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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Recuerdo del primer mensaje :
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
II Batalla de Supervivencia
01 de junio de 1955, Sunnydale.
- Off rol - Normativa - Clic:
- Comienza la II Batalla de Supervivencia. Por ahora el inicio del rol será sencillo, pero irán surgiendo nuevos acontecimientos conforme vosotros vayáis respondiendo. Se establecen un par de normas a cumplir, puede que estas crezcan más adelante o incluso se modifiquen, por ahora son las siguientes:
▧Tras las normas se inicia una puesta en rol obligatoria a seguir.▧En la Batalla de Supervivencia solo puede ganar un personaje, que será el último que quede sin ser eliminado.▧Los personajes serán eliminados a razón de: Inactividad o mal estar del personaje. Se hará de forma lógica.▧Los participantes que no respondan en 48 horas serán eliminados.▧Los personajes solo podrán cargar con las armas que pidieron y otros objetos que el staff vaya indicando.▧El objeto "vida" es a nivel o off rol, a nivel on rol una simple moneda que encontrareis en diversos zonas. Quienes posean una vida, on rol pueden mencionar que encontraron una moneda.▧Quienes tengan el suero aún no lo tienen on rol.▧No tenéis vuestras armas.▧No hay mínimo de lineas, pero sí máximo: 35 líneas. Sabemos que muchos escribís eso o incluso más, pero queremos hacer que la BS sea rápida.▧No hay turnos de posteo, pero deben haber cuatro mensajes al menos entre tu último mensaje y el nuevo.
Te arrastrarán al infierno.
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Prefacio
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
Comienza la IIBS
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Estaba completamente llena de sangre, pero esta apenas se distinguía con el color de la ropa. Observó sus manos y luego a la gente que estaba delante de ella, la cabeza le daba vueltas. — ¿Estáis bien? — se puso de pie y caminó lentamente hacia ellos. Fue directa hacia la chica que había resultado herida y examinó su aspecto, parecía lastimada, pero se curaría. A Abigail le tranquilizó saber que no tenía heridas muy graves. Ella misma no había sido lastimada, pero el shock de aquella experiencia comenzaba a pasarle factura.
— Deberíamos irnos ya — sugirió. Se sentía muy cansada tras lo que había pasado durante todo aquel día, aún le costaba recordar su vida, casi ni sabía quién diablos era. Con todo aquello comenzaba a sentirse muy desorientada y perdida. Necesitaba descansar y reponerse.
— Deberíamos irnos ya — sugirió. Se sentía muy cansada tras lo que había pasado durante todo aquel día, aún le costaba recordar su vida, casi ni sabía quién diablos era. Con todo aquello comenzaba a sentirse muy desorientada y perdida. Necesitaba descansar y reponerse.
- Gracias:
— ¿Te duele mami? — Preguntó el pequeño mientras que guiaba a su madre hacia el coche y al hombre que él creía que era su padre. — Gracias... ¿papi? — Dijo él dudoso. Llevaba a Bicho a su lado, agarrado con el brazo contra su cuerpecito. La señorita Nivans regresaba, no había querido mirar, pero al parecer el monstruo malo había muerto. — Gracias por salvarnos del coco malo — Sonrió a la mujer feliz. — ¿Te duele señorita Nivans? — la miró con expresión asustada, pues tenía mucha sangre. Chris se mostró triste. — Parece que tienes mucha pupa... — Chris se llevó una mano a la boca.
— ¡Vámonos!, pueden salir más cocos y Chris, ni Bicho quieren verlos — El pequeño comenzó a correr repentinamente hacia el coche y sin más se subió al vehículo, sentándose junto a su peluche en la parte de atrás. Quería irse ya, antes de que llegaran más monstruos. Chris daba por entado que no pasaría nada malo por subirse al coche de él, su madre le decía que no debía irse con desconocidos. O eso recordaba, pero si se iba con su padre... no sería raro, ¿no?
— ¡Vámonos!, pueden salir más cocos y Chris, ni Bicho quieren verlos — El pequeño comenzó a correr repentinamente hacia el coche y sin más se subió al vehículo, sentándose junto a su peluche en la parte de atrás. Quería irse ya, antes de que llegaran más monstruos. Chris daba por entado que no pasaría nada malo por subirse al coche de él, su madre le decía que no debía irse con desconocidos. O eso recordaba, pero si se iba con su padre... no sería raro, ¿no?
Ni siquiera supe en qué momento la enorme mano de la criatura llegó hasta mí, empujándome con una fuerza sobre humana que me lanzó a volar un par de metros hasta estrellarme contra la pared que tenía a mi izquierda; un grito de dolor salió de mis labios al darme cuenta que me había lastimado las costillas. Eso de que toda tu vida pasa frente a tus ojos cuando estás a punto de morir era mentira, porque en mi caso no recordaba nada, ni siquiera en ese momento tan crítico. Cerré los ojos a la espera del golpe final, con un miedo tan terrible que mis manos y piernas temblaban como una gelatina.
Sin embargo, justo antes del momento en que pensé que mi vida terminaría, escuché la voz de Cassidy que por una tontada me había seguido. -¡No, aléjate, huye con Jemma!- Pero mis palabras llegaron demasiado tarde. Ella disparó, igual que yo, pero sus balas tampoco dieron en el blanco, y tuve que ver con horror cómo la agarraba y aventaba con una fuerza bestial. -¡Cassidy!- Pensé que la había matado, pero no, seguía viva e insistía en que huyera sin ella. -Los tres vamos a salir de aquí con vida.-
Me puse de pie no sé cómo, separé un poco mis piernas para conseguir el apoyo suficiente, agarré mi mágnum con ambas manos, apunté nuevamente al único ojo de la bestia y jalé el gatillo con firmeza. Nuevamente fallé mi tiro, aunque en esta ocasión por lo menos sí impacté en su piel, pero no con la suficiente fuerza como para hacerle algún daño. Lo siguiente que sentí fue un nuevo empujón que me abalanzó sobre las escaleras.
Sin embargo, justo antes del momento en que pensé que mi vida terminaría, escuché la voz de Cassidy que por una tontada me había seguido. -¡No, aléjate, huye con Jemma!- Pero mis palabras llegaron demasiado tarde. Ella disparó, igual que yo, pero sus balas tampoco dieron en el blanco, y tuve que ver con horror cómo la agarraba y aventaba con una fuerza bestial. -¡Cassidy!- Pensé que la había matado, pero no, seguía viva e insistía en que huyera sin ella. -Los tres vamos a salir de aquí con vida.-
Me puse de pie no sé cómo, separé un poco mis piernas para conseguir el apoyo suficiente, agarré mi mágnum con ambas manos, apunté nuevamente al único ojo de la bestia y jalé el gatillo con firmeza. Nuevamente fallé mi tiro, aunque en esta ocasión por lo menos sí impacté en su piel, pero no con la suficiente fuerza como para hacerle algún daño. Lo siguiente que sentí fue un nuevo empujón que me abalanzó sobre las escaleras.
El miembro 'Nicholas Robles' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Desafíos' :
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'Desafíos' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Todo fue confusión por unos minutos. Sentía el golpe en su cuerpo. Había visto a la valiente mujer enfrentarse a tal criatura mítica para salvarla, y hacerlo con éxito. Su hijo estaba bien, era consciente de ello. En cuanto a su esposo, desconocía si había sido atacado o no por la bestia.
Se incorporó tan pronto como pudo. No tenía palabras, no sabía qué decir. No quería voltear a ver al monstruo. Le resultaba familiar el sentimiento de supervivencia que afloraba en su interior, más familiar de lo que hubiera supuesto hacía unas horas. Recuerdos del pasado venían a ella. Recuerdos no relacionados con una vida normal, sino con una vida salvaje, libre, sin ataduras, sin rumbo.
- Cariño. - Intentó volver en sí con cautela para no espantar a su pequeño, pero ignoraba cómo se estaría oyendo ante él. - Voy a estar bien. - Los pasos le dolían. Podía sentir una humedad en su pié derecho. ¿Un corte? No importaba, no rengueaba, seguía firmemente a su pequeño y valiente hijo.
Se sentó en el coche, junto a su hijo, en el asiento trasero. Quería agradecerle a la mujer, pero la migraña había comenzado con fuerza al igual que los recuerdos bombardeaban su mente tanto como el dolor en algunas partes de su cuerpo que no se detenía a analizar.
- Debemos irnos. Debemos encontrar un lugar seguro. - Dijo para demostrar que aún estaba allí pese al estado de shock. Tomó una mano de su hijo y esperó a que su esposo se dispusiera a avanzar. - ¿Deberíamos ir a la iglesia?
Se incorporó tan pronto como pudo. No tenía palabras, no sabía qué decir. No quería voltear a ver al monstruo. Le resultaba familiar el sentimiento de supervivencia que afloraba en su interior, más familiar de lo que hubiera supuesto hacía unas horas. Recuerdos del pasado venían a ella. Recuerdos no relacionados con una vida normal, sino con una vida salvaje, libre, sin ataduras, sin rumbo.
- Cariño. - Intentó volver en sí con cautela para no espantar a su pequeño, pero ignoraba cómo se estaría oyendo ante él. - Voy a estar bien. - Los pasos le dolían. Podía sentir una humedad en su pié derecho. ¿Un corte? No importaba, no rengueaba, seguía firmemente a su pequeño y valiente hijo.
Se sentó en el coche, junto a su hijo, en el asiento trasero. Quería agradecerle a la mujer, pero la migraña había comenzado con fuerza al igual que los recuerdos bombardeaban su mente tanto como el dolor en algunas partes de su cuerpo que no se detenía a analizar.
- Debemos irnos. Debemos encontrar un lugar seguro. - Dijo para demostrar que aún estaba allí pese al estado de shock. Tomó una mano de su hijo y esperó a que su esposo se dispusiera a avanzar. - ¿Deberíamos ir a la iglesia?
Tenéis a partir de este mensaje 48 horas para responder al menos dos veces cada uno.
Quienes no respondan las dos veces serán eliminados de la BS.
Quienes no respondan las dos veces serán eliminados de la BS.
Adelante
■ Slim Fox: pierde una vida pero podrá seguir en la BS.
Salud
- Salud de los personajes CLIC:
- • Ryder: preocupante.
• Nicholas Robles: preocupante.
• El resto de personajes se mantienen.
02:30
Comisaría
Me da la sensación de que Nicholas no se ha dado cuenta del post de Jemma. Ya que ella consigue ganar el desafío. Como realmente no os conviene obviar ese mensaje (creerme que no os conviene) vamos a darle la vuelta, es decir, como que primero pasa lo del fallo de Nicholas y luego Jemma es cuando dispara a Némesis.
Némesis avanza hacia de nuevo hacia Nicholas. Implacable los tiros no le detienen y está dispuesto a dar el último golpe. Sin embargo el disparo de Jemma acierta de pleno en su pecho y esto le hace retroceder apenas unos pasos. Se detiene un momento.
Tenéis dos opciones:
▬ Huir: la puerta de arriba ha sido abierta por Ryder, dentro del pasillo con forma de L, en el que habían tres puertas (recordad que la tercera no abre). La primera da un almacén de pruebas, lleno de estanterías, mientras que la segunda da a un despacho bastante grande: cuenta con cinco escritorios grandes, una radio, estanterías y dos sofás a un lado. Podréis descansar aquí y pasar la noche, eso os da derecho a recuperar vida (abajo se indica mejor).
▬ Enfrentaros a la criatura (obstruye la salida principal): Némesis caerá derrotado si entre los tres lográis sacar cinco (ahora cuatro) caras de desafío ganado.
Némesis avanza hacia de nuevo hacia Nicholas. Implacable los tiros no le detienen y está dispuesto a dar el último golpe. Sin embargo el disparo de Jemma acierta de pleno en su pecho y esto le hace retroceder apenas unos pasos. Se detiene un momento.
Tenéis dos opciones:
▬ Huir: la puerta de arriba ha sido abierta por Ryder, dentro del pasillo con forma de L, en el que habían tres puertas (recordad que la tercera no abre). La primera da un almacén de pruebas, lleno de estanterías, mientras que la segunda da a un despacho bastante grande: cuenta con cinco escritorios grandes, una radio, estanterías y dos sofás a un lado. Podréis descansar aquí y pasar la noche, eso os da derecho a recuperar vida (abajo se indica mejor).
▬ Enfrentaros a la criatura (obstruye la salida principal): Némesis caerá derrotado si entre los tres lográis sacar cinco (ahora cuatro) caras de desafío ganado.
Museo
Idair os ayuda a subir al coche a todos, tiene pensado ir a la comisaría, pero los disparos que resuenan y el ruido no son alentadores. Así que toma la decisión de llevaros a todos a su casa: vivienda 13 del mapa. Si decidís quedaros a descansar podréis mejorar vuestra salud. (Leer abajo)
Vannah Ward & Slim Fox
Entre las cosas de Vannah había una llave que abre la de la casa... Estáis en el barrio correcto, tal vez mirando los buzones... Si decidís quedaros a descansar podréis mejorar vuestra salud. (Leer abajo)
• Recuperar vida: Una vez que los personajes estén en un lugar seguro terminará de pasar la noche. Entonces podréis recuperar vida, ¿cómo? Os pasareis por este tema: clic. Y realizaréis una lanzada de dados de Salud. Si el dado señala una salud superior a la que tenéis actualmente será vuestra nueva salud. On rol será justificado gracias al descanso y las medicinas que habéis encontrado en el lugar donde habéis descansado. Sin embargo, Nicholas y Ryder, solo podrán aspirar a salud normal. ¿Por qué? Sus heridas son más graves y no podrán curarse del todo aún. Por lo que en caso de obtener un dado con la cara saludable será automáticamente normal.
La cabeza le daba vueltas. No quería haber llegado hasta esa situación, él había avisado al hombre, lo había hecho y no le quedó de otra que atacarlo hasta matarlo. Idair respiró hondo, no se podía creer que hubiera matado a una persona, pero ahora aquello quedó en un segundo plano. Abrazó a su familia con todas sus fuerzas, de pronto todo lo ocurrido en la mañana fue olvidado.
—¿Estáis bien, os ha lastimado? —se apartó lo justo y necesario para sujetar el rostro de Phoenix entre sus manos y examinarla, para asegurar que estuviera bien—. Estaba muy preocupado —desvió la mirada hacia Chris y acarició su mejilla instintivamente. Realmente estaba preocupado por ellos y ver que estaban bien para él era ahora lo más importante.
—Tenemos que ir... —no le dio tiempo a terminar la frase. Todo ocurrió muy rápido, primero aquella monstruosidad, la señorita Nivans gritando... luego ese ser arrastrando a Phoenix. Idair trató de sujetarla, pero se le escapó de las manos. Por un momento se quedó petrificado, no sabía que hacer y eso le hacía sentirse muy inútil. Pero actuó: lo primero fue asegurarse de que Chris estaba a salvo.
—Chris, ve a al coche, ahora vamos nosotros —ordenó al pequeño y seguidamente corrió en busca de su esposa, armado con la palanca tan solo. La señorita Nivans se le adelantó para liberar a Phoenix y ella misma fue quien fue a por la criatura—. Vamos —sujetó a su mujer por el brazo para ayudarla a caminar, sin poder evitar desviar la mirada hacia atrás, viendo como Abigail Nivans se enfrentaba a aquella monstruosidad. Le habría gustado ayudarla, pero ahora debía primero asegurarse de que su familia estaba a salvo.
Milagrosamente Abigail volvía hacia ellos, había logrado matar al monstruo e Idair la observó con notable sorpresa: llegó a creer que iba a morir—. Cariño, sube con Chris por favor, voy a ayudar a Abigail —la ayudó a subir al coche y fue hacia Abigail para hacer lo propio también—¿Está bien? —preguntó mientras que la guiaba al coche.
—No creo que debamos ir a la iglesia ahora... —susurró dubitativo por un momento, pues era capaz de escuchar los disparos—. Iremos a casa y nos quedaremos en el sótano, mañana por la mañana con la luz del día veremos qué está pasando —le pareció la idea más correcta. Arrancó el vehículo y velozmente lo guió hacia su vivienda.
Algunas zonas del pueblo estaban totalmente despejadas, mientras que en otras podían verse personas que parecían desorientas, otras corrían presas del pánico e incluso una mujer era atacada por un grupo de ellos. Idair por un momento llegó a creer que llegaba el día del juicio final. Quiso intentar ayudar a alguien... pero entonces recordó que no iba solo y no podía poner a su familia en riesgo.
—Abigail, si lo desea puede quedarte con nosotros... o si lo prefiere cuando deje a Phoenix y Chris en casa podemos acercarnos a la suya para ver si están sus hermanos allí —empezó a decir mientras que aparcaba el vehículo en la entrada de casa. Abigail vivía al lado de ellos, no sería un problema. Idair miró a varios lados y viendo que no se veía a nadie instó a todos a que saliera—. Vamos, todo parece despejado —salió el primero, abriendo las puertas de los demás, armado con la palanca. Rápidamente los guió hacia el interior de la vivienda.
—¿Estáis bien, os ha lastimado? —se apartó lo justo y necesario para sujetar el rostro de Phoenix entre sus manos y examinarla, para asegurar que estuviera bien—. Estaba muy preocupado —desvió la mirada hacia Chris y acarició su mejilla instintivamente. Realmente estaba preocupado por ellos y ver que estaban bien para él era ahora lo más importante.
—Tenemos que ir... —no le dio tiempo a terminar la frase. Todo ocurrió muy rápido, primero aquella monstruosidad, la señorita Nivans gritando... luego ese ser arrastrando a Phoenix. Idair trató de sujetarla, pero se le escapó de las manos. Por un momento se quedó petrificado, no sabía que hacer y eso le hacía sentirse muy inútil. Pero actuó: lo primero fue asegurarse de que Chris estaba a salvo.
—Chris, ve a al coche, ahora vamos nosotros —ordenó al pequeño y seguidamente corrió en busca de su esposa, armado con la palanca tan solo. La señorita Nivans se le adelantó para liberar a Phoenix y ella misma fue quien fue a por la criatura—. Vamos —sujetó a su mujer por el brazo para ayudarla a caminar, sin poder evitar desviar la mirada hacia atrás, viendo como Abigail Nivans se enfrentaba a aquella monstruosidad. Le habría gustado ayudarla, pero ahora debía primero asegurarse de que su familia estaba a salvo.
Milagrosamente Abigail volvía hacia ellos, había logrado matar al monstruo e Idair la observó con notable sorpresa: llegó a creer que iba a morir—. Cariño, sube con Chris por favor, voy a ayudar a Abigail —la ayudó a subir al coche y fue hacia Abigail para hacer lo propio también—¿Está bien? —preguntó mientras que la guiaba al coche.
—No creo que debamos ir a la iglesia ahora... —susurró dubitativo por un momento, pues era capaz de escuchar los disparos—. Iremos a casa y nos quedaremos en el sótano, mañana por la mañana con la luz del día veremos qué está pasando —le pareció la idea más correcta. Arrancó el vehículo y velozmente lo guió hacia su vivienda.
Algunas zonas del pueblo estaban totalmente despejadas, mientras que en otras podían verse personas que parecían desorientas, otras corrían presas del pánico e incluso una mujer era atacada por un grupo de ellos. Idair por un momento llegó a creer que llegaba el día del juicio final. Quiso intentar ayudar a alguien... pero entonces recordó que no iba solo y no podía poner a su familia en riesgo.
—Abigail, si lo desea puede quedarte con nosotros... o si lo prefiere cuando deje a Phoenix y Chris en casa podemos acercarnos a la suya para ver si están sus hermanos allí —empezó a decir mientras que aparcaba el vehículo en la entrada de casa. Abigail vivía al lado de ellos, no sería un problema. Idair miró a varios lados y viendo que no se veía a nadie instó a todos a que saliera—. Vamos, todo parece despejado —salió el primero, abriendo las puertas de los demás, armado con la palanca. Rápidamente los guió hacia el interior de la vivienda.
«¡RYDER!» Abrí los ojos de par en par, como si despertara de un interminable letargo. - Jemma - susurré dolorida. Y varias imágenes vinieron a mi cabeza, de las dos juntas, hablando, riendo... Cassidy se me hacía raro, pero Ryder... ese era mi nombre maldita sea. Aunque Ryder parecía más el tipo de nombre que uno le ponía a su mascota, Cassidy parecía mejor que Ryder... pero ese era mi nombre, estaba ahora segura de ello y de que conocía a Jemma.
- Si logramos llegar a mañana esto me va a doler... - me quejé mientras que trataba de alejarme de allí, antes de que ese monstruo acabara conmigo. - Ay no... - cerré ambos ojos y me encogí cuando estaba a punto de golpearme. No podía huir a ninguna parte pues estaba rodeada. Pero no ocurrió nada, más disparos en su lugar y gritos. Abrí un ojo lentamente, viendo como el monstruo iba ahora a por Nicholas. - ¡Corre Nicholas! - le pedía al hombre aterrada, pues aquella cosa iba a por él ahora. Dudaba que pudiéramos vencerlo mareandolo, así que corrí a por uno de los extintores que había en la pared. Momento en el que Jemma decidió actuar y gracias al cielo ella pareció conseguir algo.
- ¡Jemma, Nicholas, HACIA LA ESCALERA, AHORA! - grité a la vez que aprovechaba aquella distracción para subir el primer escalón. - ¡Y tú cara culo, chúpate esta! - en cuanto lo tuve en frente lo apunté con la manguera del extintor y presioné el gatillo. - Ay porras... que no va - examiné el aparato a punto de sufrir un ataque al corazón y entonces vi que tenía que tirar de una anilla. - Bueno... lo dicho cara culo... ¡Ahora sí, chúpate esta! - ya que había tirado de la anilla, presioné el gatillo provocando que una lluvia de un polvo blanco comenzara a caer sobre el monstruo. El aire no tardó en cubrirse de ello, provocando una fuerte nube de polvo blanco que envolvió al ser, perfecta para distraerlo mientras que huíamos escaleras arriba. En cuanto se acabó la bombona, la lancé en su dirección y subí hacia la siguiente planta lo más rápida posible, pues los golpes dolían aún mucho.
- Si logramos llegar a mañana esto me va a doler... - me quejé mientras que trataba de alejarme de allí, antes de que ese monstruo acabara conmigo. - Ay no... - cerré ambos ojos y me encogí cuando estaba a punto de golpearme. No podía huir a ninguna parte pues estaba rodeada. Pero no ocurrió nada, más disparos en su lugar y gritos. Abrí un ojo lentamente, viendo como el monstruo iba ahora a por Nicholas. - ¡Corre Nicholas! - le pedía al hombre aterrada, pues aquella cosa iba a por él ahora. Dudaba que pudiéramos vencerlo mareandolo, así que corrí a por uno de los extintores que había en la pared. Momento en el que Jemma decidió actuar y gracias al cielo ella pareció conseguir algo.
- ¡Jemma, Nicholas, HACIA LA ESCALERA, AHORA! - grité a la vez que aprovechaba aquella distracción para subir el primer escalón. - ¡Y tú cara culo, chúpate esta! - en cuanto lo tuve en frente lo apunté con la manguera del extintor y presioné el gatillo. - Ay porras... que no va - examiné el aparato a punto de sufrir un ataque al corazón y entonces vi que tenía que tirar de una anilla. - Bueno... lo dicho cara culo... ¡Ahora sí, chúpate esta! - ya que había tirado de la anilla, presioné el gatillo provocando que una lluvia de un polvo blanco comenzara a caer sobre el monstruo. El aire no tardó en cubrirse de ello, provocando una fuerte nube de polvo blanco que envolvió al ser, perfecta para distraerlo mientras que huíamos escaleras arriba. En cuanto se acabó la bombona, la lancé en su dirección y subí hacia la siguiente planta lo más rápida posible, pues los golpes dolían aún mucho.
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Graaacias Jason
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Mi disparo consiguió frenarlo, lo que significaba que había acertado. Toma punto. Ahora que estaba distraído podíamos escapar, era el momento adecuado. Me limpié los ojos rápida y bruscamente.
Mientras, Ryder le disparó con el extintor, ¿Iba a servir de algo? Probablemente le nublaría la visión, lo que nos daría un margen de tiempo escaso, pero lo suficiente para escapar. - ¡Venga, no hay tiempo, corred! - Agarré del brazo a Ryder, pues era a la que tenía más cerca, para posteriormente meterle prisa a Nicholas para poder huir lo más rápido posible. - ¡Nicholas, venga, corre, corre, corre! -
Una vez que estuvimos juntos los tres, subí corriendo las escaleras, recogí mis cosas del suelo. - ¿Cómo os encontráis? Supongo que mal, no os preocupéis, ahora, en cuanto estemos a salvo, os curaré las heridas y así os sentiréis un poco mejor. - Les miré con una sonrisa que infundía tranquilidad, realmente era una sonrisa normal, una sonrisa de la Jemma verdadera. Miré las tres puertas que había, era el momento adecuado de actuar rápido. Corrí hacia la última puerta, la tercera, esa no abría. - Cerrada. - Corrí hasta la segunda, que daba a un despacho amplio y se veía bastante cómodo. - Esta me gusta. - Y por último fui a mirar la primera puerta, era la que estaba llena de estanterías y no mucho más. - Pues que queréis que os diga, pero yo prefiero la segunda. - Me volví hacia aquella puerta esperando lo que ellos decidían.
Mientras, Ryder le disparó con el extintor, ¿Iba a servir de algo? Probablemente le nublaría la visión, lo que nos daría un margen de tiempo escaso, pero lo suficiente para escapar. - ¡Venga, no hay tiempo, corred! - Agarré del brazo a Ryder, pues era a la que tenía más cerca, para posteriormente meterle prisa a Nicholas para poder huir lo más rápido posible. - ¡Nicholas, venga, corre, corre, corre! -
Una vez que estuvimos juntos los tres, subí corriendo las escaleras, recogí mis cosas del suelo. - ¿Cómo os encontráis? Supongo que mal, no os preocupéis, ahora, en cuanto estemos a salvo, os curaré las heridas y así os sentiréis un poco mejor. - Les miré con una sonrisa que infundía tranquilidad, realmente era una sonrisa normal, una sonrisa de la Jemma verdadera. Miré las tres puertas que había, era el momento adecuado de actuar rápido. Corrí hacia la última puerta, la tercera, esa no abría. - Cerrada. - Corrí hasta la segunda, que daba a un despacho amplio y se veía bastante cómodo. - Esta me gusta. - Y por último fui a mirar la primera puerta, era la que estaba llena de estanterías y no mucho más. - Pues que queréis que os diga, pero yo prefiero la segunda. - Me volví hacia aquella puerta esperando lo que ellos decidían.
- Jemma :
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— Sí... — Abigail estaba bastante nerviosa en realidad, pero se contuvo y trató de fingir calma. Avanzó hacia el vehículo, se iban y ella no quería quedarse sola, ahora lo tenía más claro que nunca. Vio como algo brillaba en el suelo, parecía una moneda y la mujer se agachó para recogerla del suelo. La miró en su mano, no le decía nada, pero igualmente la guardó.
Aquel hombre la conocía, pero ella a él no. Subió al coche, en el asiento delantero, para dejar espacio a la madre y su hijo detrás. Abigail estaba muy quieta y todo el rato en silencio. ¿La tacharían de loca si contaba lo que le ocurría? Después de lo que acababan de ver tal vez no. — Yo... realmente no estoy segura de nada, creo que no tengo hermanos, pero usted dice que sí, todo el mundo me dice que sí y la verdad es que no los recuerdo — tragó saliva. Se había atrevido a confesar aquello que era lo que más le estaba preocupando durante todo el día.
— Pensaba que había perdido el juicio, pero tras ver lo que hemos visto empeizo a pensar que tal vez no sea yo, sino este lugar — susurró finalmente, aterrada de sus propias palabras. Pero era la verdad, lo que había estado pensando durante la mayor parte del día. — No tengo ninguna necesidad de ir en busca de esa gente, tal vez para saber que está bien, pero cero sentimiento familiar, ¿eso es feo, verdad? — miró al hombre y posteriormente a la mujer y al pequeño. Estaba realmente asustada de sus palabras y se sentía culpable porque era la maldita verdad: ¿si eran sus hermanos por qué nos entía nada con respecto a ellos? Los había visto en la cafetería y ninguno de los dos se mostró tampoco afectuoso con ella, es más, parecían tan o incluso más confundidos de lo que ya estaba Abigail.
Aquel hombre la conocía, pero ella a él no. Subió al coche, en el asiento delantero, para dejar espacio a la madre y su hijo detrás. Abigail estaba muy quieta y todo el rato en silencio. ¿La tacharían de loca si contaba lo que le ocurría? Después de lo que acababan de ver tal vez no. — Yo... realmente no estoy segura de nada, creo que no tengo hermanos, pero usted dice que sí, todo el mundo me dice que sí y la verdad es que no los recuerdo — tragó saliva. Se había atrevido a confesar aquello que era lo que más le estaba preocupando durante todo el día.
— Pensaba que había perdido el juicio, pero tras ver lo que hemos visto empeizo a pensar que tal vez no sea yo, sino este lugar — susurró finalmente, aterrada de sus propias palabras. Pero era la verdad, lo que había estado pensando durante la mayor parte del día. — No tengo ninguna necesidad de ir en busca de esa gente, tal vez para saber que está bien, pero cero sentimiento familiar, ¿eso es feo, verdad? — miró al hombre y posteriormente a la mujer y al pequeño. Estaba realmente asustada de sus palabras y se sentía culpable porque era la maldita verdad: ¿si eran sus hermanos por qué nos entía nada con respecto a ellos? Los había visto en la cafetería y ninguno de los dos se mostró tampoco afectuoso con ella, es más, parecían tan o incluso más confundidos de lo que ya estaba Abigail.
- Gracias:
Chris esperó impaciente a que sus padres fueran al coche. Cuando Phoenix entró, él se asomó por el cristal del vehículo y comenzó a llamar al gatito. — ¡Gatito, que nos vamos ya! — gritó avisando al animal para que los siguiera también, haciendo gestos con su mano como si eso fuera a servir de algo. — Tal vez tenga una tirita de Batman en mi mo... — el pequeño se giró y tocó su espalda, siendo consciente de que no llevaba su mochila con él. — ¿Dónde está la mochila de Chris? — no estaba seguro pero sabía que tenía una mochila, así que miró al señor Bicho. — ¿Y la mochila de Chris? — pero el señor Bicho no le dijo nada.
— ¿Está la mochila de Chris en casa? — se asomó entre los dos asientos para preguntarle a quien se suponía que era su padre. Cuando el coche se detuvo el pequeño salió veloz junto a su fiel peluche y corrió escaleras arriba por el porche, siendo el primero. La casa no le sonaba de nada, pero si decían que vivía ahí, tal vez su mochila estuviera allí... ¿O se la habría dejado en el colegio? Se colocó contra la puerta e instó a su familia para que abriera.
— ¡Vamos, Chris tiene que encontrar las tiritas para mamá! — decían en un tono de voz bajo, acostumbrado a no gritar demasiado. Sin ser consciente de por qué lo hacía, solo sabía que debía hacer poco ruido.
— ¿Está la mochila de Chris en casa? — se asomó entre los dos asientos para preguntarle a quien se suponía que era su padre. Cuando el coche se detuvo el pequeño salió veloz junto a su fiel peluche y corrió escaleras arriba por el porche, siendo el primero. La casa no le sonaba de nada, pero si decían que vivía ahí, tal vez su mochila estuviera allí... ¿O se la habría dejado en el colegio? Se colocó contra la puerta e instó a su familia para que abriera.
— ¡Vamos, Chris tiene que encontrar las tiritas para mamá! — decían en un tono de voz bajo, acostumbrado a no gritar demasiado. Sin ser consciente de por qué lo hacía, solo sabía que debía hacer poco ruido.
Sabía que lo de el extintor no serviría de mucho, pero ayudaría a distraerlo algo más y en cuanto lancé la bombona subí veloz hacia arriba, más bien arrastrada por Jemma. En cuanto los tres cruzamos la puerta de hierro la cerré rápidamente y además con llave. La puerta parecía pesada, ¿pero aguantaría contra aquel monstruo?
- ¿Creéis que aguantará? - pregunté mientras que Jemma registraba las otras tres habitaciones del pasillo. - ¿Alguna ventana por la que salir? - pregunté. Una de las puertas no abrió, tal vez con la llave... pero en vez de acercarme a probar fui tras Jemma para revisar las otras dos habitaciones, eran un almacén y unas oficinas amplias.
- ¿Hay algo para curarnos? - pregunté mientras que pasaba al interior y me dejaba caer sobre el sofá. - Estoy agotada - susurré apoyando la cabeza en el respaldo y cerrando los ojos. Tal vez ahora debiéramos revisar el lugar o estar atentos por si esa cosa lograba romper la puerta, pero necesitaba un respiro un maldito respiro. - Dadme un momento - pedí. Me llevé una mano al costado y dolía bastante, además de la sangre que caía de mi frente, me había llevado un buen golpe y sangraba un poco. Respiré hondo tratando además de escuchar los ruidos que procedían de abajo, ya que si el monstruo subía seguro que lo escucharíamos.
- ¿Creéis que aguantará? - pregunté mientras que Jemma registraba las otras tres habitaciones del pasillo. - ¿Alguna ventana por la que salir? - pregunté. Una de las puertas no abrió, tal vez con la llave... pero en vez de acercarme a probar fui tras Jemma para revisar las otras dos habitaciones, eran un almacén y unas oficinas amplias.
- ¿Hay algo para curarnos? - pregunté mientras que pasaba al interior y me dejaba caer sobre el sofá. - Estoy agotada - susurré apoyando la cabeza en el respaldo y cerrando los ojos. Tal vez ahora debiéramos revisar el lugar o estar atentos por si esa cosa lograba romper la puerta, pero necesitaba un respiro un maldito respiro. - Dadme un momento - pedí. Me llevé una mano al costado y dolía bastante, además de la sangre que caía de mi frente, me había llevado un buen golpe y sangraba un poco. Respiré hondo tratando además de escuchar los ruidos que procedían de abajo, ya que si el monstruo subía seguro que lo escucharíamos.
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Terminamos entrando en la habitación del amplio despacho, esto serviría como zona de descanso, además la puerta parecía resistente. - Aguantará, poco contra ese bicho, pero aguantará. - Un rápido vistazo a la habitación me bastó para poder saber que aquí habrían cosas útiles. - Sí, de momento relájate ahí, voy a buscar algo para poder curarte. - Me puse a rebuscar por cajones y armarios, encontrando un botiquín de primeros auxilios. Sonreí acercándome hasta el sofá donde se encontraba ella.
- ¡Eureka! - Alcé el botiquín enseñándoselo, lo abrí y me preocupé de coger un algodón con agua oxigenada para limpiarle la herida de la frente. Acabé poniéndole una tirita. - De momento no puedo hacerte nada más, no tengo materiales suficientes, pero esto aguantará de momento, seguro que te dolerá, es normal, aquí hay pastillas para que te relaje el dolor, así que tómatela para el dolor de costillas que tienes, voy a buscar a ver si encuentro algo más útil. Por cierto, ve diciéndome dónde te duele para poder curarte lo máximo que pueda. - Actuar de esa manera era mi estilo, me sentía cómoda y segura de mí misma y de lo que hacía, aunque sentía que me faltaba algo.
- ¡Eureka! - Alcé el botiquín enseñándoselo, lo abrí y me preocupé de coger un algodón con agua oxigenada para limpiarle la herida de la frente. Acabé poniéndole una tirita. - De momento no puedo hacerte nada más, no tengo materiales suficientes, pero esto aguantará de momento, seguro que te dolerá, es normal, aquí hay pastillas para que te relaje el dolor, así que tómatela para el dolor de costillas que tienes, voy a buscar a ver si encuentro algo más útil. Por cierto, ve diciéndome dónde te duele para poder curarte lo máximo que pueda. - Actuar de esa manera era mi estilo, me sentía cómoda y segura de mí misma y de lo que hacía, aunque sentía que me faltaba algo.
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Tras soltar todo aquello que la atormentaba Abby se quedó en total silencio. No dijo nada más en todo el viaje, se dedicó a observar la moneda que acababa de encontrar en su mano. Tampoco quiso mirar a través de los cristales del vehículo, su mente quiso obviar todo aquello, pues la cabeza le daba vueltas.
Cuando llegaron a la casa de esa familia Abby bajó del coche tras el pequeño. — ¿Tú me conoces? — le preguntó al niño mientras que tomaba asiento en el porche. Abby según había escuchado, parecía que ellos la conocían y necesitaba saber más. Miró hacia la casa de al lado, creyendo que allí vivía ella, pues eso era lo que había dicho el hombre, que eran vecinos. Sin embargo nada en la vivienda le resultó familiar.
— La cabeza me da vueltas — susurró. Ni siquiera quería ir a indagar a su supuesta casa, tenía miedo de llegar y comprobar que nada le resultaba familiar. Además después de haberse topado con esa fiera temía quedarse sola y aunque no conocía a esa gente prefería quedarse con ellos por ahora. Sino era mucha molestia.
Cuando llegaron a la casa de esa familia Abby bajó del coche tras el pequeño. — ¿Tú me conoces? — le preguntó al niño mientras que tomaba asiento en el porche. Abby según había escuchado, parecía que ellos la conocían y necesitaba saber más. Miró hacia la casa de al lado, creyendo que allí vivía ella, pues eso era lo que había dicho el hombre, que eran vecinos. Sin embargo nada en la vivienda le resultó familiar.
— La cabeza me da vueltas — susurró. Ni siquiera quería ir a indagar a su supuesta casa, tenía miedo de llegar y comprobar que nada le resultaba familiar. Además después de haberse topado con esa fiera temía quedarse sola y aunque no conocía a esa gente prefería quedarse con ellos por ahora. Sino era mucha molestia.
- Gracias:
Las costillas me dolían bestialmente, tanto como aquella vez en la que me enfrenté a un puto bicho similar a este. Un momento, ¿alguna vez encaré a algo como eso? Sí, lo recordaba bien: En la base militar donde solía refugiarme, cuando llegamos a limpiar el lugar para hacerlo habitable, una bestia de tamaño semejante apareció de la nada y sólo pudimos vencerlo con el poder del fuego; en aquella ocasión mis costillas se rompieron tras un fuerte y golpe, y al parecer padecía de lo mismo en esas escaleras, a juzgar por el dolor en mi costado.
Aproveché la distracción que ambas chicas consiguieron para subir a trompicones por la escalera, soltando quejidos de dolor cada tanto a la par que mi vista empezaba a nublarse por la espesa capa de humo blanco que escupió el extintor. Me parecía más efectivo lanzarle a la cabeza el extintor, pero por lo menos lograría confundirlo el tiempo suficiente para huir (o escondernos).
Entré a la habitación a pesar de que su puerta preocupantemente no parecía lo suficientemente fuerte como para aguantar mucho contra la criatura. La ventana quizás sería una opción, si no fuese porque en nuestro estado, saltar desde un segundo piso sería un suicidio. -Mueve alguno de los estantes contra la puerta.- Le pedí a Jemma, quien era la única intacta en el trío.
Me lancé al sofá y con un nuevo quejido de dolor respiré profundo dando tregua a mis costillas para acostumbrarse a mis pulmones. Al menos el lugar no era tan feo como para morir ahí.
Aproveché la distracción que ambas chicas consiguieron para subir a trompicones por la escalera, soltando quejidos de dolor cada tanto a la par que mi vista empezaba a nublarse por la espesa capa de humo blanco que escupió el extintor. Me parecía más efectivo lanzarle a la cabeza el extintor, pero por lo menos lograría confundirlo el tiempo suficiente para huir (o escondernos).
Entré a la habitación a pesar de que su puerta preocupantemente no parecía lo suficientemente fuerte como para aguantar mucho contra la criatura. La ventana quizás sería una opción, si no fuese porque en nuestro estado, saltar desde un segundo piso sería un suicidio. -Mueve alguno de los estantes contra la puerta.- Le pedí a Jemma, quien era la única intacta en el trío.
Me lancé al sofá y con un nuevo quejido de dolor respiré profundo dando tregua a mis costillas para acostumbrarse a mis pulmones. Al menos el lugar no era tan feo como para morir ahí.
- sugerencia:
- Después de casi 20 días de ausencia de los narradores, pensaría que sólo 2 días para responder 2 veces es muy poco tiempo. Algunos ni siquiera se han enterado de que la batalla revivió, por eso es mejor dar al menos cinco días (tres más).
Tenéis hasta el miércoles a las 20:20 (hora española) para responder todos las dos veces.
Dios mio parecía que nos habíamos librado por los pelos, aquel inmundo ser de comisaría no parecía ser muy amigable, con la confusión y los nervios no me había dado cuenta pero estábamos en una zona residencial.
Perfecto porque la chica me acababa de decir que fuese a buscar una casa así que quizá me podría librar de otra regañina.
Paré el coche en seco al leer un nombre en uno de los buzones "Dabija Ward":
-oyeme lady bragafaja, ¿no acabas de mencionar a un tal Ward o una Dabija? Porque creo que viven aquí, si los conoces podríamos pedirles que nos escondan de esa bestia....¡ y un bocata! que me muero de hambre, además igual saben algo más de toda la locura que estamos viviendo... pero sobretodo el bocata,¿eh?-.
Perfecto porque la chica me acababa de decir que fuese a buscar una casa así que quizá me podría librar de otra regañina.
Paré el coche en seco al leer un nombre en uno de los buzones "Dabija Ward":
-oyeme lady bragafaja, ¿no acabas de mencionar a un tal Ward o una Dabija? Porque creo que viven aquí, si los conoces podríamos pedirles que nos escondan de esa bestia....¡ y un bocata! que me muero de hambre, además igual saben algo más de toda la locura que estamos viviendo... pero sobretodo el bocata,¿eh?-.
Parecía que habíamos logrado huir de esa bestia de la comisaría. ¿Pero qué estaba pasando en aquella ciudad? Era de locos.
— ¿Dabija? — pregunté alzando la mirada. — Para, ese es el apellido que venía en mi DNI — lo saqué para volverlo a mirar y efectivamente era el mismo. En cuanto él detuvo el coche frente a la casa bajé, se suponía que era mía, pero no reconocía nada. — Sí, es este apellido — saqué el DNI de mi bolso y lo miré bien. Era aquel apellido, el mismo. Se lo mostré a el Heladero y después caminé hacia la casa lentamente.
— Joder, no reconozco nada de esto — susurré en voz baja. La puerta estaba cerrada, pero abrió con ayuda de la llave que llevaba en mi bolso. Había un pasillo que daba a unas escaleras al frente, una sala de estar a la derecha... o al menos era eso lo que veía gracias a la débil luz que entraba por la ventana.
— ¿Heladero? — me giré para ver si venía. — No parece haber nadie — avancé hacia el salón y al fondo se veía lo que parecía una cocina. Decidí no encender las luces, pues según lo que había afuera parecía conveniente no querer atraer la atención de nada.
— ¡Comida! — me moría de hambre y por suerte en la nevera había lo necesario para hacer un sandwich, zumos... comencé a sacar todo lo que veía que llamaba mi atención y así preparar algo de comer. — Heladero, corre, ven, ¡hay comida! — llamé al hombre mientras que preparaba el bocadillo.
— ¿Dabija? — pregunté alzando la mirada. — Para, ese es el apellido que venía en mi DNI — lo saqué para volverlo a mirar y efectivamente era el mismo. En cuanto él detuvo el coche frente a la casa bajé, se suponía que era mía, pero no reconocía nada. — Sí, es este apellido — saqué el DNI de mi bolso y lo miré bien. Era aquel apellido, el mismo. Se lo mostré a el Heladero y después caminé hacia la casa lentamente.
— Joder, no reconozco nada de esto — susurré en voz baja. La puerta estaba cerrada, pero abrió con ayuda de la llave que llevaba en mi bolso. Había un pasillo que daba a unas escaleras al frente, una sala de estar a la derecha... o al menos era eso lo que veía gracias a la débil luz que entraba por la ventana.
— ¿Heladero? — me giré para ver si venía. — No parece haber nadie — avancé hacia el salón y al fondo se veía lo que parecía una cocina. Decidí no encender las luces, pues según lo que había afuera parecía conveniente no querer atraer la atención de nada.
— ¡Comida! — me moría de hambre y por suerte en la nevera había lo necesario para hacer un sandwich, zumos... comencé a sacar todo lo que veía que llamaba mi atención y así preparar algo de comer. — Heladero, corre, ven, ¡hay comida! — llamé al hombre mientras que preparaba el bocadillo.
El pequeño se cansó de esperar a sus supuestos padres, así que bajó hasta los escalones del porche con la señorita Nivans. Se sentó en la escalera a su lado, colocó a su peluche sobre su regazo y luego la barbilla sobre su mano. La señorita Nivans parecía triste y él la miró en un principio sin entender.
— No, pero Chris no conoce a nadie, casi ni a su papá... — Le confesó en voz baja a la mujer y señaló al tal Idair. — Es raro no saber nada, ¿verdad? — Preguntó inocente. Chris no le daba mucha importancia, era un niño y pensaba que tarde o temprano "aprendería". — Todos volveremos a saber — Dijo sin pensar. — Chris está aprendiendo cosas — Y así era, él había recordado cosas y pensaba que los demás también lo harían. — ¿Te duele la cabeza? Eso es que necesitas comer y descansar, Chris y Bicho también lo necesitan — Dio un largo suspiro. El estómago volvía a rugir con fuerza.
El pequeño se puso en pie esta vez y comenzó a llamar de nuevo a sus padres, quería que abrieran la puerta de una vez para buscar sus cosas y comer algo, lo necestiaba.
— No, pero Chris no conoce a nadie, casi ni a su papá... — Le confesó en voz baja a la mujer y señaló al tal Idair. — Es raro no saber nada, ¿verdad? — Preguntó inocente. Chris no le daba mucha importancia, era un niño y pensaba que tarde o temprano "aprendería". — Todos volveremos a saber — Dijo sin pensar. — Chris está aprendiendo cosas — Y así era, él había recordado cosas y pensaba que los demás también lo harían. — ¿Te duele la cabeza? Eso es que necesitas comer y descansar, Chris y Bicho también lo necesitan — Dio un largo suspiro. El estómago volvía a rugir con fuerza.
El pequeño se puso en pie esta vez y comenzó a llamar de nuevo a sus padres, quería que abrieran la puerta de una vez para buscar sus cosas y comer algo, lo necestiaba.
—¿Puedes salir, te ayudo? —se acercó a Phoenix para ayudarla a salir del coche—. Listo, voy a abrir la puerta y prepararé algo para cenar, seguro que lleváis horas sin probar bocado —caminó hacia el porche. Estaba extrañado por las palabras de Abigail, ¿qué le pasaba hoy a la gente?
—¿Seguro que no quieres ir...? —preguntó a la vez que echaba la mirada hacia la casa de al lado. En apariencia se veía totalmente a oscuras—. Chris, shhh... no alces mucho la voz, no debemos hacer ruido —se agachó delante de su hijo y acarició su cabeza.
—¿Tienes hambre? Os preparé algo de cenar, vamos, ¿me ayudas? —le pidió al niño. Idair se puso en pie y caminó hacia la puerta de casa para abrir. No se quitaba de la cabeza las palabras de Abigail. Miró de soslayo primero a esta y luego a Phoenix, además recordó lo que Chris había dicho también. ¿Era posible que aquello que le estaba pasando a Abigail fuera lo que le estaba pasando a su familia y por ello actuaban tan raros?
—Será mejor no hacer ruido y no encender las luces —tras lo que había visto fuera era sin duda la mejor opción. Pasó primero al interior de la casa y revisó que todo estuviera bien, cuando estuvo seguro hizo pasar a los demás y cerró la puerta con llave, dejando esta en su bolsillo después. La entrada estaba formada por un amplio pasillo, este daba a unas escaleras que conducían a la segunda planta, en el hueco de estas había una puerta bien camuflada que daba al sótano. A la derecha el salón que comunicaba con la cocina y el baño principal. La vivienda estaba decorada según la moda de la época. Idair siempre había cuidado de los suyos y una forma de hacerlo es que su vivienda estuviera ajustada con las mayores comodidades. El salón contaba con retratos de la familia; desde sus padres hasta de Chris y ellos tres juntos.
—Chris, ¿qué te apetece cenar? —preguntó mientras que colocaba una silla frente al sofá para que Phoenix se pudiera acomodar en el sofá y colocar el pie en alto—. Ya me encargo yo de todo, en cuanto tengamos la cena bajaremos abajo, allí estaremos más seguros —le comentó a su mujer. En el sótano estarían a salvo, estaba completamente cerrado y contaban con los viejos muebles de sus padres, allí podrían descansar.
—¿Abigail, no serás alérgica a anda, verdad? —preguntó mientras que iba a la cocina. De la nevera y muebles sacó diversos comestibles para preparar algo, teniendo en cuenta lo tarde que era lo mejor sería algo rápido y ligero. Así que preparó varios sandwiches con pan casero, tomate, jamón y lechuga que sazonó al gusto de su familia. Los colocó en una bandeja, junto a una jarra de agua, tres vasos y un cuarto de leche para Chris. Además colocó un par de aspirinas en un lado para Phoenix y Abigail si las requerían—. ¿Abigail, puedes llevarla tú al sótano? —depositó la bandeja en la mesita de café y se acercó a Phoenix. Recogí a la mujer entre sus brazos para ir hacia el sótano, allí descansarían. Le pidió a Chris que abriera la puerta para poder descender.
—¿Seguro que no quieres ir...? —preguntó a la vez que echaba la mirada hacia la casa de al lado. En apariencia se veía totalmente a oscuras—. Chris, shhh... no alces mucho la voz, no debemos hacer ruido —se agachó delante de su hijo y acarició su cabeza.
—¿Tienes hambre? Os preparé algo de cenar, vamos, ¿me ayudas? —le pidió al niño. Idair se puso en pie y caminó hacia la puerta de casa para abrir. No se quitaba de la cabeza las palabras de Abigail. Miró de soslayo primero a esta y luego a Phoenix, además recordó lo que Chris había dicho también. ¿Era posible que aquello que le estaba pasando a Abigail fuera lo que le estaba pasando a su familia y por ello actuaban tan raros?
—Será mejor no hacer ruido y no encender las luces —tras lo que había visto fuera era sin duda la mejor opción. Pasó primero al interior de la casa y revisó que todo estuviera bien, cuando estuvo seguro hizo pasar a los demás y cerró la puerta con llave, dejando esta en su bolsillo después. La entrada estaba formada por un amplio pasillo, este daba a unas escaleras que conducían a la segunda planta, en el hueco de estas había una puerta bien camuflada que daba al sótano. A la derecha el salón que comunicaba con la cocina y el baño principal. La vivienda estaba decorada según la moda de la época. Idair siempre había cuidado de los suyos y una forma de hacerlo es que su vivienda estuviera ajustada con las mayores comodidades. El salón contaba con retratos de la familia; desde sus padres hasta de Chris y ellos tres juntos.
—Chris, ¿qué te apetece cenar? —preguntó mientras que colocaba una silla frente al sofá para que Phoenix se pudiera acomodar en el sofá y colocar el pie en alto—. Ya me encargo yo de todo, en cuanto tengamos la cena bajaremos abajo, allí estaremos más seguros —le comentó a su mujer. En el sótano estarían a salvo, estaba completamente cerrado y contaban con los viejos muebles de sus padres, allí podrían descansar.
—¿Abigail, no serás alérgica a anda, verdad? —preguntó mientras que iba a la cocina. De la nevera y muebles sacó diversos comestibles para preparar algo, teniendo en cuenta lo tarde que era lo mejor sería algo rápido y ligero. Así que preparó varios sandwiches con pan casero, tomate, jamón y lechuga que sazonó al gusto de su familia. Los colocó en una bandeja, junto a una jarra de agua, tres vasos y un cuarto de leche para Chris. Además colocó un par de aspirinas en un lado para Phoenix y Abigail si las requerían—. ¿Abigail, puedes llevarla tú al sótano? —depositó la bandeja en la mesita de café y se acercó a Phoenix. Recogí a la mujer entre sus brazos para ir hacia el sótano, allí descansarían. Le pidió a Chris que abriera la puerta para poder descender.
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