- Welcome
- Basic
- Extra!
Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
Conectarse
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 20 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 20 Invitados Ninguno
Élite {50/54}
|
Hermanos
Directorios
|
₪ II Batalla de Supervivencia {Participantes}
Página 9 de 13. • Comparte
Página 9 de 13. • 1, 2, 3 ... 8, 9, 10, 11, 12, 13
Recuerdo del primer mensaje :
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
II Batalla de Supervivencia
01 de junio de 1955, Sunnydale.
- Off rol - Normativa - Clic:
- Comienza la II Batalla de Supervivencia. Por ahora el inicio del rol será sencillo, pero irán surgiendo nuevos acontecimientos conforme vosotros vayáis respondiendo. Se establecen un par de normas a cumplir, puede que estas crezcan más adelante o incluso se modifiquen, por ahora son las siguientes:
▧Tras las normas se inicia una puesta en rol obligatoria a seguir.▧En la Batalla de Supervivencia solo puede ganar un personaje, que será el último que quede sin ser eliminado.▧Los personajes serán eliminados a razón de: Inactividad o mal estar del personaje. Se hará de forma lógica.▧Los participantes que no respondan en 48 horas serán eliminados.▧Los personajes solo podrán cargar con las armas que pidieron y otros objetos que el staff vaya indicando.▧El objeto "vida" es a nivel o off rol, a nivel on rol una simple moneda que encontrareis en diversos zonas. Quienes posean una vida, on rol pueden mencionar que encontraron una moneda.▧Quienes tengan el suero aún no lo tienen on rol.▧No tenéis vuestras armas.▧No hay mínimo de lineas, pero sí máximo: 35 líneas. Sabemos que muchos escribís eso o incluso más, pero queremos hacer que la BS sea rápida.▧No hay turnos de posteo, pero deben haber cuatro mensajes al menos entre tu último mensaje y el nuevo.
Te arrastrarán al infierno.
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Prefacio
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
Comienza la IIBS
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Había decidido inspeccionar mejor el museo. Era enorme y parecía que le quedaba una larga tarea por delante. Pero era lo que debía hacer si Abigail deseaba encontrar la procedencia de la cerradura que abría esa llave. La observó en su mano, ¿qué podría significar aquel número?, ¿tal vez el número de la puerta? Esa era la teoría que pensaba, así que la morena se fue por el edificio buscando en cada lugar, e incluso se atrevió a introducir en cada puerta que veía la llave para ver si se abría. Pero en ninguna daba resultado.
La mujer acabó en una sala principal, resultaba bastante curioso, pues tenía cuadros de aquel pueblo, lo sabía porque reconoció el edificio del museo y otros que había ido viendo en su pequeño paseo hasta el edificio.
— ¿Qué puedo perder? — Se dijo mientras que avanzaba hacia la primera obra de arte: un cuadro que mostraba la fachada del ayuntamiento y su torre del reloj. Pero no fue capaz de seguir observando el resto de cuadros, un ruido la detuvo. Parecían pisadas, pero no estaba segura de que se tratase de ello: sonaban diferentes.
La mujer empuñó el cuchillo a la defensiva, por puro instinto. Tragó saliva y caminó hacia el centro de la sala. — ¿Hola? — Preguntó alzando la voz. Mientras tanto, aún centrada en el lugar, se fue acercando al resto de cuadros, echando un vistazo rápido a cada uno. Pero no era capaz de concentrarse demasiado en ellos, ya que el ruido no la dejaba tranquila. Algo en su cabeza, no sabía el qué le gritaba que huyera.
La mujer acabó en una sala principal, resultaba bastante curioso, pues tenía cuadros de aquel pueblo, lo sabía porque reconoció el edificio del museo y otros que había ido viendo en su pequeño paseo hasta el edificio.
— ¿Qué puedo perder? — Se dijo mientras que avanzaba hacia la primera obra de arte: un cuadro que mostraba la fachada del ayuntamiento y su torre del reloj. Pero no fue capaz de seguir observando el resto de cuadros, un ruido la detuvo. Parecían pisadas, pero no estaba segura de que se tratase de ello: sonaban diferentes.
La mujer empuñó el cuchillo a la defensiva, por puro instinto. Tragó saliva y caminó hacia el centro de la sala. — ¿Hola? — Preguntó alzando la voz. Mientras tanto, aún centrada en el lugar, se fue acercando al resto de cuadros, echando un vistazo rápido a cada uno. Pero no era capaz de concentrarse demasiado en ellos, ya que el ruido no la dejaba tranquila. Algo en su cabeza, no sabía el qué le gritaba que huyera.
- Gracias:
- ¡Sí! ¡La tengo! - Las había conseguido, ahora que tenía las llaves en mi poder podríamos salir de ahí en un abrir y cerrar de ojos, sólo quedaba encargarse de aquel policía. Al mirar a Ryder me sorprendí, ella le acababa de clavar el boli en el ojo, ese ruido... Escalofríos y mucho asco fue lo que sentí, el policía cayó al suelo enseguida. Miré a Ryder, tenía la cara como un poema. - Tranquila, has hecho bien, era lo correcto, no te sientas mal, era él o nosotras... - Y llevaba toda la razón.
Me puse detrás de lo que sería la cerradura, saqué las dos manos y me puse a probar llave por llave para acabar dando con la que abriría mi celda. Empujé la puerta saliendo de ahí, libertad, por fin, me acerqué con cuidado a la puerta de Ryder esquivando el cadáver e hice lo mismo que con la mía, la abrí mientras recitaba una frase que estaba obligada a decir, con mi voz lo más grave posible. - Bien, han pagado tu finanza, eres libre. - Sonreí al terminar de decirlo, me lo habían puesto a huevo y aunque no era el momento más indicado sentía la necesidad de decirlo.
Me acerqué esta vez a la celda de Nicholas para sacarle de ahí así que busqué la llave y le abrí la puerta. Había encontrado una pistola, era bueno, así podría defenderse si era necesario, - Está bien, aunque no recuerdo saber disparar... - Al amenazar a mi supuesto marido no pude evitar esbozar una sonrisa, ese hombre no me caía nada bien, pero aún así le quité el cerrojo a la puerta, sin llegar a abrirla de par en par yo, que haga lo que le de la gana, pero yo no le iba a ayudar más de lo necesario. - Eso sí, ni se te ocurra acercarte a mi, por tu bien. - Aprovechando que estaba asustado tenía que imponerme ahora, aunque ya fuese demasiado tarde...
Me quedé mirando la recepción, antes se habían escuchado gritos y disparos, tenía curiosidad de saber lo que había pasado pero iría con cuidado pues como aquel refrán decía, "la curiosidad mató al gato". Algo bastante acertado la verdad. Me acerqué con cuidado a la recepción, había otro cadáver más, que triste panorama. Fui a la mesa de la recepción, donde descansaba una máquina de escribir, con una hoja escrita sin terminar, un informe. Lo dejé donde estaba. En el escritorio no habían muchas otras cosas más interesantes, en los cajones tampoco, cuando estaba a punto de alejarme del mostrador lo vi de pasada. Me acerqué hasta cogerlo, era una palanca, para aturdir por lo menos me serviría, decidido, me la llevaba conmigo. - Tengo una palanca... -
Me volví otra vez al mostrador y tiré el contenido del bolso de la recepcionista para meterlo todo en el mío y cargar sólo con uno. Además, aquel bolso era muy feo. Una vez guardado todo sin dejar nada cerré la cremallera, me lo colgué de nuevo y cogí la palanca mirándola con decisión.
Me puse detrás de lo que sería la cerradura, saqué las dos manos y me puse a probar llave por llave para acabar dando con la que abriría mi celda. Empujé la puerta saliendo de ahí, libertad, por fin, me acerqué con cuidado a la puerta de Ryder esquivando el cadáver e hice lo mismo que con la mía, la abrí mientras recitaba una frase que estaba obligada a decir, con mi voz lo más grave posible. - Bien, han pagado tu finanza, eres libre. - Sonreí al terminar de decirlo, me lo habían puesto a huevo y aunque no era el momento más indicado sentía la necesidad de decirlo.
Me acerqué esta vez a la celda de Nicholas para sacarle de ahí así que busqué la llave y le abrí la puerta. Había encontrado una pistola, era bueno, así podría defenderse si era necesario, - Está bien, aunque no recuerdo saber disparar... - Al amenazar a mi supuesto marido no pude evitar esbozar una sonrisa, ese hombre no me caía nada bien, pero aún así le quité el cerrojo a la puerta, sin llegar a abrirla de par en par yo, que haga lo que le de la gana, pero yo no le iba a ayudar más de lo necesario. - Eso sí, ni se te ocurra acercarte a mi, por tu bien. - Aprovechando que estaba asustado tenía que imponerme ahora, aunque ya fuese demasiado tarde...
Me quedé mirando la recepción, antes se habían escuchado gritos y disparos, tenía curiosidad de saber lo que había pasado pero iría con cuidado pues como aquel refrán decía, "la curiosidad mató al gato". Algo bastante acertado la verdad. Me acerqué con cuidado a la recepción, había otro cadáver más, que triste panorama. Fui a la mesa de la recepción, donde descansaba una máquina de escribir, con una hoja escrita sin terminar, un informe. Lo dejé donde estaba. En el escritorio no habían muchas otras cosas más interesantes, en los cajones tampoco, cuando estaba a punto de alejarme del mostrador lo vi de pasada. Me acerqué hasta cogerlo, era una palanca, para aturdir por lo menos me serviría, decidido, me la llevaba conmigo. - Tengo una palanca... -
Me volví otra vez al mostrador y tiré el contenido del bolso de la recepcionista para meterlo todo en el mío y cargar sólo con uno. Además, aquel bolso era muy feo. Una vez guardado todo sin dejar nada cerré la cremallera, me lo colgué de nuevo y cogí la palanca mirándola con decisión.
- Jemma :
- They :
- Awards :
Cuando Jemma abrió mi puerta sonreí por la broma que soltó, me vino bien algo así para despejarme. - Pues... no lo recuerdo exactamente, pero creo que no es la primera vez que me encierran - sonreí algo nerviosa. Una vez fura asentí a las palabras de Nicholas. - ¡No abras a ese gilipollas! - exclamé al ver como la joven se acercaba a la celda de su supuesto marido, pero fue tarde, ya estaba la puerta abierta. - Eh tú... - miré a aquel tipo y señalé mis ojos con dedos para luego con estos mismos dedos señalarle a él. - Te estoy vigilando - dije amenazante.
Me acerqué al cadáver de la mujer, me agaché a su lado, era increíble, tenía un mordisco en el cuello, la sangre manchaba toda su ropa. ¡Aquel hombre la había mordido hasta matarla! Coloqué la otra mano sobre su muñeca para asegurarme de si tenía pulso o no. Su brazo también estaba lleno de sangre, al igual que mis manos, sentí un leve mareo al ver tanta sangre. «Deja que las limpie por favor» Otro recuerdo: era yo sujetando el brazo de una mujer, también tenía una mordedura. - Thea no - solté inconsciente al recordar aquello, un escalofrío me recorrió de arriba a abajo y rápidamente solté el brazo de la recepcionista. Me llevé una mano al cuello, sentí entre mis dedos la fina cadena de plata y la medalla. Sí, aquella mujer me dio ese colgante, ¿pero quién era y por qué?
Respiré hondo, parecía que empezaba a recordar cosas y eso me aliviaba hasta cierto punto, por ello decidí tranquilizarme y centrarme mejor en lo que pasaba ahora, poco a poco llegaría todo. Fui a la recepción tras Jemma. Allí había otro cadáver, reconocí al hombre, pese a las heridas, era el comisario. Me acerqué para registrarlo, di con una llave y un revólver. - Oh la lá... - exclamé al ver el arma entre mis manos, luego miré el cadáver. - Lo siento - susurré.
- ¡Eh tú capullo! - me puse en pie para referirme al marido de Jemma. - Creo que no sé disparar, así que más te vale no provocar que practique contigo, ¿estamos? - me acerqué a él, seria como nunca, sujetando el arma aún con mi derecha, lo más amenazante posible.
- He encontrado una llave con pinta de ser el novamás de las llaves aquí... - alcé el objeto, tenía pinta de que podría abrir el resto de puertas, o eso era lo que me imaginaba yo. Pero siendo el comisario quien la llevaba era lo más probable.
Me acerqué al cadáver de la mujer, me agaché a su lado, era increíble, tenía un mordisco en el cuello, la sangre manchaba toda su ropa. ¡Aquel hombre la había mordido hasta matarla! Coloqué la otra mano sobre su muñeca para asegurarme de si tenía pulso o no. Su brazo también estaba lleno de sangre, al igual que mis manos, sentí un leve mareo al ver tanta sangre. «Deja que las limpie por favor» Otro recuerdo: era yo sujetando el brazo de una mujer, también tenía una mordedura. - Thea no - solté inconsciente al recordar aquello, un escalofrío me recorrió de arriba a abajo y rápidamente solté el brazo de la recepcionista. Me llevé una mano al cuello, sentí entre mis dedos la fina cadena de plata y la medalla. Sí, aquella mujer me dio ese colgante, ¿pero quién era y por qué?
Respiré hondo, parecía que empezaba a recordar cosas y eso me aliviaba hasta cierto punto, por ello decidí tranquilizarme y centrarme mejor en lo que pasaba ahora, poco a poco llegaría todo. Fui a la recepción tras Jemma. Allí había otro cadáver, reconocí al hombre, pese a las heridas, era el comisario. Me acerqué para registrarlo, di con una llave y un revólver. - Oh la lá... - exclamé al ver el arma entre mis manos, luego miré el cadáver. - Lo siento - susurré.
- ¡Eh tú capullo! - me puse en pie para referirme al marido de Jemma. - Creo que no sé disparar, así que más te vale no provocar que practique contigo, ¿estamos? - me acerqué a él, seria como nunca, sujetando el arma aún con mi derecha, lo más amenazante posible.
- He encontrado una llave con pinta de ser el novamás de las llaves aquí... - alcé el objeto, tenía pinta de que podría abrir el resto de puertas, o eso era lo que me imaginaba yo. Pero siendo el comisario quien la llevaba era lo más probable.
- Muchas cosas:
- Home:
Graaacias Jason
- Life Is Strange...:
- Multipass!:
Una mueca de fastidio se formó en mi rostro al ver a ese gilipollas disfrutando de una libertad que no se merece; Jemma había sido demasiado buena abriéndole su celda, aunque la comprendía, porque, a pesar de las circunstancias, era su esposo y en el fondo debía quererlo al menos un poco. -No eres digno de tenerla a ella como esposa.- Le dije en tono amenazante apenas puso un pie afuera de su mugrosa celda. Me preguntaba si tenían hijos, aunque lo dudaba porque ninguno de los dos ha mencionado nada al respecto.
Seguí a las chicas hasta la recepción, carente de luz pero con una enorme puerta de vidrio que nos permitía ver la calle de enfrente, tan apacible como la estación misma. Miré el cuerpo del comisario, sumergido en un charco de su propia sangre, con una gran mordida bajo su mejilla y otras tantas en el cuello y hombros, casi como si su victimario hubiera sido un vampiro o... un zombi. Varias imágenes pasaban por mi cabeza de muchas personas en condiciones similares, desde policías y militares hasta civiles comunes y corrientes, incluso recordé a... -Miley...- Mi mano temblorosa empezó a alzarse lentamente hasta terminar en mi ojo izquierdo, el cual portaba una terrible cicatriz que acaricié con nostalgia. ¿Pero quién era Miley? ¿Y cómo me hice esa cicatriz tan grande en el ojo?
Ya tendríamos tiempo de recuperar nuestras memorias, por ahora teníamos algo mucho más importante en frente: -Hay tres cadáveres, dos de ellos son policías, nosotros técnicamente somos prisioneros. Si otros policías ven la escena, inmediatamente nos tacharán de ser los culpables. No es buena idea permanecer aquí.- Le hablaba a las dos chicas, porque el otro hombre podía tirarse de un acantilado si quería, que me daba igual. El agente que nos puso las esposas me conocía, y por ende podía deducir que también sabía dónde vivíamos; ni siquiera es seguro permanecer en el pueblo. Nos acabábamos de convertir en fugitivos de la justicia. Si nos atrapaban y decíamos estar amnésicos, mínimo nos internarán en un sanatorio mental.
Seguí a las chicas hasta la recepción, carente de luz pero con una enorme puerta de vidrio que nos permitía ver la calle de enfrente, tan apacible como la estación misma. Miré el cuerpo del comisario, sumergido en un charco de su propia sangre, con una gran mordida bajo su mejilla y otras tantas en el cuello y hombros, casi como si su victimario hubiera sido un vampiro o... un zombi. Varias imágenes pasaban por mi cabeza de muchas personas en condiciones similares, desde policías y militares hasta civiles comunes y corrientes, incluso recordé a... -Miley...- Mi mano temblorosa empezó a alzarse lentamente hasta terminar en mi ojo izquierdo, el cual portaba una terrible cicatriz que acaricié con nostalgia. ¿Pero quién era Miley? ¿Y cómo me hice esa cicatriz tan grande en el ojo?
Ya tendríamos tiempo de recuperar nuestras memorias, por ahora teníamos algo mucho más importante en frente: -Hay tres cadáveres, dos de ellos son policías, nosotros técnicamente somos prisioneros. Si otros policías ven la escena, inmediatamente nos tacharán de ser los culpables. No es buena idea permanecer aquí.- Le hablaba a las dos chicas, porque el otro hombre podía tirarse de un acantilado si quería, que me daba igual. El agente que nos puso las esposas me conocía, y por ende podía deducir que también sabía dónde vivíamos; ni siquiera es seguro permanecer en el pueblo. Nos acabábamos de convertir en fugitivos de la justicia. Si nos atrapaban y decíamos estar amnésicos, mínimo nos internarán en un sanatorio mental.
— Eh amigo, relaja la raja, que seguro que luego vas mal al baño... — empecé a decir cuando el hombre comenzó a gritar más de la cuenta. — ¡Eh, eh... Cuidado con la mercancía que es de primera calidad! — alcé ambas manos levantándome yo también para evitar que tirase de mi brazo de la cuenta.
— Pues vas jodido... — susurré irónica. — Porque si sale me enfadaré yo y seguro que doy más miedo que tú con el revólver, gilipollas — claro que sí, un insulto gratuito siempre gustaba, pese a que él portase un arma y yo tuviera todas las de perder. Era yo o la pelirroja y preferiblemente prefería ser yo a aquella joven. ¿Habría trabajado como policía o algo así? Porque parecía estar bastante tranquila y conocer bien la situación. Incluso estando bajo el cañón de su arma. Sí, recordaba algo parecido, aunque no terminaba de visualizar la escena. — Esa mordedura se va a... — no logré terminar la frase. Mamá... la habían mordido también y había muerto. No recordé nada más, solo eso. Abrí los ojos de par en par, sorprendida. Y no sólo había visto esa mordedura, había visto muchas más, y no era bueno, era muy, pero que muy malo que te mordieran.
— Te han mordido, el que está jodido eres tú — dije poniendo los ojos en blanco. Sin tener ni idea de por qué, solo sabía que era malo, muy malo.
— Pues vas jodido... — susurré irónica. — Porque si sale me enfadaré yo y seguro que doy más miedo que tú con el revólver, gilipollas — claro que sí, un insulto gratuito siempre gustaba, pese a que él portase un arma y yo tuviera todas las de perder. Era yo o la pelirroja y preferiblemente prefería ser yo a aquella joven. ¿Habría trabajado como policía o algo así? Porque parecía estar bastante tranquila y conocer bien la situación. Incluso estando bajo el cañón de su arma. Sí, recordaba algo parecido, aunque no terminaba de visualizar la escena. — Esa mordedura se va a... — no logré terminar la frase. Mamá... la habían mordido también y había muerto. No recordé nada más, solo eso. Abrí los ojos de par en par, sorprendida. Y no sólo había visto esa mordedura, había visto muchas más, y no era bueno, era muy, pero que muy malo que te mordieran.
— Te han mordido, el que está jodido eres tú — dije poniendo los ojos en blanco. Sin tener ni idea de por qué, solo sabía que era malo, muy malo.
— Mami, no te preocupes, seguro que el señor Harris está bien — Dijo el pequeño, ya que al ver a Phoenix se dio cuenta de que parecía triste y entonces se abrazó a sus piernas para darle cariño y ánimo. Él sabía que había que hacer esas cosas con la gente.
Al entrar en la habitación el pequeño asintió con una sonrisa y comenzó a ayudar a su madre a empujar el mueble, era lo correcto y sobre todo lo prioritario para poder estar a salvo. Tal vez su ayuda no sirviera de mucho, pero él empujó con todas sus fuerzas. Chris no pudo evitar gritar asustado cuando al otro lado comenzaron a golpear la puerta.
— ¡Ya vienen los cocos, ya vienen! — Gritó llevándose ambas manos a la cabeza. Chris dio el último empujón, no era momento de asustarse, eso no es lo que Batman haría, pensó.
— Pero que Mami cuide de Chris, que lo mire mucho — Le pidió a Phoenix. — ¡Bicho ve tú primero, vueeelaaa Bicho! — Chris se acercó a la ventana y lanzó el peluche al jardín. Con sus manitas se aferró al alféizar de la ventana y observó como el peluche caía sobre el césped. — Pues Bicho no vuela... Sa' matao' Bicho — Dijo con la mirada fija en el muñeco. — ¡Ahora Chris! — Exclamó el pequeño que se agarró al borde y comenzó a trepar por el otro lado, agarrándose muy fuerte con las manos a los palos de la enredadera. Comenzó a descender poco a poco. Mientras que descendía miró un momento al suelo. — Uy, espero que Chris si cae aterrice mejor que Bicho — Se iba diciendo mientras que bajaba.
Al entrar en la habitación el pequeño asintió con una sonrisa y comenzó a ayudar a su madre a empujar el mueble, era lo correcto y sobre todo lo prioritario para poder estar a salvo. Tal vez su ayuda no sirviera de mucho, pero él empujó con todas sus fuerzas. Chris no pudo evitar gritar asustado cuando al otro lado comenzaron a golpear la puerta.
— ¡Ya vienen los cocos, ya vienen! — Gritó llevándose ambas manos a la cabeza. Chris dio el último empujón, no era momento de asustarse, eso no es lo que Batman haría, pensó.
— Pero que Mami cuide de Chris, que lo mire mucho — Le pidió a Phoenix. — ¡Bicho ve tú primero, vueeelaaa Bicho! — Chris se acercó a la ventana y lanzó el peluche al jardín. Con sus manitas se aferró al alféizar de la ventana y observó como el peluche caía sobre el césped. — Pues Bicho no vuela... Sa' matao' Bicho — Dijo con la mirada fija en el muñeco. — ¡Ahora Chris! — Exclamó el pequeño que se agarró al borde y comenzó a trepar por el otro lado, agarrándose muy fuerte con las manos a los palos de la enredadera. Comenzó a descender poco a poco. Mientras que descendía miró un momento al suelo. — Uy, espero que Chris si cae aterrice mejor que Bicho — Se iba diciendo mientras que bajaba.
Agradeció tener un hijo tan inteligente y valiente. No tenía dudas de que eso lo había heredado de ella.
Vio cómo caía el pequeño muñeco y se estrellaba en el suelo. No parecía roto, pero hacía pensar que la altura era más de la que realmente era. Tener que sacar al niño por la ventana, solo, le parecía una irresponsabilidad enorme. Pero el temor a que la enredadera no aguantara su peso la hizo actuar de ese modo. No podía no aguantar el peso del pequeño. Si ella caía, nada pasaría. Si él caía, podía hacerse un gran daño.
- ¡Tú puedes! No caerás porque eres valiente y fuerte. - Decía a Chris para darle ánimo. Sonreía con orgullo para que él pudiera ver la fe que tenía su madre en que lo lograría sin problemas.
La puerta hacía cada vez más ruido y el mueble comenzaba a moverse, rayando ruidosamente el suelo de madera. El olor a sangre la invadió. No hizo gesto alguno ya que su prioridad era vigilar y no preocupar a su pequeño, pero aquel aroma le hizo sentir ligeras náuseas y ganas de estornudar.
Ya era su turno, tenía que serlo si no quería que esas personas locas la atacaran. Ignoraba sus intenciones, pero era evidente que no eran buenas.
Salió por la ventana, sosteniéndose del marco e intentando atinarle a un escalón improvisado. Bajó lo más rápido que pudo. Las piernas y los brazos le temblaban. La ropa le molestaba, se sentía aprisionada mientras bajaba. Pero al final lo había logrado.
- ¿Te encuentras bien? ¿No te lastimaste? - Volteó sobresaltada al oír un ruido en la enredadera. Era el gato negro, siempre siendo la sombra de Phoenix. - Debemos irnos. - La noche le impedía ver bien, las luces no bastaban para la asiática. El ambiente fuera parecía ser de caos. Comenzó a caminar con desconfianza hacia un estacionamiento. Frente a él había un edificio grande (museo).
Vio cómo caía el pequeño muñeco y se estrellaba en el suelo. No parecía roto, pero hacía pensar que la altura era más de la que realmente era. Tener que sacar al niño por la ventana, solo, le parecía una irresponsabilidad enorme. Pero el temor a que la enredadera no aguantara su peso la hizo actuar de ese modo. No podía no aguantar el peso del pequeño. Si ella caía, nada pasaría. Si él caía, podía hacerse un gran daño.
- ¡Tú puedes! No caerás porque eres valiente y fuerte. - Decía a Chris para darle ánimo. Sonreía con orgullo para que él pudiera ver la fe que tenía su madre en que lo lograría sin problemas.
La puerta hacía cada vez más ruido y el mueble comenzaba a moverse, rayando ruidosamente el suelo de madera. El olor a sangre la invadió. No hizo gesto alguno ya que su prioridad era vigilar y no preocupar a su pequeño, pero aquel aroma le hizo sentir ligeras náuseas y ganas de estornudar.
Ya era su turno, tenía que serlo si no quería que esas personas locas la atacaran. Ignoraba sus intenciones, pero era evidente que no eran buenas.
Salió por la ventana, sosteniéndose del marco e intentando atinarle a un escalón improvisado. Bajó lo más rápido que pudo. Las piernas y los brazos le temblaban. La ropa le molestaba, se sentía aprisionada mientras bajaba. Pero al final lo había logrado.
- ¿Te encuentras bien? ¿No te lastimaste? - Volteó sobresaltada al oír un ruido en la enredadera. Era el gato negro, siempre siendo la sombra de Phoenix. - Debemos irnos. - La noche le impedía ver bien, las luces no bastaban para la asiática. El ambiente fuera parecía ser de caos. Comenzó a caminar con desconfianza hacia un estacionamiento. Frente a él había un edificio grande (museo).
Nota: Aunque off rol demos por sentado que son zombies, on rol no, podéis ir sacando conclusiones poco a poco, pero no de golpe asimilar que son zombies.
Esto es una mini intervención, aún quedan varias horas para que terminéis de responder todos antes de que pase el plazo de las 48 horas.
Slim Fox no aparece, el tipo cada vez parece más furioso al no encontrar a Victoria. Encañona a Vannah furioso, en la sien, pero a cada paso parece bajar el arma apunta hacia el frente más que a su cabeza, error suyo... se escucha un ruido procedente del final del almacén, él sonríe despistándose. Tienes una oportunidad para arrebatarle el arma.
▬ Desafío. Deberás utilizar el dado desafíos para tratar de quitarle el arma, tú decides como lo haces, según cada resultado ocurrirá:
Os encontráis frente al museo, la calle en esa zona parece algo más tranquila, sin embargo aparece corriendo hacia vosotras una persona. Su piel es ligeramente rojiza y parece aún más rabiosa que las anteriores. (Crimson Head)
▬ Opciones:
■ Huir: tratar de entrar en el museo. Abigail se encuentra en la entrada.
■ Enfrentaros a la criatura, podéis acabar con ella libremente, de forma lógica.
Ante tantas amenazas el señor Croft se calla, pero no parece muy contento.
▬ ¿Decidís iros o inspeccionar la comisaría?
Fuera se escucha algo de ruido. La luz de la luna que se filtra por una de las ventanas ilumina la recepción, en la que hay un vaso de plástico lleno de agua. Es curioso ver como el contenido del agua comienza a moverse.
Un repentino grito resuena en la comisaría, es el señor Croft. La recepcionista se acaba de levantar y camina lentamente hacia él. Pero ella no es la única, el comisario también comienza a moverse lentamente hasta ponerse en pie.
▬ Podéis huir o matar a los zombies.
▬ Matar a la recepcionista usando el dado desafíos:
▬ Matar a el comisario usando el dado desafíos:
■ El cuadro del ayuntamiento y su torre del reloj: debajo pone el año en el que fue terminada la obra de tal edificio, en 1920. Es el ayuntamiento de Sunnydale, con su torre del reloj, este marca las siete en punto.
■ Parque: muestra el parque con la estatua del fundador, Sir Henry Crane, que fundó Sunnydale en 1878.
■ Plaza: es la plaza del pueblo.
■ Bosque: un bosque cualquiera, bajo el título de "Otoño", nada especial.
■ Una mansión: un gran edificio ubicado a las afueras de Sunnydale, bajo el título de "Mansión Crane".
■ Museo: es este edificio, no hay nada más especial.
■ Un estanque: nada especial.
■ Edificio de las afueras: bajo el título de "Colegio", nada más especial.
▬ ¿Qué vas a hacer ahora?
El ruido continúa resonando en el museo, pero lo curioso es que cada vez más parece más y más cercano. Juraría que procede ya de la misma habitación en la que te encuentras, ¿qué raro, no? Chas... chas... Algo cae sobre ti, ¿es sangre? Efectivamente, el licker, que se ubica en lo alto de tu cabeza, sobre el techo gruñe con furia liberando su lengua que usa a modo de látigo, con la que trata de agarrarte.
▬ Desafío. Deberás utilizar el dado dilemas para escapar:
Esto es una mini intervención, aún quedan varias horas para que terminéis de responder todos antes de que pase el plazo de las 48 horas.
Slim Fox y Vannah Ward
Slim Fox no aparece, el tipo cada vez parece más furioso al no encontrar a Victoria. Encañona a Vannah furioso, en la sien, pero a cada paso parece bajar el arma apunta hacia el frente más que a su cabeza, error suyo... se escucha un ruido procedente del final del almacén, él sonríe despistándose. Tienes una oportunidad para arrebatarle el arma.
▬ Desafío. Deberás utilizar el dado desafíos para tratar de quitarle el arma, tú decides como lo haces, según cada resultado ocurrirá:
- Ganas: logras quitarle el arma de forma limpia, tú decides que haces ahora. Este arma lo ganarás de forma temporal para la batalla. Podrás irte con el coche de la entrada al lugar que desees.
- Pierdes: el arma cae lejos de ambos, que os enzarzáis en una pelea. Os propináis muchos golpes, hasta que lográis recoger el arma. Disparáis varias veces al aire hasta que la última bala le da a él. El revólver ya no tiene balas, deberás dejarlo. Podrás irte con el coche, sin embargo habrán tres zombies en la entrada. Deberás distraerlos.
Phoenix y Chris
Os encontráis frente al museo, la calle en esa zona parece algo más tranquila, sin embargo aparece corriendo hacia vosotras una persona. Su piel es ligeramente rojiza y parece aún más rabiosa que las anteriores. (Crimson Head)
▬ Opciones:
■ Huir: tratar de entrar en el museo. Abigail se encuentra en la entrada.
■ Enfrentaros a la criatura, podéis acabar con ella libremente, de forma lógica.
Nicholas, Ryder y Jemma
Ante tantas amenazas el señor Croft se calla, pero no parece muy contento.
▬ ¿Decidís iros o inspeccionar la comisaría?
Fuera se escucha algo de ruido. La luz de la luna que se filtra por una de las ventanas ilumina la recepción, en la que hay un vaso de plástico lleno de agua. Es curioso ver como el contenido del agua comienza a moverse.
Un repentino grito resuena en la comisaría, es el señor Croft. La recepcionista se acaba de levantar y camina lentamente hacia él. Pero ella no es la única, el comisario también comienza a moverse lentamente hasta ponerse en pie.
▬ Podéis huir o matar a los zombies.
▬ Matar a la recepcionista usando el dado desafíos:
- Ganas: logras acabar con ella.
- Pierdes: se lanza sobre el señor Croft mordiendo su cuello, éste no tardará en caer muerto al suelo. Al final logras acabar con ella.
▬ Matar a el comisario usando el dado desafíos:
- Ganas: logras acabar con él.
- Pierdes: fallas, se lanzará sobre ti, ambos os golpearéis contra la recepción y caeréis al suelo, perderás un grado en salud, pero lograrás acabar con él al final.
Abigail Roth
■ El cuadro del ayuntamiento y su torre del reloj: debajo pone el año en el que fue terminada la obra de tal edificio, en 1920. Es el ayuntamiento de Sunnydale, con su torre del reloj, este marca las siete en punto.
■ Parque: muestra el parque con la estatua del fundador, Sir Henry Crane, que fundó Sunnydale en 1878.
■ Plaza: es la plaza del pueblo.
■ Bosque: un bosque cualquiera, bajo el título de "Otoño", nada especial.
■ Una mansión: un gran edificio ubicado a las afueras de Sunnydale, bajo el título de "Mansión Crane".
■ Museo: es este edificio, no hay nada más especial.
■ Un estanque: nada especial.
■ Edificio de las afueras: bajo el título de "Colegio", nada más especial.
▬ ¿Qué vas a hacer ahora?
El ruido continúa resonando en el museo, pero lo curioso es que cada vez más parece más y más cercano. Juraría que procede ya de la misma habitación en la que te encuentras, ¿qué raro, no? Chas... chas... Algo cae sobre ti, ¿es sangre? Efectivamente, el licker, que se ubica en lo alto de tu cabeza, sobre el techo gruñe con furia liberando su lengua que usa a modo de látigo, con la que trata de agarrarte.
▬ Desafío. Deberás utilizar el dado dilemas para escapar:
- Sí: logras escapar.
- No: muy mala suerte, el licker logra agarrarte del cuello y levantarte varios palmos del suelo. Podrás liberarte con el cuchillo y huir, pero habrás perdido un grado en salud.
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
— ¿Las siete, será mucha coincidencia? — se preguntó la portera con una naciente sonrisa en sus labios. No, lo tenía claro, observó la llave en su mano, debían guardar relación, ya que hasta el momento no había dado con ninguna puerta que marcase el siete en algún letrero. Aunque Abigail no entendía ahora por qué poseía una llave del ayuntamiento, si es que su teoría era cierta.
Por si acaso se acercó al cuadro y lo movió por si detrás había algo. Antes de poder mirarlo escuchó otra vez aquel ruido. Se giró lentamente para mirar en la dirección de la que procedía, pero no, estaba allí. Su corazón comenzó a latir con fuerza, ¿qué estaba pasando? Y entonces lo sintió, algo cayó sobre su mejilla, rápida se llevó el dedo a esta para ver las yemas de ambos luego manchadas de sangre.
Gritó, no pudo evitarlo. La criatura estaba en el techo, pareciendo letal como ella sola. Cuando abrió la boca, el instinto de Abigail fue saltar a un lado, esquivando la lengua de esta, que se había lanzado como un látigo a por ella. Abby cayó a unos metros de su antigua posición, de cuclillas, se deslizó por el suelo, estiró su mano, y sin apartar la mirada de la criatura se colocó su sombrero. Observó atentamente al bicho, casi desafiante. Lo había visto antes, no era la primera vez que veía algo así. La morena desenfundó el cuchillo por si acaso, tensando la mandíbula se puso en pie y sin pensarlo dos veces salió corriendo de allí. Salió del museo cerrando las puertas tras de sí, no se quedaría en aquel lugar con aquella criatura. Como aún tenía la llave de antes cerró la puerta principal con llave para evitar que el monstruo la abriera. La morena se disponía a bajar las escaleras cuando no muy lejos visualizó a varias personas. Una mujer, un niño (Phoenix y Chris) y otro más que corría en la dirección de estos.
— ¡Corred! — empezó a gritar a la vez que agitaba los brazos. Abigail descendió los escalones a gran velocidad, pese a los tacones, debía avisar a aquella gente de que se marchara y entonces se fijó en la tercera persona, no parecía para nada normal. — ¡Corred, alejaros! — seguía gritando, ya que estaba aún lejos de ellos. Su corazón latía con fuerza, lo había visto, había visto algo así antes y eso era malo, muy malo.
Por si acaso se acercó al cuadro y lo movió por si detrás había algo. Antes de poder mirarlo escuchó otra vez aquel ruido. Se giró lentamente para mirar en la dirección de la que procedía, pero no, estaba allí. Su corazón comenzó a latir con fuerza, ¿qué estaba pasando? Y entonces lo sintió, algo cayó sobre su mejilla, rápida se llevó el dedo a esta para ver las yemas de ambos luego manchadas de sangre.
Gritó, no pudo evitarlo. La criatura estaba en el techo, pareciendo letal como ella sola. Cuando abrió la boca, el instinto de Abigail fue saltar a un lado, esquivando la lengua de esta, que se había lanzado como un látigo a por ella. Abby cayó a unos metros de su antigua posición, de cuclillas, se deslizó por el suelo, estiró su mano, y sin apartar la mirada de la criatura se colocó su sombrero. Observó atentamente al bicho, casi desafiante. Lo había visto antes, no era la primera vez que veía algo así. La morena desenfundó el cuchillo por si acaso, tensando la mandíbula se puso en pie y sin pensarlo dos veces salió corriendo de allí. Salió del museo cerrando las puertas tras de sí, no se quedaría en aquel lugar con aquella criatura. Como aún tenía la llave de antes cerró la puerta principal con llave para evitar que el monstruo la abriera. La morena se disponía a bajar las escaleras cuando no muy lejos visualizó a varias personas. Una mujer, un niño (Phoenix y Chris) y otro más que corría en la dirección de estos.
— ¡Corred! — empezó a gritar a la vez que agitaba los brazos. Abigail descendió los escalones a gran velocidad, pese a los tacones, debía avisar a aquella gente de que se marchara y entonces se fijó en la tercera persona, no parecía para nada normal. — ¡Corred, alejaros! — seguía gritando, ya que estaba aún lejos de ellos. Su corazón latía con fuerza, lo había visto, había visto algo así antes y eso era malo, muy malo.
- Gracias:
El miembro 'Abigail Roth' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dilemas' :
Resultados :
'Dilemas' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Me apoyé en mis codos sobre el mostrador esperando a Ryder y Nicholas. - Entonces, ¿nos vamos o nos quedamos? Porque como tenemos una llave... Como queráis a mi me da igual. - Les sonreí para pasear mi mirada por el lugar, un ruido se escuchaba desde fuera de la comisaría, ¿qué sería? Mi vista se dirigió hacia el vaso de plástico que había encima del mostrador, estaba lleno de agua, la cual empezó a provocar ondas ¿qué demonios? Me erguí lentamente sin quitarle la vista al vaso ¿un terremoto? Yo no sentía nada, pero entonces cómo... Un grito me asustó, di un bote mirando en la dirección del grito, mi supuesto marido gritó porque la mujer de recepción se había levantado e iba a por él, espera ¿qué? Un recuerdo fugaz, Nueva York, repleto de seres como esos, caminando por todas partes, lentamente... Ese bicho era como esos, peligrosos, no eran normales, empezaba a recordar, sabía que no debía acercarme a ellos, pero por otra parte debía actuar, ¿cómo iba a dejar a cualquier persona ser atacada por esos seres?
No debía, no podía, ¿cómo lo hago? Tal vez si lo aturdo... Puede ser que nos de tiempo a escapar... Agarré con fuerza la palanca, me acerqué rápido hacia este ser, estaba temblando, me temblaban los brazos, iba a intentar aturdirlo, saldríamos corriendo. Levanté los brazos agarrando la palanca con fuerza y cuando estaba lo suficientemente cerca respiré profundamente, calculando la distancia, altura y fuerza que debía aplicar para poder aturdirlo, cálculos que salieron solos. - Lo siento... - Susurré y golpeé con todas las fuerzas posibles en mi, cerré los ojos en el momento del impacto, un crujido, un horroroso sonido que me hizo estremecer, el cuerpo cayó al suelo llevándome a su vez al suelo de rodillas, al abrir los ojos pude ver la punta de la palanca clavada en la cabeza de este ser, repugnante, asqueroso y doloroso, lo había hecho yo, no había duda, me sentía mal. - Lo he hecho... Yo... - Hice una pausa, inspiré y espiré varias veces. - Está bien, esto... Era ella o nosotros, no había más remedio, no pasa nada... - Auto convencimiento, no creo que pudiese olvidarlo en mucho tiempo. Tiré de la palanca para intentar sacarla, cada vez que se movía hacía un ruido muy asqueroso, no podía evitar sentirme mal, con el estómago revuelto, esta sensación... Era repugnante. Al sacar la palanca de ahí me quedé de rodillas aún, no siendo consciente de que había otro ser rondando por ahí.
No debía, no podía, ¿cómo lo hago? Tal vez si lo aturdo... Puede ser que nos de tiempo a escapar... Agarré con fuerza la palanca, me acerqué rápido hacia este ser, estaba temblando, me temblaban los brazos, iba a intentar aturdirlo, saldríamos corriendo. Levanté los brazos agarrando la palanca con fuerza y cuando estaba lo suficientemente cerca respiré profundamente, calculando la distancia, altura y fuerza que debía aplicar para poder aturdirlo, cálculos que salieron solos. - Lo siento... - Susurré y golpeé con todas las fuerzas posibles en mi, cerré los ojos en el momento del impacto, un crujido, un horroroso sonido que me hizo estremecer, el cuerpo cayó al suelo llevándome a su vez al suelo de rodillas, al abrir los ojos pude ver la punta de la palanca clavada en la cabeza de este ser, repugnante, asqueroso y doloroso, lo había hecho yo, no había duda, me sentía mal. - Lo he hecho... Yo... - Hice una pausa, inspiré y espiré varias veces. - Está bien, esto... Era ella o nosotros, no había más remedio, no pasa nada... - Auto convencimiento, no creo que pudiese olvidarlo en mucho tiempo. Tiré de la palanca para intentar sacarla, cada vez que se movía hacía un ruido muy asqueroso, no podía evitar sentirme mal, con el estómago revuelto, esta sensación... Era repugnante. Al sacar la palanca de ahí me quedé de rodillas aún, no siendo consciente de que había otro ser rondando por ahí.
- Jemma :
- They :
- Awards :
El miembro 'Jemma E. Croft' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Desafíos' :
Resultados :
'Desafíos' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
- AVISO:
- Hola, solo quiero avisaros de que participo en la BS, pero no participo. Serviré como ayuda a la narración y por tanto no solo no puedo ganar, ni obtener recompensas, sino que los tiempos no me afectan.
No entendía lo que había pasado. Aquella mañana todo había sido normal, Phoenix se había despertado, Chris andaba algo remolón, los había llevado a ambos al colegio y luego había ido a la cafetería en busca de Harris para ir a las oficinas. Se había pedido un café, había estado ojeando el periódico y todo hasta que recibió esa llamada tan extraña. Idair fue a toda prisa al colegio, con el corazón en un puño, para encontrarse con que Phoenix y Chris ya se habían ido.
Había vuelto a la calle, para ir en busca de su familia, sin saber si habrían ido a casa y de camino a esta le habían dicho que habían visto a ambos entrar en la cafetería, así que otra vez fue hacia allí. Exhausto y aún preocupado como nunca regresó hasta el establecimiento, para encontrarse con la escena más rara que habría podido vivir en toda su vida: su esposa y su hijo lo trataron como a un completo extraño y después lo echaron prácticamente. Para colmo se fueron ni más ni menos que con su jefe, Harris.
Más frustrao que nunca fue a las oficinas para tratar de trabajar y avanzar en algo. Había respetado las palabras de Phoenix creyendo que eso la calmarían y que más tarde podrían hablar, tal vez él hubiera hecho algo mal en la mañana y por eso ahora ella andaba enfadada, pero seguía sin entender y mucho menos que se hubiera ido con Harris. ¿A caso le engañaba con su jefe? No podía ser, nunca se habían llevado demasiado bien, seguro que había una explicación más razonable.
Cansado de no avanzar con el trabajo y más aún de los negros pensamientos que cruzaban su cabeza, Idair se sirvió una copa de alcohol, que acababa de sacar del mueble bar de su oficina. Otra cosa que le preocupaba era que Harris no había llegado en todo el día al despacho y eso solo le quemaba aún más. Respiró hondo y antes de dar un trago al vaso de whisky, se puso en pie y arrojó el contenido por la ventana. No iba a beber si iría a buscar a Phoenix y su hijo, debía tratar de ir lo más calmado posible.
Recogió sus cosas, se aflojó la corbata del traje y dejó las instalaciones de la compañía del agua. Fue al aparcamiento a por su coche, pero había algo en el ambiente que no le gustó. Antes de entrar miró varias veces a en todas direcciones, había un extraño tipo a un lado del aparcamiento, Idair lo miró extrañado y se preocupó cuando este le miró con una cara bastante terrible. El hombre subió a su coche velozmente y arrancó para salir de allí a toda velocidad, decidió ir a casa de Daniel primero, ya que quería preguntarle varias cosas y tal vez encontrara a Phoenix y Chris allí si no se habían ido ya.
Iba a una velocidad prudente por el aparcamiento del museo, ya que solía acortar siempre por ahí, cuando vio en la lejanía a Phoenix y Chris, aceleró en la dirección de ellos, viendo mejor la escena. Una tercera persona corría hacia ellos dos, una persona de lo más extraña. No tardó en interponerse con el coche entre ambos, salir y recoger la palanca del maletero. La persona chocó contra uno de los laterales del vehículo. Era lo más raro que había visto jamás, uñas largas, piel rojiza y lleno de rabia...
—¡Señor, apártese, no se lo diré más veces! —exclamó el hombre alzando ambas manos, la derecha con la palanca en la dirección de aquel tipo, mientras que la otra la movía hacia atrás, hacia Phoenix y Chris—, Id junto a la señorita Nivans, por favor, todo va ir bien.
Había visto a la encargada del museo corriendo hacia ellos, así que le pidió a su familia que se unieran para que corrieran menos peligro, pues el hombre no parecía entrar en sí, seguía avanzando hasta Idair. Abrió los ojos de par en par al verlo mejor, estaba lleno de heridas.
—¡¡SEÑOR, DETÉNGASE!! —y esta fue la última vez que Idair le pidió aquello al tipo. Parecía bastante violento, así que solo actuó, preocupado por su familia más que nada. Idair alzó la palanca de hierro y cuando el hombre iba a saltar a por él le propinó un fuerte golpe en el estómago, pero el hombre casi ni se inmutó, Idair sorprendido empujó a aquella cosa y en esta ocasión volvió a golpearlo con todas sus fuerzas en la cabeza, provocando que cayera al suelo, pero ni corto, ni perezoso el hombro volvía a moverse—, ¡Señor, pare! —volvió a darle la última oportunidad, y al no responder, Idair tomó una decisión drástica. El tipo seguía moviéndose y gruñendo, de forma salvaje.
Colocó la palanca en vertical y hundió el extremo en la cabeza de aquel hombre. Al acabar con él el joven se quedó realmente sorprendido, no se podía creer lo que había hecho, pero todo había sido en defensa propia.
- Desde luego no quedaríamos en muy buen lugar... - respondí a Nicholas e hice rodar los ojos mientras echaba un vistazo rápido a la comisaría. Guardé la llave en mi bolsillo y me volví a agachar para quitarle el cinturón al policía. Lo coloqué sobre el vestido y en la funda dejé el revólver. - Así mucho mejor - luego miré sus botas, eran siete número mayores que mi pie, pero ir descalza o con tacones no me gustaba nada, y la recepcionista tenía otros tacones incluso más altos que los míos. Me encogí de hombros, si ya había matado a un policía también podía robarle sus botas a un muerto.
- Esto va a ser asqueroso, pero creo que es peor que cortarse un pie - recogí papel de la recepción, hice varias bolas que metí en la punta de las botas y luego metí los pies, atando bien los cordones. - No está mal - pese a aquella distracción aún andaba inquieta con todo lo que había pasado y el recuerdo de aquella mujer. No me quitaba la imagen de la cabeza, ¿por qué? me preguntaba una y otra vez.
Al escuchar el grito yo también di un respingo, y entonces el gruñido. - ¡Por eso me dio el colgante, iba a morir, es lo que pasa cuando te muerden, mueres y te conviertes! - exclamé de golpe. - ¡Jemma cuidado! - me giré al ver a la recepcionista, ni siquiera me preocupé por "su marido". Solo por Jemma. Pero lo había recordado, aquella mujer, a la que encontré la habían mordido, sabía que iba a morir, y que después se convertiría... Por eso me dio el colgante y por eso la había recordado al ver a la recepcionista. - Mierda, el otro - susurré, al recordar al comisario. Antes de poder girarme sentí sus fríos dedos sobre mis hombros. - ¡Ahh! - lo empujé rápidamente lejos de mi, pero me agarró por los brazos y ambos caímos golpeándonos contras la recepción. Él se llevó la peor parte, pues se golpeó en toda la cabeza contra la esquina del mostrador cayendo al suelo muerto, yo me di con el borde en plenas costillas. ¡Y menudo golpe! Caí al otro lado respirando de forma profunda, el costado me dolía una barbaridad. - Ay... duele - me llevé ambas manos al lado, cerrando los ojos con fuerza. - ¡Nicholas! - empecé a llamar a mi padre o lo que fuera él. - ¿Está Jemma bien? - pregunté muy preocupada por ella.
- Esto va a ser asqueroso, pero creo que es peor que cortarse un pie - recogí papel de la recepción, hice varias bolas que metí en la punta de las botas y luego metí los pies, atando bien los cordones. - No está mal - pese a aquella distracción aún andaba inquieta con todo lo que había pasado y el recuerdo de aquella mujer. No me quitaba la imagen de la cabeza, ¿por qué? me preguntaba una y otra vez.
Al escuchar el grito yo también di un respingo, y entonces el gruñido. - ¡Por eso me dio el colgante, iba a morir, es lo que pasa cuando te muerden, mueres y te conviertes! - exclamé de golpe. - ¡Jemma cuidado! - me giré al ver a la recepcionista, ni siquiera me preocupé por "su marido". Solo por Jemma. Pero lo había recordado, aquella mujer, a la que encontré la habían mordido, sabía que iba a morir, y que después se convertiría... Por eso me dio el colgante y por eso la había recordado al ver a la recepcionista. - Mierda, el otro - susurré, al recordar al comisario. Antes de poder girarme sentí sus fríos dedos sobre mis hombros. - ¡Ahh! - lo empujé rápidamente lejos de mi, pero me agarró por los brazos y ambos caímos golpeándonos contras la recepción. Él se llevó la peor parte, pues se golpeó en toda la cabeza contra la esquina del mostrador cayendo al suelo muerto, yo me di con el borde en plenas costillas. ¡Y menudo golpe! Caí al otro lado respirando de forma profunda, el costado me dolía una barbaridad. - Ay... duele - me llevé ambas manos al lado, cerrando los ojos con fuerza. - ¡Nicholas! - empecé a llamar a mi padre o lo que fuera él. - ¿Está Jemma bien? - pregunté muy preocupada por ella.
- Muchas cosas:
- Home:
Graaacias Jason
- Life Is Strange...:
- Multipass!:
El miembro 'Ryder' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Desafíos' :
Resultados :
'Desafíos' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
— Tío, si sigues así luego no tendrás amigos y claro, tienes que ir a punta de pistola para conseguir nuevos — pero más que le dijera el gilipuertas no se daba por aludido, ni me soltaba, ni nada. Yo sabía que algo malo iba a pasar ahora con la mordedura, claro que sí, pero él no parecía preocuparse ni lo más mínimo. Esperaba al menos que a Victoria no se le ocurriera la brillante idea de salir de su escondite, pese a las amenazas y también esperaba que al menos el heladero me echara un cable, pero parecía que tampoco estaba muy por la labor. Pues él se lo perdía, ya no vería mi bonita braga faja.
— Deberías curarte esa herida, ¿no crees? — trataba de distraerlo, o que al menos dejara de apuntarme directamente a la cabeza con el arma y parecía que poco a poco lo iba consiguiendo. En el último momento le propiné un fuerte golpe en la mano, provocando que el arma cayera lejos de ambos. El tipo cabreado, me golpeó. — ¡Eh, que eso va a dejar marca en esta bonita cara! — señalé mi rostro y seguidamente le propiné un fuerte puñetazo en plena cara. No estuvo mal. Ambos caímos al suelo, rodando por este y golpeandonos el uno al otro, en una pelea entre lo absurdo y lo serio, ya que no era muy buena, pero ambos luchábamos por la vida de cada uno. Lo único que supe es que esta no era la primera pelea que tenía, vagos recuerdos llegaban a mi con escenas similares.
Me lancé por el suelo gateando hacia el arma en cuanto pude, pero él también y los dos recogimos el revólver, él trataba de dispararme sin éxito alguno, disparando al aire varias veces. Ambos luchábamos por disparar al otro. El último disparo resonó en sala y ambos paramos de forcejear. Victoria para mi. Observé al tipo que caía agonizando al suelo. Solté el arma y la dejé caer a un lado.
— Te avisé gilipollas — y sin más vueltas comencé a correr hacia la mitad del almacén. — ¡Pelirroja, vamos sal, ya puedes, ese idiota está muerto! — comencé a llamarla mientras que buscaba entre las estanterías sin dar con ella. Debíamos darnos prisa para largarnos de allí, ya que seguramente el ruido atraería a los tipos de antes.
— Deberías curarte esa herida, ¿no crees? — trataba de distraerlo, o que al menos dejara de apuntarme directamente a la cabeza con el arma y parecía que poco a poco lo iba consiguiendo. En el último momento le propiné un fuerte golpe en la mano, provocando que el arma cayera lejos de ambos. El tipo cabreado, me golpeó. — ¡Eh, que eso va a dejar marca en esta bonita cara! — señalé mi rostro y seguidamente le propiné un fuerte puñetazo en plena cara. No estuvo mal. Ambos caímos al suelo, rodando por este y golpeandonos el uno al otro, en una pelea entre lo absurdo y lo serio, ya que no era muy buena, pero ambos luchábamos por la vida de cada uno. Lo único que supe es que esta no era la primera pelea que tenía, vagos recuerdos llegaban a mi con escenas similares.
Me lancé por el suelo gateando hacia el arma en cuanto pude, pero él también y los dos recogimos el revólver, él trataba de dispararme sin éxito alguno, disparando al aire varias veces. Ambos luchábamos por disparar al otro. El último disparo resonó en sala y ambos paramos de forcejear. Victoria para mi. Observé al tipo que caía agonizando al suelo. Solté el arma y la dejé caer a un lado.
— Te avisé gilipollas — y sin más vueltas comencé a correr hacia la mitad del almacén. — ¡Pelirroja, vamos sal, ya puedes, ese idiota está muerto! — comencé a llamarla mientras que buscaba entre las estanterías sin dar con ella. Debíamos darnos prisa para largarnos de allí, ya que seguramente el ruido atraería a los tipos de antes.
El miembro 'Vannah Ward' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Desafíos' :
Resultados :
'Desafíos' :
Resultados :
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Una vez en el suelo, el pequeño Chris recogió a su peluche del suelo, lo zarandeó para quitarle la suciedad y lo abrazó, mientras que esperaba a que a su madre bajara. — ¡Vamos Mami, ya casi lo consigues! — Le decía. El señor Bicho había aguantado bien la caída, sin ningún rasguño, claro que siendo un alienígena era normal. Pensó el niño. No podía evitar mirar en varias direcciones, un poco asustado por si aparecían más cocos.
Cuando llegó hasta abajo su madre, el pequeño corrió hacia abajo y agarró su manos. — Vámonos, corre, que llegan los cocos — Repetía una y otra vez. — Chris está bien, ¿mami también? — preguntó mientras que seguía a prisa los pasos de la mujer. Cuanto más se alejaran de aquella casa, mucho mejor. A Chris no le gustaba porque no le resultaba familiar, miraba de vez en cuando que el gatito los siguiera, pues eso le hacía sentir más cómodo.
El hombre que apareció en escena lo asustó, era un coco malo, estaba del todo seguro. — ¡Ahhhhhhhh, ahí hay uno Mamiiii! — gritó señalando al hombre. Pero otro señor apareció en escena, un hombre subido en un vehículo que se interpuso entre ambos. Chris no sabía quién era él, solo se interesó en que los estaba ayudando y tiró del brazo de su madre. — Vamos junto a esa mujer mami — Señaló a la otra mujer (Abigail).
Cuando llegó hasta abajo su madre, el pequeño corrió hacia abajo y agarró su manos. — Vámonos, corre, que llegan los cocos — Repetía una y otra vez. — Chris está bien, ¿mami también? — preguntó mientras que seguía a prisa los pasos de la mujer. Cuanto más se alejaran de aquella casa, mucho mejor. A Chris no le gustaba porque no le resultaba familiar, miraba de vez en cuando que el gatito los siguiera, pues eso le hacía sentir más cómodo.
El hombre que apareció en escena lo asustó, era un coco malo, estaba del todo seguro. — ¡Ahhhhhhhh, ahí hay uno Mamiiii! — gritó señalando al hombre. Pero otro señor apareció en escena, un hombre subido en un vehículo que se interpuso entre ambos. Chris no sabía quién era él, solo se interesó en que los estaba ayudando y tiró del brazo de su madre. — Vamos junto a esa mujer mami — Señaló a la otra mujer (Abigail).
- Mami está bien. - Dijo con una sonrisa a su hijo. Ya estaban en una zona un poco más tranquila, al menos eso de momento.
Las rápidas pisadas de aquel ser humano enfermo llamaron la atención de Phoenix. Sintió frío en su estómago, los músculos tensos por un momento. Desconocía la condición médica de esa persona, no conocía enfermedad que deformara de ese modo la anatomía.
La voz femenina la hizo reaccionar. La mujer gritaba desde el museo.
El auto se atravesó justo a tiempo y un hombre de aspecto familiar llegó a su rescate. Phoenix no estaba segura de si había tenido un shock de adrenalina o si le había bajado la presión de golpe. Sólo podía sentir frío, tensión, miedo, estaba dispuesta a lo que sea y si no se controlaba creía que podía llegar a orinarse encima cual niña pequeña.
- ¿Quién? - No conocía a Nivans, pero pudo deducirlo. Aún así, la necesidad de razonar por propia cuenta no la dejaba moverse. Primero, alzó a Chris cuando éste le tiró del brazo. Luego, llegó a su mente la identidad de ese hombre. Era su esposo. Lamentaba no poder recordar su nombre. En tercer lugar, Phoenix extendió su mano izquierda a la Señorita Nivans viéndose incapaz de correr. Sólo se mantuvo tras su esposo, aferrada al pequeño, y esperando algo de apoyo moral de la mujer extraña.
- ¡Golpéalo! - Gritó a su cónyuge viendo que el enfermo estaba demasiado cerca. - ¡Por Dios! ¡¡Va a matarte!! - No imaginaba qué tanto daño podría llegar a hacer una persona enferma y en tal estado de psicosis. No comprendía por qué las personas de pronto se volvían locas. Supuso que era problema de alguna droga alucinógena.
Si bien Phoenix vio cómo tardó en morir aquel hombre, no notó la resistencia.
- ¿Te encuentras bien? - Preguntó con sincera preocupación a su cónyuge. Luego se acercó a él, con el pequeño en brazos y lo abrazó. Le pareció extraño, pero realmente quería hacerlo. Lamentaba no poder sentir afecto por él. Aunque le estaba agradecida. - Hiciste bien. Ahora debemos protegernos. - Observó a Nivans. - Juntos. - Agregó. - Daniel quedó en su casa. Hay dos insanos dentro. Necesitará ayuda. Parece que sólo quieren atacar o matar.
Las rápidas pisadas de aquel ser humano enfermo llamaron la atención de Phoenix. Sintió frío en su estómago, los músculos tensos por un momento. Desconocía la condición médica de esa persona, no conocía enfermedad que deformara de ese modo la anatomía.
La voz femenina la hizo reaccionar. La mujer gritaba desde el museo.
El auto se atravesó justo a tiempo y un hombre de aspecto familiar llegó a su rescate. Phoenix no estaba segura de si había tenido un shock de adrenalina o si le había bajado la presión de golpe. Sólo podía sentir frío, tensión, miedo, estaba dispuesta a lo que sea y si no se controlaba creía que podía llegar a orinarse encima cual niña pequeña.
- ¿Quién? - No conocía a Nivans, pero pudo deducirlo. Aún así, la necesidad de razonar por propia cuenta no la dejaba moverse. Primero, alzó a Chris cuando éste le tiró del brazo. Luego, llegó a su mente la identidad de ese hombre. Era su esposo. Lamentaba no poder recordar su nombre. En tercer lugar, Phoenix extendió su mano izquierda a la Señorita Nivans viéndose incapaz de correr. Sólo se mantuvo tras su esposo, aferrada al pequeño, y esperando algo de apoyo moral de la mujer extraña.
- ¡Golpéalo! - Gritó a su cónyuge viendo que el enfermo estaba demasiado cerca. - ¡Por Dios! ¡¡Va a matarte!! - No imaginaba qué tanto daño podría llegar a hacer una persona enferma y en tal estado de psicosis. No comprendía por qué las personas de pronto se volvían locas. Supuso que era problema de alguna droga alucinógena.
Si bien Phoenix vio cómo tardó en morir aquel hombre, no notó la resistencia.
- ¿Te encuentras bien? - Preguntó con sincera preocupación a su cónyuge. Luego se acercó a él, con el pequeño en brazos y lo abrazó. Le pareció extraño, pero realmente quería hacerlo. Lamentaba no poder sentir afecto por él. Aunque le estaba agradecida. - Hiciste bien. Ahora debemos protegernos. - Observó a Nivans. - Juntos. - Agregó. - Daniel quedó en su casa. Hay dos insanos dentro. Necesitará ayuda. Parece que sólo quieren atacar o matar.
Sabía que eso era justo lo que iba a ocurrir. No conocía los motivos, pero antes de que sucediese tenía el presentimiento de que tanto la recepcionista como el comisario iban a despertar de la muerte como aquel otro policía que por poco nos mata y que se llevó consigo dos vidas. El grito del esposo de Jemma me sacó de mis casillas, incluso más de lo que ya estaba; era increíble el talento de ese hombre para exasperarme; aunque en esta ocasión los motivos eran más entendibles, pues incluso yo me asusté, y suponía que las dos chicas también lo habían hecho.
Revisé mi arma para ver cuánta munición tenía. Mis manos temblaban, como si temiera a disparar contra esas cosas, a pesar de sentir que no era la primera vez que haría algo así. En medio de ambas situaciones, no sabía qué podía hacer al respecto. Por un lado, Jemma estaba con la recepcionista encima, y por otro lado estaba Cassidy con el comisario a punto de convertirla en una como él. Por supuesto, mi prioridad era ayudar a Cassidy, porque aunque no la recordaba claramente, se suponía que era parte de mi familia, fuese hija, hermana, cuñada, sobrina o lo que fuera. Sin embargo, cuando apunté con mi recién adquirida arma hacia el comisario amenazante, ambos cayeron al suelo con semejante suerte de que el agente fue quien se llevó el peor golpe y quedó inerte. -¿Estás bien?- Pregunté altamente preocupado. Sus palabras me arrancaron de mis pensamientos, y tan pronto como lo dijo, asentí y corrí hacia donde estaba Jemma siendo asediada por la otra criatura. Ella tampoco necesitaba de mi ayuda, porque ya había clavado su palanca en la cabeza de la otrora recepcionista. -Tranquila... Era ella o tú.- Me acerqué y puse mi mano sobre su hombro para tratar de consolarla. -¡Está bien!- Le grité a Cassidy desde ahí.
Revisé mi arma para ver cuánta munición tenía. Mis manos temblaban, como si temiera a disparar contra esas cosas, a pesar de sentir que no era la primera vez que haría algo así. En medio de ambas situaciones, no sabía qué podía hacer al respecto. Por un lado, Jemma estaba con la recepcionista encima, y por otro lado estaba Cassidy con el comisario a punto de convertirla en una como él. Por supuesto, mi prioridad era ayudar a Cassidy, porque aunque no la recordaba claramente, se suponía que era parte de mi familia, fuese hija, hermana, cuñada, sobrina o lo que fuera. Sin embargo, cuando apunté con mi recién adquirida arma hacia el comisario amenazante, ambos cayeron al suelo con semejante suerte de que el agente fue quien se llevó el peor golpe y quedó inerte. -¿Estás bien?- Pregunté altamente preocupado. Sus palabras me arrancaron de mis pensamientos, y tan pronto como lo dijo, asentí y corrí hacia donde estaba Jemma siendo asediada por la otra criatura. Ella tampoco necesitaba de mi ayuda, porque ya había clavado su palanca en la cabeza de la otrora recepcionista. -Tranquila... Era ella o tú.- Me acerqué y puse mi mano sobre su hombro para tratar de consolarla. -¡Está bien!- Le grité a Cassidy desde ahí.
Página 9 de 13. • 1, 2, 3 ... 8, 9, 10, 11, 12, 13
Página 9 de 13.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 00:23 por Aidan Lehnsherr
» ₪ Juego: Diez mensajes antes de un chico
Hoy a las 00:22 por Aidan Lehnsherr
» Caminos, latas y recuerdos [Ryder]
Ayer a las 21:00 por Agent 4.0
» ₪ Juego: Confesionario
Ayer a las 11:09 por El Sombrerero Loco
» Dream of Spring [Antes Golden Blood, Confirmación & cambio botón]
Ayer a las 09:28 por Agent 4.0
» Shadows From The Past -Confirmacion Elite-
Ayer a las 09:28 por Agent 4.0
» ₪ Juego: una historia en tres palabras
Ayer a las 00:48 por Harper Voight
» Sangre y teorías [Sylvia y Ethan]
Ayer a las 00:45 por Harper Voight
» Tiempo pasado [D Leah]
Miér 20 Nov 2024, 21:38 por Leah Hadley
» Hasta aquí — Max A. Walcott
Miér 20 Nov 2024, 21:27 por Max A. Walcott