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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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CIII: Madden
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Madden
31 de octubre de 2015, Hospital Psiquiátrico Redmoor
Situación
Las últimas luces del atardecer van desapareciendo poco a poco, dando paso al anochecer. Una gran tormenta cubre el cielo, la lluvia cae con fuerza, algunos relámpagos se hacen eco con rabia.
Creíais que se trataba de un hospital, tal vez buscabais refugio, medicamentos... por alguna razón en concreto llegáis hasta el Hospital psiquiátrico Redmoor. Se trata de dos grandes edificios, tan altos que su último piso se pierde en la oscuridad. Aparentemente está desierto, pero conforme llegáis os dais cuenta de que no estáis solos y de que con vosotros da la casualidad de que llegan otros.
Plano
▬ Para tener una mejor referencia del lugar podéis consultar el siguiente mapa:
▬ Este plano tan solo representa la planta cero.
A tener en cuenta...
▬ Las puertas 7, 9, 13 están cerradas.
▬ Hay una placa en la puerta 8 que reza "Hospital psiquiátrico Redmoor". Por tanto quienes entran por la puerta 10 no sabéis aún que se trata de un psiquiátrico.
Opciones
▬ Podéis entrar al patio por las puertas 8 ó 10. Al entrar en 8 llegáis al patio este, al entrar por 10 llegáis al patio oeste.
▬ Cuando uno de los patios llegue a 4 personas, el resto deberá ir obligatoriamente al otro patio.
→ La capilla está abierta, la torre de vigilancia no.
→ Las puertas 12 y 11 están abiertas.
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
El motor del coche se puede esuchar a prácticamente un kilómetro de distancia, aunque a lo lejos solo sea un leve rumor, Adam conduce un Mustang del 69, del cual se encarga personalmente de mantener, vicios del viejo mundo.
Lleva todo su equipo listo, pues ha planeado reunirse con Nick en el lugar, Terra Save está falto de medicinas y ese hospital lleva demasiado tiempo esperando.
Normalmente habrían esperado a primera hora de la mañana, pero la tormenta los está obligando a encontrar un lugar entre tanto caos donde refugiarse, una tormenta no es buena idea ninguna noche, menos una en el fin del mundo.
-Nick...Cuando veas el árbol torcido del camino ve por el camino que sube, son dos edificios grandes, cambio...-Lleva un pequeño micrófono de pulsador enganchado al chaleco, un auricular con la radio.
Aparca cerca de la entrada, sabe que conduce un caramelo, pero no le importa, es un imán para gilipollas y chulos de mierda.
-Estoy en la entrada rifle en mano, avísame cuando llegues, creo que no estamos solos...-Apaga el motor, con la ventanilla del piloto abierta, observando en la difuminada luz que queda quien está por llegar. Alerta, un día lluvioso es un día peligroso, pero eso solo consigue sacarle una sonrisa. Mientras por la radio del coche a un muy bajo volúmen la música que pone Kennedy le hace recordar su infancia.
- OFF:
He llegado el primero!, mi personaje aparca frente a la entrada del patio 8. Se va a esperar a reecontrarse con Nick antes de entrar a ningún lado. Seamos amigos eh! jejeje, suerte a todos!
Cuando se viajaba por carretera siempre podían pasar cosas inesperadas. Cuando se viajaba por la carretera del fin del mundo las cosas inesperadas eran una seguridad. No importaba si te encontraba en la ciudad de Georgia, en un pequeño motel de carretera o en un centro comercial el peligro era un constante compañera de viaje.
Como era de esperar aquella vez no fue diferente. Conducía por la carretera en busca de suministros para el invierno cuando una fuerte tormenta se apoderó del mundo. Los ecos rompían el sepulcral silencio reinante hasta hace unos momentos y unas fuertes gotas de lluvia comenzaron a crepitar sobre el techo del automóvil y Richard podía ver como el agua empañaba los cristales del vehículo.
Tendría que hacer un alto en el camino o arriesgarse de que la lluvia terminara de desguazar su maltrecho vehículo. No tardó mucho en ver un alto edificio a lo lejos, parecía un hospital solo que mucho más grande que el lugar donde había encontrado a Maddison, eran dos edificios de tamaño tan colosal que se fundía con el cielo de la oscuridad.
No le daba buena espina, pero de cualquier modo decidió ignorar su instinto de preservación y llegar hasta él para echar un vistazo a su interior.Tal vez encontrara algo interesante o mejor aún: un lugar donde pasar la noche o al menos un rato hasta que la tormenta amainara.
Cuando llegó hasta él su parabrisas tenía tanta agua que sus limpiaparabrisas no eran capaz de hacerse cargo. La visibilidad era tan reducida que ni siquiera con los faros encendidos conseguía ver lo que tenía delante así que había hecho bien en llegar hasta ahí… o eso esperaba.
Posiblemente estaba cometiendo una locura y no saldría vivo de ese lugar pero quién no arriesga no gana y Richard confiaba tener buenas cartas con las que apostar. Así que aparco delante de ese edificio de tamaño colosal y probó con una de las puertas.
No abría así que Richard probó suerte con la que estaba a su lado y esta sí que se abrió por lo que entró por ella al interior del edificio con el machete en una mano y su pistola five seven en la otra. El hacha a la espalda y su bolsa de viaje colgada al hombro. El hacha a la espalda.
Como era de esperar aquella vez no fue diferente. Conducía por la carretera en busca de suministros para el invierno cuando una fuerte tormenta se apoderó del mundo. Los ecos rompían el sepulcral silencio reinante hasta hace unos momentos y unas fuertes gotas de lluvia comenzaron a crepitar sobre el techo del automóvil y Richard podía ver como el agua empañaba los cristales del vehículo.
Tendría que hacer un alto en el camino o arriesgarse de que la lluvia terminara de desguazar su maltrecho vehículo. No tardó mucho en ver un alto edificio a lo lejos, parecía un hospital solo que mucho más grande que el lugar donde había encontrado a Maddison, eran dos edificios de tamaño tan colosal que se fundía con el cielo de la oscuridad.
No le daba buena espina, pero de cualquier modo decidió ignorar su instinto de preservación y llegar hasta él para echar un vistazo a su interior.Tal vez encontrara algo interesante o mejor aún: un lugar donde pasar la noche o al menos un rato hasta que la tormenta amainara.
Cuando llegó hasta él su parabrisas tenía tanta agua que sus limpiaparabrisas no eran capaz de hacerse cargo. La visibilidad era tan reducida que ni siquiera con los faros encendidos conseguía ver lo que tenía delante así que había hecho bien en llegar hasta ahí… o eso esperaba.
Posiblemente estaba cometiendo una locura y no saldría vivo de ese lugar pero quién no arriesga no gana y Richard confiaba tener buenas cartas con las que apostar. Así que aparco delante de ese edificio de tamaño colosal y probó con una de las puertas.
No abría así que Richard probó suerte con la que estaba a su lado y esta sí que se abrió por lo que entró por ella al interior del edificio con el machete en una mano y su pistola five seven en la otra. El hacha a la espalda y su bolsa de viaje colgada al hombro. El hacha a la espalda.
- Off:
Mi personaje entra por la puerta 10, probando primero la 9 encontrándola cerrada. Contándolas, incluidas lineas a medias puse 25 así que entrarían dentro del límite.
- Firma anterior :
- Awards:
- Mi pb:
James, Ranza y Nicholas han escapado hace horas de la trampa mortal que resultó ser el bar de carretera en el que se cruzaron. Y tal como sospechaba, la tormenta se acabó desatando sobre sus cabezas de una forma u otra. James todavía no sabe qué pensar del desconocido, pero se han mantenido juntos y un par ojos adicionales es un lujo en los tiempos que corren. Bueno, incluso sólo uno.
Están empapados por la lluvia y su búsqueda de refugio les lleva hasta las afueras de una ciudad. Su respiración entra y sale, sonora, entre gruesos jirones de condensación, con el frio lijándole los huesos y atravesándole la ropa. James no tarda en ver un edificio altísimo difuminarse entre el cielo y la lluvia. Parece parte de un complejo mayor pero sería demasiado aventurado hacer suposiciones más allá de lo que ven sus ojos.
James no cree que sea buena idea probar suerte en ese lugar, pero no se han encontrado con ningún edificio o construcción en horas y el cansancio y el frío empieza a pasarle factura. Los últimos minutos del día se convierten en segundos y James entiende que no tiene otra opción.
Es un lugar vallado pero entra por lo que parece una puerta lateral, que delata su presencia con un chirrido metálico. James, no obstante, no pasa por alto el coche aparcado cerca de la entrada. La lluvia convierte la tierra en barro y está demasiado oscuro para poder estimar cuando tiempo lleva aparcado ahí. James no tiene la paciencia para aceptar sorpresas, así que desenfunda su Desert Eagle y asegura su linterna por debajo en un agarre seguro y firme, adentrándose en el recinto.
Están empapados por la lluvia y su búsqueda de refugio les lleva hasta las afueras de una ciudad. Su respiración entra y sale, sonora, entre gruesos jirones de condensación, con el frio lijándole los huesos y atravesándole la ropa. James no tarda en ver un edificio altísimo difuminarse entre el cielo y la lluvia. Parece parte de un complejo mayor pero sería demasiado aventurado hacer suposiciones más allá de lo que ven sus ojos.
James no cree que sea buena idea probar suerte en ese lugar, pero no se han encontrado con ningún edificio o construcción en horas y el cansancio y el frío empieza a pasarle factura. Los últimos minutos del día se convierten en segundos y James entiende que no tiene otra opción.
Es un lugar vallado pero entra por lo que parece una puerta lateral, que delata su presencia con un chirrido metálico. James, no obstante, no pasa por alto el coche aparcado cerca de la entrada. La lluvia convierte la tierra en barro y está demasiado oscuro para poder estimar cuando tiempo lleva aparcado ahí. James no tiene la paciencia para aceptar sorpresas, así que desenfunda su Desert Eagle y asegura su linterna por debajo en un agarre seguro y firme, adentrándose en el recinto.
- OFF:
- @Ranza Díaz, @Nicholas Robles y yo tenemos un tema abierto este mismo día por la mañana así que nos pusimos de acuerdo para llegar juntos. Aún así, describo mis actos en singular a partir del segundo párrafo por si tenéis otros planes.
Entro por la puerta 10.
Drake, como un día más, había salido de la Prisión en busca de recursos, sobre todo médicos. Ya se le había hecho de noche y el tiempo tampoco acompañaba: Parecía que la suerte no iba a sonreírle ese día, puesto que tampoco había encontrado nada. Y si bien estaba resguardado en el coche, no podía arriesgarse a volver con aquél tiempo, puesto que no podía ver con claridad a través de los cristales, y eso podía acabar muy mal, o bien estrellándose, o bien encontrándose de frente a alguna criatura inesperada.
Por eso eligió refugiarse, pero nunca hubiera sabido que el lugar era el peor que hubiera podido escoger.
Quizás fuera por el tamaño del edificio, o porque no estaba en condiciones de andar eligiendo, que acabó por acercarse a ese hospital psiquiátrico, con la esperanza de que no tuviera que vaciarlo de muchos caminantes. Aún dentro del coche, se preparó todas las armas que había cogido para ese día y luego se bajó del vehículo, lo cerró para evitar que algún curioso quisiera robarselo y echó a correr hacia una de las puertas, la cual por suerte estaba abierta (algo bueno tenía que pasarle). Y cuando por fin entró y encendio linterna para ver algo, soltó una maldición al ver a quien tenía de frente.
-¿James?-Ni siquiera había caído en los vehículos que había en la puerta, había cometido un terrible fallo con eso, porque si ni hubiera sido él...
Por eso eligió refugiarse, pero nunca hubiera sabido que el lugar era el peor que hubiera podido escoger.
Quizás fuera por el tamaño del edificio, o porque no estaba en condiciones de andar eligiendo, que acabó por acercarse a ese hospital psiquiátrico, con la esperanza de que no tuviera que vaciarlo de muchos caminantes. Aún dentro del coche, se preparó todas las armas que había cogido para ese día y luego se bajó del vehículo, lo cerró para evitar que algún curioso quisiera robarselo y echó a correr hacia una de las puertas, la cual por suerte estaba abierta (algo bueno tenía que pasarle). Y cuando por fin entró y encendio linterna para ver algo, soltó una maldición al ver a quien tenía de frente.
-¿James?-Ni siquiera había caído en los vehículos que había en la puerta, había cometido un terrible fallo con eso, porque si ni hubiera sido él...
- Off:
- Entro por la puerta 10, que no quiero quedarme solo. Me encuentro de frente con James y... Ahí va la cosa: Como tenemos un tema abierto, James, no vayas a montarme drama como si fuera la primera vez que nos vemos xDD
- Spoiler:
Entrada por puerta 10 con James
Mención: James, Nick, Drake (indirectamente) y BalioN (mención honorífica).
Interacción: nadie.
Outfit
La idea de "descansar" y "protegerse" de la tormenta en aquel bar de carretera les había salido terriblemente mal. Lo único bueno de todo aquello eran un par de armas extra y un paseo en moto. "Patchy" podría haberlos dejado ahí en medio de la nada (si no contaban el hecho de estar en medio de centenares de peligros), pero había mostrado algo de humanidad y se había aventurado con ellos en busca de algún refugio. Lo más seguro es que los dejaría allí y se largaría, como Goofy, pero eso ya no le importaba a Ranza.
Hacía un frío terrible y la lluvia solo lograba que este se calara hasta los huesos. Las ropas y los cabellos rojos de la jovencita destilaban agua, no había ni un calzón seco en todo su ser. Así que cuando divisaron aquel enorme edificio decidieron buscar refugio allí, incluso cuando cada fibra de su sentido común les gritaba que no lo hicieran.
Un automóvil al exterior del edificio les indicaba que habían más personas. Por supuesto, si se veía como un espantoso pero bien construido refugio. No tenía ni idea de lo que aquel lugar podía ser, pero al menos estaba más seco y caliente que afuera. Tomó aire, James también lo había notado e inmediatamente sacó su arma. Siempre listo. Cuando cruzaron la puerta notó que Patchy no los seguía, pero antes de poder mencionarlo al asiático una voz masculina llamando a su acompañante por su nombre la hizo saltar en su lugar.
Definitivamente no estaban solos.
- Nickie:
- ¡TE EXTRAÑARÉ!
inglés ~ español
- awards:
- It's the Mickey Mouse Club House:
Richard comenzó a internarse en el lugar cuando escuchó ruidos detrás suya percatandose Dde que no estaba solo. Así que procurando no hacer ruidos que alertaran de su presencia al resto de recién llegados fue retrocediendo.
Iba en completa tensión pero cuando pudo ver a lo lejos de quién se trataba comenzó a relajarse, al menos un poco. Ya los conocía, los había visto hacía poco tiempo aunque en el apocalipsis zombie parecía hace años.
-Vaya, vaya, nadie me avisó de que este lugar fuera a convertirse en el escenario de una fiesta de Halloween, con niños y todo.
Dijo con ironía para hacerles saber que se encontraba ahí y lanzando un breve vistazo a la niña que los acompañaba al decir lo último.
-Hola James, Drake, cuanto tiempo sin vernos.
Dijo con una sonrisa irónica pues en verdad hacía poco tiempo. A James lo había visto en aquel motel y aunque pudieron haber acabado reventándose la cabeza terminaron sobreviviendo juntos cuando llegaron los problemas. Con Drake pasó algo parecido cuando quedaron atrapados en el centro comercial debido a aquella maldita niebla. Pese a todo Richard hablaba con confianza y seguridad en sí mismo al estar casi seguro de que no comenzarían a matarse casi de primeras. Y aunque fueran desconocidos Richard tenía confianza en su entrenamiento y sus habilidades como para saber qué podría salir de los problemas en que terminase metido.
-¿Qué? ¿Van a quedarse ahí toda la noche? -dijo observandolos y encarándolos directamente, antes de añadir a modo de broma y para picarlos un poco: -imagino que con todo lo que han pasado no tendrán miedo de adentrarse en un hospital fantasma.
Iba en completa tensión pero cuando pudo ver a lo lejos de quién se trataba comenzó a relajarse, al menos un poco. Ya los conocía, los había visto hacía poco tiempo aunque en el apocalipsis zombie parecía hace años.
-Vaya, vaya, nadie me avisó de que este lugar fuera a convertirse en el escenario de una fiesta de Halloween, con niños y todo.
Dijo con ironía para hacerles saber que se encontraba ahí y lanzando un breve vistazo a la niña que los acompañaba al decir lo último.
-Hola James, Drake, cuanto tiempo sin vernos.
Dijo con una sonrisa irónica pues en verdad hacía poco tiempo. A James lo había visto en aquel motel y aunque pudieron haber acabado reventándose la cabeza terminaron sobreviviendo juntos cuando llegaron los problemas. Con Drake pasó algo parecido cuando quedaron atrapados en el centro comercial debido a aquella maldita niebla. Pese a todo Richard hablaba con confianza y seguridad en sí mismo al estar casi seguro de que no comenzarían a matarse casi de primeras. Y aunque fueran desconocidos Richard tenía confianza en su entrenamiento y sus habilidades como para saber qué podría salir de los problemas en que terminase metido.
-¿Qué? ¿Van a quedarse ahí toda la noche? -dijo observandolos y encarándolos directamente, antes de añadir a modo de broma y para picarlos un poco: -imagino que con todo lo que han pasado no tendrán miedo de adentrarse en un hospital fantasma.
- Off:
- Interactuó con James y con Drake, asumiendo que el tema que tengo con ellos acaba en buenos términos, al menos lo suficiente para no querer matarnos, tener superada la desconfianza inicial y conocernos lo suficiente para saber nuestros nombres y demás. Menciono a Ranza.
- Firma anterior :
- Awards:
- Mi pb:
No ha dado ni diez pasos en el patio cuando el corazón de James se vuelve del revés en su pecho del sobresalto. Escucha una voz detrás de él, llamándole, y se gira al instante con su arma en alto, interponiendo entre el desconocido y Ranza. En ese instante se da cuenta que Nicholas no está, pero todo pierde importancia cuando la luz de su linterna delata la presencia de nada más ni nada menos que el jodido Drake Ackerman.
James baja el arma con una mueca de desagrado. A pesar de los meses que ha tenido para reflexionar después de su encuentro con los restos de su antiguo escuadrón, James no ha podido encontrar la fuerza de voluntad para perdonarle. Tantos años de rencor no pueden quedar olvidados en tan poco tiempo. Pero, por supuesto, no es tan simple. Si fuera tan simple como eso el pecho no le dolería una la décima parte de lo que le duele con sólo mirarle.
Antes de que James pueda decir nada -aunque no sabe qué podría decirle al que había sido su superior durante años-, una voz a sus espaldas se hace escuchar. No es nueva, y no tiene que pensar mucho para recordar a quién pertenece.
—Richard. — dice, y a lo mejor en su voz se distingue una diminuta sonrisa. —Sigues vivo. — por supuesto, James no se distrae con la extravagancia de la situación y mira a Ranza, esperando que escuche su silencioso “no te separes de mi”. A pesar de todo, James sólo confía en ella.
James baja el arma con una mueca de desagrado. A pesar de los meses que ha tenido para reflexionar después de su encuentro con los restos de su antiguo escuadrón, James no ha podido encontrar la fuerza de voluntad para perdonarle. Tantos años de rencor no pueden quedar olvidados en tan poco tiempo. Pero, por supuesto, no es tan simple. Si fuera tan simple como eso el pecho no le dolería una la décima parte de lo que le duele con sólo mirarle.
Antes de que James pueda decir nada -aunque no sabe qué podría decirle al que había sido su superior durante años-, una voz a sus espaldas se hace escuchar. No es nueva, y no tiene que pensar mucho para recordar a quién pertenece.
—Richard. — dice, y a lo mejor en su voz se distingue una diminuta sonrisa. —Sigues vivo. — por supuesto, James no se distrae con la extravagancia de la situación y mira a Ranza, esperando que escuche su silencioso “no te separes de mi”. A pesar de todo, James sólo confía en ella.
Parecía que la situación se volvía a repetir, como un Deja Vu, cuando James le apuntó con su arma. El rubio estuvo a punto de soltar algo, pero el ex-miembro del Escuadrón Zero bajó la pistola, y es que una voz se hizo notar ahora detrás de el chicoy y la niña, una voz que no tardó en reconocer Drake.-¿Es que acaso es esto una especie de reunión?-Suspiró y se colocó la escopeta, que la llevaba colgando de una cinta, para poder agarrarla con ambas manos.
-Lamento importunar, pero estamos en un edificio un tanto sospechoso y no creo que se haya asegurado.-Adelantó a James y se colocó frente al mercenario.-A mi tampoco me hace mucha gracia que haya una niña metida en esto, pero si es capaz de usar un arma decentemente, me vale.-En otra situación, él mismo hubiera mandado a esa niña a esconderse en algún lugar, y de negarse, él hubiera buscado el lugar y la hubiera encerrado. Pero ese hospital no le daba muy buena espina, ahora que estaba dentro, el vello lo llevaba erizado, como si algo no fuera bien ahí.-Intentemos permanecer juntos y atentos a todo.-Miró a James y alzó una ceja, sin llegar a sonreír.-Como en los viejos tiempos, ¿eh?-El caso es que faltaba medio Escuadrón, pero podrían apañarse. Solo esperaba que James no hubiera perdido facultades.
-Lamento importunar, pero estamos en un edificio un tanto sospechoso y no creo que se haya asegurado.-Adelantó a James y se colocó frente al mercenario.-A mi tampoco me hace mucha gracia que haya una niña metida en esto, pero si es capaz de usar un arma decentemente, me vale.-En otra situación, él mismo hubiera mandado a esa niña a esconderse en algún lugar, y de negarse, él hubiera buscado el lugar y la hubiera encerrado. Pero ese hospital no le daba muy buena espina, ahora que estaba dentro, el vello lo llevaba erizado, como si algo no fuera bien ahí.-Intentemos permanecer juntos y atentos a todo.-Miró a James y alzó una ceja, sin llegar a sonreír.-Como en los viejos tiempos, ¿eh?-El caso es que faltaba medio Escuadrón, pero podrían apañarse. Solo esperaba que James no hubiera perdido facultades.
- Spoiler:
Han pasado tan sólo entre 5 y 10 minutos desde la última vez que trató de contactar con Nick por radio.
Empieza a no tener gracia, para el natural de virginia el hecho de que su Mustang a pesar de rápido y fiable, fabricado en acero, perfecto para embestir zombies tiene un grave problema, el espacio. La comida, la ropa, balas, herramientas, combustible en algunas garrafas, es demaisado, el asiento de la parte de atrás está abierto para acceder al maletero, se nota que se está volviendo loco por esperar.
Ya va listo para marcharse. Hasta se lleva escondida la granada por si las moscas. Se ha fabricado una pequeña lona de plástico con capucha para meterse bajo la lluvia, ha puesto un condón para tapar el cañón del arma y con la lona sobrante del poncho de plástico con capucha ha tapado el rifle cual barra de pan.
Pero claro, sentado en el coche apretado casi contra la ventanilla del conductor, escuchando la radio y pensando seriamente.
"Han llegado al menos 2 coches, así que hay al menos unas 6 personas ahí dentro, pero con la tormenta a mi solo me ha parecido escuchar un juego de puertas cada vez..."Cansado lo intenta por última vez.
-Nicko, llevo luz estroboscopica en la linterna, tres flashes instantaneos soy yo, todo lo demas...No soy yo, además es la ostia para putear y cegar al enemigo, Semper Fidelis!...-La puerta del coche se abre y mira la entrada del lugar, viendo el cartel.
-...No estamos solos Nick...-Una sonrisa malévola se va apoderando de ru rostro aunque solo sea por la gracia interna que le causa.
-...Creo que ya hay gente dentro, ten cuidado..., cambio y corto...-Deja de usar la radio y cierra el coche, le pone el seguro y tranquilamente, escuchando la emisora de Talahasee se acerca a la entrada, la puerta parece abierta, se queda mirando una última vez el cartel y se echa a reír a carcajada limpia bajo la lluvia entrando en el lugar andando con calma.
James y Ranza habían demostrado ser buenos compañeros de viaje. Ambos eran jóvenes y, aunque para haber sobrevivido tanto tiempo se requiere experticia, los consideraba a ambos como chicos a los que tenía que proteger. Por esa razón, luego de haber escapado de la niebla en ese bar de carretera, había decidido llevarlos a los dos en mi motocicleta en busca de un refugio.
En realidad, había acordado con Balion encontrarnos en ese hospital abandonado, por si todavía tenía medicamentos que pudieran ser de utilidad en Silver Lake. El plan era dejar a los dos chicos allí, encontrarme con mi compañero y luego irnos los cuatro de vuelta hacia California, si es que los chicos así lo querían.
La tormenta se nos vino encima y no teníamos opción de cubrirnos de la lluvia en mi motocicleta. La radio también estaba mojada, pero comenzó a sonar, aunque con interferencia. Era Balion, informando que ya estaba en el punto de encuentro.
— Chicos, quédense aquí, yo rodearé el edificio. Tengan cuidado, no sabemos qué puede haber adentro.
En la motocicleta rodeé todo el edificio hasta toparme con otra puerta que rezaba el nombre del hospital. Por ahí estaba el auto de Balion, pero a él no lo veía. Aparqué la motocicleta y ahí, junto a la puerta estaba el buen Balion.
— Lo siento. La radio se me mojó y no escuché nada de lo que me dijiste. ¿Cómo has estado?— lo saludé caminando hacia él.
En realidad, había acordado con Balion encontrarnos en ese hospital abandonado, por si todavía tenía medicamentos que pudieran ser de utilidad en Silver Lake. El plan era dejar a los dos chicos allí, encontrarme con mi compañero y luego irnos los cuatro de vuelta hacia California, si es que los chicos así lo querían.
La tormenta se nos vino encima y no teníamos opción de cubrirnos de la lluvia en mi motocicleta. La radio también estaba mojada, pero comenzó a sonar, aunque con interferencia. Era Balion, informando que ya estaba en el punto de encuentro.
— Chicos, quédense aquí, yo rodearé el edificio. Tengan cuidado, no sabemos qué puede haber adentro.
En la motocicleta rodeé todo el edificio hasta toparme con otra puerta que rezaba el nombre del hospital. Por ahí estaba el auto de Balion, pero a él no lo veía. Aparqué la motocicleta y ahí, junto a la puerta estaba el buen Balion.
— Lo siento. La radio se me mojó y no escuché nada de lo que me dijiste. ¿Cómo has estado?— lo saludé caminando hacia él.
- OFF:
- Nick llega al hospital junto a James y Ranza en una motocicleta. Los deja a ellos dos en la puerta 10 y da la vuelta al edificio para encontrarse con Balion en la puerta 8. Están a punto de entrar juntos al hospital.
De un segundo para el otro James y ella ya no estaban solos. No era Patchy, pero uno de aquellos rostros masculinos se le hacía familiar. Ella y su memoria de pollito. Tampoco se esforzó por recordarlo, mucho menos cuando James parece algo incómodo con su presencia. Algo que cambia notablemente cuando llega otro rubio. Debía haberse muerto y terminado en el paraíso de las adolescentes guerreras, porque no estaba muy segura de qué rostro o cuerpo mirar más. Respiró profundamente, el lugar donde estaban le indicaba con creces que no estaba en ningún paraíso.
No habló, ni siquiera se molestó porque además de echarle un vistazo ninguno se dirigió directamente a ella, o porque Donald no había tenido la delicadeza de presentarla a sus apuestos conocidos. No, él comenzaba a conocerla bien. Demasiado bien para ser confortable. Se encogió sobre si misma y permaneció detrás de él, observando todo, alerta. Lo que mejor se le daba hacer, además de esconderse.
El hombre al que James había llamado "Richard" los retó a adentrarse para recorrer aquel enorme edificio. Ranza sintió algo tirar de su sentido común, pero ella no era de siempre hacerle caso. Rara vez, de hecho. La verdad es que no quería quedarse en la puerta, aunque no dejó de echar un vistazo afuera por si veía al hombre de un ojo, pero ni rastro. Se encogió de hombros y cerró tras ellos, la oscuridad la rompían apenas las linternas que cargaban algunos.
Le costaba demasiado el creer que un lugar como aquel estuviera completamente abandonado, tanto de posibles refugiados como de zombies u otras criaturas mutantes. Jugó con un mechón de su cabello con un nerviosismo bien escondido, no le gustaba que la gente pensara que era solo una niña. Respiró profundamente una segunda vez, tenía hambre.
inglés ~ español
- awards:
- It's the Mickey Mouse Club House:
James está tentado a protestar sólo por el placer de contradecir a Drake, pero tiene razón y están en un lugar hostil. No hay tiempo para distracciones si quieren salir con vida de ahí, aunque las ganas de adentrase en este lugar disminuyan con cada segundo. Observa en silencio como su antiguo líder toma la vanguardia y James hace una mueca de exasperación exhausta. Por supuesto, ¿quién si no? Tampoco pasa por alto su comentario condescendiente sobre Ranza y se da cuenta que le molesta más de lo que debería. No obstante, que la suelan subestimar es un arma que la más joven ha aprendido a usar en su favor.
James toma la retaguardia de ese pintoresco equipo improvisado y aunque sabe de qué son capaces esos dos hombres, no se atreve a confiar en ellos. Richard es un desconocido a medias y Drake… Sus miradas se cruzan y James se encoge dentro de su chaqueta, aferrándose con más fuerza a la correa de su escopeta. Le escucha y es la clase desdeñosa de burla que son sólo palabras. James frunce el ceño y hiede a arrogancia culpable cuando dice:
—Cuando las cosas se compliquen y nos dejes atrás entonces sí, será como en los viejos tiempos. — hay un atisbo de ansiedad en su voz cuando reduce el paso hasta alejarse lo suficiente para no tener que escucharle pero sin perderle de vista. Entonces mira a Ranza y le pone una mano en el hombro, pesada. Parece tan incómoda como James se siente y no puede evitar querer salir de ahí dentro aún más rápido. —Si quieres, podemos irnos en cuanto pare de llover. — aunque deambular de noche no suena como un gran plan. —Mantente atenta, no creo que estemos solos. — no se refería a los otros hombres.
James toma la retaguardia de ese pintoresco equipo improvisado y aunque sabe de qué son capaces esos dos hombres, no se atreve a confiar en ellos. Richard es un desconocido a medias y Drake… Sus miradas se cruzan y James se encoge dentro de su chaqueta, aferrándose con más fuerza a la correa de su escopeta. Le escucha y es la clase desdeñosa de burla que son sólo palabras. James frunce el ceño y hiede a arrogancia culpable cuando dice:
—Cuando las cosas se compliquen y nos dejes atrás entonces sí, será como en los viejos tiempos. — hay un atisbo de ansiedad en su voz cuando reduce el paso hasta alejarse lo suficiente para no tener que escucharle pero sin perderle de vista. Entonces mira a Ranza y le pone una mano en el hombro, pesada. Parece tan incómoda como James se siente y no puede evitar querer salir de ahí dentro aún más rápido. —Si quieres, podemos irnos en cuanto pare de llover. — aunque deambular de noche no suena como un gran plan. —Mantente atenta, no creo que estemos solos. — no se refería a los otros hombres.
Para Richard la mejor forma de analizar una situación era la intervención directa. Era como tirar una piedra y ver que sucedía. Por eso se adelantó a hablar con sus dos recientes conocidos, aunque no se dirigió a la niña no tanto porque fuera una niña sino porque tampoco la conocía y ella tampoco expresó palabra.
-¿Lo dudabas? -respondió al saludo que le dedicó James, con una sonrisa de seguridad y confianza en sí mismo.
Acto seguido Drake se adelantó tomando la palabra demostrando su naturaleza de líder, así que lo era o al menos lo había sido en algún momento. ¿Otro Stars, Swat, ejército? No lo sabía ni tampoco le importaba, en esos momentos solo le importaba el presente. Drake dijo en voz alta lo que Richard ya estaba pensando: el edificio no pintaba nada bien. Luego mencionó que a él tampoco le hacía gracia que una niña les acompañara pero que se conformaba con que supiera disparar un arma. Richard dirigió la mirada hacia ella y la estudió detenidamente durante unos momentos, luego volvió a mirar a su improvisado compañero.
-Tranquilo, Drake, si para estos momentos no está temblando de los pies a la cabeza puede que termine resultando más útil que algunos adultos que he conocido.
Lo cierto es que la pequeña pelirroja no había hablado absolutamente nada, al menos desde que Richard llegó a escena. Se mantenía callada y aparentemente tranquila o al menos tranquila dentro de lo posible. Eso solo le indicaba una cosa: no era una niña normal.
A pesar de las palabras de Drake de mantenerse juntos no tardó en compartir pullas con James de un pasado que Richard desconocía por completo y tampoco le importaba. Richard soltó un resoplido exasperado:
-Ignoraba que hubiera interrumpido una pelea de enamorados -dijo con una burla irónica antes de ponerse serio -Céntrense en la misión. Desconocemos que hay ahí dentro, pero sí sabemos que existen peores cosas que los no-muertos. ¡Estad alerta!
Dijo y acto seguido se giró para caminar hacia delante pistola en mano encabezando el grupo. Confiando en que Drake y su escopeta se pusieran a su lado para liderar la marcha para de esta forma dejar a James y a la niña cubriendo la retaguardia. Confiaba en que todos estuvieran a la altura pues estaba seguro de que el peligro estaba justo delante de ellos.
- Firma anterior :
- Awards:
- Mi pb:
La pulla de James golpeó a Drake como si hubiera sido una patada en las partes más íntimas: El comentario suyo no había sido para herirle ni nada de eso, al contrario. Y el otro en cambio seguía empeñado en que le había abandonado años atrás, por si no se sentía suficientemente culpable, ya estaba ahí para hacerle sentirse aún peor. Esperaba que tarde o temprano, en un futuro, le perdonase, y si no era así... Bueno, había sido un buen compañero. El rubio se giró para mirarle, pero en su mirada no había rabia ni nada de eso, sin palabras quería mandarle el mensaje a James de que lo sentía de verdad. Con un gesto neutro, pero con ese brillo que lo decía todo.
Todo eso mientras Richard hablaba, e ignoró completamente lo que dijo, a medias al menos. Cuando giró la cabeza para mirarle, asintió y comenzó a caminar a su lado: Drake era un líder nato, siempre lo había sido, y tenía que demostrarlo ahora, no podía dejar que el pasado siguiera atormentándole.-Lo primero es asegurar ésta planta, no... Os separéis, y si veis o escucháis algo sospechoso, avisad.-Respiró hondo y apuntó al frente, atento a todo su alrededor, listo para abrir fuego si aparecía algo que no tuviera intenciones diplomáticas.
Todo eso mientras Richard hablaba, e ignoró completamente lo que dijo, a medias al menos. Cuando giró la cabeza para mirarle, asintió y comenzó a caminar a su lado: Drake era un líder nato, siempre lo había sido, y tenía que demostrarlo ahora, no podía dejar que el pasado siguiera atormentándole.-Lo primero es asegurar ésta planta, no... Os separéis, y si veis o escucháis algo sospechoso, avisad.-Respiró hondo y apuntó al frente, atento a todo su alrededor, listo para abrir fuego si aparecía algo que no tuviera intenciones diplomáticas.
- Spoiler:
Ubicación: entrada por puerta 10
Mención: James, Drake y Richard.
Interacción: James, Richard (por un ladito).
Outfit
Ranza asintió ante la idea de James de largarse de allí una vez dejara de llover, pero era más que evidente que eso no sucedería muy pronto. Los rayos iluminaban los pasillos a través de las ventanas y maderos y los truenos hacían retumbar todo, por ratos era incluso difícil escuchar lo que hablaban entre ellos.
Lo que si escuchó fue cuando el rubio de ojos claros... Ri... ¿Cuál había dicho James que era su nombre?. Bueno, se llamaría Ri de ahí en adelante. Lo que si escuchó fue cuando Ri habló de ella y el hecho de que no estuviera en una esquina llorando de temor. Tenía miedo, por supuesto, pero ya aquello se había convertido en su día a día hacía muchos meses atrás, ya había llorado suficiente. Levantó el rostro para buscar el de él y ladeó una delicada sonrisa de medio lado que se borró tan rápido como apareció, asintió con la cabeza y aferró el mango de Romeo (su machete) en su cintura.
Continuaban avanzando, la tensión entre el tipo que no recordaba (Drake) y Donald (James) podía cortarse con un cuchillo. Se encontró a su misma teniendo miles de posibles razones para aquello rondando por su cabeza. Era demasiado evidente que compartían historia, una que el asiático no había logrado superar. Lo más seguro, sin embargo, es que terminaría no siendo ni la mitad de emocionante que todo lo que se estaba formando en su interior gracias a su desbordada imaginación.
Hambre.
Buscó en los bolsillos de su chaqueta, quizás quedaba una de aquellas barras energéticas que James siempre le estaba dando para calmar la ansiedad.
inglés ~ español
- awards:
- It's the Mickey Mouse Club House:
RECORDEMOS QUE...
■ El mínimo de post entre tu mensaje y el siguiente ahora es de TRES.
■ PATIO ESTE (Nº 2): @Nicholas Robles y @BalioN.
■ PATIO OESTE (Nº 1): @Richard Jackson, @Drake Ackerman, @James J. Yeager y @Ranza Díaz.
■ PATIO ESTE (Nº 2): @Nicholas Robles y @BalioN.
■ PATIO OESTE (Nº 1): @Richard Jackson, @Drake Ackerman, @James J. Yeager y @Ranza Díaz.
SITUACIÓN GENERAL
Un relámpago ilumina ambos patios. La lluvia cada vez cae con mayor fuerza, los charcos no tardan en formarse llenando ambos patios de barro.
PATIO ESTE
— ¡Me voy a cagar en la puta ya, lo que pesa este cabronazo! — alguien más entra en el patio, al ver que no está solo suelta el jabalí con el que va cargando y apunta con su escopeta al frente. — ¡¿Quién coño sois vosotros?! — parece nervioso. — ¿Venís del ala oeste? — duda, baja algo el arma. — No, no tenéis pinta de ser de ese grupo de gilipollas — baja el arma.
— ¡Joder! — se queja al ver el animal lleno de barro. Lo recoge otra vez sobre sus hombros. — Tíos, no os quedéis ahí, os vais a poner hasta los huesos — hace un gesto de cabeza para que le sigan y se va hacia la entrada del edificio. Abre la puerta y pasa dentro dejando caer el animal al suelo.
Se trata de una amplia sala, una puerta a la derecha y otra a la izquierda, al fondo unas escaleras con una recepción. Hay un montón de cajas y cosas acumuladas por todas partes. No está precisamente limpio.
— Soy Jerrow, el antiguo celador — dice mientras se enciende un cigarrillo. — ¿Queréis uno? — se escucha música a gran volumen proceder de alguna de las salas. La puerta izquierda se abre y la música se escucha más fuerte, una mujer bastante atractiva y completamente desnuda sale. La joven se pasea por el hall saludando a Jerrow, sonríe con picardía, mira de reojo a los recién llegados, también sonríe y comienza a subir las escaleras. Él le dedica una sonrisa y empieza a mover la cabeza y las caderas al ritmo de la música.
— Tíos, menos mal que habéis venido a este lado y no al otro — alza las manos bailando y se va detrás de la mujer escaleras arriba.
— ¡Eh polluelos! Traedme al bicharraco que ha cazado ese mariquita de Jerrow — un hombre corpulento se asoma a la misma puerta de la que salió la joven. Os hace un gesto de cabeza para que le sigáis.
Es una especie de despacho enorme, con estanterías llenas de libros, objetos extraños... el desorden y la falta de limpieza es enorme. Recoge un condón usado de la mesa y lo tira a una papelera que hay en una esquina, la papelera está a rebosar y el dichoso plastiquito cae al suelo.
— A ver, qué hacéis aquí y quiénes sois — se sienta en la mesa y os mira enarcando una ceja.
— ¡Joder! — se queja al ver el animal lleno de barro. Lo recoge otra vez sobre sus hombros. — Tíos, no os quedéis ahí, os vais a poner hasta los huesos — hace un gesto de cabeza para que le sigan y se va hacia la entrada del edificio. Abre la puerta y pasa dentro dejando caer el animal al suelo.
Se trata de una amplia sala, una puerta a la derecha y otra a la izquierda, al fondo unas escaleras con una recepción. Hay un montón de cajas y cosas acumuladas por todas partes. No está precisamente limpio.
— Soy Jerrow, el antiguo celador — dice mientras se enciende un cigarrillo. — ¿Queréis uno? — se escucha música a gran volumen proceder de alguna de las salas. La puerta izquierda se abre y la música se escucha más fuerte, una mujer bastante atractiva y completamente desnuda sale. La joven se pasea por el hall saludando a Jerrow, sonríe con picardía, mira de reojo a los recién llegados, también sonríe y comienza a subir las escaleras. Él le dedica una sonrisa y empieza a mover la cabeza y las caderas al ritmo de la música.
— Tíos, menos mal que habéis venido a este lado y no al otro — alza las manos bailando y se va detrás de la mujer escaleras arriba.
— ¡Eh polluelos! Traedme al bicharraco que ha cazado ese mariquita de Jerrow — un hombre corpulento se asoma a la misma puerta de la que salió la joven. Os hace un gesto de cabeza para que le sigáis.
Es una especie de despacho enorme, con estanterías llenas de libros, objetos extraños... el desorden y la falta de limpieza es enorme. Recoge un condón usado de la mesa y lo tira a una papelera que hay en una esquina, la papelera está a rebosar y el dichoso plastiquito cae al suelo.
— A ver, qué hacéis aquí y quiénes sois — se sienta en la mesa y os mira enarcando una ceja.
PATIO OESTE
La puerta principal del edificio se abre.
— ¿Pero qué hacéis ahí? ¡Rápido pasad! — un hombre muy desaliñado sale corriendo hacia el grupo, se cubre la cabeza con ambas manos y les hace gestos para que pasen al interior del edificio. Veloz va hacia la puerta trasera del patio, la abre y mira fuera.
Regresa corriendo al edificio.
— ¡Un resfriado enorme van a pillar como sigan ahí! — el hombre se ríe extrañamente y una vez en el hall del edificio cierra la puerta con llave. — ¡No se sabe qué clase de locos pueden entrar por ahí! — se vuelve a reír. — ¡Soy el profesor Charles Meade, bienvenidos a Redmoor! — se estira un poco tratando de parecer más alto, al mismo tiempo que estira sus desgastadas ropas, un viejo traje que tuvo una mejor época, hace años.
— ¿Han cenado, quieren cenar algo? ¿Eso es barro? Oh... a la señora Meade no le va a gustar nada... — parece algo apenado al ver el suelo sucio.
El hall es una sala amplia, grande y bastante aséptica: paredes blancas, suelo negro, todo muy limpio y ordenado. Al fondo unas escaleras que ascienden y a los laterales dos puertas grandes. Bajo las escaleras se ve una especie de recepción.
La sala se ilumina con otro relámpago.
Charles, que se había ido a la recepción vuelve con una fregona y cubo para empezar a limpiar el barro. No limpia precisamente bien y se dedica a restregar la sucia fregona por el suelo y los pies de todos.
— ¿Cómo han sobrevivido todo este tiempo ahí afuera? Podrían hacerme una redacción, sí, eso estaría bien, me interesa — se marcha a la recepción con la fregona y regresa repartiendo bolígrafos y papel a todos los asistentes.
— No pueden copiarse, ¿eh? ¡Vamos al comedor! Ahora está libre — se va hacia la puerta de la derecha. Es otra sala amplia de techos altos. Hay una mesa de reuniones enormes y Charles se dedica a encender unas velas. — ¡Cariño, tenemos visita! — grita. — ¡Vamos, vamos, tomen asiento y escriban, me interesa mucho para mi estudio, no olviden poner su nombre y fecha, que si no luego no les puedo evaluar! — explica. — Y cuando acaben les traeré una estupenda cena, sí señor... eso haré — sale por la misma puerta del hall mientras va hablando solo sobre la cena y las cosa que traerá: agua, carne, pan... la puerta se cierra y un trueno resuena en la lejanía. Silencio.
— ¿Pero qué hacéis ahí? ¡Rápido pasad! — un hombre muy desaliñado sale corriendo hacia el grupo, se cubre la cabeza con ambas manos y les hace gestos para que pasen al interior del edificio. Veloz va hacia la puerta trasera del patio, la abre y mira fuera.
Regresa corriendo al edificio.
— ¡Un resfriado enorme van a pillar como sigan ahí! — el hombre se ríe extrañamente y una vez en el hall del edificio cierra la puerta con llave. — ¡No se sabe qué clase de locos pueden entrar por ahí! — se vuelve a reír. — ¡Soy el profesor Charles Meade, bienvenidos a Redmoor! — se estira un poco tratando de parecer más alto, al mismo tiempo que estira sus desgastadas ropas, un viejo traje que tuvo una mejor época, hace años.
— ¿Han cenado, quieren cenar algo? ¿Eso es barro? Oh... a la señora Meade no le va a gustar nada... — parece algo apenado al ver el suelo sucio.
El hall es una sala amplia, grande y bastante aséptica: paredes blancas, suelo negro, todo muy limpio y ordenado. Al fondo unas escaleras que ascienden y a los laterales dos puertas grandes. Bajo las escaleras se ve una especie de recepción.
La sala se ilumina con otro relámpago.
Charles, que se había ido a la recepción vuelve con una fregona y cubo para empezar a limpiar el barro. No limpia precisamente bien y se dedica a restregar la sucia fregona por el suelo y los pies de todos.
— ¿Cómo han sobrevivido todo este tiempo ahí afuera? Podrían hacerme una redacción, sí, eso estaría bien, me interesa — se marcha a la recepción con la fregona y regresa repartiendo bolígrafos y papel a todos los asistentes.
— No pueden copiarse, ¿eh? ¡Vamos al comedor! Ahora está libre — se va hacia la puerta de la derecha. Es otra sala amplia de techos altos. Hay una mesa de reuniones enormes y Charles se dedica a encender unas velas. — ¡Cariño, tenemos visita! — grita. — ¡Vamos, vamos, tomen asiento y escriban, me interesa mucho para mi estudio, no olviden poner su nombre y fecha, que si no luego no les puedo evaluar! — explica. — Y cuando acaben les traeré una estupenda cena, sí señor... eso haré — sale por la misma puerta del hall mientras va hablando solo sobre la cena y las cosa que traerá: agua, carne, pan... la puerta se cierra y un trueno resuena en la lejanía. Silencio.
¿Y AHORA QUÉ?
■ Opciones libres, recordad que todo lo que hagáis ahora puede influir en el proceso de la misión.
■ La próxima respuesta llegará tras pasadas 24 horas o cuando respondáis todos.
■ La próxima respuesta llegará tras pasadas 24 horas o cuando respondáis todos.
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
No tarda en ver llegar el líder de Terra Save, cuando le comenta que se le ha mojado la radio, Adam lo mira, de arriba abajo, mientras se cala por la lluvia, al contrario que el ex-navy seal, que lleva un poncho de plástico con una apucha improvisada.
-Joder Nicko...No me gusta nada esto, podrías haberme avisado antes...aun así...-Hace una pausa y le mira, terminando de entrar, buscando guarecerse bajo el porche.
-Sabes que pase lo que pase vamos a volver a casa no? , bueno tu ya sabes donde...-apunta con el rifle cuando va a ser apuntado, no obstante tampoco parece que sean enemigos, la situación que sigue lo deja bastante descolocado. Tienen luz, comida y música...
-Eso es Deff Leppard?...-La mirada de Adam se agudijza, busca la proveniencia y observa el tamaño del jabalí.
-Tio, eso es un puto jabalí...-Vuelve a levantar la mirada y cuando ve la tia en pelotas no puede evitar mirar, para que mentir, no evita mirar en ningún momento, se lo disfruta, se lo imagina pero nada más, no puede evitar sentirse ligeramente culpable, sobretodo porque en la oreja lleva la emisora de Talahasse, acaba cerrando los ojos y partando la mirada, casi revelando más de lo que pretendiera esconder.
"El otro lado? Hay más gente...Es un hecho, pero realmente no nos han oído llegar?..."Tras pensarlo mejor, niega con la cabeza, se cuelga el rifle protegido de la lluvia a la espalda y se dispone a tomar el jabalí por las patas.
-Vamos compañero, no vamos a ser descorteses con nuestros anfitriones verdad?-Se echa a reír y lo va levantando para llevarlo, si Nick no lo ayuda lo arrastrará o se lo echará a la espalda, pero esta noche cenamos jabalí.
Al ver el interior de reojo, dentro de lo que cabe todo parece bastante "humano" por lo que simplemente deja el cerdo encima de la mesa que ve libre.
-Me llamo Balion, este es mi Jefe, no habla mucho...-Le dedica una mirada a Nick cerrando un ojo, igual que la noche que le preguntó si confiaba en él.
-Pero agradecemos igual vuestra hospitalidad, se llama Nicholas por cierto...-tratando de evitar que Nick hable a poder ser.
Se da una vuelta por la sala sintíendose en su casa, no parece muy intimidado por las preguntas, le han echo tantas de tantas formas y con tantas torturas que lo normal en él ya es incluso responder mal por costumbre.
-Estábamos buscando refugiranos de la tormenta, nos hemos quedado sin gasolina y tal y vosotros?...-Cuando los tenga a los 3 a la vista, en principio, a menos que lo distraigan, no volverá a darle la espalda a ninguno, de paso tiene también a Nick a la vista, se va quitando la lona de plástico para ponerse cómodo, Adam tiene una actitud muy altiva, le viene desde joven, no lo hace con maldad, pero desde que puso el ojo aquí este lugar es más suyo que hasta de Nick si le preguntara este a Adam que opina.
-Joder Nicko...No me gusta nada esto, podrías haberme avisado antes...aun así...-Hace una pausa y le mira, terminando de entrar, buscando guarecerse bajo el porche.
-Sabes que pase lo que pase vamos a volver a casa no? , bueno tu ya sabes donde...-apunta con el rifle cuando va a ser apuntado, no obstante tampoco parece que sean enemigos, la situación que sigue lo deja bastante descolocado. Tienen luz, comida y música...
-Eso es Deff Leppard?...-La mirada de Adam se agudijza, busca la proveniencia y observa el tamaño del jabalí.
-Tio, eso es un puto jabalí...-Vuelve a levantar la mirada y cuando ve la tia en pelotas no puede evitar mirar, para que mentir, no evita mirar en ningún momento, se lo disfruta, se lo imagina pero nada más, no puede evitar sentirse ligeramente culpable, sobretodo porque en la oreja lleva la emisora de Talahasse, acaba cerrando los ojos y partando la mirada, casi revelando más de lo que pretendiera esconder.
"El otro lado? Hay más gente...Es un hecho, pero realmente no nos han oído llegar?..."Tras pensarlo mejor, niega con la cabeza, se cuelga el rifle protegido de la lluvia a la espalda y se dispone a tomar el jabalí por las patas.
-Vamos compañero, no vamos a ser descorteses con nuestros anfitriones verdad?-Se echa a reír y lo va levantando para llevarlo, si Nick no lo ayuda lo arrastrará o se lo echará a la espalda, pero esta noche cenamos jabalí.
Al ver el interior de reojo, dentro de lo que cabe todo parece bastante "humano" por lo que simplemente deja el cerdo encima de la mesa que ve libre.
-Me llamo Balion, este es mi Jefe, no habla mucho...-Le dedica una mirada a Nick cerrando un ojo, igual que la noche que le preguntó si confiaba en él.
-Pero agradecemos igual vuestra hospitalidad, se llama Nicholas por cierto...-tratando de evitar que Nick hable a poder ser.
Se da una vuelta por la sala sintíendose en su casa, no parece muy intimidado por las preguntas, le han echo tantas de tantas formas y con tantas torturas que lo normal en él ya es incluso responder mal por costumbre.
-Estábamos buscando refugiranos de la tormenta, nos hemos quedado sin gasolina y tal y vosotros?...-Cuando los tenga a los 3 a la vista, en principio, a menos que lo distraigan, no volverá a darle la espalda a ninguno, de paso tiene también a Nick a la vista, se va quitando la lona de plástico para ponerse cómodo, Adam tiene una actitud muy altiva, le viene desde joven, no lo hace con maldad, pero desde que puso el ojo aquí este lugar es más suyo que hasta de Nick si le preguntara este a Adam que opina.
Estaban por adentrarse en el edificio cuando un hombrecillo apareció de la oscuridad. Richard esperaba muchas cosas pero no eso. Aún así mantuvo su rostro pétreo y tranquilo, su postura recta, como si no estuviera pasando nada fuera de lo normal. No le gustaba que sus emociones se filtraran en situaciones de peligro.
Se mantuvo aparentemente tranquilo mientras en su foro interno permanecía completamente alerta y vigilando cada uno de los movimientos de ese extraño hombrecillo, que era pequeño, mucho, incluso más que Erica y eso no es algo que muchos pudieran decir. Por instinto casi con movimientos imperceptibles se colocó delante de la pequeña de la cual desconocía el nombre. No lo bastante para que se sintiera molesta o parecía que la estaba sobreprotegiendo, pero sí lo bastante para meterle una patada que mandara a volar al pequeño hombre en caso de que tratara de hacerle algo a la pequeña. No podía evitarlo, era padre así que ese era su instinto habitual.
-Hubiera preferido que dejarás la puerta abierta -le dijo al pequeño hombre con voz neutral y completamente tranquila, casi impasible, mientras lo observaba con aparente tranquilidad. -Profesor Meade ¿y podría decirnos que es Redmoor exactamente?
Le pareció muy extraño que les ofreciera comida así por las buenas, así como todo lo demás, pero procuro no demostrarlo abiertamente.
-Disculpenos, ya hemos cenado y no creo que nos entrara nada más. Tal vez en otra ocasión.
Sí, ya, claro, en otra ocasión tomaríamos su comida que seguramente estuviera envenenada o tuviera matarratas o algo así. No, gracias, mejor morirse de hambre que aceptar comida de un absoluto desconocido que no parecía estar en sus cabales.
Richard acompañó al hombre, siempre procurando mantenerse a una distancia segura entre el hombre trastornado y la niña. Realmente sin ninguna razón lógica, solo era instinto de padre o más bien de agente Stars, proteger a los demás. Un instinto al que trataba de renunciar pero que le resultaba muy difícil.
Si se hubiera dejado llevar por sus emociones se hubiera reído a carcajadas pero se contuvo con su expresión sería. Llevaba mucho entrenamiento encima y mucho apocalipsis como para dejarse llevar por eso y más ante un tío que podría matarlos a todos.
-¿No le parece extraño que pongas a hacer redacciones a personas que ya hace mucho cumplieron la mayoría de edad y está claro que le superan en estatura? -dijo mientras se adelantaba un paso -mire, usted quiere saber cómo sobrevivimos y nosotros donde nos encontramos. ¿Qué le parece si nos enseña esto primero? Es descortés pedirnos que hagamos algo cuando ni siquiera sabemos donde nos encontramos.
Se mantuvo aparentemente tranquilo mientras en su foro interno permanecía completamente alerta y vigilando cada uno de los movimientos de ese extraño hombrecillo, que era pequeño, mucho, incluso más que Erica y eso no es algo que muchos pudieran decir. Por instinto casi con movimientos imperceptibles se colocó delante de la pequeña de la cual desconocía el nombre. No lo bastante para que se sintiera molesta o parecía que la estaba sobreprotegiendo, pero sí lo bastante para meterle una patada que mandara a volar al pequeño hombre en caso de que tratara de hacerle algo a la pequeña. No podía evitarlo, era padre así que ese era su instinto habitual.
-Hubiera preferido que dejarás la puerta abierta -le dijo al pequeño hombre con voz neutral y completamente tranquila, casi impasible, mientras lo observaba con aparente tranquilidad. -Profesor Meade ¿y podría decirnos que es Redmoor exactamente?
Le pareció muy extraño que les ofreciera comida así por las buenas, así como todo lo demás, pero procuro no demostrarlo abiertamente.
-Disculpenos, ya hemos cenado y no creo que nos entrara nada más. Tal vez en otra ocasión.
Sí, ya, claro, en otra ocasión tomaríamos su comida que seguramente estuviera envenenada o tuviera matarratas o algo así. No, gracias, mejor morirse de hambre que aceptar comida de un absoluto desconocido que no parecía estar en sus cabales.
Richard acompañó al hombre, siempre procurando mantenerse a una distancia segura entre el hombre trastornado y la niña. Realmente sin ninguna razón lógica, solo era instinto de padre o más bien de agente Stars, proteger a los demás. Un instinto al que trataba de renunciar pero que le resultaba muy difícil.
Si se hubiera dejado llevar por sus emociones se hubiera reído a carcajadas pero se contuvo con su expresión sería. Llevaba mucho entrenamiento encima y mucho apocalipsis como para dejarse llevar por eso y más ante un tío que podría matarlos a todos.
-¿No le parece extraño que pongas a hacer redacciones a personas que ya hace mucho cumplieron la mayoría de edad y está claro que le superan en estatura? -dijo mientras se adelantaba un paso -mire, usted quiere saber cómo sobrevivimos y nosotros donde nos encontramos. ¿Qué le parece si nos enseña esto primero? Es descortés pedirnos que hagamos algo cuando ni siquiera sabemos donde nos encontramos.
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- Mi pb:
El destello de luz de un relámpago atraviesa la verja y arranca sombras demasiado largas de cada uno de los presentes. James quiere pasar por alto la mirada dolida de Drake e imaginarse que nunca estuvo ahí. El último comentario de Richard llega como un murmullo de malos recuerdos. No están en una misión, y tampoco están juntos. Este encuentro ha sido mera casualidad y nada le obliga a seguir con ellos. James resopla, crispado, pero no comenta nada y avanzan en silencio.
Antes de decidir si tomar con Ranza otro camino, se sobresalta cuando la puerta principal del edificio se abre con un chirrido. Del interior sale un hombre bajito y su comportamiento despierta una profunda desconfianza en James. Las puntas de sus dedos sujetan la culata de su pistola y no la vuelve a soltar, todo músculos en tensión. Su hospitalidad es cuando menos sospechosa y lo primero que se le pasa por la cabeza es darse media vuelta y largarse. No obstante, esa opción deja de serlo en cuanto la tormenta empeora y la oscuridad de la noche se traga los últimos segundos de luz. James se acerca un paso a Ranza y observa.
Entran al vestíbulo del edificio y se siente por un momento como en el decorado de una película. Todo es estéril e impecable y la voz del tal Charles rebota en las paredes. El aspecto de ese hombre desentona aún más en este sitio, sin embargo, deja de prestar atención cuando cierra con llave la puerta detrás de ellos, con una risa que parece más un graznido. James mira de reojo a Ranza y se aparta los mechones de cabello mojado de la cara con su mano libre. Después de todo por lo que había tenido que pasar, de todos los años sobreviviendo, ahora sólo siente el hedor a trampa.
Escucha a Richard y su tono prudente, alerta, y James está convencido que lo de la redacción es una broma hasta que les trae papel y lápiz mientras les guía a otra sala. El techo es un par de metros demasiado alto y todo aquello demasiado sospechoso. Por supuesto, no se sienta, y deja caer el dichoso boligrafo y la hoja de papel a la gran mesa con un estrépito. El desconocido no parece tener tiempo para interrupciones porque tan rápido como habla, se marcha prometiéndo volver con comida.
Antes de decidir si tomar con Ranza otro camino, se sobresalta cuando la puerta principal del edificio se abre con un chirrido. Del interior sale un hombre bajito y su comportamiento despierta una profunda desconfianza en James. Las puntas de sus dedos sujetan la culata de su pistola y no la vuelve a soltar, todo músculos en tensión. Su hospitalidad es cuando menos sospechosa y lo primero que se le pasa por la cabeza es darse media vuelta y largarse. No obstante, esa opción deja de serlo en cuanto la tormenta empeora y la oscuridad de la noche se traga los últimos segundos de luz. James se acerca un paso a Ranza y observa.
Entran al vestíbulo del edificio y se siente por un momento como en el decorado de una película. Todo es estéril e impecable y la voz del tal Charles rebota en las paredes. El aspecto de ese hombre desentona aún más en este sitio, sin embargo, deja de prestar atención cuando cierra con llave la puerta detrás de ellos, con una risa que parece más un graznido. James mira de reojo a Ranza y se aparta los mechones de cabello mojado de la cara con su mano libre. Después de todo por lo que había tenido que pasar, de todos los años sobreviviendo, ahora sólo siente el hedor a trampa.
Escucha a Richard y su tono prudente, alerta, y James está convencido que lo de la redacción es una broma hasta que les trae papel y lápiz mientras les guía a otra sala. El techo es un par de metros demasiado alto y todo aquello demasiado sospechoso. Por supuesto, no se sienta, y deja caer el dichoso boligrafo y la hoja de papel a la gran mesa con un estrépito. El desconocido no parece tener tiempo para interrupciones porque tan rápido como habla, se marcha prometiéndo volver con comida.
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