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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Comisaría
Marzo de 2012
8:50 a.m.
Marzo de 2012
8:50 a.m.
Le di un trago largo a mi café mientras abría la puerta y miraba a mi alrededor. Había llegado la primera, solía ser así aunque algunas veces me encontrase con alguien llegando aquí, lo que hacía la espera más amena. Avancé hasta mi mesa, dejé el café sobre la mesa mientras me sentaba en mi silla. Miré algunos papeles que tenía sobre el escritorio, nada importante. Los apilé todos en una carpeta beige y la metí en el cajón de la mesa. Luego lo guardaría en el archivo. Dentro del cajón había otro archivo, lo saqué y lo ojeé por encima.
Me recliné en la silla mientras ponía los pies cruzados sobre la mesa y mantenía mi café en una mano mientras que con la otra leía aquellos archivos, de vez en cuando le daba algún que otro sorbo al café. La puerta se abrió y sin levantar la mirada hacia quien fuese el que entro le saludé. — Buenos días... — Dije con una voz melodiosa, leyendo aún los papeles. Explicaba los delitos que cometió, autor de homicidio, detención ilegal y estafa. Negué mirando la ficha, ¿enserio? Que vida más triste. Saludé igual a todos os que entraron después aún sin mirarlos. Hasta que levanté la cabeza de golpe y sonreí de lado. — Qué, ¿se os han pegado las sábanas al culo? — Me empecé a reír al imaginármelos de esa forma.
— Hoy parece que será un día tranquilo así qu... — Un mensaje de la radio evitó que continuase hablando. — "Atención a todas las unidades, código alfa, se ha producido un tiroteo en la quinta avenida de St. Regis, acudan inmediatamente. — Cerré el archivo de golpe mirando la radio. — Repito: código alfa, se ha producido un tiroteo en la quinta avenida de St. Regis, acudan inmediatamente. — El mensaje acabó ahí. — Está bien, lo retiro, no será un día tranquilo. — Me puse en pie rápidamente mientras terminaba mi café de un trago, lo tiré a la papelera y cogí mis cosas preparándome mientras caminaba hacia la puerta. — Iremos en dos coches por mayor seguridad, moved el culo, yo no pienso conducir. — Y con eso salí por la puerta dirigiéndome a uno de los coche patrulla, esperando a quien iba a hacer de chófer para mí.
- Tres de esos, otros tres de aquellos y… ¿Con extra de chocolate tiene alguno ? Pues deme cuatro más. – Busqué en mi cartera un billete para pagar a aquel hombre calvo, con un espeso bigote y rechoncho como un donut. – Y tranquilo, que no son todos para mi… Luego tendría que echar horas extra en el gimnasio. – Bromeé ante la mirada dudosa del vendedor. Tras recibir el cambio recogí la caja de Donuts y seguí mi camino conduciendo hacia la comisaría.
Hoy llegaba tarde pero no pensaba hacer ningún esfuerzo por darme prisa, hacía días que no ocurría nada interesante y para tener el culo en aquellas sillas y preparar informes... Se podían encargar las chicas, yo les llevaba caprichosos y ellas se encargaban del trabajo aburrido, me parecía un trato justo. Pero el barullo de todos los agentes saliendo del edifico hacia sus coches patrulla fue suficiente para saber que esa mañana podría ser diferente. Sería una pérdida de tiempo subir para nada y tener que volver a salir corriendo así que, con la caja de donuts, me recliné sobre el coche, miré los dulces con pasión y, tras frotarme los dedos dudosos sobre cual comer, cogí uno me lo llevé a la boca.
La caballera morena de Maze y su paso decidido fue lo primero que llamó mi atención a lo que levanté el brazo para saludar y esperar a que se acercasen.
- Infórmame, ¿hoy los malotes trabajan? – Pregunté al tiempo que le ofrecía la caja del desayuno.
Hoy llegaba tarde pero no pensaba hacer ningún esfuerzo por darme prisa, hacía días que no ocurría nada interesante y para tener el culo en aquellas sillas y preparar informes... Se podían encargar las chicas, yo les llevaba caprichosos y ellas se encargaban del trabajo aburrido, me parecía un trato justo. Pero el barullo de todos los agentes saliendo del edifico hacia sus coches patrulla fue suficiente para saber que esa mañana podría ser diferente. Sería una pérdida de tiempo subir para nada y tener que volver a salir corriendo así que, con la caja de donuts, me recliné sobre el coche, miré los dulces con pasión y, tras frotarme los dedos dudosos sobre cual comer, cogí uno me lo llevé a la boca.
La caballera morena de Maze y su paso decidido fue lo primero que llamó mi atención a lo que levanté el brazo para saludar y esperar a que se acercasen.
- Infórmame, ¿hoy los malotes trabajan? – Pregunté al tiempo que le ofrecía la caja del desayuno.
Mi padre me iba a matar. Fue lo único en lo que podía pensar, volvía a llegar tarde. Y ser la hija del director de los STARS, pese a lo que dijeran muchos mal pensados, no me ofrecía ningún tipo de ventaja. Todo lo contrario, si en el trabajo las cosas debían hacerse bien, yo debía hacerlas el doble de bien, o sino, él no estaría ni contento ni mucho menos orgulloso y eso claro que le molestaba.
Recogía las cosas, casi sin ser consciente de lo que hacía, cuando, sin quererlo, dejé caer las llaves dentro de la taza de café. Escuché un leve tintineo apagado cuando estas cayeron hasta el fondo de la taza y me detuve en seco. Miré incrédula el recipiente humeante, y en ese preciso instante, todos los papeles que llevaba bajo el otro brazo se cayeron al suelo. Clips, informes, carpetas, nota autoadhesivas... todo desparramado por el suelo.
- ¡Oh, mierda...! - Al revisar el reloj de pulsera me di cuenta de que me quedaban nueve minutos para recorrer una distancia en coche de diez. Una vez que logré recoger todo del suelo, bajé las escaleras rápidamente y me vi en la acera frente a mi casa observando aún la humeante taza de café ardiendo. Se suponía que debía sacar las llaves de ahí para meterlas en el coche. Observé la cerradura del coche, la taza, otra vez la cerradura, de nuevo la taza...
- No se puede ser más idiota... - Con un suspiro y como pude, saqué mi teléfono móvil del bolsillo para llamar a Dallas. - ¿Hola... estás de camino?, necesito que vengas a por mi, he tenido un pequeño percance y he perdido las llaves del coche - Dije velozmente en cuanto la rubia descolgó el teléfono. Ella era tal vez más o igual de tardona que yo, así que no me extrañaría que o siguiera en su casa o acabara de salir ya.
Recogía las cosas, casi sin ser consciente de lo que hacía, cuando, sin quererlo, dejé caer las llaves dentro de la taza de café. Escuché un leve tintineo apagado cuando estas cayeron hasta el fondo de la taza y me detuve en seco. Miré incrédula el recipiente humeante, y en ese preciso instante, todos los papeles que llevaba bajo el otro brazo se cayeron al suelo. Clips, informes, carpetas, nota autoadhesivas... todo desparramado por el suelo.
- ¡Oh, mierda...! - Al revisar el reloj de pulsera me di cuenta de que me quedaban nueve minutos para recorrer una distancia en coche de diez. Una vez que logré recoger todo del suelo, bajé las escaleras rápidamente y me vi en la acera frente a mi casa observando aún la humeante taza de café ardiendo. Se suponía que debía sacar las llaves de ahí para meterlas en el coche. Observé la cerradura del coche, la taza, otra vez la cerradura, de nuevo la taza...
- No se puede ser más idiota... - Con un suspiro y como pude, saqué mi teléfono móvil del bolsillo para llamar a Dallas. - ¿Hola... estás de camino?, necesito que vengas a por mi, he tenido un pequeño percance y he perdido las llaves del coche - Dije velozmente en cuanto la rubia descolgó el teléfono. Ella era tal vez más o igual de tardona que yo, así que no me extrañaría que o siguiera en su casa o acabara de salir ya.
- :
Conduzco mi coche en dirección a la comisaría cuando suena un aviso de radio.
—¿Ya... tan pronto, es que la gente no desayuna? —me pregunto con sarcasmo mientras que conduzco hacia el lugar que citan en el mensaje, pues no hay tiempo que perder y ya voy muy justa de tiempo como para pasarme por la comisaría primero—. Aquí Dallas del departamento STARS, voy pata allá —respondo al mensaje de radio.
No tarda en sonar mi teléfono móvil, pero al ir conduciendo, dejo que salte el buzón de voz, cuando escucho a Thea enarco una ceja. Menos mal que me pilla de camino, así que intrigada a la vez que extrañada me dirijo hacia su calle. La encuentro en la acera ya, por lo que no me molesto en aparcar siquiera, detengo el coche con las luces puestas y le hago señas para que pase al interior.
—Vamos, he recibido un aviso de radio de un tiroteo... —uno de los coches pasa a mi lado y se detiene, es un gilipollas que comienza a gritarme y a hacerme señas porque me he detenido—. ¡Se trata de una emergencia, gilipollas! —no dudo en abusar un poquito de mi puesto de policía... saco la placa y la pego en el cristal para que la vean bien. El tipo y su amigo aceleran y se marchan rápidos, yo me río. Nadie diría que soy de Texas, parece que llevase toda la vida en Nueva York...
—Oye... ¿y tú qué leches has hecho con tus llaves? —le pregunto a la morena cuando sube al coche, seguidamente lo pongo en marcha, con la sirena en el techo y voy a gran velocidad hacia el lugar de los hechos. Hay un cordón policial que rodea el lugar de los hechos, parece que es un robo o tal vez una disputa entre bandas, porque hay policías dirigiendo el tráfico y parece que lo que esté ocurriendo es algunas manzanas más al interior del cordón.
—¿Ya... tan pronto, es que la gente no desayuna? —me pregunto con sarcasmo mientras que conduzco hacia el lugar que citan en el mensaje, pues no hay tiempo que perder y ya voy muy justa de tiempo como para pasarme por la comisaría primero—. Aquí Dallas del departamento STARS, voy pata allá —respondo al mensaje de radio.
No tarda en sonar mi teléfono móvil, pero al ir conduciendo, dejo que salte el buzón de voz, cuando escucho a Thea enarco una ceja. Menos mal que me pilla de camino, así que intrigada a la vez que extrañada me dirijo hacia su calle. La encuentro en la acera ya, por lo que no me molesto en aparcar siquiera, detengo el coche con las luces puestas y le hago señas para que pase al interior.
—Vamos, he recibido un aviso de radio de un tiroteo... —uno de los coches pasa a mi lado y se detiene, es un gilipollas que comienza a gritarme y a hacerme señas porque me he detenido—. ¡Se trata de una emergencia, gilipollas! —no dudo en abusar un poquito de mi puesto de policía... saco la placa y la pego en el cristal para que la vean bien. El tipo y su amigo aceleran y se marchan rápidos, yo me río. Nadie diría que soy de Texas, parece que llevase toda la vida en Nueva York...
—Oye... ¿y tú qué leches has hecho con tus llaves? —le pregunto a la morena cuando sube al coche, seguidamente lo pongo en marcha, con la sirena en el techo y voy a gran velocidad hacia el lugar de los hechos. Hay un cordón policial que rodea el lugar de los hechos, parece que es un robo o tal vez una disputa entre bandas, porque hay policías dirigiendo el tráfico y parece que lo que esté ocurriendo es algunas manzanas más al interior del cordón.
A beautiful liar, love for him is pain. The temples are now burning, our faith caught up in flames. I need a new direction, cause I have lost my way. All we need is faith.
Me dirigí hacia Frost quien estaba apoyado en su coche, sonreí a modo de saludo — El día que menos te lo esperas, ¡boom! Tiroteo — Vi la caja que me ofrecía y sonreí mientras la cogía, — ¿sabes que te quiero? — Abrí la caja para ver el contenido y me relamí. — Me quieres engordar ¿verdad? — Volví a cerrar la caja dispuesta a comerlo en el coche. — Vamos, te informo por el camino — Subí al asiento del copiloto me puse en cinturón y cuando Frost arrancó le di la dirección de la calle — Quinta avenida de St. Regis — Abrí la caja cogiendo un delicioso donut que tenía pinta de tener exceso de chocolate. Sin duda esta tarde iba a necesitar echar unas horas extra, pero mientras tanto lo iba a aprovechar. Le un mordisco. — Mmm... Delicioso, podría comer un montón de estos, pero entonces parecería un bicho bola y se me iría toda esta sensualidad. — Bromeé y me centré en el tema por el cual nos movíamos. — Resulta que hoy los malotes tenían ganas de vaciar el cargador, no se más, en cuanto lleguemos lo sabremos, mientras tanto... — Le di otro bocado al donut saboreandolo.
Para cuando llegamos ya me había terminado el donut y había dejado la caja en los asientos traseros para mayor movilidad. Bajé del coche, un coche patrulla ya estaba allí, esperando refuerzos, en cuanto me acerqué a un agente pedí información. — El tiroteo se ha producido por una pelea de bandas callejeras, ya sabéis, ocupación del territorio, amenaza y disparos. Se ve que llamó una mujer que estaba paseando tranquilamente cuando de pronto escuchó los disparos, salió corriendo y llamó asustada y a lágrima viva. — Hizo una pausa para mirarnos a los dos con semblante serio. — De momento creemos que hay heridos, pero como no sabemos si queda algún superviviente hemos llamado a refuerzos por si acaso. — Finalizó su explicación, asentí y alejándome con Frost hacia el cordón policial, suspiré. — Vaya, que no tienen pensado entrar ahí, nos toca a nosotros, siempre igual. ¿Y dónde demonios están Dallas y Thea? — Me agaché para pasar por debajo del cordón y caminé lo suficiente para después esperar a mi grupo, que por cierto, llegaban tarde.
Para cuando llegamos ya me había terminado el donut y había dejado la caja en los asientos traseros para mayor movilidad. Bajé del coche, un coche patrulla ya estaba allí, esperando refuerzos, en cuanto me acerqué a un agente pedí información. — El tiroteo se ha producido por una pelea de bandas callejeras, ya sabéis, ocupación del territorio, amenaza y disparos. Se ve que llamó una mujer que estaba paseando tranquilamente cuando de pronto escuchó los disparos, salió corriendo y llamó asustada y a lágrima viva. — Hizo una pausa para mirarnos a los dos con semblante serio. — De momento creemos que hay heridos, pero como no sabemos si queda algún superviviente hemos llamado a refuerzos por si acaso. — Finalizó su explicación, asentí y alejándome con Frost hacia el cordón policial, suspiré. — Vaya, que no tienen pensado entrar ahí, nos toca a nosotros, siempre igual. ¿Y dónde demonios están Dallas y Thea? — Me agaché para pasar por debajo del cordón y caminé lo suficiente para después esperar a mi grupo, que por cierto, llegaban tarde.
Sonreí ante el agradecimiento de Maze. Sabía que esos detalles les gustaban, desayuno para mis chicas, que engorden un poquito y después obligarlas a hacer ejercico... Buena manera de mantenerlas en forma, ¿no?
Monté en el asiento del piloto y tras encender la sirena seguí a los demás coches patrulla que se dirigían a la zona del caso.
- Hoy te tocará doble ración de ejercicio si quieres mantener la sensualidad. - Miré de reojo a mi compañera para observar como disfrutaba del dulce. - Pero guarda para los demás, ¿no querrás ir solas al gimnasio? - Bromeé.
En varios minutos llegamos a la zona de los hechos. Seguí a Maze dejando que fuese ella quien se informase de la situación. Centré mi atención en dónde nos encontrabamos, un barrio donde no solían haber problemas, quizás aquel había sido un punto de encuentro para algún tipo de intercambio, algo que no salió bien.
- Vamos a prepararnos, no creo que tarden en llegar... - Era la hora de trabajar, había que ponerse serios. Así que abrí el maletero para entregarle un chaleco antibalas a Maze y recoger otro para mi. - No preguntaré si tienes tu arma preparada. - En ese momento otro vehículo aparcó al lado del nuestro, las dos que faltaban. - Ya estamos todos para la fiesta. - Saludé.
Monté en el asiento del piloto y tras encender la sirena seguí a los demás coches patrulla que se dirigían a la zona del caso.
- Hoy te tocará doble ración de ejercicio si quieres mantener la sensualidad. - Miré de reojo a mi compañera para observar como disfrutaba del dulce. - Pero guarda para los demás, ¿no querrás ir solas al gimnasio? - Bromeé.
En varios minutos llegamos a la zona de los hechos. Seguí a Maze dejando que fuese ella quien se informase de la situación. Centré mi atención en dónde nos encontrabamos, un barrio donde no solían haber problemas, quizás aquel había sido un punto de encuentro para algún tipo de intercambio, algo que no salió bien.
- Vamos a prepararnos, no creo que tarden en llegar... - Era la hora de trabajar, había que ponerse serios. Así que abrí el maletero para entregarle un chaleco antibalas a Maze y recoger otro para mi. - No preguntaré si tienes tu arma preparada. - En ese momento otro vehículo aparcó al lado del nuestro, las dos que faltaban. - Ya estamos todos para la fiesta. - Saludé.
- Te lo he dicho, una larga historia... - aún así alcé la taza de leche aún humeante. - El peor día para pasarme de minutos en el micro... - expliqué. Dallas conducía a toda velocidad por las calles de Nueva York mientras que yo, de forma cómica, trataba de imepdir que el café se saliera de la taza.
Cuando por fin llegamos al lugar señalado bajé del vehículo y coloqué la taza en el suelo del coche, con cuidado de que no se cayera. Más tarde la vaciaría, si es que seguía con vida... negué rápidamente alejando esos pensamientos de mi cabeza. Me adelanté a Dallas para ir al maleterod e su coche y sacar un par de chalecos. Ella siempre llevaba uno más por si acaso, se lo pasé y saludé con un gestod e cabeza a Maze y Frost que estaban cerca del cordón policial.
- Hola chicos, ¿qué hay? - me colocaba el chaleco rápidamente por encima del uniforme y luego recogía mi cabello en una coleta. - Vamos a darles aunque sea la oportunidad de hacer las cosas medianamente bien... - me acerqué a uno de los agentes para quitarle uno de esos megáfonos.
Lo encendí, no sin escuchar un chirrido bastante desagradable que se pasó rápidamente. Con él señalé hacia el lugar donde estaba ocurriendo el tiroteo.
- Al habla el departamento STARS de Nueva York, tenemos la zona rodeada, vamos a proceder a entrar, así que les ordenamos que detengan el fuego, bajen las armas y se tumben en el suelo con las manos detrás de la nuca, de lo contrario abriremos fuego contra todo aquel que no haya seguido las instrucciones... - le di al botón de apagado y esperé apenas un momento para ver si cesaban los disparos.
Cuando por fin llegamos al lugar señalado bajé del vehículo y coloqué la taza en el suelo del coche, con cuidado de que no se cayera. Más tarde la vaciaría, si es que seguía con vida... negué rápidamente alejando esos pensamientos de mi cabeza. Me adelanté a Dallas para ir al maleterod e su coche y sacar un par de chalecos. Ella siempre llevaba uno más por si acaso, se lo pasé y saludé con un gestod e cabeza a Maze y Frost que estaban cerca del cordón policial.
- Hola chicos, ¿qué hay? - me colocaba el chaleco rápidamente por encima del uniforme y luego recogía mi cabello en una coleta. - Vamos a darles aunque sea la oportunidad de hacer las cosas medianamente bien... - me acerqué a uno de los agentes para quitarle uno de esos megáfonos.
Lo encendí, no sin escuchar un chirrido bastante desagradable que se pasó rápidamente. Con él señalé hacia el lugar donde estaba ocurriendo el tiroteo.
- Al habla el departamento STARS de Nueva York, tenemos la zona rodeada, vamos a proceder a entrar, así que les ordenamos que detengan el fuego, bajen las armas y se tumben en el suelo con las manos detrás de la nuca, de lo contrario abriremos fuego contra todo aquel que no haya seguido las instrucciones... - le di al botón de apagado y esperé apenas un momento para ver si cesaban los disparos.
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Miro a Thea enarcando una ceja cuando me da a entender dónde están las llaves. Rápidamente vuelvo la vista a la carretera para evitar sufrir un accidente.
—¿Sabes que hay formas mejores de tomar hierro, no? —comento con sarcásmo y me echo a reír ante ese chiste tan malo—. Pero bueno, tú sabrás...
No digo nada más porque me limito a conducir lo más veloz que puedo entre las calles de Nueva York, gracias a Dios que se me da bien esto, porque si no ya habría provocado un par de accidentes. Cuando llegamos al lugar de los hechos me coloco el chaleco que Thea me da y voy tras ella.
—¡¿Queeeeé... pasaaa?! —digo a modo de saludo cuando veo a Maze y Frost junto al cordón policial, lo cruzo con Thea y no puedo evitar mirarla enarcando una ceja cuando empieza a hablar a través el megáfono—. ¿A proceder, en serio? —pongo cara de no entender nada—. ¡La mitad de esos idiotas no tienen el graduado, trae! —antes de que pueda decir nada más, le quito el megáfono y lo coloco frente a mi boca.
— ¡Eh, panda de idiotas, ya estáis bajando las armas al suelo u os patearemos esos culos de tíos listos que tenéis...! —bajo el megáfono, pero me doy cuenta de algo y lo vuelvo a alzar—. ¡Lo de listos es sarcásmo... —pero no quedo contenta y sigo—...que viene a decir todo lo contrario! —el problema es que ni hablando en su propio idioma detienen los disparos.
—¿Qué?, no me miréis así... lo he intentado... —devuelvo el megáfono a la vez que me encojo de hombros.
—¿Sabes que hay formas mejores de tomar hierro, no? —comento con sarcásmo y me echo a reír ante ese chiste tan malo—. Pero bueno, tú sabrás...
No digo nada más porque me limito a conducir lo más veloz que puedo entre las calles de Nueva York, gracias a Dios que se me da bien esto, porque si no ya habría provocado un par de accidentes. Cuando llegamos al lugar de los hechos me coloco el chaleco que Thea me da y voy tras ella.
—¡¿Queeeeé... pasaaa?! —digo a modo de saludo cuando veo a Maze y Frost junto al cordón policial, lo cruzo con Thea y no puedo evitar mirarla enarcando una ceja cuando empieza a hablar a través el megáfono—. ¿A proceder, en serio? —pongo cara de no entender nada—. ¡La mitad de esos idiotas no tienen el graduado, trae! —antes de que pueda decir nada más, le quito el megáfono y lo coloco frente a mi boca.
— ¡Eh, panda de idiotas, ya estáis bajando las armas al suelo u os patearemos esos culos de tíos listos que tenéis...! —bajo el megáfono, pero me doy cuenta de algo y lo vuelvo a alzar—. ¡Lo de listos es sarcásmo... —pero no quedo contenta y sigo—...que viene a decir todo lo contrario! —el problema es que ni hablando en su propio idioma detienen los disparos.
—¿Qué?, no me miréis así... lo he intentado... —devuelvo el megáfono a la vez que me encojo de hombros.
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