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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Recuerdo del primer mensaje :
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
II Batalla de Supervivencia
01 de junio de 1955, Sunnydale.
- Off rol - Normativa - Clic:
- Comienza la II Batalla de Supervivencia. Por ahora el inicio del rol será sencillo, pero irán surgiendo nuevos acontecimientos conforme vosotros vayáis respondiendo. Se establecen un par de normas a cumplir, puede que estas crezcan más adelante o incluso se modifiquen, por ahora son las siguientes:
▧Tras las normas se inicia una puesta en rol obligatoria a seguir.▧En la Batalla de Supervivencia solo puede ganar un personaje, que será el último que quede sin ser eliminado.▧Los personajes serán eliminados a razón de: Inactividad o mal estar del personaje. Se hará de forma lógica.▧Los participantes que no respondan en 48 horas serán eliminados.▧Los personajes solo podrán cargar con las armas que pidieron y otros objetos que el staff vaya indicando.▧El objeto "vida" es a nivel o off rol, a nivel on rol una simple moneda que encontrareis en diversos zonas. Quienes posean una vida, on rol pueden mencionar que encontraron una moneda.▧Quienes tengan el suero aún no lo tienen on rol.▧No tenéis vuestras armas.▧No hay mínimo de lineas, pero sí máximo: 35 líneas. Sabemos que muchos escribís eso o incluso más, pero queremos hacer que la BS sea rápida.▧No hay turnos de posteo, pero deben haber cuatro mensajes al menos entre tu último mensaje y el nuevo.
Te arrastrarán al infierno.
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Prefacio
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
Comienza la IIBS
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
-pues claro que no puedes coger un ¿helado?, la mujer pasó totalmente de mi y comenzó a comerse el helado sentada en el asiento del copiloto.
-me debes 25 centavos que lo sepas, esos helados son el sustento de mis hijos, dije con una convicción extremadamente seria teniendo en cuenta que no recordaba ni mi nombre, mucho menos si tenia hijos.
se presentó como Vannah después de leer un carnet idéntico al que yo tenia en mi muñequera, seguía insistiendo con lo de su perdida de memoria pero no me terminaba de fiar de ella, no sabia se estaría fingiendo y sabría mas de lo que dice.
Al poco de seguir conduciendo una extraña situación me hizo parar, un hombre estaba arrastrando a una mujer que pedía auxilio pero sin darme tiempo a reaccionar, Vannah ya estaba persiguiendo al tipo con un tacón en la mano, me bajé del camión con las llaves del mismo en el bolsillo y me dirigí a la parte de atrás, abrí las puertas y le dije al inconsciente policía:
- amigo, pronto creo que vas a tener mas compañía, le guiñé un ojo y me fui en dirección a la chica que el señor arrastraba. Tras darle un par de suaves bofetadas con la parte de fuera de la mano para ver si se le quitaba el atontamiento le dije:
-¿estas bien? ¿me escuchas? va despierta que se me descongelan los helados.
-me debes 25 centavos que lo sepas, esos helados son el sustento de mis hijos, dije con una convicción extremadamente seria teniendo en cuenta que no recordaba ni mi nombre, mucho menos si tenia hijos.
se presentó como Vannah después de leer un carnet idéntico al que yo tenia en mi muñequera, seguía insistiendo con lo de su perdida de memoria pero no me terminaba de fiar de ella, no sabia se estaría fingiendo y sabría mas de lo que dice.
Al poco de seguir conduciendo una extraña situación me hizo parar, un hombre estaba arrastrando a una mujer que pedía auxilio pero sin darme tiempo a reaccionar, Vannah ya estaba persiguiendo al tipo con un tacón en la mano, me bajé del camión con las llaves del mismo en el bolsillo y me dirigí a la parte de atrás, abrí las puertas y le dije al inconsciente policía:
- amigo, pronto creo que vas a tener mas compañía, le guiñé un ojo y me fui en dirección a la chica que el señor arrastraba. Tras darle un par de suaves bofetadas con la parte de fuera de la mano para ver si se le quitaba el atontamiento le dije:
-¿estas bien? ¿me escuchas? va despierta que se me descongelan los helados.
No tuvo tiempo de al menos responderle algo a aquella mujer, la cual se le hizo bastante curiosa pòr su vestimenta, dejo de sentirse extraño, no era como si fuera la unica persona vestida con aquel pintoresco estilo, sin embargo no se sentía nada comodo, incluso llegaba a pensar que no estaba siendo el mismo.
Rapidamente se percato de la patruya, observo la escena por unos instantes, una parte de el decía que quiza podía ayudar, pero otra simplemente le indicaba irse de ahí, no meterse en lo que no le afectaba de ninguna manera, o al menos eso es lo que el penso en aquel momento Al carajo... murmuro para si mismo volteando nuevamente para seguir el camino que llevaba, podía escuchar las advertencias de los oficiales, mas no les tomo importancia alguna, simplemente siguio su camino, y somo si de algo instintitvo se tratase no dejaba de voltear a ver por sobre su hombro por si debía estar atento a algo.
Se cruzo la calle, y se percato que había una iglesia por ahí, poso su diestra sobre su rostro aún le dolía levemente la cabeza, se sentía confundido no entendía que pasaba, aún cargaba con el maletin, recordo entonces que no lo había revisado, era un buen momento para buscar un lugar tranquilo donde sentarse y tomar un respiro para pensar las cosas.
Rapidamente se percato de la patruya, observo la escena por unos instantes, una parte de el decía que quiza podía ayudar, pero otra simplemente le indicaba irse de ahí, no meterse en lo que no le afectaba de ninguna manera, o al menos eso es lo que el penso en aquel momento Al carajo... murmuro para si mismo volteando nuevamente para seguir el camino que llevaba, podía escuchar las advertencias de los oficiales, mas no les tomo importancia alguna, simplemente siguio su camino, y somo si de algo instintitvo se tratase no dejaba de voltear a ver por sobre su hombro por si debía estar atento a algo.
Se cruzo la calle, y se percato que había una iglesia por ahí, poso su diestra sobre su rostro aún le dolía levemente la cabeza, se sentía confundido no entendía que pasaba, aún cargaba con el maletin, recordo entonces que no lo había revisado, era un buen momento para buscar un lugar tranquilo donde sentarse y tomar un respiro para pensar las cosas.
El felino desapareció tras una sombra. Phoenix volvió en sí. Volteó rápidamente para atajar al pequeño entre sus brazos y alzarlo como si fuese una pluma.
- Lo siento, pequeño. Mamá está muy confundida, creo ninguno de los dos sabe nada. - Comentó viendo los oscuros ojos del infante. Creía comprender ya que él también había sido afectado por algo ese día. - Desde ahora estaremos juntos. Todo esto es muy raro. No reconociste a tu padre, porque ése no es tu padre. - Era consciente que las noticias del periódico no la sorprendieron y le resultaron bizarras inclusive. También podía jurar que no conocía al mesero (o cocinero) ni a su esposo ni a nadie excepto al gato y su hijo. Reconocía lo mismo que Chris. Estaba dispuesta a confiar en su instinto.
Caminó lentamente, observando con cuidado. Quería encontrar nuevamente al felino. Quería llamarlo pero no sabía su nombre, si es que tenía alguno.
Nada. Nada excepto alguna que otra persona haciendo su rutina diaria. Todos se movían menos Phoenix y un hombre de traje con un maletín. A sus ojos parecía un vendedor de seguros. Le llamó la atención su actitud. Parecía confundido. Apretó más a Chris contra su cuerpo para acercarse al extraño sujeto.
Que no era extraño.
Ahí estaba. La horrible sensación de no saber de dónde es conocido un rostro. ¿Y ahora qué? En un segundo lo supo, sabía que no sólo conocía el rostro del sujeto, sino más que eso. Abrió los ojos como sólo un oriental puede hacerlo. No era sólo su perversa imaginación ante un hombre atractivo.
El felino rozó sus tobillos. La hizo reaccionar.
- Te conozco. - Sentenció al hombre. - ¡Eres "tú"!
«¿"Él" quién? Un mar de ideas y conjeturas atravesaron su mente al mismo tiempo. «¿Y si estoy loca y asusto a un desconocido? Ni Chris ni yo recordamos nada. ¿Por qué? Tiene que ser real. ¡No estoy loca! ¡No puedo estar loca! Pero... ¿cómo?»
- ¿Abducción extraterrestre? - Murmuró tan bajo aquello que apenas lo moduló, pero no había dudas de las palabras que había dicho. Ya nada le importaba más que la sensación de que algo malo le había pasado, algo que no recordaba. Sólo podía valerse de sensaciones e instintos como los animales y le resultaba desesperante.
- Lo siento, pequeño. Mamá está muy confundida, creo ninguno de los dos sabe nada. - Comentó viendo los oscuros ojos del infante. Creía comprender ya que él también había sido afectado por algo ese día. - Desde ahora estaremos juntos. Todo esto es muy raro. No reconociste a tu padre, porque ése no es tu padre. - Era consciente que las noticias del periódico no la sorprendieron y le resultaron bizarras inclusive. También podía jurar que no conocía al mesero (o cocinero) ni a su esposo ni a nadie excepto al gato y su hijo. Reconocía lo mismo que Chris. Estaba dispuesta a confiar en su instinto.
Caminó lentamente, observando con cuidado. Quería encontrar nuevamente al felino. Quería llamarlo pero no sabía su nombre, si es que tenía alguno.
Nada. Nada excepto alguna que otra persona haciendo su rutina diaria. Todos se movían menos Phoenix y un hombre de traje con un maletín. A sus ojos parecía un vendedor de seguros. Le llamó la atención su actitud. Parecía confundido. Apretó más a Chris contra su cuerpo para acercarse al extraño sujeto.
Que no era extraño.
Ahí estaba. La horrible sensación de no saber de dónde es conocido un rostro. ¿Y ahora qué? En un segundo lo supo, sabía que no sólo conocía el rostro del sujeto, sino más que eso. Abrió los ojos como sólo un oriental puede hacerlo. No era sólo su perversa imaginación ante un hombre atractivo.
El felino rozó sus tobillos. La hizo reaccionar.
- Te conozco. - Sentenció al hombre. - ¡Eres "tú"!
«¿"Él" quién? Un mar de ideas y conjeturas atravesaron su mente al mismo tiempo. «¿Y si estoy loca y asusto a un desconocido? Ni Chris ni yo recordamos nada. ¿Por qué? Tiene que ser real. ¡No estoy loca! ¡No puedo estar loca! Pero... ¿cómo?»
- ¿Abducción extraterrestre? - Murmuró tan bajo aquello que apenas lo moduló, pero no había dudas de las palabras que había dicho. Ya nada le importaba más que la sensación de que algo malo le había pasado, algo que no recordaba. Sólo podía valerse de sensaciones e instintos como los animales y le resultaba desesperante.
- No vas a volver a escaparte, te lo aseguro - Con un brazo me tiene bien sujeta, mientras con el otro abre el maletero - De momento, vas a hacer el resto del viaje aquí dentro, así no correremos más riesgos... ¿Verdad, pequeña? - Su risa vuelve a escucharse de forma cruel. Está a punto de meterme en el maletero cuando se escucha un frenazo y el grito de: Eh, tú.
Una chica aparece corriendo con unos tacones en la mano. La furgoneta a la que había intentado correr está parada muy cerca de nosotros. El hombre se la queda mirando atónito, y esboza una pequeña sonrisa. Pero ve que esa chica no está sola, que hay otro hombre en la camioneta. Así que cambia de idea. Me da un fuerte empujón, tirándome al suelo, y corriendo se sube al coche y arranca, dejándome allí. El coche se aleja a toda velocidad.
No sé si ha pasado un minuto o una hora. Mi cuerpo, tirado sobre el asfalto, tiembla con mis sollozos. Me duele todo, y un lado de la cara se me está empezando a hinchar de forma do!prosa. Noto unas palmaditas en la cara y una voz masculina diciéndome algo sobre unos helados.
Le miro, con los ojos llenos de lágrimas, y le echo los brazos al cuello, abrazándome a él. No sé quién es, y ahora mismo no me importa. Lo único que me importa es que él y esa chica me han rescatado de ese hombre.
- Gracias... Gracias - Repito una y otra vez, llorando.
Una chica aparece corriendo con unos tacones en la mano. La furgoneta a la que había intentado correr está parada muy cerca de nosotros. El hombre se la queda mirando atónito, y esboza una pequeña sonrisa. Pero ve que esa chica no está sola, que hay otro hombre en la camioneta. Así que cambia de idea. Me da un fuerte empujón, tirándome al suelo, y corriendo se sube al coche y arranca, dejándome allí. El coche se aleja a toda velocidad.
No sé si ha pasado un minuto o una hora. Mi cuerpo, tirado sobre el asfalto, tiembla con mis sollozos. Me duele todo, y un lado de la cara se me está empezando a hinchar de forma do!prosa. Noto unas palmaditas en la cara y una voz masculina diciéndome algo sobre unos helados.
Le miro, con los ojos llenos de lágrimas, y le echo los brazos al cuello, abrazándome a él. No sé quién es, y ahora mismo no me importa. Lo único que me importa es que él y esa chica me han rescatado de ese hombre.
- Gracias... Gracias - Repito una y otra vez, llorando.
Normas a recordar...
♠ No narrar por los PNJ.
♠ Aunque yo no responda podéis seguir roleando entre vosotros: quienes respondan más de dos veces antes de que acabe esta actividad, encontrarán recompensas y útiles para la IIBS.
♠ Si tenéis alguna duda u objeción estoy a un MP de distancia.
♠ Aunque yo no responda podéis seguir roleando entre vosotros: quienes respondan más de dos veces antes de que acabe esta actividad, encontrarán recompensas y útiles para la IIBS.
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¿Sabes quién es tu verdadero enemigo?
Victoria, Slim Fox y Vannah
El tipo que se lleva a Victoria parece bastante molesto, corre hacia el vehículo, se sube en este y se marcha, sin embargo el coche da la vuelta y se detiene frente a vosotros, comienza a correr a gran velocidad en vuestra dirección.
▬ Desafío:
♠ Escribir vuestro post con normalidad hasta ese momento en el que el tipo os vaya a atropellar. Lanzáis un dado de dilemas: Sí - Al saltar para esquivar el coche caéis, vosotros decidís las heridas, pero supondrá -1 en salud. No - Al saltar lográis caer sin heridas.
♠ Importante: Además deberéis añadir todos una segunda lanzada de dados, que se hace dándole al icono del + al lado del número 1. Para ese dado seleccionáis números, si entre los tres dados lográis sumar más de quince el tipo del coche se desvía de la carretera y choca contra un árbol.
Alistair, Zhnets y Kasper
La enfermera entra en la cocina y al ver la escena comienza a gritar, sale corriendo antes de que podáis decir nada.
▬ Opciones:
♠ Huir: decidís marcharos antes de que las cosas se compliquen aún más. Podéis hacer cuanto queráis.
♠ Permanecer en el lugar para tratar de explicar lo ocurrido.
Nicholas, Ryder y Jemma
«¿Tu hermana, pero qué coño pasa contigo?» El hombre se ríe mientras que vuelve a escupir al suelo, a un lado. «Y mañana será tu esposa también y te la querrás tirar, ¿no? No me extrañaría...» Se ríe, su expresión es cansada, pero algo parece divertirle. «¿Estos son tus amigos ahora Jemma?, ¿los prefieres a ellos antes que a mi? ¿Eres tan estúpida, en serio?» Cuando es golpeado cae al suelo entre maldiciones e insultos, llevándose una mano a la nariz.
«¡Claro que sí, vayamos a la comisaría!» Exclamó poniéndose en pie, muy seguro de sí mismo y de la situación. «¿Qué?, ¿se te ha ido la cabeza Robles?» Aparta de un manotazo a Nicholas de él. Lo mira entre extrañado y sorprendido, no va a decirle nada, maldita sea, seguro que está perdiendo el juicio, no quiere saber nada de esos dos, tan solo recoger a Jemma y largarse de ahí a la comisaría, piensa poner una denuncia a Cassidy y Robles por las agresiones y antes de que pueda hacer nada llega el coche patrulla. Un hombre uniformado de mediana edad aproximadamente sale del vehículo.
«¡¿Pero qué narices está pasando aquí?!» Exclama el hombre, al fijase en Jemma la mira con pena, luego al señor Croft y suspira, parece molesto con la situación.
«Agente, esos dos acaban de agredirme, quiero poner una denuncia, el cazafortunas de Robles me acaba de partir la nariz y la marimacho de su ahijada un poco más y me deja ciego.» Habla el señor Croft mientras con un pañuelo se limpia la sangre de la nariz.
El policía mira la escena con duda y al final se dirige hacia Robles. «Eh Nicholas, sígueme el rollo, sabes que estoy de manos atadas, le habéis partido la nariz y vosotros no tenéis ni un rasguño» Le susurra solo a él. «Nicholas Robles y Cassidy Robles, tendrán que acompañarme a comisaría.» Empieza a decir el agente mientras que saca las esposas de su bolsillo para colocarlas en las manos de Nicholas y Ryder.
«Mi mujer y yo los acompañaremos para poner la pertinente denuncia.» Dice el señor Croft.
▬ Opciones:
♠ Aceptar lo que dice el agente y dejarse llevar a comisaría.
♠ Negarse, podéis elegir como.
«¡Claro que sí, vayamos a la comisaría!» Exclamó poniéndose en pie, muy seguro de sí mismo y de la situación. «¿Qué?, ¿se te ha ido la cabeza Robles?» Aparta de un manotazo a Nicholas de él. Lo mira entre extrañado y sorprendido, no va a decirle nada, maldita sea, seguro que está perdiendo el juicio, no quiere saber nada de esos dos, tan solo recoger a Jemma y largarse de ahí a la comisaría, piensa poner una denuncia a Cassidy y Robles por las agresiones y antes de que pueda hacer nada llega el coche patrulla. Un hombre uniformado de mediana edad aproximadamente sale del vehículo.
«¡¿Pero qué narices está pasando aquí?!» Exclama el hombre, al fijase en Jemma la mira con pena, luego al señor Croft y suspira, parece molesto con la situación.
«Agente, esos dos acaban de agredirme, quiero poner una denuncia, el cazafortunas de Robles me acaba de partir la nariz y la marimacho de su ahijada un poco más y me deja ciego.» Habla el señor Croft mientras con un pañuelo se limpia la sangre de la nariz.
El policía mira la escena con duda y al final se dirige hacia Robles. «Eh Nicholas, sígueme el rollo, sabes que estoy de manos atadas, le habéis partido la nariz y vosotros no tenéis ni un rasguño» Le susurra solo a él. «Nicholas Robles y Cassidy Robles, tendrán que acompañarme a comisaría.» Empieza a decir el agente mientras que saca las esposas de su bolsillo para colocarlas en las manos de Nicholas y Ryder.
«Mi mujer y yo los acompañaremos para poner la pertinente denuncia.» Dice el señor Croft.
▬ Opciones:
♠ Aceptar lo que dice el agente y dejarse llevar a comisaría.
♠ Negarse, podéis elegir como.
Phoenix, Daniel y Chris
«¿Pero qué pasa Chris? Soy yo, soy papá... ¿Chri...?» Ante la reacción de ambos el hombre se queda perplejo. Sin pensarlo dos veces corre tras Phoenix y Chris hacia la iglesia, cuando llega a la altura de ellos coloca una mano en el hombro de Phoenix. «Phoenix, ¿qué ocurre, qué está pasando?» Los mira a ambos realmente preocupado y luego se fija en Daniel. «Harris, hola, perdona lo de hoy, no me ha dado tiempo a ir a la oficina...» Mira a Phoenix y Chris de nuevo. «Si me disculpas un momento.» Le dice a Daniel mientras que se acerca a Phoenix y con suavidad la agarra del hombro apartando a ambos de Daniel. «¿Qué está pasando? Estoy realmente preocupado, ¿he hecho algo mal? Esta mañana estaba todo bien y ahora...» Se lleva una mano a la sien frunciendo el ceño. «No está siendo tampoco mi día, me he quedado dormido en la cafetería y luego me han avisado del colegio diciendo que Chris se había desmayado y ahora tú...» Abre los ojos. «¿No tendrás una aspirina por ahí? Me duele bastante la cabeza.» Comenta y de pronto se fija en Chris. «Ah, ya sé lo que te pasa a ti.» Sonríe levemente, apenas por el dolor. «Granuja, tú estás enfadado conmigo porque no te he dejado llevarte a Bicho al colegio, ¿no?» Del maletín que lleva saca el peluche de Chris y se lo entrega. «Cariño, sabes que no puedes llevarlo al colegio, la última vez tus compañeros le arrancaron un brazo.» Acaricia su mejilla con suavidad.
▬ Opciones:
♠ Acciones libres.
▬ Opciones:
♠ Acciones libres.
Me encontraba agita y un poco asustado por lo que acaba de pasar. ¡Dios! ¡Mate a un hombre! O algo que parecía ser un hombre porque… ¿Qué tipo de persona le muerde el cuello a otra? Esto no tiene sentido, ninguno en lo más mínimo. Me llevó la mano derecha a la cabeza mientras miró a mí alrededor, no estoy completamente seguro de lo que ha pasado. En esos momentos la enfermera ingresa en la cocina y comienza a gritar. ¡Vaya suerte la mía!
-¡Oiga! Puedo explicarlo. ¡Espere maldición!- grito desesperado pero ella no me hace caso. Se ha marchado despavorida y seguramente irá por los guardias de seguridad. ¡Mierda! ¿Qué hago? Comienzan a temblarme los pies, no existe manera coherente de explicar lo que acaba de pasar aquí. Miró nuevamente los dos cadáveres. -Yo me largo- aviento la sartén haciendo un poco de ruido y salgó rápidamente de la cocina.
Miró a todos lados, encuentro la salida de emergencia. Lo pienso un par de veces, supongo que mi hijo se las arreglará solo. Además no logro recordarlo, no veo problema en que se quede en ese sitio, supongo que después me buscara pero por el momento debo salir huyendo. Me quitó el saco blanco manchado por la sangre y lo tiro mientras comienzo a acelerar el paso rumbo a la salida.
-¡Oiga! Puedo explicarlo. ¡Espere maldición!- grito desesperado pero ella no me hace caso. Se ha marchado despavorida y seguramente irá por los guardias de seguridad. ¡Mierda! ¿Qué hago? Comienzan a temblarme los pies, no existe manera coherente de explicar lo que acaba de pasar aquí. Miró nuevamente los dos cadáveres. -Yo me largo- aviento la sartén haciendo un poco de ruido y salgó rápidamente de la cocina.
Miró a todos lados, encuentro la salida de emergencia. Lo pienso un par de veces, supongo que mi hijo se las arreglará solo. Además no logro recordarlo, no veo problema en que se quede en ese sitio, supongo que después me buscara pero por el momento debo salir huyendo. Me quitó el saco blanco manchado por la sangre y lo tiro mientras comienzo a acelerar el paso rumbo a la salida.
La muchacha se me echó al cuello llorando y dando las gracias, lo que me dejó parado unos instantes, al reaccionar le dí unos pequeños golpes en la espalda como cuando se consuela a un niño pequeño:
- Ea ea, ya pasó, la miré con una sonrisa tranquilizadora y le dije:
va, vente conmigo al camión y te doy un helado, ¿vale?- le guiñé un ojo y con un tono amable continué diciendo: -solo cuestan 25 centavos-.
Cuando me dirigía al camión el tipo raro aquel se metió en su coche y salio pitando de la escena, pero al menos eso parecía hasta que dio la vuelta y se colocó frente a nosotros, de mi boca solo podía salir lo que estaba pensando:
-mierda-
El muy colgado aceleró en nuestra dirección y al saltar hacia un lado de la carretera para esquivar el coche caí en uno de los lados de la carretera con la mala suerte de golpearme el tobillo del pie izquierdo contra una piedra:
-¡AAAAH! ¿QUIEN MIERDAS A PUESTO ESA PIEDRA AHÍ?-
Me dolía horrores pero me pude poner en pie, y aunque cojeando pude advertir que no estaba roto quizá torcido o dañado, pero al poder mover el pie era señal de que no estaba roto.
- Ea ea, ya pasó, la miré con una sonrisa tranquilizadora y le dije:
va, vente conmigo al camión y te doy un helado, ¿vale?- le guiñé un ojo y con un tono amable continué diciendo: -solo cuestan 25 centavos-.
Cuando me dirigía al camión el tipo raro aquel se metió en su coche y salio pitando de la escena, pero al menos eso parecía hasta que dio la vuelta y se colocó frente a nosotros, de mi boca solo podía salir lo que estaba pensando:
-mierda-
El muy colgado aceleró en nuestra dirección y al saltar hacia un lado de la carretera para esquivar el coche caí en uno de los lados de la carretera con la mala suerte de golpearme el tobillo del pie izquierdo contra una piedra:
-¡AAAAH! ¿QUIEN MIERDAS A PUESTO ESA PIEDRA AHÍ?-
Me dolía horrores pero me pude poner en pie, y aunque cojeando pude advertir que no estaba roto quizá torcido o dañado, pero al poder mover el pie era señal de que no estaba roto.
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#1 'Dilemas' :
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PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Estaba furioso, lo podía ver en él, me esperaba lo peor, pero de repente le golpearon, estaba sorprendida, no me lo esperaba, era una chica, más o menos de mi edad, y me había protegido, le estaría agradecida, pero ahora le había enfadado mucho más. A esta chica no la conocía, pero esa mirada se me hacía muy familiar, tanto que me asustaba. - Gracias... Yo... - Y no dije más, porque apareció un chico y me preguntó si llamaba a la policía, yo asentí muy confusa, que viniese este chico al que no conocía de nada y me pegase así por que sí, no se daba todos los días.
Se conocían, le había llamado por su nombre, Nicholas, pero también conocía a la chica, Cassidy, no me sonaba nada ese nombre, pero ella sí, y me daba tranquilidad. En realidad los dos me daban confianza, no era como la primera vez que "conocí" a mi agresor. Él me agarró del brazo de nuevo y me empujó apartándome de ellos, casi tropezando. Nicholas se cabreó a la vez que hablaba, pero era lógico, había amenazado a su hija... O hermana. Ahora él se dirigió a mí «¿Estos son tus amigos ahora Jemma?, ¿los prefieres a ellos antes que a mi? ¿Eres tan estúpida, en serio?» No me gustó nada ese comentario, - ¡no eres quién para juzgar con quién me junte o me deje de juntar! - Cuando vi que iba a golpear a Cassidy lo que me salió del alma fue un grito, me preocupó, Cassidy me preocupaba bastante, tenía el sentido de la protección bastante alto con ella, y no sabía por qué. - ¡NO! - Y frenó el golpe Nicholas a la vez que le asestaba un puñetazo en la nariz. Ni en el boxeo. Mi reacción, echarme un paso para atrás, no me lo esperaba tampoco.
No quería que se metiesen en problemas por mi culpa, aunque más bien la culpa era de él... Entonces llegó un policía, ni en el mejor momento... Cuando bajó, me miró a mí primero, con pena, suspiré. El policía dijo que, para poner la denuncia, fuésemos a la comisaría, y sacó unas esposas para Cassidy y Nicholas. Estaba sorprendida, no me salía ninguna palabra, ¿cómo es posible? No es lógico... - Pero... Yo no quiero denunciar a nadie... - Susurré, no sabía si alguien me había escuchado, pero me daba igual, esa era mi verdad y no quería, esos dos me habían caído bien y me habían dado buenas vibraciones desde el principio, pero me daba la sensación de que yo, no era la que decidía.
Se conocían, le había llamado por su nombre, Nicholas, pero también conocía a la chica, Cassidy, no me sonaba nada ese nombre, pero ella sí, y me daba tranquilidad. En realidad los dos me daban confianza, no era como la primera vez que "conocí" a mi agresor. Él me agarró del brazo de nuevo y me empujó apartándome de ellos, casi tropezando. Nicholas se cabreó a la vez que hablaba, pero era lógico, había amenazado a su hija... O hermana. Ahora él se dirigió a mí «¿Estos son tus amigos ahora Jemma?, ¿los prefieres a ellos antes que a mi? ¿Eres tan estúpida, en serio?» No me gustó nada ese comentario, - ¡no eres quién para juzgar con quién me junte o me deje de juntar! - Cuando vi que iba a golpear a Cassidy lo que me salió del alma fue un grito, me preocupó, Cassidy me preocupaba bastante, tenía el sentido de la protección bastante alto con ella, y no sabía por qué. - ¡NO! - Y frenó el golpe Nicholas a la vez que le asestaba un puñetazo en la nariz. Ni en el boxeo. Mi reacción, echarme un paso para atrás, no me lo esperaba tampoco.
No quería que se metiesen en problemas por mi culpa, aunque más bien la culpa era de él... Entonces llegó un policía, ni en el mejor momento... Cuando bajó, me miró a mí primero, con pena, suspiré. El policía dijo que, para poner la denuncia, fuésemos a la comisaría, y sacó unas esposas para Cassidy y Nicholas. Estaba sorprendida, no me salía ninguna palabra, ¿cómo es posible? No es lógico... - Pero... Yo no quiero denunciar a nadie... - Susurré, no sabía si alguien me había escuchado, pero me daba igual, esa era mi verdad y no quería, esos dos me habían caído bien y me habían dado buenas vibraciones desde el principio, pero me daba la sensación de que yo, no era la que decidía.
- Jemma :
- They :
- Awards :
«¿Estos son tus amigos ahora Jemma?»
Jemma, Jemma... La miré fijamente ignorando por completo a ese gilipollas. Ella era, ¿quién era y por qué me sentía de esa forma al ver el moretón en su rostro? Era como si me doliera tanto como a ella. Y me volví hacia él. - Pero serás capullo... - sinceramente no podía aguantar con la boca cerrada con ese patán, es por eso que cuando Nicholas lo golpeé no pude más que sentir cierta satisfacción y más aún sabiendo que de primeras había tratado de golpearme a mi.
- ¡Responde a sus preguntas maldita sea! - exclamé con cierto tono de rabia en mis palabras, pues ya no sabía que estaba pasando: ¿Nicholas y yo qué diablos éramos? Si es que éramos algo. - ¿Quieres ver como te pateo esa bocaza tuya? - me acerqué amenazante a él, hasta que se puso en pie y me aparté ligeramente.
- ¡Pues claro que sí, vamos a denunciar lo que hemos visto y te...! - y por la boca muere el pez. Las cosas habían cambiado de golpe, desde que había llegado el agente de policía. Yo me había posicionado al lado de Jemma y sin saber por qué la agarraba por el brazo con suavidad.
- ¡¿Qué?! - exclamé cuando este tipo colocó las esposas en mis muñecas. - ¿Pero se puede saber qué narices hace? - exclamé tratando de apartar las manos, pero el hombre colocó la primera esposa y yo aparté la izquierda, libre, en otra dirección. - ¡Es a él a quien debe detener no a nosotros! - iba diciendo una y otra vez. - ¡Ha sido en defensa propia, él la estaba pegando a ella! - grité tratando de soltarme del agente, pero atrapó mi otra mano y colocó la otra esposa. Ahora sí que no entendía nada de nada. - ¿Pa... Nicholas? - ya no sabía ni cómo llamarlo, solo pude girarme buscando su mirada para saber qué se suponía que íbamos a hacer ahora.
Jemma, Jemma... La miré fijamente ignorando por completo a ese gilipollas. Ella era, ¿quién era y por qué me sentía de esa forma al ver el moretón en su rostro? Era como si me doliera tanto como a ella. Y me volví hacia él. - Pero serás capullo... - sinceramente no podía aguantar con la boca cerrada con ese patán, es por eso que cuando Nicholas lo golpeé no pude más que sentir cierta satisfacción y más aún sabiendo que de primeras había tratado de golpearme a mi.
- ¡Responde a sus preguntas maldita sea! - exclamé con cierto tono de rabia en mis palabras, pues ya no sabía que estaba pasando: ¿Nicholas y yo qué diablos éramos? Si es que éramos algo. - ¿Quieres ver como te pateo esa bocaza tuya? - me acerqué amenazante a él, hasta que se puso en pie y me aparté ligeramente.
- ¡Pues claro que sí, vamos a denunciar lo que hemos visto y te...! - y por la boca muere el pez. Las cosas habían cambiado de golpe, desde que había llegado el agente de policía. Yo me había posicionado al lado de Jemma y sin saber por qué la agarraba por el brazo con suavidad.
- ¡¿Qué?! - exclamé cuando este tipo colocó las esposas en mis muñecas. - ¿Pero se puede saber qué narices hace? - exclamé tratando de apartar las manos, pero el hombre colocó la primera esposa y yo aparté la izquierda, libre, en otra dirección. - ¡Es a él a quien debe detener no a nosotros! - iba diciendo una y otra vez. - ¡Ha sido en defensa propia, él la estaba pegando a ella! - grité tratando de soltarme del agente, pero atrapó mi otra mano y colocó la otra esposa. Ahora sí que no entendía nada de nada. - ¿Pa... Nicholas? - ya no sabía ni cómo llamarlo, solo pude girarme buscando su mirada para saber qué se suponía que íbamos a hacer ahora.
- Muchas cosas:
- Home:
Graaacias Jason
- Life Is Strange...:
- Multipass!:
— Disculpe... — Abigail se puso en pie y miró al cocinero con el rostro algo enrojecido por culpa de la vergüenza que empezaba a sentir ante aquella situación. — No llevo nada de dinero encima, nada de nada — susurró agachando la mirada ligeramente. — Creo que... ¿mi hermano? — no pudo evitar decir aquello de forma interrogativa, pues dudaba de ello, dudaba de cualquier cosa. — se ha llevado el maletín donde guardo mis cosas, pues no tengo nada encima, ¿podría ir a por él y pagarle después? — Abigail miró fijamente al hombre y trató poner cara de pena.
Apenas había terminado la frase cuando se fijó en la escena que organizaba una familia: el niño gritando, la mujer de rasgos asiáticos huyendo... Abby no sabía que más decir, así que aprovechando aquel jaleo se escabulló también de la cafetería, incluso sin decirle nada a su supuesta hermana, que no parecía muy concentrada en lo que estaba ocurriendo. Abigail ahora tenía dudas sobre todo. Restaurante, restaurante o tienda de ropa... ¿Hacia dónde iba a buscar a aquel chico? Tenía la sensación de que en el maletín podría encontrar algo de utilidad sobre ella misma.
Apenas había terminado la frase cuando se fijó en la escena que organizaba una familia: el niño gritando, la mujer de rasgos asiáticos huyendo... Abby no sabía que más decir, así que aprovechando aquel jaleo se escabulló también de la cafetería, incluso sin decirle nada a su supuesta hermana, que no parecía muy concentrada en lo que estaba ocurriendo. Abigail ahora tenía dudas sobre todo. Restaurante, restaurante o tienda de ropa... ¿Hacia dónde iba a buscar a aquel chico? Tenía la sensación de que en el maletín podría encontrar algo de utilidad sobre ella misma.
- Gracias:
— Es que Chris no sabe, no sabe... y los desconocidos no son buenos — Iba diciendo él entre los brazos de Phoenix. — ¿Seguimos al gatito? — Sonrió ampliamente a Phoenix al percatarse de que ambos iban tras los pasos del felino y eso le hacía sentir muy contento. — A Chris le gusta ese gatito, es gracioso y bonito, y, y, y,... y muy listo — Iba hablando sin saber realmente lo que estaba diciendo, porque solo tenía buenas sensaciones con respecto al animal.
Chris se dejó llevar tranquilo, aún tenía hambre, pero al menos ya no estaba cerca de aquel extraño que tanto lo había asustado. Hundió la cabeza en el cuello de Phoenix y cerró los ojos. — Cuando lleguemos con el gatito ¿avisarás a Chris? — El niño bostezó somnoliento y se quedó medio adormilado, ya que entre los brazos de Phoenix se sentía bastante cómodo y además así ya no tenía frío.
Solo volvió a abrir los ojos cuando escuchó de nuevo la voz del señor raro. — ¡Ah! — Comenzó a gritar. — ¡Vete, vete, vete... ¿vete? — Calló repentinamente cuando el hombre pronunció la palabra "Bicho" casi como si hubiera pronunciado unas palabras mágicas que hicieran calmar a la pequeña fiera. Miró con interés como rebuscaba en el maletín. — Los bichos son feos... — Pronunció lentamente algo confundido, hasta que vio el peluche, Chris abrió mucho los ojos, ¡eso era suyo!, estaba totalmente seguro, pero no lo recordaba realmente. Solo sintió un ENORME alivio al ver el peluche. — Este Bicho sí me gusta — Sonrió estirando los brazos para sujetar al peluche. — ¡Hoooolaaa! — Saludó entusiasmado al muñeco y lo estrechó entre sus brazos, para luego pegarse de nuevo a Phoenix, apoyando la cabeza sobre su pecho, sin apartar la mirada del extraño: por un lado aquel tipo le daba desconfianza, pero se lo acababa de ganar un poco al darle el muñeco.
Chris se dejó llevar tranquilo, aún tenía hambre, pero al menos ya no estaba cerca de aquel extraño que tanto lo había asustado. Hundió la cabeza en el cuello de Phoenix y cerró los ojos. — Cuando lleguemos con el gatito ¿avisarás a Chris? — El niño bostezó somnoliento y se quedó medio adormilado, ya que entre los brazos de Phoenix se sentía bastante cómodo y además así ya no tenía frío.
Solo volvió a abrir los ojos cuando escuchó de nuevo la voz del señor raro. — ¡Ah! — Comenzó a gritar. — ¡Vete, vete, vete... ¿vete? — Calló repentinamente cuando el hombre pronunció la palabra "Bicho" casi como si hubiera pronunciado unas palabras mágicas que hicieran calmar a la pequeña fiera. Miró con interés como rebuscaba en el maletín. — Los bichos son feos... — Pronunció lentamente algo confundido, hasta que vio el peluche, Chris abrió mucho los ojos, ¡eso era suyo!, estaba totalmente seguro, pero no lo recordaba realmente. Solo sintió un ENORME alivio al ver el peluche. — Este Bicho sí me gusta — Sonrió estirando los brazos para sujetar al peluche. — ¡Hoooolaaa! — Saludó entusiasmado al muñeco y lo estrechó entre sus brazos, para luego pegarse de nuevo a Phoenix, apoyando la cabeza sobre su pecho, sin apartar la mirada del extraño: por un lado aquel tipo le daba desconfianza, pero se lo acababa de ganar un poco al darle el muñeco.
Al principio, se sorprende por mi gesto de abrazarle, quedándose un momento parado. Cuando reacciona, se dedica a consolarle como si fuera una niña pequeña. No me importa que lo haga. Después de todo el miedo que he pasado, me reconforta que me trate así, haciendo que me sienta mejor, haciendo que me sienta a salvo. Incluso me permito sonreír cuando me ofrece un helado. Una sonrisa agradecida y sincera.
- Gracias, pero no tengo 25 centavos, así que no podré comprarte ninguno. Aunque me gustaría tomarme un helado
Con ese hombre huido en su coche blanco, todo parece haber terminado bien. Y de qué mejor manera de olvidarse de esa pesadilla que comiendo un helado. Pero nada ha terminado. El coche vuelve, y palidezco al reconocerlo, cuando se para frente a nosotros. De nuevo, noto el miedo recorriendo mi cuerpo, y cuando el coche acelera y se lanza sobre nosotros, no lo pienso, solo salto para apartarme de su trayectoria. Justo a tiempo. Una vez en el suelo, ruedo sobre mí misma sin sufrir, en esta ocasión, ningún daño. El coche me pasa por unos centímetros. Puedo ver su cara furiosa a través del cristal.
Me levanto ilesa de este golpe. Pero las heridas del anterior siguen ahí y la pierna sigue sin sostener mi peso. Cojeo hasta el chico de los helados, y cuando la pierna me falla y voy al suelo, me arrastro hasta él.
- ¿Estás bien?¿Te has hecho mucho daño?¿Puedes levantarte? - Le pregunto con preocupación, y miro en dirección al coche.
- Gracias, pero no tengo 25 centavos, así que no podré comprarte ninguno. Aunque me gustaría tomarme un helado
Con ese hombre huido en su coche blanco, todo parece haber terminado bien. Y de qué mejor manera de olvidarse de esa pesadilla que comiendo un helado. Pero nada ha terminado. El coche vuelve, y palidezco al reconocerlo, cuando se para frente a nosotros. De nuevo, noto el miedo recorriendo mi cuerpo, y cuando el coche acelera y se lanza sobre nosotros, no lo pienso, solo salto para apartarme de su trayectoria. Justo a tiempo. Una vez en el suelo, ruedo sobre mí misma sin sufrir, en esta ocasión, ningún daño. El coche me pasa por unos centímetros. Puedo ver su cara furiosa a través del cristal.
Me levanto ilesa de este golpe. Pero las heridas del anterior siguen ahí y la pierna sigue sin sostener mi peso. Cojeo hasta el chico de los helados, y cuando la pierna me falla y voy al suelo, me arrastro hasta él.
- ¿Estás bien?¿Te has hecho mucho daño?¿Puedes levantarte? - Le pregunto con preocupación, y miro en dirección al coche.
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#1 'Dilemas' :
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La curiosidad mató al gato. Lo supo en cuanto la enfermera ingresó por la puerta y salió gritando; algo que, en otra ocasión no le hubiera importado, pero esta vez no había hecho nada y estaba implicada en una muerte. Todo comenzaba a tomar un matiz diferente, de esos que no debería haber en un hospital a no ser que se tratada de una pesadilla o una película de terror. ¿Sería eso? Un mal sueño en el que pareciera todo tan real que no pudiera despertar y la única solución para salir de allí fuera morir, tirarse al vacío o sentir dolor.
El asesino del sartén salió huyendo por la puerta de salida de emergencia sin contestar a su pregunta, pero ella, Sandy Robles, según decía su identificación, había sido lo suficientemente curiosa como para estar en el lugar y momento menos indicado. Así que, con el grito de alarma de la mujer, volvió sobre sus pasos a los pasillos del hospital, hasta encontrar la salida; sin embargo su paso no fue presuroso ni anormal, intentando pasar por desapercibido con el común caminar de las personas que iban y venían. Mientras nadie quisiera detenerla no correría. Todo fue tranquilo hasta que sintió la presencia de alguien. Intentó ver por los reflejos para no voltear a ver por completo así que no supo de quién se trataba realmente y tampoco se quedó para averiguarlo. Huir era su única salida.
Avanzó a paso presuroso, intentando perderse entre las personas que visitaban el hospital o trabajaban en él, incluso pensó deshacerse del vestido que traía para cambiarlo por la ropa de alguien más pero lo único que pudo hacer, en un descuido, fue arrebatar el saco de alguien que se había quedado dormido esperando la noticia del personal del lugar.
« ¡Rayos! Lo único que me faltaba... Que me persigan por algo que no hice.»
Y en ese instante lo único en lo que pensaba era que si se encontraba con el asesino le propinaría un buen hundimiento de tabique. Aceleró el paso al encontrar la salida; una muy poco convencional que se dió en un despacho de enfermería, por una ventana lateral. Así caminó en dirección al gran edificio gótico que, por sus visibles características, parecía una iglesia. ¿Eso haría que dejaran de seguirla? Probablemente no, pero ¿qué importaba? Las iglesias tenían ese aspecto de dar seguridad ¿Por qué? No lo sabía. De pronto comenzó a pensar que no había sido una muy buena idea.
El asesino del sartén salió huyendo por la puerta de salida de emergencia sin contestar a su pregunta, pero ella, Sandy Robles, según decía su identificación, había sido lo suficientemente curiosa como para estar en el lugar y momento menos indicado. Así que, con el grito de alarma de la mujer, volvió sobre sus pasos a los pasillos del hospital, hasta encontrar la salida; sin embargo su paso no fue presuroso ni anormal, intentando pasar por desapercibido con el común caminar de las personas que iban y venían. Mientras nadie quisiera detenerla no correría. Todo fue tranquilo hasta que sintió la presencia de alguien. Intentó ver por los reflejos para no voltear a ver por completo así que no supo de quién se trataba realmente y tampoco se quedó para averiguarlo. Huir era su única salida.
Avanzó a paso presuroso, intentando perderse entre las personas que visitaban el hospital o trabajaban en él, incluso pensó deshacerse del vestido que traía para cambiarlo por la ropa de alguien más pero lo único que pudo hacer, en un descuido, fue arrebatar el saco de alguien que se había quedado dormido esperando la noticia del personal del lugar.
« ¡Rayos! Lo único que me faltaba... Que me persigan por algo que no hice.»
Y en ese instante lo único en lo que pensaba era que si se encontraba con el asesino le propinaría un buen hundimiento de tabique. Aceleró el paso al encontrar la salida; una muy poco convencional que se dió en un despacho de enfermería, por una ventana lateral. Así caminó en dirección al gran edificio gótico que, por sus visibles características, parecía una iglesia. ¿Eso haría que dejaran de seguirla? Probablemente no, pero ¿qué importaba? Las iglesias tenían ese aspecto de dar seguridad ¿Por qué? No lo sabía. De pronto comenzó a pensar que no había sido una muy buena idea.
Lanzada de dados escribió:Dilema; para ver si persiguen a mi pj.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
_Phoenix, ¿qué ocurre, qué está pasando?
- Eso mismo digo yo. - Dijo con un tono agresivo al hombre que no podía reconocer, quien se suponía que era su esposo y el padre de Chris. No lo conocía de nada y lo sabía muy bien. Ahora que logró reconocer algunas cosas, comprendió que aquel no era un hombre que haya estado en su vida. No podía equivocarse con eso.
«Harris.» Ya sabía algo del hombre que sí conocía. Y sí, su nombre le era familiar. Él le generaba buenas sensaciones mientras que su supuesto esposo le inspiraba desconfianza y rechazo físico. No importaba la sinceridad aparente con la que éste se estaba expresando, no cambiaba su postura.
- Muy bien. - Fue como decir punto final a la conversación, luego de que el pequeño haya recibido su muñeco. - No toques al niño. - Agregó dando unos pasos hacia atrás y apretando más a Chris hacia su cuerpo. - Tampoco me toques a mi. No quiero. No tienes permiso para eso y debes respetarlo. Si quieres ayudar ve a mi trabajo y avisa que hoy no podré ir. Y ve a llenar los papeles al colegio porque yo no lo hice. En la noche hablaremos en casa. Ahora tengo un asunto que tratar con Harris. Guárdate las dudas, aguántate como un hombre fuerte. Ve y aléjate de mi. En la noche se responderán todas tus preguntas. - Tiempo suficiente para huir de ese pueblo, para irse lejos con su hijo y para comprender por qué conocía a Harris. Volvió la vista a él. Sí, sí lo conocía. No tenía dudas de ello. Al igual que el gato, al igual que el pequeño. Pero a diferencia del niño, podía sentir el afecto instantáneo hacia los otros dos.
- Ven, Harris. - Ya había dejado atrás el tono severo, con él sólo quería hablar, saber de dónde lo conocía, él tenía que saberlo.
Caminó lentamente hacia la iglesia. Entró por la puerta principal. Observó. ¿De qué religión era? Los bancos estaban allí, y el altar. Caminó hasta la mitad del templo y tomó asiento. Bajó la vista para observar al pequeño. La sensación de paz que había ese lugar era propia de una iglesia. Jamás se había sentido tan bien desde que despertó. Besó la frente de Chris y acarició su mejilla. Lo cuidaría, sí que lo haría.
El felino apareció a su lado y tomó asiento como si se dispusiera a ver la misa. La seguía, o ella lo seguía, era mutuo. Él sí era su compañero, su gato, más que una mascota. Lo reconoció.
- Eso mismo digo yo. - Dijo con un tono agresivo al hombre que no podía reconocer, quien se suponía que era su esposo y el padre de Chris. No lo conocía de nada y lo sabía muy bien. Ahora que logró reconocer algunas cosas, comprendió que aquel no era un hombre que haya estado en su vida. No podía equivocarse con eso.
«Harris.» Ya sabía algo del hombre que sí conocía. Y sí, su nombre le era familiar. Él le generaba buenas sensaciones mientras que su supuesto esposo le inspiraba desconfianza y rechazo físico. No importaba la sinceridad aparente con la que éste se estaba expresando, no cambiaba su postura.
- Muy bien. - Fue como decir punto final a la conversación, luego de que el pequeño haya recibido su muñeco. - No toques al niño. - Agregó dando unos pasos hacia atrás y apretando más a Chris hacia su cuerpo. - Tampoco me toques a mi. No quiero. No tienes permiso para eso y debes respetarlo. Si quieres ayudar ve a mi trabajo y avisa que hoy no podré ir. Y ve a llenar los papeles al colegio porque yo no lo hice. En la noche hablaremos en casa. Ahora tengo un asunto que tratar con Harris. Guárdate las dudas, aguántate como un hombre fuerte. Ve y aléjate de mi. En la noche se responderán todas tus preguntas. - Tiempo suficiente para huir de ese pueblo, para irse lejos con su hijo y para comprender por qué conocía a Harris. Volvió la vista a él. Sí, sí lo conocía. No tenía dudas de ello. Al igual que el gato, al igual que el pequeño. Pero a diferencia del niño, podía sentir el afecto instantáneo hacia los otros dos.
- Ven, Harris. - Ya había dejado atrás el tono severo, con él sólo quería hablar, saber de dónde lo conocía, él tenía que saberlo.
Caminó lentamente hacia la iglesia. Entró por la puerta principal. Observó. ¿De qué religión era? Los bancos estaban allí, y el altar. Caminó hasta la mitad del templo y tomó asiento. Bajó la vista para observar al pequeño. La sensación de paz que había ese lugar era propia de una iglesia. Jamás se había sentido tan bien desde que despertó. Besó la frente de Chris y acarició su mejilla. Lo cuidaría, sí que lo haría.
El felino apareció a su lado y tomó asiento como si se dispusiera a ver la misa. La seguía, o ella lo seguía, era mutuo. Él sí era su compañero, su gato, más que una mascota. Lo reconoció.
Continúe caminando hasta salir por completo del hospital, no estaba seguro si alguien aparte de la enfermera me había visto pero tenía que largarme de ese sitio. Disminuí la velocidad de mis pasos al ver la calle cerca, mi respiración se había agitado pero trataba de componerla antes de que se diera cuenta. Analicé mi ropa, no había restos de sangre en ella por lo que me pude tranquilizar un poco. Llegué hasta la calle aledaña al hospital, pude divisar la cafetería y el Gimnasio. ¿A dónde diablos sería mejor ir? Casi por instinto comencé a caminar de frente hacia el gimnasio mientras miraba de vez en cuando hacia atrás para asegurarme que nadie me perseguía.
En el momento no pude evitar sentir una extraña preocupación por aquel chico que había dejado en la cafetería del hospital. ¿Sería en realidad mi hijo? Quizá podría tener rasgos de su madre… ¡Mierda! El maldito funeral pero… ¿Dónde me encontraba? Nuevamente la cabeza me daba vueltas y regresaba la ligera punzada que había sentido desde que reaccioné en el hospital. Alrededor todo parecía normal aunque no estaba seguro de que era lo normal en esos momentos. Me llevé ambas manos a la cabeza y una extraña desesperación entro en mí. -¿Dónde demonios esta mi casa?- me detuve en la esquina pensando a donde sería mejor ir.
En el momento no pude evitar sentir una extraña preocupación por aquel chico que había dejado en la cafetería del hospital. ¿Sería en realidad mi hijo? Quizá podría tener rasgos de su madre… ¡Mierda! El maldito funeral pero… ¿Dónde me encontraba? Nuevamente la cabeza me daba vueltas y regresaba la ligera punzada que había sentido desde que reaccioné en el hospital. Alrededor todo parecía normal aunque no estaba seguro de que era lo normal en esos momentos. Me llevé ambas manos a la cabeza y una extraña desesperación entro en mí. -¿Dónde demonios esta mi casa?- me detuve en la esquina pensando a donde sería mejor ir.
Observo detenidamente a la mujer quien se dirigió directamente hacia él, estaba confundido sin embargo al verla por alguna razón se le hizo muy familiar, como si ya le conociera, a su vez no lograba recordar nada, se percato del pequeño que acompañaba a la mujer oriental, cuando estuvo a punto de responder apareció a la escena un hombre totalmente desconocido. "¿También me conoce?" pensó al notar como se dirigió directamente a él, Harris simplemente se limito a asentir, no mostraba demasiadas emociones de manera corporal y mucho menos en su rostro, sin embargo la realidad era que la situación se le hacía cada vez más extraña, no tenía idea de los nombres de ninguno, lo que se le hacía muy curioso es que aquella chica le daba una sensación, trataba de forzar a recordar algo, a al menos un fragmento, mientras miraba a la mujer, mas no lograba nada.
¿Huh? notó un suave rose en su tobillo, un felino de pelo oscuro rosaba su tobillo, no recordaba tener alguna mascota, pero de igual manera la sensación de reconocimiento se apodero de él, frunció el ceño confundido por aquello, la pequeña charla que tenía la mujer con el hombre comenzaba a convertirse en discusión, alzo la mirada a ambos, justo cuando escucho su nombre, nuevamente era la oriental "Ouch" fue lo único que pensó al ver la reacción del hombre, sus ojos se abrieron de par en par, Harris por su parte no escucho del todo debido a la distancia, pero era fácil de interpretar, la cuestión era si ir con la mujer, le generaba confianza por alguna razón, y era su oportunidad de comprender todo esto. Por lo cual le siguió.
Asintió mirando a la mujer, logro ver la mirada que el hombre le dedico, no era precisamente la más amigable del mundo, tomando más en cuenta que al parecer se conocían, desvió su mirada rápido, no le prestó mucha atención, la verdad estaba más atento en comprender todo el contexto de la situación, quizá así su memoria regresaría, esperaba así fuera, solo algo temporal
¿Y bien? rompió el silencio una vez en la iglesia, no sin antes darle su momento, se percato por sus gestos faciales que tenía respeto a lo que el lugar representaba, por su parte no pensaba en ser religioso, al menos no tenía muchas sensaciones, observo un momento al pequeño que la acompañaba simplemente sonrió de medio lado, sabía cómo eran los niños, no quería atosigarlo, era cuidadoso en ese aspecto. Creo suponer de que quieres hablar, me pasa lo mismo. no lo dijo directamente, pues primero quería asegurarse de que dicha mujer comprendía de lo que hablaba, de la situación de no recordar nada, la podía reconocer, pero no recordarla cosa que se le hacía mas y mas curioso.
¿Huh? notó un suave rose en su tobillo, un felino de pelo oscuro rosaba su tobillo, no recordaba tener alguna mascota, pero de igual manera la sensación de reconocimiento se apodero de él, frunció el ceño confundido por aquello, la pequeña charla que tenía la mujer con el hombre comenzaba a convertirse en discusión, alzo la mirada a ambos, justo cuando escucho su nombre, nuevamente era la oriental "Ouch" fue lo único que pensó al ver la reacción del hombre, sus ojos se abrieron de par en par, Harris por su parte no escucho del todo debido a la distancia, pero era fácil de interpretar, la cuestión era si ir con la mujer, le generaba confianza por alguna razón, y era su oportunidad de comprender todo esto. Por lo cual le siguió.
Asintió mirando a la mujer, logro ver la mirada que el hombre le dedico, no era precisamente la más amigable del mundo, tomando más en cuenta que al parecer se conocían, desvió su mirada rápido, no le prestó mucha atención, la verdad estaba más atento en comprender todo el contexto de la situación, quizá así su memoria regresaría, esperaba así fuera, solo algo temporal
¿Y bien? rompió el silencio una vez en la iglesia, no sin antes darle su momento, se percato por sus gestos faciales que tenía respeto a lo que el lugar representaba, por su parte no pensaba en ser religioso, al menos no tenía muchas sensaciones, observo un momento al pequeño que la acompañaba simplemente sonrió de medio lado, sabía cómo eran los niños, no quería atosigarlo, era cuidadoso en ese aspecto. Creo suponer de que quieres hablar, me pasa lo mismo. no lo dijo directamente, pues primero quería asegurarse de que dicha mujer comprendía de lo que hablaba, de la situación de no recordar nada, la podía reconocer, pero no recordarla cosa que se le hacía mas y mas curioso.
Como por arte de magia apareció una patrulla de policía, pero cuando pensaba que iba a solucionar el problema, el uniformado lo único que hizo fue atender a las demandas del verdadero agresor de la escena. Pude haber hecho algo, resistirme, golpear al policía y salir por patas de ahí, girarme y volver a golpear a ese bastardo para que de verdad tuvieran motivos para llevarme, pero no hice nada a pesar de estar aterrado por tener que ir a una comisaría, que seguramente iba a ser peor que aquel hospital. Me sorprendía que el agente también supiera mi nombre y me hablara con tanta confianza, era como si todos en ese pueblo me conocieran menos mis supuestas hijas y yo mismo.
Me dejé colocar las esposas con tranquilidad, aunque reprimiendo las ganas inmensas de agarrar a patadas al esposo de Jemma. -Tranquila, Cassidy, estaremos bien.- Le dije sonriendo en un vago intento por tranquilizarla, ya que ella sí parecía estar poniendo resistencia al arresto. Si ese sujeto iba con nosotros de seguro no podría contenerme todo el tiempo, y en algún momento del viaje terminaría volviéndolo a golpear, sólo para ganar más problemas con la ley.
Me sentí como el peor asesino en serie del mundo cuando el policía tomó mi cabeza y me obligó a agacharme para entrarme en el coche patrulla. Ya estando adentro sentía que nada estaba correcto en todo esto, además de lo evidente. No sé cómo describirlo, pero digámosle sexto sentido; una sensación de que todo iba a ponerse mucho peor de lo que estaba ahora. No miento cuando digo que tuve la tentación de salir corriendo, pero no quería tener un expediente judicial con una mancha como la fuga o la resistencia a un arresto, que para más inri es injustificado. El que nada debe nada teme, dicen por ahí. Cuando se den cuenta de que las verdaderas víctimas somos nosotros y Jemma, de seguro el que terminará en un calabozo será ese hombre.
-Señor agente.- Me aclararé la garganta antes de continuar hablando. Un montón de dudas rondaron por mi cabeza en un solo segundo. No estaba seguro de completar lo que iba a preguntar, por miedo a que me tildaran de loco y me regresaran a ese hospital. Esperé un momento largo hasta que al policía le tocó preguntarme qué es lo que quería, y entonces le dije: -Tengo las esposas un poco apretadas.- Sí, lo admito, me acobardé. Quizás era mejor así, que nadie supiera que Cassidy y yo perdimos la memoria. Era un problema que tarde o temprano tendríamos que solucionar por nosotros mismos.
Me dejé colocar las esposas con tranquilidad, aunque reprimiendo las ganas inmensas de agarrar a patadas al esposo de Jemma. -Tranquila, Cassidy, estaremos bien.- Le dije sonriendo en un vago intento por tranquilizarla, ya que ella sí parecía estar poniendo resistencia al arresto. Si ese sujeto iba con nosotros de seguro no podría contenerme todo el tiempo, y en algún momento del viaje terminaría volviéndolo a golpear, sólo para ganar más problemas con la ley.
Me sentí como el peor asesino en serie del mundo cuando el policía tomó mi cabeza y me obligó a agacharme para entrarme en el coche patrulla. Ya estando adentro sentía que nada estaba correcto en todo esto, además de lo evidente. No sé cómo describirlo, pero digámosle sexto sentido; una sensación de que todo iba a ponerse mucho peor de lo que estaba ahora. No miento cuando digo que tuve la tentación de salir corriendo, pero no quería tener un expediente judicial con una mancha como la fuga o la resistencia a un arresto, que para más inri es injustificado. El que nada debe nada teme, dicen por ahí. Cuando se den cuenta de que las verdaderas víctimas somos nosotros y Jemma, de seguro el que terminará en un calabozo será ese hombre.
-Señor agente.- Me aclararé la garganta antes de continuar hablando. Un montón de dudas rondaron por mi cabeza en un solo segundo. No estaba seguro de completar lo que iba a preguntar, por miedo a que me tildaran de loco y me regresaran a ese hospital. Esperé un momento largo hasta que al policía le tocó preguntarme qué es lo que quería, y entonces le dije: -Tengo las esposas un poco apretadas.- Sí, lo admito, me acobardé. Quizás era mejor así, que nadie supiera que Cassidy y yo perdimos la memoria. Era un problema que tarde o temprano tendríamos que solucionar por nosotros mismos.
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