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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Black parade [Privado]
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Seis de enero de 2016.
Había días y días y aquella mañana Harvey Black no estaba para nada de buen humor. Uno de sus siete había desaparecido, otro parecía que seguía el mismo camino, Lawrence se había perdido en su casa, seguramente que sodomizando a más zorras y... uno de los malditos viejos se creía que aquello era un albergue.
Le habían dicho que la rubia seguía en la casa del anciano y que para colmo había alguien más. Así que no, aquel día estaba de muy mal humor, no era su día. Harvey había sido amable con los ancianos, por eso del respeto a los mayores y bla bla bla... pero había un límite que esos dos le estaban colmando. Y ni siquiera eran los dos, si no que era siempre el mismo el que lo liaba todo, pero al ser gemelos... no sabía cuál de los dos era y tampoco le importaba. Descargaría su frustración con el primero que pillase.
— ¡Aparta! — empujó a Mike de mala manera cuando este trató de saludarla, ella no estaba para conversaciones y él pareció captarlo, puesto que no dijo nada más y se limitó a marcharse de allí.
— ¡Abre la puerta viejo! — gritó ella, sin importar cuál de los gemelos salía. Llamó incluso varias veces, aporreando la madera con sus nudillos.
Había días y días y aquella mañana Harvey Black no estaba para nada de buen humor. Uno de sus siete había desaparecido, otro parecía que seguía el mismo camino, Lawrence se había perdido en su casa, seguramente que sodomizando a más zorras y... uno de los malditos viejos se creía que aquello era un albergue.
Le habían dicho que la rubia seguía en la casa del anciano y que para colmo había alguien más. Así que no, aquel día estaba de muy mal humor, no era su día. Harvey había sido amable con los ancianos, por eso del respeto a los mayores y bla bla bla... pero había un límite que esos dos le estaban colmando. Y ni siquiera eran los dos, si no que era siempre el mismo el que lo liaba todo, pero al ser gemelos... no sabía cuál de los dos era y tampoco le importaba. Descargaría su frustración con el primero que pillase.
— ¡Aparta! — empujó a Mike de mala manera cuando este trató de saludarla, ella no estaba para conversaciones y él pareció captarlo, puesto que no dijo nada más y se limitó a marcharse de allí.
— ¡Abre la puerta viejo! — gritó ella, sin importar cuál de los gemelos salía. Llamó incluso varias veces, aporreando la madera con sus nudillos.
Se hizo la dormida cuando escuchó a los dos viejos levantarse, se iban juntos a no se qué tontería de una granja, con el otro muchacho. Erica quería seguir durmiendo y eso hizo. Se sentía como si estuviera de vacaciones o incluso se hubiera jubilado. Solía despertarse a las once de la mañana, más tarde de lo habitual, le gustaba pasarse el día sin hacer gran cosa. Unas buenas vacaciones.
Bebía limonada para desayunar y la acompañaba con un trozo de bizcocho casero que los ancianos preparaban. No hablaba mucho con ellos, pero aprovechaba ratos como aquel, para pasar tiempo a solas, escuchar música, bailar... e incluso hacer algo de ejercicio. A media tarde se marchaba al lago a bañarse, nadaba, tomaba el sol... podría acostumbrarse a eso, pero sabía que sería breve, se marcharía seguramente. Todavía tenía un objetivo que cumplir.
— ¿Hmmm...? — alguien llamaba a la puerta. Bajaba, las escaleras, vistiendo unos boxers que debieron pertenecer al anciano y una camiseta de tirantes suya. Al abrir alzó ambas cejas con cierta diversión.
— Ocurriría tarde o temprano... Hola Harvey — pronunció cada palabra con bastante humor. En su marcado acento alemán. Se vieron en una ocasión, en el pasado, en uno de los tantos viajes de su padre y ella a Estados Unidos. Los ancianos la habían avisado de quienes vivían allí y ella había tratado de evitarlos durante sus vacaciones. Conocía la historia, al parecer eran desertores de Umbrella que habían decidido asentarse allí. No de forma precisamente pacífica. No les tenía miedo, sabía lo que pasaría si se chivaban de ella a Umbrella, ellos también saldrían perdiendo.
— ¿Qué tal todo? — preguntó mientras se llevaba un trozo de bizcocho a la boca. — Te ofrecería un trozo, pero... no quiero — volvió a pegarle un bocado.
Bebía limonada para desayunar y la acompañaba con un trozo de bizcocho casero que los ancianos preparaban. No hablaba mucho con ellos, pero aprovechaba ratos como aquel, para pasar tiempo a solas, escuchar música, bailar... e incluso hacer algo de ejercicio. A media tarde se marchaba al lago a bañarse, nadaba, tomaba el sol... podría acostumbrarse a eso, pero sabía que sería breve, se marcharía seguramente. Todavía tenía un objetivo que cumplir.
— ¿Hmmm...? — alguien llamaba a la puerta. Bajaba, las escaleras, vistiendo unos boxers que debieron pertenecer al anciano y una camiseta de tirantes suya. Al abrir alzó ambas cejas con cierta diversión.
— Ocurriría tarde o temprano... Hola Harvey — pronunció cada palabra con bastante humor. En su marcado acento alemán. Se vieron en una ocasión, en el pasado, en uno de los tantos viajes de su padre y ella a Estados Unidos. Los ancianos la habían avisado de quienes vivían allí y ella había tratado de evitarlos durante sus vacaciones. Conocía la historia, al parecer eran desertores de Umbrella que habían decidido asentarse allí. No de forma precisamente pacífica. No les tenía miedo, sabía lo que pasaría si se chivaban de ella a Umbrella, ellos también saldrían perdiendo.
— ¿Qué tal todo? — preguntó mientras se llevaba un trozo de bizcocho a la boca. — Te ofrecería un trozo, pero... no quiero — volvió a pegarle un bocado.
Habría esperado cualquier cosa, hasta encontrarse con la Barbie Malibú, Florida... o lo que coño fuera salvo eso, o más bien ella. Su expresión se ensombreció más si era posible. Harvey conocía a la alemana y aquello solo le complicaba las cosas.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó sin más. ¿A caso la habían enviado a vigilarla, negociar...? ¿Se había ido de la lengua May? Se suponía que tenían un trato y era muy sencillo: Umbrella se mantenía alejada de ellos y ellos se quedaban allí. Que la mano derecha de Ashcroft estuviera allí no era buena señal.
— ¿Ahora te van más mayores Smith? — hizo gala de su habitual sarcásmo, ya que la rubia siempre fue la sombra de Eldritch Ashcroft y Harvey era el apellido que conocía de Erica, sin saber el gran secreto o de quién era hija. Hizo una mueca, como quien quería imitar una sonrisa, pero en realidad era muy forzada. No la incomodaba realmente, pero sí la molestaba y no dudaría en hacer lo que tuviera que hacer si ella suponía un problema para su nueva forma de vida. — ¿Bizcocho hecho por esos dos ancianos seniles? No gracias, prefiero comer cosas que conozco cómo se han hecho o con qué manos... — carraspeó.
— Vamos directas al grano: ¿qué quieres Erica? — no, no se entretuvo con rodeos. Quería las cosas claras.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó sin más. ¿A caso la habían enviado a vigilarla, negociar...? ¿Se había ido de la lengua May? Se suponía que tenían un trato y era muy sencillo: Umbrella se mantenía alejada de ellos y ellos se quedaban allí. Que la mano derecha de Ashcroft estuviera allí no era buena señal.
— ¿Ahora te van más mayores Smith? — hizo gala de su habitual sarcásmo, ya que la rubia siempre fue la sombra de Eldritch Ashcroft y Harvey era el apellido que conocía de Erica, sin saber el gran secreto o de quién era hija. Hizo una mueca, como quien quería imitar una sonrisa, pero en realidad era muy forzada. No la incomodaba realmente, pero sí la molestaba y no dudaría en hacer lo que tuviera que hacer si ella suponía un problema para su nueva forma de vida. — ¿Bizcocho hecho por esos dos ancianos seniles? No gracias, prefiero comer cosas que conozco cómo se han hecho o con qué manos... — carraspeó.
— Vamos directas al grano: ¿qué quieres Erica? — no, no se entretuvo con rodeos. Quería las cosas claras.
No pudo evitar, que mientras masticaba sus labios se curvaran en una sonrisa, como los niños, cuando al regañarles tratan de contener la risilla fácil. Aunque en esta ocasión Erica no se cortase ni un pelo, puesto que la reacción de la morena al reconocerla le causó bastante gracia.
— Creo que lo mismo que tú, un hogar, comida, una familia... nunca tuve abuelos y ahora de golpe tengo dos: ya sabes, el sueño americano en versión amish: no me quejo — se encogió de hombros. La joven se había apoyado en el marco de la puerta mientras masticaba aquel bizcocho.
— ¿Y tú Harvey, qué buscas, tal vez alguien que sí te soporte? — enarcó una ceja mientras hablaba, pero no la miró, ya que se centró en el pedazo de bizcocho que le quedaba y en terminarlo. — No quiero nada, deja de creerte el centro del universo Black, llegué hasta aquí de pura casualidad, y creo que ambas huyendo de los del paraguas... ¿No? — terminó de comer y entonces se permitió alzar sus ojos claros hasta los de la morena.
— Tranquila, yo te guardo el secreto y tú a mi también — le guiñó un ojo y sin más comenzó a cerrar la puerta, no tenía nada más que hablar con ella.
— Creo que lo mismo que tú, un hogar, comida, una familia... nunca tuve abuelos y ahora de golpe tengo dos: ya sabes, el sueño americano en versión amish: no me quejo — se encogió de hombros. La joven se había apoyado en el marco de la puerta mientras masticaba aquel bizcocho.
— ¿Y tú Harvey, qué buscas, tal vez alguien que sí te soporte? — enarcó una ceja mientras hablaba, pero no la miró, ya que se centró en el pedazo de bizcocho que le quedaba y en terminarlo. — No quiero nada, deja de creerte el centro del universo Black, llegué hasta aquí de pura casualidad, y creo que ambas huyendo de los del paraguas... ¿No? — terminó de comer y entonces se permitió alzar sus ojos claros hasta los de la morena.
— Tranquila, yo te guardo el secreto y tú a mi también — le guiñó un ojo y sin más comenzó a cerrar la puerta, no tenía nada más que hablar con ella.
Harvey no dejó que Erica cerrase la puerta, introdujo el pie en el hueco y estuvo a punto de decirle algo muy brusco, pero su expresión endurecida, se relajó y apareció una sonrisa, algo forzada en su rostro.
— Muy bien Erica, bienvenida, espero que estés a gusto aquí y cualquier cosa... me avisas — Harvey trató de sonreír más, pero no fue capaz. Era cierto que la tenía contra la espada y la pared, ¿pero sería verdad? ¿o la estaban engañando? Podría seguir en Umbrella, podrían haberla dado caza... ya sabía que Umbrella estaba al tanto de que seguían por ahí, y sería tarde o temprano que los encontrasen allí. ¿Había llegado ya ese momento?
— Tú mejor que nadie sabes como son en Umbrella, así que si no es un farol... será mejor que bajes esos humos de niñata malcriada, esto no es un hotel y te irás dando cuenta. No siempre tendrás a tus guardaespaldas seniles ahí... — hizo una pausa. — Aquí todos tienen un papel, romper las reglas puede suponer un problema — era una forma de decirle que podía quedarse si quería, pero no iba a ser con sus normas, St. Friedrich estaba por encima de todo eso. La comunidad que Harvey había levantado no era la más pacífica, pero ella trataba de controlar que al menos sus habitantes se respetasen. Había un sistema que no se podía olvidar.
— Muy bien Erica, bienvenida, espero que estés a gusto aquí y cualquier cosa... me avisas — Harvey trató de sonreír más, pero no fue capaz. Era cierto que la tenía contra la espada y la pared, ¿pero sería verdad? ¿o la estaban engañando? Podría seguir en Umbrella, podrían haberla dado caza... ya sabía que Umbrella estaba al tanto de que seguían por ahí, y sería tarde o temprano que los encontrasen allí. ¿Había llegado ya ese momento?
— Tú mejor que nadie sabes como son en Umbrella, así que si no es un farol... será mejor que bajes esos humos de niñata malcriada, esto no es un hotel y te irás dando cuenta. No siempre tendrás a tus guardaespaldas seniles ahí... — hizo una pausa. — Aquí todos tienen un papel, romper las reglas puede suponer un problema — era una forma de decirle que podía quedarse si quería, pero no iba a ser con sus normas, St. Friedrich estaba por encima de todo eso. La comunidad que Harvey había levantado no era la más pacífica, pero ella trataba de controlar que al menos sus habitantes se respetasen. Había un sistema que no se podía olvidar.
Harvey no tardó en mostrarse como solía ser, ahora la rubia sonrió más aún si podía, le divertía bastante. Igual ahora decidía quedarse hasta unos días más.
— Cariño, estoy acostumbrada a trabajar con todo tipo de gente, ya lo hice contigo, ¿no? — abrió algo más la puerta. — No te preocupes, me portaré bien, puede que hasta os ayude con esta bonita comunidad en la que todos y todas trabajáis y servís por igual, ¿no? — Erica parecía dulce, pero hablaba con todo el sarcasmo del mundo. Harvey mejor que nadie sabía a quién se refería. Zasha y Enno le habían contado cómo Harvey y sus matones destrozaron aquel lugar y como los que no murieron acabaron esclavizados. Zasha y Enno tuvieron más suerte. Esos dos viejos pasaban de todo y en cierta manera hasta los admiraba. Reconocía que tenían un par.
— Cariño, estoy acostumbrada a trabajar con todo tipo de gente, ya lo hice contigo, ¿no? — abrió algo más la puerta. — No te preocupes, me portaré bien, puede que hasta os ayude con esta bonita comunidad en la que todos y todas trabajáis y servís por igual, ¿no? — Erica parecía dulce, pero hablaba con todo el sarcasmo del mundo. Harvey mejor que nadie sabía a quién se refería. Zasha y Enno le habían contado cómo Harvey y sus matones destrozaron aquel lugar y como los que no murieron acabaron esclavizados. Zasha y Enno tuvieron más suerte. Esos dos viejos pasaban de todo y en cierta manera hasta los admiraba. Reconocía que tenían un par.
— Mira, será mejor que... — su gesto, molesto se apaciguó. Aquella joven la había sacado de sus casillas en menos de cinco minutos. — Abre los ojos Smith, no tienes a tu viejo poderoso para lamerle el culo, nadie te va a proteger, ni siquiera esos dos vejestorios, este lugar es mío — cortó por lo sano, sus palabras serían claras y directas. Harvey no estaba allí para que le tomasen el pelo de aquella forma, no había recorrido aquel tortuoso camino para acabar así.
— Si es cierto lo que dices, genial por ti, pásalo bien, pero en este lugar tenemos unas normas y más te vale acatarlas porque no pasaré ninguna por alto, ¿te queda claro? — Harvey se giró de nuevo hacia ella, antes de querer marcharse. — Y si dices la verdad, a ambas nos interesa mantener alejada a Umbrella de todo esto, así que más te vale no joderme — no dudaría en entregarla como moneda de cambio, seguro que sacaba mucho. Le daba igual tener que jugársela, aunque eso sería como último recurso. No iba a permitir que le faltasen el respeto en su hogar, en su poblado.
— Que tengas muy buen día Erica — se despidió finalmente y sin darle tiempo a nada más bajó las escaleras del porche a toda velocidad. Tendría que aguantar a la rubia allí, aunque le pesara, pero la tendrìa bien vigilada.
— Si es cierto lo que dices, genial por ti, pásalo bien, pero en este lugar tenemos unas normas y más te vale acatarlas porque no pasaré ninguna por alto, ¿te queda claro? — Harvey se giró de nuevo hacia ella, antes de querer marcharse. — Y si dices la verdad, a ambas nos interesa mantener alejada a Umbrella de todo esto, así que más te vale no joderme — no dudaría en entregarla como moneda de cambio, seguro que sacaba mucho. Le daba igual tener que jugársela, aunque eso sería como último recurso. No iba a permitir que le faltasen el respeto en su hogar, en su poblado.
— Que tengas muy buen día Erica — se despidió finalmente y sin darle tiempo a nada más bajó las escaleras del porche a toda velocidad. Tendría que aguantar a la rubia allí, aunque le pesara, pero la tendrìa bien vigilada.
— Está bien... Mamá — la última palabra la pronunció con todo el sarcasmo del mundo. Erica era consciente de que se estaba comportando como una estúpida adolescente, pero entendía que era eso lo que Harvey esperaba de ella, todo el mundo lo esperaba. En aquella posición era evidente que ambas tenían que perder algo. A Erica le interesaba seguir en la sombra y a Black que no descubrieran su pequeño trozo de paraíso podrido.
Se cruzó de brazos, ligeramente malhumorada y en esta ocasión de verdad, cuando observó a la morena marcharse. No le iba a poner las cosas fáciles, por más que tuviera a los dos ancianos de su lado. Ellos eran un buen comodín, pero no para todo. La rubia cerró de un portazo volviendo a la vivienda para seguir con sus cosas antes de que regresaran los demás. Iba a tener que irse con mucho cuidado, nada le impedía a Harvey ir a por ella cuando menos se lo esperase. Eso la dejaba en una muy pero que muy mala posición.
Se cruzó de brazos, ligeramente malhumorada y en esta ocasión de verdad, cuando observó a la morena marcharse. No le iba a poner las cosas fáciles, por más que tuviera a los dos ancianos de su lado. Ellos eran un buen comodín, pero no para todo. La rubia cerró de un portazo volviendo a la vivienda para seguir con sus cosas antes de que regresaran los demás. Iba a tener que irse con mucho cuidado, nada le impedía a Harvey ir a por ella cuando menos se lo esperase. Eso la dejaba en una muy pero que muy mala posición.
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