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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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₪ I Batalla de Supervivencia {Participantes}
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Recuerdo del primer mensaje :
▧ Tras las normas se inicia una puesta en rol obligatoria a seguir.
▧ En la Batalla de Supervivencia solo puede ganar un personaje, que será el último que quede sin ser eliminado.
▧ Los personajes serán eliminados a razón de: Inactividad o mal estar del personaje. Se hará de forma lógica.
▧ Los participantes que no respondan en 48 horas serán eliminados.
▧ Los personajes solo podrán cargar con las armas que pidieron y otros objetos que el staff vaya indicando.
▧ El objeto "vida" es a nivel o off rol, a nivel on rol una simple moneda que encontrareis en diversos zonas. Quienes posean una vida, on rol pueden mencionar que encontraron una moneda.
▧ Quienes tengan el suero aún no lo tienen on rol.
▧ Los participantes deben narrar en su primer rol como llegan a ese párking que se cita en el rol siguiente, podéis indicar libremente como y por qué.
▧ No hay mínimo de lineas, tampoco máximo, pero rogamos que los roles sea claros y precisos para que el tema avance con la más rapidez posible, por tanto que no sean muy largos.
▧ No hay turnos de posteo, pero deben haber cuatro mensajes al menos entre tu último mensaje y el nuevo.
▧ Situación:
La noche parece avanzar con fuerza y rapidez pese a ser media tarde. Un manto de de nubes grises y oscuras se ciernen en el cielo avisando de la tormenta que se aproxima. Cuando comienzan a caer las primeras gotas un relámpago surca el cielo y el ruido es casi hasta aterrador. Cientos de pares de ojos en esa ciudad alzan la mirada hacia esa luz que brilla momentáneamente. Ninguna de estas personas están vivas hoy en día y aún así se van moviendo por las calles arrastrando los pies, el ruido los altera.
No muy lejos del lugar que fue el centro de aquella ciudad, existe cierta paz. Los merodeadores no han llegado aún hasta ahí. El lugar está desolado y quedan restos de una batalla que en antaño tuvo lugar allí. Una enorme abertura en mitad de una calle, se sumerge en el oscuro asfalto, es tan negra como la boca de un lobo, da lugar a un antiguo párking, el cual curiosamente es seguro.
Batalla de Supervivencia
08 de diciembre de 2014, Subterráneos.
Comienza la I Batalla de Supervivencia. Por ahora el inicio del rol será sencillo, pero irán surgiendo nuevos acontecimientos conforme vosotros vayáis respondiendo. Se establecen un par de normas a cumplir, puede que estas crezcan más adelante o incluso se modifiquen, por ahora son las siguientes:La noche parece avanzar con fuerza y rapidez pese a ser media tarde. Un manto de de nubes grises y oscuras se ciernen en el cielo avisando de la tormenta que se aproxima. Cuando comienzan a caer las primeras gotas un relámpago surca el cielo y el ruido es casi hasta aterrador. Cientos de pares de ojos en esa ciudad alzan la mirada hacia esa luz que brilla momentáneamente. Ninguna de estas personas están vivas hoy en día y aún así se van moviendo por las calles arrastrando los pies, el ruido los altera.
No muy lejos del lugar que fue el centro de aquella ciudad, existe cierta paz. Los merodeadores no han llegado aún hasta ahí. El lugar está desolado y quedan restos de una batalla que en antaño tuvo lugar allí. Una enorme abertura en mitad de una calle, se sumerge en el oscuro asfalto, es tan negra como la boca de un lobo, da lugar a un antiguo párking, el cual curiosamente es seguro.
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Por un momento la luz me cegó, la luz de mi propia linterna me hizo creer que me encontraba en casa, junto a mi padre. Fue como si el daño, el caos, el apocalipsis entero fuera reducido a cenizas por aquella luz, pero no, muy lejos de aquellas ideas la realidad era otra bien diferente. Me había dado un bue golpe en la cabeza como causa de la caída de ladrillos y los destrozos que estaba provocando aquella criatura. Había caído al suelo y comenzaba a sentir que íbamos a morir allí todos.
Observé a esa criatura acercarse, tragué saliva y cerré los ojos. Esperaba la afilada hoja cortar mi piel, el dolor o simplemente dejar de sentir nada, pero en vez de eso a mis sentidos llegaron los golpes gritos de Rebecca. Al abrir los ojos observé como la mujer bajaba por las escaleras y atraía a la criatura alejándola de todos nosotros.
— ¿Rebecca? —pregunté en voz baja aturdida, mientras veía como ella salía corriendo y aquel ser la perseguía. Tardé un poco en recobrarme, lentamente conforme me ponía en pie. Cait se había acercado a mi y agarré su mano con fuerza para ponerme en pie. — Gracias —agradecí mientras la escuchaba y mi expresión cambiaba a una más preocupada. Rebecca se había arriesgado por todos nosotros, no podíamos dejarla en manos de esas cosa. Así que asentí, además se había portado bien conmigo, aunque apenas me hubiera dado tiempo a conocerla, no se merecía que lo dejáramos pasar.
— Vayamos, pero tendremos que tener cuidado —avancé tras ella sin fijarme en los otros do, sabía que estaban bien porque se movían y para mi sorpresa el tipo nos adelantó. Parecía ciego de ira y me pregunté por qué. La mujer también nos acompañaba.
Miraba mi linterna, la luz parpadeaba dando señal de que se apagaría en cualquier momento. Así que le di un golpe con suavidad y con aquel gesto tan simple pareció arreglarse, así que me encogí y avancé junto a ellos con el machete en mi mano. Todos nos detuvimos al escuchar aquel horripilante grito y antes de querer darnos cuenta una especie de zombie se abalanzaba sobre la otra mujer. El zombie no era un zombie cualquiera, parecía mucho más capacitado. Pero en vez de analizar la situación no pensé y actué. Corrí en su dirección y agarré a aquella cosa del hombro, tirando para tratar de apartarlo de ella. Antes de que la criatura se girase para atacarme a mi yo hundí con violencia el machete en su cráneo, dos veces o incluso tres para asegurarme. — ¿Estás bien? —la miré tendiéndole la mano, con algo de preocupación en mi rostro por si aquella cosa la había mordido u arañado.
Observé a esa criatura acercarse, tragué saliva y cerré los ojos. Esperaba la afilada hoja cortar mi piel, el dolor o simplemente dejar de sentir nada, pero en vez de eso a mis sentidos llegaron los golpes gritos de Rebecca. Al abrir los ojos observé como la mujer bajaba por las escaleras y atraía a la criatura alejándola de todos nosotros.
— ¿Rebecca? —pregunté en voz baja aturdida, mientras veía como ella salía corriendo y aquel ser la perseguía. Tardé un poco en recobrarme, lentamente conforme me ponía en pie. Cait se había acercado a mi y agarré su mano con fuerza para ponerme en pie. — Gracias —agradecí mientras la escuchaba y mi expresión cambiaba a una más preocupada. Rebecca se había arriesgado por todos nosotros, no podíamos dejarla en manos de esas cosa. Así que asentí, además se había portado bien conmigo, aunque apenas me hubiera dado tiempo a conocerla, no se merecía que lo dejáramos pasar.
— Vayamos, pero tendremos que tener cuidado —avancé tras ella sin fijarme en los otros do, sabía que estaban bien porque se movían y para mi sorpresa el tipo nos adelantó. Parecía ciego de ira y me pregunté por qué. La mujer también nos acompañaba.
Miraba mi linterna, la luz parpadeaba dando señal de que se apagaría en cualquier momento. Así que le di un golpe con suavidad y con aquel gesto tan simple pareció arreglarse, así que me encogí y avancé junto a ellos con el machete en mi mano. Todos nos detuvimos al escuchar aquel horripilante grito y antes de querer darnos cuenta una especie de zombie se abalanzaba sobre la otra mujer. El zombie no era un zombie cualquiera, parecía mucho más capacitado. Pero en vez de analizar la situación no pensé y actué. Corrí en su dirección y agarré a aquella cosa del hombro, tirando para tratar de apartarlo de ella. Antes de que la criatura se girase para atacarme a mi yo hundí con violencia el machete en su cráneo, dos veces o incluso tres para asegurarme. — ¿Estás bien? —la miré tendiéndole la mano, con algo de preocupación en mi rostro por si aquella cosa la había mordido u arañado.
Odio la oscuridad. La luz de nuestras linternas no es suficiente como para proporcionarnos una luminosidad cómoda. Debo forcejear la vista para analizar el lugar, aunque bueno, la verdad es que no hay mucho que analizar, al fin y al cabo sigue siendo un pasillo como los anteriores. Los pasos de la criatura ya no se escuchan, lo que es un alivio pero la cuestión es. ¿Por dónde ha conseguido salir? A lo mejor ni si quiera a salido, tal vez es lo suficientemente inteligente como para esconderse, acechando, hasta que nos acerquemos a su posición y seamos su comida, Becca puede estar muerta. Trato de no pensar en aquello, se ha sacrificado por nosotros y no hemos podido reaccionar lo suficientemente rápido como para ayudarla nosotros a ella, la debemos una y si está muerta tendré que vivir con la culpa el resto de lo que me queda de vida, espero que sea poco.
El hombre me adelanta, miro para atrás, la mujer que lo sigue también parece aligerar más el paso y además no me había equivocado, Barbara está dispuesta a ayudar a Becca. — ¿Qué habrá sido de ella? — pregunto refiriéndome a Becca y sin dejar de quitar la vista del frente. Sigo preocupada por ella, Barbara seguro que también, el hombre y la mujer ... Bueno, ellos van a lo suyo.
Un chillido me aleja de mis pensamientos, es muy desagradable y no cesa, sigue gritando como si le fuese la vida en ello. Lo que parece un mordedor se dirige a toda velocidad hacia nosotros. ¿Qué es eso? Esta más que claro que no se trata de un mordedor normal y corriente, es veloz, de color rojizo y tienen disparos en la cabeza. ¿Disparos en la cabeza? ¿Y no está muerto? Me estremezco. ¿Qué clase de criaturas hay aquí? Primero lo que se parecía a un verdugo gigante e infectado, luego ésto. Dios, yo solo quería pasar la noche en algún lugar y era el aparcamiento. ¿A qué viene todo ésto? Además de eso tiene unas enormes garras, es monstruoso. Retrocedo y la bestia se abalanza sobre Alejandra, por fin me acuerdo de su nombre. La criatura sigue chillando y la mujer forcejea para quitárselo de encima, un arañazo y se acabó. Saco el revólver torpemente y lo sujeto con ambas manos, me tiemblan y no puedo apuntar bien. Miro aterrorizada al ser y se me nubla la vista. Vamos, he disparado muchas veces, bueno, a lo mejor con pistolas no pero ... Pero se apuntar, eso es importante. No puedo, sigo temblando y si disparo me arriesgo a herir a la mujer o peor, matarla. Para mi sorpresa Barbara desenfunda su machete y no duda en atravesar el cráneo de la bestia tras varios intentos. — Joder — murmuro y suspiro aliviada. — Este lugar no es normal ... Ninguna criatura que hay aquí es como las demás ¿Os dais cuenta? — apoyo la mano en la frente, miro hacia el techo y suspiro tratando de tranquilizarme. Claro que se habían dado cuenta, no hay más que recordar a la cosa con el hacha, me estremezco con tan solo pensarlo.
El hombre me adelanta, miro para atrás, la mujer que lo sigue también parece aligerar más el paso y además no me había equivocado, Barbara está dispuesta a ayudar a Becca. — ¿Qué habrá sido de ella? — pregunto refiriéndome a Becca y sin dejar de quitar la vista del frente. Sigo preocupada por ella, Barbara seguro que también, el hombre y la mujer ... Bueno, ellos van a lo suyo.
Un chillido me aleja de mis pensamientos, es muy desagradable y no cesa, sigue gritando como si le fuese la vida en ello. Lo que parece un mordedor se dirige a toda velocidad hacia nosotros. ¿Qué es eso? Esta más que claro que no se trata de un mordedor normal y corriente, es veloz, de color rojizo y tienen disparos en la cabeza. ¿Disparos en la cabeza? ¿Y no está muerto? Me estremezco. ¿Qué clase de criaturas hay aquí? Primero lo que se parecía a un verdugo gigante e infectado, luego ésto. Dios, yo solo quería pasar la noche en algún lugar y era el aparcamiento. ¿A qué viene todo ésto? Además de eso tiene unas enormes garras, es monstruoso. Retrocedo y la bestia se abalanza sobre Alejandra, por fin me acuerdo de su nombre. La criatura sigue chillando y la mujer forcejea para quitárselo de encima, un arañazo y se acabó. Saco el revólver torpemente y lo sujeto con ambas manos, me tiemblan y no puedo apuntar bien. Miro aterrorizada al ser y se me nubla la vista. Vamos, he disparado muchas veces, bueno, a lo mejor con pistolas no pero ... Pero se apuntar, eso es importante. No puedo, sigo temblando y si disparo me arriesgo a herir a la mujer o peor, matarla. Para mi sorpresa Barbara desenfunda su machete y no duda en atravesar el cráneo de la bestia tras varios intentos. — Joder — murmuro y suspiro aliviada. — Este lugar no es normal ... Ninguna criatura que hay aquí es como las demás ¿Os dais cuenta? — apoyo la mano en la frente, miro hacia el techo y suspiro tratando de tranquilizarme. Claro que se habían dado cuenta, no hay más que recordar a la cosa con el hacha, me estremezco con tan solo pensarlo.
El agua no solo me arrastró a mi, sino que Dallas y el chico que ella había rescatado fueron movidos con la misma delicadeza que yo hacia abajo. -¡Ay señor!-exclamé cerrando los ojos con fuerza y agarrándome a la pared de ladrillo como podía. Íbamos a morir, íbamos a morir ahí abajo, ahogados. Dallas se aferró a mis hombros y yo traté de agarrarla a mi también, para evitar que la corriente de agua nos arrastrara más al fondo.
Me agarraba con uñas y dientes a la pared, pero la tromba de agua que venía era cada vez más fuerte y acabamos por soltarnos, el agua nos arrastró con furia, cada vez más y más lejos. Sabía lo que nos deparaba nuestra escasa suerte y sería regresar a aquella habitación de las rejas, allí no había salida y moriríamos ahogados. Al menos Thea y Hal al parecer lograron salir.
La rendija se había roto y Dallas nos hizo nadar en la dirección del túnel, no lo veía mala idea, tal vez así tuviéramos una oportunidad. El agua nos arrastraba ahora de forma más suave. Dallas golpeaba su linterna y gracias a la luz que esta nos brindó divisamos unas escaleras por las que rápidamente subimos a un túnel de esos típicos de las alcantarillas.
-Pensé que acabaríamos convertidos en caldo de sopa-reí suspirando, estaba cansado por culpa de todo aquel lío de ahí abajo. Me apoyé sobre mis rodillas recobrándome y miré como Dallas avanzaba a toda prisa a un lado. -¿Qué ocurre?-miré al muchacho y le hice un gesto para que nos siguiera. Avancé tras la rubia hasta que me topé con que allí había una mujer. -Eh... ¡Ella estaba con nosotros al principio en el parking, la vi!-exclamé agachándome también a su lado. Al parecer la había mordido una serpiente, pues no tenía muy buena cara y habían dos muertas a un lado, Dallas se había encargado de una de ellas.
-Si la han mordido deberemos hacer algo-observé su brazo y efectivamente había sido mordida. -No Dallas, no podemos dejar que se mueva, sino el veneno se expandirá más rápido por su cuerpo-expliqué mientras apartaba a la rubia de la mujer para que la dejase donde estaba. -Sé lo que me hago, en O'ahu he visto muchos casos de mordeduras de serpiente de prácticamente todo tipo- me quité la camisa que llevaba por encima y le arranqué la manga con ayuda del cuchillo improvisando una venda. -Por lo que veo la acaba de morder, así que es bueno, aún tenemos tiempo-ya que tenía una venda la enrollé diez centímetros por encima de la mordedura y tuve cuidado de que esta no la apretase demasiado, pues debía permitir la circulación sanguínea. -Hay que quitarle anillos, pulseras, o cualquier prenda que sea muy ajustada, míralo tú misma-explicaba a Dallas mientras que yo terminaba de ponerle la venda. -Y ahora deberíamos buscar algún medicamento para darle, ¿en los mapas sale algún centro de salud cercano o farmacia?-miré a la rubia y chasqueé la lengua, pues quien portaba esos mapas era Thea y ahora con tanto agua estarían inservibles. -Tenemos que salir a la superficie y buscar algo, pero sin moverla demasiado-tras decir aquello me acerqué a la serpiente muerta y la examiné.
-Será posible... Esta bicha es rarísima-la cogí con cuidado, aprovechando que estaba muerta y la examiné a la luz de la linterna. -Dallas, ¿y si trato de buscar yo algo con él y tú te quedas a su cargo?-me puse de pie y pregunté como última medida. -Tienes que cuidar de que la zona por debajo del vendaje siga con pulso y si se inflama colocarle el vendaje más arriba para que permita la circulación-expliqué recordando todo cuanto había aprendido en antaño.
Me agarraba con uñas y dientes a la pared, pero la tromba de agua que venía era cada vez más fuerte y acabamos por soltarnos, el agua nos arrastró con furia, cada vez más y más lejos. Sabía lo que nos deparaba nuestra escasa suerte y sería regresar a aquella habitación de las rejas, allí no había salida y moriríamos ahogados. Al menos Thea y Hal al parecer lograron salir.
La rendija se había roto y Dallas nos hizo nadar en la dirección del túnel, no lo veía mala idea, tal vez así tuviéramos una oportunidad. El agua nos arrastraba ahora de forma más suave. Dallas golpeaba su linterna y gracias a la luz que esta nos brindó divisamos unas escaleras por las que rápidamente subimos a un túnel de esos típicos de las alcantarillas.
-Pensé que acabaríamos convertidos en caldo de sopa-reí suspirando, estaba cansado por culpa de todo aquel lío de ahí abajo. Me apoyé sobre mis rodillas recobrándome y miré como Dallas avanzaba a toda prisa a un lado. -¿Qué ocurre?-miré al muchacho y le hice un gesto para que nos siguiera. Avancé tras la rubia hasta que me topé con que allí había una mujer. -Eh... ¡Ella estaba con nosotros al principio en el parking, la vi!-exclamé agachándome también a su lado. Al parecer la había mordido una serpiente, pues no tenía muy buena cara y habían dos muertas a un lado, Dallas se había encargado de una de ellas.
-Si la han mordido deberemos hacer algo-observé su brazo y efectivamente había sido mordida. -No Dallas, no podemos dejar que se mueva, sino el veneno se expandirá más rápido por su cuerpo-expliqué mientras apartaba a la rubia de la mujer para que la dejase donde estaba. -Sé lo que me hago, en O'ahu he visto muchos casos de mordeduras de serpiente de prácticamente todo tipo- me quité la camisa que llevaba por encima y le arranqué la manga con ayuda del cuchillo improvisando una venda. -Por lo que veo la acaba de morder, así que es bueno, aún tenemos tiempo-ya que tenía una venda la enrollé diez centímetros por encima de la mordedura y tuve cuidado de que esta no la apretase demasiado, pues debía permitir la circulación sanguínea. -Hay que quitarle anillos, pulseras, o cualquier prenda que sea muy ajustada, míralo tú misma-explicaba a Dallas mientras que yo terminaba de ponerle la venda. -Y ahora deberíamos buscar algún medicamento para darle, ¿en los mapas sale algún centro de salud cercano o farmacia?-miré a la rubia y chasqueé la lengua, pues quien portaba esos mapas era Thea y ahora con tanto agua estarían inservibles. -Tenemos que salir a la superficie y buscar algo, pero sin moverla demasiado-tras decir aquello me acerqué a la serpiente muerta y la examiné.
-Será posible... Esta bicha es rarísima-la cogí con cuidado, aprovechando que estaba muerta y la examiné a la luz de la linterna. -Dallas, ¿y si trato de buscar yo algo con él y tú te quedas a su cargo?-me puse de pie y pregunté como última medida. -Tienes que cuidar de que la zona por debajo del vendaje siga con pulso y si se inflama colocarle el vendaje más arriba para que permita la circulación-expliqué recordando todo cuanto había aprendido en antaño.
- ¡Aguantad maldita sea! - Gritaba una y otra vez. Subí las escaleras y golpeaba la trampilla con el antebrazo, mientras lo hacía era capaz de ver de reojo como Dallas, Kamekona y el otro chico eran arrastrados por el agua. - ¡No! - Grité al ver como la corriente los arrastraba más al fondo. - ¡Aguantad! - Pedí a gritos a la vez que terminaba de abrir la trampilla y ascendía arriba seguida por Hal. No me esperé para tomar aire o descansar, me asomé para llamar a los chicos y que nadaran hasta nosotros, pero no pudieron. La tromba de agua bajó con más fuerza y lo último que vi antes de que el túnel se inundara fue a Dallas, Kamekona y el chico empujados por la corriente entre gritos.
- Oh mierda... - Susurré a la vez que me apartaba del agujero cuando algo de agua comenzó a salir por este, el túnel estaba prácticamente inundado y eso tan solo podía significar una sola cosa. No iban a salir con vida. - No... - Susurré mirando a Hal completamente pálida por lo que acababa de ver.
Un ruido hizo que alzara la mirada, la criatura corría en nuestra dirección enfurecida, su aspecto era horrible, sacado de una pesadilla. - ¡Hal! - Llamé la atención de mi compañero a la vez que desenfundaba la reglamentaria y apuntaba a aquel ser. Sin pensarlo dos veces apunté y disparé a la par que me movía en varias direcciones para evitar que aquel ser me golpeara.
Con cada disparo la criatura paraba un par de segundos a causa del daño, pero no se moría. - ¡Maldita sea! - Grité mientras que retrocedía varios pasos atrás y chocaba contra Hal. Sin dejar de apuntar a aquel ser presioné el gatillo cuatro veces más y a la octava bala el dichoso ser profirió tal grito que consiguió que diera un respingo, pues pensaba que me iba atacar, sin embargo cayó al suelo entre gritos más terribles, retorciéndose hasta que definitivamente murió. O al menos eso parecía. Me quedé un par de segundos más sujetando el arma en la dirección de ese ser y desvié lentamente la mirada a Hal. - ¿Has... has visto esa cosa? - Pregunté lentamente. Aquel ser tenía unas garras tremendas, si nos hubiera llegado a alcanzar... - Tenemos que salir de aquí, si hay más el ruido los habrá alertado... - Susurré muy cerca de su oído. Temblorosa, ya no solo por el frío y es que no me podía quitar de la cabeza la imagen de Dallas, Kamekona y ese chico siendo arrastrados por la corriente del agua túnel abajo.
- Oh mierda... - Susurré a la vez que me apartaba del agujero cuando algo de agua comenzó a salir por este, el túnel estaba prácticamente inundado y eso tan solo podía significar una sola cosa. No iban a salir con vida. - No... - Susurré mirando a Hal completamente pálida por lo que acababa de ver.
Un ruido hizo que alzara la mirada, la criatura corría en nuestra dirección enfurecida, su aspecto era horrible, sacado de una pesadilla. - ¡Hal! - Llamé la atención de mi compañero a la vez que desenfundaba la reglamentaria y apuntaba a aquel ser. Sin pensarlo dos veces apunté y disparé a la par que me movía en varias direcciones para evitar que aquel ser me golpeara.
Con cada disparo la criatura paraba un par de segundos a causa del daño, pero no se moría. - ¡Maldita sea! - Grité mientras que retrocedía varios pasos atrás y chocaba contra Hal. Sin dejar de apuntar a aquel ser presioné el gatillo cuatro veces más y a la octava bala el dichoso ser profirió tal grito que consiguió que diera un respingo, pues pensaba que me iba atacar, sin embargo cayó al suelo entre gritos más terribles, retorciéndose hasta que definitivamente murió. O al menos eso parecía. Me quedé un par de segundos más sujetando el arma en la dirección de ese ser y desvié lentamente la mirada a Hal. - ¿Has... has visto esa cosa? - Pregunté lentamente. Aquel ser tenía unas garras tremendas, si nos hubiera llegado a alcanzar... - Tenemos que salir de aquí, si hay más el ruido los habrá alertado... - Susurré muy cerca de su oído. Temblorosa, ya no solo por el frío y es que no me podía quitar de la cabeza la imagen de Dallas, Kamekona y ese chico siendo arrastrados por la corriente del agua túnel abajo.
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PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Apenas tenía fuerzas para luchar contra el agua, estaba cansado, agotado más bien, y pensar en Bárbara solo me ponía más triste, era una sensación agridulce, me sentía peor si pensaba en ella, pero igualmente me forzaba a seguir por si seguía entera en algún lugar, sí, es eso, no podía parar. Por ella. Miro a la rubia, que trataba de hablarme aunque en mi cabeza solo escuché ruido por los puros nervios. Asentí varias veces con la cabeza, había que mantener la calma aunque ninguno de nosotros lo hiciera demasiado bien. Tomamos una decisión, o más bien la tomó ella por nosotros y yo simplemente la seguí, porque cualquier cosa era mejor que quedarse agarrado malamente a aquella pared, así que los tres nos internamos por aquel túnel, el contrario del que veníamos y apreté los dientes para llegar lo antes posible a aquellas escaleras que advirtió la chica. Bingo.
Dejo que suban ellos primero y después les sigo yo, es todo un placer dejar el agua atrás y cuando subimos no tenemos ni un segundo de descanso, miro a la mujer que está en el suelo, la he visto en el parking antes, sí, y además el otro lo confirma, ella pasó por el conducto antes que Barbara, eso eran buenas señales, pero parecía muy tocada. No he visto nada, pero mientras subía me quedaba claro que las serpientes habían tenido la culpa, y la rubia se había cargado a una. ¿Bien hecho? - Joder... ¿estás seguro de lo que dices? - Murmuré cerca del grandote mientras él se ocupaba de la chica, no si será médico al final y todo. Pese al tema de las serpientes más extrañas del mundo y a la chica semimoribunda me tomé un segundo para apoyarme en la pared y suspirar, ahora me sentía aún más frío con toda la ropa calada. - Yo no tengo armas - Digo, pues no tengo nada de nada. - Yo la puedo llevar, y vosotros os ocupáis de limpiar el camino, no podemos quedarnos aquí, ni aunque ella esté... así - La señalé con la mirada, agachándome junto a ellos, no, no podíamos parar.
Dejo que suban ellos primero y después les sigo yo, es todo un placer dejar el agua atrás y cuando subimos no tenemos ni un segundo de descanso, miro a la mujer que está en el suelo, la he visto en el parking antes, sí, y además el otro lo confirma, ella pasó por el conducto antes que Barbara, eso eran buenas señales, pero parecía muy tocada. No he visto nada, pero mientras subía me quedaba claro que las serpientes habían tenido la culpa, y la rubia se había cargado a una. ¿Bien hecho? - Joder... ¿estás seguro de lo que dices? - Murmuré cerca del grandote mientras él se ocupaba de la chica, no si será médico al final y todo. Pese al tema de las serpientes más extrañas del mundo y a la chica semimoribunda me tomé un segundo para apoyarme en la pared y suspirar, ahora me sentía aún más frío con toda la ropa calada. - Yo no tengo armas - Digo, pues no tengo nada de nada. - Yo la puedo llevar, y vosotros os ocupáis de limpiar el camino, no podemos quedarnos aquí, ni aunque ella esté... así - La señalé con la mirada, agachándome junto a ellos, no, no podíamos parar.
Apreté los diente al ver cómo el resto no eran capaces de alcanzar la escalera, sabía que el sentimentalismo de Thea le podría y prácticamente la empujé para que subiera o terminaríamos ahogándonos todos y entonces todo habría sido inútil. - ¡Vamos Thea, vamos! - Grité cuando levantó la tapa y salió, yo salí después de ella y echamos un rápido vistazo, pero nada, el agua subía tanto que se desbordaba por los agujeros de la tapa cuando lo cerramos. Teníamos que cuidar por nosotros mismos y luego ya veríamos, confiaba de sobras en Dallas al menos para que se las ingeniara como bien pudiera para salir de ahí, no dudaba de su capacidad, y lo importante era mantener la cabeza fría.
- Tranquila... - Susurré llevando las manos hasta su rostro, sujetándola cuando la vi prácticamente destrozada, era fuerte, y era un buen momento para demostrarlo. - Estarán bien - Acabé por decir, porque no tuvimos mucho más tiempo, de la nada salió una bestia que no habíamos visto jamás, y eso que ya nos habíamos cruzado con bastantes. Empujé a Thea a un lado cuando vino a por nosotros , desenfundando la glock desde el suelo y disparando al menos un par de balas, al menos haría de cebo para que Thea acabara con él. Me eché a los lados rápidamente mientras él intentaba abalanzarse contra mi con aquellas garras terriblemente afiladas que podrían destrozarnos en tan solo un golpe. - Está duro, joder - Miré de reojo a Thea cuando nos cruzamos, chocando contra la pared y disparándole al mismo tiempo un par de balas más, pegó tal chillido que durante unos segundos no escuché nada más, hasta me llevé las manos a los oídos, pero al menos estaba en el suelo. Respiré aliviado, acercándome para rematarlo de un tiro, por si las moscas. - Sí, ¿qué queda que nos pueda sorprender? - Me encogí de hombros con algo de cachondeo, todo eran mutaciones del virus, estaba claro, todo lo que nos habíamos cruzado estos meses era por eso mismo.
- Estamos juntos en esto - Dije con una sonrisa algo cansada y dándole un ligero golpe en el hombro, al fin y al cabo era mi compañera. - Dallas es fuerte - Por si aún le quedaba algún tipo de duda. Esa chica no se iba a dejar morir por un poco de agua, ni de coña... Me sentí calado, así que me deshice del abrigo quedándome en manga corta, pero al menos no perdería tanto calor. - Deberías hacer lo mismo - Aún se la veía afectada por lo de hace apenas cinco minutos, pero si nos poníamos a pensar en ello no nos moveríamos... Saqué la linterna de nuevo, alumbrando el pasillo con la pistola en la otra mano, sacando el cargador un momento para comprobar cuantas balas me quedaban. - Mejor hagamos una demostración de efectividad y puntería la próxima vez o empezaré a preocuparme... - Dije más para mi que para ella, porque no me sobraban precisamente, pero se haría lo que se pudiera, además aquel martillo me podría sacar de un buen apuro llegado el momento.
- Tranquila... - Susurré llevando las manos hasta su rostro, sujetándola cuando la vi prácticamente destrozada, era fuerte, y era un buen momento para demostrarlo. - Estarán bien - Acabé por decir, porque no tuvimos mucho más tiempo, de la nada salió una bestia que no habíamos visto jamás, y eso que ya nos habíamos cruzado con bastantes. Empujé a Thea a un lado cuando vino a por nosotros , desenfundando la glock desde el suelo y disparando al menos un par de balas, al menos haría de cebo para que Thea acabara con él. Me eché a los lados rápidamente mientras él intentaba abalanzarse contra mi con aquellas garras terriblemente afiladas que podrían destrozarnos en tan solo un golpe. - Está duro, joder - Miré de reojo a Thea cuando nos cruzamos, chocando contra la pared y disparándole al mismo tiempo un par de balas más, pegó tal chillido que durante unos segundos no escuché nada más, hasta me llevé las manos a los oídos, pero al menos estaba en el suelo. Respiré aliviado, acercándome para rematarlo de un tiro, por si las moscas. - Sí, ¿qué queda que nos pueda sorprender? - Me encogí de hombros con algo de cachondeo, todo eran mutaciones del virus, estaba claro, todo lo que nos habíamos cruzado estos meses era por eso mismo.
- Estamos juntos en esto - Dije con una sonrisa algo cansada y dándole un ligero golpe en el hombro, al fin y al cabo era mi compañera. - Dallas es fuerte - Por si aún le quedaba algún tipo de duda. Esa chica no se iba a dejar morir por un poco de agua, ni de coña... Me sentí calado, así que me deshice del abrigo quedándome en manga corta, pero al menos no perdería tanto calor. - Deberías hacer lo mismo - Aún se la veía afectada por lo de hace apenas cinco minutos, pero si nos poníamos a pensar en ello no nos moveríamos... Saqué la linterna de nuevo, alumbrando el pasillo con la pistola en la otra mano, sacando el cargador un momento para comprobar cuantas balas me quedaban. - Mejor hagamos una demostración de efectividad y puntería la próxima vez o empezaré a preocuparme... - Dije más para mi que para ella, porque no me sobraban precisamente, pero se haría lo que se pudiera, además aquel martillo me podría sacar de un buen apuro llegado el momento.
Entre las sombras los monstruos se mueven con delicadeza y precisión, se escapan entre las rendijas y saltan de la nada, con extrema violencia. No son corteses, ¿para qué? Se aprovechan de las debilidades, te miran a los ojos y saben por que lado atacar. Por eso odio la oscuridad, cualquier criatura monstruosa podría apoderarse de mi. No puedo permitirlo. No, no, jamás... Me duele la cabeza cada vez más. No es la primera vez, cuanto más furioso me siento, más doloroso se vuelve todo. Normalmente es un suave pinchazo en la sien, pero la ira incrementa el dolor hasta límites insospechables. Es el monstruo que desea salir.
Escucho un grito atrás, pero las tinieblas me impiden ver quién lo ha hecho. Quizás fue la tipa esa de la que no quiero recordar su nombre o quizás una bestia. Si murió, he perdido alcohol y vendas. Y un frasco bastante importante... De todos modos, ¿acaso me importa si le pasa algo? Lo que me extraña es que no me lo haya cruzado yo... ¿O si lo hice? Freno en seco y miro a mi alrededor, sin estar seguro de donde estaba. ¿Hacia donde voy? Da igual a la dirección que mire, todo se vuelve confuso, los gritos se incrementan por todas partes y no se hacia qué dirección correr. ¿Qué buscaba? No sé. ¿A quién iba a matar? No recuerdo. Solo sé que ya no sé en que dirección voy, así que empiezo a caminar, sin rumbo fijo, evitando caer.
Escucho voces. Miro mis manos, tiemblan. Aquí no. Ahora no. Jamás. Una voz femenina que suplica. Otra que pregunta por el bienestar de otra. Una última aterrorizada por el lugar. ¿Es cierto? Todo aquí es distinto? Quizás aquí los monstruos son más poderosos. Quizás aquí las bestias pueden matarte de un solo golpe. O puede que te cercenen en dos pedazos. Trastabillé y caí. Me llevé la mano a la herida. Cierto, me han dado un golpe bastante fuerte en la cabeza. Me acerco al borde de este carril de la alcantarilla y vomito. Solo es bilis, desagradable y molesta bilis. Mientras me arde la garganta, la vista empieza a volverse borrosa y desaparece todo a mi alrededor.
Me muevo como en un sueño, en la misma dirección de las voces. Miro al frente y todo se nubla cada poco, pero se vuelve nítido. Sonrío entre dientes. Enfundo la katana, pero no me quito la garra. Poco precavido se es. Las veo ahí, a las tres. Miro al suelo, al lado de Alejandra. Un zo... No, otra bestia parecida. Me parece haberla visto alguna vez, pero jamás me he enfrentado a ella, ¿para qué? Miro sin perder la sorpresa en la mirada hacia las chicas.
—¿Estáis bien? ¿Alejandra? —creo que es ella la que ha sido atacada. De todos modos, no creo que sea lo importante ahora. —Deberíamos de ponernos en marcha rápido, Rebecca podría estar siendo atacada por el de la capucha ahora mismo, aunque unos cuantos metros hacia adelante no he visto ni a ella ni a la bestia, así que es probable que lograse escapar. —dije, tratando de animarlas a que se apresuraran, dándoles la espalda y caminando otra vez en la dirección donde se supone que Rebecca fue.
Escucho un grito atrás, pero las tinieblas me impiden ver quién lo ha hecho. Quizás fue la tipa esa de la que no quiero recordar su nombre o quizás una bestia. Si murió, he perdido alcohol y vendas. Y un frasco bastante importante... De todos modos, ¿acaso me importa si le pasa algo? Lo que me extraña es que no me lo haya cruzado yo... ¿O si lo hice? Freno en seco y miro a mi alrededor, sin estar seguro de donde estaba. ¿Hacia donde voy? Da igual a la dirección que mire, todo se vuelve confuso, los gritos se incrementan por todas partes y no se hacia qué dirección correr. ¿Qué buscaba? No sé. ¿A quién iba a matar? No recuerdo. Solo sé que ya no sé en que dirección voy, así que empiezo a caminar, sin rumbo fijo, evitando caer.
Escucho voces. Miro mis manos, tiemblan. Aquí no. Ahora no. Jamás. Una voz femenina que suplica. Otra que pregunta por el bienestar de otra. Una última aterrorizada por el lugar. ¿Es cierto? Todo aquí es distinto? Quizás aquí los monstruos son más poderosos. Quizás aquí las bestias pueden matarte de un solo golpe. O puede que te cercenen en dos pedazos. Trastabillé y caí. Me llevé la mano a la herida. Cierto, me han dado un golpe bastante fuerte en la cabeza. Me acerco al borde de este carril de la alcantarilla y vomito. Solo es bilis, desagradable y molesta bilis. Mientras me arde la garganta, la vista empieza a volverse borrosa y desaparece todo a mi alrededor.
Me muevo como en un sueño, en la misma dirección de las voces. Miro al frente y todo se nubla cada poco, pero se vuelve nítido. Sonrío entre dientes. Enfundo la katana, pero no me quito la garra. Poco precavido se es. Las veo ahí, a las tres. Miro al suelo, al lado de Alejandra. Un zo... No, otra bestia parecida. Me parece haberla visto alguna vez, pero jamás me he enfrentado a ella, ¿para qué? Miro sin perder la sorpresa en la mirada hacia las chicas.
—¿Estáis bien? ¿Alejandra? —creo que es ella la que ha sido atacada. De todos modos, no creo que sea lo importante ahora. —Deberíamos de ponernos en marcha rápido, Rebecca podría estar siendo atacada por el de la capucha ahora mismo, aunque unos cuantos metros hacia adelante no he visto ni a ella ni a la bestia, así que es probable que lograse escapar. —dije, tratando de animarlas a que se apresuraran, dándoles la espalda y caminando otra vez en la dirección donde se supone que Rebecca fue.
·Mata. Roba. Sobrevive. Ese es el cometido de esta vida.·
- Hum:
On Rol el resto (?) XD
La cabeza me daba vueltas, así que me llevé una mano a la frente tratando de contenerme y evitar que acabara vomitando allí mismo. Un siseo resonó con fuerza en el lugar y yo no sabía que era, pero comenzaba a pensar que era cosa de mi cabeza hasta que sentí aquel fuerte dolor punzante en el brazo. Solté un grito ahogado y vi a la serpiente. Antes de que esta pudiera llegar a morderme una segunda vez la atravesé con el cuchillo.
— Oh mierda... — Susurré al ver la mordedura en mi brazo, y entre eso y los golpes que me había dado comenzaba a sentirme cansada y torpe, mareada sin ganas de levantarme, sin fuerzas incluso. Traté de empuñar el cuchillo una vez más, ya que aún seguía escuchando ese siseo, pero mi brazo cayó sobre el herido sin fuerzas. Recosté mi cara contra la pared y cerré los ojos cansada. Me decía que debía aguantar, que debía levantarme y acabar con ella pero no era posible. Y perdí la noción del tiempo, no sabía si pasó una vida hasta lo que ocurrió a continuación o no.
Me moví bruscamente cuando sentí como algo rozaba mi hombro incluso alcé el cuchillo o al menos lo intenté y cuando me fijé en que una mujer me miraba fijamente mi mano cayó de nuevo. La miré fijamente asintiendo. Traté de hablar y me costó un poco, así que lo dejé con aquel gesto.
— Esto... He estado mejor — Susurré con la voz ronca. Miré con algo de desesperación a mi alrededor y distinguí dos serpientes muertas, una la había matado yo y la otra... Volví la mirada hacia la rubia. Al parecer le debía un favor a alguien. Sonreí desganada y me di cuenta de que no estábamos solas, dos tipos más estaban allí y me fijé entonces en el más joven. Alcé mi mano en su dirección, o al menos algo.
— Barbara... — Lo reconocí, era el chico del conducto y volví a sonreír de nuevo de esa forma cansada. — Te daba por muerto — Susurré. Y a partir de ahí apenas lograba entender de que hablaban, uno de ellos me colocó una venda y yo alzaba la mirada de vez en cuando. — Creo poder andar, al menos un poco... — Iba a morir, pero no me quería quedar allí. — Por favor, no me dejéis morir aquí abajo — Pedí en el último momento, cuando me acordé de algo. — Barbara, ella encontró un antiofídico... — Y ahora entendía por qué el guarda conservaba ese tipo de fármacos en aquel lugar, pero sentía como mi cuerpo pesaba demasiado y entonces me desvanecí de nuevo.
— Oh mierda... — Susurré al ver la mordedura en mi brazo, y entre eso y los golpes que me había dado comenzaba a sentirme cansada y torpe, mareada sin ganas de levantarme, sin fuerzas incluso. Traté de empuñar el cuchillo una vez más, ya que aún seguía escuchando ese siseo, pero mi brazo cayó sobre el herido sin fuerzas. Recosté mi cara contra la pared y cerré los ojos cansada. Me decía que debía aguantar, que debía levantarme y acabar con ella pero no era posible. Y perdí la noción del tiempo, no sabía si pasó una vida hasta lo que ocurrió a continuación o no.
Me moví bruscamente cuando sentí como algo rozaba mi hombro incluso alcé el cuchillo o al menos lo intenté y cuando me fijé en que una mujer me miraba fijamente mi mano cayó de nuevo. La miré fijamente asintiendo. Traté de hablar y me costó un poco, así que lo dejé con aquel gesto.
— Esto... He estado mejor — Susurré con la voz ronca. Miré con algo de desesperación a mi alrededor y distinguí dos serpientes muertas, una la había matado yo y la otra... Volví la mirada hacia la rubia. Al parecer le debía un favor a alguien. Sonreí desganada y me di cuenta de que no estábamos solas, dos tipos más estaban allí y me fijé entonces en el más joven. Alcé mi mano en su dirección, o al menos algo.
— Barbara... — Lo reconocí, era el chico del conducto y volví a sonreír de nuevo de esa forma cansada. — Te daba por muerto — Susurré. Y a partir de ahí apenas lograba entender de que hablaban, uno de ellos me colocó una venda y yo alzaba la mirada de vez en cuando. — Creo poder andar, al menos un poco... — Iba a morir, pero no me quería quedar allí. — Por favor, no me dejéis morir aquí abajo — Pedí en el último momento, cuando me acordé de algo. — Barbara, ella encontró un antiofídico... — Y ahora entendía por qué el guarda conservaba ese tipo de fármacos en aquel lugar, pero sentía como mi cuerpo pesaba demasiado y entonces me desvanecí de nuevo.
♣ Grupo A:
La oscuridad envuelve a el grupo de personas. La débil luz de las linternas iluminan ligeramente el lugar. Un olor bastante desagradable comienza a hacerse cada vez más fuerte. Los minutos pasan, no se escucha apenas nada, de vez en cuando el sonido del agua, gotas estallar contra el suelo o las tuberías... Incluso el rumor de las ratas que avanzan de vez en cuando por pasillos colindantes. Y de nuevo, por fin, tras lo que parece una eternidad resuena ese chirrido metálico, uno que vosotros ya conocéis. ¿Pero de dónde procede?Os ubicáis en el centro de una intersección en forma de cruz, tenéis tres caminos a escoger, el de el frente, derecha o izquierda. Ese sonido amenazador suena cada vez más intenso, pero resulta confuso de ubicar. La oscuridad tampoco ayuda a saber donde está, porque puede estar ahora avanzando hacia vosotros y sin embargo no le véis. El tiempo corre, elegir ahora ruta puede salvar vuestra vida o hacer que os ezarcéis en una venganza absurda de la que tal vez no salgais con vida. Una de vuestras linternas parpadea y se apaga para siempre.
1º Seguir todo recto. - El corazón me palpíta con fuerza. ¿Qué puede haber en la oscuridad?
2º Seguir hacia la derecha. - Chillidos, ¿son eso ratas?, cada vez se oye menos.
3º Seguir hacia la izquierda. - Silencio, parece seguro.
Nota: Podéis elegir el camino que vosotros queráis. Podéis seguir juntos o no, esa es la elección de vuestro personaje.
♣ Grupo B:
Una vez que ese ser muere un silencio sepulcral se apodera del pasillo. El ser ha agonizado de una forma horrible, retorciendose entre gritos y dolor hasta acabar definitivamente muerto. Un suave rumor comienza a escucharse, al principio conforme andáis casi es imperceptible, pero comienza a resonar con mayor fuerza, comienza a ser cada vez más sonoro. ¿Ratas? El haz de luz ilumina al final del pasillo un grupo enorme de ratas, corren rápidas por el pasillo hacia vuestra dirección. ¿Qué hacéis?○ Son solo ratas, ¿qué más da?
○ Correr en la dirección contraria.
♠ Grupo C:
○ Rebecca Ashanti en esta ronda de respuestas Rebecca perderá un grado de salud sino recibe un suero.○ Sienna Adler, Kamekona y Richard G. Allen: decidís ayudar a Rebecca y por tanto cargar con ella. La mobilidad de Richard quedará reducida si carga con Rebecca. Según he leído Sienna y Kamekona irán delante. ¿Así que buscais medicamento para Rebecca?, bien os costará caro...
Hace tiempo que fue el amo de aquel lugar, hace ya muchos años que apenas salía a la calle y aunque él tenía una familia, un hogar, un sitio en la sociedad... Un mal vicio le hizo perder todo y acabar exiliado del mundo. Teniendolo todo quien diría que iba a acabar así. La culpable fue ella, su amiga la botella. Al principio le resultó muy duro vivir allí abajo, pero se acostumbró hasta tal punto que apenas quería salir de allí. Fue uno de los muchos supervivientes del apocalipsis, pues vivir en las alcantarillas era tal vez el refugio perfecto y aunque pensó en escapar y buscar a su familia finalmente se negó. Aquel hombre ya no tenía corazón, ni alma, todos aquellos que le repudiaron acabaron muertos y él se alegraba. Había sabido sobrevivir, esquivar las ratas, esas criaturas... Pero aquel día había una diferencia, alguien había molestado a su "tranquila" vida, había escuchado los pasos, las voces... ¡Esos desgraciados invadían su hoga! Le habían echado de su mundo, se habían burlado de él y lo habían exiliado al mismísimo infierno, ¿y ahora querían quedarse con su hogar?, ¡jamás! Para colmo tuvo que ver desde la lejanía como irrumpían en su habitación y robaban sus cosas, su comida, sus medicamentos... La sangre le hervía de rabia.
Huraño, era humano, estaba bien, pensaba, pero había perdido el juicio, la soledad había hecho mella en él y ahora se paseaba por aquellos pasillos que conocía como la plama de su mano, los había observado a todos y se vengaría de ellos. Una pareja que caería con las ratas, un hombre de aspecto rudo con tres chicas, serían aplastados por la bestia y ahora ese otro grupito, una moribunda, un gordinflón, un crío y la mujer. Él pensó que era por ahora aquel el grupo más débil. Acabaría con ellos como con todos aquellos que habían osado adentrarse en su hogar. Y lo mejor sería que con aquella gente tendría alimento para semanas.
Alzó el hacha y con un grito atacó.
Este tipo juega con el factor sorpresa, aprovecha cuando Richard ayuda a Rebecca, se lanza a por ellos, empuja a Rebecca y ella cae sobre Richard, golpea a Kamekona con el mango del hacha en la cara, su nariz comienza a sangrar por el golpe y entonces cae sobre Sienna con el hacha alzada. Este hombre es rápido, ágil y muy fuerte, tiene años de experiencia en supervivencia acumulada. Cuenta con un frasco de antivirus en su cinturón. Para quitarselo deberéis acabar con él.
Para acabar con él necesitais sacar un total de tres si. Entre todos deberéis ir atacando, de uno en uno, como hasta ahora con la lanzada de dados de dilemas. Con cada sí, obtendréis un golpe acertado. Podéis dispararle incluso, pero no serán disparos mortales, solo para debilitarle, si lográis un tercer sí diremos que ocurre. Con cada no, obtendréis un golpe por parte de él que desorientará a vuestro personaje. Haremos pequeñas intervenciones para indicar los daños que os provoca. Los daños que ha provocado ahora no bajarán vuestra salud, los siguientes si falláis los dados, sí. Rebecca también podrá atacar.
Grupos
Grupo A James HowlettAlejandra Warrens Barbara G. Dawson Caitlyn J. Crowell - | Grupo B Thea Grayson Hal Ferris - - - | Grupo C Rebecca AshantiRichard G. Allen Kamekona Sienna Adler - |
Tenéis hasta el martes que viene a esta hora para responder al menos una vez cumpliendo estos objetivos.
Hoy no es mi noche de suerte,me di cuenta de eso cuando me cayó el zombie raro encima.Al menos no me aruñó a mi,mi mochila ya es otra historia pero no es nada que no se arregle con hilo y agujas.
Ahora el punto más importante es que sigo viviendo para contarlo y gracias a la chica que se encargó del zombie justo a tiempo,tomo la mano de la chica para levantarme -Estoy bien y gracias por eso,nunca lo olvidaré- si no hubiera sido por su rapida acción dudo mucho que hubiera conseguido salir sin daños.
Casi me rio por el comentario de la rubia,creo que hace rato notamos que aquí no hay nada normal;no es que cualquier muerto viviente sea algo normal pero lo que se ha aparecido por aquí supera cualquier límite de rareza.Lo mejor es ponernos en marcha a buscar a nuestra otra compañera antes que nos pille algo más.
No sé si son ideas mías o el lugar está apestando aún más,entonces escucho sonidos de ratas no muy cerca y luego el mismo ruido que solo puedo relacionar con el monstruo lanzador de hachas;bien ahora si me arrepiento de haber entrado aquí aunque eso ya no hace mucha diferencia pues no se pueden cambiar tus acciones. -Parece que el gigantón del hacha viene otra vez- digo,no sé si me han escuchado por el ruido que se hace cada vez más cercano.La única opción es salir de aquí,el problema es por dónde;hay tres caminos y no tengo idea cual escoger.Está el pasillo que aparenta ser seguro,pero las apariencias pueden engañarte;en el que se escuchan ratas,por primera vez uso la lógica y pienso que si huyen es porque hay algo peor;y me queda el pasillo del medio,ese está muy oscuro.
Me voy por el camino de los indecisos o sea el del medio.Es el que elijo pues si yo no puedo ver nada supongo que el giganton tampoco,o eso espero.
Ahora el punto más importante es que sigo viviendo para contarlo y gracias a la chica que se encargó del zombie justo a tiempo,tomo la mano de la chica para levantarme -Estoy bien y gracias por eso,nunca lo olvidaré- si no hubiera sido por su rapida acción dudo mucho que hubiera conseguido salir sin daños.
Casi me rio por el comentario de la rubia,creo que hace rato notamos que aquí no hay nada normal;no es que cualquier muerto viviente sea algo normal pero lo que se ha aparecido por aquí supera cualquier límite de rareza.Lo mejor es ponernos en marcha a buscar a nuestra otra compañera antes que nos pille algo más.
No sé si son ideas mías o el lugar está apestando aún más,entonces escucho sonidos de ratas no muy cerca y luego el mismo ruido que solo puedo relacionar con el monstruo lanzador de hachas;bien ahora si me arrepiento de haber entrado aquí aunque eso ya no hace mucha diferencia pues no se pueden cambiar tus acciones. -Parece que el gigantón del hacha viene otra vez- digo,no sé si me han escuchado por el ruido que se hace cada vez más cercano.La única opción es salir de aquí,el problema es por dónde;hay tres caminos y no tengo idea cual escoger.Está el pasillo que aparenta ser seguro,pero las apariencias pueden engañarte;en el que se escuchan ratas,por primera vez uso la lógica y pienso que si huyen es porque hay algo peor;y me queda el pasillo del medio,ese está muy oscuro.
Me voy por el camino de los indecisos o sea el del medio.Es el que elijo pues si yo no puedo ver nada supongo que el giganton tampoco,o eso espero.
Cuando la mujer por fin respondió a mis avisos sonreí aliviada— Gracias a Dios —sonrío y me vuelvo hacia Kamekona, dejándole espacio al grandullón para que se encargue de la mujer, él parece controlar con el tema—. ¿Seguro? —me giro para mirar al chaval que viene con nosotros, supongo que a él le interesa más saber que ha pasado con los otros. Lo que sí entiendo es que él no iba con ella.
—Te ayudo hombre... —me acerco a el y xamino a la mujer mientras que él venda su brazo, yo me dedico a examinar si la ropa que lleva es muy ajustada o si carga con algún complemento que pueda impedir la buena circulación—. Seguro que no te importa que se te caigan los pantalones si esto ayuda... —le digo a la mujer, pues comienzo a quitarle el cinturón, que seguidamente me coloco al rededor de la muñeca para cargar con él. También recojo sus cosas y se las cuelgo a Kamekona en la espalda.
—Amiga, tienes que ponerte bien, que luego te tocará cargar con tus cosas... —trato de tranquilizar su ánimo, aunque la mujer parece ya bastante tranquila—. ¿Cuál es tu nombre? —pregunto mientras que con ayuda de un cuchillo le hago un pequeño corte en las dos mangas de su camiseta—. Prometo luego regalarte otra parecida que yo tengo, pero es necesario según Kamekona —miro al grandullón y asiento, ya creo que está bien para poder seguir. El chaval se ofreció a llevarla y no me pareción mala idea—. Creo que eso estaría bien, nosotros dos podríamos cubrir el camino, separarnos aquí abajo no me gusta ni un pelo y ya estamos bastante divididos —miro a los dos, Thea y Hal están por ahí, a saber si bien, al parecer otro grupo también anda por otro lado, a no ser que estén muertos y cuando menciona a la tal Barbara todos escuchamos con atención.
— ¿Dónde está ella ahora, por qué estás tú aquí sola? —pregunto atropelladamente—. No, no, no... No vas a morir y menos aquí abajo, te ayudaremos —la agarro por la mano y la ayudo para levantarse, tal y como ha sugerido el chico, él cargará con ella y Kamekona y yo ireos delante.
Me volví hacia el frente enfocando con la linterna, para cuando quise darme cuenta y volverme nuevamente por el ruido, todo se había convertido en un auténtico caos. La mujer se había caído sobre Richard, la nariz de Kamekona chorreaba sangre y aquel chalado, causante de todo se lanzaba a por mi. Era una mezcla entre Robinson Crussoe y un lunático de manicomio, porque su mirada era bastante perturbadora, ambos caímos al suelo mientras él trataba de golpearme. Grité tratando de forcejar con él. El cinturón de la mujer se había soltado de mi muñeca. aunque un estremo seguía enroscado a esta, no ra capaz de llegar a otra de mis armas y por ello aprveché la correa para liarla en torno al cuello de aquel tipo, que no atendía a razones y tratar de ahogarlo. Tiré de ambos estremos mientras que él luchaba contra mi para tratar de golpearme con el hacha.
Aprovechando que le tenía sujeto con el cinturón, traté de quitarmelo de encima con una buena patada, pero en vez de ello, el tipo logró soltarse ágilmente de mi agarre y golpearme en plena cara con el mango del hacha haciendo que cayera hacia atrás aturdida por el golpe.
—Te ayudo hombre... —me acerco a el y xamino a la mujer mientras que él venda su brazo, yo me dedico a examinar si la ropa que lleva es muy ajustada o si carga con algún complemento que pueda impedir la buena circulación—. Seguro que no te importa que se te caigan los pantalones si esto ayuda... —le digo a la mujer, pues comienzo a quitarle el cinturón, que seguidamente me coloco al rededor de la muñeca para cargar con él. También recojo sus cosas y se las cuelgo a Kamekona en la espalda.
—Amiga, tienes que ponerte bien, que luego te tocará cargar con tus cosas... —trato de tranquilizar su ánimo, aunque la mujer parece ya bastante tranquila—. ¿Cuál es tu nombre? —pregunto mientras que con ayuda de un cuchillo le hago un pequeño corte en las dos mangas de su camiseta—. Prometo luego regalarte otra parecida que yo tengo, pero es necesario según Kamekona —miro al grandullón y asiento, ya creo que está bien para poder seguir. El chaval se ofreció a llevarla y no me pareción mala idea—. Creo que eso estaría bien, nosotros dos podríamos cubrir el camino, separarnos aquí abajo no me gusta ni un pelo y ya estamos bastante divididos —miro a los dos, Thea y Hal están por ahí, a saber si bien, al parecer otro grupo también anda por otro lado, a no ser que estén muertos y cuando menciona a la tal Barbara todos escuchamos con atención.
— ¿Dónde está ella ahora, por qué estás tú aquí sola? —pregunto atropelladamente—. No, no, no... No vas a morir y menos aquí abajo, te ayudaremos —la agarro por la mano y la ayudo para levantarse, tal y como ha sugerido el chico, él cargará con ella y Kamekona y yo ireos delante.
Me volví hacia el frente enfocando con la linterna, para cuando quise darme cuenta y volverme nuevamente por el ruido, todo se había convertido en un auténtico caos. La mujer se había caído sobre Richard, la nariz de Kamekona chorreaba sangre y aquel chalado, causante de todo se lanzaba a por mi. Era una mezcla entre Robinson Crussoe y un lunático de manicomio, porque su mirada era bastante perturbadora, ambos caímos al suelo mientras él trataba de golpearme. Grité tratando de forcejar con él. El cinturón de la mujer se había soltado de mi muñeca. aunque un estremo seguía enroscado a esta, no ra capaz de llegar a otra de mis armas y por ello aprveché la correa para liarla en torno al cuello de aquel tipo, que no atendía a razones y tratar de ahogarlo. Tiré de ambos estremos mientras que él luchaba contra mi para tratar de golpearme con el hacha.
Aprovechando que le tenía sujeto con el cinturón, traté de quitarmelo de encima con una buena patada, pero en vez de ello, el tipo logró soltarse ágilmente de mi agarre y golpearme en plena cara con el mango del hacha haciendo que cayera hacia atrás aturdida por el golpe.
A beautiful liar, love for him is pain. The temples are now burning, our faith caught up in flames. I need a new direction, cause I have lost my way. All we need is faith.
El miembro 'Sienna Adler' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dilemas' :
Resultados :
'Dilemas' :
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PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Dallas escuchó con atención mis palabras y me ayudó bastante bien, yo terminé de liarle la venda y sugerí quedarnos allí, al menos que ella permaneciera en aquel lugar mientras que dos de nosotros ibanen busca de un medicamento. El chaval dijo que no era buena idea y asentí, él se ofreció a llevar a la mujer.-Eso podría servir también-expliqué mientras que se confirmaban mis pensamientos. No me había equivocado, esa mujer estaba en el garaje cuando el desprendimiento y se había marchado junto a los demás y la compañera del chico moreno. Lo que me sorprendió fue que ella comentó que habían encontrado un medicamento para esa mordedura.
Antes de que pudiera cuestionarle que había ocurrido con los demás Dallas se encargó de las preguntas, incluso el chico también quiso enterarse mejor de todo.-No sé si estará muy entera como para ponerse a pensar en ello...-alcé mi mano hasta la frente de la mujer y tomé su temperatura, no era muy normal, pero tampoco parecía tener fiebre, tal vez dentro de un rato subiría más.
Me puse en pie para ayudar al chaval a cargar con ella. No llegamos ni avanzar un paso cuando alguien nos asaltó. De repente me vi tirado nuevamente en el suelo con la nariz sangrando, viendo como Dallas trataba de forcejear con nuestro asaltante.
La herida y el chico estaban a un lado, Dallas había sido puesto fuera de juego y entonces yo, ahora que parecía haberme recobrado del golpe, me puse en pie hecho una furia, con un grito, eché a correr hacia aquel hombre, dispuesto a embestirle como habría hecho en un combate de sumo. La realidad fue muy penosa, el tipo se apartó sujetandome, para mi mala suerte, de la mano herida, me hizo caer a causa del dolor y me golpeó nuevamente en plena cara dejándome K.O.
Antes de que pudiera cuestionarle que había ocurrido con los demás Dallas se encargó de las preguntas, incluso el chico también quiso enterarse mejor de todo.-No sé si estará muy entera como para ponerse a pensar en ello...-alcé mi mano hasta la frente de la mujer y tomé su temperatura, no era muy normal, pero tampoco parecía tener fiebre, tal vez dentro de un rato subiría más.
Me puse en pie para ayudar al chaval a cargar con ella. No llegamos ni avanzar un paso cuando alguien nos asaltó. De repente me vi tirado nuevamente en el suelo con la nariz sangrando, viendo como Dallas trataba de forcejear con nuestro asaltante.
La herida y el chico estaban a un lado, Dallas había sido puesto fuera de juego y entonces yo, ahora que parecía haberme recobrado del golpe, me puse en pie hecho una furia, con un grito, eché a correr hacia aquel hombre, dispuesto a embestirle como habría hecho en un combate de sumo. La realidad fue muy penosa, el tipo se apartó sujetandome, para mi mala suerte, de la mano herida, me hizo caer a causa del dolor y me golpeó nuevamente en plena cara dejándome K.O.
El miembro 'Kamekona' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Aquel pasillo cada vez parecía más oscuro, era como si las linternas no iluminaran ya bien, como si la luz fuera debilitandose cada vez más. Aquel lugar no parecía tener fin, nos adentrábamos en un laberinto que parecía no tener fin. La boca del lobo, nunca mejor dicho. Seguía a la mujer, ¿Alejandra?, no tenía la cabeza en su sitio, pero sí, era ese su nombre. Primero Dick y luego Rebecca. A ella no la conocía apenas, aún así ahora la estábamos buscando, por como nos había ayudado, incluso aquel hombre venía... Aunque tal vez lo que era más seguro es que fueran otros motivos los que guiaban sus pasos.
Aún así nos había ayudado y no podíamos dejarla en la estacada. Por otro lado estaba lo de Dick, no me lo podía quitar de la cabeza. ¿Qué iba a hacer ahora? Más tarde me acercaría e nuevo a aquel aparcamiento, aunque fuera peligroso o aunque la calle estuviera derrumbada, yo me acercaría para comprobar si Dick estaba allí... Y lo buscaría, ya fuera vivo o... Preferí ni pensarlo. Alcé la mirada para ver que nos encontrábamo en una cruzada, nunca mejor dicho.
— ¡Oh mierda! —exclamé molesta, pues justo en aquel momento mi linterna se apagó y por más que presionase una y otra vez el interruptor, esta no volvía a encenderse, nisiquiera con el truco viejo de darle pequeños golpecitos. Me adelanté hasta Alejandra que estaba en mitad de la desviación, no sin antes mirar hacia atrás, en busca de Caitlyn para hacerle un gesto de fastidio. — Creo que se ha roto —le comenté a ella y volví a mirar hacia el frente. — ¿Y ahora hacia...? —no llegué a terminar la frase. Estábamos en problemas y tal vez elegir ahora el camino correcto nos salvara o no la vida, miré hacia varios lados, en busca del haz de luz de mis compañeros y un poco de apoyo por su parte. No sabía que camino elegir y los demás tampoco parecían decantarse por uno, pero entonces Alejandra siguió hacia adelante, y fue el movimiento de su linterna lo que, con ayuda de mis nervios, me hizo seguirla. Mientras que corría tras ella desvié la mirada una vez hacia atrás, para ver que ocurría con Caitlyn y aquel hombre, pero sobre todo preocupada por ella. Le hacía un gesto para que viniera y no se quedara atrás.
Aún así nos había ayudado y no podíamos dejarla en la estacada. Por otro lado estaba lo de Dick, no me lo podía quitar de la cabeza. ¿Qué iba a hacer ahora? Más tarde me acercaría e nuevo a aquel aparcamiento, aunque fuera peligroso o aunque la calle estuviera derrumbada, yo me acercaría para comprobar si Dick estaba allí... Y lo buscaría, ya fuera vivo o... Preferí ni pensarlo. Alcé la mirada para ver que nos encontrábamo en una cruzada, nunca mejor dicho.
— ¡Oh mierda! —exclamé molesta, pues justo en aquel momento mi linterna se apagó y por más que presionase una y otra vez el interruptor, esta no volvía a encenderse, nisiquiera con el truco viejo de darle pequeños golpecitos. Me adelanté hasta Alejandra que estaba en mitad de la desviación, no sin antes mirar hacia atrás, en busca de Caitlyn para hacerle un gesto de fastidio. — Creo que se ha roto —le comenté a ella y volví a mirar hacia el frente. — ¿Y ahora hacia...? —no llegué a terminar la frase. Estábamos en problemas y tal vez elegir ahora el camino correcto nos salvara o no la vida, miré hacia varios lados, en busca del haz de luz de mis compañeros y un poco de apoyo por su parte. No sabía que camino elegir y los demás tampoco parecían decantarse por uno, pero entonces Alejandra siguió hacia adelante, y fue el movimiento de su linterna lo que, con ayuda de mis nervios, me hizo seguirla. Mientras que corría tras ella desvié la mirada una vez hacia atrás, para ver que ocurría con Caitlyn y aquel hombre, pero sobre todo preocupada por ella. Le hacía un gesto para que viniera y no se quedara atrás.
Hal trató de animarme, de decirme que Dallas era fuerte, ¿pero y aquel chico?, ¿y el pobre Kamekona?... Ni el ataque de aquella criatura conseguía despejarme. Era algo que acababa de pasar y punto, se marchó a un segundo plano, aunque existiera la posibilidad de que nos volviera a atacar otro, ni pensé más en ello. Tan solo podía dedicar mis pensamientos a esos tres.
- No puedo quitarmelo de la cabeza, ¿es que no estabas ahí abajo cuando ha venido esa corriente de agua? - Pregunté a la vez que me llevaba ambas manos a la cara. Ya había pasado por aquello una vez, no podría soportarlo una segunda. - Era mucha agua y... No vimos ninguna salida, posiblemente ahora... - Quise golpear algo porque no quise pensar en ello, pero posiblemente ahora estuvieran ahogandose y nosotros allí sin poder hacer nada, o peor aún, podrían estar muertos ya.
Me limpié la cara con la manga de la blusa, que estaba completamente mojada, pero sirvió para limpiarme los ojos y refrescarme, más bien calmarme para no echarme allí a llorar por lo que acababa de pasar. - Siga... - Aquel sonido comenzó a resonar con fuerza en el pasillo, cada vez más sonoro y claro. Miré a Hal con el semblante serio. - ¿Qué es eso?, parecen... - ¿Ratas?, aproveché que él iluminaba el pasillo con la linterna para mirar en esa dirección, no se veía nada aún, pero el sonido indicaba que iban hacia nuestra posición. Le di el hombro. - Será mejor que nos marchemos de aquí, ya - Le pedí a la vez que comenzaba a correr en la dirección contraria del ruido.
- No puedo quitarmelo de la cabeza, ¿es que no estabas ahí abajo cuando ha venido esa corriente de agua? - Pregunté a la vez que me llevaba ambas manos a la cara. Ya había pasado por aquello una vez, no podría soportarlo una segunda. - Era mucha agua y... No vimos ninguna salida, posiblemente ahora... - Quise golpear algo porque no quise pensar en ello, pero posiblemente ahora estuvieran ahogandose y nosotros allí sin poder hacer nada, o peor aún, podrían estar muertos ya.
Me limpié la cara con la manga de la blusa, que estaba completamente mojada, pero sirvió para limpiarme los ojos y refrescarme, más bien calmarme para no echarme allí a llorar por lo que acababa de pasar. - Siga... - Aquel sonido comenzó a resonar con fuerza en el pasillo, cada vez más sonoro y claro. Miré a Hal con el semblante serio. - ¿Qué es eso?, parecen... - ¿Ratas?, aproveché que él iluminaba el pasillo con la linterna para mirar en esa dirección, no se veía nada aún, pero el sonido indicaba que iban hacia nuestra posición. Le di el hombro. - Será mejor que nos marchemos de aquí, ya - Le pedí a la vez que comenzaba a correr en la dirección contraria del ruido.
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Comenzaba a sentir mi cuerpo más pesado de lo normal, aquella era una sensación desagradable, de cansancio, como cuando te despertabas tras una larga noche de fiesta y mucho alcohol. Incluso sentí ciertas náuseas que logré controlar a duras penas.
El hombre y la mujer comenzaron a hacerme varias cosas, uno me colocó una venda, la otra rasgaba mi ropa... Y yo prefería quedarme quieta ahí, no hacer nada más que dejarles tranquilidad. Me sentía tan cansada que ni me importaba lo que pudieran hacer con que yo pudiera seguir medianamente tranquila.
Asentí sin responder a casi nada de lo que me decían, me limitaba a asentir débilmente una y otra vez.vez, hasta que ellos insistieron con una de las preguntas. — Nos atacaron y tuve que alejarlo de ellos — Expliqué casi sin pensar mucho más en ello.
Me ayudaron a ponerme en pie y lo cierto es que yo pude casi sola hacerlo, me sentía tan solo un poco mareada por lo que me limité a apoyarme en el brazo del chico. Y apenas iba a dar un paso cuando me lanzaron contra él.
Ambos caímos al suelo, todo me daba vueltas y tardé un poco en comprender lo que estaba ocurriendo. Un loco nos había atacado. Si bien todo me daba vueltas y yo me sentía bastante estúpida, era consciente de que aquel tipo no venía con muy buenas intenciones. Sujeté mi cuchillo y sin pensarlo medio me puse en pie y me lancé a por él dispuesta a acuchillarle. Al sentir la carne bajo la afilada hoja la empujé más adentro, cayendo a un lado después a causa de lo débil que comenzaba a sentirme.
El hombre y la mujer comenzaron a hacerme varias cosas, uno me colocó una venda, la otra rasgaba mi ropa... Y yo prefería quedarme quieta ahí, no hacer nada más que dejarles tranquilidad. Me sentía tan cansada que ni me importaba lo que pudieran hacer con que yo pudiera seguir medianamente tranquila.
Asentí sin responder a casi nada de lo que me decían, me limitaba a asentir débilmente una y otra vez.vez, hasta que ellos insistieron con una de las preguntas. — Nos atacaron y tuve que alejarlo de ellos — Expliqué casi sin pensar mucho más en ello.
Me ayudaron a ponerme en pie y lo cierto es que yo pude casi sola hacerlo, me sentía tan solo un poco mareada por lo que me limité a apoyarme en el brazo del chico. Y apenas iba a dar un paso cuando me lanzaron contra él.
Ambos caímos al suelo, todo me daba vueltas y tardé un poco en comprender lo que estaba ocurriendo. Un loco nos había atacado. Si bien todo me daba vueltas y yo me sentía bastante estúpida, era consciente de que aquel tipo no venía con muy buenas intenciones. Sujeté mi cuchillo y sin pensarlo medio me puse en pie y me lancé a por él dispuesta a acuchillarle. Al sentir la carne bajo la afilada hoja la empujé más adentro, cayendo a un lado después a causa de lo débil que comenzaba a sentirme.
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