Bromas del pasado [Ireth Haven]

27 de enero de 2016.
California.

Nací en California y siempre había tenido un gran feeling con aquel estado. Por lo que aunque me criase en Nueva York, cuando todo se vino a la mierda comencé a viajar de un lugar a otro, ya que estar en movimiento era la única forma de sobrevivir. Llevaba unos meses en California, de una ciudad a otra y en aquella ocasión me dirigía hacia una base militar, creyendo que encontraría algo. El coche me había dejado tirado seis kilómetros antes de llegar, por lo que el resto del camino tuve que hacerlo a pie. ¡Necesitaba un coche! Uno que no hubiera sido de una super mamá.

Era bastante temprano, si, no recordaba haberme levantado nunca tan pronto, solo ahora en estos tiempos de mierda, y nunca mejor dicho, toda la faz de la tierra estaba ya podrida, desde sus nuevos habitantes no muertos hasta lo demás, edificios abandonados, comida en mal estado, todo destrozado... No había dormido apenas mucho, ya habría tiempo para ello. Ya no quedaba nada y por lo que tenía entendido era siempre culpa nuestra, desde la contaminación hasta nuestra propia exterminación. - Tenía que haberme apuntado a Greenpeace antes... - me susurré con sarcasmo avanzando por la entrada de la base arrastrando un cadáver para poder abrir la puerta. Como siguiera mirando los gusanos que se arrastraban por su frente y se metían por poros abiertos de la piel acabaría vomitando hasta la primera papilla, pero es que tenía que apartarlo de la puerta si quería abrirla, ya que el tipo estaba justo ahí atrancándola. El cadáver tenía un tiro en la cabeza, así que sería parte de las hordas que murieron en un principio de la pandemia, toda una suerte para mi que me quitaran parte del trabajo sucio, solté el cadáver de mala gana y me sacudí las manos con cierto asco.

Había llegado hacía un par de horas a aquella base militar, amanecía, serían cerca de las siete de la madrugada o cosa así. Me había pasado la parte de la noche caminando de un lado a otro hasta que di con aquel lugar avallado con una alambrada bien alta, solo tuve que forzar uno de los candados de la puerta principal, había un muerto rondando a sus anchas con el que acabé y ya tuve el lugar para mi entero, no entraría por ahora al edificio principal, me olía demasiado a fiesta del día del orgullo zombie en su interior, mejor lo dejábamos para más tarde, pero si que me fui en la dirección de los garajes. Habían naves bastante grandes, con suerte me haría con uno de esos todoterrenos militares para moverme de un lado a otro en vez de ir a patita que ya empezaba a ser agotador. Lo malo sería poner al día esos vehículos, pero nada que se me pudiera escapar de las manos, tan solo necesitaría algo de tiempo.

Así que allí estaba yo ahora acercándome a la puerta de una de esas naves para abrirla, si, debí haber contribuido en el cuidado del medioambiente, ya sospechaba que Umbrella era una compañía de mierda capitalista, que contaminaba lo suyo y todas esas cosas, pero de ahí a pensar que la acabarían cagando de tal manera... Era su culpa y de la humanidad por ser tan ciegos o capullos, aún recordaba como hacía un par de meses antes del brote salió en las noticias la explosión que hubo en Raccoon City, un grupo aparentemente de bromistas ya alertó de que en realidad había sido culpa de Umbrella, mostraron grabaciones que enseñaban un pequeño apocalipsis zombie, pero rápidamente desacreditaron las grabaciones y todo quedó como una cruel broma, yo estaba del lado de los que creían que era una broma, cuando ocurrió lo de Nueva York supe la verdad y fue demasiado tarde para pararle los pies a la maldita compañía. Así que ahora solo quedaba apechugar.

Efectivamente di con uno de esos todoterrenos en el interior de la nave, pero no arrancó, así que apenas unos minutos más tarde ya estaba yo metido en el capó del vehículo revisando un poco el estado del vehículo, había levantado el capó y tenía dos destornilladores nuevos que me había encontrado por allí, me los quedaría, además de más material que me ayudaría a poner a punto al coche.

Apenas habían pasado dos días de su incidente con aquella monstruosidad de la ciudad. De solo recordar lo sucedido se tensaba. Cuando quiso regresar al lugar donde se había estado refugiando con Jason no le encontró. Y la mujer entró en pánico, ¿estaría bien? ¿y si había salido a buscarla? ¿dónde podría estar ahora? La médico no tardó en recordar que ambos deseaban acercarse a una antigua base militar a las afueras de la ciudad, entonces creyó que si se habían perdido lo más lógico sería seguir ese camino y tratar de encontrarlo allí. Aquel había sido el plan de ambos y ella debía seguirlo. La idea era encontrar más armas, munición... Estuvo más de doce horas caminando, con los problemas que eso conllevó. Tuvo que parar para esconderse, evitar zombies e incuso enfrentarse a alguno de ellos.

La noche anterior Ireth había tenido bastantes problemas para dormir, no dejaba de tener pesadillas con aquella criatura. Además, para más inri, su mente era tan retorcida que jugaba torturándola y añadiendo imágenes más descabelladas en las que Audrey estaba también de por media y por más que suplicara por su vida o la ayuda de su madre, Ireth era incapaz de socorrerla. O de Jason convertido en una de esas cosas. En un par de ocasiones la mujer se despertó entre gritos de pánico y terror.

Entre sudores fríos y un terrible malestar Ireth se puso en pie desde muy temprano. La mujer creyó que podría dar una vuelta por aquella base y esperar o puede que incluso Jason ya estuviera allí. Había llegado el día anterior y no tuvo mucha oportunidad de revisar el lugar. Tan solo de encerrarse en uno de los primeros despachos. Que previamente había revisado, y no había zombies, pero claro, no podía decir lo mismo del resto del lugar. Salió nada más amanecer, machete en mano, daría una vuelta y revisaría el lugar, seguiría el plan, al ser de día era mejor y con suerte él, se encontraría ya allí revisando los alrededores.

Ireth avanzaba por los pasillos con mucha cautela, su rostro inexpresivo podría denotar calma, pero en realidad estaba nerviosa y podría saltar a la más mínima provocación. Paso a paso y atenta a cualquier ruido que pudiera escuchar, la mujer se dirigió hacia uno de los dormitorios. Una sala enorme llena de literas y baúles militares, frunció los labios, aquello podría resultar sumamente interesante.

— ¡Bingo! — tal y como pensó, allí los militares habían guardado cosas muy interesantes que la mujer fue buscando y guardando en su mochila, todo iba bastante bien hasta que un chirrido metálico la hizo ponerse alerta. La mujer se aferró con fuerza al mango del machete y avanzó hasta una de las ventanas para darse cuenta de que no estaba sola. Allí había un hombre, en una de las naves y había abierto la puerta. Por un momento creyó que podría tratarse de Jason, pero no era él. Estaba segura de ello. ¿Qué se suponía que debía hacer? Sus ojos azules se fijaron en que dentro de aquella nave había vehículos y pensó en la posibilidad de conseguir uno. El hombre parecía estar revisándolos, pero también podrían ser otras 20.000 posibilidades totalmente diferentes, ya que Ireth quedaba bastante lejos del lugar. La rubia tomó una decisión arriesgada, se acercaría. Igual él podría ayudarla, tal vez hubiera visto a Jason.

Tal vez estuviera equivocada, tal vez fuera una pésima idea... pero no todos los días se topaba uno con alguien vivo. Decidió que tal vez pudiera dialogar con el hombre, ella tenía comida que podía compartir si la dejaba en paz y le echaba un cable. Puede que incluso mirase también alguno de los vehículos, para tratar de llevárselo, sería de gran ayuda.

Afortunadamente aquel lugar parecía tranquilo e Ireth solo tuvo que esquivar a un par de zombies, que se encontraban bastante lejos dentro del edificio. Salió sin problema al exterior y se acercó al hombre por detrás, accediendo a la nave poco a poco. — ¡Buenos días! — exclamó la mujer con bastante amabilidad, hacía mucho tiempo que no saludaba a alguien así y hasta a ella le resultó extraño.

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'¿Qué hay ahí?' :

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Había hecho esto millones de veces, al taller muchas veces nos traían vehículos que habían estado parados mucho tiempo y que ahora sus dueños querían poner en funcionamiento y no sabían que hacer, con este juguetito lo mejor, antes de arrancar sería comprobar que estaba todo en su sitio, lo principal sería revisar los niveles de agua, de aceite en el motor, energía de la batería, frenos... Todas esas cosas, eché un poco de agua y aceite que encontré por ahí y revisé algunas cosas con ayuda del destornillador que había encontrado, luego de eso di con las llaves pegadas en un panel, las guardé en el bolsillo y continué con mi tarea de mecánico, la verdad que era algo en lo que me podía pasar horas y horas, había gente que se las pasaba leyendo, yo jugando a los videojuegos o con coches, desde bien pequeño me había interesado por ellos.  No sabría decir a ciencia exacta cuanto tiempo estuve en el coche, pero ya parecía haber terminado de salir el sol, casi ni me había percatado de ello pues seguía igual de absorto en mi tarea tarareando alguna canción para entretenerme aún más. - Bueno, yo creo que esto ya está listo - me dije a mi mismo mientras me limpiaba las manos de grasa en la camiseta que al ser negra tampoco es que se notase demasiado, pero que de seguro que ya tendría más manchurrones por la cara y brazos, siempre me pasaba lo mismo, a lo mejor me pasaba las manos sucias por la frente y el rostro y luego acababa pareciendo un bicho.

Fui directo a cerrar el capó del coche con calma para no hacer demasiado ruido, aunque al final solté la tapa como si nada y cayó de golpe contra el coche causando cierto ruido, no fui capaz de distinguir más ruido que ese ni de oír los que venían de lejos. Me quedé contemplando el vehículo que tenía una fina capa de polvo, acumulada en todos estos meses en los que había estado allí abandonado el coche, podría limpiar los cristales con algo de agua había una pila al fondo... Y de la nada  surgió un "Buenos días" que me hizo saltar cual ninja mongolo hacia atrás. La sorpresa fue encontrarme con una mujer frente a mi, amable como tal vez no lo habría sido nadie en mi vida. Me quité al gorra automáticamente, como quien quería mostrar señal de respeto. Estaba anonadado, creyendo que aquello era producto de mi imaginación. Llevaba meses sin ver a nadie y la primera persona que veía parecía una modelo sacada del catálago de victoria secret. ¡Tío di algo!

- ¡Oye! - exclamé - casi... casi me peta la patata tía - añadí algo nervioso. - Si me hubieras avisado - miraba hacia un lateral del coche por tal de no mirar a sus ojos. Sí, estaba buena, muy buena, todo sea dicho. El caso es que me di cuenta de lo absurdo de mis palabras porque ella al fin y al cabo había saludado. - Disculpa... no me conozco el protocolo del apocalipsis zombie. ¿Cómo nos avisamos ahora para que no nos asustemos? Buenos días está bien - iba diciendo rápidamente. - Buenos días a ti también - arrugaba la gorra entre mis manos. - Soy Grey, ¿estás bien, necesitas algo? -

— ¡Eh, eh! — Ireth retrocedió de un segundo a otro al ver como él se giraba de aquella forma tan brusca. Sus ojos azules se clavaron en el hombre alzando ligeramente las manos en señal de que se tranquilizase y cuando le escuchó hablar la mujer comenzó a reirse a la vez que se cuerpo se relajaba notablemente. — Creo que quedamos en paz — su rostro seguía denotando diversión. — Pues... No estoy segura, tal vez un "Buenos días no soy un zombie" habría estado mejor — bromeó fijándose en el hombre mejor y en los restos de grasa de sus manos e incluso rostro. — Ah... Yo... — miró hacia atrás, era la primera vez en mucho tiempo que le preguntaban no solo si estaba bien, si necesitaba algo.

— Estaba buscando a alguien y pensé que igual tú... — Ireth dudó.¿Hasta qué punto podía confiar en aquel hombre? — ¿Lo estás arreglando? — señaló el coche y aunque había preguntado, más bien era una afirmación. Se acercó al coche también, por uno de los laterales, de tal forma que ella mantuviese las distancias con él. — Veo que le has cambiado el aceite y el agua... Las ruedas no parecen estar muy allá — Ireth se agachó para revisar los neumáticos. Los dibujos estabam bien, pero la forma y a juzgar por las líneas, todo parecía indicar que por dentro estarían comidos. — Han estado mucho tiempo paradas sin redtarle presión, si te fijas se han desformado — señaló. — Me gustaría uno de estos, ¿si te ayudo a ti con este me ayudas con el otro? — fue directa al grano, quería encontrar a Jason y lo haría mejor con un medio de transporte.

Ireth dejó en un lado del almacén su mochila, con mucho cuidado, ya que aún tenía moratones que dolían con prácticamente cualquier movimiento. La batalla contra aquella criatura había sido demencial y podían verse algunas secuelas en su rostro como un par de heridas o en sus manos, como más arañazos. La ropa de abrigo tapaba el resto y el gorro de lana tapaba la pequeña brecha en su frente. — ¿Me prestas uno? — señaló uno de los destornilladores que él llevaba. — Por cierto, yo soy Ireth — dijo amablemente. Aquel hombre parecía bastante agradable y si trabajaban juntos podrían ayudarse mutuamente. — Aquí deben haber neumáticos y alguna llave para cambiarlos... También necesitaremos un gato, revisaré el maletero — iba diciendo mientras se movía de un lado a otro, ya que aquel lugar parecía la zona en la que ponían al día los vehículos de la base. No se trataba de un taller con todos los útiles necesarios, pero les serviría para lo que querían.

Me quedé allí plantado como un árbol mirándola tan fijamente que me sentí hasta idiota, al menos más de lo habitual. - ¿A alguien? - enarqué una ceja negando rápidamente. Tío, menos cara de pan por favor. - Solo te he visto a ti - me eché a un lado cuando ella se acercó al coche, eso sí, sin dejar de mirarla fijamente, asombrado cuando comenzó a revisar el vehículo, mostrando que ella entendía de coches. - vaya... sí que sabes de lo que hablas - era de primero de mecánico saber lo de las ruedas, pero muy poca gente conocía aquello. Le entregué el destornillador y la seguía de cerca, mientras continuaba haciendo un lío con mi gorra.

- Oye, ¿estás bien? pareces cansada y además magullada... - suspiré. - ¿Puedo saber qué te ha pasado? - me rasqué la cabeza. - Claro, eso estaría genial - asentí varias veces refiriéndome al resto de coches. Allí había cuatro, así que podríamos elegirle otro a ella, el que estuviera mejor de esos tres, evidentemente... yo había llegado primero. No me iba a dejar encandilar por esos ojitos azules... o igual sí. Llévate todo lo que quieras Ireth.

- ¡Soy Grey! - exclamé tal vez más alto de la cuenta ya que pretendía acallar los pensamientos estúpidos de cavernícola solitario que comenzaban a rugir con fuerza en mi cabeza. Ay Ireth... llevo mucho tiempo solito y estoy muy salido.

- Claro, he visto neumáticos ahí atrás - respiré hondo. ¡Madre del amor hermoso! Que mal estamos. Me fui hacia la parte trasera de la nave, principalmente para buscar las ruedas, pero también para despejarme un poco porque se me estaba pirando la pinza demasiado. - No seas babas tío - me froté la frente, seguramente manchándome más. Localicé las ruedas nuevas, que estaban en buen estado y comencé a llevarlas de una en una hacia nuestro coche. - Mira Ireth, a este de aquí atrás sí le quitaron presión - me detuve antes de llegar observando uno de los coches del fondo, era como si con este supieran que lo iban a dejar tiempo sin arrancar y lo hubieran preparado. - En cuanto acabemos con este, le echamos un vistazo al otro, creo que no te lo he dicho, pero era mecánico - iba haciendo girar la rueda hasta llegar a la altura de ella. - Esta para adelante, ¿tienes el gato ya? - pregunté. Al concentrarme en el coche pude dejar de pensar en mis tonterías y que quería que la rubia fuera la madre de mis... ¡Eh, eh, eh, quieto! Si es que ni antes del apocalipsis había visto a alguien así, era condenadamente guapa. Quitando el factor del atractivo, también llevaba mucho tiempo solo, sin poder hablar con nadie. Resultaba agradable haber encontrado a alguien que en vez de gruñir respondiera a mis preguntas y no solo eso, que juntos pudiéramos poner al día aquellos coches. Si podía salir de allí con uno de ellos: ¡sería el mejor día de mi vida en el apocalipsis!

— Bonito nombre Grey — la mujer sonrió a la vez que le guiñaba un ojo. Ireth siempre había sido agradable con aquellas personas que le procuraban el mismo trato, por lo que en esta ocasión no iba a ser menos. Además de que aquel hombre le transmitía buenas vibraciones y eso la tranquilizaba. Se había topado con mucha gente durante el fin del mundo y no todos habían sido simpáticos, era algo que podía sentirse, sin más. — Mi tío era mecánico y aprendí bastante — comentó sin prestarle mucha importancia a aquel hecho.

Había estado ignorando un poco algunas de las preguntas de él, no deliberadamente, ya que estaba concentrada en el trabajo que él había hecho en el vehículo. Aunque realmente no le apetecía hablar mucho de ello.

— Hace un par de días que... me dieron una buena paliza, una de esas criaturas de Umbrella, seguro que sabes de lo que hablo — se apartó del coche y colocó ambas manos sobre sus caderas. — Casi no lo cuento, pero había más gente conmigo afortunadamente, espero que estén bien... — suspiró. — El caso es que yo viajaba con mi pareja y cuando volví a buscarle... ya no estaba, supongo que debió preocuparse por mi y ambos veníamos hacia aquí, cuando te vi en la lejanía pensé que... — terminó por encogerse de hombros. La mujer pareció preocupada, lo estaba realmente, nunca había estado tanto tiempo separada de Jason y eso le causaba gran preocupación.

— Estos días han sido complicados, la verdad, apenas he dormido y los golpes... irán a mejor, eso no es problema — ya tendría tiempo de descansar, ahora quería poner en marcha aquellos vehículos.

— ¡Sí, aquí está! — exclamó al rato, saliendo del interior del vehículo y alzando el pesado gato. Al tratarse de uno especial que levantase aquellos vehículos, este era más grande y robusto. — Eso es bueno, bastará con meterles presión, debe haber una máquina por ahí — la rubia se agachó delante de uno de los coches para colocar el gato. No era la primera vez que cambiaba unas ruedas, aunque sí con un vehículo como aquel, pero ella no era remilgada ni mucho menos, si había que trabajar y ensuciarse ella lo hacía. — Veamos, este tiene truco, se quita esto de aquí... ajá — iba diciendo en voz baja, para sí misma. Colocó aquel trasto rápidamente y se apartó para comenzar a hacer girar la palanca, había que hacer algo de fuerza, pero gracias a la estructura del gato no era tan difícil.

— ¿Y qué es de ti Grey, a parte de que eras mecánico? — mientras giraba la palanca Ireth se giró hacia él sonriendo levemente. Había sido una buena coincidencia, ya que ella tampoco entendía mucho más de lo básico y tenerle a él para poner al día aquellos vehículos era mucho mejor. — Yo era médico, por cierto — comentó mientras terminaba de dar las últimas vueltas. — Pero ahora no puedo recetarte nada, así que... — bromeó mientras se encogía de hombros. — ¿La llave?

- ¿Pareja? - ¡Abortar, abortar, abortar! Menos mal que ella estaba distraída con el coche, porque la cara que se me habría quedado tenía que estar graciosa. Pero era normal que alguien así no estuviera sola. - Sé de lo que hablas, yo también me he cruzado con unas cuantas - me obligué a concentrarme en sus palabras porque en un momento dado de su monólogo, sobre todo cuando mencionó a su pareja... me quedé atontado. Ojalá hubiera sido yo. Mi gozo en un pozo. Verla trabajar resultaba hipnotizador. Adoraba mi trabajo, la verdad, siempre me habían gustado los coches y ella era como... Negué rápidamente.

- Lo siento... quiero decir, siento eso... perder a alguien tiene que ser... y bueno, todos hemos perdido... - seguía arrugando la gorra entre mis manos. - Si quieres dormir un rato... yo vigilo - asentí rápidamente y luego negué. - No a ti, evidentemente, por si viene alguien, algo... lo que sea - ¡Cállate memo!

Decidí que lo mejor sería concentrarme en trabajar con el coche, así que le entregué la llave cuando me la pidió. Lo suyo sería comenzar a desmontar las ruedas y colocar las nuevas. Teníamos trabajo por delante. No era muy complejo, pero sí laborioso.

- Encima eres médico, eso sí que es genial - sonreí mientras observaba como iba aflojando las tuercas. Decidí levantarme y acercarme a por los neumáticos que habíamos visto para traer el que colocaríamos primero. - Déjame a mi - cuando hubo aflojado todos los tornillos dejé caer la rueda hacia un lado y posteriormente hice fuerza para coloar la nueva. - Apretar y repetir tres veces más - sonreí.

— Grey, ¿estás bien? — Ireth no pudo evitar sonreír, sin entender muy bien al hombre que de golpe se mostró algo nervioso. Parecía que no sabía muy bien lo que decía, le dio incluso la sensación de que sería por todo el tiempo que llevaba sin hablar con alguien. — Tranquilo Grey, primero vamos a trabajar en esto y luego ya se descansará — la rubia sonrió con amabilidad nuevamente. No le dio mucha importancia a lo que acababa de ocurrir y se dedicó a apretar las tuercas de las ruedas una vez que él las colocó.

— No es la primera vez que hago esto y lo prefiero a tener que pelearme con una de esas abominaciones de Umbrella... ¡Cambiaría todas las ruedas de esta maldita base antes de tener que volver a pelear con un bicho así! — se reía mientras hablaba. Se notaba a la rubia de mejor humor. Seguía muy preocupada por Jason, pero por lo menos poía desconectar un momento y nunca estaba de más una conversación agradable con alguien simpático.

Tal y como Grey había explicado, debían repetir el proceso tres veces más y a eso se dedicaron en los siguientes minutos, ella siempre bajo su superisión. Esperando a que procediera con su parte. Ireth aflojaba los tornillos y luego los volvía a apretar cuando él colocaba las ruedas. Cambiando una y otra vez el gato de sitio.

— ¿De dónde eras? — preguntó en un momento del trabajo. Ella cambiaba el gato de sitio para ir ahora a por la última rueda, entre los dos estaban tardando muy poco. — Yo vivía en Nueva York... — comentó en voz baja, ahora se la notó algo más apagada. El brote comenzó allí para expandirse al resto del mundo. No fue fácil.

- ¿Nueva York? - perplejo observé a la rubia. - ¡Yo también era de Nueva York! -exclamé como si fuera una pasada tener eso en común. - A ver, yo en realidad era de Los Ángeles, pero mis padres me hicieron ir a Nueva York... un lío, pero bueno, todo bien, bueno ahora, que en realidad no, es una mierda todo... - desvié la mirada al suelo y luego a ella otra vez. - ¿Lo pasaste muy mal? - comentaba mientras que realizaba mi parte del trabajo. Dejé caer la rueda y coloqué la nueva para que ella la atornillase.

- Voy a mirar la máquina de presión si funciona bien o qué... - la cosa era que el otro coche iba a necesitar un buen repaso ya que yo había elegido este porque a simple vista y pese al estado de las ruedas, era el que mejor pinta tenía.

La máquina funcionaba bien. Así que me acerqué al que iba a ser mi nueo coche para revisar la presión primero de las ruedas traseras y luego las delanteras, comprobar que estaba bien y añadirle o quitarle si era necesario. Estaba siendo como un día en mi antiguo taller, solo que en vez de tener a uno de los idiotas de mis amigos rondando por ahí, tenía a semejante bombón.

- Echaba de menos esto, trabajar en el taller, con los coches... me gustaba mucho - sonreí cuando acabé con las ruedas y me limpié el sudor de la frente, seguro que ensuciándome más aún de grasa.

— Con eso ya estaría todo — Ireth que estaba a un lado de él se rió al verle la cara llena de grasa. Tomó un pañuelo de tela que llevaba en el bolsillo y se acercó para limpiarle. — Anda déjame — lo humedeció con algo de agua de una botella y con cuidado limpió las manchas de su rostro.

— ¿Me ayudas con el otro? — sería gracioso que ahora Grey se pirase con su nuevo vehículo, pero algo le decía a Ireth que no iba a suceder eso. — ¿Revisas la presión de las ruedas? — señaló el otro vehículo y se acercó a por uno de los destornilladores que él llevaba, ya que se iba a poner a revisar el motor del otro coche.

— ¿Quedaba más aceite por ahí? — comentó mientras levantaba la tapa del capó. — A este bicho le va a hacer falta una buena puesta al día, lo bueno es que parece que lo pararon durante un tiempo y prepararon para ello, lo malo es que igual tiene algún fallo y esa es la razón de que lo detuvieran — se mordió el labio pensativa mientras observaba el interior del vehículo. — A simple vista... habrá que ponerlo a punto y arrancarlo, daré una vuelta para probar si le veo algo raro — iba explicando mientras desenroscaba la tapa del contenedor del aceite y sacaba la varilla para ver cómo estaba. — Seco — la volvió a colocar y se giró para buscar un bote nuevo.

Cuando se acercó a mi con el pañuelo en la mano me quedé completamente rígido, observando lo que ese ángel de ojos claros hacía.

- Gra-gracias - me obligué a mi mismo a reaccionar, quedando en el mismo lugar cuando Ireth ya se había marchado. - Uff... - suspiré. - ¡Coño! - exclamé cuando sin querer presioné el gatillo del aire y se escapó un buen chorro, provocando que hasta diera un pequeño bote en el sitio.

- Voy, voy, voy... - iba diciendo mientras estiraba de la manguera. - Esto no llega, así que voy a sacar el coche de delante y llevamos el otro hacia aquí - el vehículo arrancó a la perfección y caminó unos metros hasta prácticamente quedar fuera del hangar aprovechando la puerta abierta. Luego bajé y fui hacia el otro, quitándole el freno de mano. - Ayúdame a empujarlo un poco - era un vehículo muy pesado y que las ruedas no estuvieran bien no ayudó mucho tampoco pero no fue difícil acercarlo esos dos metros hasta que pudiera revisar la presión de las ruedas.

Tampoco tardé mucho en añadirle presión a las llantas y dejarlas perfectas. Las revisé por segunda vez, por si acaso, y todo parecía estar en su lugar.

- ¿Has acabado con eso? - estaba siendo una puesta a punto muy rápida. - ¿Probamos a ver qué tal va? - me acerqué a ella con un par de llaves que sostenían un llavero con la matrícula de ese coche y sonreí. - Todo tuyo.

— Está bien, veamos qué tal va — trabajar entre ambos había facilitado las cosas enormemente. Así que cuando Grey le entregó las llaves, la rubia fue de muy buen humor a probar el estado del vehículo. — Deséame suerte — sonrió cuando introducía la llave en el contacto. Su cara se mostró pensativa mientras hacía girar el contacto. Ese momento fue muy decisivo.

Silencio.

— Venga ya... no me jodas, vamos pequeño — volvió a intentarlo, pero el vehículo no hacía absolutamente nada por arrancar. — No hace contacto ni absolutamente nada... — frunció el ceño. — ¿La batería, algún fusible, motor de arranque...? — se bajó del coche y se acercó al capó. — Pueden ser muchas cosas — Ireth se mostró algo frustrada, ya que después del trabajo que habían hecho... aquello parecía una reparación muy difícil y sus conocimientos no iban mucho más allá... por otro lado Grey... No quería aprovecharse de él y desconocía si tendrían mucho tiempo o las herramientas apropiadas. Comenzaba a desanimarse bastante, con lo interesada que estaba en aquel vehículo, tanto a ella como a Jason les hubiera venido genial. Tenía que esperarlo. Claro que iría hasta allí, era lo que habían planeado y él estaría bien, no esperaba menos.

— ¿Qué crees que puede ser? — preguntó tras chasquear la lengua con fastidio. Entonces lo vio, un zombie cualquiera paseaba por una de las pistas, a lo lejos... lo seguía un segundo, un tercero, cuarto... Ireth sujetó a Grey de ambos brazos y tiró de él hacia el suelo para que se agachara tras el vehículo y que no los vieran. — Shhh... — se llevó un dedo a laos labios y se asomó un poco para ver mejor. Era un grupo mucho mayor, se adentraban en la base lentamente, no sabía desde donde, pues prácticamente el lugar entero estaba rodeado por una alambrada.

- ¿No hace contacto? - enarqué una ceja. Me acerqué al capó para mirar junto a ella y luego me volví al volante para probar yo también. El coche no hacía absolutamente nada. - Creo que había unos cables por ahí y pinzas, podemos probar a... - iba concentrado en localizar los cables, de hecho estaba hablando muy despacio mientras barría con la mirada el hangar, por eso no me percaté de lo que Ireth estaba viendo y de prácticamente nada hasta que...

- ¿Qué? - gracias al cielo que en ese momento ella parecía más concentrada en otra cosa, porque cuando me sujetó... Ya estaría con las mejillas como semáforo en rojo. La seguí sin decir nada, ni mucho menos rechistar. Podía llevarme donde quisiera y hacer lo que quisiera. Como si me robaba hasta la pelusilla de los bolsillos.

- Joder - me quejé cuando por fin entendí lo que estaba pasando. - Estamos jodidos - susurré. - Es un grupo grande y solo hay otra salida, como la taponen también no vamos a poder salir - y era cuestión de minutos que empezaran a adentrarse en el peopio hangar. Mi mandíbula se tensó. - ¿Confías en mi? - pregunté en un susurro. Mi cabeza me gritaba que debíamos largarnos, ya, pero ya, cagando leches, estábamos tardando. Podríamos atropellar con el coche a unos cuantos, pero si se agrupaban... No habría nada que hacer y cada vez estaban llegando más y más. - Recoge tus cosas y todo lo que quieras llevarte, lo siento, pero nos vamos - no había tiempo de mirar el otro coche, ahora lo primero era nuestras vidas y estando listo el mío... No quedaba de otra. - Vamos - aprovechando que parecían distraidos caminando por el lugar, me deslicé por un lateral del vehículo, en cuclillas hacia la puerta del conductor. Mis cosas estaban en la mesa de trabajo, estiré mi brazo para enganchar el petate, siempre con la mirada puesta en los zombies, como no lo alcanzaba me adelanté agarrando el asa y recogiendo mis herramientas. Volví hasta la puerta que había dejado abierta y subí esperando a Ireth. - Vamos - susurré en su dirección.

Uno de los zombies gruñó más fuerte, eso hizo que se me pusieran de corbata. Me había visto y comenzaba a acercarse. - ¡Joder vamos! - arranqué, ya daba exactamente igual la discreción, teníamos menos de 30 segundos.

Sigilo 3 + 1 = 4.
Percepción zombie 2 + 7 = 10.

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'Números' :

Resultados :

Cuando Ireths e fijó en el rostro de Grey palideció, ella estaba tratando de ser optimista, pero la situación no lo era, para nada. Ireth tragó saliva y asintió, confiaba en él, le había ayudado, no sabía hasta que punto, pero... — ¿Qué? — Fue lo primero que pensó cuando le dijo que se largaban y ella negó. No podía marcharse, no sin Jason, ¿qué iba a ser de él, dónde se iban a encontrar sino? La cabeza le daba vueltas, Grey recogía sus cosas, Ireth se había quedado petrificada. ¿Y el coche?

Negó rápidamente, tratando de tranquilizarse y sobre todo de no actuar como una estúpida. No podía hacer nada por el coche, lo primero ahora era su vida y salir de ese maldito hangar lo antes posible. Así que actuó rápido, se estiró para recoger su vieja mochila, avanzó con lentitud rodeando el vehículo de Grey para alcanzar la puerta del copiloto. Las manos le temblaban ligeramente. Respiró hondo y cuando escuchó el grito de Grey... no lo dudó, ya daba exactamente igual. Escuchó el rugido del motor, era la llamada perfecta para el resto de zombies que no se habían percatado de su presencia. Abrió la puerta de golpe y subió en el interior del vehículo prácticamente de un salto y cerrando de un portazo tras de si.

Los zombies ya los habían escuchado, el que iba en cabeza llegaba ya, seguido de otros tantos.

— ¡Por favor vámonos ya Grey! — exclamó ella mientras dejaba caer la mochila en el suelo y se abrochaba el cinturón. La suerte estaba echada, ella ya no podía hacer nada más, ahora le tocaba a su compañero. ¿Podría sacarlos de allí con vida?

— Espero que se te de bien conducir.

- ¡Pues claro que sí y además me encanta! - de hecho estaba en mi salsa. Fui soltando el embrague a la vez que aceleraba y salimos de allí lo más rápido posible. El jeep rugía y corría veloz por la pista hacia la salida de la base, evitando como podía a los zombies que estaban ya por allí. No había sido difícil dado que aún no habían llegado, de haber esperado medio minuto más... tal vez n lo hubiéramos contado, puesto que se habrían amontonado y hasta el coche podría haberse atascado.

Me mantenía en absoluto silencio, concentrado en el camino que tenía por delante, cuando salimos, dejando la alambrada atrás y nos incorporamos a la carretera, respiré por fin aliviado.

- Hay que alejarse, ya que estos seguirán ahora por donde nos han visto - así que Grey no paró en ningún momento, de hecho fue incrementando la velocidad poco a poco. Y siempre muy atento al asfalto, ya que en los últimos tiempos, el firme de las carreteras, la basura... podían ser grandes obstáculos a demás de provocar graves accidentes. - ¿Estás bien Ireth? - preguntó. - Ya puedes estar tranquila, les hemos djado atrás y esta fiera nos dará una gran ventaja - estaba deseando mirarla, pero ni tan siquiera eso se permitió desviar la mirada de la carretera.

— No puedo alejarme tanto... — soltó. — Para por favor... se suponía que... — Ireth se giró en el asiento para mirar hacia atrás, la base quedaba cada vez más y más lejos. Hacía apenas un minuto que quería salir de allí, que podría morir de no hacerlo, ¿pero y Jason? ¿Y si iba hacia aquel lugar y se topaba con todos esos zombies?

— Grey, lo siento mucho, pero le estaba esperando... si Jason llegase ahora... o incluso y si está allí ya, en el edificio principal, no podrá salir — Ireth se estaba agobiando por momentos al plantearse aquellos escenarios en su mente.

Por el momento parecía que habían dejado atrás a los zombies. ¿Pero avanzarían hasta donde estaban ellos? Entonces no podrían quedarse.

— ¿Te importa que nos quedemos por los alrededores? — le había incluido a él en la frase sin darse cuenta. Y es que no quería quedarse sola. Al escucharse Ireth dudó, pero dijo lo que le parecía la mejor opción.

— Lo siento, soy yo quien está esperando a Jason, por tanto... yo me quedo, tú eres libre de seguir tu camino obviamente — sonrió ligeramente mientras que volvía la mirada hacia el edificio en la lejanía. Allí, observaba como la horda de zombies comenzaba a alejarse de la base y iba en la dirección que habían tomado, en cierta manera le supuso un alivio, si Jason estaba por los alrededores, podría salir, pero ahora, era evidente que no se podía quedar. — Mierda — susurró.

DADO:

El miembro 'Ireth Haven' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Números' :

Resultados :

- Jason - claro, el novio. Se me había olvidado aquel "pequeño" detalle. Detuve rápidamente el vehículo, frenando paulatinamente y acto seguido observé el espejo retrovisor. - Vienen hacia aquí - desvié la mirada hacia ella. Los zombies estaban siguiéndonos y eso era un problema, no podríamos parar por mucho tiempo.

- Si nos quedamos aquí no tardarán en alcanzarnos Ireth - ¿qué era lo mejor que podíamos hacer? Sinceramente no quería dejarla sola, pero tampoco quería esperar al tal Jason. - Hagamos una cosa, nos marchamos, dirección la próxima ciudad, pueblo, lo que sea... dejaré que nos vayan siguiendo durante unos kilómetros y daremos la vuelta por otra carretera, te llevaré de vuelta a la base militar pero por otro acceso, esperaremos que así esté más despejada y podamos encontrar a Jason - la miré fijamente, era lo mejor que se me ocurría para no tener que quedarnos allí. Claro que no lo estaba engañando, la ayudaría a localizar a aquel tipo, aunque yo no quisiera. Esos pensamientos me hacían sentirme un poco sicópata. Pero llevaba tanto tiempo solo y ella me había caído tan simpática, que me ponía triste separarme de la única persona con vida que me había cruzado en meses. Pero la ayudaría aún así, aunque se fuera a marchar.

- Tengo que seguir Ireth, se están acercando - volví a mirar el espejo retrovisor y arranqué nuevamente para continuar con el plan que le había explicado. Aún no me había respondido, pero a mi parecer era la opción más sensata.