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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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A media noche || Matthew
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10 de diciembre de 2015
Frontera de Utah con Idaho
Frontera de Utah con Idaho
No se escuchaba absolutamente nada, era el sonido, el aroma y la oscuridad de la noche. La escasa luz de la luna era tapada por nubes enormes y oscuras, era aquella una de esas malditas noches cerradas. Y yo no tuve mejor momento para acabar por allí tirada, lejos de el refugio y las chicas. Me había alejado tanto... Primero, había logrado utilizar un coche abandonado, la carrocería estaba oxidada y aunque parecía que llevase siglos sin arrancar conseguí hacerlo. Debí no alejarme tanto, pues cuando me dejó tirada en aquel sitio ya casi anochecía y para colmo no sabría decir el punto exacto de mi ubicación.
Caminaba por la carretera como alma en pena, la chaqueta que había sacado de Arcadia me estaba grande, pero esto era lo mejor de todo, ya que lograba mantener el frío alejado de mi. Con la linterna en mano caminaba iluminando mis pasos, sin llegar a estar segura de hacia donde me dirigía. Temía caerme y darme de bruces contra el suelo o que una de esas cosas me encontrara antes. Respiré hondo cuando lo vi. Era una luz que parpadeaba con fuerza. En la lejanía entre tanta oscuridad.
¿Qué podría ser aquello?,con tanta falta de luz apenas era capaz de distinguir nada. Tal vez hubiera allí una casa a la que pode dirigirme, alguien que me pudiera ayudar en aquella noche tan estúpida y es que me sentía así, como una idiota que había metido la pata hasta el fondo. Estirando de las mangas de la chaqueta, me apresuré por seguir con mi camino, dandole vueltas en mi cabeza a aquello que estaba viendo. Tal vez en vez de acercarme más y más debería alejarme. ¿Quien me decía a mi que no me estaba dirigiendo hacia la boca del lobo?
Conforme me acercaba más y más, pude distinguir las formas de lo que aprecía ser un antiguo edificio, pero no uno cualquiera, se trataba de una capilla. Estaba descuidada y el campanario parecía que se iba a caer en cualquier momento. La luz procedía de una de las ventanas, a la que me fui acercando con cautela. Coloqué ambas manos en el marco y me asomé con cuidado. El interior de la capilla estaba lleno de velas, había un altar aún más iluminado, pero lo cubrían sábanas, también había algo en las paredes. Eran pintadas, frases, la mayoría sin sentido alguno: "Veo tu rojo, escucho tu rojo", "Él nos ha castigado, ya no hay solución", "Nunca más", "El pecado ya está hecho", "El impuro será ofrecido", "Él perdonará nuestros pcados si contribuímos en su juicio"... Mil una frases y simbolos dibujados en las paredes de aquella capilla, todos escritos con algo que parecía sangre.
Y aquel era el momento en el que debía huir. Aquella no era la boca del lobo, era algo peor. Iba a retroceder para marcharme, cuando un rostro se asomó por la ventana desde el interior. Me miró fijamente a través del cristal, con los ojos abiertos de par en par. El corazón me dio un vuelco en el interior del pecho. La cara de aquel tipo se mostró furiosa, sus ojos se clavaron en los míos y entonces sus facciones se estiraron en una sonrisa muy macabra. Retrocedí sorprendida, con una mezcla llena de sorpresa, temor y nerviosismo. La carcajada resonó con fuerza desde el interior y cuando pude reaccionar fue tarde. Al volverme había otro hombre allí de pie, de rasgos similares a los del primero, con la misma pinta de lunáticos. Y antes de que pudiera reaccionar de alguna otra forma, me golpeó en plena cara.
La cabeza me daba vueltas, era capaz de distinguir voces a mi alrededor, un sonido metálico que no podía describir, mi visión era borrosa, sentía mi cuerpo pegajoso a causa del sudor, la sangre brotaba de mi frente por culpa del golpe y perjudicaba mi visión. Traté de limpiarme, pero una mano me sujetó con fuerza. Me llevaban casi a rastras, sentía el movimiento a mi alrededor y todo me daba vueltas. Tenía ganas de vomitar a causa de aquel mareo y entonces todo se esfumó. Cuando por fin volví a abrir los ojos sentía de nuevo aquel mareo, pero al menos ahora era capaz de ver mejor. Sí, mi visión se había recuperado y todo estaba mejor. En lo que podía. Mi cuerpo parecía pesar más de lo normal. El frío me invadía. Dos cadenas colgaban del techo hasta acabar esposadas en mis muñecas. El agua me llegaba por la cintura, aquel parecía un sótano, uno viejo y descuidado. Las velas cubrían cada centímetro de la estancia. Aquellas frases cubrían las paredes, pero allí eran aún peores. "El infierno en el que vivimos", "Él nos perdonará si continuamos su plan"... Un grito agónico salió de mi garganta mientras que luchaba por zafarme de aquellas cadenas. La próxima vez haría caso a mi intuición...
Me habían quitado mis armas, la chaqueta, todo, una fina camiseta de tirantes y los vaqueros eran lo único que cubría mi cuerpo, incluso aunque no podía ver mis pies, pues el agua llegaba hasta mi cintura. Fui capaz de distinguir que hasta me habían quitado las botas. El pelo me caía en la cara y no era capaz de ver apenas mucho más, además de que aún me sentía desorientada por culpa del golpe. Moví la cabeza bruscamente para apartarme el pelo y al hacerlo, me asusté tratando de retroceder. Un cuerpo yacía boca abajo, colgado justo en frente de mi. Era imposible ver o más bien saber si había sido hombre o mujer, las heridas y cortes cubrían toda su piel. Mi cabeza seguía dando vueltas, no había que ser muy avispado para saber que si no hacía algo acabaría igual, pero me sentía aún aturdida. Grité llena de rabia a la vez que estiraba de mis brazos y trataba de incorporarme, para recobrar fuerzas. Aquellos lunáticos se habían montado su propia secta particular y yo sería parte de uno de esa especie de sacrificios que creían hacer a Dios por su perdón. Respiré hondo y miré hacia las cadenas que me sujetaban, estirando con fuerza de ellas, para tratar de soltarme, pero así no conseguiría nada, debía pensar en otra cosa o aquel sería el último capítulo de mi vida.
- :
Había salido temprano con sus armas solamente, no eran muchas pero al menos ahora tenía un chaleco antibalas, aunque era ligero, servía bastante. Atmitia que eso podía hacer a uno menos sigiloso pero en las compaña con el ejército había aprendido a moverse con chalecos más pesados que ese y a demás llenos de municiones. Cosa que no tenía ese día, así que tenía que tratar de matenerse lo más alejado de problemas posibles. El se había ofrecido como voluntario en una expedición de varios días. No solo porque era su costumbre salir, sino porque necesitaba unos días lejos de Ashley para saber si de verdad quería quedarse allí con ella.
Había hechado una última mirada a los ojos de aquella mujer antes de irse, de alguna manera eso le había recordado al pasado cuando tenía alguna misión en el ejercito y tenía que despedirse de ella por algún tiempo, claro que en ese entonces el no tenía idea que ella trabajaba para umbrella y que quizás tenía que ver con toda esa mierda que había pasado en el mundo. Odiaba tener ese resentimiento clavado en el pecho porque también la había querido mucho y ahora se debatía si de verdad podía confiar en ella o se trataba de una falsante y nada más.
El convoy partió con dos camionetas y el en su motocicleta enduro, la idea era no solo recolectar alimentos y comida. Sino encontrar más sobrevivientes o al menos era su propia misión, una parte de él siempre sería un soldado que se preocuparía por las personas. Así que si tenía oportunidad de ayudar a alguien siempre lo hacía. Siempre se decía a sí mismo que era mejor dejar de preocuparse por los demás y que debería solo preocuparse por el, pero en los últimos meses siempre había visto ayudando a lo demás.
Llevaban unos tres días de viaje cuando se cruzaron con un campamento. Al principio habían creído que estaba abandonado pero luego ha Ian visto personas. Se dedicaron a obcervar sin ser notados. Pero cuando escucharon gritos la mayoría quiso marcharse. Pero Matt les dijo que se quedaría para tratar de averiguar que estaba pasando. Tenía que planear como entrar, aunque los gritos habían cesado mucho antes que el pudiera hacer algo. Así que se quedó cerca y cuando notó a una mujer acercarse quiso advertirle pero estaba muy lejos como para llegar primero.
-Mierda- se dijo a sí mismo cuando vio que la arrastraban dentro de la iglesia. Había visto a unos cuatro hombres pero no sabía cuántos estaban adentro y el solo tenía veinte balas, definitivamente eso iba a ser un problema para el. Debería haberse marchado con el resto del convoy pero no, allí estaba el pensando cómo salvar a una mujer desconocida. Espero que pasara un rato, era de noche y probablemente la mayoría estaría durmiendo, así que se podría aprovechar eso a su favor, si es que se movía bien.
La noche era procura pero decidió no usar nada para iluminar, se movía despacio hasta llegar a la iglesia y se escondió para poder mirar por la ventana. En cuanto vio lo que decía quiso volver a insultar, definitivamente prefería a los carroñeros, porque los fanáticos estaban completamente locos. Volvió a esconderse y se odio por no tener silenciador. Alguien salió de la iglesia y se metió detrás de unos arbustos, la oscuridad y su traje camuflado le ayudaron a no ser visto, necesitaba mantener el anonimato el mayor tiempo posible.
Aprovecho para entrar en la iglesia que parecía ser no ser la gran cosa pero habían metido a la mujer allí, así que tenía que estar en algún lado ¿No? Con la Beretta en la malo comenzó a caminar hasta encontrar una puerta de daba abajo. Esta vez se vio obligado a sacar la linterna porque la vista hacia abajo era imposible así que bajo lentamente hasta llegar un corredor, fue allí donde escucho los gritos, al menos eso era más fácil, ahora sabía donde tenía que ir. Unas voces de escucharon venir y el apagó la linterna para esconderse tras un muro. Las voces masculinas hablaban de redención y de sacrificio, de verdad odiaba a lo fanáticos.
A medida que iba moviendose más difícil le parecía salir de allí con la mujer. Algunas personas salieron de una habitación llena de velas, quizás allí estaba el sacrificio. Llevaban algunas cosas y el decidió no volvió a prender la linterna, en cambio se movió muy lentamente hasta abrir la puerta -oye...- murmuró entrando a la habitación y trancandola por dentro -voy a sacarte de aquí- había agua en el suelo y parecía que el piso se hundía a medida que ella estaba allí. La vio colgada y a otro cadáver más, supuso que eran los gritos que habían escuchado al llegar. Guardo la Beretta en la pistolera y se encaminó hasta ella -no te vi llegar al pueblo, estaba escondido y para cuándo te vi ya te tenía - quería que entendieran que no era uno de esos fanáticos
Había hechado una última mirada a los ojos de aquella mujer antes de irse, de alguna manera eso le había recordado al pasado cuando tenía alguna misión en el ejercito y tenía que despedirse de ella por algún tiempo, claro que en ese entonces el no tenía idea que ella trabajaba para umbrella y que quizás tenía que ver con toda esa mierda que había pasado en el mundo. Odiaba tener ese resentimiento clavado en el pecho porque también la había querido mucho y ahora se debatía si de verdad podía confiar en ella o se trataba de una falsante y nada más.
El convoy partió con dos camionetas y el en su motocicleta enduro, la idea era no solo recolectar alimentos y comida. Sino encontrar más sobrevivientes o al menos era su propia misión, una parte de él siempre sería un soldado que se preocuparía por las personas. Así que si tenía oportunidad de ayudar a alguien siempre lo hacía. Siempre se decía a sí mismo que era mejor dejar de preocuparse por los demás y que debería solo preocuparse por el, pero en los últimos meses siempre había visto ayudando a lo demás.
Llevaban unos tres días de viaje cuando se cruzaron con un campamento. Al principio habían creído que estaba abandonado pero luego ha Ian visto personas. Se dedicaron a obcervar sin ser notados. Pero cuando escucharon gritos la mayoría quiso marcharse. Pero Matt les dijo que se quedaría para tratar de averiguar que estaba pasando. Tenía que planear como entrar, aunque los gritos habían cesado mucho antes que el pudiera hacer algo. Así que se quedó cerca y cuando notó a una mujer acercarse quiso advertirle pero estaba muy lejos como para llegar primero.
-Mierda- se dijo a sí mismo cuando vio que la arrastraban dentro de la iglesia. Había visto a unos cuatro hombres pero no sabía cuántos estaban adentro y el solo tenía veinte balas, definitivamente eso iba a ser un problema para el. Debería haberse marchado con el resto del convoy pero no, allí estaba el pensando cómo salvar a una mujer desconocida. Espero que pasara un rato, era de noche y probablemente la mayoría estaría durmiendo, así que se podría aprovechar eso a su favor, si es que se movía bien.
La noche era procura pero decidió no usar nada para iluminar, se movía despacio hasta llegar a la iglesia y se escondió para poder mirar por la ventana. En cuanto vio lo que decía quiso volver a insultar, definitivamente prefería a los carroñeros, porque los fanáticos estaban completamente locos. Volvió a esconderse y se odio por no tener silenciador. Alguien salió de la iglesia y se metió detrás de unos arbustos, la oscuridad y su traje camuflado le ayudaron a no ser visto, necesitaba mantener el anonimato el mayor tiempo posible.
Aprovecho para entrar en la iglesia que parecía ser no ser la gran cosa pero habían metido a la mujer allí, así que tenía que estar en algún lado ¿No? Con la Beretta en la malo comenzó a caminar hasta encontrar una puerta de daba abajo. Esta vez se vio obligado a sacar la linterna porque la vista hacia abajo era imposible así que bajo lentamente hasta llegar un corredor, fue allí donde escucho los gritos, al menos eso era más fácil, ahora sabía donde tenía que ir. Unas voces de escucharon venir y el apagó la linterna para esconderse tras un muro. Las voces masculinas hablaban de redención y de sacrificio, de verdad odiaba a lo fanáticos.
A medida que iba moviendose más difícil le parecía salir de allí con la mujer. Algunas personas salieron de una habitación llena de velas, quizás allí estaba el sacrificio. Llevaban algunas cosas y el decidió no volvió a prender la linterna, en cambio se movió muy lentamente hasta abrir la puerta -oye...- murmuró entrando a la habitación y trancandola por dentro -voy a sacarte de aquí- había agua en el suelo y parecía que el piso se hundía a medida que ella estaba allí. La vio colgada y a otro cadáver más, supuso que eran los gritos que habían escuchado al llegar. Guardo la Beretta en la pistolera y se encaminó hasta ella -no te vi llegar al pueblo, estaba escondido y para cuándo te vi ya te tenía - quería que entendieran que no era uno de esos fanáticos
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Aquel no parecía más que el inicio de una de esas películas malas de terror. Una de esas que eran bien aburridas y la protagonista iba correteando por ahí con una sencilla camiseta de tirantes, como la mía, pero sin sujetador, en eso yo iba al menos aventajada... Me obligué a mi misma a concentrarme y no desvariar, la cabeza aún me daba vueltas y sentía mi cuerpo tan pesado que las muñecas no tardaron en empezar a dolerme a causa de aquellas cadenas. Respiré hondo y miré a mi alrededor tratando de ver que podía hacer. Aquel lugar era horrible y sin mis armas no iba a poder hacer gran cosa.
A su vez me sentía terriblemente estúpida por haberme dejado capturar de aquella forma tan ridícula, si lograba salir con vida de aquel lugar ahora tendría más cuidado, trataría de estar siempre alerta. Allí no bajaba nadie, por más que alzase la voz, y por ello dejé de hacerlo. Aunque en un principio fuera más porque había decidido seguir otros planes.
Trataría de escapar de aquel lugar y con vida. ¿Y luego la gente me decía que era demasiado arisca con los supervivientes que acababa de conocer? después de esto parecía ser que no lo suficiente. Las dos cadenas que rodeaban mis muñecas acababan en unas sencillas esposas. A su vez las dos cadenas estaban sujetas en una especie de gancho anclado al techo. Primero traté de liberarme con la mano derecha, tal vez podría pasar la mano a través de la esposa si flexionaba el pulgar correctamente hacia el interior, pero no, antes lograría dislocarme la muñeca. Decidí probar con la mano izquierda y con esta tuve algo más de suerte, podía ver como lograba sacarla algo más, respiré hondo, al llegar a la parte del pulgar comencé a sentir más dolor. Sin embargo fui capaz, con un estirón más liberar mi izquierda. Caí al suelo, la cadena se deslizó por el gancho hasta finalmente liberarse y caer sobre mi. Me había hecho algo de sangre en la mano, una raspadura en la parte del pulgar, pero por lo demás ambas manos estaban bien y eso me hizo preguntarme si es que esa esposa estaba más floja o por el contrario si mi mano izquierda era algo más pequeña.
Me encogí de hombros y me puse en pie, me había mojado entera por culpa de la caída. Distinguía varias marcas rojizas en mis manos a causa del esfuerzo. Cuando quise alzar la mirada mis ojos se toparon con los de otra persona, un hombre que pasaba al interior de la estancia. No pude evitar ponerme a la defensiva, pero al ver sus movimientos y como trataba de no hacer ruido, eso me hizo detenerme para prestar atención a lo que decía.
- ¿Sabes qué es todo esto o si tienen más gente aquí, secuestrada? - la otra esposa seguía atada a mi muñeca derecha, así que recogí la cadena y la sujeté también con la otra mano. No dudaría en usarla como arma improvisada si era necesario. - Me han quitado mis armas - añadí. Quería recuperarlas. Avancé con cuidado por el agua, resultaba muy costoso avanzar.
¿Estaba segura de que podía confiar en aquel hombre? ¿De que no se trataba de una trampa? Ya había visto que podían ser bastante retorcidos, por lo que no podía evitar tener mis dudas, así que iría con mucho cuidado. - ¿Sabes dónde las pueden tener? - me acerqué a la puerta y la abrí apenas un poco, con gran esfuerzo por culpa del agua. Me asomé para ver un largo pasillo que parecía adentrarse en el interior de aquel lugar, con más habitaciones y al otro lado unas escaleras que ascendían.
A su vez me sentía terriblemente estúpida por haberme dejado capturar de aquella forma tan ridícula, si lograba salir con vida de aquel lugar ahora tendría más cuidado, trataría de estar siempre alerta. Allí no bajaba nadie, por más que alzase la voz, y por ello dejé de hacerlo. Aunque en un principio fuera más porque había decidido seguir otros planes.
Trataría de escapar de aquel lugar y con vida. ¿Y luego la gente me decía que era demasiado arisca con los supervivientes que acababa de conocer? después de esto parecía ser que no lo suficiente. Las dos cadenas que rodeaban mis muñecas acababan en unas sencillas esposas. A su vez las dos cadenas estaban sujetas en una especie de gancho anclado al techo. Primero traté de liberarme con la mano derecha, tal vez podría pasar la mano a través de la esposa si flexionaba el pulgar correctamente hacia el interior, pero no, antes lograría dislocarme la muñeca. Decidí probar con la mano izquierda y con esta tuve algo más de suerte, podía ver como lograba sacarla algo más, respiré hondo, al llegar a la parte del pulgar comencé a sentir más dolor. Sin embargo fui capaz, con un estirón más liberar mi izquierda. Caí al suelo, la cadena se deslizó por el gancho hasta finalmente liberarse y caer sobre mi. Me había hecho algo de sangre en la mano, una raspadura en la parte del pulgar, pero por lo demás ambas manos estaban bien y eso me hizo preguntarme si es que esa esposa estaba más floja o por el contrario si mi mano izquierda era algo más pequeña.
Me encogí de hombros y me puse en pie, me había mojado entera por culpa de la caída. Distinguía varias marcas rojizas en mis manos a causa del esfuerzo. Cuando quise alzar la mirada mis ojos se toparon con los de otra persona, un hombre que pasaba al interior de la estancia. No pude evitar ponerme a la defensiva, pero al ver sus movimientos y como trataba de no hacer ruido, eso me hizo detenerme para prestar atención a lo que decía.
- ¿Sabes qué es todo esto o si tienen más gente aquí, secuestrada? - la otra esposa seguía atada a mi muñeca derecha, así que recogí la cadena y la sujeté también con la otra mano. No dudaría en usarla como arma improvisada si era necesario. - Me han quitado mis armas - añadí. Quería recuperarlas. Avancé con cuidado por el agua, resultaba muy costoso avanzar.
¿Estaba segura de que podía confiar en aquel hombre? ¿De que no se trataba de una trampa? Ya había visto que podían ser bastante retorcidos, por lo que no podía evitar tener mis dudas, así que iría con mucho cuidado. - ¿Sabes dónde las pueden tener? - me acerqué a la puerta y la abrí apenas un poco, con gran esfuerzo por culpa del agua. Me asomé para ver un largo pasillo que parecía adentrarse en el interior de aquel lugar, con más habitaciones y al otro lado unas escaleras que ascendían.
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Lo bueno fue que ella noto que no era parte de esos malditos locos que la habían capturado, por lo menos no iban a perder tiempo en eso, tenían que salir lo más rápido posible y Matt quería regresar con el convoy, porque para sincerarse consigo mismo, el no pretendía dejar el campamento. Ashley era demasiado importante para su vida y no iba a dejarla así como así, sin importar el resentimiento que tenía con ella. Lo bueno fue que ese hilo de pensamiento desapareció en cuanto ella dijo si había más personas.
La verdad es que Matt no había estado tanto tiempo cerca de ese campamento, lo suficiente como para escuchar gritos y saber que allí necesitaban su ayuda –La verdad es que no lo sé- Dijo sin más Para notar que ella se había soltado sola de las cadenas en las que la habían atado, con los años que llevaba el mundo así no le sorprendía que alguien pudiera hacer eso, luego de tanto tiempo o aprendías a sobrevivir y a hacer esa clase de cosas o morías en el intento
-Afuera hay varias habitaciones, podemos intentar encontrarlas, pero te advierto, yo no tengo más que esto- Señalo su beretta mientras se dirigía a la puerta –Así que tenemos veinte balas- Si era una chica inteligente, sabría que lo mejor era que se movieran de manera sigilosa, aunque por supuesto que cuando notaran que ella no estaba, lo mejor es que ellos estuvieran muy lejos de esa maldita iglesia
Dejo que ella se adelantara para mirar por el pasillo y la siguió cuando salieron a él. Volvió a tomar el arma y le quito el seguro pero dejo de hablar, en cambio le toco el hombro para que ella lo mirara, señalo hacia donde era la salida pero señalo un par de cuartos por los que había pasado pero no se había metido en ellos. Se acercó al próximo cuarto y se apoyó en la pared para darle la indicación que el entraría primero, ya que la única arma la tenía en el y si no escuchaba nada que lo siguiera.
Tomo el picaporte y lo abrió lentamente para entrar apuntando pero no se escuchó ningún sonido. La habitación parecía ser un pequeño despisto y aunque él no había ido a buscar nada, le hizo señas a la chica para que entrara. Tomo los spray y guardo uno en el bolsillo de su pantalón para entregarle otro a ella, si estaba lastimada, la necesitaba lo mejor posible para salir de allí. Metió las demás cosas a los bolsillos sin mirar mucho y se giró para mirarla a ella –No se cuánto son, no he podidos ver a muchos, la mayoría debe estar durmiendo-
La verdad es que Matt no había estado tanto tiempo cerca de ese campamento, lo suficiente como para escuchar gritos y saber que allí necesitaban su ayuda –La verdad es que no lo sé- Dijo sin más Para notar que ella se había soltado sola de las cadenas en las que la habían atado, con los años que llevaba el mundo así no le sorprendía que alguien pudiera hacer eso, luego de tanto tiempo o aprendías a sobrevivir y a hacer esa clase de cosas o morías en el intento
-Afuera hay varias habitaciones, podemos intentar encontrarlas, pero te advierto, yo no tengo más que esto- Señalo su beretta mientras se dirigía a la puerta –Así que tenemos veinte balas- Si era una chica inteligente, sabría que lo mejor era que se movieran de manera sigilosa, aunque por supuesto que cuando notaran que ella no estaba, lo mejor es que ellos estuvieran muy lejos de esa maldita iglesia
Dejo que ella se adelantara para mirar por el pasillo y la siguió cuando salieron a él. Volvió a tomar el arma y le quito el seguro pero dejo de hablar, en cambio le toco el hombro para que ella lo mirara, señalo hacia donde era la salida pero señalo un par de cuartos por los que había pasado pero no se había metido en ellos. Se acercó al próximo cuarto y se apoyó en la pared para darle la indicación que el entraría primero, ya que la única arma la tenía en el y si no escuchaba nada que lo siguiera.
Tomo el picaporte y lo abrió lentamente para entrar apuntando pero no se escuchó ningún sonido. La habitación parecía ser un pequeño despisto y aunque él no había ido a buscar nada, le hizo señas a la chica para que entrara. Tomo los spray y guardo uno en el bolsillo de su pantalón para entregarle otro a ella, si estaba lastimada, la necesitaba lo mejor posible para salir de allí. Metió las demás cosas a los bolsillos sin mirar mucho y se giró para mirarla a ella –No se cuánto son, no he podidos ver a muchos, la mayoría debe estar durmiendo-
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
El miembro 'Matthew Kowalski' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'¿Qué hay ahí?' :
Resultados :
'¿Qué hay ahí?' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
- Gracias - dije en un susurro al tomar el bote de spray en una de mis manos, no era la primera vez que usaba uno y por ahora podría esperar, no me encontraba perfecta, pero podría necesitarlo más tarde, aunque esperaba que no fuera así. - Debemos continuar - hablaba bajo para evitar que si había alguien por allí nos escucharan.
Volví al pasillo, y una vez allí, vi que en el suelo había una tubería de hierro, de no más de un metro de largo y que podría usar como arma improvisada, de ser necesario, mientras que encontraba mis armas. La sujeté con ambas manos y avancé, en esta ocasión, yo primero hacia la siguiente puerta. La empujé haciendo fuerza, ya que el agua apenas me dejaba avanzar. Se trataba de otra sala más como las anteriores, aunque esta no parecía otra celda corriente.
Avancé, procurando no hacer ruido, pero el propio movimiento del agua delataba mis pasos por más que tratase de evitarlo. Allí no había ni rastro de mis cosas, ni mi mochila, ni mis armas... ni la maldita chaqueta que ahora tanto echaba de menos.
- ¿Quedan más habitaciones en esta planta, verdad? - me giré hacia el hombre. Dejé la puerta atrás y volví al pasillo para ir a por la siguiente. Tal vez no fuera lo más sensato del mundo, tal vez debiera salir corriendo de allí, pero no podía hacerlo sin mis cosas. Mis armas además, eran lo que me habían estado manteniendo con vida durante todo este tiempo.
Señalé la siguiente puerta en el pasillo, para que él viera hacia dónde iba ahora. No estaba todavía del todo segura de si podía confiar en él, tal vez fuera una trampa, pero por si acaso, yo me mantendría alerta. Empujé la siguiente puerta y lo que me encontré me dejó de sin palabras, la puerta apenas se había abierto una rendija y yo me detuve por completo. A través de ese hueco observé la estancia, llena de velas en los muebles, el agua lo cubría todo como en las anteriores y del techo había colgada una mujer, exactamente igual que yo, solo que a esta le habían arrancado toda la piel, la sangre aún estaba fresca. - Esto... - fui incapaz de decir nada. La pared estaba llena de frases, como las que había estado viendo todo el tiempo, hechas con sangre, seguramente la de ella. Me aparté de la puerta bruscamente, me había mareado y todo, llegué a la pared contraria y me apoyé en esta.
- Esta gente... está muy mal - como si ya no fuera suficiente con los zombies y monstruos de Umbrella... un pensamiento bastante pesimista me hizo creer que estábamos perdiendo el tiempo allí abajo y que mis armas estarían arriba, puesto que aquí era donde encerraban a la gente.
OFF — DADOS: ¿Encontramos las armas aquí?
Volví al pasillo, y una vez allí, vi que en el suelo había una tubería de hierro, de no más de un metro de largo y que podría usar como arma improvisada, de ser necesario, mientras que encontraba mis armas. La sujeté con ambas manos y avancé, en esta ocasión, yo primero hacia la siguiente puerta. La empujé haciendo fuerza, ya que el agua apenas me dejaba avanzar. Se trataba de otra sala más como las anteriores, aunque esta no parecía otra celda corriente.
Avancé, procurando no hacer ruido, pero el propio movimiento del agua delataba mis pasos por más que tratase de evitarlo. Allí no había ni rastro de mis cosas, ni mi mochila, ni mis armas... ni la maldita chaqueta que ahora tanto echaba de menos.
- ¿Quedan más habitaciones en esta planta, verdad? - me giré hacia el hombre. Dejé la puerta atrás y volví al pasillo para ir a por la siguiente. Tal vez no fuera lo más sensato del mundo, tal vez debiera salir corriendo de allí, pero no podía hacerlo sin mis cosas. Mis armas además, eran lo que me habían estado manteniendo con vida durante todo este tiempo.
Señalé la siguiente puerta en el pasillo, para que él viera hacia dónde iba ahora. No estaba todavía del todo segura de si podía confiar en él, tal vez fuera una trampa, pero por si acaso, yo me mantendría alerta. Empujé la siguiente puerta y lo que me encontré me dejó de sin palabras, la puerta apenas se había abierto una rendija y yo me detuve por completo. A través de ese hueco observé la estancia, llena de velas en los muebles, el agua lo cubría todo como en las anteriores y del techo había colgada una mujer, exactamente igual que yo, solo que a esta le habían arrancado toda la piel, la sangre aún estaba fresca. - Esto... - fui incapaz de decir nada. La pared estaba llena de frases, como las que había estado viendo todo el tiempo, hechas con sangre, seguramente la de ella. Me aparté de la puerta bruscamente, me había mareado y todo, llegué a la pared contraria y me apoyé en esta.
- Esta gente... está muy mal - como si ya no fuera suficiente con los zombies y monstruos de Umbrella... un pensamiento bastante pesimista me hizo creer que estábamos perdiendo el tiempo allí abajo y que mis armas estarían arriba, puesto que aquí era donde encerraban a la gente.
OFF — DADOS: ¿Encontramos las armas aquí?
- :
El miembro 'Thea Grayson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dilemas' :
Resultados :
'Dilemas' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Ella agradeció el spray que el le había pasado y el negó. Se había metido allí para sacarla así que la necesitaba en buen estado o las cosas podían complicarse mucho. Apenas tenía un par de balas y de verdad necesitaba salir de allí. Ella tenía razón, necesitaban continuar porque pronto se darían cuenta que ella no estaba colgada ¿Que mierda tenían en la cabeza esas personas? Apenas había podido ver el cadáver que estaba colgado frente a ella y la verdad no quería pensar mucho en ello.
Ambos volvieron al pasillo porque necesitaban recuperar las cosas de ella, sobre todo si los descubrían, porque estaba seguro que iban a tener que defenderse. Dejó que tomara aquella tubería que podría ser ir como un arma improvisada aunque el estaba allí cubriéndola.
En la siguiente habitación el agua casi no dejaba abrir la puerta, ella hecho una mirada adentro pero pareció no ver nada quiero e importará así que Matt se dedicó a obcervar que nadie vieniera -tenemos que apresurarnos- pero ella se giró para preguntar si quedaban más habitaciones a lo que el contestó con un movimiento de cabeza para decirle que si.
Ella se dirigió a otra puerta y el nuevamente la cubrió poniéndose de espalda a ella pero giró tu rostro para verla, se ha usado quedado quiera mirando lo de adentro "por favor que no sean niños" pensó para si mismo al poner una mano en la puerta y abrirla un poco más y así ver lo que ella veía. Lo que vio, hizo que se le revolvieran las tripas pero se quedó en silencio mientras la mujer se alejaba -hijos de puta- murmuró antes de cerrar la puerta y poner una mano en el hombro de la mujer.
-Debemos subir, si no encontramos tus cosas vamos a tener que marcharnos, la mayoría están durmiendo y yo no tengo muchas balas- la animo a que comenzará a moverse hacia las escaleras.
Ambos volvieron al pasillo porque necesitaban recuperar las cosas de ella, sobre todo si los descubrían, porque estaba seguro que iban a tener que defenderse. Dejó que tomara aquella tubería que podría ser ir como un arma improvisada aunque el estaba allí cubriéndola.
En la siguiente habitación el agua casi no dejaba abrir la puerta, ella hecho una mirada adentro pero pareció no ver nada quiero e importará así que Matt se dedicó a obcervar que nadie vieniera -tenemos que apresurarnos- pero ella se giró para preguntar si quedaban más habitaciones a lo que el contestó con un movimiento de cabeza para decirle que si.
Ella se dirigió a otra puerta y el nuevamente la cubrió poniéndose de espalda a ella pero giró tu rostro para verla, se ha usado quedado quiera mirando lo de adentro "por favor que no sean niños" pensó para si mismo al poner una mano en la puerta y abrirla un poco más y así ver lo que ella veía. Lo que vio, hizo que se le revolvieran las tripas pero se quedó en silencio mientras la mujer se alejaba -hijos de puta- murmuró antes de cerrar la puerta y poner una mano en el hombro de la mujer.
-Debemos subir, si no encontramos tus cosas vamos a tener que marcharnos, la mayoría están durmiendo y yo no tengo muchas balas- la animo a que comenzará a moverse hacia las escaleras.
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- Wow:
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- Sé que es estúpido jugarse la vida por unas cosas, pero... es lo único que me queda - expliqué. - Prometo que te daré algo - me estaba ayudando, así que sí, no me importaba compartir alguna de mis armas con él. - Sin ellas no sé si aguantaré mucho ahí afuera - me aparté de la pared con un suspiro. Tenía que entender a lo que me refería.
- Deben de estar arriba, esta parte parecen usarla de calabozo - añadí en voz muy baja. Aquellas palabras cobraban cada vez más sentido, por lo que comencé a moverme hacia las escaleras. Subir fue complicado al principio, mis pantalones comenzaron a pesar una barbaridad por culpa del agua. - ¿Hacia dónde? - habíamos ascendido hacia una especie de pasillo con numerosas puertas. No me sentía nada cómoda allí, pues parecía ser una zona de paso y no tardaríamos en encontrarnos con alguien.
Avancé hasta la primera puerta, más cercana y la abrí con mucha suavidad. La sala era una especie de despacho y no había nadie, por lo que le hice señas al hombre para que me siguiera cerrando la puerta tras de mi.
- ¿Qué es todo esto? - había escritos y libros por todas partes. Eran recientes, recogí el primer papel que vi y observé en ellos más frases como las de abajo, con dibujos extraños. En los libros había frases subrayadas, todas tenían que ver con el extraño culto que allí guardaban.
- Esto cada vez es más surrealista - y al girarme me fijé en un baúl de madera que había al fondo de la sala, lo que llamó mi atención fue ver que una tira asomaba de este, era ni más ni menos que del asa de mi bolsa militar. Corrí hacia este rápida y al abrirlo suspiré aliviada al dar con el petate de verdad. Tiré de este y lo coloqué en el suelo para revisar mis cosas.
- Dime qué necesitas, ¿qué tienes? - miré al hombre desde el suelo, donde me había agachado. - Decías que no tenías munición, ¿no? - además, por si fuera poco ellos guardaban más armas en el baúl, la gran mayoría artesanales o modificadas, pero lo que captó mi atención fue una caja de balas que sin pensarlo dos veces metí en mi bolsa. Era una caja de cien, así que le entregué la mitad al hombre antes.
Preparé después mi arma, llenando el cargador y una vez lista...
- Vámonos ya - aunque al decir aquellas palabras no pude evitar sentirme ligeramente mal. ¿Hacíamos bien en dejar a esos monstruos allí? Que siguieran acabando con otras personas. No, no me sentiría bien haciéndolo. - Pero... - empecé a decir. - Esta gente seguirá matando a otras personas y... no sé si puedo irme así - terminé de decir.
- Deben de estar arriba, esta parte parecen usarla de calabozo - añadí en voz muy baja. Aquellas palabras cobraban cada vez más sentido, por lo que comencé a moverme hacia las escaleras. Subir fue complicado al principio, mis pantalones comenzaron a pesar una barbaridad por culpa del agua. - ¿Hacia dónde? - habíamos ascendido hacia una especie de pasillo con numerosas puertas. No me sentía nada cómoda allí, pues parecía ser una zona de paso y no tardaríamos en encontrarnos con alguien.
Avancé hasta la primera puerta, más cercana y la abrí con mucha suavidad. La sala era una especie de despacho y no había nadie, por lo que le hice señas al hombre para que me siguiera cerrando la puerta tras de mi.
- ¿Qué es todo esto? - había escritos y libros por todas partes. Eran recientes, recogí el primer papel que vi y observé en ellos más frases como las de abajo, con dibujos extraños. En los libros había frases subrayadas, todas tenían que ver con el extraño culto que allí guardaban.
- Esto cada vez es más surrealista - y al girarme me fijé en un baúl de madera que había al fondo de la sala, lo que llamó mi atención fue ver que una tira asomaba de este, era ni más ni menos que del asa de mi bolsa militar. Corrí hacia este rápida y al abrirlo suspiré aliviada al dar con el petate de verdad. Tiré de este y lo coloqué en el suelo para revisar mis cosas.
- Dime qué necesitas, ¿qué tienes? - miré al hombre desde el suelo, donde me había agachado. - Decías que no tenías munición, ¿no? - además, por si fuera poco ellos guardaban más armas en el baúl, la gran mayoría artesanales o modificadas, pero lo que captó mi atención fue una caja de balas que sin pensarlo dos veces metí en mi bolsa. Era una caja de cien, así que le entregué la mitad al hombre antes.
Preparé después mi arma, llenando el cargador y una vez lista...
- Vámonos ya - aunque al decir aquellas palabras no pude evitar sentirme ligeramente mal. ¿Hacíamos bien en dejar a esos monstruos allí? Que siguieran acabando con otras personas. No, no me sentiría bien haciéndolo. - Pero... - empecé a decir. - Esta gente seguirá matando a otras personas y... no sé si puedo irme así - terminé de decir.
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Aunque la mirada de Matt era dura, en realidad no la estaba jugando. Ahora estaba en un refugio pero hasta hacía muy poco tiempo había estado solo y se ha Is sentido realmente una mierda cuando los carroñeros ha Ian tomado sus cosas. Casi podía entender lo que la chica estaba pasando, sobre todo si entre sus cosas había algo de su vida, algún recuerdo que ella no quisiera perder. No es que quisiera armas o algo pero la verdad es que el no tenía muchas municiones y tampoco estaba muy bien armado así que suspiró -hay que movernos rápido- le dijo casi como si le dijera que la iba a seguir ayudando.
Asentio cuando dijo que probablemente estuvieran arriba, más que nada porque ya no quería toparse con más sorpresas allí. No quería ver más cadáveres colgando. Si hubiera alguien más con vida ya hubieran escuchado algún ruido o algo. Podía sentir el peso de su uniforme así que al ver al suelo noto el rastro de agua que iban dejando, tenían que apurarse porque si notaban que no estaban, entonces sería muy fácil seguirlo -a la derecha- le dijo a la chica recordando por donde había entrado.
Una vez que la mujer eligió una puerta el la siguió y cerraron la puerta a su paso, quizás podrían encontrar algo que sirva en ese lugar. Al menos era la esperanza que el tenia porque había salido del campamento en busca de suministros y había terminado jugando al héroe. Miro a la chica revisar los papeles y dijo -creo que se trata de alguna sexta, ya sabes, de esas que creen que es castigo divino toda la mierda que está pasando y no que es culpa de las personas de mierda que crearon el virus- dijo casi con asco
El seguía vigilando la puerta cuando notó que ella corría hacia una esquina y tomaba un bolso -si, casi no me quedan municiones- miro lo que la chica tenía y comenzó a entender porque encontrar aquello había sido tan importante. Dejó que ella cargará su arma mientras el se encargaba de hacer lo mismo y cuando dijo que se marcharán estaba listo, pero lo que ella dijo tenía mucho sentido -¿Qué propones? No tengo idea d cuántas personas hay, y solo somos dos. La otra que nos queda...- se acercó a la pared y dio un pequeño golpecitos -creo que podríamos incendiar esto rápido y deberíamos estar afuera para asegurarnos que nadie salga pero ¿Estás dispuesta a matar a tantos de forma cruel?- admitamoslo, prender fuego a las personas no era de santo
Asentio cuando dijo que probablemente estuvieran arriba, más que nada porque ya no quería toparse con más sorpresas allí. No quería ver más cadáveres colgando. Si hubiera alguien más con vida ya hubieran escuchado algún ruido o algo. Podía sentir el peso de su uniforme así que al ver al suelo noto el rastro de agua que iban dejando, tenían que apurarse porque si notaban que no estaban, entonces sería muy fácil seguirlo -a la derecha- le dijo a la chica recordando por donde había entrado.
Una vez que la mujer eligió una puerta el la siguió y cerraron la puerta a su paso, quizás podrían encontrar algo que sirva en ese lugar. Al menos era la esperanza que el tenia porque había salido del campamento en busca de suministros y había terminado jugando al héroe. Miro a la chica revisar los papeles y dijo -creo que se trata de alguna sexta, ya sabes, de esas que creen que es castigo divino toda la mierda que está pasando y no que es culpa de las personas de mierda que crearon el virus- dijo casi con asco
El seguía vigilando la puerta cuando notó que ella corría hacia una esquina y tomaba un bolso -si, casi no me quedan municiones- miro lo que la chica tenía y comenzó a entender porque encontrar aquello había sido tan importante. Dejó que ella cargará su arma mientras el se encargaba de hacer lo mismo y cuando dijo que se marcharán estaba listo, pero lo que ella dijo tenía mucho sentido -¿Qué propones? No tengo idea d cuántas personas hay, y solo somos dos. La otra que nos queda...- se acercó a la pared y dio un pequeño golpecitos -creo que podríamos incendiar esto rápido y deberíamos estar afuera para asegurarnos que nadie salga pero ¿Estás dispuesta a matar a tantos de forma cruel?- admitamoslo, prender fuego a las personas no era de santo
- Ashley:
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- ¿Es menos o más cruel que lo que ellos hacen? - pregunté tras pensarlo durante unos segundos. Sí, yo no trabajaba así, en mi pasado había otras formas antes de sentenciar a nadie, pero ahora el mundo era diferente. - Yo... - mi mandíbula se tensó. - ¡Por el amor de dios, era policía! - exclamé en voz baja acercándome a él para que me entendiera. - Mi trabajo era seguir las pruebas, cazar a los culpables y que el sistema se encargase de de los castigos, esto va mucho más allá de... sé que es cruel, pero también siento que no podemos permitir que siga haciendo lo que hemos visto ahí abajo, eso también está mal - aquel debate interno estaba a punto de acabar conmigo.
- Mierda, mis botas... - logré verlas, fui rápida para sentarme y ponérmelas lo antes posible, mientras seguía dándole vueltas a aquello. - Creo que... sí - asentí. - Hay que hacerlo - mis palabras sonaban dubitativas pese a todo, no me sentía del todo segura, pero a la larga consideraba que era la mejor opción. Aunque aquello me fuera a pesar para siempre en mi conciencia. Las cosas habían cambiado y no podíamos seguir actuando como en antaño.
- ¿Tú estás de acuerdo? - pregunté mientras terminaba de colocarme las botas. - Tenemos que movernos rápido y ver si hay algo por aquí que nos ayude con esto - sin decir nada más me acerqué a revisar los muebles.
La puerta del despacho se abrió de un segundo a otro, se trataba de uno de esos tipos. Sus ropas estaban mucho más raídas que las nuestras, sucio, con pinturas en la cara... ¡Claro que se trataba de una maldita secta de locos!
- ¡No podéis estar aquí! - exclamó y acto seguido empuñó un cuchillo en nuestra dirección. - Seréis parte del sacrificio - se había lanzado a por nosotros, sin más. Aquella actitud poco razonable o hacía más que confirmarme que aquellas personas no estaban bien de la cabeza. Entre mis cosas lo primero, que no hiciera ruido, fue el machete. Lo saqué de la funda y me lancé también hacia el hombre, con un movimiento rápido para quedar a un lado de él y tratar de desarmarlo. Le sujeté por la muñeca y tiré el cuchillo lejos provocando que quedase delante de mi, pero de espaldas, él se movió también rápido y sujetó mi mano con el machete, evitando que pudiera incluso rozar su cuello. El sectario miraba fijamente a mi compañero y en aquel preciso instante temí que me hubiera estado engañando y formase parte de ellos.
- Quieto - dije entre dientes. Aquello era un contratiempo. Golpeé al hombre en la nuca para hacerle perder el conocimiento. - Es cuestión de tiempo que lleguen más - avancé hasta la puerta y me asomé al pasillo, cerrándola con suavidad después. Igual estaban esperando a aquel tipo o... - ¿Tienes un mechero? - suspiré, no, no me sentía bien con nada de aquello. Pero recordar las imágenes de las personas que estaban allí abajo colgadas... no, eso me hacía sentir peor y dejarles libres seguir haciendo aquello, definitivamente eso me pesaría mucho más.
- Mierda, mis botas... - logré verlas, fui rápida para sentarme y ponérmelas lo antes posible, mientras seguía dándole vueltas a aquello. - Creo que... sí - asentí. - Hay que hacerlo - mis palabras sonaban dubitativas pese a todo, no me sentía del todo segura, pero a la larga consideraba que era la mejor opción. Aunque aquello me fuera a pesar para siempre en mi conciencia. Las cosas habían cambiado y no podíamos seguir actuando como en antaño.
- ¿Tú estás de acuerdo? - pregunté mientras terminaba de colocarme las botas. - Tenemos que movernos rápido y ver si hay algo por aquí que nos ayude con esto - sin decir nada más me acerqué a revisar los muebles.
La puerta del despacho se abrió de un segundo a otro, se trataba de uno de esos tipos. Sus ropas estaban mucho más raídas que las nuestras, sucio, con pinturas en la cara... ¡Claro que se trataba de una maldita secta de locos!
- ¡No podéis estar aquí! - exclamó y acto seguido empuñó un cuchillo en nuestra dirección. - Seréis parte del sacrificio - se había lanzado a por nosotros, sin más. Aquella actitud poco razonable o hacía más que confirmarme que aquellas personas no estaban bien de la cabeza. Entre mis cosas lo primero, que no hiciera ruido, fue el machete. Lo saqué de la funda y me lancé también hacia el hombre, con un movimiento rápido para quedar a un lado de él y tratar de desarmarlo. Le sujeté por la muñeca y tiré el cuchillo lejos provocando que quedase delante de mi, pero de espaldas, él se movió también rápido y sujetó mi mano con el machete, evitando que pudiera incluso rozar su cuello. El sectario miraba fijamente a mi compañero y en aquel preciso instante temí que me hubiera estado engañando y formase parte de ellos.
- Quieto - dije entre dientes. Aquello era un contratiempo. Golpeé al hombre en la nuca para hacerle perder el conocimiento. - Es cuestión de tiempo que lleguen más - avancé hasta la puerta y me asomé al pasillo, cerrándola con suavidad después. Igual estaban esperando a aquel tipo o... - ¿Tienes un mechero? - suspiré, no, no me sentía bien con nada de aquello. Pero recordar las imágenes de las personas que estaban allí abajo colgadas... no, eso me hacía sentir peor y dejarles libres seguir haciendo aquello, definitivamente eso me pesaría mucho más.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
No se iba a preguntar lo que ella estaba diciendo, había aprendido hacía ya mucho tiempo que habían cosas que no te Is que guardar en su mente. Si bien Matt se había arriesgado a entrar allí y ayudarla, la verdad es que como soldado, muchas veces se había limitado a cumplir las órdenes que se le daban, sin importar si eran buenas o malas. Así que se limitó a verla a ella y lo que estaba pensando -no creo que eso sea importante- quizás su voz sonó algo fría pero era la verdad. En el pasado quizás ella no haría algo así pero ahora no tenían mucho tiempo como para preguntar si eso estaba bien o mal. Ahí solo tenían que decidir si lo hacían o no.
Respiro lentamente y dijo -es una difícil decisión pero si no quieres que esto siga, es lo que podemos hacer- porque una vez que el fuego empezará, la verdad es que no habría vuelta atrás. Matthew también había visto lo que hacían allí y dejarlos podía ser peligroso para cualquier persona. La miro mientras ella se ponía sus botas y terminaba por decidir lo que iban a hacer con eso. Nunca le había gustado dársela de juez pero está vez parecía ser lo más necesario -bien, tenemos que buscar algo de papel y un poco de alcohol para encenderlo, las paredes son de madera una vez que tomen el fuego, no se apagarán- dijo mirando las paredes
Respiro suavemente y asintio, no eran las primeras personas que iba a matar al n su vida -no podemos dejar que sigan haciendo esta mierda- se dijo más a él que a ella. Por antes que pudieran buscar algo, la puerta del despacho se abrió y todos los problemas con ella.
Resopló fuerte cuando dijo que iban a ser parte de los sacrificios. Sabía que si le disparaba podían llegar a despertar a los demás. Antes que pudiera pensar lo que estaba por hacer, fue ella quién se lanzó al ataque. De alguna manera lo dejó fuera de combate mientras yo tomaba el cuchillo del suelo y guardaba mí arma en la pistolera de mí pierna -toma- le paso su mechero y luego tomo algunos papeles para poder encenderlos
Respiro lentamente y dijo -es una difícil decisión pero si no quieres que esto siga, es lo que podemos hacer- porque una vez que el fuego empezará, la verdad es que no habría vuelta atrás. Matthew también había visto lo que hacían allí y dejarlos podía ser peligroso para cualquier persona. La miro mientras ella se ponía sus botas y terminaba por decidir lo que iban a hacer con eso. Nunca le había gustado dársela de juez pero está vez parecía ser lo más necesario -bien, tenemos que buscar algo de papel y un poco de alcohol para encenderlo, las paredes son de madera una vez que tomen el fuego, no se apagarán- dijo mirando las paredes
Respiro suavemente y asintio, no eran las primeras personas que iba a matar al n su vida -no podemos dejar que sigan haciendo esta mierda- se dijo más a él que a ella. Por antes que pudieran buscar algo, la puerta del despacho se abrió y todos los problemas con ella.
Resopló fuerte cuando dijo que iban a ser parte de los sacrificios. Sabía que si le disparaba podían llegar a despertar a los demás. Antes que pudiera pensar lo que estaba por hacer, fue ella quién se lanzó al ataque. De alguna manera lo dejó fuera de combate mientras yo tomaba el cuchillo del suelo y guardaba mí arma en la pistolera de mí pierna -toma- le paso su mechero y luego tomo algunos papeles para poder encenderlos
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- Vamos allá - observé el mechero en mi mano y después le miré a él. - Debemos darnos prisa - terminé de colocarme las botas y después colgué la mochila a mi espalda. Cuanto antes pudiéramos salir de allí mejor sería.
- Aquí hay unas botellas de alcohol - me acerqué a la estantería y saqué un par de botellas, para después derramar el contenido por las cortinas, el sofá, y los papeles que él había señalado. Un horrible olor a alcohol inundó mis fosas nasales mientras avanzaba, volví a observar el mechero en mis manos y después el lugar. Sin pensarlo mucho mas lo encendí y pasé por los objetos que habíamos empapado en alcohol. El fuego no tardó en crecer, desplazándose por el alcohol, las llamas lo iban devorando todo poco a poco.
- Salgamos ya de aquí - al salir al pasillo hice lo mismo con las cortinas de la ventana que había allí. A nuestro paso aquel viejo edificio iba siendo devorado por el fuego. Mientras me movía con mucha atención de que si aparecía alguien no nos viera.
- Aquí hay unas botellas de alcohol - me acerqué a la estantería y saqué un par de botellas, para después derramar el contenido por las cortinas, el sofá, y los papeles que él había señalado. Un horrible olor a alcohol inundó mis fosas nasales mientras avanzaba, volví a observar el mechero en mis manos y después el lugar. Sin pensarlo mucho mas lo encendí y pasé por los objetos que habíamos empapado en alcohol. El fuego no tardó en crecer, desplazándose por el alcohol, las llamas lo iban devorando todo poco a poco.
- Salgamos ya de aquí - al salir al pasillo hice lo mismo con las cortinas de la ventana que había allí. A nuestro paso aquel viejo edificio iba siendo devorado por el fuego. Mientras me movía con mucha atención de que si aparecía alguien no nos viera.
- Dado Sigilo:
- 1º Dado: Mi sigilo (DEFENSA) 6 + 5 = 11.
2º Dado: ¿Me escuchan? (COMBATE) 4 + 5 = 9.
Pongamos que los saqueadores tienen un 4 en combate.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
No iba a discutir con ella, quizás el hecho que ella fuera una policía hacía las cosas más difíciles para ella, pero el en cambio había tenido que matar a personas de las que había salvado, porque eso era un soldado, un hombre para la guerra. Así que cuando ella tomó el mechero el no dijo nada, solo dejó que ella terminará de vestirse y de tomar sus cosas. La verdad es que entendía el motivo por el cual ella había insistido en buscarlas pero ¿Valieron el riesgo?
No podía dejar de pensar en la imagen de la mujer colgada, esa que el no había podido salvar y eso le hizo pensar que si no hacían aquello, probablemente ellos le harían eso a muchas más personas. Por lo cual guardo el arma en su estuche y tomo la botella de alcohol cuando ella se la entrego. -tenemos que empapar lo más que podamos- comenzó a rociar cualquier cosa que pudiera llegar a ser inflamable.
Ella parecía no estar segura de lo que estaba haciendo pero al final encendió el rastro de alcohol que ha Ian dejado y Matt se dispuso a salir por fin de ese asqueroso lugar que parecía haber salido de una antigua película de terror.
La verdad es que no era difícil salir de allí pero el fuego ya estaba encendido y aunque no le agradará mucho la idea, eso podía despertar a muchos, aunque llegaron afuera parecía que el fuego había tomado fuerza y con esa fuerza comenzaron los gritos y Matt miro a la mujer a su lado -tenemos que marcharnos- en realidad no que no quería es que ella grabará esos gritos en su mente, en cambio el ya tenía muchos motivos por los cuales no dormir
1º Dado: Mi sigilo (DEFENSA) 5 + 6= 11.
2º Dado: ¿Me escuchan? (COMBATE) 4 + 4 = 8
No podía dejar de pensar en la imagen de la mujer colgada, esa que el no había podido salvar y eso le hizo pensar que si no hacían aquello, probablemente ellos le harían eso a muchas más personas. Por lo cual guardo el arma en su estuche y tomo la botella de alcohol cuando ella se la entrego. -tenemos que empapar lo más que podamos- comenzó a rociar cualquier cosa que pudiera llegar a ser inflamable.
Ella parecía no estar segura de lo que estaba haciendo pero al final encendió el rastro de alcohol que ha Ian dejado y Matt se dispuso a salir por fin de ese asqueroso lugar que parecía haber salido de una antigua película de terror.
La verdad es que no era difícil salir de allí pero el fuego ya estaba encendido y aunque no le agradará mucho la idea, eso podía despertar a muchos, aunque llegaron afuera parecía que el fuego había tomado fuerza y con esa fuerza comenzaron los gritos y Matt miro a la mujer a su lado -tenemos que marcharnos- en realidad no que no quería es que ella grabará esos gritos en su mente, en cambio el ya tenía muchos motivos por los cuales no dormir
1º Dado: Mi sigilo (DEFENSA) 5 + 6= 11.
2º Dado: ¿Me escuchan? (COMBATE) 4 + 4 = 8
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
- Ya está hecho - con la mirada en blanco observaba el fuego consumir aquel edificio, iba devorando todo a su paso. Habíamos logrado salir de aquel infierno y los primeros gritos comenzaban a hacerse eco en aquella montaña de fuego. Se había esparcido bien. Los árboles del bosque estaban alejados del edificio y eso era una buena señal, con suerte el fuego se quedaría ahí.
- Eh... sí - debían irse cuanto antes. Aquel escándalo atraería a zombies o cosas peores. Tenía miedo igualmente de que alguno quedase con vida y pese al horror de los gritos me quedé observando las salidas, esperando hasta que el fuego cortase aquellos caminos. Ya sería complicado olvidar aquello, pero no dejaba de repetirme que había sido lo correcto. La imagen de aquellos cuerpos era la que me tenía que grabar a fuego, no que hubiéramos acabado con los asesinos.
- Cuesta cambiar el chip - añadí mientras colgaba mi mochila al hombro y avanzaba hacia los árboles de aquel bosque. - Pero el mundo ha cambiado y es evidente que ya no podemos comportarnos como en antaño - tragué saliva.
Los gritos se iba ahogando poco a poco, entre la lejanía y el deterioro de las llamas. No sabía dónde estábamos exactamente, pero era consciente de que aún me quedaba un largo trayecto hasta casa. No pude evitar, que mis labios se curvasen ante aquella idea. Considerar Arcadia un hogar, sí que lo empezaba a ser.
- ¿Sabes dónde estamos? - pregunté mientras que avanzábamos por el bosque. No quería abusar más de su hospitalidad, bastante me había ayudado, pero necesitaba orientarme y si de paso contase con algún vehículo... ¡sería increíble! Pero como siempre que empezaba algo bueno, tenía que pasar algo malo. Un par de figuras humanoides asomaban entre los árboles, a juzgar por la forma de moverse se trataban de dos zombies.
- Bueno, uno para cada uno... - comenté con ironía. - Derecha - añadí y acto seguido, machete en mano fui a por el que venía de ese lado. Al llegar a su altura, pese a la oscuridad, y gracias a la luz anaranjada del fuego de fondo, pude distinguir mejor los rasgos de aquel cadáver andante. Todo era corriente, a excepción de un sin fin de heridas que gorgoteaban un líquido negruzco que en el pasado debió ser sangre. Alcé el machete y antes de que se acercara más de la cuenta lo dejé sobre su cráneo acabando con él. Las ropas eran como las mismas que tenían allí en la iglesia, las heridas habían sido antes de que muriese, o de lo contrario no habría tenido esas heridas. No era una experta en aquello, pero me daba la sensación de que esos psicópatas habían estado torturando a más personas o convirtiéndolas... negué. No sabía qué sería exactamente, solo que era una locura y les habíamos parado los pies. Eso era lo que debíamos pensar.
- Eh... sí - debían irse cuanto antes. Aquel escándalo atraería a zombies o cosas peores. Tenía miedo igualmente de que alguno quedase con vida y pese al horror de los gritos me quedé observando las salidas, esperando hasta que el fuego cortase aquellos caminos. Ya sería complicado olvidar aquello, pero no dejaba de repetirme que había sido lo correcto. La imagen de aquellos cuerpos era la que me tenía que grabar a fuego, no que hubiéramos acabado con los asesinos.
- Cuesta cambiar el chip - añadí mientras colgaba mi mochila al hombro y avanzaba hacia los árboles de aquel bosque. - Pero el mundo ha cambiado y es evidente que ya no podemos comportarnos como en antaño - tragué saliva.
Los gritos se iba ahogando poco a poco, entre la lejanía y el deterioro de las llamas. No sabía dónde estábamos exactamente, pero era consciente de que aún me quedaba un largo trayecto hasta casa. No pude evitar, que mis labios se curvasen ante aquella idea. Considerar Arcadia un hogar, sí que lo empezaba a ser.
- ¿Sabes dónde estamos? - pregunté mientras que avanzábamos por el bosque. No quería abusar más de su hospitalidad, bastante me había ayudado, pero necesitaba orientarme y si de paso contase con algún vehículo... ¡sería increíble! Pero como siempre que empezaba algo bueno, tenía que pasar algo malo. Un par de figuras humanoides asomaban entre los árboles, a juzgar por la forma de moverse se trataban de dos zombies.
- Bueno, uno para cada uno... - comenté con ironía. - Derecha - añadí y acto seguido, machete en mano fui a por el que venía de ese lado. Al llegar a su altura, pese a la oscuridad, y gracias a la luz anaranjada del fuego de fondo, pude distinguir mejor los rasgos de aquel cadáver andante. Todo era corriente, a excepción de un sin fin de heridas que gorgoteaban un líquido negruzco que en el pasado debió ser sangre. Alcé el machete y antes de que se acercara más de la cuenta lo dejé sobre su cráneo acabando con él. Las ropas eran como las mismas que tenían allí en la iglesia, las heridas habían sido antes de que muriese, o de lo contrario no habría tenido esas heridas. No era una experta en aquello, pero me daba la sensación de que esos psicópatas habían estado torturando a más personas o convirtiéndolas... negué. No sabía qué sería exactamente, solo que era una locura y les habíamos parado los pies. Eso era lo que debíamos pensar.
- DADOS:
- Dado 1: Ataque Thea AC: 5 + 3 = 8.
Dado 2: Defensa Thea: 6 + 8 = 14.
Dado 3: Ataque zombie: 2 + 6 = 8.
Dado 4: Defensa zombie: 1 + 5 = 6.
Daño 8 + 2 = 10. Zombie muerto.
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Podía ver el peso en los ojos de la mujer, ella no ha Is sido entrenada para eso. Suponía que al ser un policía alguna vez ha Is disparado pero una cosa en hacerlo en defensa y otra es prender fuego una iglesia llena de personas que definitivamente estaban durmiendo - esto era necesario. No pienses más en eso- Matt ya tenía muchas cosas en su armario, una más no iba a matarlo -a demás está fue mí idea- dijo mientras metía el arma en la pistolera y caminaba hacia la motocicleta.
Escucho lo que ella decía sobre cambiar el chip el sonrió - dímelo a mí. - aún se sentía un soldado algo perdido y la verdad es que no estaba seguro de eso. Miro a la mujer y puso una mano en su hombro para tranquilizarla - hicimos estos para salvar a las personas que son realmente inocentes. Ni te cargues esto en los hombros- le dijo con tranquilidad
Siguieron caminando cuando ella pregunto si sabía dónde estaban, lo que hizo que la mirara -en realidad si. Pero puedo preguntar? ¿Dónde vas?- el apenas hacía poco se había unido al refugio por Ash pero estaba seguro que a nadie le gustaría que el nuevo llevará a alguien, aunque no pensaba dejarla sola, si era necesario la llevaría con los ojos vendados pero no la dejaría a su suerte. Quizás era como ella había dicho, no podías cambiar el chip
Los zombies no tardaron en llegar, eran solo dos pero la mujer parecía estar acompañada a matar esas mierdas con u arma, en cambio el tardó en sacar su machete y al hacerlo los movimientos fueron tan torpes que el zombie se abalanzó contra el tirandolos al suelo -hijo de puta- murmuró mientras intentaba quitárselo de encima
Dado 1: Ataque AC: 3 + 6 = 9
Dado 2: Defensa : 5 + 2 = 7
Dado 3: Ataque zombie: 2 + 9 = 11
Dado 4: Defensa zombie: 1 + 10 = 11
Zombie [10/10]
Escucho lo que ella decía sobre cambiar el chip el sonrió - dímelo a mí. - aún se sentía un soldado algo perdido y la verdad es que no estaba seguro de eso. Miro a la mujer y puso una mano en su hombro para tranquilizarla - hicimos estos para salvar a las personas que son realmente inocentes. Ni te cargues esto en los hombros- le dijo con tranquilidad
Siguieron caminando cuando ella pregunto si sabía dónde estaban, lo que hizo que la mirara -en realidad si. Pero puedo preguntar? ¿Dónde vas?- el apenas hacía poco se había unido al refugio por Ash pero estaba seguro que a nadie le gustaría que el nuevo llevará a alguien, aunque no pensaba dejarla sola, si era necesario la llevaría con los ojos vendados pero no la dejaría a su suerte. Quizás era como ella había dicho, no podías cambiar el chip
Los zombies no tardaron en llegar, eran solo dos pero la mujer parecía estar acompañada a matar esas mierdas con u arma, en cambio el tardó en sacar su machete y al hacerlo los movimientos fueron tan torpes que el zombie se abalanzó contra el tirandolos al suelo -hijo de puta- murmuró mientras intentaba quitárselo de encima
Dado 1: Ataque AC: 3 + 6 = 9
Dado 2: Defensa : 5 + 2 = 7
Dado 3: Ataque zombie: 2 + 9 = 11
Dado 4: Defensa zombie: 1 + 10 = 11
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