₪ Primer Arma {O P C I O N A L}

Mensaje original para el post: *Cruzo dedos* ¡A ver que sale! Denme suerte, dioses de los roles postapocalípticos.

La editasión:
Era martes, tal vez. Lo cierto es que la chica no tenía ni idea del día que era. Pero le gustaba pensar que era martes, porque los lunes daban asco y el día no era lo bastante bueno como para ser un miércoles. Vete a saber por qué los miércoles son mejores que los martes, están en medio, pero suenan bien, suenan a que en algún momento fueron "el día del espectador" o del "2x1" y esas cosas, un día para pasarlo bien con los amigos pero sin pasarse. Ella estaba sola, sola y un poco jodida. Así que debía ser martes, sin más.
Luanna había salido a la aventura con un triste cuchillo y pocas provisiones. Apreciaba el cuchillo, ya que le había ayudado a matar a Mason, pero también le recordaba la vida que se había cobrado para ser libre. Y una parte de ella decía "a la mierda, se lo merecía", mientras que la otra le gritaba las consecuencias de pasar los límites. Aún así, lo haría de nuevo, incluso le habría gustado explayarse más con él, y eso le daba miedo. Sentirse así era sobrecogedor.

Por otro lado, matar caminantes era distinto, o quizás lo mismo, pues ¿no es siempre un "ellos o yo"? No sabía cuántas veces había tenido que clavar el cuchillo en cabezas putrefactas. Y estaba claro que dar muerte con un cuchillo era más silencioso y seguro que con una pistola. Pero a veces habría dado un brazo por tener una maldita pistola, un revólver, un algo que no le obligase a un cara a cara constante con esos seres de un hambre voraz. Y hablando de hambre...—"Joder, qué hambre".

Sus pasos la habían llevado a una gasolinera de carretera, esos sitios eran peligrosos, pero rezaba por encontrar algo delicioso allí dentro, o al menos comestible. Ya le daba igual. Atravesando la cristalera había un coche de policía, Lua podía imaginar muchas razones para que el vehículo acabase así.
Sus pasos eran comedidos, sujetaba el cuchillo en la siniestra, con fuerza. No había puerta, eso era un plus, menos ruido, menos problemas.

Al entrar escuchó un gruñido.—"Mierda".—No podía verlo, pero debía estar entre las estanterías vacías. La chica se planteó dar media vuelta, pero entonces vio algo a unos metros, atravesando la tienda.—"Bingo"—Si había algo de comer, no iba a rendirse fácilmente, así que se deslizó con sutileza entre los estantes y echó un vistazo al dueño de los quejidos. Era un hombre, o lo había sido, ahora solo era jirones de carne y mucha mierda. Estaba atrapado bajo una estantería que había volcado, así que la joven pudo acercarse mucho más tranquila. Suspiró mirándolo a los ojos y dijo: "Se acabó, amigo". Luego se encogió de hombros y le clavó el cuchillo en un ojo.

Luanna se incorporó y se dispuso a dar media vuelta para tomar su botín cuando otro caminante apareció tras ella, abalanzándose sobre su cuerpo. Ahogó un grito y pivoteó, retrocediendo para subirse torpemente a la estantería que aprisionaba al caminante anterior. Desde la ventajosa altura hizo por darle una patada en el pecho al segundo zombie, pero este atrapó su pierna y en esa situación, Lua decidió que "de perdidos al río", así que directamente saltó hacia delante, agarrándose al hombro del cadáver andante. Ambos cayeron al suelo y ella aprovechó para clavar su cuchillo de forma frenética en él. No tardó en dejar de moverse. Ella jadeó, había sido repentino, pero había sido una victoria más. Y sería una victoria aún más importante, ya que mientras se tranquilizaba y retiraba el cuchillo del cadáver, pudo notar que llevaba un cinto con una cartuchera.—Oh... —"Mi día de suerte"—Se dijo con una sonrisa triunfante.—"Un momento..."—Miró bien en todas direcciones para evitarse una nueva sorpresa y cuando se sintió segura, le quitó el cinto al muerto. Sacó el revólver y lo examinó.—"No será tan difícil".

Un día más. Eso era lo único que necesitaba. Ahora tenía algo de comida, que resultaron ser dulces, probablemente con muchísimos conservantes, porque... joder. Y también tenía un arma, y eso, era suficiente para se emocionase por cuál sería su próxima aventura.