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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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₪ I Batalla de Supervivencia {Participantes}
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Recuerdo del primer mensaje :
▧ Tras las normas se inicia una puesta en rol obligatoria a seguir.
▧ En la Batalla de Supervivencia solo puede ganar un personaje, que será el último que quede sin ser eliminado.
▧ Los personajes serán eliminados a razón de: Inactividad o mal estar del personaje. Se hará de forma lógica.
▧ Los participantes que no respondan en 48 horas serán eliminados.
▧ Los personajes solo podrán cargar con las armas que pidieron y otros objetos que el staff vaya indicando.
▧ El objeto "vida" es a nivel o off rol, a nivel on rol una simple moneda que encontrareis en diversos zonas. Quienes posean una vida, on rol pueden mencionar que encontraron una moneda.
▧ Quienes tengan el suero aún no lo tienen on rol.
▧ Los participantes deben narrar en su primer rol como llegan a ese párking que se cita en el rol siguiente, podéis indicar libremente como y por qué.
▧ No hay mínimo de lineas, tampoco máximo, pero rogamos que los roles sea claros y precisos para que el tema avance con la más rapidez posible, por tanto que no sean muy largos.
▧ No hay turnos de posteo, pero deben haber cuatro mensajes al menos entre tu último mensaje y el nuevo.
▧ Situación:
La noche parece avanzar con fuerza y rapidez pese a ser media tarde. Un manto de de nubes grises y oscuras se ciernen en el cielo avisando de la tormenta que se aproxima. Cuando comienzan a caer las primeras gotas un relámpago surca el cielo y el ruido es casi hasta aterrador. Cientos de pares de ojos en esa ciudad alzan la mirada hacia esa luz que brilla momentáneamente. Ninguna de estas personas están vivas hoy en día y aún así se van moviendo por las calles arrastrando los pies, el ruido los altera.
No muy lejos del lugar que fue el centro de aquella ciudad, existe cierta paz. Los merodeadores no han llegado aún hasta ahí. El lugar está desolado y quedan restos de una batalla que en antaño tuvo lugar allí. Una enorme abertura en mitad de una calle, se sumerge en el oscuro asfalto, es tan negra como la boca de un lobo, da lugar a un antiguo párking, el cual curiosamente es seguro.
Batalla de Supervivencia
08 de diciembre de 2014, Subterráneos.
Comienza la I Batalla de Supervivencia. Por ahora el inicio del rol será sencillo, pero irán surgiendo nuevos acontecimientos conforme vosotros vayáis respondiendo. Se establecen un par de normas a cumplir, puede que estas crezcan más adelante o incluso se modifiquen, por ahora son las siguientes:La noche parece avanzar con fuerza y rapidez pese a ser media tarde. Un manto de de nubes grises y oscuras se ciernen en el cielo avisando de la tormenta que se aproxima. Cuando comienzan a caer las primeras gotas un relámpago surca el cielo y el ruido es casi hasta aterrador. Cientos de pares de ojos en esa ciudad alzan la mirada hacia esa luz que brilla momentáneamente. Ninguna de estas personas están vivas hoy en día y aún así se van moviendo por las calles arrastrando los pies, el ruido los altera.
No muy lejos del lugar que fue el centro de aquella ciudad, existe cierta paz. Los merodeadores no han llegado aún hasta ahí. El lugar está desolado y quedan restos de una batalla que en antaño tuvo lugar allí. Una enorme abertura en mitad de una calle, se sumerge en el oscuro asfalto, es tan negra como la boca de un lobo, da lugar a un antiguo párking, el cual curiosamente es seguro.
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
El miembro 'Alejandra Warrens' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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♠ Conducto de ventilación:
✘ James Howlett ha decidido no avisar al resto de esta ruta de escape. Alejandra Warrens logra escapar por este lugar junto a él. ✔ Tres personajes más pueden escapar por este conducto. Estos personajes pueden tratar de avisar al resto, pero en el último momento caen más escombros y nadie más puede pasar.✘ Los personajes que consigan escapar pueden recriminar a James no haber avisado antes. De haberlo hecho habrían tenido más tiempo.
— Tranquila — fue lo primero que se me ocurrió responder ante sus palabras. ¿En serio no había nada mejor?, pero la muchacha pareció asustada y yo alcé las manos algo más en señal de paz. — Me llamo Rebecca, sé que no es gran cosa, pero... — un ruido hizo que me girase. Se suponía, o al menos entendía que no había nadie más en aquel lugar, pero sentí que no estábamos solas. La miré de nuevo de forma interrogativa. — ¿Hay alguien más contigo? — pregunté rápidamente, pues si esos ruidos no eran de sus posibles compañeros podría decirse ahora que estábamos en serios problemas.
— No quiero hacerte daño... No soy de esa clase de persona — mis palabras fueron sinceras, miré fijamente a la joven, guardando aún las distancias y seguidamente miré en todas mis direcciones, hasta que el ruido procedente del socavón hizo que me volviera en tal dirección. De la nada salieron un par más de personas e instintivamente retrocedí un paso a la vez que miraba a la muchacha. Mi expresión volver a ser interrogativa. ¿Eran un grupo?
Sin más dilación llegó más gente y yo sentí casi como si comenzara a ahogarme, a la vez que cierta emoción, pues llevaba mucho tiempo sola. Mi problema personal es que no sabía si aquella gente era de fiar o no. — ¿Qué...? — no logré gesticular la palabra. El zombie cayó al suelo y yo di un respingo, no me lo esperaba para nada, nadie se lo esperaba para nada.
Con aquel ser fue como si un trueno surcara el cielo de aquel aparcamiento y desgarrase el techo. Los escombros, golpes e incluso algún que otro grito provocaron un caos en aquel lugar. En un principio no había nadie, al momento si y luego era como si no existiera nada. Todos corríamos cual rebaño perseguido por el lobo. Perdí de vista a todos e incluso casi me perdía de vista a mi misma. Los escombros cedían y sentía que aquella sería mi tumba. Sin embargo me fijé en dos personas, una se había metido por un conducto y la otra le seguía. En aquel momento de ansiedad y pánico no lo pensé demasiado. Los seguí corriendo con todas mis fuerzas, pensado que aquellas personas escapaban. Ahora tan solo pensaba en salvarme de las rocas, si luego esa gente era hostil ya tendría tiempo para pensar un segundo plan.
La última mujer se coló por el conducto y yo me lancé prácticamente a él, como quien saltaba de un barco o se lanzaba a una piscina. Con aquel salto evité un par de rocas. Una vez dentro de aquel conducto me arrastré tan rápida como mi cuerpo me permitía hacia el otro lado cayendo en lo que era sin duda una alcantarilla. Iluminé con mi linterna hacia varios lados y me encontré con que solo estábamos allí tres personas. Traté de ver si los demás habían avanzado, pero no, solo estábamos tres malditas personas.
— ¡¿Y las demás personas?! — observé con desesperación al tipo robusto y a la mujer que había seguido. Pensé que era la última y sin embargo... Volví de nuevo al conducto, recordaba haber visto allí a más gente, estaba la chica rubia, el tipo grande, el rubio, dos mujeres... Mi cabeza daba vueltas. — ¡Ehhh, aquí, aquí! — gritaba una y otra vez, viendo que efectivamente el resto no había logrado ver el conducto, me quedé dentro de este, asomándome algo al otro lado, con cuidado de que no me pudiera dar ninguna roca y seguí llamándolos, cuando vi que otros se acercaban retrocedí de nuevo hacia la alcantarilla para que pasaran.
— No quiero hacerte daño... No soy de esa clase de persona — mis palabras fueron sinceras, miré fijamente a la joven, guardando aún las distancias y seguidamente miré en todas mis direcciones, hasta que el ruido procedente del socavón hizo que me volviera en tal dirección. De la nada salieron un par más de personas e instintivamente retrocedí un paso a la vez que miraba a la muchacha. Mi expresión volver a ser interrogativa. ¿Eran un grupo?
Sin más dilación llegó más gente y yo sentí casi como si comenzara a ahogarme, a la vez que cierta emoción, pues llevaba mucho tiempo sola. Mi problema personal es que no sabía si aquella gente era de fiar o no. — ¿Qué...? — no logré gesticular la palabra. El zombie cayó al suelo y yo di un respingo, no me lo esperaba para nada, nadie se lo esperaba para nada.
Con aquel ser fue como si un trueno surcara el cielo de aquel aparcamiento y desgarrase el techo. Los escombros, golpes e incluso algún que otro grito provocaron un caos en aquel lugar. En un principio no había nadie, al momento si y luego era como si no existiera nada. Todos corríamos cual rebaño perseguido por el lobo. Perdí de vista a todos e incluso casi me perdía de vista a mi misma. Los escombros cedían y sentía que aquella sería mi tumba. Sin embargo me fijé en dos personas, una se había metido por un conducto y la otra le seguía. En aquel momento de ansiedad y pánico no lo pensé demasiado. Los seguí corriendo con todas mis fuerzas, pensado que aquellas personas escapaban. Ahora tan solo pensaba en salvarme de las rocas, si luego esa gente era hostil ya tendría tiempo para pensar un segundo plan.
La última mujer se coló por el conducto y yo me lancé prácticamente a él, como quien saltaba de un barco o se lanzaba a una piscina. Con aquel salto evité un par de rocas. Una vez dentro de aquel conducto me arrastré tan rápida como mi cuerpo me permitía hacia el otro lado cayendo en lo que era sin duda una alcantarilla. Iluminé con mi linterna hacia varios lados y me encontré con que solo estábamos allí tres personas. Traté de ver si los demás habían avanzado, pero no, solo estábamos tres malditas personas.
— ¡¿Y las demás personas?! — observé con desesperación al tipo robusto y a la mujer que había seguido. Pensé que era la última y sin embargo... Volví de nuevo al conducto, recordaba haber visto allí a más gente, estaba la chica rubia, el tipo grande, el rubio, dos mujeres... Mi cabeza daba vueltas. — ¡Ehhh, aquí, aquí! — gritaba una y otra vez, viendo que efectivamente el resto no había logrado ver el conducto, me quedé dentro de este, asomándome algo al otro lado, con cuidado de que no me pudiera dar ninguna roca y seguí llamándolos, cuando vi que otros se acercaban retrocedí de nuevo hacia la alcantarilla para que pasaran.
El miembro 'Rebecca Ashanti' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Aquella situación me ponía de los nervios, tantas personas vivas ... No se lo que me pasa, es decir, en este mundo ya no se que es más peligroso, la poca gente que quedaba se estaba volviendo loca y los mordedores no servían de gran ayuda, ya no se podía confiar en nadie. La chica me vuelve a hablar, trata de tranquilizarme y de darme a entender que no me iba a hacer daño, no contesto, tan solo sigo allí, quieta. Vuelvo a echar un ojo rápido al aparcamiento, me cruzo con las miradas de los del grupo y nuevamente con la de la chica. Se llamaba Rebecca y de los demás aún no sabía nada. Creo que después de que me dijera su nombre puedo confiar un poquito más en la chica pero, ¿y si miente? ¿Y si ese no es su nombre, tan solo una estrategia para engañarme? Ya no sabía que pensar, hay tantas posibilidades de que estas personas sean una amenaza que decido no hablar en ningún momento, fingir que no estoy aunque si esté.
Escucho el sonido de la lluvia caer a través de la abertura del techo, la sigue un relámpago que me hace estremecer y a continuación puedo ver una silueta caer por el agujero. Un mordedor que cae con torpeza se destroza el cráneo contra el asfalto del aparcamiento. Oigo relámpago, esta vez me mantengo firme. Apunto con la linterna a mis pies y los veo temblar, no, espera, no era yo. Miro hacia arriba y una grieta comienza a formarse en el techo ''Oh, mierda'' No se que hacer, tan solo me dedico a ver como todo se venía abajo poco a poco.
Vuelvo a reaccionar, agarro con fuerza el hacha y lo sujeto por encima de mi cabeza, no haría mucho pero tal vez consiga desviar alguna que roca de menor tamaño. Todo es un escándalo, tan solo veo trozos de piedra caer del techo y polvo por todos lados, incluso distingo otro mordedor caer del techo pero no le doy importancia. La chica con la que hablaba ya no está, pero puedo distinguir una luz a lo lejos corriendo hacia una pared. ¿Que pretende? Entonces lo veo, se trata de un conducto pero no parece precisamente de ventilación. Da igual de que fuese, tan solo corro hasta el lugar y consigo avistar a Rebecca que grita con la intención de que nos percatáramos de que había una salida. Sigo corriendo.
Consigo evadir las rocas que caen a mi alrededor, parece una tarea difícil y más si todo aquel polvo se te mete entre los ojos, pero consigo llegar hasta el conducto. Rebecca ya se había adentrado en el junto con dos personas más. ¿Más? Joder, a ver, después de haber ''conversado'' con Rebecca no me importa ir con ella, parece amable pero, ahora descubro que no solo estamos ella, el grupo de cuatro y yo. Tanto pensar hace que me olvide que estoy dentro de un conducto lo bastante estrecho como para que la claustrofobia me afecte. Comienzo a hiperventilar aunque no tardo en llegar al final del conducto; alcantarillas.
Me encuentro con Rebecca, otra chica y un hombre. No le dirijo la mirada ya que no me da muy buen rollo y me dedico a mirar a todas partes con la linterna. Pienso que lo más indicado sería presentarme ante los tres, no se, para coger confianza. - Mi nombre es Caitlyn - digo tratando de volver a respirar con normalidad - ¿Y el vuestro? Creo que si vamos a estar juntos hasta encontrar una salida deberíamos, por lo menos, saber nuestros nombres- se que lo que les digo es la verdad, para salir de aquel lugar necesitaríamos cooperar o al menos permanecer juntos. Ese lugar no me daba buena espina.
Escucho el sonido de la lluvia caer a través de la abertura del techo, la sigue un relámpago que me hace estremecer y a continuación puedo ver una silueta caer por el agujero. Un mordedor que cae con torpeza se destroza el cráneo contra el asfalto del aparcamiento. Oigo relámpago, esta vez me mantengo firme. Apunto con la linterna a mis pies y los veo temblar, no, espera, no era yo. Miro hacia arriba y una grieta comienza a formarse en el techo ''Oh, mierda'' No se que hacer, tan solo me dedico a ver como todo se venía abajo poco a poco.
Vuelvo a reaccionar, agarro con fuerza el hacha y lo sujeto por encima de mi cabeza, no haría mucho pero tal vez consiga desviar alguna que roca de menor tamaño. Todo es un escándalo, tan solo veo trozos de piedra caer del techo y polvo por todos lados, incluso distingo otro mordedor caer del techo pero no le doy importancia. La chica con la que hablaba ya no está, pero puedo distinguir una luz a lo lejos corriendo hacia una pared. ¿Que pretende? Entonces lo veo, se trata de un conducto pero no parece precisamente de ventilación. Da igual de que fuese, tan solo corro hasta el lugar y consigo avistar a Rebecca que grita con la intención de que nos percatáramos de que había una salida. Sigo corriendo.
Consigo evadir las rocas que caen a mi alrededor, parece una tarea difícil y más si todo aquel polvo se te mete entre los ojos, pero consigo llegar hasta el conducto. Rebecca ya se había adentrado en el junto con dos personas más. ¿Más? Joder, a ver, después de haber ''conversado'' con Rebecca no me importa ir con ella, parece amable pero, ahora descubro que no solo estamos ella, el grupo de cuatro y yo. Tanto pensar hace que me olvide que estoy dentro de un conducto lo bastante estrecho como para que la claustrofobia me afecte. Comienzo a hiperventilar aunque no tardo en llegar al final del conducto; alcantarillas.
Me encuentro con Rebecca, otra chica y un hombre. No le dirijo la mirada ya que no me da muy buen rollo y me dedico a mirar a todas partes con la linterna. Pienso que lo más indicado sería presentarme ante los tres, no se, para coger confianza. - Mi nombre es Caitlyn - digo tratando de volver a respirar con normalidad - ¿Y el vuestro? Creo que si vamos a estar juntos hasta encontrar una salida deberíamos, por lo menos, saber nuestros nombres- se que lo que les digo es la verdad, para salir de aquel lugar necesitaríamos cooperar o al menos permanecer juntos. Ese lugar no me daba buena espina.
El miembro 'Caitlyn J. Crowell' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
— ¿De dónde ha salido toda esa gente? —aquel susurro salió de mis sin que casi me diera cuenta. Estaba absorta junto a Dick, ambos nos asomábamos por la rendija de la puerta que daba al aparcamiento. Había mucha gente en aquel lugar y parecía mentira, seguramente allí reunidos estábamos una buena parte de la población con vida de hoy en día. — Dick, ¿qué hacemos? —desvié la mirada en su dirección. Echaba de menos aquello de poder relacionarme con más gente, charlar, incluso quejarme de lo jodido que era el fin del mundo, pero ahora... Dudaba hasta de mi sombra. Tan solo podía confiar en él, en Dick.
— Esto parece una reunión de antiguos compañeros, ¡cada vez llegan más! —hablé entre susurros pero notablemente alterada. Tal vez me estuviera volviendo una paranoica, pero comenzaba a contemplar la posibilidad de simplemente marcharnos sin que nos vieran. Aquel era o al menos parecía, un grupo grande y no estábamos seguros de si aquella gente era de fiar o no y ante esa posibilidad lo mejor tal vez sería prevenir a curar.
Lo primero en lo que me fijé fue en uno de los rostros de las personas que estaban allí reunidas, espanto. Seguidamente un gran estruendo y al momento tiré de Dick hacia el interior del aparcamiento, las escaleras estaban desapareciendo bajo escombros y escombros. Era eso o morir aplastados. Para colmo el aparcamiento no mostraba una panorámica diferente. El techo se derrumbaba y la gente de aquel lugar pareció desentenderse de todos. Cada uno corría en busca de propia supervivencia. — ¡Dick! —grité entre todo aquel caos sujetando su mano con fuerza. El pánico se apoderaba de mi y no sabía que hacer, tan solo nos movíamos evitando los escombros.
De repente me fijé en algo a lo lejos, algunos corrían hacia una especie de conducto en la pared. — ¡Por ahí! —señalé aquella posible ruta de escape, gritando y con todas mis fuerzas corrí en busca de ella.
De los dos fui la primera en colarme por aquella entrada. — ¡Vamos! —miré hacia el aparcamiento y estiré mi brazo para ayudar a Dick a subir, antes de que el pudiera pasar sentí esos temblores aún más cerca. El conducto tembló con fiereza, los escombros comenzaron a caer y tuve que retroceder. Grité al ver como Dick desaparecía tras los escombros, me quedé petrificada por un instante, pero el conducto no aguantaría mucho más, respiré hondo y repté rápidamente hacia la salida, al salir me di de bruces contra el suelo. Me quedé ahí tirada tosiendo por culpa del polvo y restos de los escombros que flotaban en el ambiente. — Dios mío... —sollocé. Las pulsaciones por las nubes y la respiración agitada. Se había quedado atrás, se había quedado atrás... Y no podía pensar en otra cosa, ni siquiera en que no estaba sola. Dick probablemente estaría muerto y no había podido hacer nada por él.
— Esto parece una reunión de antiguos compañeros, ¡cada vez llegan más! —hablé entre susurros pero notablemente alterada. Tal vez me estuviera volviendo una paranoica, pero comenzaba a contemplar la posibilidad de simplemente marcharnos sin que nos vieran. Aquel era o al menos parecía, un grupo grande y no estábamos seguros de si aquella gente era de fiar o no y ante esa posibilidad lo mejor tal vez sería prevenir a curar.
Lo primero en lo que me fijé fue en uno de los rostros de las personas que estaban allí reunidas, espanto. Seguidamente un gran estruendo y al momento tiré de Dick hacia el interior del aparcamiento, las escaleras estaban desapareciendo bajo escombros y escombros. Era eso o morir aplastados. Para colmo el aparcamiento no mostraba una panorámica diferente. El techo se derrumbaba y la gente de aquel lugar pareció desentenderse de todos. Cada uno corría en busca de propia supervivencia. — ¡Dick! —grité entre todo aquel caos sujetando su mano con fuerza. El pánico se apoderaba de mi y no sabía que hacer, tan solo nos movíamos evitando los escombros.
De repente me fijé en algo a lo lejos, algunos corrían hacia una especie de conducto en la pared. — ¡Por ahí! —señalé aquella posible ruta de escape, gritando y con todas mis fuerzas corrí en busca de ella.
De los dos fui la primera en colarme por aquella entrada. — ¡Vamos! —miré hacia el aparcamiento y estiré mi brazo para ayudar a Dick a subir, antes de que el pudiera pasar sentí esos temblores aún más cerca. El conducto tembló con fiereza, los escombros comenzaron a caer y tuve que retroceder. Grité al ver como Dick desaparecía tras los escombros, me quedé petrificada por un instante, pero el conducto no aguantaría mucho más, respiré hondo y repté rápidamente hacia la salida, al salir me di de bruces contra el suelo. Me quedé ahí tirada tosiendo por culpa del polvo y restos de los escombros que flotaban en el ambiente. — Dios mío... —sollocé. Las pulsaciones por las nubes y la respiración agitada. Se había quedado atrás, se había quedado atrás... Y no podía pensar en otra cosa, ni siquiera en que no estaba sola. Dick probablemente estaría muerto y no había podido hacer nada por él.
He puesto que el conducto cede como indicaron los narradores cuando pasara la quinta persona. Espero que no haya problema alguno.
El miembro 'Barbara G. Dawson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
♠ Grupo A:
Los personajes pueden seguir roleando en la zona. Un ruido resuena por los laberínticos pasillos. Un chirrido metálico y golpes.♠ Grupo B:
Deberéis rolear en el lugar, todo es un caos, no paran de caer escombros, el aparcamiento se derrumba. Al quedaros más tiempo, en vuestra lanzada de dados sufrirán heridas aquellos que saquen el número: 7, 8, 9 y 10. Encontrareis una salida, es una tapa de alcantarilla en el suelo que da a un túnel más abajo, este está lleno de agua. No podréis tocar fondo, hay una profundidad de dos metros y medio. Una vez que entréis deberéis manteneros a flote. Deberéis nadar un par de metros hasta a un bordillo al que podréis subiros, este bordillo a partir de ahí recorre todo el alcantarillado. Recordad que quienes tengáis una vida podéis evitar esa herida si se sufre.- - - -
♠ Grupo A:
James, Alejandra, Caitlyn, Rebecca y Barbara.♠ Grupo B:
Kamekona, Sienna, Thea, Hal y Richard.—¡Uhhh...! —alzo una mano a la vez que frunzo los labios y con la otra conduzco—. ¿Pero qué te ha pasado rubio?, desde que te tiras a mi amiga estás muy suelto de la lengua... —sonrío con diversión—. Thea, ¿lo puedes confirmar? —la miro a través del espejo retrovisor enarcando las cejas. Las coñas duraron poco. Apenas media hora más tarde la morena tiraba de mi para seguir a los dos chicos al interior de aquella especie de cráter.
—¿Pero qué...? —aún así sigo a mi compañera.— No sé yo vosotros, pero cuando pueden aparecer BOW, criaturas descomunales dispuestas a aplastarnos o devorarnos... —empiezo a quejarme mientras que sigo a Thea y alzo las manos— ...lo último que hago es adentrarme en un agujero que lo ha podido provocar el culo de alguna rata gigante... —sentencio a la vez que alzo las manos en un movimiento rápido y seco. Como si fuera capaz de hablar mediante gestos—. Porque dudo que vayamos a estar muy tranquilos ahí abajo o nos vaya a saludar la nación de China... —aún así me ayudo de Thea para bajar y la ayudo a ella misma. El suelo no solo resbala por la culpa de la maldita lluvia, si no que las rocas son unas hijas de puta y hay que tener cuidado de no pisar alguna que vaya acabar arrastrándote hasta el fondo y no precisamente de forma elegante...
—Joder, si que hace frío, si... —al llegar abajo me quito la chaqueta y la sacudo. No sirvió de gran cosa, ya que la lluvia había calado bien hondo en mis huesos y el resto de la ropa estaba chorreando por igual. Me vi obligada al reaccionar cuando nos dimos cuenta de que allí se refugiaban otras personas y no precisamente China.
—Woohh... —me llevo rápidamente una mano a la funda de mi reglamentaria, aunque ni la saco ni nada, simplemente la acerco por si acaso. Si los zombies tienden a ser gilipollas ya los supervivientes ni te cuento...
—Estamos de paso y no... —doy un respingo cuando algo cae no muy lejos de Kamekona y de mi misma. Es un cadáver. Muerto por la caída, el crugido que hace el cráneo es asqueroso— ¿Estás bien grandullón? —miro a Kamekona y luego a los demás—. No buscamos problemas —sentencio y seguidamente parece que llegue el juicio final, eso o es la rata gigante que viene a reclamar el hueco de su culo en el sofá.
—¡Corred! —muy bien genio, ¿correr a donde?, el socavón desaparece, la entrada de una puerta es tragada por los escombros, las paredes se agrietan, todo el aparcamiento se va a la mierda y a mi me jode tener razón más que nunca, este no era un buen lugar—. ¡Chicos! —los llamo porque con el polvo y los escombros no veo prácticamente nada. Corríamos al igual que esas hormigas presas del pánico cuando llegaba algún mamonazo que se ponía a destruir el hormiguero... Pues me sentía igual.
—¡Al fondo! —grito cuando distingo que un par huyen por un hueco en la pared—. ¡Al fondo maldita sea, hay un hueco, una salida, rápido, TODOS! —grito una y otra vez. Me veía obligada a parar en mi carrera porque de golpe caían más rocas de demás. Sentía algunas más pequeñas rozar mis brazos, piernas... Al llegar a la altura de un chico y la pelirroja que entraba por el agujero en la pared yo respiré hondo. Ella estiró su mano en la dirección del muchacho, todo ocurrió jodidamente rápido, me fijé en la viga que teníamos encima, esta cedió—. ¡Aparta de ahí! —le grito al chico y ni le dejo actuar, yo misma tiro de él y ambos caemos hacia atrás. El conducto por el que se había colado la chica pelirroja y el lugar donde estábamos hacía apenas unos segundos desaparecieron bajo los escombros. El resto del aparcamiento se venía abajo.
—¡Arriba! —le insto al muchacho a la vez que miro en todas las direcciones posibles—. ¡Thea, Hal, Kamekona!, ¿dónde estáis? —no dejo de mirar al techo y de buscarles con la mirada. Al parecer no había nadie más por allí, todos se habían ido por aquel conducto, que a saber si daba a algún sitio o no y ahora estaban muertos. No estaba segura, aquel lugar era un infierno total.
—¿Qué es eso...? —me pregunté al ver lo que parecía una tapa de alcantarilla—. ¡Por ahí, vamos chico! —me dejo caer en el suelo y con ayuda del destornillador hago palanca y la abro—. Una alcantarilla... —sonrío ligeramente, tal vez sea nuestra tumba, sin embargo suena a oportunidad...
—¡Aquí, vamos! —llamo a los demás y les señalo la alcantarilla para que pasen al interior. Para ahorrar tiempo, mientras llegaban y no, obligué a que el chico bajara y luego me dejé caer yo a lo bestia, sin usar siquiera la escalerilla, pensando que la caída sería corta, pero no, se me hizo eterna. Y cuando pensaba que me iba a dar la hostia del siglo, el frío más intenso se apoderó de mi y me cortó hasta la respiración. Me obligué a no respirar y mucho menos abrir la boca, pues el agua de aquel seguramente sería mierda pura... Preferí no pensar en ello y simplemente me impulsé hacia arriba y nadé hasta la superficie, al asomar la cabeza respiré hondo, aunque no lograba ver nada me mantuve a flote sin perder la calma—. ¡¡Chico!!, ¿estás bien? —pregunto mientras que me obligo a flotar y me mantengo atenta por si escucho los chapuzones que me señalan la llegada de Kamekona, Hal y Thea o la respuesta del muchacho y la espera se me hace eterna.
—¿Pero qué...? —aún así sigo a mi compañera.— No sé yo vosotros, pero cuando pueden aparecer BOW, criaturas descomunales dispuestas a aplastarnos o devorarnos... —empiezo a quejarme mientras que sigo a Thea y alzo las manos— ...lo último que hago es adentrarme en un agujero que lo ha podido provocar el culo de alguna rata gigante... —sentencio a la vez que alzo las manos en un movimiento rápido y seco. Como si fuera capaz de hablar mediante gestos—. Porque dudo que vayamos a estar muy tranquilos ahí abajo o nos vaya a saludar la nación de China... —aún así me ayudo de Thea para bajar y la ayudo a ella misma. El suelo no solo resbala por la culpa de la maldita lluvia, si no que las rocas son unas hijas de puta y hay que tener cuidado de no pisar alguna que vaya acabar arrastrándote hasta el fondo y no precisamente de forma elegante...
—Joder, si que hace frío, si... —al llegar abajo me quito la chaqueta y la sacudo. No sirvió de gran cosa, ya que la lluvia había calado bien hondo en mis huesos y el resto de la ropa estaba chorreando por igual. Me vi obligada al reaccionar cuando nos dimos cuenta de que allí se refugiaban otras personas y no precisamente China.
—Woohh... —me llevo rápidamente una mano a la funda de mi reglamentaria, aunque ni la saco ni nada, simplemente la acerco por si acaso. Si los zombies tienden a ser gilipollas ya los supervivientes ni te cuento...
—Estamos de paso y no... —doy un respingo cuando algo cae no muy lejos de Kamekona y de mi misma. Es un cadáver. Muerto por la caída, el crugido que hace el cráneo es asqueroso— ¿Estás bien grandullón? —miro a Kamekona y luego a los demás—. No buscamos problemas —sentencio y seguidamente parece que llegue el juicio final, eso o es la rata gigante que viene a reclamar el hueco de su culo en el sofá.
—¡Corred! —muy bien genio, ¿correr a donde?, el socavón desaparece, la entrada de una puerta es tragada por los escombros, las paredes se agrietan, todo el aparcamiento se va a la mierda y a mi me jode tener razón más que nunca, este no era un buen lugar—. ¡Chicos! —los llamo porque con el polvo y los escombros no veo prácticamente nada. Corríamos al igual que esas hormigas presas del pánico cuando llegaba algún mamonazo que se ponía a destruir el hormiguero... Pues me sentía igual.
—¡Al fondo! —grito cuando distingo que un par huyen por un hueco en la pared—. ¡Al fondo maldita sea, hay un hueco, una salida, rápido, TODOS! —grito una y otra vez. Me veía obligada a parar en mi carrera porque de golpe caían más rocas de demás. Sentía algunas más pequeñas rozar mis brazos, piernas... Al llegar a la altura de un chico y la pelirroja que entraba por el agujero en la pared yo respiré hondo. Ella estiró su mano en la dirección del muchacho, todo ocurrió jodidamente rápido, me fijé en la viga que teníamos encima, esta cedió—. ¡Aparta de ahí! —le grito al chico y ni le dejo actuar, yo misma tiro de él y ambos caemos hacia atrás. El conducto por el que se había colado la chica pelirroja y el lugar donde estábamos hacía apenas unos segundos desaparecieron bajo los escombros. El resto del aparcamiento se venía abajo.
—¡Arriba! —le insto al muchacho a la vez que miro en todas las direcciones posibles—. ¡Thea, Hal, Kamekona!, ¿dónde estáis? —no dejo de mirar al techo y de buscarles con la mirada. Al parecer no había nadie más por allí, todos se habían ido por aquel conducto, que a saber si daba a algún sitio o no y ahora estaban muertos. No estaba segura, aquel lugar era un infierno total.
—¿Qué es eso...? —me pregunté al ver lo que parecía una tapa de alcantarilla—. ¡Por ahí, vamos chico! —me dejo caer en el suelo y con ayuda del destornillador hago palanca y la abro—. Una alcantarilla... —sonrío ligeramente, tal vez sea nuestra tumba, sin embargo suena a oportunidad...
—¡Aquí, vamos! —llamo a los demás y les señalo la alcantarilla para que pasen al interior. Para ahorrar tiempo, mientras llegaban y no, obligué a que el chico bajara y luego me dejé caer yo a lo bestia, sin usar siquiera la escalerilla, pensando que la caída sería corta, pero no, se me hizo eterna. Y cuando pensaba que me iba a dar la hostia del siglo, el frío más intenso se apoderó de mi y me cortó hasta la respiración. Me obligué a no respirar y mucho menos abrir la boca, pues el agua de aquel seguramente sería mierda pura... Preferí no pensar en ello y simplemente me impulsé hacia arriba y nadé hasta la superficie, al asomar la cabeza respiré hondo, aunque no lograba ver nada me mantuve a flote sin perder la calma—. ¡¡Chico!!, ¿estás bien? —pregunto mientras que me obligo a flotar y me mantengo atenta por si escucho los chapuzones que me señalan la llegada de Kamekona, Hal y Thea o la respuesta del muchacho y la espera se me hace eterna.
Tal vez no debí poner que Richard bajaba antes, pero es que no parecía lógico hacerlo de otra forma, ya me parece bastante ilógico poner que no espero a Thea, Hal y Kamekona. Mi Sienna es así con sus compañeros o con la gente en general, hasta que no estén los demás a salvo ella no se cubre. Por lo que espero que no sea molestia decir que él va antes, luego lo he justificado con los demás diciendo que quería evitar aglomeraciones en la entrada de la alcantarilla (?) xDDD Perrrdón, no me odieis u.u
A beautiful liar, love for him is pain. The temples are now burning, our faith caught up in flames. I need a new direction, cause I have lost my way. All we need is faith.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Sigo en el lugar al que me llevó el tubo,apesta peor que un basurero municipal pero bueno que más puedo esperar al fin y al cabo son alcantarillas así que es muy lógico que sea de esta manera.Supongo que hay cosas a las que nunca me acostumbraré como por ejemplo que todavía puedo caerme de los árboles por culpa de mis pesadillas en las que veo a mi novio convertido en una de esas cosas y persiguiendome.Sacudo mi cabeza y me pongo a mirar en otra dirección.
Veo al hombre y esta vez tengo más cuidado para no tropezar con nada y le digo -Gracias por lo de antes- yo no habría pensado en entrar al aparcamiento.
Por donde mismo salió el hombre y yo veo salir a otras tres chicas,eso es una buena cosa pero al parecer aún quedaron personas en el aparcamiento.No puedo evitar pensar en que quizás si hubiesemos avisado ellos también estarían aquí pero de todas maneras ya no importa porque una vez que algo está hecho no vale de nada arrepentimientos.
La voz de la mujer que nos dice su nombre me saca de mis pensamientos,realmente no creo que haga mucha diferencia el decir mi nombre a completos desconocidos pues en estos momentos da lo mismo -Soy Alejandra,diría que es un gusto que estemos de visita por aquí pero todos sabemos que esto apesta de lo peor- .En ese momento escucho un ruido bastante fuerte seguido de golpes -¿Han oido eso?-
Veo al hombre y esta vez tengo más cuidado para no tropezar con nada y le digo -Gracias por lo de antes- yo no habría pensado en entrar al aparcamiento.
Por donde mismo salió el hombre y yo veo salir a otras tres chicas,eso es una buena cosa pero al parecer aún quedaron personas en el aparcamiento.No puedo evitar pensar en que quizás si hubiesemos avisado ellos también estarían aquí pero de todas maneras ya no importa porque una vez que algo está hecho no vale de nada arrepentimientos.
La voz de la mujer que nos dice su nombre me saca de mis pensamientos,realmente no creo que haga mucha diferencia el decir mi nombre a completos desconocidos pues en estos momentos da lo mismo -Soy Alejandra,diría que es un gusto que estemos de visita por aquí pero todos sabemos que esto apesta de lo peor- .En ese momento escucho un ruido bastante fuerte seguido de golpes -¿Han oido eso?-
- A lo mejor dan una fiesta y no nos hemos enterado - Susurro mirándola de reojo y encogiéndome de hombros sin quitar el ojo de encima de aquel grupo que crecía por segundos. Hacía mucho que Barbara y yo no coincidíamos con más gente y por eso mismo ahora me daba pavor conocer a nadie más, ¿serían buenos? Porque de los malos ya nos hemos encontrado también, y por mis narices que nadie se iba a acercar a la pelirroja. Realmente tanto Babs como yo no estabamos muy interesados en unirnos a la charla, pero nos vimos obligados a salir de nuestro escondite cuando la situación se desmadró, las escaleras quedaron sepultadas y el techo comenzaba a desprenderse. El grupo que se había formado se separó, buscando rápidamente alguna solución.
Unos encontraron la tan necesitada solución, un conducto de ventilación que a saber a dónde daría, pero de no ser porque Barbara me avisó ni lo habríamos visto. Dejé que tirara de mi en dirección al conducto y una vez allí la ayudé a que subiera y se colara ella primero. Justo cuando iba a llegar mi turno la situación empeoró hasta el punto de temer por la vida de la pelirroja, aun así una chica rubia me sacó del apuro tirando de mi justo cuando un buen cacho de techo iba a estrellarse directo contra mi cabeza. - ¡Barbara! - Grité con un nudo en la garganta intentando librarme del agarre de la rubia mientras ambos caíamos al suelo, después la miré con rabia en los ojos, pero ella no tenía la culpa, es más, me ofreció la mano para levantarme y entonces la seguí, parecía de fiar. Encontró otra salida, aunque mucho más desagradable y me "invitó" a bajar primero con un buen empujón. Cerré los ojos y aguanté la respiración, aquellas agua parecían de todo menos limpias, y una vez subí a la superficie nadé como pude hasta alcanzar un bordillo y subir, echando yo esta vez una mano en dirección a la rubia. - Sí, de puta madre... - Murmuré, ella parecía esperar al resto de la gente, pero esperar en el agua no era ni de lejos la mejor idea.
Unos encontraron la tan necesitada solución, un conducto de ventilación que a saber a dónde daría, pero de no ser porque Barbara me avisó ni lo habríamos visto. Dejé que tirara de mi en dirección al conducto y una vez allí la ayudé a que subiera y se colara ella primero. Justo cuando iba a llegar mi turno la situación empeoró hasta el punto de temer por la vida de la pelirroja, aun así una chica rubia me sacó del apuro tirando de mi justo cuando un buen cacho de techo iba a estrellarse directo contra mi cabeza. - ¡Barbara! - Grité con un nudo en la garganta intentando librarme del agarre de la rubia mientras ambos caíamos al suelo, después la miré con rabia en los ojos, pero ella no tenía la culpa, es más, me ofreció la mano para levantarme y entonces la seguí, parecía de fiar. Encontró otra salida, aunque mucho más desagradable y me "invitó" a bajar primero con un buen empujón. Cerré los ojos y aguanté la respiración, aquellas agua parecían de todo menos limpias, y una vez subí a la superficie nadé como pude hasta alcanzar un bordillo y subir, echando yo esta vez una mano en dirección a la rubia. - Sí, de puta madre... - Murmuré, ella parecía esperar al resto de la gente, pero esperar en el agua no era ni de lejos la mejor idea.
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Me reí con los comentarios de Sienna. Se la veía una mujer con un gran sentido del humor y me agradaba. Incluso cuando íbamos por la calle y el fríos nos golpeaba ella trataba de seguir con sus bromas. Antes de bajar por el agujero la miré soltando una carcajada. -Si nos encontramos una rata gigante a más tocamos para la cena-alcé ambas cejas al soltar aquella broma. Broma que no veía tan clara, tenía hambre y una rata asada podría ir perfecta con una de las latas de melocotón en almíbar que llevaba en la mochila. Cuando el estómago avisa y apenas hay comida no debemos ponernos tiquismiquis.
La situación se volvió de lo más tensa una vez que estábamos allá abajo, pues no eramos los únicos. Me volví en la dirección de mis compañeros que trataron de entablar conversación. Aquel sería seguramente un grupo de personas, ¿que se les pasaría ahoramismo por la cabeza?-Si supone un problema que estemos aquí... El aparcamiento es grande y si no... Para que veais que somos gente pacifica podemos irnos en otras dire...-di un salto hacia un lado cuando cayó el zombie no muy lejos de mi y la rubia. Asentí cuando me preguntó si estaba bien.
Fuera el Dios del tiempo parecía más furioso que nunca. Miré a Hal y luego a las chicas con cierta preocupación. Ahora ya no me parecía tan buena idea salir ahí afuera. Grité cuando comenzaron a caer los primeros escombros y de la misma forma empecé a moverme como mejor me lo permitía mi cuerpo, tratando de evitar las rocas más grandes, en todo momento me cubría la cabeza con las manos y pensaba que aquel iba a ser el día en el que Kamekona moría. Escuchaba los gritos de todos y con la respiración ya ahogada por culpa de tanto correr en circulos me quedé en un punto fijo. ¿Para que seguir si no había ninguna salida?, cerré los ojos y fue la voz de Dallas la que me hizo volver a abrirlos. Al mirar en su dirección vi como ayudaba a un muchacho a entrar en una alcantarilla en el suelo. Por lo que corrí en su dirección mientras miraba en todas direcciones buscando a Hal y Thea. -¡Hal, Thea, Sienna ha encontrado una salida, venir aquí!-les pedía hasta que llegué a la boca de esta. Dallas acababa de saltar.-¡Apartaros que voy!-grité avisando a los de abajo. Sabía que no pesaba lo que una pluma precisamente...
Una roca cayó golpeando mi mano izquierda. Me quejé por el dolor que sentí y traté de no pensar e ello saltando por el agujero. Pensaba que iba a sentir más dolor, pero en vez de ello el agua se tragó mi cuerpo y yo no era capaz de ver nada. Traté de nadar hacia arriba y al hacerlo la mano izquierda me dolía bastante. Al lograr llegar a la superficie respiré entrecortado.-¡Me he hecho daño, no puedo nadar bien!-me quejaba mientras que me esforzaba por mantenerme a flote, pero la muñeca y prácticamente la mano entera me impedían hacerlo bien y eso conllevaba a la desesperación porque me hundía de vez en vez y no podía respirar de forma correcta, ya fuera por el agua o el ejercicio físico.
La situación se volvió de lo más tensa una vez que estábamos allá abajo, pues no eramos los únicos. Me volví en la dirección de mis compañeros que trataron de entablar conversación. Aquel sería seguramente un grupo de personas, ¿que se les pasaría ahoramismo por la cabeza?-Si supone un problema que estemos aquí... El aparcamiento es grande y si no... Para que veais que somos gente pacifica podemos irnos en otras dire...-di un salto hacia un lado cuando cayó el zombie no muy lejos de mi y la rubia. Asentí cuando me preguntó si estaba bien.
Fuera el Dios del tiempo parecía más furioso que nunca. Miré a Hal y luego a las chicas con cierta preocupación. Ahora ya no me parecía tan buena idea salir ahí afuera. Grité cuando comenzaron a caer los primeros escombros y de la misma forma empecé a moverme como mejor me lo permitía mi cuerpo, tratando de evitar las rocas más grandes, en todo momento me cubría la cabeza con las manos y pensaba que aquel iba a ser el día en el que Kamekona moría. Escuchaba los gritos de todos y con la respiración ya ahogada por culpa de tanto correr en circulos me quedé en un punto fijo. ¿Para que seguir si no había ninguna salida?, cerré los ojos y fue la voz de Dallas la que me hizo volver a abrirlos. Al mirar en su dirección vi como ayudaba a un muchacho a entrar en una alcantarilla en el suelo. Por lo que corrí en su dirección mientras miraba en todas direcciones buscando a Hal y Thea. -¡Hal, Thea, Sienna ha encontrado una salida, venir aquí!-les pedía hasta que llegué a la boca de esta. Dallas acababa de saltar.-¡Apartaros que voy!-grité avisando a los de abajo. Sabía que no pesaba lo que una pluma precisamente...
Una roca cayó golpeando mi mano izquierda. Me quejé por el dolor que sentí y traté de no pensar e ello saltando por el agujero. Pensaba que iba a sentir más dolor, pero en vez de ello el agua se tragó mi cuerpo y yo no era capaz de ver nada. Traté de nadar hacia arriba y al hacerlo la mano izquierda me dolía bastante. Al lograr llegar a la superficie respiré entrecortado.-¡Me he hecho daño, no puedo nadar bien!-me quejaba mientras que me esforzaba por mantenerme a flote, pero la muñeca y prácticamente la mano entera me impedían hacerlo bien y eso conllevaba a la desesperación porque me hundía de vez en vez y no podía respirar de forma correcta, ya fuera por el agua o el ejercicio físico.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Al bajar por aquel hueco finalmente resultó que no estábamos para nada solos, habían bastantes más personas de lo esperado, sí, personas, no caminantes. Una rubia, una morena, un tio alto... Los juzgué a todos con la mirada mientras agarraba con fuerza el mango del martillo, vigilando por el rabillo del ojo que Dallas fuese capaz de mantener la calma, de Thea no tenía que preocuparme. - Podemos estar todos tranquilos - Dije levantando una mano en dirección al resto de gente, no quería mostrarnos hostiles, y más si es que tenían algún arma, no por miedo, pero poner en peligro al grupo por algo innecesario era estúpido, y no cometeríamos ese error. Ya me había enfrentado a humanos en el apocalipsis, pero no tenía ganas de eso ahora mismo, solo teníamos que aguantar la lluvia para volver a irnos, de todas formas ellos también parecían bastante desconcertados entre ellos. ¿Todos desconocidos? Puede ser, raro, pero puede ser. Cuando aquel zombie cayó a los pies de Kamekona todos dimos un pequeño salto del susto, me acerqué por si había que rematarlo, pero no, una caída así de cabeza había sido suficiente para reventar su ya debilitado cráneo. - Esto no me gusta... - Dije chasqueando la lengua mirando a mi grupo y dando parcialmente la espalda al resto de la gente, yo sabía de quién tenía que cuidar y preocuparme.
Efectivamente tenía razón, en menos de un par de minutos todo se fue de madre, empezaron los temblores y también a caer pedazos del techo, el sitio se derrumbaba por algún motivo y nosotros estábamos encerrados como ratas, no había muchas vías de escape, pronto todo se cubrió de una nube de polvo y escombros que nos golpeaban por los hombros y arañaban por las zonas más descubiertas, hasta rasgando nuestras ropas. Miré en la dirección a la que Dallas señaló, pero los que habían huído no se habían preocupado ni por avisarnos, tan solo escuché poco antes alguna voz femenina, pero era un suicidio, cuando quise alcanzar la voz de Dallas los escombros se volvieron más grandes y todo más peligroso, por eso puse en orden mis preferencias, buscando alcanzar la mano de Thea, y no paré hasta hacerlo. Una vez me aseguré de que seguía más o menos intacta vi a Dallas, que parecía haber hecho los deberes, encontrando una nueva salida para la trampa en la que nos habíamos metido. Miré hacia las profundidades de la alcantarilla, ¿bonito? no, ¿agradable? Tampoco, pero si queríamos vivir... Dallas ya estaba abajo, así que me tomé la libertad de ayudar a Thea a dar el salto, y una vez ella cayó después la seguí yo, procurando darle un poco de tiempo para apartarse del lugar donde caería. Me sentí rodeado de un agua extraña, a veces hasta con texturas y por dios que hice un esfuerzo por evitar abrir los ojos o algo más mientras seguía abajo. Nadé hasta la superficie y una vez ahí miré a Dallas. - ¡Estás que das asco! - Dije riéndome para romper algo la tensión, no quería ni imaginarme como estaría yo. - ¡Vamos! - Nadé hasta donde estaba Kamekona, que se quejaba de algún tipo de golpe. El tío pesaba con una tonelada aproximadamente, y sabe dios que me costó varios años de vida el simple hecho de meter un brazo por debajo de su axila para nadar arrastrándonos hasta el bordillo más cercano. - ¡Que no puedo solo! - Grité quejándome mientras me agarraba con la mano libre al bordillo.
Efectivamente tenía razón, en menos de un par de minutos todo se fue de madre, empezaron los temblores y también a caer pedazos del techo, el sitio se derrumbaba por algún motivo y nosotros estábamos encerrados como ratas, no había muchas vías de escape, pronto todo se cubrió de una nube de polvo y escombros que nos golpeaban por los hombros y arañaban por las zonas más descubiertas, hasta rasgando nuestras ropas. Miré en la dirección a la que Dallas señaló, pero los que habían huído no se habían preocupado ni por avisarnos, tan solo escuché poco antes alguna voz femenina, pero era un suicidio, cuando quise alcanzar la voz de Dallas los escombros se volvieron más grandes y todo más peligroso, por eso puse en orden mis preferencias, buscando alcanzar la mano de Thea, y no paré hasta hacerlo. Una vez me aseguré de que seguía más o menos intacta vi a Dallas, que parecía haber hecho los deberes, encontrando una nueva salida para la trampa en la que nos habíamos metido. Miré hacia las profundidades de la alcantarilla, ¿bonito? no, ¿agradable? Tampoco, pero si queríamos vivir... Dallas ya estaba abajo, así que me tomé la libertad de ayudar a Thea a dar el salto, y una vez ella cayó después la seguí yo, procurando darle un poco de tiempo para apartarse del lugar donde caería. Me sentí rodeado de un agua extraña, a veces hasta con texturas y por dios que hice un esfuerzo por evitar abrir los ojos o algo más mientras seguía abajo. Nadé hasta la superficie y una vez ahí miré a Dallas. - ¡Estás que das asco! - Dije riéndome para romper algo la tensión, no quería ni imaginarme como estaría yo. - ¡Vamos! - Nadé hasta donde estaba Kamekona, que se quejaba de algún tipo de golpe. El tío pesaba con una tonelada aproximadamente, y sabe dios que me costó varios años de vida el simple hecho de meter un brazo por debajo de su axila para nadar arrastrándonos hasta el bordillo más cercano. - ¡Que no puedo solo! - Grité quejándome mientras me agarraba con la mano libre al bordillo.
El miembro 'Hal Ferris' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Ojalá no hubiéramos acabado en aquel lugar. Ojalá hubiéramos hecho caso a la histérica de Dallas. Tal vez si que se acercaba esa rata gigante y era la culpable de todo aquel caos. Caos que me recordaba a lo que vivimos todos en el motel de Overton. Hal seguramente se acordaría, pues de los cuatro eramos él y yo quienes lo vivimos, Kamekona y Dallas aún no habían llegado. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, pues aquel fue el día en el que Lena y Mara se marcharon. Esperaba que estuvieran bien.
- Hoy no es nuestro día... - Tensé la mandíbula mientras corría evitando los escombros que caían cada vez con más y más. - Ojalá hubiéramos hecho caso a Dallas... - Me aparté rápidamente hacia un lado cayendo contra el suelo. Donde estaba hacía apenas un segundo cayó una roca más grande incluso que yo misma. En el suelo recobrando el aliento busqué con la mirada a todo los demás, incluso a aquellos a los que no conocía. Mi instinto de siempre, siempre hacía que me preocupase por todo el mundo. Trataba de levantarme como podía, pues con los escombros, temblores y el polvo me estaba costando toda una barbaridad ponerme en pie.
En ese momento distinguí a Dallas junto a un muchacho, ambos se acercaban a un agujero en la pared, al parecer todos estaban saliendo por ahí. - ¡Dallas! - Grité con todas mis fuerzas al ver como se derrumbaba la viga que tenían encima.
- Dios santo... - Susurré porque no lograba ver si habían conseguido apartarse. Por fin me estaba poniendo en pie cuando una roca no muy grande cayó desde el techo sobre mi pie izquierdo y sin poder evitarlo volví a caer contra el suelo con un grito de dolor. Ahora que por fin me había puesto en pie. Me arrastré por el suelo hasta pegarme a una columna, ahí estaría segura. Con la mirada buscaba a Hal y Kamekona, además de a Sienna y ese chico. Respiré por fin al ver que se habían levantado ambos.
Me mordí el labio a causa del dolor en mi tobillo. Me había hecho una buena herida, superficial, pero una herida al fin y al cabo. Temía que me lo hubiera partido, pero no, más bien parecía un esguince y so me recordó que últimamente en el grupo habíamos estado servidos de este tipo de heridas. Y ahora yo, en el mejor momento además. Me puse en pie con cuidado justo cuando veía llegar a Hal detrás de Kamekona. Agarré la mano de aquel y los tres corrimos en la dirección de Dallas. Al parecer había encontrado una salida.
Iba dando saltos con el pie bueno, pues cuando apoyé el herido por poco acabé por los suelos retorciéndome de dolor. Kamekona saltó por la tapa de la alcantarilla y yo le seguí con la ayuda de Hal.
Escuché una especie de chapuzón y la voz de Dallas que nos llamaba. Yo esperaba darme otro buen guantazo, sin embargo el agua me engulló y dejé de escuchar ruido alguno. Instintivamente nadé hacia un lado porque Hal bajaría ahora. Me impulsé con la ayuda de los brazos y las piernas, teniendo cuidado con el tobillo. Al salir a la superficie respiré hondo. No lograba ver nada en aquel lugar y la poca luz que entraba desde la tapa de la alcantarilla de golpe fue aniquilada. Los escombros la habrían tapado seguramente. - ¡Joder, no veo nada! - Iba a ciegas. La mochila tiraba de mi hacia las profundidades. Aún así luché por sacar de mi bolsillo la linterna, aunque eso supusiera hundirme en aquellas aguas asquerosas. Preferí no pensar en ese detalle y me hice con la linterna volviendo a nadar a la superficie para respirar. A la vez me movía nadando en la dirección de Kamekona, guiada por su voz, el tipo parecía tener problemas y sonaba desesperado.
La linterna no encendió, lo suponía porque se había mojado, así que la sacudí un poco y una débil luz parpadeó. Esta luz creció poco más y logré ver a los demás. Dallas no estaba muy lejos de mi posición, Hal ayudaba a Kamekona y un chico se subía a un bordillo. Como pude nadé en la dirección de los dos chicos y ayudé a Hal y Kamekona. Cuando el grandullón logró sujetar el bordillo yo me fui hacia un lado y subí también, dejando la linterna en el suelo y respirando con fuerza.
- Tú tampoco es que tengas muy buen aspecto... - Le dije a Hal mientras dejaba caer la mochila a un lado y le brindaba mi mano a Dallas para que subiera. - ¿Estáis todos bien? - Pregunté mirando en la dirección del techo, aún podía escuchar los ruidos de arriba y temía que este techo fuera a ceder también.
- Hoy no es nuestro día... - Tensé la mandíbula mientras corría evitando los escombros que caían cada vez con más y más. - Ojalá hubiéramos hecho caso a Dallas... - Me aparté rápidamente hacia un lado cayendo contra el suelo. Donde estaba hacía apenas un segundo cayó una roca más grande incluso que yo misma. En el suelo recobrando el aliento busqué con la mirada a todo los demás, incluso a aquellos a los que no conocía. Mi instinto de siempre, siempre hacía que me preocupase por todo el mundo. Trataba de levantarme como podía, pues con los escombros, temblores y el polvo me estaba costando toda una barbaridad ponerme en pie.
En ese momento distinguí a Dallas junto a un muchacho, ambos se acercaban a un agujero en la pared, al parecer todos estaban saliendo por ahí. - ¡Dallas! - Grité con todas mis fuerzas al ver como se derrumbaba la viga que tenían encima.
- Dios santo... - Susurré porque no lograba ver si habían conseguido apartarse. Por fin me estaba poniendo en pie cuando una roca no muy grande cayó desde el techo sobre mi pie izquierdo y sin poder evitarlo volví a caer contra el suelo con un grito de dolor. Ahora que por fin me había puesto en pie. Me arrastré por el suelo hasta pegarme a una columna, ahí estaría segura. Con la mirada buscaba a Hal y Kamekona, además de a Sienna y ese chico. Respiré por fin al ver que se habían levantado ambos.
Me mordí el labio a causa del dolor en mi tobillo. Me había hecho una buena herida, superficial, pero una herida al fin y al cabo. Temía que me lo hubiera partido, pero no, más bien parecía un esguince y so me recordó que últimamente en el grupo habíamos estado servidos de este tipo de heridas. Y ahora yo, en el mejor momento además. Me puse en pie con cuidado justo cuando veía llegar a Hal detrás de Kamekona. Agarré la mano de aquel y los tres corrimos en la dirección de Dallas. Al parecer había encontrado una salida.
Iba dando saltos con el pie bueno, pues cuando apoyé el herido por poco acabé por los suelos retorciéndome de dolor. Kamekona saltó por la tapa de la alcantarilla y yo le seguí con la ayuda de Hal.
Escuché una especie de chapuzón y la voz de Dallas que nos llamaba. Yo esperaba darme otro buen guantazo, sin embargo el agua me engulló y dejé de escuchar ruido alguno. Instintivamente nadé hacia un lado porque Hal bajaría ahora. Me impulsé con la ayuda de los brazos y las piernas, teniendo cuidado con el tobillo. Al salir a la superficie respiré hondo. No lograba ver nada en aquel lugar y la poca luz que entraba desde la tapa de la alcantarilla de golpe fue aniquilada. Los escombros la habrían tapado seguramente. - ¡Joder, no veo nada! - Iba a ciegas. La mochila tiraba de mi hacia las profundidades. Aún así luché por sacar de mi bolsillo la linterna, aunque eso supusiera hundirme en aquellas aguas asquerosas. Preferí no pensar en ese detalle y me hice con la linterna volviendo a nadar a la superficie para respirar. A la vez me movía nadando en la dirección de Kamekona, guiada por su voz, el tipo parecía tener problemas y sonaba desesperado.
La linterna no encendió, lo suponía porque se había mojado, así que la sacudí un poco y una débil luz parpadeó. Esta luz creció poco más y logré ver a los demás. Dallas no estaba muy lejos de mi posición, Hal ayudaba a Kamekona y un chico se subía a un bordillo. Como pude nadé en la dirección de los dos chicos y ayudé a Hal y Kamekona. Cuando el grandullón logró sujetar el bordillo yo me fui hacia un lado y subí también, dejando la linterna en el suelo y respirando con fuerza.
- Tú tampoco es que tengas muy buen aspecto... - Le dije a Hal mientras dejaba caer la mochila a un lado y le brindaba mi mano a Dallas para que subiera. - ¿Estáis todos bien? - Pregunté mirando en la dirección del techo, aún podía escuchar los ruidos de arriba y temía que este techo fuera a ceder también.
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El miembro 'Thea Grayson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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