El monstruo que he hecho de ti [1/1]

Sebastian Stan	35 años	Infectado
Mercenario	UBCS	Umbrella

Para referirme al PJ lo llamaré X.

X era un notable miembro de una empresa de mercenarios estadounidense, él era quien realizaba trabajos sucios para dicha empresa, su mejor miembro, pues esta empresa aunque de cara al público era legal, realizaba otras tareas muy ilícitas, ahí es donde movía el mayor dinero.

En una ocasión le enviaron a por un trabajo sencillo, recuperar un cuadro, para un antiguo heredero de un antepasado nazi al que se lo arrebataron. Y allí conoció a Sylvia, ¿cómo era posible que dos ladrones coincidieran a la vez en el mismo encargo? Pues ocurrió. X se deshizo de Sylvia y logró llevarse el cuadro, o eso creía él. Cuando llegó a la casa del heredero lo único que encontró en la funda fue una nota que rezaba: Más suerte la próxima vez. Sylvia.

Esto habría molestado a cualquiera, pero a él le resultó divertido. Quería saber quién era y cómo había logrado robarle el cuadro.

Las hermanas Weis, le dijeron en una ocasión, seguro que es una de esas zorras pelirrojas.

Y él las buscó. A los oídos de Sylvia llegó que alguien la estaba buscando y la noche menos pensada se presentó en el apartamento de él:

— ¿Me buscabas? — preguntó ella con suma seriedad. — Si buscas venganza por lo del cuadro... es tu culpa, no mía, haber sido más cuidadoso, son gajes del oficio — se sirvió una lata de cerveza de la nevera de él.

— Lo sé, en realidad sólo quería saber cómo lo hiciste — Sylvia le miró sorprendida, pero sonrió y se lo contó.

Le habían avisado de que tuviera cuidado con esa familia de lunáticos. El padre estaba chalado, era líder de una empresa de mercenarios rival a la que él trabajaba, la fundó con otros hombres que murieron en extrañas circunstancias. Sus hijas se habían criado con disciplina militar, porque él deseaba que a su muerte ellas les sustituyera. Pero X no hizo caso, Sylvia era la clase de mujer con la que podía compartir su vida, era igual que él, o al menos eso creía.

Empezaron una relación. Él por fin creyó que tendría una relación normal, ella no sabía ni lo que estaba haciendo, jamás había estado con un hombre y eso a él le parecía curioso.

El problema era que Sylvia no sabía estar con nadie salvo su familia, la habían educado para no confiar en nadie y aunque llegase a apreciar a X, jamás llegó a confiar en él. Por lo que desarrollaron una relación bastante tóxica, ambos sentían algo el uno por el otro, pero Sylvia no sabía estar en pareja y eso le acababa pasando factura a X.

Ella siempre anteponía su familia por encima de todo, e incluso las misiones, el negocio familiar... y eso a X le frustraba tanto, que no aguantaba el hecho de que ella siempre le estuviera fastidiando. Hasta el punto de que lo despidieron por culpa de Sylvia, que le robaba información de su casa para la empresa de su padre.

X le puso las cosas claras: debía saber diferenciar entre el trabajo y ellos dos. Ella decía hacerlo, no entendía por qué no podía aprovecharse de la situación.

Sylvia le propuso a X un empleo en la empresa de su padre, y él pensó que tal vez así las cosas cambiaran a mejor. Estaba tan equivocado... en una misión, ellos dos junto a Angy (la hermana gemela de Sylvia) ocurrió un problema. Sylvia tuvo que elegir literalmente entre ellos dos y eligió a su hermana, ahí fue cuando X comprendió que daba exactamente igual todo y que ella siempre interpondría a su familia por encima de todo.

Atraparon a X y le echaron la culpa del robo, le metieron en prisión. Para más inri los Weis se desentendieron de él, y jamás llegó a saber nada de ellos. Ni abogados, ni Sylvia... nada. Pasó los últimos tres años en prisión, hasta que se propagó el virus T y hubo un motín en Prisión gracias al que logró escapar.

Desde entonces sobrevivió como mejor pudo, desde 2012 hasta junio de 2015. Ahí se volvió a cruzar con Sylvia. Pareciera que la pelirroja era la culpable de toda su mala suerte, porque ese mismo día le habían mordido en el hombro, pensaba que moría. Y entonces llegó ella, le miró aterrada, era la primera vez que veía esa expresión en su rostro y entonces X se echó a reír, porque habría rezado por verla sufrir, parecía que último deseo se cumplía. Jamás se imaginaría que ella podía hacerle más daño.

Solo vio el brillo de la katana y pensó que estaría bien, al menos le haría el favor de acabar con su agonía, pero no. Sylvia cortó su brazo y por alguna extraña razón no lo hizo de forma limpia, él sabía que ella era diestra con la katana así que creyó que lo estaba haciendo a posta, solo para hacerle más daño.

Creyó que jamás le volvería a pedir nada a ella, pero ese dolor... le suplicó y lloró incluso porque acabase con su vida, prefería morir a perder un brazo. Y perdió el conocimiento.

Hace poco que Sylvia ha sido contratada por Umbrella. La idea es que a partir de aquí X fuera llevado por Sylvia a Umbrella, allí lo mantendrían dormido, lo necesario para curarlo e investigar con él. Podría estar durante un tiempo sin brazo, Umbrella habría trabajado con él, creyendo que no dio resultados ninguno, él al verse así tal ez lo único que quisiera fuera morirse. Umbrella decidiría aprovechar sus dotes, así que le colocarían un brazo mecánico (como Bucky). Poco a poco iría evolucionando, demostrando una fuerza sobre humana, pasando a ser proyecto oficialmente. (Ya que off rol no puedes llegar siendo proyecto, así que lo justificaremos así) Pasaría a convertirse en un activo muy importante para Umbrella, aunque él igual no querría eso. A partir de aquí todo es libre, lo que él sienta, piense... es cosa tuya, Sylvia tratará de convencerle para que se una a los UBCS, Umbrella no lo va a dejar escapar y será o por su cuenta o con la araña de los ICE, un dispositivo que hace doblegar cualquier mente.

Mi personaje es lo más bestia, serio, malo, cruel, interesado... que te puedas echar a la cara. Por eso me apetecía meterla en este lío y ver qué pasa ahora. Podemos llegar a diversos acuerdos por MP, no todo está cerrado, siéntete libre de poner tu granito de arena.

Toda la familia de Sylvia ha muerto, excepto Angy (su hermana gemela). Para diferenciarlas una lleva un colgante con una lágrima roja (Angy) y Sylvia una de color azul.