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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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El reencuentro - w. Sylvia Weis
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— Que irónico — Sonreí cambiando de marcha. Sí, es irónico que el lugar sea llamado Nevada y haga un calor tremendo. Ya se veía a lo lejos el gran edificio, hermoso, enorme y abandonado, muy abandonado, pero si pudiese encontrar algo estaría bastante bien, aunque seguramente alguien habrá entrado y saqueado el lugar.
Avancé a gran velocidad con mi estupendo Chevrolet Corvette Stingray negro. Le tenía bastante cariño. La velocidad me encantaba y puesto que ahora no habían multas... Hay que ver lo positivo a todo supongo. Al llegar al gran centro comercial "The Forum Shops"
dejé el coche estacionado en el aparcamiento. De momento no se veía nada. Me quedé mirando el gran edificio, era mucho más grande de lo que imaginaba, este viaje prometía.
Cogí mis armas y emprendí mi camino. Eché a caminar con cuidado, despacito y decidida, no era la primera vez que estaba sola y me encontraba con esos bichos, desde que nos separamos Sylvia y yo, ya nada era lo mismo, sentía que me falta algo y era normal, siendo sinceras, la extrañaba. Aunque no dudaba que seguía viva, ella es lista y sabe apañárselas sola.
A mi alrededor no había ningún zombie, extraño, normalmente están por todas partes, será que el destino me lo está poniendo fácil...
La puerta estaba cerrada. Diablos. Ya me extrañaba a mi que iba a ser tan fácil... Demonios. Miré a mi alrededor, necesitaba una manera de entrar y no me iba a rendir ahora, allí podría conseguir muchas cosas necesarias, es mi momento. Me acerqué a una de las ventanas e hice palanca con el cuchillo para poder abrirla. Eureka. Esto lo tuve que aprender en uno de mis trabajillos... Era totalmente necesaria. Con cuchillo en mano me adentré dentro de ese enorme centro comercial por si acaso, puesto que algún zombie debería de quedar, unos cuantos, ya que aquí seguramente se resguardaron de la epidemia cuando todo comenzó. ¿Quedarán supervivientes?
Mirase donde mirase habían un montón de tiendas, estatuas, fuentes, e incluso una gra pintura en el techo del enorme lugar. Simplemente asombroso. No podía describir lo que sentía, era como una hormiga dentro de una casa de humanos, totalmente perdida, pero alerta de que nadie intente acabar con mi vida. Me adentré en la primera tienda que vi, una tienda de ropa, sinceramente no me vendría mal cambiar porque y la sentía vieja y estaba incluso rota en algunas zonas de los arañazos al escapar y eso.
Encontré una camiseta de tirantes negra, unos pantalones de cuero negros, con unas botas altas y una chaqueta de cuero negra. Además cogí unos guantes sin dedos negros también, que me ayudarían con la pistola, mi próxima parada, unos cinturones para las armas. Con este nuevo cambio estaba más cómoda y me costaba menos moverme, además, me quedaba bien, ¿para qué mentir? Con mi nuevo cambio salí fuera de la tienda y me puse a mirar la gran fuente central, de espaldas a la puerta principal.
Avancé a gran velocidad con mi estupendo Chevrolet Corvette Stingray negro. Le tenía bastante cariño. La velocidad me encantaba y puesto que ahora no habían multas... Hay que ver lo positivo a todo supongo. Al llegar al gran centro comercial "The Forum Shops"
dejé el coche estacionado en el aparcamiento. De momento no se veía nada. Me quedé mirando el gran edificio, era mucho más grande de lo que imaginaba, este viaje prometía.
Cogí mis armas y emprendí mi camino. Eché a caminar con cuidado, despacito y decidida, no era la primera vez que estaba sola y me encontraba con esos bichos, desde que nos separamos Sylvia y yo, ya nada era lo mismo, sentía que me falta algo y era normal, siendo sinceras, la extrañaba. Aunque no dudaba que seguía viva, ella es lista y sabe apañárselas sola.
A mi alrededor no había ningún zombie, extraño, normalmente están por todas partes, será que el destino me lo está poniendo fácil...
La puerta estaba cerrada. Diablos. Ya me extrañaba a mi que iba a ser tan fácil... Demonios. Miré a mi alrededor, necesitaba una manera de entrar y no me iba a rendir ahora, allí podría conseguir muchas cosas necesarias, es mi momento. Me acerqué a una de las ventanas e hice palanca con el cuchillo para poder abrirla. Eureka. Esto lo tuve que aprender en uno de mis trabajillos... Era totalmente necesaria. Con cuchillo en mano me adentré dentro de ese enorme centro comercial por si acaso, puesto que algún zombie debería de quedar, unos cuantos, ya que aquí seguramente se resguardaron de la epidemia cuando todo comenzó. ¿Quedarán supervivientes?
Mirase donde mirase habían un montón de tiendas, estatuas, fuentes, e incluso una gra pintura en el techo del enorme lugar. Simplemente asombroso. No podía describir lo que sentía, era como una hormiga dentro de una casa de humanos, totalmente perdida, pero alerta de que nadie intente acabar con mi vida. Me adentré en la primera tienda que vi, una tienda de ropa, sinceramente no me vendría mal cambiar porque y la sentía vieja y estaba incluso rota en algunas zonas de los arañazos al escapar y eso.
Encontré una camiseta de tirantes negra, unos pantalones de cuero negros, con unas botas altas y una chaqueta de cuero negra. Además cogí unos guantes sin dedos negros también, que me ayudarían con la pistola, mi próxima parada, unos cinturones para las armas. Con este nuevo cambio estaba más cómoda y me costaba menos moverme, además, me quedaba bien, ¿para qué mentir? Con mi nuevo cambio salí fuera de la tienda y me puse a mirar la gran fuente central, de espaldas a la puerta principal.
— Aquí Sylvia Weis, me encuentro en... — realmente no sabía muy bien dónde estaba. Así que me limité a dar señales a diestro y siniestro. — Estoy a unos metros del The Forum Shops — dije al pequeño micrófono que llevaba y presioné después el auricular contra mi oído para escuchar mejor la respuesta que me daba la base.
— De acuerdo, volveré en cuanto acabe, corto — y sin más apagué el auricular. No necesitaba a Pepito Grillo todo el rato dentro de mi cabeza. Aunque esta versión era mucho más siniestra. Caminaba con aparente tranquilidad por la arena del desierto, esta había cubierto las calles de la ciudad de Las Vegas y por tanto podría encontrarme perfectamente sobre cualquier cosa. Tal vez habrían unos tres metros de arena, eso como poco. Vestía pantalones elásticos negros, camiseta de tirantes del mismo color y botas, para variar oscuras también... La chaqueta la había dejado en el baúl de la moto, pues hacía mucho calor para llevarla.
La misión que me habían encomendado hoy era complicada. Según la base y diversos informantes había una BOW en aquel centro comercial anteriormente mencionado. Realmente no se trataba de una BOW, sino más bien de una mutación; Umbrella no había tenido nada que ver con la creación de esta criatura y quería estudiarla, pero primero, lo harían con algunas muestras que me habían enviado recoger a mi misma. Los últimos que habían sido enviados habían muerto y yo era la tercera opción. Y definitiva, no fallaría.
Lo sorprendente fue toparme con un vehículo cerca de la entrada del centro comercial. Un coche intacto y bastante lujoso. Un coche que me parecía ideal y que... posiblemente me llevaría. Sonreí. Los caminantes ni se encontraban en aquella zona debido a la arena.
Logré colarme en el interior del edificio muy fácilmente, había una ventana medio abierta por la que pude colarme. Tal vez hubiera alguien más allí, a no ser que ya estuviera muerto por culpa de aquella criatura. Cargaba con un maletín de color negro, en él metería las muestras.
Se trataba de un lugar bastante grande, iba a ser complicado dar con aquella criatura, además de grande resultaba ser muy lujoso, la clase de sitio en la que me habría gustado comprar junto a mis hermanas tiempo atrás.
Avanzaba por aquella inmensidad de lugar, atenta a cualquier indicio o posibilidad de toparme con la criatura, cuando otra cosa, o más bien otra persona llamó mi atención. Solía ser una persona muy tranquila, hasta en las circunstancias más complicadas, pero en aquel momento sentí como mi corazón daba una fuerte sacudida en el interior de mi pecho. Era una mujer, se encontraba de espaldas a mi, vestía prácticamente la misma ropa que yo, como si hasta pensáramos igual... su cabello estaba algo más descuidado, algo enredado, seguramente por el apocalipsis, rizado y más largo que el mío, pero seguía igual de reojo.
— Angy — no me hacía falta que se girase para saber que se trataba de ella, la conocía demasiado bien, incluso de espaldas y era mi hermana, como no saberlo. — Angy — volví a llamarla, con una sonrisa esta vez. Me encontraba a sus espaldas,a a escasos dos metros de ella. Después de meses por fin nos encontrábamos de nuevo.
— De acuerdo, volveré en cuanto acabe, corto — y sin más apagué el auricular. No necesitaba a Pepito Grillo todo el rato dentro de mi cabeza. Aunque esta versión era mucho más siniestra. Caminaba con aparente tranquilidad por la arena del desierto, esta había cubierto las calles de la ciudad de Las Vegas y por tanto podría encontrarme perfectamente sobre cualquier cosa. Tal vez habrían unos tres metros de arena, eso como poco. Vestía pantalones elásticos negros, camiseta de tirantes del mismo color y botas, para variar oscuras también... La chaqueta la había dejado en el baúl de la moto, pues hacía mucho calor para llevarla.
La misión que me habían encomendado hoy era complicada. Según la base y diversos informantes había una BOW en aquel centro comercial anteriormente mencionado. Realmente no se trataba de una BOW, sino más bien de una mutación; Umbrella no había tenido nada que ver con la creación de esta criatura y quería estudiarla, pero primero, lo harían con algunas muestras que me habían enviado recoger a mi misma. Los últimos que habían sido enviados habían muerto y yo era la tercera opción. Y definitiva, no fallaría.
Lo sorprendente fue toparme con un vehículo cerca de la entrada del centro comercial. Un coche intacto y bastante lujoso. Un coche que me parecía ideal y que... posiblemente me llevaría. Sonreí. Los caminantes ni se encontraban en aquella zona debido a la arena.
Logré colarme en el interior del edificio muy fácilmente, había una ventana medio abierta por la que pude colarme. Tal vez hubiera alguien más allí, a no ser que ya estuviera muerto por culpa de aquella criatura. Cargaba con un maletín de color negro, en él metería las muestras.
Se trataba de un lugar bastante grande, iba a ser complicado dar con aquella criatura, además de grande resultaba ser muy lujoso, la clase de sitio en la que me habría gustado comprar junto a mis hermanas tiempo atrás.
Avanzaba por aquella inmensidad de lugar, atenta a cualquier indicio o posibilidad de toparme con la criatura, cuando otra cosa, o más bien otra persona llamó mi atención. Solía ser una persona muy tranquila, hasta en las circunstancias más complicadas, pero en aquel momento sentí como mi corazón daba una fuerte sacudida en el interior de mi pecho. Era una mujer, se encontraba de espaldas a mi, vestía prácticamente la misma ropa que yo, como si hasta pensáramos igual... su cabello estaba algo más descuidado, algo enredado, seguramente por el apocalipsis, rizado y más largo que el mío, pero seguía igual de reojo.
— Angy — no me hacía falta que se girase para saber que se trataba de ella, la conocía demasiado bien, incluso de espaldas y era mi hermana, como no saberlo. — Angy — volví a llamarla, con una sonrisa esta vez. Me encontraba a sus espaldas,a a escasos dos metros de ella. Después de meses por fin nos encontrábamos de nuevo.
«Angy»
No me hizo mucha falta más para saber de quién se trataba, sonreí.
— Me has encontrado — susurré a la vez que me giraba, para mirarme en aquel reflejo que era mi hermana gemela. — Maldita nuestra suerte... — deshice la distancia entre ambas y abracé a la pelirroja con todas mis fuerzas.
— El pelo liso siempre nos ha sentado muy bien ¿eh? — acaricié uno de sus mechones y volví a abrazarla.
— Sabía que tarde o temprano nos volveríamos a encontrar.
Éramos Sylvia y Angy Weis. No moríamos, no caíamos, no nos rendíamos ni siquiera frente al apocalipsis zombie.
— ¡Pero oye, mírate, estás... ¡estás genial! — me aparté de ella suavemente. — ¿Qué has hecho Sylvia?
No me hizo mucha falta más para saber de quién se trataba, sonreí.
— Me has encontrado — susurré a la vez que me giraba, para mirarme en aquel reflejo que era mi hermana gemela. — Maldita nuestra suerte... — deshice la distancia entre ambas y abracé a la pelirroja con todas mis fuerzas.
— El pelo liso siempre nos ha sentado muy bien ¿eh? — acaricié uno de sus mechones y volví a abrazarla.
— Sabía que tarde o temprano nos volveríamos a encontrar.
Éramos Sylvia y Angy Weis. No moríamos, no caíamos, no nos rendíamos ni siquiera frente al apocalipsis zombie.
— ¡Pero oye, mírate, estás... ¡estás genial! — me aparté de ella suavemente. — ¿Qué has hecho Sylvia?
— Lo que había que hacer para sobrevivir y encontrarte Angy — le devolví el abrazo a Angy, no dejé que se apartase de mi hasta que yo pude abrazarla con fuerza.
— Sabía que seguías con vida — sonreí. — Pero sí, debo reconocer que no estás en tus mejores días — le guiñé un ojo con algo de malicia. — Es importante Angy, Umbrella me ha acogido en su base y contigo harán lo mismo también, podrías ayudarme con esta misión, volver juntas y que vean de qué pasta estamos hechas las Wesi, ¿qué me dices? — fui rapida y concisa en ponerla al día.
— ¿Llevas todas tus armas o necesitas algo? — empecé a decir mientras que me dirigía hacia más adentro del lugar. — Necesitamos recoger muestras de una mutación que ha aparecido en este Centro Comercial, Umbrella quiere estudiarla sin llevarsela aún — iba explicando poco a poco. — Me alertaron de que sería difícil, pero estando tú y yo juntas la cosa cambia — sonreí de lado en la dirección de mi hermana, dedicándole una mirada divertida. Cumpliriamos sí o sí.
— Sabía que seguías con vida — sonreí. — Pero sí, debo reconocer que no estás en tus mejores días — le guiñé un ojo con algo de malicia. — Es importante Angy, Umbrella me ha acogido en su base y contigo harán lo mismo también, podrías ayudarme con esta misión, volver juntas y que vean de qué pasta estamos hechas las Wesi, ¿qué me dices? — fui rapida y concisa en ponerla al día.
— ¿Llevas todas tus armas o necesitas algo? — empecé a decir mientras que me dirigía hacia más adentro del lugar. — Necesitamos recoger muestras de una mutación que ha aparecido en este Centro Comercial, Umbrella quiere estudiarla sin llevarsela aún — iba explicando poco a poco. — Me alertaron de que sería difícil, pero estando tú y yo juntas la cosa cambia — sonreí de lado en la dirección de mi hermana, dedicándole una mirada divertida. Cumpliriamos sí o sí.
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