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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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¿Oyes las voces? #Chase Callen
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Abrí los ojos de golpe, con la respiración agitada y el corazón a mil por hora. Era tarde aún, muy tarde. Pero aquella pesadilla había sido realmente diferente a todas. Aquella pesadilla había ayudado a que recordase algo, aquella pesadilla...
— Mierda — mis manos temblaban ligeramente. Salí de la cama de un salto, en pijama, descalza, con el pelo despeinado... dio igual, solo había una persona que podría tratar de entenderme allí. Ni siquiera Anna estaba últimamente muy centrada.
Corrí por el pasillo, vestía un pantalón corto sencillo y camiseta de tirantes. Cuando llegué a la puerta de Callen e iba a llamar me quedé durante unos segundos quieta, sin tomar el paso. ¿Estaba segura de ello o se trataba de una locura? Tal vez no estaba bien, tal vez debiera ir al médico, tal vez estuviera pasando por efectos secundarios de la araña... no, llamé a la puerta.
— Callen, soy Bob — susurré a su puerta. Parecía mentira que aquel fuera el hombre al que casi mataba hacía unos meses atrás y ahora ahí estaba yo, buscando su ayuda a las tres de la mañana.
— Mierda — mis manos temblaban ligeramente. Salí de la cama de un salto, en pijama, descalza, con el pelo despeinado... dio igual, solo había una persona que podría tratar de entenderme allí. Ni siquiera Anna estaba últimamente muy centrada.
Corrí por el pasillo, vestía un pantalón corto sencillo y camiseta de tirantes. Cuando llegué a la puerta de Callen e iba a llamar me quedé durante unos segundos quieta, sin tomar el paso. ¿Estaba segura de ello o se trataba de una locura? Tal vez no estaba bien, tal vez debiera ir al médico, tal vez estuviera pasando por efectos secundarios de la araña... no, llamé a la puerta.
— Callen, soy Bob — susurré a su puerta. Parecía mentira que aquel fuera el hombre al que casi mataba hacía unos meses atrás y ahora ahí estaba yo, buscando su ayuda a las tres de la mañana.
No memories, no pain, no life...
Por lo general le costaba dormirse, tenía que estar muy cansado para poder conciliar el sueño, así que la mayoría de las noches se quedaba hasta tarde leyendo, entrenando... cualquier cosa de provecho más que mirar al techo y pensar en nada, porque no tenía apenas qué pensar. Aquella noche sin embargo fue diferente, logró dormir enseguida, la primera vez en mucho tiempo.
Así que cuando lo despertaron los golpes en la puerta se movió bruscamente, levantándose casi de un salto, no se esperaba aquello. Al abrir la puerta se sorprendió.
— ¿Qué hora es? — entrecerró los ojos a causa de la luz del pasillo que cegaron su visión durante un instante. Bob estaba en su puerta y parecía notablemente alterada. — Pasa... anda... — se frotó la cara con ambas manos y cerró tras la rubia, seguidamente soltó un largo bostezo mientras encendía una lámpara y trataba de espabilarse.
— ¿Pasa algo? — Callen se sentó en el borde de la cama y a punto estuvo hasta de tumbarse, porque para una vez que lograba descansar sin malos sueños, le habría gustado aprovecharlo. Pero algo le decía que no sería de buen gusto y que tampoco lo sería dormirse mientras ella le hablaba. — Por cierto, bonito pijama... — bromeó con un bostezo. Él vestía con un sencillo chándal de entrenamiento, de pantalón largo negro y camiseta de manga corta básica gris.
Así que cuando lo despertaron los golpes en la puerta se movió bruscamente, levantándose casi de un salto, no se esperaba aquello. Al abrir la puerta se sorprendió.
— ¿Qué hora es? — entrecerró los ojos a causa de la luz del pasillo que cegaron su visión durante un instante. Bob estaba en su puerta y parecía notablemente alterada. — Pasa... anda... — se frotó la cara con ambas manos y cerró tras la rubia, seguidamente soltó un largo bostezo mientras encendía una lámpara y trataba de espabilarse.
— ¿Pasa algo? — Callen se sentó en el borde de la cama y a punto estuvo hasta de tumbarse, porque para una vez que lograba descansar sin malos sueños, le habría gustado aprovecharlo. Pero algo le decía que no sería de buen gusto y que tampoco lo sería dormirse mientras ella le hablaba. — Por cierto, bonito pijama... — bromeó con un bostezo. Él vestía con un sencillo chándal de entrenamiento, de pantalón largo negro y camiseta de manga corta básica gris.
— Te puedo partir la nariz si quiero, pero sería descortés dado que me has dejado pasar... — respondí a lo del pijama mientras que enarcaba una ceja. Tomé asiento sobre la mesa que había delante de su cama, no sabía por dónde empezar.
— El otro día vi a un muchacho, lo olvidé... pero he soñado con él y estoy convencida de que era real, de que de verdad le vi y de que sigo olvidando cosas día tras días... no siento que esté mejorando ni recordando nada, ¿tú? — hice une breve pausa. — En el sueño él me llamaba por mi nombre, mi nombre real, pero yo no era capaz de escucharlo, pero sabía que me estaba llamando... es raro, es la cosa de los sueños, ya sabes, pero... — me encogí de hombros. — Tal vez debería hablar con los médicos — me rasqué la frente pensativa. Me sentía muy confusa con todo aquello.
— Igual no debí venir, yo pensé que... tú me podrías ayudar — o igual estaba siendo una auténtica locura y simplemente todo era producto de mi imaginación. Me giré hacia Callen y le miré con cierta pesadez, estaba cansada de aquello, de no saber quién diablos era, ni siquiera un nombre. Tal vez esa obsesión me estuviera pasando factura.
— El otro día vi a un muchacho, lo olvidé... pero he soñado con él y estoy convencida de que era real, de que de verdad le vi y de que sigo olvidando cosas día tras días... no siento que esté mejorando ni recordando nada, ¿tú? — hice une breve pausa. — En el sueño él me llamaba por mi nombre, mi nombre real, pero yo no era capaz de escucharlo, pero sabía que me estaba llamando... es raro, es la cosa de los sueños, ya sabes, pero... — me encogí de hombros. — Tal vez debería hablar con los médicos — me rasqué la frente pensativa. Me sentía muy confusa con todo aquello.
— Igual no debí venir, yo pensé que... tú me podrías ayudar — o igual estaba siendo una auténtica locura y simplemente todo era producto de mi imaginación. Me giré hacia Callen y le miré con cierta pesadez, estaba cansada de aquello, de no saber quién diablos era, ni siquiera un nombre. Tal vez esa obsesión me estuviera pasando factura.
No memories, no pain, no life...
— Como siempre tan amable... — Callen hizo rodar los ojos y finalmente optó por recostarse en la cama, A6 hablaba de algo a lo que fue incapaz de prestarle atención porque se estaba quedando dormido. Era muy tarde y Callen estaba cansado, en ese momento él despertó de un sobresalto.
— ¡La lámpara! — exclamó al ver la luz del techo. Chase se puso en pie sobre la cama para alcanzar a la lámpara. Escondidos allí había unas notas, nunca lo recordaba, pero era como si lo llamase cuando mas lo necesitaba. Como si algo le indicase que era de vital importancia. Se sentó de nuevo en la cama a la vez que comenzaba a estirar los papeles doblados.
— Esto es de lo que estabas hablando, ¿no? — cuestionó, alzando la mirada en su dirección. — Creo que esta nota es tuya — le entregó el papel. — Esta es la última que tengo: salimos de misión y te pasó algo, cuando regresamos a l base no recordabas absolutamente nada de ese día... — Chase pareció preocupado. — Esto es... — no supo qué decir. Algo le decía que no era la primera vez y ya estaba cansado de reaccionar a ello.
— ¡La lámpara! — exclamó al ver la luz del techo. Chase se puso en pie sobre la cama para alcanzar a la lámpara. Escondidos allí había unas notas, nunca lo recordaba, pero era como si lo llamase cuando mas lo necesitaba. Como si algo le indicase que era de vital importancia. Se sentó de nuevo en la cama a la vez que comenzaba a estirar los papeles doblados.
— Esto es de lo que estabas hablando, ¿no? — cuestionó, alzando la mirada en su dirección. — Creo que esta nota es tuya — le entregó el papel. — Esta es la última que tengo: salimos de misión y te pasó algo, cuando regresamos a l base no recordabas absolutamente nada de ese día... — Chase pareció preocupado. — Esto es... — no supo qué decir. Algo le decía que no era la primera vez y ya estaba cansado de reaccionar a ello.
— ¡Callen! — exclamé al ver como el hombre comenzaba a quedarse dormido y a punto estuve de irme. Empezaba a pensar que ir a buscarlo había sido un auténtico disparate y entonces... — ¿Lámpara? — cuestioné sin llegar a comprender absolutamente nada.
Las notas me pillaron por sorpresa más aún. Comencé a leerlas todas, dejando para la última la mía propia. Casi por temor. Bueno, casi no, tenía miedo de lo que pudiera encontrar. Las de Callen hablaban de sucesos extraños en la base, que le habían hecho olvidar, nuestra salida y poco más.
— ¿Jared? — alcé la mirada en la dirección de él, dejando caer la nota sobre la cama. Me levanté mientras paseaba por la habitación y llevaba mis manos a la cabeza. ¿Quién era Jared y por qué sentía ese vacío?
— Max, Max... — me giré de golpe a la vez que me llevaba ambas manos a mi rostro, al recordar ese nombre. — El chico era Max y le conocía, pero no logro recordar más, solo que quise hacerle daño... — respiré hondo. — No recuerdo nada de ese día Callen, ¿y si le hice daño? — me arrodillé delante de la cama a la vez que tapaba mis ojos, estaba a punto de romper a llorar, por más que me contuviera. Era... Un nudo en lo más hondo de mi pecho, oprimía y me hacía sentir que todo estaba mal, pero yo no era capaz de entender absolutamente nada.
Las notas me pillaron por sorpresa más aún. Comencé a leerlas todas, dejando para la última la mía propia. Casi por temor. Bueno, casi no, tenía miedo de lo que pudiera encontrar. Las de Callen hablaban de sucesos extraños en la base, que le habían hecho olvidar, nuestra salida y poco más.
— ¿Jared? — alcé la mirada en la dirección de él, dejando caer la nota sobre la cama. Me levanté mientras paseaba por la habitación y llevaba mis manos a la cabeza. ¿Quién era Jared y por qué sentía ese vacío?
— Max, Max... — me giré de golpe a la vez que me llevaba ambas manos a mi rostro, al recordar ese nombre. — El chico era Max y le conocía, pero no logro recordar más, solo que quise hacerle daño... — respiré hondo. — No recuerdo nada de ese día Callen, ¿y si le hice daño? — me arrodillé delante de la cama a la vez que tapaba mis ojos, estaba a punto de romper a llorar, por más que me contuviera. Era... Un nudo en lo más hondo de mi pecho, oprimía y me hacía sentir que todo estaba mal, pero yo no era capaz de entender absolutamente nada.
No memories, no pain, no life...
— Imagino que hemos vivido todo esto, pero... — se rascó una de las cejas. Mentalmente se sentía agotado, ¿cómo debían afrontar aquello? — Hay notas, que me explican cosas, pero... no consigo terminar de entenderlas, hablan de recuerdos, de actos que se supone que he vivido y sin embargo... — Callen recogió una nota que leyó en voz alta. — Día 9 de octubre, he soñado con Alicia — dejó caer la nota sin más. — ¿Quién es Alicia? — se encogió de hombros.
— ¿Quién es Jared? — la miró con curiosidad, obviamente no iba a saber quién era, al igual que Max. Todos eran recuerdos, recuerdos que se hacían absurdos al tratar de comprenderlos. Era imposible.
— El problema es que no podemos avanzar, olvidamos continuamente todo... — Callen miró a la mujer, muy pensativo. — No tomes esto como algo extraño — dijo mientras se quitaba la camiseta y la lanzaba a un lado. Se señaló el pecho, en concreto la araña de luz que descansaba en él. — Es esto Bob, debe de ser esto.
— ¿Quién es Jared? — la miró con curiosidad, obviamente no iba a saber quién era, al igual que Max. Todos eran recuerdos, recuerdos que se hacían absurdos al tratar de comprenderlos. Era imposible.
— El problema es que no podemos avanzar, olvidamos continuamente todo... — Callen miró a la mujer, muy pensativo. — No tomes esto como algo extraño — dijo mientras se quitaba la camiseta y la lanzaba a un lado. Se señaló el pecho, en concreto la araña de luz que descansaba en él. — Es esto Bob, debe de ser esto.
— ¡No! — me levanté de la cama de un salto. — No, pue... — estaba dudando de mis palabras, pero aquella propuesta... no podía ser y me negaba a ello. — Eso es lo que nos mantiene con vida Chase — me llevé una mano a la cabeza tratando de pensar con claridad en algo. ¿Y si no?
— ¿Por qué? — fue lo único que logré decir. Avancé de nuevo hasta la cama y tomé asiento a su lado. Jamás había podido ver tan de cerca la araña y completamente, dado que en mi siempre la veía desde arriba. La luz parpadeaba apenas, roja, las patas se hundían en la piel de forma atroz y... ahora no podía evitar dejar de pensar en todo aquello. ¿Era real? El primer recuerdo que tenía era de una sala blanca, me despertaban, me decían que todo iba a ir bien, que me habían salvado. Eso era agradable. Observé los papeles de nuevo en la cama, había otro más con mi letra: Adrian. Y como un fogonazo de luz... Un nombre, un nombre que resonó con furia en mi cabeza. Él me miraba feliz y entonces: un grito, era mío, y le hacía daño, alguien gritaba su nombre. Él me miraba sin entender, en una sala blanca y yo no llevaba la araña.
Mi cabeza daba vueltas.
— Quítamela — ordené. — Veamos qué ocurre — él estaba bajo mi mando, así que si alguien debía sacrificarse debía ser yo. ¿Ya no confiaba en Umbrella? El papel del nombre, lo sujeté y corrí hacia la mesa: apunté aquellos recuerdos y debajo: ¿Confío en Umbrella? Entonces me volví hacia Callen. — Esconde los papeles otra vez — apunté algo más, antes de guardarlos todos. Antes de que intentásemos lo de la araña, por lo que pudiera pasar.
— ¿Por qué? — fue lo único que logré decir. Avancé de nuevo hasta la cama y tomé asiento a su lado. Jamás había podido ver tan de cerca la araña y completamente, dado que en mi siempre la veía desde arriba. La luz parpadeaba apenas, roja, las patas se hundían en la piel de forma atroz y... ahora no podía evitar dejar de pensar en todo aquello. ¿Era real? El primer recuerdo que tenía era de una sala blanca, me despertaban, me decían que todo iba a ir bien, que me habían salvado. Eso era agradable. Observé los papeles de nuevo en la cama, había otro más con mi letra: Adrian. Y como un fogonazo de luz... Un nombre, un nombre que resonó con furia en mi cabeza. Él me miraba feliz y entonces: un grito, era mío, y le hacía daño, alguien gritaba su nombre. Él me miraba sin entender, en una sala blanca y yo no llevaba la araña.
Mi cabeza daba vueltas.
— Quítamela — ordené. — Veamos qué ocurre — él estaba bajo mi mando, así que si alguien debía sacrificarse debía ser yo. ¿Ya no confiaba en Umbrella? El papel del nombre, lo sujeté y corrí hacia la mesa: apunté aquellos recuerdos y debajo: ¿Confío en Umbrella? Entonces me volví hacia Callen. — Esconde los papeles otra vez — apunté algo más, antes de guardarlos todos. Antes de que intentásemos lo de la araña, por lo que pudiera pasar.
No memories, no pain, no life...
— Bueno, bueno, bueno... — Callen se levantó de golpe de la cama. Ahora parecía muy despierto, a la vez que alzaba las manos y negaba varias veces muy ávidamente. — ¿Te has vuelto loca? — cuestionó con notable frustración. — Podrías morir, es lo que nos mantiene con vida — señaló la araña en su pecho y dio una vuelta por la habitación, al mismo tiempo que sus pensamientos fluían, se sentía bastante alterado y confuso. ¿Y si tenía razón? Podía tratarse de la causante de todos sus males, podría ser lo que los estaba manteniendo allí, atados a una falsa vida sin recuerdos, a Umbrella.
— Me la quitaré yo — añadió al final. — Pero tenemos que hacerlo fuera de Umbrella, si tenemos razón... sería un problema — Callen escondió los documentos en la lámpara del techo tal y como le había pedido ella.
— Me la quitaré yo — añadió al final. — Pero tenemos que hacerlo fuera de Umbrella, si tenemos razón... sería un problema — Callen escondió los documentos en la lámpara del techo tal y como le había pedido ella.
— ¡¿Pero qué...?! — Callen no fue el único en ponerse en pie, yo también hice lo mismo y me acerqué a su altura. — ¿Eres bipolar? — pregunté con todo el sarcasmo del mundo cuando el hombre pasó de creer que quitarse la araña lo mataría, a querer ser el conejillo de indias.
— Espera... — empecé a decir a la vez que me giraba y volvía hasta él. — Te da igual morir — no fue una pregunta, fue un hecho que dije en voz alta sin la menor duda posible. Mi rostro cambió, al igual que mis movimientos. Aquello me había pillado de imprevisto y hasta me había dejado en shock. Bastante más sorprendida de lo que creería.
— Creo que... — empecé a decir mientras me estiraba, a la vez que avanzaba hacia el extremo de la habitación y tomaba asiento sobre el escritorio. — ...necesitamos ayuda con esta historia — tras el comentario de él, tomaba ahora esto mucho más enserio. Necesitábamos hacer las cosas con seguridad y salir por ahí y quitarse la araña sin más no era seguro. Necesitaban contar con un médico o científico cerca de ellos cuando fueran a hacerlo. Alguien que pudiese controlar su "pequeño experimento" sin asumir demasiadas consecuencias.
— Y lo echaremos a suertes...
Alcé una ceja a la vez que enseñaba mi mano y la escondía detrás de mi espalda. Podría parecer una broma, pero no lo era, para nada que no.
— Espera... — empecé a decir a la vez que me giraba y volvía hasta él. — Te da igual morir — no fue una pregunta, fue un hecho que dije en voz alta sin la menor duda posible. Mi rostro cambió, al igual que mis movimientos. Aquello me había pillado de imprevisto y hasta me había dejado en shock. Bastante más sorprendida de lo que creería.
— Creo que... — empecé a decir mientras me estiraba, a la vez que avanzaba hacia el extremo de la habitación y tomaba asiento sobre el escritorio. — ...necesitamos ayuda con esta historia — tras el comentario de él, tomaba ahora esto mucho más enserio. Necesitábamos hacer las cosas con seguridad y salir por ahí y quitarse la araña sin más no era seguro. Necesitaban contar con un médico o científico cerca de ellos cuando fueran a hacerlo. Alguien que pudiese controlar su "pequeño experimento" sin asumir demasiadas consecuencias.
— Y lo echaremos a suertes...
Alcé una ceja a la vez que enseñaba mi mano y la escondía detrás de mi espalda. Podría parecer una broma, pero no lo era, para nada que no.
- Número aleatorio (0,10) : 6
No memories, no pain, no life...
— Te ríes de mi, ¿verdad? — soltó nada más ver como la rubia escondía su mano tras la espalda. — Es eso, me tomas el pelo... — negó lentamente, incluso se echó a reír. Pero ella se mostraba muy seria y tranquila.
— Venga ya... — con un suspiro llevó la mano tras su espalda. — Una, dos, tres... — la sacó rápidamente y observó con calma ambas manos. — ¿Cuándo tenemos la próxima salida? — preguntó.
— Venga ya... — con un suspiro llevó la mano tras su espalda. — Una, dos, tres... — la sacó rápidamente y observó con calma ambas manos. — ¿Cuándo tenemos la próxima salida? — preguntó.
- Número aleatorio (0,10) : 8
— ¡Mierda! — exclamé al ver que me había ganado. Me giré alzando ambas manos hasta mi cabeza, ligeramente molesta. — No lo sé, porque últimamente no dejan de asignarnos a más gente a las misiones, tenemos que esperar a que podamos salir los dos solos — me rasqué una ceja y me giré hacia él de nuevo.
— Y lo más importante, ¿cómo vamos a recordar todo esto? Cada vez que nos vamos a dormir nos ponen el kilometraje en cero — solté con ironía. Y de golpe se me ocurrió algo...
— Mi uniforme del hangar, dejaré una nota en mis botas, sin que se den cuenta, cada vez que me las ponga la veré... haz lo mismo — me hice con dos papeles para apuntar las instrucciones. — Joder, esto es surrealista... ¿y si estamos perdiendo la cabeza? — tras escribir aquellas notas, las guardé en el bolsillo de mi pantalón.
— Nos vemos mañana, tenemos que salir con los UBCS... — hice una mueca de fastidio al pensar en Sylvia Weis. — Creo que conocía de antes a su líder... — expliqué. — Bueno, da igual, nos vemos mañana — negué mientras que salía de la habitación. — Hasta mañana — dije antes de cerrar la puerta tras de mi.
— Y lo más importante, ¿cómo vamos a recordar todo esto? Cada vez que nos vamos a dormir nos ponen el kilometraje en cero — solté con ironía. Y de golpe se me ocurrió algo...
— Mi uniforme del hangar, dejaré una nota en mis botas, sin que se den cuenta, cada vez que me las ponga la veré... haz lo mismo — me hice con dos papeles para apuntar las instrucciones. — Joder, esto es surrealista... ¿y si estamos perdiendo la cabeza? — tras escribir aquellas notas, las guardé en el bolsillo de mi pantalón.
— Nos vemos mañana, tenemos que salir con los UBCS... — hice una mueca de fastidio al pensar en Sylvia Weis. — Creo que conocía de antes a su líder... — expliqué. — Bueno, da igual, nos vemos mañana — negué mientras que salía de la habitación. — Hasta mañana — dije antes de cerrar la puerta tras de mi.
No memories, no pain, no life...
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