado por completo. Navidad, había olvidado la navidad.

Una media hora más tarde me encontraba frente a la puerta de una de las cabañas del refugio. Con la mano a punto de rozar la madera. ¿era estúpido aquello? Me sentía así. Pero no pensé más, mis nudillos llamaron a la puerta.

— ¿Matt? — empujé con suavidad la puerta y asomé mi rostro por el hueco. — ¿Se puede? — pregunté en aquel tono de voz bajo. De normal solía llevar el cabello recogido en una coleta, sin embargo ahora lo llevaba suelto, había dejado en mi cabaña mis habituales prendas de diario y vestía algo más elegante, no es que tuviera mucha ropa allí. La gran mayoría estaba desgastada o rota, era cómoda, de diario para sobrevivir al fin del mundo. Y sin embargo, pensé que para esa noche no estaría de más vestir algo diferente. Incluso había usado un viejo pintalabios que guardaba en mi mochila. Hacía como... ¿tres años? Sí.

Mientras esperaba una respuesta volví a sentirme de aquella forma. ¿Qué pretendía allí ahora? Me habían pedido que dejase de trabajar y eso estaba haciendo, hacía tres años que no podía celebrar una navidad, o simplemente celebrar algo... y si podía hacerlo por fin junto a la persona que quería... otra cosa era que Matt quisiera estar conmigo ahora.

Estaba realmente feliz, se podía ver en su expresión, en la forma de mirarle y reírse junto a él de aquellos comentarios.

— Sí, ya recuerdo, usted caballero fue el responsable de que me distrajera y casi quemara la cena — Ashley tocó con su índice el pecho de él, como quien pretendía regañar a alguien y sin embargo seguía riéndose, porque aquello realmente la divertía y solo fingía molestia. — Fue una buena noche — terminó por recorrer con su mano el abdomen de él en suaves caricias.

— Pues... Silver Lake se está convirtiendo en un hogar de verdad para mi — empezó a decir con calma. — No creí que fuera posible sentirme así de nuevo, no después de lo de Atlanta, pero aquí hay gente muy buena, aunque también hemos perdido a otros tantos... — habló con pena, no podía evitar pensar en buenos amigos que había tenido. — La gente se piensa que soy médico — alzó ambas cejas ligeramente. — Había un doctor, pero desapareció y yo le sustituí, así que me paso el día en la enfermería... — durante mucho tiempo había sido lo más parecido a una doctora allí, no le había quedado de otra y ella hacía lo que podía, pero Ashley hacía más tareas en el campamento, Nicholas se suponía que era el líder de todo aquello, pero con sus continuos viajes, la desaparición de Octavia... había tomado un papel más relevante dentro del mando del refugio, aunque últimamente las cosas parecían poco a poco a volver a su cauce, ella ni siquiera se había dado cuenta de ello y no lo pretendía. Solo quería dar un lugar seguro a aquellos que lo necesitaran y ayudar en lo máximo posible. — A veces salgo en las partidas de búsqueda, siento que debo contribuir con lo que pueda, ayudar a esta gente... es lo mínimo... — se calló. No quería seguir la conversación por ahí, no en aquel momento. — Nicholas me encontró y después encontramos este lugar — explicó rápidamente. — La gente se estaba refugiando aquí y les ayudamos — las manos de ellas seguían acariciando con suavidad la piel de Matt. — Y bueno, ahora que estás tú aquí... — empezó a decir mientras que deslizaba sus dedos por el brazo de él. — Seguro que mejora más mi puntería y defensa, no se me ocurre mejor profesor... — arqueó ambas cejas. — Quería que sonara algo pervertido, pero no me esperaba que fuera a serlo tanto — terminó por confesar entre risas.

— Pues... te puedes creer que apenas le he visto, por no decir que apenas... sé ni quien es... — hizo referencia al hombre que Nicholas había llevado a Silver Lake, le habían hablado de él y poco más. Ella había estado muy ocupada en todo aquel tiempo. — Te guardaré el secreto — le guiñó un ojo justo antes de volver a besar sus labios. Estaba tan a gusto con él allí, que no se planteaba ya salir y si él quería aguardar más tiempo en aquella cabaña, no sería ella quien se lo discutiría.

Dejó salir una risa sincera cuando ella lo acusó de que la comida casi se le había quemado por su culpa -no, claro que no, tú te habías puesto aquella ropa tan sensual. Era imposible para no no querer hacertelo en la cocina cuando todos estaban en la sala viendo el partido- le murmuró con un tono cargado de lujuria y luego la miro a los ojos y con algo más de seriedad dijo -aun eres la mujer más bonita de este planeta ¿Lo sabes?- desde que habían separado, Matt se había cruzado con varias mujeres, algunas más llamativas que las otras pero jamás había sentido lo que sentía cuando la veía a ella.

Dejó que ella comenzará a explicarle cómo había sido su vida desde que había dejado Atlanta. -si, entiendo lo que dices. - porque de a poco el también comenzaba a sentirlo como un hogar, sobre todo ahora que Ashley había vuelto a su vida definitivamente. Levantó una ceja y la miro a los ojos cuando ella dijo que las personas pensaban que era médica -no Ash...- murmuró algo decepcionado de ella y se acomodo en la cama para que lo mirara -¿Ellos saben la verdad? Se que no es fácil pero tienes que decirles la verdad. Nada bueno sale cuando construyes un mundo con mentiras. Miranos a nosotros, casi perdemos esto- se señaló a los dos y siguió -por las mentiras. Tienes que decirles que hacías y para quien trabajabas. No importa lo que pase, yo estaré contigo. Pero por favor, no más mentira-

La pegó a su cuerpo y cerró los ojos algo cansado de esconder tantas cosas -Nichola- repito algo pensativo -el dijo que jamas le hablaste de mí... Pero, tuve la sensación que hablaba con mucho cariño de ti ¿Tengo que preocuparme por eso?- porque estaba seguro que habían algunos sentimientos allí, aunque nada de lo que le habían dicho lo hiciera pensar lo contrario. Quizás solo eran celos de saber que ella había estado todo ese tiempo allí sin el y no tenía que darle mucha importancia.

Sintió su tacto y la manera en la que le hablaba ya entonces dejó escapar un nuevo gruñido -eso sonó perfecto- sus ojos brillaron de lujuria nuevamente, y aunque hablaron brevemente de Balion el dijo -bueno, era un Seals y está loco... Y es lo que importa- se giró para colocarse sobre ella y mirarla a los ojos -pero el punto es que tendrá que esperar un poco porque ahora voy a volver a hacerte el amor- entonces la volvió a besar con fuerza, estaba listo para seguir con la acción y ella era la mujer más hermosa del mundo ¿Que más podía pedir?

Se sentía tan bien allí, sin pensar en nada malo, tan solo en buenos recuerdos que aún los acompañaba y en aquel momento tan tranquilo y especial. Ella sonreía mientras él hablaba, sin dejar de mirarle a los ojos, sin dejar de acariciar su piel...

— Ahh... No me he explicado bien, creen que soy médico porque me he encargado de la enfermería, al fin y al cabo durante un periodo de tiempo fui lo más parecido a uno que había, pero no he mentido a nadie, todos saben que realmente no soy doctora, pero a muchos incluso les da igual y quieren que les siga atendiendo, como si nada y a veces no tenía ni idea de ciertas cosas y debía mirar un montón de libros... — habló con un suspiro, pero más que preocupada se mostraba divertida. No habían tenido que lamentar nada hasta ese momento, solían ser cosas sencillas, y ella por más que explicara que había sido científico, sobre todo los ancianos muchas veces preferían que fuera ella, por la confianza. Aunque... — y ahí tragó saliva al hacer aquella pausa. — Muy pocos saben que trabajé para Umbrella, no lo oculté, pero consideramos que era mejor no airearlo a los cuatro vientos — Sienna incluso llegó a creer que era mejor así, por el propio bien de Ashley.

— Nicholas — Ashley arqueó ambas cejas muy sorprendida de aquellas palabras. — Que no le hablé de ti y cariño... — asintió lentamente varias veces, como quien trataba de asimilar algo que no se creía. — No es cierto, en la base que nos refugiamos estuve buscando información de ti y... — aquello la pilló por sorpresa. — No tienes que preocuparte de nada, ni siquiera... — tragó saliva, dudando de si decir aquello en voz alta o no. — Sé que es una buena persona, me cae bien, pero... no me termina de agradar. Pienso que tiene una responsabilidad con este lugar que no está cumpliendo, ha estado siempre muy ausente, viajando por todo el país obsesionado con Umbrella y aquí no deja de haber familias, niños... se está preparando para una guerra que a mi me da miedo Matt, me aterra por completo, porque... yo he estado ahí, he visto cosas que... ¡Y ni siquiera llegan a una cuarta parte de lo que tendrán! — terminó por explotar, jamás le había contado nada de aquello a nadie. — Encontramos este lugar porque miembros de Terra Save decidieron hacer frente a Umbrella, atacaron a varios de sus convoys y en el último los masacraron por completo, solo sobrevivió una mujer y Keren, el que va en silla de ruedas, nos trajeron para ver como los mayores y niños que se habían quedado aquí perdieron en un día a la poca familia que les quedaba... — Ashley contenía las lágrimas. — No puedo volver a pasar por eso, sé que Umbrella no puede seguir ahí, pero como esa guerra que están preparando salga hacia adelante... no quedará nada de nosotros, creo que no estamos bien preparados y seguir esos impulsos de venganza... No es lo más prudente, debemos ser más sensatos — se limpió rápidamente con el dorso de la mano las primeras lágrimas que cayeron por su rostro.

Había estado enfadada con Nicholas durante todos aquellos meses por su obsesión y seguía sin aprobar aquello, pero la gente seguía queriendo luchar y ella solo veía que se estaban olvidando de otras cosas más importantes en una guerra que estaba perdida. Necesitaban más medicamentos, materiales, comida, vehículos... Tenía miedo, porque sabía que estaban siguiendo a un hombre que se dejaba llevar fácilmente por su ira, eso le preocupaba bastante.

Sin embargo, pese a todo ese miedo, por fin comenzó a sentir una estabilidad, e incluso sentirse segura, gracias a él, que le aportaba toda aquella calma. De nuevo la hizo sonreír, pese a esa tristeza. Era una de las razones por las que tenía claro que era el amor de su vida, lo bien que podía estar con él, como la hacía sentir... le miró fijamente a los ojos mientras acariciaba su mejilla.

— No puedo volver a perderte Matt.

Quizás no lo iba a decir en voz alta pero el hecho de saber que Ash no había mentido allí, lo tranquilizaba bastante, de ahora en más todo tenía que ser clareo. Por supuesto que no era necesario que se lo anden contado a todos, pero si a los líderes del campamento. No quería que al final alguien la acusara de algo que no es -–Gracias preciosa- Le dijo mientras comenzaba a acariciar con dulzura su rostro. Al final le sonrió y dijo –Pues jamás te vi como doctora, pero supongo que podría ir más seguido a la enfermería, quizás hasta te deje ponerme en la camilla- Le guiño un ojo de manera picara.

Ella parecía sorprendida por lo que Matt decía sobre Nicholas pero él era hombre y sabía muy bien como veían los hombres a las mujeres. Quizás ella había hablado de él, pero la idea original del tipo sin un ojo era mantenerlos lejos. El problema había sido que Matt podía ser mucho más territorial de lo que se imaginaban y Ashley era de él y solo de el- –Preciosa… Solo te digo que quizás él te ve como algo mas- Se acercó y le modio el labio -–Eres lo más sensual que he visto, así que tiene lógica que el piense lo mismo-

Él se acomodó un poco y suspiro -–Yo también creo que hay que parar a Umbrella- Sabia que la frase podía ponerla mal así que dijo -–No creo que estemos listo para la guerra, he estado viendo a los que son capaces de pelear en el campamento y son pocos- Así que por eso el mismo había empezado con una serie de pequeños entrenamientos, pero ahora que Balion estaba allí, esperaba que el organizara algo mucho mejor. -–Preciosa, si no terminamos con Umbrella, jamás vamos a poder empezar de vuelta-

Cuando ella comenzó a llorar, le acaricio la mejilla y la atrajo a su cuerpo, sabía lo que era sentir miedo, él lo había sentido cuando pensó que no la volvería a ver a jamás -–Balion me construyo o me está construyendo una camioneta sabes? – Murmuro de manera suave. Aunque había querido hacerle el amor, ya no era momento para ello, así que decidió contarle -–Ya sabes, algo con más protección, armas y lugar para almacenar provisiones- Respiro despacio -–No puedo prometerte que nada me va a pasar preciosa, porque en este mundo jamás sabes cuándo es el último momento, pero… quiero que salgas conmigo cuando voy a buscar cosas, por eso la camioneta, para los dos-

Quizás ella quería quedarse allí pero dijo- –Ashley ya no quiero estar lejos de ti y sé que muchas veces voy a estar lejos del campamento… ¿Vendrías conmigo? Sé que eso quiere decir que te estoy arriesgando… y soy un poco egoísta pero ya no quiero que nos separemos- La hizo girar para ponerla sobre él y acariciarle la espalda --¿Qué dices?-

Matt la hizo reír, pese a la tristeza, sus labios se curvaron con suavidad.

— Pero que sea siempre por verme a mi, no porque necesites mis curas — le miró con cariño, pero ella no podía evitar sentirse así de preocupada. — Promételo Matthew Kowalski — tal vez de esa forma, poniéndose algo más seria e incluso pronunciando su nombre y apellido él captara que no se trataba de una broma. Mientras hablaba ella recorría el cuerpo de él con sus dedos, dedicándole suaves caricias.

Le escuchaba hablar sobre Nicholas y ella negaba con esa ligera sonrisa aún en sus labios, porque le parecía una broma.

— Bueno, pues a mi eres tú eres lo más sexy que hay, así que... no tengo ojos para nadie más — acercó sus labios a los de Matt para besarlos primero con mucha calma y suavidad, alargando ese momento conforme ella aumentaba la intensidad del beso. Jamás se le habría ocurrido algo así, ¿ella y Nicholas? No.

Como no, la sombra de Umbrella seguía ahí. Acechando hasta en los momentos más impensables. Ella no podía dejar de pensar en aquello, creía en que había que pararles y aunque sabía que Matthew estaba bien capacitado para luchar en esa guerra, ella no quería que él fuera. Ella no le quería allí, porque conocía el otro lado. Cuando Matt no estaba en la ecuación de Silver Lake, no le había molestado tanto, había sido más fácil, pero ahora que estaba alguien que le importaba tanto... sentía que podría ocurrir cualquier cosa y ella se moriría. Acariciaba el rostro de él, sin dejar de mirarle, con toda la ternura del mundo. No podía perderle.

— Habrá que prepararse muy bien, y que no se lo vean venir... — susurró mientras se acercaba de nuevo, tanto como para abrazarle y acariciar su espalda, acurrucarse en su pecho bajo su cabeza. Podía olerle y sentir esa calidad que tanto había añorado. En aquel momento solo podía pensar en una cosa y era en qué estaba en su mano para equilibrar la balanza al favor de Silver Lake. Y se le ocurrió algo, pero... no le iba a gustar. Aún así, no era momento para esas preocupaciones, no después de que volvían a estar así, como siempre, juntos.

— Sí — sonrió sobre sus labios. — No te dejaré solo mi vida — no se le podía ocurrir mejor forma para continuar viviendo en aquel páramo lleno de zombies, que a su lado. Ashley se estiró lo suficiente para volver a besar sus labios. Una parte de ella no podía dejar de pensar en lo que acababan de hablar, no se le olvidaría fácilmente. Pero estando en aquel instante con él todos sus problemas y malos pensamientos quedaban atrás. Solo podía centrarse en él.

— ¿Visitaremos por fin el Gran Cañón? — sonrió divertida ante aquella idea. Que se hubieran encontrado de nuevo era sin duda una segunda oportunidad que tenían que atesorar muchísimo. Una oportunidad para continuar su vida juntos y todos los planes que habían tenido de cara al futuro. — Matt, no te haces una idea de lo mucho que te quiero — miró sus ojos fijamente, sin perder esa sonrisa, porque él la hacía inmensamente feliz.

La miro a los ojos y sonrió ante sus palabras -tengo la sensación que voy a pasar mucho tiempo en la enfermería de ahora en más- por supuesto que el mundo seguía y el no podía vivir como si no hubiera nadie más en su vida, pero la verdad es que tampoco continuaría como si no tuviera a nadie en su vida. Miro los ojos de Ash y sonrió, sabía que ahora, esa mujer era su vida y debía luchar para cuidarla en todo momento. La acercó a él y la beso suavemente en los labios -te prometo que intentaré cuidarme a cada momento pero no estoy seguro de poder prometer que no llegaré con heridas- tampoco podía ser irreal

Una vez que pasaron ese tema, Matt sintió que debía advertirle por las intenciones de otro hombre. Aunque ella decía que no había nadie más que el -aun así... Si antes era difícil encontrar una mujer como tú. Imagina lo difícil que es ahora. Tu Ash, eres la más hermosa de todas- le murmuró mientras le acariciaba el cabello. Volvieron a besarse, aunque esta vez fue lento y sin ningún apuro, solo ellos disfrutando de la sensación del contacto de un ser amado.

Las cosas se habían puesto más serias cuando comenzaron a hablar de umbrella pero si algo sabía Matt es que ese no era el momento de hablar de algo así. En cambio era momento de disfrutar de estar vivo, porque aquellos pequeños placeres eran todo lo que tenían. Una sonrisa se formó en sus labios cuando ella dijo que lo acompañaría y el casi como instinto volvió a besarla. Porque aquello significaba más que solo salir de vez en cuando juntos, era su manera de decirle que la quería realmente. En el pasado no la habría llevado a u a misión en Afganistán pero esto era diferente ¿No?

-Iremos donde quieras, quizás a las Vegas- dijo sonriendo, porque no dejaba de sentir que aquello era una aventura para los dos. La miro a los ojos cuando ella dijo que no se hacía una idea lo mucho que la quería y una cosa paso por su mente -Ash... ¿Hay algún cura en el campamento?- se movió para levantarse de la cama y entre sus cosas busco las chapitas militares donde tenía colgado los que iban a ser sus anillos de boda y se lo mostró -¿Quieres ser mí esposa? No mañana o en un año, estoy hablando de esta noche. Todos están en el campamento y después de todo, es una noche donde podremos festejar-

El sabía que era una locura pero siempre había querido que fuera su esposa -¿Que dices?- camino hasta ella y se sentó en la cama para mirarla a los ojos - tu y yo juntos, como siempre tenía que haber sido ¿No?- no iba a enojarse si ella decía que no, pero la miraba lleno de ilusión

Adoraba a Matt. Ahora recordaba esa habilidad que tenía él de hacerla sentir mejor cuando peor se sentía. Lo había echado tanto de menos que en aquel momento se sentía plena por primera vez en mucho tiempo, pese a todo, pese al miedo de lo inminente, lo que pudiera pasar... él siempre la reconfortaba.

— ¿Y un hombre como tú? — ella arqueó una ceja también, acercando su rostro hacia él como quien quisiera interrogarle. — Seguro que más de una se ha dado cuenta de lo mucho que vales... — ahora frunció sus labios y ceño fingiendo molestia. — Me pregunto si yo también tendré que preocuparme... — empezó a reírse ante sus propias palabras, porque ella nunca había dudado de él. Pero ya que él sacó el tema no pudo evitar seguirle en aquello.

— Oh Matt... — se volvió a abrazar a él de nuevo. — Claro que no puedo separarme de ti ahora, hemos estado mucho tiempo solos y... te quiero — sonrió ampliamente, feliz, muy feliz. — ¡Te quiero muchísimo! — exclamó. — Podría salir ahí afuera ahora mismo y gritárselo a todo el mundo — seguía riéndose, sin dejar de abrazarle, mientras acariciaba su cuerpo y recorría su piel repartiendo un sin fin de besos.

— ¡¿Un cura?! — exclamó mientras prácticamente gateaba para acercarse al borde de la cama conforme él se levantaba. Ella quería ver lo que hacía porque en aquel momento solo podía pensar en una cosa y temía estar equivocándose. — Yo... esto... no sé, no estoy segura, pero... — ni siquiera fue capaz de articular frase alguna, cuando vio las anillos se llevó ambas manos a la cara, sonriendo tanto... como una niña, estaba tan emocionada que en aquel momento casi no pudo ni hablar. — ¡Sí, sí, sí, sí, sí...! — y muchas más afirmaciones que salieron de sus labios mientras ella saltaba hacia él, abrazandole con todas sus fuerzas. No era la primera vez que se prometían, ya tuvieron su ocasión especial en el pasado y fue muy emocionante, sin embargo en aquel momento era diferente. Tras lo que ocurrió en Atlanta, Ashley creyó que Matt no querría volverla a ver. Pese a la reconciliación de aquella noche o lo que habían hablado los últimos días... ella temía que él no la quisiera de la misma forma que en antaño. Era algo que le preocupaba mucho y por eso no había querido sacar el tema, porque le aterraba la respuesta. Que ahora él le pidiera formalizarlo, ya, esa misma noche... era la forma de saber que de verdad la amaba. Y Ashley ya no podría imaginarse la vida sin su Matt, habían estado separados durante mucho tiempo y no había habido un solo día en el que no le echara de menos.

Ella le abrazaba y besaba por toda la cara, riéndose como nunca en los últimos meses. Estaba feliz, realmente feliz... sentía que por fin recuperaba una parte muy esencial de su vida, en un mundo que había sido demasiado cruel con todos. Incluso sentía que no merecía esa felicidad, pero no podía rechazarla. Siempre había estado perdidamente enamorada de Matt.

Seguía riendo, feliz, se dejó caer en la cama con él encima, observó su rostro, ya más calmada, con mucha ternura. Besó sus labios con calma y sobre todo gran afecto. No se separaría jamás de él, no volvería a permitirlo, nunca más como la última vez.

Dejó salir una risa divertida al escucharla, cuando era joven Matt había sido más atento a las mujeres y había tenido más de una aventura pero desde el momento que la había conocido había dejado de mirar a las otras mujeres e incluso de prestarles atención si alguien intentaba coquetear con el. Por eso le había pedido casamiento, ella era la indicada, la que había hecho que el resto dejarán de importar, sin pensar en que tan hermosa o atractiva podía ser un maujer, Ashley siempre aparecía en su mente

¿Cuánto tiempo había extrañado escuchar sus palabras? Desde el mismo día en Atlanta cuando discutieron. Tenía una sonrisa marcada en el rostro -te amo preciosa. Se que tarde un poco en darme cuenta y bueno, que quizás necesitaba estar al borde de la muerte para darme cuenta pero te amo Ashley y ya no quiero estar lejos tuyo- le acarició la mejilla con ternura mientras pensaba muchas cosas a la misma vez. Al menos hasta que esa idea apareció en su mente. No era como lo había planeado pero eso no importaba ¿No? Solo quería que ella fuera su esposa.

Se levantó de la cama mientras le preguntaba a Ashley si había un cura y ella pareció preocupada, al menos hasta que el le mostró los anillos y termino por hacerle la pregunta. El sonrió feliz al escucharla y la tomo en sus brazos cuando ella lo abrazo, entonces la levantó y comenzó a reír de feliz - te prometo esforzarme cada día para hacerte feliz nena- le murmuró al oído mientras no podía dejar de sonreír ¿Eso era felicidad? Si, aún más que antes porque el mundo se había ido a la mierda y había pensado que con el también su vida, pero ahí estaba, con la mujer que amaba en los brazos y aún estaba vivo ¿Que más podía pedir?

Cuando ambos terminaron en la cama y besándose Matt se separó un poco de ella y dijo -deberias buscar un lindo vestido, alguien debe tener alguno... Porque si sigues besándome así, voy a volver a hacerte el amor- se movió sobre ella solo para hacerle sentir que ya estaba listo para ella nuevamente -Te amo Ashley, eres la mujer de mí vida y creo que lo supe desde la primera vez- mantuvo la mirada en ella y la hizo girar para que quede sobre el -ve a ponerte hermosa... Al menos un poco más de lo que eres. - aunque el no tenía ni puta idea que iba a ponerse, solo tenía su uniforme de combate

Después de los últimos meses aquello parecía todo un sueño, tan difícil de creer que Ashley no dejaba de sonreír.

— ¿Sabes? — preguntó cuando se quedó tumbada sobre él. — Tenía miedo de que ya no quisieras casarte conmigo — Ashley lo miraba de reojo a sus ojos, ya que andaba algo distraída llenando de caricias sus brazos. — Ahora tengo más claro que nunca, después de todo por lo que hemos pasado, que quiero estar a tu lado Matt, si pudo haber alguna duda... — realmente ella no había llegado a tener dudas como tal. Sí los típicos miedos al compromiso que solían aparecer en las futuras novias, pero eso no tenía nada que ver. Amaba a su futuro marido y quería pasar lo que le quedase de vida a su lado. Le miró con ternura y volvió a besar sus labios una vez más. Un beso mucho más largo y apasionado.

— ¿Algo bonito? — añadió después riéndose. — ¿Cuál se considera la ropa de gala del apocalipsis, le ato un lazo a alguna de mis armas? — bromeó fingiendo que pensaba en ello. — ¡Ahhh no... no me obligues a irme de aquí ahora! — la morena volvió a tumbarse sobre él y esta vez le abrazó con mucha fuerza, para no soltarse. Quería quedarse allí algo más. Y aunque hubiese bromeado sobre ello, ella seguía pensando en si de verdad podría usar alguna de sus prendas para aquella noche. Algo se le ocurriría.

— ¿Y qué tan malo sería eso? — cuestionó con una sonrisa algo más pícara. La morena volvió a acercar sus labios a los de él y los besó con cariño, terminando por darle un pequeño mordisco mucho más travieso. Ella le miró alzando las cejas con diversión. Estaba feliz y solo quería disfrutar de todo aquello, sin prisas. Alargar aquella noche lo máximo posible. Era la primera navidad feliz que tenían en mucho tiempo. Que menos que aprovecharla todo lo que pudieran.

La miro con cierta curiosidad al decir que tenía miedo de que no quisiera casarse con ella y aunque no dijo nada, levantó bla mano para acariciarla lentamente y dijo -siempre supe que eras la mujer con la que quería estar, pero en Atlanta... Yo creo que te culpes de más, estaba enojado conmigo mismo y con el hecho de que te amaba tanto.- ¿Se había disculpado ya por eso? No estaba seguro pero quería hacerlo -lo siento preciosa. Jamás debí haber reaccionado así- seguía acariciándola lentamente porque si algo tenía que admitir es que siempre le había gustado tocar su piel.

Volvió a reír cuando ella hizo aquella broma sobre lo que debía ponerse y el sonrió -bueno también puedes ir desnuda porque realmente te vez perfecta así pero creo que me pondría algo celoso si alguien te viera así- Matt luchaba en todo momento con la educación que había tenido e intentaba adaptarse a un nuevo mundo pero no podía con la idea de que alguien más la deseara.

Ella lo abrazó y el rodeo su cintura con los brazos -¿Irte? No, si lo que yo quiero es que te quedes para siempre. Tu y yo...- le murmuró con suavidad. Por un momento se quedó en silencio mientras recordaba todo lo que había pasado para llegar hasta allí y sonrió para decir -te he extrañado mucho. Más de lo que quería decir en voz alta. Antes de encontrarte conocí a una chica, ella estaba buscando a un militar, dice que se parecía a mí. - el recuerdo de la chica zorro lo hizo sonreír con cierta ternura -ella me aseguro que iba a encontrarte, porque si. Yo le hablé de ti- al final la pelirroja había tenido razón -quizas algún día la vuelva a encontrar y tú puedas conocerla-

Tomo las sábanas de la cama y las mantas para arropar a Ashley con cuidado -Supongo que tú y yo podemos quedarnos un poco más aquí ¿No?- al menos hasta que Balion notará su ausencia - luego iremos a buscar a alguien que nos case. Porque no pienso vivir un día más sin que seas mí esposa - ya habían esperado demasiado tiempo para su gusto, era hora de que fueran una familia