Rescue {Participantes}

Al final dejo que otros se encarguen de arrastrar a la chica al otro lado, a fin de cuentas no es la que estaba peor porque al menos ha conseguido despertarse y abrir los ojos pero entonces se abren otras puertas no deseadas y el horror se vuelve patente en la figura de uno de esos extraños mutantes armado con una enorme hacha. Joder, otra vez... aunque vamos tan armados hasta los dientes que deberíamos ser capaces de abatirlo de todas formas pero no es que me fíe mucho de que las balas vayan a detenerlo así que empiezo a apremiar a la gente aupándoles hasta el conducto de ventilación.

Surge una especie de conversación-debate acerca de lo que hacer con Vanessa, que por algún motivo también está entre los secuestrados aunque hace unos días dijeron que estaba muerta pero Kenneth asegura que no es ella y un escalofrío me recorre el espinazo. Ni siquiera sé qué pensar al respecto y supongo que da igual porque no hay tiempo para ello así que Anna se encarga de arrastrarla junto a otra chica (Kate) y el tipo que se cree Capitán América (Bécker).

-Estate quieto, ¡joder!- corro hacia Belikov y no dudo demasiado en hundir el cuchillo en su brazo mientras le sujeto la muñeca con fuerza, presionando después en el lado contrario para obligar a esse bicho asqueroso a salir de su cuerpo, pisoteándolo con fuerza en cuanto cae al suelo. Joder, definitivamente prefiero que el gigante me aplaste la cabeza a ser devorado vivo desde dentro, eso sí que es asqueroso de verdad.

-Llévate a Josh, venga- le ayudo a levantarle del suelo, espero que esta vez no vomite en los zapatos de ambos, y cuando ya estamos cerca del conducto de ventilación me limito a disparar con el M16 para frenar el avance del gigante y de algunos de esos bichos de sangre. No es gran cosa pero así tendrán un poco más de tiempo ya que parece que prácticamente todos tienen a alguien por quién cruzar al otro lado.

Tinieblas... Oscuridad, eso era lo que veía. Una pequeña luz apareció al fondo, y me dirigí a ella, caminando pesadamente. Una joven, de pelo corto y teñido de castaño estaba desnuda, en un suelo lleno completamente de sangre.
"Te dejaste atrapar..." murmuró Claire, jugando con algo entre sus manos, algo que no distinguía.
-Fue sin querer... -bajé la mirada, e intente rodearla para ver con que jugaba. "Me es lo mismo, y yo no estoy ahí para salvarte..."
-Nadíe te culpa... solo eres un recuerdo, que se ha quedado en mi cabeza grabado tras tu muerte... -suspiré entristeciendome. "Yo no estoy muerta" Esas palabras que tanto oía, que tanto necesitaba escuchar, pero en cambío en la lejanía escuché mi nombre.
"Te estan buscando" Se levantó, y se giró lentamente hacía quedar frente a mí, con el cuerpo manchado de sangre y un cuchillo en las manos. "Siempre me imaginas así..."

Abrí los ojos, y al principio era todo borroso, distinguía una sombra que me llamaba, que me empezaba a alzar, y yo di pequeños pasos.
-¿Cla...ire..? -murmuré, la droga que me habían metido en el cuerpo hacía que caminara lento, pero la voz se iba haciendo mas cercana, y la imagen del hombre mas nítida-Alis...tar -conseguí verle, y seguí sus pasos, luego vi un agujero, por donde tenía que entrar. Escuchaba algo como que imaginara seguir a Yerik, y lo hice, gateé hasta la otra parte y vi a otro joven, que se movía, o era mi visión... si era mi visión, ya que se duplicó en un segundo. Conseguí bajar gracias a su ayuda y quedé allí sentada y mareada.

Tal y como habíamos entrado (por que en dos días que desaparecí como usser llevaís cinco paginas de post y no me voy a alargar) parecía todo tan peligroso, que era peor que entrar en la boca del lobo. Tiros, muertos, gritos, y el propío caos... aquello me encantaba, todo era decirlo. Sangre... olía a sangre...

No tardamos en dar con los que estaban secuestrados, yo buscaba a una mujer en cuestión, llamada Amaya. Llevaba en mis manos dos pistolas, recíen cargadas robadas de uno de los de Umbrella. El matarlos o no, no me mataba la conciencia, era algo incluso divertido. ¡Oh! Apunté y apreté el gatillo al ver a otro de esos que iban con aquél simbolo rojo y blanco. Un disparo en plena cabeza, sonreí de medio lado, seguía teniendo mi puntería.

Miraba a los demás, que solo sabían dar voces, y mas voces, no me extrañaba que supieran realmente donde ir los malos de la historia.
Pero algo pasó, las puertas se abrieron, de una salió un gigantón con un gran hacha, del otro sangre... ¿sangre? Tenía ganas de un buen cigarrillo pero ese no era el momento, empecé a disparar al grandullon mientras veía que quedaban un par para salir por la vía de escape improvisada.
-¡Meteros ya! -les grité, pero algo parecía haberse metido en la piel de uno de ellos, algo que pisó el otro. -¡Os meteré un tiro en el culo a cada uno de vosotros como no os metaís adentro! -no había visto nada parecido nunca en mi vida, pero parecía ser algo divertido y casi excitante el hecho de verlo, parecía que me habían hecho un regalo en mi monotona vida rodeada de muertos, pero, lamentablemente, hoy no podría disfrutar de esos regalos...
Empecé a disparar y a retroceder hacía el tubo de ventilación, esperando que aquello lo retrasara, imaginando como disfrutaría abriendolo en canal e investigar su contenido...

Estaba profundamente impactado. No creia que eso fuera posible: Nessa estaba con vida. No podia aceptarlo, pero no pro que no quisiera, si no por que iba en contra de las leyes naturales, era demasiado, aun para un mundo post apocaliptico donde los cadaveres reviven y se comen a la gente. Ella habia revivido, sin ser caminante, y encima estaba encerrada en Umbrela, aunque eso ultimo no duraria mucho. Por suerte llego alguein a recogerla peus yo no hubiera podido hacer mucho, aun estaba demasiado conmocionado.

Justo cuando todo parecia estar medianamente bien, ocurrio el desastre. De pronto, la puerta de una celda se abrio, y lo que salio de ahi, fue mas ni menos que un decapitador, para colmo, un decapitador con hacha. Ya habia peleado contra uno de esos, su piel es como kevlar, y tenia una fuerza sobre humana. Como si no fuera bastante con el golem de carne, se abrio otra celda, de la cual salieron los que parecian ser unos scarabajos rojos que corrian por los techos y el suelo, cubriendolo todo. El primero en sentir su furia fue Adrian. Esa cosa se metio bajo su piel a mordidas, una imagen clasica de pelicula de terror. Por fortuna Jared pudo salvar a Adrian. Yo pro mi parte, saque mi Benelli. Seria mas util contra esas cosas pues disparaba perdigones, aunque honestamente, daria todo por tener un lanzallamas en ese momento.

Retrocedi disparando en todas las direcciones posibles. Cuando llego mi turno, me impulse con una de las pareces y salte hacia el ducto. Con un poco de ayuda, logre subir y pasar a la otra habitacion. Una vez alli, aliste mi escopeta para seguir disparando.- Tenemos que cerrar este maldito ducto una vez pasen todos, o los escarabajos no nos dejaran de joder- grite

Iba tan sedado que cuando por fin me hicieron caso y me ayudaron a incorporarme por un momento me sentí mucho más liviano, pero no, lo que pasaba es que un amable desconocido me estaba llevando a rastras. Era horrible, quería decir muchas cosas, agradecerselo, eso lo primero, o al menos pronunciar alguna frase con sentido en lugar de palabras sueltas.-...No creo que pueda...-Dije en un momento oportuno de lucidez absoluta. Suficiente esfuerzo hacía ya en aguantar las ganas de echarlo todo como para tener que soportar mi propio peso.

Me echaron una mano de nuevo para subir hasta una especie de agujero muy raro y estrecho, incómodo, pero duró poco y de nuevo vi al tío que me había ayudado a levantarme, ahora volvía a echarme una mano para dejarme sentado en el suelo y se agradecía, porque quizás así pudiese asegurarme de qué estaba arriba y qué abajo.-Te debo un puro...-Esa experiencia por el túnel estrecho me había acabado de despistar por completo. ¡Y para colmo ahora gritaban! ¿Es que nadie piensa en mi cabeza dando vueltas?

Una silueta extraña se acercó a mí. Su cabeza se deformaba constantemente como si estuviese hecha de agua. Sus ojos, boca y nariz cambiaban de posición entre ellos mientras la cara se alargaba, estiraba y encogía. Me daba miedo, para qué negarlo, era como un monstruo deforme y eso me espantaba. Al principio intenté levantarme y alejarme de esa criatura, pero mi cuerpo se movía demasiado lento y no obedecía las órdenes de mi cerebro. Esa cosa me habló en su extraño idioma e intentó levantarme, pero no parecía tener la suficiente fuerza para hacerlo, por lo que trajo refuerzos. Otro raro ser pasó mi brazo sobre sus hombros y cargó como pudo con todo mi peso. No podía caminar de forma adecuada, pero mis pies se arrastraban por el suelo permitiendo un avance lento.

A mí alrededor todo parecía como una fantasía. Escuchaba gritos y gente hablando. Más celdas como la mía de las cuales salían otras personas, y poco a poco todo se fue aclarando. Me di cuenta que las criaturas que me cargaban no eran monstruos, sino personas que querían salvarme. Pude recordar cómo terminé allí. El rostro del maldito que me inyectó esa jeringa, los helicópteros sobrevolando el motel, y el ataque de Umbrella a todos los supervivientes en ese lugar, entre los cuales me incluía. Me agité furioso, teniendo ahora mayor control de mis movimientos. - Umbrella...- Mi voz aún era débil, pero por lo menos era audible. Si antes odiaba a la compañía de la sombrilla, ahora la detestaba y deseaba acabar con ellos.

Un pellizco en mi pierna logró enfocar mi mente en toda la situación. Miré hacia abajo y vi a mi hermana, luego miré hacia un lado y vi a Esmeralda. Pensé que seguía soñando, y los mareos no ayudaban a solucionar esa sensación de confusión. Luego me encontraba en un túnel, con una luz al final. ¿Estaba muerto? No quería morir todavía, no podía ir hacia la luz. Traté de retroceder, pero empujones detrás de mí, y un jalonazo al frente fueron suficientes para obligarme a atravesar la luz y terminar en un nuevo pasillo. Me sentaron en el suelo, con la espalda apoyada en la pared y otras personas a mi lado en la misma posición.

Tomó aire de forma costosa, casi como si se ahogara, justo en aquel momento en el que abría los ojos y se llevaba una mano al pecho, sentía un fuerte dolor justo ahí. Aturdida, asustada observó a su alrededor, con desesperación mientras parpadeaba una vez tras otra hasta que quiso ponerse de pie, con sus manos apoyó ambas sobre la pared y trató de levantarse pero no lo logró, se quedó allí quieta observando fijamente a los ojos de aquella que la miraban también con fijeza.

Aquel terrible dolor regresó entonces y tan solo pudo cerrar los ojos con fuerza y apretar los dientes, aguantar todo aquello, con un pequeño grito hasta que nuevamente aquel sueño se apoderé de nuevo y aunque estaba sentada terminó por echarse a un lado, dejándose caer hacia esa zona sin poder evitarlo, perdiendo el conocimiento por aquel dolor que sentía en su cabeza.

Y así una vez más aquellas escenas de antes volvieron a su cabeza, se situaba de nuevo en aquel bosque, en el centro de un pequeño claro, con la mirada perdida en los árboles y toda la hojarasca típica de aquellos lugares, algunas hojas caían y ella seguía en el centro del lugar asustada, sin llegar a tener conciencia sobre lo que hacer ahora o lo que no hacer, ajena a todo aquello que de verdad estaba ocurriendo a su alrededor.

Corría junto a Nymeria por las enormes instalaciones de la compañía de Umbrella, la loba me seguía fiel detrás de mi por todos aquellos pasillos blancos que ya me sabía de memoria, sabía donde estaba todo, iba directa al despacho de Smith, él siempre estaba allí, casi choqué con la puerta al par que la abría y entraba en el sitio sujetando el pomo con una de mis manos.

– ¿Smith? – Pregunté con un tono de voz aterrado, nadie contestó, tragué saliva, si no estaba ahí estaría en los laboratorios, ¿no?, avancé con temor al centro del despacho visualizando en una de las pantallas un pasillo destrozado de la compañía lleno de cadáveres, retrocedí con lentitud, ¿era Smith uno de esos cadáveres? Eché a correr por los pasillos seguida de Nymeria como siempre, atravesé en poco tiempo la compañía, cuando iba a girar por un pasillo entonces me oculté en la esquina al ver como por aquel venía un tipo al que nunca había visto (Sean) seguido de una comitiva, de soldados de la compañía, me quedé allí atemorizada por unos segundos mientras Nymeria comenzaba a gruñir sin llegar a alzar demasiado la voz, observé a la loba a un lado y asentí, iríamos por el pasillo contrario o mejor, a la zona a la que iban todos aquellos, iban caminando de forma tranquila, pero Nymeria y yo empezamos a correr de nuevo pasillo, tras pasillo hasta dar con la enorme puerta que debía celdas con las celdas B. Me quedé allí de pie visualizando la enorme puertas.

– ¿Es aquí a dónde vienen todos esos hombres?, ¿que habrá aquí? – Pregunté mientras me acercaba al panel y pasaba una tarjeta magnética que Smith me dio cuando me cedió libertad a andar por donde yo quisiera, las puertas se abrieron y visualicé las celdas vacías a ambos lados y al fondo junto a un conducto un grupo de gente que parecían salir de otro lado. – ¿Qué está pasando aquí, quiénes sois?

Aquella cosa se deslizaba por mi brazo como si por su casa estuviera, el dolor queme producía era insoportable, aquella sensación ya no solo horrible si no asquerosa se deslizaba hacia arriba hacia mi cuello, podía distinguir a esos bichos acercarse y en aquella pequeña fracción de tiempo en la que el bicho correteaba a su antojo por mi brazo sentí pánico, el cuchillo se me acabó cayendo de las manos y fue aún peor, iba a cogerlo cuando Jared se acercó para finalmente hacer lo que yo pretendía él mismo.

-Joder... Gracias-Le di una palmada mientras miraba el bicho pisado en el suelo y me acercaba para ayudar a Josh a ponerse en pie, la sangre caía por mi brazo a causa de los dos cortes y aún dolía bastante, pero sin bicho dentro me sentía mejor, prefería que el grandote me cortase la cabeza a acabar devorado por los pequeñajos.

-¡No hay tiempo!-Iba diciendo mientras me acercaba al conducto y pasaba por el junto a Josh hasta llegar al otro lado y ver a Vanessa allí o a lo que parecía ser Vanessa, Kenneth había sido bastante claro. -¡Vamos pasad ya todos, no queda tiempo y hay que sellar el conducto y salir de esta maldita sala...-Me sentía como una buena mierda, al alzar la mirada al fin me fijé en el fondo, las puertas se abrían y tan solo un niño junto a un perro nos miraban desde la entrada, me quedé dudando, ¿umbrella tenía a perros y niños como monstruos?, tal vez eran incluso peor que el gigante del hacha y los insectos juntos. -Kenneth... Hay un crío con un perro en la entrada...-Grité por el conducto, él sabría de que se trataba todo aquello.

El sonido metálico de aquel hacha al rozar el suelo del pasillo iba aumentando al igual que el ruido que provocaban aquellos centenares de seres que se deslizaban por el suelo y avanzaban hacia el fondo del pasillo, un ruido que resultaba incómodo, demasiado agudo y molesto.

Al fin habían localizado a su presa y no se dejarían reducir por nada del mundo, del todo letales eran capaces en masa de acabar con todo aquello que se pusiera delante, aquella masa negra formada por esas criaturas avanzaba por el pasillo, ya en la mitad de este empezaron a ir de forma más lenta conforme les atacaban, algunos se desprendieron del gran grupo y treparon por las paredes de esa forma tan rápida que ellos tenían, ascendiendo rápidamente hasta el techo para ir de forma más veloz por este y dejarse caer sobre sus presas, fueron algunos los que se descolgaron y cayeron sobre el grupo de humanos buscando el contacto con la carne viva, con un único método de ataque que resultaba bien sencillo, dejarse caer sobre la piel atravesarla, recorrer esta por debajo hasta llegar a la base del cuello y hundirse en este llegando a la aorta, desgarrando vasos, tejidos y alimentándose del cuerpo desde el interior de este.

Justo enfrente el AxeMan avanzaba de forma lenta, adelantando finalmente a aquellas diminutas criaturas que empezaron a moverse más rápido una vez que aquel ser enorme les sirvió de escudo, las balas causaban en él heridas, decenas de estas, pero no parecía inmutarse ante ellas. Cuando ya se situaba en mitad del pasillo sujetó el mango del hacha y lo movió de forma rápida lanzándola con todas sus fuerzas de forma horizontal hacia los vivos que aún estaban al final de aquel corredor.

Finalmente todos los enfermos pasaron al otro lado y se nos acababa el tiempo, aquellas cosas seguían avanzando rápidamente, para colmo el grandullón se colocó casi como escudo para los malditos bichos, pero aún nos daba tiempo a salir a los demás, tan solo había que ser rápidos.

-¡Id pasando yo os cubro!-Disparaba con la carabina en la dirección de la cabeza del axeman mientras el resto disparaba a los pies de este para impedir el avance de aquellas cosas que avanzaban a por nosotros. Cuando del techo cayeron unas de esas cosas, me fui apartando rápidamente y pisando algunas, con la mano izquierda saqué la glock y comencé a dispararles a algunas que estaban demasiado lejos.

-¡Están en el techo, no dejéis que se acerquen al conducto, aún no!-Empecé a gritar mientras con gran esfuerzo aniquilaba a algunos de esos insectos carnívoros, ¿de qué otra forma se les podría llamar? Yo no sabía demasiado las cosas a las que se dedicaba la zona científica de Umbrella, el AxeMan lo conocía porque ya me había topado con él en alguna ocasión, pero aquellas cosas eran ya no solo novedad si no algo que me empezaban a fastidiar y bastante, las aborrecía aún más que al grandullón y hablando de este decidió empezar a jugar fuerte. -¡Al suelo!-No me dio tiempo a más que a lanzarme contra el suelo para evitar que aquel hacha me partiera en dos. Belikov al otro lado decía algo, pero era incapaz de entenderle con todo aquel jaleo por lo que seguí sin hacerle demasiado caso mientras me volvía a levantar para seguir disparando y darle así la oportunidad al resto de que pasaran por el conducto.

Asiento y rápidamente ayudo a la gente a pasar al otro lado, Anna no va a dejar a Vanessa por mucho que Kenneth diga que no es ella, ahora mismo eso no entra en nuestra cabeza y la vemos como tal, es ella, no hay más que hablar. Vanessa y Anna pasan al otro lado, las ayudo y luego a Belikov que está algo mal herido y Josh que no sabe ni donde tiene la cara.

Empezamos a quedar ya pocos en ese lado, ayudo a otros a pasar y me giro hacia Kenneth que pide a gritos que vayamos yendo por el conducto. La situación se vuelve más que tensa cuando las puertas se abren y de ellas empiezan a salir esas cosas, primero un gigante con un hacha y luego algo negro que se mueve por el suelo y que parecen cucarachas o algo así. En cuanto veo lo que le han hecho a Belikov sé que casi serán peor que veinte gigantes de esos, aunque no sabría decir a quien prefería si a ese gigante o al que me encontré con Vanessa en las zonas residenciales, esa cosa que parecía sacada una de esas películas de ciencia ficción.

Voy a pasar por el conducto justo cuando escucho a Kenneth y sin pensarlo respondo tirándome al suelo, el hacha golpea contra la pared y se queda clavada en esta, me levanto mirando el arma como se ha quedado en horizontal clavada en parte de la pared y la mitad del conducto.

Hijo de puta...
Susurro mirando el conducto, aún así este es grande y puedo deslizarme por debajo del hacha hacia el interior y arrastrarme para salir al otro lado, una sala enorme llena de celdas similar a la otra simétricamente.

Nada más salir me fijo en los demás y agarro la tapa del conducto de este lado mientras insisto en que pasen los demás en cuanto lo hagan tapamos el conducto con esto y salimos por la puerta esa, se cierra y recemos para que esos bichos no puedan salir.

-¡¡¡Ahhhhhhhhhhh...!!!-(haz clic)Empecé a gritar cuando vi como el insecto se caía sobre la mano de Belikov y se hundía bajo su piel, no contento con el susto me acabó soltando provocando que me cayese de golpe al suelo.

-¡Ay...!-Me iba quejando mareado mientras hacía un esfuerzo tremendo por no echar la pota una vez más, gateando sin llegar a ver nada, Belikov había tratado de sacarse aquel insecto con su cuchillo, pero se le acabó cayendo y yo trataba de ir a recuperarlo para intentar hacerlo yo, pero alguien se me adelanta.

-¿Jared el del bigote?-Pregunté dudoso mientras me ponían de pie casi sin ver quien era y entrecerraba los ojos para fijarme mejor en el tipo, si que parecía él, pero cuando iba a decir algo fue Belikov quien me llevó hacia el conducto y ambos pasamos por este, casi caí al otro lado gateando juntando las piernas para pillar la bata y que no enseñase nada más...

-A ver quien va detrás y lo que hace...-Iba diciendo sedado perdido aún, sentía las nauseas, aquel sueño horrible que me hacía delirar y marearme hasta acabar moviendo la cabeza hacia ambos lados, cuando me fijé en el frente y vi a un mocos con un perro. -Prometo que ya no tomaré más drogas, ni dejaré que me las inyectes... ¡Que flipe!

Por suerte todos pasan al otro lado con mayor o menor precisión pero si me paro a pensarlo detenidamente... realmente no sé si me importa. En cierto modo me alegra que simplemente por ser inocentes estén a salvo pero por otra parte digamos que me da un poco igual y entonces es uno de esos muchos momentos en los que siento cierto conflicto interno porque ni yo mismo consigo entenderme del todo. Creo que por eso me quedo disparando como un tarado junto a Kenneth, porque quizá esta sea la única manera de sentirme un poco útil que tengo ahora mismo.

Muchos de los secuestrados han recibido la atención de amigos, se han volcado y preocupado por ellos pero sé que llegado el momento yo estaría completamente solo y ya me siento demasiado cansado y harto de darle vueltas a todo, a mi propia enfermedad o lo que cojones sea, así que me quedo ahí dubitativo y algo plantado hasta que por suerte Kenneth grita que nos agachemos y simplemente me dejo caer al suelo de manera algo estrepitosa. El hacha no me parte por la mitad de milagro pero en cuanto empiezo a levantarme algo me cae encima. O mejor dicho muchos "algos".

Esos pequeños y asquerosos insectos se desprenden del techo cayendo sobre mi cuerpo e introduciéndose en él sin dudarlo. Me sacudo con energía pisoteando a alguno de ellos pero para cuando desenfundo el cuchillo el dolor ya es tan considerable que apenas puedo empuñarlo con precisión. Llevo a cabo algún que otro corte en mis brazos y piernas, algunos bichos salen pero sólo para ser substituidos por nuevos monstruillos que me destrozan por dentro arrancándome un sonoro alarido de dolor mientras caigo de nuevo al suelo con algún que otro espasmo de dolor. Comienzo a vomitar sangre espesa y desagradable, muy oscura, y en ese momento me doy cuenta de que no hay marcha atrás así que en último esfuerzo saco el revólver de mi cinturón y sencillamente me vuelo la tapa de los sesos para acabar con todo.

Suele decirse que la muerte trae consigo paz, recuerdos, bienestar... la verdad es que en mi caso no hay absolutamente nada, sólo vacío.

OFF: Kenneth siéntete libre de birlarme armas si quieres xD

Un disparo, otro disparo nada, era gastar balas a lo tonto. Cada vez aquello me gustaba mas, que se podía esperar de una mente psicopata como la mía, pero no pasa nada, no podría disfrutarlo, me encaminaba hacía el túnel, y los demás fueron pasando, cada vez quedabamos menos y aquellas cosas no dejaban de avanzar.

Y justo lo vi, como el grandullon tomaba fuerza y lanzaba su hacha. Me tiré al suelo, como si hubiera pisado una cascara de platano, viendo pasar el hacha a centimetros de mi rostro cayendo de espaldas al suelo, escapandose un quejido por el impacto, que no del dolor. Miré al techo, y una lluvía de esas cosas me cayó encima.
-Mierda de... -murmuré y noté como empezaban a morder. Me levanté y corrí hasta parar en la pared, dejar las pistolas en los bolsillos,sacar el machete y rajar sin cavilación alguna mi antebrazo, sacando tres y cuatro insectos de este con la otra mano y aplastarlos contra el suelo. El dolor era algo temporal, estaba acostumbrada a él, pero no me gustaría tener dentro a uno de esas cosas. Había un quinto, lo notaba subir por mi pierna, por suerte el llevar aquellos pantalones cortos facilitaría el encontrarlo, volviendo a hacer un corte, y sacarlo.

Un disparo en seco y manchas de sangre en el suelo y en mis piernás, por suerte no había tocado la herida ya que justo la tapaba con la mano. Alcé la mirada y vi que el hombre de delante se había volado la tapa de los sesos. Imaginé que esos bichos se lo estarían comiendo por dentro...
No había tiempo, miré al grandullon y luego al hombre de mi lado (Kenneth).
-Entra -le espeté sin mas- se acercan cada vez mas -miré al techo, viendo a los bichos aproximarse. Calma, hay que mantener la calma.

Curioso, todo le resultaba curioso, el aire, el bosque, todo aquel lugar que lo sentía como familiar pero que en realidad era bien lejano porque no lo llegaba a reconocer, la luz se fue haciendo más intensa, las ramas verdes de los árboles comenzaba a palidecer hasta el punto de hacerse borrosas, blancas, todo se llenaba de aquel blanco y los árboles, arbustos, hojas... Todas aquellas cosas desaparecían a una velocidad sorprendente aunque ella se quedaba en el lugar sin llegar a inmutarse de aquello, con la vista fija ahora en la persona que la observaba con detenimiento.

La sonrisa en sus labios creció, pero no era una amplia sonrisa, más bien tímida que mostraba por fin cierta calma al llegar a reconocer a alguien, por fin tranquilidad y nada de temor, alzó la mano con lentitud para intentar tocar al tipo, aunque estaban bastante lejos, no consiguió nada, ni siquiera hizo el esfuerzo de querer acercarse a él y esa persona tampoco se movió, se quedó allí de pie observándola con aquel detenimiento, como curioso, simplemente como había hecho en todos aquellos días mientras la analizaba.

Y el sueño se rompió a causa de todos aquellos ruidos, de aquel alboroto que la separaron de lo que de verdad quería ver o al menos seguir viendo, abrió los ojos una vez más y se fijo en las dos personas que tenía delante de si, ¿alguna vez había tratado con ellas?, nadie lo diría, empezó a erguirse con lentitud y cierta torpeza, no tardó en estar de pie y mirar fijamente a las dos mujeres que se abrazaban. (Anna & Kath) Sin llegar a decir nada más avanzó por el pasillo analizándolo todo a su paso, olvidando los gritos y fijándose en la figura del fondo, se volvió rápidamente hacia el tipo que acababa de salir del conducto y entonces recordó el nombre del tipo de su sueño al tiempo que un sonido más fuerte golpeaba el lugar.

-Smith...-Susurró con un pequeño siseo mientras echaba a caminar de forma mucho más rápida y ágil sorprendente en comparación con lo aturdida que estaba hasta hacía un momento, chocó de golpe con aquel tipo (Bécker) y no pensó en nada más, aquellas personas eran desconocidos. Smith era quien había cuidado de ella en esos días, con rapidez se fijó en el cuchillo que estaba en el cinturón del tipo y no dudó en cogerlo, por un momento sus ojos se toparon con los de él y sintió que había algo que no estaba bien, pero aquellos recuerdos forzados aclararon rápidamente sus pensamientos, gente para nada bien recibida, extraños que querían hacerle daño a ella, a Smith y a todas esas personas que allí vivían, sujetó el cuchillo con fuerza y no dudó a la hora de clavarlo en la piel de él.

Los disparos se escuchaban una y otra vez ene l pasillo, ensordeciendo a Celeste cada vez más. La situación empeoraba cada vez más, y ella estaba segura que no habría muchas opciones para escapar, además, no supo cuando su revolver dejó de disparar.

- ¿¡Entraron todos!? – gritó para cerciorarse de que no estaba sola, pero antes de que pudiera obtener respuesta vio como la bestia del hacha arrojaba su inmensa arma hacía ella. No se tomó tiempo para averiguar qué pasaría después ni para averiguar a quien le rebanaría la cabeza esa cosa.

Corrió en el momento en que vio la amenaza, saltando en el momento en que el hacha estaba por alcanzarla, y metiéndose en el ducto como pudo.
La caída fue menos desastrosa de lo que imaginó, ya que solo se golpeó la cara al chocar contra la pared.

– ¿Quién tuvo la estúpida idea de venir aquí? – gritó frustrada por el dolor, y comenzó a recargar su revolver bala por bala. Entonces la vio, una niña con un perro los veía a todos, incrédula, y por otro lado la susodicha Vanessa resucitada quería matar a Becker.

– Me golpeé demasiado fuerte… – gruñó confundida, acariciándose la herida.

- Señor el proyecto Lara acaba de llegar a la compañía... - la voz de uno de sus acompañantes interrumpió sus pensamientos, Sean se volvió hacia su ayudante, el que portaba un ordenador portátil, se acercó a este visualizó en la pantalla una carpeta con información del sujeto al que acababa de mencionar.

- Proyecto Lara, ¿el orgullo de Smith no?... - preguntó con sarcasmo mientras el soldado asentía, algo sabía Sean de aquello, Smith salvó a una niña de apenas doce años de edad y la utilizó para probar algo, con ayuda del Virus T la mejoraron y en vez de retenerla en la base del desierto la dejó que campase a sus anchas, ni siquiera le colocó un microchip de rastreo, confiaba en aquella mocosa, y ya todos a estas alturas conocían la verdad de él, se encariñó con la niña y la trataba a como si fuera su propia hija.

- Bien, en ese caso, capturarla, pertenece a la compañía, no podemos dejar que vaya suelta por ahí... - no terminó de hablar cuando se volvió hacia los soldados una vez más. - ¿Qué diablos está pasando con la Reina Blanca, debería de estar ya activa! - ya estaba de mal humor, contar con la alta tecnología del ordenador base de la compañía les daría sin duda una gran ventaja, pero aún no tenían nada.

- Están arreglando la placa base, se desconectó erróneamente y ahora tardará unos minutos más... - y esas palabras no le llegaron a gustar nada, torció los labios ligeramente hacia un lado evidentemente molesto y se volvió hacia el pasillo para seguir avanzando mientras abría el ordenador de su ayudante, no sin quitárselo antes y así sin más empezó a rebuscar entre las cámaras la localización exacta de aquellas personas, las Celdas A estaban siendo un infierno, al menos falleció uno, pero su idea era quitarse por lo menos a la mitad de encima para cuando llegasen, enfocó las Celdas B y allí estaban.

- Para haberse colado en la compañía no es que sean muy inteligentes, siguen en la celdas B, vamos... - ordenó con frialdad mientras devolvía el ordenador y avanzaban por los pasillos con decisión hacia aquel grupo.

Ya estábamos en la segunda celda, había sido un trayecto corto pero se me había hecho eterno. Al salir vi a una niña con un perro. Debía tener mi edad más o menos y el perro era precioso, por poco no me acercaba a entablar amistad pero me daba que no iba a ser muy amigable y menos si ella era de aquí y nos obstaculizaba la salida. -¿Nicholas?- pregunté de nuevo mirándole. Cuando los adultos hablaban de Umbrella no tenía ni idea de a lo que se referían aunque al momento de decirlo me saltaba Pandemonium y la foto de mis padres. Les recordaba diciéndome algo sobre lo que hacían pero nunca presté atención, solo me importaba que estuvieran conmigo en casa. -¿Cómo salimos?- pregunté en general a todos los que se encontraban ahí metidos con nosotros. Quería salir ya, Nicholas estaba mal y Baekho aún no había aparecido, quería irme a "casa" esa base militar abandonada tan bonita y refugiada que teníamos.