First {Viejos Recuerdos} #Anna

A penas sé lo que es el dolor físico ya, comparado con lo que de verdad siento, es tan cursi que ojalá la herida fuera aún más dolorosa, pero no, no estoy bien y el como es que ni estoy bien físicamente ni psicológicamente, me siento como una maldita idiota y el fin del mundo no ayuda...

Hace justo un mes día como hoy el mundo se fue a la mierda, Aaron entró corriendo en mi apartamento gritando que había zombies, que había muertos y yo le miré de una forma asesina pensando en que el día en el que madurase si que sería el fin del mundo, ahora me doy cuenta de que nunca llegó a madurar y de que si, es el fin del mundo, lo cual me deja un poco sola. Hace un par de días, siete, el presidente de los Estados Unidos dio su último mensaje de esperanza, aunque en realidad fue de no esperanza, pues el resumen en si fue "Estamos tan jodidos, que ale, ahí os arregléis vosotros.". Y hace dos semanas murió Aaron infectándome a mi, el día 15 y hoy a día 27 todavía sigo viva, extrañamente, ya que los mordiscos te matan y hacen que te conviertas en una de esas cosas, pero el día 17 ó 18, incluso podría ser perfectamente 19 ó 20 yo infecté a una persona y descubrí tristemente lo que soy.

Ahora tal vez moriría desangrada, era lo más seguro y encima devorada por uno de esos bichos,  había estado corriendo durante minutos con aquel bate en la oscura noche de una ciudad sumida en muerte y destrucción huyendo de la misma muerte, conseguí finalmente llegar a las afueras, pero entonces mis esperanzas de salir viva (viva) quedaron atrás, tuve que entrar en el interior de un edificio, la horda golpeaba con insistencia las puertas cuando por fin entraron huí a la segunda planta, pero estaba rodeada, en mi desesperación llegué a una cocina, atranqué la puerta y me fijé en un conducto que había para la basura, me dejé caer por él, era casi como un enorme tobogán, pero sucio bastante sucio y en la última parte del recorrido había algo que  no encajaba y hacía aquella construcción amorfa, un hierro sobresalía en la chapa y al pasar a la velocidad que iba este cortó mi brazo, a penas pude evitar el grito desgarrador a causa del dolor, finalmente caí de golpe en el contenedor de basura que tal vez por suerte estaba vacío y por lo contrario la hostia no fue amortiguada por nada, era bastante grande por lo que no sabía si en ese oscuro callejón en el que se encontraba el contenedor y por ende yo estaba vacío, lo único que vi fue la sangre brotar de mi brazo derecho y el enorme corte que me había hecho en este.

Llegué a casa, corriendo, sabiendo lo del fin del mundo, para avisar a mis hermanas, para ponerlas a salvo, para decirles que tengan cuidado, para protegerlas con mi vida si hiciera falta, y al entrar por la puerta, Katherine estaba abrazada a Isabella llorando, aún me acuerdo, que me mantuve fuerte, no derramé ni una lágrima, intentando convencer a Katherine de que no fue por culpa de ella, aún me acuerdo como la cogí casi a rastras, metiendola en el coche y llevándola al campamento donde esperaba que iba a estar segura, y me fui a por comida para ella, aún estoy buscando comida, aún, echándola de menos al máximo, y sin poder hacer nada, me derrumbaba, y lloraba aquellas noches, o incluso mañanas.

Ahora conducía a toda velocidad con mi mustang, atravesando casi sin darme cuenta toda la carretera y pasando de largo aquellos muertos, pasé por la parte de atrás de un edificio, recorriéndolo para ver si alguna parte estaba "limpia" efectivamente, la puerta trasera, paré el coche en seco, comenzando a derramar nuevamente mis lágrimas recorriendo mis mejillas, limpié mi cara, me miré al espejo del coche, tenía la cara llena de churretones del maquillaje. Salí del coche no tenía ningún arma para poder defenderme, tendría que ser a puñetazo limpio, se me daba bien, cerré el coche y guardé mis llaves en el bolsillo. Empujé aquella puerta, estaba bloqueada, y no podía pasar, de repente oí un golpe, miré a mi alrededor asustada, nunca podría saber que es, fue en el cubo de basura, me acerqué lentamente respirando hondo, asomé la cabeza ahí mismo, y había una chica, tenía sangre, no era de un mordisco, se había arañado con algo, tampoco parecía zombie, con cuidado volqué en cubo de basura vacío dejándolo apoyado con la parte abierta para que pudiera salir, me puse de cuclillas y le cogí el brazo contrario, mirando la herida del otro, no dije ni una palabra, no le hablé ni nade por el estilo.