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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Ramona te quiero [Paco + Alyss]
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17 de julio de 2015
12:45 hr. Parque de atracciones de algún lugar del país
12:45 hr. Parque de atracciones de algún lugar del país
Josh se había quedado sopa en una de las atracciones, así que mientras dormía decidí salir a echar un vistazo al parque de atracciones. La noche anterior cuando llegamos apenas hicimos nada más que buscar un lugar seguro donde poder dormir.
Ahora me había levantado con hambre y quería ver si quedaba algo por ahí que me pudiera comer. Lo más seguro es que quedasen gominolas más duras que una piedra o patatas pasadas y bien rancias, pero no les pondría ninguna pega porque tenía hambre y cualquier cosa sería un banquete comparado con las últimas cosas que había comido.
- Hostias, va a ser la una y ya tengo hambre - me pasé una mano por el estómago. Me encontraba en una calle de puestos, casi todos cerrados, así que seguí avanzando a ver qué más me encontraba y una de las tiendas tenía un escaparate roto. Al asomarme me encontré con que en su interior había un montón de máquinas de comida. Bueno quien decía comida quería decir comida basura.
Pasé por el escaparate con cuidado de no cortarme.
- ¿Un dólar por una bolsa de doritos pequeña? ¡Que estafa! - comencé a registrar entre los bolsillos sin dar con una mísera moneda. Me giré y miré a mi alrededor, ¿podría encontrar alguna moneda por allí? Al no ver nada comencé a registrar los huecos de los cambios de las máquinas, sin ninguna suerte también. Así que me agaché frente a la máquina y metí la mano por la puertecilla, estirando para tratar de alcanzar la maldita bolsa de doritos, con tan mala suerte de que una de las anillas se enganchó en mi reloj y se me quedó cara de idiota al darme cuenta de que no podía sacar el brazo.
- No me jodas... - susurré amarillo. Empecé a estirar la mano tratando de sacarla, no podía subir más para sacar el reloj y tampoco quería cargarmelo que me había costado mucho sudor saquear ese rolex.
Claro que las cosas aún podían ir a peor y me di cuenta de ello cuando escuché aquel gruñido.
- No, no, no, no... - empecé a estirar del brazo con ímpeto viendo como un zombie se colaba en el interior de la tienda, o al menos lo intentaba porque tropezaba con los cristales del escaparate. El no muerto caía al suelo, cortándose el cuello con uno de los cristales, que prácticamente le dejaba la cabeza colgando a un lado y aún así el muy cabrón se ponía en pie y con la cabeza colgando avanzaba en mi dirección torpemenete. Al llegar a mis pies se dejó caer sobre mi, sangre coagulada y otros lísquidos bastantes asquerosos cayeron sobre mis ropas. El zombie estiraba sus manos en mi dirección y yo le golpeaba con ayuda de los pies para alejarlo de mi.
- ¡Quita bicho!
- Spoiler:
Prismáticos en mano me dispuse a examinar bien el parque de atracciones desde lo alto de la noria. Bueno, en realidad desde la mitad de su altura total. Quería echar un vistazo y ver si estaba en peligro o no. Aparentemente no se veían zonas muy peligrosas, tan solo un par de zombies merodear por el alrededor de unas atracciones, nada realmente peligroso.
Comencé a descender con mucho cuidado de no caerme.
-Uy la virgen... que me escoño- miré al suelo preocupado por si me llegaba a caer y entonces proseguí descendiendo poco a poco hasta llegar al suelo.
Al llegar a la parte baja di un salto, recogí mi mochila y comencé a caminar por las zonas que había visto que estaban despejadas de zombies, hasta que escuché un grito que me hizo pararme. Enarqué una ceja y traté de ubicar su posición.
-Uy ¿y ese grito de nenaza? me suena...- me froté la barbilla pensativo, una sonrisa apareció en mi rostro. Tenía que ser una maldita broma, una ensoñación, pero no, comencé a correr hacia la tienda y en el escaparate vi a Belikov forcejeando contra un zombie.
-¡RAMOOOOONAAAAAAAAAAAA!- grité con todas mis fuerzas, haciendo que el zombie se girase en mi dirección y le dejase un poco de espacio a Belikov para que se las apañase, pero entonces me di cuenta de que tenía la mano atascada en la máquina de comida y me partí el puto culo de la risa.
-¡Pero serás gilipollas!- le di un empujón al zombie para apartarlo de mi y cuando cayó al suelo, me dejé caer sobre él cual jugador de la WWE clavando mi machete en su cabeza.
-Tienes que saber que ahí no hay condones- bromeé mientras que me ponía en pie. Al acercarme a Belikov me agaché a su lado y observé su mano atascada en la máquina por culpa del rolex, me empecé a reír de nuevo a carcajadas limpias.
Comencé a descender con mucho cuidado de no caerme.
-Uy la virgen... que me escoño- miré al suelo preocupado por si me llegaba a caer y entonces proseguí descendiendo poco a poco hasta llegar al suelo.
Al llegar a la parte baja di un salto, recogí mi mochila y comencé a caminar por las zonas que había visto que estaban despejadas de zombies, hasta que escuché un grito que me hizo pararme. Enarqué una ceja y traté de ubicar su posición.
-Uy ¿y ese grito de nenaza? me suena...- me froté la barbilla pensativo, una sonrisa apareció en mi rostro. Tenía que ser una maldita broma, una ensoñación, pero no, comencé a correr hacia la tienda y en el escaparate vi a Belikov forcejeando contra un zombie.
-¡RAMOOOOONAAAAAAAAAAAA!- grité con todas mis fuerzas, haciendo que el zombie se girase en mi dirección y le dejase un poco de espacio a Belikov para que se las apañase, pero entonces me di cuenta de que tenía la mano atascada en la máquina de comida y me partí el puto culo de la risa.
-¡Pero serás gilipollas!- le di un empujón al zombie para apartarlo de mi y cuando cayó al suelo, me dejé caer sobre él cual jugador de la WWE clavando mi machete en su cabeza.
-Tienes que saber que ahí no hay condones- bromeé mientras que me ponía en pie. Al acercarme a Belikov me agaché a su lado y observé su mano atascada en la máquina por culpa del rolex, me empecé a reír de nuevo a carcajadas limpias.
- ¿En serio? ¡Porque te los pensaba meter por el culo llenos de chinchetas! - una parte de mi aún tenía sus dudas sobre si realmente estaba hablando con Paco o era producto de mi mente. Pero el chico estaba allí, me salvó de un buen bocado en el culo y se partió de risa en mi cara. Eso me confirmaba que efectivamente se trataba de él.
- Eh gilipollas, en vez de reírte tanto, ¿por qué no me ayudas a salir de aquí? - traté de darle una patada. - Al menos antes de que Josh se despierte y se ponga nervioso al no verme, si no es que se ha cagado ya en los pantalones... - dije exagerando tal vez un poco las cosas. Era realmente una forma para indicar que el actor iba conmigo y que no había muerto.
Nos separamos hacía tanto tiempo... que de verdad llegué a pensar que estaban muertos. Todos muertos, pero para fortuna nuestra parecía que el grupo se volvía a reunir.
- ¿Oye y el chino va contigo o qué? - tras ver como se reía, me giré y traté de sacar el brazo sin mucho éxito en mi tarea. - Oye en serio, gilipollas, que me ayudes de una vez, cojones - ahora el tono de mi voz pareció más crispado que nunca. No llevaba mucho tiempo en aquella posición, pero comenzaba a cansarme un montón.
- Eh gilipollas, en vez de reírte tanto, ¿por qué no me ayudas a salir de aquí? - traté de darle una patada. - Al menos antes de que Josh se despierte y se ponga nervioso al no verme, si no es que se ha cagado ya en los pantalones... - dije exagerando tal vez un poco las cosas. Era realmente una forma para indicar que el actor iba conmigo y que no había muerto.
Nos separamos hacía tanto tiempo... que de verdad llegué a pensar que estaban muertos. Todos muertos, pero para fortuna nuestra parecía que el grupo se volvía a reunir.
- ¿Oye y el chino va contigo o qué? - tras ver como se reía, me giré y traté de sacar el brazo sin mucho éxito en mi tarea. - Oye en serio, gilipollas, que me ayudes de una vez, cojones - ahora el tono de mi voz pareció más crispado que nunca. No llevaba mucho tiempo en aquella posición, pero comenzaba a cansarme un montón.
- Spoiler:
Las atracciones, los juegos, y, donde se suponía que debía haber gente. En sus tiempo seguramente fueron famosos lugares, normalmente llenos y rebosante de muchos ruidos, entre risas y gritos. Ahora, pues, era un cementerio, algo tenebroso.
Curiosamente, una chica fue allí con los ojos brillando de emoción ¿por que? ¡ese lugar parecía un cuento de terror! como casi todo el planeta alejo el pensamiento, acusatorio de su mente, pero, por aquel momento necesitaba descansar, así que... allí acabo el paseo por ese día.
Al día siguiente, apenas era de mañana ella había se había preparado y había salido a ver que tal aquel lugar, claro, no sin antes revisar que no fuese peligroso desde algún punto alto. Finalmente se la paso caminando por los juegos, las tiendas donde habían premios, en uno de ellos, hubiera deseado ver un traje de cuerpo completo de unicornios, pero no, solo encontró uno de panda, que por mas que quisiera haber dejado allí, no pudo, así que se lo llevo.
La joven tenia un cabello largo, amarrado en una coleta alta algo desaliñada, siendo ella de tez clara, como la nieve, con unos grandes orbes azules muy curiosos que en sus momentos, se veían verdes o grises. Se veía muy delicada, a pesar de que en cierta forma, no lo era. Llevaba de atuendo, una licra negra,de tela algo elástica para su buena suerte, sobre esta un short mezquila gastado, unas convers que no sabia como aguantaban tanto, una camisa gris y una cazadora gastada que le arrebato a un muerto, y luego la había lavado.
Iba tranquilamente por ahí hasta escuchar un grito, al principio pensó en dejar pasar eso, pero su lado bueno la llevo a seguir aquel sonido que solo alertaba de algo nefasto. Aunque poco después escucho que gritaban un nombre...
¿Ramona? Frunció el ceño y no dudo mas, termino de acercarse curiosa, y cautelosa por si había muertos. Pero solo vio a dos jóvenes, uno partiéndose e la risa y el otro... parecía ¿abrazar la maquina? no, se había quedado trancado. La chica soltó una ligera risa por ello, y salio acercándose cautelosa.
-Disculpen que los interrumpa- musito sonriendo ligeramente de medio lado y observando a ambos.-Pero parece que necesitas ayuda profesional.-concluyo la joven mirando al chico en su intento fallido de agarrar doritos, observándolo con aquellos ojos azules curioso y divertidos
Curiosamente, una chica fue allí con los ojos brillando de emoción ¿por que? ¡ese lugar parecía un cuento de terror! como casi todo el planeta alejo el pensamiento, acusatorio de su mente, pero, por aquel momento necesitaba descansar, así que... allí acabo el paseo por ese día.
...
Al día siguiente, apenas era de mañana ella había se había preparado y había salido a ver que tal aquel lugar, claro, no sin antes revisar que no fuese peligroso desde algún punto alto. Finalmente se la paso caminando por los juegos, las tiendas donde habían premios, en uno de ellos, hubiera deseado ver un traje de cuerpo completo de unicornios, pero no, solo encontró uno de panda, que por mas que quisiera haber dejado allí, no pudo, así que se lo llevo.
La joven tenia un cabello largo, amarrado en una coleta alta algo desaliñada, siendo ella de tez clara, como la nieve, con unos grandes orbes azules muy curiosos que en sus momentos, se veían verdes o grises. Se veía muy delicada, a pesar de que en cierta forma, no lo era. Llevaba de atuendo, una licra negra,de tela algo elástica para su buena suerte, sobre esta un short mezquila gastado, unas convers que no sabia como aguantaban tanto, una camisa gris y una cazadora gastada que le arrebato a un muerto, y luego la había lavado.
Iba tranquilamente por ahí hasta escuchar un grito, al principio pensó en dejar pasar eso, pero su lado bueno la llevo a seguir aquel sonido que solo alertaba de algo nefasto. Aunque poco después escucho que gritaban un nombre...
¿Ramona? Frunció el ceño y no dudo mas, termino de acercarse curiosa, y cautelosa por si había muertos. Pero solo vio a dos jóvenes, uno partiéndose e la risa y el otro... parecía ¿abrazar la maquina? no, se había quedado trancado. La chica soltó una ligera risa por ello, y salio acercándose cautelosa.
-Disculpen que los interrumpa- musito sonriendo ligeramente de medio lado y observando a ambos.-Pero parece que necesitas ayuda profesional.-concluyo la joven mirando al chico en su intento fallido de agarrar doritos, observándolo con aquellos ojos azules curioso y divertidos
-¿Hero?- negué lentamente, la sonrisa se fue apagando también. -No le veo desde... ya sabes- miré en otra dirección. Hero era un buen colega, le faltaba un tornillo y le costaba comprender todo aquello, a veces nos sacaba de nuestras casillas, pero igualmente nos preocupábamos por él, era un buen amigo.
-Espera, ¿Mcguire está contigo?- lo miré con cierto entusiasmo. ¿Josh estaba con él? Estaría genial volver a verlo, pensaba que todos estaban muertos, al menos una buena noticia. -Seguro que Hero está bien- susurré. Estaría como una regadera, pero seguramente se las estaba apañando bien.
-Si subes la mano... da igual el reloj no mueve- miré fijamente lo que hacía a través del cristal, hasta que una voz nos sorprendió. Me giré tan rápido, que como estaba de cuclillas me caí de culo al suelo. -¡Uy la virgen... que susto me has dado!- exclamé sorprendido. Era una chica que parecía mirarnos como si estuviéramos montando un circo.
-¿Y tú eres el cerrajero?- pregunté enarcando una ceja.
-Espera, ¿Mcguire está contigo?- lo miré con cierto entusiasmo. ¿Josh estaba con él? Estaría genial volver a verlo, pensaba que todos estaban muertos, al menos una buena noticia. -Seguro que Hero está bien- susurré. Estaría como una regadera, pero seguramente se las estaba apañando bien.
-Si subes la mano... da igual el reloj no mueve- miré fijamente lo que hacía a través del cristal, hasta que una voz nos sorprendió. Me giré tan rápido, que como estaba de cuclillas me caí de culo al suelo. -¡Uy la virgen... que susto me has dado!- exclamé sorprendido. Era una chica que parecía mirarnos como si estuviéramos montando un circo.
-¿Y tú eres el cerrajero?- pregunté enarcando una ceja.
- Osea... año y pico solo hablando con un puto balón de fútbol medio pinchado y ahora sale gente hasta de debajo de las piedras, venga hombre! - me habría cruzado de brazos, de no ser porque uno de los dos lo tenía aún atrapado. El rolex no cedía, Paco trató de moverlo hacia arriba sin mucho resultados, al menos ninguno satisfactorio que no fuera hacerme daño en la muñeca.
- Salvad el rolex cojones, que es de oro - insistí. ¿La muchacha sería de fiar? Realmente había algo en ella que no me gustaba, no sabía por qué, pero tal vez era porque últimamente había aprendido a no fiarme de nadie que no conociera y a ella era la primera vez que la veía. Me habían puteado tanto a lo largo del apocalípsis... que sí, mejor no fiarse de nadie hasta que diera muestras de que sí podías hacerlo. - ¿Cerrajero? pensé que con eso del apocalípsis zombie habías cerrado el servicio de urgencia 24 horas, la verdad... ¡Pero esto sí que es eficiencia! - le comenté a la chica siguiendo la broma de Paco, con cierto deje sarcástico.
- Si me ayudas como propina te llevas una bolsa de doritos - la señalé con mi mano libre. Ya me daba igual cargarme el cristal y hacer todo el ruido que fuera, quería sacar la puta mano de allí lo antes posible. Pero por más que empujara o tirase solo conseguía hacerme más daño en el brazo. - Como siga estirando se me va a poner el brazo que no veas... el tío ese de los cuatro fantásticos que se estiraba iba a quedar hasta mal... - susurré con resignación, como si aquello de verdad pudiera ocurrir.
- Salvad el rolex cojones, que es de oro - insistí. ¿La muchacha sería de fiar? Realmente había algo en ella que no me gustaba, no sabía por qué, pero tal vez era porque últimamente había aprendido a no fiarme de nadie que no conociera y a ella era la primera vez que la veía. Me habían puteado tanto a lo largo del apocalípsis... que sí, mejor no fiarse de nadie hasta que diera muestras de que sí podías hacerlo. - ¿Cerrajero? pensé que con eso del apocalípsis zombie habías cerrado el servicio de urgencia 24 horas, la verdad... ¡Pero esto sí que es eficiencia! - le comenté a la chica siguiendo la broma de Paco, con cierto deje sarcástico.
- Si me ayudas como propina te llevas una bolsa de doritos - la señalé con mi mano libre. Ya me daba igual cargarme el cristal y hacer todo el ruido que fuera, quería sacar la puta mano de allí lo antes posible. Pero por más que empujara o tirase solo conseguía hacerme más daño en el brazo. - Como siga estirando se me va a poner el brazo que no veas... el tío ese de los cuatro fantásticos que se estiraba iba a quedar hasta mal... - susurré con resignación, como si aquello de verdad pudiera ocurrir.
- Spoiler:
Sonrio con cierta diversion y de una ligera manera apena, si a ella la sorprendieran de la nada no seria bonito.Una Aly alterada se volvia sumamente comica y exagerada... bueno, o al menos en su mente, ladeo la cabeza ligeramente y se encogio de hombros ligeramente.
-Con Wilson? A, no, espera, dijiste de futbol, Wilson era de voley- inflo ligeramente las mejillas y se acerco con calma, examino su brazo, ciertamente una muy mala posicion, escucho atenta y una sonrisa curso sus labios al ver bien la maquina, para ella era seria algo sencillo, agradecia a los cielos que por alguna razon las maquins eran de segunda mano, notable por una etiqueta medio borrada en el fondo que al parecer les dio flojera de quitar, menos trabajo, y lejos del estres. Solto una risa distraida por sus bromas notando aquel ligero sarcasmo, el tipo ya le habia caido bien.
-Como Reed Richars, pero la duda seria si volveria a estar normal- y decidio callarse al recordar como sabia de aquellas peliculas, solto un ligero suspiro asintiendo ante el echo de llevarse un dorito, acomodo el traje de panda hacia su espalda y sacando un ganchito de su cabello, y buscando con su mirada encontro una delgada tira de metal, y sin mucho mas se puso manos a la obra contra la cerradura tradicional. -Por cierto, Soy Alyss- murmuro de cierta manera distraida aunque era todo lo contrario, estaba atenta y aunque no podia fiarse ni por un poco, aun asi ahi estaba, ayudandoles mas por gusto propio que por los doritos. JA.
Tras unos segundos de estar callada escucho el primer ruido proviniente de la cerradura, y finalmente tras unos minutos mas termino abriendola, y agradecia por ello por que, realmente fue lenta y por no tener lo necesario. Abrio unos centimetros la puerta y puso una vieja tarjeta de credito que encontro hace unos dias para que no se cerrara, ahora miro al joven y como pidiendo un ligero permiso se acerco metiendo un brazo por donde el lo habia hecho, era delgado y de apariencia fragil, con cierta agilidad lo saco de la mano del chico, una sonrisa satisfecha broto de sus labios mientras sacaba su brazo de alli y con cierto cuidado, evitaba que la puerta se volviera a cerrar por que ahi si mandaria a chingar todo.
-Creo que con eso sera suficiente- murmuro. o tal vez si se paso, espero a que el sacara el brazo y se acomodara, ahora manteniendo sus dedos para que la puerta no se cerrara.
-Con Wilson? A, no, espera, dijiste de futbol, Wilson era de voley- inflo ligeramente las mejillas y se acerco con calma, examino su brazo, ciertamente una muy mala posicion, escucho atenta y una sonrisa curso sus labios al ver bien la maquina, para ella era seria algo sencillo, agradecia a los cielos que por alguna razon las maquins eran de segunda mano, notable por una etiqueta medio borrada en el fondo que al parecer les dio flojera de quitar, menos trabajo, y lejos del estres. Solto una risa distraida por sus bromas notando aquel ligero sarcasmo, el tipo ya le habia caido bien.
-Como Reed Richars, pero la duda seria si volveria a estar normal- y decidio callarse al recordar como sabia de aquellas peliculas, solto un ligero suspiro asintiendo ante el echo de llevarse un dorito, acomodo el traje de panda hacia su espalda y sacando un ganchito de su cabello, y buscando con su mirada encontro una delgada tira de metal, y sin mucho mas se puso manos a la obra contra la cerradura tradicional. -Por cierto, Soy Alyss- murmuro de cierta manera distraida aunque era todo lo contrario, estaba atenta y aunque no podia fiarse ni por un poco, aun asi ahi estaba, ayudandoles mas por gusto propio que por los doritos. JA.
Tras unos segundos de estar callada escucho el primer ruido proviniente de la cerradura, y finalmente tras unos minutos mas termino abriendola, y agradecia por ello por que, realmente fue lenta y por no tener lo necesario. Abrio unos centimetros la puerta y puso una vieja tarjeta de credito que encontro hace unos dias para que no se cerrara, ahora miro al joven y como pidiendo un ligero permiso se acerco metiendo un brazo por donde el lo habia hecho, era delgado y de apariencia fragil, con cierta agilidad lo saco de la mano del chico, una sonrisa satisfecha broto de sus labios mientras sacaba su brazo de alli y con cierto cuidado, evitaba que la puerta se volviera a cerrar por que ahi si mandaria a chingar todo.
-Creo que con eso sera suficiente- murmuro. o tal vez si se paso, espero a que el sacara el brazo y se acomodara, ahora manteniendo sus dedos para que la puerta no se cerrara.
-Es que no le gusta la playa...- me crucé de brazos, medio riendo... no sabía como ayudarlo. -Si quieres te corto el brazo, ¿te parece bien? mira el lado positivo el rolex saldrá sano y salvo- asentí varias veces, como si aquel fuera el mejor plan del mundo: cortarle el brazo a Belo.
-Belo, ¿esa no será la mano de las pajas, no?- pregunté a la vez que alzaba el machete en dirección de su brazo. Pero entonces la muchacha se puso a trastear en la cerradura, tratando de forzarla, la miré con curiosidad, bajando un poco el machete. ¿Conseguiría abrirla? Claro que yo no hablaba en serio de cortarle la mano a mi amigo, pero... si las circustancias se daban, seguro que prefería perder la mano a la vida.
-¡Toma ya con la cerrajera!- exclamé al ver la mano libre de Belo y su puñetero rolex intacto. Me acerqué a la puerta de la máquina y saqué la bolsa de doritos que Belo le había prometido a la chica y se la di. -Que la disfrutes moza- yo también me acerqué para examinar el interior de la máquina y sacar una lata de nestea.
-Alyss, yo soy Francisco, Paco para los amigos, mucho gusto.
-Belo, ¿esa no será la mano de las pajas, no?- pregunté a la vez que alzaba el machete en dirección de su brazo. Pero entonces la muchacha se puso a trastear en la cerradura, tratando de forzarla, la miré con curiosidad, bajando un poco el machete. ¿Conseguiría abrirla? Claro que yo no hablaba en serio de cortarle la mano a mi amigo, pero... si las circustancias se daban, seguro que prefería perder la mano a la vida.
-¡Toma ya con la cerrajera!- exclamé al ver la mano libre de Belo y su puñetero rolex intacto. Me acerqué a la puerta de la máquina y saqué la bolsa de doritos que Belo le había prometido a la chica y se la di. -Que la disfrutes moza- yo también me acerqué para examinar el interior de la máquina y sacar una lata de nestea.
-Alyss, yo soy Francisco, Paco para los amigos, mucho gusto.
- Si así salvas el rolex... Adelante, corta - sentencié muy decidido a perder la mano, que si no... ¿Qué iba a ser lo siguiente que llegase otro zombie y me comiera las putas piernas? Pero entonces Paco me hizo una pregunta que me dio que pensar hasta ponerme blanco.
- ¡Vale no joder, no puedes cortarme esa mano que es la de las pajas y con la izquierda no me apaño! - empecé a gritar, desesperado y hasta pataleando para alejar a Paco y ese machete de mi, peeo entonces sentí cierta presión en el brazo, seguido de un clic y a continuación su liberación. Miré pestañeando varias veces a la morena, con el susto casi me había olvidado de ella, que había abierto la puerta y sido la salvadora de mi mano.
- Mujer, ¿como te lo puedo agradecer?
- pregunté. - Si quieres te puedo hacer un trabajillo fino... - arqueé ambas cejas, claro que bromeaba, pero si colaba... Me puse en pie pesadamente.
- ¡Vale no joder, no puedes cortarme esa mano que es la de las pajas y con la izquierda no me apaño! - empecé a gritar, desesperado y hasta pataleando para alejar a Paco y ese machete de mi, peeo entonces sentí cierta presión en el brazo, seguido de un clic y a continuación su liberación. Miré pestañeando varias veces a la morena, con el susto casi me había olvidado de ella, que había abierto la puerta y sido la salvadora de mi mano.
- Mujer, ¿como te lo puedo agradecer?
- pregunté. - Si quieres te puedo hacer un trabajillo fino... - arqueé ambas cejas, claro que bromeaba, pero si colaba... Me puse en pie pesadamente.
- Spoiler:
-No seas babas tío- le di un empujón a Belikov para que se apartara de la chica y que no la agobiase. -¿Y dónde queda ese pesado de Josh? - pregunté con curiosidad, la verdad era que tenía ganas de verlo.
Salí fuera de la sala y respiré hondo, el parque estaba bastante tranquilo, me giré a esos dos y luego comencé a andar un par de pasos, hasta que me paré al escuchar un leve ruido. Parecían gruñidos y procedían de un quiosco totalmente cerrado.
-Uy, esto no lo abro yo...- susurré al acercarme a la puerta. Sin embargo la puerta acabó cediendo, un zombie de color rojizo salió veloz del quiosco. Caí a causa del empujón de la puerta y cuando pensaba que iba a devorarme siguió corriendo hacia Belikov y la chica. Una puerta me acababa de salvar la vida.
-Este mundo siempre me acaba sorprendiendo con algo- me levanté a la vez que me frotaba el trasero, momento en el que me percaté que mi amigo y la chica a la que mi amigo se quería trajinar, no estaban a salvo.
-¡Cuidado!- exclamé saltando a a vez que agitaba ambos brazos.
Salí fuera de la sala y respiré hondo, el parque estaba bastante tranquilo, me giré a esos dos y luego comencé a andar un par de pasos, hasta que me paré al escuchar un leve ruido. Parecían gruñidos y procedían de un quiosco totalmente cerrado.
-Uy, esto no lo abro yo...- susurré al acercarme a la puerta. Sin embargo la puerta acabó cediendo, un zombie de color rojizo salió veloz del quiosco. Caí a causa del empujón de la puerta y cuando pensaba que iba a devorarme siguió corriendo hacia Belikov y la chica. Una puerta me acababa de salvar la vida.
-Este mundo siempre me acaba sorprendiendo con algo- me levanté a la vez que me frotaba el trasero, momento en el que me percaté que mi amigo y la chica a la que mi amigo se quería trajinar, no estaban a salvo.
-¡Cuidado!- exclamé saltando a a vez que agitaba ambos brazos.
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