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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Recuerdo del primer mensaje :
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
II Batalla de Supervivencia
01 de junio de 1955, Sunnydale.
- Off rol - Normativa - Clic:
- Comienza la II Batalla de Supervivencia. Por ahora el inicio del rol será sencillo, pero irán surgiendo nuevos acontecimientos conforme vosotros vayáis respondiendo. Se establecen un par de normas a cumplir, puede que estas crezcan más adelante o incluso se modifiquen, por ahora son las siguientes:
▧Tras las normas se inicia una puesta en rol obligatoria a seguir.▧En la Batalla de Supervivencia solo puede ganar un personaje, que será el último que quede sin ser eliminado.▧Los personajes serán eliminados a razón de: Inactividad o mal estar del personaje. Se hará de forma lógica.▧Los participantes que no respondan en 48 horas serán eliminados.▧Los personajes solo podrán cargar con las armas que pidieron y otros objetos que el staff vaya indicando.▧El objeto "vida" es a nivel o off rol, a nivel on rol una simple moneda que encontrareis en diversos zonas. Quienes posean una vida, on rol pueden mencionar que encontraron una moneda.▧Quienes tengan el suero aún no lo tienen on rol.▧No tenéis vuestras armas.▧No hay mínimo de lineas, pero sí máximo: 35 líneas. Sabemos que muchos escribís eso o incluso más, pero queremos hacer que la BS sea rápida.▧No hay turnos de posteo, pero deben haber cuatro mensajes al menos entre tu último mensaje y el nuevo.
Te arrastrarán al infierno.
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Conocerás el miedo.
Te enfrentarás a tus peores pesadillas hechas realidad.
Lucharás por tu vida.
Contra la muerte.
¿Serás capaz de llegar hasta el final?
Prefacio
Existe una toxina, que cuando entra en contacto con una persona, esta cae en un profundo sueño. Cuando a las horas despierta, la persona en concreto, no recuerda absolutamente nada de su vida pasada. Quién es, qué hizo el día anterior, quienes son sus amigos, familiares, conocidos... Todo queda en el completo olvido.
Un ligero dolor de cabeza se apodera de ti, te sientes raro/a... ¿Qué ha pasado?
Comienza la IIBS
■ Ubicación: Sunnydale (Mapa)
■ Sarah Miller: (Prendas) Colegio: una clase cualquiera de niños de cinco años, típica de la época. Se encuentra sentada sobre una silla, su cuerpo está echado sobre un escritorio, se escucha el murmullo de los niños, que no dejan de llamarla. «Señorita Miller, señorita Miller...» Algunos parecen preocupados, otros se ríen porque su profesora parece haberse dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sarah Miller.
■ Phoenix Hemmer: (Prendas) Colegio: una enfermería. Se encuentra dormida en un sofá situado en el fondo de la sala. Un profesor le da un leve toque en el hombro. «Señorita Mijakovic, por favor despierte, su hijo se ha desmayado» El hombre porta a Chris J. Parker en sus brazos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Phoenix Mijakovic.
■ Rickard Ward: (Prendas) Colegio: sala de profesores. Se encuentra sentado sobre un escritorio profundamente dormido. Una de las profesoras lo llama suavemente. «Su esposa está abajo, parece que se ha desmayado» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Rickard Croft.
■ Jemma E. Croft: (Prendas) Colegio: escalones de la entrada, exterior. Se encuentra sentada sobre los escalones de la entrada, dormida. Alguien corre hacia ella preocupada. «¡Señorita Croft, señorita Croft, ¿está usted bien?!» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Jemma E. Croft.
■ Chris J. Parker: (Prendas) Colegio: enfermería. Un hombre alto lo lleva a la enfermería, de camino a esta no deja de llamarlo preocupado. «Chris, por favor, pequeño, despierta...» Al entrar llama a la enfermera y deposita al niño sobre la camilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Chris J. Mijakovic.
■ Zarko Mijakovic: (Prendas) Cafetería: sofás de esquina. Se encuentra sentado en uno de los sofás de la típica cafetería de los 50. «¡Eh Mijakovic, llaman del colegio, a tu hijo le ha pasado algo, quieren que vayas a por él, tu mujer ya está cuidando de él, pero quieren que vayas» El cocinero se acerca a Zarko y le da un suave toque en el hombro, luego se va hacia su hija. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Zarko Mijakovic.
■ Nova J. Mills: (Prendas) Cafetería: barra. Se encuentra sentada sobre un taburete, dormida sobre la barra. «Cariño, si quieres vete a dormir a casa ya, llevas toda la noche con ese dichoso libro» Tras regañar a Zarko, el cocinero se acerca a ella y acaricia su pelo. «Mamá seguro que te ha preparado algo para desayunar, venga» Aparta el libro de ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nova J. Mills.
■ Abigail Roth: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostada en el sofá, completamente dormida. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Sky Nivans, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Abigail Nivans.
■ Sky Nivans: (Prendas) Cafetería: sofá bajo la cristalera. Se encuentra recostado en el sofá, completamente dormido. Hay dos cafés recién hechos en la mesa, un periódico y maletín, junto a ella, ambos dormidos está Abigail Roth, en una silla de en frente, en esa misma mesa, está Valery Hayes, con otro café para ella. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sky Nivans.
■ Valery Hayes: (Prendas) Cafetería: mesa que hay bajo una cristalera. Se encuentra sentada en una silla, en la misma mesa que Sky y Abigail, ellos dos están en el sofá que hay bajo la cristalera. En la mesa hay tres cafés, un periódico y maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Valery Nivans.
■ Zhnets: (Prendas) Hospital: una camilla de la habitación 215. Solo se escucha un repetido pitido, una y otra vez. Una enfermera se acerca para revisar la bolsa de suero cuando... «¡Oh Dios Santo, has despertado! Cariño, Helena, ¿estás bien? Soy la doctora Smith, has tenido un accidente de coche, tu padre y tu hermana te están esperando, ellos están bien» La mujer sonríe. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Sandy Robles.
■ Nicholas Robles: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a Nicholas y trata de despertarlo. Ryder está sentada a su lado, apoyada sobre su hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Nicholas Robles.
■ Alistair Jackson: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Kasper en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Alistair Jackson.
■ Ryder: (Prendas) Hospital: sala de espera. «¡Familia Robles! Sandy acaba de despertar, está bien!» Una enfermera se acerca a ellos dos (Ryder y Nicholas) que están dormidos en una de las sillas de las ala. Ella con la cabeza echada sobre el hombro de Nicholas. «Cassidy, muchacha despierta, Sandy ya está bien, tu padre y tú podéis ir ya a verla» Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Cassidy Robles.
■ Kasper R Jäger: (Prendas) Hospital: sofá de la habitación 214. Se encuentra sentado junto a Alistair en un sofá. Un hombre junto a una enfermera tapan con una sábana el cuerpo de una mujer en la camilla. «Señor Jackson, lo siento, no hemos podido hacer nada por su esposa» Le dice el hombre a Alistair. «Kasper, muchacho, ven, te invito a un chocolate en la cafetería» Le dice la enfermera mientras le da suavemente en el hombro. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Kasper R. Jackson.
■ Victoria Devars: (Prendas) Plaza: tumbada en un banco. Se encuentra tumbada sobre un banco de la plaza, completamente dormida. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Victoria Devars.
■ Roxan Burnside: (Prendas) Plaza: sentada bajo la estatua principal. Se encuentra sentada en el suelo al lado de la estatua principal, parece que se ha dormido. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Roxan Devars.
■ Vannah Ward: (Prendas) Plaza: sentada en un banco. Se encuentra sentada en el banco junto a Mihail, entre sus manos sujeta un bolso. «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Vannah Dabija.
■ Grant A. Ward: (Prendas) Plaza: se encuentra tirado en el césped de cualquier manera, un tipo le da en el pie, es un policía. «Muchacho, eh despierta, no puedes estar así aquí, a vagabundear a otra parte» Le dice el policía. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Grant A. Ward.
■ Mihail Dabija: (Prendas) Plaza: sentado en un banco. Se encuentra sentado en un banco sujetando un enorme periódico como si se hubiera quedado dormido mientras lo leía. Al lado está Vannah «Señorita Dabija, se encuentra usted bien?» Le dice un chico que pasa al lado de ellos a la mujer. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Mihail Dabija.
■ Aleksei K. Hedley: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Isaak, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Aleksei K. Hedley.
■ Isaak A. Kügler: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentado en el sofá del interior de la casa junto a Aleksei, como si ambos se hubieran dormido mientras veían la televisión (solo se ve la típica niebla) De la cocina viene un olor espantoso a quemado. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Isaak A. Hedley.
■ Molly L. Bennet: (Prendas) Interior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra sentada en una silla de la cocina. El horno está echando un ligero humor gris, huele a quemado, el pollo se está calcinando. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Molly Hedley.
■ Daniel Harris: (Prendas) Exterior del hogar: casa del mapa 14. Se encuentra en la acera del jardín, tirado en el suelo, en su mano hay un maletín. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Daniel Harris.
■ Slim Fox: (Prendas, bigote incluido) Plaza: en el interior de un camión de helados, junto a la plaza. Se encuentra dormido en el interior del típico camión de helados de la época, apoyando su cabeza en el marco de la ventana. «Oiga, caballero, ¿le pagan por dormir? Quiero un helado de vainilla, ¡despierte hombre!» Exclama un señor desde fuera que se asoma a la ventanilla. Si mira entre sus cosas encontrará un DNI, su foto, edad correcta, reside en Sunnydale y el nombre: Robert Richards.
Y hasta aquí la primera situación de la IIBS. Si necesitáis ayuda o tenéis dudas estamos a un MP de distancia. Los personajes no recordarán absolutamente nada de nada, solo debéis responder diciendo como actuáis a esta situación tan... ¿particular, no?
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- Si lo sé no me despierto... ¡Oh, espera! No tengo ni casa... Y si la tengo ni la recuerdo... - Menudo día más raro, no contaba con estar en una celda. Sí, una celda, ahí estaba yo, no por gusto, ¡qué va! Aunque pensándolo bien estaba aquí porque quería, por así decirlo...
De no recordar nada a enterarme de que estoy casada y encima me maltrata. Le tengo en la celda de enfrente, con una cara de pasa que no puede ni con ella. Mi celda estaba junto a la de Ryder, y yo estaba apoyada en los barrotes contiguos a la suya. No podía quitarle el ojo, me era muy familiar y eso me molestaba, no podía recordar nada pero ella me infundía paz.
Aparté la mirada de ella para posarla en la celda, pequeña, tampoco iba a ser una habitación de lujo, con una cama con una pinta realmente asquerosa y un retrete. Si me iba a acercar ahí lo llevaba claro. - Tanto que iba a solucionar... Que imbécil. - Susurré para mí más. Me volví para hablarle a Cassidy - ¿Sabes? Me resultas muy familiar, pero no consigo recordarte, bueno, realmente no recuerdo nada, no sé ni dónde vivo... Para recordar a... - ¿Cuál es su nombre? Y ¿por qué estoy contando esto? Ya lo que me faltaba, que me tomasen por loca... Dejé de hablarle, seguramente a ella ni le importase, seguramente esté pensando que se me ha ido la cabeza.
Las luces las habían apagado y se veía, pero no lo suficiente, las pequeñas ventanas de cada celda no iluminaban mucho, y es que eran pequeñas no, enanas. ¿Si quiera quepo por ahí?
De no recordar nada a enterarme de que estoy casada y encima me maltrata. Le tengo en la celda de enfrente, con una cara de pasa que no puede ni con ella. Mi celda estaba junto a la de Ryder, y yo estaba apoyada en los barrotes contiguos a la suya. No podía quitarle el ojo, me era muy familiar y eso me molestaba, no podía recordar nada pero ella me infundía paz.
Aparté la mirada de ella para posarla en la celda, pequeña, tampoco iba a ser una habitación de lujo, con una cama con una pinta realmente asquerosa y un retrete. Si me iba a acercar ahí lo llevaba claro. - Tanto que iba a solucionar... Que imbécil. - Susurré para mí más. Me volví para hablarle a Cassidy - ¿Sabes? Me resultas muy familiar, pero no consigo recordarte, bueno, realmente no recuerdo nada, no sé ni dónde vivo... Para recordar a... - ¿Cuál es su nombre? Y ¿por qué estoy contando esto? Ya lo que me faltaba, que me tomasen por loca... Dejé de hablarle, seguramente a ella ni le importase, seguramente esté pensando que se me ha ido la cabeza.
Las luces las habían apagado y se veía, pero no lo suficiente, las pequeñas ventanas de cada celda no iluminaban mucho, y es que eran pequeñas no, enanas. ¿Si quiera quepo por ahí?
- Jemma :
- They :
- Awards :
Phoenix sonrió al ver las llaves que Harris le mostraba. Pero ahora tenía otra duda: ¿realmente fue suerte o inconscientemente recordó dónde vivía el jefe de su marido? Echó un vistazo afuera antes de entrar en la casa. Pudo notar que de reojo algunos notaron la escena, pero como corresponde continuaron con su camino.
Sus tacones hacían ruido en la madera de la sala, por lo que decidió quitarse los zapatos y dejarlos en la puerta de entrada. Aparte, así no ensuciaría la casa. Era una costumbre oriental, lo tenía claro, pero no recordaba quién se lo había inculcado.
Dejó a Chris en un largo sofá que miraba hacia un hogar a leña. Había una agradable alfombra que le hubiese gustado sentir mejor. Atendió a su vestimenta por primera vez desde que despertó. Traía medias largas, los zapatos se sentían como nuevos. Su ropa interior era bastante más grande de lo que estaba acostumbrada. Palpó su vientre, aventando a la vez el bolso al suelo. No podía ser que de ahí haya salido nada aún. No podía ser que su cuerpo haya parido un niño.
Alzó la vista a Harris.
- 4444]La única conexión que hay es mi esposo. - Dijo al fin. - Debe ser una venganza. - Los ojos de la oriental parecían querer penetrar en las pupilas del hombre. - A ti te conozco más que al pequeño. - Cerró los ojos con fuerza. Había algo, algo característico que él tenía. Una marca. La cabeza le dolía al intentar recordar, pero no le importaba. Tenía que recordarlo. - Tú tienes un árbol... no lo sé. Es muy difícil.
Notó que sus dedos jugueteaban con una línea en su torso, a la altura de su hígado. Prestó atención a eso. Era su piel, era una cicatriz, una gran cicatriz de una pésima cirugía o de un horrible accidente. Pero le sonaba más lo primero. No dolía, estaba bien, así que no quería preocuparse por eso.
- Te dejaré investigar un poco quién eres. - Señaló una enorme cantidad de libros en una gran biblioteca. Eso, según Phoenix, podía decir muchas cosas de una persona. - Mientras... prepararé algo de comer. Ya casi es hora de cenar y creo que el niño ni siquiera desayunó esta mañana. También necesito comer. Y si estás como nosotros, tú también lo necesitas.
El felino había entrado y observado el diálogo, la casa y el niño. Simplemente formaba parte de la situación, a su modo.
Sus tacones hacían ruido en la madera de la sala, por lo que decidió quitarse los zapatos y dejarlos en la puerta de entrada. Aparte, así no ensuciaría la casa. Era una costumbre oriental, lo tenía claro, pero no recordaba quién se lo había inculcado.
Dejó a Chris en un largo sofá que miraba hacia un hogar a leña. Había una agradable alfombra que le hubiese gustado sentir mejor. Atendió a su vestimenta por primera vez desde que despertó. Traía medias largas, los zapatos se sentían como nuevos. Su ropa interior era bastante más grande de lo que estaba acostumbrada. Palpó su vientre, aventando a la vez el bolso al suelo. No podía ser que de ahí haya salido nada aún. No podía ser que su cuerpo haya parido un niño.
Alzó la vista a Harris.
- 4444]La única conexión que hay es mi esposo. - Dijo al fin. - Debe ser una venganza. - Los ojos de la oriental parecían querer penetrar en las pupilas del hombre. - A ti te conozco más que al pequeño. - Cerró los ojos con fuerza. Había algo, algo característico que él tenía. Una marca. La cabeza le dolía al intentar recordar, pero no le importaba. Tenía que recordarlo. - Tú tienes un árbol... no lo sé. Es muy difícil.
Notó que sus dedos jugueteaban con una línea en su torso, a la altura de su hígado. Prestó atención a eso. Era su piel, era una cicatriz, una gran cicatriz de una pésima cirugía o de un horrible accidente. Pero le sonaba más lo primero. No dolía, estaba bien, así que no quería preocuparse por eso.
- Te dejaré investigar un poco quién eres. - Señaló una enorme cantidad de libros en una gran biblioteca. Eso, según Phoenix, podía decir muchas cosas de una persona. - Mientras... prepararé algo de comer. Ya casi es hora de cenar y creo que el niño ni siquiera desayunó esta mañana. También necesito comer. Y si estás como nosotros, tú también lo necesitas.
El felino había entrado y observado el diálogo, la casa y el niño. Simplemente formaba parte de la situación, a su modo.
- Já já... Pringado - apoyé ambas manos en los barrotes y señalé en la dirección del marido de Jemma, hablando con todo el sarcasmo del mundo, solo por fastidiarlo. - Ahora te jodes como nosotros - para rematar la faena alcé mi mano derecha mostrando tan solo mi dedo corazón alzado en su dirección, sonreí y le guiñé un ojo.
Casi no me podía ni creer que hubiéramos acabado los cuatro allí encerrados, pero allí estábamos. - Oye, digo yo que al menos nos traerán algo para cenar, ¿no? - pregunté mientras que me sentaba en el suelo a ras de los barrotes, de tal forma que así pudiera apoyar los codos sobre estos.
Me arrastré por el suelo hasta Jemma, que estaba en la celda contigua, tan solo separada por más barrotes, me senté a su lado y negué riendo ligeramente. - Desde mi punto de vista todo ha salido bien, no te has quedado a solas con el capullo de tu marido y éste también está encerrado, así que no ha salido tan malo - traté de sacar el lado positivo de aquello. - ¿De verdad...? - la miré fijamente, ahora más seria. - ¿Entonces no somos los únicos? - giré el rostro en la dirección de Nicholas. - A nosotros también nos ha pasado lo mismo y creía que había sido por culpa del accidente, ¿no ha sido así entonces? - me encogí de hombros. - Todo esto es realmente raro, yo también tengo la sensación de que te conozco, pero me cuesta mucho recordar algo, es difícil... - suspiré justo cuando se apagaban las luces. - Me da a mi que no, que no habrá cena... - me dejé caer en el suelo con suavidad, con la mirada fija en el techo, ni muerta me tumbaría en ese camastro, el suelo en comparación parecía más limpio.
- Y todos dicen que Nicholas es mi padre, cuando solo pronunciar esa palabra me hace sentir como si me dieran una patada en toda la barriga, no me gusta decir papá, lo tengo claro y además tú tampoco lo ves, ¿no? - es que no era lógico. - Supongo que de serlo fuiste un niño muy promiscuo - me carcajeé desganada ante tal broma absurda. Todo el tiempo con la mirada fija en la lampara del techo.
Casi no me podía ni creer que hubiéramos acabado los cuatro allí encerrados, pero allí estábamos. - Oye, digo yo que al menos nos traerán algo para cenar, ¿no? - pregunté mientras que me sentaba en el suelo a ras de los barrotes, de tal forma que así pudiera apoyar los codos sobre estos.
Me arrastré por el suelo hasta Jemma, que estaba en la celda contigua, tan solo separada por más barrotes, me senté a su lado y negué riendo ligeramente. - Desde mi punto de vista todo ha salido bien, no te has quedado a solas con el capullo de tu marido y éste también está encerrado, así que no ha salido tan malo - traté de sacar el lado positivo de aquello. - ¿De verdad...? - la miré fijamente, ahora más seria. - ¿Entonces no somos los únicos? - giré el rostro en la dirección de Nicholas. - A nosotros también nos ha pasado lo mismo y creía que había sido por culpa del accidente, ¿no ha sido así entonces? - me encogí de hombros. - Todo esto es realmente raro, yo también tengo la sensación de que te conozco, pero me cuesta mucho recordar algo, es difícil... - suspiré justo cuando se apagaban las luces. - Me da a mi que no, que no habrá cena... - me dejé caer en el suelo con suavidad, con la mirada fija en el techo, ni muerta me tumbaría en ese camastro, el suelo en comparación parecía más limpio.
- Y todos dicen que Nicholas es mi padre, cuando solo pronunciar esa palabra me hace sentir como si me dieran una patada en toda la barriga, no me gusta decir papá, lo tengo claro y además tú tampoco lo ves, ¿no? - es que no era lógico. - Supongo que de serlo fuiste un niño muy promiscuo - me carcajeé desganada ante tal broma absurda. Todo el tiempo con la mirada fija en la lampara del techo.
- Muchas cosas:
- Home:
Graaacias Jason
- Life Is Strange...:
- Multipass!:
Antes de que pudiera llegar a dar las gracias una mujer, desconocida para ella, para variar, le dio el maletín que su supuesto hermano se había llevado. La mujer sí que parecía conocerla y Abby decidió no decir lo contrario, ya que lo último que necesitaba ahora es que la confundieran con una loca y que la enviaran a un psiquiátrico. Aunque quien sabía, pudiera ser que de verdad hubiera perdido el juicio, ¿Cómo era posible de que no recordase absolutamente nada? Así sin más y que para colmo no hubiera sufrido ninguna clase de accidente que justificase su amnesia, sencillamente se había despertado en la cafetería tal cual.
Miró a su alrededor asegurándose de que estaba sola, rebuscó entre las cosas del maletín dando con las llaves que ella creyó que pertenecían al museo. Abrió la puerta y pasó al interior, pensando que tal vez fuera a encontrar algo allí que la hiciera recordar, pero nada de lo que había consiguió resultarle familiar, ni mucho menos el olor, ambiente... Nada, era como si Abigail jamás hubiera pisado aquel edificio, cuando se suponía que trabajaba en él.
Caminó siguiendo los carteles que informaban de las oficinas en un pasillo, la joven siguió mirando las puertas hasta que dio con uno que en el letrero de la puerta citaba su supuesto nombre, el de su identificación: Abigail Nivans. Respiró hondo y se dispuso a entrar en él con la esperanza de que allí pudiera encontrar algo que le resultara familiar o que le explicara quién demonios era ella.
Miró a su alrededor asegurándose de que estaba sola, rebuscó entre las cosas del maletín dando con las llaves que ella creyó que pertenecían al museo. Abrió la puerta y pasó al interior, pensando que tal vez fuera a encontrar algo allí que la hiciera recordar, pero nada de lo que había consiguió resultarle familiar, ni mucho menos el olor, ambiente... Nada, era como si Abigail jamás hubiera pisado aquel edificio, cuando se suponía que trabajaba en él.
Caminó siguiendo los carteles que informaban de las oficinas en un pasillo, la joven siguió mirando las puertas hasta que dio con uno que en el letrero de la puerta citaba su supuesto nombre, el de su identificación: Abigail Nivans. Respiró hondo y se dispuso a entrar en él con la esperanza de que allí pudiera encontrar algo que le resultara familiar o que le explicara quién demonios era ella.
- Gracias:
— Señor Bicho... — Susurró en un suspiro Chris. Se acurrucó en el sofá y abrazó al peluche contra su cuerpo. Estaba cansado, así que era normal que se durmiera y así estuvo un buen rato, hasta que repentinamente abrió los ojos de par en par. Se asustó, no reconocía nada de nada, solo su peluche, que sabía que era suyo, pero la casa le era extraña.
El pequeño ya estaba dormido cuando le habían traído hasta allí, por lo que no recordaba el viaje hasta la casa y mucho menos donde estaba ahora Phoenix. Solo vio al hombre del que sí se podía fiar, porque así lo había dicho ella. Se bajó del sofá como mejor pudo debido a su corta altura, con el peluche en una mano se acercó al hombre.
— ¿Y tú quién eres, y dónde está la mamá de Chris, y esta casa de quién es, y dónde está? — Hablaba él soltando conjunciones a diestro y siniestro, como solían hacer la mayoría de los niños pequeños. — ¿Y el gatito? — Frunció el ceño. Sí, era otra cosa que le interesaba, el gato que tanto había entusiasmado al pequeño, porque los animales siempre eran de gustar a los niños y con Chris no era diferente.
El pequeño ya estaba dormido cuando le habían traído hasta allí, por lo que no recordaba el viaje hasta la casa y mucho menos donde estaba ahora Phoenix. Solo vio al hombre del que sí se podía fiar, porque así lo había dicho ella. Se bajó del sofá como mejor pudo debido a su corta altura, con el peluche en una mano se acercó al hombre.
— ¿Y tú quién eres, y dónde está la mamá de Chris, y esta casa de quién es, y dónde está? — Hablaba él soltando conjunciones a diestro y siniestro, como solían hacer la mayoría de los niños pequeños. — ¿Y el gatito? — Frunció el ceño. Sí, era otra cosa que le interesaba, el gato que tanto había entusiasmado al pequeño, porque los animales siempre eran de gustar a los niños y con Chris no era diferente.
Parecía que el tipo se marcha y las dos chicas no dejan de farfullear cosas a las que no presté demasiada atención, solo estaba pendiente de si el loco del coche se iba definitivamente y parecía que así era, de repente una de las chicas me pasó una cartera con dinero y entonces fue cuando empecé a prestarles atención.
Tal fue la alegría al recibir las monedas que se me empezó a pasar de golpe el dolor de tobillo:
-unos helados habéis dicho ¿no?, le lancé dos helados a la chica que ya se había presentado diciéndole:- ponte uno en la cabeza te vendrá bien para el golpe, el otro te lo puedes comer, entonces miré a la otra mujer, la que estaba medio inconsciente cerca del coche del pirado pidiendo auxilio y le lancé otro helado:
-al rico helado de piña para el niño y la niña.
Tras asestarle una gratuita patada en la boca al poli inconsciente, me puse a rebuscar en el camión y encontré una caja escondida bajo un falso suelo con un par de botellas de ron y otro de whisky.
-¿Alguien ha pedido alcohol?- dije mientras me sentaba con la caja en el borde del camión y dándole un primer y largo trago a una de las botellas de ron le pregunté a la chica pelirroja:
-¿quien era tu amigo del coche? ¿un exnovio enfadado o solo un violador random?-.
Tal fue la alegría al recibir las monedas que se me empezó a pasar de golpe el dolor de tobillo:
-unos helados habéis dicho ¿no?, le lancé dos helados a la chica que ya se había presentado diciéndole:- ponte uno en la cabeza te vendrá bien para el golpe, el otro te lo puedes comer, entonces miré a la otra mujer, la que estaba medio inconsciente cerca del coche del pirado pidiendo auxilio y le lancé otro helado:
-al rico helado de piña para el niño y la niña.
Tras asestarle una gratuita patada en la boca al poli inconsciente, me puse a rebuscar en el camión y encontré una caja escondida bajo un falso suelo con un par de botellas de ron y otro de whisky.
-¿Alguien ha pedido alcohol?- dije mientras me sentaba con la caja en el borde del camión y dándole un primer y largo trago a una de las botellas de ron le pregunté a la chica pelirroja:
-¿quien era tu amigo del coche? ¿un exnovio enfadado o solo un violador random?-.
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
¿Dónde diablos se han metido todos? Parece que no hay nadie cerca, necesito descansar me siento fatigado y me cerebro no logra procesar aún todo lo que ha pasado. ¿Qué debo hacer? Llevó mis manos a mi cabeza y la aprieto, el dolor al fin ha desaparecido. Miró a mi alrededor y busco hacia dónde dirigirme. Es extraño esto de no saber ni dónde vives, enarcó una ceja.
-¿Qué diablos?- me giró rápidamente al escuchar el grito de una mujer que ha salido de la nada. ¿Qué está pasando? Por instinto corro en su dirección al ver que un hombre trata de morderle el brazo. ¿Está loco acaso? ¿Qué le pasa a la gente? También el tipo de la cocina del hospital mordió al otro sujeto. Es tarde para pensar en todo aquello y me lanzó para tratar de ayudarle.
Únicamente logré sacar de equilibrio a aquel hombre. -¿Se encuentra bien?- digo a la mujer mientras ayudo a ponerse en pie y la sujeto para que pueda caminar mientras el otro hombre sigue en el piso. -¡Vamos! tenemos que movernos- le digo jalando y llevando casi a rastras. No tenemos mucho tiempo antes de que el otro sujeto se levante y vaya tras nosotros. ¿Qué le pasa a esta gente? ¿Porque la mordió? Me pregunto mientras trato de alejarnos lo más posible.
-¿Qué diablos?- me giró rápidamente al escuchar el grito de una mujer que ha salido de la nada. ¿Qué está pasando? Por instinto corro en su dirección al ver que un hombre trata de morderle el brazo. ¿Está loco acaso? ¿Qué le pasa a la gente? También el tipo de la cocina del hospital mordió al otro sujeto. Es tarde para pensar en todo aquello y me lanzó para tratar de ayudarle.
Únicamente logré sacar de equilibrio a aquel hombre. -¿Se encuentra bien?- digo a la mujer mientras ayudo a ponerse en pie y la sujeto para que pueda caminar mientras el otro hombre sigue en el piso. -¡Vamos! tenemos que movernos- le digo jalando y llevando casi a rastras. No tenemos mucho tiempo antes de que el otro sujeto se levante y vaya tras nosotros. ¿Qué le pasa a esta gente? ¿Porque la mordió? Me pregunto mientras trato de alejarnos lo más posible.
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- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Una sonrisa de satisfacción se dibujó tenuemente en mi rostro cuando al pringao lo encerraron en la celda contigua a la mía. Lo único que nos separaban a ambos eran unos gruesos barrotes de hierro, pero lastimosamente todavía podía ver su rostro de amargura. No me parecía extraño que a Jemma también la encerraran después de semejante escándalo, de hecho era algo que me esperaba y se me haría raro si no hubiera sido así, pero por suerte no la dejaron junto a su esposo, aunque sí de frente a él, pero encerrado lo único que podía hacer era maldecir e insultar.
Me levanté y caminé hasta donde los barrotes me permitieron estar más cerca de Jemma después de que mencionó estar tan amnésica como nosotros. -Algo extraño está ocurriendo aquí.- Me precipité a declarar. Era evidente que el cavernícola sí recordaba todo, porque hasta conocía a mi familia; ¿será que tanto él como el resto del pueblo están confabulando algo en nuestra contra? Bueno, si así fuera no lo hubieran metido en esa pútrida celda. -Si es verdad que mañana nos sacan de aquí, podremos ir en busca de respuestas... los tres.- Hice especial énfasis en "los tres", tras lo cual volteé a mirar al ejemplar esposo. Desde ya él debía saber que no iba a permitir que se acercara a Jemma, al menos no cuando estén solos. Tampoco tenía intención de llevarlo con nosotros a nuestra expedición en busca de nuestros recuerdos perdidos. ¡Que me acusara de secuestro si quería! Me llevaría a Jemma tan pronto nos dejen salir de ahí.
Cuando apagaron la luz comprendí que sería una larga noche, sin comida, escuchando los insultos por lo bajo de mi compañero de al lado, aguantándome el olor que desprendía la prisión en general, y probablemente sin poder dormir por culpa de todo lo que nos ha ocurrido en menos de doce horas.
Me levanté y caminé hasta donde los barrotes me permitieron estar más cerca de Jemma después de que mencionó estar tan amnésica como nosotros. -Algo extraño está ocurriendo aquí.- Me precipité a declarar. Era evidente que el cavernícola sí recordaba todo, porque hasta conocía a mi familia; ¿será que tanto él como el resto del pueblo están confabulando algo en nuestra contra? Bueno, si así fuera no lo hubieran metido en esa pútrida celda. -Si es verdad que mañana nos sacan de aquí, podremos ir en busca de respuestas... los tres.- Hice especial énfasis en "los tres", tras lo cual volteé a mirar al ejemplar esposo. Desde ya él debía saber que no iba a permitir que se acercara a Jemma, al menos no cuando estén solos. Tampoco tenía intención de llevarlo con nosotros a nuestra expedición en busca de nuestros recuerdos perdidos. ¡Que me acusara de secuestro si quería! Me llevaría a Jemma tan pronto nos dejen salir de ahí.
Cuando apagaron la luz comprendí que sería una larga noche, sin comida, escuchando los insultos por lo bajo de mi compañero de al lado, aguantándome el olor que desprendía la prisión en general, y probablemente sin poder dormir por culpa de todo lo que nos ha ocurrido en menos de doce horas.
Poco a poco, el ataque de histeria se me va pasando y me voy tranquilizando. Dedico unos minutos a normalizar la respiración y a secarme las lágrimas. Agradezco no tener un espejo, pues mi aspecto debe de ser horrible. Me arreglo también el pelo y la ropa dentro de lo posible.
Cuando me doy cuenta, tengo un helado en las manos, cogido en un auto reflejo, pues el chico me lo ha lanzado. Sonrío un poco.
- Gracias
Pruebo un poco y vuelvo a sonreír. De piña, delicioso. Agarro una botella de ron cuando saca una caja con botellas y le doy un largo trago. El ron hace que las mejillas cojan color. Echo un chorro también en el helado y empiezo a comérmelo, intercalando el helado con tragos de ron.
- No sé quién era ese tipo. Me encontró tirada en un banco. No recuerdo nada. No sé quién soy. No sé quién es mi familia. No sé nada. Solo sé que me llamo Victoria Devars porque es lo que pone en mi carnet de identidad. Lleva mi foto así que, tengo que ser yo. Él se ofreció a ayudarme, a llevarme al hospital y tonta de mí, le creí. Si vosotros no hubierais aparecido no sé que habría pasado. Y os lo agradezco
Cuando me doy cuenta, tengo un helado en las manos, cogido en un auto reflejo, pues el chico me lo ha lanzado. Sonrío un poco.
- Gracias
Pruebo un poco y vuelvo a sonreír. De piña, delicioso. Agarro una botella de ron cuando saca una caja con botellas y le doy un largo trago. El ron hace que las mejillas cojan color. Echo un chorro también en el helado y empiezo a comérmelo, intercalando el helado con tragos de ron.
- No sé quién era ese tipo. Me encontró tirada en un banco. No recuerdo nada. No sé quién soy. No sé quién es mi familia. No sé nada. Solo sé que me llamo Victoria Devars porque es lo que pone en mi carnet de identidad. Lleva mi foto así que, tengo que ser yo. Él se ofreció a ayudarme, a llevarme al hospital y tonta de mí, le creí. Si vosotros no hubierais aparecido no sé que habría pasado. Y os lo agradezco
Tenéis a partir de este mensaje 168 horas (Una semana, es decir, hasta el próximo viernes a esta misma hora) para responder al menos dos veces cada uno.
Quienes no respondan las dos veces serán eliminados de la BS.
Quienes no respondan las dos veces serán eliminados de la BS.
Aviso
■ Cuando pasen las 84 horas serán las diez de la mañana del dos de junio. (Vamos a alargar un poco más la noche)
■ Podéis rolear libremente durante toda la noche, los narradores pondrán mini-situaciones todo lo que puedan.
■ Debéis responder un mínimo de dos veces para superar esta actividad y por cada mensaje extra que hagáis recibiréis recompensas: objetos que os ayudarán en la batalla.
■ Hay usuarios que han respondido su segundo mensaje después de las 96 horas, podréis seguir en la BS, pero con un grado menos de salud, ya que no nos parece justo con respecto a los que sí respondieron dentro del plazo.
■ Cuando pasen las próximas 168 horas justas no aceptaremos más mensajes, si alguien responde su segundo mensaje después de las 96 horas quedará igualmente eliminado, lo sentimos, pero debemos ser más estrictos a partir de hora con este tema. El jueves a esta misma hora ya no se aceptan más mensajes. PERO AHORA DE VERDAD.
■ RECORDAD: Sólo podéis postear a partir de que haya CUATRO post ajenos entre tu último mensaje y el nuevo.
■ Podéis rolear libremente durante toda la noche, los narradores pondrán mini-situaciones todo lo que puedan.
■ Debéis responder un mínimo de dos veces para superar esta actividad y por cada mensaje extra que hagáis recibiréis recompensas: objetos que os ayudarán en la batalla.
■ Hay usuarios que han respondido su segundo mensaje después de las 96 horas, podréis seguir en la BS, pero con un grado menos de salud, ya que no nos parece justo con respecto a los que sí respondieron dentro del plazo.
■ Cuando pasen las próximas 168 horas justas no aceptaremos más mensajes, si alguien responde su segundo mensaje después de las 96 horas quedará igualmente eliminado, lo sentimos, pero debemos ser más estrictos a partir de hora con este tema. El jueves a esta misma hora ya no se aceptan más mensajes. PERO AHORA DE VERDAD.
■ RECORDAD: Sólo podéis postear a partir de que haya CUATRO post ajenos entre tu último mensaje y el nuevo.
Game Over
■ Zhnets y Kasper R. Jäger quedan fuera de la BS por no superar esta actividad.
Salud
- Salud de los personajes CLIC:
- • Alistair Jackson: Normal.
• Nicholas Robles: Normal
• El resto de personajes conservan el estado de salud anterior.
Recompensas
■ Slim Fox ha ganado una moneda.
■ Victoria Devars encuentra una carta del tarot en el suelo, la cuál le será revela por privado. Se la guardará aunque no le prestará atención de primeras.
■ Alistair Jackson ve cómo una llave cae del bolsillo de la mujer fallecida, esta llave tiene una torre grabado.
■ Phoenix Hemmer encuentra en la cocina un espejo de bolsillo.
■ Victoria Devars encuentra una carta del tarot en el suelo, la cuál le será revela por privado. Se la guardará aunque no le prestará atención de primeras.
■ Alistair Jackson ve cómo una llave cae del bolsillo de la mujer fallecida, esta llave tiene una torre grabado.
■ Phoenix Hemmer encuentra en la cocina un espejo de bolsillo.
20:00
Situaciones varias
Situaciones varias
▬ Comisaría: La oscuridad se cernía sobre la comisaría. El lugar parecía tranquilo, no se escuchaba ni un solo ruido, de vez en cuando el ocasional tecleo de la máquina de escribir de la recepcionista.
- 21:00 -
Apenas se ve nada, tan solo la débil luz de una lámpara de la recepción y la luz de la luna que se filtra por los diminutos ventanucos. La luz de la recepción se apaga, la recepcionista se dispone a recoger sus cosas para marcharse.
El sonido de una puerta irrumpe el silencio, se escucha un grito femenino.
«¡Dios santo, me has dado un susto de muerte!» Exclama ella. «¿Mike?» El sonido de pasos, un forcejeo y otro grito agónico de esta mujer. El grito persiste, los pasos se apresuran, la mujer corre hasta las celdas pidiendo ayuda, cae al suelo en mitad del pasillo, el agente de policía camina con lentitud hacia ella, quien retrocede llorando, pidiendo que no lo haga. El agente se abalanza sobre ella, la muerde en el cuello con fiereza arrancando la piel, la carne, ella trata de resistirse, pero finalmente sucumbe, agónica termina por morir, mientras ese hombre da cuenta de sus restos.
El hombre continúa con tranquilidad alimentándose de ella en el pasillo entre las celdas.
1º El agente lleva en el cinturón las llaves de las celdas, desde vuestra posición no podéis quitárselas.
2º El bolso de la secretaria cae cerca de una de las celdas: en él hay libreta de notas, un bolígrafo, un coletero, un monedero, unas llaves de casa y de un coche, un bote de tranquilizantes, una botella de agua, un paquete de pañuelos, un mechero, una compresa, un paquete de cigarrillos, un espejo y pintalabios.
• Desafío: El primero en responder será quien tenga el bolso más cerca. Lanzará un dado de dilemas, de tal forma que si sale sí, será capaz de agarrar el bolso y llevarlo hasta él. Si sale no, no solo no podrá quedarse con el bolso, sino que el agente rabioso se lanzará en su dirección tratando de morderle.
▬ Carretera:
1º Entre los estantes del camión hay: un bote de vaselina, una baraja de cartas, un abrelatas, sal, una botella de agua, un paquete de cereales, chocolatinas, helados, galletas y el típico material de los heladeros.
El camino está aparentemente tranquilo, hasta que entre los árboles se ven diferentes figuras. Son un total de al menos diez personas, todas se dirigen de forma lamentable hacia vosotros. Parecen heridos, con ropas rasgadas y llenos de sangre.
• Desafío: Podéis marcharos en dirección al pueblo, pero el camión no arrancará. La única salida será irse corriendo. La ubicación más cercana a vosotros para escapar de ellos es el colegio y la casa número 12, un viejo almacén abandonado.
▬ Casa Harris: Comienzan a resonar golpes en la puerta principal, alguien grita pidiendo auxilio. Es una mujer, sus ropas están llenas de sangre, pide ayuda, que la dejen pasar, parece muy nerviosa.
▬ Calle: La mujer está muerta, el hombre trata de levantarse y al final lo consigue. Su pie derecho está completamente doblado hacia un lado, comienza a caminar cojeando hacia Alistair.
• Desafío: Tienes dos opciones, huir o tratar de enfrentarte a tan extraño sujeto. Sin embargo no tienes nada con qué atacarlo, así que tú decides. Podrás acabar con él si se te ocurre alguna forma lógica y consecuente con tu localización. Deberás lanzar un dado de desafíos, de tal forma que si pierdes es que tu personaje no ha podido acabar con él, y perderás un grado en salud, porque ambos caeréis al suelo, tú golpeandote fuertemente en la cabeza. Si ganas es que el zombie muere. Después podrás ir a la localización que quieras, incluso si decides huir.
▬ Museo: En el maletín hay papeles del museo, exposiciones... Dentro de el despacho encontrarás diversos libres sobre fotografía y obras que te resultan familiares, todas posteriores a la fecha actual. Hay una caja fuerte en la pared... ¿Cuál será la clave? Tiene una rueda con números desde el 0 al 9.
- 21:00 -
Apenas se ve nada, tan solo la débil luz de una lámpara de la recepción y la luz de la luna que se filtra por los diminutos ventanucos. La luz de la recepción se apaga, la recepcionista se dispone a recoger sus cosas para marcharse.
El sonido de una puerta irrumpe el silencio, se escucha un grito femenino.
«¡Dios santo, me has dado un susto de muerte!» Exclama ella. «¿Mike?» El sonido de pasos, un forcejeo y otro grito agónico de esta mujer. El grito persiste, los pasos se apresuran, la mujer corre hasta las celdas pidiendo ayuda, cae al suelo en mitad del pasillo, el agente de policía camina con lentitud hacia ella, quien retrocede llorando, pidiendo que no lo haga. El agente se abalanza sobre ella, la muerde en el cuello con fiereza arrancando la piel, la carne, ella trata de resistirse, pero finalmente sucumbe, agónica termina por morir, mientras ese hombre da cuenta de sus restos.
El hombre continúa con tranquilidad alimentándose de ella en el pasillo entre las celdas.
1º El agente lleva en el cinturón las llaves de las celdas, desde vuestra posición no podéis quitárselas.
2º El bolso de la secretaria cae cerca de una de las celdas: en él hay libreta de notas, un bolígrafo, un coletero, un monedero, unas llaves de casa y de un coche, un bote de tranquilizantes, una botella de agua, un paquete de pañuelos, un mechero, una compresa, un paquete de cigarrillos, un espejo y pintalabios.
• Desafío: El primero en responder será quien tenga el bolso más cerca. Lanzará un dado de dilemas, de tal forma que si sale sí, será capaz de agarrar el bolso y llevarlo hasta él. Si sale no, no solo no podrá quedarse con el bolso, sino que el agente rabioso se lanzará en su dirección tratando de morderle.
▬ Carretera:
1º Entre los estantes del camión hay: un bote de vaselina, una baraja de cartas, un abrelatas, sal, una botella de agua, un paquete de cereales, chocolatinas, helados, galletas y el típico material de los heladeros.
El camino está aparentemente tranquilo, hasta que entre los árboles se ven diferentes figuras. Son un total de al menos diez personas, todas se dirigen de forma lamentable hacia vosotros. Parecen heridos, con ropas rasgadas y llenos de sangre.
• Desafío: Podéis marcharos en dirección al pueblo, pero el camión no arrancará. La única salida será irse corriendo. La ubicación más cercana a vosotros para escapar de ellos es el colegio y la casa número 12, un viejo almacén abandonado.
▬ Casa Harris: Comienzan a resonar golpes en la puerta principal, alguien grita pidiendo auxilio. Es una mujer, sus ropas están llenas de sangre, pide ayuda, que la dejen pasar, parece muy nerviosa.
▬ Calle: La mujer está muerta, el hombre trata de levantarse y al final lo consigue. Su pie derecho está completamente doblado hacia un lado, comienza a caminar cojeando hacia Alistair.
• Desafío: Tienes dos opciones, huir o tratar de enfrentarte a tan extraño sujeto. Sin embargo no tienes nada con qué atacarlo, así que tú decides. Podrás acabar con él si se te ocurre alguna forma lógica y consecuente con tu localización. Deberás lanzar un dado de desafíos, de tal forma que si pierdes es que tu personaje no ha podido acabar con él, y perderás un grado en salud, porque ambos caeréis al suelo, tú golpeandote fuertemente en la cabeza. Si ganas es que el zombie muere. Después podrás ir a la localización que quieras, incluso si decides huir.
▬ Museo: En el maletín hay papeles del museo, exposiciones... Dentro de el despacho encontrarás diversos libres sobre fotografía y obras que te resultan familiares, todas posteriores a la fecha actual. Hay una caja fuerte en la pared... ¿Cuál será la clave? Tiene una rueda con números desde el 0 al 9.
— Abigail Nivans — Susurró leyendo el cartel en voz alta. — No sé si me gusta o no, solo que hay algo raro... — A la mujer le resultaba de lo más extraño aquel nombre, como inquietante. Se mordió el labio pensativa, tratando de recordar algo, pero nada llegaba a su cabeza, tan solo le había resultado familiar el retrato de la entrada. La morena comenzaba a preocuparse, ¿debería ir al hospital, sería síntoma de alguna enfermedad...?
Cuando abrió la puerta del despacho se sobrecogió bastante: era un lugar bastante hermoso, pero realmente nada le resultaba familiar, ni la mesa central, las estanterías, la disposición de los muebles... si se suponía que ella trabajaba allí, ¿por qué no reconocía nada de aquello? Lo único que le gustó ver fueron los libros de fotografía que habían en los estantes, aquello sí que llamaba su atención, pero sin duda lo que más la atrajo fue la enorme imagen que había al final de la estancia. Una gran ampliación de una fotografía en blanco y negro; un niño sucio, sonriente... — Hine — Susurró ahora de forma casi inconsciente, acariciando el cristal que cubría la imagen de aquel niño. Conocía a aquel a fotógrafo, porque ella amaba su obra y ese sentimiento no podría ser borrado fácilmente. Tal vez aquella imagen era lo único que la aferraba a "algo", pero aún no sabía el qué, al igual que el resto de útiles relacionados con la fotografía como los libros. Y se fijó en su calendario, el de la mesa: año 1955.
— Espera... Hine fue profesor de Paul Strand, que murió en los setenta — empezó a decir de carrerilla cuando se fijó en el calendario, Abby se llevó una mano a la cabeza y empezó a reírse. — No puede ser... — seguía riéndose, ¿cómo estaba convencida de que Strand había muerto en los setenta? No tenía sentido, ¿no? La cabeza comenzó a darle vueltas, justo cuando se fijó en la caja fuerte de la pared. Dejó atrás las fechas para centrarse en aquello. Seguramente estaba confundiendo nombres y fechas, ya que aún estaba muy desorientada.
¿Y cuál sería la contraseña de la caja? Se preguntó, ya que si era suya debería saberla... Recogió su carnet de identidad y comenzó a poner uno por uno los números de la fecha de nacimiento que indicaba su documentación. Hizo girar la rueda colocando cada número, convencida de que no obtendría resultados, pero por probar... Tal vez allí encontrase algo de utilidad que la ayudase a situarse.
Cuando abrió la puerta del despacho se sobrecogió bastante: era un lugar bastante hermoso, pero realmente nada le resultaba familiar, ni la mesa central, las estanterías, la disposición de los muebles... si se suponía que ella trabajaba allí, ¿por qué no reconocía nada de aquello? Lo único que le gustó ver fueron los libros de fotografía que habían en los estantes, aquello sí que llamaba su atención, pero sin duda lo que más la atrajo fue la enorme imagen que había al final de la estancia. Una gran ampliación de una fotografía en blanco y negro; un niño sucio, sonriente... — Hine — Susurró ahora de forma casi inconsciente, acariciando el cristal que cubría la imagen de aquel niño. Conocía a aquel a fotógrafo, porque ella amaba su obra y ese sentimiento no podría ser borrado fácilmente. Tal vez aquella imagen era lo único que la aferraba a "algo", pero aún no sabía el qué, al igual que el resto de útiles relacionados con la fotografía como los libros. Y se fijó en su calendario, el de la mesa: año 1955.
— Espera... Hine fue profesor de Paul Strand, que murió en los setenta — empezó a decir de carrerilla cuando se fijó en el calendario, Abby se llevó una mano a la cabeza y empezó a reírse. — No puede ser... — seguía riéndose, ¿cómo estaba convencida de que Strand había muerto en los setenta? No tenía sentido, ¿no? La cabeza comenzó a darle vueltas, justo cuando se fijó en la caja fuerte de la pared. Dejó atrás las fechas para centrarse en aquello. Seguramente estaba confundiendo nombres y fechas, ya que aún estaba muy desorientada.
¿Y cuál sería la contraseña de la caja? Se preguntó, ya que si era suya debería saberla... Recogió su carnet de identidad y comenzó a poner uno por uno los números de la fecha de nacimiento que indicaba su documentación. Hizo girar la rueda colocando cada número, convencida de que no obtendría resultados, pero por probar... Tal vez allí encontrase algo de utilidad que la ayudase a situarse.
- Gracias:
Ahora ya mucho más tranquila, me fijo mejor en mis acompañantes. Parecen buenas personas, y me han salvado de ese psicópata. Pero la experiencia con ese hombre me ha enseñado que no debo fiarme de las apariencias, pues él también parecía buena persona. No debo extremar de todas formas. Ellos me han salvado. Por haber tenido una mala experiencia no debo volverme paranoica y pensar que todo el mundo va a hacerme daño. Únicamente debo tener un poquito más de cuidado y no fiarme de todo demasiado alegremente. Y además, en mi situación, tampoco puedo exigir. Respiro hondo. Decido fiarme de ellos, pero me impongo a mi misma la condición de que a la más mínima señal rara largarme.
Me termino el helado. Estaba delicioso.
- ¿Puedo tomar otro helado? - Sin esperar respuesta, entro al camión. No veo nada fuera de lo normal, pero algo llama mi atención. Hay una carta rara en el suelo. Al recogerla, veo que es una carta de tarot. Sin prestarle demasiada atención, me la guardo, de forma casi inconsciente. Al salir del camión, veo a un grupo de personas que se están acercando de forma lamentable. Veo que su ropa está rota y llena de sangres. Tengo una mala corazonada.
- ¿Chicos? Creo que deberíamos irnos - Digo, sin apartar la mirada de esa gente.
Me termino el helado. Estaba delicioso.
- ¿Puedo tomar otro helado? - Sin esperar respuesta, entro al camión. No veo nada fuera de lo normal, pero algo llama mi atención. Hay una carta rara en el suelo. Al recogerla, veo que es una carta de tarot. Sin prestarle demasiada atención, me la guardo, de forma casi inconsciente. Al salir del camión, veo a un grupo de personas que se están acercando de forma lamentable. Veo que su ropa está rota y llena de sangres. Tengo una mala corazonada.
- ¿Chicos? Creo que deberíamos irnos - Digo, sin apartar la mirada de esa gente.
- Tengo hambre... - susurré cuando mi estómago comenzaba a rugir con fuerza. Llevábamos ya un buen rato en aquellas celdas, en completo silencio, cosa que para mi ya era todo un logro, ¿cómo sabía eso? ni idea, simplemente lo sabía. Me había tumbado en el suelo porque lo cierto era que parecía mucho más limpio que aquel camastro. A su vez apoyé ambas piernas en los barrotes y proseguí con la mirada fija en el techo, aunque traté de dormir me fue imposible debido a aquella situación aún me sobrepasaba y algo me decía que hasta que no lograse averiguar algo más no podría dormir.
- ¡Esto es increíble! - empecé a refunfuñar mientras que me ponía en pie y me acercaba a la cama, subí sobre esta pisando las desgastadas sábanas, tan solo para tratar de asomar mi cabeza por el diminuto ventanuco y ver que se veía fuera, pero sin éxito alguno, no logré distinguir poco más del cielo, ya de un tono muy oscuro.
- No se ve nada - bajé de la cama de un pequeño salto, momento en el que se empezaron a escuchar voces procedentes del otro lado de la comisaría. Como no había nada mejor que hacer me acerqué a los barrotes de aquel extremo para tratar de ver mejor qué pasaba. - ¡¿Pero qué...?! - miré a Nicholas fijamente. - ¿Ves algo desde ahí? - le pregunté, luego desvié la mirada hacia Jemma y por último aunque me pesara hacia aquel idiota. - ¿Y tú gilipollas, ves algo? - pero rápidamente nuestras respuestas fueron contestadas.
Di un pequeño respingo al ver a la recepcionista aparecer en el pasillo que formaban las cuatro celdas, parecía aterrada y herida... - ¡Corra! - fue lo único que me salió decirle, ¿qué más podíamos hacer desde aquella posición? No sirvió de nada, el agente se lanzó a por ella y aunque pareciera lo más surrealista del mundo comenzó a devorarla. Lo más curioso y aterrador del asunto, era que en lo que yo sabía que aquello debía impresionarme o sorprenderme, no me pareció tan raro, como si fuera lo más cotidiano del mundo ver como la gente se lanzaba a morder a otras. Lo que sí fue, fue horrible, pues ver como aquella mujer agonizaba, sin que pudiéramos hacer nada por ella... Mis ojos se centraron de todas formas en las llaves del guardia, que colgaban de su cinturón y las señalé para que el resto las vieran.
El bolso de la mujer había caído relativamente cerca de mi celda, si sacaba la mano tal vez pudiera tirar de él y llevármelo. Dentro a lo mejor podía haber algo que nos sirviera de ayuda. Tal vez fuera frívolo pensar en robarle lo poco que tenía a una moribunda, pero eso sería lo que pasaríamos a ser nosotros si no empezábamos a movernos. Menudo instinto de supervivencia, ¿no? Una parte de mi cerebro me decía que aquella forma de actuar no era normal... Pero la otra me decía que era lo más correcto.
Me agaché cerca de ambos, deslicé mi mano entre los barrotes pegándome al máximo a ellos, y estiré mi mano en la dirección del bolso, a punto de sufrir un ataque al corazón como a aquel tipo le diera por girarse, tras uno de los momentos más tensos de mi vida, logré sujetar el asa del bolso y tirar de él hasta mi.
- ¡Esto es increíble! - empecé a refunfuñar mientras que me ponía en pie y me acercaba a la cama, subí sobre esta pisando las desgastadas sábanas, tan solo para tratar de asomar mi cabeza por el diminuto ventanuco y ver que se veía fuera, pero sin éxito alguno, no logré distinguir poco más del cielo, ya de un tono muy oscuro.
- No se ve nada - bajé de la cama de un pequeño salto, momento en el que se empezaron a escuchar voces procedentes del otro lado de la comisaría. Como no había nada mejor que hacer me acerqué a los barrotes de aquel extremo para tratar de ver mejor qué pasaba. - ¡¿Pero qué...?! - miré a Nicholas fijamente. - ¿Ves algo desde ahí? - le pregunté, luego desvié la mirada hacia Jemma y por último aunque me pesara hacia aquel idiota. - ¿Y tú gilipollas, ves algo? - pero rápidamente nuestras respuestas fueron contestadas.
Di un pequeño respingo al ver a la recepcionista aparecer en el pasillo que formaban las cuatro celdas, parecía aterrada y herida... - ¡Corra! - fue lo único que me salió decirle, ¿qué más podíamos hacer desde aquella posición? No sirvió de nada, el agente se lanzó a por ella y aunque pareciera lo más surrealista del mundo comenzó a devorarla. Lo más curioso y aterrador del asunto, era que en lo que yo sabía que aquello debía impresionarme o sorprenderme, no me pareció tan raro, como si fuera lo más cotidiano del mundo ver como la gente se lanzaba a morder a otras. Lo que sí fue, fue horrible, pues ver como aquella mujer agonizaba, sin que pudiéramos hacer nada por ella... Mis ojos se centraron de todas formas en las llaves del guardia, que colgaban de su cinturón y las señalé para que el resto las vieran.
El bolso de la mujer había caído relativamente cerca de mi celda, si sacaba la mano tal vez pudiera tirar de él y llevármelo. Dentro a lo mejor podía haber algo que nos sirviera de ayuda. Tal vez fuera frívolo pensar en robarle lo poco que tenía a una moribunda, pero eso sería lo que pasaríamos a ser nosotros si no empezábamos a movernos. Menudo instinto de supervivencia, ¿no? Una parte de mi cerebro me decía que aquella forma de actuar no era normal... Pero la otra me decía que era lo más correcto.
Me agaché cerca de ambos, deslicé mi mano entre los barrotes pegándome al máximo a ellos, y estiré mi mano en la dirección del bolso, a punto de sufrir un ataque al corazón como a aquel tipo le diera por girarse, tras uno de los momentos más tensos de mi vida, logré sujetar el asa del bolso y tirar de él hasta mi.
- Muchas cosas:
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Graaacias Jason
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El miembro 'Ryder' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
mirando los estantes del camión y haciendo caso omiso a la pregunta del helado vi que había varios objetos interesantes, no podía cargar con todos pues los bolsillos de aquella mierda de pantalón eran demasiado apretados, pero si que me guardé la baraja de cartas, una botella de agua, un pequeño abrelatas y mirando el culo de mis dos compañeras y tras soltar un sordo gruñido, también me guardé el bote de vaselina.
Entonces vi a los personajes que se acercaban en la distancia, tenian mal aspecto, como resacosos pero peor, y tras dar un trago a la botella y dejandola casi seca respondi:
-me parece apropiado alejarnos, demasiadas sorpresas en un día como para fiarse de esa multitud.
Me subi al camion para arrancarlo pero el maldito trasto no queria tirar:
-mierda... chicas- dije bajando del camión y cerrando la puerta.
-esta mierda no arranca, como yo lo veo o nos volvemos al colegio antes de terminar la excursión o nos metemos en aquel almacén de dudoso aspecto, yo voto por el almacén. no recordaba nada pero la escuela creo que jamas me gustó.
Entonces vi a los personajes que se acercaban en la distancia, tenian mal aspecto, como resacosos pero peor, y tras dar un trago a la botella y dejandola casi seca respondi:
-me parece apropiado alejarnos, demasiadas sorpresas en un día como para fiarse de esa multitud.
Me subi al camion para arrancarlo pero el maldito trasto no queria tirar:
-mierda... chicas- dije bajando del camión y cerrando la puerta.
-esta mierda no arranca, como yo lo veo o nos volvemos al colegio antes de terminar la excursión o nos metemos en aquel almacén de dudoso aspecto, yo voto por el almacén. no recordaba nada pero la escuela creo que jamas me gustó.
No supe cómo rayos lo conseguí, quizás porque mi cuerpo estaba demasiado agotado, o tal vez caí inconsciente en lugar de dormirme, pero el caso es que de alguna manera cerré los ojos y mi consciencia se dispersó. Incluso en sueños no podía dejar de pensar en todas las cosas que nos habían ocurrido en tan poco tiempo. Intentaba buscar en lo más profundo de mi mente quién era yo y cómo terminé en ese pueblo del que no tenía ningún recuerdo. Como una voz muy lejana, escuchaba a mi supuesta hija hablar, probablemente sola; también oía el renegar del tipo junto a mi celda, que seguía insultando a la nada como un cerdo inconformista. A pesar de todo el ruido en el ambiente, me era imposible abrir los ojos y tomar consciencia de lo que me rodeaba; pero eso terminó con los gritos que vinieron de afuera, que inmediatamente me "despertaron".
Cual mono en zoológico, me abalancé sobre los barrotes de mi celda para intentar mirar lo que ocurría afuera, pero era inútil, la oscuridad apenas me permitía distinguir dos siluetas distorsionadas. -No, no puedo ver nada.- Le respondí a la chica con un tono de preocupación. Sin embargo, no fue necesario seguirse esforzando por ver, porque la acción se trasladó a la zona de las celdas. El hombre, vestido de policía, literalmente le arrancaba pedazos de carne a la mujer que agonizaba entre gritos ahogados por su propia sangre. Mi ceño se frunció, pero en lugar de sentir asco, miedo o impresionarme, lo que sentía fue ira, una ira inmensa que no recordaba haber sentido. No entendía lo que pasaba por mi propia mente, como si estuviera acostumbrado a ver escenas similares, aunque no las recordaba. Quería matar a ese policía, y mi impulso me llevó a tratar de agarrar "algo" en mi cinturón, como si ahí tuviese el arma para acabar con su miserable vida.
Vi que Cassidy sacó la mano por entre sus barrotes para agarrar el bolso de la ahora difunta recepcionista. El policía fijó sus ojos sin expresión en aquella mano que se cernía como un delicioso filete para él, pero antes de que pudiera siquiera pensar en agarrar la mano de la chica para mordisquearla, comencé a gritar y golpear los barrotes de metal, que hacían eco con cada golpe por toda la estación. -¡Eh, saco de huesos, ven aquí!- No sabía por qué reaccionaba así, no por qué hacía tanto ruido para atraer su atención, pero parecía funcionar.
Cual mono en zoológico, me abalancé sobre los barrotes de mi celda para intentar mirar lo que ocurría afuera, pero era inútil, la oscuridad apenas me permitía distinguir dos siluetas distorsionadas. -No, no puedo ver nada.- Le respondí a la chica con un tono de preocupación. Sin embargo, no fue necesario seguirse esforzando por ver, porque la acción se trasladó a la zona de las celdas. El hombre, vestido de policía, literalmente le arrancaba pedazos de carne a la mujer que agonizaba entre gritos ahogados por su propia sangre. Mi ceño se frunció, pero en lugar de sentir asco, miedo o impresionarme, lo que sentía fue ira, una ira inmensa que no recordaba haber sentido. No entendía lo que pasaba por mi propia mente, como si estuviera acostumbrado a ver escenas similares, aunque no las recordaba. Quería matar a ese policía, y mi impulso me llevó a tratar de agarrar "algo" en mi cinturón, como si ahí tuviese el arma para acabar con su miserable vida.
Vi que Cassidy sacó la mano por entre sus barrotes para agarrar el bolso de la ahora difunta recepcionista. El policía fijó sus ojos sin expresión en aquella mano que se cernía como un delicioso filete para él, pero antes de que pudiera siquiera pensar en agarrar la mano de la chica para mordisquearla, comencé a gritar y golpear los barrotes de metal, que hacían eco con cada golpe por toda la estación. -¡Eh, saco de huesos, ven aquí!- No sabía por qué reaccionaba así, no por qué hacía tanto ruido para atraer su atención, pero parecía funcionar.
— ¿Y por qué no responde a Chris? — El pequeño se cruzó de brazos como mejor pudo, dado que sujetaba al peluche entre sus manos. — Da igual, cosas de mayores, ¿no? — Respondió de forma automática, como si fuera algo que decía mucho aunque no lo llegase a recordar del todo.
Chris comenzó a caminar por la estancia de aquel salón, habían muchos libros y muebles que a él le parecían viejos. Salió por una de las puertas y avanzó con calma por el pasillo aferrado siempre a Bicho. Abrió una puerta; daba al baño y no había nadie, así que siguió probando con otras hasta que finalmente dio con la cocina y con Phoenix en ella.
— ¿Y el gatito? — Preguntó el pequeño mientras que se acercaba a una de las sillas y trepaba con ella junto a su peluche para tomar asiento. — ¿Pueden Chris y Bicho beber agua, por favor? Tienen mucha sed — Señaló al peluche que colocó en su regazo.
— ¿Qué hace mamá para cenar? — Preguntó seguidamente, apoyó uno de sus pequeños brazos sobre la mesa y luego su cabeza sobre su mano. Cuando comenzaron a sonar los gritos el pequeño dio un respingo en la silla. Alguien gritaba llamando a la puerta una y otra vez, Chris corrió bajando del taburete, abrazado a Bicho y posteriormente a una de las piernas de Phoenix. — ¿Qué es eso, son señores malos? — Preguntó aterrado en voz baja, otra vez sin ser consciente de lo que acababa de decir, simplemente le salió por la costumbre.
Chris comenzó a caminar por la estancia de aquel salón, habían muchos libros y muebles que a él le parecían viejos. Salió por una de las puertas y avanzó con calma por el pasillo aferrado siempre a Bicho. Abrió una puerta; daba al baño y no había nadie, así que siguió probando con otras hasta que finalmente dio con la cocina y con Phoenix en ella.
— ¿Y el gatito? — Preguntó el pequeño mientras que se acercaba a una de las sillas y trepaba con ella junto a su peluche para tomar asiento. — ¿Pueden Chris y Bicho beber agua, por favor? Tienen mucha sed — Señaló al peluche que colocó en su regazo.
— ¿Qué hace mamá para cenar? — Preguntó seguidamente, apoyó uno de sus pequeños brazos sobre la mesa y luego su cabeza sobre su mano. Cuando comenzaron a sonar los gritos el pequeño dio un respingo en la silla. Alguien gritaba llamando a la puerta una y otra vez, Chris corrió bajando del taburete, abrazado a Bicho y posteriormente a una de las piernas de Phoenix. — ¿Qué es eso, son señores malos? — Preguntó aterrado en voz baja, otra vez sin ser consciente de lo que acababa de decir, simplemente le salió por la costumbre.
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