California dreamin' #Chase Callen

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Estaba inquieto y aunque trataba de disimularlo, era evidente que Owens y Richard no se lo habían tragado. Sin embargo él creía que sí. Fueron con calma hacia el vehículo, aunque se detuvieron un momento porque Vanessa necesitaba descansar. Vanessa. Al pensar en aquel nombre sentía un nudo en el estómago. No pudo evitar mirarla de reojo. Su cabeza iba muy rápido, su mente no dejaba de pensar en aquello, ella, la nota... ¿Qué podía hacer?

Abrió la puerta trasera y le hizo una señal a la joven para que tomara asiento.

— No te preocupes, de estar en tu lugar opinaría lo mismo — explicó con una rislla. Callen quería sentarse junto a ella en la parte de atrás, pero Owens se le acercó y señaló el asiento del copiloto.

— Yo iré con ella, Richard conduce, ve con él delante mejor — explicó.

— ¡Claro! — exclamó rápidamente, sin dar muchos rodeos hizo lo que le había pedido y ahí ya comenzó a sospechar que algo no iba bien. Había sido muy raro aquello, pero por eso mismo no quiso discutir, prefirió tratar de actuar con naturalidad. Una vez en el asiento se quedó apoyado con el antebrazo en la puerta. Había vuelto a guardar la nota en la funda del cuchillo y esta parecía arder, de tal forma que sentía un calor abrasador en aquel lado. Insoportable, como si le pesara, recordando que todo estaba mal y que tenía que hacer algo, ¿pero el qué? ¡Esa era la pregunta! De momento quiso esperar y ver cómo seguían actuando ellos dos. ¿La rubia sabría algo? Todas esas preguntas y muchas más no dejaban de rondar su mente. La miró a través del espejo retrovisor y se giró hacia atrás.

— ¿Qué tal? No es el coche más cómodo del mundo, pero... ¿Mejor que estar ahí afuera, no? — preguntó con cierto humor. Necesitaba hacer contacto con ella, y alguna señal, algo que le indicase que ella también lo sabía. De hecho había sido ella, había empezado ella, pero ahora parecía normal y eso era lo que más le inquietaba. Richard y Owens cerraron la puerta de ella, una vez que se subió y antes de que fueran a sus respectivos lados, él lo intento.

— ¿Vanessa? — susurró. Owens abrió la puerta del conductor y Callen, que estaba algo serio sonrió. — Nos queda un rato para llegar a la base, pero entonces podrás comer lo que quieras... ¿Aquí teníamos alguna barrita o algo? — se giró hacia Richard que abría la puerta trasera del otro lado, para sentarse junto a ella.

Se sentía mejor, regresarían a Umbrella y la curarían del todo. Estaba sentada en el coche con toda la calma del mundo. «¿Vanessa?» Y de repente su cabeza dio el viaje de su vida.

— Yo... — de pronto todo ardía, el espacio del vehículo parecía encogerse, sudaba... Una voz en mi cabeza gritaba aquel nombre una y otra vez, era Max, ¿Max? Y le recordé, en aquel edificio, gritando, huyendo de mi. ¿Por qué recordaba ahora aquello?

«Abuela, deja de llamarme Vanessa, me llaman Nessa».

«Te llaman Nessa y tus padres te llamaron Vanessa, que es lo que pone en tu documentación, no digas tonterías, ni que tuvieras un nombre feo...»

«Me llamo Vanessa» En aquel último recuerdo yo le decía aquello a Callen, pero yo no conocía a Callen de antes, ¿no? Y más imágenes, recuerdos que no sentía míos comenzaron a irrumpir en mi cabeza y yo sentía que esta iba a explotar.

— No sé si voy a llegar a Umbrella, me empiezo a encontrar cada vez peor... — el militar que había arrancado el coche, lo detuvo, cuando apenas había alcanzado tres metros, los hombres se giraron hacia mi.

— Necesito aire — expliqué agobiada.

— No vas a ir a ningún sitio, nos vamos a Umbrella, allí te examinarán y te pondrás mejor — y el coche arrancó de nuevo. Si Umbrella me había parecido un lugar seguro... ahora me aterraba. Observé a través del espejo a Callen. Mi expresión lo decía todo. Sentía que no debíamos regresar... ¿Pero qué era lo que podíamos hacer ahora? Más tensa que nunca, clavé mis ojos en los de Callen a través del espejo retrovisor. Por un lado sentía que estaba perdiendo el juicio y que nada de aquello era real, pero... él lo había dicho, él me había llamado y aquel era mi nombre.

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