Trama Survive {Otros & Umbrella}

Mierda, mierda, mierda, mierda y mas mierda. Ahora si que esto estaba feo. Habia mas Umbrelas que caminantes, aunque eso posiblemetne acabaria muy pronto. El tremendo tiroteo, los gritos de los heridos, todoeso era como un enorme y conjunto grito hacia los caminantes para invitarlos a la cena, donde nosotros heramos la picada, el el plato principal, aperitivo, acom´pañamiento, postre y toda la cosa.

Para empeorar todo, a la morena que se habai salvado hace poco se la habian llevado hace escasos segundos. El tipo inconsiente se lo habai llevado tmabien, y su estupido compañero cayo desde una distancia lo suficientemente grande para romeprle la cabeza, posiblemente ya estaria muerto. Ahora cais no quedabamos defensores, de los cuales solo reconocia a Nova. Diablos, ahora si que esto se ponia feo. Mientras disparaba grite- Nova, no podemos quedarnso aqui, debemos replegarnos al hotel-. Dicho eso, comenze a retroceder, siempre girando en todas direcciones, con un lapso de mirada de unos pocos segundos para comprobar todos los posibles enemigos.

Con algo de suerte, nos iria mejro en el hotel. Como ocurrio en la batalla de las Termopilas, en la que unos miles de guerreros griegos, sin comida ni agua, lejso de casa, resistieron por dias a al mayor ejercito de la epoca, compuesto pro cientos de miles de soldados. Solo esperaba que el final de esta batalla no fuera como el de las termopilas, ya que al final los griegos perdieron, pero si nos salia la mitad de bien, los caminantes se encargarian de los umbrelas antes que nosotros

Nova se vio aliviada al ver como era soldado era abatido, justo cuando se acerco a Mira y la ayudo a levantarse, procedió a comenzar a disparar a disparar a soldados, al abatir a su segundo soldado vio como un soldado desarmaba a Miranda y la dejaba fuera de combate -¡ Miranda !- Exclamo asustada antes de cargar contra el soldado y darle un puñetazo girándole la cara y haciéndole retroceder - A ella no la tocareis - exclamo antes de apuntarle mas justo antes de jalar el gatillo sintió como el cañón se levantaba y se disparaba el arma mas el soldado seguía vivo, el tío había tenido los cojones de ir y intentar quitarle el arma, comencemos a forcejear para a ver quien moría por la pistola, pasaron unos segundos antes de que jalara yo el gatillo al tiempo que sentía un pinchazo leve mas incomodo, el tío cayo con una jeringuilla en la mano y con dos bocas por el abuje ro que le había echo. Retrocedí unos pasos y vi como se acercaba un soldado con un fusil a miranda mas este cayo al recibir un disparo, los parpados se me cerraban, el cuerpo me pesaba... malditos de Umbrella, caigo al suelo y observo antes de cerrar los ojos y oír un aullido... Bers...

Off: Nova a sido neutralizada, y lista para ser capturada. Nacho sorry pero Nova no llego a a escucharte.

Había llegado a aquel hotel ese mismo día en la mañana. El sol brillaba alegremente y muy pocas nubes se asomaban en el cielo azul. Era una de las mañanas más bellas que veía desde hace mucho tiempo. Decidí resguardarme en aquel otrora hermoso hotel y continuar mi camino al día siguiente. Pero lastimosamente mis planes se vieron dramáticamente alterados esa tarde, luego del insistente y ensordecedor ruido de las aspas de los helicópteros.

Todo comenzó con el sonido de algún vehículo acercándose al hotel. Me asomé por la ventana y pude observar a un grupo más o menos grande de personas reuniéndose en la entrada. Aparentemente todos se conocían y pretendían pasar la noche en el lugar. No me molestaba la idea, siempre y cuando no se metieran conmigo, de hecho, mejor si ni me veían. Pero para estar seguros, desde ese momento comencé a preparar mis armas para una posible batalla, apesar de conocer el hecho de estar en desventaja numérica.

Luego vinieron los helicópteros. Al fijarme en ellos, observé con horror el logo de Umbrella. Segundos después, aterrizaron en la azotea y sus soldados comenzaron a desperdigarse por todo el edificio. Las manadas de caminantes también avanzaban lentamente hacia nuestra posición, atraídos por el reciente ruido. Las cosas empeoraron al momento en que el tiroteo empezó, acompañado de los gritos de dolor y angustia. Tenía que salir de allí lo más rápido posible. Coloqué mi maleta al hombro, y con una glock en cada mano, abrí la puerta de mi habitación y salí a los pasillos, moviéndome con sigilo tratando de no ser detectado.

Caminaba por la segunda planta, buscando la forma de bajar las escaleras y saltar por una ventana para salir de allí inmediatamente. De todo tenía ganas menos de involucrarme en esa batalla campal que estaba aconteciendo en alguna planta debajo de mí.

Mi hermana y yo fuimos rápidas a la hora de descender por aquellas cuerdas, no tardamos en llegar a la entrada de aquel motel y mirarnos de forma divertida al dar con aquellas dos, disparar para atraer su atención y largarnos hacia las ruinas de aquella gasolinera.

Fue Sylvia la que se adelantó, yo me quedé detrás, llevaba una de sus glocks y los dos sais. Subí a uno de los muros a medio destruir de aquella gasolinera y observé torciendo el gesto cuando mi hermana acabó por los suelos, negué con calma, la otra chica no se había acercado a Sylvia, pero ni de coña dejaría que ambas atacasen a la vez a Sylvia, ella quería acabar con la rubia y yo no me metería de por medio, así que distraería mientras a la morena.

Silbé con ayuda de los dedos para llamar la atención de esa chica, no sería mi "vieja amiga", bueno, con suerte podríamos ir a por ella, sin más bajé de un salto de la roca, sin inmutarme demasiado para entonces dar un par de pasos hacia adelante. En busca de mi objetivo al par que sacaba los dos sais y los movía con gracilidad entre mis manos.

Algo va mal... Aquel pensamiento entró en mi cabeza rápido mientras que seguía con la búsqueda de Hero, ¿pero dónde se había metido aquel capullo? ya daba igual decidí ir a echarle una mano a las chicas, Amaya estaba fuera de la ventana y yo salí por esta también, Vanessa parecía haberse desenvuelto bastante bien con una de ellas, pero aún quedaba la otra que iba ahora hacia Amaya, por lo que rápido le hice un gesto, yo la cubriría, por lo que eché a correr dando la vuelta y llegando por detrás de esa pelirroja, subí escalando como pude aquel montón de escombros y alcancé la cima no sin cierto cansancio, estaba agotado.

Pero lo logré, vaya pardillo que me había vuelto en los últimos días, antes me recorría un campo de batalla como si nada y ahora me costaba trepar un simple muro.
-¡Eh tu!-Llamé a la pelirroja que iba a por Amaya y sin dar muchos rodeos disparé hacia ella con la ballesta.

Tenía un par de esas jeringuillas en el traje, no tardaría en quitar de en medio a aquella chica, la miré con una sonrisa cargada de malicia mientras avanzaba hasta que una voz me hizo parar en seco y volverme al tiempo que me movía esquivando aquel flechazo, un tipo se había subido a donde estaba yo tan sólo hacía un momento y con una ballesta pretendió matarme.

Caí al suelo de forma rápida y ágil sobre mis palmas sujetando los dos sais aún, había esquivado el disparo y soltaba el sai en mi mando derecha para sacar de la funda en mi pierna la glock. No pasaron ni dos segundos cuando alcé el arma y disparé directamente hacia aquel tipo en el pecho. De la misma forma rápida me volví hacia la chica guardando la glock y cogiendo los dos sais, pero no fue necesaria más parafernalia, un soldado bajó por una de esas cuerdas justo detrás de ella. Cuando el tipo de forma sigilosa se acercaba por detrás y yo iba por delante para distraerla el soldado sacó una de esas jeringuillas inyectándola en su cuello de la forma más rápida.

Entonces sonreí aún con más malicia, alzando mi mano derecha para despedirla con sorna.
-¡Buenas noches!-Canturreé para fijarme en mi hermana y el soldado subía por esa cuerda con el cuerpo de la chica.

Off: Amaya espero que no te importe, pero vi que dabas permiso a ser secuestrada.

Ni me dio tiempo a apartarme, porque ella se lanzó hacia el suelo y yo trataba de volver a disparar cuando esquivó el tiro sin darme cuenta de que en aquella estrategia había sacado una pistola, ni lo vi venir hasta que el disparo resonó en mi cabeza, la bala dio de lleno en mi torso y un pequeño quejido de dolor salió de mis labios, la ballesta cayó de mis manos automáticamente al par que me llevaba ambas manos al estomago, me había disparado en el lado derecho, la sangre empezaba brotar manchando la camisa que ya no era del todo blanca, pero que ahora ya daba igual.

Retrocedí un par de pasos viendo como se llevaban a Amaya, maldito idiota, no pude hacer nada más que caer hacia atrás, desde una altura de un metro y medio, como mucho dos hasta chocar contra el suelo y quejarme aún más fuerte del golpe, alzando las manos para ver las yemas de mis dedos manchadas de mi propia sangre, era la segunda vez que me disparaban y seguía siendo tan doloroso como en el fin del mundo.

-Vanessa, Amaya, se la llevan...-Lograba articular entre quejidos de dolor al tiempo que mi visión comenzaba hacerse cada vez más borrosa, recordé a mi madre, a mis hermanas, a Pancho, a mi padre... Aquel niño pequeño al que salvé, lo al límite que había sido siempre mi vida y finalmente nada más cuando mis ojos se cerraron.

Me sacudí las manos con una sonrisita divertida mientras que me fijaba en Sylvia, había empezado bien y sin llevarme ningún guantazo, cuando escuché el disparo. La sangre se me heló por un momento y me volví de forma lenta hacia Francisco. Le habían dado a él. Fue Angy.

-¡¡Fran!!-Le llamé con un grito que fue demasiado alto, incluso hasta para mi y sin pensarlo eché a correr hacia él, acababa de caer del muro, ni siquiera me fijé en Amaya, ni en Angy que iba hacia ella, ni en el soldado que acababa de bajar, corrí hacia Lachowski, dejándome caer en el suelo de rodillas cuando llegué a su altura, había sangre, la camiseta entera se manchaba de esta. Francisco Lachowski me seguía pareciendo un completo gilipollas, pero no podía morir joder, no.

-Oye idiota... ¡Responde joder!-ALcé las manos me quedé con estas quitas, no sabía como actuar, no tenía ni puñetera idea de que hacer, él estaba ahí tendido, se le iba la vida y yo debatiéndome conmigo misma por como actuar, sintiéndome bastante impotente con todo aquello, sabía que no podía hacer nada. Coloqué las manos con cuidado sobre su abdomen para levantar la camiseta y ver la herida. ¿Era posible que le detestase y que estuviera ahora a punto de llorar por verle morir?, habían sido demasiados encuentros estúpidos como para que ahora aquello no me infectase, dijo algo y finalmente cerró los ojos. -Paco, no, responde, Fran maldita sea, habla!- Empezaba a exigir hasta con rabia, cuando me volví hacia atrás unos segundos para ver como se llevaban a Amaya. De repente me sentí perdida, me fijé en mis manos llenas de la sangre de Fran y luego me volví hacia atrás para ver a aquella zorra, tan hija de puta como su hermana.

Apreté la mandíbula conforme me ponía de pie y cogía las dos katanas para ir a por ella. -¡Ven aquí zorra!- Grité de pura rabia a la vez que iba a por ella y la golpeaba con las katanas, aunque ella sujetaba aquellos sais que sin duda eran bastante buenos para enfrentarse contra alguien que usaba katanas, si no me confundía aquellas cosas eran para desarmar a una persona con aquel tipo de espadas. pero yo ahora iba a matar, una de ls katanas cayó al suelo y no importó demasiado porque la golpeé con todas mis fuerzas, propinándole un fuerte rodillazo, con la mano libre sujeté su pelo tirando de él hacia atrás y con la mano en la que sujetaba la katana, la moví rápido hacia su garganta, dispuesta a acabar con ella. -¿Y ahora qué?

Escupí la sangre de mi boca hacia un lado a la vez que me echaba a reír cuando Angy disparó a aquel chico y la rubia salió corriendo hacia él como si una muerte de verdad llegase a importar algo, hoy en día lo raro era seguir con vida y morir lo más normal del mundo, estaba bastante dolorida, igual que la otra vez Angy venía mi encuentro ella tan bien y yo molida a golpes, aunque la diferencia ahora era que ella, la rubia seguía intacta.

Gruñí por lo bajo mientras que me llevaba una mano a las zonas golpeadas y cerraba los ojos dolorida, me encontraba fatal, sentía aquel mareo con fuerza y luego estaba aquel sabor a sangre en mi boca. Que curiosamente ahora me gustaba, Angy con la ayuda de un soldado consiguió llevarse a la morena hacia arriba, asentí con una débil sonrisa mientras intentaba ponerme de pie con ayuda de la pared, entonces la rubia gritó algo. ¿Estaba muerto? Que pena más grande...

Y seguidamente se lanzó a por Angy, eso me molestó, pues se cebaba con ella y los golpes no tardaría en hacer mella en ella al igual que en mi, pero eso no fue lo único, Angy se defendía con fiereza utilizando los sais por cada ataque que la rubia le daba, pero entonces de la nada la desarmó y ahora con tan sólo una katana se disponía a acabar con mi hermana gemela.

Pero yo ya estaba de pie y me acercaba a ellas por detrás empuñando una de mis katanas, cuando le hizo aquella pregunta a Sylvia no me lo pensé dos veces y sigilosa la agarré de su hombro haciéndola girar hacia mi para apartarla de Angy, la miré con rabia, pero con cierta diversión por la situación, estaba acabada y en aquella fracción de segundo hundí la katana en su estómago agarrándola aún por el hombro y echándome hacia adelante para así hacerle aún más mal, pegándome a su cuerpo hasta ver la punta de la katana salir por su espalda.

-Mueres...-Susurré con una sonrisa maliciosa en su oído al tiempo que retrocedía cogiendo el arma y apartándola de su cuerpo para mirar la hoja llena de su sangre con aprobación, sin más lancé mis dos katanas hacia Angy, le quité la Five y sus dos katanas.

-Esto es para mi-Alcé las cejas a la vez que relamía mis labios y sin más echaba a caminar hacia Angy. -Nos vamos, ya está todo...-Y así sin más ambas nos fuimos hacia la entrada del motel para subir por las cuerdas.

No quiero morir... Aquellas palabras resonaron en mi cabeza cuando sentí el frío metal en mi piel, pensaba que Sylvia estaría inconsciente en aquella esquina, pero no, salió a mi encuentro y cuando estaba a punto de acabar con su hermana apareció, sin darme tiempo a reaccionar siquiera.

La miré fijamente mientras la katana se caí de mi mano y ella la recogía, que ella se la quedase me asqueaba, pero aún así no podía hacer nada, llevé mi mano derecha al estómago mientras sentía aquel dolor y me caía al suelo sin poder evitarlo, mientras que me esforzaba por no romper a llorar. No quiero morir... Aquellas palabras volvieron a resonar en mi cabeza a la vez que varios quejidos salían de mis labios y me esforzaba por no perder el conocimiento y por seguir aferrada a esa vida que tanto anhelaba. ¿pero para qué?

Observé mis manos entonces llenas ya no sólo de la sangre de Francisco, si no de la mía propia y no lo pude evitar, empecé a llorar. -¡¡Anna!!-Gritaba llamándola, aunque mi voz se iba apagando lentamente y hasta el sólo hecho de respirar dolía. -Bé... Bécker, Max...-Estaban muy lejos, daba igual, caí hacia atrás definitivamente cerrando con fuerza los ojos al sentir aquel dolor insoportable, a lo lejos el cuerpo de Francisco tirado en el suelo. Ambos solos.

-Que no le pase a él lo mismo que a mi... No le dejéis solo-Deliraba, pero a Max le ocurría igual que a mi, Anna y yo nos dimos cuenta cuando dijo que le mordieron. Las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas mientras que el dolor se hacía cada vez más insoportable, no quería que Max acabara tan sólo como yo. Que no le dejasen solo, que no fuera tan idiota como yo. Daba ya igual, iba a morir y lo empezaba a sumir, a lo lejos el ruido que antes resonaba con fuerza y me provocaba un fuerte dolor de cabeza ahora parecía cada vez más lejano y con él la luz mientras mis ojos se cerraban lentamente y me dejaba llevar por todos mis recuerdos, hasta que finalmente mi corazón ya no pudo más.

La otra mujer dio su cara, mostrandose, aferré el bate, y esperé que se acercara, algo tonto por mi parte pero no podía hacer mas con un arma que era cuerpo a cuerpo.
Justo cuando iba a hacer frente a la otra mujer que había detrás nuestra, note como detrás de mí se movía algo, y de pronto nada. Mis ojos se erraron y fuí llevada por los aires, escuchando en una lejanía la voz de Claire.

Offeol: Ale, así quedó la cosa, aunque yo no quise.

Sentía la boca seca, pastosa, me llevé una mano a esta para escupir un pelo, ¿de qué coño sería aquel pelo? Pero eso ya daba igual, me empecé a levantar con cierto sacrificio, aturdido, escuchaba mucho ruido, pero no e taba a lo que estaba, tan solo me llevé una mano a la cabeza quejándome del dolor y seguidamente recordé lo que había pasado, asustado me empecé a palpar al zona del disparo y tiré de la camisa para ver debajo mi fiel chaleco antibalas y el pequeño agujero que esta había hecho ahí.

-Jooder...-Empecé a ponerme de pie y recordé a Paco y Vanessa, algunos helicopteros comenzaban a largarse ya, mierda,no me daba tiempo a ir a por Josh, aún así aturdido, me levanté y golpeé a un zombie con todas mis fuerzas, este cayó al suelo rápidamente.-¡Será posible, dejadme un respiro!-Ya había más zombies que soldados, por lo que eché a correr esquivándolos haciendo una señal a los demás para que fueran conmigo hacia los coches, entonces vi el cuerpo a lo lejos, vi los dos cuerpos.

El pelo rubio de ella era lo que más llamaba mi atención y aquellos pantalones de cuadros tan horteras que llevaba Francisco, solo veía la pierna de este detrás del muro.
-No...-Empecé a decir mientras tragaba saliva y echaba a correr en la dirección de ella, tendida en el suelo con una enorme marca de sangre en su estomago, los ojos se me llenaron de lágrimas al tiempo que me llevaba ambas manos a la cabeza y me giraba para mirar al cielo y maldecir una vez tras otra.

Viendo finalmente a Paco tendido en el suelo justo en frente y de la misma forma, aunque este no tenía tanta sangre como el cuerpo de Nessa. Me alejé unos pasos golpeando el suelo con todas mis fuerzas y gritando de rabia e impotencia.

La ballesta cayó de sus manos de forma instantánea, se encontraba a unos pasos detrás de Belikov, visualizando como el cuerpo de su hermana estaba tendido en el suelo, sin vida, el joven Max se quedó completamente quieto visualizando a su hermana muerta. Sabía de su existencia apenas hacía un mes y aún así no pudo evitar sentirse como se sentía ahora. Cuando la encontró fue bastante raro, en un momento se enfadaron al otro se echaron a reír y comenzaron a hablar a contarse cosas y bueno a llevarse como amigos o como los hermanos y completamente desconocidos que eran.

Pero Max sobretodo sintió esperanza, porque alguien de su familia seguía vivo. Y ahora su cuerpo estaba allí tendido en el suelo, como si nada, el destino era cruel. Y al mirar hacia otro lado le vio también a él, Francisco. El joven ya estaba destrozado, pero al ver a su amigo ahí Max terminó por ceder, no podía más, aquellas personas habían cuidado de él y las veía como a una familia, con quienes podía contar él ahora.

-Nessa...-El joven cayó al suelo de rodillas destrozado a la vez que pronunciaba su nombre una y otra vez entre sollozos, empezó a gritar sus nombres y terminó por derrumbarse llorando a lágrima tendida como el crío que pretendía no ser. Pero es que no lo podía evitar. La garganta le dolía al gritar, pero no era nada comparado con el dolor que de verdad sentía, por la perdida de aquellos dos. Y quiso acercarse a abrazarla.

La cosa se estaba desmadrando, al fin y al cabo no eramos más que cucarachas que Umbrella podía pisar sin problema alguno. Tenían armas, hombres... Por muchos tiros que yo metía ellos me respondían con el doble por lo menos. Era incomprensible que aún no me hubiese llevado un tiro al menos. Estaba hasta los santos cojones de aquello, Me sentía acorralado y sin salida, cada disparo era como gastar un poco de vida. Ni siquiera llevaba la cuenta de las balas gastadas, simplemente esperaba que sonase el típico ¡Clic! que indicaba que el cargador estaba vacío para tantear otro.

El último, hasta aquí has llegado tío. Estas sí, gastalas sabiamente. ¿Sabiamente? No iba conmigo. Apunté intentando minimizar el riesgo de recibir un tiro todo lo posible. Esta vez hice un esfuerzo por tener toda la precisión posible y juraría que había dado a alguno, pero daba lo mismo, llevarían kevlar hasta en el culo y no notarían ni el impacto de mi pobre glock. También intenté calcular las balas del último cargador. El cañon estaba que echaba humo, casi literalmente. Me escondí tras el mostrador una vez más. La última. Tiré de la corredera de la pistola a sabiendas de que sólo quedaba la bala en la recámara. Qué poético. Reuní todas las fuerzas que pude y me asomé de nuevo por el mostrador, tenía enfrente a uno de esos tíos, ni siquiera podía verle la cara. ¿Cuándo se había acercado tanto? No pude ni disparar, me pegó tal puñetazo que casi me revienta todos los dientes, y para colmo cuando me giré dispuesto a devolverle la hostia va y me clava algo en el cuello. Las fuerzas disminuyen, la mano me falla y la glock termina en el suelo, en un último esfuerzo llevo la mano izquierda hasta el cuello y me saco la jeringuilla. ¡Drogado! Al menos que me den el honor de una muerte justa, hijos de puta. Retrocedo hasta chocar contra la pared y me dejo resbalar hasta acabar sentado en el suelo.

Off: Ale, listo para llevar a Umbrella a que me hagan cosas sucias si quieren (?)

Oye tu- fue lo que le grite a un tipo de Umbrela al segundo que entro al hotel. Apenas se volteo, PAM, un tiro de mi Five Seven le perforo la cabeza. Sin embargo no podria mantener la posicion mucho timepo. Nova habia caido, los caminantes comenzaban a entrar, y posiblemente algun soldado de Umbrela entraria tambien. Sali corriendo directo hacia adentro. No sabia que pasaria, pero parecia que los Umbrelas comenzaban a irse. Ahora, tocaba que me fuera, pero no sabia hacia donde.

Mientras corria y corria, escuche varios gritos de una persona. Corri en aquel direccion para comp´robar que solo era un tipo que gritaba de enojo y no sabia por que, posibelmente algun amigo suyo hubiese muerto. Lo hice a un lado con delicadesa, ya que era claro que no estaba de humor. Sin embargo, lo que vi era algo que no pude aceptar. Era Vanessa....Vanessa.

Corri hacia ella con todas mis fuerzas. Casi cai a su lado. Observe su cuerpo, tenia el estomago atravesado, estaba cubierta de sangre. Esta muerta- Vanessa....-fue todo lo que dije antes de apretar con fuerza su mano. Deje caer unas lagrimas sobre ella. - Maldita sea, MALDITA SEA- me puse a gritar. Entre en un estado de ira. Corri hacia las paredes, comenze a dar patadas y puñetasos, me estaba rompiendo las manos y no me importaba. Agarre un librero grande que habia por ahi y lo arroje al suelo. Agarre una mesa con una lampara y la arroje contra una pared, rmompiendo ambas cosas. Incluso saque una de mis pistolsa y empeze a disparar al techo . Gaste cinco balas.

Finalmente, cuando no quedaba mas por romper, me puse contra una pared, apoyado de espaldas, cayendo lentamente hacia el suelo. Ya habia superado la tristesa y la ira, ahora solo me quedaba la venganza. Me pare, camine hacia el cadaver de vanessa y le di una ultima mirada- Descanza en paz. Tal vez nos volvamos a ver en la otra vida, por ahora tengo un trabajo que hacer-

A partir de ese momento sabia que ya no seria el mismo. No podia pensar en mucha felicidad en este momento, solo en una cosa, mi ultimo proposito. Los que habian sido secuestrados, debain ser rescatados, y los que habian matado a vanessa, serian castigados, aunque me llevara hasta el final de mis dias, daria todo de mi para hacer justicia.

Parecía que todo estaba envuelto en caos, por lo menos en aquella planta. Fruncí el ceño, mientras una idea se formaba en mi cabeza. ¿Los otros habían registrado adecuadamente allá arriba? Obviamente, no podrían salir por la azotea por la altura, y porque había hombres vigilando el perímetro (o los había. A estas alturas, ya no estaba certero de cuáles serían las pérdidas actuales). Sin embargo, no descartaba la existencia de otros medios de escape.
Pegado hacia la pared y ascendiendo sin nula prisa, comencé a avanzar por las escaleras. El final de éstas desembocaron en un largo pasillo, aunque no lo suficientemente ancho como para moverte con demasiada libertad.

Sin decir ni una sola palabra, comencé a examinarlo. Cargaba con una glock en cada mano, y la maleta al hombro. Con las armas, probablemente desenvolvería una considerable ventaja de él sobre mí, pero no la suficiente si con uso de la fuerza y el entrenamiento, atinaba con la inyección rápidamente.
Avancé lo más sigiloso que se me fue posible, deslizando los dedos a través de uno de los bolsillos del pantalón, cogiendo la dosis. Cuando me encontré a una cercanía justa, me lance contra él por sus espaldas, en un remedo de intentar desarmarlo; sujetando la parte superior de la pistola con mi mano dominante y con el pulgar agarrando el percutor para evitar el disparo.

-Las cosas no dolerán demasiado si no te resistes - Fue lo único que vino a discusión, porque bien sabía que no lo persuadiría para dejarse capturar...era de imbéciles, sobretodo teniendo oportunidades para huir. Aunque en sí, dentro de mis palabras, estuviese la verdad a líneas...no pretendía lastimarlo, era un espécimen para Umbrella, y debía llegar como tal, sano. Intenté inyectar de una vez la dosis, pero me era problemático.

El miembro 'Lysander La Fontaine' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Tramas: Desafíos' :

Resultados :

El grave error que cometí fue no vigilar mi retaguardia. Estaba demasiado concentrado viendo al frente y a los lados como para mirar a mi espalda. Los gritos en la planta de abajo se hacían cada vez más desesperados, mientras el tiroteo continuaba. Alguien gritaba un nombre sollozando. No conocía a la persona o personas que estaban muriendo abajo, pero podía entender el dolor de perder a alguien que aprecias. Apesar de llevar un año viviendo en el apocalipsis y ver la muerte varias veces de cerca, seguía siendo humano, y me entristecía el sufrimiento ajeno.

Escuché algunos pasos detrás de mí, pero para cuando me percaté, ya era demasiado tarde. Tenía a un hombre encima mío. Traté de defenderme, pero él era capaz de neutralizarme fácilmente. Lo único que logré fue disparar con mi segunda pistola al techo, antes de que se me cayera al suelo. La primera pistola no podía utilizarla debido a que él la mantenía asegurada para evitar el disparo. Me encontraba indefenso, vulnerable. ¡Maldición! dije una y otra vez en mi cabeza.

- Desgraciado.- Fue lo último que dije antes de sentir el pinchazo en el cuello. Mi vista se vio nublada y el tiroteo se escuchaba cada vez más lejano. No me sentía bien, estaba mareado y no podía mantenerme en pie. Caí sentado al suelo, con la boca abierta y mirando al techo, emitiendo ligeros y casi inaudibles gemidos. Caí al suelo inconsciente, a merced de los psicópatas de Umbrella.

Off: Bueno, ya estoy listo para que me lleven.

La boca me sabía a sangre, aquel sabor asqueroso empezaba a ser una molestia, abrí los ojos de forma costosa pues ya anochecía y los últimos rayos de sol del atardecer me daban de lleno en plena cara, me aparté como pude arrastrándome por la tierra soltando un leve quejido, la respiración incluso me fallaba o hasta el hecho de tomar aire era una gran molestia, pero allí estaba, ¿muerto?

No, seguía allí al lado de aquel muro por el que había caído, empecé a erguirme como podía para entonces escuchar los llantos. -¿Qué pasa?-Logré articular mientras con mi mano sujetaba mi propio cuerpo y apretaba aquella herida recordandolo todo al instante, una de esas locas me disparó y Vanessa vino corriendo a ayudarme, pero entonces ya no habían más recuerdos y así fue como la vi, no me fijé en nada más, su cuerpo estaba tendido en el suelo, Max lo lloraba como un crío, casi al igual que otro tipo al que no conocía, Belikov estaba a un lado maldiciendo y gritando.

Estaba muerta.

Con la mano en un costado me levanté como pude, la bala dolía y a rabiar, pero aquel dolor no era comparable con el del principio, levanté la camiseta y observé el balazo a un lado, por encima de las costillas, ni siquiera parecía haber llegado a partir o destrozar nada, si que había muchísima sangre.

-Rubia...-Susurré al verla mejor mientras los alcanzaba a paso lento sintiendo un fuerte mareo que me haría caer en nada. Vanessa nunca me había caído bien, pero al verla mejor, así... Y me tambaleé para precipitarme al suelo una vez más, no tenía fuerzas.

Aborrecía aquella actitud de la compañía y aún así ayudé con todo aquello, me encontraba en la azotea del edificio viendo aquel lugar bastante movido y ajetreado por culpa de todos los soldados que no paraban de bajar y subir rehenes, aquello era hasta surrealista, cuando empecé a escuchar los gritos, una voz que me resultaba curiosamente familiar. Entonces vi otra cosa, uno de los soldados llevaba un cuerpo de un civil, cuando me acerqué para ver mejor su cara fue tarde lo habían subido ya a uno de los helicopteros, otro se iban ya hacia la base, pero aquel tipo era Josh Mcguire, uno de mis mejores amigos en Nueva York, no me dio tiempo a reaccionar para ayudarlo, de todas formas no habría podido hacer nada, eché a correr aún así hacia la zona en la que había escuchado aquella voz.

¿Eran reales mis intuiciones?, bajé rápidamente por una de las cuerdas y al hacerlo me vi obligado a parar, Adrian Belikov estaba a un lado y francisco Lachowski al otro, herido, acababa de caer al suelo. Belikov no pareció darse cuenta de ello estaba a punto de echarse a llorar, o al menos esa era la sensación que me daba todo aquello, cuando de la nada salió uno de aquellos compañeros míos, caminaba con rapidez hacia Belikov, por la espalda sujetando aquella inyección que le acabaría durmiendo.

No lo pensé dos veces y me abalancé sobre el soldado para golpearlo con todas mis fuerzas, arrebatándole la inyección y hundiéndola en su propio cuello.
-¡Largaos ya de aquí!-Grité con rabia, la voz salió distorsionada, casi robótica gracias a la máscara antigas que llevaba puesta. No quería que atrapasen a mis amigos, pero tampoco quería desertar de la compañía.