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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Recuerdo del primer mensaje :
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
II Batalla de Supervivencia
01 de junio de 1955, Sunnydale.
- Off rol - Normativa - Clic:
- Comienza la II Batalla de Supervivencia. Por ahora el inicio del rol será sencillo, pero irán surgiendo nuevos acontecimientos conforme vosotros vayáis respondiendo. Se establecen un par de normas a cumplir, puede que estas crezcan más adelante o incluso se modifiquen, por ahora son las siguientes:
▧Tras las normas se inicia una puesta en rol obligatoria a seguir.▧En la Batalla de Supervivencia solo puede ganar un personaje, que será el último que quede sin ser eliminado.▧Los personajes serán eliminados a razón de: Inactividad o mal estar del personaje. Se hará de forma lógica.▧Los participantes que no respondan en 48 horas serán eliminados.▧Los personajes solo podrán cargar con las armas que pidieron y otros objetos que el staff vaya indicando.▧El objeto "vida" es a nivel o off rol, a nivel on rol una simple moneda que encontrareis en diversos zonas. Quienes posean una vida, on rol pueden mencionar que encontraron una moneda.▧Quienes tengan el suero aún no lo tienen on rol.▧No tenéis vuestras armas.▧No hay mínimo de lineas, pero sí máximo: 35 líneas. Sabemos que muchos escribís eso o incluso más, pero queremos hacer que la BS sea rápida.▧No hay turnos de posteo, pero deben haber cuatro mensajes al menos entre tu último mensaje y el nuevo.
Te arrastrarán al infierno.
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Prefacio
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
Comienza la IIBS
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Tenéis a partir de este mensaje 96 horas para responder al menos dos veces cada uno.
Quienes no respondan las dos veces serán eliminados de la BS.
Quienes no respondan las dos veces serán eliminados de la BS.
Aviso
■ Cuando pasen las 96 horas serán las diez de la mañana del dos de junio.
■ Podéis rolear libremente durante toda la noche, los narradores pondrán mini-situaciones todo lo que puedan.
■ Debéis responder un mínimo de dos veces para superar esta actividad y por cada mensaje extra que hagáis recibiréis recompensas: objetos que os ayudarán en la batalla.
■ Hay usuarios que han respondido su segundo mensaje después de las 96 horas, podréis seguir en la BS, pero con un grado menos de salud, ya que no nos parece justo con respecto a los que sí respondieron dentro del plazo.
■ Cuando pasen las próximas 96 horas justas no aceptaremos más mensajes, si alguien responde su segundo mensaje después de las 96 horas quedará igualmente eliminado, lo sentimos, pero debemos ser más estrictos a partir de hora con este tema. El jueves a esta misma hora ya no se aceptan más mensajes.
■ Podéis rolear libremente durante toda la noche, los narradores pondrán mini-situaciones todo lo que puedan.
■ Debéis responder un mínimo de dos veces para superar esta actividad y por cada mensaje extra que hagáis recibiréis recompensas: objetos que os ayudarán en la batalla.
■ Hay usuarios que han respondido su segundo mensaje después de las 96 horas, podréis seguir en la BS, pero con un grado menos de salud, ya que no nos parece justo con respecto a los que sí respondieron dentro del plazo.
■ Cuando pasen las próximas 96 horas justas no aceptaremos más mensajes, si alguien responde su segundo mensaje después de las 96 horas quedará igualmente eliminado, lo sentimos, pero debemos ser más estrictos a partir de hora con este tema. El jueves a esta misma hora ya no se aceptan más mensajes.
Game Over
■ Valery Hayes, Molly L. Bennet y Sky Nivans quedan fuera de la BS por no superar esta actividad.
■ Kasper R. Jäger: No queda fuera aún, tiene la opción de seguir en la IIBS a cambio de la vida que posee en su inventario.
■ Kasper R. Jäger: No queda fuera aún, tiene la opción de seguir en la IIBS a cambio de la vida que posee en su inventario.
Salud
- Salud de los personajes CLIC:
- • Victoria Devars: Normal.
• Daniel Harris: Normal.
• Slim Fox: Normal.
• Zhnets: Normal.
• El resto de personajes poseen un estado saludable.
17:00
Situaciones varias
Situaciones varias
▬ Iglesia: Como todos los días a las cinco de la tarde comienzan a resonar las campanas de la iglesia que avisan de la misa que se realiza a esta hora, sin embargo hay un cartel en la puerta: Debido a los tristes acontecimientos ocurridos en estos días, se retrasa el funeral que había programado para hoy a mañana a las diez, será una despedida colectiva a varios de nuestros vecinos que han fallecido en las últimas horas. Gracias y sentimos las molestias. De todas formas el cura comienza a dar una misa algo triste por las víctimas.
▬ Comisaría: El agente de policía lleva a Ryder y Nicholas en el coche patrulla hasta la comisaría. Entran a la oficina: Plano 1º planta.
Los señores Croft van también porque el señor Croft desea poner una denuncia. El agente de policía habla con la recepcionista, tras ello acompaña a Nicholas y Ryder a las celdas: encierra a Ryder en la celda superior izquierda y a Nicholas en la celda inferior izquierda. En cada celda hay un lavabo con su espejo, una camilla y váter.
«Chicos, no sabéis cuanto lo siento, yo sé que ese capullo de Croft se busca esos golpes, pero no podemos hacer nada, Jemma es su esposa y vosotros sois los que le habéis golpeado a él. De todas formas aunque os ponga la denuncia no la llevaré a trámite.» El policía les guiña un ojo. «En cuanto lleguen Croft y su esposa haremos el paripé para que no hable con Samuel y en cuanto se vaya os saco de aquí.» Explica el hombre mientras que va hacia la recepción para hablar con la encargada.
Entran ya los señores Croft, él agarra del brazo a Jemma prácticamente arrastrándola. «Quiero poner una denuncia a esos dos.» Sonríe con suficiencia, la recepcionista lo mira de mala gana mientras que busca el papel y él se acerca al pasillo de las celdas, mira a Nicholas y Ryder y se ríe. «Ahí estáis bien, como los dos perros que sois... Que paséis una buena noche.» Se marcha de nuevo hacia la recepción.
El comisario Samuel sale de las oficinas y el otro agente se lleva una mano a la cabeza. El señor Croft y él parecen buenos amigos. Cuando acaba de rellenar el papeleo se dirige a Jemma: «Vamos cariño, te llevaré a casa, hoy ha sido un día muy largo...» De solo escuchar sus palabras da escalofrío, su tono es bastante misterioso, hay algo en el trasfondo de sus palabras. Mientras Samuel le asegura que Ryder y Nicholas no volverán a salir de ahí hasta mínimo que pasen 24 horas.
▬ Carretera: (Localización de Victoria, Vannah y Slim Fox) El coche se dispone a atropellar a Vannah, es vuestro último intento para ver que pasa, según su resultado obtendréis respuesta de los narradores.
▬ Cerca de la iglesia: (Localización de Chris, Phoenix y Daniel) Idair mira sin comprender a Phoenix: «¿Qué tienes que hablar con mi jefe?» Las palabras de ella le hacen notablemente daño, pero se limita a asentir. «No sé qué es lo que he podido hacer, pero está bien... Me iré a casa, os espero.» Trata de sonreirle a Chris, pero no puede, está realmente apenado. «Luego nos vemos renacuajo.» Por pura inercia acaricia su cabeza y se marcha.
▬ Algunos comercios: Comienzan a cerrar sus puertas, ya que es hora de irse a casa.
▬ El resto de personajes pueden ir hacia donde les plazca ahora. El resto de narradores irán colocando situaciones de forma más asidua y completa.
▬ Comisaría: El agente de policía lleva a Ryder y Nicholas en el coche patrulla hasta la comisaría. Entran a la oficina: Plano 1º planta.
Los señores Croft van también porque el señor Croft desea poner una denuncia. El agente de policía habla con la recepcionista, tras ello acompaña a Nicholas y Ryder a las celdas: encierra a Ryder en la celda superior izquierda y a Nicholas en la celda inferior izquierda. En cada celda hay un lavabo con su espejo, una camilla y váter.
«Chicos, no sabéis cuanto lo siento, yo sé que ese capullo de Croft se busca esos golpes, pero no podemos hacer nada, Jemma es su esposa y vosotros sois los que le habéis golpeado a él. De todas formas aunque os ponga la denuncia no la llevaré a trámite.» El policía les guiña un ojo. «En cuanto lleguen Croft y su esposa haremos el paripé para que no hable con Samuel y en cuanto se vaya os saco de aquí.» Explica el hombre mientras que va hacia la recepción para hablar con la encargada.
Entran ya los señores Croft, él agarra del brazo a Jemma prácticamente arrastrándola. «Quiero poner una denuncia a esos dos.» Sonríe con suficiencia, la recepcionista lo mira de mala gana mientras que busca el papel y él se acerca al pasillo de las celdas, mira a Nicholas y Ryder y se ríe. «Ahí estáis bien, como los dos perros que sois... Que paséis una buena noche.» Se marcha de nuevo hacia la recepción.
El comisario Samuel sale de las oficinas y el otro agente se lleva una mano a la cabeza. El señor Croft y él parecen buenos amigos. Cuando acaba de rellenar el papeleo se dirige a Jemma: «Vamos cariño, te llevaré a casa, hoy ha sido un día muy largo...» De solo escuchar sus palabras da escalofrío, su tono es bastante misterioso, hay algo en el trasfondo de sus palabras. Mientras Samuel le asegura que Ryder y Nicholas no volverán a salir de ahí hasta mínimo que pasen 24 horas.
▬ Carretera: (Localización de Victoria, Vannah y Slim Fox) El coche se dispone a atropellar a Vannah, es vuestro último intento para ver que pasa, según su resultado obtendréis respuesta de los narradores.
▬ Cerca de la iglesia: (Localización de Chris, Phoenix y Daniel) Idair mira sin comprender a Phoenix: «¿Qué tienes que hablar con mi jefe?» Las palabras de ella le hacen notablemente daño, pero se limita a asentir. «No sé qué es lo que he podido hacer, pero está bien... Me iré a casa, os espero.» Trata de sonreirle a Chris, pero no puede, está realmente apenado. «Luego nos vemos renacuajo.» Por pura inercia acaricia su cabeza y se marcha.
▬ Algunos comercios: Comienzan a cerrar sus puertas, ya que es hora de irse a casa.
▬ El resto de personajes pueden ir hacia donde les plazca ahora. El resto de narradores irán colocando situaciones de forma más asidua y completa.
El camino a la comisaría se me hizo muy largo y tenso, a Nicholas y Cassidy se los llevaron en coche y nosotros fuimos con miradas por su parte y un silencio sepulcral. Una vez dentro de la comisaría, me agarra del brazo y me arrastra prácticamente junto a él, pidió la denuncia. Se acercó a las celdas y lo seguí para verlos a ellos, estaban encerrados, tras que él dijese esas palabras tan feas, yo me acerqué a la celda de Cassidy - Lo siento, de verdad, no quería que os pasase esto, lo intentaré solucionar. - La miré con disculpas, la verdad, la culpa me corroía lentamente, sin perdón. Me acerqué a la celda, donde se encontraba Nicholas, agarrando los barrotes con fuerza. - Nicholas, no quería que os ocurriese nada por mi culpa, estoy avergonzada, de verdad, por eso, como le dije a Cassidy, voy a intentar solucionar esto. - Me fui sin decir nada más a la recepción junto a mi supuesto marido.
Llegué a tiempo para que él se dirigiese a mí, ni siquiera sabía que había pasado, pero yo quería sacarlos de ahí. «Vamos cariño, te llevaré a casa, hoy ha sido un día muy largo...» Podría parecer tranquilizador, pero sonó inquietante, mucho, misterioso e incluso me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Miedo, pánico, desesperación... Sentí muchas cosas en un segundo, y antes de que me tocase retrocedí un par de pasos. - ¿¡QUÉ!? - Grité, fue un grito lleno de miedo, de desesperación, - ¡NO! ¡No quiero irme contigo! Por favor, ¡dejadme aquí! - Sentía un nudo en el estómago, tenía ganas de gritar, de llorar de romper algo, no podía controlarme, no sabía que hacer. Me acerqué corriendo a un policía (Samuel) y le zarandeé con desesperación - ¡Por favor! - Al ver que no hacían nada, que me iba a ir otra vez con ese, se me humedecieron los ojos, no quería, me negaba. No era consciente de lo que hacía, no me di cuenta de que estaba golpeando el pecho de aquel policía, gritando incoherencias. La estaba liando mucho, estaba creando mucho jaleo, pero era con razón, no quería ir con él, no me daba buenas sensaciones, si se había comportado así antes conmigo, no quería ni imaginarme lo que me esperaba estando a solas.
Llegué a tiempo para que él se dirigiese a mí, ni siquiera sabía que había pasado, pero yo quería sacarlos de ahí. «Vamos cariño, te llevaré a casa, hoy ha sido un día muy largo...» Podría parecer tranquilizador, pero sonó inquietante, mucho, misterioso e incluso me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Miedo, pánico, desesperación... Sentí muchas cosas en un segundo, y antes de que me tocase retrocedí un par de pasos. - ¿¡QUÉ!? - Grité, fue un grito lleno de miedo, de desesperación, - ¡NO! ¡No quiero irme contigo! Por favor, ¡dejadme aquí! - Sentía un nudo en el estómago, tenía ganas de gritar, de llorar de romper algo, no podía controlarme, no sabía que hacer. Me acerqué corriendo a un policía (Samuel) y le zarandeé con desesperación - ¡Por favor! - Al ver que no hacían nada, que me iba a ir otra vez con ese, se me humedecieron los ojos, no quería, me negaba. No era consciente de lo que hacía, no me di cuenta de que estaba golpeando el pecho de aquel policía, gritando incoherencias. La estaba liando mucho, estaba creando mucho jaleo, pero era con razón, no quería ir con él, no me daba buenas sensaciones, si se había comportado así antes conmigo, no quería ni imaginarme lo que me esperaba estando a solas.
- Jemma :
- They :
- Awards :
Inspiró profundamente, con los ojos cerrados y abrazando al pequeño. Sí, reconocía la voz de Harris, reconocía su rostro, la sensación era buena, pero había ningún recuerdo que respaldara sus sentimientos. Intentó, con fuerza, recordar al menos algo que los relacione. No podía, le resultaba imposible y desesperante.
Volteó para verlo a los ojos. La sensación era extremadamente familiar e inexplicable. Pero sabía que él pensaba igual, lo sabía por su gesto, porque había ido con ella, por la confusión que había tenido antes, porque no había dicho nada a su supuesto esposo. No podía equivocarse con ello. Ambos habían tenido el mismo problema de falta de memoria, al igual que su pequeño Chris.
- No sé qué decirte. - Comenzó. - Pero gracias por venir.
Parecía que faltaban pocos minutos para la ceremonia. Sabía que conocía el rito. Y para no llamar la atención se puso de pié en el momento en que correspondía por el rito de la misa, dejando a Chris al lado de su pierna izquierda, cerca del felino.
- Tengo amnesia y malestar físico. Él también. - Dijo señalando al niño. - Se llama Chris. - Bajó la voz para que sólo Harris pudiera oírla. - Según sé, es mi hijo, pero no puedo recordarlo. Aún así... no es algo que quiera negar. - Observó al infante con una leve sonrisa.
La ceremonia de la misa había comenzado. Si bien reconocía en sí misma que se identificaba con la religión, por alguna razón prefirió no participar esta vez del ritual.
- Quien se supone que es mi esposo... no me cae bien. Pero tú me caes bien. Y sé que te conozco. - Observó a Harris con un dejo de duda y vacilación. - Sé cómo te ves cuando ríes. Aunque no recuerdo haberte visto reír. Sé que te ves raro vestido así. - Notó que su susurro comenzaba a causar algunas molestias sin expresar entre los feligreses. No había sido buen momento para entrar en la iglesia. - Chris tiene hambre. Hoy se desmayó en el colegio. Debe descansar. - Confiaba en ése hombre. Esperaba tener algún motivo concreto que respaldara tal confianza.
Volteó para verlo a los ojos. La sensación era extremadamente familiar e inexplicable. Pero sabía que él pensaba igual, lo sabía por su gesto, porque había ido con ella, por la confusión que había tenido antes, porque no había dicho nada a su supuesto esposo. No podía equivocarse con ello. Ambos habían tenido el mismo problema de falta de memoria, al igual que su pequeño Chris.
- No sé qué decirte. - Comenzó. - Pero gracias por venir.
Parecía que faltaban pocos minutos para la ceremonia. Sabía que conocía el rito. Y para no llamar la atención se puso de pié en el momento en que correspondía por el rito de la misa, dejando a Chris al lado de su pierna izquierda, cerca del felino.
- Tengo amnesia y malestar físico. Él también. - Dijo señalando al niño. - Se llama Chris. - Bajó la voz para que sólo Harris pudiera oírla. - Según sé, es mi hijo, pero no puedo recordarlo. Aún así... no es algo que quiera negar. - Observó al infante con una leve sonrisa.
La ceremonia de la misa había comenzado. Si bien reconocía en sí misma que se identificaba con la religión, por alguna razón prefirió no participar esta vez del ritual.
- Quien se supone que es mi esposo... no me cae bien. Pero tú me caes bien. Y sé que te conozco. - Observó a Harris con un dejo de duda y vacilación. - Sé cómo te ves cuando ríes. Aunque no recuerdo haberte visto reír. Sé que te ves raro vestido así. - Notó que su susurro comenzaba a causar algunas molestias sin expresar entre los feligreses. No había sido buen momento para entrar en la iglesia. - Chris tiene hambre. Hoy se desmayó en el colegio. Debe descansar. - Confiaba en ése hombre. Esperaba tener algún motivo concreto que respaldara tal confianza.
Continúe caminando de frente, el repentino repicar de las campas hizo que me sobresaltará. ¿Qué hora era? Meneé la cabeza y de pronto a mi mente se vino la idea de que debía asistir al funeral de mi esposa pero no estaba seguro de que fuera buena idea, había matado un hombre en la cocina del hospital y quizá alguien había visto que fui yo. Giré a la vista a todos lados lo único que estaba cerca el gimnasio. Todo mundo comenzaba a cerrar sus negocios por la hora que era y yo seguía como idiota caminando con rumbo al gimnasio.
Me detuve justo en la entrada y después miré nuevamente a mí alrededor. Las cosas no parecían normales. Meneé nuevamente la cabeza y miré al edificio que tenía enfrente. No era momento para hacer ejercicio pero quizá en ese lugar podría encontrar agua para limpiarme o una camiseta mal puesta que pudiera cambiar por la mía.
Miré nuevamente mis manos, negué con la cabeza. No era tan buena idea entrar en aquel lugar. Tenía que buscar mi casa, tenía que buscar respuestas. Sacudí nuevamente la cabeza y me giré sobre los talones, miré el letrero de la cafetería quizá ahí encontraría a alguien que me conociera, que me dijera dónde demonios era mi casa y quizá me pudiera decir que era lo que pasaba en aquel sitio porque no entendia nada.
Me detuve justo en la entrada y después miré nuevamente a mí alrededor. Las cosas no parecían normales. Meneé nuevamente la cabeza y miré al edificio que tenía enfrente. No era momento para hacer ejercicio pero quizá en ese lugar podría encontrar agua para limpiarme o una camiseta mal puesta que pudiera cambiar por la mía.
-Movimiento:
Si: Entra al gimnasio
No: Sigue su caminar.
Miré nuevamente mis manos, negué con la cabeza. No era tan buena idea entrar en aquel lugar. Tenía que buscar mi casa, tenía que buscar respuestas. Sacudí nuevamente la cabeza y me giré sobre los talones, miré el letrero de la cafetería quizá ahí encontraría a alguien que me conociera, que me dijera dónde demonios era mi casa y quizá me pudiera decir que era lo que pasaba en aquel sitio porque no entendia nada.
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
- ¿Pe-pero...? - miré fijamente a Nicholas, ¿cómo íbamos a estar bien?, ¡nos estaban deteniendo! Aún así decidí confiar en su palabra dejé que aquel hombre me colocase las esposas. ¿Es raro que aquello me resultase algo familiar? Porque lo era, incluso cuando el hombre me acompañó hasta la parte trasera del vehículo yo sentí que eso ya lo había vivido antes. ¿Era posible que fuera habitual y que por ello nos conociera el agente de policía? No, él era lo que se salía de la ecuación, no me sonaba de nada.
Cuando el coche arrancó me quedé con la mirada fija en Jemma, que estaba fuera y no dejé de apartarla de su rostro hasta que el coche giró y la perdimos de vista. No, definitivamente no me gustaba que quedase a solas con aquel cavernícola. Y en cambio, ella sí que me resultaba familiar, sentía que la conocía, no me quería separar de ella y al hacerlo fue cuando sentí esa inquietud ascender en mi interior.
- Esto no está bien, nada bien... - comencé a susurrar. - No deberíamos dejarla con ese capullo - miré a Nicholas preocupada y me moví como pude en el asiento, pegando mi rostro a la rejilla metálica. - Hemos visto como su marido la golpeaba, no deberían dejarla con él - le decía al policía sin que este hiciera mucho caso a eso. Nada tenía sentido, como si fuera el mismísimo presidente, no tenía derecho a tocarle ni un solo pelo.
Y las cosas se complicaban aún más: el agente nos llevó a Nicholas y a mi a unas celdas. - Tiene que estar de coña... ¿Nos detienen por ayudar a esa mujer? - pregunté incrédula. Al menos me habían quitado las esposas e intuitivamente froté mis muñecas, fue entonces que me fijé en algo: la pulsera plateada que llevaba. - Sigues aquí... - susurré sin ser consciente de por qué decía aquello. No me gustaba esa pulsera, así que traté de quitármela, sin éxito alguno. - ¿Y esto por qué no sale? - nada, era imposible y lo di por perdido. Nicholas estaba justo en la celda que había en frente de mi, me acerqué a los barrotes, apoyé las manos en estos y le miré fijamente enarcando una ceja.
- Estamos bien, ¿eh? - le dije con sarcasmo, aunque realmente no le culpaba y cuando se fue el policía le confesé algo en voz alta. - Al menos no pasaremos esta noche a la intemperie tratando de recordar donde vivimos... - tendríamos tiempo de tratar de recordar. Y como si las cosas no pudieran seguir empeorando más...
- ¡Jemma! - exclamé al ver a la chica aparecer. Impulsivamente me lancé en su dirección sacando las manos por los barrotes para agarrar las de ella. - Escúchame Jemma - empecé a decirle, no sabía por qué, pero me importaba y sentía la necesidad que debía cuidar de ella. - Vete - sentencié en voz baja. - No, no, no... no te preocupes por nosotros, vete - le iba pidiendo. - Lárgate, huye de ese capullo, en cuanto se despiste márchate, por favor - casi le supliqué.
Pensaba que me haría caso, pero en su lugar ella estalló. - No, no, no... Cállate... - empezaba a susurrar para mi misma, ya que no era capaz de verla desde mi posición, pero la escuchaba gritar y ella parecía histérica.
Cuando el coche arrancó me quedé con la mirada fija en Jemma, que estaba fuera y no dejé de apartarla de su rostro hasta que el coche giró y la perdimos de vista. No, definitivamente no me gustaba que quedase a solas con aquel cavernícola. Y en cambio, ella sí que me resultaba familiar, sentía que la conocía, no me quería separar de ella y al hacerlo fue cuando sentí esa inquietud ascender en mi interior.
- Esto no está bien, nada bien... - comencé a susurrar. - No deberíamos dejarla con ese capullo - miré a Nicholas preocupada y me moví como pude en el asiento, pegando mi rostro a la rejilla metálica. - Hemos visto como su marido la golpeaba, no deberían dejarla con él - le decía al policía sin que este hiciera mucho caso a eso. Nada tenía sentido, como si fuera el mismísimo presidente, no tenía derecho a tocarle ni un solo pelo.
Y las cosas se complicaban aún más: el agente nos llevó a Nicholas y a mi a unas celdas. - Tiene que estar de coña... ¿Nos detienen por ayudar a esa mujer? - pregunté incrédula. Al menos me habían quitado las esposas e intuitivamente froté mis muñecas, fue entonces que me fijé en algo: la pulsera plateada que llevaba. - Sigues aquí... - susurré sin ser consciente de por qué decía aquello. No me gustaba esa pulsera, así que traté de quitármela, sin éxito alguno. - ¿Y esto por qué no sale? - nada, era imposible y lo di por perdido. Nicholas estaba justo en la celda que había en frente de mi, me acerqué a los barrotes, apoyé las manos en estos y le miré fijamente enarcando una ceja.
- Estamos bien, ¿eh? - le dije con sarcasmo, aunque realmente no le culpaba y cuando se fue el policía le confesé algo en voz alta. - Al menos no pasaremos esta noche a la intemperie tratando de recordar donde vivimos... - tendríamos tiempo de tratar de recordar. Y como si las cosas no pudieran seguir empeorando más...
- ¡Jemma! - exclamé al ver a la chica aparecer. Impulsivamente me lancé en su dirección sacando las manos por los barrotes para agarrar las de ella. - Escúchame Jemma - empecé a decirle, no sabía por qué, pero me importaba y sentía la necesidad que debía cuidar de ella. - Vete - sentencié en voz baja. - No, no, no... no te preocupes por nosotros, vete - le iba pidiendo. - Lárgate, huye de ese capullo, en cuanto se despiste márchate, por favor - casi le supliqué.
Pensaba que me haría caso, pero en su lugar ella estalló. - No, no, no... Cállate... - empezaba a susurrar para mi misma, ya que no era capaz de verla desde mi posición, pero la escuchaba gritar y ella parecía histérica.
- Muchas cosas:
- Home:
Graaacias Jason
- Life Is Strange...:
- Multipass!:
Su cabeza le daba vueltas. No era capaz de reconocer absolutamente nada de lo que la rodeaba: un bonito pueblo, anticuado para su gusto, rostros desconocidos... Abby tropezó en un sinfín de ocasiones con algunos desconocidos, se disculpaba continuamente hasta que uno la saludó diciendo que no era nada y además la llamó por su nombre. Abigail... Se quedó con la mirada fija en aquel tipo.
— Yo... — Abby no le conocía, definitivamente, ya que su rostro... Respiró hondo, tal vez hubiera perdido la cabeza, un golpe, algo que la hubiera hecho olvidar por completo. No fue capaz de llegar a entablar conversación con aquel hombre, solo siguió corriendo hasta fijarse en el enorme edificio con decoración pintoresca que se alzaba a sus pies. El museo. Abigail cruzó el patio hasta las puertas, guiada por las palabras del cocinero que había asegurado que ella trabajaba allí.
Al llegar a las puertas se fijó en que este estaba cerrado, claro debía abrir ella, ¿pero dónde estaban las llaves? El maletín. Se giró hacia el pueblo nuevamente, pero no fue capaz de mantener la mirada en él porque algo captó su atención antes de tiempo: un cartel que había en el suelo y anunciaba una exposición de fotografía. Abigail se acercó al ver una imagen en blanco y negro, a la mujer no le hizo falta leer el título.
— Migrant mother — Susurró. — Dorothea Lange — Añadió. Debajo solo anunciaba una amplia exposición de fotografía de diferentes autores, pero por ningún lado indicaba los datos que ella había sacado de su cabeza como si nada. ¿Por qué el museo le resultaba extraño pero aquello sí le era más familiar? Se mordió el labio intrigada mientras que volvía a bajar las escaleras: tenía que localizar aquel dichoso maletín.
— Yo... — Abby no le conocía, definitivamente, ya que su rostro... Respiró hondo, tal vez hubiera perdido la cabeza, un golpe, algo que la hubiera hecho olvidar por completo. No fue capaz de llegar a entablar conversación con aquel hombre, solo siguió corriendo hasta fijarse en el enorme edificio con decoración pintoresca que se alzaba a sus pies. El museo. Abigail cruzó el patio hasta las puertas, guiada por las palabras del cocinero que había asegurado que ella trabajaba allí.
Al llegar a las puertas se fijó en que este estaba cerrado, claro debía abrir ella, ¿pero dónde estaban las llaves? El maletín. Se giró hacia el pueblo nuevamente, pero no fue capaz de mantener la mirada en él porque algo captó su atención antes de tiempo: un cartel que había en el suelo y anunciaba una exposición de fotografía. Abigail se acercó al ver una imagen en blanco y negro, a la mujer no le hizo falta leer el título.
— Migrant mother — Susurró. — Dorothea Lange — Añadió. Debajo solo anunciaba una amplia exposición de fotografía de diferentes autores, pero por ningún lado indicaba los datos que ella había sacado de su cabeza como si nada. ¿Por qué el museo le resultaba extraño pero aquello sí le era más familiar? Se mordió el labio intrigada mientras que volvía a bajar las escaleras: tenía que localizar aquel dichoso maletín.
- Gracias:
— ¡Eh tú, suéltala! — empecé a gritarle al aquel tipo, que tenía unas pintas de psicópata que no podía con ellas. — ¡Maldita sea! — grité al ver como se llevaba a la chica, pero algo pasó, en el último momento la soltó. Tal vez hubiera cambiado de opinión, tal vez...
Comencé a correr en su dirección junto al heladero, fue este quien llegó primero a ella y yo me quedé a medio camino, pero en vez de eso pasé de largo de ellos dos. ¿Por qué? Iba a por ese capullo, no sabía por qué, pero me pareció lo más normal y no me costaría nada darle una buena tunda, es más, es lo que quería hacer.
Frené cuando vi que se marchaba, tiré los tacones al suelo y maldije. — Cobarde... — susurré. O no, tal vez no... — O mierda — el coche daba la vuelta y ese hijo de puta aceleraba solo para atropellarnos. Me quedé estática en aquel punto, hasta que en el último momento salté a un lado de la carretera, caí al arcén y rodé por el suelo estrepitosamente hacia el bosque.
Ahora sí que la cabeza me daba vueltas. — Auch... — me llevé una mano a la sien, me había dado un buen golpe, sentía un fino hilo de líquido cálido y pegajoso caer por mi frente: sangre y además la mano izquierda me dolía una barbaridad. — Genial... — traté de mover la muñeca y el dolor me hizo alucinar, seguramente me la había torcido.
Comencé a correr en su dirección junto al heladero, fue este quien llegó primero a ella y yo me quedé a medio camino, pero en vez de eso pasé de largo de ellos dos. ¿Por qué? Iba a por ese capullo, no sabía por qué, pero me pareció lo más normal y no me costaría nada darle una buena tunda, es más, es lo que quería hacer.
Frené cuando vi que se marchaba, tiré los tacones al suelo y maldije. — Cobarde... — susurré. O no, tal vez no... — O mierda — el coche daba la vuelta y ese hijo de puta aceleraba solo para atropellarnos. Me quedé estática en aquel punto, hasta que en el último momento salté a un lado de la carretera, caí al arcén y rodé por el suelo estrepitosamente hacia el bosque.
Ahora sí que la cabeza me daba vueltas. — Auch... — me llevé una mano a la sien, me había dado un buen golpe, sentía un fino hilo de líquido cálido y pegajoso caer por mi frente: sangre y además la mano izquierda me dolía una barbaridad. — Genial... — traté de mover la muñeca y el dolor me hizo alucinar, seguramente me la había torcido.
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
No había duda de que pasaban por la misma situación de no recordar nada, lo cual era... ¿Reconfortadle? Quizá no siendo está la terminología adecuada pero el hecho es que se sentía bien no ser el único en aquella situación, asintió mientras le escuchaba, la voz de la oriental la reconocía, no le quedaban más dudas, era como si le reconociera con exactitud, mas no pudiera recordarla, Harris poso su diestra bajo su barbilla, pensaba detenidamente que podían hacer, la verdad se sentía cómodo estando con la chica, le generaba una dosis de confianza, sonrío levemente escuchando el comentario de su vestimenta, realmente se sentía extraño el mismo con aquella vestimenta.
Me pasa lo mismo... No recuerdo nada, y aún así creo que te conozco, a tu supuesto esposo no lo recuerdo en lo mas mínimo, a pesar de que al parecer lo conozco. Dijo en tono bajo, aunque fácilmente noto la incomodidad de la gente a su alrededor, el tosido de una señora mayor sentada atrás le hizo entender que debía callarse de una vez, no era el mejor lugar para empezar a hablar de aquella situación, se despeino un poco el cabello, por alguna extraña razón no se sentía lo mas cómodo con el actual peinado y vestimenta, observo por unos instantes al infante, no era mala idea buscar algún lugar donde el chico pudiera comer algo y descansar un poco.
Salgamos de aquí. Le dijo susurrando suave al ver la incomodidad para hablar en el lugar, se puso de pie, mirando detenidamente a aquel felino, no lo menciono sin embargo lo reconocía, sabía que le gustaban los animales, por lo cual no sabía si era eso, o si en verdad podía reconocer a aquel felino de color negro.
Una vez en la calle comenzó a caminar, la verdad era que no tenía idea a donde podían ir, pero de lo que estaba seguro era que tenía que llegar al fondo de esto. Si no te molesta podríamos buscar un lugar donde el pequeño pueda descansar y podamos hablar. le dijo mientras caminaban volteándole a ver por un momento, cada vez se le hacía más familiar todo, no sabía si aquello era bueno o lo confundía mas.
Me pasa lo mismo... No recuerdo nada, y aún así creo que te conozco, a tu supuesto esposo no lo recuerdo en lo mas mínimo, a pesar de que al parecer lo conozco. Dijo en tono bajo, aunque fácilmente noto la incomodidad de la gente a su alrededor, el tosido de una señora mayor sentada atrás le hizo entender que debía callarse de una vez, no era el mejor lugar para empezar a hablar de aquella situación, se despeino un poco el cabello, por alguna extraña razón no se sentía lo mas cómodo con el actual peinado y vestimenta, observo por unos instantes al infante, no era mala idea buscar algún lugar donde el chico pudiera comer algo y descansar un poco.
Salgamos de aquí. Le dijo susurrando suave al ver la incomodidad para hablar en el lugar, se puso de pie, mirando detenidamente a aquel felino, no lo menciono sin embargo lo reconocía, sabía que le gustaban los animales, por lo cual no sabía si era eso, o si en verdad podía reconocer a aquel felino de color negro.
Una vez en la calle comenzó a caminar, la verdad era que no tenía idea a donde podían ir, pero de lo que estaba seguro era que tenía que llegar al fondo de esto. Si no te molesta podríamos buscar un lugar donde el pequeño pueda descansar y podamos hablar. le dijo mientras caminaban volteándole a ver por un momento, cada vez se le hacía más familiar todo, no sabía si aquello era bueno o lo confundía mas.
El tipo es definitivamente un psicópata, y me temo que no nos va a dejar ir así como así. Yo he salido bien librada esta vez. Solo faltaba que volviera a herirme esquivando el coche. Por suerte no había sido así. Con todo lo que llevo hasta ahora, ya tengo bastante para muchísimo muchísimo tiempo. Por desgracia, el chico no parece haber salido tan bien parado como yo. En el suelo, no para de quejarse de la rodilla, parece que se ha echo bastante daño. Procuro no tocarle mucho. Al no tener conocimientos médicos y no saber que hacer en estos casos, prefiero no hacer nada por mi cuenta.
Y el tipo del coche vuelve a entrar en acción, esta vez llendo a por la chica a toda velocidad.
- ¡CUIDADO! - Grito, al ver que está dispuesto a atropellarla. Por suerte, consigue esquivar el coche, pero al igual que su compañero, resulta herida en la caída.
El corazón me late a toda velocidad. Ese hombre no nos va a dejar en paz. La pregunta es... ¿Qué hará ahora?
Y el tipo del coche vuelve a entrar en acción, esta vez llendo a por la chica a toda velocidad.
- ¡CUIDADO! - Grito, al ver que está dispuesto a atropellarla. Por suerte, consigue esquivar el coche, pero al igual que su compañero, resulta herida en la caída.
El corazón me late a toda velocidad. Ese hombre no nos va a dejar en paz. La pregunta es... ¿Qué hará ahora?
No estaba seguro si era una buena idea confiar en ese policía y fiarme de su palabra de que no íbamos a pasar mucho tiempo encerrados en esa asquerosa celda, que además de oler a podrido estaba tan oscura que apenas podía ver la palma de mi mano. Me daría asco tener que dormir en el intento de cama que allí había, sin saber quién durmió ahí antes, o qué cosas se hicieron en esa cama, aunque dormir en el suelo tampoco parecía el mejor plan, si considerábamos que quizás una rata podía pasarme por encima. Por alguna razón sentía que no era la primera vez en la que me encontraba encerrado en una celda, pero al mismo tiempo no me parecía familiar la situación de ser arrestado, lo que causaba una contradicción que sólo conseguía confundir mis recuerdos.
Las palabras sarcásticas de Cassidy calaban hondo en mi corazón, aunque seguía pensando en que sí íbamos a estar bien, sólo que ahora mismo no eran las mejores condiciones para nosotros. -Me alegra que veas el lado positivo de todo esto.- Le dije en referencia a no pasar la noche a la intemperie. Por lo menos dentro de esa celda íbamos a tener un techo sobre nuestras cabezas y tampoco nos iban a dejar morir de hambre, porque dinero no tenía para comprar comida, y suponía que ella tampoco.
Jemma llegó junto a su horrible esposo, pero a diferencia de él, ella sí quería solucionar las cosas. -No te preocupes, no ha sido culpa tuya.- Dudaba en que ella pudiera hacer algo al respecto, cuando era evidente que quien dominaba en la relación era el cavernícola, y él no iba a permitir que su "querida" esposa nos sacara de la prisión. Y mis sospechas se confirmaron tan pronto entró en histeria. No creía que gritar a los cinco vientos fuera parte de su plan para sacarnos de ahí, porque a pesar de que no la veía, se escuchaba que estaba realmente asustada. ¿Existía la posibilidad de que también la encerraran acusándola de demencia? Sólo eso nos faltaba para completar el día. Pobre mujer, si se ponía así sólo por ir a casa con su marido no me imaginaba el infierno que debía soportar día tras día en esas cuatro paredes.
Las palabras sarcásticas de Cassidy calaban hondo en mi corazón, aunque seguía pensando en que sí íbamos a estar bien, sólo que ahora mismo no eran las mejores condiciones para nosotros. -Me alegra que veas el lado positivo de todo esto.- Le dije en referencia a no pasar la noche a la intemperie. Por lo menos dentro de esa celda íbamos a tener un techo sobre nuestras cabezas y tampoco nos iban a dejar morir de hambre, porque dinero no tenía para comprar comida, y suponía que ella tampoco.
Jemma llegó junto a su horrible esposo, pero a diferencia de él, ella sí quería solucionar las cosas. -No te preocupes, no ha sido culpa tuya.- Dudaba en que ella pudiera hacer algo al respecto, cuando era evidente que quien dominaba en la relación era el cavernícola, y él no iba a permitir que su "querida" esposa nos sacara de la prisión. Y mis sospechas se confirmaron tan pronto entró en histeria. No creía que gritar a los cinco vientos fuera parte de su plan para sacarnos de ahí, porque a pesar de que no la veía, se escuchaba que estaba realmente asustada. ¿Existía la posibilidad de que también la encerraran acusándola de demencia? Sólo eso nos faltaba para completar el día. Pobre mujer, si se ponía así sólo por ir a casa con su marido no me imaginaba el infierno que debía soportar día tras día en esas cuatro paredes.
Mierda, yo solo quería saber si tengo una casa y aquí estoy, tirado en una cuneta con el tobillo torcido viendo como aquel loco con el coche nos intenta matar, me puedo poner de pie solo, eso es muy buena señal y a parte de una leve cojera que apunta a ser pasajera no me noto nada peor.
No se que va a ocurrir pero la cosa no pinta bien, un loco con un coche y dos heridos por su culpa al intentar evitarlo, que dios nos asista.
No se que va a ocurrir pero la cosa no pinta bien, un loco con un coche y dos heridos por su culpa al intentar evitarlo, que dios nos asista.
Aunque no responde a ninguna de mis preguntas, el chico se pone de pie sin ayuda, lo que es muy buena señal. Del golpe le ha quedado una leve cojera, pero, aparte de eso, no parece tener nada grave. Siento un cierto alivio al ver que no ha sido nada peor. Pero la preocupación que siento no desaparece. La otra chica tampoco parece muy grave, pero desde mi posición no podría asegurarlo con seguridad.
- Tenemos que irnos. Ese hombre no va a parar, no va a dejarnos en paz. Lo siento, lo siento muchísimo. Todo esto es por mi culpa. Si no os hubiéseis detenido para ayudarme, nada de esto estaría pasando - No sé donde estaría ahora si ellos no me hubiesen ayudado, si no me hubiese tirado del coche. Siento un escalofrío al imaginarmelo, pero al menos ellos dos no correrían peligro por mi culpa y siento de verdad en el lío en el que los he metido.
- Tenemos que irnos. Ese hombre no va a parar, no va a dejarnos en paz. Lo siento, lo siento muchísimo. Todo esto es por mi culpa. Si no os hubiéseis detenido para ayudarme, nada de esto estaría pasando - No sé donde estaría ahora si ellos no me hubiesen ayudado, si no me hubiese tirado del coche. Siento un escalofrío al imaginarmelo, pero al menos ellos dos no correrían peligro por mi culpa y siento de verdad en el lío en el que los he metido.
Normas a recordar...
♣ No manejar a los PNJ.
♣ Postear solo a partir de cuando hayan mínimo cuatro mensajes de rol entre tu primer mensaje y el último, no menos.
♣ Postear solo a partir de cuando hayan mínimo cuatro mensajes de rol entre tu primer mensaje y el último, no menos.
Salud
- Salud de los personajes CLIC:
- • Victoria Devars: Normal.
• Daniel Harris: Normal.
• Vannah Ward: Normal.
• Slim Fox: Normal.
• Zhnets: Normal.
• El resto de personajes poseen un estado saludable.
Recompensas
Vamos a repartir varias recompensas entre aquellos que realizaron más de dos mensajes dentro de las 96 horas establecidas, que son: Victoria, Alistair y Slim Fox.
El primer premio es una moneda: una vida. Solo daremos una, tendréis que lanzar un dado de números todos cuando volvais a postear, quien saque de los tres el número más alto gana la moneda y a los otros dos les daremos algo con lo que podrán avanzar en la historia.
El primer premio es una moneda: una vida. Solo daremos una, tendréis que lanzar un dado de números todos cuando volvais a postear, quien saque de los tres el número más alto gana la moneda y a los otros dos les daremos algo con lo que podrán avanzar en la historia.
Victoria, Slim y Vannah
El tipo pasa de largo con el coche, lo gira de nuevo quedando frente a vosotros y acelera, de primeras parece que va a tratar de intentar otra vez la jugada anterior, sin embargo el vehículo se marcha y termina por desaparecer en la lejanía.
¿Qué vais a hacer ahora?
¿Qué vais a hacer ahora?
Jemma, Nicholas y Ryder
El agente desaparece por orden de Samuel, el comisario y este cuando Jemma se pone histérica reacciona de forma extraña, aparta a la mujer y le grita a el señor Croft que controle a su mujer, sin embargo en el último momento Samuel se molesta y agarra a Jemma de la muñeca. «¿Si? Te vas a enterar ahora.» Exclama el comisario que tira de Jemma en dirección de las celdas, acaba por encerrarla en la celda de al lado de la Ryder. El señor Croft enloquece, el comisario le dice que es solo para que ella escarmiente, pero él no lo acepta, está furioso porque quiere irse con Jemma a casa. Samuel que es un hombre con muy poca paciencia se enfada y acaba encerrando al señor Croft también en la celda de al lado a la de Nicholas.
La recepcionista es la única que permanece en la centralita, Samuel se marcha y apagan las luces, entra tan solo algo de claridad por el pequeño ventanuco, en la parte superior de cada celda, es tan pequeño que apenas cabe una mano.
La recepcionista es la única que permanece en la centralita, Samuel se marcha y apagan las luces, entra tan solo algo de claridad por el pequeño ventanuco, en la parte superior de cada celda, es tan pequeño que apenas cabe una mano.
Chris, Phoenix y Daniel
Podéis seguir con vuestro camino. En el maletín de Daniel hay documentación sobre una empresa depuradora de agua: todo es normal, no hay nada raro. Daniel es parte de la junta directiva. Hay diferentes llaves, todas con etiquetas, de la puerta del portal de casa, apartamento, oficina entrada y Despacho. La calle que figura en la documentación de la empresa localiza este edificio en la parte noreste de Sunnydale: Edificio UC. S.A.
Alistair Jackson
No se ve absolutamente a nadie en esa zona del pueblo. Se escucha un grito, una mujer está siendo atacada, es un extraño tipo que se lanza sobre ella y la muerde en el brazo, ella grita aterrada.
▬ Opciones:
♣ Huir.
♣ Tratar de ayudarla, debes lanzar un dado de desafíos: Ganas - logras acabar con el tipo. Pierdes - el tipo muerde en el cuello a la mujer y esta muere desangrada en cuestión de segundos.
No es necesario que mates al tipo, simplemente puedes rescatar a la mujer y huir con ella. Recuerda escribir tu post hasta el momento decisivo, lanzar el dado y según el dado editar.
▬ Opciones:
♣ Huir.
♣ Tratar de ayudarla, debes lanzar un dado de desafíos: Ganas - logras acabar con el tipo. Pierdes - el tipo muerde en el cuello a la mujer y esta muere desangrada en cuestión de segundos.
No es necesario que mates al tipo, simplemente puedes rescatar a la mujer y huir con ella. Recuerda escribir tu post hasta el momento decisivo, lanzar el dado y según el dado editar.
Abigail Roth
Sophie, la encargada de la tienda de ropa se encuentra contigo, lleva tu maletín: «Hola Abigail, me ha dicho tu hermano que te lo diera, se lo ha llevado sin darse cuenta, le he dejado en la tienda ya, que hoy me encuentro fatal, me voy a casa, adiós.» La mujer se marcha sin más. Dentro del maletín encontrarás las llaves de casa y del museo, libretos del museo y documentación, tu identificación y la típica factura de la luz donde viene tu dirección, es la casa del mapa: 16.
Asintió.
Caminó con el niño en brazos y el felino siguiéndola de cerca. Salieron de la ceremonia. Fuera había un cartel donde se invitaba a los habitantes del pueblo a una ceremonia fúnebre en honor a una gran cantidad de fallecidos. Frunció el ceño. Entonces, muchos habían perdido algún familiar últimamente por algún motivo, tal vez una catástrofe natural. La cotidianidad que la envolvía la hacía pensar que la tragedia había sido superada ya. Era algo que picó su curiosidad, pero no pretendía enfocarse en ello aún.
- Este lugar no tiene pinta de tener un hotel. - Comentó observando a su alrededor, comenzando a caminar hacia su derecha. Se veía la comisaría y la cafetería, el estacionamiento. Las casas de su izquierda... alguna de esas tendría que ser la suya. Pero como no pretendía compartir techo con ese desconocido, decidió que no gastaría esfuerzos en recordar su casa. - No sólo no recuerdo, sino que lo que vivo me es irreal y extraño. - Las palabras salieron de ella sin pensarlas. Estaba en confianza con ese sujeto, lo sabía y sabía que podía decirle sus inquietudes.
- Una de estas casas debe ser tuya. - Clavó el talón en el suelo con ímpetu, haciendo sonar su tacón. El rostro de Phoenix parecía ligeramente severo. Estaba cansada de tantas dudas, de ir de aquí para allá, de no poder ir a su casa, de que su hijo tuviese hambre y de no poder darle un descanso. - No quiero seguir dando vueltas. No más. - Insistió con terquedad. - Allá hay negocios - Señaló hacia la zona comercial - Puede que haya alguna casa en la parte de atrás, no lo sé. Pero éstas son las casas grandes. - Su brazo y su índice fueron directo a las casas frente a la iglesia. - Mírate. Harris, ¡tienes un dineral! Tu casa debe ser la más grande de aquí.
Cruzó la calle con energía. Su pequeño bolso se balanceaba en el codo al ritmo de su extraño contoneo al caminar con zapatos y con el niño bajo el brazo. - Podemos confiar en él. Confiaremos, ¿sí Chris? Debemos arriesgar mi tigre. - Lo observó. Quería darle un momento de paz al pequeño.
Se paró frente a la primera casa (19) y observó a Harris. Era momento de probar llaves, tocar timbre o meterse a la fuerza y tomar la casa como propia. Lo que sea con tal de poder estar en un sitio seguro. No estaba segura afuera, no se sentía a salvo, por alguna razón. Más apuro le generaba la policía que se encontraba a unos metros de allí.
Caminó con el niño en brazos y el felino siguiéndola de cerca. Salieron de la ceremonia. Fuera había un cartel donde se invitaba a los habitantes del pueblo a una ceremonia fúnebre en honor a una gran cantidad de fallecidos. Frunció el ceño. Entonces, muchos habían perdido algún familiar últimamente por algún motivo, tal vez una catástrofe natural. La cotidianidad que la envolvía la hacía pensar que la tragedia había sido superada ya. Era algo que picó su curiosidad, pero no pretendía enfocarse en ello aún.
- Este lugar no tiene pinta de tener un hotel. - Comentó observando a su alrededor, comenzando a caminar hacia su derecha. Se veía la comisaría y la cafetería, el estacionamiento. Las casas de su izquierda... alguna de esas tendría que ser la suya. Pero como no pretendía compartir techo con ese desconocido, decidió que no gastaría esfuerzos en recordar su casa. - No sólo no recuerdo, sino que lo que vivo me es irreal y extraño. - Las palabras salieron de ella sin pensarlas. Estaba en confianza con ese sujeto, lo sabía y sabía que podía decirle sus inquietudes.
- Una de estas casas debe ser tuya. - Clavó el talón en el suelo con ímpetu, haciendo sonar su tacón. El rostro de Phoenix parecía ligeramente severo. Estaba cansada de tantas dudas, de ir de aquí para allá, de no poder ir a su casa, de que su hijo tuviese hambre y de no poder darle un descanso. - No quiero seguir dando vueltas. No más. - Insistió con terquedad. - Allá hay negocios - Señaló hacia la zona comercial - Puede que haya alguna casa en la parte de atrás, no lo sé. Pero éstas son las casas grandes. - Su brazo y su índice fueron directo a las casas frente a la iglesia. - Mírate. Harris, ¡tienes un dineral! Tu casa debe ser la más grande de aquí.
Cruzó la calle con energía. Su pequeño bolso se balanceaba en el codo al ritmo de su extraño contoneo al caminar con zapatos y con el niño bajo el brazo. - Podemos confiar en él. Confiaremos, ¿sí Chris? Debemos arriesgar mi tigre. - Lo observó. Quería darle un momento de paz al pequeño.
Se paró frente a la primera casa (19) y observó a Harris. Era momento de probar llaves, tocar timbre o meterse a la fuerza y tomar la casa como propia. Lo que sea con tal de poder estar en un sitio seguro. No estaba segura afuera, no se sentía a salvo, por alguna razón. Más apuro le generaba la policía que se encontraba a unos metros de allí.
Dímelo a mí, incluso está ropa no me es nada cómoda, es como si este no fuera yo realmente. comento al escuchar su comentario, la verdad era que desde un principio no se sentía nada cómodo con la vestimenta que portaba, incluso el ambiente no se la hacía en lo mas mínimo familiar, simplemente no se sentía a gusto, o a lo mejor era que no reconocía nada, poso su diestra unos instantes en su cabeza el malestar físico se iba y aparecía aunque no era en la misma intensidad con la que sintió dicho malestar al levantarse. Lo único que recuerdo es haberme levantando del jardín de una de las casas, incluso parece un sueño, algo irreal. agrego mientras seguían caminando, se percato que aquel felino les seguía el paso como si ya fuera consiente de la situación, aquello se le hizo curioso.
Un pensamiento se cruzo por su cabeza, no era la primera vez que sucedía desde que aquella realidad lucida había comenzado, "El maletín" había cuestionado que es lo que portaba, rápidamente intuyo que podía ser de utilidad aún así fueran algunos documentos o algo por el estilo, algo metálico sonó al momento en que comenzó a revisar con cuidado de no tirar nada, eran unas llaves, pudor percatarse rápidamente de eso, cada una con etiquetas y dirección, eso facilitaba mucho más las cosas.
Al escucharle noto como el paso de la oriental se apresuraba mas y mas, incluso se reflejaba en el ímpetu de sus palabras, asintió al escucharle, le pareció lógico aunque a su vez le gustaba ser cauteloso más aún teniendo una comisaría a sus cercanías. Mira. Le dijo mostrándole aquellas llaves, tenía la dirección y parte de porque le siguió era porque iba por buen camino, casa numero 19, no había duda de aquello.
Que buen instinto Recalco sonriendo de medio lado mientras le miraba, ahora tenían un buen lugar donde tomar un pequeño descanso y analizar todo lo sucedido, la única duda que rondaba su mente era la de si... ¿tendría familiares viviendo con él? la verdad no se lo había preguntando hasta ese momento.
Un pensamiento se cruzo por su cabeza, no era la primera vez que sucedía desde que aquella realidad lucida había comenzado, "El maletín" había cuestionado que es lo que portaba, rápidamente intuyo que podía ser de utilidad aún así fueran algunos documentos o algo por el estilo, algo metálico sonó al momento en que comenzó a revisar con cuidado de no tirar nada, eran unas llaves, pudor percatarse rápidamente de eso, cada una con etiquetas y dirección, eso facilitaba mucho más las cosas.
Al escucharle noto como el paso de la oriental se apresuraba mas y mas, incluso se reflejaba en el ímpetu de sus palabras, asintió al escucharle, le pareció lógico aunque a su vez le gustaba ser cauteloso más aún teniendo una comisaría a sus cercanías. Mira. Le dijo mostrándole aquellas llaves, tenía la dirección y parte de porque le siguió era porque iba por buen camino, casa numero 19, no había duda de aquello.
Que buen instinto Recalco sonriendo de medio lado mientras le miraba, ahora tenían un buen lugar donde tomar un pequeño descanso y analizar todo lo sucedido, la única duda que rondaba su mente era la de si... ¿tendría familiares viviendo con él? la verdad no se lo había preguntando hasta ese momento.
— Diantres... — Susurró el pequeño llevándose una mano a la frente, fue gracioso de ver como el niño utilizaba aquella expresión. — Chris no se ha bebido el chocolate, ese hombre raro los asustó primero — Decía mientras que agarraba el peluche contra él. Se había mostrado receloso con el hombre, aunque cuando le dio el peluche simplemente lo ignoró ya sin armas jaleo, se recostó contra Phoenix y dejó que ellos dos hablasen sin mostrar mayor atención que la que le daba a Bicho, pero algo seguía fallando ahí.
— Bicho... Bicho no queda bien, tú eres un señor — Decía el niño terminando de dar con la tecla. — ¡Señor Bicho! — Y terminó por enmudecer cuando le llevaron al interior de la iglesia, porque los niños no debían armar jaleo en aquellos sitios, así que se tapó la boca con una mano y con la otra tiró del Señor Bicho.
Se quedó sentado en el reposa pies, con la mirada fija en su madre y el otro hombre al que no conocía, pero si su madre lo trataba no había nada que temer. El tiempo pasó lento, ya que el niño se aburría, por lo que se puso a jugar en silencio con el muñeco y luego se adormiló cuando salían del edificio, dejó que su madre lo llevase entre bostezo y bostezo hasta que se durmió apoyándo la cabeza en el hombro de ella.
— Bicho... Bicho no queda bien, tú eres un señor — Decía el niño terminando de dar con la tecla. — ¡Señor Bicho! — Y terminó por enmudecer cuando le llevaron al interior de la iglesia, porque los niños no debían armar jaleo en aquellos sitios, así que se tapó la boca con una mano y con la otra tiró del Señor Bicho.
Se quedó sentado en el reposa pies, con la mirada fija en su madre y el otro hombre al que no conocía, pero si su madre lo trataba no había nada que temer. El tiempo pasó lento, ya que el niño se aburría, por lo que se puso a jugar en silencio con el muñeco y luego se adormiló cuando salían del edificio, dejó que su madre lo llevase entre bostezo y bostezo hasta que se durmió apoyándo la cabeza en el hombro de ella.
— ¡Hijo de perra! — empecé a gritar una vez que me puse en pie. — ¡Que me he quedado con tu cara! — le gritaba al coche una vez que este se alejaba. Lo más normal del mundo ahora sería ir a la comisaría a poner una denuncia y eso me hizo caer en algo que me hizo gracia, aunque realmente no era gracioso. — Mirad el lado positivo de todo esto, si queremos ir a poner una denuncia solo habría que ir a la parte trasera de tu furgón... — me eché a reír yo sola, mientras que con el dorso de la mano limpiaba la sangre de mi cabeza y luego revisaba mi muñeca. Suspiré y caminé descalza en la dirección de ellos dos.
— Me siento como si acabara de salir de una fiesta en casa del mismísimo Charlie Sheen — fruncí el ceño al sentir el dolor. — Sí me duele el culo exactamente igual que si hubiera salido de ahí... — dije con sarcasmo casi sin saber sobre lo que estaba hablando realmente, las palabras salieron solas.
— ¿Y ahora qué? — pregunté mientras que me llevaba la mano sana a la cintura y miraba a esos dos. — ¿Estáis bien? — pregunté. — ¿No tendrás algo de alcohol en esa furgoneta, no? — me dirigí ahora al heladero. — Y no, no me refiero precisamente al de curar heridas, eso sí, otro helado sí que me comía... ¿Tienes de ron o algo así? — le decía como si nada mientras que caminaba hacia la furgoneta y recogía mi bolso del salpicadero, ahí había una cartera con algunas monedas, le lancé la cartera entera al tipo. — Invito yo — comenté con algo de ironía. Solo me quedé las fotos y mi identificación, el monedero tan hortera y el dinero no me interesaba, sola la información que no resultaba para nada familiar, aquello era una auténtica locura.
— Me siento como si acabara de salir de una fiesta en casa del mismísimo Charlie Sheen — fruncí el ceño al sentir el dolor. — Sí me duele el culo exactamente igual que si hubiera salido de ahí... — dije con sarcasmo casi sin saber sobre lo que estaba hablando realmente, las palabras salieron solas.
— ¿Y ahora qué? — pregunté mientras que me llevaba la mano sana a la cintura y miraba a esos dos. — ¿Estáis bien? — pregunté. — ¿No tendrás algo de alcohol en esa furgoneta, no? — me dirigí ahora al heladero. — Y no, no me refiero precisamente al de curar heridas, eso sí, otro helado sí que me comía... ¿Tienes de ron o algo así? — le decía como si nada mientras que caminaba hacia la furgoneta y recogía mi bolso del salpicadero, ahí había una cartera con algunas monedas, le lancé la cartera entera al tipo. — Invito yo — comenté con algo de ironía. Solo me quedé las fotos y mi identificación, el monedero tan hortera y el dinero no me interesaba, sola la información que no resultaba para nada familiar, aquello era una auténtica locura.
De nuevo se escucha el sonido de un motor, y ahí está. El coche. Frente a nosotros. Arranca y a toda velocidad se dirige hacia nosotros. Contengo el aliento, calibrando todas mis posibilidades. No sé si ésta vez tendría suerte esquivando el coche, porque todo apunta a que va a volver a repetir su jugada. Afortunadamente, en el último minuto, el coche pasa de largo, alejándose y dejándonos allí. La chica empieza a gritarle. Yo sin embargo, no puedo apartar la mirada de la parte trasera del vehículo. Tengo miedo de que sea una trampa, de que vuelva, pero no es así. El coche se aleja definitivamente, desapareciendo en la lejanía. Solo entonces libero toda la tensión y el miedo, que se traduce en una risa histérica cuando la chica hace un comentario sobre una fiesta con Charlie Sheen. Risa que se convierte en llanto. La idea de tomar alcohol me parece muy atractiva.
- Buena idea. Me apunto al alcohol... Si tenéis, claro - Digo sin dejar de llorar - No me vendría mal emborracharme
- Buena idea. Me apunto al alcohol... Si tenéis, claro - Digo sin dejar de llorar - No me vendría mal emborracharme
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