¿Y esos informes que tenían que estar para ayer? [FB - STARS RC]

12 de septiembre de 2011.
13:D37 - Raccoon City, EE.UU.

- Agh... me muero de hambre - Alice se estiró en la silla de su escritorio dejando escapar un bostezo de paso. No se había levantado en toda la mañana de su asiento, había estado trabajando rellando varios formularios que debían pasar antes por sus manos. El papeleo era lo peor que llevaba Alice en la oficina, pero no todo iban a ser salidas a la calle, investigaciones o largas horas frente a su pantalla del ordenador con litros y litros de la bebida más estimulante que pudiera encontrar.

- ¿Y si pedimos algo al restaurante chino? Un pollo con almendras... - la muchacha hablaba con sus compañeros mientras prácticamente se relamía pensando en la comida. Igualmente se acomodó en el asiento y prosiguió redactando algunos de los informes.

- El número está al lado del teléfono... - añadió en voz alta para ver si algún alma caritativa se animaba a comer con ella. Esperó unos segundos y al no obtener respuesta se apoyó con ambas manos en el borde de la mesa y se empujó con fuerza haciendo que las ruedas de la silla girasen hasta llegar al centro de la sala.

- ¿Hooolaaa, alguien quiere comer algo? - empezó a decir canturreando con un tono de vez algo más alto de lo habitual a la vez que agitana ambas manos.

— ¡Perfecto! — rompí mi silencio tras una buena jornada de trabajo. —Tanto hablar de comida has conseguido que me de hambre — hice girar la silla para mirar como Alice comenzaba a ir de un lado a otro.

— Por mi está bien — decía mientras me ponía en pie y me acercaba a Alice. Hice que se detuviera con ambas manos y comencé a empujar su silla hacia el mueble donde descansaba el teléfono. — Venga marca el teléfono y te voy diciendo que quiero yo... — miré a mis espaldas en busca de los demás, no parecian con muchas ganas de pedir nada, así que me encogí de hombros y me volví hacia la morena.

- ¿Pizza te parece bien? - preguntó cuando Maddison por fin reaccionó, no le importaba cambiar de comida, solo quería saciar el hambre y cualquiera de esos platos le parecía delicioso.

Alice se quedó completamente estática mientras que Madison la sacaba prácticamente a pasear hasta llegar el teléfono, se limitó a observar el recorrido como si no pudiera hacer nada.

- A mi me gusta el arroz tres delicias que preparan, con un poquito de salsa agridulce... - frunció el ceño. - ¿Te da igual no? - preguntó con una mueca divertida por culpa de aquel pequeño juego que había iniciado la muchacha.

- Bueno, a mi no me importa la comida, chino, pizza... Incluso podemos pedir en el Taco Bell de la esquina... lo único que sé es que como sigamos hablando de comida voy a necesitar un babero, lo digo en serio - Alice levantó el viejo teléfono del mueble, bajo él había un pequeño taco de flyers de diferentes restaurantes de comida, no especialmente sanos.

Se encontraban ellas solas en la oficina STARS, el resto del personal estaba atendiendo tareas fuera o de descanso incluso. Y allí habían dejado solas tal vez a las que menos tenían que haber dejado solas...

Y cuando la joven se dispuso a llamar, antes de poder descolgar el teléfono este comenzó a sonar con fuerza, provocando que la morena diera un suave respingo en su silla. Miró a Maddison con intriga y rápidamente descolgó el teléfono, pegándolo a su oreja a la vez que se acercaba a la joven para que ambas pudieran escuchar.

- Oficina STARS del Departamento de Policía de Raccoon City, le atiende Alice, ¿en qué puedo ayudarle? - preguntó atropelladamente pensando en qué decir, ya que no estaba acostumbrada a responder al teléfono.

— Eh, pues no me importa acercarme al Taco Bell, es pensar ahora en unos tacos... — no terminé la frase, el teléfono comenzó a sonar e incluso Alice se quedó algo sorprendida cuando interrumpió aquel ruido estridente. Justo estaba a punto ella de llamar y ploff...

Observé a la morena enarcando una ceja, no pude evitar sonreír un poco.

— ¿Te crees ahora teleoperadora de una compañía de teléfonos? — me burlé de ella ppr lo bajito y seguidamente pegué mi oreja al teléfono para escuchar también lo que decían al otro lado.

Palidecí. Estaban atracando el banco principal de Raccoon City y necesitaban refuerzos de los STARS. Rápidamente me puse en pie, sabía que tenía cosas que hacer, pero durante un par de segundos, que a mi me parecieron una eternidad, me quedé completamente en blanco. Caminé hacia mi mesa y volví hacia la de Alice.

— Voy a preparar el equipo, ¿avisas a los demás? — sin perder un momento más fui directa a por las llaves del helicoptero y de las taquillas.

— Nos quedamos sin tacos — suspiré mientras que me adentraba por el pasillo hacia los vestuarios y el armero.

INFO:

— Hazme caso Mike, te digo que llevas la reglamentaria mal calibrada, si me dejaras meterle un poco de mano con el destornillador lo solucionaría rápido — Dejé la pistola sobre la mesa, descargada y todo para que nadie se hiciera daño. Mike hacía aspavientos con los brazos y repetía mucho "no, no no no" como si estuviera tocando a su hijo o algo parecido.

— Mira, haz lo que quieras, pero eso te va a meter en problemas el día que menos te lo esperes... — Al fin y al cabo no era mi problema, yo solo ofrecía mi ayuda. Comprobé la hora del reloj y solté un pequeño "ups" que pasó desapercibido, se suponía que a la una tenía que ponerme a acabar papeleo en la oficina.

— Errr... tengo que irme tío, que los papeles no se escriben solos — Dí una palmada en la espalda a Mike, lo de la pistola ya lo miraríamos luego. Llevaba unos días pasando completamente de acabar los informes, como siguiera así acabarían echándome la bronca y era algo que prefería evitar.

En mi camino hasta las oficinas pasé por prácticamente toda la comisaría, porque no podían haber puesto la galería de tiro en un sitio más alejado, imposible. Había policías yendo a toda prisa de un lado para otro, en otra ciudad me habría sorprendido pero aquí pasaban cosas todo el rato.

— ¡Buenas tardes Maddison! — Yo entraba y ella salía, parecía ir con mucha prisa, ¿me había visto siquiera? Abrí la puerta de las oficinas, pero dentro solo estaba Alice, quizás no era el único escaqueándose del trabajo.

— ¡Mi hacker favorita! No se lo digas a nadie, pero aún no he acabado con lo de la semana pasada — Enseguida me puso al día y el rostro me cambió por completo, me abalancé sobre mi escritorio para coger las llaves de la taquilla. Mirándolo por el lado bueno... era otro día que evitaba acabar los informes.

- Maldita sea, íbamos a pedir algo para comer... - Alice no paraba quieta mientras que iba de un lado a otro por el despacho. Ya habían avisado al resto y se predisponía a ir a por Maddison.

- Ya tengo los chalecos, Maddison estaba preparando las armas, vamos - le pasó un chaleco a Keith y avanzó por el pasillo pasando los baños hasta la zona de las armas, allí estaba la joven con varias bolsas deportivas de la unidad STARS. Alice se acercó y cargó con una de ellas.

- Chicos vamos a hacer cinco minutos, salgamos ya - fue directa hacia la pista del helicoptero y abrió una de las puertas. Guardó las cosas en su interior y se sentó en el asiento del copiloto, ella había aprendido... o mejor dicho estaba aprendiendo a pilotar. Pero sería suficiente con ella, el resto irían directamente a la ubicación en sus coches.

- ¿Keith, pilotas tú? - se colocó los cascos y se giró hacia él con una media sonrisa. - Y no se me olvida lo que me has dicho al llegar - le guiñó un ojo mientras cerraba la puerta tras que Maddison subiera también. Sin mayor dilación comenzó a preparar el pájaro para que el hombre lo hiciera despegar.

Una vez en el helicoptero comencé a cargarlo con las bolsas de deporte que había preparado con el equipo. Alice llegó con Hansen.

— Pensaba que estabas fuera — saludé con la mano mientras que me subía en la parte de atrás y me colocaba los auriculares.

— Keith no nos estampes contra un edificio, gracias — bromeé mientras me colocaba el arnés de seguridad.

— Venga, cuando acabemos os invito yo — Me coloqué el chaleco que me había pasado Alice y la seguí rápidamente hasta la pista del helicóptero. Antes de montarme realicé el chequeo más rápido posible del helicóptero, lo que me faltaba era estamparnos contra el suelo porque al pájaro le pasara algo.

— Todo en orden, ya voy — Me senté en el asiento del piloto, con Alice a mi derecha y me coloqué el casco. — ¿Las comunicaciones bien? Pero bueno Maddison, que la duda ofende, aunque pagaría por ver tu cara de terror — Bromeé, ajustando el micrófono cerca de la boca. Poco a poco fui arrancando el motor del helicóptero hasta que despegamos todo lo suavemente posible.

Si ignorábamos el hecho de que estaban atracando un banco, hacía un día precioso que se podía apreciar perfectamente desde la vista que el helicóptero ofrecía. — Venga, ¿de nosotros tres quién es el mejor hablando? No me fío nada del negociador de la policía. También estaría bien poder ver las cámaras de seguridad... — Había muchos flancos que cubrir y no sabía si nosotros tres podríamos con todo. Ya estábamos sobrevolando el banco, aterrizar directamente en su azotea era muy arriesgado así que posé lo mejor que pude el helicóptero sobre el edificio de enfrente, que tenía un buen tamaño. — Todos abajo, las escaleras están allí — Señalé delante nuestra mientras las aspas terminaban de pararse.

Alice no pudo evitar sonreír en silencio al escuchar los comentarios de sus dos compañeros. Pero era hora de ponerse serios, así que mientras asistía a Hansen, les llamó la atención.

- Venga chicos, ya estamos trabajando y en algo muy serio además... - decía mientras que pulsaba unos interruptores en el techo para avisar a la comisaría de que despegaban. - Madre mía, creo haber envejecido cinco años con esa fraae... - y es que ella solía ser la última persona en toda la comisaría en pedir silencio y mucho menos calma.

No tardaron en llegar hasta el lugar. Bajaron del helicoptero en un silencio que ella misma rompió.

- Ah, no creas que no te he escuchado decir lo de esa comida Hansen, yo quie... - alzó un dedo en la dirección de él, pero no llegó a terminar la frase. El disparo fue sonoro pese a la distancia. Alice cayó redonda al suelo cuando este le dio en plena espalda. Un segundo disparo impactó contra el cristal del helicoptero, otro a la chapa... incluso otros contra el mismo edificio.

A la mujer le costó un par de segundos asimilar lo que estaba pasando. El disparo prácticamente la dejó sin respiración y por culpa de este le costó una barbaridad moverse. Se arrastró como pudo por el suelo, bajo el helicoptero hasta quedar protegida con este.

- Hijos de puta, no habían avisado de que tenían francotiradores... - respiraba con pesadez. Se apoyó en el patín de aterrizaje y usó el walkie para avisar a la policía apostada abajo.

- Estoy bien, me ha dado en el chaleco - avisó rápidamente. Pese a ello sabía (y más por lo que sentía), que aquello le iba a dejar una buena marca.

- Primero me dejan sin comer y ahora esto... me lo voy a tomar ya como algo personal - tensó la mandíbula haciendo un evidente esfuerzo por seguir hablando, demostrar que su humor seguía intacto y sobre todo no preocupar a sus compañeros. Estaba más o menos bien, quitando el dolor del impacto, la caída (se había golpeado en una rodilla y la frente) y además su ego. Había metido la pata en no revisar mejor aquella azotea y no se lo perdonaría. Podía haber muerto, o peor aún, que hubieran herido a sus compañeros.

Seguía siendo la más joven del equipo y prácticamente toda una novata. Pero eso no justificaba mis nervios. Me sentía siempre así, con cada salida grave a la que nos enviaban. Aquella era una de ellas. Un atraco era imprevisible, podían pasar tantas cosas que era algo que me ponía más nerviosa de lo normal. Pero yo trataba de poner cara de póker y que nadie se enterase de lo que pasaba por mi cabecita.

— ¡Alice! — la hacker había caído al suelo, fulminada por un disparo. Me cubrí en el interior del helicoptero, ya que aún no había salido y me dejé caer fuera de este por el otro lateral. Cuando vi a la mujer moverse respiré aliviada, recordando que tenía puesto el chaleco.

— Madre mía... — susurré al llegar hasta ella. — Debemos bajar, las puertas están ahí — señalé. Se trataba de un edificio de apartamentos. — ¿Necesitas apoyarte en mi? — miré a mi alrededor tratando de localizar al francotirador que nos había disparado. Pero no podía verlo desde allí.

— Si me dejáis quedarme en este bloque daré caza a ese hijo de puta — sentencié muy convencida de mis capacidades. No era la mejor tiradora del equipo, pero estaba mejorando por momentos. Annabelle estaba ayudándome a ello. Para poder trabajar mejor debíamos quitar de en medio a esa pieza.

Ya estaba de camino hacia las puertas cuando me giré al escuchar mi nombre, justo a tiempo para ver cómo disparaban a Alice por la espalda. Por un segundo me quedé congelado mientras la veía caer. Pudo ser un instante pero para mi fue una eternidad. Lo primero que fue era que estaba muerta, ya está, se acabó, así de rápido. — ¡Maddison al suelo, al suelo! — Hice lo propio y me tumbé sin perder de vista a Alice hasta que se movió. El chaleco. Respiré aliviado, me quedé agachado hasta asegurarme de que todos estábamos bien.

— ¿El disparo ha venido desde dentro del banco? ¿Desde su tejado? — Ni siquiera lo había visto, asomarse ahora era muy arriesgado. Lo mejor que podíamos hacer era salir de esa situación ya. Me mantuve agachado, desde esta altura parecía imposible que algo nos alcanzara. Alcé la mano solamente para llegar al pomo de la puerta y abrirla. Al hacerlo un disparo se estampó contra la puerta de metal, dejando una buena marca. Seguíamos en el punto de mira. — Maddison, ayuda a Alice a llegar hasta la puerta, después puedes hacer lo que quieras con ese hijo de puta — Mantuve la puerta abierta hasta asegurarme de que ambas habían entrado.

— Me da igual lo que digas, a ti debería verte la ambulancia que hay en la calle — Señalé a Alice, un disparo así incluso con chaleco dolía muchísimo, lo sabía por experiencia propia. Una vez dentro de las escaleras no teníamos de qué preocuparnos. — Maddison, métete en cualquier piso, ocupado, no ocupado... me da igual. Solo necesitas que los vecinos te dejen sus ventanas, y si no, obstrucción a la justicia o alguna mierda así. Pero te aseguras de matarle — Iba hablando mientras bajaba las escaleras,  si Maddison se quedaba por alguno de los pisos superiores no solo podría abatir al otro tirador si no darnos apoyo al resto. — Lo que necesites, por la radio — Me toqué el pinganillo antes de seguir bajando hasta llegar al nivel de calle.

Una vez en la calle pude ver el cordón policial alrededor del banco, parecía que a ellos no estaban disparándoles por ahora. Miré a Alice y señalé hacia la ambulancia. Estaba a punto de estallar y si no me veía así, mejor. —¡¿Quién está al mando?! ¿¡Tú!? — Señalé a Myers, un policía con el que no me llevaba muy bien. Ahí estaba, con su bigote pegado a la radio. — ¡Tienes aquí montada la del día del juicio final y no puedes avisar de que hay putos francotiradores! — Recorté los pasos que nos separaban rápidamente y con una actitud de muy pocos amigos. — Escucha, STARS, no lo sabíamos — Pude sentir el retintín en sus palabras. Nada peor que un resentido incapaz de entrar a los STARS. Apreté los puños pero nada más. Por mucho que quisiera no podía pegarle las hostias que quería. — Casi matan a mi compañera por tu incompetencia — Sentía que la mandíbula me iba a reventar de apretarla. Me aparté de él porque nada bueno iba a salir de ahí. — Ahora tú y los tuyos estáis bajo nuestro mando — Me llevé una mano al tabique de la nariz, apretándolo. Un gesto que solía hacer cuando me ponía tenso, imposible librarme de él. — Vamos a entrar, nada de negociar. Solo tengo que pensar cómo vamos a hacerlo — Aun así me giré de nuevo hacia él y los policías que había con él. — Decidme que tenéis aquí los planos del banco

- Lo primero es lo primero - soltó mientras bajaban las escaleras. E iba a ser no hacer ni caso a su compañero y continuar en aquella misión. Así funcionaba ella, era incapaz de dejar el trabajo aunque le hubiesen pegado un tiro.

- Myers te has lucido... - le dio una palmadita en el hombro al pasar por su lado, con todo el sarcasmo del mundo. - Venga ya - se quejó seguidamente cuando Hansen le pidió que fuera a la ambulancia. Fue un gesto preciso que la morena decidió obviar y en lugar de eso se acercó a donde sus compañeros, porque ella quería mirar los planos también. No iba a negar que se sentía como si le hubiera pasado un coche por encima, pero si de algo pecaba Alica era de ser testaruda a más no poder. Se limitó a colgar sus manos del cuello del chaleco y a aguantar la postura, lo más seria y recta posible.

- Quiero ver esos planos, y necesito que alguien del banco me hable del sistema de seguridad que utilizan... - se volvió hacia Myers. - ¿Rehenes, secuestradores, peticiones... algo? - cuestionó. - Cualquier cosa de utilidad que sepáis... incluso el menú del bar de en frente - señaló con el dedo índice el local, que habían acordonado para evitar que la gente saliera a los alrededores del banco.

- Nivans... - la buscó con la mirada, ya que hasta hacía un momento a había estado ayudando a bajar. - Yo confirmaría todo lo que nos digan estos antes... - le susurró por lo bajito, para evitar que Myers y sus hombres escucharan. Habían dejado claro que eran unos incompetentes. Se hizo la loca y volvió a mirar a el resto de hombros y a Hansen esperando algo que les ayudase a mover la siguiente pieza. - ¿Habéis establecido contacto con el banco? Keith, deberías encargarte tú de dialogar con los atracadores - trataba de dejar claro que ellos tenían el control de la situación, puesto que no se fiaba de los pasos que fueran a dar el resto de policías y se notaba en la rapidez en la que Alice trataba de resolver cada paso. Adelantándose a ellos.

Al final acompañé a Alice hasta la calle, Keith estaba hecho una furia gritando a los agentes que se encontraban por allí. Yo me escabullí tal y como me había pedido él.


Veinte minutos más tarde la escena de la calle era muy similar a la de cuando llegué. Había podido pasar a una de las salas del edificio de en frente al banco, estaba aún en construcción por lo que no tuve ningún problema para llegar hasta allí. Los minutos seguían pasando y me estaba tomando aquello con cierta calma, pero era así cómo debía actuar y dejar que el tipo de la azotea se confiara. El procedimiento era claro, después de lo que había pasado y de como habían abierto fuego contra un agente era evidente que se trataba de un peligro que debíamos quitar de en medio.

— Ahí estás... — mantuve mi dedo apartado del gatillo a la vez que observaba a través de la mira. Hasta que no lo tuve claro no apreté el gatillo.

El sonido del disparo se hizo eco entre las azoteas de los edificios, los pájaros que se encontraban por allí se alzaron al vuelo en diferentes direcciones, asustados por el sonido.

Bajé de nuevo hacia donde se encontraban mis compañeros. La gorra del equipo STARS la tenía echada hacia atrás y cargaba el arma en el hombro, la cual entregué rápidamente a uno de los policías que pasaba por allí.

— Dejadla en la bolsa de deporte de STARS por favor, está en ese coche... — señalé el vehículo y rápidamente giré la cabeza para seguir buscando con la mirada a mis compañeros.

— ¡Keith, Alice... un problema menos! — fue lo único que expliqué. — ¿Cómo va todo? — había pasado media hora desde que desaparecí y esperaba no haberme perdido mucho, o sí... a saber cuál era la mejor opción.