El laberinto del Minotauro [Vanessa A. Walcott]

Lo que en un principio debía ser una buena idea para cruzar las tripas de San Francisco sin necesidad de toparse con hordas de zombies en la calle resulta ser una de las peores decisiones tomadas desde que el caso empezó. ¿En qué demonios estaba pensando? Pero claro, ¿cómo iba a adivinar que en realidad la red de túneles subterráneos terminaría siendo una ratonera? Sabía que sería laberíntico, eso lo tenía asumido, pero por norma general en este tipo de pasillos hay tantas salidas que puedes terminar rindiéndote en cualquier momento para respirar algo de aire en cambio aquí... Una vez entras no hay vuelta atrás y todas las cubiertas parecen haber sido selladas metódicamente con un soplete o atrancadas desde arriba con la suficiente firmeza como para que resulte imposible salir.

Ni siquiera puedo calcular cuantas horas llevo aquí metido dando tumbos de un lado a otro intentando encontrar un sitio por el que volver fuera, de hecho incluso empiezo a temer que se trate de días porque el hambre a estas alturas ya es acuciante, al igual que la sed, y combinadas con la falta de sueño, la tensión y las heridas provocan un elevado grado de cansancio y algún que otro mareo inoportuno y extraño en el peor de los momentos.

Porque además de toda esta mierda sé que no estoy solo. Les he oído gritar de terror mientras corren, he apreciado el sonido de sus huesos al romperse y de sus cuerpos al ser destripados por esa... cosa. No sé lo que es pero no se trata de nada humano y tampoco de uno de esos simples zombies. Abarca prácticamente toda la envergadura de cualquiera de los pasillos y por lo que sé es capaz de destrozar paredes enteras así que he huido de él y le he evitado en la medida de lo posible, llevándome algunos golpes y cortes en el proceso que me han dejado dolorido pero no incapacitado... por ahora.

Ahora mismo me encuentro en lo que debía de ser una especie de antiguo cuarto de mantenimiento oscuro y mohoso, sólo iluminado por escasas luces de emergencia y mi linterna, cuyas pilas tampoco estoy seguro de cuanto van a durar. Me siento en una tosca silla que cruje bajo mi peso y jadeo pesadamente, agotado, llevándome la mano a la sien derecha para comprobar que sigue inflamada y sangrando desde hace como un par de horas pero creo que no me desangraré por ello, o eso espero. Entonces la puerta que acabo de atravesar se abre de nuevo y me levanto prácticamente con un brinco, apuntando en esa dirección con el revólver a pesar de que mi pulso no es tan firme como debería.

Río por lo bajo con evidente sorna cuando comenta lo de las puertas. Y eso que no me ha visto del todo cabreado que si no me la veo escondiéndose debajo de una maldita mesa... y haría bien, porque en esos momentos tiendo a perder el control y a veces hago cosas de las que después me arrepiento pero aún así no puedo evitarlo. Con algo de suerte eso le ayudará a entender que es mejor que no incordie más de lo estrictamente necesario, aunque mientras sea en tono de humor no me importa, en esos casos acepto prácticamente cualquier tipo de ocurrencia.

-El que hizo limpieza nos ahorró trabajo pero no sé si todavía estará por aquí... y supongo que lo habrá desvalijado todo- mientras ella se dedica a mirar el libro de registros y las llaves yo me meto en lo que serían las dependencias del propietario, esas que directamente tienen una puerta en la recepción del motel. El tipejo tenía un mal gusto decorando que te mueres, con muebles viejos y llenos de tapetes y mierdas parecidas, pero bastan un par de pasos dentro de la estancia para comprobar que todos los cajones y muchas de las cosas están desparramadas o rotas por el suelo. Al parecer no soy el único que pasa de la sutilidad.

Arqueo una ceja en silencio pero me limito a volver hasta la zona del mostrador, pulsando sobre el típico timbre que para mi sorpresa resulta que funciona así que lo cojo y me lo quedo. No sé para qué cojones lo quiero pero algo se me ocurrirá -Espera, espera. Se te olvida lo más importante- cuando Nessa ya está saliendo, llave en mano, recojo el libro de visitas y carraspeo -Hay que firmar, hombre...- le aclaro con diversión, leyendo algunas de las dedicatorias y distinguiendo páginas y trozos arrancados -Creo que no se admiten las malas críticas- comento torciendo una sonrisa para finalmente tirar del bolígrafo atado toscamente a la madera, escribiendo un "Que te jodan" y dibujando una polla al lado. Que no se diga que no soy detallista, para el siguiente que venga.

Después de eso doy un par de zancadas y sonrío ampliamente, como si no hubiera pasado nada, siguiendo a mi guía particular hasta la zona central del motel mientras contemplo el lugar con curiosidad. Está muy tranquilo y silencioso, incluso demasiado para mi gusto aunque supongo que todo eso es bueno -Viví en un motel durante dos años, no está tan mal. Conoces a gente de lo más... entretenida- arqueo ambas cejas al recordar alguno de los individuos que conocí durante aquella época pero salgo de mi empanamiento mental cuando me choco contra el cuerpo de Nessa, retrocediendo para dejarle espacio mientras abre la puerta.

La estancia es básicamente lo que cabría esperar de un motel de este tipo, no está mal... sólo un poco polvoriento y apestoso pero por lo demás bien. Tuerzo la cabeza en cuanto ella se entretiene con la ventana saliendo fuera, pero no le doy demasiadas vueltas y me limito a dejar caer mi mochila pesadamente a un lado, deshaciéndome también del cinturón de herramientas pero manteniéndolo cerca en todo momento.

Me muevo hasta el cuarto de baño y empiezo a abrir los grifos, los cuáles tiemblan momentáneamente pero al final vierten su preciada agua así que me lavo la cara para despejarme y entonces compruebo el interruptor de la luz, pero nada, con eso no hay tanta suerte. Compruebo que todavía hay toallas limpias por ahí y como ya me conviene y ahora mismo estoy lleno de mierda y sangre termino desnudándome sin remilgos para meterme dentro de la pequeña ducha, disfrutando del efecto relajante del agua sobre mi cuerpo y apoyando las manos en la pared mientras emito algún que otro suspiro. Después bajo la mirada hasta mi propio cuerpo y compruebo que la paliza ha dejado su rastro en forma de hematomas y algunos raspones pero nada preocupante, desde luego no es lo más grave que he tenido hasta la fecha.

Aún así no me entretengo demasiado y en cosa de diez minutos ya he terminado así que me seco y me envuelvo con alguna de las toallas -Deberías probarlo, Ness, te hará bien- personalmente me siento como si me hubiera fumado un par de porros así que ahora mismo estoy bastante relajado y empiezo a buscarla con la mirada. Capaz que se ha largado a lo que sea, esta chica es un culo inquieto.

Pues si, Jared era algo bipolar al igual que yo, ahora parecía tan feliz que nadie se creería que hacía un rato parecía el increíble Hulk, pero mejor, si hubiera seguido cabreado yo también me habría puesto de mal humor, aún así creo que antes me pasé y para que yo admitiera aquello... Pero eso si, no iba a decirle nada, antes de que llegásemos a la habitación tampoco hablé mucho, aunque si medio que me reí con sus cosas, Jared iba a lo suyo.

Mientras Jared se había metido en el baño yo seguí dando vueltas por el balcón mirando de un lado a otro de la carretera por si aparecía algo, pero nada, todo seguía igual de tranquilo y parecía que faltaba ya poco para el atardecer, pero es que después de haber pasado la mañana en aquellas alcantarillas ahora no tenía casi ni puñetera idea de en que mundo vivía, a saber que hora sería, aunque eso era lo de menos, ahora el tiempo no valía para nada. Me apoyé en la barandilla mirando hacia la nada realmente porque apenas había algún paisaje que ver, la ciudad se erguía a lo lejos y el motel estaba rodeado de un paraje desértico.

Apenas unos minutos más tarde había vuelto a entrar a la habitación para dejar mis cosas aun lado y sacar una silla por la ventana para sentarme fuera, así que allí estaba yo sentada con los pies apoyados sobre la barandilla con la cabeza echada hacia atrás pensando en los últimos días, hacía apenas dos días me había dado un panzón de llorar terrible, suspiré, no recuerdo haber llorado tanto en toda mi vida, ni siquiera cuando murió mi abuela o mi padre o simplemente cuando se largó mi madre y todo por Anna. Casi me estaba quedando hasta dormida y no habían pasado ni cinco minutos desde que me había sentado, que bien. Jared me llamaba, por lo que me eché hacia un lado para asomar la cabeza por el marco de la ventana y verle en toalla, muerdo ligeramente mi labio:
Ay, que dolor... Que bueno estaba el muy ..., pero cambio de expresión y le miro ligeramente mal apartándome del marco de la ventana.

No me quiero hacer responsable, pero como vuelva a mirarle me tiraré encima suya.
-Seguiré viviendo con mi inmundicia... Gracias.-Le contesto ligeramente de morros porque de verdad me siento asqueada y me quiero dar una ducha, pero es que hasta el baño hay un camino que se me hace eterno.

En cuanto se asoma a través de la ventana me pregunto qué diablos está haciendo ahí fuera pero parece bastante tranquila así que conserva la calma hasta que me mira mal y me miro a mí mismo riendo entre dientes. ¿Tan mal estoy? Quizá es una de esas tías a las que les da grima tanto tatuaje junto, he conocido a varias personas a lo largo de mi vida a las que los múltiples dibujos de mi cuerpo les resultaban asquerosos aunque evidentemente, y por suerte, también he conocido a otros a los que les ponía a tono, mis favoritos.

-¿Interesante el paisaje?- pregunto burlonamente mientras avanzo hasta mi mochila, sacando algo de ropa para vestirme con ella aunque en realidad sólo me quedo con la ropa interior y los pantalones. Con eso me doy por satisfecho y me acerco hasta la ventana para apoyarme en el alféizar, mirándola un momento a ella y sus interminables piernas y luego al horizonte, o mejor dicho al atardecer. La verdad es que tiene su encanto pero sería mejor con una buena cerveza en la mano... En fin, no se puede tener todo.

sufre xD:

-Bueno, venga, que no pienso dormir contigo oliendo a alcantarilla, ¿eh?- repentinamente doy una palmada para que espabile, porque parece que se vaya a quedar sopa en el momento más inesperado, y estiro los brazos para arrastrar su dichosa silla hasta que toca la pared. Entonces la cojo a ella por debajo de las axilas y empiezo a levantarla hasta tenerla en brazos, cosa relativamente fácil porque pesa más bien poco aunque es probable que se revuelva y ese tipo de cosas que tan bien se le dan pero da igual, un poco de "juerga" no me molesta así que procuro lidiar con ella entre risas hasta dejarla en el cuarto de baño, entonces pongo una mano a cada lado del marco de la puerta por si tenía intención de salir -Anda sé buena y dúchate, luego cenamos algo, ¿vale?- me quedo unos segundos ahí, mirándola de arriba a abajo descaradamente, pero como ya ha dejado claro en varias ocasiones que no le intereso en ese sentido opto por resignarme, volviendo a la habitación para curiosear por los escasos cajones aunque sólo encuentro una biblia hecha polvo y algún bolígrafo. Mierda pura.

Me vuelvo a ajustar el cinturón con mis armas y después me pongo a rebuscar en la mochila para sacar algunas latas de conservas que podrían estar buenas si conseguimos calentarlas -En la casa del dueño tiene que haber cocina- le digo alzando suficientemente la voz como para que me oiga por encima del ruido del agua, si es que se decide a darse la dichosa ducha porque si no dormirá en el suelo. O dormiré yo, lo que sea.

¡Que no vengas pesado!. Pienso rápidamente cuando escucho su voz más cerca, pero no llego a verlo y me tranquilizo, he pensado en la opción de quitarme una bota y tirársela a la cabeza, pero sería raro por lo que también he pensado en pintarme en la frente el símbolo de peligro biológico, a ver si se da por aludido. Eso o lo utiliza de diana para pegarme un tiro en la cabeza, lo sé, ir contando por ahí que estoy infectada sería la opción más responsable para no poner en riesgo la vida de los demás. Pero también la más complicada, tener que hacer creer que no me voy a convertir en una de esas cosas y luego convencerlos de que no me maten, ya que si, soy un peligro para mucha gente.

Pero tenía que asomarse y miro a otro lado, la opción de tirarle la bota a la cabeza ya no me parece tan descabellada, es más casi pienso ponerla en práctica cuando tira de la silla hacia un lado y me veo obligada a levantar la cabeza para dejar de mirarle al suelo. ¡Mejor, dormiré en el suelo!.
-Jared estate quieto.-Digo, pero me encanta, irónicamente claro, tengo que ser igual de amenazante para él como un gato. Y luego me coger en brazos... Intento agarrarme al marco de la ventana casi abrazándome y girando la cabeza hacia otro lado, no consigo nada, simplemente que él se lo pase pipa, porque como se ríe... Apenas un minuto después estoy en la ducha y él no me deja salir, le vuelvo a mirar mal.

Cuando se va vuelvo a respirar, pero ya estaba allí así que no iba a desperdiciar esa ducha, eso si con agua bien fría, para lograr despejarme un poco que vaya empanamiento llevaba encima entre una cosa y otra. Cerré la mampara con un golpe bien sonoro y me fui quitando la ropa para arrojarla por encima del cristal al baño. Tardaría un poco más que él porque me quedé un buen rato bajo el agua sentada en el suelo sin hacer nada, solo dejando el agua caer, ¿ahorrar?, creo que ya se había ahorrado bastante agua en los últimos meses y hasta que volviera a encontrarme con otra ducha a saber cuanto tiempo podría pasar, o si seguiría viva para la próxima y entonces me acordaba de Anna y de como casi muero con ella.

Al salir de la ducha me hizo con dos toallas y me sequé rápido, ni siquiera tenía ropa para cambiarme, toda estaría en mi Impala, ay, el coche, me ponía mala de pensar que lo había dejado allí abandonado, estaba al otro lado de la ciudad, a las afueras, ir a por el sería un coñazo muy grande, pero tendría que ir más adelante. Me puse otra vez la ropa interior que llevaba antes, la ropa de esta mañana estaba llena de mierda, no merecía la pena ni quedármela, salí del baño escuchando lo que decía de la cocina mientras me terminaba de secar el pelo con una de las toallas.

-Bien, tal vez encontremos algo más.-Decía mientras sentaba en la cama.-Por cierto, ¿me podrías dejar una camiseta?, por favor.-Le pido luego de forma amable, o lo que puedo, una camiseta suya me quedaría enorme, pero era preferible a ir en ropa interior.

En un principio saco como tres latas de distintas conservas y las dejo sobre una mesita, cubriéndome después con una camiseta limpia. Miro entonces en dirección al baño pero el sonido del agua cayendo sigue siendo persistente así que sonrío triunfalmente porque al final me he salido con la mía. Me giro entonces hasta la cama y sacudo la colcha enérgicamente para deshacerme del polvo aunque resulta inevitable toser durante un rato hasta que la nube se dispersa y me dejo caer sobre el colchón pesadamente. Entrelazo las manos detrás de mi cabeza y bostezo ampliamente mientras intento dejar la mente todo lo vacía que puedo, aunque siempre me ha resultado algo difícil. Aún así Nessa se columpia tanto con la ducha que no quería darse que al final me quedo medio adormilado por el cansancio y el efecto relajante del agua, cerrando los ojos en varias ocasiones hasta que la voz cercana de mi acompañante me provoca un pequeño respingo que me obliga a levantarme prácticamente como un resorte.

-¿Una camiseta? Sí, claro...- ya que me lo pide educadamente tampoco es que pueda negarme y además prefiero que se tape un poco a que ande en bragas por ahí a sabiendas de que no debo propasarme con ella, que no soy de piedra precisamente. Rebusco en el fondo de la mochila y termino cediéndole una camiseta de Metallica, básicamente porque casi todas de las que dispongo pertenecen a grupos de música -¿Lista?- pregunto para que coja sus armas o lo que crea oportuno, yo me limito a coger las latas de alubias y sopa de tomate además de la linterna, por si acaso nos entretenemos más de la cuenta.

Salimos nuevamente al patio central, tan tranquilo como hace un instante, y deshacemos lo recorrido anteriormente para llegar hasta la recepción y por tanto la casa del propietario. Lo curioso es que una vez dentro las luces del apartamento en cuestión están encendidas, a pesar de que las de las habitaciones no funcionan, así que dejo las dichosas latas encima del mostrador y desenfundo el revolver con precaución, mirando a Nessa más serio de lo habitual en mí antes de empezar a caminar hasta allí, asomándome por el marco de la puerta... pero nada. Allí dentro no hay nadie y empiezo a tener un mal presentimiento con toda esta mierda -Alguien ha tenido que encender la luz- sé que es un comentario muy obvio pero necesitaba decirlo en voz alta ya que una vez revisada la pequeña casa seguimos sin encontrar a nadie pero en cambio sí que encontramos pisadas recientes entre el polvo y la suciedad -En fin, creo que tenemos vecinos- al final me resigno a esa idea porque no es que tengamos muchas alternativas por el momento pero habrá que estar algo más atentos de lo que me hubiera gustado.

Recupero las latas del mostrador, a pocos metros de distancia, y vuelvo hasta la cocina en cuestión. Se trata de los clásicos fogones de gas, cosa peligrosa y que no me hace mucha gracia, pero dado que no parece oler raro corro el riesgo y la cosa parece funcionar así que me limito a coger una de las muchas cazuelas desperdigadas por el suelo lavándola toscamente en el fregadero -Habrá que hacer guardias, no me fío mucho de lo que puedan hacer otros supervivientes. Muchas veces son peores que los mutantes y los zombies... seguro que ya te has topado con alguno, ¿no?- estoy bastante seguro de ello teniendo en cuenta su actitud habitualmente a la defensiva -Nos apañaremos, seguro que somos mejores tiradores que ellos- añado con una pequeña sonrisa en un intento de infundir más confianza.

Al parecer medio se había dormido, teniendo el cuenta el tiempo que había pasado encerrado en las alcantarillas, seguramente no habría podido pegar ojo con aquella cosa, no se negó a dejarme la camiseta por lo que sonreí de forma amable mientras sacaba una, cuando fui a ponérmela vi que era de Metallica.
-Tienes buenos gustos.-Le comenté mientras me la terminaba de poner y me echaba el pelo hacia un lado.-Gracias.

Seguí a Jared hacia abajo bostezando mientras que me colgaba a la espalda la funda de las dos katanas y en mi cintura la funda con las dos glocks, al llegar abajo nos encontramos con las luces encendidas.
-Genial.-Dije con sarcasmo mientras que me asomaba por la puerta hacia la recepción y echaba un vistazo para ver que no había nadie más. Tal vez serían los mismos que habían liado aquello en la entrada y seguidamente fui hacia el tablón de las llaves, no faltaba ninguna más, así que tal vez estaban en las habitaciones de las que faltaban las llaves de después del brote, lo tenía apuntado en la carpeta que había dejado en la habitación. Al tiempo que regresaba podía escuchar a Jared y le miré asintiendo.
-Ya ves...-Comenté poniendo los ojos en blanco al recordar mis numerosos encuentros con gente de lo más estúpida.-Si siguen por aquí creo que sabemos en que habitaciones están, antes miré las llaves y apunté las habitaciones que faltaban.-Comenté en voz baja sin dejar de mirar de reojo a la puerta.-Voy a ver si veo algo.-Añadí mientras que me deslizaba por la puerta cruzando por una especie de salón para llegar a la recepción, pero antes de eso me fijé en que en una esquina habían unas zapatillas, las cogí y salí directa hacia la recepción sentándome en el mostrador para ponerme las zapatillas, eran unas converse blancas, tenía muchas zapatillas de ese estilo en mi apartamento, pero todas de imitación, las marcas me daban igual y eran más baratas, estas eran un número más grande que el de mi pie, pero por no ir descalza me daba igual, me estaba atando las zapatillas cuando escuché un ruido que me hizo ponerme alerta.

De golpe recordé como me sentí la última vez que me atacaron por sorpresa, cuando aquella loca no dudó en dispararme por la espalda y en la de vueltas que le di luego pensando en que habría pasado si no me hubiera dado por agacharme, ahora si, paranoia, el saber que tal vez había más gente allí me ponía de mal humor a demás de que ahora vería fantasmas seguramente por todas partes.

Y por segunda vez en poco tiempo fueron mis instintos lo que me salvaron la vida, la luz que entraba por la puerta del patio de la piscina de golpe desapareció, vi la sombra en el suelo, Jared estaba al otro lado no podía ser él, en fracción de segundos ocurrió todo, primero la sombra moverse y luego los ojos del cadáver que seguía tirado en la recepción se clavaron en mi, antes no había pensado en aquello, pero aquel cadáver no tenía mordeduras, ni siquiera arañazos y me di cuenta al tiempo de que veía aquella sombra de que la gente que estaba allí no quería visitas, el sonido del disparo fue ensordecedor, pero me dio tiempo a reaccionar antes dejándome caer hacia atrás en el interior del mostrador de la recepción de forma que quedase a cubierto durante unos segundos, el eco de los pasos en la dirección me pusieron alerta gateé saliendo de la recepción y girando hacia la derecha en una habitación que ni siquiera había mirado antes, me puse de pié rápidamente, era un bar, estaba completamente a oscuras, por lo que eché a correr hacia el interior, mientras que sacaba la glock de la funda y le quitaba el seguro a demás de comprobar que estaba cargada. Me agaché escondiéndome detrás de una vieja y enorme JukeBox al tiempo que aquel tipo entraba en el bar.

A Nessa todavía le entra la paranoia más que a mí, que ya es decir, así que en lugar de dedicarse a la cena decide que es mejor algo así como hacer una ronda de seguridad, por si las moscas. No es que me entusiasme la idea de que corra ese riego pero ya es mayorcita para decidir por si misma y si ha llegado hasta aquí es porque sabe cuidarse así que aunque en el fondo no pueda evitar esa típica punzada de preocupación protectora esta vez me limito a asentir de manera distraída -Ten cuidado, estos no harán ruido si se acercan. Si te metes en un lío grita- no creo que se aleje tanto como para no oírla así que me giro para seguirla con la mirada hasta que la pierdo de vista y entonces dejo la cazuela en el fogón encendido.

Después de eso me paso un buen rato buscando un abrelatas pero ahí no hay quién encuentre nada así que termino haciéndolo con esfuerzo y uno de mis cuchillos, terminando por cortarme levemente en una mano... como era de esperar. Me limito a atar un trapo alrededor de la herida, que tampoco es que sea gran cosa, y poco después las dos latas de alubias ya se están calentando en la cazuela así que sonrío satisfecho, porque es que hasta huele bien, y me dedico a preparar los platos y algunos cubiertos básicos. Supongo que lo llevaremos a la habitación porque allí está todo más controlado pero entonces oigo un disparo y doy un evidente respingo, girándome de repente con el pulso acelerado. Lo peor es que ahora mismo no tengo ni puta idea de a qué se ha debido así que desenfundo el revólver y mantengo el cuchillo en la otra mano pero me siento bastante dubitativo.

-¿Ness...?- termino preguntando a pesar del riesgo que ello supone pero es que si está en peligro, ¿por qué no ha gritado? Podría ser para no delatar su posición, cosa que yo acabo de hacer, pero aún así tenía que intentarlo así que en cuanto no recibo respuesta me pongo mucho más tenso y en alerta hasta que repentinamente alguien aparece en la puerta de entrada del apartamento en cuestión y sin mediar palabra dispara, así que salto por el suelo hasta acabar detrás del sofá con el cuál puedo cubrirme, maldiciendo por lo bajo al haberme cortado los brazos con varios cristales y cerámica rota que había por ahí desperdigados, aunque nada grave -Oye tío, no sé qué creéis que venimos a hacer pero podemos largarnos por donde hemos venido sin armar todo esto follón- intento razonar de forma civilizada porque quizá simplemente se sentían amenazados o estaban asustados pero algo me dice que no será tan fácil.

Uno, dos... Y los alrededores despertaron.

El atardecer fue llenándose de muerte poco a poco con aquellos ruidos, como era de esperar cualquier cosa que cambiase en el entorno los atraía, al menos no eran demasiados, avanzaban de forma lenta por las cercanías, de aquella forma torpe pero constante deseando obtener su anhelada recompensa, mientras tanto que aquellos que o bien desconocían o simplemente les daba igual seguían haciendo ruido por la misma presa que los muertos buscaban, solo que ya no se trataba de comida si no de fuerza y dominación, aquel se había convertido en su "pequeña fortaleza" y la seguiría siendo por mucho tiempo más.

La carcajada resonó en la habitación a la vez que un nuevo disparo, (¡Tres!) pero esta vez fue directo al sofá con la intención de herir al tipo que había soltado aquella estupidez, no sabía muy bien en que lado de detrás del sofá se estaría escondiendo, pero con suerte la bala lo habría atravesado y dado de lleno en algún punto vital hasta que muriese, con poca suerte la bala solo habría atravesado el sofá sin darle a él y desafortunadamente le pareció que había sido la segunda opción pues vio que a lo lejos la bala se incrustaba en la pared.

Desafío:Jared tienes menos de dos segundos, va a disparar en el otro lado del sofá, así que ya puedes hacer algo o no vas a acabar muy bien... Cuando te toque postear le das abajo a responder, escribes tu rol con normalidad y explica lo que vas ha hacer, después debajo de los botones enviar y previsualizar selecciona el dado: Desafíos, creo que es el último. Si sale X, habrás fallado, yo diré en que, si sale V lo has conseguido. Si no te sale la jugada yo haré lo que crea conveniente.

Mientras tanto el segundo ni siquiera se preocupó del tercer disparo, él ya sabía que su compañero habría ido a matar y por tanto no ocurriría nada, a demás era de esperar, él tenía mejor puntería que aquel idiota, ahora solo debía localizar a la rubia que se habría escondido en el bar, en un principio creyó que estaba muerta, cuando cayó en el interior de la recepción pensó que le había dado pero al acercarse ya no estaba y se fijó entonces en el bar.

Entró en él demasiado tranquilo, se conocía bien el lugar, los demás estarían arriba esperando, estaba molesto porque a él no le apetecía bajar, pero le había tocado. Llamó en voz burlona a la chica para provocar que saliera de su escondite, no sabía si estaría armada, dio por ello que no, hasta que escuchó el típico chasquido que hacía un arma al quitarle el seguro. Por lo que rápidamente se puso a cubierto en el costado de una estantería, gracias a ello no solo supo que si que estaba armada, si no que estaba detrás de la JukeBox, por lo que una sonrisa surcó sus labios de forma triunfal. Siguió hablando desde su escondite, contándole todo lo que acababa de saber y luego lo que le haría cuando la encontrase.

Desafío:Vanessa tienes que decidir que vas ha hacer ahora. Cuando te toque postear le das abajo a responder, escribes tu rol con normalidad y explica lo que vas ha hacer, después debajo de los botones enviar y previsualizar selecciona el dado: Desafíos, creo que es el último. Si sale X, habrás fallado, yo diré en que, si sale V lo has conseguido. Si no lo consigues contestaré detrás haciendo lo que yo crea conveniente.

Off: Si he hecho algo mal, avisadme.

Joder, joder, joder... Me decía una otra vez mientras que podía distinguir los pasos de aquel tipo cada vez más cerca de mi, podía sentir como el arma se resbalaba en mis manos, aquello no era lo mismo, no era lo mismo acabar con alguien que ya había muerto a alguien que seguía vivo, ¿pero que diferencia había entre ambos?, los dos me querían matar, los dos eran para mi unos descerebrados y yo había elegido vivir, no morir, el sonido de sus pasos resonaron por toda la sala y no se contentó con ello si no que empezó ha hablarme. ¿Que manía tenía la gente con hablarme antes de zurrárme?, la pelirroja igual joder... Pero esa era una sádica de cuidado, este simplemente quería acabar conmigo y no había tratos como los hubo con ella en un principio. Ni siquiera había zombies de por medio.

Eres una gilipollas... Me dije mentalmente cuando el tipo se puso a contarme su vida y con ella como me había localizado. Pero gilipollas, gilipollas, gilipollas... Yo misma me había delatado y al parecer el tío no era cualquier pirado y lo de hablarme tampoco ayudaba mucho, no paraba de recordarme a la chiflada esa, tal vez ambos serían unos sádicos.

-¿Sabes?, tengo una amiga con la que te podrías llevar muy bien...-Comenté con sarcasmo mientras que miraba a mi alrededor, su voz provenía de la estantería, o eso di por hecho, entonces me callé durante unos segundos mientras que me quitaba la zapatilla, no llevaba nada más, conté a hasta tres y la lancé con fuerza hacia el lado opuesto a donde me encontraba, si lograba distraerlo podría disparárle tal vez, había visto demasiadas películas de 007, pero joder, si eso me ayudaba, sería el puñetero James Bond durante un rato...

El golpe de la zapatilla caer contra el suelo me dio el aviso, me lancé hacia un lado saliendo de mi escondite para disparar en la dirección del tipo, con la oscuridad del bar él podría haberse descuidado mirando en la dirección del ruido y por tanto no mirar hacia donde yo estaba en verdad para poder salir, visualizárle y dispárarle.

Cuatro y el tipo se apartó de golpe esquivando la bala, cinco, no dudó en disparar en la dirección de ella, pero en su arma que salió disparada contra el fondo de la habitación y con una risotada recorrió los los escasos tres metros que lo separaban desde su ubicación detrás de la estantería hasta donde ella estaba, los de arriba no tardarían en bajar, habían habido demasiado disparos - seguramente ya estarían bajando - pensó. Habían habido demasiados disparos, fue rápido, cruzó con apenas unos pasos y pateó el estomago de ella con una patada mientras le daba a entender que se lo había ganado por no cooperar y se agachó para agarrar con una mano su pelo rubio y tirar de este hacia arriba para que ella le siguiera mientras que colocaba el cañón del arma cerca de su frente.

Desafío: ¿Qué haces ahora?, te dejo elegir, si no lo consigues, pasamos, utiliza los dados y no malgastes más zapatillas, que solo te queda una. En el caso de que no te saliera, Jared tendrías que venir tu y ayudarla, escribes lo que haces como antes y selecciones el dado desafíos para ver si te sale y si no os sale a ninguno... Ya veremos que pasa.

Seis, ni siquiera le dio tiempo a reaccionar, se creía o bien demasiado listo o bien demasiado rápido, pero ambas ideas fracasaron estrepitosamente, el recorrido de la bala fue limpio hasta chocar con su cuerpo atravesando la piel cerca de un ojo, de forma perpendicular hasta atravesar el cerebro y salir provocando salpicaduras de sangre contra las paredes más cercanas y el marco de la puerta, el sonido fue seco, el tipo cayó redondo al suelo dejando un recuerdo en la pared de algo que tal vez fue parte de materia gris y sangre.

En los alrededores la carretera cobraba vida de golpe, de una forma irónica, claro, unas cuantas figuras humanas se tambaleaban contra los recortados rayos de un sol que se marchaba dando fin a un largo día, quedaba poco para la noche total y aquellos ya habían encontrado la cena, o al menos eso esperaban mientras que caminaban de aquella forma tan macabra en la dirección del motel.

Vale, vaya cara de tonta que se me ha tenido que se me ha tenido que quedar, a parte de eso, estoy bien...Pensé con sarcasmo.

No era cualquier idiota, y yo me había precipitado, al disparar me había echado sobre un lado, por lo que caí contra el suelo viendo como había fallado, lo siguiente que vi fue como el tipo alzaba la pistola en mi dirección. Ha sido un placer...Me dije al tiempo que apretaba el gatillo, pero yo seguía viva y glock ya no estaba en mi mano, el pinchazo de dolor no fue apenas nada comparado con la rabia que sentí en aquel momento, la bala había pasado a escasos centímetros de mi mano, tan cerca que por un minuto llegué a creer que me había dado, pero no, tan solo fue el golpe de mis misma arma contra mi propia mano.

No me dejó ni levantarme solo vi como se acercaba y me propinaba una buena patada, el golpe lo aguanté como pude, me encogí pero no grité ni siquiera le insulté y eso si que fue raro, solo escuché disparos que no eran de aquella habitación y apreté los dientes al recordar a Jared, a saber que estaría pasando allí.

Seguidamente aquel solo consiguió enfadarme aún más, el tirón de pelos que me dio no fue normal, alcé casi por instinto la cabeza para mirarle mientras que me levantaba, mi Glock a saber donde estaría, pero tenía otra y ese idiota no parecía haberse percatado de ello, más bien estaba entretenido con mi pelo por lo que decidí ser rápida, más bien ser cuidadosa, con una de mis manos sujeté la glock que seguía aún en mi cinturón y la saqué de este a la vez que la alzaba y con la otra mano le quitaba el seguro, terminando de hacer esto justo cuando apuntaba a su cabeza con el arma y sin pensarlo dos veces apreté el gatillo, completamente seria.

Demasiados disparos, definitivamente aquellos dos habían perdido el juicio, iban a acabar llamando a toda una ciudad de descerebrados, estaban en la habitación como de costumbre, eran tres los que estaban allí y dos los que habían bajado, un total de cinco, aunque ellos no sabían que ahora eran cuatro, dos hombres más y una mujer, que podría aparentar perfectamente por un hombre, se había rapado la cabeza y mostraba una nariz ligeramente torcida, se la habían partido en alguna ocasión, el otro hombre de unos cuarenta años tenía una piel bastante oscura, típica del sur y el tercero parecía el cabecilla del grupo, fue este quien dijo que había que bajar, la mujer que era bastante testaruda ya lo había propuesto, pero no le hacían mucho caso, ella siempre quería armar pelea, aunque esta vez fue la primera en bajar armada solo con un bate de hierro, cruzó la puerta de la recepción al par que veía a un chico asomado por la puerta apuntando en al dirección del bar, se acercó a él de forma sigilosa y no dudó en golpearle en la cabeza con el bate varias veces hasta que se desplomó en el suelo.

El sureño observó a la ruda mujer enarcando una ceja y pensando en lo macabra que podía llegar a ser, parecía disfrutar con cada golpe que daba, siguió ensañándose con el pobre chico sin piedad alguna, incluso ahora que parecía incosciente y Roland no pudo evitar sentir pena por él, no le gustaría estar en su pellejo, aunque él había intentado dispar a Kit que sorprendéntemente había cazado a la rubia, esta no se podía comparar con aquel orangután, Dasy parecía un hombre, alta, grande, fornida, en cambio la otra era delgada y bastante atractiva, pero entonces Roland se fijó en el cuerpo que yacía en la entrada de la casa del dueño del motel, su hermano.

Ni los gritos de Jeff consiguieron calmar a Roland que se había lanzado a por el chico aún inconsciente para patearlo, había matado a su hermano y lo pagaría muy caro. Kit se encontraba arrodillado en el suelo del bar junto a Dasy que agarraba a la rubia para que no escapase, al parecer esta le había intentado disparar y había acertado en la mano, ahora Kit tenía un agujero de bala en su mano, Jeff le dio un par de vendas mientras que calmaba a Roland que no paraba de mirar al tipo que había matado a su hermano, Kit lo había confirmado, él había ido a por la chica y el desgraciado de Shawn a por el chico. Jeff se asomó a la ventana y se giró hacia Roland para dedicarle unas palabras que le tranquilizaron bastante, aquel iba a pagar por la muerte de su hermano. Luego Kit miró a la rubia, Dasy la había obligado a arrodillarse en el suelo, le habían quitado todas las armas a ambos y Jeff y Roland arrastraban el cuerpo del chico hacia la salida, aun estaba atardeciendo y habían algunos rayos de luz, Dasy los siguió detrás junto a Kit ambos empujaban a la rubia de malas maneras para que avanzase hasta que llegaron al cartel del motel y la obligaron a sentarse apoyándose en el poster, a lo lejos un par de caminantes iban hacia ellos, pero para cuando llegasen los cuatro estarían de nuevo en el interior del motel, la pena sería que aquellos dos no, Dasy se agachó mientras que Kit apuntaba con el arma directamente a la cabeza de ella para que no se moviera y así Dasy pudo atarla de manos al enorme poster que sujetaba el cartel del motel.

Mientras Jeff se encendía un puro Roland discutía con él sobre que hacer con el chico, Jeff estaba bastante despreocupado, a lo lejos seguían acercándose los caminantes, Dasy contó unos cinco, al rededor del motel, todavía faltarían unos diez minutos para que llegasen, Roland quería matar al chico y Jeff simplemente dejarlo allí, pero mientras tanto Dasy se acercó a él y sugirió lo mismo que con la rubia, pero atarlo en frente de ella para que primero viera lo que después le harían a él. Roland no estaba muy seguro, pero finalmente aceptó.

A los pocos segundos el chico ya estaba atado en la misma posición que la chica, pero sentado en los escalones que había para acceder al motel, las cuerdas habían sido bien apretadas en torno a sus muñecas y luego a la fuerte barandilla de metal que había. Entonces Dasy se agachó a su altura y le abofeteó para que despertase, Roland vio como con su fea cara miraba fijamente al tipo, de seguro que se habría asustado, cualquiera se asustaba con ver la cara de Dasy a penas cinco centímetros de la propia, ella le sonrió de forma macabra cuando despertó y los cuatro se largaron de nuevo al interior del motel no sin antes asegurar bien las puertas.

Mientras, a lo lejos el cielo se tornaba cada vez más oscuro, los últimos rayos de sol alumbraban la zona proporcionando algo de calidad a aquel atardecer, cinco figuras seguían avanzando ya no tan lejos al buffet libre que le acababan de servir unos chalados.

Desafío: Ahora haced lo que podáis y sea lógico, si no me parece lógico os enviaré un aviso, sed realistas, no utilicéis los dados porque esto ya es más complicado y si falláis vais a acabar bastante mal. Tampoco digáis que hacen o dejan de hacer mis caminantes, los manejo solo yo, podéis decir que se acercan y os atacan, como mucho, pero no más.

Mi desesperación aumentó cuando el alzó la mano y apartó el arma, aún así pude distinguir la sangre, pero seguía vivo y entonces sentí un fuerte nudo en la garganta cuando me miró, le acababa de disparar en una mano y por una parte me alegré, se lo merecía, por idiota, pero por el contrario sentí miedo, eso solo le cabrearía aún más. Y me había quedado sin armas de fuego, la recortada estaba en la habitación y maldije para mi, pero ni siquiera pude distinguir bien mis propios pensamientos ante el ruido de otro disparo, sonó tan cerca que no pude evitar encogerme, al mirar en la dirección de donde provenía el disparo vi a Jared al tiempo que le golpeaban, intenté echarme hacia adelante golpeando al tipo que estaba delante mío pero nada, lo peor fue que aquella loca, o al menos di por hecho que se trataba de una mujer, seguía golpeando a Jared que ni siquiera se movía, estaba tirado en el suelo y ella seguía, aquel momento se me hizo eterno.

-¡Pero quieres parar ya maldita chalada!.-Aquel tipo me seguía agarrando de forma que apenas podía moverme, pero no dudé en echarme hacia adelante y empujarle varias veces sin conseguir nada, hasta que aquella loca decidió parar.

Y luego ella vino hacia mi y me obligó a arrodillarme, de mala gana me quedé en aquella posición mientras miraba fijamente a Jared aún en el suelo, cuando colocó la mano sobre mi hombro lo moví de forma brusca, para que ni me tocase, pero ella siguió insistiendo, el otro tipo estaba a mi lado curándose las heridas como si fuera un gato, le miré de reojo mal mientras escuchaba la discusión entre los otros dos, al parecer Jared había matado a uno y otro estaba bastante cabreado con ello, quería a ir a pegarle pero le detuvieron y sinceramente no supe el por qué de aquello, ¿no nos iban a matar de todas formas?, pero eso me tranquilizó, a saber como estaría Jared, le miré de reojo poniendo mala cara, hoy no era su día...

Entonces entendí lo que estaba pasando, en un principio pensé que nos sacaban fuera para dispararnos allí, al mirar el cuerpo de Jared me tensé, seguía igual, ¿estaría muerto?, no pude evitar golpearlos a ambos cuando me sacaban estaba demasiada molesta y tendía a meterme aún en más problemas, pero no nos iban a disparar allí, cuando vi las cuerdas y a lo lejos los caminantes, lo supe, eso era aún peor todavía... Me habían quitado las armas, no llevaba nada encima a excepción de la ropa y una zapatilla, a lo lejos cinco zombies y las cuerdas estaban atadas en torno a mi muñeca con bastante presión, miré hacia un lado cuando ya terminaron, el muy "valiente" me apuntaba con un arma para que no me moviera, cuando se alejaron caí que teniendo en cuenta lo que iba a ocurrir habría sido mejor haberle provocado. Esperaba a que trajeran a Jared aquí, pero en vez de ello le colocaron más lejos. ¡Hiiijos de puta, yo iba a ser el primer plato... Perfecto, genial, me encanta, bien, maravilloso! Bueno, al menos él tendría más tiempo de asimilarlo o de soltarse...

Apoyé la cabeza sobre el poste fijándome en como a lo lejos aquellas cosas seguían viniendo y agaché la mirada, hasta aquí Nessa. Pero volví a levantar la cabeza en la dirección de Jared y me eché a reír aunque sentía que también podría romper a llorar en cualquier momento.
-¿No tendrás un cigarrillo verdad?.-Pregunté mientras que estiraba de las manos con fuerza consiguiendo hacerme daño con las cuerdas que estaban demasiado apretadas en torno a mi piel.-Pues... ¡Vaya buena mierda!.-Seguía hablando de forma costosa apretando los dientes a la vez que estiraba de las manos con más fuerza.-Anna... Sería un buen momento para aparecer... ¡Maldita zorra chiflada!-Primero empecé susurrando y luego acabé gritando de rabia mientras que pataleaba y estiraba con fuerza de mis manos hacia atrás intentando soltarme, pero nada ahí seguía yo y allí seguían esos bichos, avanzando.

-¡Jared!, ¡¿Cómo te va por ahí?!.-Le pregunté sin dejar de mirar en la dirección de los caminantes que cada vez estaban más cerca mientras que seguía pataleando y estirando de mi cuerpo hacia adelante tanto que hasta sentí un ligero crujido en mi muñeca.-...La madre que me parió...-Susurré entre dientes pues me acababa de hacer mierda.

-¿Algún pecado que confesar?.-Pregunté medio dándome por vencida y echando la cabeza contra el poste de golpe, ahí llegaba el primero, que era feo de cojones y encima le faltaba media mandíbula, la imagen de como me devoraba, las escenas de aquellas películas tan gores que solía ver y todo lo demás solo consiguieron ponerme aún peor. Y entonces recordé la de veces que me habían mordido, bueno solo dos, pero me habían dolido tanto que... No podía imaginar más de dos. Cuando llegó a apenas dos metros de mi y empezaba a agacharse yo golpeé su cabeza con mi pie, con el que aún tenía la zapatilla... La desesperación era aún peor, empecé a gritar de pura rabia y molestia mientras que le seguía empujando con el pie golpeando su cabeza una y otra vez pero acabó sobre mi y yo me empecé a mover como si no hubiera mañana, ni siquiera sabía lo que estaba haciendo, creí que hasta le había dado un cabezazo, otro grito que casi me dolió aún más por la fuerza de este, pero es que acababa de liberar mi mano derecha, que la pudiera mover, eso ya era otra cosa, porque me dolía la muñeca una barbaridad, empujé de un puñetazo al caminante hacia atrás a la vez que llegaba un segundo y se abalanzaba también sobre mi.

-¡Joder!-Maldije entre dientes, pero entonces descubrí que el segundo zombie tal vez me caería mejor, algo brillaba en su pierna derecha y en la izquierda también, tiré de mi cuerpo hacia arriba poniéndome de pie, consiguiendo que la cuerda subiera por el poste también y giré al rededor, el segundo llevaba dos machetes a cada lado de su cintura.

-Espera, espera...-Aún estaba atada de la otra mano y era un maraña terrible de nudos, me eché hacia adelante como pude estirando ambos brazos, empujé al primero hasta que se cayó al suelo y cogí el machete del cinturón del segundo, caí sobre él torpemente a la vez que cogía el machete y golpeaba con la hoja su cráneo una y otra vez con rabia y con todas mis fuerzas, sentía cada golpe con una punzada de dolor en la muñeca cuando dejó de moverse sentí el peso del otro sobre mi y me giré entre ambos cuerpos para golpearle de nuevo y esta vez repetir la acción del segundo con él, cuando dejó de moverse el tercero llegaba.

-Ay no...-Susurré mientras que me levantaba ya de forma más lenta a causa del cansancio y rápido y como podía cortaba la cuerda y me liberaba, recogí el segundo machete y eché a correr en la dirección de Jared dejándome caer a su lado.

-Buenas...-Susurré como si nada. -¿Te echo una mano?-Pregunté mientras que empezaba a cortar las cuerdas.-¿Sabes?, habría sido divertido tenerte atado.-Comento seria, pero de broma, eso es bueno, mi humor sigue ahí.

Mi disparo falla y para empeorar las cosas también lo hace el de Nessa así que aprieto los dientes bastante frustrado pero supongo que mi presencia conseguirá sorprender al tipejo y quizá entonces ella tenga una oportunidad... O eso creía, porque antes siquiera de llegar a apartarme de la puerta un tremendo golpe en la cabeza me hace ver las estrellas antes de caer estrepitosamente al suelo, apenas consciente. Entrecierro los ojos intentando ver más allá de la nebulosa de dolor y aturdimiento pero entonces llegan más golpes que me dejan completamente fuera de combate y sin que pueda hacer nada al respecto.

******

Cuando despierto mi cuerpo apenas reacciona. Me duele todo y me cuesta respirar, tanto que empiezo a jadear sonora y pesadamente mientras los tipos que supuestamente me han dado una paliza de muerte vuelven al hotel. La verdad es que tampoco puedo prestarles mucha atención porque mi mente está demasiado embotada y confusa. Apenas distingo lo que tengo delante o dónde estoy pero después de unos segundos noto las manos atadas a... algo. No sé el qué y francamente tampoco me importa, ahora mismo podría morirme y sólo me supondría una liberación porque el simple hecho de mantenerse consciente supone un esfuerzo prácticamente épico.

Oigo de fondo unos gritos y unos gruñidos, miro en esa dirección pero sólo veo formas muy borrosas que se mueven demasiado deprisa, generándome una sensación de vértigo que me obliga a dejar caer pesadamente la cabeza con una especie de quejido. El pecho me duele tanto que me resulta imposible describirlo, estoy seguro de que alguna costilla estará rota, puede que incluso más de una.

En ese momento alguien llega a mi lado pero ni siquiera me sobresalto porque estoy deseando que me peguen un tiro allí mismo. Por desgracia para mí no se trata de eso y en cuanto habla termino reconociendo que se trata de Nessa sólo que me cuesta horrores entender lo que me está diciendo y desde luego no me siento capaz de componer ni una sola palabra así que me limito a levantarme una vez me ha desatado pero el intento resulta entre inútil y patético porque no tengo fuerzas casi ni para respirar. Enseguida vuelvo a caer en las escaleras alcanzando a apoyar las manos en el suelo para no comérmelo pero poco más -Tienen... coche- afirmo con esfuerzo y sin pararme demasiado a pensar la forma correcta de expresarme -Búscalo- le indico moviendo una mano para que darle a entender que se ponga a ello cuanto antes. Nuestra única opción viable sigue siendo largarse de aquí todo lo deprisa que podamos pero yo ya no puedo ayudarla con eso, acabo de convertirme en una carga inútil y soy consciente de ello, aunque evidentemente la idea no me entusiasma mucho que digamos pero tampoco me siento capaz de darle vueltas al asunto... por ahora.