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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Tocado y hundido • Mathias Andersen
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Tocado y hundido
20/11/15 Los Angeles Mañana Edificio Green Arrow B.S.O.
Math me había hecho prometerle que le avisaría al día siguiente de nuestra partida si tenía algo que hacer y no lo hice, fui incapaz de ello. Ni siquiera fui a hablar con él. Estaba molesta, porque no le entendía, después de todo lo ocurrido no entendía qué narices estaba haciendo con su vida.
Aquel día debía salir a la superficie, en esa ocasión era una salida diferente. Acababa de solicitar volver a formar parte de la unidad SSU, y no tardaron en asignarme una misión interesante. Nada extraño, debía acercarme a un edificio de Los Angeles, unas antiguas oficinas y comprobar que estaba todo en orden, si había supervivientes o de lo contrario limpiar las amenazas. Al parecer habían llegado un par de alertas de socorro y querían asegurarse de que alguien ayudaba.
Aún no era oficial mi ascenso, primero me estaban poniendo a prueba, ya que después de lo ocurrido con Andersen en las placas solares... suspiré a la vez que cerraba los ojos con fuerza al recordar a Marcus.
— ¿Preparada? — alcé la mirada hacia Rodríguez, sería mi acompañante en aquella salida. — Claro — respondí poniéndome en pie, terminando de equipar mi chaleco. — Toma — sonrió al entregarme los parches y cuando los vi fue terriblemente satisfactorio. — Guau... no debería pero esto me encanta — sonreí también mientras colocaba el parche del apellido Køhler en mi pecho, después uno de Pandemonium en mi hombro izquierdo y el último de la unidad SSU en el derecho. — Cuando estaba en la unidad no nos daban estas cositas... había que pasar desapercibidos — Rodríguez reía. — Las cosas cambian Køhler... — no hicieron falta explicaciones, ambos sabíamos a qué se refería. — Que le den a Umbrella — el hombre me guiñó un ojo.
Avanzaba hacia el jeep cuando me fijé en que portaba más parches en su mano, enarqué una ceja y cuando leí el apellido se me paró el corazón. A causa del enfado y ni yo comprendí por qué fue.
— ¿Andersen viene también? — Rodríguez era el líder de la salida, pero yo pensaba que solo estaríamos nosotros dos. — Sí... pensé que lo sabías... está a prueba también — tragué saliva. No, no me parecía bien, tal vez en otro momento habría adorado aquello, pero no después de todo lo ocurrido. Comenzaba a pensar que de verdad Math estaba tocado, y por más que me doliera, hundido.
Aquel día debía salir a la superficie, en esa ocasión era una salida diferente. Acababa de solicitar volver a formar parte de la unidad SSU, y no tardaron en asignarme una misión interesante. Nada extraño, debía acercarme a un edificio de Los Angeles, unas antiguas oficinas y comprobar que estaba todo en orden, si había supervivientes o de lo contrario limpiar las amenazas. Al parecer habían llegado un par de alertas de socorro y querían asegurarse de que alguien ayudaba.
Aún no era oficial mi ascenso, primero me estaban poniendo a prueba, ya que después de lo ocurrido con Andersen en las placas solares... suspiré a la vez que cerraba los ojos con fuerza al recordar a Marcus.
— ¿Preparada? — alcé la mirada hacia Rodríguez, sería mi acompañante en aquella salida. — Claro — respondí poniéndome en pie, terminando de equipar mi chaleco. — Toma — sonrió al entregarme los parches y cuando los vi fue terriblemente satisfactorio. — Guau... no debería pero esto me encanta — sonreí también mientras colocaba el parche del apellido Køhler en mi pecho, después uno de Pandemonium en mi hombro izquierdo y el último de la unidad SSU en el derecho. — Cuando estaba en la unidad no nos daban estas cositas... había que pasar desapercibidos — Rodríguez reía. — Las cosas cambian Køhler... — no hicieron falta explicaciones, ambos sabíamos a qué se refería. — Que le den a Umbrella — el hombre me guiñó un ojo.
Avanzaba hacia el jeep cuando me fijé en que portaba más parches en su mano, enarqué una ceja y cuando leí el apellido se me paró el corazón. A causa del enfado y ni yo comprendí por qué fue.
— ¿Andersen viene también? — Rodríguez era el líder de la salida, pero yo pensaba que solo estaríamos nosotros dos. — Sí... pensé que lo sabías... está a prueba también — tragué saliva. No, no me parecía bien, tal vez en otro momento habría adorado aquello, pero no después de todo lo ocurrido. Comenzaba a pensar que de verdad Math estaba tocado, y por más que me doliera, hundido.
Habían pasado unos días desde que Harley y Math habían vuelto a hablar, pero tras el día de la muerte de Marcus se habían estado ignorando por completo. Él quiso hablar con ella en numerosas ocasiones, pero no quiso hacerlo al final.
Aquella mañana, al despertar su mano chocó contra contra los tarros anaranjados que descansaban en la mesilla de noche. Todos cayeron estrepitosamente al suelo. Encendió la luz y miró la hora en el reloj, aquel día saldría al exterior de nuevo. Su mano alcanzó uno de los frascos llenos, sus ojos azules observaron las pastillas en el frasco, suspiró y rápidamente se llevó un par a la boca. Como si hacerlo deprisa fuera a ser menos real.
Creía que podría regresar al SSU. Y lo echaba en falta, tal vez hasta que perdiera el otro ojo, un brazo... o a saber. Pensó con sarcasmo. Necesitaba salir y estar al pie del cañón. Tras vestirse salió de su dormitorio con aire cansado, bostezando. No había dormido mucho, para variar. Vestía unos pantalones negros tácticos y camiseta gris. Cuando se adentró en el hangar y vio a Harley abrió los ojos con sorpresa.
- Buenos días - saludó. Se mostró en apariencia tranquilo, pero no le hizo ninguna gracia que ella estuviera allí. ¿Ya estaba otra vez metiendo la mano para querer "ayudarlo"? Frunció el ceño con desaprobación, si no fuera porque había dado su palabra de que se esforzaría, Math se habría marchado. No quería seguir siendo el pobre desgraciado que ella creía, podía verlo en su mirada y no lo aguantaba más. Odiaba esa lástima.
Saludó a Rodríguez y fue directo a recoger sus cosas. Sonrió al ver los parches y tras vestirse con las protecciones se los colocó. Una vez listo terminó de ayudar a Rodríguez a llenar el maletero. Posteriormente subió en la parte trasera del jeep.
Aquella mañana, al despertar su mano chocó contra contra los tarros anaranjados que descansaban en la mesilla de noche. Todos cayeron estrepitosamente al suelo. Encendió la luz y miró la hora en el reloj, aquel día saldría al exterior de nuevo. Su mano alcanzó uno de los frascos llenos, sus ojos azules observaron las pastillas en el frasco, suspiró y rápidamente se llevó un par a la boca. Como si hacerlo deprisa fuera a ser menos real.
Creía que podría regresar al SSU. Y lo echaba en falta, tal vez hasta que perdiera el otro ojo, un brazo... o a saber. Pensó con sarcasmo. Necesitaba salir y estar al pie del cañón. Tras vestirse salió de su dormitorio con aire cansado, bostezando. No había dormido mucho, para variar. Vestía unos pantalones negros tácticos y camiseta gris. Cuando se adentró en el hangar y vio a Harley abrió los ojos con sorpresa.
- Buenos días - saludó. Se mostró en apariencia tranquilo, pero no le hizo ninguna gracia que ella estuviera allí. ¿Ya estaba otra vez metiendo la mano para querer "ayudarlo"? Frunció el ceño con desaprobación, si no fuera porque había dado su palabra de que se esforzaría, Math se habría marchado. No quería seguir siendo el pobre desgraciado que ella creía, podía verlo en su mirada y no lo aguantaba más. Odiaba esa lástima.
Saludó a Rodríguez y fue directo a recoger sus cosas. Sonrió al ver los parches y tras vestirse con las protecciones se los colocó. Una vez listo terminó de ayudar a Rodríguez a llenar el maletero. Posteriormente subió en la parte trasera del jeep.
No tardé en terminar de colocarme la equipación mientras Andersen hacía lo propio. No pasaron ni cinco minutos cuando los tres estábamos listos ya.
— Eh — en un despiste de Rodriguez, fue a la parte trasera del jeep y abrí la puerta de Math. — Me parece genial que quieras rehacerte, pero te necesito centrado o juro por Dios que seré la primera en pedir que te degraden — me quedé unos segundos mirándole fijamente, me acababa de arrepentir de mis palabras. Pero estaba furiosa con él, aquella bipolaridad con la que me trataba... o él mismo, estaba diferente, estaba... hecho una mierda y odiaba verle así.
— ¿Rodríguez? — pregunté cuando el hombre se acercó a nosotros. — Nos vamos ya — cerré la puerta de Math y me subí en la del copiloto. El líder del equipo sería quien nos llevase.
Cuando el jeep salió a la superficie me coloqué mis viejas gafas de sol, la luz solar era cegadora y más al no estar acostumbrados a ella. No pude evitar buscar a través del espejo retrovisor a Math. ¿Estaría bien, le molestaría el sol, lo que yo le había dicho...? Suspiré demasiado alto de lo que me habría gustado, aborrecía sentirme así con él y más cuando no se lo merecía.
— ¿Nos queda mucho para llegar? — pregunté por preguntar, ya que el silencio comenzaba a hacerse incómodo y yo conocía perfectamente la localización de aquellas oficinas. Diez minutos más a lo sumo. Aquella zona de la ciudad estaba bastante despejada, Pandemonium solía cuidar de que fuera así para evitar las aglomeraciones de zombies cuando sus efectivos salían a la superficie. Todo muy sencillo.
— Eh — en un despiste de Rodriguez, fue a la parte trasera del jeep y abrí la puerta de Math. — Me parece genial que quieras rehacerte, pero te necesito centrado o juro por Dios que seré la primera en pedir que te degraden — me quedé unos segundos mirándole fijamente, me acababa de arrepentir de mis palabras. Pero estaba furiosa con él, aquella bipolaridad con la que me trataba... o él mismo, estaba diferente, estaba... hecho una mierda y odiaba verle así.
— ¿Rodríguez? — pregunté cuando el hombre se acercó a nosotros. — Nos vamos ya — cerré la puerta de Math y me subí en la del copiloto. El líder del equipo sería quien nos llevase.
Cuando el jeep salió a la superficie me coloqué mis viejas gafas de sol, la luz solar era cegadora y más al no estar acostumbrados a ella. No pude evitar buscar a través del espejo retrovisor a Math. ¿Estaría bien, le molestaría el sol, lo que yo le había dicho...? Suspiré demasiado alto de lo que me habría gustado, aborrecía sentirme así con él y más cuando no se lo merecía.
— ¿Nos queda mucho para llegar? — pregunté por preguntar, ya que el silencio comenzaba a hacerse incómodo y yo conocía perfectamente la localización de aquellas oficinas. Diez minutos más a lo sumo. Aquella zona de la ciudad estaba bastante despejada, Pandemonium solía cuidar de que fuera así para evitar las aglomeraciones de zombies cuando sus efectivos salían a la superficie. Todo muy sencillo.
- Muy bien Harley - si ella esperaba que Math reaccionase, él se limitó a cerrar la puerta en cuanto ella acabó la frase. No quiso escuchar más. Respiró hondo cerrando su único ojo sano y se tranquilizó. No le había hecho ninguna gracia ninguna de sus palabras. ¿Qué pretendía? Después de toda la brasa que le había dado porque regresara y ahora le trataba de aquella forma. Ya había tenido suficiente. ¿Quería volverle loco, echarlo, que lo dejase...? No entendía nada.
Se mantuvo en silencio durante todo el trayecto hasta que el vehículo comenzó a aproximarse a las oficinas de Pandemonium en Los Angeles. Math que había ignorado hasta el momento todas las palabras de sus dos compañeros, como si él no estuviera... se adelantó, asomando su cabeza entre los dos asientos delanteros.
- Para por aquí - ordenó, pese a que no fuera su papel. Aún en su mal estado, después de todo... Mathias Andersen había sido un buen agente, un buen soldado y sabía que acercarse más de la cuenta con el vehículo sería llamar la atención de forma innecesaria. - Deberíamos seguir a pie hasta las oficinas, ocultarnos en las calles... - por un momento podía verse a quien fue. Concentrado en la misión, sereno... le había venido bien no entrar en el juego de su compañera y calmarse.
Rodríguez asintió e hizo lo que él había pedido. Aparcó el jeep en la entrada de un callejón.
- Aquí estará bien, oculto - Andersen asintió y fue el primero en bajarse del vehículo. Acto seguido desenfundó su arma, él no trabajaba bien en distancias cortas cuerpo a cuerpo y después de su accidente... se sentía algo nervioso. Una cosa era recuperar su puntería y otra enfrentarse directamente a un zombie después de lo ocurrido. Era consciente de que no debía abrir fuego, al menos no en las calles, eso sería un suicidio. Sacar el arma había sido casi un acto reflejo. - Si seguimos este callejón llegaremos antes - aclaró. Se conocía muy bien aquella zona de Los Angeles, había trabajado allí, junto a Harley. Math se quedó mirándola de reojo, aún se acordaba de la última vez que fueron a aquel lugar. Aquella mañana, como atravesaron el parking riendo tras su partida de golf, como iban a trabajar ajenos a que sería el último día de normalidad que tendrían.
Negó rápidamente volviendo al mundo real. Andersen avanzó por el callejón en dirección a las oficinas. No le gustaba estar enfadado con Harley, era algo superior a sus fuerzas, por mucho que deseara seguir así, no podía. Le había molestado, sus palabras le habían molestado. Se obligó a seguir en silencio.
Se mantuvo en silencio durante todo el trayecto hasta que el vehículo comenzó a aproximarse a las oficinas de Pandemonium en Los Angeles. Math que había ignorado hasta el momento todas las palabras de sus dos compañeros, como si él no estuviera... se adelantó, asomando su cabeza entre los dos asientos delanteros.
- Para por aquí - ordenó, pese a que no fuera su papel. Aún en su mal estado, después de todo... Mathias Andersen había sido un buen agente, un buen soldado y sabía que acercarse más de la cuenta con el vehículo sería llamar la atención de forma innecesaria. - Deberíamos seguir a pie hasta las oficinas, ocultarnos en las calles... - por un momento podía verse a quien fue. Concentrado en la misión, sereno... le había venido bien no entrar en el juego de su compañera y calmarse.
Rodríguez asintió e hizo lo que él había pedido. Aparcó el jeep en la entrada de un callejón.
- Aquí estará bien, oculto - Andersen asintió y fue el primero en bajarse del vehículo. Acto seguido desenfundó su arma, él no trabajaba bien en distancias cortas cuerpo a cuerpo y después de su accidente... se sentía algo nervioso. Una cosa era recuperar su puntería y otra enfrentarse directamente a un zombie después de lo ocurrido. Era consciente de que no debía abrir fuego, al menos no en las calles, eso sería un suicidio. Sacar el arma había sido casi un acto reflejo. - Si seguimos este callejón llegaremos antes - aclaró. Se conocía muy bien aquella zona de Los Angeles, había trabajado allí, junto a Harley. Math se quedó mirándola de reojo, aún se acordaba de la última vez que fueron a aquel lugar. Aquella mañana, como atravesaron el parking riendo tras su partida de golf, como iban a trabajar ajenos a que sería el último día de normalidad que tendrían.
Negó rápidamente volviendo al mundo real. Andersen avanzó por el callejón en dirección a las oficinas. No le gustaba estar enfadado con Harley, era algo superior a sus fuerzas, por mucho que deseara seguir así, no podía. Le había molestado, sus palabras le habían molestado. Se obligó a seguir en silencio.
Al bajar el vehículo mis ojos fueron a parar de nueo hacia Math. Obviando que estaban enfadados, que parecíamás demacrao de lo normal... él actuaba como en antaño. Parecía muy seguro de sus movimientos y eso me tranquilizó.
— Eh Harley, te quiero aquí — Rodiguez se acercó y pasó una de sus manos por delante de mi rostro de tal forma que yo desbié la mirada de Mathias. Asentí, sin poder ocultar la rustración en mi rostro porque me hubieran regañado por algo que yo misma sabía que estaba haciendo mal.
Avanzamos por el callejón, poco a poco para ir hacia los oficinas de Pandemonium. Trataba de mentalizarme en aquel momento en mis objetivos. Tenía que regresar al SSU y aquella era la misión que me daría mi billete. Las oficinas de Pandemonium se encontraban en una antigua calle de Los Ángeles muy concurrida. Eran zonas que no se podían limpiar por más que los alrededores a la base sí.
— Atentos, entramos en una zona roja — susurré, pero en un tono que ambos pudieran escucharme. — Deberíamos entrar por la parte trasera del edificio y desde ahí acceder a la entrada, la calle en las que se encuentran las puertas principales son muy peligrosas — Rodriguez asintió e hizo una señal para avanzar rodeando el edificio. Yo le seguí por aquel callejón hasta lo que era la zona del personal junto a un pequeño muelle de descarga. Ambas puertas estaban cerradas. Fui directa hacia la puerta principal, esta había sido reforzada en otras ocasiones para evitar que entraran zombies o gente. Pandemonium se había llevado la información sensible, pero aún así querían mantener las instalaciones seguras. Rodríguez se acercó y utilizó unas llaves para abrir todas las cerraduras. — Pasad rápido debo volver a cerrar — avisó.
— Eh Harley, te quiero aquí — Rodiguez se acercó y pasó una de sus manos por delante de mi rostro de tal forma que yo desbié la mirada de Mathias. Asentí, sin poder ocultar la rustración en mi rostro porque me hubieran regañado por algo que yo misma sabía que estaba haciendo mal.
Avanzamos por el callejón, poco a poco para ir hacia los oficinas de Pandemonium. Trataba de mentalizarme en aquel momento en mis objetivos. Tenía que regresar al SSU y aquella era la misión que me daría mi billete. Las oficinas de Pandemonium se encontraban en una antigua calle de Los Ángeles muy concurrida. Eran zonas que no se podían limpiar por más que los alrededores a la base sí.
— Atentos, entramos en una zona roja — susurré, pero en un tono que ambos pudieran escucharme. — Deberíamos entrar por la parte trasera del edificio y desde ahí acceder a la entrada, la calle en las que se encuentran las puertas principales son muy peligrosas — Rodriguez asintió e hizo una señal para avanzar rodeando el edificio. Yo le seguí por aquel callejón hasta lo que era la zona del personal junto a un pequeño muelle de descarga. Ambas puertas estaban cerradas. Fui directa hacia la puerta principal, esta había sido reforzada en otras ocasiones para evitar que entraran zombies o gente. Pandemonium se había llevado la información sensible, pero aún así querían mantener las instalaciones seguras. Rodríguez se acercó y utilizó unas llaves para abrir todas las cerraduras. — Pasad rápido debo volver a cerrar — avisó.
Después del accidente le costó un tiempo adaptarse a su nueva situación. Todo el mundo le decía que había vuelto a nacer y él simplemente veía que lo habían matado y que debía acostumbrarse a su nueva y miserable vida. Se sentía roto. Pero poco a poco parecía que las cosas mejoraban, al menos que se acostumbraba a su condición... todo hasta que se llevaba un nuevo palo. Porque sí, cuando creía que más capacitado estaba metía la pata.
Una vez dentro de las instalaciones de Pandemonium, tras que cerrasen de nuevo la puerta tras ellos, Andersen iluminó el largo pasillo con su linterna.
- Esto debería estar despejado - Pandemonium cuidaba sus viejas oficinas para evitar problemas. Avanzó tranquilo por el pasillo hasta las escaleras y comenzó a subir. Toda esa zona era muy aséptica, pues era el ala de trabajadores, no daba cara al público.
- ¿Solo tenemos que pasearnos por todo el edificio, no? - dejó su pistola en la funda y esta vez avanzó más relajado. No era necesario un arma, no de momento, ya que se suponía que estaban seguros. Si algo le hacía cambiar de opinión desenfundaría.
Pasear por aquellas instalaciones no hacía más que profundizar en sus heridas. Por aquellos pasillos en los que había pasado horas y horas junto a sus compañeros, Harley... hablando de tanto, e incluso pensando en las posibilidades de un nuevo ascenso. Y ahora estaba ciego, incapacitado hasta para el SSU, por más que se esforzara. ¿Le dejarían de verdad entrar o aquello simplemente era para contentarlo? Tragó saliva, era un miedo que no había dejado de rondarle en los últimos días. Aprovechando que iba delante, revisó uno de los bolsillos de su chaleco para sacar un bote de pastillas. Disimuladamente se tomó dos.
Una vez dentro de las instalaciones de Pandemonium, tras que cerrasen de nuevo la puerta tras ellos, Andersen iluminó el largo pasillo con su linterna.
- Esto debería estar despejado - Pandemonium cuidaba sus viejas oficinas para evitar problemas. Avanzó tranquilo por el pasillo hasta las escaleras y comenzó a subir. Toda esa zona era muy aséptica, pues era el ala de trabajadores, no daba cara al público.
- ¿Solo tenemos que pasearnos por todo el edificio, no? - dejó su pistola en la funda y esta vez avanzó más relajado. No era necesario un arma, no de momento, ya que se suponía que estaban seguros. Si algo le hacía cambiar de opinión desenfundaría.
Pasear por aquellas instalaciones no hacía más que profundizar en sus heridas. Por aquellos pasillos en los que había pasado horas y horas junto a sus compañeros, Harley... hablando de tanto, e incluso pensando en las posibilidades de un nuevo ascenso. Y ahora estaba ciego, incapacitado hasta para el SSU, por más que se esforzara. ¿Le dejarían de verdad entrar o aquello simplemente era para contentarlo? Tragó saliva, era un miedo que no había dejado de rondarle en los últimos días. Aprovechando que iba delante, revisó uno de los bolsillos de su chaleco para sacar un bote de pastillas. Disimuladamente se tomó dos.
— Sí, pero recuerda que no estamos de paseo — Rodríguez se adelantó a ambos para encabezar el ritmo y yo me posicioné a la derecha de Mathias. — Bueno, con atención y rápidez, estaría bien regresar a la base para la hora de comer — sabía que eso no iba a ser posible, si nos habían enviado allí sería por algo. Pero de momento esa era la misión.
Caminaba en silencio sin decir nada. Revisábamos cada estancia, esperando no encontrar nada fuera de lo normal y hasta ahora todo parecía tranquilo. Efectivos de Pandemonium habían limpiado las instalaciones y simplemente parecían abandonadas. Habían algunas manchas de sangre que no se podían haber limpiado del todo y quedaban los restos, pero poca cosa. Algunas ventanas habían sido tapiadas con tablones y los muebles se habían apartado a los extremos de las habitaciones en algunas alas para utilizarlos como topes de esos tablones, por si algo trataba de entrar desde la calle.
Por otro lado en las plantas superiores todo era más normal. Todo tal cual había estado antes. Había más luz natural gracias a que las ventanas seguían ahí. Los cristales estaban sucios de la lluia, pero se podía ver mucho mejor y no hacía falta del uso de las linternas.
— Que locura — susurré alacercarme a uno de los ventanales y observar la calle principal atestada de zombies. Un escalofrío me recorrió de arriba a abajo. Aquello era como una pesadilla. Tanto tiempo que había pasado en aquellas instalaciones, esas calles... verlas así parecía irreal, pormucho que hubiéramos vivido todo el proceso del fin.
— Aún me cuesta asimilarlo... — con un suspiro me volví hacia Rodríguez y Andersen. Aún nos quedaban tres plantas más por revisar. Nos localizábamos ahora en una sala de oficinas y todo parecía en orden.
Caminaba en silencio sin decir nada. Revisábamos cada estancia, esperando no encontrar nada fuera de lo normal y hasta ahora todo parecía tranquilo. Efectivos de Pandemonium habían limpiado las instalaciones y simplemente parecían abandonadas. Habían algunas manchas de sangre que no se podían haber limpiado del todo y quedaban los restos, pero poca cosa. Algunas ventanas habían sido tapiadas con tablones y los muebles se habían apartado a los extremos de las habitaciones en algunas alas para utilizarlos como topes de esos tablones, por si algo trataba de entrar desde la calle.
Por otro lado en las plantas superiores todo era más normal. Todo tal cual había estado antes. Había más luz natural gracias a que las ventanas seguían ahí. Los cristales estaban sucios de la lluia, pero se podía ver mucho mejor y no hacía falta del uso de las linternas.
— Que locura — susurré alacercarme a uno de los ventanales y observar la calle principal atestada de zombies. Un escalofrío me recorrió de arriba a abajo. Aquello era como una pesadilla. Tanto tiempo que había pasado en aquellas instalaciones, esas calles... verlas así parecía irreal, pormucho que hubiéramos vivido todo el proceso del fin.
— Aún me cuesta asimilarlo... — con un suspiro me volví hacia Rodríguez y Andersen. Aún nos quedaban tres plantas más por revisar. Nos localizábamos ahora en una sala de oficinas y todo parecía en orden.
Caminaba con aire despreocupado, como si no se encontrasen en un edificio rodeado de zombies.
- Verlos desde aquí es aún más raro... - se había colocado junto a Harley en el ventanal y observaba la calle. - Estoy acostumbrado a que quieran devorarme cuando me ven, ya sabes - se encogió de hombros y retrocedió hacia Rodríguez pensando en continuar con su camino, ya que le habían hecho saber que no se trataba de un paseo.
- Sigamos - paseó entre las desoladas mesas, ahora vacías... no había documentos, ni prácticamente nada más que el mobiliario. Pandemonium se había encargado de llevarse todo.
Avanzó hacia el ascensor de aquella planta, ya que las escaleras se encontraban a los lados. Las puertas de este se encontraban abiertas y Mathias asomó la cabeza. La caja estaba mucho más abajo, pero todo parecía en orden.
- A por la sigui... - un ruido procedente de las plantas superiores frenó sus palabras. Buscó con la mirada a sus compañeros y desenfundó su arma. No era buena señal. Era como si se tratase de cristales. Math abrió la puerta que daba a las escaleras y miró hacia arriba, viendo que estaba despejado comenzó a subir primero, con el arma entre sus manos. Estaba seguro de que procedía de la siguiente planta.
- Verlos desde aquí es aún más raro... - se había colocado junto a Harley en el ventanal y observaba la calle. - Estoy acostumbrado a que quieran devorarme cuando me ven, ya sabes - se encogió de hombros y retrocedió hacia Rodríguez pensando en continuar con su camino, ya que le habían hecho saber que no se trataba de un paseo.
- Sigamos - paseó entre las desoladas mesas, ahora vacías... no había documentos, ni prácticamente nada más que el mobiliario. Pandemonium se había encargado de llevarse todo.
Avanzó hacia el ascensor de aquella planta, ya que las escaleras se encontraban a los lados. Las puertas de este se encontraban abiertas y Mathias asomó la cabeza. La caja estaba mucho más abajo, pero todo parecía en orden.
- A por la sigui... - un ruido procedente de las plantas superiores frenó sus palabras. Buscó con la mirada a sus compañeros y desenfundó su arma. No era buena señal. Era como si se tratase de cristales. Math abrió la puerta que daba a las escaleras y miró hacia arriba, viendo que estaba despejado comenzó a subir primero, con el arma entre sus manos. Estaba seguro de que procedía de la siguiente planta.
— Mierda, ni un rato de calma... — suspiré tras hablar en voz muy baja. Seguí a Mathias de cerca, colocando mi mano en su hombro derecho, acto seguido desenfundé mi arma también. Rodríguez se colocó tras de mi e hizo lo propio también.
Avancé con cautela, con el arma hacia abajo, ya que mi compañero iba delante. Mientras observaba su nuca pensaba en todas las ocasiones que habíamos formado así. Durante un tiempo no creí que fuéramos a volver a trabajar juntos como antes y sin embargo ahí estábamos. Tan concentrada en aquello... que casi ni me importaba el peligro con el que contábamos allí arriba.
Mathias ascendía por las escaleras y yo tras él hasta llegar a la siguiente planta. La puerta que daba hacia esa planta estaba cerrada.
— Por tu izquierda — adelanté a Math con cuidado por el lado que había indicado y me coloqué al lado de la puerta. — A la de tres — Rodríguez se posicionó a un lado también, a un paso por detrás de Andersen.
— Solo pido una falsa alarma... — susurré más para mi que para ellos. No quería problemas, por lo menos no estando con Andersen, estaba convencida de que no estaba en condiciones de nada. Sin hablar, moví los labios diciendo "A la de tres, uno, dos y... tres". Iba alzando los dedos mientras que hablaba y cuando acabé la cuenta atrás, abrí por completo la puerta, con mucho cuidado de hacer el menor ruido posible.
Avancé con cautela, con el arma hacia abajo, ya que mi compañero iba delante. Mientras observaba su nuca pensaba en todas las ocasiones que habíamos formado así. Durante un tiempo no creí que fuéramos a volver a trabajar juntos como antes y sin embargo ahí estábamos. Tan concentrada en aquello... que casi ni me importaba el peligro con el que contábamos allí arriba.
Mathias ascendía por las escaleras y yo tras él hasta llegar a la siguiente planta. La puerta que daba hacia esa planta estaba cerrada.
— Por tu izquierda — adelanté a Math con cuidado por el lado que había indicado y me coloqué al lado de la puerta. — A la de tres — Rodríguez se posicionó a un lado también, a un paso por detrás de Andersen.
— Solo pido una falsa alarma... — susurré más para mi que para ellos. No quería problemas, por lo menos no estando con Andersen, estaba convencida de que no estaba en condiciones de nada. Sin hablar, moví los labios diciendo "A la de tres, uno, dos y... tres". Iba alzando los dedos mientras que hablaba y cuando acabé la cuenta atrás, abrí por completo la puerta, con mucho cuidado de hacer el menor ruido posible.
- DADOS:
- 1º Pregunta: ¿Hay algún enemigo en esa planta?
2º Pregunta, en caso de ser afirmativa la anterior. ¿Está nada mas abrir la puerta?
El miembro 'Harley Køhler' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dilemas' :
Resultados :
'Dilemas' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Andersen estaba preparado. En cuanto Harley abrió la puerta apuntó con su Five seven hacia el frente y se adelantó con paso decidido. Se encontraba en un enorme pasillo junto a los ascensores. El hombre giraba la cabeza en varias direcciones sin ver a nada, ni nadie.
- Shh... - se llevó un dedo libre a los labios y luego volvió a sujetar el arma. Una pared de cristal mostraba una amplia vista de las oficinas al otro lado, todo había sido desmantelado por Pandmeonium hacía ya mucho tiempo, para no dejar rastro de ningún tipo de información.
Aunque no se veía nada, Math desconfiaba, sentía la presión en el ambiente.
- Por aquí - habló muy bajo, tanto que se preguntó si Harley y Rodríguez se habían enterado. Avanzó por el pasillo, sin bajar la guardia, con calma y entonces lo vio, cruzó la puerta que daba a la oficina y justo allí en el extremo de la sala, estaba la explicación, o al menos parte de ella. Una ligera brisa movía su cabello. Uno de los ventanales estaba roto y eso no era buena señal.
- Base, tenemos una ventana rota en una delas plantas superiores, esperamos respuesta - Rodríguez habló a la base a través de su comunicador, Math miró a Harley y después hizo un barrido rápido del lugar. Definitivamente no era buena señal.
- Shh... - se llevó un dedo libre a los labios y luego volvió a sujetar el arma. Una pared de cristal mostraba una amplia vista de las oficinas al otro lado, todo había sido desmantelado por Pandmeonium hacía ya mucho tiempo, para no dejar rastro de ningún tipo de información.
Aunque no se veía nada, Math desconfiaba, sentía la presión en el ambiente.
- Por aquí - habló muy bajo, tanto que se preguntó si Harley y Rodríguez se habían enterado. Avanzó por el pasillo, sin bajar la guardia, con calma y entonces lo vio, cruzó la puerta que daba a la oficina y justo allí en el extremo de la sala, estaba la explicación, o al menos parte de ella. Una ligera brisa movía su cabello. Uno de los ventanales estaba roto y eso no era buena señal.
- Base, tenemos una ventana rota en una delas plantas superiores, esperamos respuesta - Rodríguez habló a la base a través de su comunicador, Math miró a Harley y después hizo un barrido rápido del lugar. Definitivamente no era buena señal.
— ... — me mordí el labio para no decir nada, pero nuestros rostros lo aclaraban todo. Una vez que estuvimos frente al cristal roto le hice un gesto a Andersen, usando mis dos manos, como quien revisaba un libro y luego me encogí de hombros. Era un antiguo gesto nuevo, quería decir algo así como: "¿Qué monstruo habrá sido esta vez?". Algo que solíamos usar mucho en nuestras misiones juntos.
Por desgracia nos habíamos enfrentado a muchas criaturas, como para saber que un cristal de ese grosor no se partía sin más porque sí, así que me preparé. Lo primero era evitar los ruidos y por eso, en cuanto Rodríguez avisó a la base, yo le hice otra señal: la típica de no hagas ruido.
Posteriormente, sujeté mi arma entre ambas manos y fui retrocediendo paso a paso sobre el suelo, tratando de hacer el menor ruido posible. Todo eso sin dejar de mirar en varias direcciones. — Psss... — quise llamar la atención de Math, y acto seguido le hice otros gestos. Estos imitaban a una de las criaturas que consideraba responsable de aquel destrozo, pero también rezaba mentalmente porque no se tratara de esa. Esos bichos sin piel, con el cerebro al aire y una lengua asquerosa y enorme. Con mi izquierda imité lo que se suponía que era una enorme lengua saliendo de mi boca y no sabría si él lo entendería. No sería la primera vez que nos enfrentábamos a uno de hacerlo ahora. Pero... prefería que no, esas cosas eran unos cazadores letales y de la última escapamos con suerte.
Coloqué un pie en el pasillo y miré en ambas direcciones, no se veía nada y lo entendía. A esos monstruos les encantaba jugar con la comida primero. Mi cuerpo se tensó, me mordí el labio y avancé por el pasillo.
Me detuve, en aquel silencio, en aquella tranquilidad... Tarde.
Reviví un recuerdo horrible y muy asqueroso. Cuando quise ver que la lengua se enrollaba en mi tobillo resultó inútil, pues la BOW tiraba de mi con fuerza haciéndome caer contra el suelo.
— Ah... — me quejé débilmente cuando mi cuerpo se golpeó contra el frío suelo.
Por desgracia nos habíamos enfrentado a muchas criaturas, como para saber que un cristal de ese grosor no se partía sin más porque sí, así que me preparé. Lo primero era evitar los ruidos y por eso, en cuanto Rodríguez avisó a la base, yo le hice otra señal: la típica de no hagas ruido.
Posteriormente, sujeté mi arma entre ambas manos y fui retrocediendo paso a paso sobre el suelo, tratando de hacer el menor ruido posible. Todo eso sin dejar de mirar en varias direcciones. — Psss... — quise llamar la atención de Math, y acto seguido le hice otros gestos. Estos imitaban a una de las criaturas que consideraba responsable de aquel destrozo, pero también rezaba mentalmente porque no se tratara de esa. Esos bichos sin piel, con el cerebro al aire y una lengua asquerosa y enorme. Con mi izquierda imité lo que se suponía que era una enorme lengua saliendo de mi boca y no sabría si él lo entendería. No sería la primera vez que nos enfrentábamos a uno de hacerlo ahora. Pero... prefería que no, esas cosas eran unos cazadores letales y de la última escapamos con suerte.
Coloqué un pie en el pasillo y miré en ambas direcciones, no se veía nada y lo entendía. A esos monstruos les encantaba jugar con la comida primero. Mi cuerpo se tensó, me mordí el labio y avancé por el pasillo.
Me detuve, en aquel silencio, en aquella tranquilidad... Tarde.
Reviví un recuerdo horrible y muy asqueroso. Cuando quise ver que la lengua se enrollaba en mi tobillo resultó inútil, pues la BOW tiraba de mi con fuerza haciéndome caer contra el suelo.
— Ah... — me quejé débilmente cuando mi cuerpo se golpeó contra el frío suelo.
- Dados:
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
No... Pensó Andersen cuando se percató de lo que trataba de decirle su compañera. Obviamente tenía sentido, pero prefería que no fuera así. Rodríguez se encontraba avisando a la base cuando ocurrió el ataque. Mathias se tensó al escuchar a Harley acto seguido se volvió hacia la criatura.
- ¡Eh, hijo de puta! - gritó y acto seguido abrió fuego tres veces seguidas, aprovechando que la BOW se encontraba distraída con Køhler. El primer disparo dio de lleno en la criatura, que chilló de dolor soltando a Harley, el segundo disparo lo esquivó a la vez que lanzaba su asquerosa lengua en la dirección de Andersen. Un tercer disparo dio de lleno en su rostro, pero era tarde, ahora tenía su atención sobre el soldado y todo sucedió muy deprisa, puesto que aunque estaba herido había lanzado un ataque a Andersen que no logró esquivar, la lengua golpeó con tanta fuerza sobre su hombro que desgarró incluso la piel, adentrándose en su interior unos centímetros. Andersem aguantó el dolor y trató de sujetar con su brazo la lengua para retenerlo y que el daño fuera menor. - ¡Rodríguez, Kholer! - logró gritar entre dientes.
- ¡Eh, hijo de puta! - gritó y acto seguido abrió fuego tres veces seguidas, aprovechando que la BOW se encontraba distraída con Køhler. El primer disparo dio de lleno en la criatura, que chilló de dolor soltando a Harley, el segundo disparo lo esquivó a la vez que lanzaba su asquerosa lengua en la dirección de Andersen. Un tercer disparo dio de lleno en su rostro, pero era tarde, ahora tenía su atención sobre el soldado y todo sucedió muy deprisa, puesto que aunque estaba herido había lanzado un ataque a Andersen que no logró esquivar, la lengua golpeó con tanta fuerza sobre su hombro que desgarró incluso la piel, adentrándose en su interior unos centímetros. Andersem aguantó el dolor y trató de sujetar con su brazo la lengua para retenerlo y que el daño fuera menor. - ¡Rodríguez, Kholer! - logró gritar entre dientes.
- Dados:
- Como estamos a algo de distancia y disparo tres veces seguidas, hago tres ataques y tres defensas para el licker, pero solo un ataque por su parte.
Mi ataque: 5 + 2 = 7.
Su defensa: 6 + 0 = 6.
Mi ataque: 5 + 4 = 9.
Su defensa: 6 + 8 = 14.
Mi ataque: 5 + 8 = 13.
Mi defensa: 5 + 1 = 6.
Su ataque: 4 + 3 = 7.
Su defensa: 6 + 4 = 10.
Mi vida: 30 - 18 = 12.
Su vida: 60 - 40 = 20.
El miembro 'Mathias Andersen' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
— ¡Math! — grité. No me podía creer lo que acababa de pasar, la sangre de Andersen tiñó sus ropas, pude ver como esta fluía. Yo me encontraba tirada en el suelo, viendo la escena, que había sucedido en cuestión de segundos. Me encontraba en el suelo, ya libre de esa cosa, gracias a Andersen que se había sacrificado por mi.
Apunté y abrí fuego, en la dirección de su cerebro, no era la primera vez, no sería la última.
— ¡Rodríguez! — ni siquiera estaba segura de querer su ayuda, bueno sí, en aquel momento en el que estaban hiriendo a Math... cualquier cosa sería útil. Pero también... solo quería hacer ruido, gritar para atraer a esa cosa, que soltara a Andersen, que no le hiciera más daño. Un segundo disparo resonó en el lugar, nuestro compañero por fin se ponía las pilas. Seguramente actuaba rápido, para mi no era suficiente.
El licker esquivó ambos disparos, por lo menos logramos alejarlo de Math, me arrastrépor el suelo hasta alcanzarlo.
— ¡En pie! — grité ayudando a Andersen a levantarse, acto seguido apunté con mi derecha, mientras que con la izquierda trataba de ayudar a mi compañero. — Køhler, maldita sea, céntrate... — chistó Rodríguez que se colocaba a nuestro lado. — ¿Dónde está esa cosa? — había desaparecido, mi mandíbula se tensó. — Shhh... — Rodríguez me señaló con el dedo y luego hacia la zona de oficina, esa parte era más oscura, había un pasillo y... sí, era obvio que estaba jugando con nosotros. Pero lo que más me podía molestar, era que Rodríguez tenía razón, no estaba actuando bien, nada racional.
Apunté y abrí fuego, en la dirección de su cerebro, no era la primera vez, no sería la última.
— ¡Rodríguez! — ni siquiera estaba segura de querer su ayuda, bueno sí, en aquel momento en el que estaban hiriendo a Math... cualquier cosa sería útil. Pero también... solo quería hacer ruido, gritar para atraer a esa cosa, que soltara a Andersen, que no le hiciera más daño. Un segundo disparo resonó en el lugar, nuestro compañero por fin se ponía las pilas. Seguramente actuaba rápido, para mi no era suficiente.
El licker esquivó ambos disparos, por lo menos logramos alejarlo de Math, me arrastrépor el suelo hasta alcanzarlo.
— ¡En pie! — grité ayudando a Andersen a levantarse, acto seguido apunté con mi derecha, mientras que con la izquierda trataba de ayudar a mi compañero. — Køhler, maldita sea, céntrate... — chistó Rodríguez que se colocaba a nuestro lado. — ¿Dónde está esa cosa? — había desaparecido, mi mandíbula se tensó. — Shhh... — Rodríguez me señaló con el dedo y luego hacia la zona de oficina, esa parte era más oscura, había un pasillo y... sí, era obvio que estaba jugando con nosotros. Pero lo que más me podía molestar, era que Rodríguez tenía razón, no estaba actuando bien, nada racional.
- Dados:
- 1º Mi ataque 6 + 7 = 13.
2º Mi defensa 5 + 4 = 9.
3º Su ataque 4 + 4 = 8.
4º Su defensa 6 + 10 = 16.
Quedamos en paz xD.
RODRÍGUEZ:
1º Su ataque 4 + 2 = 6.
2º Su defensa 4 + 1 = 5.
3º Licker ataque 4 + 0 = 0.
4º Licker defensa 6 + 2 = 8.
Nada igual.
Rodríguez usa la segunda five seven de mi inventario y le pongo habilidades normales.
El miembro 'Harley Køhler' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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#2 'Números' :
#2 Resultados :
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
La sangre brotaba de la herida y escocía tanto, dolía aún más y por un momento sintió que se iba a desmallar, pero Khøler tiró de su brazo sano para ponerlo en pie. Ella había tratado de ayudarlo, pero la maldita criatura se había escapado.
- Grandísimo bastardo... - se quejó entre dientes. Claro que se iba, pese al golpe que le había asestado a él, ellos también habían contratacado y esa cosa no era estúpida. - Atentos, le encanta jugar con sus víctimas, tener el control y cuando se sienten amenazados... - resopló. Aquella no era la primera vez que se enfrentaba a una de esas cosas, sabía cómo enfrentarse a ellas. Para su desgracia, o bueno, por la experiencia no se quejaría.
- ... - no dijo nada, se llevó una mano ensangrentada a los labios para indicar que no hicieran ruido. Posteriormente se tapó la herida de nuevo haciendo presión. Avanzaron lentamente, Rodríguez y Khøler le cubrían. Odiaba sentirse así, pero era más que evidente que no estaba bien y de recibir otro ataque tal vez no lo contase. No, no se había enfrentado tantas veces a esas cosas para morir ahora así, no había sobrevivido a ese otro accidente para morir ahora estúpidamente...
Suspiró y señaló al fondo. Avanzaban lentamente. Su arma colgaba del cinturón y haría un gran esfuerzo por salir de allí con vida. Lo había decidido.
- Grandísimo bastardo... - se quejó entre dientes. Claro que se iba, pese al golpe que le había asestado a él, ellos también habían contratacado y esa cosa no era estúpida. - Atentos, le encanta jugar con sus víctimas, tener el control y cuando se sienten amenazados... - resopló. Aquella no era la primera vez que se enfrentaba a una de esas cosas, sabía cómo enfrentarse a ellas. Para su desgracia, o bueno, por la experiencia no se quejaría.
- ... - no dijo nada, se llevó una mano ensangrentada a los labios para indicar que no hicieran ruido. Posteriormente se tapó la herida de nuevo haciendo presión. Avanzaron lentamente, Rodríguez y Khøler le cubrían. Odiaba sentirse así, pero era más que evidente que no estaba bien y de recibir otro ataque tal vez no lo contase. No, no se había enfrentado tantas veces a esas cosas para morir ahora así, no había sobrevivido a ese otro accidente para morir ahora estúpidamente...
Suspiró y señaló al fondo. Avanzaban lentamente. Su arma colgaba del cinturón y haría un gran esfuerzo por salir de allí con vida. Lo había decidido.
- Dados:
- ¿Ataca ya?
Sí: Sí.
No: Sigue jugando al despiste.
Dados aquí: soy idiota y he lanzado mal los dados.
Mi vida: 30 - 18 = 12.
Su vida: 60 - 40 = 20.
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'Situaciones' :
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'Situaciones' :
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Avanzamos hacia la olvidado oficina, la escasez de ventanas en esa zona hacía que la visión fuera cada vez más débil. Claro que era la idea de su juego, quería pillarnos desprevenidos. Rodríguez y yo rodeábamos a Math que era quien estaba más herido. El silencio se hacía cada vez más insoportable, y es acosa no se dejaba ver. Podía sentir como hasta tratábamos de controlar el ruido de nuestras respiraciones, por lo menos Rodríguez y yo parecíamos ni tomar aire. Pero los golpes pesaban.
No podía más.
Al pasar junto a un escritorio, sujeté con la izquierda un lapicero, en esa fracción de segundo pude ver la cara de total desaprobación de Rodríguez. No dio tiempo a nada más y todo ocurrió tan rápido, que pareció un suspiro. Lancé el lapicero contra la pared, provocando un tremendo revuelo, pero la criatura no fue estúpida y saltó en mi dirección en vez de hacia la pared. Yo avancé veloz hacia ella, ya que tenía que tener un buen disparo antes de apretar el gatillo, ella también. Me atacó. Chocamos cuerpo contra cuerpo, notando como trataba de atravesar mi chaleco con sus garras. Apreté el gatillo del arma, pegando el cañón contra su propia cara. Ambas caímos al suelo, ella sobre mi, llevándome un buen golpe en la cabeza, todo su peso sobre mi cuerpo... El chaleco, las placas prácticamente se hicieron trizas bajo el impacto.
Grité, quitándome esa cosa de encima. Rodríguez también me gritaba cosas como "imprudente" o "temeraria". Yo comencé a reírme. Estaba hecha una auténtica mierda y reía. Reía por no llorar, sabía a lo que se refería Rodríguez, de hecho creí que iba a morir.
— Por favor, volvamos a la base, creo que ya sabemos a quién tienen que enviar — por lo menos estaba mejor que Mathias, aunque eso no me consolase demasiado. Necesitaba un médico. Me puse en pie y cojeando levemente me acerqué a él de nuevo, para ayudarle a salir de allí.
Conforme salíamos de ahí me fijé en una botella de cristal que cogí e introduje en uno de los bolsillos de mi pantalón. Serviría para más tarde.
No podía más.
Al pasar junto a un escritorio, sujeté con la izquierda un lapicero, en esa fracción de segundo pude ver la cara de total desaprobación de Rodríguez. No dio tiempo a nada más y todo ocurrió tan rápido, que pareció un suspiro. Lancé el lapicero contra la pared, provocando un tremendo revuelo, pero la criatura no fue estúpida y saltó en mi dirección en vez de hacia la pared. Yo avancé veloz hacia ella, ya que tenía que tener un buen disparo antes de apretar el gatillo, ella también. Me atacó. Chocamos cuerpo contra cuerpo, notando como trataba de atravesar mi chaleco con sus garras. Apreté el gatillo del arma, pegando el cañón contra su propia cara. Ambas caímos al suelo, ella sobre mi, llevándome un buen golpe en la cabeza, todo su peso sobre mi cuerpo... El chaleco, las placas prácticamente se hicieron trizas bajo el impacto.
Grité, quitándome esa cosa de encima. Rodríguez también me gritaba cosas como "imprudente" o "temeraria". Yo comencé a reírme. Estaba hecha una auténtica mierda y reía. Reía por no llorar, sabía a lo que se refería Rodríguez, de hecho creí que iba a morir.
— Por favor, volvamos a la base, creo que ya sabemos a quién tienen que enviar — por lo menos estaba mejor que Mathias, aunque eso no me consolase demasiado. Necesitaba un médico. Me puse en pie y cojeando levemente me acerqué a él de nuevo, para ayudarle a salir de allí.
Conforme salíamos de ahí me fijé en una botella de cristal que cogí e introduje en uno de los bolsillos de mi pantalón. Serviría para más tarde.
- Dados:
- 1º Mi ataque 6 + 8 = 14.
2º Mi defensa 5 + 8 = 13.
3º Su ataque 4 + 10 = 14.
4º Su defensa 6 + 02 = 08.
Mi vida: 34 + 30 PA + 50 PA - 36 = 28 + 15 + 35.
Su vida: 20 - 20 = CERO.
RODRÍGUEZ: Anulada porque mi acción iba primero y ya no tiene sentido que dispare él.
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