¡Piensa en el mañana! [Balion]

Nos habíamos separado para abarcar más terreno. Estábamos en una especie de complejo turístico. Una urbanización, aparcamientos, un centro comercial cercano... Yo acabé en el centro comercial, porque iba a ser lo más vacío de monstruos, o eso esperaba. De hecho, cuando entré había luz, por lo que deduje que alguien había estado ahí hacía poco, había activado los generadores eléctricos y había permanecido ahí una temporada. Estaba lleno de no-muertos, muertos, valga la paradoja. Quedaba alguno, pero había el suficiente espacio como para mantenerme alejado.

Lo más maravilloso de todo fue ver el tinglado montado. Había cadáveres colgados de las barandillas con algún tipo de cableado. Algunos muertos seguían vivos, valga otra vez la paradoja. Quise entretenerme un poco y aprovechar el momento. Me subí en las escaleras mecánicas a la bajada, y me puse a jugar al golf.

— ¡Uno, dos! ¡Piensa en el mañaaana!— iba canturreando tras golpear a dos gruñiditos que no podían alcanzarme. Los Simpson hicieron mucho daño en mi época—. ¡Uno, dos! ¡Piensa que voy a ir!

Pasa la mano por la nunca, respirando hondo, entre el polvo y los escombros, el cabello largo cuelga más allá de sus hombros, empapado en sudor y mugre, mezclado con sangre y victoria. Aliviado de sentir la calidez de la luz del sol, de buena mañana, ha sido una noche movidita para él y sus antiguos anfitriones, se da cuenta de que está sentando, más bien, casi encajado en la barra de un comercio de ultramarinos, frente a él hay un lanzagrandas y algunas cosas más.

Va vestido como un superviviente, aunque, va equipado como un ex-militar, chaleco, armas, cargadores, granadas, radio, incluso espadas y cuchillos, junto a una escopeta un rifle de francotirador, la mayoría de armas están tiradas por ese mismo establecimiento, un par de pistolas, medicinas y vendajes, así como comida y agua, parece ser que el lugar es el almacén de los antiguos dueños, última planta, pasados los multi-cines.

La brisa del día le asombra más que la luz que se filtra por lo que queda del techo del lugar, fuera solo por la pelea de anoche o por el paso del tiempo en sí.
Arrastra un ligero calor familiar, sonríe parpadeando, reaccionando al fin, una ligera sonrisa se va dibujando en su sucio rostro, una sensación lo va invadiendo centímetro a centímetro, está vivo, los demás no. Una risa contenida lo hace toser y escupir un pequeño coágulo de sangre. Es entonces cuando mira a su alrededor, buscando y analizando su propia situación, golpes y arañazos, una puñalada superficial, por suerte el chaleco tiene 3 disparos, pero él no ha parado ninguna con el cuerpo.

Pasa las manos por sus piernas, aunque doloridas y agotadas, no parece tener ninguna rota o lesionada, algún golpe y molestia pero en principio nada serio.
-A la mierda el descanso...-Tras darse ánimos y hablar solo en voz alta, apoya las manos en la barra y trata de levantarse con todas sus fuerzas, logrando hacer bastante ruído, así como emitir un fuerte quejido más parecido al de una criatura que un ser humano.

En uno de los trozos de espejo rotos en el suelo se ve de pié al fin, cubierto de muerte y sangre, con los ojos inyectados en la misma, de manera desproporcionada, respira con fuerza, se da cuenta de que sigue medio sordo, no aprecia el volumen de sus acciones correctamente, así que, se sienta en la misma barra, tomando su rifle, para ver si está cargado, tira del cerrojo de la recámara, comprobando que tiene munición, apoya la culata del rifle en la barra y se echa a reír, no de una manera normal, parece estar completamente loco, ido, ni siquiera parece percibir la realidad como los demás, se queda observando al tipo que iba hablando de algo, sin haber oído una sola palabra de lo que decía.

Pero observándole en silencio, pensando si lo habrá visto u oído, o habrá llegado después? Estaba ya allí? Las dudas recorren su cabeza, pues lleva toda la noche luchando contra gente peligrosa podría ser alguno de ellos que se había quedado escondido, refuerzos, a saber, pero por su forma de respirar y mirarle, está claro que si tiene alguna intención de pelear, a pesar de estar agotado y herido, Adam ya está listo para la acción.

Seguí tarareando cualquier melodía absurda de Los Simpson. Gran serie, mejor persona. Cuando llegué al final de la escalera mecánica hice girar un par de veces el palo de golf en mi mano. No era la mejor de las armas, desde luego, eso lo sé, pero nunca me había fallado. Sabía manejarlo, y con él podía mantener a los zombies a cierta distancia de mi bonita cara. Valoro mi pellejo por encima de todo. O, al menos, por encima de muchas cosas.

Mis oídos captaron algo y, al alzar la vista hacia los multicines, no pude evitar dar el respingo de mi vida. No habría saltado más de haber tenido flubber en la suela de los zapatos.

—Hostia puta— exclamé llevándome una mano al pecho en aquel mini infarto. Aquel tipo greñudo y sucio estaba cubierto de sangre de la cabeza a los pies, observándome, sentado en la barra de las palomitas como una aparición grotesca—. No puedes ir dando esos sustos a la gente. Es de mala educación— le dije con el pulso golpeándome con fuerza en el estómago. Me había puesto nervios, pero, ¿quién no lo estaría en aquel mundo lleno de peligros acechantes en cada rincón?— Uff...— resoplé. No me pasó desapercibido el rifle, y ya iba pensando en cómo salir de ahí sin recibir una bala en la nuca.


Dado dilema: ¿Belos verá a Balion?

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'Dilemas' :

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"Vaya vaya...Vaya..."Incluso en su mente, sigue cansado por lo que sucedió la noche anterior, pensando despacio, sus oídos aun no recuperan su estado natural, embotados y sintiendo un fuerte nudo en la garganta echa una mirada a su alrededor pero vuelve la vista al frente, enarcando una ceja, leyendo de cierta lejanía los labios y la expresión de quien se dirige a él, aunque su voz es más bien como un murmullo que se confunde con las campanitas de sus oídos, sumados a la presión que fueron sometidos.
-No levantes la voz...-Le inquiere en tono firme, pero sabiendo que no tiene que contradecirse y no lo hace, está acostumbrado a luchar con muchsíssimo ruído de fondo, muy pocos guerreros lo soportan y suelen sucumbir ante la atrocidad del conflicto, pero Jensen es distinto, parece estar esperando el momento para volver a encender los fuegos artificiales.

-Donde quieres la bala? Así cuando le mande tu cabeza al jefe de los chacales seguro que accede a hablar conmigo, así podría llegar a dar la cara no te parece?...Ya que todos tus compañeros han muerto, lo justo sería unirse a ellos no? Jejejeje-Entrecierra un momento los ojos, pero baja de un salto sorprendido y curioso por algo.
-Joder...Me ha tocado un duende de la suerte...-Le mira fijamente a los ojos, aparta la poca estructura de acero y cristal que un día fuera la puerta del apartado de apertivos, caminando cada vez más hacía él, rifle en mano, aunque no parece tener intenciones violentas, por como sonríe ampliamente de oreja a oreja, está claro que algo trama o alguna idea brillante de la ido a la cabeza, como también es muy aparente, que parece ser, Adam, está confundiendo a Belos con un posible enemigo regazado o despistado, o que hubiera estado hace cinco minutos tomándole el pulso y antes de irse se hubiera parado a echar unos hoyos con las cabezas de los zombies, esa opción le suena más

— ¿Jefe?— exclamé con un ridículo gallo alzando las cejas. Escuché el resto de sus palabras, y cada vez me parecía con peor pinta la situación. Lo que me faltaba. Más locos.

Levanté las manos en señal de paz. En una aún aferraba el palo de golf. Soy una persona bastante pacífica. Me refiero a que no me gusta que acaben por darme una paliza o terminar como un colador. No suele apetecerme.

—Wow, wow, para el carro, colega...— le pedí en un tono que venía a ser entre histérico y conciliador— No sé de qué chacales hablas, pero yo no estoy con ellos— dije con seguridad, retrocediendo unos pasitos lentos por instinto. No me gustaba su forma de acercarse, ni cómo sonreía. Parecía un depredador, y yo soy más bien del tipo hiena.

Mantuve los ojos bien abiertos, y de vez en cuando mi raba su arma. Es inevitable quedarse mirando algo tan grande. Me refiero al rifle.

-Truslivyy chelovek nikogda ne khochet vstretit'sya so smert'yu, no na etot raz u nego ne budet drugogo vybora, krome kak sdelat' eto...-Comienza a pronunciar, andando muy despacio, casi como un zombie, se toma su tiempo palabra por palabra, para hipnotizarlo y que no se mueva mucho. Con los últimos pasos, queda a pocos metros de su interlocutor, respira hondo, dejando que mucha de la adrenalina, que le sobra de buena mañana, desaparezca.
-Eso es todo? Ninguna historia de mentiras? Ningún detalle exculpatorio? Un tatuaje, una cohartada? Simplemente dirás que no estás con ellos y punto, ya veo...-Deja que el rifle caiga reposando contra su hombro y pecho, observando que a primera vista, su posible enemigo, no lleva armas de fuego, entonces una fugaz idea recorre su cabeza.
"A este lo voy a matar a ostias, así su alma me dará el sustento que necesito para sobrevivir hoy..." de nuevo, una sonrisa que no propicia nada bueno en su rostro se dibuja cada vez con más fuerza. La tensión termina de aumentar cuando este descuelga el rifle y lentamente lo deja en el suelo, sin tener que agacharse o inclinarse, con ayuda de la banda para colgar.

-Si sobrevives más de un minuto, habrás probado tu inocencia...-La sordera aun está haciendo efecto, no obstante ha empezado a reaccioanr mejor con el oído, antes de lanzarse a por él tan solo con sus manos desnudas, espera unos segundos, por si tiene algo más que añadir.
"Igual confiesa y se ahorra la paliza..."Pasa por su cabeza durante unos instantes.

Si no tenía muy atrofiado el ruso que había aprendido del guapito de cara, ese tío decía algo sobre un cobarde y enfrentarse a la muerte. La situación me gustaba cada vez menos. ¡Se lo había dicho a Regis! No era buena idea separarnos. ¿Qué ganaba quedándome solo? Pues encontrarme con otro lunático que se acaba de dar un baño en sesos y sangre. Maravilloso.

Le observé avanzar, y yo seguí retrocediendo pasitos disimulados y cortos, pero entonces se detuvo y me quedé quieto, como un conejo al que le dan las largas. No me perdí detalle de sus movimientos, de cómo dejaba el arma de fuego en el suelo, de su forma de sonreír, ni de sus palabras. Me había quedado mudo. ¡Yo! Pero sólo intentaba pensar con rapidez. Hasta que habló de matarme, básicamente.

—Eh, eh— repliqué con las manos por delante—. Oye, colega, si quieres que te cuente una historia inventada, tengo para Las Mil y una Noches— le prometí—. Pero ni sé de quién me hablas, ni estoy buscando bronca, ¿vale? Así que...— retrocedí un par de pasos— Bueno, me largo...

Soy un cobarde; me gusta seguir vivo. ¿Algún problema?

-¿Colega?...-Pregunta con tono firme-...Así te hablas tu con tus "Colegas"?...-Sin forzar el gesto empieza a caminar hacía él, al principio con calma, mientras termina de hablar, para que las prisas no le entorpezcan en su discurso.
-...Os amenazáis de muerte y luego sin más os dais la espalda?...Me sigo sorprendiendo de las filias que se han ido desarollando en el fin del mundo...-Se encoge de hombros de forma suave y fluída, no es esa clase de persona, tampoco tiene intención de comprender sus motivos mucho más, aunque tratara de quitarle hierro al asunto con esa forma cariñosa de diririgirse a él, Adam no es un superviviente necio con un mal día, es un asesino profesional y consumado, además un oficial militar condecorado, donde otros lo hubieran dejado estar y hubieran seguido su camino sin más, por pura superviviencia, él tiene muy claro que va a cruzar ese límite, llegar hasta el final, es como una droga para él.

-Puedes llamarme "colega" si quieres, pero eso no te salvará...-Sin dejar apenas un segundo entre la última sílaba que sale de su boca y su próxima víctima, carga, corriendo lo más rápido que puede hacía Belos, en principio solo corre buscando la confrontación directa, si este se quedara quieto a enfrentarle Adam se calmaría y dejaría espacio entre ellos, si por el contrario Belos empezara a correr y ser perseguido, entonces sin duda Adam le perseguiría entre risas muy preocupantes.

//OFF//
Condición física para correr detrás de Belos 5+...

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Repito: ¿por qué acabo peligrosamente cerca de todos los locos de este puñetero país? Cada vez entendía menos de lo que decía. Lo mismo daba que hubiera vuelto a hablarme en ruso, o en chino. Era hora de salir de ahí. Al menos había dejado el rifle, cosa que me daba una oportunidad, y era rápido.

—Sí, sí... Venga, nos vemos— iba diciendo más para mí que para él mientras retrocedía. Entonces di un respingo en cuanto dejó de hablar y comenzó a correr—. ¡Contigo no, bicho!— exclamé cogiendo velocidad. Visualizadlo como el Correcaminos saliendo cagando leches para que no se lo coma el Coyote. Seguramente hasta dejé una estela detrás de mí al echar a correr. Salté por encima de un banco; tiré a mi espalda un stand de gafas polvorientas para obstaculizar a ese loco; y casi me tropecé con un cadáver tirado por ahí al resbalar con algo viscoso.


CF 3+10

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Risas y más risas, cuanto más corre más se da cuenta de que esas risas van quedando atrás, cada vez más atrás, al punto en que si fuera mínimamente inteligente, Belos se estaría dando cuenta de que o no lo persigue corriendo o se ha quedado muy atrás, o se ha escondido, algo que a estas alturas para Adam ya es irrelevante, el juego ha empezado, le ha visto bien de cerca, tranquilamente, vuelve para recoger su rifle, no, no se da media vuelta para perseguirle sin más de nuevo, ahora ya no tiene prisa.

"Bueno, esto ha aguantado, esto no, esto más o menos y estooo estoooo..."Va recogiendo sus cosas y haciendo un inventario rápido y muy subjetivo de aquello que sirve o no sirve. En unos cinco minutos está terminando de ajustar su equipo, listo para echar a andar, aunque no lo lleva todo lo perfecto que le gustaría, le basta para echarse a andar, no corre ni usa una actitud demasiado forzada, simplemente, empieza su descenso para marcharse del lugar, porque una de dos, o se larga o se lo comerán los zombies que Adam va a atraer con la música del coche y cuatro tiros que pegará en la calle, se ríe ligeramente por los pasillos, no sabe si está delatando su posición a Belos o no, solo está pensando en la que va a montar, le encanta su vida, es el guerrero perfecto, el depredador más letal, es dios, él decide quien puto vive y quien muere.
-¡¡¡¡Nos lo vamos a pasar de putaaaa madreeeee!!!!-Abre los brazos mientras bambolean las mochilas que lleva, se da cuenta de que la escalera mecánica no funciona y empieza a bajar los escalones con hastío, pero no quitándole toda la felicidad del momento, solo un poquito de felicadad, no demasiada, que diablos, está más contento que un lunes por la mañana con dos buenas rallas de la mejor cocaïna.

"Tiene pinta de ser de esos que tiene coche, sino no estaría por aquí tan tranquilo, ese tio tiene planes de escape, vaya improsivando o no, igual no es quien dice ser, pero entonces me surja una pregunta mucho mejor, ¿Quién es ese tío?"Empieza a bailotear mientras la música resuena en su cabeza y está deseando llegar al coche para convertirlo en una realidad, rock brutal de las mejores épocas, letras apabullantes y esas pastillas de MDMA que lo esperan en la guantera del coche. Está tan seguro de que lo va a cazar esa misma mañanam, que prefiere no correr detrás de él como un imbécil, solo desaría algo de café instantáneo para desayuanr al menos. Odia correr en ayunas, siempre lo ha odiado y ahora no hay ningún puto oficial ni alto mando que le obliegue a correr más en su vida.

Aminoré la marcha conforme oí que las risas se alejaban. Una de dos, o yo era una gacela, o el greñas había cambiado de opinión y me dejaba en paz. Me situé detrás de una columna para recuperar el aliento, apoyando las manos en las rodillas y cogiendo aire. Cuando uno cree que le peligra la vida, suelen faltarle piernas, y ese había sido mi caso.

Tragué saliva, y tras unos segundos me asomé para asegurarme de que no me seguía. Estaba recogiendo sus cosas, de modo que esperé, y eché un vistazo a la salida, sopesando mis opciones. Para salir por ahí, me tocaba dejarme ver, así que aguanté mis ganas de volver a echar a correr. Hasta que le vi pasar, escondido tras la columna, hacia la salida del centro comercial, de modo que esperé un poco para salir también. No pensaba quedarme ahí dentro ni un minuto más. Buscaría a Regis y a Wildy, y me pegaría a sus culos duros de por vida. No me fiaba del greñas ruso.



Sigilo:
Combate 1 +dado

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A paso firme, esta vez sí, termina llegando a la entrada del centro comercial, la puerta principal está destrozada porque es por donde ha entrado Adam, solo quedan pedazos de madera y cristales rotos, junto a los clavos y telas que hubiera tendidas, ahora, no son más que ruinas y recuerdos.

Enfrente y casi en línea recta la entrada, avista su Mustang verde, se acerca sonriente a este, no tarda en dejar sus cosas, sacar las llaves y abrir el maletero, donde lo va cargando todo, no le cuesta mucho, últimamente viaja ligero, básicamente meter las bolsas y el petate de armas, pero se queda su carabina M14 EBR en las manos, después cierra el maletero. Se sienta encima de este y saca un paquete de cigarillos, lo deja sobre el maletero a un lado, además de algo de marihuana, papel de liar y algunos trozos de cartón, tiene claro que probablemente esté un rato ahí.
-¡¿Entonces que va a ser!?-Levanta la voz, al tiempo que empieza a enrollarse un canutito.

Son apenas un par de segundos lo que se pueda llegar a distraer en su tarea y parece bastante atento a lo que pueda pasar, de momento no se escucha música, solo la voz de Adam desde el exterior llamando a Belos a su encuentro.
-¡¿Vas a salir y luchar como un hombre!? ¿¡O voy a tener que hacerte salir como a una rata!?...-Con esas últimas palabras, se lleva el porro a la boca y toma el rifle, respirando hondo, esperando a que su invitado de alguna señal de cualquier cosa.

//OFF//

Tirada para tener localizado a Belos:
Defensa 5+3 = 8

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Seguí al greñas hasta que pude volver a resguardarme en una columna de la entrada. Más allá era campo abierto, y si ponía un pie más fuera, me vería. Chasqueé la lengua con fastidio mientras le observaba guardar sus cosas en el maletero del vehículo. Me escondí bien cuando le oí gritar, y cerré los ojos con fuerza con el pulso acelerado. Regis, Regis... Rescátame, guaperas mamón, pedí en mi fuero interno.

Me atreví a volver a asomarme al no percibir más que silencio. El cabrón estaba tan tranquilo, liándose un puñetero canuto. Estaba esperándome, y mis opciones eran más bien pocas. Lo sé, tenía que haber salido por donde había entrado, pero no me fiaba de ese lunático. Volví a apoyar la espalda en la columna, apoyando la base del cráneo en el hormigón. Inflé los carrillos y solté aire lentamente. Querido lector, la cosa no pintaba bien.

— ¡¿Y por qué iba a querer luchar?!— pregunté alzando la voz. A lo mejor a base de gritos, Regis me oía en alguna parte.

-Porque nadie te va a salvar ahora, estás solo, acorralado y tienes la oportunidad de salvar la vida, eres alguien útil, te quiero en mi banda, así que sal! de una puta vez antes de que me harte te pegue un tiro! Crees que vas a poder escapar por algún otro acceso? Te deseo suerte, a ver cuanto duras ahí fuera al raso, no hagas el imbécil y sal de una puta vez así podremos hablar!...-Da otra calada y se baja del maletero dejando el rifle sobre el mismo.

Con un click se empieza a escuchar música, muy a lo lejos, la voz de Adam se oye bastante por encima.
-Si no sales voy a ir subiendo el volumen hasta el máximo, no creo ni que tenga que decirte lo que eso implica, ratoncito, vamos!...-Niega con la cabeza tranquilo, sonriendo, aun no puede creérselo, pero así és, al menos alguna que otra habilidad buena tiene, eso sin duda.
"A ver si por lo menos no es gilipollas y no me da un mal viaje..."Niega de golpe volviendo a la realidad y asimilando que esa segunda parte probablemente no vaya a ser así.

—Me cago en tu vida, Regis— murmuré para mí después de oír al greñas. Suspiré, dejando salir el aire de una bocanada para finalmente salir de detrás de la columna con las manos en alto—. Tú ganas, melenudo— dije en tono conciliador, y caminé sólo unos pasos en su dirección—. Pero baja el volumen de los Chili Peppers...— le pedí.

En una cosa tenía razón. Solo no iba a sobrevivir, y menos si me dejaba tirado con un montón de no-muertos atraídos por la puñetera música. Por el momento, lo único que podía hacer era ganar tiempo, o hacer que se cansara de mí, cosa que solía dárseme bien.

— ¿Tienes nombre, amigo?— pregunté. No había guardado el rifle. Lo tenía a mano, y eso debía tenerlo en cuenta—. Hace una mañana estupenda, ¿eh?