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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Lee en apuros {Especial halloween} [PARTICIPANTES]
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Lee en apuros
18 de mayo de 2016. Dificultad: Nivel bajo. Contenido: grotesco.
Durante estos últimos días se han dejado ver unas CARTAS diferentes por ahí. Al parecer Jerry Lee necesita ayuda. Puede que ya hubieras estado allí o que te lo hayan contado, pero uno de los refugios de este peculiar mercenario era un viejo cuartel de bomberos en Los Angeles, así que decides acercarte.
Conforme te acercas a la entrada del edificio se empieza a escuchar una melodía que tal vez te resulte familiar o tal vez no, es lo de menos. Un olor a muerte y podredumbre inunda tus fosas nasales. Es un olor pesado. El edificio es antiguo, cuenta con un enorme patio delantero, ya que el edificio hace forma de U. Allí hay algunos vehículos, los más cercanos al edificio golpeados, con agujeros de bala... y los que están más cerca de la entrada parecen estar en buenas condiciones. Allí hay una carpa militar, la música proviene de ahí. Algunos hombres pasean armados por la zona, hay movimiento, pero también hay cuerpos por ahí tirados, de zombies, otros militares... algunos han sido tapados con sábanas. El olor a descomposición procede de ellos.
Se escuchan murmullos que proceden de la carpa, no se puede ver quien está dentro, alguien parece enfadado, aunque no levanta mucho la voz. Entonces, a los pocos minutos sale alguien. Un hombre alto con una gabardina negra y un pañuelo morado que tapa casi todo su rostro, se marcha sin mirar a nadie.
Los mercenarios de Jerry Lee, que no son muchos te paran en la entrada. Uno de ellos alza su arma y dispara, en la lejanía se acercaban un par de zombies que aniquilan sin más.
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Los últimos meses no habían sido fáciles. Acostumbrada a vivir en Pandemonium, volver al exterior... había sido duro, pero no tardé en acostumbrarme. Los días se sucedían uno tras otro y yo me limitaba a pensar si volvería a ver la luz del siguiente, por lo que trataba de luchar, mostrar lo aprendido y seguir. Buscar víveres y nuevos lugares en los que refugiarme. Lugares seguros. Esa era mi rutina, además de la tarea más importante: esconderme, es decir, ocultarme de otros supervivientes y criaturas. Sí, todo el mundo era un posible peligro, por lo que lo mejor era no arriesgarse. Tampoco deseaba encontrarme con nadie de Pandemonium y mucho menos de Umbrella.
Había estado de aquí para allá y de nuevo volvía a Los Angeles. ¿Por qué? No, no regresaría a Pandemonium, allí no era bien recibida. Y lo sería menos después de lo hecho.
Esa mañana mis pasos me llevaron a una zona alejada del centro de la ciudad. Por unas zonas residenciales con la esperanza de encontrar alguna tienda donde buscar latas u otros útiles como ropa de verano, ya que el calor comenzaba a llegar. Y entonces vi la carta.
- Jerry Lee - susurré.
La música me pilló desprevenida y eso hizo que me acercase más, el viejo cuartel de bomberos se alzaba imponente, nunca me gustó ese edificio. El olor me hizo arrugar la nariz y nada más ver a los militares alcé las manos.
- ¡Soy amiga de Jerry Lee! - alcé ambas manos y hasta di un respingo cuando dispararon. Al mirar atrás y ver los zombies suspiré algo aliviada, pero esos seguían apuntándome. - Ya he estado antes aquí, no disparéis, soy Ryder, Ryder Ketchup - mi voz sonaba notablemente alterada. ¿Era aquello una trampa?
Había estado de aquí para allá y de nuevo volvía a Los Angeles. ¿Por qué? No, no regresaría a Pandemonium, allí no era bien recibida. Y lo sería menos después de lo hecho.
Esa mañana mis pasos me llevaron a una zona alejada del centro de la ciudad. Por unas zonas residenciales con la esperanza de encontrar alguna tienda donde buscar latas u otros útiles como ropa de verano, ya que el calor comenzaba a llegar. Y entonces vi la carta.
- Jerry Lee - susurré.
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La música me pilló desprevenida y eso hizo que me acercase más, el viejo cuartel de bomberos se alzaba imponente, nunca me gustó ese edificio. El olor me hizo arrugar la nariz y nada más ver a los militares alcé las manos.
- ¡Soy amiga de Jerry Lee! - alcé ambas manos y hasta di un respingo cuando dispararon. Al mirar atrás y ver los zombies suspiré algo aliviada, pero esos seguían apuntándome. - Ya he estado antes aquí, no disparéis, soy Ryder, Ryder Ketchup - mi voz sonaba notablemente alterada. ¿Era aquello una trampa?
- Muchas cosas:
- Home:
Graaacias Jason
- Life Is Strange...:
- Multipass!:
¿Jerry Lee? Aquel nombre no le decía nada, pero Sienna parecía preocupada. Ingram no era partidario de desplazarse largas distancias solo por un presentimiento, pero ella no opinaba lo mismo. Sin poder hacer que entrara en razón, él también preparó su mochila para el viaje. ¿Qué esperaba encontrar? Una trampa, evidentemente. Saqueadores, bandidos, cualquier cosa. Esos grupos eran los que más recursos empleaban en llamar la atención para que las presas acudieran a ellos. Así que, más preocupado por Sienna que por otra cosa, decidió acompañarla.
Ingram desconocía a aquel sujeto y sus escondites. Se limitó a ser una sombra de Sienna durante todo el camino, siempre atento a cualquier movimiento.
Los disparos sonaron y los zombies que se encontraban delante de ellos cayeron al suelo. Ingram indicó con la mano que se agacharan, como si estuviera dirigiendo a una unidad, pero solo era Sienna. Se arrastró hasta unos escombros desde el que podían ver la entrada. Ingram, hasta donde su vista le llegaba, pudo ver a un par de hombres armados, la carpa militar y una mujer que parecía hablar con los guardias. La música resonaba con eco. Parecía que no les habían visto todavía, pero no podía estar seguro completamente.
—¿Ese tal Jerry Lee tiene un ejército a su mando? Y allí hay una mujer... ¿La has visto antes, Dallas? —que era lo mismo que preguntarle a Sienna cuál era el siguiente paso, pues quien más sabía y quien antes podía elaborar una estrategia en caso de que fueran enemigos era ella.
Ingram desconocía a aquel sujeto y sus escondites. Se limitó a ser una sombra de Sienna durante todo el camino, siempre atento a cualquier movimiento.
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Los disparos sonaron y los zombies que se encontraban delante de ellos cayeron al suelo. Ingram indicó con la mano que se agacharan, como si estuviera dirigiendo a una unidad, pero solo era Sienna. Se arrastró hasta unos escombros desde el que podían ver la entrada. Ingram, hasta donde su vista le llegaba, pudo ver a un par de hombres armados, la carpa militar y una mujer que parecía hablar con los guardias. La música resonaba con eco. Parecía que no les habían visto todavía, pero no podía estar seguro completamente.
—¿Ese tal Jerry Lee tiene un ejército a su mando? Y allí hay una mujer... ¿La has visto antes, Dallas? —que era lo mismo que preguntarle a Sienna cuál era el siguiente paso, pues quien más sabía y quien antes podía elaborar una estrategia en caso de que fueran enemigos era ella.
—Eh... sí —me encontraba agachada junto al montón de escombros. Ingram observaba y yo me erguí apenas un poquito, lo justo para ver por encima de las piedras—. Siempre ha estado muy bien protegido, es un mercenario que te puede conseguir cualquier cosa, a cambio de favores, claro, pero... obviamente tiene objetos muy jugosos, así que debe... estoy hablando demasiado —hice gesto de cerrar mi boca con una cremallera.
—No tengo ni idea de quién es ella y los militares... podrían ser sus hombres, pero a saber —me mordí el labio pensativa y volví a agacharme—. A él no se le ve. Si Jerry Le quisiera haberme jodido, a mi o cualquiera podría haberlo hecho mucho antes, él es de confianza, pero claro... —hablaba casi más para mi, tratando de entender qué pasaba. Pero obviamente a Ingram le venía bien escucharlo, ya que al parecer la fama de Lee aún no había llegado hasta sus oídos.
—Nadie nos asegura que no sea una trampa hecha por un tercero, alguien que haya jodido a Lee —volví a asomarme apenas un otro poquito. Mis manos sobre el borde de los escombros, y mi vista por encima de estos—. Observemos, esa chica parece haber llegado recientemente —aunque si le hacían algo... ¿Y si era parte de ellos? ¿sabrían que ya estaban allí? Mi cabeza comenzó a pensar tantas opciones paranoicas que tuve que volver a hablar para calmar esos pensamientos tan intrusivos.
—Espero que no le hagan daño, si no... —quería salir, quería ayudarla y en otra época lo habría hecho sin pensar en las consecuencias, ahora no se podía permitir eso, por mucho que le doliese.
—No tengo ni idea de quién es ella y los militares... podrían ser sus hombres, pero a saber —me mordí el labio pensativa y volví a agacharme—. A él no se le ve. Si Jerry Le quisiera haberme jodido, a mi o cualquiera podría haberlo hecho mucho antes, él es de confianza, pero claro... —hablaba casi más para mi, tratando de entender qué pasaba. Pero obviamente a Ingram le venía bien escucharlo, ya que al parecer la fama de Lee aún no había llegado hasta sus oídos.
—Nadie nos asegura que no sea una trampa hecha por un tercero, alguien que haya jodido a Lee —volví a asomarme apenas un otro poquito. Mis manos sobre el borde de los escombros, y mi vista por encima de estos—. Observemos, esa chica parece haber llegado recientemente —aunque si le hacían algo... ¿Y si era parte de ellos? ¿sabrían que ya estaban allí? Mi cabeza comenzó a pensar tantas opciones paranoicas que tuve que volver a hablar para calmar esos pensamientos tan intrusivos.
—Espero que no le hagan daño, si no... —quería salir, quería ayudarla y en otra época lo habría hecho sin pensar en las consecuencias, ahora no se podía permitir eso, por mucho que le doliese.
A beautiful liar, love for him is pain. The temples are now burning, our faith caught up in flames. I need a new direction, cause I have lost my way. All we need is faith.
DIECISÉIS DE MAYO DE 2016.
LOS ANGELES, CALIFORNIA.
Iba a echarse a llorar, sin más. Sentía las lágrimas escocerle con fuerza en los ojos e hizo un esfuerzo sobrehumano por contenerlas. Él había sido claro, tenía que resolver ese problema. ¿Pero sería capaz de ello? Ya habían muerto muchos hombres y no deseaba enviar a más, parecía un auténtico suicidio. Cada muerte le pesaba en su interior.
Él había salido de la tienda, y en ese momento a solas quiso desahogarse, pero no tuvo tiempo, puesto que en ese mismo instante comenzaron a sonar disparos y acto seguido voces. Lee se levantó y con calma salió al exterior. Se frotó ambos ojos puesto que la luz le cegó por un instante.
—¡Ryder! —la pena desapareció y Lee sonrió ampliamente—. ¡Has encontrado mi carta y vienes a ayudarme! —de nuevo notó esa humedad en los ojos. Sí, se emocionó al darse cuenta de que al menos alguien se había preocupado por él.
—¡Ay que alegría más grande! —decía una y otra vez, con esa voz tan aguada y característica suya. Lee movía las manos de un lado a otro y hasta se acercó, abrazo a Ryder y le plantó un beso en la frente. Era la primera persona que acudía en su ayuda.
—¡El cuartel ha caído y necesito que me ayudes a limpiarlo de zombies y de monstruos! —dijo una vez que se apartó, ya mucho más serio—. Muchos de mis hombres han muerto y ahora se pasean a sus anchas por los pasillos del cuartel, quedan muchas cosas de utilidad dentro y te recompensaré con lo que quieras — sonrió ampliamente.
→ El edificio es un viejo cuartel de bomberos, en una zona marginal de la antigua Los Angeles.
→ Los militares son hombres vestidos con ropas negras. No son uniformes, la mayoría de estas prendas están desgatadas o sucias. Leevan el rostro tapado con pañuelos.
LOS ANGELES, CALIFORNIA.
Iba a echarse a llorar, sin más. Sentía las lágrimas escocerle con fuerza en los ojos e hizo un esfuerzo sobrehumano por contenerlas. Él había sido claro, tenía que resolver ese problema. ¿Pero sería capaz de ello? Ya habían muerto muchos hombres y no deseaba enviar a más, parecía un auténtico suicidio. Cada muerte le pesaba en su interior.
Él había salido de la tienda, y en ese momento a solas quiso desahogarse, pero no tuvo tiempo, puesto que en ese mismo instante comenzaron a sonar disparos y acto seguido voces. Lee se levantó y con calma salió al exterior. Se frotó ambos ojos puesto que la luz le cegó por un instante.
—¡Ryder! —la pena desapareció y Lee sonrió ampliamente—. ¡Has encontrado mi carta y vienes a ayudarme! —de nuevo notó esa humedad en los ojos. Sí, se emocionó al darse cuenta de que al menos alguien se había preocupado por él.
—¡Ay que alegría más grande! —decía una y otra vez, con esa voz tan aguada y característica suya. Lee movía las manos de un lado a otro y hasta se acercó, abrazo a Ryder y le plantó un beso en la frente. Era la primera persona que acudía en su ayuda.
—¡El cuartel ha caído y necesito que me ayudes a limpiarlo de zombies y de monstruos! —dijo una vez que se apartó, ya mucho más serio—. Muchos de mis hombres han muerto y ahora se pasean a sus anchas por los pasillos del cuartel, quedan muchas cosas de utilidad dentro y te recompensaré con lo que quieras — sonrió ampliamente.
→ El edificio es un viejo cuartel de bomberos, en una zona marginal de la antigua Los Angeles.
→ Los militares son hombres vestidos con ropas negras. No son uniformes, la mayoría de estas prendas están desgatadas o sucias. Leevan el rostro tapado con pañuelos.
- ¡Jerry! - exclamé, muy esperanzada, pues durante un momento pensé en la posibilidad de que aquello fuera una trampa y yo hubiera caído de lleno en ella. - ¡Eh, dejad de apuntarme con esas cosas que ya habéis visto que soy de confi... - no terminé de decir la frase, Jerry Lee me abrazó. Sí, seguía siendo igual de... digamos peculiar.
- Eeesto... - me había pillado por sorpresa y no supe que decir, el hombre parecía emocionado. ¿De verme a mi? Al parecer su refugio había caído. ¿Zombies? Que novedad...
- ¿Estás pidiendo ayuda para limpiarlo de zombies? - pregunté incrédula. - ¿Por qué has pensado que si tus hombres no han podido, otros supervivientes íbamos a poder? No tenemos ni la mitad de tu artillería... - lo miré enarcando una ceja, muy pero que muy incrédula.
- ¿De verdad crees que yo... ¡YO! ¿Voy a hacer algo más o mejor que ellos? - hice mucho énfasis al decir "yo" y además me señalé y luego a los hombres de Lee. - No es por nada, pero a duras penas sobrevivo al día a día... - negué con un suspiro. Creí que estaba muerto, que le había pasado algo más grave, me imaginé cualquier cosa, todo, menos eso... de hecho hasta me había preocupado sinceramente por él. Aunque estaba un poco chalado, me caía bien.
- Eeesto... - me había pillado por sorpresa y no supe que decir, el hombre parecía emocionado. ¿De verme a mi? Al parecer su refugio había caído. ¿Zombies? Que novedad...
- ¿Estás pidiendo ayuda para limpiarlo de zombies? - pregunté incrédula. - ¿Por qué has pensado que si tus hombres no han podido, otros supervivientes íbamos a poder? No tenemos ni la mitad de tu artillería... - lo miré enarcando una ceja, muy pero que muy incrédula.
- ¿De verdad crees que yo... ¡YO! ¿Voy a hacer algo más o mejor que ellos? - hice mucho énfasis al decir "yo" y además me señalé y luego a los hombres de Lee. - No es por nada, pero a duras penas sobrevivo al día a día... - negué con un suspiro. Creí que estaba muerto, que le había pasado algo más grave, me imaginé cualquier cosa, todo, menos eso... de hecho hasta me había preocupado sinceramente por él. Aunque estaba un poco chalado, me caía bien.
- Muchas cosas:
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Graaacias Jason
- Life Is Strange...:
- Multipass!:
—Si salimos de esta me tienes que contar toda tu historia con él, Dallas —respondió.
Ingram suspiró, intranquilo. El hecho de que Sienna no supiera dónde se estaban metiendo hacía que su cuerpo se tensara pero, definitivamente, a las puertas de la base de Jerry Lee o lo que fuera eso no iba a empezar a replantearse otra vez hasta qué punto la había cagado permitiendo a Sienna y a sí mismo seguir aquella chorrada de tarjeta. De momento su instinto le indicaba que observara. Si al final resultaba ser una trampa, quería tener todas las cartas sobre la mesa para llegar vivos a donde realmente debían estar.
—Espera, alguien más va hacia la puerta... —susurró, arrastrándose por entre los escombros un poco más para ver mejor. Sin el equipo adecuado era difícil distinguir con claridad qué estaba pasando, pero una nueva figura se encontraba frente a las puertas y parecía haber salido desde una de las tiendas del interior.
—La mujer parece estar hablando con ese hombre. No será por casualidad... —sugirió, justo cuando ambas figuras se acercaban en lo que parecía un abrazo. Ingram retrocedió un poco y miró a Sienna esperando su respuesta. Ahora agachado, Ingram pensó que si aquel era el hombre que buscaban, no tardarían en poner un pie en el campamento.
Ingram suspiró, intranquilo. El hecho de que Sienna no supiera dónde se estaban metiendo hacía que su cuerpo se tensara pero, definitivamente, a las puertas de la base de Jerry Lee o lo que fuera eso no iba a empezar a replantearse otra vez hasta qué punto la había cagado permitiendo a Sienna y a sí mismo seguir aquella chorrada de tarjeta. De momento su instinto le indicaba que observara. Si al final resultaba ser una trampa, quería tener todas las cartas sobre la mesa para llegar vivos a donde realmente debían estar.
—Espera, alguien más va hacia la puerta... —susurró, arrastrándose por entre los escombros un poco más para ver mejor. Sin el equipo adecuado era difícil distinguir con claridad qué estaba pasando, pero una nueva figura se encontraba frente a las puertas y parecía haber salido desde una de las tiendas del interior.
—La mujer parece estar hablando con ese hombre. No será por casualidad... —sugirió, justo cuando ambas figuras se acercaban en lo que parecía un abrazo. Ingram retrocedió un poco y miró a Sienna esperando su respuesta. Ahora agachado, Ingram pensó que si aquel era el hombre que buscaban, no tardarían en poner un pie en el campamento.
Sentía mi cuerpo tan tenso que casi temía que pudiera partirme con el más mínimo movimiento. La figura que acababa de llegar, me preocupaba por ella, aunque bueno... puede que fuera una mala persona... divagaba en mi mente cuando lo vi.
Jerry Lee.
—Es él, sí... el enclenque de Jerry Lee —me puse en pie casi sin pensarlo, como de forma resignada, al fin y al cabo habíamos venido por él—. Anda vamos, haré las presentaciones —comencé a avanzar alzando ligeramente las manos por si a los de las armas les daba por asustarse.
—¡Lee, soy Dallas, de... Dallas! —moví las manos, era obvio—. Encontramos tu carta, él es mi compañero Ingram, la verdad es que temí que te hubiera pasado algo... —dubitativa me acercaba al grupo. Confiaba en Lee, jamás me había dado ningún tipo de problema o señal de que fuera el típico bandido. Tenía su "negocio" por extraño que fuera y poco más. Observé a la joven colocándome a un lado de ella a unos metros, aún con las manos ligeramente alzadas, para que los hombres de Lee supieran que era de confianza. Luego desvié la mirada hacia Ingram, era como si pudiera escuchar sus pensamientos a gritos: no le gustaba aquello ni un pelo.
Jerry Lee.
—Es él, sí... el enclenque de Jerry Lee —me puse en pie casi sin pensarlo, como de forma resignada, al fin y al cabo habíamos venido por él—. Anda vamos, haré las presentaciones —comencé a avanzar alzando ligeramente las manos por si a los de las armas les daba por asustarse.
—¡Lee, soy Dallas, de... Dallas! —moví las manos, era obvio—. Encontramos tu carta, él es mi compañero Ingram, la verdad es que temí que te hubiera pasado algo... —dubitativa me acercaba al grupo. Confiaba en Lee, jamás me había dado ningún tipo de problema o señal de que fuera el típico bandido. Tenía su "negocio" por extraño que fuera y poco más. Observé a la joven colocándome a un lado de ella a unos metros, aún con las manos ligeramente alzadas, para que los hombres de Lee supieran que era de confianza. Luego desvié la mirada hacia Ingram, era como si pudiera escuchar sus pensamientos a gritos: no le gustaba aquello ni un pelo.
A beautiful liar, love for him is pain. The temples are now burning, our faith caught up in flames. I need a new direction, cause I have lost my way. All we need is faith.
Había tardado, pero ya estaba en los ángeles. Unos pocos pasos y estaría donde quería. Un final a un camino como no había tenido en años.
-“¿Entonces porque había seguido la petición de ayuda de un extraño?”- porque era una idiota que se metía donde no la llamaban y tenía suerte de salir corriendo. No estaba segura de que situación me encontraría, solo tenía una certeza y es que tenía miedo y no precisamente de lo que la cita improvisada. No, era de encontrarme con mi pasado. O de que en lo que tarde en llegar algo hubiera pasado…
La música sonando me saco de mi ensoñación, en los pocos pasos siguientes me tragué el aroma de la muerte que rodeaba el lugar, haciendo una mueca para dejarlo pasar, unos minutos y ya no lo notaría. Así funcionaba el olfato y lo agradecía. Mientras me acostumbraba a ello me escondí, intentando mirar lo que pasaba delante. Aún tenía una posibilidad de salir corriendo y olvidar, perder de vista el desvío absurdo que había tomado.
En lo que estaba allí, agazapada algunas personas aparecieron, reuniéndose junto a la carpa en el patio. Con y sin uniforme, nada de aquello me decía nada. Podía ser simplemente un grupo reuniéndose o caníbales en un festín. Y yo camine adelante, tensa con el pensamiento de que ¿y si realmente lo necesitaba y podía ayudarlo? -“Joder, Mía… tienes mejores cosas que hacer que morir… “ - me dije y si, me ignore.
Con cautela, pero sin perder el paso seguí caminando hacia el grupo, intentando ver la situación y atenta a la conversación. . No quería molestar, pero era una metida. Sonrío con el pensamiento y suspiro al llegar.
-Vi la carta también - digo desde cierta distancia, no iba a tomarlos por sorpresa pero mejor anunciarme - pensé que podía ayudar, ahora no estoy tan segura. Soy Mía- terminé por presentarme. Por eso de mantener un mínimo de humanidad y cordialidad.
-“¿Entonces porque había seguido la petición de ayuda de un extraño?”- porque era una idiota que se metía donde no la llamaban y tenía suerte de salir corriendo. No estaba segura de que situación me encontraría, solo tenía una certeza y es que tenía miedo y no precisamente de lo que la cita improvisada. No, era de encontrarme con mi pasado. O de que en lo que tarde en llegar algo hubiera pasado…
La música sonando me saco de mi ensoñación, en los pocos pasos siguientes me tragué el aroma de la muerte que rodeaba el lugar, haciendo una mueca para dejarlo pasar, unos minutos y ya no lo notaría. Así funcionaba el olfato y lo agradecía. Mientras me acostumbraba a ello me escondí, intentando mirar lo que pasaba delante. Aún tenía una posibilidad de salir corriendo y olvidar, perder de vista el desvío absurdo que había tomado.
En lo que estaba allí, agazapada algunas personas aparecieron, reuniéndose junto a la carpa en el patio. Con y sin uniforme, nada de aquello me decía nada. Podía ser simplemente un grupo reuniéndose o caníbales en un festín. Y yo camine adelante, tensa con el pensamiento de que ¿y si realmente lo necesitaba y podía ayudarlo? -“Joder, Mía… tienes mejores cosas que hacer que morir… “ - me dije y si, me ignore.
Con cautela, pero sin perder el paso seguí caminando hacia el grupo, intentando ver la situación y atenta a la conversación. . No quería molestar, pero era una metida. Sonrío con el pensamiento y suspiro al llegar.
-Vi la carta también - digo desde cierta distancia, no iba a tomarlos por sorpresa pero mejor anunciarme - pensé que podía ayudar, ahora no estoy tan segura. Soy Mía- terminé por presentarme. Por eso de mantener un mínimo de humanidad y cordialidad.
¿Que me había deparado la vida ahora?la verdad ni yo misma lo se, luego de los meses pasados me había convertido más en un ente miserable era tan caminante por la sangre que tengo en las venas por el trato que tengo de los demás, siento que hace tiempo mi vida se había convertido en un asco, el hecho de estar infectada me está llegando a la cabeza, puedo sentir como mi cuerpo aun sigue luchando para no convertirse, ser una de esas cosas, y por eso mismo no tengo ningún tipo de reparos en morir , siempre me meto en los recovecos más asquerosos, luchaba contra porquerias inmensas, luchaba contra las más feas de las criaturas, esa era mi vida, la que no importaba en lo más mínimo, servía en Silver Lake metiéndome en todos esos líos para que los demás no tuvieran que hacerlo.
Me había llegado esta extraña carta, esperaba que no fuera algo demasiado problemático, y de hecho, tenía que tener el miedo de que fuera alguien peligroso para el campamento, ¿quien mierda es Jerry Lee? tiene un nombre de esos sureños obsesionados con las escopetas de los cuales conocía en un momento, esos aficionados a las armas que me recordaban a Moscú de hecho, parecía ser un lugar apartado, como una especie de refugio donde me acercaba y sentía que el olor a carne podrida era fuerte, recuerdo que en un tiempo me habría dado asco, ya me da jodidamente igual ¿sera que mi instinto de portadora está naciendo? ¿Cuánto va a pasar que termine comiendo carne podrida? no sé, pero tengo una bala en mi pistola para cuando llegue ese día.
Lo que me sacaba de onda era esa música, camine un poco portando mi fusil, cuando vi de a poco un par de personas que estaban cerca, camine un poco mirandoles y lo primero que dije fue - oigan hay una mejor versión de esa canción de parte de White Buffalo, si se van a suicidar con alguna canción triste de fondo, actualicense, ya no estamos en los 60… - dije caminando y mirándolos con mi mejor cara de odio, pero creo que ya es mi cara normal, me duelen las mejillas cuando sonrio. - no parecen ser bandidos… - dije mirándolos a todos, cuando vi soldados que tenían una pinta de andrajosos, y habiendo un par de personas que destacaban, tres chicas y dos tipos más, caminé hacia ellos mirándolos preguntando - ¿quién de ustedes es Jerry? - dije seca a las personas del lugar, estando preparada para cualquier cosa. aun no me fui de ninguno de ellos.
Me había llegado esta extraña carta, esperaba que no fuera algo demasiado problemático, y de hecho, tenía que tener el miedo de que fuera alguien peligroso para el campamento, ¿quien mierda es Jerry Lee? tiene un nombre de esos sureños obsesionados con las escopetas de los cuales conocía en un momento, esos aficionados a las armas que me recordaban a Moscú de hecho, parecía ser un lugar apartado, como una especie de refugio donde me acercaba y sentía que el olor a carne podrida era fuerte, recuerdo que en un tiempo me habría dado asco, ya me da jodidamente igual ¿sera que mi instinto de portadora está naciendo? ¿Cuánto va a pasar que termine comiendo carne podrida? no sé, pero tengo una bala en mi pistola para cuando llegue ese día.
Lo que me sacaba de onda era esa música, camine un poco portando mi fusil, cuando vi de a poco un par de personas que estaban cerca, camine un poco mirandoles y lo primero que dije fue - oigan hay una mejor versión de esa canción de parte de White Buffalo, si se van a suicidar con alguna canción triste de fondo, actualicense, ya no estamos en los 60… - dije caminando y mirándolos con mi mejor cara de odio, pero creo que ya es mi cara normal, me duelen las mejillas cuando sonrio. - no parecen ser bandidos… - dije mirándolos a todos, cuando vi soldados que tenían una pinta de andrajosos, y habiendo un par de personas que destacaban, tres chicas y dos tipos más, caminé hacia ellos mirándolos preguntando - ¿quién de ustedes es Jerry? - dije seca a las personas del lugar, estando preparada para cualquier cosa. aun no me fui de ninguno de ellos.
- Muchas gracias :3:
Un lobo entre Ovejas [Evento]
Hora desconocida, 18 de Mayo de 2016.
Los angeles.
X.
La información es poder y estar pendiente del mundo y de los conflictos en el mismo es un método más que eficaz para sacar beneficio, tras lo ocurrido recientemente y tener que volver al servicio Rostova estaba más que ansioso, quizás incluso de más pues, la acción le pillo algo cerca, aunque bueno las indicaciones era lo que tiene, casi tenía que parecer que estaba en ese puto lugar de causalidad, como si un mero transeúnte se tratara y allí estaba, con sus dos huevazos vestido como un pordiosero, ropa negra sin rasgar, algo sucia eso si para mimetizarse con el entorno, su funda del arma, y unas botas, bien preparado para la ocasión, llevaba algunos días hasta que el mismo bullicio de la gente le llamo la atención, consiguió la “entrada” al juego hace algún tipo de un cadáver y siguiendo las migas de pan le llevaron a donde debía, eso y bueno tener ciertos contactos, guiño guiño, el hombre miro por la ventana para lanzar una enorme sonrisa larga al aire, era su día de suerte podría empezar cuanto antes, guardo todo en su chaqueta y se dispuso a ir al lugar, donde se pòdia atisbar bastante gente en el sitio, estaba claro que debía mimetizarse con el entorno y ser un superviviente más, joder eso ya lo practicó hasta la saciedad, haber servido en la CIA antes de todo aquello le dotaba de ciertos galones para tales actos o al menos eso pensaba el joven rubio.
-Eii ¿¡Hola! ¡Hola!?, gritó antes de acercarse a nadie, parecía un grupo de mujeres y hombres que se estaban aproximando a la zona designada, casi pareció interrumpirlos como si se hubiera metido en todo aquello por mero azar, -Y-yo también quisiera entrar, llevo días buscando algo medio saludable que comer, aclaró como si aquel sitio fuera un lugar mas que óptimo para encontrar provisiones, ¿podía parecer creíble esto?, su aspecto no era demasiado corpulento y seguramente por su titubeo y dudas parecía alguien miedoso, algo que dejaba entre ver qué bueno, era vulnerable, un alma cándida posiblemente de la que abusar, un pobre “chico” de buen corazón, -Me gustaría ayudar, pro-prometo no ser un estorbo, comentó acercándose con las manos en alto, con cierta apariencia de miedo mientras buscaba los ojos de los presentes con los suyos, casi habría que darle un puñetero Oscar por actuar de semejante manera, quien lo vio y quien lo ve ahora, esperaba que toda aquella puesta en escena, sublime debo aclarar fuera suficiente como para ser un miembro más en aquella misión que iban a realizar.
-Eii ¿¡Hola! ¡Hola!?, gritó antes de acercarse a nadie, parecía un grupo de mujeres y hombres que se estaban aproximando a la zona designada, casi pareció interrumpirlos como si se hubiera metido en todo aquello por mero azar, -Y-yo también quisiera entrar, llevo días buscando algo medio saludable que comer, aclaró como si aquel sitio fuera un lugar mas que óptimo para encontrar provisiones, ¿podía parecer creíble esto?, su aspecto no era demasiado corpulento y seguramente por su titubeo y dudas parecía alguien miedoso, algo que dejaba entre ver qué bueno, era vulnerable, un alma cándida posiblemente de la que abusar, un pobre “chico” de buen corazón, -Me gustaría ayudar, pro-prometo no ser un estorbo, comentó acercándose con las manos en alto, con cierta apariencia de miedo mientras buscaba los ojos de los presentes con los suyos, casi habría que darle un puñetero Oscar por actuar de semejante manera, quien lo vio y quien lo ve ahora, esperaba que toda aquella puesta en escena, sublime debo aclarar fuera suficiente como para ser un miembro más en aquella misión que iban a realizar.
Evento Halloween.
- información y resumen:
- Klaus aparece estando cercano al lugar desde hace algún tiempo, busca parecer tierno y débil, como si fuera otro superviviente más buscando algunas provisiones.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
- Cuchilla de caza en su bota derecha.
- Ropa negra común, sin placas distintivas ni equipo militar que pueda denotar ni de lejos su “procedencia”
- Katana en la espalda.
- Pistolas escondidas en la chaqueta, asi como tableta.
<< Narro - Hablo (723EBD)- "Pienso (996633)" >>
ACLARACIÓN
Bien, como ya veis, más o menos, Jerry Lee ha explicado. Está bien, pero necesita vuestra ayuda en lo que parece una misión un poco... en fin. A eso le sumamos que hay más que aparece en escena @Klaus Rostova. Sois unos cuantos y off rol sabéis quién es Klaus, pero on rol NO. Así que esas cosas tipo "Uy no me fío de ese, pero de los demás sí". No me valen. Vamos a jugar. Vamos a seguir los siguientes pasos:
1. Esperáis la respuesta de Jerry Lee.
2. Él os dará más información y os dará dos elecciones: Seguir o no.
3. Si decidís ayudarle... Lanzaréis todos un dado de números. Todos excepto @Klaus Rostova sumareis el resultado y los puntos de vuestra empatía. Klaus, al contrario sumará el resultado + 2 puntos + su subterfugio. Es decir el resultado más cinco. Quienes saquen más puntuación que él, podrán sospechar de él (sospechar, que no ya llegar a la conclusión de que es de Umbrella, algo tipo: "Uy que raro, este hombre tan tranquilo sobreviviendo solo hmmm" cosas así, sin adivinar nada), quienes no, creerán por completo su actuación.
1. Esperáis la respuesta de Jerry Lee.
2. Él os dará más información y os dará dos elecciones: Seguir o no.
- Sí: habéis decidido seguir en el tema y por tanto ayudarle.
- No: será vuestro último post aquí. le decís que no y os vais: perderéis un punto de empatía.
3. Si decidís ayudarle... Lanzaréis todos un dado de números. Todos excepto @Klaus Rostova sumareis el resultado y los puntos de vuestra empatía. Klaus, al contrario sumará el resultado + 2 puntos + su subterfugio. Es decir el resultado más cinco. Quienes saquen más puntuación que él, podrán sospechar de él (sospechar, que no ya llegar a la conclusión de que es de Umbrella, algo tipo: "Uy que raro, este hombre tan tranquilo sobreviviendo solo hmmm" cosas así, sin adivinar nada), quienes no, creerán por completo su actuación.
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
DIECISÉIS DE MAYO DE 2016.
LOS ANGELES, CALIFORNIA.
Jerry Lee quedó callado durante unos minutos largos, habían llegado más personas a sus dominios y él se sentía tan emocionado, que sí, lloraría, independientemente de que criticasen su música.
—¡¿Habéis venido de verdad por mi?! —omitió por completo las palabras de Ryder y miró a todos los presentes con los ojos húmedos—. Yo... no tengo palabras para expresar mi gratitud, pero Samuel os preparará un té inglés muy bueno —sonrió repentinamente y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano. El tal Samuel, uno de los soldados se encogió de hombros, dejó caer su arma hacia atrás, quedando esta colgada de un elástico y avanzó hacia un pequeño fuego que tenían encendido. Los soldados ya parecían más relajados.
—Traed algo para que mis invitados coman también — añadió Lee—. Venid por aquí, os explicaré lo que ha pasado aquí —Lee se acercó a la tienda de campaña militar. Medía unos dos metros de alto y era cuadrada, las telas de plástico que la cubrían parecían algo desgatadas por el paso del tiempo, eran de color verde militar, cada lado mediría unos cinco metros.
En el interior de la tienda habían cuatro sillas y al fondo una mesa plegable, con la silla de Lee, este se sentó allí. Sobre la mesa había un walkie, una caja de herramientas, un plato con un bocadillo a medio comer, un vaso y unos planos.
—Como ya sabéis esta es una de mis bases principales, pero yo siempre estoy en movimiento y a mi regreso nos hemos encontrado que la base ha caído. Tenía gente dentro, pero no dan señales de vida, está plagada de zombies y monstruos... necesito que me ayudéis a limpiarla. Os ayudaré desde aquí —señaló el walkie—. ¿Me ayudaréis?, prometo compensaros bien, ya sabéis con qué suelo trabajar... —Lee sonrió con cierto brillo en su mirada.
—Sé que es arriesgado, muchos de mis hombres han muerto intentándolo, pero... bueno, vosotros sois diferentes y si no queréis ayudar podéis marcharos ahora —Samuel pasó al interior de la tienda, con una bandeja llena de vasos y otro de los hombres de Lee traía otra con bocadillos envueltos en servilletas. ¿Curioso no? Porque el pan está bueno, como recién hecho, los bocadillos son de ingredientes variados y muy ricos.
→ El edificio es un viejo cuartel de bomberos, en una zona marginal de la antigua Los Angeles.
→ Los militares son hombres vestidos con ropas negras. No son uniformes, la mayoría de estas prendas están desgatadas o sucias. Llevan el rostro tapado con pañuelos.
LOS ANGELES, CALIFORNIA.
Jerry Lee quedó callado durante unos minutos largos, habían llegado más personas a sus dominios y él se sentía tan emocionado, que sí, lloraría, independientemente de que criticasen su música.
—¡¿Habéis venido de verdad por mi?! —omitió por completo las palabras de Ryder y miró a todos los presentes con los ojos húmedos—. Yo... no tengo palabras para expresar mi gratitud, pero Samuel os preparará un té inglés muy bueno —sonrió repentinamente y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano. El tal Samuel, uno de los soldados se encogió de hombros, dejó caer su arma hacia atrás, quedando esta colgada de un elástico y avanzó hacia un pequeño fuego que tenían encendido. Los soldados ya parecían más relajados.
—Traed algo para que mis invitados coman también — añadió Lee—. Venid por aquí, os explicaré lo que ha pasado aquí —Lee se acercó a la tienda de campaña militar. Medía unos dos metros de alto y era cuadrada, las telas de plástico que la cubrían parecían algo desgatadas por el paso del tiempo, eran de color verde militar, cada lado mediría unos cinco metros.
En el interior de la tienda habían cuatro sillas y al fondo una mesa plegable, con la silla de Lee, este se sentó allí. Sobre la mesa había un walkie, una caja de herramientas, un plato con un bocadillo a medio comer, un vaso y unos planos.
—Como ya sabéis esta es una de mis bases principales, pero yo siempre estoy en movimiento y a mi regreso nos hemos encontrado que la base ha caído. Tenía gente dentro, pero no dan señales de vida, está plagada de zombies y monstruos... necesito que me ayudéis a limpiarla. Os ayudaré desde aquí —señaló el walkie—. ¿Me ayudaréis?, prometo compensaros bien, ya sabéis con qué suelo trabajar... —Lee sonrió con cierto brillo en su mirada.
—Sé que es arriesgado, muchos de mis hombres han muerto intentándolo, pero... bueno, vosotros sois diferentes y si no queréis ayudar podéis marcharos ahora —Samuel pasó al interior de la tienda, con una bandeja llena de vasos y otro de los hombres de Lee traía otra con bocadillos envueltos en servilletas. ¿Curioso no? Porque el pan está bueno, como recién hecho, los bocadillos son de ingredientes variados y muy ricos.
→ El edificio es un viejo cuartel de bomberos, en una zona marginal de la antigua Los Angeles.
→ Los militares son hombres vestidos con ropas negras. No son uniformes, la mayoría de estas prendas están desgatadas o sucias. Llevan el rostro tapado con pañuelos.
—Alucino... —susurré al ver los bocadillos. ¿Era lo más importante para mi? Sí. ¿Cuánto hacía que no veía pan recién hecho?— Mira Lee... —empecé a decir mientras que me estiraba para tomar uno de los bocadillos y un vaso de aquel brebaje calentito.
—Yo... —iba a soltar un largo discurso sobre lo complejo de dar mi vida por alguien a quien apenas conocías, pero antes le di un bocado al bocadillo— Cuenta conmigo —solté con la boca aún llena, pero es que tras probarlo y disfrutarlo de aquella manera... ¿Si nos daba eso de gratis que no habría en su base? En realidad le habría ayudado sin bocadillo, ni nada... la verdad es que Lee me caía bien y mi gran sentido del deber me podía en ocasiones como esa. Gajes del oficio. Además habían llegado más personas.
—Pero le deberás una a Arcadia —señaló al hombre. Claro que no sabría qué es Arcadia, muy pocos de hecho, como mucho algunos miembros de Silver Lake podrían saberlo. ¿Thea? Thea pondría el grito en el cielo si se enterase que iba por ahí mencionando la sola existencia de su refugio, pero... yo consideraba que por lo menos debía ser conocida. ¿Su ubicación? Esa me la tendrían que sacar de mis dedos fríos y rígidos.
OFF Dados: Tirada de empatía. Cero, que cosa más triste. Soy la más inocente de todos, de nada.
—Yo... —iba a soltar un largo discurso sobre lo complejo de dar mi vida por alguien a quien apenas conocías, pero antes le di un bocado al bocadillo— Cuenta conmigo —solté con la boca aún llena, pero es que tras probarlo y disfrutarlo de aquella manera... ¿Si nos daba eso de gratis que no habría en su base? En realidad le habría ayudado sin bocadillo, ni nada... la verdad es que Lee me caía bien y mi gran sentido del deber me podía en ocasiones como esa. Gajes del oficio. Además habían llegado más personas.
—Pero le deberás una a Arcadia —señaló al hombre. Claro que no sabría qué es Arcadia, muy pocos de hecho, como mucho algunos miembros de Silver Lake podrían saberlo. ¿Thea? Thea pondría el grito en el cielo si se enterase que iba por ahí mencionando la sola existencia de su refugio, pero... yo consideraba que por lo menos debía ser conocida. ¿Su ubicación? Esa me la tendrían que sacar de mis dedos fríos y rígidos.
OFF Dados: Tirada de empatía. Cero, que cosa más triste. Soy la más inocente de todos, de nada.
A beautiful liar, love for him is pain. The temples are now burning, our faith caught up in flames. I need a new direction, cause I have lost my way. All we need is faith.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
- No has cambiado nada... - me llevé una mano a la frente y la froté con energía. - Eso sí que lo aceptaré - dije refiriéndome a la comida. Habían llegado más personas y observé a cada una de ellas. No pude evitar relajarme algo más, ya que no era lo mismo que estar yo sola. Seguí al grupo hasta la tienda mientras escuchaba las palabras del hombrecillo. Como siempre Lee hacía caso omiso a lo que no le interesaba.
- ¡Jerry, gente...! - exclamé al final, justo tras que la rubia confirmara que lo ayudaría, incluso di un paso adelante para que todos me vieran bien. - Yo sería más un estorbo ahí adentro, no creo que ninguno de vosotros me quiera como compañera - me señalé e hice varios gestos con las manos. - Me he esforzado mucho por aprender y mejorar mi "juego" de supervivencia, pero... - hice una mueca y señalé a la rubia, también a la mujer morena. - Sinceramente, por ejemplo, a vosotras se os ve a la legua que al más mínimo problema os liáis a hostias con quien sea y salís bien paradas - sonreí. - Yo no, con suerte no me escurriré al entrar y me partiré la crisma - resoplé, pero obviamente que me acerqué a por el vaso y el bocadillo que ofrecían. - Esto sí que me lo quedo - tras mi breve discurso me hice a un ladito. Me sabía mal dejarlos, pero comenzaba a pensar que era la mejor opción.
OFF: NO ME RETIRO, DE HECHO QUIERO METER A RYDER CON VOSOTROS, PERO NECESITA UN PEQUEÑO EMPUJÓN.
- ¡Jerry, gente...! - exclamé al final, justo tras que la rubia confirmara que lo ayudaría, incluso di un paso adelante para que todos me vieran bien. - Yo sería más un estorbo ahí adentro, no creo que ninguno de vosotros me quiera como compañera - me señalé e hice varios gestos con las manos. - Me he esforzado mucho por aprender y mejorar mi "juego" de supervivencia, pero... - hice una mueca y señalé a la rubia, también a la mujer morena. - Sinceramente, por ejemplo, a vosotras se os ve a la legua que al más mínimo problema os liáis a hostias con quien sea y salís bien paradas - sonreí. - Yo no, con suerte no me escurriré al entrar y me partiré la crisma - resoplé, pero obviamente que me acerqué a por el vaso y el bocadillo que ofrecían. - Esto sí que me lo quedo - tras mi breve discurso me hice a un ladito. Me sabía mal dejarlos, pero comenzaba a pensar que era la mejor opción.
OFF: NO ME RETIRO, DE HECHO QUIERO METER A RYDER CON VOSOTROS, PERO NECESITA UN PEQUEÑO EMPUJÓN.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Por unos momentos me sentí en medio de algo que no iba conmigo, el hecho de que los primeros sabían exactamente con quien, no donde, se metían había hecho dudar mi idea de ayudar. El tal Jerry era un hombre que hablaba como si agradeciera todo lo que pasara y a las personas que acudían. Sinceramente, no podía estar muy segura de la bondad de su corazón, teniendo en cuenta como todos aquellos tipos en las carpas lo trataban,
Fue al llegar la siguiente persona que decidí que podía darle una oportunidad a todo aquello y llevarme con suerte algo de recompensa.
Con cuidado y sin interrumpir lo que hablaban los demás me acerco a la única cara que puedo dar nombre, chocando mi hombro con el suyo en modo de saludo murmuro para ella -supongo que tampoco sabes donde nos estamos metiendo- murmuro a Ligeia con una media sonrisa.
Luego vino todo eso de que el hombre armado, Sam, nos prepararía té, y empece a creer que alucinaba, o mi estómago lo hacía. Y ahí mismo, empezaron a repartir comida. -¿Cómo de lleno de bichos tiene que estar ese lugar?- me pregunté, porque no muchos compartían tanto por minucias.
Esa pregunta catalizó el momento. Tenía que tomar una decisión, sobre ayudar o marcharme y tenía que hacerlo antes de dar un bocado o estaría perdida -Una pésima superviviente. Solo come, y! Corre!- me dije dando un bocado -Igual, no es tan simple, Mía- me dije, observándolos a todos y dándome cuenta de que si entraba ahí como estaba, mi única utilidad sería la de cebo. Uno que corría rápido, pero como el infierno no lo suficiente. Y ahí estaba, la morena diciendo mis pensamientos en alto.
-Me encantaría ayudar… Pero más de lo mismo por aquí. No veo que utilidad puedo ser sin armas- Me encogí de hombros. O bien mi falta de armas les decía que era una pésima superviviente que no daría para nada o había algún alma caritativa. Cualquiera de las dos opciones me valía, pero quería entrar allí.
Fue al llegar la siguiente persona que decidí que podía darle una oportunidad a todo aquello y llevarme con suerte algo de recompensa.
Con cuidado y sin interrumpir lo que hablaban los demás me acerco a la única cara que puedo dar nombre, chocando mi hombro con el suyo en modo de saludo murmuro para ella -supongo que tampoco sabes donde nos estamos metiendo- murmuro a Ligeia con una media sonrisa.
Luego vino todo eso de que el hombre armado, Sam, nos prepararía té, y empece a creer que alucinaba, o mi estómago lo hacía. Y ahí mismo, empezaron a repartir comida. -¿Cómo de lleno de bichos tiene que estar ese lugar?- me pregunté, porque no muchos compartían tanto por minucias.
Esa pregunta catalizó el momento. Tenía que tomar una decisión, sobre ayudar o marcharme y tenía que hacerlo antes de dar un bocado o estaría perdida -Una pésima superviviente. Solo come, y! Corre!- me dije dando un bocado -Igual, no es tan simple, Mía- me dije, observándolos a todos y dándome cuenta de que si entraba ahí como estaba, mi única utilidad sería la de cebo. Uno que corría rápido, pero como el infierno no lo suficiente. Y ahí estaba, la morena diciendo mis pensamientos en alto.
-Me encantaría ayudar… Pero más de lo mismo por aquí. No veo que utilidad puedo ser sin armas- Me encogí de hombros. O bien mi falta de armas les decía que era una pésima superviviente que no daría para nada o había algún alma caritativa. Cualquiera de las dos opciones me valía, pero quería entrar allí.
- Off:
- saque un 1 en el apartado de torneo de dados para esto.
3+1
Bueno supongo que eres tu…- dije viéndolo a él antes de que hiciera un acting extraño, parecía como si de verdad estaba conmoviendo, un sentimiento raro me nació de adentro, dentro de todo la verdad parecía que un traficante de armamento podía hacerme dudar, que imbecil que soy, mire atenta cuando decia que queria darnos unos bocadillos con un poco de té, ofreciéndonos primero con este último, ya era tarde para ser precavida, por probar lo que no debía ahora era portadora de este virus, no era gracioso así que no quise comer nada, hice un gesto de negación con la mano y me quede viendo a los demás a cuando daban ciertas respuestas .
Tampoco de Silver Lake… - dije hablando después que la rubia mencionara a Arcadia, tengo responsabilidad por los mios primero, sentí que alguien me golpeo el hombro y pude girar la cabeza para ver a Mia, la pequeña hermana de Matt - oh diablos…- pensé yo, debido a que realmente me dio la impresión de que lo que nos contaba nuestro amigo era demasiado peligroso `para que ella esté ahí, maldije, maldije para mis adentros pensando que debía cuidarla a todo momento, y yo que estaba feliz de que esto fuera una misión suicida y ya.
Aun me gustaba que estuviera aquí, alguien conocida entre un montón de extraños.
Dios eres como tu hermano, un imán de problemas…- dije haciendo una mezcla de gracia y otra de seriedad, no quería sonar brusca pero esto se podía volver un problema. - igual me alegra verte, una cara familia no es mala - le dije a la muchacha para luego referirme a la que tenia dudas - mira, la verdad me encantaria salir bien parada de la situaciones, pero creeme, creeme que no es el caso…- dije riendo y bajando la tensión con la que llegue al principio - Creo que si entras con nosotros serias de mucha ayuda, entre mas mejor, podremos ver mas y cuidarnos las espaldas, haré lo posible para ayudar…- dije calmandome bastante, creo que ver a Mia hizo un switch en mi, es como Matt, Matt me baja toda la rabia y las malas emociones de golpe.
Cuenten conmigo.. - Añadió sacando la pistola despacio, no quería dar la impresión que iba a dispararle a alguien, me gire a Mia y se la di - Mia, no se si tienes arma, pero tómala, es mi Samurai Edge - le dije mostrándole mi arma y dándosela - no te despegues de mi, ten cuidado y estate atenta, no te alejes del grupo no entres en pánico y por el amor de Dios dispara con cuidado…¿Entendiste? - le dije a Mia, alejada tomando un pañuelo y limpiando la pistola, soy Portadora y no quiero andar desperdigado el virus por ahi. - Por cierto gente, haganme un favor, si me muero, denme un tiro en la cabeza… - dije con una sonrisa en la cara, estaba infectada y era seguro que me iba a levantar.
Fallo = me trago toda la mentira
Tampoco de Silver Lake… - dije hablando después que la rubia mencionara a Arcadia, tengo responsabilidad por los mios primero, sentí que alguien me golpeo el hombro y pude girar la cabeza para ver a Mia, la pequeña hermana de Matt - oh diablos…- pensé yo, debido a que realmente me dio la impresión de que lo que nos contaba nuestro amigo era demasiado peligroso `para que ella esté ahí, maldije, maldije para mis adentros pensando que debía cuidarla a todo momento, y yo que estaba feliz de que esto fuera una misión suicida y ya.
Aun me gustaba que estuviera aquí, alguien conocida entre un montón de extraños.
Dios eres como tu hermano, un imán de problemas…- dije haciendo una mezcla de gracia y otra de seriedad, no quería sonar brusca pero esto se podía volver un problema. - igual me alegra verte, una cara familia no es mala - le dije a la muchacha para luego referirme a la que tenia dudas - mira, la verdad me encantaria salir bien parada de la situaciones, pero creeme, creeme que no es el caso…- dije riendo y bajando la tensión con la que llegue al principio - Creo que si entras con nosotros serias de mucha ayuda, entre mas mejor, podremos ver mas y cuidarnos las espaldas, haré lo posible para ayudar…- dije calmandome bastante, creo que ver a Mia hizo un switch en mi, es como Matt, Matt me baja toda la rabia y las malas emociones de golpe.
Cuenten conmigo.. - Añadió sacando la pistola despacio, no quería dar la impresión que iba a dispararle a alguien, me gire a Mia y se la di - Mia, no se si tienes arma, pero tómala, es mi Samurai Edge - le dije mostrándole mi arma y dándosela - no te despegues de mi, ten cuidado y estate atenta, no te alejes del grupo no entres en pánico y por el amor de Dios dispara con cuidado…¿Entendiste? - le dije a Mia, alejada tomando un pañuelo y limpiando la pistola, soy Portadora y no quiero andar desperdigado el virus por ahi. - Por cierto gente, haganme un favor, si me muero, denme un tiro en la cabeza… - dije con una sonrisa en la cara, estaba infectada y era seguro que me iba a levantar.
Fallo = me trago toda la mentira
- Muchas gracias :3:
El miembro 'Ligeia Solotov' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Números' :
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