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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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₪ I Batalla de Supervivencia {Participantes}
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Recuerdo del primer mensaje :
▧ Tras las normas se inicia una puesta en rol obligatoria a seguir.
▧ En la Batalla de Supervivencia solo puede ganar un personaje, que será el último que quede sin ser eliminado.
▧ Los personajes serán eliminados a razón de: Inactividad o mal estar del personaje. Se hará de forma lógica.
▧ Los participantes que no respondan en 48 horas serán eliminados.
▧ Los personajes solo podrán cargar con las armas que pidieron y otros objetos que el staff vaya indicando.
▧ El objeto "vida" es a nivel o off rol, a nivel on rol una simple moneda que encontrareis en diversos zonas. Quienes posean una vida, on rol pueden mencionar que encontraron una moneda.
▧ Quienes tengan el suero aún no lo tienen on rol.
▧ Los participantes deben narrar en su primer rol como llegan a ese párking que se cita en el rol siguiente, podéis indicar libremente como y por qué.
▧ No hay mínimo de lineas, tampoco máximo, pero rogamos que los roles sea claros y precisos para que el tema avance con la más rapidez posible, por tanto que no sean muy largos.
▧ No hay turnos de posteo, pero deben haber cuatro mensajes al menos entre tu último mensaje y el nuevo.
▧ Situación:
La noche parece avanzar con fuerza y rapidez pese a ser media tarde. Un manto de de nubes grises y oscuras se ciernen en el cielo avisando de la tormenta que se aproxima. Cuando comienzan a caer las primeras gotas un relámpago surca el cielo y el ruido es casi hasta aterrador. Cientos de pares de ojos en esa ciudad alzan la mirada hacia esa luz que brilla momentáneamente. Ninguna de estas personas están vivas hoy en día y aún así se van moviendo por las calles arrastrando los pies, el ruido los altera.
No muy lejos del lugar que fue el centro de aquella ciudad, existe cierta paz. Los merodeadores no han llegado aún hasta ahí. El lugar está desolado y quedan restos de una batalla que en antaño tuvo lugar allí. Una enorme abertura en mitad de una calle, se sumerge en el oscuro asfalto, es tan negra como la boca de un lobo, da lugar a un antiguo párking, el cual curiosamente es seguro.
Batalla de Supervivencia
08 de diciembre de 2014, Subterráneos.
Comienza la I Batalla de Supervivencia. Por ahora el inicio del rol será sencillo, pero irán surgiendo nuevos acontecimientos conforme vosotros vayáis respondiendo. Se establecen un par de normas a cumplir, puede que estas crezcan más adelante o incluso se modifiquen, por ahora son las siguientes:La noche parece avanzar con fuerza y rapidez pese a ser media tarde. Un manto de de nubes grises y oscuras se ciernen en el cielo avisando de la tormenta que se aproxima. Cuando comienzan a caer las primeras gotas un relámpago surca el cielo y el ruido es casi hasta aterrador. Cientos de pares de ojos en esa ciudad alzan la mirada hacia esa luz que brilla momentáneamente. Ninguna de estas personas están vivas hoy en día y aún así se van moviendo por las calles arrastrando los pies, el ruido los altera.
No muy lejos del lugar que fue el centro de aquella ciudad, existe cierta paz. Los merodeadores no han llegado aún hasta ahí. El lugar está desolado y quedan restos de una batalla que en antaño tuvo lugar allí. Una enorme abertura en mitad de una calle, se sumerge en el oscuro asfalto, es tan negra como la boca de un lobo, da lugar a un antiguo párking, el cual curiosamente es seguro.
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Situación de lo Personajes
Caitlyn J. Crowell:
Thea Grayson:
Barbara G. Dawson:
Kamekona:
Rebecca Ashanti:
Rebecca Ashanti:
Hal Ferris:
Sienna Adler:
Alejandra Warrens:
Richard G. Allen:
James Howlett:
Huelo un olor insoportable aunque, era de esperar, al fin y al cabo nos encontramos en unas alcantarillas, no es el sitio más agradable del mundo pero seguro que es mucho mejor que morir aplastados. Entonces recuerdo al grupo de cuatro personas que se ha quedado atrás. ¿Se habrán salvado de alguna manera? No creo, es imposible, ¿que otra salida aparte de esta había? Aún así, no se sabe, con todos los escombros que caían del techo no se podía ver nada, creo que la linterna de Rebecca me ha salvado la vida. Puede escuchar hasta a las más misera rata corriendo por las alcantarillas, todos guardábamos un silencio muy incómodo o tal vez sea porque yo estaba sumergida en mis pensamientos y no escuchaba nada de lo que decían, eso es un problema, tengo que dejar de hacerlo.
Aún escucho los gritos de los que quedan en el aparcamiento, puedo oír como gritan nombres desesperadamente, pero no les doy importancia. Escucho otro grito mucho más cerca, grita un nombre al que tampoco le doy importancia pero entonces un golpe me hace volver a la realidad. Una chica pelirroja acaba de caer y con ella, el conducto. La observo bien, no parece haberse hecho daño pero la noto mal, recuerdo que gritaba un nombre. ¿Se había quedado atrás su compañero? Entonces ya lo puede dar por perdido, no volverá. No soy capaz a decirle eso así que me limito a acercarme a ella con delicadeza. - Bienvenida - la digo y trato de mirarla a los ojos pero aún está ahí, en el suelo - Seguro que se las apañarán para salir - trato de consolarla aunque se que es lo bastante lista como para saber que diciéndola eso no servirá de nada para que vuelvan. En realidad no la había visto con nadie del grupo de cuatro pero quien sabe, igual Rebecca también pertenecía a ese grupo y era una estrategia para confundirme, no hay que confiar en nadie.
La otra chica se presenta, su nombre es Alejandra y no veo ningún tipo de expresividad en su cara, parece normal o eso me transmite. Sigo sin mirar al hombre, la primera vez que le miré a los ojos no me gustó nada la sensación, noté un escalofrío subir por la espalda y su mirada parecía la de un psicópata o al menos es lo que yo veía, el miedo ya hace conmigo lo que le da la gana. Un sonido metálico hace que vuelva de mis pensamientos y cuando noto que el sonido no para comienzo a ponerme nerviosa. - ¿Qué es ese ... - trato de hablar pero me tiemblan los labios y no termino la frase, bueno, supongo que ellos también lo han escuchado y sabrán a lo que me refiero, la verdad es que aquel sonido no augura nada, pero nada bueno.
Aún escucho los gritos de los que quedan en el aparcamiento, puedo oír como gritan nombres desesperadamente, pero no les doy importancia. Escucho otro grito mucho más cerca, grita un nombre al que tampoco le doy importancia pero entonces un golpe me hace volver a la realidad. Una chica pelirroja acaba de caer y con ella, el conducto. La observo bien, no parece haberse hecho daño pero la noto mal, recuerdo que gritaba un nombre. ¿Se había quedado atrás su compañero? Entonces ya lo puede dar por perdido, no volverá. No soy capaz a decirle eso así que me limito a acercarme a ella con delicadeza. - Bienvenida - la digo y trato de mirarla a los ojos pero aún está ahí, en el suelo - Seguro que se las apañarán para salir - trato de consolarla aunque se que es lo bastante lista como para saber que diciéndola eso no servirá de nada para que vuelvan. En realidad no la había visto con nadie del grupo de cuatro pero quien sabe, igual Rebecca también pertenecía a ese grupo y era una estrategia para confundirme, no hay que confiar en nadie.
La otra chica se presenta, su nombre es Alejandra y no veo ningún tipo de expresividad en su cara, parece normal o eso me transmite. Sigo sin mirar al hombre, la primera vez que le miré a los ojos no me gustó nada la sensación, noté un escalofrío subir por la espalda y su mirada parecía la de un psicópata o al menos es lo que yo veía, el miedo ya hace conmigo lo que le da la gana. Un sonido metálico hace que vuelva de mis pensamientos y cuando noto que el sonido no para comienzo a ponerme nerviosa. - ¿Qué es ese ... - trato de hablar pero me tiemblan los labios y no termino la frase, bueno, supongo que ellos también lo han escuchado y sabrán a lo que me refiero, la verdad es que aquel sonido no augura nada, pero nada bueno.
Me he salvado, eso es lo que importa. Por mí, podría derrumbarse el tubo ahora mismo y que el resto se queden allí, para siempre. Pero no tengo esa suerte. Veo a la primera aparecer por ahí. Parece ser con la que me choqué, es más, me agradece lo de antes. No era mi intención, lo aseguro. Nunca pretendí salvar a absolutamente nadie, fue un acto reflejo del viejo yo. Y esa es la realidad, aunque no la digo, quizás obtenga un quid pro quo por ello. Miro a mi alrededor y chasqueo la lengua. No veo ninguna salida por aquí cerca, tras un terremoto, puede haber réplicas, y un lugar bajo tierra no es lo mejor para ello...
Tras ella, viene otra. Esta parece algo más alterada, grita "¿y los demás personas?" y se pone a avisar a todos los que quedan allí fuera. Idiota. Debería atravesarla de lado a lado. O se está cavando su propia fosa, o pertenece al grupo. Y si ese es el caso, debería de hacer lo que mis instintos me piden. Sin embargo, me mantengo sereno y no hago ningún movimiento. Absolutamente ninguno.
Y llega otra, una rubia esta vez. Parece más delicada de lo normal, o quizás la tenue oscuridad me impide ver sus duros rasgos causados por todo este tiempo apocalíptico. Y, encima, se presenta. Idiota, idiotas, extremadamente idiotas todos... Caitlyn. Alejandra. ¿Realmente importa? Quizás por hacer sentir a los demás que se es de confianza...
La última aparece. Digo última porque aparentemente el tubo se colapsa. A penas sonrío, pero no puedo evitarlo. Avanzo unos pasos hacia atrás al escuchar un sonido proveniente de nuestras espaldas, de donde deberemos de ir si queremos encontrar una salida, ¿no? Interesante... ¿Qué puede ser? Todas se alertan y lo único que hago yo es sacar de mi mochila un objeto afilado. La garra de gato. Guardando la katana me la coloco con rapidez. Introduzco los dedos, paso la superficie de cuerpo por la palma y la de malla por encima, ajusto la correa a la muñeca y flexiono unas cuantas veces la mano. Perfecta. Vuelvo a coger la katana con la misma mano. La garra me permite soltura hasta cierto punto, por lo que el control de mi arma no variará.
—Suena a algo divertido. —susurro entre dientes, mirando a las cuatro chicas. —¿Qué tal si os preparáis? No creo que si son monstruos sin conciencia esperen a que os mentalicéis. —les aconsejé, dando un rápido vistazo a los ojos de todas ellas. ¿Serán un estorbo? Más les vale que no.
Tras ella, viene otra. Esta parece algo más alterada, grita "¿y los demás personas?" y se pone a avisar a todos los que quedan allí fuera. Idiota. Debería atravesarla de lado a lado. O se está cavando su propia fosa, o pertenece al grupo. Y si ese es el caso, debería de hacer lo que mis instintos me piden. Sin embargo, me mantengo sereno y no hago ningún movimiento. Absolutamente ninguno.
Y llega otra, una rubia esta vez. Parece más delicada de lo normal, o quizás la tenue oscuridad me impide ver sus duros rasgos causados por todo este tiempo apocalíptico. Y, encima, se presenta. Idiota, idiotas, extremadamente idiotas todos... Caitlyn. Alejandra. ¿Realmente importa? Quizás por hacer sentir a los demás que se es de confianza...
La última aparece. Digo última porque aparentemente el tubo se colapsa. A penas sonrío, pero no puedo evitarlo. Avanzo unos pasos hacia atrás al escuchar un sonido proveniente de nuestras espaldas, de donde deberemos de ir si queremos encontrar una salida, ¿no? Interesante... ¿Qué puede ser? Todas se alertan y lo único que hago yo es sacar de mi mochila un objeto afilado. La garra de gato. Guardando la katana me la coloco con rapidez. Introduzco los dedos, paso la superficie de cuerpo por la palma y la de malla por encima, ajusto la correa a la muñeca y flexiono unas cuantas veces la mano. Perfecta. Vuelvo a coger la katana con la misma mano. La garra me permite soltura hasta cierto punto, por lo que el control de mi arma no variará.
—Suena a algo divertido. —susurro entre dientes, mirando a las cuatro chicas. —¿Qué tal si os preparáis? No creo que si son monstruos sin conciencia esperen a que os mentalicéis. —les aconsejé, dando un rápido vistazo a los ojos de todas ellas. ¿Serán un estorbo? Más les vale que no.
·Mata. Roba. Sobrevive. Ese es el cometido de esta vida.·
- Hum:
On Rol el resto (?) XD
Ahora a la cosa que más yo le temía parecía ser lo que venía en camino,aún mantengo mis esperanzas de que no sean esos monstruos.
El hombre si que demostraba estar más que listo para enfrentarlos si en verdad fueran zombies,ahora bien sigo sin encontrarle nada divertido al asunto.En cambio yo sabía muy bien que nunca he sido una matazombies,si he matado a dos o tres es mucho siempre he elegido huir.Eso es lo que aún me mantiene viviendo,pero ahora estaba con otras personas y no era justo que alguna muriera porque no es gran cosa lo que puedo aportar.
A mi mente vienen esos recuerdos sobre la última vez que vi a Darren y a mis amigos,ellos peleaban aun sabiendo que no lo lograrían y después él dejandose agarrar para que yo pudiera huir.Sin darme cuenta tenía lágrimas en mis ojos,bajé la mirada al suelo no podía permitir que notaran mis debilidades.No más de eso,miro hacia donde viene el ruido y decido que esta vez haré lo que nunca he hecho;voy a pelear.Preparo el bate y lo sostengo con fuerza.
El hombre si que demostraba estar más que listo para enfrentarlos si en verdad fueran zombies,ahora bien sigo sin encontrarle nada divertido al asunto.En cambio yo sabía muy bien que nunca he sido una matazombies,si he matado a dos o tres es mucho siempre he elegido huir.Eso es lo que aún me mantiene viviendo,pero ahora estaba con otras personas y no era justo que alguna muriera porque no es gran cosa lo que puedo aportar.
A mi mente vienen esos recuerdos sobre la última vez que vi a Darren y a mis amigos,ellos peleaban aun sabiendo que no lo lograrían y después él dejandose agarrar para que yo pudiera huir.Sin darme cuenta tenía lágrimas en mis ojos,bajé la mirada al suelo no podía permitir que notaran mis debilidades.No más de eso,miro hacia donde viene el ruido y decido que esta vez haré lo que nunca he hecho;voy a pelear.Preparo el bate y lo sostengo con fuerza.
Dejé paso para que pudieran entrar los demás, primero la chica rubia a la que había visto antes y luego una chica pelirroja, pensaba que todos pasarían. Me quedé al lado del conducto esperando hasta que la joven gritó. Al asomarme, la muchacha retrocedió saliendo lo más rápido posible, pues el conducto se había prácticamente evaporado. Me quedé mirando a la muchacha con cierta sorpresa, seguramente alguien que iba con ella se había quedado atrás, sin embargo la tranquilidad del resto me indicó que no eran un grupo. La pelirroja parecía la única afligida.
Ahora debíamos seguir, estaba tristemente acostumbrada a dejar gente por el camino, pero... No pude simplemente obviar lo que había pasado. La muchacha rubia trató de tranquilizar a la última, sabía que sus palabras de aliento eran mentira, aquella gente estaría ya muerta o agonizando. Mi mirada fue a toparse en la de aquel hombre, también en la otra mujer. La mirada de esa mujer, no me decía gran cosa, sin embargo sus palabras dejaron claro, o me pareció, que más le preocupaba el repulsivo olor a la vida de los que habían quedado atrás y no me gustó. En mi trabajo había aprendido muchas cosas sobre aquel tema. Lo principal era el respeto.
— No suena bien... — Susurré poniendo la vista en blanco, tratando de agudizar el oído, escuchando las palabras de aquel tipo y viendo como se preparaba para un posible enfrentamiento, le observé bien. Empezaba a sospechar la clase de tipo que era y tristemente si no me equivocaba, desafortunadamente me había topado con unos cuantos como los de su calaña. Pero sus palabras me desconcertaron.
— ¿Divertido? — Enarqué una ceja notablemente molesta y me adelanté, quedando frente a él para sostenerle la mirada. Le había tachado como el típico hombre asustadizo, que prefería salvar su vida mil veces y ponerse a resguardo, si hacía falta sacrificando a quien hiciera falta. Pero sus palabras me desconcertaron. — ¿Divertido como lo que hiciste antes ahí? — Señalé el conducto. — Pensaba que me había equivocado, pero no... — Le miré fijamente. — Si hubieras avisado a los demás cuando localizaste la entrada, ahora posiblemente aquí estaríamos más de los que estamos... — ¿Un sádico? — Dime, ¿pensaste que podríamos agotar tu aire, que no merecíamos la pena o simplemente te la puso dura ver como nos moríamos ahí? — Comencé a hablar con sarcasmo, sin dejar de mirarle fijamente. — No respondas, pero no quiero a gente como tú cerca de mi — Alcé el cuchillo en su dirección. — Así que mientras tanto... Hasta que salgamos de aquí... — Sonreí ligeramente, pero no de una forma cordial o amable, todo lo contrario. — Por mi parte no te pagaré más que con tu misma moneda — Hice una mueca y me volví en la dirección de la pelirroja y Caitlyn.
— Vamos cielo, no puedes quedarte aquí... — Me acerqué junto a ella y coloqué una mano sobre la espalda de la pelirroja para ayudarla a que se pusiera en pie. — Podéis llamarme Becca — Les susurré a ellas. — Trataremos de dar con una boca de alcantarilla por la que subir — Añadí. Mientras que pensaba en los ruidos, esperaba poder salir antes de dar con la causa de aquello, eso o que el Freddy Krueger del grupo nos degollara con sus cuchillitos o nos utilizara de carnaza.
Ahora debíamos seguir, estaba tristemente acostumbrada a dejar gente por el camino, pero... No pude simplemente obviar lo que había pasado. La muchacha rubia trató de tranquilizar a la última, sabía que sus palabras de aliento eran mentira, aquella gente estaría ya muerta o agonizando. Mi mirada fue a toparse en la de aquel hombre, también en la otra mujer. La mirada de esa mujer, no me decía gran cosa, sin embargo sus palabras dejaron claro, o me pareció, que más le preocupaba el repulsivo olor a la vida de los que habían quedado atrás y no me gustó. En mi trabajo había aprendido muchas cosas sobre aquel tema. Lo principal era el respeto.
— No suena bien... — Susurré poniendo la vista en blanco, tratando de agudizar el oído, escuchando las palabras de aquel tipo y viendo como se preparaba para un posible enfrentamiento, le observé bien. Empezaba a sospechar la clase de tipo que era y tristemente si no me equivocaba, desafortunadamente me había topado con unos cuantos como los de su calaña. Pero sus palabras me desconcertaron.
— ¿Divertido? — Enarqué una ceja notablemente molesta y me adelanté, quedando frente a él para sostenerle la mirada. Le había tachado como el típico hombre asustadizo, que prefería salvar su vida mil veces y ponerse a resguardo, si hacía falta sacrificando a quien hiciera falta. Pero sus palabras me desconcertaron. — ¿Divertido como lo que hiciste antes ahí? — Señalé el conducto. — Pensaba que me había equivocado, pero no... — Le miré fijamente. — Si hubieras avisado a los demás cuando localizaste la entrada, ahora posiblemente aquí estaríamos más de los que estamos... — ¿Un sádico? — Dime, ¿pensaste que podríamos agotar tu aire, que no merecíamos la pena o simplemente te la puso dura ver como nos moríamos ahí? — Comencé a hablar con sarcasmo, sin dejar de mirarle fijamente. — No respondas, pero no quiero a gente como tú cerca de mi — Alcé el cuchillo en su dirección. — Así que mientras tanto... Hasta que salgamos de aquí... — Sonreí ligeramente, pero no de una forma cordial o amable, todo lo contrario. — Por mi parte no te pagaré más que con tu misma moneda — Hice una mueca y me volví en la dirección de la pelirroja y Caitlyn.
— Vamos cielo, no puedes quedarte aquí... — Me acerqué junto a ella y coloqué una mano sobre la espalda de la pelirroja para ayudarla a que se pusiera en pie. — Podéis llamarme Becca — Les susurré a ellas. — Trataremos de dar con una boca de alcantarilla por la que subir — Añadí. Mientras que pensaba en los ruidos, esperaba poder salir antes de dar con la causa de aquello, eso o que el Freddy Krueger del grupo nos degollara con sus cuchillitos o nos utilizara de carnaza.
Alcé la mirada en la dirección de quien se había acercado a hablarme. Era una chica rubia, seguramente de edad similar a la mía. Trató de consolarme diciéndome que se las apañarían para salir. — Tú has estado ahí también... —mis palabras resonaron en la alcantarilla a la vez que los últimos escombros parecían caer al otro lado. Cerré los ojos con fuerza y solo pensaba en él y en lo horrible que... Respiré hondo tratando de alejar esos pensamientos. Dick ahora querría que saliera de allí y eso haría, aunque desconocía si podría, si tendría fuerzas para algo ahora.
Presté atención a la escena asombrada. La mujer morena se acercó al hombre y comenzó a reprocharle por algo. Parecía tener bastante carácter y esa forma de tratar con él descartaba que fueran compañeros o formaran parte de un grupo. — ¿Es eso cierto? —me puse en pie tras que esa misma mujer se acercara a mi, pese a lo amable que se portó ella y la otra chica yo apenas les hice caso. Estaba muy enfadada y yo no era así, nunca me había portado así de irracional y menos en una situación tan tensa como aquella. Unos ruidos resonaban a lo lejos, pero yo ahora solo era capaz de pensar en que aquel tipo pudo salvar a Dick y no lo hizo. — ¿Qué te hemos hecho para que no pudieras avisarnos? —le miré fijamente, parecía ser tan frío como el hielo y eso me enfadó aún más. Solía ser racional, no solía actuar para nada nunca de aquella forma, pero ahora la ira se apoderaba de mi y no fui capaz de controlarme.
— ¡Maldito chalado! —no llegué a alzar la voz. Estaba siendo irracional, pero aún era capaz de controlarme y saber que el ruido de demás era lo peor ahora. Cerré el puño apretándolo con fuerza y no me contuve, me lancé a por él golpeándole con todas mis fuerzas en la barbilla. — ¡Eres de lo peor! —escupí en su dirección e incluso quise golpearle una segunda vez, sin embargo ahora logré detenerme y me aparté. — Aléjate de mi... —quise echarme a llorar, así que me aguanté y me fui hacia un lado. Lo mejor sería ignorar a aquel hombre, tal y como la morena había dicho que haría. Me acerqué a ellas dos y asentí a la idea de la tal Becca, que parecía ser una buena mujer. — Soy Barbara —añadí sin demasiado humor y miré a las tres mujeres ignorando al hombre por completo. Disimuladamente acaricié los nudillos de mi mano, le había golpeado con tanta fuerza que ahora me dolía incluso.
Presté atención a la escena asombrada. La mujer morena se acercó al hombre y comenzó a reprocharle por algo. Parecía tener bastante carácter y esa forma de tratar con él descartaba que fueran compañeros o formaran parte de un grupo. — ¿Es eso cierto? —me puse en pie tras que esa misma mujer se acercara a mi, pese a lo amable que se portó ella y la otra chica yo apenas les hice caso. Estaba muy enfadada y yo no era así, nunca me había portado así de irracional y menos en una situación tan tensa como aquella. Unos ruidos resonaban a lo lejos, pero yo ahora solo era capaz de pensar en que aquel tipo pudo salvar a Dick y no lo hizo. — ¿Qué te hemos hecho para que no pudieras avisarnos? —le miré fijamente, parecía ser tan frío como el hielo y eso me enfadó aún más. Solía ser racional, no solía actuar para nada nunca de aquella forma, pero ahora la ira se apoderaba de mi y no fui capaz de controlarme.
— ¡Maldito chalado! —no llegué a alzar la voz. Estaba siendo irracional, pero aún era capaz de controlarme y saber que el ruido de demás era lo peor ahora. Cerré el puño apretándolo con fuerza y no me contuve, me lancé a por él golpeándole con todas mis fuerzas en la barbilla. — ¡Eres de lo peor! —escupí en su dirección e incluso quise golpearle una segunda vez, sin embargo ahora logré detenerme y me aparté. — Aléjate de mi... —quise echarme a llorar, así que me aguanté y me fui hacia un lado. Lo mejor sería ignorar a aquel hombre, tal y como la morena había dicho que haría. Me acerqué a ellas dos y asentí a la idea de la tal Becca, que parecía ser una buena mujer. — Soy Barbara —añadí sin demasiado humor y miré a las tres mujeres ignorando al hombre por completo. Disimuladamente acaricié los nudillos de mi mano, le había golpeado con tanta fuerza que ahora me dolía incluso.
Mis ojos siguen fijos en la chica, parece derrumbada y mis palabras no consiguen consolarla, ha visto todo lo que ha pasado y sabe que las probabilidades de que haya sobrevivido alguien son escasas. Me levanto y observo como Rebecca le esta reprochando algo al hombre, creo que yo no tendría agallas para hacer eso así que tan solo me dedico a mirar. En realidad no se que hacemos perdiendo el tiempo discutiendo, lo mejor sería olvidar lo que acaba de pasar y seguir adelante, aún así, se que para algunas personas eso no resulta nada fácil.
Sigo observando la escena hasta el punto que me dan ganas de interponerme entre el hombre y Rebecca para decirla que aquellas discusiones no llevarían a ninguna parte. En cambio, no lo hago, la pelirroja se levanta sin prestarnos atención y posa su mirada en el hombre, que aún noto como sigue tan firme como antes aún después de todo lo que Rebecca le ha dicho. Miro a la pelirroja y por su expresión parece tanto asombrada como enfadada, es cierto que yo tampoco me imagino como una persona puede llegar a ser tan cruel, pero tal y como están las cosas puedes esperarte cualquier cosa.
El caso es que todo no acaba ahí, la pelirroja comienza a enfadarse de verdad. Sin pensárselo dos veces se abalanza sobre el hombre y yo ya se lo que viene después. — Oh, joder — efectivamente, la chica le asesta un puñetazo en la barbilla al hombre, se aleja y suelta un escupitajo hacia su dirección, apenas puedo reprimirlo, me doy la vuelta, sonrío y suelto una pequeña risa. Ambas chicas se acercan, la pelirroja se presenta, Barbara, y Rebecca que esta vez se presenta como Becca. — A mi me podéis llamar Cait — añado mirando a ambas. — Aún así, creo que deberíamos preocuparnos de otras cosas antes de buscar una salida — digo mirando al camino del cual proviene ese insoportable chirrido.
Sigo observando la escena hasta el punto que me dan ganas de interponerme entre el hombre y Rebecca para decirla que aquellas discusiones no llevarían a ninguna parte. En cambio, no lo hago, la pelirroja se levanta sin prestarnos atención y posa su mirada en el hombre, que aún noto como sigue tan firme como antes aún después de todo lo que Rebecca le ha dicho. Miro a la pelirroja y por su expresión parece tanto asombrada como enfadada, es cierto que yo tampoco me imagino como una persona puede llegar a ser tan cruel, pero tal y como están las cosas puedes esperarte cualquier cosa.
El caso es que todo no acaba ahí, la pelirroja comienza a enfadarse de verdad. Sin pensárselo dos veces se abalanza sobre el hombre y yo ya se lo que viene después. — Oh, joder — efectivamente, la chica le asesta un puñetazo en la barbilla al hombre, se aleja y suelta un escupitajo hacia su dirección, apenas puedo reprimirlo, me doy la vuelta, sonrío y suelto una pequeña risa. Ambas chicas se acercan, la pelirroja se presenta, Barbara, y Rebecca que esta vez se presenta como Becca. — A mi me podéis llamar Cait — añado mirando a ambas. — Aún así, creo que deberíamos preocuparnos de otras cosas antes de buscar una salida — digo mirando al camino del cual proviene ese insoportable chirrido.
Ojalá los humanos fueran más inteligentes. Ojalá las personas entendieran lo que deben de hacer para vivir, para sobrevivir, para seguir adelante en una vida como esta. Pero no, son demasiado estúpidos. Demasiado negligentes. Se dejan llevar por el amor o la fraternidad. Idiotas.
La morena se acerca a mi con actitud agresiva, pero no cambio mi gesto. La miro sin sentir lo que dice. ¿Y a mi que me importa que ellos mueran? Sería perfecto para mi. Menos competencia por la comida. Menos posibles asesinos que me apuñalen por la espalda. ¿Me la pone dura hacer esto? La miro con una sonrisa socarrona y ladeada que se desvanece en un segundo. Prefiere no saber la respuesta, así que me muerdo la lengua, no tengo porque soltar prenda con estas estúpidas personas. No me quiere cerca. Puedo decir lo mismo. Esa sonrisa... Me pregunto como se vería roja.
A un lado de eso, la pelirroja parece saltar como un resorte al saber sobre ello. ¿De verdad se cree que puede hacerme frente? Sus gritos con como los de una ardillita tullida de las dos piernas que suplica a un lobo hambriento. Vi su puño cerrándose. Oh, no lo hagas. La última pelirroja que hizo eso... No acabó bien. Podría esquivarlo, pararlo. Matarla. Pero no me muevo, la contemplo con el rostro vacío mientras me golpea. Fuerzo el cuello para que el golpe no me mueva la cara, aunque no necesitaba tanto... No es que sea el golpe más fuerte que me han dado. Es más, es uno de esos golpes vacíos, que hacen más daño al que lo da que al que lo recibe. Me acuerdo de ellos. Los pegaba de crío. Era incapaz de dar un buen puñetazo. Menos mal que morí. Trato de contenerlo, pero, cuando se da la vuelta, suelto entre dientes una suave risa, solo dura un segundo, no más. Sin embargo, la risa burlona que sale de mi, no es por su debilidad, soy yo rompiéndome. Están vivos porque encontré la salida y me siguieron. No les avisé, ¿y qué? Si no fuera por ello ahora mismo estarían jodidos, quizás ninguno la habría encontrado a tiempo. ¿Que importan los demás? Pareja, amigos, enemigos. Todo son lo mismo. ¡Cargas!
Matar, asesinar, robar, sacrificar, destrozar, devorar, consumir, descuartizar, descomponer, despiezar, comer, morder, acuchillar. ¡Matar! ¡Sobrevivir!
Pestañeo un par de veces y cuando quiero darme cuenta todo mi cuerpo está crispado, tensado, preparado para matarlas. Pero cuando matase a una, otra atacaría, podría acabar dañado. Miro mi mano izquierda. El monstruo que hay en mi adora la oscuridad. Se esconde en ella y, en mi momento álgido, se apodera de mi y me convierte en lo que él es. Humano. Débil. James. Soy Logan, jamás volveré a ser lo que él es.
Poco a poco mi cuerpo se destensa, vuelvo a mirar mi mano izquierda. La granada. No se cuando la he cogido de donde la tenía guardada. Solo pestañeé. Periodos cortos de ausencia en los que mi memoria desaparece. Sonrío entre dientes y me doy media vuelta, avanzando hacia los sonidos sin detenerme.
—Echadme la culpa si queréis. No me importa. Podíais echar la culpa a la segunda en entrar. A vosotras, por ser incapaces de proteger lo que queríais. Pero no os engañéis, ¿de verdad creéis que treinta segundos cambia la cosa? Quizás quien te acompañaba, pelirroja, habría muerto aplastado. U otro de los se quedaron allí. Y quizás fueran un grupo los que quedan. Quizás habríais muerto gracias a ellos. Perfectamente he podido salvar vuestra vida con mi silencio, o haberos condenados, ¿pero sabéis qué? Me la suda. Mi conciencia está tranquila, he hecho lo que he hecho para sobrevivir. Si vosotras no queréis hacerlo, allá vosotras. —dije sin girarme atrás, moviéndome con tranquilidad y sin detenerme en ningún momento. Llevaba una media sonrisa en la cara. James, puedes estar feliz, esta vez no he mordido a nadie.
La morena se acerca a mi con actitud agresiva, pero no cambio mi gesto. La miro sin sentir lo que dice. ¿Y a mi que me importa que ellos mueran? Sería perfecto para mi. Menos competencia por la comida. Menos posibles asesinos que me apuñalen por la espalda. ¿Me la pone dura hacer esto? La miro con una sonrisa socarrona y ladeada que se desvanece en un segundo. Prefiere no saber la respuesta, así que me muerdo la lengua, no tengo porque soltar prenda con estas estúpidas personas. No me quiere cerca. Puedo decir lo mismo. Esa sonrisa... Me pregunto como se vería roja.
A un lado de eso, la pelirroja parece saltar como un resorte al saber sobre ello. ¿De verdad se cree que puede hacerme frente? Sus gritos con como los de una ardillita tullida de las dos piernas que suplica a un lobo hambriento. Vi su puño cerrándose. Oh, no lo hagas. La última pelirroja que hizo eso... No acabó bien. Podría esquivarlo, pararlo. Matarla. Pero no me muevo, la contemplo con el rostro vacío mientras me golpea. Fuerzo el cuello para que el golpe no me mueva la cara, aunque no necesitaba tanto... No es que sea el golpe más fuerte que me han dado. Es más, es uno de esos golpes vacíos, que hacen más daño al que lo da que al que lo recibe. Me acuerdo de ellos. Los pegaba de crío. Era incapaz de dar un buen puñetazo. Menos mal que morí. Trato de contenerlo, pero, cuando se da la vuelta, suelto entre dientes una suave risa, solo dura un segundo, no más. Sin embargo, la risa burlona que sale de mi, no es por su debilidad, soy yo rompiéndome. Están vivos porque encontré la salida y me siguieron. No les avisé, ¿y qué? Si no fuera por ello ahora mismo estarían jodidos, quizás ninguno la habría encontrado a tiempo. ¿Que importan los demás? Pareja, amigos, enemigos. Todo son lo mismo. ¡Cargas!
Matar, asesinar, robar, sacrificar, destrozar, devorar, consumir, descuartizar, descomponer, despiezar, comer, morder, acuchillar. ¡Matar! ¡Sobrevivir!
Pestañeo un par de veces y cuando quiero darme cuenta todo mi cuerpo está crispado, tensado, preparado para matarlas. Pero cuando matase a una, otra atacaría, podría acabar dañado. Miro mi mano izquierda. El monstruo que hay en mi adora la oscuridad. Se esconde en ella y, en mi momento álgido, se apodera de mi y me convierte en lo que él es. Humano. Débil. James. Soy Logan, jamás volveré a ser lo que él es.
Poco a poco mi cuerpo se destensa, vuelvo a mirar mi mano izquierda. La granada. No se cuando la he cogido de donde la tenía guardada. Solo pestañeé. Periodos cortos de ausencia en los que mi memoria desaparece. Sonrío entre dientes y me doy media vuelta, avanzando hacia los sonidos sin detenerme.
—Echadme la culpa si queréis. No me importa. Podíais echar la culpa a la segunda en entrar. A vosotras, por ser incapaces de proteger lo que queríais. Pero no os engañéis, ¿de verdad creéis que treinta segundos cambia la cosa? Quizás quien te acompañaba, pelirroja, habría muerto aplastado. U otro de los se quedaron allí. Y quizás fueran un grupo los que quedan. Quizás habríais muerto gracias a ellos. Perfectamente he podido salvar vuestra vida con mi silencio, o haberos condenados, ¿pero sabéis qué? Me la suda. Mi conciencia está tranquila, he hecho lo que he hecho para sobrevivir. Si vosotras no queréis hacerlo, allá vosotras. —dije sin girarme atrás, moviéndome con tranquilidad y sin detenerme en ningún momento. Llevaba una media sonrisa en la cara. James, puedes estar feliz, esta vez no he mordido a nadie.
·Mata. Roba. Sobrevive. Ese es el cometido de esta vida.·
- Hum:
On Rol el resto (?) XD
Bueno lo que pasó en los últimos momentos no lo esperaba.Primero una mujer empezó a reprocharle al hombre que no avisó y luego la última mujer que entró lo golpeó.Sólo la rubia parecía estar cuerda.
Ahora las 3 mujeres se unían como si fueran un grupo,excluyendome.Tengo que admitir que estoy feliz de eso,ya había tenido suficiente de locura para toda mi vida.
Bueno el dice que también podrían culparme a mi por no avisarles,es cierto pero yo no voy a culpar a nadie;no soy nadie para hacer eso y tampoco servirà para nada.También he dejado a personas atrás y seguro ellas tambien.Pero no valía la pena hundirte más en las cosas que pudieron ser y no son.
Necesitaba que todos nos enfocaramos en seguir y no iba a tolerar esta tremenda distracción,empiezo a hablar pero sin levantar mucho la voz -Todo esto no tiene sentido,que no avisamos bien eso no fué bueno y no estoy orgullosa de eso pero ¿acaso ninguna de ustedes ha dejado nunca a alguien atrás? ¿O qué puedes tener en la mente mientras un enorme techo se derrumba sobre tu cabeza? Nadie tiene la culpa en esto y probablemente ellos si están vivos tengan más chance que nosotros porque de seguro no intentan matarse unos a los otros- .Sigo al hombre porque de alguna manera entiendo que haya elegido salvarse él solo,quizás no desea tener que preocuparse por alguien y luego verlo morir o caer por esa persona.Alcanzandolo le digo -Yo no te culpo,aunque no lo creas lo entiendo-.
Tendré que cuidar mi espalda porque me parece que a esas tres mujeres no les caemos para nada bien,pero da igual así es la vida incluso en medio de un apocalipsis.
Ahora las 3 mujeres se unían como si fueran un grupo,excluyendome.Tengo que admitir que estoy feliz de eso,ya había tenido suficiente de locura para toda mi vida.
Bueno el dice que también podrían culparme a mi por no avisarles,es cierto pero yo no voy a culpar a nadie;no soy nadie para hacer eso y tampoco servirà para nada.También he dejado a personas atrás y seguro ellas tambien.Pero no valía la pena hundirte más en las cosas que pudieron ser y no son.
Necesitaba que todos nos enfocaramos en seguir y no iba a tolerar esta tremenda distracción,empiezo a hablar pero sin levantar mucho la voz -Todo esto no tiene sentido,que no avisamos bien eso no fué bueno y no estoy orgullosa de eso pero ¿acaso ninguna de ustedes ha dejado nunca a alguien atrás? ¿O qué puedes tener en la mente mientras un enorme techo se derrumba sobre tu cabeza? Nadie tiene la culpa en esto y probablemente ellos si están vivos tengan más chance que nosotros porque de seguro no intentan matarse unos a los otros- .Sigo al hombre porque de alguna manera entiendo que haya elegido salvarse él solo,quizás no desea tener que preocuparse por alguien y luego verlo morir o caer por esa persona.Alcanzandolo le digo -Yo no te culpo,aunque no lo creas lo entiendo-.
Tendré que cuidar mi espalda porque me parece que a esas tres mujeres no les caemos para nada bien,pero da igual así es la vida incluso en medio de un apocalipsis.
♠ Grupo A:
Un ligero temblor en el suelo es lo que os pone alerta. El ruido de los últimos escombros al otro lado de la pared cesa, aún así bajo vuestros pies distinguís un pequeño temblor, intermitente. Decidís avanzar para salir como habéis dicho en busca de una boca de alcantarilla. Debéis respetar los siguientes apartados de situación:- Antes de llegar a la boca de alcantarilla, el primero en responder de este grupo encontrará una habitación. La habitación es pequeña, con un camastro, seguramente perteneció a alguien que trabajaba en los túneles.
- Alejandra Warrens y James Howlett encuentran en esta habitación dos botes de suero para veneno. (Es el que tienen en su perfil)
- El siguiente en responder encuentra otro pequeño frasco de de este suero. Si es Alejandra o James tendrán dos.
- En la habitación hay además, en el mismo botiquín: Un rollo de vendas, tiritas y alcohol. En una nevera de plástico, al abrirla dais con una botella de agua de dos litros, dos latas de cocacola, otra lata de un refresco a elegir por vosotros, una caja de galletas sin abrir, una bolsa de patatas también sin abrir, una botella de vodka y lo peor, fruta podrida y gusanos por encima de estas cosas.
- Ahí podéis estar un rato, tras acabar todos avanzáis y encontráis una boca de alcantarilla. El que la encuentre decide subir, pero la tapa no se abre, algo la obstruye arriba. Quien haya subido a comprobarlo corta su post ahí, subido en las escaleras de mano, tratando de abrir la tapa.
♠ Grupo B:
Un temblor sacude la zona en la que estáis. El ruido de los últimos escombros caer en la planta de arriba cesa. Un poco de polvo cae de las paredes del lugar donde estáis. Es una especie de habitación gigantesca. En ambos extremos, en las paredes hay dos círculos. Miden dos metros de diámetro y hay barrotes. No hay ninguna salida más. Vosotros elegís por donde vais y como abrís los barrotes. Debéis respetar los siguientes apartados de situación:- Mapa.
- El primero en responder encuentra una nueva moneda.
- La profundidad de la zona de agua es de dos metros.
- Debéis narrar de forma lógica como rompéis los barrotes, si tenéis alguna granada podéis romperlos con esta sin dar más vueltas. De lo contrario todos debéis usar una lanzada de dados de dilemas. A quien le salga si podrá decir que rompe los barrotes.
- Escribís vuestro post con normalidad hasta que vayáis a hacer algo con los barrotes, tienen que ser cosas lógicas. Cortáis ahí, enviáis con la lanzada de dados de dilemas, si sale no editáis diciendo que no sirve de nada, si sale si editáis diciendo que funciona y podéis abrir.
- Comienza a entrar agua por las dos salidas, poco a poco el nivel del agua va subiendo. Es decir, se os complicará bastante permanecer aquí abajo y trabajar con los barrotes para poder salir.
Tenéis 48 horas a partir de aquí, todos para responder al menos una vez cumpliendo estos objetivos.
Me daba por completo igual lo que les pasase a esas mujeres. Bueno, no, si mueren, quiero estar presente, disfrutando de como las descuartizan. Quizás no debería de exponer este pensamiento en alto, pero tampoco creo que merezca la pena ahogar lo que soy, así solo se es un monstruo. Miro a la tal Alejandra, la chica que se chocó conmigo. La miré con cierta suspicacia, sospechando de lo que querría. Podría usarla sin problema alguno, si es necesario...
—Si tienes que llamarme por algún nombre... Logan. —dije, mirándola fijamente. Es el nombre que el monstruo usó para nombrarme. Es una parte del pasado, el nombre que me dio una amiga, amante, lo que fuese. El único punto álgido que tuvo el monstruo, enamorarse de alguien que no era un monstruo. Suena todo tan absurdo y a la vez tan real...
Avanzo en silencio, sin hacer caso a cualquier cosa que pueda llegar a salir de los labios de mi compañera, estoy atento a esos sonidos, deseoso de poner en acción mis armas. ¿Qué serán? No son humanos, solo los monstruos terrenales pueden hacer sonidos como esos...
El olor se vuelve más nauseabundo por más que avanzo. Hum, me pregunto que será eso que me voy a encontrar, ¿qué tipo de ser podría hacer este olor? Quizás no sea un ser, solo sean cadáveres escondidos en las alcantarillas pudriéndose bajo cientos de infecciones por las plagas en el agua residual. Eso sería decepcionante, la verdad. No explicaría el sonido, además. Pero no es algo que me planté seriamente, creo que es lo de menos en cierta manera, si no salgo de aquí, la oscuridad me comerá.
Siguiendo el único camino, veo una entrada a una habitación. Parece muy típica, la verdad, de película. Al entrar, metal en mano, veo que no hay un peligro. Es pequeña, pero... Quizás consiga algo interesante. Se está más oscuro que en el túnel, así que saco mi maltrecha linterna e ilumino con lo poco que deja iluminar. Un camastro maltrecho, un botiquín y una nevera portátil. Estas salas son usadas para que descansen los de mantenimiento, ¿no? Eso quiere decir que la salida de la alcantarilla no debe estar mucho más lejos.
Abro el botiquín, esperando no encontrar nada. Enarco una ceja con cierta curiosidad y después miro a mi compañera. Siendo sinceros, ganarse la confianza de la gente puede venir muy bien si llegase el momento de una confrontación...
—Toma. —dije, alargando un pequeño frasco. Si es lo que creo que es, podría venirnos muy bien... Por otro lado, cojo yo uno y lo guardo. Vendas, tiritas y alcohol... Miro hacia una caja de plástico justo cuando se apaga la luz de mi linterna, la vuelvo a golpear, con cuidado, ya que llevo la garra en la mano. —Coge lo que puedas del botiquín, podría salvarte la vida. —la mía, más bien. Abro la caja de plástico, que en realidad es una nevera portátil. Toso un par de veces, el olor pútrido aquí era menor, hasta abrir esto. Fruta podrida, gusanos... Puede que hubiera carne hace mucho, pero que mucho tiempo... —Repugnante. Si te molestaba el olor de ahí fuera... Pero parece haber cosas interesantes. —Hum. ¿Y el resto?
—Si tienes que llamarme por algún nombre... Logan. —dije, mirándola fijamente. Es el nombre que el monstruo usó para nombrarme. Es una parte del pasado, el nombre que me dio una amiga, amante, lo que fuese. El único punto álgido que tuvo el monstruo, enamorarse de alguien que no era un monstruo. Suena todo tan absurdo y a la vez tan real...
Avanzo en silencio, sin hacer caso a cualquier cosa que pueda llegar a salir de los labios de mi compañera, estoy atento a esos sonidos, deseoso de poner en acción mis armas. ¿Qué serán? No son humanos, solo los monstruos terrenales pueden hacer sonidos como esos...
El olor se vuelve más nauseabundo por más que avanzo. Hum, me pregunto que será eso que me voy a encontrar, ¿qué tipo de ser podría hacer este olor? Quizás no sea un ser, solo sean cadáveres escondidos en las alcantarillas pudriéndose bajo cientos de infecciones por las plagas en el agua residual. Eso sería decepcionante, la verdad. No explicaría el sonido, además. Pero no es algo que me planté seriamente, creo que es lo de menos en cierta manera, si no salgo de aquí, la oscuridad me comerá.
Siguiendo el único camino, veo una entrada a una habitación. Parece muy típica, la verdad, de película. Al entrar, metal en mano, veo que no hay un peligro. Es pequeña, pero... Quizás consiga algo interesante. Se está más oscuro que en el túnel, así que saco mi maltrecha linterna e ilumino con lo poco que deja iluminar. Un camastro maltrecho, un botiquín y una nevera portátil. Estas salas son usadas para que descansen los de mantenimiento, ¿no? Eso quiere decir que la salida de la alcantarilla no debe estar mucho más lejos.
Abro el botiquín, esperando no encontrar nada. Enarco una ceja con cierta curiosidad y después miro a mi compañera. Siendo sinceros, ganarse la confianza de la gente puede venir muy bien si llegase el momento de una confrontación...
—Toma. —dije, alargando un pequeño frasco. Si es lo que creo que es, podría venirnos muy bien... Por otro lado, cojo yo uno y lo guardo. Vendas, tiritas y alcohol... Miro hacia una caja de plástico justo cuando se apaga la luz de mi linterna, la vuelvo a golpear, con cuidado, ya que llevo la garra en la mano. —Coge lo que puedas del botiquín, podría salvarte la vida. —la mía, más bien. Abro la caja de plástico, que en realidad es una nevera portátil. Toso un par de veces, el olor pútrido aquí era menor, hasta abrir esto. Fruta podrida, gusanos... Puede que hubiera carne hace mucho, pero que mucho tiempo... —Repugnante. Si te molestaba el olor de ahí fuera... Pero parece haber cosas interesantes. —Hum. ¿Y el resto?
·Mata. Roba. Sobrevive. Ese es el cometido de esta vida.·
- Hum:
On Rol el resto (?) XD
No podemos quedarnos ahí, así que me olvido del insoportable chirrido y sigo caminando guardando distancia entre el hombre de la inquietante mirada y la chica que va con el. No recuerdo el nombre de la chica y el hombre tampoco es que hable mucho, será su manera de resultar frío y despiadado. Espero que Becca y Barbara me sigan, ya que si quieren salir cuanto antes de aquí, quedarse ahí no será la mejor manera de conseguirlo. En parte el hombre y la chica que le sigue tienen razón, pero por otra parte yo no sería capaz de hacer algo así, algo de mi pasado me impediría ser tan atroz, cosa que me preocupa ya que si quiero seguir viva tengo que tomar decisiones difíciles y olvidar mi pasado de luz y color, aún así, tanto olvidándome de mi pasado o no, se que nunca seré capaz de hacer tal cosa.
Observo como los dos que van delante mía hablan, o al menos el hombre está diciendo algo. No le doy importancia y poso mi mirada en las paredes húmedas que desprenden un olor bastante desagradable. Sigo escuchando los chirridos, así que suspiro y dejo de pensar en ello.
Me pone muy nerviosa eso de que solo podamos ir por un camino, podríamos estar en peligro en cualquier momento y nuestra única vía de escape sería retrocediendo, y tampoco es que pudiésemos ir muy lejos, ya que el conducto que conectaba con el aparcamiento, cayó con la chica. Sigo empapada por lo que no paro de tiritar, el camino cada vez me parece más duro y siento como en cualquier momento puedo caer por el resbaladizo suelo, además de poder hacerme daño, me mojaría aún más y eso sería un problema más con el que cargar.
Observo como los que tengo delante aligeran el paso, peor no por mucho tiempo. Oigo el sonido de una puerta abriéndose y deduzco que han encontrado una salida o una habitación. Les sigo y entro al ver que no hay peligro. ¿Qué clase de lugar es este? Me resulta irreconocible ya que está en la penumbra y tan solo puedo apreciar un camastro, un botiquín y una nevera de la que se esta encargando el hombre, bueno, en realidad no hay mucho más que eso. Veo que en la nevera hay lo que parece ser una botella de vodka, pero me contengo. Aún así, no dudo ni un segundo en coger una lata de coca-cola ya que puede servirme para mantenerme despierta y activa, que es básicamente lo que necesito en estos momentos. La guardo en la mochila y dejo todo lo que queda para los demás. Me apoyo en una de las paredes de la habitación, esperando a Becca y Barbara para que se encarguen ellas de lo demás. Algo me dice que el chirrido está cada vez más cerca y eso me inquieta más incluso que la mirada de hombre.
Observo como los dos que van delante mía hablan, o al menos el hombre está diciendo algo. No le doy importancia y poso mi mirada en las paredes húmedas que desprenden un olor bastante desagradable. Sigo escuchando los chirridos, así que suspiro y dejo de pensar en ello.
Me pone muy nerviosa eso de que solo podamos ir por un camino, podríamos estar en peligro en cualquier momento y nuestra única vía de escape sería retrocediendo, y tampoco es que pudiésemos ir muy lejos, ya que el conducto que conectaba con el aparcamiento, cayó con la chica. Sigo empapada por lo que no paro de tiritar, el camino cada vez me parece más duro y siento como en cualquier momento puedo caer por el resbaladizo suelo, además de poder hacerme daño, me mojaría aún más y eso sería un problema más con el que cargar.
Observo como los que tengo delante aligeran el paso, peor no por mucho tiempo. Oigo el sonido de una puerta abriéndose y deduzco que han encontrado una salida o una habitación. Les sigo y entro al ver que no hay peligro. ¿Qué clase de lugar es este? Me resulta irreconocible ya que está en la penumbra y tan solo puedo apreciar un camastro, un botiquín y una nevera de la que se esta encargando el hombre, bueno, en realidad no hay mucho más que eso. Veo que en la nevera hay lo que parece ser una botella de vodka, pero me contengo. Aún así, no dudo ni un segundo en coger una lata de coca-cola ya que puede servirme para mantenerme despierta y activa, que es básicamente lo que necesito en estos momentos. La guardo en la mochila y dejo todo lo que queda para los demás. Me apoyo en una de las paredes de la habitación, esperando a Becca y Barbara para que se encarguen ellas de lo demás. Algo me dice que el chirrido está cada vez más cerca y eso me inquieta más incluso que la mirada de hombre.
Voy siguiendo al hombre que ahora se presenta como Logan,a medida que seguimos avanzando mi mente se pone a imaginar todo tipo de cosas que podrían salir de las alcantarillas y eso no me ayuda ni un poco a tener un plan.Me preocupa que lo que hace que todo esto apeste así sean zombies,ya he decidido empezar a ser útil y pelear pero una cosa es lo que tengo en mente y una muy diferente es lo que puede suceder.No me caracterizo precisamente por ser una mercenaria,de hecho solo soy una estudiante que ha tenido mucha suerte.
Logan encuentra una entrada hacia una pequeña habitación,yo le sigo dispuesta a colaborar en lo que pueda si hay alguna de esas cosas allí dentro,pero no hay ninguno al menos a la vista es una buena noticia supongo.
Estaba observando el pequeño lugar cuando él me dice que agarre un frasco pequeño,para ser sincera no tengo ni la más mínima idea de que puede ser.Le agradezco de todas formas,es obvio que él si es un experto en estas situaciones.Miro el contenido del botiquín y tomo vendas y alcohol,al menos con eso si sé como resolver;las guardo en mi mochila.
En eso llego a lo que es una pequeña nevera y mis ojos lo primero que ven es una botella de vodka,vale la tomo sin pensarlo pues hace tiempo que me vendría bien una.Quizás cuando salga de aquí encuentre un sitio en donde me pueda emborrachar sin esperar ser la comida de alguien más.No me gusta para nada estar rodeada de desconocidos,el hombre al menos es un poco amable conmigo pero las otras chicas no me dan confianza,pero aún así tenemos que intentar salir de aquí sin matarnos todos en el proceso.
Veo las frutas todas llenas de gusanos y me alejo.Escucho el comentario de Logan y le digo -En realidad ya debería de haberme acostumbrado a los sitios así pero supongo que hay mañas de las que nunca te sacudes.Y si estará muy interesante el lugar pero nada como estar en libertad- como yo que prefería pasar el rato de fiesta en fiesta con nada más que el aroma a licor en el ambiente o rayando las paredes de la universidad.
Logan encuentra una entrada hacia una pequeña habitación,yo le sigo dispuesta a colaborar en lo que pueda si hay alguna de esas cosas allí dentro,pero no hay ninguno al menos a la vista es una buena noticia supongo.
Estaba observando el pequeño lugar cuando él me dice que agarre un frasco pequeño,para ser sincera no tengo ni la más mínima idea de que puede ser.Le agradezco de todas formas,es obvio que él si es un experto en estas situaciones.Miro el contenido del botiquín y tomo vendas y alcohol,al menos con eso si sé como resolver;las guardo en mi mochila.
En eso llego a lo que es una pequeña nevera y mis ojos lo primero que ven es una botella de vodka,vale la tomo sin pensarlo pues hace tiempo que me vendría bien una.Quizás cuando salga de aquí encuentre un sitio en donde me pueda emborrachar sin esperar ser la comida de alguien más.No me gusta para nada estar rodeada de desconocidos,el hombre al menos es un poco amable conmigo pero las otras chicas no me dan confianza,pero aún así tenemos que intentar salir de aquí sin matarnos todos en el proceso.
Veo las frutas todas llenas de gusanos y me alejo.Escucho el comentario de Logan y le digo -En realidad ya debería de haberme acostumbrado a los sitios así pero supongo que hay mañas de las que nunca te sacudes.Y si estará muy interesante el lugar pero nada como estar en libertad- como yo que prefería pasar el rato de fiesta en fiesta con nada más que el aroma a licor en el ambiente o rayando las paredes de la universidad.
- Esto comienza a ser cada vez más estúpido - Jadeé a causa del cansancio y aunque estuviera muerta de frío me vi obligada a quedarme justo allí, con la parte inferior de mi cuerpo en esas aguas mientras que me abrazaba al bordillo y descansaba un par de segundos. - Vamos a tener que buscar una vacuna para esto - Comenté con un tono lleno de sarcasmo mientras me impulsaba hacia arriba y terminaba por salir. Tan solo ahí estaba el chico que había bajado con Dallas.
- Sé que siempre quisiste una casa con piscina, pero mujer... - Estiré mi mano en la dirección de mi compañera para ayudarla a subir. - Esto no se asemeja en nada - Cuando Dallas se acercó la ayudé a subir al bordillo y seguidamente nos acercamos a Hal y Kamekona.
- Kamekona, ¿te duele mucho? - Iba cojeando ligeramente. - ¿Dónde te has hecho daño? - Le pregunté mientras que me acercaba y le hacía a Dallas un gesto para que nos ayudara a subirle, pues ya sabía yo que sola no podría tirar del hombre.
- Joder, si no pillamos aquí hoy algo con toda esta mierda y además salimos con vida de aquí... Le pongo una vela al santo que había en el motel - Solté un suspiro y con ayuda de mi linterna comencé a iluminar cada rincón del sitio en el que nos encontrábamos. En el bordillo, no muy lejos de mi, algo brilló. Extrañada me acerqué para recoger una moneda del suelo. La observé a la luz de la linterna y como yo ya llevaba una me acerqué a Kamekona y se la di. - Mira lo que he encontrado, a lo mejor te da algo de suerte - Le dediqué una cálida sonrisa y le di una pequeña palmada en la espalda.
- Chicos, busquemos una sali... - Callé de golpe porque ya había recorrido con el haz de luz toda aquella estancia y estábamos encerrados. - No puede ser... - Volví a repetir la acción de barrer el lugar con la luz de la linterna. - ¡Mierda! - No había más que dos túneles para salir y ambos tenían barrotes. Además de que si queríamos tratar de abrirlos debíamos volver a nadar por aquellas aguas... - Estamos bien jodidos... - Exclamé mientras que revisaba todo cuanto había traído. Saqué el destornillador de mi bolsillo y lo alcé negando. - ¿A dónde voy con esto? - Negué sabiendo que no iba a dar resultao. Aún así me lancé de nuevo a aquellas aguas y nadé en la dirección de ambas bocas. Con ayuda de la linterna examiné ambos lados y finalmente me quedé en la primera. - Esta parece que los barrotes están algo más sueltos, se mueven un poco - Comenté mientras que trataba de empujarlos y con ayuda del destornillador golpeaba el ladrillo al que estaba anclado el primer barrote, un par de guijarros cayeron mientras que yo continuaba con aquella tarea estúpida y me agarraba al borde para evitar hundirme en el agua. - Esto es estúpido... - Era estúpido, si, pero... ¿Qué podíamos hacer si no?
Me reí por reír ya más que nada, pues no nos podían salir las cosas ya peor. Me quejé enfadada, dando incluso algún grito y golpeé los barrotes cuando se me rompió el destornillador y del mismo brusco movimiento este se me cayó al agua. Nadé de nuevo hacia el bordillo sentándome junto a los chicos. - No ha servido de nada... Estamos encerrados - Ya no me fijé ni en el frío que tenía, aunque estaba temblando, simplemente me llevé ambas manos a la frente y traté de pensar en algo, pero no se me ocurría nada.
- Sé que siempre quisiste una casa con piscina, pero mujer... - Estiré mi mano en la dirección de mi compañera para ayudarla a subir. - Esto no se asemeja en nada - Cuando Dallas se acercó la ayudé a subir al bordillo y seguidamente nos acercamos a Hal y Kamekona.
- Kamekona, ¿te duele mucho? - Iba cojeando ligeramente. - ¿Dónde te has hecho daño? - Le pregunté mientras que me acercaba y le hacía a Dallas un gesto para que nos ayudara a subirle, pues ya sabía yo que sola no podría tirar del hombre.
- Joder, si no pillamos aquí hoy algo con toda esta mierda y además salimos con vida de aquí... Le pongo una vela al santo que había en el motel - Solté un suspiro y con ayuda de mi linterna comencé a iluminar cada rincón del sitio en el que nos encontrábamos. En el bordillo, no muy lejos de mi, algo brilló. Extrañada me acerqué para recoger una moneda del suelo. La observé a la luz de la linterna y como yo ya llevaba una me acerqué a Kamekona y se la di. - Mira lo que he encontrado, a lo mejor te da algo de suerte - Le dediqué una cálida sonrisa y le di una pequeña palmada en la espalda.
- Chicos, busquemos una sali... - Callé de golpe porque ya había recorrido con el haz de luz toda aquella estancia y estábamos encerrados. - No puede ser... - Volví a repetir la acción de barrer el lugar con la luz de la linterna. - ¡Mierda! - No había más que dos túneles para salir y ambos tenían barrotes. Además de que si queríamos tratar de abrirlos debíamos volver a nadar por aquellas aguas... - Estamos bien jodidos... - Exclamé mientras que revisaba todo cuanto había traído. Saqué el destornillador de mi bolsillo y lo alcé negando. - ¿A dónde voy con esto? - Negué sabiendo que no iba a dar resultao. Aún así me lancé de nuevo a aquellas aguas y nadé en la dirección de ambas bocas. Con ayuda de la linterna examiné ambos lados y finalmente me quedé en la primera. - Esta parece que los barrotes están algo más sueltos, se mueven un poco - Comenté mientras que trataba de empujarlos y con ayuda del destornillador golpeaba el ladrillo al que estaba anclado el primer barrote, un par de guijarros cayeron mientras que yo continuaba con aquella tarea estúpida y me agarraba al borde para evitar hundirme en el agua. - Esto es estúpido... - Era estúpido, si, pero... ¿Qué podíamos hacer si no?
- Dados:
- La lanzada de dilemas creo que no decidirá si consigo apartar los barrote, porque con un destornillador sé que muy lejos no voy a llegar. Si sale que si es que consigo romper el ladrillo que sostiene uno de los barrotes, por lo que ahora estos se moverían algo más y sería más sencillo de abrir. Si sale que no... Supongo que lo lógico es que se quede tal cual y además se rompa el destornillador.
Me reí por reír ya más que nada, pues no nos podían salir las cosas ya peor. Me quejé enfadada, dando incluso algún grito y golpeé los barrotes cuando se me rompió el destornillador y del mismo brusco movimiento este se me cayó al agua. Nadé de nuevo hacia el bordillo sentándome junto a los chicos. - No ha servido de nada... Estamos encerrados - Ya no me fijé ni en el frío que tenía, aunque estaba temblando, simplemente me llevé ambas manos a la frente y traté de pensar en algo, pero no se me ocurría nada.
- :
El miembro 'Thea Grayson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dilemas' :
Resultados :
'Dilemas' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Me levanté del bordillo, sintiéndome obviamente empapado por aquel pequeño chapuzón, y a quién mentir, mis ánimos no estaban por las nubes, lo único en lo que podía pensar es que Barbara podía estar viva, o... todo lo contrario. Quién sabe lo que habría tras el conducto, o si llegó a cruzar. Se me formaba un nudo en la garganta con tan solo pensarlo, pero no podía derrumbarme ahora o moriría yo también, además estaba rodeado por gente que aparentemente se conocían entre ellos, estaban juntos en el garaje y ahora habían acabado aquí juntos también. Me valía con que fueran amables y no unos sádicos de mierda o algo así, pero descarté esa idea en cuanto les escuché hablar y moverse, organizarse... Creo que un par se habían hecho daño, especialmente el "grandote" ese que aún siguió en el agua un rato más, hasta que juntaron fuerzas para sacarle de ahí.
- Joder, ¿y ahora qué? - No había ninguna salida a simple vista así que me dejé guiar por sus linternas, por lo visto la morena encontró lo que quizás fuese nuestra única oportunidad, porque volver arriba no lo era en absoluto. La cuestión era esa, unos barrotes nos separaban de nuestra "libertad" que con la suerte que tengo, ni eso. Me gustaría decir que me creía capaz de ayudar, pero lo máximo que podía hacer era pegarme a ellos para que no se olvidaran de mi, lo de los barrotes no era cosa mía, no tenía ni la fuerza ni las herramientas para aquello, de otra forma lo habría intentado a muerte desde el primer segundo, joder. - Tiene que haber algo que podamos hacer - Apreté los puños, acercándome hasta la morena para mirar después a los barrotes en los que había estado trabajar, rendirnos al primer intento no era tampoco una buena idea. Quizás ellos quisieran rendirse pero yo no podía, tenía que encontrar a Barbara de nuevo, sea como sea.
- Joder, ¿y ahora qué? - No había ninguna salida a simple vista así que me dejé guiar por sus linternas, por lo visto la morena encontró lo que quizás fuese nuestra única oportunidad, porque volver arriba no lo era en absoluto. La cuestión era esa, unos barrotes nos separaban de nuestra "libertad" que con la suerte que tengo, ni eso. Me gustaría decir que me creía capaz de ayudar, pero lo máximo que podía hacer era pegarme a ellos para que no se olvidaran de mi, lo de los barrotes no era cosa mía, no tenía ni la fuerza ni las herramientas para aquello, de otra forma lo habría intentado a muerte desde el primer segundo, joder. - Tiene que haber algo que podamos hacer - Apreté los puños, acercándome hasta la morena para mirar después a los barrotes en los que había estado trabajar, rendirnos al primer intento no era tampoco una buena idea. Quizás ellos quisieran rendirse pero yo no podía, tenía que encontrar a Barbara de nuevo, sea como sea.
— Seguid diciendo cuanto queráis, pero las cosas no se hacen así —y ni dije ni hice nada más. No quería hablar con él. ¿Mi culpa por no haber sabido defender a Dick?, ojalá pudiera golpearlo una segunda vez, ojalá pudiera, pero sabía que si lo hacía no saldría de allí viva, si es que ese tipo no preparaba ya una venganza por mis palabras. Al menos parecía contar con la mujer que se había presentado como Becca y Cait. No sabía muy bien si con esta última, pero desde luego ese tipo y la chica que iba con él no me daban buena espina. Daba por hecho que eran compañeros sin saberlo.
Ellos comenzaron a avanzar y yo los seguí a todos, pues Becca nos instó a seguir. Aquel ruido que resonaba comenzaba a ser bastante, cada ve más y más inquietante, mi humor por el contrario era cada vez no solo más negro si no que me sentía más y más deprimida. Todo cada vez que me ponía a pensar en él, no conseguía sacarme de la cabeza la última visión de Dick antes de que cediera el muro. Parecía un alma en pena avanzando tras ellos.
— Escapamos juntos de Nueva York —miré de reojo hacia un lado, no quería mirar a nadie. Hablé tan solo para Becca que iba a mi lado y tal vez Cait que iba en cabeza. Los otros dos iban a paso más ligero, pero tampoco es que pudiéramos ir más rápido, pues los pasillos eran estrechos y eso supondría pedirles que se apartaran. Y ni para eso me apetecía hablar de nuevo con aquel tipo, como mucho para repetir tal vez el golpe de antes. Iba a decir algo más sobre él, tal vez mencionar que me había salvado tantas veces la vida que había perdido hasta la cuenta, sin embargo me callé, preferí hacerlo así o me echaría a llorar en el suelo.
— Han encontrado una puerta, vamos —dije mientras avanzaba a paso más ligero. La habitación era minúscula. Cait recogía algo de un lado y yo me fijaba en la caja de tiritas que descansaba en el saqueado botín. Me hice con ella y al hacerlo observé que debajo había un frasco de algo. Lo cogí también y se lo mostré a Becca. — ¿Sabes qué es esto? —pregunté mientras lo echaba todo en la mochila y me acercaba a la nevera también. Ignorando por completo a esos dos. Me coloqué una mano sobre la boca por culpa de aquel hedor y saqué la botella de agua. La limpié con un trozo de tela que había por ahí y guardé la botella en mi mochila, no quería seguir mirando en aquella nevera o acabaría vomitando. Me había hecho con una buena botella de agua que necesitaba y eso me sería de utilidad. Lo guardé todo en la mochila y me acerqué de nuevo al pasillo. — Si aquí está esta habitación, debe haber una salida no muy lejos —añadí sin darle ya demasiada importancia a lo demás.
Off: Si no me equivoco nadie ha cogido el tercer bote de suero que puso White Queen. Así que para mi.
Ellos comenzaron a avanzar y yo los seguí a todos, pues Becca nos instó a seguir. Aquel ruido que resonaba comenzaba a ser bastante, cada ve más y más inquietante, mi humor por el contrario era cada vez no solo más negro si no que me sentía más y más deprimida. Todo cada vez que me ponía a pensar en él, no conseguía sacarme de la cabeza la última visión de Dick antes de que cediera el muro. Parecía un alma en pena avanzando tras ellos.
— Escapamos juntos de Nueva York —miré de reojo hacia un lado, no quería mirar a nadie. Hablé tan solo para Becca que iba a mi lado y tal vez Cait que iba en cabeza. Los otros dos iban a paso más ligero, pero tampoco es que pudiéramos ir más rápido, pues los pasillos eran estrechos y eso supondría pedirles que se apartaran. Y ni para eso me apetecía hablar de nuevo con aquel tipo, como mucho para repetir tal vez el golpe de antes. Iba a decir algo más sobre él, tal vez mencionar que me había salvado tantas veces la vida que había perdido hasta la cuenta, sin embargo me callé, preferí hacerlo así o me echaría a llorar en el suelo.
— Han encontrado una puerta, vamos —dije mientras avanzaba a paso más ligero. La habitación era minúscula. Cait recogía algo de un lado y yo me fijaba en la caja de tiritas que descansaba en el saqueado botín. Me hice con ella y al hacerlo observé que debajo había un frasco de algo. Lo cogí también y se lo mostré a Becca. — ¿Sabes qué es esto? —pregunté mientras lo echaba todo en la mochila y me acercaba a la nevera también. Ignorando por completo a esos dos. Me coloqué una mano sobre la boca por culpa de aquel hedor y saqué la botella de agua. La limpié con un trozo de tela que había por ahí y guardé la botella en mi mochila, no quería seguir mirando en aquella nevera o acabaría vomitando. Me había hecho con una buena botella de agua que necesitaba y eso me sería de utilidad. Lo guardé todo en la mochila y me acerqué de nuevo al pasillo. — Si aquí está esta habitación, debe haber una salida no muy lejos —añadí sin darle ya demasiada importancia a lo demás.
Off: Si no me equivoco nadie ha cogido el tercer bote de suero que puso White Queen. Así que para mi.
Ahora parecía que la situación se había calmado, al menos un poco. Una vez me echaron una mano con Kamekona (una gran mano) y todos salimos del agua me tomé un segundo para mi mismo, recuperarme y tratar de pensar con calma. Había mas gente ahí arriba, o eso creía, podía mirar al chico y saber que había dejado a alguien atrás, pero ahora nuestra prioridad tenía que ser ponernos a salvo nosotros y después entonces ya hablaríamos de buscar a unos u a otros. Me apoyé sobre las rodillas, mirándolos a todos y después a la sala con aquel agua en el centro, a ambos lados, barrotes. Thea no dudó y se lanzó al agua para tratar de arrancar los barrotes de un lado, sin embargo todo quedó en un esfuerzo inútil y con ella frustrada. - No pasa nada, solo es un destornillador - Ahora le seguiría yo, quizás pudiera hacer algo de fuerza bruta, o incluso golpearlos con el martillo hasta separarlos. Thea había conseguido algo con ello, trataba de romper un ladrillo haciendo palanca y por lo visto el destornillador que empleaba se fue... a la mierda, vamos. Pero de los barrotes nada, ellos seguían ahí.
- Déjame a ver si tengo suerte - Dije metiéndome en el agua de nuevo tras tocarla en el hombro, se había cabreado y lo entendía, era una situación de más que segura vida o muerte, pero no podíamos perder los nervios, no ahora. Nadé hasta los barrotes con los que Thea había trasteado antes, no había logrado nada pero esperaba que sí lo suficiente para haberlos aflojado o algo así, porque me centré en ese mismo punto ya que parecía más endeble que el resto. Apoyé los pies en la pared de ladrillo, agarrando con ambas manos el hierro frío y tirando con toda la fuerza que pude reunir en aquel momento, con suerte toda mi fuerza bruta haría reventar ese punte débil en la estructura, no podíamos esperar mucho más y ni Sienna ni Kamekona parecían poder hacer más por nosotros, no lo digo por nada en especial, pero Sienna no era la más fuerte que digamos.
Aguanté la respiración debajo del agua todo lo que pude, tirando de aquellos barrotes como jamás había tiado de nada, me dolían los brazos, las manos de hacer fuerza, las piernas de empujar contra la pared... Pero pensar en parar era lo peor, en cualquier momento el agua subiría y nos quedaríamos sin aire. Hice un último esfuerzo apretando cada centímetro de mi cuerpo hasta que un tirón me separó de la pared, esa parte de los barros se había reventado tal cual había pensado y había dejado un hueco abierto, poco, pero lo suficiente para hacer palanca de una manera más efectiva. Salí a tomar aire, seguro que ya lo habían escuchado, así que no les dije nada, en cuanto tuve el aire que me faltaba volví con los barrotes, ayudándome del mjolnir para hacer palanca y terminar de sacar los barrotes de su sitio.
- Déjame a ver si tengo suerte - Dije metiéndome en el agua de nuevo tras tocarla en el hombro, se había cabreado y lo entendía, era una situación de más que segura vida o muerte, pero no podíamos perder los nervios, no ahora. Nadé hasta los barrotes con los que Thea había trasteado antes, no había logrado nada pero esperaba que sí lo suficiente para haberlos aflojado o algo así, porque me centré en ese mismo punto ya que parecía más endeble que el resto. Apoyé los pies en la pared de ladrillo, agarrando con ambas manos el hierro frío y tirando con toda la fuerza que pude reunir en aquel momento, con suerte toda mi fuerza bruta haría reventar ese punte débil en la estructura, no podíamos esperar mucho más y ni Sienna ni Kamekona parecían poder hacer más por nosotros, no lo digo por nada en especial, pero Sienna no era la más fuerte que digamos.
- Spoiler:
- Bueno, Hal se agarrará con todas sus fuerzas al mismo punto que Thea antes, colocando los pies en la pared para impulsarse y tratar de reventar esa parte de los barrotes... Si sale no, simplemente seguirán igual.
Aguanté la respiración debajo del agua todo lo que pude, tirando de aquellos barrotes como jamás había tiado de nada, me dolían los brazos, las manos de hacer fuerza, las piernas de empujar contra la pared... Pero pensar en parar era lo peor, en cualquier momento el agua subiría y nos quedaríamos sin aire. Hice un último esfuerzo apretando cada centímetro de mi cuerpo hasta que un tirón me separó de la pared, esa parte de los barros se había reventado tal cual había pensado y había dejado un hueco abierto, poco, pero lo suficiente para hacer palanca de una manera más efectiva. Salí a tomar aire, seguro que ya lo habían escuchado, así que no les dije nada, en cuanto tuve el aire que me faltaba volví con los barrotes, ayudándome del mjolnir para hacer palanca y terminar de sacar los barrotes de su sitio.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
El chico había subido al bordillo, pero me mantuve a flote. Hasta que no viera a los demás no sería persona. Fueron cayendo todos poco a poco, primero Kamekona, que fue como si una bomba cayera y más desde esa altura. El agua se movió y me moví hacia un lado. Luego Thea y Hal y fue cuando respiré por fin aliviada nadando en la dirección del bordillo, donde estaba todos con las linternas. Agarré la mano de mi amiga y subí.
—Coño, no... Estamos todos divinos de la muerte... —digo con sorna, entonces hago una mueca ante ese olor, me huelo el hombro, pelo y ropas y no puedo más que echarme a reír con esa misma expresión de desagrado en mi rostro—. ... divinos y oliendo a mierda —doy un pequeño y sarcástico aplauso. En cierto modo pese a toda esa mierda, nunca mejor dicho, me alegraba, seguíamos con vida.
Me acerqué a Kamekona para ayudar a Thea y a Hal a subirlo—. ¡Vamos grandullón! —le pedimos que él haga el esfuerzo y finalmente sube, sonrío respirando con fuerza, pese a las náuseas que siento cada vez que lo hago, las repelo y me acerco al muchacho—. ¿Estás bien? —le miro con algo de seriedad. Estaba totalmente segura de que conocía a aquella chica. Y yo no sabría que decirle, la pelirroja casi que tenía todas las de haber muerto aplastada bajo esos escombros, sin embargo me callé.
—Ánimo —le doy una pequeña palmada en el hombro y me presento—. Soy Sienna, pero todos estos idiotas me llaman Dallas, el grandullón es Kamekona, ella Thea y el gigantón con pinta de nórdico es Hal... ¿Tú? —le miro mientras que me acerco a Kamekona, al parecer se había hecho daño en la mano—. Mi amor, ¿pero qué te ha pasado? —me acerco a él y observo su mano, se ve algo enrojecida—. Se te va a hinchar, tiene pinta de ser un esguince de muñeca, o puede que te hayas partido algún dedo... ¿Puedes moverla? —le pregunto mientras que voy palpando con cuidado y mirando su expresión para ver si le duele—. Habrá que esperar a ver que te vea Bonnie para saber si hay algo roto, mientras improvisamos algo, ¿vale? —miro hacia mi alrededor. Chasqueo la lengua porque he perdido mi mochila con la ropa y el material médico—. ¿Alguien lleva algo?, he perdido la mochila con mis cosas... Joder —no importa. Llevaba aún las armas, por lo que con el cuchillo corté la manga de mi camiseta, que estaba totalmente empapada e improvisé una venda para envolver la mano de Kamekona y así inmovilizarla—. A ver que tal te va esto —le digo y me vuelvo para ver a los demás.
Al parecer estábamos encerrados. Me quité la chaqueta y la dejé caer porque estaba chorreando y para pasar el mismo frío pensado más de la cuenta mejor la dejaba. Thea había tratado de forzar los barrotes con un destornillador—. ¿Un destornillador? —pregunto enarcando una ceja—. ¿Es que no habéis visto nunca dibujos? —pregunto—. Hace falta una lima —comento con todo el sarcasmo del mundo mientras que ella vuelve, el chico mira y llega el tuno de Hal.
—¿Estás bien? —le pregunto a ella colocando mis manos sobre sus hombros. Entonces todos nos decidimos a mirar a Hal, que se decantó por la fuerza bruta, yo aunque no fuera el momento decidí reírme un poco de él—. Míralo... Parece un vikingo —vuelvo la mirada hacia Thea—. Tirárselo tiene que tener un morbo... —coloco ambas manos sobre mis caderas mientras que miramos como el rubio hace todo el trabajo.
—¡Joder! —exclamo de repente cuando Hal consigue abrir un poco los barrotes. Sé que debería alegrarme porque sus golpes están dando resultado, pero no podía, pues era otra cosa la que me había hecho saltar. Al mirar al bordillo vi agua. Una capa de agua de un par de centímetros había comenzado a cubrir el suelo—. Chicos está subiendo el nivel del agua —ahora si que me puse más seria y sin pensarlo dos veces me lancé al agua para ir con Hal y ayudarle. Había que darse prisa.
—Déjame a mi ahora que trate de forzar este, descansas y sigues para terminar de abrirla... —los barrotes se mueven ahora algo más, Hal ha conseguido romper un par y la abertura es más grande, tal vez yo podría pasar con cuidado de no cortarme, sin embargo para Kamekona íbamos a necesitar más. Como llevaba otro destornillador comencé a realizar la tarea que había hecho Thea, poco a poco raspaba con la punta otro ladrillo para tratar de debilitar la piedra y que luego Hal pudiera forzarlo para abrirlos del todo.
—Su puta madre... —gruño cuando se me parte el destornillador. Observo la punta de este y lo guardo, al menos podrá usarse para acuchillar un par de cabezas... El ladrillo por otra parte se había partido algo, sin embargo no había podido liberarlo mucho más, así que nadé de nuevo hasta el bordillo y me puse de pie en este, viendo que ahora el agua nos llegaba algo más por encima de los tobillos—. Démonos prisa o acabaremos saludando a Bob Esponja —comenté por lo bajo con sarcasmo mientras que me abrazaba a mi misma por culpa del frío.
—Coño, no... Estamos todos divinos de la muerte... —digo con sorna, entonces hago una mueca ante ese olor, me huelo el hombro, pelo y ropas y no puedo más que echarme a reír con esa misma expresión de desagrado en mi rostro—. ... divinos y oliendo a mierda —doy un pequeño y sarcástico aplauso. En cierto modo pese a toda esa mierda, nunca mejor dicho, me alegraba, seguíamos con vida.
Me acerqué a Kamekona para ayudar a Thea y a Hal a subirlo—. ¡Vamos grandullón! —le pedimos que él haga el esfuerzo y finalmente sube, sonrío respirando con fuerza, pese a las náuseas que siento cada vez que lo hago, las repelo y me acerco al muchacho—. ¿Estás bien? —le miro con algo de seriedad. Estaba totalmente segura de que conocía a aquella chica. Y yo no sabría que decirle, la pelirroja casi que tenía todas las de haber muerto aplastada bajo esos escombros, sin embargo me callé.
—Ánimo —le doy una pequeña palmada en el hombro y me presento—. Soy Sienna, pero todos estos idiotas me llaman Dallas, el grandullón es Kamekona, ella Thea y el gigantón con pinta de nórdico es Hal... ¿Tú? —le miro mientras que me acerco a Kamekona, al parecer se había hecho daño en la mano—. Mi amor, ¿pero qué te ha pasado? —me acerco a él y observo su mano, se ve algo enrojecida—. Se te va a hinchar, tiene pinta de ser un esguince de muñeca, o puede que te hayas partido algún dedo... ¿Puedes moverla? —le pregunto mientras que voy palpando con cuidado y mirando su expresión para ver si le duele—. Habrá que esperar a ver que te vea Bonnie para saber si hay algo roto, mientras improvisamos algo, ¿vale? —miro hacia mi alrededor. Chasqueo la lengua porque he perdido mi mochila con la ropa y el material médico—. ¿Alguien lleva algo?, he perdido la mochila con mis cosas... Joder —no importa. Llevaba aún las armas, por lo que con el cuchillo corté la manga de mi camiseta, que estaba totalmente empapada e improvisé una venda para envolver la mano de Kamekona y así inmovilizarla—. A ver que tal te va esto —le digo y me vuelvo para ver a los demás.
Al parecer estábamos encerrados. Me quité la chaqueta y la dejé caer porque estaba chorreando y para pasar el mismo frío pensado más de la cuenta mejor la dejaba. Thea había tratado de forzar los barrotes con un destornillador—. ¿Un destornillador? —pregunto enarcando una ceja—. ¿Es que no habéis visto nunca dibujos? —pregunto—. Hace falta una lima —comento con todo el sarcasmo del mundo mientras que ella vuelve, el chico mira y llega el tuno de Hal.
—¿Estás bien? —le pregunto a ella colocando mis manos sobre sus hombros. Entonces todos nos decidimos a mirar a Hal, que se decantó por la fuerza bruta, yo aunque no fuera el momento decidí reírme un poco de él—. Míralo... Parece un vikingo —vuelvo la mirada hacia Thea—. Tirárselo tiene que tener un morbo... —coloco ambas manos sobre mis caderas mientras que miramos como el rubio hace todo el trabajo.
—¡Joder! —exclamo de repente cuando Hal consigue abrir un poco los barrotes. Sé que debería alegrarme porque sus golpes están dando resultado, pero no podía, pues era otra cosa la que me había hecho saltar. Al mirar al bordillo vi agua. Una capa de agua de un par de centímetros había comenzado a cubrir el suelo—. Chicos está subiendo el nivel del agua —ahora si que me puse más seria y sin pensarlo dos veces me lancé al agua para ir con Hal y ayudarle. Había que darse prisa.
—Déjame a mi ahora que trate de forzar este, descansas y sigues para terminar de abrirla... —los barrotes se mueven ahora algo más, Hal ha conseguido romper un par y la abertura es más grande, tal vez yo podría pasar con cuidado de no cortarme, sin embargo para Kamekona íbamos a necesitar más. Como llevaba otro destornillador comencé a realizar la tarea que había hecho Thea, poco a poco raspaba con la punta otro ladrillo para tratar de debilitar la piedra y que luego Hal pudiera forzarlo para abrirlos del todo.
- Dados:
- Si sale que si consigo debilitar ese barrote. Si sale que no, se me parte el destornillador, pero yo me lo quedo que con punta rota mola más (?)
—Su puta madre... —gruño cuando se me parte el destornillador. Observo la punta de este y lo guardo, al menos podrá usarse para acuchillar un par de cabezas... El ladrillo por otra parte se había partido algo, sin embargo no había podido liberarlo mucho más, así que nadé de nuevo hasta el bordillo y me puse de pie en este, viendo que ahora el agua nos llegaba algo más por encima de los tobillos—. Démonos prisa o acabaremos saludando a Bob Esponja —comenté por lo bajo con sarcasmo mientras que me abrazaba a mi misma por culpa del frío.
A beautiful liar, love for him is pain. The temples are now burning, our faith caught up in flames. I need a new direction, cause I have lost my way. All we need is faith.
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