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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Las locas vegas [pasado con Victoria]
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Las locas vegas [pasado con Victoria]
Hora y tiempo desconocido.
Las vegas.
X.
“Vaya no hay ni mierda”, pensó el hombre en un gran pasillo de lo que parecía un hotel, un edificio de grandes dimensiones, se movía con calma prestando suma atención a su oído, iba armado hasta los dientes aunque sin ninguna clase de identificación de Umbrella, un método eficaz para ver que podía encontrar, quizás supervivientes, quizás comida o algún tipo de enser interesante, tenía que encontrar puntos de referencia o algún lugar apto para las telecomunicaciones, ganar zonas de interés podría ser una baza más que valiosa para el futuro de la compañía, le gustaba adelantarse a las posibles necesidades que pudiera tener la Empresa, como un buen perro trabajador tenía que hacer un poco de todo, además salir de la base le daba cierta sensación de libertad, cosa que podría ser usada para toda clase de cosas, no estaba monitoreado y se sentía más agente de campo que un mero recluta, quizás por su valor o sus talentos le permitían este tipo de “cosas” al agente.
-Esto es bastante grande, susurró para su mismo, manteniendo el arma sujeta con su arma diestra, una pistola perfectamente cargada y equipada, estaba claro que llevaba tiempo moviéndose solo, solo tenía que ver como se comportaba, como se movía y a lo que prestaba atención, las puertas, los sonidos en un sitio supuestamente vacío o el hecho de moverse con sigilo por pura inercia, nunca sabias qué diablos podías encontrar en un sitio así, de un momento a otro todo podía cambiar y no ser consciente de ello solo te arrastraría a una prematura muerte.
El pasillo en el que se encontraba era tremendamente amplio, había máquinas de juego, tragaperras como se denominaban vulgarmente, era maquinas que se usaban mucho en esa especie de antros, parecía que la parte inferior del edificio era un casino mientras que la parte más alta eran las habitaciones, donde se hospedaban los huéspedes, no había pasado nadie por ese lugar desde hace tiempo, al menos eso daba la sensación, el sitio estaba como enmohecido, los aromas se mezclaba generando una batiburrillo raro mientras que la luminosidad del sitio era notable, por las grandes cristaleras que existían en el local, una ventaja clara si es que tenía algún “invitado” indeseado.
-Esto es bastante grande, susurró para su mismo, manteniendo el arma sujeta con su arma diestra, una pistola perfectamente cargada y equipada, estaba claro que llevaba tiempo moviéndose solo, solo tenía que ver como se comportaba, como se movía y a lo que prestaba atención, las puertas, los sonidos en un sitio supuestamente vacío o el hecho de moverse con sigilo por pura inercia, nunca sabias qué diablos podías encontrar en un sitio así, de un momento a otro todo podía cambiar y no ser consciente de ello solo te arrastraría a una prematura muerte.
El pasillo en el que se encontraba era tremendamente amplio, había máquinas de juego, tragaperras como se denominaban vulgarmente, era maquinas que se usaban mucho en esa especie de antros, parecía que la parte inferior del edificio era un casino mientras que la parte más alta eran las habitaciones, donde se hospedaban los huéspedes, no había pasado nadie por ese lugar desde hace tiempo, al menos eso daba la sensación, el sitio estaba como enmohecido, los aromas se mezclaba generando una batiburrillo raro mientras que la luminosidad del sitio era notable, por las grandes cristaleras que existían en el local, una ventaja clara si es que tenía algún “invitado” indeseado.
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- Klaus se encuentra en las vegas, mirando la zona y buscando provisiones, sin saber que podría encontrar en un lugar como ese. @Victoria Watson
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
<< Narro - Hablo (723EBD)- "Pienso (996633)" >>
Su cuerpo se enderezó de golpe llevándose una mano al pecho, notando como su corazón luchaba para no colapsar. Había sido una pesadilla tan real que las lágrimas brotaron de sus ojos nada más abrirlos. Empezó a inspirar y expirar con fuerza, tratando de calmar sus emociones mientras miraba a su alrededor e intentaba recordar donde estaba. Era una habitación minúscula, llena de polvo y botes de limpieza que ahora solo eran envases vacíos y, tras frotarse los ojos con fuerza, recordó que era el escobero de lo que una vez fue un hotel de lujo en las maravillosas Vegas.
Se desperezó con un fuerte suspiro y se levantó sacudiéndose el polvo de la ropa tratando de no toser por toda la tierra que se movía en el aire de aquel pequeño habitáculo. Revisó sus pertenencias y, palanca en mano, abrió la puerta la cual chilló conforme se iba iluminando. Sus cejas se curvaron en una mueca de tensión esperando que nada ni nadie hubiese escuchado el eco que se produjo en un lugar tan amplio y silencioso. Se tomó unos segundos tratando de agudizar el oído pero todo parecía estar igual que como lo dejó horas atrás, en un estado de profundo y tenso silencio que parecía ser el predecesor a la tempestad.
Se frotó la cara con una mano intentando despertar del todo y salió de allí comenzando a caminar por el amplio pasillo de moqueta sucia y ennegrecida, esquivando maletas y carritos que quedarían allí por el resto de los días. Avanzó sin más, con calma, tratando de olvidar la angustia y malestar que aún se removían por su mente y, cuando llegó a la gran sala del casino, retrocedió sobre sus pasos con toda la rapidez que pudo pegando la espalda a la pared más cercana... No sabía si sus ojos habían visto bien o la soledad ya empezaba a pasarle factura, pero el sudor que empezaba a formarse en su frente indicaba que su corazón volvía a correr a mil por hora.
Lentamente comenzó a deslizarse por la pared hasta la esquina para ver que o quien estaba allí. Deseaba por todos los dioses habidos y por haber que fuese un simple zombie, siempre era más fácil tratar con ellos que con las personas. Por eso, mientras el sudor se acumulaba en la mano que sujetaba la palanca se fue inclinando en la esquina poco a poco hasta que sus ojos dieron con el susodicho...
Se desperezó con un fuerte suspiro y se levantó sacudiéndose el polvo de la ropa tratando de no toser por toda la tierra que se movía en el aire de aquel pequeño habitáculo. Revisó sus pertenencias y, palanca en mano, abrió la puerta la cual chilló conforme se iba iluminando. Sus cejas se curvaron en una mueca de tensión esperando que nada ni nadie hubiese escuchado el eco que se produjo en un lugar tan amplio y silencioso. Se tomó unos segundos tratando de agudizar el oído pero todo parecía estar igual que como lo dejó horas atrás, en un estado de profundo y tenso silencio que parecía ser el predecesor a la tempestad.
Se frotó la cara con una mano intentando despertar del todo y salió de allí comenzando a caminar por el amplio pasillo de moqueta sucia y ennegrecida, esquivando maletas y carritos que quedarían allí por el resto de los días. Avanzó sin más, con calma, tratando de olvidar la angustia y malestar que aún se removían por su mente y, cuando llegó a la gran sala del casino, retrocedió sobre sus pasos con toda la rapidez que pudo pegando la espalda a la pared más cercana... No sabía si sus ojos habían visto bien o la soledad ya empezaba a pasarle factura, pero el sudor que empezaba a formarse en su frente indicaba que su corazón volvía a correr a mil por hora.
Lentamente comenzó a deslizarse por la pared hasta la esquina para ver que o quien estaba allí. Deseaba por todos los dioses habidos y por haber que fuese un simple zombie, siempre era más fácil tratar con ellos que con las personas. Por eso, mientras el sudor se acumulaba en la mano que sujetaba la palanca se fue inclinando en la esquina poco a poco hasta que sus ojos dieron con el susodicho...
Las locas vegas [pasado con Victoria]
Hora y tiempo desconocido.
Las vegas.
X.
¿Conoces esa sensación de peligro que se dispara en tu cerebro cuando notar que alguien se acerca?, pues eso mismo es lo que le paso al chico, ni corto ni perezoso busco sacar partido de todo aquello, no parecía un zombie, al menos por el sonido que hacía, no era tan llamativo como este pero tampoco tan sigiloso como un animal pequeño, como podía ser un pájaro o un roedor, entonces ¿Qué quedaba?, solo problemas, estaba acostumbrado a encuentros tensos, de ahí que adoptara esa postura a la espera de posiblemente abrir fuego, si tenía algún problema dispararía sin dudarlo aunque claro, primero porque no hablar las cosas ¿no?, siempre había sitio para la violencia, decidió esperar, expectante extendido en el suelo apuntando hacia la esquina, esperando que apareciera lo que estuviera detrás, estaba más que motivado a encontrárselo.
Sus ojos se abrieron ligeramente comprobando que era una chica, su edad posiblemente fuera aproximada a las del agente, quedo quieto y esbozo una larga sonrisa, como si aquello se tratara de un malentendido que ambos adultos pudieran entender, llevaba una barra de metal en las manos, ¿enserio alguien se movía con algo tan rudimentario por los sitios?, para aplastar cabezas de zombis era útil pero ¿para algo más?, debía estar muy confiada de sí misma si portaba esa arma.
-Podrías invitarme a una copa antes de abrirme la cabeza con esa barra ¿no?, soy un hombre muy clásico, aclaró haciéndole un pequeño gesto para que se dejara ver pues de asomar por la esquina, era una broma, lo dijo hasta en un tono jocoso, una medida más que clara para rebajar la posible situación que podía existir entre ellos, posiblemente la fémina sería más que letal con la barra de hierro pero, el agente con su arma podría agujerearla antes de que se acara, entonces, no había necesidad de ello, podía ambos sobrevivir y quedar más que en paz, estaba claro que a ningún de los dos le vendría bien el ruido excesivo así que, ¿Por qué no ser civilizados?
-Esperaba pasear tranquilo por esta ruina de sitio, es una sorpresa haber dado con otra persona, explicó el chico enseñando el arma un apuntando hacia arriba, dándole un margen a la mujer, de modo que pudiera entender que no iba a dispararle, al menos por el momento, cosa que ya era mucho.
Sus ojos se abrieron ligeramente comprobando que era una chica, su edad posiblemente fuera aproximada a las del agente, quedo quieto y esbozo una larga sonrisa, como si aquello se tratara de un malentendido que ambos adultos pudieran entender, llevaba una barra de metal en las manos, ¿enserio alguien se movía con algo tan rudimentario por los sitios?, para aplastar cabezas de zombis era útil pero ¿para algo más?, debía estar muy confiada de sí misma si portaba esa arma.
-Podrías invitarme a una copa antes de abrirme la cabeza con esa barra ¿no?, soy un hombre muy clásico, aclaró haciéndole un pequeño gesto para que se dejara ver pues de asomar por la esquina, era una broma, lo dijo hasta en un tono jocoso, una medida más que clara para rebajar la posible situación que podía existir entre ellos, posiblemente la fémina sería más que letal con la barra de hierro pero, el agente con su arma podría agujerearla antes de que se acara, entonces, no había necesidad de ello, podía ambos sobrevivir y quedar más que en paz, estaba claro que a ningún de los dos le vendría bien el ruido excesivo así que, ¿Por qué no ser civilizados?
-Esperaba pasear tranquilo por esta ruina de sitio, es una sorpresa haber dado con otra persona, explicó el chico enseñando el arma un apuntando hacia arriba, dándole un margen a la mujer, de modo que pudiera entender que no iba a dispararle, al menos por el momento, cosa que ya era mucho.
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- Klaus escucha algo y decide tumbarse en el suelo boca arriba apuntando con su arma hacia la espina, esperando ver que, lo que aparece en la joven muchacha, soltando una de sus frases espera que la mujer no intente abrirle la cabeza con esa barra de metal.
@Victoria Watson- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
<< Narro - Hablo (723EBD)- "Pienso (996633)" >>
Cuando su mirada se cruzó con él un escalofrío le recorrió la columna a la vez que se mordía los labios maldiciéndose a si misma por ser tan descuidada. Los días de soledad le pasaban factura y se olvidaba de que había cosas peores que la infección que asolaba el mundo.
Con resignación y ante el gesto y comentario del hombre, salió lentamente de la esquina levantando ligeramente ambas manos dejando ver que ante un enfrentamiento tenía todas las de perder, quizás así no la convirtiera en un colador con el arma que cargaba en las manos.
- Me han dicho que aquí las copas son caras y de baja calidad... No creo que merezca la pena - Dijo intentando mostrar indiferencia ante la situación de desventaja pero sin dejar de estar alerta. Tal vez no estaba solo...
Se mantuvo en su posición dejando que solo sus ojos viajasen de un lugar a otro, esperando que todo el caos comenzase como siempre hacía pero, esta vez parecía equivocarse. Cuando el hombre dejó de apuntarla sintió como si se quitase la mochila que llevaba a la espalda y sus hombros se relajaron, dejando caer los brazos a ambos lados de su cuerpo.
-Digo lo mismo, llevo días sin ver a nadie que no se le caiga la carne a trozos... - Sus ojos empezaron a escudriñar al chico, fijando la vista en la katana que colgaba de su espalda y no pudo ocultar el gesto que hizo con sus cejas ante la sorpresa. Parecía preparado para cualquier cosa y ya era mucho más de lo que ella podía decir. -¿Y has encontrado algo útil aqui? Por que llevo un par de días por la zona y aparte de tierra y algún vecino molesto no he visto gran cosa - Trató de ser simpática, no tenía intención de pelearse con alguien que parecía sacado de una película de samuráis modernos.
Se acercó despacio hasta apoyarse en una de las mesas ruleta y darle a esta un golpe con el dedo para ver si se movía, cosa que por el oxido y la suciedad no pasó. Había un par de metros entre ellos y esperaba que así siguiese siendo por si las cosas se ponían feas tener tiempo de moverse con rapidez hasta su pequeño escondite.
Con resignación y ante el gesto y comentario del hombre, salió lentamente de la esquina levantando ligeramente ambas manos dejando ver que ante un enfrentamiento tenía todas las de perder, quizás así no la convirtiera en un colador con el arma que cargaba en las manos.
- Me han dicho que aquí las copas son caras y de baja calidad... No creo que merezca la pena - Dijo intentando mostrar indiferencia ante la situación de desventaja pero sin dejar de estar alerta. Tal vez no estaba solo...
Se mantuvo en su posición dejando que solo sus ojos viajasen de un lugar a otro, esperando que todo el caos comenzase como siempre hacía pero, esta vez parecía equivocarse. Cuando el hombre dejó de apuntarla sintió como si se quitase la mochila que llevaba a la espalda y sus hombros se relajaron, dejando caer los brazos a ambos lados de su cuerpo.
-Digo lo mismo, llevo días sin ver a nadie que no se le caiga la carne a trozos... - Sus ojos empezaron a escudriñar al chico, fijando la vista en la katana que colgaba de su espalda y no pudo ocultar el gesto que hizo con sus cejas ante la sorpresa. Parecía preparado para cualquier cosa y ya era mucho más de lo que ella podía decir. -¿Y has encontrado algo útil aqui? Por que llevo un par de días por la zona y aparte de tierra y algún vecino molesto no he visto gran cosa - Trató de ser simpática, no tenía intención de pelearse con alguien que parecía sacado de una película de samuráis modernos.
Se acercó despacio hasta apoyarse en una de las mesas ruleta y darle a esta un golpe con el dedo para ver si se movía, cosa que por el oxido y la suciedad no pasó. Había un par de metros entre ellos y esperaba que así siguiese siendo por si las cosas se ponían feas tener tiempo de moverse con rapidez hasta su pequeño escondite.
Las locas vegas [pasado con Victoria]
Hora y tiempo desconocido.
Las vegas.
X.
-Aunque sea una mierda, no se debe despreciar un buen trago, a fin de cuentas nunca se sabe cuándo acabas con la lengua fuera ¿no?, explicó soltando un de carcajadas esperando que la mujer pillará aquel humor tan fino que pudiera tener el agente, a ojos del mundo Klaus era un superviviente más, aunque claro no dirían lo mismo los agentes con los que trabajaba en la base, aunque claro, esto es haría de otro costal, ahora tocaba ver quien era la chica o si suponía aunque clase de amenaza con ese enorme malo metálico que tenía, -Toma creo que esto te vendrá bien, comentó cediéndole un hacha y una pistola, una Matilda sin balas, no le daría el trabajo hecho a la pobre chica ¿no?, al menos así evitaría que se dejara los dedos disparando o haciendo pruebas o que, por azares del destino busca asaltar al agente, no parecía mala chica pero nunca te podías fiar y menos en esa clase de situaciones.
-Me daría bastante vergüenza que intentaras intimidar a otra persona con un palanca, otra vez, explicó para hacerle un gesto esperando que esta la siguiera, no sabía si dispondrían de algo de comida o algún sitio para descansar pero seguramente la cocina estuviera en la planta baja, en la zona ca catering aunque bueno, no lo peino todo aun, por lo que, tener otros dos ojos seria mejor para moverse y evitar sorpresas innecesarias, -espero que no me la ”juegues” a la primera de cambio por que, si fallas bueno, no habrá más oportunidades, sentenció de manera seca, recta, como si fuera lo único sincero que había dicho en el rato que estaban pasando juntos, no pretendía ser descortés ni secante pero, si la chica se pasaba de lista y buscaba asaltarlo, más vale que lo matara de un golpe porque, sino le cosería todas las tripas a cortes con su katana, y no, no era una exageración.
-¿Viniendo hacia aquí as visto el mapa del sitio?, yo ni siquiera me fije, aclaró a la espera de que la fémina le diera una respuesta a sus preguntas, ni siquiera se habían presentado pero quizás fuera mejor así, ¿tendría que engañarla?, bueno, no tenía por qué, aunque solía dar su alias como nombres, “el bueno de Miércoles”, era gracioso cuanto menos que se denominara así.
-Me daría bastante vergüenza que intentaras intimidar a otra persona con un palanca, otra vez, explicó para hacerle un gesto esperando que esta la siguiera, no sabía si dispondrían de algo de comida o algún sitio para descansar pero seguramente la cocina estuviera en la planta baja, en la zona ca catering aunque bueno, no lo peino todo aun, por lo que, tener otros dos ojos seria mejor para moverse y evitar sorpresas innecesarias, -espero que no me la ”juegues” a la primera de cambio por que, si fallas bueno, no habrá más oportunidades, sentenció de manera seca, recta, como si fuera lo único sincero que había dicho en el rato que estaban pasando juntos, no pretendía ser descortés ni secante pero, si la chica se pasaba de lista y buscaba asaltarlo, más vale que lo matara de un golpe porque, sino le cosería todas las tripas a cortes con su katana, y no, no era una exageración.
-¿Viniendo hacia aquí as visto el mapa del sitio?, yo ni siquiera me fije, aclaró a la espera de que la fémina le diera una respuesta a sus preguntas, ni siquiera se habían presentado pero quizás fuera mejor así, ¿tendría que engañarla?, bueno, no tenía por qué, aunque solía dar su alias como nombres, “el bueno de Miércoles”, era gracioso cuanto menos que se denominara así.
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- Klaus escucha algo y decide tumbarse en el suelo boca arriba apuntando con su arma hacia la espina, esperando ver que, lo que aparece en la joven muchacha, soltando una de sus frases espera que la mujer no intente abrirle la cabeza con esa barra de metal.
@Victoria Watson- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
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Se quedó en silencio tras el comentario ya que no supo como interpretarlo. ¿Se refería a ser un zombie e ir con mitad de mandíbula bailando? ¿O se refería a otro tipo de situación mucho menos probable? Igualmente, fuese lo que fuese, se dedicó a levantar las cejas y girar un poco el rostro sin decir nada, observando como se reía.
No se fiaba de él, no sabía si era por su cara o por lo relajado que se le veía, aunque ella con esas armas consigo también caminaría más tranquila... Y, como si él le hubiese leído la mente, se acercó ofreciéndole un hacha y una pistola. Su cara fue todo un poema, alternando la vista entre lo que sostenía en sus manos y su cara. Nadie regalaba cosas así por que si, y menos cosas de ese estilo, lo que le pareció muy extraño. Dudo varios segundos pero, viendo que no parecía ser una broma, guardó el arma en su mochila y se mantuvo con el hacha en su mano libre.
-Ahora espero que no me pidas cosas raras a cambio por esto... Yo no pedí nada- Estaba claro que no se lo iba a devolver a no ser que su vida corriese peligro, algo así como una pistola en la sien o similares. -Y que sepas que la palanca puede resultar muy útil. - Vio el gesto que le hizo para que le siguiera y, tras tomarse unos segundos para pensarlo, se encogió de hombros y comenzó a caminar detrás de él. Total, no tenía nada que perder... ¿Verdad?
La voz del chico hizo eco en el sucio pasillo e hizo que todo se volviera un poco más siniestro. Sabía a que se refería, le había dado un par de armas de gratis y ahora pensaba cobrárselo de alguna manera. Suspiró con resignación y, dejando las armas sujetas en su cinturón durante un segundo, se ató el pelo. Odiaba no poder cumplir su rutina después de despertar.
-Si te refieres al mapa del edificio la verdad es que no. No entre por recepción y visto como esta todo, dudo que haya algún mapa ya. - Dio un pequeño golpe a un par de escombros en el suelo, los cuales cayeron rodando por una escalera - Si quieres ir a ver si lo encuentras creo que es por aqui. - Comentó para luego empezar a descender. La verdad es que la noche que llegó no se fijo en mucho, solo quería encontrar el agujero más seguro donde meterse y poder dormir tranquila.
No solía meterse en ciudades grandes o sitios donde, en otros años, hubiese estado lleno de gente. Había aprendido por experiencia que eran los sitios donde las peores cosas ocurrían. Te podía salir cualquier tipo de mutante, grupo de zombies o peor, de personas... Por eso rezaba a cualquiera que quisiera escucharla que esta vez fuese un momento diferente.
No se fiaba de él, no sabía si era por su cara o por lo relajado que se le veía, aunque ella con esas armas consigo también caminaría más tranquila... Y, como si él le hubiese leído la mente, se acercó ofreciéndole un hacha y una pistola. Su cara fue todo un poema, alternando la vista entre lo que sostenía en sus manos y su cara. Nadie regalaba cosas así por que si, y menos cosas de ese estilo, lo que le pareció muy extraño. Dudo varios segundos pero, viendo que no parecía ser una broma, guardó el arma en su mochila y se mantuvo con el hacha en su mano libre.
-Ahora espero que no me pidas cosas raras a cambio por esto... Yo no pedí nada- Estaba claro que no se lo iba a devolver a no ser que su vida corriese peligro, algo así como una pistola en la sien o similares. -Y que sepas que la palanca puede resultar muy útil. - Vio el gesto que le hizo para que le siguiera y, tras tomarse unos segundos para pensarlo, se encogió de hombros y comenzó a caminar detrás de él. Total, no tenía nada que perder... ¿Verdad?
La voz del chico hizo eco en el sucio pasillo e hizo que todo se volviera un poco más siniestro. Sabía a que se refería, le había dado un par de armas de gratis y ahora pensaba cobrárselo de alguna manera. Suspiró con resignación y, dejando las armas sujetas en su cinturón durante un segundo, se ató el pelo. Odiaba no poder cumplir su rutina después de despertar.
-Si te refieres al mapa del edificio la verdad es que no. No entre por recepción y visto como esta todo, dudo que haya algún mapa ya. - Dio un pequeño golpe a un par de escombros en el suelo, los cuales cayeron rodando por una escalera - Si quieres ir a ver si lo encuentras creo que es por aqui. - Comentó para luego empezar a descender. La verdad es que la noche que llegó no se fijo en mucho, solo quería encontrar el agujero más seguro donde meterse y poder dormir tranquila.
No solía meterse en ciudades grandes o sitios donde, en otros años, hubiese estado lleno de gente. Había aprendido por experiencia que eran los sitios donde las peores cosas ocurrían. Te podía salir cualquier tipo de mutante, grupo de zombies o peor, de personas... Por eso rezaba a cualquiera que quisiera escucharla que esta vez fuese un momento diferente.
Las locas vegas [pasado con Victoria]
Hora y tiempo desconocido.
Las vegas.
X.
¿Pedirte algo?, vaya no sabía que eras como “la virgen de Fátima”, ¿concedes milagros?, comentó con clara sorna, se lo tomaba a broma, bueno, en su vida solía hacerlo, era alguien que, pese a ser militar y tener un claro sentido del deber y la misión, no dejaba de lado ese humor tan sucio que tenía, era visceral y bastante brusco en su modo, incluso podría parecer alguien ofensivo en determinados momentos, careciendo totalmente de filtro en determinados momentos, era una de sus virtudes pues, lejos de engañar o estafar mostraba su verdadera y grotesca naturaleza, ¿ qué te gustaba?, bien genial, ¿Qué no?, pues te jodias o marchabas, era bastante simple, -Hermana Fátima ¿podrá salvar mi alma?, reprobó de nuevo, si, seguía con aquel cachondeo para hacerle un gesto para que le siguiera, era mejor ir acompañado de cara a que pudiera pasar cualquier desgracia, además si ambos encontraban comida podría reponer fuerzas aunque luego acabaran separándose, aquel encuentro podría dar mucho de sí.
-¿Sueles moverte sola?, si es así no negare que tienes unos cojones bien puestos, yendo con tu patita de cabra golpeando zombis a la espera de toparte con algún loco de las llanuras, explicó haciendo un gesto, vio un cartel pero, ¿debían acercarse?, todo parecía tranquilo, as de la cuenta, quizás esto fuera alguna especie de trampa o algún tipo de problema, pecar de apresurado podía tener un desenlace cuanto menos trágico, pero ahí estaban ellos dos, como si de un verdadero equipo se trataba esperando ver que cojones hacer, la chica parecía habladora, tanto o parecida a lo que era Klaus, aunque claro, era complicado congeniar con alguien que acabas de conocer, Klaus era consciente del valor de la información y saber cómo era la chica le ayudaría a entender si podría ser una aliada o bien una amenaza para sus propios objetivos, quizás esto fuera lo principal después de todo y, aquel viaje solo fuera una excusa para conseguir la valiosa información que tanto ansiaba el agente.
-¿Sueles moverte sola?, si es así no negare que tienes unos cojones bien puestos, yendo con tu patita de cabra golpeando zombis a la espera de toparte con algún loco de las llanuras, explicó haciendo un gesto, vio un cartel pero, ¿debían acercarse?, todo parecía tranquilo, as de la cuenta, quizás esto fuera alguna especie de trampa o algún tipo de problema, pecar de apresurado podía tener un desenlace cuanto menos trágico, pero ahí estaban ellos dos, como si de un verdadero equipo se trataba esperando ver que cojones hacer, la chica parecía habladora, tanto o parecida a lo que era Klaus, aunque claro, era complicado congeniar con alguien que acabas de conocer, Klaus era consciente del valor de la información y saber cómo era la chica le ayudaría a entender si podría ser una aliada o bien una amenaza para sus propios objetivos, quizás esto fuera lo principal después de todo y, aquel viaje solo fuera una excusa para conseguir la valiosa información que tanto ansiaba el agente.
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- habla con su compañera, buscando obtener mas datos busca que le acompañe de cara a estar más protegidos.
@Victoria Watson- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
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-Jajajajajajaja... - No pudo evitar reírse mientras negaba con la cabeza. Le habían llamado muchas cosas en esta vida pero "Virgen" era algo totalmente nuevo - Creo que el único milagro que he conseguido cumplir ha sido seguir viva y de una pieza. Aunque... - Se tocó levemente la frente con el mango del hacha - Algún tornillo se me habrá perdido en estos años. - Tras todo lo que había vivido estaba segura de que su cabeza ya no funcionaba como antaño. Las perdidas, el miedo y la soledad solían dejar una huella muy oscura en las personas, una huella que todos podían ocultar pero que estaba ahí y que jamás se desharían de ella. -¿Tu alma? - Preguntó agudizando la voz sin pretenderlo, como si la pillara por sorpresa. - Lo siento Jeremiah- Ya que él la llamaba Fátima, ella le iba a llamar con el primer nombre bíblico que se le vino a la mente -Aquí estamos todos podridos por dentro. Más incluso que ellos... - Señaló el cuerpo de un zombie con el cráneo abierto que parecía llevar mucho tiempo en la misma posición.
Siguió avanzando detrás del chico con su distancia de seguridad autoimpuesta. No podía negar que daba gusto mantener una conversación con alguien que no fuese ella misma, pero solía agarrar cariño rápidamente y cuando algo horrible ocurría, era ella quien peor lo pasaba. Esperaba que esta vez fuese diferente. Ni amigos ni muerte. Solo dos personas ayudándose durante un periodo indeterminado de tiempo.
-Ya te dije que la palanca era mucho más útil de lo que te piensas. - Dijo levantando la barbilla con algo de orgullo, como si el trozo de metal tuviese algún sentimiento que ella debiese proteger. - Y si, la verdad es que no congenio muy bien con grupos grandes de gente. - Su cara se ensombreció levemente - Ya sabes, la gente opina diferente y ocurren cosas, o los sitios no son tan seguros como te imaginabas así que, bueno, decidí emprender mi viaje sola... Yo y Jessica - Levantó la palanca y luego hizo una mueca divertida. No iba a negar que extrañaba tener un sitio al que llamar hogar y unos compañeros a los que considerar su familia, pero prefería ser una egoísta y no tener que ver a más gente morir salvo a ella misma.
Cuando el chico se detuvo ella siguió el recorrido de su mirada hasta dar con un cartel sucio colgado de una de las paredes. El polvo y la mugre habían tapado casi todas las letras por lo que, encogiéndose de hombros, se acercó escondiendo una mano en la manga de su roída chaqueta dispuesta a limpiar el cartel y ver que tenía exactamente escrito pero, cuando le quedaba un metro de distancia, el sonido de una cuerda deslizarse llamó su atención al tiempo que esta se enroscaba en su tobillo y tiraba hacía arriba dejándola colgando boca abajo como si de un trozo de longaniza se tratase.
De la inercia y la sorpresa ambas armas que llevaba a la vista cayeron al suelo haciendo un ruido metálico que se repartió por todo el pasillo y, a lo lejos, tras unas grandes puertas de metal que daban final a uno de los pasillos, se podía escuchar el leve tintineo de unas campanillas.
-No me jodas... - Murmuro mientras miraba su tobillo sujeto - Jeremiah, hazme el favor y bájame rápido de aquí - Esperaba que fuese una antigua trampa que alguien había olvidado allí y que la situación no se pusiera más intensa, porque se veía convertida en un comedero para zombies. -Por favor... - Intentaba que su voz sonará normal, despreocupada, pero no podía ocultar el pequeño temblor que había en esta. ¿Le daba miedo morir? Obviamente, si
Siguió avanzando detrás del chico con su distancia de seguridad autoimpuesta. No podía negar que daba gusto mantener una conversación con alguien que no fuese ella misma, pero solía agarrar cariño rápidamente y cuando algo horrible ocurría, era ella quien peor lo pasaba. Esperaba que esta vez fuese diferente. Ni amigos ni muerte. Solo dos personas ayudándose durante un periodo indeterminado de tiempo.
-Ya te dije que la palanca era mucho más útil de lo que te piensas. - Dijo levantando la barbilla con algo de orgullo, como si el trozo de metal tuviese algún sentimiento que ella debiese proteger. - Y si, la verdad es que no congenio muy bien con grupos grandes de gente. - Su cara se ensombreció levemente - Ya sabes, la gente opina diferente y ocurren cosas, o los sitios no son tan seguros como te imaginabas así que, bueno, decidí emprender mi viaje sola... Yo y Jessica - Levantó la palanca y luego hizo una mueca divertida. No iba a negar que extrañaba tener un sitio al que llamar hogar y unos compañeros a los que considerar su familia, pero prefería ser una egoísta y no tener que ver a más gente morir salvo a ella misma.
Cuando el chico se detuvo ella siguió el recorrido de su mirada hasta dar con un cartel sucio colgado de una de las paredes. El polvo y la mugre habían tapado casi todas las letras por lo que, encogiéndose de hombros, se acercó escondiendo una mano en la manga de su roída chaqueta dispuesta a limpiar el cartel y ver que tenía exactamente escrito pero, cuando le quedaba un metro de distancia, el sonido de una cuerda deslizarse llamó su atención al tiempo que esta se enroscaba en su tobillo y tiraba hacía arriba dejándola colgando boca abajo como si de un trozo de longaniza se tratase.
De la inercia y la sorpresa ambas armas que llevaba a la vista cayeron al suelo haciendo un ruido metálico que se repartió por todo el pasillo y, a lo lejos, tras unas grandes puertas de metal que daban final a uno de los pasillos, se podía escuchar el leve tintineo de unas campanillas.
-No me jodas... - Murmuro mientras miraba su tobillo sujeto - Jeremiah, hazme el favor y bájame rápido de aquí - Esperaba que fuese una antigua trampa que alguien había olvidado allí y que la situación no se pusiera más intensa, porque se veía convertida en un comedero para zombies. -Por favor... - Intentaba que su voz sonará normal, despreocupada, pero no podía ocultar el pequeño temblor que había en esta. ¿Le daba miedo morir? Obviamente, si
Las locas vegas [pasado con Victoria]
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-Joder Jeremia me gusta, es como muy bíblico, voy a empezar a pensar que eres una devota de cuidado, aclaró el hombre siguiendo con su camino con la mujer, escuchando cada una de las palabras que lanzaba, era gracioso como hacían un equipo tan vario-pinto, a decir verdad se llevaba como el perro y el gato pero, en aquellas situaciones y teniendo una especie de sinergia especial podrían sobrevivir juntos, unidos, que era posiblemente lo mas importante de todo aquello, aunque bueno, lo siguiente si podría ser, un factor determinante, al menos hasta que la chica quedó colgada boca debajo de la cuerda, esa escena era similar a decenas de imágenes de series animadas de antaño, era tan gracioso que el hombre no pudo evitar lanzar un par de carcajadas, -Vaya pero si ascendiste hasta los cielos, ciertamente eso no me lo esperaba, sentenció en forma jocosa, estaba más que claro que estaba disfrutando de todo aquello, hasta la empujo un poco con sus manos zarandeándola a la espera de ver cuantos improperios e insultos podría decir la mujer, si, la estaba picando era algo normal en el, es más, se echó hacia atrás con la clara intención de mostrar que se marchaba, no era asi pero si lo hizo para poner posiblemente nerviosa a la mujer.
-Me gustaría ayudarte de veras, pero creo que tengo que irme a predicar, ya sabes, a lo mejor cuando vuelva de dar mis parábolas pueda soltarte, si es que…sigues aquí, propuso el hombre con cierta maldad, a lo mejor tenía alguna que otra idea que pudiera satisfacerlo a la hora de bajar a la chica, con sus palabras posiblemente pudiera saber cuan nerviosa estaba, ciertamente la fémina estaba indefensa y muy expuesta pero la situación era tan sumamente cómica que, estar ahí solo le daba una salvación clara, pues aunque no pudiera moverse está a cierta altura y solo quedaría soltarla para que fuera libre, aunque bueno Klaus no hacía nada o casi nada gratis.
-Quizás si reconoces que la palanca era una mierda entonces me piense si bajarte, ya sabes, las relaciones requieren cierta sinceridad…, aunque claro, quizás no quieras que te baje, puntuó lanzando un nuevo dardo sobre la chica, si, estaba buscando ponerla más nerviosa, casi no había hecho ni hincapié en el hecho de que lo pidiera por favor, le divertía tanto todo aquello que no quería que acabase, al menos aun.
-Me gustaría ayudarte de veras, pero creo que tengo que irme a predicar, ya sabes, a lo mejor cuando vuelva de dar mis parábolas pueda soltarte, si es que…sigues aquí, propuso el hombre con cierta maldad, a lo mejor tenía alguna que otra idea que pudiera satisfacerlo a la hora de bajar a la chica, con sus palabras posiblemente pudiera saber cuan nerviosa estaba, ciertamente la fémina estaba indefensa y muy expuesta pero la situación era tan sumamente cómica que, estar ahí solo le daba una salvación clara, pues aunque no pudiera moverse está a cierta altura y solo quedaría soltarla para que fuera libre, aunque bueno Klaus no hacía nada o casi nada gratis.
-Quizás si reconoces que la palanca era una mierda entonces me piense si bajarte, ya sabes, las relaciones requieren cierta sinceridad…, aunque claro, quizás no quieras que te baje, puntuó lanzando un nuevo dardo sobre la chica, si, estaba buscando ponerla más nerviosa, casi no había hecho ni hincapié en el hecho de que lo pidiera por favor, le divertía tanto todo aquello que no quería que acabase, al menos aun.
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- habla con su compañera y al acabar esta colgada decide aprovechar esta oportunidad.
@Victoria Watson- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
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Con los ojos entrecerrados miró fijamente a Jeremiah como si pudiese desintegrarlo con un pestañeo. Estar colgada del tobillo como si fuese una pata de jamón serrano no era gracioso, no para ella, y mucho menos en un mundo donde nunca sabías de donde te podía salir un bicho come carne. - Ja-ja-ja... Que gracioso eres.- Dijo con toda la ironía del mundo - Venga bájame - Pidió esta vez con más insistencia mientras la campanita seguía sonando al otro lado de la puerta metálica, haciendo que sus nervios empezaran a crecer.
Pero al parecer su no-compañero no estaba muy por la labor de ayudar. Tras escuchar sus palabras sus ojos se abrieron con preocupación y empezó a agitar los brazos en el aire intentando balancearse para tratar de alcanzarlo. Cosa que no logró. -No por favor... - La fanfarronería que solía acompañarla a todos lados desapareció y se notó el miedo en su voz. - No me dejes... - Suplicó imaginándose todas las cosas horribles que pudiesen ocurrirle allí colgada mientras él se iba con sus pocas pertenencias. Aunque no tuviera gran cosa de valor encima, eran sus cosas y le había costado conseguirlas.
Aunque no se esperaba cuál sería la petición del muchacho, el cuál le pidió algo que realmente era una tontería, pero para el pequeño orgullo que tenía Victoria era mucho.
-¡La palanca es una gran herramienta! - Exclamó mientras su cara empezaba a ponerse roja debido a la gravedad. Se cruzó de brazos mientras aún se mecía levemente de un lado a otro, rotando también sobre si misma por el anterior movimiento de brazos. - No solo puedo abrirte la cabeza con ella. Puedo abrir puertas, quitar tablones de madera, pinchar ruedas, amenazar, torturar... - Comenzó enumerando todas las maravillosas cosas que había hecho; y que se iba imaginando; para intentar no dañar los no-sentimientos de su amada arma y acompañante durante años. -¿Cuál es tu maldito problema con Jessica? ¿Qué pasa, que como no es tan molona como tu espada samurái ya es una mierda? - Parecía estar muy ofendida y, en parte, así era. Más de una vez eso que él llamaba mierda a ella le había salvado la vida.
Estaba tan ofuscada y nerviosa que no se había dado cuenta de que el tintineo de la campanilla había cesado, ya fuese por sus movimientos bruscos o por una mano externa que la hubiese acallado.
Pero al parecer su no-compañero no estaba muy por la labor de ayudar. Tras escuchar sus palabras sus ojos se abrieron con preocupación y empezó a agitar los brazos en el aire intentando balancearse para tratar de alcanzarlo. Cosa que no logró. -No por favor... - La fanfarronería que solía acompañarla a todos lados desapareció y se notó el miedo en su voz. - No me dejes... - Suplicó imaginándose todas las cosas horribles que pudiesen ocurrirle allí colgada mientras él se iba con sus pocas pertenencias. Aunque no tuviera gran cosa de valor encima, eran sus cosas y le había costado conseguirlas.
Aunque no se esperaba cuál sería la petición del muchacho, el cuál le pidió algo que realmente era una tontería, pero para el pequeño orgullo que tenía Victoria era mucho.
-¡La palanca es una gran herramienta! - Exclamó mientras su cara empezaba a ponerse roja debido a la gravedad. Se cruzó de brazos mientras aún se mecía levemente de un lado a otro, rotando también sobre si misma por el anterior movimiento de brazos. - No solo puedo abrirte la cabeza con ella. Puedo abrir puertas, quitar tablones de madera, pinchar ruedas, amenazar, torturar... - Comenzó enumerando todas las maravillosas cosas que había hecho; y que se iba imaginando; para intentar no dañar los no-sentimientos de su amada arma y acompañante durante años. -¿Cuál es tu maldito problema con Jessica? ¿Qué pasa, que como no es tan molona como tu espada samurái ya es una mierda? - Parecía estar muy ofendida y, en parte, así era. Más de una vez eso que él llamaba mierda a ella le había salvado la vida.
Estaba tan ofuscada y nerviosa que no se había dado cuenta de que el tintineo de la campanilla había cesado, ya fuese por sus movimientos bruscos o por una mano externa que la hubiese acallado.
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-Uy uy uy, la palanca, tu amiga Jessica es muy útil, comentó con un tono más que repelente en su voz, mirándola, estaba claro que no quería dar su brazo a torcer, era testaruda, al menos había demostrado tener un par de cojones, Klaus no podía decir nada en su contra, adoraba la gente fiel a sus principios, era un valor en alza que casi nadie tenía, eso aunque no lo reconocería le había hecho ganarse cierto respecto para el militar, aunque claro, tampoco se lo diría a la cara, seguiría con su ofensiva, a fin de cuentas era alguien terriblemente desagradable, y estaba claro que tenía más de un método para afrontar toda aquella situación, el encuentro con la mujer estaba saliendo mejor de lo que esperaba.
-Hablas como si fuera tu novia, no me digas que te frotas con la palanca, eso explicaría muchas cosas, comentó con un tono claramente jocoso, mordaz incluso divirtiéndose cuanto menos, esperando ver que hacía, dando un pequeño gesto para acercarse a la cuerda, no quería que aquella situación variara, de ahí que buscara cerciorarse de que la cuerda estaba en perfecto estado y no se rompería con el meneo que estaba dando la mujer, si, estaba intentado comprometerla, estaba claro que la herramienta era tremendamente útil para determinados momentos, eso no se cuestionaba pero, cuanta más defensa quería hacer la chica de su arma, mas por tierra buscaría tirar el agente el objeto, solo por ver cómo era capaz de comprometer a la mujer, “la verdadera naturaleza de las personas aparece con la ira y situación extremas”, quizás esta fuera una meta cuanto menos extremista pero, intentarlo no sería nada malo, es más, en ese lugar las amenazas estaban controladas y podría “profundizar” un poco más en su relación.
-Si reconoces que la palanca no es util en todas las situaciones y que no es ni un arma puede que te suelte, joder, si ya te estas poniendo colorada, ojala pudiera sacarte una maldita foto, sentenció el hombre con cierta maldad, esperando ver cuantos improperios o burradas podría decir la mujer, estaba claro que la provocación tal vez tuviera éxito o no pero lo mejor era el duo que hacían, era complicado encontrar a alguien con quien poder decir toda esa clase de chorradas y que no te tratara como un loco, aunque bueno, la osa podría ponerse fea si todo se complicaba, a lo mejor esa mujer solo…estaba siguiéndole el rollo para ser liberada.
-Hablas como si fuera tu novia, no me digas que te frotas con la palanca, eso explicaría muchas cosas, comentó con un tono claramente jocoso, mordaz incluso divirtiéndose cuanto menos, esperando ver que hacía, dando un pequeño gesto para acercarse a la cuerda, no quería que aquella situación variara, de ahí que buscara cerciorarse de que la cuerda estaba en perfecto estado y no se rompería con el meneo que estaba dando la mujer, si, estaba intentado comprometerla, estaba claro que la herramienta era tremendamente útil para determinados momentos, eso no se cuestionaba pero, cuanta más defensa quería hacer la chica de su arma, mas por tierra buscaría tirar el agente el objeto, solo por ver cómo era capaz de comprometer a la mujer, “la verdadera naturaleza de las personas aparece con la ira y situación extremas”, quizás esta fuera una meta cuanto menos extremista pero, intentarlo no sería nada malo, es más, en ese lugar las amenazas estaban controladas y podría “profundizar” un poco más en su relación.
-Si reconoces que la palanca no es util en todas las situaciones y que no es ni un arma puede que te suelte, joder, si ya te estas poniendo colorada, ojala pudiera sacarte una maldita foto, sentenció el hombre con cierta maldad, esperando ver cuantos improperios o burradas podría decir la mujer, estaba claro que la provocación tal vez tuviera éxito o no pero lo mejor era el duo que hacían, era complicado encontrar a alguien con quien poder decir toda esa clase de chorradas y que no te tratara como un loco, aunque bueno, la osa podría ponerse fea si todo se complicaba, a lo mejor esa mujer solo…estaba siguiéndole el rollo para ser liberada.
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- Klaus provoca un poco mas a su compañera esperando que se rinda, quizás solo busca divertirse con todo aquello, ya que tenia la oportunidad enfrente de su “puerta”, pensando que seria estúpido no hacerlo.
@Victoria Watson- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
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El muchacho continuaba con sus maravillosas frases, las cuales solo hacían cabrear más y más a la pelirroja. Le parecía un tio impredecible y de lo más toca-pelotas, lo cuál le parecía una combinación peligrosa. Estaba deseando bajar de ahí solo para poder echar a correr lo más lejos de aquel imbécil.
-Lo que yo haga con mi vida sexual es cosa mía... - Ciertamente su apetito sexual era nulo. Llevaba tanto tiempo sola y había visto tanta mierda que ya ni recordaba lo que era el sexo. De igual forma, no le veía beneficio ninguno. Un accidente y tendrías que pasar nueve meses sobreviviendo con un paquete extra. - ... Pervertido, degenerado... - Añadió mientras entrecerraba los ojos y giraba la cabeza para sostenerle la mirada mientras aún daba vueltas sobre si misma. - Y si te vas a hacer ideas chungas en tu cabeza... Es cosa tuya y de tu mente retorcida. Ya te veo como un fetichista raro Jeremiah... - Añadió rápidamente ya que se hacía la idea de que podría responderle.
La situación le recordaba a los buenos tiempos en el bar de motoristas; obviando que colgaba de un tobillo; pero era la típica conversación que hubiera tenido con cualquiera de sus clientes, entre risas y chupitos... Solo que esta vez no había ni chupitos, ni buena música.
-¡¿Enserio?! - Exclamó dejando caer los brazos a la vez que resoplaba cansada con la retahíla del hombre. -¿Qué pasa que eres como un niño pequeño al que hay que darle la razón en todo o qué pasa? - Sus dedos rozaban el suelo y la mochila que llevaba empezaba a escurrirse por sus brazos hasta caer al suelo, agarrándola con fuerza entre sus manos por si al listo de turno se le ocurría quitársela. -Vaaaale Jeremiah, tu ganas... - Suspiró entre dientes mientras cerraba los ojos y movía la cabeza de un lado a otro. -La palanca es inútil en todas las situaciones... - Dijo con un tono de voz algo burlesco, imitando a los niños en clase. -¿Estas contento ya? ¿Me vas a bajar de una puñetera vez? - Hizo una breve pausa y luego dijo con una sonrisa "inocente" -¿Por favor?
Esperaba que el susodicho se diera por contento y la bajase ya. La acumulación de sangre en la cabeza ya la había puesto lo suficientemente roja como para empezara a sentir mucho calor en la frente, ojos y mejillas. -Y por esto viajo sola... - Pensó a la espera de ver que otra tontería se le ocurría al tipo que llevaba más de quince minutos riéndose de ella.
-Lo que yo haga con mi vida sexual es cosa mía... - Ciertamente su apetito sexual era nulo. Llevaba tanto tiempo sola y había visto tanta mierda que ya ni recordaba lo que era el sexo. De igual forma, no le veía beneficio ninguno. Un accidente y tendrías que pasar nueve meses sobreviviendo con un paquete extra. - ... Pervertido, degenerado... - Añadió mientras entrecerraba los ojos y giraba la cabeza para sostenerle la mirada mientras aún daba vueltas sobre si misma. - Y si te vas a hacer ideas chungas en tu cabeza... Es cosa tuya y de tu mente retorcida. Ya te veo como un fetichista raro Jeremiah... - Añadió rápidamente ya que se hacía la idea de que podría responderle.
La situación le recordaba a los buenos tiempos en el bar de motoristas; obviando que colgaba de un tobillo; pero era la típica conversación que hubiera tenido con cualquiera de sus clientes, entre risas y chupitos... Solo que esta vez no había ni chupitos, ni buena música.
-¡¿Enserio?! - Exclamó dejando caer los brazos a la vez que resoplaba cansada con la retahíla del hombre. -¿Qué pasa que eres como un niño pequeño al que hay que darle la razón en todo o qué pasa? - Sus dedos rozaban el suelo y la mochila que llevaba empezaba a escurrirse por sus brazos hasta caer al suelo, agarrándola con fuerza entre sus manos por si al listo de turno se le ocurría quitársela. -Vaaaale Jeremiah, tu ganas... - Suspiró entre dientes mientras cerraba los ojos y movía la cabeza de un lado a otro. -La palanca es inútil en todas las situaciones... - Dijo con un tono de voz algo burlesco, imitando a los niños en clase. -¿Estas contento ya? ¿Me vas a bajar de una puñetera vez? - Hizo una breve pausa y luego dijo con una sonrisa "inocente" -¿Por favor?
Esperaba que el susodicho se diera por contento y la bajase ya. La acumulación de sangre en la cabeza ya la había puesto lo suficientemente roja como para empezara a sentir mucho calor en la frente, ojos y mejillas. -Y por esto viajo sola... - Pensó a la espera de ver que otra tontería se le ocurría al tipo que llevaba más de quince minutos riéndose de ella.
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-Uy una vida sexual súper interesante, llena de zombis, promiscuidad y aventuras, casi podrías hacer una serie de novelas, bueno, imagino que ambos podríamos hacerla, explicó con cierta maldad, podía notarse cierta acritud en sus palabras, no es que fuera alguien sociable, quizás sí, estuviera como un puto cencerro, pero al menos el tenía el valor claro de decirlo, no se ocultaba lo más mínimo para ello, sin embargo, aquella chica, pese a su aplomo y valor parecía esconder su verdadera naturaleza, como si mostrarse como fuese la hiciera colocarse en el disparadero, en una posición bastante desfavorable, a veces esconderse bajo una falsa modestia o un juicio de valor era lo más óptimo, aunque no para un agente como podía ser Klaus, aunque claro, no negaría que, aquel encuentro estaba siendo de lo más divertido, por lo que, escuchando las palabras de le fémina hizo un pequeño gesto, casi parecía un puto mimo, llevándose ambas manos hacia sus ojos, usando sus manos cerradas como si llorase, era una clara burla hacia ella pues, después llevo su diestra hacia el pecho, era todo un artista, -Joder, eso sí que me dolió, ya pensaba que éramos amigos, tras esta clara relación de sinceridad, comentó para sacar de su bota el cuchillo de caza que portaba, acercándose despacio hacia la cuerda para dar un corte limpio sobre la misma, no sin antes ceder su pelo haciendo que, la joven mujer descendiera hacia el suelo con suavidad, no dejando que se estampara con una caída brusca.
-Lo prometido es deuda, para que veas que no soy tan capullo como parezco, bueno, si lo soy, puntuó acercándose para ofrecerle su mano, de modo que pudiera incorporarse más rápido que si lo hiciera sola, posiblemente de estar colgada en esa postura tan desfavorable se marease, al menos el tener tanto riego sanguíneo sobre su testa, de modo que ahora debería ir con cuidado hasta recuperar todas sus capacidades físicas, tocaba ver si ambos podrían encontrar algo de comer en aquel maldito lugar, aunque lo que si era raro era no haberse topado con ningún caminante, con ningún muerto viviente en aquel sitio, todo estaba demasiado tranquilo, quizás en exceso, por eso debían estar atentos, un mal movimiento podría hacer que, cualquiera de los dos tuviera un destino fatal y no queríamos eso ¿no?, mucho menos con el dúo dinámico que estaban formando.
-Lo prometido es deuda, para que veas que no soy tan capullo como parezco, bueno, si lo soy, puntuó acercándose para ofrecerle su mano, de modo que pudiera incorporarse más rápido que si lo hiciera sola, posiblemente de estar colgada en esa postura tan desfavorable se marease, al menos el tener tanto riego sanguíneo sobre su testa, de modo que ahora debería ir con cuidado hasta recuperar todas sus capacidades físicas, tocaba ver si ambos podrían encontrar algo de comer en aquel maldito lugar, aunque lo que si era raro era no haberse topado con ningún caminante, con ningún muerto viviente en aquel sitio, todo estaba demasiado tranquilo, quizás en exceso, por eso debían estar atentos, un mal movimiento podría hacer que, cualquiera de los dos tuviera un destino fatal y no queríamos eso ¿no?, mucho menos con el dúo dinámico que estaban formando.
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- Klaus suelta a la chica tras hablar con ella, siendo delicado para no estamparla contra el suelo.
@Victoria Watson- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
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Victoria se sentía frustrada, se había confiado con el muchacho y ahora estaba pagando las consecuencias. Colgando boca abajo y soportando las burlas y tonterias de Jeremiah, el cual empezaba a tocarle las narices de una manera impresionante. Algo que había desarrollado estos años era la paciencia y este tipo parecía agotársela en apenas unos minutos, lo cual la frustraba aún más. No le gustaba perder los nervios porque nunca sabía como podía reaccionar, por eso cuando empezó a hacerle burlas con gestos se limitó a cerrar los ojos y respirar un par de veces para calmar su mente... Pero cuando escuchó sus pasos acercándose a ella abrió los ojos y observó como este sacaba un cuchillo de uno de sus zapatos.
Por un momento pensó que la iba a rajar en canal como esas películas snuff que había visto en su adolescencia, pero, para su suerte y gratitud, cortó la cuerda que la mantenía suspendida en el aire. Tuvo tiempo de reaccionar y apoyar las manos en el suelo para no darse un buen golpe en la cabeza y además, pudo notar como el chico ponía algo de su parte para no comerse el suelo.
-Mira, en eso estamos de acuerdo... - Hizo una pausa mientras quedaba tumbada en el suelo boca arriba, esperando que la sangre que se había acumulado en su cabeza se redistribuyera adecuadamente por el resto de cuerpo -Eres un capullo integral.
Si, para ella lo era, pero también podía decir que cumplía su palabra. Al ver su mano extendida hacia ella se lo pensó dos segundos mirándole con recelo. Volvió a suspirar con pesadez y la agarró con fuerza para levantarse a la vez que con la otra mano recogía sus cosas y se colocaba la mochila a la espalda.
Una vez de pie miró a su alrededor, recordando el sonido de una campanilla cuando acabó colgada. Su vista se fijó en la puerta de donde venía la cuerda y el tintineo de esta, frunciendo el entrecejo. Se quedó callada unos minutos mientras su cara recuperaba su tono pálido normal. -Antes escuché algo de allí - Comentó levantando el hacha en la dirección de la puerta - ¿Lo escuchaste o estabas tan divertido con el espectáculo que ni te enteraste? - Su mirada, recelosa, le recorrió las facciones de la cara sintiendo un gran deseo de soltarle un guantazo, pero suspiró fuertemente y apoyó la cabeza del hacha en su propio hombro. No era plan de empezar una pelea física.
-Deberíamos ir a mirar - Se colocó la palanca colgando de su pantalón y apretó los dedos en torno al mango de madera -No me gustaría ir de turismo por el edificio sabiendo que puede haber algo o alguien ahí.
Por un momento pensó que la iba a rajar en canal como esas películas snuff que había visto en su adolescencia, pero, para su suerte y gratitud, cortó la cuerda que la mantenía suspendida en el aire. Tuvo tiempo de reaccionar y apoyar las manos en el suelo para no darse un buen golpe en la cabeza y además, pudo notar como el chico ponía algo de su parte para no comerse el suelo.
-Mira, en eso estamos de acuerdo... - Hizo una pausa mientras quedaba tumbada en el suelo boca arriba, esperando que la sangre que se había acumulado en su cabeza se redistribuyera adecuadamente por el resto de cuerpo -Eres un capullo integral.
Si, para ella lo era, pero también podía decir que cumplía su palabra. Al ver su mano extendida hacia ella se lo pensó dos segundos mirándole con recelo. Volvió a suspirar con pesadez y la agarró con fuerza para levantarse a la vez que con la otra mano recogía sus cosas y se colocaba la mochila a la espalda.
Una vez de pie miró a su alrededor, recordando el sonido de una campanilla cuando acabó colgada. Su vista se fijó en la puerta de donde venía la cuerda y el tintineo de esta, frunciendo el entrecejo. Se quedó callada unos minutos mientras su cara recuperaba su tono pálido normal. -Antes escuché algo de allí - Comentó levantando el hacha en la dirección de la puerta - ¿Lo escuchaste o estabas tan divertido con el espectáculo que ni te enteraste? - Su mirada, recelosa, le recorrió las facciones de la cara sintiendo un gran deseo de soltarle un guantazo, pero suspiró fuertemente y apoyó la cabeza del hacha en su propio hombro. No era plan de empezar una pelea física.
-Deberíamos ir a mirar - Se colocó la palanca colgando de su pantalón y apretó los dedos en torno al mango de madera -No me gustaría ir de turismo por el edificio sabiendo que puede haber algo o alguien ahí.
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-Vaya pensé que estarías mucho más receptiva por haberte soltado, ¿un capullo integral?, si que calas bien a las personas, comentó el hombre soltando un par de carcajadas ante los insultos de la fémina, siendo honesto le caía bastante bien aquella mujer, aunque no lo reconociera posiblemente en otras circunstancias podrían haber sido buenos amigos, compañeros incluso, aunque claro, ahora se toparon en una situación, cuanto menos pele aguada, era divertido ver como el azar, el destino o la misma suerte colocaba cada peón en el tablero, dándole un protagonismo mínimo a la espera de ver como se desarrollaba la dichosa partida, “¿Podemos confiar en ella?”, era una buena pregunta, pero las palabras de la mujer lo sacaron de su propia reflexión, no era gilipollas, al menos no del todo, ahora tocaba ver de dónde venía el sonido descrito por la fémina, ser cuidadoso ayudaría a no caer en más trampas, al menos la última vez fue la mujer, él no podía cometer tal fallo pues, posiblemente la venganza o el desenlace de semejante acto fuera muchísimo peor.
-Las damas primero, aclaró a la espera de saber si le quedaba un ápice de valentía a aquella chica, era gracioso pues el chico solo se dignaba a analizar todo lo que pasaba ante sus ojos, claro que podría estar todo aquello plantado de trampas, pero yendo acompañado podrían sortearlas, o al menos así pensaba el soldado,-Si te vas a acercar a la puerta, no la atravieses, puede que tenga algún cordón o alguna trampa, es mejor esperar y revisarla antes de hacer alguna que otra locura, puntuó esperando saber también que le parecía lo planteado a su compañera, era peligroso y ninguno de los dos era ningún tonto, eso podría salvarle la vida en un futuro y pese al tono mandón y autoritario del hombre, sabía a ciencia cierta que lo hacía por el bien de su compañera.
-Esas trampas deben estar puesta para algo, pero nosotros bueno, invadimos este espacio, posiblemente las personas que están aquí no sean tan amables como podemos ser nosotros, sentenció para caminar agazapado, esperando saber que pensaba o quería hacer su compañera, ahora todo se estaba por complicar, un mero fallo podría mandar todo a tomar por culo, era hora de actuar y ver a donde lo llevaba todo aquello.
-Las damas primero, aclaró a la espera de saber si le quedaba un ápice de valentía a aquella chica, era gracioso pues el chico solo se dignaba a analizar todo lo que pasaba ante sus ojos, claro que podría estar todo aquello plantado de trampas, pero yendo acompañado podrían sortearlas, o al menos así pensaba el soldado,-Si te vas a acercar a la puerta, no la atravieses, puede que tenga algún cordón o alguna trampa, es mejor esperar y revisarla antes de hacer alguna que otra locura, puntuó esperando saber también que le parecía lo planteado a su compañera, era peligroso y ninguno de los dos era ningún tonto, eso podría salvarle la vida en un futuro y pese al tono mandón y autoritario del hombre, sabía a ciencia cierta que lo hacía por el bien de su compañera.
-Esas trampas deben estar puesta para algo, pero nosotros bueno, invadimos este espacio, posiblemente las personas que están aquí no sean tan amables como podemos ser nosotros, sentenció para caminar agazapado, esperando saber que pensaba o quería hacer su compañera, ahora todo se estaba por complicar, un mero fallo podría mandar todo a tomar por culo, era hora de actuar y ver a donde lo llevaba todo aquello.
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- Klaus asiente en la reflexión dada por la mujer, decidiendo ir a ver hacia donde escucho el sonido. Con serias dudas de lo que podían encontrar.
Dado tirado, dilema, ¿hay o no hay trampa en la puerta?
@Victoria Watson- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Podría haber sido peor - Pensó mientras el otro hablaba, al cual no le había hecho mucho caso. No podía dejar de consolarse a si misma por haberse topado con un tipo que era más cambiante que una montaña rusa. Ella era espontanea pero lo de él era otra cosa y la verdad es que estaba algo preocupada. ¿Y si al final todo esto es una trampa realmente? Y si el tal Jeremiah no es tan "gracioso y simpático" como quiere aparentar...
-No te pega lo de ser un caballero - Dijo cuando la invitó a ir delante, pero no se negó total, ya se había metido en la boca del lobo y ahora le tocaba salir... Aunque fuese por el peor de los sitios. - Pero que sepas que si me muero o lo que sea, te atormentaré en tus pesadillas - Bromeó intentando relajarse un poco.
Avanzó lentamente mirando a techo, suelo y paredes para intentar que ninguna otra trampa la sorprendiera, no tenía de acabar colgada otra vez, o algo peor. Escucho la voz del muchacho por detrás de ella como el típico padre que dice "no subas aqui, no corras por allí, ten cuidado con esto..." Obviamente sería muy estúpido por su parte si volvía a caer en alguna después de esta.
-Tranquilo papá... Después de esto me espero una escopeta apuntando por el cerrojo de la mirilla. - Una leve sonrisa se formó en sus labios como si hubiese contado un chiste tonto. Iba caminando apoyada levemente en la pared, sin perder de ojo la manilla de la puerta, a la cual tras estar lo suficientemente cerca de esta agarró con su mano libre, preparando la contraría para dar un hachazo de ser totalmente necesario.
Se mantuvo unos segundos agarrándola con fuerza para luego abrir la puerta con un golpe seco de la mano, haciendo que se abriera lo suficientemente rápido como para que sus ojos tuvieran tiempo de barrer la estancia.
Sus ojos se abrieron como platos tras ver lo que estaba ante sus ojos. Lo que una vez fue una cocina ahora estaba llena de objetos valiosos del edificio. Sillones, cuadros, botellas de alcohol, joyas, dinero en efectivo... Y, en una esquina, latas de comida, algunas parecían oxidadas desde allí, pero otras parecían estar nuevas. -¿Pero que cojones...? - Murmuró sin avanzar...
Todo parecía estar lleno de polvo y, buscando con la mirada que era lo que había emitido el ruido, siguió con la mirada la cuerda hasta dar con una campanilla que se había roto de sus bruscos movimientos. Continuó mirando el resto del marco de la puerta en busca de otros posibles peligros pero todo parecía estar limpio por lo que, totalmente tensa, avanzó lo más lentamente posible.
Le costaba pensar que no hubiese nadie allí con el botín que alguien parecía haber recaudado con tanto ahínco... ¿Quién se molestaba en transportar sillones por un sitio que debía haber estado super infectado?
-No te pega lo de ser un caballero - Dijo cuando la invitó a ir delante, pero no se negó total, ya se había metido en la boca del lobo y ahora le tocaba salir... Aunque fuese por el peor de los sitios. - Pero que sepas que si me muero o lo que sea, te atormentaré en tus pesadillas - Bromeó intentando relajarse un poco.
Avanzó lentamente mirando a techo, suelo y paredes para intentar que ninguna otra trampa la sorprendiera, no tenía de acabar colgada otra vez, o algo peor. Escucho la voz del muchacho por detrás de ella como el típico padre que dice "no subas aqui, no corras por allí, ten cuidado con esto..." Obviamente sería muy estúpido por su parte si volvía a caer en alguna después de esta.
-Tranquilo papá... Después de esto me espero una escopeta apuntando por el cerrojo de la mirilla. - Una leve sonrisa se formó en sus labios como si hubiese contado un chiste tonto. Iba caminando apoyada levemente en la pared, sin perder de ojo la manilla de la puerta, a la cual tras estar lo suficientemente cerca de esta agarró con su mano libre, preparando la contraría para dar un hachazo de ser totalmente necesario.
Se mantuvo unos segundos agarrándola con fuerza para luego abrir la puerta con un golpe seco de la mano, haciendo que se abriera lo suficientemente rápido como para que sus ojos tuvieran tiempo de barrer la estancia.
Sus ojos se abrieron como platos tras ver lo que estaba ante sus ojos. Lo que una vez fue una cocina ahora estaba llena de objetos valiosos del edificio. Sillones, cuadros, botellas de alcohol, joyas, dinero en efectivo... Y, en una esquina, latas de comida, algunas parecían oxidadas desde allí, pero otras parecían estar nuevas. -¿Pero que cojones...? - Murmuró sin avanzar...
Todo parecía estar lleno de polvo y, buscando con la mirada que era lo que había emitido el ruido, siguió con la mirada la cuerda hasta dar con una campanilla que se había roto de sus bruscos movimientos. Continuó mirando el resto del marco de la puerta en busca de otros posibles peligros pero todo parecía estar limpio por lo que, totalmente tensa, avanzó lo más lentamente posible.
Le costaba pensar que no hubiese nadie allí con el botín que alguien parecía haber recaudado con tanto ahínco... ¿Quién se molestaba en transportar sillones por un sitio que debía haber estado super infectado?
Las locas vegas [pasado con Victoria]
Hora y tiempo desconocido.
Las vegas.
X.
El hombre miro a su compañera para dibujar una larga sonrisa sobre su rostro, casi parecía deformarse por esta expresión, era terriblemente graciosa la chica, al parecer pensaba que la materia en algún lio, es increíble que pensara eso de Klaus, con lo buen chico que él era, -Soy muy caballeroso, no sé por qué me tienes en tan poca estima eh, explicó el hombre como si llevara su mano al pecho, acomplejado como si las mismas palabras de la mujer le hubieran hecho daño en su pobre corazón, hacia buen equipo, aunque claro no iba a decírselo a la cara, posiblemente por qué pensaría que le estaba tirando los trastos, pese a lo que pudiera parecer Klaus era un soldado experto, un miembro de Umbrella que se vio en vuelto en más de un conflicto, posiblemente por esto sabía que la fémina no tendría ningún problema si la cosa se ponía fea, pues, el agente la ayudaría y defendería, aunque le hubiera gastado esa clase de bromas de mal gusto, aunque bueno, él también tenía derecho a divertirse ¿no?
-No te pasara nada, ese carácter de mierda que gastas te tiene que durar “muchos años”, explicó con cierta sonar, - A ver quién le dice a tu palanca que te has muerto, comentó siguiendo con la coña mientras se movía hacia la puerta, esperando ver si la mujer mostraba cierto halo de valentía o entusiasmo, claro que podría sortear o comprobar si había trampa, pero eso podría comprometer en menor o mayor medida su tapadera, de ahí que la dejara, cuanto menos acercarse a la espera de saber que haría. Klaus le hizo un tupido gesto para que se moviera con cuidado, que no empujara la puerta sino que mirara por debajo y por la mirilla de la misma, tal vez así pudiera vislumbrar si existía o no peligro real detrás de la puerta.
-Dudo que alguien colocara un arma detrás de una puerta para matar a alguien, es demasiado enrevesado, además, nadie se desprende un arma dejando a la suerte que pueda o no matar a alguien, supuso el agente en voz alta, esperando saber claro si la mujer había encontrado alguna especie de pista o solución con las pautas dadas, tocaba ver si el buen Klaus pudo servir de maestro ante la mujer, ¿Qué podía perder?, a lo mejor un disparo fortuito o alguna que otra trampa, tocaba esperar y ver como todo, poco a poco se iba desarrollando.
La mujer atravesó la puerta y lo encontrado fue mas que sorprendente, habia un poquito de todo, casi como en botica, no se podía quejar era como estar en su propio cumpleaños, el hombre asintió alerta todavía, esperando saber que quería coger la chica o que llamaba su atención, posiblemente pudieran comer y pasar un rato tranquilos, sin tener que preocuparse del resto de cosas, aquella situación era realmente rara, -Joder, un poquito de suerte, tendras queja, sentenció para ver que hacía, con calma pero alerta.
-No te pasara nada, ese carácter de mierda que gastas te tiene que durar “muchos años”, explicó con cierta sonar, - A ver quién le dice a tu palanca que te has muerto, comentó siguiendo con la coña mientras se movía hacia la puerta, esperando ver si la mujer mostraba cierto halo de valentía o entusiasmo, claro que podría sortear o comprobar si había trampa, pero eso podría comprometer en menor o mayor medida su tapadera, de ahí que la dejara, cuanto menos acercarse a la espera de saber que haría. Klaus le hizo un tupido gesto para que se moviera con cuidado, que no empujara la puerta sino que mirara por debajo y por la mirilla de la misma, tal vez así pudiera vislumbrar si existía o no peligro real detrás de la puerta.
-Dudo que alguien colocara un arma detrás de una puerta para matar a alguien, es demasiado enrevesado, además, nadie se desprende un arma dejando a la suerte que pueda o no matar a alguien, supuso el agente en voz alta, esperando saber claro si la mujer había encontrado alguna especie de pista o solución con las pautas dadas, tocaba ver si el buen Klaus pudo servir de maestro ante la mujer, ¿Qué podía perder?, a lo mejor un disparo fortuito o alguna que otra trampa, tocaba esperar y ver como todo, poco a poco se iba desarrollando.
La mujer atravesó la puerta y lo encontrado fue mas que sorprendente, habia un poquito de todo, casi como en botica, no se podía quejar era como estar en su propio cumpleaños, el hombre asintió alerta todavía, esperando saber que quería coger la chica o que llamaba su atención, posiblemente pudieran comer y pasar un rato tranquilos, sin tener que preocuparse del resto de cosas, aquella situación era realmente rara, -Joder, un poquito de suerte, tendras queja, sentenció para ver que hacía, con calma pero alerta.
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- Klaus habla con la mujer, contestando a cada una de las cosas “tan feas” que le dice, luego da una serie de pautas en pos de que pueda revisar la puerta sin correr un peligro real en el proceso.
@Victoria Watson- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
<< Narro - Hablo (723EBD)- "Pienso (996633)" >>
La joven no podía terminar de creerse lo que tenía ante sus ojos. Algo tenía que estar mal allí, por que igual que había dicho antes su no-compañero, nadie dejaba tantas cosas así porque si y, por muchas ganas que tuviese de arrasar con todo lo que pudiese, tenía la imperiosa necesidad de mirar cada rincón de aquel sitio para poder sentirse algo más cómoda.
Ignorando por completo el último comentario del hombre, comenzó a avanzar entre todas las cosas que había. Pasó entre dos sillones pequeños y los golpeo con la mano suavemente observando la gran bola de polvo que se esparció por el ambiente. Hacía tiempo que nadie se sentaba allí. Eso la extraño aún más, tampoco es que el sitio estuviese escondido. Su vista se giró a otras posibles puertas pero la única era por la que había entrado, luego observó el resto de cosas que había allí, fijando la vista en un armario de metal con las puertas bloqueadas por una gran estantería y una de las barras de cocina.
Se acercó lentamente y tocó la puerta como quien llama al hogar de alguien. No se escuchó nada. Haciendo crujir los nudillos, levantó la estantería y la puerta del armario se abrió de golpe, dejando caer un cuerpo descompuesto y haciendo que un fuerte hedor impregnase el aire.
Levantó una mano y la sacudió frente a su cara para intentar alejar el olor de lo que era un día normal en su día a día, pero no pudo evitar sentir algo de lastima por el pobre desgraciado que yacía frente a ella. -Creo que aquí esta el dueño del tesoro... - Murmuró mientras miraba a su alrededor - Fijo que él puso las trampas, se asustó de algo y se metió aqui... - Señaló el armario y luego hizo un gesto a la estantería que había levantado. -A lo mejor con la prisa le dio a eso y al caer le bloqueó la puerta... Se murió de inanición... - Su voz se fue apagando poco a poco, pensando cual final era más trágico. Esperar a morir encerrado a sabiendas de que nadie te encontraría porque te aseguraste de ello... o devorado vivo. ¿Cuántas otras personas habrán sufrido el mismo destino?
Sin más, cogió un mantel viejo que había en un lado y la puso encima del cuerpo, volviendo luego sobre sus pasos para empezar a revisar todo lo que había allí, agarrando una botella de whisky con un olor cuestionable, el cual abrió y le dio un trago sin pensarlo mucho, hiendo luego a mirar las latas de comida. -Creo que me voy a quedar por aquí un ratito, no esta mal el sitio, además con compañero de piso incluido. - Intentó bromear para sacar la lastima de su mente y, tras escoger una lata de albóndigas; según la etiqueta; se sentó en una de lo sillones, con la lata en una mano y la botella en otra. Le iba a venir bien un momento de desconexión.
Ignorando por completo el último comentario del hombre, comenzó a avanzar entre todas las cosas que había. Pasó entre dos sillones pequeños y los golpeo con la mano suavemente observando la gran bola de polvo que se esparció por el ambiente. Hacía tiempo que nadie se sentaba allí. Eso la extraño aún más, tampoco es que el sitio estuviese escondido. Su vista se giró a otras posibles puertas pero la única era por la que había entrado, luego observó el resto de cosas que había allí, fijando la vista en un armario de metal con las puertas bloqueadas por una gran estantería y una de las barras de cocina.
Se acercó lentamente y tocó la puerta como quien llama al hogar de alguien. No se escuchó nada. Haciendo crujir los nudillos, levantó la estantería y la puerta del armario se abrió de golpe, dejando caer un cuerpo descompuesto y haciendo que un fuerte hedor impregnase el aire.
Levantó una mano y la sacudió frente a su cara para intentar alejar el olor de lo que era un día normal en su día a día, pero no pudo evitar sentir algo de lastima por el pobre desgraciado que yacía frente a ella. -Creo que aquí esta el dueño del tesoro... - Murmuró mientras miraba a su alrededor - Fijo que él puso las trampas, se asustó de algo y se metió aqui... - Señaló el armario y luego hizo un gesto a la estantería que había levantado. -A lo mejor con la prisa le dio a eso y al caer le bloqueó la puerta... Se murió de inanición... - Su voz se fue apagando poco a poco, pensando cual final era más trágico. Esperar a morir encerrado a sabiendas de que nadie te encontraría porque te aseguraste de ello... o devorado vivo. ¿Cuántas otras personas habrán sufrido el mismo destino?
Sin más, cogió un mantel viejo que había en un lado y la puso encima del cuerpo, volviendo luego sobre sus pasos para empezar a revisar todo lo que había allí, agarrando una botella de whisky con un olor cuestionable, el cual abrió y le dio un trago sin pensarlo mucho, hiendo luego a mirar las latas de comida. -Creo que me voy a quedar por aquí un ratito, no esta mal el sitio, además con compañero de piso incluido. - Intentó bromear para sacar la lastima de su mente y, tras escoger una lata de albóndigas; según la etiqueta; se sentó en una de lo sillones, con la lata en una mano y la botella en otra. Le iba a venir bien un momento de desconexión.
Las locas vegas [pasado con Victoria]
Hora y tiempo desconocido.
Las vegas.
X.
El escenario era algo dantesco, todo se fue a la mierda y el hombre solo seguía a la mujer por aquellos lares, pronto pudo escuchar las palabras de ella y como, al parecer la pena la inundaba, casi nadie estaba preparado para ver un cadáver, era algo que siempre creaba trauma, aunque bueno, Klaus ya tenía “callo” en ese tema, si no habían sido ejecutados por su mano habían sido por los zombies, casi no recordaba cuantos muertos vio y cuantas personas perecieron por su acción u omisión, eso solo lo convertía en un grandísimo hijo de puta, pero bueno, ahora solo tocaba seguir con aquella especie de fachada, solo asintió y escucho a la mujer prestándole una clara atención, era alguien muy cuidadoso con el tema de los detalles, no podía decir lo contrario, esperaba saber si la mujer se sinceraría la ver todo aquello, aunque no parecía que fuera tomar este camino,-Puede que tengas razón en cuanto a la hipótesis, explicó el hombre asintiendo, era bastante inteligente, sorpresivamente creo un plan de lo que ocurrió atando todos los cabos sueltos, “podría ser una buena pieza de trabajar con nosotros”, pensó el hombre para dibujarse una tímida sonrisa en sus labios, casi como si en un pequeño instante se le hubiera ocurrido la flamante idea de reclutarla, no, no estaba tan loco, al menos por el momento.
-Vaya, veo que te has echado un “nuevo amigo”, mira que buena pareja hacéis, la nerviosa y el tranquilo, es un buen dúo cómico, explicó el hombre soltando unas cuantas de sus carcajadas, estaba más que claro que seguía en su línea, buscando aprovechar cada pequeño resquicio en la fachada de la fémina para atacarla con su tiránico modo de ser, -Si prefieres os dejo intimidad, seguro os tenéis que poner al día de muchas cosas, aclaró de nuevo, esperando saber si podría sacar de quicio a la pobre fémina que bebía de aquella botella, si, estaba esperando una respuesta por su parte, tal vez tuviera más improperio de lo esperado, pero era parte de su propia relación, lo bueno si es que podría haber algo bueno, es que no tendría que preocuparse de que nadie los molestara, si aquel muerto se dedicó a poner trampas, fue toda una suerte que ambos pudieran entrar sin salir malparados, aunque claro, tal vez este viejales no era tan bueno en ese cometido como se podría pensar, “manda cojones morir aquí encerrados”
-Vaya, veo que te has echado un “nuevo amigo”, mira que buena pareja hacéis, la nerviosa y el tranquilo, es un buen dúo cómico, explicó el hombre soltando unas cuantas de sus carcajadas, estaba más que claro que seguía en su línea, buscando aprovechar cada pequeño resquicio en la fachada de la fémina para atacarla con su tiránico modo de ser, -Si prefieres os dejo intimidad, seguro os tenéis que poner al día de muchas cosas, aclaró de nuevo, esperando saber si podría sacar de quicio a la pobre fémina que bebía de aquella botella, si, estaba esperando una respuesta por su parte, tal vez tuviera más improperio de lo esperado, pero era parte de su propia relación, lo bueno si es que podría haber algo bueno, es que no tendría que preocuparse de que nadie los molestara, si aquel muerto se dedicó a poner trampas, fue toda una suerte que ambos pudieran entrar sin salir malparados, aunque claro, tal vez este viejales no era tan bueno en ese cometido como se podría pensar, “manda cojones morir aquí encerrados”
Diversión a raudales.
- información y resumen:
- Klaus habla con su compañero, observando aquel panorama, era curioso ver qué clase de relación existía entre los dos presentes.
@Victoria Watson- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
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