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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Recuerdo del primer mensaje :
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
II Batalla de Supervivencia
01 de junio de 1955, Sunnydale.
- Off rol - Normativa - Clic:
- Comienza la II Batalla de Supervivencia. Por ahora el inicio del rol será sencillo, pero irán surgiendo nuevos acontecimientos conforme vosotros vayáis respondiendo. Se establecen un par de normas a cumplir, puede que estas crezcan más adelante o incluso se modifiquen, por ahora son las siguientes:
▧Tras las normas se inicia una puesta en rol obligatoria a seguir.▧En la Batalla de Supervivencia solo puede ganar un personaje, que será el último que quede sin ser eliminado.▧Los personajes serán eliminados a razón de: Inactividad o mal estar del personaje. Se hará de forma lógica.▧Los participantes que no respondan en 48 horas serán eliminados.▧Los personajes solo podrán cargar con las armas que pidieron y otros objetos que el staff vaya indicando.▧El objeto "vida" es a nivel o off rol, a nivel on rol una simple moneda que encontrareis en diversos zonas. Quienes posean una vida, on rol pueden mencionar que encontraron una moneda.▧Quienes tengan el suero aún no lo tienen on rol.▧No tenéis vuestras armas.▧No hay mínimo de lineas, pero sí máximo: 35 líneas. Sabemos que muchos escribís eso o incluso más, pero queremos hacer que la BS sea rápida.▧No hay turnos de posteo, pero deben haber cuatro mensajes al menos entre tu último mensaje y el nuevo.
Te arrastrarán al infierno.
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Prefacio
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
Comienza la IIBS
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Colegio
○ Phoenix y Chris: El hombre asiente, está de acuerdo en que os marchéis, sin embargo aparece una profesora corriendo. «¡Enfermera, enfermera...! La señorita Croft se ha desmayado fuera, su marido la trae hacia aquí» Exclama la mujer de mediana edad cuando llega al marco de la puerta. No tarda en aparecer en la puerta un hombre que sujeta a Jemma entre sus brazos.
○ Jemma E. Croft: «¡Cariño! ¿Estás bien?» Un hombre alto se acerca a ella y la levanta en brazos con delicadeza. Parece preocupado, te lleva a la enfermería.
Cafetería
La hija del cocinero le da un beso a su padre y se marcha. «¿Cómo qué que pasa? Tus hermanos y tú no habéis dormido, ¿eh?» El cocinero se ríe mientras deja tres platos de bacon con huevos revueltos. «Que aproveche familia, y por cierto como no os deis prisa llegareis tarde a trabajar. ¿El museo abre solo Abigail? ¿Y a vosotros dos no os acaban de dar trabajo en el restaurante y la tienda de ropa?»
Mijakovic abandona rápidamente el restaurante. (Será un PNJ que se llama de casualidad igual que el PJ del foro)
Nota: Restaurante Jack's, número 7 del mapa y el 4 tienda de Ropa de Sophie.
Hospital
○ Kasper R. Jäger: Ambos vais a la cafetería, la enfermera no deja de frotar tus hombros y decir palabras de consuelo. Al llegar os sentais en una mesa y ella trae dos tazas de chocolate, ella habla con tranquilidad mientras bebe y trata de animarte, justo entonces te fijas en que hay algo en tu taza: ¡¡¿Es un dedo?!!
○ Alistair Jackson: El médico te pide firmar unos papeles en relación a la muerte de tu supuesta esposa. Luego te indica que tu hijo está en la cafetería por si quieres bajar. El representante de los servicios funerarios te pide firmar unos papeles también para que se encarguen ellos de todo. Esta tarde será a las cinco el entierro, en la iglesia, te da sus condolencias y se marcha.
○ Ryder, Nicholas y Zhnets: «Helena, Helena...» La enfermera Smith se queda como si estuviera en trance. Se gira y automáticamente va hacia la bolsa del suero, la mira y regresa al mueble del fondo. «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» Dice mirando a la pared, se vuelve a girar y sonríe con cariño. «¡Oh Dios Santo, has despertado! ¡Oh Dios Santo, has despertado! ¡Oh Dios Santo, has despertado!» Repite una y otra vez, la otra enfermera la mira pálida y sale corriendo fuera, al pasillo llamando a alguien. Rápidamente entran en la habitación dos hombres que se llevan a la mujer a la fuerza.
«Disculpen a Smith, no se encuentra bien...» La enfermera va hacia Zhnets y la observa. «Me temo que el accidente ha dejado secuelas, hemos hecho lo que se ha podido, Sandy quedará ingresada esta noche en vigilancia y mañana le daremos el alta y podréis volver a casa, si lo desea, señor Robles, ustedes pueden marcharse a su vivienda para descansar y nosotros cuidamos de Sandy, les vendrá bien descansar» Explica la mujer.
Plaza
○ Victoria Devars: El hombre decide llevarte al hospital. Subís en un coche blanco, no eres capaz de reconocer nada como es lógico, pero te fijas en que hay un cartel que señala la localización del hospital y ves que él te lleva en la dirección contraria. Su sonrisa es inquietante...
○ Slim y Vannah: A su lado, el señor que está con el periódico (que ya no es Mihail Dabija, sino Marcus Dabija, porque hemos dicho que va a ser un PNJ diferente al PJ original) cae sobre el regazo de Vannah. Está muerto y el hombre que llamó a Vannah grita aterrorizado.
Casa 14 y Jardín
El chico del sofá no se despierta. Se escuchan gritos fuera, alguien corre por mitad de la calle con la ropa llena de sangre. La sirena de un coche policía suena también más próxima cada vez, otro hombre persigue al tipo que grita, a paso tranquilo, sus ropas están también llenas de sangre.
Tenéis todos 48 horas para responder a partir de este mensaje.
Estaba a punto de salir cuando el médico del Hospital me detuvo, debo firmar unos papeles para que pueda irme y mi esposa pueda ser enterrada, asiento casi por impulso aunque realmente no entiendo muy bien lo que sucede. Miró los papeles y cojo la pluma de igual forma por instinto, muerdo mi labio y volteo a ver al doctor que me mira un poco impaciente, supongo que tiene algo de prisa por lo que colocó mi nombre y hago una ligera línea encima, no sé si esa sea mi firma pero al doctor parece bastar por lo que se retira no sin antes indicarme que mi hijo se encuentra en la cafetería. -¿Mi hijo?- enarcó una ceja, el doctor me mira con curiosidad. No estoy seguro de nada así que tal vez tenga razón. -Si claro gracias- me giro sobre mis talones y cuando estoy a punto de comenzar a caminar rumbo a la cafetería me detiene otro hombre, parece ser el de la funeraria.
Una vez más repito la firma y agradezco por las condolencias. -Si me disculpa, debo buscar a mi hijo- el hombre asiente y me deja marchar en dirección a la cafetería. Siento una pequeña punzada en la cabeza y aún tengo esa sensación de no saber nada mientras camino hacia la cafetería. Al llegar ahí busco con la mirada alguien que me parezca familiar pero solo está el chico que estaba a mi lado en el sofá. Dudo un poco y comienzo a aparcarme lentamente hacia él.
Una vez más repito la firma y agradezco por las condolencias. -Si me disculpa, debo buscar a mi hijo- el hombre asiente y me deja marchar en dirección a la cafetería. Siento una pequeña punzada en la cabeza y aún tengo esa sensación de no saber nada mientras camino hacia la cafetería. Al llegar ahí busco con la mirada alguien que me parezca familiar pero solo está el chico que estaba a mi lado en el sofá. Dudo un poco y comienzo a aparcarme lentamente hacia él.
Alzó la vista al hombre que accedía a que se marcharan. Phoenix no comprendió. ¿Por qué su esposo no iría por ella y su hijo? Observó el pequeño rostro de quien ahora creía su retoño. Conociéndose, dudaba que su relación matrimonial fuera buena. ¡Más aún! Dudaba que el niño fuera hijo de su padre. Pero tenía que ser de ella, su mente aceptaba el hecho por algo que no podía comprender.
- Vamos a casa. - Susurró en un tono de voz dulce, esbozando una sonrisa tranquilizadora. Aún le preocupaba amnesia. El no estar sola la ayudaba a guardar la calma hasta poder hablar con alguien de confianza.
Estaba a punto de salir de la enfermería cuando un hombre con una mujer en brazos entraron. Su impulso fue el de querer ayudar, pudo sentirlo con fuerza en su interior. Pudo recordar con exactitud cosas que sólo alguien entendido en medicina sabría. «¿Soy doctora? ¿Profesora de anatomía? ¿Médico forense?» Phoenix se quedó petrificada un instante. «La muerte...» Sí, tenía que ser. ¡Eso debía ser! «¡Soy un médico forense!» Le parecía razonable, confiaba en esa posibilidad.
El rugir de su estómago y un leve dolor de cabeza la volvieron a la realidad. Salió con prisa de allí. Quería salir del colegio. Observó la documentación suya y de su hijo. «Phoenix, sí eso está bien. Pero...» No, ese no podía ser su apellido de soltera, al ver el otro documento lo confirmaba. - Chris. - Murmuró mientras se acercaba a la salida del colegio. «¿Christopher? ¿Christian? ¿Christos?»
Al salir del colegio se le cayó todo lo que traía. Todo el contenido de su bolso quedó tirado en el suelo. No había nada fuera de lo ordinario allí, sólo algo de maquillaje, un pañuelo, un espejo, dinero, una llave y otras cosas que sólo le decían que era mujer y madre.
- ¿Recuerdas el camino a casa, pequeño tigre? - Preguntó a su hijo con la esperanza de que él pudiera guiarla.
Decidió que caminaría en la línea más recta posible, pasando por el ayuntamiento. Parecía que había una cafetería a unos cuantos metros, pasando las casas. Con suerte alguien la reconocería allí. Con suerte algún amigo o alguien se presentaría. Algún rostro familiar al menos.
- Vamos a casa. - Susurró en un tono de voz dulce, esbozando una sonrisa tranquilizadora. Aún le preocupaba amnesia. El no estar sola la ayudaba a guardar la calma hasta poder hablar con alguien de confianza.
Estaba a punto de salir de la enfermería cuando un hombre con una mujer en brazos entraron. Su impulso fue el de querer ayudar, pudo sentirlo con fuerza en su interior. Pudo recordar con exactitud cosas que sólo alguien entendido en medicina sabría. «¿Soy doctora? ¿Profesora de anatomía? ¿Médico forense?» Phoenix se quedó petrificada un instante. «La muerte...» Sí, tenía que ser. ¡Eso debía ser! «¡Soy un médico forense!» Le parecía razonable, confiaba en esa posibilidad.
El rugir de su estómago y un leve dolor de cabeza la volvieron a la realidad. Salió con prisa de allí. Quería salir del colegio. Observó la documentación suya y de su hijo. «Phoenix, sí eso está bien. Pero...» No, ese no podía ser su apellido de soltera, al ver el otro documento lo confirmaba. - Chris. - Murmuró mientras se acercaba a la salida del colegio. «¿Christopher? ¿Christian? ¿Christos?»
Al salir del colegio se le cayó todo lo que traía. Todo el contenido de su bolso quedó tirado en el suelo. No había nada fuera de lo ordinario allí, sólo algo de maquillaje, un pañuelo, un espejo, dinero, una llave y otras cosas que sólo le decían que era mujer y madre.
- ¿Recuerdas el camino a casa, pequeño tigre? - Preguntó a su hijo con la esperanza de que él pudiera guiarla.
Decidió que caminaría en la línea más recta posible, pasando por el ayuntamiento. Parecía que había una cafetería a unos cuantos metros, pasando las casas. Con suerte alguien la reconocería allí. Con suerte algún amigo o alguien se presentaría. Algún rostro familiar al menos.
Se sintió bastante aliviado cuando vio que su supuesta madre reaccionaba, sin embargo Chris sentía que le faltaba algo, se miró las manos: ¿no debería llevar algo junto a él? Negó lentamente mientras que los mayores hablaban, se frotó el rostro inconsciente, por culpa del cansancio y siguió con la mirada a su madre.
— Sí, el estómago de Chris pide comida — Dijo él cuando le preguntó su madre y asintió varias veces. El pequeño cruzaba las piernas una y otra vez. ¿Por qué sus pantalones eran tan pequeños? Casi se sentía desnudo y lo peor era que tenía algo de frío. Su madre lo sacó en brazos del colegio, Chris se abrazaba a ella rodeando su cuello con ambos brazos, a la vez que apoyaba el rostro en su hombro y bostezaba de vez en cuando.
Cuando se le cayeron las cosas a Phoenix, Chris se puso de pie a su lado y la ayudó a recoger de buena gana. — Mami, ¿por qué Chris no sabe? — Preguntó inocente cuando terminaron de recoger las cosas y luego él negó. — Chris no sabe nada — Se encogió de hombros y se limitó a agarrar la mano de su madre y a seguir sus pasos.
El pequeño observaba a su alrededor con curiosidad, aquel lugar era bastante bonito, cosa que a él le parecía rara. — ¿Por qué es todo tan bonito? Chris no entiende — Dijo negando sin saber siquiera por qué decía aquello. — Caaaaaa - peeeee - teeeee rrrrrí - aaaa — Empezó a leer en voz alta los carteles que veían. Al niño aún le costaba diferenciar algunas letras de otras. — ¿Capetería, qué es una capetería? — Preguntó él tirando suavemente de la mano de ella. — ¿Si es como una cafetería pueden ir mami y Chris a beber un chocolate? — Se paró por completo en mitad de la acera y tiró del brazo de ella para que dijera que sí, tenía hambre y su estómago volvía a rugir.
— Sí, el estómago de Chris pide comida — Dijo él cuando le preguntó su madre y asintió varias veces. El pequeño cruzaba las piernas una y otra vez. ¿Por qué sus pantalones eran tan pequeños? Casi se sentía desnudo y lo peor era que tenía algo de frío. Su madre lo sacó en brazos del colegio, Chris se abrazaba a ella rodeando su cuello con ambos brazos, a la vez que apoyaba el rostro en su hombro y bostezaba de vez en cuando.
Cuando se le cayeron las cosas a Phoenix, Chris se puso de pie a su lado y la ayudó a recoger de buena gana. — Mami, ¿por qué Chris no sabe? — Preguntó inocente cuando terminaron de recoger las cosas y luego él negó. — Chris no sabe nada — Se encogió de hombros y se limitó a agarrar la mano de su madre y a seguir sus pasos.
El pequeño observaba a su alrededor con curiosidad, aquel lugar era bastante bonito, cosa que a él le parecía rara. — ¿Por qué es todo tan bonito? Chris no entiende — Dijo negando sin saber siquiera por qué decía aquello. — Caaaaaa - peeeee - teeeee rrrrrí - aaaa — Empezó a leer en voz alta los carteles que veían. Al niño aún le costaba diferenciar algunas letras de otras. — ¿Capetería, qué es una capetería? — Preguntó él tirando suavemente de la mano de ella. — ¿Si es como una cafetería pueden ir mami y Chris a beber un chocolate? — Se paró por completo en mitad de la acera y tiró del brazo de ella para que dijera que sí, tenía hambre y su estómago volvía a rugir.
Siento un fuerte mareo al apoyar los pies en el suelo y levantarme, que tengo que apoyarme en el hombre para no caerme al suelo. Él, amablemente, me sujeta por la cintura y carga con todo mi peso para que yo no haga muchos esfuerzos. Me encuentro realmente mal, y agradezco que ese señor tan amable me esté ayudando. Cualquier otro me habría dejado allí tirada o habría llamado a la policía y se habría largado. Pero él no. A pesar de ser unos desconocidos, me está ayudando de forma voluntaria y de buen grado.
- No se preocupe, señorita. En cuanto se dé cuenta estaremos en el hospital, y usted se pondrá bien y podremos localizar a su familia - Le sonrío agradecida - Gracias - No me dé las gracias, cualquiera habría hecho lo mismo
Con una amable sonrisa, me lleva hasta un coche blanco y me ayuda a subirme y a abrocharme el cinturón. Él se pone al volante y nos ponemos en marcha rumbo al hospital. En el asiento del copiloto, me relajo, confiada, y me dedico a mirar por la ventana. No reconozco nada de lo que veo. El silencio se ha instalado en el interior del vehículo y ninguno de los dos rompe ese silencio, pero sí noto sus miradas bastante a menudo.
Un cartel llama mi atención y me incorporo en el asiento mientras lo veo pasar. En el cartel ponía hospital, pero también indicaba la dirección contraria a la que íbamos. El corazón empieza a latirme con fuerza y miro al hombre.
- Disculpe... creo que se ha equivocado de dirección. El hospital está en la dirección contraria
Me mira sin decir nada, pero su inquietante sonrisa me pone los pelos de punta. Empiezo a asustarme. El coche sigue circulando, y me voy asustando cada vez más y más mientras avanzamos en una dirección desconocida.
- ¿A dónde vamos? Me prometió que me llevaría al hospital, que todo estaría bien. ¿Qué está haciendo? ¿A dónde me lleva?
- ¿Nunca te han dicho que no te subas al coche de un desconocido, encanto? - Su inquietante sonrisa vuelve a aparecer.
- No se preocupe, señorita. En cuanto se dé cuenta estaremos en el hospital, y usted se pondrá bien y podremos localizar a su familia - Le sonrío agradecida - Gracias - No me dé las gracias, cualquiera habría hecho lo mismo
Con una amable sonrisa, me lleva hasta un coche blanco y me ayuda a subirme y a abrocharme el cinturón. Él se pone al volante y nos ponemos en marcha rumbo al hospital. En el asiento del copiloto, me relajo, confiada, y me dedico a mirar por la ventana. No reconozco nada de lo que veo. El silencio se ha instalado en el interior del vehículo y ninguno de los dos rompe ese silencio, pero sí noto sus miradas bastante a menudo.
Un cartel llama mi atención y me incorporo en el asiento mientras lo veo pasar. En el cartel ponía hospital, pero también indicaba la dirección contraria a la que íbamos. El corazón empieza a latirme con fuerza y miro al hombre.
- Disculpe... creo que se ha equivocado de dirección. El hospital está en la dirección contraria
Me mira sin decir nada, pero su inquietante sonrisa me pone los pelos de punta. Empiezo a asustarme. El coche sigue circulando, y me voy asustando cada vez más y más mientras avanzamos en una dirección desconocida.
- ¿A dónde vamos? Me prometió que me llevaría al hospital, que todo estaría bien. ¿Qué está haciendo? ¿A dónde me lleva?
- ¿Nunca te han dicho que no te subas al coche de un desconocido, encanto? - Su inquietante sonrisa vuelve a aparecer.
Una vez en la cafetería y sentado en aquella mesa comencé a meditar sobre mi situación, mi extraña situación... ¿Que hacia aquí, por que a penas sabía como me llamaba? Demasiado desconcertante, sumándole a esto el hecho de que si me apellidaba Jackson quería decir que... El hombre que dejé atrás era mi... ¿Padre? Y peor todavía, la persona que habían dado por fallecida... ¿Era mi madre? Nada de esto tenía sentido alguno, lo que debía admitir que me sacaba un poco de mis casillas y necesitaba las respuesta, ya.
Esperé a penas unos minutos, debatiendo sobre que o como debía preguntarle a la enfermera que había estado consolándome desde que aparecí envuelto en esta situación, cuando esta llegó con el prometido chocolate. Casi me había olvidado. Inicialmente no presté atención alguna al chocolate, simplemente miré a la enfermera quien seguía hablando, y yo... Tenía que preguntarle cosas, muchas incógnitas me rondaban la mente o al menos en eso estaba pensando hasta que mi vista se desvió un segundo hacia el "chocolate". Parpadeé varias veces seguidas por si no había visto del todo bien pero... ¡¿Eso era un dedo?! ... ¿¡Pero que cojones pasa aquí!? Como si todo esto no fuese ya raro, extraño y perturbador de por sí, ahora me habían traído un jodido dedo en una taza...
- Que... es... esto... - Dije con voz seria desplazando la taza con un leve impulso sobre la superficie de la mesa hasta las manos de la enfermera. No sabía si esa, mi reacción era la mas apropiada, pero era difícil no ponerse en guardia cuando te encontrabas metido de lleno en algo incomprensible y sin sentido. Mis músculos ya se tensaron por pura inercia por si debía de levantarme a toda velocidad y salir de allí... Pero aun esperaba mi respuesta.
Esperé a penas unos minutos, debatiendo sobre que o como debía preguntarle a la enfermera que había estado consolándome desde que aparecí envuelto en esta situación, cuando esta llegó con el prometido chocolate. Casi me había olvidado. Inicialmente no presté atención alguna al chocolate, simplemente miré a la enfermera quien seguía hablando, y yo... Tenía que preguntarle cosas, muchas incógnitas me rondaban la mente o al menos en eso estaba pensando hasta que mi vista se desvió un segundo hacia el "chocolate". Parpadeé varias veces seguidas por si no había visto del todo bien pero... ¡¿Eso era un dedo?! ... ¿¡Pero que cojones pasa aquí!? Como si todo esto no fuese ya raro, extraño y perturbador de por sí, ahora me habían traído un jodido dedo en una taza...
- Que... es... esto... - Dije con voz seria desplazando la taza con un leve impulso sobre la superficie de la mesa hasta las manos de la enfermera. No sabía si esa, mi reacción era la mas apropiada, pero era difícil no ponerse en guardia cuando te encontrabas metido de lleno en algo incomprensible y sin sentido. Mis músculos ya se tensaron por pura inercia por si debía de levantarme a toda velocidad y salir de allí... Pero aun esperaba mi respuesta.
Interactúa con Kasper
Con mis pasos entorpecidos y con la cabeza demasiado confundida me acerqué hasta la mesa en la que se encontraba aquel joven, si había logrado entender todo lo que me habían dicho él era mi hijo. ¿Cierto? Y si era así. ¿Por qué no recordaba nada? Al menos tendría que saber su nombre o algo, recordar algunos momentos juntos pero… por más que me esforzaba no venía nada a mi cabeza solamente el ligero dolor que no me dejaba en paz. Si me ponía a pensarlo tampoco recordaba estar casado y lo peor, cuando me dijeron que mi esposa había fallecido no sentí nada, supongo que aunque no recordaras a una persona si realmente estabas tan unido a ella deberías sentir algo, ¿no? Pero nada, no sentía nada.
Al llegar a la mesa donde se encontraba aquel chico que suponía era mi hijo noté una reacción extraña en él y en la taza que desplazaba hacia la enfermera a su lado. Enarque una ceja y dude antes de poner una mano sobre su hombre y hablarle, no sabía cómo hacerlo. -¿Todo bien?- le dije colocándome a su lado con la mano derecha en el hombro del chico. Miré a la enfermera e intentaba descifrar que era lo que pasaba pero tal vez era mejor no preguntar. Miré fijamente al chico esperando que él me dijera algo, que reaccionara y me dijera que en efecto era su padre o qué demonios pasaba en ese lugar, pero si quería tenía que actuar. -¿Hijo?- le dije mirándole directamente, si era o no mi hijo ya lo averiguaría después lo único que sabía es que se veía igual o más confundido que yo.
Al llegar a la mesa donde se encontraba aquel chico que suponía era mi hijo noté una reacción extraña en él y en la taza que desplazaba hacia la enfermera a su lado. Enarque una ceja y dude antes de poner una mano sobre su hombre y hablarle, no sabía cómo hacerlo. -¿Todo bien?- le dije colocándome a su lado con la mano derecha en el hombro del chico. Miré a la enfermera e intentaba descifrar que era lo que pasaba pero tal vez era mejor no preguntar. Miré fijamente al chico esperando que él me dijera algo, que reaccionara y me dijera que en efecto era su padre o qué demonios pasaba en ese lugar, pero si quería tenía que actuar. -¿Hijo?- le dije mirándole directamente, si era o no mi hijo ya lo averiguaría después lo único que sabía es que se veía igual o más confundido que yo.
Con lentitud fui desprendiendo las manos de mi cara para mirar con incertidumbre a la enfermera que estaba como disco rayado repitiendo una y otra vez la misma frase: "¡Oh Dios santo, has despertado!". Ahora sí que estaba convencido de encontrarme en un maldito hospital mental, en el que incluso las enfermeras no estaban del todo bien. La expresión en mi rostro en ese momento debía ser para enmarcar; una mezcla entre miedo, confusión, duda y algo de enojo, por qué no. ¡Es que parecía un robot, como si nada de esto fuera real! Ahora que la semilla de esa idea se había plantado en mi cabeza, sería difícil sacármela, al menos durante el tiempo en que siga amnésico.
Cuando la enfermera loca fue sacada a la fuerza, la que quedaba mencionó un par de cosas a destacar: Lo primero era el accidente, no sé de qué tipo o cuándo ocurrió, pero dicho accidente fue lo que dejó a Sandy con el rostro parcialmente quemado; lo segundo era mi supuesta casa, ni siquiera sabía que tenía una, mucho menos recordaba dónde era, y tampoco pretendía preguntarle a la enfermera dónde se supone que vivo, o me encerraría junto a la otra loca. Descansar, sin duda necesitaba un poco de eso, aclarar mi mente, despejar dudas y calmarme un poco. -Gracias, señorita, cuide bien de Sandy, por favor.- Procuraba mantener la fachada de padre y aceptar la oferta de salir de ese hospital, con ninguna intención de regresar, ni siquiera a por mi "hija".
Tomé del brazo a Cassidy y la arrastré junto conmigo fuera de esa habitación. Empezamos a caminar por los inmaculados pasillos blancos en busca de una salida. No sabía qué es lo que debía decirle a mi otra "hija", ¿cómo poder explicarle que no recuerdo ser su padre ni tampoco dónde vivimos? Aunque ella tampoco parecía encontrarse muy lúcida. Tardamos más de lo que debíamos pero por fin encontramos la puerta de aquel hospital, la cual abrí con ansia y salí casi corriendo para respirar el aire puro y observar el pueblo que me rodeaba. No reconocía absolutamente nada. -Esa enfermera dijo que nos fuéramos a casa, pero... ¿tú sabes dónde queda nuestra casa?- Finalmente lo solté, confesé que estaba perdido y sólo restaba esperar por su reacción.
Cuando la enfermera loca fue sacada a la fuerza, la que quedaba mencionó un par de cosas a destacar: Lo primero era el accidente, no sé de qué tipo o cuándo ocurrió, pero dicho accidente fue lo que dejó a Sandy con el rostro parcialmente quemado; lo segundo era mi supuesta casa, ni siquiera sabía que tenía una, mucho menos recordaba dónde era, y tampoco pretendía preguntarle a la enfermera dónde se supone que vivo, o me encerraría junto a la otra loca. Descansar, sin duda necesitaba un poco de eso, aclarar mi mente, despejar dudas y calmarme un poco. -Gracias, señorita, cuide bien de Sandy, por favor.- Procuraba mantener la fachada de padre y aceptar la oferta de salir de ese hospital, con ninguna intención de regresar, ni siquiera a por mi "hija".
Tomé del brazo a Cassidy y la arrastré junto conmigo fuera de esa habitación. Empezamos a caminar por los inmaculados pasillos blancos en busca de una salida. No sabía qué es lo que debía decirle a mi otra "hija", ¿cómo poder explicarle que no recuerdo ser su padre ni tampoco dónde vivimos? Aunque ella tampoco parecía encontrarse muy lúcida. Tardamos más de lo que debíamos pero por fin encontramos la puerta de aquel hospital, la cual abrí con ansia y salí casi corriendo para respirar el aire puro y observar el pueblo que me rodeaba. No reconocía absolutamente nada. -Esa enfermera dijo que nos fuéramos a casa, pero... ¿tú sabes dónde queda nuestra casa?- Finalmente lo solté, confesé que estaba perdido y sólo restaba esperar por su reacción.
Sigo sin entender nada y me duele todavía bastante la cabeza pero en ese momento se acerca el que parece el dueño de la cafetería.
«¿Cómo qué que pasa? Tus hermanos y tú no habéis dormido, ¿eh?» El cocinero se ríe mientras deja tres platos de bacon con huevos revueltos. «Que aproveche familia, y por cierto como no os deis prisa llegareis tarde a trabajar. ¿El museo abre solo Abigail? ¿Y a vosotros dos no os acaban de dar trabajo en el restaurante y la tienda de ropa?»
Seguía desconcertado, volví a mirar la mesa donde seguían el maletín y los cafés pero casi inconscientemente agarre el maletín -Tienes razón sera mejor que me marche- por la forma en la que iba vestido me imaginaba que lo mio no seria trabajar en un restaurante, ademas no me apetecía pensar, quería salir de allí, necesitaba aire y mas cuando solo tenia preguntas de lo que estaba pasando. El día era bastante bueno y seguí avanzando por la calle hasta que encontré lo que parecía una tienda de ropa, busque entre mis bolsillos y tenia varias llaves, no sabia muy bien que estaba haciendo, me sentía como un robot que hacia una rutina sin preguntarse nada hasta que...BINGO.
Una de las llaves abrió la puerta de la tienda, a pesar de no entender nada pareció que tenia que estar en ese preciso lugar por algún motivo... Las chicas que estaban en mi mesa de la cafetería ¿Eran mi familia? lo peor es que no conseguía recordarlo y me dolía la cabeza cuando intentaba pensar, parece que con cada puerta que abría, lo único que aparecían eran mas preguntas.
Lo único que podía intentar era buscar respuestas en esta tienda y en el interior del maletín, que cada vez me intrigaba mas lo que podría encontrar en su interior, parece que todo es nuevo para mi...
«¿Cómo qué que pasa? Tus hermanos y tú no habéis dormido, ¿eh?» El cocinero se ríe mientras deja tres platos de bacon con huevos revueltos. «Que aproveche familia, y por cierto como no os deis prisa llegareis tarde a trabajar. ¿El museo abre solo Abigail? ¿Y a vosotros dos no os acaban de dar trabajo en el restaurante y la tienda de ropa?»
Seguía desconcertado, volví a mirar la mesa donde seguían el maletín y los cafés pero casi inconscientemente agarre el maletín -Tienes razón sera mejor que me marche- por la forma en la que iba vestido me imaginaba que lo mio no seria trabajar en un restaurante, ademas no me apetecía pensar, quería salir de allí, necesitaba aire y mas cuando solo tenia preguntas de lo que estaba pasando. El día era bastante bueno y seguí avanzando por la calle hasta que encontré lo que parecía una tienda de ropa, busque entre mis bolsillos y tenia varias llaves, no sabia muy bien que estaba haciendo, me sentía como un robot que hacia una rutina sin preguntarse nada hasta que...BINGO.
Una de las llaves abrió la puerta de la tienda, a pesar de no entender nada pareció que tenia que estar en ese preciso lugar por algún motivo... Las chicas que estaban en mi mesa de la cafetería ¿Eran mi familia? lo peor es que no conseguía recordarlo y me dolía la cabeza cuando intentaba pensar, parece que con cada puerta que abría, lo único que aparecían eran mas preguntas.
Lo único que podía intentar era buscar respuestas en esta tienda y en el interior del maletín, que cada vez me intrigaba mas lo que podría encontrar en su interior, parece que todo es nuevo para mi...
User escribió: Para no desacreditar la respuesta de Nicholas asumo que Zhnets se ha quedado sola con la enfermera. Me disculpo con Ryder por ello, si es que pensaba actuar de otra forma.
Su vista, letárgica, pasa de la documentación a la enfermera y luego a la chica que ingresaba a la habitación, mientras su mano libre acariciaba, pensativa, su rostro, su cuello, su torso. Todo aquello estaba quemado pero, extrañamente, no sentía dolor. Aquella herida no era reciente, incluso aquella muchacha que preguntaba su nombre parecía tener la misma duda que ella ¿Quién era Sandy? Pero aquella sólo era una de las miles de preguntas que se acumulaban en su cansado cerebro, mientras intentaba desentramar aquél gran rompecabezas que resultaba ser su vida.
—¿Tú quién…? — Inquirió cautelosa, y su pregunta no fue concluida. Aquella enfermera que antes la había llamado por otro nombre comenzó a repetir la misma frase una y otra vez. Algo pareció fallar en el algoritmo del habla, y no como fallaba un actor sumido en la presión de un estreno, acudiendo al apuntador en el plot-point del primer acto.
Con la mirada siguió a los hombres que se llevaban a la mujer a la fuerza, cambiando la atención a la enfermera restante. No entendía por qué ni sabía el qué, pero había algo de lo que estaba segura y era que en ese hospital corría peligro. Había algo que no iba bien.
Aquél que decía ser su padre la abandonaba con tanta facilidad que dudó tuviera algún parentesco con él y, aprovechando la soledad del abandono del padre, reparó en la única persona que parecía tener respuestas.
—Dígame algo, enfermera…— Dijo con parsimonia, como si saboreara cada palabra áspera que salía de su garganta. —“He tenido un accidente de coche y mi padre y mi hermana están bien” ¿Significa que ellos estaban conmigo cuando sucedió? De ser así… ¿por qué ellos pueden irse y yo no? Y, de cualquier manera, ¿cuándo ocurrió el accidente? ¿Por qué mi ropa no está quemada? — Ladeó la cabeza haciendo sonar algunas de sus vértebras. —Porque no sé si ha notado que tengo parte del cuerpo quemado también.— Enarcó una ceja inclinando el rostro ligeramente hacia abajo, para mirarla fijamente. Esa clase de mirada intimidante y aviesa que era tan común en ella y ahora desconocía.
Su mano fue a dar al cuello de la enfermera, apretándolo con fuerza mientras la empotraba contra la pared. —Siento que podría quebrarte el cuello con tan poco esfuerzo que hasta lo estoy disfrutando. — Musitó contra el rostro de la mujer. —Así que si no le molesta... Firmaré el alta haciéndome responsable de mi condición. Soy mayor de edad así que creo tener la autoridad sobre si quiero quedarme o no en este mugroso hospital. —Siseó con desdén mientras su mano presionaba de modo que no pudiera gritar o pedir auxilio. —Si alguien me lleva por la fuerza tu garganta será lo primero que corte… ¿Oíste? — No la soltó. No iba a hacerlo hasta que aquella mujer le diera algún indicio de que obedecería sin hacer ninguna maniobra que fuera de su desagrado. Instintivamente, con su mano libre, hurgó en los bolsillos de la mujer, intentando encontrar algo que pudiera serle de utilidad.
- ¿Tú eres...? - ¿quién eres? No sabía quien era ella, pero es que lo peor era que ni yo misma reconocía ni quien diablos era yo. ¿Qué estaba pasando? Comenzaba a hiperventilar, así que traté de tranquilizarme y de pensar con claridad, ¿era posible que me hubiera llevado algún golpe en aquel accidente y que tuviera ahora por tanto algún tipo de amnesia? ¡¿Pero entonces en qué clase de hospital me encontraba, que no habían sido ni capaces de ver que no estaba bien?!
Mis inquietantes pensamientos se vieron de golpe destrozados, cuando la enfermera que atendía a mi supuesta hermana se rallaba cual disco. La miré con el rostro completamente desencajado, no dejaba de repetirse una y otra vez, mencionando a una tal Helena y yo no sabía ni que hacer. Mi padre también parecía sufrir el mismo dilema que yo. Por un lado quería acercarme y preguntar si se encontraba bien, por el otro tan solo deseé salir corriendo: a la mierda todo.
La escena era completamente surrealista, si es que podía ir más allá: unos hombres se llevaron a la mujer, que parecía completamente fuera de sí, yo retrocedía un par de pasos alejándome de ellos. Nicholas seguía a mi lado y lo cierto, es que sin saber por qué, su presencia era lo único que me tranquilizaba, es por ello que cuando se despidió y me sujetó por el brazo no puse ninguna pega.
- Has-hasta luego Sandy... - susurré completamente insegura de mis palabras, pero entendía que aquello era lo más normal, ¿no? Si era mi hermana, si era cierta mi teoría del golpe y más aún de la amnesia... A Sandy no le gustaría que su hermana Cassidy pasara completamente de ella, así que traté de mirarla y de dedicarle alguna expresión de cariño, seguramente mi rostro sería de circunstancia más que otra cosa... Pero no quería quedarme sin Nicholas o mi padre, prefería ir con él, algo me decía que lo mejor era seguir a su lado y eso hice.
A cada paso, a cada esquina que girábamos sin encontrar una salida me sentía aún peor, como si las paredes se movieran lentamente en nuestra búsqueda, me agobiaba, como si el lugar se cerrase en torno a nosotros, como si jamás fuéramos a dar con la salida y es por ello que cuando por fin salimos fuera tomé una fuerte bocanada de aire.
- Nicho... Digo, papá... - ¿por qué odiaba usar aquella palabra?, ¿por qué cada vez que pronunciaba las simples letras de la palabra papá me estremecía? - ¿Qué ha pasado? - lo miré aterrada, no entendía nada. - ¿Eso es que tú tampoco recuerdas dónde está nuestra casa? - pregunté completamente incrédula. Lo más lógico habría sido volver al hospital y pedir que nos examinaran, pero solo pensar en volver a entrar me daba escalofríos. - Somos los Robles, ¿no? Miremos los buzones de las casas y... eso - necesitaba localizar donde vivíamos, confirmar que no me estaba volviendo loca y quien era, porque tenía la extraña sensación de que no pertenecía a aquel lugar, me sentía como pez fuera del agua y mi padre tampoco parecía muy ubicado. Si es que él era realmente mi padre.
Mis inquietantes pensamientos se vieron de golpe destrozados, cuando la enfermera que atendía a mi supuesta hermana se rallaba cual disco. La miré con el rostro completamente desencajado, no dejaba de repetirse una y otra vez, mencionando a una tal Helena y yo no sabía ni que hacer. Mi padre también parecía sufrir el mismo dilema que yo. Por un lado quería acercarme y preguntar si se encontraba bien, por el otro tan solo deseé salir corriendo: a la mierda todo.
La escena era completamente surrealista, si es que podía ir más allá: unos hombres se llevaron a la mujer, que parecía completamente fuera de sí, yo retrocedía un par de pasos alejándome de ellos. Nicholas seguía a mi lado y lo cierto, es que sin saber por qué, su presencia era lo único que me tranquilizaba, es por ello que cuando se despidió y me sujetó por el brazo no puse ninguna pega.
- Has-hasta luego Sandy... - susurré completamente insegura de mis palabras, pero entendía que aquello era lo más normal, ¿no? Si era mi hermana, si era cierta mi teoría del golpe y más aún de la amnesia... A Sandy no le gustaría que su hermana Cassidy pasara completamente de ella, así que traté de mirarla y de dedicarle alguna expresión de cariño, seguramente mi rostro sería de circunstancia más que otra cosa... Pero no quería quedarme sin Nicholas o mi padre, prefería ir con él, algo me decía que lo mejor era seguir a su lado y eso hice.
A cada paso, a cada esquina que girábamos sin encontrar una salida me sentía aún peor, como si las paredes se movieran lentamente en nuestra búsqueda, me agobiaba, como si el lugar se cerrase en torno a nosotros, como si jamás fuéramos a dar con la salida y es por ello que cuando por fin salimos fuera tomé una fuerte bocanada de aire.
- Nicho... Digo, papá... - ¿por qué odiaba usar aquella palabra?, ¿por qué cada vez que pronunciaba las simples letras de la palabra papá me estremecía? - ¿Qué ha pasado? - lo miré aterrada, no entendía nada. - ¿Eso es que tú tampoco recuerdas dónde está nuestra casa? - pregunté completamente incrédula. Lo más lógico habría sido volver al hospital y pedir que nos examinaran, pero solo pensar en volver a entrar me daba escalofríos. - Somos los Robles, ¿no? Miremos los buzones de las casas y... eso - necesitaba localizar donde vivíamos, confirmar que no me estaba volviendo loca y quien era, porque tenía la extraña sensación de que no pertenecía a aquel lugar, me sentía como pez fuera del agua y mi padre tampoco parecía muy ubicado. Si es que él era realmente mi padre.
- Muchas cosas:
- Home:
Graaacias Jason
- Life Is Strange...:
- Multipass!:
- No te preocupes Chris. No tienes que saberlo. - Phoenix no pudo verlo. No se centró en entender a profundidad lo que el pequeño decía. Sabía que sus palabras tenían un trasfondo más allá del simple no saber, pero asumió que era la pena por no poder ayudar a su madre. Estaba equivocada. - Es un hermoso día, sí. Más aún cuando has salido antes de clases. - Sonrió al pequeño. Temía asustarlo si le explicaba que no recordaba nada. Y quería ahorrarle el dolor de decirle que no lo recordaba.
- Es una cafetería, cariño. Mira bien. Esa "F" es algo rara, lo sé. Pero es una "F". Lo has hecho muy bien. - Avanzaban. Phoenix se maravillaba a cada paso que daba, todo le parecía sumamente pintoresco. Su vestido le agradaba, pero tenía la sensación de que usar pantalones sería más cómodo. Las farolas, el césped, las edificaciones, todo era ajeno a ella. Intentó relajarse, era bello pero extraño y perturbador a la vez. - Ambos tomaremos un gran tazón de chocolate. Mami también quiere comer bien rico. - Respondió con rapidez. No quería parar la marcha. Quería llegar allí, quería respuestas. - Y también comeremos un sándwich. - Agregó.
Nada. No hubo nada en el camino que le hiciera recordar algo de ella. Ningún rostro le resultó familiar más que el suyo propio en algún reflejo. Y al entrar en la cafetería, no cruzó miradas con nadie. Le pesaba que nadie pudiera reconocerla, que nadie se alegrara de verla.
Tomó asiento en la primera mesa desocupada. Quería exponerse, que alguien la reconociera. Pensó que pudo preguntar en el colegio, pero por alguna razón no le agradó ese sitio. Se sintió más cómoda al alejarse de allí.
- Buen día. - Saludó al mesero, a quien más bien detuvo en seco. ¿O ya era de tarde? ¿Qué hora era? - Queremos chocolate caliente. Un sándwich para compartir. ¿Podría ser tostado? - Su hijo no era intolerante a la lactosa, ¿no? No quiso preocuparse por ello. Había visto un cartel indicando que el hospital estaba cerca. Y, si no se equivocaba, podía ver parte del edificio. - También quisiera el periódico de hoy, la guía telefónica y la cuenta por favor.
Oyó la sirena de la policía. Esperaba que su pedido viniera pronto.
- Cariño. - Comenzó, observando con afecto al hermoso pequeño. - Dime. ¿Me he comportado raro últimamente? ¿Quieres a mamá o hice algo que no te ha gustado? - Temía no haber sido buena madre, eso en primer lugar. Luego tenía muchas más preguntas, pero no creía adecuado hacérselas a Chris.
- Es una cafetería, cariño. Mira bien. Esa "F" es algo rara, lo sé. Pero es una "F". Lo has hecho muy bien. - Avanzaban. Phoenix se maravillaba a cada paso que daba, todo le parecía sumamente pintoresco. Su vestido le agradaba, pero tenía la sensación de que usar pantalones sería más cómodo. Las farolas, el césped, las edificaciones, todo era ajeno a ella. Intentó relajarse, era bello pero extraño y perturbador a la vez. - Ambos tomaremos un gran tazón de chocolate. Mami también quiere comer bien rico. - Respondió con rapidez. No quería parar la marcha. Quería llegar allí, quería respuestas. - Y también comeremos un sándwich. - Agregó.
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Nada. No hubo nada en el camino que le hiciera recordar algo de ella. Ningún rostro le resultó familiar más que el suyo propio en algún reflejo. Y al entrar en la cafetería, no cruzó miradas con nadie. Le pesaba que nadie pudiera reconocerla, que nadie se alegrara de verla.
Tomó asiento en la primera mesa desocupada. Quería exponerse, que alguien la reconociera. Pensó que pudo preguntar en el colegio, pero por alguna razón no le agradó ese sitio. Se sintió más cómoda al alejarse de allí.
- Buen día. - Saludó al mesero, a quien más bien detuvo en seco. ¿O ya era de tarde? ¿Qué hora era? - Queremos chocolate caliente. Un sándwich para compartir. ¿Podría ser tostado? - Su hijo no era intolerante a la lactosa, ¿no? No quiso preocuparse por ello. Había visto un cartel indicando que el hospital estaba cerca. Y, si no se equivocaba, podía ver parte del edificio. - También quisiera el periódico de hoy, la guía telefónica y la cuenta por favor.
Oyó la sirena de la policía. Esperaba que su pedido viniera pronto.
- Cariño. - Comenzó, observando con afecto al hermoso pequeño. - Dime. ¿Me he comportado raro últimamente? ¿Quieres a mamá o hice algo que no te ha gustado? - Temía no haber sido buena madre, eso en primer lugar. Luego tenía muchas más preguntas, pero no creía adecuado hacérselas a Chris.
La vista de Daniel se alzo rápidamente en aquella casa que tenía al frente, se tomo unos instantes para decidir qué hacer, la verdad se sentía bastante desorientado, no se sentía cómodo actuando simplemente al azar en una situación de ese tipo, sosteniendo aquel maletín dio unos cuantos pasos hacia la casa, enfoco su mirada en el maletín, la verdad aún no lo había revisado, no tenía idea de cuál era el contenido del mismo, casi al frente de la casa se detuvo y vio de reojo aquel maletín, alzo un poco su izquierda, mano con la cual lo sostenía, algunos rosales adornaban el jardín de la parte delantera de la casa, sin embargo estás afectaban la visibilidad a las ventanas, por alguna razón sentía que esto de revisar antes de entrar fuera una costumbre vieja en el, aunque en ese momento fue extraño, ¿por qué razón eso sería una costumbre? Se sintió mas confundido aún, mas no le tomo demasiada importancia.
Se alejo unos pasos de la casa y nuevamente observo el maletín, estuvo a punto de abrir dicho maletín, sin embargo unos gritos le interrumpieron totalmente, su mirada giro rápidamente hacia el lugar donde provenían, una sirena de policía se escuchaba bastante cerca, no tardo mucho tiempo en ver a un hombre correr con la ropa ensangrentada, histérico, y atemorizado, era bastante obvio que estaba herido. ¡Carajo! Dijo para sí mismo, aquel hombre estaba tan histérico que simplemente no se detuvo por nada del mundo y paso de lado de Daniel, empujándolo y este ultimo casi cayendo al suelo. ¡Wow wow wow! ¡Oye espera! dijo tratando de que el sujeto se detuviera, mas pareció que ni le tomo importancia alguna, la vista de Daniel se dirigió al segundo hombre rápidamente.
Pero que mierda... susurro al ver al hombre quien caminaba a paso lento, mas no de manera normal, sus movimientos no parecían convencionales, ¿estaría ebrio? pero no solamente sus movimientos su aspecto era paupérrimo, no solo por su vestimenta, sino todo su físico, Daniel no entendió en su momento el porqué una ola de adrenalina se libero en él, la sirena se escuchaba cada vez más cerca, comenzó a caminar en línea recta a paso rápido, se olvido por completo de la casa, sintió que podía estar en peligro, volteo por sobre su hombre y aquel hombre seguía tras él a un paso más acelerado está vez, no tenía miedo de defenderse, incluso con el maletín o cuerpo a cuerpo podría hacerlo, más no lo vio necesario escuchando las sirenas cerca, solo quería alejarse del lugar lo más rápido posible.
Se alejo unos pasos de la casa y nuevamente observo el maletín, estuvo a punto de abrir dicho maletín, sin embargo unos gritos le interrumpieron totalmente, su mirada giro rápidamente hacia el lugar donde provenían, una sirena de policía se escuchaba bastante cerca, no tardo mucho tiempo en ver a un hombre correr con la ropa ensangrentada, histérico, y atemorizado, era bastante obvio que estaba herido. ¡Carajo! Dijo para sí mismo, aquel hombre estaba tan histérico que simplemente no se detuvo por nada del mundo y paso de lado de Daniel, empujándolo y este ultimo casi cayendo al suelo. ¡Wow wow wow! ¡Oye espera! dijo tratando de que el sujeto se detuviera, mas pareció que ni le tomo importancia alguna, la vista de Daniel se dirigió al segundo hombre rápidamente.
Pero que mierda... susurro al ver al hombre quien caminaba a paso lento, mas no de manera normal, sus movimientos no parecían convencionales, ¿estaría ebrio? pero no solamente sus movimientos su aspecto era paupérrimo, no solo por su vestimenta, sino todo su físico, Daniel no entendió en su momento el porqué una ola de adrenalina se libero en él, la sirena se escuchaba cada vez más cerca, comenzó a caminar en línea recta a paso rápido, se olvido por completo de la casa, sintió que podía estar en peligro, volteo por sobre su hombre y aquel hombre seguía tras él a un paso más acelerado está vez, no tenía miedo de defenderse, incluso con el maletín o cuerpo a cuerpo podría hacerlo, más no lo vio necesario escuchando las sirenas cerca, solo quería alejarse del lugar lo más rápido posible.
¿que demonios? Un hombre que leía el periódico caía muerto sobre el hombro de una mujer y el señor que estaba frente a ellos comenzó a gritar como un idiota.
La cosa no me gustaba ni un pelo, no recuerdo nada de mi pasado, no se nada de mi supuesto pueblo, no se por que voy vestido como un completo idiota y lo peor de todo no se porque acaba de morir sin motivo ese hombre pero algo me hace sospechar que todo está relacionado.
Me puse en pie y vigilando a cada paso mi espalda me volví a meter en el camión, pensé que sería el sitio más seguro para tranquilizarme un poco y hacer lo que había pensado hacer, buscar mi supuesto hogar.
La cosa no me gustaba ni un pelo, no recuerdo nada de mi pasado, no se nada de mi supuesto pueblo, no se por que voy vestido como un completo idiota y lo peor de todo no se porque acaba de morir sin motivo ese hombre pero algo me hace sospechar que todo está relacionado.
Me puse en pie y vigilando a cada paso mi espalda me volví a meter en el camión, pensé que sería el sitio más seguro para tranquilizarme un poco y hacer lo que había pensado hacer, buscar mi supuesto hogar.
Terminé bajando las escaleras por completo, seguía confundida sin poder recordar nada, justo en el momento en el que avancé un paso noté como me alzaron. Me asusté la verdad, al principio me dio como un infarto, incluso me puse pálida, pero al instante me puse tan roja como un tomate. -Ca... ¿Cariño? - Un vistazo rápido, lo suficiente como para ver que era un hombre alto que me llevaba en brazos sin razón aparente, y me decía palabras demasiado cercanas para mi gusto, ¡no sabía ni su nombre! Pero pensándolo bien, si me hablaba así o es que él me conocía... O era demasiado cariñoso... Pero no lo sabía, ni recordaba ni nada.
Me llevó dentro de aquella escuela, no sabía donde se dirigía, sólo sabía que tenía demasiada vergüenza, me ardía la cara, lo notaba, - Por favor... Déjame en el suelo, puedo caminar ¡lo prometo! - Me estaba empezando a desesperar, no era lo que yo quería, ¿contaría como secuestro?
Se paró frente a una puerta, la enfermería, la chica que había dentro salió corriendo con un niño en brazos, normal, yo también saldría corriendo...
Me removí demasiado incómoda hasta conseguir que me dejase en el suelo, no se me pasaba la vergüenza, estaba muy colorada, no podía ni mirar a nadie a la cara, respiré hondo y subí la mirada un poco, tenía que salir de allí como fuese. - Yo... Voy a por algo de beber... Sí, un vaso de agua estaría bien... Esto... ¡Ahora vengo! - Grité y salí lo más rápido posible de allí, todo lo que mis tacones me dejaron, la verdad es que ahora me agobiaba este edificio, no saber hacia donde dirigirme era realmente frustrante, hasta que vi la salida, mi salvación. La calle, que bonito día, no me sentía segura de estar tan cerca del colegio, no me daba buena espina la verdad. Miré hacia un lado y hacia el otro, y eché a andar rápido hacia una dirección, alejándome todo lo posible. Cuando estuve lo suficientemente lejos de aquel lugar, frené mi ritmo y comencé a aflojar mi agarre del asa del bolso, que sin darme cuenta aplastado de toda la tensión. Estaba claro, este no es mi día.
Me llevó dentro de aquella escuela, no sabía donde se dirigía, sólo sabía que tenía demasiada vergüenza, me ardía la cara, lo notaba, - Por favor... Déjame en el suelo, puedo caminar ¡lo prometo! - Me estaba empezando a desesperar, no era lo que yo quería, ¿contaría como secuestro?
Se paró frente a una puerta, la enfermería, la chica que había dentro salió corriendo con un niño en brazos, normal, yo también saldría corriendo...
Me removí demasiado incómoda hasta conseguir que me dejase en el suelo, no se me pasaba la vergüenza, estaba muy colorada, no podía ni mirar a nadie a la cara, respiré hondo y subí la mirada un poco, tenía que salir de allí como fuese. - Yo... Voy a por algo de beber... Sí, un vaso de agua estaría bien... Esto... ¡Ahora vengo! - Grité y salí lo más rápido posible de allí, todo lo que mis tacones me dejaron, la verdad es que ahora me agobiaba este edificio, no saber hacia donde dirigirme era realmente frustrante, hasta que vi la salida, mi salvación. La calle, que bonito día, no me sentía segura de estar tan cerca del colegio, no me daba buena espina la verdad. Miré hacia un lado y hacia el otro, y eché a andar rápido hacia una dirección, alejándome todo lo posible. Cuando estuve lo suficientemente lejos de aquel lugar, frené mi ritmo y comencé a aflojar mi agarre del asa del bolso, que sin darme cuenta aplastado de toda la tensión. Estaba claro, este no es mi día.
- Jemma :
- They :
- Awards :
— ¿Hermanos...? — Alcé la mirada en la dirección de aquellos dos extraños, el cocinero parecía conocernos bien y tras depositar en la mesa tres platos, decir que llegábamos tarde se marchó. ¿Un museo? Antes de que pudiera llegar a decir nada más, mi supuesto hermano salió disparado a la vez que le daba la razón al cocinero.
— Eh...¿Adiós? — Dije en voz baja viendo como el chico se marchaba. Entre mis cosas solo llevaba el DNI, me había asegurado bien. Todo parecía correcto, pero el nombre... Había algo que no me terminaba de cuadrar. Ahora que me había dejado a solas con la muchacha la miré fijamente. No me sonaba de nada. — ¿Estás bien decías? — Pregunté al ver que había despertado. El olor de la comida inundó mis fosas nasales y entonces mi estómago rugió con fuerza. Lo cierto era que aquel plato de comida olía demasiado bien. Mordí mi labio inferior dudosa. — Creo que sería una pena desperdiciar esta comida, ¿no? — Sugerí a la vez que recogía el tenedor de la mesa y probaba con cautela algo de la comida. Tras saborearlo y comprobar que estaba bueno comencé a comer con apetito. Mientras tanto me fijaba en una mujer que entraba en el local junto a un niño.
Desvié la mirada a la joven de nuevo. ¿Qué me estaba pasando, por qué no era capaz de recordar ni el nombre de mi propia hermana? Tal vez estuviera perdiendo el juicio, o tal vez solo fuera consciente ahora... No, aquello era un disparate. ¿Entonces?
— Eh...¿Adiós? — Dije en voz baja viendo como el chico se marchaba. Entre mis cosas solo llevaba el DNI, me había asegurado bien. Todo parecía correcto, pero el nombre... Había algo que no me terminaba de cuadrar. Ahora que me había dejado a solas con la muchacha la miré fijamente. No me sonaba de nada. — ¿Estás bien decías? — Pregunté al ver que había despertado. El olor de la comida inundó mis fosas nasales y entonces mi estómago rugió con fuerza. Lo cierto era que aquel plato de comida olía demasiado bien. Mordí mi labio inferior dudosa. — Creo que sería una pena desperdiciar esta comida, ¿no? — Sugerí a la vez que recogía el tenedor de la mesa y probaba con cautela algo de la comida. Tras saborearlo y comprobar que estaba bueno comencé a comer con apetito. Mientras tanto me fijaba en una mujer que entraba en el local junto a un niño.
Desvié la mirada a la joven de nuevo. ¿Qué me estaba pasando, por qué no era capaz de recordar ni el nombre de mi propia hermana? Tal vez estuviera perdiendo el juicio, o tal vez solo fuera consciente ahora... No, aquello era un disparate. ¿Entonces?
- Gracias:
— Eh bella durmiente, espabila... — le di un leve empujón al tipo que estaba sentado y cayó sobre mi regazo. — ¡Venga hombre, joder! — exclamé al ver que había caído sobre mi, fui a empujarlo de la forma más brusca posible cuando me di cuenta de una cosa: el cuerpo de aquel tipo estaba bien frío. — No, no, no... tienes que estar de coña — empecé a decir. Rápidamente le tomé el pulso y comprobé que no tenía. No supe como, pero el gilipollas que me había despertado se percataba del muerto y comenzaba a gritar.
— ¡Eh inútil, llama a alguien joder! — empecé a gritarle para que espabilase. El cuerpo cayó al suelo y yo me coloqué a su lado de rodillas mientras comprobaba si tenía alguna herida o algo que señalase evidencias de su muerte, pero por ahora físicamente no veía nada.
— ¡Eh tú! — empecé a gritar, pero esta vez al tipo que vestía con pintas raras y se alejaba. — El idiota vestido de superheroe panoli, ¡ven aquí! — cuando gritaba, aún tenía las manos sobre el cuerpo del cadáver, sentí que llevaba algo en su bolsillo, al sacarlo descubrí un carnet de identidad, su apellido era Dabija. Caí hacia atrás por la impresión. ¿El muerto era mi marido y yo sin recordar nada? Palidecí, el tipo histérico hablaba con un policía, ambos miraban en mi dirección y sus rostros no parecían muy contentos. — Mierda, mierda... ¿Qué soy una de esas viudas negras? — el policía se acercaba y cada vez me sentía más agobiada. No conseguía recordar nada y aquel tipo estaba muerto... No lo pensé dos veces, no sabía que estaba pasando, pero en mi cabeza tan solo vi una única solución: huir.
Me puse en pie y comencé a correr hacia el furgón de los helados, abrí la puerta, me lancé al interior cerrando tras de mi y grité: ¡Maldita sea, sácame de aquí!.
Fue lo único que se me ocurrió, tal vez no fuera la mejor idea del mundo, pero... Que más daba eso cuando no lograbas recordar ni quien diablos eras.
— ¡Eh inútil, llama a alguien joder! — empecé a gritarle para que espabilase. El cuerpo cayó al suelo y yo me coloqué a su lado de rodillas mientras comprobaba si tenía alguna herida o algo que señalase evidencias de su muerte, pero por ahora físicamente no veía nada.
— ¡Eh tú! — empecé a gritar, pero esta vez al tipo que vestía con pintas raras y se alejaba. — El idiota vestido de superheroe panoli, ¡ven aquí! — cuando gritaba, aún tenía las manos sobre el cuerpo del cadáver, sentí que llevaba algo en su bolsillo, al sacarlo descubrí un carnet de identidad, su apellido era Dabija. Caí hacia atrás por la impresión. ¿El muerto era mi marido y yo sin recordar nada? Palidecí, el tipo histérico hablaba con un policía, ambos miraban en mi dirección y sus rostros no parecían muy contentos. — Mierda, mierda... ¿Qué soy una de esas viudas negras? — el policía se acercaba y cada vez me sentía más agobiada. No conseguía recordar nada y aquel tipo estaba muerto... No lo pensé dos veces, no sabía que estaba pasando, pero en mi cabeza tan solo vi una única solución: huir.
Me puse en pie y comencé a correr hacia el furgón de los helados, abrí la puerta, me lancé al interior cerrando tras de mi y grité: ¡Maldita sea, sácame de aquí!.
Fue lo único que se me ocurrió, tal vez no fuera la mejor idea del mundo, pero... Que más daba eso cuando no lograbas recordar ni quien diablos eras.
Antes de que aquel chico, u hombre, pudiera decir nada, un grito se escuchó fuera de la casa Seguido de varios más. Un grito que no supe por qué, me puso la piel de gallina. Dediqué una última mirada a aquel extraño hombre que estaba en mi cocina (o eso creía) y me apresuré a salir fuera por la puerta del jardín, justo cuando empezó a sonar a lo lejos la sirena de un coche policía que parecía acercarse a nosotros. Allí, en mi jardín, o más bien en la acera de este, había otra persona cuya cara no me era nada familiar. Fruncí el entrecejo y me acerqué a paso apresurado (aunque algo tambaleante con aquellos tacones incómodos) mientras él parecía no haberme visto, echó a andar como si escapase de dos hombres que caminaban de manera extraña por la calle. Me quedé plantada ahí por unos segundos. No me gustaba como se movían, y mucho menos que sus ropas estuvieran llenas de sangre.
Volví a arrugar el entrecejo y eché a caminar detrás de aquel hombre que portaba un maletín. -Espere...¡Eh, espere un momento..! - eché a correr casi haciendo equilibrios sobre aquellos zapatitos de tacón ridículamente espantosos y le agarré, poniendo una mano sobre su hombro, haciendo la suficiente fuerza como para que se girase. (Daniel Harris) -¿Qué hacía en mi jardín? -aquello era lo único que se me ocurría preguntar. -¿Qué narices está ocurriendo? ¿Por qué suena la sirena de la policía...? - es cierto que había amenazado con llamarla, pero no lo había hecho todavía. Aquello me hacía pensar que algo malo estaba ocurriendo. Y yo no tenía ni idea de nada. Aún tenía la cabeza demasiado embotada con todo aquello. Caras nuevas, desconocidas, un lugar desconocido... Todo absolutamente diferente, algo nuevo, o viejo, que no conseguía recordar. -Quiero saber qué está pasando.. y qué hacía en mi jardín. Ahora- lo dije tajante, cruzándome de brazos. Tendría que empezar a atar cabos si quería recordar algo.. Pero atar cabos.. ¿de qué?
Volví a arrugar el entrecejo y eché a caminar detrás de aquel hombre que portaba un maletín. -Espere...¡Eh, espere un momento..! - eché a correr casi haciendo equilibrios sobre aquellos zapatitos de tacón ridículamente espantosos y le agarré, poniendo una mano sobre su hombro, haciendo la suficiente fuerza como para que se girase. (Daniel Harris) -¿Qué hacía en mi jardín? -aquello era lo único que se me ocurría preguntar. -¿Qué narices está ocurriendo? ¿Por qué suena la sirena de la policía...? - es cierto que había amenazado con llamarla, pero no lo había hecho todavía. Aquello me hacía pensar que algo malo estaba ocurriendo. Y yo no tenía ni idea de nada. Aún tenía la cabeza demasiado embotada con todo aquello. Caras nuevas, desconocidas, un lugar desconocido... Todo absolutamente diferente, algo nuevo, o viejo, que no conseguía recordar. -Quiero saber qué está pasando.. y qué hacía en mi jardín. Ahora- lo dije tajante, cruzándome de brazos. Tendría que empezar a atar cabos si quería recordar algo.. Pero atar cabos.. ¿de qué?
-¿que te saque de aquí?, le dije a la mujer que acababa de entrar en mi camión de helados de un salto, era la misma muchacha que estaba junto al cadáver en la plaza.
- mira monina, no se quien eres pero si he visto que un tío se ha muerto justo a tu lado, así que para mi eres la principal sospechosa de una extraña muerte, ahora tienes dos opciones, decirme que mierda ha pasado ahí y convencerme o que te empiece a soltar puñetazos hasta que salgas de mi camión.
No me sentía bien siendo tan brusco pero esa mujer podría ser una asesina o vete tu a saber, así que mi única opción era ponerme algo a la defensiva para intimidarla.
- mira monina, no se quien eres pero si he visto que un tío se ha muerto justo a tu lado, así que para mi eres la principal sospechosa de una extraña muerte, ahora tienes dos opciones, decirme que mierda ha pasado ahí y convencerme o que te empiece a soltar puñetazos hasta que salgas de mi camión.
No me sentía bien siendo tan brusco pero esa mujer podría ser una asesina o vete tu a saber, así que mi única opción era ponerme algo a la defensiva para intimidarla.
- Spoiler:
- No quiero desacreditar a Kasper pero la trama debe avanzar.
Cerré los ojos para tratar de estabilizarme mientras sujetaba con un poco de más fuerza al muchacho. Carraspeé para aclarar mi garganta y recobrar un poco la compostura. -Creo que tenemos que irnos, anda levántate- le dije mirándolo fijamente. No me gustaba nada esa situación y el parecía petrificado.
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