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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Ecos en el polvo [LIBRE]
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Uno de junio de 2016.
Antiguos laboratorios de Pandemonium,
LOS ANGELES.
Alexia ajusta las correas de su mochila mientras observa el paisaje desolado frente a ella. El viento levanta polvo y escombros, y el silencio es casi tan inquietante como el hecho de estar fuera de la seguridad de Pandemonium. Nunca había sido su intención salir de la base, pero hoy las circunstancias la han llevado a estar allí. Uno de los proyectos en los que estaba trabajando necesitaba urgentemente materiales específicos que no se encontraban dentro de las instalaciones. Habían localizado un antiguo laboratorio cercano y, según informes, aún podría haber suministros útiles. Era una oportunidad, aunque arriesgada.
A su lado, el soldado Mason, un hombre robusto con mirada severa, permanece atento, escaneando el horizonte con su arma lista. A diferencia de Alexia, él no parece en absoluto perturbado por el entorno.
—No deberíamos estar mucho tiempo aquí —dice Mason, sus ojos recorriendo cada rincón. La tensión en su voz es palpable.
—Solo lo necesario —responde Alexia, ajustándose los guantes. Sabía que esto era una mala idea, pero la ciencia a veces requería riesgos.
Avanzan hacia las puertas del laboratorio, o lo que queda de ellas. Un sonido repentino corta el silencio. Ambos se detienen, tensos. Alexia siente cómo se acelera su corazón, pero antes de poder reaccionar, el suelo bajo sus pies cede. El viejo pavimento se derrumba y, en cuestión de segundos, se encuentra cayendo.
Al impactar, el aire se le escapa de los pulmones. Al abrir los ojos, se encuentra sola en un pasillo subterráneo. Los escombros y el polvo la rodean. Mason no está.
—¡Mason! —grita, pero solo le responde el eco de su voz. El silencio pesa más de lo que le gustaría admitir.
Traga saliva, sintiendo el pánico asomar en el borde de su mente. Mira a su alrededor. La única salida parece ser un pasillo oscuro que se extiende hacia lo desconocido. El dilema es claro: ir en busca de Mason o regresar sola a Pandemonium, sabiendo los peligros que acechan afuera.
—Esto no estaba en los planes... —murmura mientras enciende la pequeña linterna de su mochila. Sin otra opción clara, empieza a avanzar por el pasillo, su mente ya calculando las probabilidades. En un lugar como este, todo puede suceder.
Antiguos laboratorios de Pandemonium,
LOS ANGELES.
Alexia ajusta las correas de su mochila mientras observa el paisaje desolado frente a ella. El viento levanta polvo y escombros, y el silencio es casi tan inquietante como el hecho de estar fuera de la seguridad de Pandemonium. Nunca había sido su intención salir de la base, pero hoy las circunstancias la han llevado a estar allí. Uno de los proyectos en los que estaba trabajando necesitaba urgentemente materiales específicos que no se encontraban dentro de las instalaciones. Habían localizado un antiguo laboratorio cercano y, según informes, aún podría haber suministros útiles. Era una oportunidad, aunque arriesgada.
A su lado, el soldado Mason, un hombre robusto con mirada severa, permanece atento, escaneando el horizonte con su arma lista. A diferencia de Alexia, él no parece en absoluto perturbado por el entorno.
—No deberíamos estar mucho tiempo aquí —dice Mason, sus ojos recorriendo cada rincón. La tensión en su voz es palpable.
—Solo lo necesario —responde Alexia, ajustándose los guantes. Sabía que esto era una mala idea, pero la ciencia a veces requería riesgos.
Avanzan hacia las puertas del laboratorio, o lo que queda de ellas. Un sonido repentino corta el silencio. Ambos se detienen, tensos. Alexia siente cómo se acelera su corazón, pero antes de poder reaccionar, el suelo bajo sus pies cede. El viejo pavimento se derrumba y, en cuestión de segundos, se encuentra cayendo.
Al impactar, el aire se le escapa de los pulmones. Al abrir los ojos, se encuentra sola en un pasillo subterráneo. Los escombros y el polvo la rodean. Mason no está.
—¡Mason! —grita, pero solo le responde el eco de su voz. El silencio pesa más de lo que le gustaría admitir.
Traga saliva, sintiendo el pánico asomar en el borde de su mente. Mira a su alrededor. La única salida parece ser un pasillo oscuro que se extiende hacia lo desconocido. El dilema es claro: ir en busca de Mason o regresar sola a Pandemonium, sabiendo los peligros que acechan afuera.
—Esto no estaba en los planes... —murmura mientras enciende la pequeña linterna de su mochila. Sin otra opción clara, empieza a avanzar por el pasillo, su mente ya calculando las probabilidades. En un lugar como este, todo puede suceder.
Soundtrack
Lleva un par de días escondido en la azotea de un edificio, cerca de una de las calles principales, se ha montado una lona ha dejado por ahí sus cosas y está vigilante con el rifle de precisión. Sentado cerca del borde del tejado.
Da una calada al cigarro que se está fumando y después se limpia el sudor de la frente. Acostumbrado a largas guardias observa la carretera principal esperando encontrar algún rastro del hombre al que busca, sin mucha suerte de momento.
-No me jodas...-Suspira en voz alta mirando atrás, el sonido de una explosión o algo similar lo alerta y comprende que puede haber estado vigilando el mismo lado de la calle durante demasiado rato.
Camina con calma llevándose el rifle al hombro y terminando de fumar.
Observa como la entrada al edificio grande se ha derrumbado como parte del acceso principal.
"Juraría haber escuchado gritos...También podría estar volviéndome loco, pero sin duda parece un lugar donde el escurridizo doctor se escondería..." Se frota la cara un instante y empieza a recoger sus cosas, es hora de levantar campamento.
Pasan unos minutos en los que termina de recoger sus equipo, y guarda el resto en un petate, deja ahí la lona por si en algún momento tuviera que regresar, pero se lleva el resto de cosas.
A paso lento desciende del edificio en el que está evitando las trampas que él mismo ha colocado, al llegar a la calle va agachado y guarda silencio moviéndose de cobertura en cobertura hasta llegar a la entrada del lugar.
"Desde luego por aquí no voy a pasar..."Niega con la cabeza y respira hondo, en las manos lleva el subfusil preparado y cargado por si pasara algo.
Mira alrededor y tras echar un vistazo por los alrededores se la juega con una puerta de emergencia.
Se acerca a esta y deja el petate en el suelo un momento para forzar la cerradura con su navaja multiusos.
"No sé porqué, pero tengo la sensación de que me voy a arrepentir de entrar en otra vez en una potencial base enemiga, pero que demonios, si encuentro al doctor será todo un jackpot..."
- OFF::
Mecánica dif 10
Adam 6 + 8 (tirada) = 14 (Éxito)
Consigue forzar la cerradura.
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
El impacto todavía resuena en la cabeza de Alexia, su respiración se entrecorta mientras trata de mantenerse calmada. El suelo bajo sus pies se desplomó, arrojándola a lo que parece ser algún tipo de pasillo subterráneo. El polvo flota espeso a su alrededor, y cada intento de respirar le irrita la garganta. Está aturdida, sentada entre los escombros, con el cuerpo entumecido.
—¡Mason! —grita, esperando una respuesta que no llega. Solo el eco vacío le responde, y con cada segundo que pasa, la ansiedad crece.
La linterna de su mochila sigue encendida, su luz corta la oscuridad y apenas revela más que polvo, escombros y viejas tuberías en las paredes. Alexia se esfuerza por ponerse en pie, notando una punzada de dolor en el tobillo. Aún así, no puede permitirse detenerse. Necesita moverse, encontrar una salida, pero sobre todo, necesita encontrar a Mason.
Avanza lentamente por lo que parece ser un corredor improvisado, formado por el desplome del suelo. Su linterna ilumina solo unos metros más adelante, revelando escombros y una puerta de emergencia medio hundida. Mientras cojea hacia la puerta, un ruido agudo, casi metálico, resuena en la distancia. Alexia se detiene en seco.
Algo se mueve más allá del pasillo. O es alguien. De pronto, el silencio ya no parece tan reconfortante. Siente el pulso en las sienes, pero no está segura si es producto del miedo o de lo que acaba de escuchar.
Se acerca lentamente a la puerta, apoyándose en la pared mientras escucha con más atención. Por un momento, todo vuelve a estar en calma, pero de nuevo, otro crujido. Esta vez más cerca. Alexia traga saliva, el corazón le late con fuerza en el pecho. Si Mason está cerca, tendría que haber respondido a sus gritos, pero si no es él...
Toma aire y empuja la puerta con todas sus fuerzas. El metal cede con un chirrido, y el eco se expande por el pasillo. La linterna ilumina el otro lado, y el aire frío le golpea la cara. El pasillo subterráneo está conectado a lo que parece ser una escalera de emergencia.
Justo en ese momento, escucha un golpe seco a lo lejos. Alexia se detiene en la entrada de la escalera. ¿Será seguro subir por aquí?
Da un paso hacia la escalera cuando escucha algo diferente. Una voz. Alguien se acerca. ¿Podría ser Mason?
—¡Mason! —intenta una vez más, con la esperanza de que su compañero de equipo esté cerca.
Pero esta vez, el eco no le devuelve el vacío. Escucha pasos apresurados a lo lejos, más de una persona, tal vez. Alexia titubea, sin saber si retroceder o arriesgarse a seguir adelante. El tiempo corre, y quedarse en el mismo lugar podría ser más peligroso de lo que cree.
—¡Mason! —grita, esperando una respuesta que no llega. Solo el eco vacío le responde, y con cada segundo que pasa, la ansiedad crece.
La linterna de su mochila sigue encendida, su luz corta la oscuridad y apenas revela más que polvo, escombros y viejas tuberías en las paredes. Alexia se esfuerza por ponerse en pie, notando una punzada de dolor en el tobillo. Aún así, no puede permitirse detenerse. Necesita moverse, encontrar una salida, pero sobre todo, necesita encontrar a Mason.
Avanza lentamente por lo que parece ser un corredor improvisado, formado por el desplome del suelo. Su linterna ilumina solo unos metros más adelante, revelando escombros y una puerta de emergencia medio hundida. Mientras cojea hacia la puerta, un ruido agudo, casi metálico, resuena en la distancia. Alexia se detiene en seco.
Algo se mueve más allá del pasillo. O es alguien. De pronto, el silencio ya no parece tan reconfortante. Siente el pulso en las sienes, pero no está segura si es producto del miedo o de lo que acaba de escuchar.
Se acerca lentamente a la puerta, apoyándose en la pared mientras escucha con más atención. Por un momento, todo vuelve a estar en calma, pero de nuevo, otro crujido. Esta vez más cerca. Alexia traga saliva, el corazón le late con fuerza en el pecho. Si Mason está cerca, tendría que haber respondido a sus gritos, pero si no es él...
Toma aire y empuja la puerta con todas sus fuerzas. El metal cede con un chirrido, y el eco se expande por el pasillo. La linterna ilumina el otro lado, y el aire frío le golpea la cara. El pasillo subterráneo está conectado a lo que parece ser una escalera de emergencia.
Justo en ese momento, escucha un golpe seco a lo lejos. Alexia se detiene en la entrada de la escalera. ¿Será seguro subir por aquí?
Da un paso hacia la escalera cuando escucha algo diferente. Una voz. Alguien se acerca. ¿Podría ser Mason?
—¡Mason! —intenta una vez más, con la esperanza de que su compañero de equipo esté cerca.
Pero esta vez, el eco no le devuelve el vacío. Escucha pasos apresurados a lo lejos, más de una persona, tal vez. Alexia titubea, sin saber si retroceder o arriesgarse a seguir adelante. El tiempo corre, y quedarse en el mismo lugar podría ser más peligroso de lo que cree.
Utiliza la parte plana del destornillador para encajar la cerradura y después le da varios golpecitos al tiempo al que intenta girarla con un giro de muñeca, seco, rápido, es pura maña, la fuerza poco cuenta aquí, hasta que con un sonido de clic cede y Adam sonríe conteniendo ligeramente un a risilla.
-Si, sigo teniendo mi toque, hay cosas que no cambian supongo...-Se permite unas palabras de ánimo, dada la situación, eso y que de nuevo lleva tiempo sin hablar con nadie y como de costumbre acaba hablando solo a ratos, pensando en voz alta.
Toma su Blacktail con la diestra y con la izquierda usa la linterna para alumbrar el interior del edificio.
Está lleno de polvo, se ve abandonado a simple vista, incluso parece que hayan movido muchas cosas a otro lugar vaciando la zona. Camina con calma apuntando en todo momento por lo que pudiera encontrar, cuando comprueba la habitación que efectivamente está vacía relaja ligeramente la postura y baja el arma, aunque sigue alumbrando con la linterna.
-Hola!? Hay alguien aquí?-Si, hace tiempo que no entra de forma civilizada en algún lugar, feliz de pensar en eso ignora por un momento que acaba de forzar la cerradura.
Observando el lugar detenidamente comprende que era un almacén o trastero, una zona de poco valor con una salida de emergencia, pero al menos hay unas puertas dobles por las que puede seguir internándose.
-Soy el equipo de rescate, si sigues vivo o viva alza la voz para que pueda encontrarte!-Se queda delante de las puertas dobles y acerca la oreja a estas sin pegarse a ella para escuchar al otro lado, mantiene la pistola y la linterna en sus manos respectivamente.
- OFF::
Tirada de dados:
[Dilema]
Escucharía Adam desde donde está los pasos en el interior, y además habría oído alguna voz en el interior?
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
El dolor en mi tobillo me hace tambalearme, pero no puedo detenerme ahora. El aire es denso y la linterna ilumina solo unos metros por delante. Entonces, lo escucho. Una voz.
—¡Hola! —grita alguien—. Soy el equipo de rescate, si sigues vivo o viva alza la voz para que pueda encontrarte.
Mi mente corre. ¿Equipo de rescate? No tiene sentido. Nadie podría haber llegado tan rápido, y Mason no tuvo tiempo de pedir ayuda. Algo está mal. Las puertas dobles que tengo delante parecen el único camino de salida, pero cada fibra de mi cuerpo me grita que no confíe.
Avanzo con cautela, pegada a la pared, acercándome en silencio a las puertas. Si respondo ahora, podría estar revelando mi posición a una amenaza. Y si es alguien hostil... no tengo muchas opciones con el tobillo en este estado.
De repente, un sonido me sobresalta. Algo cruje detrás de mí. Me giro rápidamente, iluminando el pasillo con la linterna. Nada. Pero el miedo me invade. Lo que sea que está conmigo aquí abajo... no está solo.
El sudor recorre mi frente mientras escucho un ruido más cercano, como un golpeteo seco en las tuberías. No puedo quedarme aquí, estoy acorralada. Sin pensarlo dos veces, empujo la puerta con fuerza y me deslizo al otro lado, con el pulso acelerado. No sé qué o quién está al otro lado, pero no puedo permitirme esperar a averiguarlo aquí. Logro a duras penas cerrar tras de mi. La linterna se me escurre de la mano y cae, la agarro como puedo perdiendo la visión por un instante.
—¡No me ataques, no soy una amenaza! —grito mientras muevo las manos, al sentir que choco contra alguien, en ese caos apresurado me aparto a una esquina tratando de apartarme y de enfocar con la linterna, puede que le haya dado un manotazo, sin querer—. Hay algo ahí detrás —señalo la puerta a duras penas, haciendo énfasis en la palabra algo. Mason no podía ser, me hubiera llamado. Y aunque no quería salir por esa puerta, de las dos opciones he decidido que esta es la mejor. Espero no arrepentirme después.
—¡Hola! —grita alguien—. Soy el equipo de rescate, si sigues vivo o viva alza la voz para que pueda encontrarte.
Mi mente corre. ¿Equipo de rescate? No tiene sentido. Nadie podría haber llegado tan rápido, y Mason no tuvo tiempo de pedir ayuda. Algo está mal. Las puertas dobles que tengo delante parecen el único camino de salida, pero cada fibra de mi cuerpo me grita que no confíe.
Avanzo con cautela, pegada a la pared, acercándome en silencio a las puertas. Si respondo ahora, podría estar revelando mi posición a una amenaza. Y si es alguien hostil... no tengo muchas opciones con el tobillo en este estado.
De repente, un sonido me sobresalta. Algo cruje detrás de mí. Me giro rápidamente, iluminando el pasillo con la linterna. Nada. Pero el miedo me invade. Lo que sea que está conmigo aquí abajo... no está solo.
El sudor recorre mi frente mientras escucho un ruido más cercano, como un golpeteo seco en las tuberías. No puedo quedarme aquí, estoy acorralada. Sin pensarlo dos veces, empujo la puerta con fuerza y me deslizo al otro lado, con el pulso acelerado. No sé qué o quién está al otro lado, pero no puedo permitirme esperar a averiguarlo aquí. Logro a duras penas cerrar tras de mi. La linterna se me escurre de la mano y cae, la agarro como puedo perdiendo la visión por un instante.
—¡No me ataques, no soy una amenaza! —grito mientras muevo las manos, al sentir que choco contra alguien, en ese caos apresurado me aparto a una esquina tratando de apartarme y de enfocar con la linterna, puede que le haya dado un manotazo, sin querer—. Hay algo ahí detrás —señalo la puerta a duras penas, haciendo énfasis en la palabra algo. Mason no podía ser, me hubiera llamado. Y aunque no quería salir por esa puerta, de las dos opciones he decidido que esta es la mejor. Espero no arrepentirme después.
Como no parece haber escuchado nada da unos pasos atrás y apunta a la salida viendo que la tiene despejada.
"Perfecto, pues tocará largarse, parece que estoy solo al final, aunque juraría que ahí había gente..."Aclara sus pensamientos y se da media vuelta, listo para marcharse cuando de pronto se abre la puerta por lo que se da media vuelta y se acerca.
Antes de que pueda hacer o decir nada choca con ella y se sorprende pero más se sorprende cuando al tratar de extender el brazo esta lo aparta de un manotazo.
-Eh eh con calma, que nadie me paga por esto, no seas una de esas personas que golpea al cuerpo de bomberos de los ángeles como si pagaras alguna clase de impuesto...-Le señala con la mano que tiene la linterna y después respira hondo.
-Me llamo Adam, y tú?-Hace una pausa con lo que le dice y viendo como cierra la puerta, no le da ninguna buena espina y en su expresión se puede ver la incomodidad total.
-Ya...Es probable que ahí dentro haya como mínimo, ratas, bichos, arañas a tropel, es normal en un sitio abandonado, así como tuberías que gotean residuos o madera crujiendo y etc, sobretodo después de un derrumbe, estás bien?, había alguien más contigo?-Le deja espacio para responde y comprueba sus armas, para ver que están listas y bien cargadas.
"Otra vez tengo la sensación de que me estoy metiendo donde no me llaman, pero bueno, nunca se sabe, igual acabo haciendo algo positivo..."Niega con la cabeza y se recompone esperando escuchar lo que la mujer tenga que decirle.
Adam, va vestido con vaqueros usados y raídos, lleva mucho accesorios para armas, munición y herramientas pequeñas, viste una camisa verde caqui de manga corta y lleva guantes anticorte con la punta de los dedos cortados.
Se nota por su vestimenta que es un profesional, pero lleva el cabello largo suelto y medio revuelto, barba de varias semanas y aspecto de llevar un par de días sin ducharse como mínimo. A pesar de todo sus ojos claros la miran esbozando una ligera sonrisa, como si estuviera esperando escuchar buenas noticias, sin conocerla de nada.
Me tambaleo un poco cuando choco con él, y antes de darme cuenta, le aparto el brazo de un manotazo, pero su reacción me desconcierta aún más. Suelto una risilla nerviosa ante su comentario sobre los bomberos de Los Ángeles, pero no bajo la guardia. ¿Quién es este tipo? ¿Por qué está aquí?
—No soy fan de golpear a la gente que intenta ayudar —digo, intentando controlar mi respiración acelerada—, pero... las cosas no están para confiar en cualquiera.
Mis ojos recorren su figura, evaluando su aspecto descuidado, pero lleno de herramientas y armas. Parece un profesional, aunque definitivamente ha visto mejores días. No estoy segura de si confiar en él o no, pero sus ojos claros parecen sinceros, a pesar de su apariencia.
—Me llamo Alexia —respondo finalmente, con un tono que suena más firme de lo que me siento en este momento.
Cuando menciona las ratas y las tuberías, algo en su despreocupación me hace soltar una risa breve, pero el temor sigue ahí, atrapado en mi pecho. Sé lo que he escuchado. Lo que hay detrás de esa puerta no son simples ratas o tuberías viejas.
—No, no son ratas —digo, intentando sonar más segura de lo que estoy—. No estoy sola. Mi compañero está ahí fuera, pero no lo he visto desde hace un rato. Y lo que hay ahí... no creo que sea solo ratas y bichos.
Respiro hondo, intentando calmarme, pero mi cuerpo está en alerta. Aún no confío en este tipo, pero entre lo que pueda haber detrás de esa puerta y él... prefiero quedarme aquí por ahora.
—Escucha, Adam. No sé por qué estás aquí, pero si eres listo, no querrás quedarte en este lugar mucho tiempo. Algo está pasando ahí. Algo que no deberíamos enfrentar solos.
Muevo la linterna, enfocando el pasillo por el que llegué, y luego vuelvo a mirar la puerta cerrada, intentando decidir cuál es la peor opción. Estoy preocupada por Mason, ¿estará bien y si se ha caído también y está herido, o...? Ese último pensamiento trato de omitirlo.
—Debo buscar a mi compañero, él... es raro que no haya aparecido, tú no le habrás... —lo miro y me muerdo el labio.
—No soy fan de golpear a la gente que intenta ayudar —digo, intentando controlar mi respiración acelerada—, pero... las cosas no están para confiar en cualquiera.
Mis ojos recorren su figura, evaluando su aspecto descuidado, pero lleno de herramientas y armas. Parece un profesional, aunque definitivamente ha visto mejores días. No estoy segura de si confiar en él o no, pero sus ojos claros parecen sinceros, a pesar de su apariencia.
—Me llamo Alexia —respondo finalmente, con un tono que suena más firme de lo que me siento en este momento.
Cuando menciona las ratas y las tuberías, algo en su despreocupación me hace soltar una risa breve, pero el temor sigue ahí, atrapado en mi pecho. Sé lo que he escuchado. Lo que hay detrás de esa puerta no son simples ratas o tuberías viejas.
—No, no son ratas —digo, intentando sonar más segura de lo que estoy—. No estoy sola. Mi compañero está ahí fuera, pero no lo he visto desde hace un rato. Y lo que hay ahí... no creo que sea solo ratas y bichos.
Respiro hondo, intentando calmarme, pero mi cuerpo está en alerta. Aún no confío en este tipo, pero entre lo que pueda haber detrás de esa puerta y él... prefiero quedarme aquí por ahora.
—Escucha, Adam. No sé por qué estás aquí, pero si eres listo, no querrás quedarte en este lugar mucho tiempo. Algo está pasando ahí. Algo que no deberíamos enfrentar solos.
Muevo la linterna, enfocando el pasillo por el que llegué, y luego vuelvo a mirar la puerta cerrada, intentando decidir cuál es la peor opción. Estoy preocupada por Mason, ¿estará bien y si se ha caído también y está herido, o...? Ese último pensamiento trato de omitirlo.
—Debo buscar a mi compañero, él... es raro que no haya aparecido, tú no le habrás... —lo miro y me muerdo el labio.
Sus hombros suben un poco más de lo normal con un fuerte suspiro cargado de hastío, se aparta el pelo de la cara para disimular un poco, pero es evidente que no está cómodo con la situación y para él es más difícil ocultarlo pues lleva tiempo sin practicar, acaba de volver de sus intrusivos pensamientos y lidiar con una persona aunque para algunos sea normal él lleva ya una buena temporada sin ver a ningún ser pensante, ni un dichoso perro, ni un solo gato.
Se mantiene en el sitio mirando la entrada por un momento más largo que el anterior, pues no sabe muy bien que pensar al especto y dada su experiencia no le nace en ningún momento mentirle o hacerse el gracioso con nadie, pues realmente, podría ser cualquier cosa.
-Alexia, ¿Vas armada?-Le pregunta casi interrumpiéndola, girando el cuello y devolviéndole la mirada para entonces encontrarse con la información que le faltaba, la cual aunque es importante, en su rostro no hay apenas un cambio, ni titubea o asoma ninguna clase de tic, no cambia nada en absoluto lo que piensa al respecto.
"Si de verdad ahí dentro hay algo, no parece la persona indicada para hacerle frente, pero al menos, si va armada podrá defenderse o distraerlos, a lo que pueda llegar...En fin, será mejor que me marche..."
Sale de sus pensamientos para terminarla de escuchar y cierra los ojos despacio abriéndolos en un gesto que a todas luces dice "Allá vamos".
-Por suerte para ti hoy no me he cargado a nadie aún, así que dime, tu compañero es un médico o sanitario de menos de metro setenta, con la piel clara, unos veinti-largos, cabello corto cobrizo y con una insoportable forma de ser que sería difícil no reconocerle por su humor y megalomanía...-Claramente, está preguntando por Greg, si es que ese es siquiera su verdadero nombre, aunque realmente el nombre le da igual, no se va a olvidar de su cara.
-Lo inteligente sería volar todo el lugar después de rescatar todo el material posible para laboratorio o farmacéutica pero bueno, supongo que tendremos que apañarnos con lo que tenemos no?-Vuelve a sonreírle una sonrisa igual de sincera que la anterior, pero que esta vez deja entrever que hay cierto dolor detrás de ella, una carga que cada uno maneja como puede, pues no le gusta ser amable de buenas a primeras, en este caso, parece complicado que no sea alguien que necesita ayuda, pero eso no quita que se mantenga alerta por si acaso.
-Lo mejor será que salgas de aquí-Vuelve a apuntar a la puerta con la linterna e incluso sus pies giran sobre el suelo dando un pequeño paso para apuntarla de frente.
-A no ser que quieras ayudarme a cargas los botes...-Antes de que diga nada le replica-...Pero te lo advierto, llueve, hace frío, te quieres ir a casa, solo quieres que pare el dolor y aun así vas a tener que tirar y empujar con todas tus fuerzas...-La mira por un momento bajando la linterna-...Si estás dispuesta entramos en treinta segundos...-Se queda mirándola fijamente, más serio esperando una respuesta antes de lidiar con la puerta para empezar.
Allá vamos de nuevo, en su mente Adam, está distraído en los treinta segundos más largos de su vida, reviviendo sus malas y buenas experiencias ahí fuera en el apocalipsis.
"Claro que esa gasolinera no estaba vacía..."
"Por supuesto que eran caníbales...No quería aceptarlo, pero era evidente..."
"Como siempre hasta la mujer más indefensa y extraña podría ser un agente de Umbrella cuando se trata de ti, porque solo quedas tú..."Se habla a sí mismo, pues ahora es su mejor maestro y debe gestionar sus recuerdos de forma sana.
"Hasta ahora no se me ha muerto nadie, pero eso no ha sido por que sí o de casualidad, debo seguir perfeccionando mi método y encontrando el equilibrio..."Perdido en sus pensamientos suspira incluso dentro de ellos, como si el cansancio que lo lleva persiguiendo hace tiempo, fuera completamente mental.
"Pues claro que había trampas...Era obvio que habría alguna cosa en el baño de esa habitación, como no va a atravesar las paredes una cosa así?..."Y así pasa los segundos hasta que Alexia le responda.
Observo a Adam mientras habla, notando el cansancio en su expresión. Está claro que no es alguien que confíe en cualquiera, y no lo culpo. Este mundo nos ha vuelto a todos desconfiados. Sin embargo, su pregunta me descoloca un poco. ¿Armada? Lo único que llevo conmigo es el bate de madera que logré rescatar en el camino. No es gran cosa, pero mejor que nada.
—Tengo… esto —digo, levantando el bate para que lo vea—. No es exactamente un arma, pero puedo defenderme si es necesario.
Cuando menciona a un tipo pelirrojo y de mal humor, una parte de mí se siente aliviada. Al menos no se ha encontrado con Mason, aunque la preocupación vuelve enseguida. Sigue ahí fuera, y si está herido... No puedo abandonar la idea de encontrarlo.
—Mi compañero es alguien... diferente. Nos separamos cuando el suelo cedió, y no he sabido nada más de él. Mason no suele quedarse atrás, así que algo le tiene que haber pasado —digo, sin ocultar la inquietud en mi voz—. Si sigue ahí afuera, tengo que encontrarlo.
Adam me ofrece la opción de salir, pero la idea de dejar a Mason aquí es inconcebible. Al ver la resolución en sus ojos, entiendo que quizás trabajar juntos sea lo mejor. Quizás en el proceso logre encontrar alguna pista de dónde podría estar.
—No pienso dejar a Mason —le digo, mirándolo directo a los ojos—. Y si para eso tengo que ayudarte, lo haré. Pero él es mi prioridad. Si ves alguna señal suya, me lo dices.
Respiro hondo y ajusto el agarre en el bate. Siento el peso de la vulnerabilidad, pero la posibilidad de encontrar a Mason me da fuerzas. Adam me observa un segundo más y asiente, como si entendiera, sin palabras, que ambos tenemos nuestras razones para seguir adelante.
—Tengo… esto —digo, levantando el bate para que lo vea—. No es exactamente un arma, pero puedo defenderme si es necesario.
Cuando menciona a un tipo pelirrojo y de mal humor, una parte de mí se siente aliviada. Al menos no se ha encontrado con Mason, aunque la preocupación vuelve enseguida. Sigue ahí fuera, y si está herido... No puedo abandonar la idea de encontrarlo.
—Mi compañero es alguien... diferente. Nos separamos cuando el suelo cedió, y no he sabido nada más de él. Mason no suele quedarse atrás, así que algo le tiene que haber pasado —digo, sin ocultar la inquietud en mi voz—. Si sigue ahí afuera, tengo que encontrarlo.
Adam me ofrece la opción de salir, pero la idea de dejar a Mason aquí es inconcebible. Al ver la resolución en sus ojos, entiendo que quizás trabajar juntos sea lo mejor. Quizás en el proceso logre encontrar alguna pista de dónde podría estar.
—No pienso dejar a Mason —le digo, mirándolo directo a los ojos—. Y si para eso tengo que ayudarte, lo haré. Pero él es mi prioridad. Si ves alguna señal suya, me lo dices.
Respiro hondo y ajusto el agarre en el bate. Siento el peso de la vulnerabilidad, pero la posibilidad de encontrar a Mason me da fuerzas. Adam me observa un segundo más y asiente, como si entendiera, sin palabras, que ambos tenemos nuestras razones para seguir adelante.
Ese cabeceo es todo lo que necesita para saber que es el momento de avanzar, asiente profundamente con la cabeza y vuelve a mirar la puerta.
-No te separes de mi, pase lo que pase, como si tienes que abrazarte a una de mis piernas, solo tienes una cosa que hacer y es no separarte de mí...-Al tiempo que termina de hablar empieza a andar hacia la puerta hasta quedar frente a ella y respira hondo por un momento.
-Tú llevas la linterna...-Se la da echando el brazo atrás-Alumbra siempre al frente-Toma el subfusil con ambas manos y hace crujir su cuello estirando a izquierda y derecha, liberando la tensión acumulada de haber estado durmiendo en lugares poco agradables o saludables.
-En marcha, si ves a ese tal Mason, no grites, avísame, antes de que me lo cargue también...-Comenta con una mano sobre la puerta y cuando termina de hablar la abre entrando el primero, apuntando al frente viendo las escaleras para bajar, observando el techo y el pasillo que baja conforme Alexia alumbre el lugar.
No lo piensa mucho y antes de que ella pueda decir nada él niega con la cabeza y le hace un gesto con la mano para que no hable y le siga. Baja cada escalón con fuerza y seguridad, apuntando con el arma pegada a su cuerpo, sabe que en combate cerrado la preparación es clave, no es su primer rodeo y probablemente tampoco será el último.
Se detiene un instante al llegar a la parte de abajo, observando el derrumbamiento y sin darse la vuelta y simplemente señala el camino en frente.
-Por donde?-Le pregunta simplemente, se le ve muy concentrado y resuelto, abandonada ya cualquier actitud que pudiera albergar duda, apunta sobre su hombro izquierdo cuando le parece haber escuchado algo sobre las tuberías pero al no ver nada, prefiere no perder el tiempo con ello.
"Sea lo que sea, sabe que estamos aquí y nos atraerá sin remedio a alguna clase de trampa, lo mejor será no darles tiempo a reaccionar"
-Pon la mano sobre mi hombro y sigue apuntando con la linterna hacia la dirección a la que quieres ir...-Se mantiene en pie esperando, al tiempo que pone todos sus sentidos en alerta, sabe que estar quietos demasiado rato es un error, probablemente lo que haya ahí abajo esté más acostumbrado a la oscuridad que los ojos de una persona humana.
- OFF::
Lindk de dados
Tienes libertad total para elegir el enemigo que aceche en las sombras, yo he puesto unos cuantos por si no tenías un plan y estabas dejando fluir el tema a ver que ocurría, pero si hay que sumarlo se le suma sin problemas xP
Con la linterna en una mano y la otra firmemente sujeta al hombro de Adam, me mantengo a su lado, moviéndome tan silenciosamente como puedo. La seguridad con la que avanza me da un leve respiro en medio de todo este caos, y una pequeña parte de mí se siente agradecida de que, sin conocerme, él haya decidido ayudarme. Sé que aquí afuera esa generosidad es un lujo que pocos pueden darse, y en silencio le agradezco su presencia.
Cuando llegamos al derrumbe, ilumino el suelo y, en ese momento, veo lo que parece un pasillo que continúa más abajo. ¿Cómo no lo noté antes?
—Allí… —susurro, apenas elevando la voz, mientras señalo el pasillo oscuro al fondo—. Tal vez Mason esté por allí. Si quedó atrapado… tendría sentido que haya caído en esa dirección.
Trago saliva, tratando de apartar la posibilidad de que algo peor le haya ocurrido. Pero en ese instante, un sonido extraño y húmedo nos rodea en la penumbra, proveniente del pasillo que señalo. Instintivamente, alumbro hacia allí y el haz de luz se detiene sobre algo que me congela la sangre: un rastro de sangre fresca en el suelo, llevándonos directamente hacia el ruido.
—Adam… —mi voz es apenas un susurro tembloroso—, hay algo ahí adelante.
El corazón me late con fuerza. La idea de que ese rastro de sangre pueda ser de Mason me retuerce el estómago. Si está herido o… algo peor, no puedo dejarlo así. Aun con el terror que siento, sé que tengo que asegurarme de lo que pasa ahí adelante. Miro a Adam, manteniendo mi mano en su hombro. Su presencia me da la seguridad suficiente para dar un paso más, aunque el miedo siga atenazando cada uno de mis movimientos.
Mason podría estar a solo unos metros. Respiro hondo y me preparo para descubrir lo que haya más allá.
Avanzamos lentamente, cada paso resonando como un eco sordo en la penumbra del pasillo. La linterna tiembla levemente en mi mano, y cuando finalmente ilumino al frente, la luz captura algo que me congela en seco.
Allí, en medio del pasillo, la figura de Mason yace en el suelo. Pero lo que lo rodea es una pesadilla hecha realidad: una criatura, imposible de describir como algo que pertenezca a este mundo, se cierne sobre su cuerpo. Mide al menos un metro y medio de altura, su exoesqueleto es de un verde sucio, con un brillo húmedo que refleja la luz de la linterna de manera espantosa. Dos cabezas deformes emergen de su torso, con ojos oscuros y siniestros que parecen moverse en todas direcciones, atentos y a la vez desquiciados.
Mi respiración se detiene cuando veo cómo esa cosa desgarra la carne de Mason, arrancando trozos de su cuerpo con garras afiladas y deformes. Cada zarpazo es un acto de brutalidad, cada movimiento de sus garras saca sangre, que tiñe el suelo con un rojo oscuro. La criatura emite un sonido espantoso, una especie de chasquido húmedo y gutural, mientras se alimenta de su presa.
De repente, una de las cabezas de la criatura se eleva y, en un movimiento que parece inhumano, abre sus mandíbulas y escupe un líquido espeso y verde sobre el cuerpo de Mason. El veneno se mezcla con la sangre, chisporroteando y emitiendo un olor acre y penetrante que invade el aire y se cuela hasta mi garganta, obligándome a contener la náusea. Mis piernas se congelan, incapaces de moverse, atrapada en el terror absoluto de lo que estoy presenciando.
El cuerpo de la criatura parece latir y expandirse, como si respirara de manera exagerada, y por un momento sus músculos rasgados sobresalen de su exoesqueleto, temblando mientras sigue mutilando a Mason. La sangre verdosa de la criatura gotea por sus extremidades, creando charcos viscosos en el suelo.
No puedo apartar la vista de la escena, aunque cada parte de mi mente me implora que lo haga. Estoy atrapada en este espectáculo de horror, y todo mi cuerpo tiembla, sin siquiera darme cuenta de que he dejado de respirar.
Cuando llegamos al derrumbe, ilumino el suelo y, en ese momento, veo lo que parece un pasillo que continúa más abajo. ¿Cómo no lo noté antes?
—Allí… —susurro, apenas elevando la voz, mientras señalo el pasillo oscuro al fondo—. Tal vez Mason esté por allí. Si quedó atrapado… tendría sentido que haya caído en esa dirección.
Trago saliva, tratando de apartar la posibilidad de que algo peor le haya ocurrido. Pero en ese instante, un sonido extraño y húmedo nos rodea en la penumbra, proveniente del pasillo que señalo. Instintivamente, alumbro hacia allí y el haz de luz se detiene sobre algo que me congela la sangre: un rastro de sangre fresca en el suelo, llevándonos directamente hacia el ruido.
—Adam… —mi voz es apenas un susurro tembloroso—, hay algo ahí adelante.
El corazón me late con fuerza. La idea de que ese rastro de sangre pueda ser de Mason me retuerce el estómago. Si está herido o… algo peor, no puedo dejarlo así. Aun con el terror que siento, sé que tengo que asegurarme de lo que pasa ahí adelante. Miro a Adam, manteniendo mi mano en su hombro. Su presencia me da la seguridad suficiente para dar un paso más, aunque el miedo siga atenazando cada uno de mis movimientos.
Mason podría estar a solo unos metros. Respiro hondo y me preparo para descubrir lo que haya más allá.
Avanzamos lentamente, cada paso resonando como un eco sordo en la penumbra del pasillo. La linterna tiembla levemente en mi mano, y cuando finalmente ilumino al frente, la luz captura algo que me congela en seco.
Allí, en medio del pasillo, la figura de Mason yace en el suelo. Pero lo que lo rodea es una pesadilla hecha realidad: una criatura, imposible de describir como algo que pertenezca a este mundo, se cierne sobre su cuerpo. Mide al menos un metro y medio de altura, su exoesqueleto es de un verde sucio, con un brillo húmedo que refleja la luz de la linterna de manera espantosa. Dos cabezas deformes emergen de su torso, con ojos oscuros y siniestros que parecen moverse en todas direcciones, atentos y a la vez desquiciados.
Mi respiración se detiene cuando veo cómo esa cosa desgarra la carne de Mason, arrancando trozos de su cuerpo con garras afiladas y deformes. Cada zarpazo es un acto de brutalidad, cada movimiento de sus garras saca sangre, que tiñe el suelo con un rojo oscuro. La criatura emite un sonido espantoso, una especie de chasquido húmedo y gutural, mientras se alimenta de su presa.
De repente, una de las cabezas de la criatura se eleva y, en un movimiento que parece inhumano, abre sus mandíbulas y escupe un líquido espeso y verde sobre el cuerpo de Mason. El veneno se mezcla con la sangre, chisporroteando y emitiendo un olor acre y penetrante que invade el aire y se cuela hasta mi garganta, obligándome a contener la náusea. Mis piernas se congelan, incapaces de moverse, atrapada en el terror absoluto de lo que estoy presenciando.
El cuerpo de la criatura parece latir y expandirse, como si respirara de manera exagerada, y por un momento sus músculos rasgados sobresalen de su exoesqueleto, temblando mientras sigue mutilando a Mason. La sangre verdosa de la criatura gotea por sus extremidades, creando charcos viscosos en el suelo.
No puedo apartar la vista de la escena, aunque cada parte de mi mente me implora que lo haga. Estoy atrapada en este espectáculo de horror, y todo mi cuerpo tiembla, sin siquiera darme cuenta de que he dejado de respirar.
- Off:
- Pues bien, que sea un Brain sucker de momento.
Lancé un dadito por la vida de Mason y el destino quiso acabar con él... Dado aquí.
Puede sentir a cada paso la preocupación de Alexia, lo cual es bueno, solo un loco/a no estaría preocupado en esta situación, quieto delante del derrumbe se fija igual que ella en su alrededor para darse cuenta de que están entrando en alguna especie de cubil, hay restos extraños, el olor, está claro que no son ratas o cañerías viejas.
"Aquí hay algo y apesta a mal día..."Piensa cuando este la habla y le dice que ha visto un camino, su reacción es asomarse con el arma por delante apuntando en todo momento.
-Recuerdas que es lo único que tienes que hacer verdad?-Pregunta mientras avanza paso a paso, escuchando los sonidos extraños provenientes del final del pasillo.
Sus pasos son suaves a pesar de no perder tiempo en avanzar, no parece tener ni la más mínima preocupación por Alexia, avanza precisamente porque nota como se aferra a su hombro, agarrándose al chaleco de este instintivamente.
"Puedes culparla? Realmente puedes? Que estás haciendo Adam? Que cojones estamos haciendo?" Cuando salen del pasillo Adam se detiene en seco y levanta el brazo izquierdo para en silencio indicarle a Alexia que se detenga, aunque esta al igual que él parece haber avistado a la criatura, lo cual sorprende a Adam pues creía firmemente que Alexia saldría corriendo.
Apenas gira el cuello un poco para observarla de reojo, su mirada lo dice todo, ese era su compañero, la escena la tiene petrificada, horrorizada, está ahí de pie agarrada a él por puro instinto, lo cual provoca en él un efecto curioso.
Vuelve a mirar al frente con una expresión completamente iracunda, apretando la mandíbula, hasta el último de sus dientes.
-Nadie merece morir así...-Comenta intentando vocalizar lo máximo posible y al llevar el brazo atrás para sacar algo de uno de los bolsillos que lleva atrás del chaleco aprovecha para darle con el codo en el abdomen a Alexia, no es un golpe como tal, no es esa su intención, tan solo hace muy marcado el movimiento para que el contacto logre devolverla a la realidad.
-Cierra los ojos y coge aire, no respires durante treinta segundos-Comenta Adam, quien al levantar el brazo lanza un objeto metálico lo más cercano posible a la bestia , pero tras esta, quiere que se de la vuelta y pueda alcanzarla de lleno, el movimiento de su brazo no es con toda la fuerza, la lanza más bien como una bola de bolos, dejando que ruede por su forma y peso hasta casi los pies de la criatura.
Acto seguido, toma el subfusil con ambas manos coge todo el aire que puede y lo mantiene en los pulmones, apunta y cuando cree que lo tiene claro dispara 2 veces a la cabeza derecha de la bestia, desde su espalda.
El sonido, aunque Adam lleve silenciador en el subfusil inunda la sala y el insectoíde se da media vuelta emitiendo un extraño chillido que haría pitar los oídos de cualquiera.
La bestia trata de avanzar sobre ellos primero dando un salto hacia una de las paredes laterales para complicarle los disparos, y poder abalanzarse con sus garras sobre ellos.
Por suerte para ellos, Adam logra dispararle a la criatura pero no alcanza su cabeza, aun así esta chilla saltando sobre la pared, y viendo que la trampa no ha funcionado Adam apoya la culata del arma contra su pecho y con la otra mano toma la mano de Alexia para tirar de ella y obligarla a ponerse detrás de él en todo momento.
"Joder ahí viene!"Aprieta los dientes y decide disparar a la B.O.W en el aire para evitar su ataque, esta vez si logra herir la cabeza izquierda de frente a ellos y la bestia cae sobre ellos tratando alcanzarlos con sus garras, Adam da un paso a un lado y su otra pierna le pone la zancadilla a Alexia para que esta caiga al suelo al moverse junto a él y sin soltarla dobla sus rodillas para evitar que lo alcance la segunda garra que trata de desgarrarlo en un rango más horizontal lo cual le lleva a lanzarse al suelo también, sin soltar a Alexia en ningún momento. Es un cazador por lo que no quita los ojos de la presa en ningún momento, no es que ignore el bienestar de ella, es simplemente que esto aun no ha terminado.
La bestia languidece pero parece que su cuerpo reacciona a las heridas y finalmente se alza extendiendo su cuerpo, lista para lanzar un buen manguerazo de baba venenosa contra ellos, Adam observa con los ojos bien abiertos y sin pensarlo mucho rueda hacia Alexia abrazándola en el proceso y haciéndola rodar con él para apartarla también de la trayectoria.
La criatura de chilla de nuevo, frustrada, pero será solo por eso?
"Aquí hay algo y apesta a mal día..."Piensa cuando este la habla y le dice que ha visto un camino, su reacción es asomarse con el arma por delante apuntando en todo momento.
-Recuerdas que es lo único que tienes que hacer verdad?-Pregunta mientras avanza paso a paso, escuchando los sonidos extraños provenientes del final del pasillo.
Sus pasos son suaves a pesar de no perder tiempo en avanzar, no parece tener ni la más mínima preocupación por Alexia, avanza precisamente porque nota como se aferra a su hombro, agarrándose al chaleco de este instintivamente.
"Puedes culparla? Realmente puedes? Que estás haciendo Adam? Que cojones estamos haciendo?" Cuando salen del pasillo Adam se detiene en seco y levanta el brazo izquierdo para en silencio indicarle a Alexia que se detenga, aunque esta al igual que él parece haber avistado a la criatura, lo cual sorprende a Adam pues creía firmemente que Alexia saldría corriendo.
Soundtrack
Apenas gira el cuello un poco para observarla de reojo, su mirada lo dice todo, ese era su compañero, la escena la tiene petrificada, horrorizada, está ahí de pie agarrada a él por puro instinto, lo cual provoca en él un efecto curioso.
Vuelve a mirar al frente con una expresión completamente iracunda, apretando la mandíbula, hasta el último de sus dientes.
-Nadie merece morir así...-Comenta intentando vocalizar lo máximo posible y al llevar el brazo atrás para sacar algo de uno de los bolsillos que lleva atrás del chaleco aprovecha para darle con el codo en el abdomen a Alexia, no es un golpe como tal, no es esa su intención, tan solo hace muy marcado el movimiento para que el contacto logre devolverla a la realidad.
-Cierra los ojos y coge aire, no respires durante treinta segundos-Comenta Adam, quien al levantar el brazo lanza un objeto metálico lo más cercano posible a la bestia , pero tras esta, quiere que se de la vuelta y pueda alcanzarla de lleno, el movimiento de su brazo no es con toda la fuerza, la lanza más bien como una bola de bolos, dejando que ruede por su forma y peso hasta casi los pies de la criatura.
Acto seguido, toma el subfusil con ambas manos coge todo el aire que puede y lo mantiene en los pulmones, apunta y cuando cree que lo tiene claro dispara 2 veces a la cabeza derecha de la bestia, desde su espalda.
El sonido, aunque Adam lleve silenciador en el subfusil inunda la sala y el insectoíde se da media vuelta emitiendo un extraño chillido que haría pitar los oídos de cualquiera.
La bestia trata de avanzar sobre ellos primero dando un salto hacia una de las paredes laterales para complicarle los disparos, y poder abalanzarse con sus garras sobre ellos.
Por suerte para ellos, Adam logra dispararle a la criatura pero no alcanza su cabeza, aun así esta chilla saltando sobre la pared, y viendo que la trampa no ha funcionado Adam apoya la culata del arma contra su pecho y con la otra mano toma la mano de Alexia para tirar de ella y obligarla a ponerse detrás de él en todo momento.
"Joder ahí viene!"Aprieta los dientes y decide disparar a la B.O.W en el aire para evitar su ataque, esta vez si logra herir la cabeza izquierda de frente a ellos y la bestia cae sobre ellos tratando alcanzarlos con sus garras, Adam da un paso a un lado y su otra pierna le pone la zancadilla a Alexia para que esta caiga al suelo al moverse junto a él y sin soltarla dobla sus rodillas para evitar que lo alcance la segunda garra que trata de desgarrarlo en un rango más horizontal lo cual le lleva a lanzarse al suelo también, sin soltar a Alexia en ningún momento. Es un cazador por lo que no quita los ojos de la presa en ningún momento, no es que ignore el bienestar de ella, es simplemente que esto aun no ha terminado.
La bestia languidece pero parece que su cuerpo reacciona a las heridas y finalmente se alza extendiendo su cuerpo, lista para lanzar un buen manguerazo de baba venenosa contra ellos, Adam observa con los ojos bien abiertos y sin pensarlo mucho rueda hacia Alexia abrazándola en el proceso y haciéndola rodar con él para apartarla también de la trayectoria.
La criatura de chilla de nuevo, frustrada, pero será solo por eso?
- OFF::
Tiradas aquí
[BalioN]
[PA 40/40]
[PV 70/70]
⌂ Subfusil MPX (Sig Sauer MPX 9x19 parabellum){Capacidad de 25/30 balas}: [Daño: 25 x bala]
[Brain Sucker]
A2 - D3 - CF3 - D5/*1
+ Veneno
[PA 0/30]
[PV 10/30]
El brain sucker sufre 25 de daño por el primer éxito y 25 más por el segundo por lo que le quedan 10PV, está débil pero sigue vivo.
PA = Puntos de armadura/blindaje
(En el caso de los B.O.W es su defensa multiplicada por 10, en este caso 3 =30)
(En el caso de Adam lleva un chaleco antibalas ligero, lo que le da 40 puntos de armadura/blindaje)
disponible en el Mercader
PV= Puntos de vida
(En el caso del Brain sucker su vida se calcula multiplicando por 10 su condición física o "CF" como es de 3 = 30)
(Los jugadores tienen su habilidad de condición física que se multiplica por 10 para saber sus PV, en el caso de Adam que tiene 7=70)
El horror de lo que veo me deja petrificada. Mason, el hombre que hasta hace poco estaba a mi lado, yace ahora destrozado en el suelo, y sobre él, esa… cosa. El aire se me escapa de los pulmones, y mi mente parece vaciarse al tiempo que mis dedos se aferran al chaleco de Adam por puro instinto. Cada movimiento de la criatura. Sus garras desgarrando la carne de Mason, sus cabezas grotescas y el hedor nauseabundo de su cuerpo convierte la escena en una pesadilla de la que no puedo apartar la mirada.
De repente, un golpe en el abdomen me hace salir de mi parálisis. Adam me ha dado un toque con el codo, lo suficiente para sacarme del shock. Lo miro, aún temblando, mientras él habla en voz baja, sus palabras son claras y firmes.
Apenas asimilo la instrucción cuando veo cómo lanza un objeto metálico hacia la criatura, y luego levanta su subfusil para disparar. El sonido seco de los disparos y el posterior chillido inhumano de la criatura me sacuden hasta los huesos. El grito de la criatura es como una cuchillada en los oídos, tan penetrante que todo mi cuerpo se estremece. La veo moverse, saltar de la pared y abalanzarse hacia nosotros, como si fuera una máquina de muerte viviente, lista para despedazarnos.
Adam me agarra de la mano, tirando de mí para ponerme detrás de él, protegiéndome mientras dispara de nuevo, acertando en una de sus cabezas. La bestia cae, pero no parece haber terminado; sus garras se extienden hacia nosotros, y antes de que me dé cuenta, Adam se mueve, haciéndome caer al suelo y lanzándose él también para esquivar su ataque. Mi respiración es errática, y mis pensamientos son un torbellino de terror y confusión, pero me aferro a su presencia, mi única ancla en este caos.
El monstruo se retuerce, reacciona a sus heridas y se eleva, como si se estuviera preparando para lanzar algo. Siento que el pánico se apodera de mí, incapaz de imaginar lo que pueda hacer ese ser. Justo entonces, Adam me abraza y nos hace rodar, alejándonos de la trayectoria de un chorro de baba verdosa que impacta contra el suelo, emitiendo un ruido burbujeante y ácido. El olor es insoportable, y el lugar en el que ha caído la baba humea, como si el suelo mismo se estuviera disolviendo.
La criatura lanza otro chillido, pero hay algo más en ese sonido. Algo que me eriza la piel y hace que mi corazón se acelere aún más. ¿Es una advertencia… o una llamada?
Me esfuerzo por mantener la calma, aunque cada fibra de mi ser esté gritando para correr.
El estruendo de la baba venenosa al caer al suelo y el chillido de la criatura me obligan a respirar hondo y mantener la mente enfocada, aunque cada parte de mi cuerpo me ruegue que huya. La mirada de Adam, determinada y fija en la bestia, me da el impulso necesario para recuperar un poco el control. Debo ayudar. No podemos enfrentar esto solo con sus manos.
Mis ojos, aún temblorosos, se desvían por un instante hacia el cuerpo destrozado de Mason. A su lado, tiradas entre los escombros, distingo sus pertenencias, y lo más importante, un destello metálico: su arma. Es una SIG P226. No soy experta en armas, pero he recibido algo de entrenamiento en Pandemonium, y ahora, con esta cosa acechándonos, es mi única oportunidad de defendernos.
Me deslizo rápidamente por el suelo, casi sin pensar, extendiendo la mano hacia el arma de Mason y cerrando los dedos alrededor de la fría empuñadura. La criatura me ha detectado, y con un chasquido de sus mandíbulas deformes, se gira hacia mí, sus garras levantadas y listas para atacar. Respiro profundamente, sintiendo el peso de la pistola, y la apunto hacia esa aberración.
El miedo me recorre la columna, pero cierro los ojos por una fracción de segundo, recordando las instrucciones básicas. Luego, con el corazón retumbando en mi pecho, aprieto el gatillo y disparo dos veces en su dirección.
Cada disparo resuena como un trueno en el pasillo, y mientras la bestia se abalanza hacia mí, su forma aterradora se cierne en la distancia.
Los disparos resuenan, y veo cómo ambos impactan en el cuerpo de la criatura. La primera bala atraviesa uno de sus deformes ojos en la cabeza derecha, y el segundo disparo se clava en su torso, haciendo que la bestia se tambalee y emita un último chillido agónico. La criatura intenta dar un paso más, pero sus garras fallan y, finalmente, se desploma en un charco de su propia sangre verdosa que burbujea en el suelo, esparciendo un olor nauseabundo.
Por un instante, todo queda en silencio. Mis manos aún tiemblan, y apenas puedo creer lo que acabo de hacer. ¿De verdad acerté? Pensé que acabaría como él... No sé si es el miedo o la adrenalina, pero una mezcla de asombro y orgullo me recorre. Contra todo pronóstico, enfrenté a ese monstruo… y gané.
Mi respiración sigue entrecortada, pero me permito un instante de alivio, con la SIG aún en mis manos, mientras intento procesar lo que acaba de suceder.
De repente, un golpe en el abdomen me hace salir de mi parálisis. Adam me ha dado un toque con el codo, lo suficiente para sacarme del shock. Lo miro, aún temblando, mientras él habla en voz baja, sus palabras son claras y firmes.
Apenas asimilo la instrucción cuando veo cómo lanza un objeto metálico hacia la criatura, y luego levanta su subfusil para disparar. El sonido seco de los disparos y el posterior chillido inhumano de la criatura me sacuden hasta los huesos. El grito de la criatura es como una cuchillada en los oídos, tan penetrante que todo mi cuerpo se estremece. La veo moverse, saltar de la pared y abalanzarse hacia nosotros, como si fuera una máquina de muerte viviente, lista para despedazarnos.
Adam me agarra de la mano, tirando de mí para ponerme detrás de él, protegiéndome mientras dispara de nuevo, acertando en una de sus cabezas. La bestia cae, pero no parece haber terminado; sus garras se extienden hacia nosotros, y antes de que me dé cuenta, Adam se mueve, haciéndome caer al suelo y lanzándose él también para esquivar su ataque. Mi respiración es errática, y mis pensamientos son un torbellino de terror y confusión, pero me aferro a su presencia, mi única ancla en este caos.
El monstruo se retuerce, reacciona a sus heridas y se eleva, como si se estuviera preparando para lanzar algo. Siento que el pánico se apodera de mí, incapaz de imaginar lo que pueda hacer ese ser. Justo entonces, Adam me abraza y nos hace rodar, alejándonos de la trayectoria de un chorro de baba verdosa que impacta contra el suelo, emitiendo un ruido burbujeante y ácido. El olor es insoportable, y el lugar en el que ha caído la baba humea, como si el suelo mismo se estuviera disolviendo.
La criatura lanza otro chillido, pero hay algo más en ese sonido. Algo que me eriza la piel y hace que mi corazón se acelere aún más. ¿Es una advertencia… o una llamada?
Me esfuerzo por mantener la calma, aunque cada fibra de mi ser esté gritando para correr.
El estruendo de la baba venenosa al caer al suelo y el chillido de la criatura me obligan a respirar hondo y mantener la mente enfocada, aunque cada parte de mi cuerpo me ruegue que huya. La mirada de Adam, determinada y fija en la bestia, me da el impulso necesario para recuperar un poco el control. Debo ayudar. No podemos enfrentar esto solo con sus manos.
Mis ojos, aún temblorosos, se desvían por un instante hacia el cuerpo destrozado de Mason. A su lado, tiradas entre los escombros, distingo sus pertenencias, y lo más importante, un destello metálico: su arma. Es una SIG P226. No soy experta en armas, pero he recibido algo de entrenamiento en Pandemonium, y ahora, con esta cosa acechándonos, es mi única oportunidad de defendernos.
Me deslizo rápidamente por el suelo, casi sin pensar, extendiendo la mano hacia el arma de Mason y cerrando los dedos alrededor de la fría empuñadura. La criatura me ha detectado, y con un chasquido de sus mandíbulas deformes, se gira hacia mí, sus garras levantadas y listas para atacar. Respiro profundamente, sintiendo el peso de la pistola, y la apunto hacia esa aberración.
El miedo me recorre la columna, pero cierro los ojos por una fracción de segundo, recordando las instrucciones básicas. Luego, con el corazón retumbando en mi pecho, aprieto el gatillo y disparo dos veces en su dirección.
Cada disparo resuena como un trueno en el pasillo, y mientras la bestia se abalanza hacia mí, su forma aterradora se cierne en la distancia.
Los disparos resuenan, y veo cómo ambos impactan en el cuerpo de la criatura. La primera bala atraviesa uno de sus deformes ojos en la cabeza derecha, y el segundo disparo se clava en su torso, haciendo que la bestia se tambalee y emita un último chillido agónico. La criatura intenta dar un paso más, pero sus garras fallan y, finalmente, se desploma en un charco de su propia sangre verdosa que burbujea en el suelo, esparciendo un olor nauseabundo.
Por un instante, todo queda en silencio. Mis manos aún tiemblan, y apenas puedo creer lo que acabo de hacer. ¿De verdad acerté? Pensé que acabaría como él... No sé si es el miedo o la adrenalina, pero una mezcla de asombro y orgullo me recorre. Contra todo pronóstico, enfrenté a ese monstruo… y gané.
Mi respiración sigue entrecortada, pero me permito un instante de alivio, con la SIG aún en mis manos, mientras intento procesar lo que acaba de suceder.
- Off:
- Los dados están aquí.
Por cierto, mis disculpas por la tardanza, he tenido una semana complicada en casa y con el trabajo.
Cuando siente que ella se suelta, no puede evitar apretar aun más los dientes pero no por ello gira su vista, está pensando claramente que ella va a huir, y para él eso es una situación idónea por muy estúpido que suene, visto lo visto, quizá no debió decirle que bajaran juntos, pero habría servido de algo se pregunta en ese momento.
Traga saliva volviendo a la realidad y mira al frente retando a la criatura la cual sigue chillando hasta que decide ir a por Alexia, es rápida, él lo sabe ya se ha dado cuenta, solo espera que no más rápido que ellos, pues lleva la mano a la pistola con gancho preparado para intervenir en el peor momento, aunque, claro, es cuando la ve recoger el arma de su antiguo compañero y da un par de pasos a un lado para apartarse de la trayectoria del disparo en todo caso.
"Le ha echado valor sin duda, no todo el mundo toma la misma decisión..."Asiente varias veces y decide que será lo que tenga que ser, parece una decisión fácil pero no lo es, a veces las cosas son así o ocurren o no ocurren y el que podría o hubiera ya no tiene cabida.
Comprueba el cargador del arma para asegurarse de que la munición que le queda es la correcta con las veces que ha disparado y para cuando vuelve a meter el cargador en el arma, gira el cuello con una ligera sonrisa de aceptación.
-Bien hecho, han sido buenos disparos pero no hemos terminado Alexia, hemos encontrado a tu compañero...-Hace memoria por un instante-...Aunque no haya terminado bien para Mason, puede terminar bien para ti, sal de aquí, pareces una buena persona, se nota que no estás acostumbrada a estas cosas y aunque creas que todos debamos poner de nuestra parte, simplemente hay personas que no están hechas para esto y nunca lo estarán...Elijas lo que elijas, hazlo con total decisión...-Asiente varias veces caminando para llegar hasta el final del pasillo junto a ella.
-Pues ahí dentro hay algo mucho peor y nose lo que tardará en aparecer-Se acerca al cuerpo del insectoíde que les ha atacado y se pone de cuclillas cerca, recogiendo la linterna que Alexia ha dejado caer para enfocar a la criatura y comprobar su estado y fisionomía.
Saca un pequeño libro de tapa hecha con cuero, se ve viejo y muy desgastado, lo abre con mucho cuidado, cada página que va pasando preocupándose de no estropearlo contiene dibujos y referencias, así como bastante texto, parece un bestiario.
-Este cabrón es nuevo para mí, se que ahora estás preocupada por la situación y la pérdida de tu amigo no debe ser nada fácil, pero esto es importante, cada página de este cuaderno salva vidas, creo que si relleno las suficientes Jerry Lee se decidirá al fin a vender mi testamento del cazador...Pocos saben enfrentarse a... "
Un chillido se escucha en el fondo del pasillo, en la oscuridad más allá de ellos, Adam levanta la vista un instante mirando al oscuro abismo ante él y decide enfocarlo con la linterna, el túnel más que pasillo a recorrer tiene partes complicadas donde por los escombros sabe que les costará pasar por ahí así que respira hondo y sigue anotando.
-Le conocías bien?-Lo intenta, claro que intenta portarse como una persona normal y le importa lo que ha ocurrido, pero no es nada fácil para él ahora mismo mostrar un alto grado de empatía, pues está trabajando, de la t a la o, sin tiempo para comas ni mayúsculas.
-Era un buen tipo?-Pregunta también, pues sea como fuere, sabe que muy probablemente lo mejor sea seguir hablando con ella, distraerla un poco, lo mejor es que ese subidón de adrenalina que siente se disipe y se concentre de nuevo. Un segundo chillido se une al primero y ya parecen ser al menos dos, para Adam no significa nada o al menos eso parece viendo como sigue con lo suyo tranquilamente.
-Joder tu dirías que antes de mutar eran bichos? Porque yo empiezo a creer que sí, que asco joder, porque siempre estas putas cosas tienen que oler a absoluta mierda pura?-Niega con la cabeza de nuevo respirando hondo, resignado a que nada va a cambiar esos olores durante un buen rato.
El subfusil de Adam está a los pies de Alexia.
- OFF::
2 turnos para que aparezcan los 2 Brain Sucker restantes.
No te preocupes, no pasa nada, me preocupaba haberte abrumado con los dados, pero veo que todo bien, cualquier duda si necesitas algo pregunta sin miedo, sino yo seguro que alguien en el canal de Discord te echa una mano.
Y recuerda pasar por Censo de gastos para declarar la munición usada ^^
Al escuchar sus palabras, siento una mezcla de emociones que me sacuden profundamente. La franqueza de Adam es dura, como una bofetada que me despierta de golpe. ¿No hecha para esto? La idea duele, y por un momento, casi quiero darle la razón. No puedo negar que el miedo me ha calado hasta los huesos, y que la escena frente a mí me ha dejado paralizada.
Pero cuando menciona a Mason, algo se enciende dentro de mí, una chispa de determinación que creía extinta. No importa si no estoy hecha para este mundo. Estoy aquí, y si eso significa seguir adelante, entonces eso haré.
La criatura yace en el suelo, muerta, pero su presencia parece llenar el lugar con un silencio espeso y opresivo. Mi mirada cae sobre el cuerpo destrozado de Mason, y un nudo se forma en mi garganta. No importa cuántas veces haya visto el horror de este mundo, nunca es fácil ver algo así. Su cuerpo, que hace apenas unos minutos era el de alguien vivo, respirando, ahora yace inerte, mutilado y dejado atrás en este agujero.
Un escalofrío me recorre al recordar los momentos compartidos, las pequeñas risas y las conversaciones a media voz que solían hacernos olvidar, aunque fuera por un segundo, el mundo desmoronado en el que vivimos. Intento mantener la compostura, aunque las lágrimas amenazan con escapar. Este no es el momento de flaquear.
Bajo la vista y noto el subfusil a mis pies. Lo recojo con cuidado y se lo entrego a Adam, que continúa revisando el cuerpo de la criatura y haciendo anotaciones. No puedo evitar fijarme y me resulta curioso, pero en este momento no soy capaz de prestar mucha atención. Casi en un susurro, le digo:
—Mason… era el tipo de persona que nunca dudaba en ayudar, incluso en este mundo. Era… bueno. Sí, era un buen tipo.
Mi voz tiembla un poco, pero trato de mantener la calma. El recuerdo de Mason y su propósito aún pesan sobre mí. Respiro hondo y me esfuerzo por mantenerme firme.
—Tenemos que irnos… esto no es seguro — ese terrible chillido, nos alerta y quiero irme, lo estoy deseando. Aunque al momento siguiente siento una punzada de culpa. No puedo permitir que su muerte haya sido en vano.
Bajo la mirada y, en voz baja, aclaro:
—Vinimos aquí a por suministros y para inspeccionar el lugar. Hay gente que espera lo que logremos llevarles… y no puedo dejar que Mason haya muerto por nada.
Mis palabras son firmes, aunque siento la duda en cada una de ellas. Sé que Adam va por libre, y en el fondo, quiero confiar en él, pero también sé que no puedo darle demasiada información. Si alguien debe asumir el riesgo, seré yo. En otro momento me habría interesado analizar a esa criatura, y estaría con él haciendo hipótesis. Ahora solo pienso en el objetivo de la salida.
—Si quieres irte, lo entenderé, no puedo pedirte que te quedes en un sitio tan… peligroso. Pero yo no puedo irme aún —le explico, intentando mantener el control.
He hablado con calma, y aunque agradezco su presencia, sé que la decisión de continuar es solo mía. Pase lo que pase, cumpliré con el propósito por el que Mason y yo vinimos aquí.
Pero cuando menciona a Mason, algo se enciende dentro de mí, una chispa de determinación que creía extinta. No importa si no estoy hecha para este mundo. Estoy aquí, y si eso significa seguir adelante, entonces eso haré.
La criatura yace en el suelo, muerta, pero su presencia parece llenar el lugar con un silencio espeso y opresivo. Mi mirada cae sobre el cuerpo destrozado de Mason, y un nudo se forma en mi garganta. No importa cuántas veces haya visto el horror de este mundo, nunca es fácil ver algo así. Su cuerpo, que hace apenas unos minutos era el de alguien vivo, respirando, ahora yace inerte, mutilado y dejado atrás en este agujero.
Un escalofrío me recorre al recordar los momentos compartidos, las pequeñas risas y las conversaciones a media voz que solían hacernos olvidar, aunque fuera por un segundo, el mundo desmoronado en el que vivimos. Intento mantener la compostura, aunque las lágrimas amenazan con escapar. Este no es el momento de flaquear.
Bajo la vista y noto el subfusil a mis pies. Lo recojo con cuidado y se lo entrego a Adam, que continúa revisando el cuerpo de la criatura y haciendo anotaciones. No puedo evitar fijarme y me resulta curioso, pero en este momento no soy capaz de prestar mucha atención. Casi en un susurro, le digo:
—Mason… era el tipo de persona que nunca dudaba en ayudar, incluso en este mundo. Era… bueno. Sí, era un buen tipo.
Mi voz tiembla un poco, pero trato de mantener la calma. El recuerdo de Mason y su propósito aún pesan sobre mí. Respiro hondo y me esfuerzo por mantenerme firme.
—Tenemos que irnos… esto no es seguro — ese terrible chillido, nos alerta y quiero irme, lo estoy deseando. Aunque al momento siguiente siento una punzada de culpa. No puedo permitir que su muerte haya sido en vano.
Bajo la mirada y, en voz baja, aclaro:
—Vinimos aquí a por suministros y para inspeccionar el lugar. Hay gente que espera lo que logremos llevarles… y no puedo dejar que Mason haya muerto por nada.
Mis palabras son firmes, aunque siento la duda en cada una de ellas. Sé que Adam va por libre, y en el fondo, quiero confiar en él, pero también sé que no puedo darle demasiada información. Si alguien debe asumir el riesgo, seré yo. En otro momento me habría interesado analizar a esa criatura, y estaría con él haciendo hipótesis. Ahora solo pienso en el objetivo de la salida.
—Si quieres irte, lo entenderé, no puedo pedirte que te quedes en un sitio tan… peligroso. Pero yo no puedo irme aún —le explico, intentando mantener el control.
He hablado con calma, y aunque agradezco su presencia, sé que la decisión de continuar es solo mía. Pase lo que pase, cumpliré con el propósito por el que Mason y yo vinimos aquí.
Dibuja vagamente la forma del insectoíde, anota algunas cosas más y no atina a ponerle un nombre, pues bicho mutante es demasiado genérico, no es que vaya a ponerse modo antropólogo con la situación, pero al menos algo de información ha logrado anotar al respecto, cerrando así el cuaderno y volviéndolo a guardar entre sus cosas para preservarlo y seguir con ello después.
-Por lo que dices debía serlo, es raro escuchar tan buenas palabras sobre alguien en estos días, independientemente de que haya muerto o no...-Cuando le acerca el subfusil, él sigue mirándola a ella y simplemente dibuja una media sonrisa de labios cerrados, satisfecho con ver como reacciona y sigue adelante.
-Será mejor que sujetes ese arma con fuerza, tienes aun suficiente munición como para defenderte, pon la culata sobre tu pecho y hombro y respira, no te olvides de respirar...-Le responde casi interrumpiéndola, presionando con una mano el arma contra ella, insistiendo sin necesidad de usar más palabras, cuando menciona que deberían marcharse, pues Adam no se mueve lo más mínimo hacía la salida, sino que vuelve a enfocar de nuevo con la linterna el pasillo, frunciendo el ceño preocupado.
-No se que clase de suministros crees que encontraremos aquí, pero para serte sincero me da exactamente igual...-Se vuelve a poner de pie rodeando el cadáver fétido de su antaño enemigo hasta que queda por delante de él observando el alrededor, alumbrando con la linterna.
-No tenemos mucho tiempo, esta sección podría colapsar también en cualquier momento...-Comenta a la par que alumbra con la linterna las tuberías agrietadas y vencidas, los topes doblados y quebrados que soportan la estructura del subsuelo.
Ante sus últimas palabras gira el cuello lentamente mirándola con una mueca de confusión e ironía, pero vuelve a mirar al frente negando con la cabeza y recuperando una seriedad que sabe necesita para afrontar lo que venga.
-Por lo que a mí respecta, aun me queda trabajo que hacer aquí, además quiero terminar la entrada del cuaderno y sacar los restos de tu amigo de aquí, marcharme ahora sería un fracaso muy gordo, y la verdad, no llevo bien el tema de rendirme o perder...Además, no puedo marcharme sin más sabiendo el peligro que representa este lugar, otros podrían caer en esta trampa...-Se encoge de hombros y extiende los brazos con las palmas abiertas.
Los chillidos se intensifican y terminan por revelar a uno de los Brain suckers entre los escombros del túnel tratando de abrirse paso y con cada impacto y empujón hace que el lugar retumbe padeciendo ante otro posible derrumbamiento, algo que no sería tan extraño tras lo sucedido.
Adam toma de su espalda la escopeta y da un par de pasos adelante.
-No te separes de mí y seguro que lograremos salir adelante de aquí, encontrar algo para los tuyos y rescatar el cuerpo de tu compañero...-Le sonríe y le lanza la linterna.
-Ya me las apañaré no te preocupes...-A un par de metros de ella y casi encima de él una de las tuberías finalmente cede y cae entre ambos con un fuerte ruido seco y junto a ella arrastra algunos escombros, el camino entre ambos queda bloqueado y la sala se llena y una y otra vez de polvo y el eco del derrumbe se hace dueño de la amplitud del subterráneo, casi dando a entender que hay intrusos y es hora de que quienes habitan el lugar empiecen a prepararse.
-Alexia! Estás bien!? Si puedes oírme corre hacia la salida! Vete!...-Deja caer la espalda contra los escombros y la tubería tras él tosiendo y escupiendo parte del polvo que involuntariamente ha tenido que tragar, de uno de los bolsillos saca una barrita de luz y la dobla hasta escuchar el crack para después lanzarla ante sus pies y tener algo de luz.
Sujeta el arma con fuerza en ambas manos tras frotarse los ojos y puede ver que la criatura ha logrado pasar los escombros y se alza frente a él dispuesta a terminar lo que su compañera no pudo con los intrusos, al menos no con todos ellos.
-Solos tu y yo maldita mosca cojonera...-Se levanta de la tubería aun algo aturdido, cuando escucha como el otro chillido viene de más allá de los escombros, sabiendo que el otro BOW está en el lado en el que Alexia se encuentra.
-Lucha Alexia! Lucha porque sino esa espina se te quedará clavada para siempre! Valor! Valor Alexia!...Nos volveremos a ver te lo prometo!-Es lo último que alcanza a decir antes de que empiecen los disparos, por qué? Porque ya le ha pedido que corra y huya demasiadas veces y no lo ha hecho, a estas alturas no tiene ningún sentido decirle que se marche, no lo hará, ya ha tomado su decisión y termine como termine, solo puede animarla por ello.
La criatura se abalanza contra él, mirándolo ansiosa por devorar a su presa, babeando esa segregación de ácido venenoso que tanto desconcierta al mercenario.
Este se mueve lateralmente hacia la derecha para apartarse del mortal abrazo que representan las garras de su enemigo quienes intentan apresarlo para que deje de huir.
Levanta ligeramente el arma cuando lo hace para disparar a una de sus cabezas y aturdirla por un momento, con la esperanza de neutralizarla con ello.
-Tiene que haber otra salida!-Grita esperando que pueda oírlo, mientras pelea, y dispara empleándose al máximo.
Tras el primer disparo, atronador y llamativo, sabe que ahora él es el centro de atención, sabe que si Alexia usa el arma que Adam le ha dado al tener silenciador no provocará el mismo efecto que él en cuanto a revelar su posición, así que ahora solo le queda concentrarse en su cometido y rematar a la criatura para poder seguir y encontrarse con ella.
La primera cabeza explota haciendo que la bestia se tambalee dejando espacio a Adam para disparar una segunda vez, pero para su desgracia cuando la corredera va hacia adelante no entra bien en la recámara el cartucho por lo que cuando dispara a la segunda cabeza se oye el clic pero no hay ningún disparo y para cuando Adam vuelve a bombear esta vez si metiendo bien el cartucho en la recámara la bestia vuelve a atacarle y este retrocede casi chocando de espaldas con el derrumbe al volver a esquivar su embate asesino.
"No debo fallar, no puedo fallar"
-¡Alexia Aguanta!-
- OFF::
BalioN
→ Escopeta Militar (Benelli M4) {Corredera, Semiautomática, Capacidad de 7/8 cartuchos}[Daño: 40]
[PA 40/40]
[PV 70/70]
[Brain Sucker]
A2 - D3 - CF3 - D5/*1
+ Veneno
[PA 0/30]
[PV 20/30]
Tiradas de dados aquí
Te dejo 1 Brain Sucker para ti y veremos como hacen los pjs para encontrarse, ignorar los dados que salen en este post, se ve que los puse y luego me arrepentí y aunque tire todo en el tema de los dados no me di cuenta que aquí no los quite xD
Estoy pensando que podría haber una reina o jefe de colmena de esos bichos, tu que opinas?
Puedes usar el subfusil, tiene actualmente 25 balas en el cargador, usa las que necesitas y yo iré anotando para que me descuenten a mi las balas, que tengo muchas y habrá que usarlas jeje.
Funciona con la misma habilidad que la pistola, armas ligeras.
El miembro 'BalioN' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Números' :
#1 Resultados :
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#2 'Números' :
#2 Resultados :
#1 'Números' :
#1 Resultados :
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#2 'Números' :
#2 Resultados :
PÍDEME ROL + MP
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
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