The Void - Matt Kowalski

No me había percatado lo hermoso que puede ser el campamento, realmente quería disfrutar un momento de el, no pensar en el campamento con toda la gente que estaba en peligro constante, pensar en los recursos, pensar en la comida, en la munición, en los metales, en la energía, en los suministros medicos , la verdad… no, no quería ponerme a pensar en lo más mínimo en ello, solo quería dejarme ir , descansar un poco de todo eso, sentir la calidez del sol en el rostro, respirar el aire y disfrutar de la brisa en la cara, obviamente a mi un único modo de ver las cosas.

uno de los lugares que muy pocos conocían en el campamento, es en que se ve subiéndose a uno de los galpones donde se mueven los vehículos, tenes que pegar un salto y tomar una saliente que te lleva a unas escaleras oxidadas del anteultimo almacén, está abandonado pero… puedes subir a su techo, es un lugar cómodo y relajante, además que se puede ver desde allí el atardecer, como el Sol abandona el dia y se convierte y se esconde entre la montaña de concreto que fue la ciudad, pero aún faltaba para eso.

Me trepe y me puse a mirar la pequeña puesta de sol en el lugar, me había llevado una linternita así puedo bajarme sin cortarme, tengo las bolsas de plástico para guardar lo que me pase, estoy infectada y debo seguir protocolos para no joderle la vida a nadie. me traje unas cervezas que estaban frías, al menos por ahora, quería tener todo listo para cuando llegara. Hacia tiempo que Matt y yo no teníamos una charla, habíamos pasado muchas cosas las cual simplemente las dejamos pasar y… honestamente me gustaría actualizarme con el, no solo actualizarnos, sino confiarle las cosas que no le he dicho a nadie.

Respire hondo y saque unos girasoles que había encontrado en mis viajes, había tomado una bolsa para mi y le deje una a Matt, sabía que le gustaría, son nutritivos, saludables y justamente traen recuerdos a cuando uno podía sentarse a mirar afuera de la casa y en ese momento no se hubiera acabado nada, no por el hecho de que fueras buena gente te ibas a infectar y no por estar con el hombre que amas vas a infectarse de un virus. Negué un momento en la cabeza y me di cuenta que aun siento cosas por Mich, pero… debo enterar esos sentimientos, por el bien de todos y principalmente del mio.

Así que allí estaba, esperando a nuestro nuevo jefe, esperando que al menos… las cosas mejoraran un poco, tomé aire, pues no era normal tener que hacer esto, tenia miedo y esperaba que no me juzgara.

Treinta de mayo de 2016
Silver Lake

Llevaba unos días algo complicado porque la verdad es que no había esperado todo lo que estaba sucediendo. No solo por la partida de Balion y su nuevo trabajo, sino por lo que le había sucedido a él mismo. Aún le costaba creer que podía llegar a ser inmune a ese maldito virus y cada mañana se despertaba con miedo a sentir un hambre voraz y hacerle daño a las personas que quería. Por alguna extraña razón él debía ser el hombre más afortunado en la faz del planeta porque había conseguido una familia e incluso cierta inmunidad ante un virus que había destruido el mundo completo. Quizás tanta suerte le da un poco de cargo de conciencia ¿Qué había hecho él para merecer tantas cosas buenas?

No tardó llegar a aquel sitio en el que habían quedado en juntarse, luego de subir un par de escaleras y treparse un poco termino en aquel techo. Era un lugar tranquilo donde ambos podían llegar a hablar pues Matt No solo quería hablar con su amiga sino también proponerle que le va a ayudar un poco con el tema de la seguridad de aquel campamento. Quizás porque él no era consciente de todos los procesos por el cual ella estaba pasando.

Ella estaba allí, parecía lo suficientemente pensativa como para no darse cuenta que la había llegado pero suponía que era la magia que tenía que el campamento. Las personas dentro de ese sentían lo suficientemente relajadas como para no estar todo el tiempo alerta. —Li ¿Como estás? — se sentó a su lado y observó la vista que tenían de ahí.