Pre Trama: Rescue {Opcional}

El camino hasta llegar a la base militar se hizo eterno, o al menos eso le pareció a Max y eso que apenas transcurrieron unos minutos, pero la situación se le hacía cada vez más complicada. Cargaba con Yerik en sus brazos, procuraba no sólo calmarse él mismo si no también al bebé que parecía algo agitado por lo que estaba siendo la situación en aquellos momentos, tensa, demasiado tensa.

Sonrió de forma amplia, pero más bien triste mientras miraba a Yerik, con los ojos llenos de lágrimas, al parecer se habían llevado a su madre, Amaya, por lo que ahora Max tan sólo trataba de tranquilizarlo, acariciaba su cabecita y jugaba quitandole la nariz con los dedos y haciendo todo ese tipo de carantoñas que a los niños les encantaba.

El coche finalmente se detuvo en el amplio patio de la base militar y Max salió del coche a la vez que Belikov, se colocó delante de una ventanilla y vio como sacaban a Francisco y se lo llevaba con Anna, ella aún no sabía nada... Se habían llevado a Katherine, Josh, Amaya... Y la vida de su hermana.

Apretó los dientes mientras iba hacia Bécker con el niño en brazos aún, andaba de forma lenta e intranquila, más bien apenado, un alma en pena como aquellas criaturas, aún sujetaba al crío y ya no lo aguantó más, le habían pedido que fuera fuerte y durante un beun rato lo intentó, pero ya no podía más, con Yerik en brazos, aún alumbrado por las luces de los coches se dejó caer al suelo de rodillas justo en frente de Bécker y comenzó a llorar a lágrima tendida, sujetando aún al niño entre sus brazos, ya no sólo por su hermana, por todo, por su madre, por Hugo que había muerto hacía poco, por Josh, por Fran, por Katherine, Amaya, sus vecinos, el bebé que no tenía culpa de nada y aún así estaba obligado a estar allí, por toda la situación, por todo, odiaba aquel mundo, lo odiaba con todas sus fuerzas, le habían arrebatado todo cuanto tenía, era un niño, ¿a quién pretendía engañar?, un crío en un mundo de muerte, al igual que Yerik, que al ser más pequeño lo tenía todo más complicado.

Max estalló, había sido demasiado fuerte en los últimos tiempos, había aguantado demasiado y ya no podía más, ya no se sentía con fuerzas de seguir, ya no más y todos los recuerdos que se calló, todos los que echó a un lado para poder seguir adelante explotaron en sus narices, demasiado para un crío como él...

Francisco perdió el conocimiento a medio camino, aunque la verdad no tardamos demasiado en llegar al sitio que ellos quisieron, yo no dije nada y tampoco entendí muy bien a Belikov cuando dijo hacia donde íbamos, estaba en el asiento trasero del coche con un trapo presionando la herida de Francisco con cuidado para no hacerle daño, pero también con el objetivo de parar la hemorragia, aunque gracias a lo que fuera la herida no sangraba demasiado, no habría tocado nada importante, eso era buena señal.

Belikov bajó del coche cuando llegamos y junto a Anna, la chica morena que al parecer nos e había enterado de nada, se llevaron a Fran hacia el interior del sitio, me quedé allí en el coche sentado sin saber que hacer, mirando mis manos algo sucias y llenas de sangre, Max bajó del coche, llevaba un bebé y yo fui tras él, Bécker restaba al lado de su coche, cuando el joven se quedó entre ambos cayó de rodillas al suelo rompiendo a llorar.

Algo dentro de mi se rompió, fue como si algo me golpease con fuerza al ver a aquel chaval de apenas quince años tirado en el suelo llorando de forma desconsolada, le entendía y me daban ganas de llorar a mi también, aquel mundo era una mierda, entonces me percaté de algo, ¿de dónde había salido aquel bebé?, ¿y Josh, Katherine o la madre del bebé? habían matado a Vanessa, la chica rubia, habían disparado a Fran, por lo que los demás estarían muertos también y yo me fui a esconder de esa forma tan patética, logré dar con esa chica y ni pude impedir lo que le ocurrió, acabó muerta y en mis narices.

Aquellas personas no me habían hecho nada malo, de las perdidas solo conocía a Josh y Fran estaba herido, se habían portado demasiado bien conmigo, sabía que era una carga y aún así se habían molestado. Eran buenas personas y habían acabado tan mal, no recordaba nada, tenía a un pobre chico allí llorando y perdía a mis amigos, la vida era una mierda. Avancé varios pasos y me dejé caer a su lado de rodillas también llorando como un idiota por su culpa porque me lo había pegado todo, ver a un niño sufrir de aquella forma era injusto, aquel mundo era injusto...

Agarré la mano de Max con fuerza y ambos nos quedamos allí como dos niños pequeños llorando delante del bebé que no llegaría a comprender nada y del soldado, que seguramente pensaría que eramos idiotas. Pero había estallado, ya no podía más y sentía la necesidad de sacarlo todo afuera.

Finalmente habiamos llegado a nustro objetivo, o mas bien habiamos tenido suerte, al menos eso pensaba yo. Era una base militar abandonada, sin caminantes en ningun lugar que se pudiera ver . Al menos no habria necesidad de avanzar dando disparos y golpes, eso ya era algo. No conocia a nadie y nadie me conocia a mi. A la unica que conocia era a Anna. Sin embargo no esperaba que ella les hablara muy bien de mi. Apenas llegamos, Anna y un tipo se llevaron al hombre herido hacia el interior de la base, posiblemente buscnado una enfermeria.

Entonces, un chico, probablemente de no mas de 16 años, bajo con un bebe en brazos, y se puso arrodillado a llorar en el suelo. No paso mucho tiempo antes de que otra persona, node apariencia muy grande, hiciera lo mismo y largara a llorar. No podia culparlos, la verdad, de no haber sido por que me puse a romper cosas y a gritar, ahora estaria llorando. Se me ocurrio una idea. Camine hacia los dos jovenes, y con sumo cuidado le saque al bebe de los brazos a uno de ellos, buscando llamar su atencion. Entonces dije- Llorar esta bien, es necesario, hay que desahogarse y todo, pero, no preferirian gritar?. Sean honestos, mas haya de tristesa, sienten rabia, ira, pues expresen eso tambien. Griten, pataleen, disparen incluso. Se dice que cuando los lobos y los leones pierden un miembro, rugen a los cielos con dolor, pero no lloran, por que deben ser fuertes, aun tienen sus responsabilidades.- dije, haciendo referencia al bebe- Por eso, se expresan a gritos, tal vez podrian probar eso, podria hacerlos sentir mejor que el hecho de llorar

off: yo vien en mi moto, no comparti vehiculo, por cierto respecto a la ultima sugerencia, es cosa suya pero si la rechazan traten de no insultarme XD

Acababámos de salir de Las Vegas...de un lujoso hotel con unos huéspedes de primera...caminantes que no caminaban, sino, corrían... Llegamos en nuestra van hippie con un poco de comida y algunas cosas necesarias para el viaje, sin un rumbo fijo, solo, alejarnos de la ciudad que nunca duerme, después del encuentro que tuvimos, entre menos poblado el lugar mejor...sin embargo, sin llevar mucho de camino, íbamos muertos todos y, conducir en la oscuridad, con las luces prendidas en este mundo, o simplemente viajar de noche no era buena idea, ya no más.

Esas eran mis cabilaciones (además de concentrarme en el camino, ya que hace poco terminaba de recobrar el sentido del oído) y la necesidad de una buena cerveza, fría, no calientes como ahora las encuentras. Amber, mi Amber dormida en el asiento del copiloto y K, en la parte trasera con una pequeña radio y cumbias que nos alegraban el camino un poco...y me recordaban (como a él) mi país.

En esto estábamos cuando vemos un edificio a lo lejos...militar al parecer, pero con varios vehículos de civiles... es decir, por deducción, habría gente ahí...viva, no caminantes. Al menos eso esperaba...por lo que decidí parar, por lo menos a dormir algunas horas.

Me estacioné al lado de otro vehículo y baje, a ver la situación... había algunas personas afuera, parecían muy afectadas y alguien tratando de consolarlos... y un pequeño camino de gotas de sangre.

Me acerqué Hola...este.......¿todo bien? somos gente buena, no queremos hacerles daño...podemos ayudar, solo queremos pasar la noche bajo techo... soy médico, y hay sangre....

Dije con mis "grandiosas" habilidades interpersonales

Trabajo de campo.

“El esfuerzo desesperado de la compañía por mantener su presencia en el mundo” era la descripción que tuvo Celeste por mucho tiempo, hasta la matanza de su equipo en Atlanta…
Desde entonces tomaba con más seriedad todo lo que hacía fuera de Pandemonium. Se había dado cuenta de lo que estaba ocurriendo fuera de la seguridad del mar, de toda la desolación que había en la superficie, de la gente que tenía que hacer lo impensable para sobrevivir y sobre todo, de lo interesante que era todo aquello.

Antes de recibir la llamada precisamente estaba observando a un pequeño (minúsculo a decir verdad) campamento. Parecían haberse convertido en una tribu salvaje, usando la basura que encontraban como armadura. Se comportaban de manera muy arcaica, y todo parecía indicar que habían tomado un modo de vida muy básico. Se veía a las mujeres cuidando a un par de críos, y los hombres rondaban el perímetro de su campamento, uno bardeado con alambre de púas por todos lados.
Lo que llamaba la atención de Celeste era la jaula en donde algunas personas desnutridas dormían, demasiado cansadas para gritar o hacer cualquier ruido… Celeste estaba intrigada por el uso de esas personas, aunque podía intuir cual era. Y entonces su comunicador sonó.

Se maldijo por quince minutos mientras pisaba el acelerador de su HUMVEE. Pandemonium había registrado un gran movimiento de Umbrella, uno extremadamente preocupante por el número de vehículos y cabezas. Algo estaban tramando definitivamente y necesitaban ojos en el lugar, ya que los satélites serían intervenidos en el momento en que pusieran sus ojos ahí. Y claro, mandaron a Celeste a revisar ese perímetro ya que era la más cercana a la zona.

- ¡No pudieron salir quince minutos después desgraciado paraguas de pacotilla! gruñó como ya era costumbre cuando la frustraban, aunque rápidamente se recuperó, ansiosa por ver qué demonios estaba pasando.

Cuando llegó quedó asombrada. Por un lado Umbrella disparaba mientras se retiraba, por otro algunas personas se montaban en sus vehículos, y en tercer lugar una horda de muertos vivientes acababa con lo que fuera que hubiera pasado allí.

– Aquí la capitana Cunningham. – dijo activando su comunicador.

[color=Green] – Esperamos su reporte capitana [ /color] – se escuchó con un poco de interferencia.

– Hubo un enfrentamiento entre civiles y miembros de Umbrella, hay demasiados muertos en el terreno y todo mundo se está replegando. Son muy pocos civiles apra haber utilizado una fuerza militar tan grande, no lo comprendo. ¿Tenemos una visión desde el cielo de todo esto?

– Los ojos están cerrados capitana. Si son tan pocos civiles ¿Qué hace que se repliegue Umbrella?

– El enfrentamiento debió llamar la atención de muchos caminantes, están acabando con toda hostilidad que pudieron tener las facciones. Control, esto es una masacre. – Bajo estas palabras, todo el motel explotó en mil pedazos con un fuerte estallido que alumbró toda la zona, Celeste se cubrió el rostro por la luz cegadora – El motel acaba de estallar – frotó sus ojos deslumbrada. – Esto se acabó control, llegué demasiado tarde y vuelvo a casa

– Negativo capitana, siga a los civiles. Necesitamos saber que ha pasado ahí.

– Con todo respeto, es más factible que siga a Umbrella, podemos encontrar su base y averiguar más desde la fuente

– Capitana, se le ha dado una orden, enviaremos un grupo para barrer la zona y usted reunirá toda la información necesaria para realizar un reporte acerca de este ataque. Control fuera – Celeste apagó su comunicador, frustrada. Pero debía aceptarlo, era más seguro para ella seguir a un grupo de civiles desesperados y aterrados, que a un grupo de militares perfectamente armados y aterrados…

Y así llegó a la base militar, conduciendo con las luces apagadas todo el tiempo para no ser detectada, usando las luces de la caravana y su memoria para conducir con precaución.
Había hecho un excelente trabajo – pensó – pasando inadvertida y permitiendo que ellos hicieran lo que debían hacer del otro lado de la reja. Ella apagó el motor de la HUMVEE y, utilizando sus binoculares comenzó a examinar el área y a sus habitantes.

Prendió la videograbadora que siempre llevaba consigo, filmando en un acercamiento todo lo que ocurría enfrente.

– Recién terminó el enfrentamiento entre estas personas y miembros entrenados de Umbrella. Hay poca gente en la base, tienen heridos, niños… están desesperados pero se movilizan rápido, uno de ellos esta…

La grabación continuó con el relato de Celeste por todo lo que veía enfrente de ella. Sentía lastima por esas pobres personas. La desgracia en la superficie parecía no acabar nunca.

Asiento cuando veo la mirada de Belikov, al segundo ya he entendido lo que pretende, por ahora Anna es de ayuda, decirle lo ocurrido del todo solo acabará por quitarla de en medio como ahora mismo están Max y el asiático, ¿Hero?, si algo así. Habíamos llegado a una base militar tras entrar con los coches cerramos la verja, me encontraba fuera justo al lado del toyota, Mathias, mi perro, había bajado sin demasiados ánimos, era un animal, si, pero también se había dado cuenta de lo ocurrido y de aquella forma triste caminó hacia Max acurrucándose a su lado con un pequeño llanto, perro, niño y adulto, los tres acabaron delante mía llorando como si no hubiera mañana.

Me llevé las manos a la cabeza olvidándome de mi mano derecha llena de cortes y sangre por culpa de haber roto aquel cristal con el puño, pero es que aquel dolor aún era menor comparado con todo lo que sentía. Ahogué un grito de rabia mientras los ojos se llenaban de lágrimas y hacía un gran esfuerzo por no romper a llorar como ellos, malditos, me lo estaban pegando. Llegó aquel tipo a quien no conocía, me daba la sensación de que ellos a él tampoco, pero dijo algo con mucha razón, gritar y hacer ruido ahora no sería lo más prudente aunque cada uno se desahogaba como quería.

Pero ya era imposible seguir así, no podía, el hecho de ver y recordar el cuerpo de Vanessa allí tirado sin vida provocaba que algo dentro de mi acabara mal. Ella fue la única persona a la que había visto en mucho tiempo, con la que compartí los primeros momentos del virus, ambos nos ayudamos mutuamente para sobrevivir en varias ocasiones y en todo aquel tiempo le había empezado a tener mucho aprecio, tal vez la única teniendo en cuenta que al resto apenas los conocía, por lo que la situación se me hacía cada vez más insoportable, pero había que ponerse serios.

Ahora estaba apoyado con los codos sujetando mi cabeza sobre el capó del coche, queriendo olvidar todo, cuando llegó un coche más, de este salió un tipo al que miré en un principio con cierto recelo, después del día hoy no me fiaría ni de mi propia sombra, pero sus palabras acabaron por callarme, estábamos demasiado heridos tanto física como mentalmente, para empezar a ponernos a la defensiva, asentí a sus palabras y me acerqué a él.

No, tenemos a un chico en la enfermería, le han disparado... No quiero ser grosero, ni un estúpido, pero... Sería de utilidad
Y sin más le hice un gesto para que me siguiera aunque acabé sujetándole por un brazo para que me acompañase al interior del edificio, olvidándome de mi propias heridas y de los cortes que me habían provocado yo sólo en la mano derecha al romper aquella ventana, ahora mismo era Francisco quien necesitaba al médico no yo.

-Jaejoong... Comprate un diccionario Coreano-Inglés y al revés, de esos con marca páginas, que tu eres muy torpe... Y yo ya no estaré...-Deliraba y vaya forma de delirar, Hero y yo íbamos en el asiento trasero del coche de Belikov, o a saber porque se podría decir que yo ahora no es que estuviera muy cuerdo para enterarme del maldito sitio en el que estaba... Ahora sólo pensaba en que Hero no entendía ni una mierda de lo que decían los demás y yo me moría, ¿verdad?, tampoco es que fuera un gran traductor si la mitad de las cosas ni las pillaba, pero solía ser de ayuda cuando el coreano no sabía decir algo en nuestro idioma, así que acabé diciendo aquello.

Estaba mareado, todo me daba vueltas, pero el coreano seguía ahí con algo presionando la herida para que dejase de sangrar, la verdad es que cada vez me caía mejor aquel chiflado, él no tenía la culpa o eso quería pensar, al parecer habían hecho algo con él, en las entrevistas que concedieron él y su grupo hablaban todos perfectamente su idioma, además de el nuestro, aunque no demasiado bien, peor mucho mejor de lo que él lo hacía ahora, encima no se acordaba de nada, así que si estaba tan chalado, que a veces parecía un crío era por eso mismo, Umbrella le había utilizado, en sueños a veces decía: ¡Paraguas, paraguas! Y al rato se quedaba dormido tras minutos de intranquilidad.

Estando con él nos dimos cuenta de que no sólo borraron sus recuerdos, dejaron su cabeza en blanco, ¿cómo era eso posible?, ni siquiera recordaba lo que eran algunos objetos, todo bien raro. No sabía a donde me llevaban, aunque hubo un momento en el que el coche se paró y yo sentí como me movían de un lado a otro, mi alrededor se volvía más oscuro y acababa por volver a sumirme en aquel estado de desconexión una vez más.

-¡¡¡AHHH!!!-Grité de golpe irguiéndome y volviéndome a dejar caer hacia atrás al sentir aquel dolor, varios minutos más tarde reaccioné y al ver a una chica allí intentando sacar la bala me eché hacia atrás, tumbándome para comprender, estaba bien, estaban cuidando de mi, tenía que ser fuerte y aguantar. Pero el dolor era imposible y volvía a caer en aquel estado confuso. -Las pelirrojas, las pelirrojas acabaron con nosotros, la de rojo mató a Vanessa...-Y caí una vez más.

Había aprovechado todo el tiempo posible en Las Vegas pero ya era el momento de continuar mi camino lejos de las dunas del desierto. Mi estancia en la suite del Venetian había dado mucho de si, parecía una persona totalmente nueva después de un baño y un largo sueño reparador. Antes de dejar atrás las comodidades me hice con todo lo necesario para el duro camino que tenía por delante: arrase con el botiquín del hotel, cogí "prestados" varios botes de comida y cambie la ropa sucia del camino por prendas en perfecto estado. No parecer una vagabunda me subió bastante la moral.

Subí hasta el tejado del hotel para echar un vistazo al panorama, los zombis estaban por todas partes a si que decidí que la mejor opción sería bajar por la escalera de incendios hasta el callejón trasero. Allí tenía un Land Rover negro esperándome para la huida, en momentos como este donde los zombis ascienden a más de una centena no echaba de menos mi Harley. Arranque el motor y pise el acelerador para salir de allí antes de que los muertos notaran mi recién adquirido olor a lavanda.

Agradecí el hecho de que los antiguos propietarios del vehículo tuvieran buen gusto musical. Todo el camino me acompaño la dulce melodía de Metalica, Battery ayudó a que las largas carreteras rectas sin aparente fin se me hicieran mucho más amenas. Mi suerte comenzó a decaer cuando el indicador de la gasolina parpadeó advirtiéndome el comienzo de los problemas, no me quedo más remedio que girar cuando apareció la señal de una base militar. Esperaba encontrar un bidón de gasolina, no varios coches con personas en el exterior. Aparqué al lado de uno y me baje del Land Rover con el arma cargada en una mano, mirando a todos los que estaban allí con gesto interrogante.

-¿Ahora es cuando gritáis "SORPRESA" y descubro que todo esto del fin del mundo ha sido una broma de la MTV?- pregunte en voz alta, para nadie en particular-

El joven Max miró fijamente al tipo que empezó a hablar, Bécker se apoyó en el capó del coche, Mathias se acercó a ambos y se dejó caer a un lado, como si el perro también sintiese lo ocurrido. Hero estaba a su lado y se dejó caer junto a el chico rompiendo a llorar, ambos siguieron llorando de forma desconsolada, el cielo se volvía cada vez más oscuro como su felicidad, la luz se apaga y se iba al igual que su maldita felicidad.

Aquel desconocido fue a por Yerik y se lo quitó teniéndolo en brazos, Max alzó la mirada hacia el bebé viendo como el tipo le llevaba en sus brazos. Sus ojos se fijaron en los del crío mientras apretaba con fuerza la mano de su amigo Hero y veía al niño fijamente, tan tranquilo, tan ajeno a todo.

-¡¡NO ES JUSTO!!-gritó el joven entonces, lleno de rabia, de toda esa rabia que había acumulado, aquel desconocido tenía razón y ahora a parte de sentirse con ganas de llorar sentía la rabia correr por sus venas, como si esta quemase, seguía con la mirada fija en la del niño. -Se han llevado a su madre, gente a muerto a su alrededor... Crecerá sin saber que la vida antes era mejor, acostumbrado al caos, al miedo, a la muerte, al horror, a vivir aterrado, a huir... No conocerá nada más que eso y nosotros aún tenemos que enfrentarnos a esa nueva realidad, ¿no es peor así?, cuando hemos vivido lo que tuvimos antes y ahora en cambio... tenemos que conformarnos con esto... ¡¡NO ES JUSTO!!- Max había estallado, sus palabras salían de sus labios con rabia, llenas de este sentimiento mientras los ojos se le llenaban aún más de lágrimas y estas resbalaban por su rostro.

-Yo estaba perdido... Estaba sólo, asustado... Hasta que os conocí a todos, me reí con Farncisco, Hero, Josh... Había perdido a mis padres y recientemente me enteré que tenía una hermana, todos estaban muertos, daba igual, pero los conocí a ellos y me ayudaron, me hicieron sentir como casa y entonces di con Vanessa...-se quedó ahí quieto de pie con la mirada perdida pero aún fija en el crío. -Pensé que todo iba a ir mejor, con Anna, Katherine, Bécker, Mathias... Os encontramos en el motel y pensé que todos juntos seríais mi nueva familia, me sentí tan bien por una vez en tanto tiempo...-Llegaron más personas y Bécker se marchó con un tipo que decía ser médico al interior de la base, pero Max permaneció en el sitio mientras llegaba un chica más y decía algo pero Max ya no estaba ahí, su cabeza iba a estallar.

-¡¡Y NO PODÍAN QUEDARSE LAS COSAS ASÍ NOOOO!!-gracias a que el otro tipo, el desconocido tenía a Yerik en brazos porque Max perdió la cabeza, agarró con fuerza el bate que llevaban entre sus manos y se lanzó contra uno de esos coches abandonados que había a un lado del recinto, golpeó el cristal con violencia a la vez que gritaba como un loco, sentía las lágrimas aún calientes caer por su rostro y aunque seguía llorando seguía gritando y golpeando el vehículo hasta que al final cayó de rodillas al suelo sin dejar de llorar.

Agarraba la mano de Max porque sabía que eso ayudaba a tranquilizar a la gente, aunque no entendía como un mero apretón de manos podría calmar a un niño cual tenía que conciliar con todo aquello, los niños no estaban hechos para vivir en aquel mundo, ni siquiera los adultos, pero todos teníamos que aguantar y seguir hacia adelante.

Max empezó a gritar cosas y a decir otras que yo no lograba entender, normalmente era Francisco quien intentaba traducirme porque yo no lograba descifrar la mitad de las frases, ahora tan solo entendí palabras sueltas como "no", "justo", "muerte"... Mi cabeza se esforzaba por entender, esa era otra cosa que me hacía ponerme peor y que mi llanto no pudiese parar, era una maldita carga para el grupo, no servía para nada, ni siquiera les entendía, me esforzaba por intentar recordar y no había manera, eso me enfermaba aún más.

-H a b í a - u n - c h i c a - c o n - m i... M u e r t a - N o - h a c e r - n o - p o d e r...-Aún podía escuchar en mi cabeza su grito de terror cuando aquella cosa le agarró la pierna y lo que más me torturaba era ver todo el rato su cara, su rostro desencajado, estaba muerta y no pude ayudarla, no pude ayudar a nadie y eso me torturaba hasta solo conseguir llorar más. - M u e r t a... - Iba explicando de forma costosa, recordando algunas palabras en el idioma de ellos, hablando de forma torpe y haciendo varias paradas tras decir palabras.

Max se levantó entonces hecho una furia y empezó a golpearlo todo a su paso mientras gritaba, aquella escena me causaba daño con tan solo verla, sabía por lo que estaba pasando, el tipo dijo algo que tampoco entendí, pero Max dijo algunas cosas que logré captar, los nombres de todo seguidos de la palabra familia y quise aún llorar más, apenas les conocía pero había estado ya con ellos durante mucho más tiempo, habíamos cuidado unos de otros y yo me fui a la primera de cambio asustado, el chico tenía razón, eramos una familia y debíamos cuidar los unos de los otros, ni él ni el bebé debían pasar por aquello y debíamos hacer lo posible para que todos se calmasen, debíamos protegernos y seguir adelante. Había que ser fuertes porque era la única forma de seguir y si no sólo nos quedaba morir. Había que luchar tan sólo por recordar a los demás, la chica pelirroja, Vanessa, Josh, Katherine, la madre de aquel niño...

-Para-guas... E-llos ti-enen a-migos-Dije entonces algo más calmado mientras una muchacha rubia llegaba y yo desde el suelo la miraba, no supe lo que dijo solo capté la palabra Sorpresa y la miré enarcando una ceja, extrañado. Me limpié las lágrimas de mi cara con una mano al tiempo que me ponía de pie y me acercaba a ella cogiendo sus manos. -¡Mucho gusto me encanta vuestro país!-Dije agachando la mirada en señal de respeto, sólo sabía decir aquella frase a la perfección y aún dudaba de que fuera un saludo, pero era como si supiera que es lo que tenía que decir, como si me lo hubieran inculcado y yo sin saber.

Pero pasé rápido de todos y fui corriendo hacia Max, me rompía el corazón ver al niño así, me daban más ganas de llorar, pero había que ser fuertes. Me dejé caer detrás de él agarrándole por los hombros para que parase y estuviera quieto, quitándole el bate y dejándolo a un lado.
-쉬 ...-Chistaba mientras le sujetaba por los hombros y tiraba de él. - 우리는 강해야한다 -No sabía como decir aquello en su idioma, pero aunque no me entendiera textualmente sabría que más o menos eso le consolaría.

Resulta curioso como al final terminé quedándome más tiempo del esperado por Las Vegas, solo, en cuanto Vanessa decidió que había tenido suficiente. En algunos momentos me pareció ver a alguien merodeando por un edificio que había justo delante del mío pero supongo que eran simples zombies o mi propia cabeza jugándome una mala pasada. Aún así se podría decir que fue más o menos entretenido "jugar" a intentar llamar su atención de algún modo o simplemente espiarle un poco, sin grandes resultados.

Cuando decido dejar la ciudad, bueno lo que queda de ella, aprecio unas marcas de neumáticos recientes en la arena y aunque sé que no debería, porque es arriesgado, me animo a seguirlas hasta llegar a un extraño complejo militar en el que ya hay bastantes vehículos y gritos de gente. ¡Gente! Tal vez es uno de esos pequeños refugios de supervivientes decentes, estaría de puta madre, y aunque al principio no me fío al iluminar la silueta de Franky con los faros del coche digamos que bajo la guardia y me confío bastante.

Dejo las luces encendidas, bajo y no dudo en acercarme a ella animadamente -¡Franky! Hacía tiempo que no te veía, joder, estás muy.... Bien- por suerte consigo no decir nada demasiado fuera de tono y de hecho le doy un pequeño abrazo pero no lo prolongo demasiado porque no quiero que piense que quiero merterle mano o cualquier cosa parecido -¿Es una reunión de matazombies anónimos?- le pregunto por lo bajo esperando que sepa lo que ocurre pero por su cara diría que está tan perdida como yo así que me fijo mejor en nuestro alrededor y me fijo en un chaval joven que destroza cosas y llora mientras un oriental intenta consolarle o algo así mientras sostiene a un crío.

Miro a Franky con una mezcla de preocupación e incertidumbre, arrugando la frente, pero opto por acercarme a ellos despacio y levantando las manos, en son de paz -Hola... No quiero interrumpir, no sabemos lo qué ha pasado aquí pero podemos ayudar...- aún así les dejo su espacio y empiezo a bajar las manos, centrándome en el que parece algo más coherente y controlado con un bebé en brazos (Nacho) -Si necesitas que alguien cuide de él a mí no me importa- no estoy seguro de si es suyo o de algunos de los jóvenes que siguen llorando pero está claro que no puedo hacer nada por ellos al no conocerlos a ellos ni la situación.

Abrí los ojos de golpe al escucharlo y por un momento creí o al menos deseé que acabase de imaginarme aquello, dándome cuenta de que cuando nos marchamos no la llegué a ver subir en los vehículos, di por sentado que ya iría con Belikov, tenía que estar imaginándome aquello, pero no, fue la mirada de Adrian la que acabó por confirmar aquello.

No... Las palabras se quedaron en mi garganta atrapadas mientras movía la cabeza de un lado a otro negando. ¡No! Esta vez alcé más la voz, pero no demasiado, con la mirada perdida en él, pero fuera de aquel lugar, recordando como dejé sola a Vanessa ir a por las pelirrojas, recordando la paliza que nos dimos en nuestro primer encuentro.

Estáis de coña... Francisco ya estaba bien y yo no podía creerme aquello, tenía que ser un mal entendido, retrocedí tirando una bandeja al suelo intentando que no cayera moviéndome de forma torpe a la vez que echaba a correr por el lugar, fuera, hacia el pasillo mientras sentía como las lágrimas comenzaban a caer por mi rostro, en tan solo un día había perdido a mi hermana, se la habían llevado y la otra no podía haber muerto, era un mal entendido, tenía que serlo.

Choqué contra la puerta de la salida, torpe empujándola con rabia hasta que finalmente abrió tropezando y casi cayendo al suelo mientras me llevaba una mano a la cara y miraba hacia otro lado, los faros de los coches me cegaron por un momento, tenía las manos llenas de sangre, de la sangre de Francisco, pero no presté demasiada importancia, vi una figura femenina, cabello rubio, no estaba segura y eché a correr hacia adelante dándome cuenta de que no era ella, paré en seco entonces en mitad del patio, ya podía distinguir mejor lo que había a mi alrededor.

Había pasado de Bécker y un desconocido, el patio parecía más lleno, pero no había ni rastro de ella, con desesperación di una vuelta hacia mi alrededor reconociendo algunos rostros y entonces vi a Max tirado en el suelo llorando a lágrima tendida, Hero estaba con él tratando de calmarlo. Nacho estaba allí de pie con el bebé de Amaya y le miré a él.

¡¿DÓNDE ESTÁ?! Grité con desesperación y tal fuerza que hasta me dolió la garganta, mi voz se quebró al instante mientras echaba a caminar hacia adelante hacia los coches abriendo las puertas y mirando en el interior, vacíos. Comencé a respirar de forma agitada, sentía que me faltaba la respiración, cerré la puerta del todoterreno de un portazo y la golpeé dándole una buena patada. Me quedé allí de pie durante unos segundos, ida, con la vista perdida y me fijé en Nacho, fui hacia él. Nacho... ¿La has visto? Logré articular de forma costosa mientras movía las manos con lentitud y respiraba de forma entrecortada, viendo a Max a un lado llorando como un loco, Hero a su lado tampoco parecía estar muy allá. La de rojo mató a Vanessa. La de rojo... Repetí en voz baja con los ojos puestos en blanco mientras me llevaba una mano a la frente llenándome aún más de la sangre de él, pero sin percatarme de ello, me fijé en que había a alguien más que si conocía, Jared, aunque ahora mismo aquello me daba igual.

Volví a mirar a Max y caí al suelo de repente rompiendo a llorar, apoyando mi frente en el frío asfalto, cubriendo mi cabeza con las manos, gritando, ahogando mis gritos con aquel llanto, como una cría, recordando ya no sólo a Vanessa, a Isabella, a Katherine... Me las habían quitado a todas, mis hermanas, mis mejores amigas, todo cuanto me quedaba de familia en aquel sitio horrible, ya no estaban... Los chistes malos, las peleas estúpidas, las fiestas, borracheras, apuros, todos aquellos pequeños momentos que me hacían sentir bien ya no estaban, se los habían llevado todos con ellas y por tanto ya no volverían, recordaba las carcajadas, aquellos líos nuestros y pensar que ya no volverían me hacían sentir aún peor. Que ya no me reiría más con ellas, que no habrían más líos, ni improvisadas fiestas, que no habría nada más... Y el llanto crecía, la agonía me absorbía, la desesperación se apoderaba de mi y aún así el tiempo seguía adelante, aunque para mi acabase de pararse por completo.

El dolor iba desapareciendo poco a poco, parpadeaba, débil, desorientado, aún así parte de aquel dolor seguía ahí, pero me dejaba ir tan sólo para no sentir más aquello, distinguí algo de ruido a mi alrededor y varias palabras, había alguien a quien no conocía, tumbado en la camilla me quedé mirándola, morena, ¿me había tratado ella?

Comenzaba a decir algo más, acerca sobre la medicación y no sé que más, escuché ruido y pasos por lo que me empecé a erguir de forma algo brusca consiguiendo que me cayera hacia atrás de nuevo. -¡No me dejéis solo!- Empecé a quejarme y pedir con desesperación, me costaba hablar, decir las palabras, pero no me quería quedar solo y agarré la primera mano que vi, no sabía si era de Anna, no ella parecía no estar, tampoco era la de Belikov, él ni de coña tendría unas manos tan suaves y perfectas como esas me lo parecieron ahora.

Tan sólo recordaba una y otra vez a esas pelirrojas, el sonido del disparo, Amaya caer, la sangre, el cuerpo de Vanessa... No eran recuerdos agradables y no me quería quedar a solas con ellos. Mi mano se fue soltando conforme me iba de aquel lugar sumiéndome en ese sueño profundo.

– Algo está pasando… – Quitó el freno de mano de la HUMVEE acercándola en silencio por la pendiente en donde se encontraba, sin hacer un solo ruido y mejorando su visión sobre todo lo que ocurría del otro lado del enrejado.

Todo mundo lloraba, golpeaba, gritaba. Parecía un circo, pero Celeste no dijo nada al respecto, no echaría a perder la grabación con algo tan burdo.
Y todo llamó realmente la atención de la capitana en el momento en que una mujer salió chillando buscando a alguien que parecía no existir, no estar, o no aparecer. Celeste se acercó bastante vigilando todo lo que ocurría, expectante de todo lo que continuaría en esa obra.

– Control, ¿Tienen la ubicación del segundo grupo?

[color=Green] – Todavía no hay nada, se nos están escondiendo del radar los desgraciados, ¿Cómo va todo por allá Celes? ¿Tienes la ubicación del primer grupo?

– El término es capitana Walden, estamos trabajando y sí, tengo la ubicación. Coordenadas Nu 567 Omega 310. – Celeste pudo escuchar un leve tecleo en su auricular.

– Es una base militar. Te tengo en la mira. – dijo en tono alegre.

– Concéntrate en encontrar a Umbrella y deja de perder el tiempo buscándome, esto es serio Walden…

– ¿Y qué piensas hacer?

– Algo de trabajo de campo, mantendré recepción abierta pero estaré fuera de comunicación por un tiempo. Busca esa base Walden

– Se hará capitana – respondió con firmeza – y capitana

– ¿Si Walden?

– Cuídate – Celeste sonrío ante el comentario, era un buen muchacho ese novato, y el agrado que le tenía era más transparente que el agujero de un zombie por la mañana.

No contestó más. Apagó el micrófono del comunicador en su oreja y prendió la camioneta, encendiendo las luces y viéndose imponente en el vehículo militar. Una vez llegando al enrejado dejó el vehículo encendido y bajó de él, alzando las manos en señal de paz y plantándose enfrente de los faros para llamar la atención.

– Buenas noches… me he perdido, ¿Podrían darme alojamiento por favor? Tengo algo de comida, podemos compartirla

Si confiaban en ella eso no importaba ya, había analizado la situación, sabía que estaban desesperados, y todo el mundo en la superficie moría de hambre… Si no la dejaban entrar por la necesidad, lo harían por la comida.

Vi algo de luz al final del pasillo, cuando aquel tipo (Hiel) dijo que era médico, por lo que casi como un loco desesperado salí a su encuentro para agarrar de su brazo y acompañarle al interior de la base militar dejando a los demás atrás.

Resulta que han disparado a un amigo, unos soldados... Es una larga historia, mis compañeros se lo han llevado a la enfermería, debe de estar por aquí... La verdad es que no sé muy bien donde, ellos trabajaban en el ejército así que no tendrán mucha idea de todo, pero con tu ayuda seguro que logramos al...
Iba hablando con aquel tipo cuando de la nada salió Anna corriendo por el pasillo hacia la salida, paré en seco y nos quedamos allí mirando como salía hacia afuera, se acababa de enterar de todo...

¡El sitio tiene que estar ahí, en la enfermería, discúlpame!
Señalé la zona que más o menos creía y salí corriendo detrás de Anna, habíamos tratado de ocultarle lo ocurrido para que estuviera más centrada, pero al parecer ya se había enterado, si no no entendía aquel comportamiento, no había otra. Tras señalar el sitio salgo corriendo detrás de ella, la puerta no había llegado a cerrarse del todo cuando ya la volví a empujar y así salir corriendo hacia el centro del patio, habían llegado más personas, Max se había movido de sitio, al menos Hero había reaccionado y parecía estar calmándolo, pero ahora era Anna a la que le tocaba perder el juicio y llorar por las perdidas.

Me quedé en el mismo sitio viendo como le gritaba al tipo que había venido con nosotros (nacho), como la buscaba, como preguntaba por ella y como finalmente parecía darse cuenta de que no iba a volver hasta acabar derrumbándose en mita del patio. En un principio me quedé en silencio, todo permaneció en silencio, el llanto del crío y los persistentes y tranquilizadores susurros de Hero resonaban de fondo, pero eran los gritos y finalmente el llanto de Anna los que resonaban más en aquel lugar.

¿Qué podía hacer yo?, me sentía destrozado, así que ella que la conocía aún mejor... ¿Cómo se sentiría? Apreté los puños a la vez que los dientes por evitar acabar como hacía un par de horas y me vi obligado a parar para examinar mi mano derecha, llena de sangre que había empezado a secarse ya. Anna cayó finalmente al suelo, derrumbada, destrozada como todos lo estábamos y arrastrándome a mi con ella. Maldita sea. Avancé con decisión hacia su cuerpo en el suelo y caí a su lado rodeándola con mis brazos apoyando mi barbilla sobre su cabeza, tirando de ella hacia atrás para acunarla entre mis brazos. Mirando al cielo con esa pena aún en el cuerpo, cerrando los ojos con fuerza como si intentar olvidar aquel mundo fueran ayudar a retroceder en el tiempo.

Shh...
Le susurraba mientras acariciaba su cabeza obligándome a mi a no acabar llorando también. Joder, no podía más, sentía los ojos hinchados y estos me escocían a rabiar, me los froté con una mano para acabar hundiendo la cabeza en su pelo, cerrar los ojos con fuerza y dejar que las lágrimas salieran tal cual.